autopsia michoacana siglo xviii

25
C O N T E N I D O Saber, creencia y corporalidad PRESENTACIÓN Miruna Achim LAS ENTRAÑAS DEL PODER: UNA AUTOPSIA MICHOACANA DEL SIGLO XVIII Frida Gorbach MUJERES, MONSTRUOS E IMPRESIONES EN LA MEDICINA MEXICANA DEL SIGLO XIX Alexandra Stern MESTIZOFILIA, BIOTIPOLOGÍA Y EUGENESIA EN EL MÉXICO POSREVOLUCIONARIO: HACIA UNA HISTORIA DE LA CIENCIA Y EL ESTADO, 1920-1960 Héctor Santiesteban EL MONSTRUO Y SU SER 11 15 39 57 93

Upload: gerardo-baltazar-mozqueda

Post on 15-Apr-2016

223 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Artículo de Miruna Achim, sobre el testimonio documental acerca del descubrimiento de los restos incorruptos del obispo de Michoacán, Juan Joseph de Escalona y Calatayud

TRANSCRIPT

Page 1: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

C O N T E N I D O

Saber, creencia y corporalidad

PRESENTACIÓN

Miruna Achim

LAS ENTRAÑAS DEL PODER: UNA AUTOPSIA

MICHOACANA DEL SIGLO XVIII

Frida Gorbach

MUJERES, MONSTRUOS E IMPRESIONES

EN LA MEDICINA MEXICANA DEL SIGLO XIX

Alexandra Stern

MESTIZOFILIA, BIOTIPOLOGÍA Y EUGENESIA

EN EL MÉXICO POSREVOLUCIONARIO: HACIA UNA

HISTORIA DE LA CIENCIA Y EL ESTADO, 1920-1960

Héctor Sant ies teban

EL MONSTRUO Y SU SER

11

15

39

57

93

C O N T E N I D O

D O C U M E N T OHALLAZGO DE UN MANUSCRITO INÉDITO DEL DOCTOR FRANCISCO HERNÁNDEZ: MATERIA MEDIÇINAL DE LA NUEUA ESPAÑA(Presentación de Miguel Figueroa-Saavedra)

M I S C E L Á N E AMario Teodoro Ramírez

EL TIEMPO DE LA TRADICIÓN

Carlos Herre jón Peredo

MARCEL BATAILLON Y EL HUMANISMO MEXICANO EN EL SIGLO XVI

María Aparec ida de S . Lopes

LA ECONOMÍA GANADERA EN CHIHUAHUA: LINEAMIENTOS GENERALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX

R E S E Ñ A SGrac ie la Alca lá Moya

CON EL AGUA HASTA LOS APAREJOS. PESCADORES Y PESQUERÍAS EN EL SOCONUSCO, CHIAPAS,

127

161

187

201

233

Page 2: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

C O N T E N I D O

Saber, creencia y corporalidad

PRESENTACIÓN

Miruna Achim

LAS ENTRAÑAS DEL PODER: UNA AUTOPSIA

MICHOACANA DEL SIGLO XVIII

Frida Gorbach

MUJERES, MONSTRUOS E IMPRESIONES

EN LA MEDICINA MEXICANA DEL SIGLO XIX

Alexandra Stern

MESTIZOFILIA, BIOTIPOLOGÍA Y EUGENESIA

EN EL MÉXICO POSREVOLUCIONARIO: HACIA UNA

HISTORIA DE LA CIENCIA Y EL ESTADO, 1920-1960

Héctor Sant ies teban

EL MONSTRUO Y SU SER

11

15

39

57

93

C O N T E N I D O

D O C U M E N T OHALLAZGO DE UN MANUSCRITO INÉDITO DEL DOCTOR FRANCISCO HERNÁNDEZ: MATERIA MEDIÇINAL DE LA NUEUA ESPAÑA(Presentación de Miguel Figueroa-Saavedra)

M I S C E L Á N E AMario Teodoro Ramírez

EL TIEMPO DE LA TRADICIÓN

Carlos Herre jón Peredo

MARCEL BATAILLON Y EL HUMANISMO MEXICANO EN EL SIGLO XVI

María Aparec ida de S . Lopes

LA ECONOMÍA GANADERA EN CHIHUAHUA: LINEAMIENTOS GENERALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX

R E S E Ñ A SGrac ie la Alca lá Moya

CON EL AGUA HASTA LOS APAREJOS. PESCADORES Y PESQUERÍAS EN EL SOCONUSCO, CHIAPAS,

127

161

187

201

233

Page 3: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

México, Centro de Estudios Superiores en Antropología Social,

Centro de Investigaciones en Alimentación y Desarrollo y Centro

de Investigaciones Superiores de México y Centroamérica de la

Universidad de Ciencias y Artes del Estado de Chiapas, 1999

(MARIO H. RUZ, CENTRO DE ESTUDIOS MAYAS, UNAM)

Jav ier Pérez S i l l er (coord. )

MÉXICO-FRANCIA, MEMORIA DE UNA

SENSIBILIDAD COMÚN, SIGLOS XIX-XX,

México, BUAP, El Colegio de San Luis y CEMCA, 1998

(LAURA CHÁZARO, EL COLEGIO DE MICHOACÁN)

Antonio Rubia l Garc ía

LA SANTIDAD CONTROVERTIDA, HAGIOGRAFÍA

Y CONCIENCIA CRIOLLA ALREDEDOR DE LOS VENERABLES

NO CANONIZADOS DE NUEVA ESPAÑA,

México, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad

de Filosofía y Letras y Fondo de Cultura Económica, 1999

(MANUEL RAMOS MEDINA, CENTRO DE ESTUDIOS DE HISTORIA DE MÉXICO,

CONDUMEX)

C O N T E N I D O

238

245

Page 4: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

LAS ENTRAÑAS DEL PODER:UNA AUTOPS IA MICHOACANA DEL S IGLO XVI I I

M i r u n a A c h i mU N I V E R S I D A D D E Y A L E

R E L A C I O N E S 8 1 , I N V I E R N O 2 0 0 0 , V O L . X X I

Page 5: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

1 7

ólo este bien queda de haver tenido un Príncipe malo, encuyo cadáver haga anatomía la prudencia, conociendo por éllas enfermedades de un mal gobierno, para curarlas.

(Saavedra Fajardo, Idea de un príncipe político-cristiano, 1640)

EL CAJÓN PRODIGIOSO

La noche de 13 de mayo de 1744, un grupo de cirujanos, médicos y fun-cionarios de la Iglesia examinaba el contenido de una caja de madera,desenterrada un día antes del piso de la catedral de Valladolid, en laprovincia de Michoacán. Los testimonios de los presentes –recogidosulteriormente en el libro Voces de Tritón escrito por el cronista agustinode Michoacán fray Mathías de Escobar y publicado en México en 1744–narran el misterioso encuentro y los sorprendentes hallazgos del ilustregrupo:

dentro de dicho Caxón vieron todos abundancia de Sangre con un color, noencarnado, sino medio dorado, que expedía suave olor; y aviéndose proce-dido por [el] Maestro de Cirujano a revolver la Sangre, con instrumento [...]sacó de entre ella varias tripas [...]; sacó assimesmo redaños, higados, yotras varias cosas, que destrozó y reconoció: y assi dichos Cirujanos, comolos Médicos, expressaron ser de Cuerpo humano.[...] dixeron, no aver parte alguna podrida o corrupta, ni tener sabor de ellola Sangre; de la que se sacó una poca, en un vaso de christal, para mejor exa-minarla, y la probó el dicho Bachiller Don Juan Antonio de Quadros y Leon. [...] revolvieron las tripas y los más de los circunstantes percibieron el tactohúmedo y fresco de dichas tripas, y partes, confessando a una voz el suaveolor, que expedía, en manera que a ninguno causó asco, ni indisposición deestómago, de las que se experimentan a vista de semejantes cosas, y abun-dando la concurrencia de personas, empezaron a mojar algodones en laSangre, con tanto excesso que el Señor Provisor lo corrigió1 (Escobar “Testi-monio” s.p.)

S

1 “Testimonio”, en Mathías de Escobar, Voces de Tritón, México, 1744, s. p.

Page 6: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

1 9

dos” permitieron observar una generación espontánea de romero y declavos en la sangre, donde se había esperado encontrar lo que siemprese encuentra en casos semejantes: “una invulnerable multitud de insec-tos, minutísimos gusanillos, imperceptibles a la visión [...] ¿Qué sabe-mos”, se pregunta el cronista de estos acontecimientos, “si permitió elCielo que los gusanillos se conviertiessen en canela, romero y alhu-zena?”4

Los peritos llegaron a una conclusión y firmaron sus testimoniosante un notario: habían resuelto que las entrañas del obispo seguían in-corruptas después de un entierro de siete años.5 De esta manera, la cien-cia –o mejor dicho, las nociones científicas manejadas por los peritosmédicos de Michoacán– se convirtió en el lente epistemológico para en-focar el milagro y es la primera en una serie de interpretaciones sobre elcuerpo incorruptible del obispo. Sin embargo, la ciencia médica fue sólouna de las múltiples reacciones y explicaciones que se dieron sobre lasentrañas enterradas. Varios de los testigos que asistieron al examen em-pezaron a mojar algodones en la sangre –no exactamente por razonescientíficas–, hasta que un religioso, en su anhelo de extirpar la idolatríaen su preciso comienzo, prohibió la práctica. Tal vez estos pedazos dealgodón circularon como las primeras reliquias del cuerpo privilegiadode Escalona y Calatayud. Una vez concluido el examen y tomadas lasresoluciones, las entrañas de Escalona y Calatayud, protagonistas del

MIRUNA ACH IM

1 8

Las suculentas y fragantes entrañas eran las del obispo de Michoa-cán, don Juan Joseph de Escalona y Calatayud, quien, entre otros car-gos, había sido Colegial Mayor del Viejo Colegio de San Bartholomé enSalamanca y obispo de Caracas en la Provincia de Venezuela. En 1729,Escalona y Calatayud fue trasladado a Valladolid, Michoacán, donde sedesempeñó como obispo durante ocho años y jugó un papel fundamen-tal en la consolidación de la iglesia michoacana.2 Fray Mathías de Esco-bar lo recuerda en otro libro, Americana Thebaida, por su aseo de lámpa-ras, candiles y colgaduras en la iglesia catedral, por su caridad con elreal hospital de la ciudad y por la donación de su biblioteca al conven-to agustino de Valladolid. Después de su muerte, el 23 de mayo de 1737,el corazón del obispo Escalona y Calatayud encontró su descanso finalen el convento de las religiosas catarinas y sus entrañas en el menciona-do cajón en el piso de la catedral. Siete años más tarde, el 12 de mayo de1744, mientras arreglaban el piso de la catedral, un par de trabajadoresescucharon unas voces, como de “herido”, que contestaban a sus marti-llazos. Intrigados, descubrieron el pequeño recipiente con los restos delobispo, y al abrirlo, notaron con gran asombro que la sangre adentro sehabía conservado líquida y fresca, aunque había adquirido un color do-rado. Los obreros se dirigieron a un prebendado de la catedral, quienconvocó a una junta de peritos médicos y religiosos para examinar el ca-jón. Éstos tocaron, olfatearon y saborearon el excepcional contenido. In-tercambiaron teorías exquisitas sobre el comportamiento de la sangre delos muertos, supuestamente turbulenta al hallarse un cadáver en la pre-sencia de un enemigo y meliflua en la presencia de seres amados. En susafanes de investigación, los peritos recurrieron a una “curiosa y nuevainvención”, unos microscopios, para lograr “el beneficio de ver lo quese ignoraba”.3 Entre otras sorprendentes visiones, los “cristales gradua-

2 Para la gestión de Escalona y Calatayud en Michoacán, véase Óscar Mazín Gómez,El cabildo catedral de Valladolid en Michoacán, Zamora, El Colegio de Michoacán, 1996.

3 Quisiera observar que la “nueva y curiosa invención” mencionada por Mathías deEscobar no era tan nueva para el año 1744. El microscopio fue inventado al principio delsiglo XVII, al mismo tiempo que el telescopio, y fue perfeccionado durante el resto deese siglo por Robert Hooke y por Antoni Leeuwenhoeck (De hecho, un tal Antonio Sec-venhock mencionado por Escobar no parece ser otro que el científico holandés). El mi-

croscopio, junto con otros instrumentos ópticos, llegó al Nuevo Mundo relativamentetemprano en el siglo XVII y tuvo una fascinante historia. Por ejemplo, el jesuita AlexandroFavián de Puebla recibía microscopios como parte de una intensa correspondencia con elfamoso jesuita Athanasius Kircher en Roma. A su vez, Favián le mandaba a Kircher “cu-riosidades” de la Nueva España, como Cristos emplumados y piedras bezares. Para lahistoria y la publicación de esta correspondencia, véase Ignacio Osorio Romero, La luzimaginaria, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1993. Entre los científi-cos novohispanos aficionados al microscopio destaca también don Carlos de Sigüenza yGóngora, quien usa el instrumento para examinar espigas plagadas por chiahuiztli. VéaseCarlos de Sigüenza y Góngora, Alboroto y motín de los indios de México, México, Universi-dad Nacional Autónoma de México, 1986.

4 Escobar, 1744, pp. 59-60.5 El testimonio colectivo aparece en forma de diálogo, simulando las varias opinio-

nes intercambiadas entre los diferentes peritos. El testimonio fue publicado junto con lacrónica de los eventos.

Page 7: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

1 9

dos” permitieron observar una generación espontánea de romero y declavos en la sangre, donde se había esperado encontrar lo que siemprese encuentra en casos semejantes: “una invulnerable multitud de insec-tos, minutísimos gusanillos, imperceptibles a la visión [...] ¿Qué sabe-mos”, se pregunta el cronista de estos acontecimientos, “si permitió elCielo que los gusanillos se conviertiessen en canela, romero y alhu-zena?”4

Los peritos llegaron a una conclusión y firmaron sus testimoniosante un notario: habían resuelto que las entrañas del obispo seguían in-corruptas después de un entierro de siete años.5 De esta manera, la cien-cia –o mejor dicho, las nociones científicas manejadas por los peritosmédicos de Michoacán– se convirtió en el lente epistemológico para en-focar el milagro y es la primera en una serie de interpretaciones sobre elcuerpo incorruptible del obispo. Sin embargo, la ciencia médica fue sólouna de las múltiples reacciones y explicaciones que se dieron sobre lasentrañas enterradas. Varios de los testigos que asistieron al examen em-pezaron a mojar algodones en la sangre –no exactamente por razonescientíficas–, hasta que un religioso, en su anhelo de extirpar la idolatríaen su preciso comienzo, prohibió la práctica. Tal vez estos pedazos dealgodón circularon como las primeras reliquias del cuerpo privilegiadode Escalona y Calatayud. Una vez concluido el examen y tomadas lasresoluciones, las entrañas de Escalona y Calatayud, protagonistas del

MIRUNA ACH IM

1 8

Las suculentas y fragantes entrañas eran las del obispo de Michoa-cán, don Juan Joseph de Escalona y Calatayud, quien, entre otros car-gos, había sido Colegial Mayor del Viejo Colegio de San Bartholomé enSalamanca y obispo de Caracas en la Provincia de Venezuela. En 1729,Escalona y Calatayud fue trasladado a Valladolid, Michoacán, donde sedesempeñó como obispo durante ocho años y jugó un papel fundamen-tal en la consolidación de la iglesia michoacana.2 Fray Mathías de Esco-bar lo recuerda en otro libro, Americana Thebaida, por su aseo de lámpa-ras, candiles y colgaduras en la iglesia catedral, por su caridad con elreal hospital de la ciudad y por la donación de su biblioteca al conven-to agustino de Valladolid. Después de su muerte, el 23 de mayo de 1737,el corazón del obispo Escalona y Calatayud encontró su descanso finalen el convento de las religiosas catarinas y sus entrañas en el menciona-do cajón en el piso de la catedral. Siete años más tarde, el 12 de mayo de1744, mientras arreglaban el piso de la catedral, un par de trabajadoresescucharon unas voces, como de “herido”, que contestaban a sus marti-llazos. Intrigados, descubrieron el pequeño recipiente con los restos delobispo, y al abrirlo, notaron con gran asombro que la sangre adentro sehabía conservado líquida y fresca, aunque había adquirido un color do-rado. Los obreros se dirigieron a un prebendado de la catedral, quienconvocó a una junta de peritos médicos y religiosos para examinar el ca-jón. Éstos tocaron, olfatearon y saborearon el excepcional contenido. In-tercambiaron teorías exquisitas sobre el comportamiento de la sangre delos muertos, supuestamente turbulenta al hallarse un cadáver en la pre-sencia de un enemigo y meliflua en la presencia de seres amados. En susafanes de investigación, los peritos recurrieron a una “curiosa y nuevainvención”, unos microscopios, para lograr “el beneficio de ver lo quese ignoraba”.3 Entre otras sorprendentes visiones, los “cristales gradua-

2 Para la gestión de Escalona y Calatayud en Michoacán, véase Óscar Mazín Gómez,El cabildo catedral de Valladolid en Michoacán, Zamora, El Colegio de Michoacán, 1996.

3 Quisiera observar que la “nueva y curiosa invención” mencionada por Mathías deEscobar no era tan nueva para el año 1744. El microscopio fue inventado al principio delsiglo XVII, al mismo tiempo que el telescopio, y fue perfeccionado durante el resto deese siglo por Robert Hooke y por Antoni Leeuwenhoeck (De hecho, un tal Antonio Sec-venhock mencionado por Escobar no parece ser otro que el científico holandés). El mi-

croscopio, junto con otros instrumentos ópticos, llegó al Nuevo Mundo relativamentetemprano en el siglo XVII y tuvo una fascinante historia. Por ejemplo, el jesuita AlexandroFavián de Puebla recibía microscopios como parte de una intensa correspondencia con elfamoso jesuita Athanasius Kircher en Roma. A su vez, Favián le mandaba a Kircher “cu-riosidades” de la Nueva España, como Cristos emplumados y piedras bezares. Para lahistoria y la publicación de esta correspondencia, véase Ignacio Osorio Romero, La luzimaginaria, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1993. Entre los científi-cos novohispanos aficionados al microscopio destaca también don Carlos de Sigüenza yGóngora, quien usa el instrumento para examinar espigas plagadas por chiahuiztli. VéaseCarlos de Sigüenza y Góngora, Alboroto y motín de los indios de México, México, Universi-dad Nacional Autónoma de México, 1986.

4 Escobar, 1744, pp. 59-60.5 El testimonio colectivo aparece en forma de diálogo, simulando las varias opinio-

nes intercambiadas entre los diferentes peritos. El testimonio fue publicado junto con lacrónica de los eventos.

Page 8: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

2 1

divino milagro, fueron trasladadas, por auto especial, a una caja másadornada y más vistosa y fueron depositadas con gran ceremonia en lasbóvedas de la misma iglesia. El auto y la ceremonia pública marcan elcomienzo del culto oficial de las entrañas. El mismo año, Mathías de Es-cobar publicó el testimonio de los peritos, junto con un libro volumino-so, de 210 páginas (sin incluir las censuras, los pareceres, los permisos ylas dedicaciones), bajo el estruendoso título de Voces de Tritón Sonoro, queda desde la Santa Iglesia de Valladolid de Michoacán la incorrupta, y viva San-gre del Illmo. Señor Doctor D. Juan Joseph de Escalona y Calatayud. El libroexamina las causas morales y físicas de la incorruptibilidad del cuerpodel obispo y representa un primer, aunque frustrado, paso hacia la ca-nonización de Escalona y Calatayud. No menos prodigioso que los res-tos del obispo, el libro que narra su incorruptibilidad es un fascinantecompendio de prácticas y creencias corporales. Mi ensayo examina va-rias de estas prácticas según convergen en el cuerpo del obispo de Mi-choacán.

LOS SABERES DEL CUERPO

En Furta sacra, sobre el hurto de tumbas y de cuerpos de santos en laEdad Media, el historiador inglés Patrick Geary advierte que el estudiode estos robos no debería limitarse al estudio de la persona o del cuer-po del santo. Tal enfoque acabaría descartando el robo como una simplesuperstición. Al contrario, Geary sugiere que el significado del cuerpo ode los restos del santo radica, más bien, dentro de la sociedad que vene-ra, compra, roba o, en ciertos casos, inventa al santo. Es útil tener pre-sentes las sugerencias de Geary al acercarnos a los acontecimientos de1744 en Valladolid: la mirada del historiador no se puede complacer conla vista de las milagrosas entrañas, sino que debe extenderse a los múlti-ples significados atribuídos a los incorruptos restos por sus contempo-ráneos. En otras palabras, es imprescindible considerar los extrañoseventos –desde el descubrimiento del cajón hasta la publicación del li-bro– como un momento específico en la historia cultural del cuerpo enla Nueva España y en el Occidente en general, un momento que permi-tía la coexistencia de un gran número de creencias y corrientes inter-

MIRUNA ACH IM

2 0

Figu

ra 1

. Aqu

í est

á el

hom

bre,

desp

ués

vend

rá e

l jui

cio, a

nóni

mo,

sig

lo X

VIII

; rep

rodu

cido

en

El c

uerp

o al

udid

o. A

nato

mía

s y

cons

truc

cione

s,M

éxico

, sig

los X

VI-X

X, M

éxic

o, M

useo

Nac

iona

l de

Art

e, 1

998.

Page 9: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

2 1

divino milagro, fueron trasladadas, por auto especial, a una caja másadornada y más vistosa y fueron depositadas con gran ceremonia en lasbóvedas de la misma iglesia. El auto y la ceremonia pública marcan elcomienzo del culto oficial de las entrañas. El mismo año, Mathías de Es-cobar publicó el testimonio de los peritos, junto con un libro volumino-so, de 210 páginas (sin incluir las censuras, los pareceres, los permisos ylas dedicaciones), bajo el estruendoso título de Voces de Tritón Sonoro, queda desde la Santa Iglesia de Valladolid de Michoacán la incorrupta, y viva San-gre del Illmo. Señor Doctor D. Juan Joseph de Escalona y Calatayud. El libroexamina las causas morales y físicas de la incorruptibilidad del cuerpodel obispo y representa un primer, aunque frustrado, paso hacia la ca-nonización de Escalona y Calatayud. No menos prodigioso que los res-tos del obispo, el libro que narra su incorruptibilidad es un fascinantecompendio de prácticas y creencias corporales. Mi ensayo examina va-rias de estas prácticas según convergen en el cuerpo del obispo de Mi-choacán.

LOS SABERES DEL CUERPO

En Furta sacra, sobre el hurto de tumbas y de cuerpos de santos en laEdad Media, el historiador inglés Patrick Geary advierte que el estudiode estos robos no debería limitarse al estudio de la persona o del cuer-po del santo. Tal enfoque acabaría descartando el robo como una simplesuperstición. Al contrario, Geary sugiere que el significado del cuerpo ode los restos del santo radica, más bien, dentro de la sociedad que vene-ra, compra, roba o, en ciertos casos, inventa al santo. Es útil tener pre-sentes las sugerencias de Geary al acercarnos a los acontecimientos de1744 en Valladolid: la mirada del historiador no se puede complacer conla vista de las milagrosas entrañas, sino que debe extenderse a los múlti-ples significados atribuídos a los incorruptos restos por sus contempo-ráneos. En otras palabras, es imprescindible considerar los extrañoseventos –desde el descubrimiento del cajón hasta la publicación del li-bro– como un momento específico en la historia cultural del cuerpo enla Nueva España y en el Occidente en general, un momento que permi-tía la coexistencia de un gran número de creencias y corrientes inter-

MIRUNA ACH IM

2 0

Figu

ra 1

. Aqu

í est

á el

hom

bre,

desp

ués

vend

rá e

l jui

cio, a

nóni

mo,

sig

lo X

VIII

; rep

rodu

cido

en

El c

uerp

o al

udid

o. A

nato

mía

s y

cons

truc

cione

s,M

éxico

, sig

los X

VI-X

X, M

éxic

o, M

useo

Nac

iona

l de

Art

e, 1

998.

Page 10: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

2 3

MIRUNA ACH IM

2 2

semejante al que experimentó Europa durante los primeros siglos decristianización: proliferan las reliquias y se encuentran cuerpos inco-rruptos por todos lados. El mismo fray Escobar, en su Americana Thebai-da, relata varios casos de incorrupción entre los primeros agustinos enMichoacán. Pero el ejemplo más notable se encuentra en Puebla, confray Sebastián de Aparicio, cuya incorruptibilidad ha tenido sus cronis-tas y sus devotos desde fray Juan de Torquemada hasta nuestros días.En los siglos XVI y XVII, el culto de las reliquias representa al mismo tiem-po un importante aspecto de las reformas postridentinas que tomaronel cuerpo humano como la materia prima para la expresión y consolida-ción de la fe católica y, por lo tanto, pusieron en circulación un gran nú-mero de imágenes corporales y, a veces, aun partes del cuerpo mismo.Sometido a un rigoroso regimen de dolor y placer, gozo y sufrimiento,el cuerpo se forja y se disciplina en la fe; sus abstinencias o excesospueden ganar o perder la batalla del espíritu contra el mundo y contrala condenación eterna. Tomando en cuenta su contexto cultural, el cuer-po del obispo Escalona se vuelve un índice de interpretaciones, que os-cilan entre la medicina y la teología, la política y la moral, un registro dediscursos que se apoyan o se contradicen uno al otro.7 En este sentido,Voces de Tritón representa un momento tardío, algo anacrónico, de unafase muy fértil en el imaginario del cuerpo humano. Nunca después sedarán encuentro la teología y la ciencia dentro del mismo texto paraconstruir un cuerpo abierto a lecturas tan diferentes.

Las posibilidades metafóricas y simbólicas del cuerpo no habían pa-sado desapercibidas antes del siglo XVI. Al contrario, existe un tipo y unideal de cuerpo correspondiente a cada época. Durante los siglos ante-riores, el cuerpo humano era el centro de un sistema cerrado de conver-siones y equivalencias, el microcosmos que legitimaba y sostenía jerar-quías sociales, morales y políticas. En el siglo XI, John de Salisbury habíaformulado una atractiva teoría –que llegó a conocer múltiples varian-tes– según la cual el corazón correspondía al rey, el cerebro a la Iglesia,el estómago a los sectores comerciales, las manos y los pies a las masas.

pretativas respecto al cuerpo. A partir del siglo XVI y hasta la mitad delXVIII, en ambos lados del Atlántico, el cuerpo –con sus superficies, suscomplicados pliegues y sus interiores abismales, oscuros y viscosos– sevuelve un tema obsesivo en el imaginario colectivo, el lugar privilegia-do de exposición, el punto de partida del discurso y del pensamiento.

Una de las reflexiones más importantes en torno a los restos de Es-calona y Calatayud proviene del discurso médico-anatómico, que em-pezó a cobrar particular importancia en la Nueva España a fines delsiglo dieciséis. En 1576 el virrey Martín Enríquez había mandado hacerautopsias como una medida de emergencia contra la epidemia que cau-só graves estragos entre la población indígena. Los resultados de estasautopsias fueron incluídos por Alonso López de Hinojosos en Suma yrecopilación de cirugía con un arte para sangrar muy útil y provechosa, obrapublicada en México en dos ediciones, en 1578 y en 1595. Contemporá-neos al libro de López de Hinojosos se escriben y se publican numerosostratados médicos, lo cual representa un verdadero florecimiento de lasciencias médicas en la Nueva España.6 A pesar de sus diferencias, estosescritos comparten una función en común: la de descubrir, describir,fijar y catalogar los cuerpos típicos de los mexicanos, con sus particula-ridades raciales, geográficas y humorales y con sus enfermedades odebilidades específicas. Un siglo después, cuando se escribe Voces de Tri-tón, ciertos sectores de la medicina colonial habrían aceptado teoríasmédicas más novedosas, como la teoría de la circulación de la sangre.Sin embargo, fray Mathías de Escobar parece vivir al margen de talesavances y, en sus explicaciones “científicas”, alude principalmente a losprimeros textos de medicina novohispana de fines del siglo dieciséis.

Otro registro constante en Voces de Tritón es el culto de las reliquias.Con el afán y la necesidad de fundar lugares de culto y de consolidar lapresencia de la Iglesia, la Nueva España experimenta un fenómeno

6 Entre los libros publicados hacia fines del siglo XVI y principios del XVII destacan:Opera medicinalia(1570), de Francisco Bravo, Tractado breve de anothomia y chirugia (1579,1592), de fray Agustín Farfán, Primera parte de los problemas y secretos maravillosos de las In-dias (1591) de Juan de Cárdenas, Repertorio de los tiempos y historia natural desta Nueva Es-paña, de Henrico Martínez (1606) y Sitio, naturaleza y propiedades de la Ciudad de México(1618) de Diego de Cisneros.

7 Para las variadas representaciones visuales del cuerpo en esta epoca, véase El cuer-po aludido. Anatomías y construcciones, México, siglos XVI-XX, México, Museo Nacional deArte, CONACULTA-INBA, 1998.

Page 11: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

2 3

MIRUNA ACH IM

2 2

semejante al que experimentó Europa durante los primeros siglos decristianización: proliferan las reliquias y se encuentran cuerpos inco-rruptos por todos lados. El mismo fray Escobar, en su Americana Thebai-da, relata varios casos de incorrupción entre los primeros agustinos enMichoacán. Pero el ejemplo más notable se encuentra en Puebla, confray Sebastián de Aparicio, cuya incorruptibilidad ha tenido sus cronis-tas y sus devotos desde fray Juan de Torquemada hasta nuestros días.En los siglos XVI y XVII, el culto de las reliquias representa al mismo tiem-po un importante aspecto de las reformas postridentinas que tomaronel cuerpo humano como la materia prima para la expresión y consolida-ción de la fe católica y, por lo tanto, pusieron en circulación un gran nú-mero de imágenes corporales y, a veces, aun partes del cuerpo mismo.Sometido a un rigoroso regimen de dolor y placer, gozo y sufrimiento,el cuerpo se forja y se disciplina en la fe; sus abstinencias o excesospueden ganar o perder la batalla del espíritu contra el mundo y contrala condenación eterna. Tomando en cuenta su contexto cultural, el cuer-po del obispo Escalona se vuelve un índice de interpretaciones, que os-cilan entre la medicina y la teología, la política y la moral, un registro dediscursos que se apoyan o se contradicen uno al otro.7 En este sentido,Voces de Tritón representa un momento tardío, algo anacrónico, de unafase muy fértil en el imaginario del cuerpo humano. Nunca después sedarán encuentro la teología y la ciencia dentro del mismo texto paraconstruir un cuerpo abierto a lecturas tan diferentes.

Las posibilidades metafóricas y simbólicas del cuerpo no habían pa-sado desapercibidas antes del siglo XVI. Al contrario, existe un tipo y unideal de cuerpo correspondiente a cada época. Durante los siglos ante-riores, el cuerpo humano era el centro de un sistema cerrado de conver-siones y equivalencias, el microcosmos que legitimaba y sostenía jerar-quías sociales, morales y políticas. En el siglo XI, John de Salisbury habíaformulado una atractiva teoría –que llegó a conocer múltiples varian-tes– según la cual el corazón correspondía al rey, el cerebro a la Iglesia,el estómago a los sectores comerciales, las manos y los pies a las masas.

pretativas respecto al cuerpo. A partir del siglo XVI y hasta la mitad delXVIII, en ambos lados del Atlántico, el cuerpo –con sus superficies, suscomplicados pliegues y sus interiores abismales, oscuros y viscosos– sevuelve un tema obsesivo en el imaginario colectivo, el lugar privilegia-do de exposición, el punto de partida del discurso y del pensamiento.

Una de las reflexiones más importantes en torno a los restos de Es-calona y Calatayud proviene del discurso médico-anatómico, que em-pezó a cobrar particular importancia en la Nueva España a fines delsiglo dieciséis. En 1576 el virrey Martín Enríquez había mandado hacerautopsias como una medida de emergencia contra la epidemia que cau-só graves estragos entre la población indígena. Los resultados de estasautopsias fueron incluídos por Alonso López de Hinojosos en Suma yrecopilación de cirugía con un arte para sangrar muy útil y provechosa, obrapublicada en México en dos ediciones, en 1578 y en 1595. Contemporá-neos al libro de López de Hinojosos se escriben y se publican numerosostratados médicos, lo cual representa un verdadero florecimiento de lasciencias médicas en la Nueva España.6 A pesar de sus diferencias, estosescritos comparten una función en común: la de descubrir, describir,fijar y catalogar los cuerpos típicos de los mexicanos, con sus particula-ridades raciales, geográficas y humorales y con sus enfermedades odebilidades específicas. Un siglo después, cuando se escribe Voces de Tri-tón, ciertos sectores de la medicina colonial habrían aceptado teoríasmédicas más novedosas, como la teoría de la circulación de la sangre.Sin embargo, fray Mathías de Escobar parece vivir al margen de talesavances y, en sus explicaciones “científicas”, alude principalmente a losprimeros textos de medicina novohispana de fines del siglo dieciséis.

Otro registro constante en Voces de Tritón es el culto de las reliquias.Con el afán y la necesidad de fundar lugares de culto y de consolidar lapresencia de la Iglesia, la Nueva España experimenta un fenómeno

6 Entre los libros publicados hacia fines del siglo XVI y principios del XVII destacan:Opera medicinalia(1570), de Francisco Bravo, Tractado breve de anothomia y chirugia (1579,1592), de fray Agustín Farfán, Primera parte de los problemas y secretos maravillosos de las In-dias (1591) de Juan de Cárdenas, Repertorio de los tiempos y historia natural desta Nueva Es-paña, de Henrico Martínez (1606) y Sitio, naturaleza y propiedades de la Ciudad de México(1618) de Diego de Cisneros.

7 Para las variadas representaciones visuales del cuerpo en esta epoca, véase El cuer-po aludido. Anatomías y construcciones, México, siglos XVI-XX, México, Museo Nacional deArte, CONACULTA-INBA, 1998.

Page 12: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

2 5

Figura 2. Tab. Primera del Lib. Terzero, de Juan Valverde de Amusco, Historia de la com-posición del cuerpo humano (Roma, Antonio de Salamanca y Antonio Lafreri), 1556;reproducido en K.B. Roberts y J.D.W. Tomlinson, The Fabric of the Body, Oxford,Clarendon Press, 1982, 215.

MIRUNA ACH IM

2 4

Entre las manifestaciones más logradas de esta iconología corporal des-tacan la teoría inglesa de los dos cuerpos del rey y la creencia en las vir-tudes taumatúrgicas de los reyes franceses.8

Sin embargo, el siglo XVI marca un importante cambio en el imagina-rio corporal. Con la invención de nuevos instrumentos ópticos, las co-rrespondencias entre el microcosmos y el macrocosmos resultan cadavez más tenues. Por un lado, el telescopio disuelve las fronteras del es-pacio en una infinidad de estrellas. Por el otro, el microscopio revela lapresencia inesperada de mundos enteros bajo la superficie cotidiana delas cosas. Expresando un desconcierto común entre sus contemporá-neos, Pascal se asombra ante la condición solitaria del hombre, entre dosabismos, lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño. En estecontexto de rupturas epistemológicas, también cambia el saber sobre elcuerpo humano que, en este mundo abierto y descentrado, deja de serel microcosmos perfecto, el modelo y pauta del universo. En el campode la medicina, las nuevas prácticas de la disección descubren realida-des inusitadas. Al abrir el interior sagrado del cuerpo, al separar suspartes y examinar la masa revuelta de órganos vitales y embrollos de hi-los, nervios y vasos comunicantes, el ojo indagador del anatomista noencuentra la confirmación de viejas jerarquías, sino la crisis de todo co-nocimiento previo. Como el astrónomo, perplejo ante la vertiginosa yconfusa inmensidad del cielo, el anatomista confronta un mundo apa-rentamente ininteligible, carente de significados absolutos –el corazónha dejado de ser el rey, como en la analogía de Salisbury–, un reto paralas facultades interpretativas. ¿Es posible que los pliegues y enredos delos intestinos del obispo Escalona y Calatayud sugieran y confirmenverdades que van más allá de la pura materialidad? O, para hacer lamisma pregunta de una manera más oblicua: ¿qué vueltas dan las tri-pas en el contexto de la economía semiótica del barroco novohispano?¿cuál es su significado dentro del cuerpo político e ideológico barroco?¿Y de qué forma se inscribe y se lee este significado en el caso del obis-po de Michoacán?

8 Véanse Ernst Kantarowicz, The King’s Two Bodies: a study in medieval political theolo-gy, Princeton, Princeton University Press, 1957, 1998, y Marc Bloch, Les rois thaumaturges,París, Gallimard, 1983.

Page 13: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

2 5

Figura 2. Tab. Primera del Lib. Terzero, de Juan Valverde de Amusco, Historia de la com-posición del cuerpo humano (Roma, Antonio de Salamanca y Antonio Lafreri), 1556;reproducido en K.B. Roberts y J.D.W. Tomlinson, The Fabric of the Body, Oxford,Clarendon Press, 1982, 215.

MIRUNA ACH IM

2 4

Entre las manifestaciones más logradas de esta iconología corporal des-tacan la teoría inglesa de los dos cuerpos del rey y la creencia en las vir-tudes taumatúrgicas de los reyes franceses.8

Sin embargo, el siglo XVI marca un importante cambio en el imagina-rio corporal. Con la invención de nuevos instrumentos ópticos, las co-rrespondencias entre el microcosmos y el macrocosmos resultan cadavez más tenues. Por un lado, el telescopio disuelve las fronteras del es-pacio en una infinidad de estrellas. Por el otro, el microscopio revela lapresencia inesperada de mundos enteros bajo la superficie cotidiana delas cosas. Expresando un desconcierto común entre sus contemporá-neos, Pascal se asombra ante la condición solitaria del hombre, entre dosabismos, lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño. En estecontexto de rupturas epistemológicas, también cambia el saber sobre elcuerpo humano que, en este mundo abierto y descentrado, deja de serel microcosmos perfecto, el modelo y pauta del universo. En el campode la medicina, las nuevas prácticas de la disección descubren realida-des inusitadas. Al abrir el interior sagrado del cuerpo, al separar suspartes y examinar la masa revuelta de órganos vitales y embrollos de hi-los, nervios y vasos comunicantes, el ojo indagador del anatomista noencuentra la confirmación de viejas jerarquías, sino la crisis de todo co-nocimiento previo. Como el astrónomo, perplejo ante la vertiginosa yconfusa inmensidad del cielo, el anatomista confronta un mundo apa-rentamente ininteligible, carente de significados absolutos –el corazónha dejado de ser el rey, como en la analogía de Salisbury–, un reto paralas facultades interpretativas. ¿Es posible que los pliegues y enredos delos intestinos del obispo Escalona y Calatayud sugieran y confirmenverdades que van más allá de la pura materialidad? O, para hacer lamisma pregunta de una manera más oblicua: ¿qué vueltas dan las tri-pas en el contexto de la economía semiótica del barroco novohispano?¿cuál es su significado dentro del cuerpo político e ideológico barroco?¿Y de qué forma se inscribe y se lee este significado en el caso del obis-po de Michoacán?

8 Véanse Ernst Kantarowicz, The King’s Two Bodies: a study in medieval political theolo-gy, Princeton, Princeton University Press, 1957, 1998, y Marc Bloch, Les rois thaumaturges,París, Gallimard, 1983.

Page 14: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

2 7

MIRUNA ACH IM

2 6

DIGESTIÓN Y ALQUIMIA: DEL OMBLIGO DE LA LUJURIA

A LAS ENTRAÑAS DE LA CARIDAD

Hoy, las verdades del cuerpo se escriben en el idioma de los números yse nos presentan como complicados y caprichosos bailes de moléculas.Pero, en el siglo XVII esas verdades eran inscritas sobre las entrañas, cu-yos significados flexibles abarcaban lo vil y lo sublime, lo económico ylo moral. Repetidas veces en Voces de Tritón, fray Mathías de Escobar se-ñala las entrañas como la sede de los vicios, de la corrupción y de la fra-gilidad moral: “colocó el Eclesiástico en las Entrañas el tronco de la las-civia”.9 Escobar no es el único que establece esta conexión. Más de unsiglo antes, fray Agustín Farfán, fraile agustino y médico en la ciudadde México, había empezado su Tractado breve de medicina (1691) con unadisertación sobre el estómago –y los órganos digestivos en general—alque culpa de todas las enfermedades en las Indias. Los habitantes de laNueva España, nos dice Farfán, comen demasiado o comen a deshoras.De consecuencias gravísimas son también el desenfreno y la lujuria delos que buscan regocijos carnales poco después del manjar. Farfán ad-vierte que los niños concebidos en semejantes circunstancias nacen dé-biles e inhábiles.10 Por lo tanto, las agruras y los ardores de la digestiónson síntomas de licencias sexuales y de depravación moral y puedenprovocar verdaderas crisis económicas y demográficas. El bienestar dela Colonia parece depender, en gran medida, del conocimiento y delcontrol ejercido sobre los estómagos de sus habitantes (tal vez no se de-ben descartar los factores político-sociales para explicar la fuerte pre-sencia de los órganos digestivos en los tratados médicos de la NuevaEspaña). El filósofo y político español don Diego de Saavedra Fajardollegaría a conclusiones similares en su Idea de un príncipe político cristiano(1640): “el estómago es donde se digieren los negocios; y si salieren délmal cocidos, será achacosa y breve la vida del gobierno”.11

Es precisamente el reto de gobernar y disciplinar las partes insumi-sas del interior del cuerpo –reto compartido también por sus contempo-ráneos– lo que interesa a fray Mathías de Escobar en Voces de Tritón, y lolleva a reflexionar repetidas veces a lo largo del texto, sobre el acto decomer y sobre los aspectos menos agradables vinculados a los procesosdigestivos. Escobar cuenta que san Juan Bautista se alimentaba sola-mente de miel silvestre y que la miel silvestre tiene un sabor amargo;que el corazón de David se derritió, como la cera, en sus entrañas; quelas entrañas de Escalona y Calatayud eran de un color dorado y teníanla consistencia de la cera cuando se encontraron siete años después desu muerte; que el obispo había padecido de disenteria y que, sin embar-go, sus tripas se habían mantenido incorruptas porque el obispo decíamisa con mucha frecuencia y por eso se alimentaba con el Sacramento:“el divino pan comunicó beneficios a sus entrañas”. Pero la reflexiónmás profunda y detallada de Escobar sobre la comida y la digestión seencuentra no en Voces de Tritón, sino en su Americana Thebaida. En lalarga sección dedicada a uno de los padres fundadores de la provinciaagustiniana de Michoacán, fray Juan Bautista Moya, Escobar nos hacellegar algunos detalles sobre los hábitos alimenticios del venerableagustino:

solía comer a la segunda mesa, y [...] tenía prevenidos uno o dos tamales,los cuales, fuera del natural mal sabor, junto con el mal olor, procuraba fue-sen los mohosos aquellos que ni aun los perros apetecen, o por sumamenteduros o por demás corruptos. Esto sólo tomaba por alimento, y la comidadel Convento la cogía para darla de limosna a los Pobres.12

No sólo se negaba fray Juan la comida, tampoco bebía –o, por lomenos, no bebía agua:

Un cierto religioso advirtió que cuando comía no bebía agua; contóle losdías y reconoció que pasaron de quince. [...] La Sangre de Cristo Vida nues-tra, vino caelesti, era sólo con lo que mitigaba los ardores de su sed. [...] Mu-chas veces [...] era visto su rostro Venerable como una encarnada rosa, de

9 Escobar, 1744, p. 175.10 Farfán, 1592, op. cit., pp. 1r-3v.11 Diego de Saavedra Fajardo, Idea de un príncipe político-cristiano, Madrid, M. Aguilar

Editor, 1946, p. 448. 12 Mathías de Escobar, Americana Thebaida, 1970, pp. 282-283.

Page 15: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

2 7

MIRUNA ACH IM

2 6

DIGESTIÓN Y ALQUIMIA: DEL OMBLIGO DE LA LUJURIA

A LAS ENTRAÑAS DE LA CARIDAD

Hoy, las verdades del cuerpo se escriben en el idioma de los números yse nos presentan como complicados y caprichosos bailes de moléculas.Pero, en el siglo XVII esas verdades eran inscritas sobre las entrañas, cu-yos significados flexibles abarcaban lo vil y lo sublime, lo económico ylo moral. Repetidas veces en Voces de Tritón, fray Mathías de Escobar se-ñala las entrañas como la sede de los vicios, de la corrupción y de la fra-gilidad moral: “colocó el Eclesiástico en las Entrañas el tronco de la las-civia”.9 Escobar no es el único que establece esta conexión. Más de unsiglo antes, fray Agustín Farfán, fraile agustino y médico en la ciudadde México, había empezado su Tractado breve de medicina (1691) con unadisertación sobre el estómago –y los órganos digestivos en general—alque culpa de todas las enfermedades en las Indias. Los habitantes de laNueva España, nos dice Farfán, comen demasiado o comen a deshoras.De consecuencias gravísimas son también el desenfreno y la lujuria delos que buscan regocijos carnales poco después del manjar. Farfán ad-vierte que los niños concebidos en semejantes circunstancias nacen dé-biles e inhábiles.10 Por lo tanto, las agruras y los ardores de la digestiónson síntomas de licencias sexuales y de depravación moral y puedenprovocar verdaderas crisis económicas y demográficas. El bienestar dela Colonia parece depender, en gran medida, del conocimiento y delcontrol ejercido sobre los estómagos de sus habitantes (tal vez no se de-ben descartar los factores político-sociales para explicar la fuerte pre-sencia de los órganos digestivos en los tratados médicos de la NuevaEspaña). El filósofo y político español don Diego de Saavedra Fajardollegaría a conclusiones similares en su Idea de un príncipe político cristiano(1640): “el estómago es donde se digieren los negocios; y si salieren délmal cocidos, será achacosa y breve la vida del gobierno”.11

Es precisamente el reto de gobernar y disciplinar las partes insumi-sas del interior del cuerpo –reto compartido también por sus contempo-ráneos– lo que interesa a fray Mathías de Escobar en Voces de Tritón, y lolleva a reflexionar repetidas veces a lo largo del texto, sobre el acto decomer y sobre los aspectos menos agradables vinculados a los procesosdigestivos. Escobar cuenta que san Juan Bautista se alimentaba sola-mente de miel silvestre y que la miel silvestre tiene un sabor amargo;que el corazón de David se derritió, como la cera, en sus entrañas; quelas entrañas de Escalona y Calatayud eran de un color dorado y teníanla consistencia de la cera cuando se encontraron siete años después desu muerte; que el obispo había padecido de disenteria y que, sin embar-go, sus tripas se habían mantenido incorruptas porque el obispo decíamisa con mucha frecuencia y por eso se alimentaba con el Sacramento:“el divino pan comunicó beneficios a sus entrañas”. Pero la reflexiónmás profunda y detallada de Escobar sobre la comida y la digestión seencuentra no en Voces de Tritón, sino en su Americana Thebaida. En lalarga sección dedicada a uno de los padres fundadores de la provinciaagustiniana de Michoacán, fray Juan Bautista Moya, Escobar nos hacellegar algunos detalles sobre los hábitos alimenticios del venerableagustino:

solía comer a la segunda mesa, y [...] tenía prevenidos uno o dos tamales,los cuales, fuera del natural mal sabor, junto con el mal olor, procuraba fue-sen los mohosos aquellos que ni aun los perros apetecen, o por sumamenteduros o por demás corruptos. Esto sólo tomaba por alimento, y la comidadel Convento la cogía para darla de limosna a los Pobres.12

No sólo se negaba fray Juan la comida, tampoco bebía –o, por lomenos, no bebía agua:

Un cierto religioso advirtió que cuando comía no bebía agua; contóle losdías y reconoció que pasaron de quince. [...] La Sangre de Cristo Vida nues-tra, vino caelesti, era sólo con lo que mitigaba los ardores de su sed. [...] Mu-chas veces [...] era visto su rostro Venerable como una encarnada rosa, de

9 Escobar, 1744, p. 175.10 Farfán, 1592, op. cit., pp. 1r-3v.11 Diego de Saavedra Fajardo, Idea de un príncipe político-cristiano, Madrid, M. Aguilar

Editor, 1946, p. 448. 12 Mathías de Escobar, Americana Thebaida, 1970, pp. 282-283.

Page 16: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

2 9

MIRUNA ACH IM

2 8

que todos se admiraban, pues nadie ignoraba las penitencias de NuestroBautista.13

Perdonemos a nuestro cronista, poco amante de los tamales y algomal informado sobre sus valores nutritivos; en realidad, en los pasajescitados, fray Mathías de Escobar pone énfasis en la austeridad alimenti-cia del padre agustino, para quien la dieta se vuelve el campo de bata-lla privilegiado entre el alma y los apetitos del cuerpo. Punto de encuen-tro entre lo externo y lo interno, las entrañas representan el hornoalquímico donde se forja el carácter físico y espiritual del individuo y,por lo tanto, el buen funcionamiento del aparato digestivo puede servircomo el reflejo o la firma personal de cada uno en el mundo. Sin entraren detalles físicos, quisiera notar que en el siglo XVIII, la salud se asocia-ba directamente con el flujo y toda obstrucción era considerada como lacausa principal de la enfermedad. La salud operaba bajo el signo nega-tivo del intercambio entre el individuo y su exterior; para mantenerla senecesitaba expulsar más de lo que uno ingería.14 Al describir la dieta defray Juan Bautista, fray Mathías de Escobar se asombra ante el aspectovigoroso del padre agustino y asocia su vitalidad con los hábitos del pa-dre de comer y guardar poco para sí mismo y regalarlo todo a los de-más. Conviene señalar que aun después de la muerte, el cuerpo de frayJuan Bautista, como el del obispo Escalona y Calatayud, manifestó cali-dades milagrosas. Al cabo de unos cinco años, una embriagante fragran-cia delató la presencia del cadáver a pesar de las medidas tomadas paraenterrarlo en un lugar secreto. El cuerpo, que se había mantenido intac-to, fue trasladado a una pared de la iglesia catedral en Valladolid, paraser exhumado de nuevo, poco tiempo después. Aunque el cuerpo se ha-bía deshecho esta vez, la fragrancia persistía. Escobar no se deja vencertan fácilmente por la nueva evidencia; al contrario, el cronista percibe lavoluntad divina de aprovechar mejor, como reliquias, los huesos des-carnados del venerable padre.

Entre fray Juan Bautista Moya y el obispo Escalona y Calatayud, se-parados por más de cien años, existen ciertas afinidades que conducenal cronista a la misma reflexión en dos textos diferentes. Como en el casode su predecesor, las entrañas de Escalona y Calatayud se mantienen in-corruptas por ciertas costumbres alimenticias cuyas consecuencias vanmucho más allá del puro acto digestivo. Ambos ejercen un sabio y rigu-roso control sobre sus cuerpos al disciplinar las entrañas tanto para elbien propio como para la utilidad de una comunidad de fieles. En Vocesde Tritón, la escatología y la economía se intersectan cuando fray Esco-bar nota que la corrupción es la consecuencia directa de retener, de ate-sorar, y con mucha prisa, enumera los conventos fundados con el dinerodel obispo Escalona y Calatayud. El obispo no guardaba sus tesoros y,por lo tanto, sus incansables entrañas se mantuvieron intactas despuésde la muerte.

ÍNDICES E INDICIOS: LA MANO Y SUS INSCRIPCIONES

Una cadena compleja vincula así las entrañas con la virtud más impor-tante de un obispo: el don de la caridad. De hecho, en el pensamientoingenioso de Escobar, las tripas juegan el papel de las manos, que seríansímbolos más obvios de la caridad:

Tienen las Entrañas con las manos cierta analogía, equivocándose entre sí[...] Creo que hacen en el cuerpo las manos lo que hacen éstas en los Relo-xes. Por manos se reconoce lo descompuesto, o concertado de las Entrañasdel Relox. La mano muestra el estado interno. Assi en el cuerpo las limos-neras muestran la interna Charidad. Si ellas paran, luego se conoce, que lesfalta a las Entrañas el oleo de la charidad.15

En la primera parte de su analogía, Escobar fija la imagen del reloj ysus manecillas, un emblema tradicional de la operación del poder, queel cronista puede haber leído en el emblema cincuenta y seis de Idea de

13 Ib., p. 285.14 Para el análisis de esta creencia en la Europa occidental del siglo dieciséis, véase

Michael Schoenfeldt, “Fables of the Belly in Early Modern England” en Hillman andMazzio, eds., The Body in Parts, Routledge, 1997, pp. 243-261. 15 Escobar, 1744, p. 186

Page 17: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

2 9

MIRUNA ACH IM

2 8

que todos se admiraban, pues nadie ignoraba las penitencias de NuestroBautista.13

Perdonemos a nuestro cronista, poco amante de los tamales y algomal informado sobre sus valores nutritivos; en realidad, en los pasajescitados, fray Mathías de Escobar pone énfasis en la austeridad alimenti-cia del padre agustino, para quien la dieta se vuelve el campo de bata-lla privilegiado entre el alma y los apetitos del cuerpo. Punto de encuen-tro entre lo externo y lo interno, las entrañas representan el hornoalquímico donde se forja el carácter físico y espiritual del individuo y,por lo tanto, el buen funcionamiento del aparato digestivo puede servircomo el reflejo o la firma personal de cada uno en el mundo. Sin entraren detalles físicos, quisiera notar que en el siglo XVIII, la salud se asocia-ba directamente con el flujo y toda obstrucción era considerada como lacausa principal de la enfermedad. La salud operaba bajo el signo nega-tivo del intercambio entre el individuo y su exterior; para mantenerla senecesitaba expulsar más de lo que uno ingería.14 Al describir la dieta defray Juan Bautista, fray Mathías de Escobar se asombra ante el aspectovigoroso del padre agustino y asocia su vitalidad con los hábitos del pa-dre de comer y guardar poco para sí mismo y regalarlo todo a los de-más. Conviene señalar que aun después de la muerte, el cuerpo de frayJuan Bautista, como el del obispo Escalona y Calatayud, manifestó cali-dades milagrosas. Al cabo de unos cinco años, una embriagante fragran-cia delató la presencia del cadáver a pesar de las medidas tomadas paraenterrarlo en un lugar secreto. El cuerpo, que se había mantenido intac-to, fue trasladado a una pared de la iglesia catedral en Valladolid, paraser exhumado de nuevo, poco tiempo después. Aunque el cuerpo se ha-bía deshecho esta vez, la fragrancia persistía. Escobar no se deja vencertan fácilmente por la nueva evidencia; al contrario, el cronista percibe lavoluntad divina de aprovechar mejor, como reliquias, los huesos des-carnados del venerable padre.

Entre fray Juan Bautista Moya y el obispo Escalona y Calatayud, se-parados por más de cien años, existen ciertas afinidades que conducenal cronista a la misma reflexión en dos textos diferentes. Como en el casode su predecesor, las entrañas de Escalona y Calatayud se mantienen in-corruptas por ciertas costumbres alimenticias cuyas consecuencias vanmucho más allá del puro acto digestivo. Ambos ejercen un sabio y rigu-roso control sobre sus cuerpos al disciplinar las entrañas tanto para elbien propio como para la utilidad de una comunidad de fieles. En Vocesde Tritón, la escatología y la economía se intersectan cuando fray Esco-bar nota que la corrupción es la consecuencia directa de retener, de ate-sorar, y con mucha prisa, enumera los conventos fundados con el dinerodel obispo Escalona y Calatayud. El obispo no guardaba sus tesoros y,por lo tanto, sus incansables entrañas se mantuvieron intactas despuésde la muerte.

ÍNDICES E INDICIOS: LA MANO Y SUS INSCRIPCIONES

Una cadena compleja vincula así las entrañas con la virtud más impor-tante de un obispo: el don de la caridad. De hecho, en el pensamientoingenioso de Escobar, las tripas juegan el papel de las manos, que seríansímbolos más obvios de la caridad:

Tienen las Entrañas con las manos cierta analogía, equivocándose entre sí[...] Creo que hacen en el cuerpo las manos lo que hacen éstas en los Relo-xes. Por manos se reconoce lo descompuesto, o concertado de las Entrañasdel Relox. La mano muestra el estado interno. Assi en el cuerpo las limos-neras muestran la interna Charidad. Si ellas paran, luego se conoce, que lesfalta a las Entrañas el oleo de la charidad.15

En la primera parte de su analogía, Escobar fija la imagen del reloj ysus manecillas, un emblema tradicional de la operación del poder, queel cronista puede haber leído en el emblema cincuenta y seis de Idea de

13 Ib., p. 285.14 Para el análisis de esta creencia en la Europa occidental del siglo dieciséis, véase

Michael Schoenfeldt, “Fables of the Belly in Early Modern England” en Hillman andMazzio, eds., The Body in Parts, Routledge, 1997, pp. 243-261. 15 Escobar, 1744, p. 186

Page 18: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

3 1

MIRUNA ACH IM

3 0

un príncipe político-cristiano de Saavedra Fajardo, por ejemplo: “obran enel reloj las ruedas con tan mudo y oculto silencio”, escribe el filósofo ypolítico español, “que ni se ven ni se oyen, y, aunque dellas pende todoel artificio, no le atribuyen a sí, antes consultan a la mano su movimien-to”.16 Las operaciones del reloj son invisibles y secretas; son las maneci-llas las que revelan la condición del mecanismo interno, indicando sifunciona armoniosamente o no. En la segunda parte de la analogía, Es-cobar ingeniosamente compara las tripas –”las limosneras”– con las ma-necillas de un reloj interno de virtudes. Mientras éstas –las manecillas olas tripas– anden, siguen afinadas con los bálsamos de la caridad. Esco-bar cuenta cómo las manos caritativas han sido recompensadas tradi-cionalmente con la incorruptibilidad después de la muerte: “ha queridoel Señor conservar siempre las manos instrumentos de la Charidad per-manentes, reduciendo a cenizas el resto del cuerpo”, escribe Escobar ymenciona varios reyes ilustres cuyas manos han permanecido intactas.“No toca, no lastima la corrupción manos Regias que se ocupan en li-mosna”, concluye el cronista.17 En el caso de Escalona y Calatayud, laidentificación entre las incansables tripas del obispo y sus manos es tancompleta, que, según fray Mathías de Escobar, sería ocioso querer inda-gar si sus manos se conservaron intactas. Basta con que sus tripas semantuvieron incorruptas: “supongamos que están corrompidas las ma-nos, basta y es mayor prodigio que están incorruptas las Entrañas, ymás quando las Entrañas son el centro de la Charidad”.18

Las manos de los príncipes caritativos y de los santos juegan un pa-pel decisivo, tanto antes como después de la muerte del individuo. An-tes de la muerte, las manos se ocupan en gestos de caridad: dan, rega-lan, entregan, proveen. Después de la muerte, al conservarse intactas,las manos se vuelven instrumentos narrativos; su incorruptibilidad ins-cribe y confirma las verdades de una vida ejemplar. Para Escalona yCalatayud, son sus incorruptas entrañas, ricas en connotaciones, las queejercen la función manual de relatar la virtud moral y la rectitud políti-ca del obispo y de confirmar la veracidad del libro Voces de Tritón. De he-

cho, es con su propia sangre –la sangre dorada que brota del cajón y sevuelve tinta– que se escribe el texto: “mi pluma se ve hecha tropheo nopor sí, sino por estar teñida con la Sangre”, sostiene el cronista Escobar.19

En contraste, después de la muerte, la sangre de los pecadores traza unahistoria tan perversa como sus propios caracteres; así, las entrañas deJudas “quedaron patentes, para que en ellas leyeran las iniquidadesde este condenado; las cuales en el sucio papel de la tierra, formaba loscaracteres torcidos, con fétida tinta”.20

El cuerpo del obispo muerto clama una presencia absoluta dentrodel texto del cronista. El libro Voces de Tritón, como el cajón enterrado enel piso de la catedral, se vuelve el vaso que contiene esta presencia, y laescritura del libro es posible y legítima sólo en la medida en la que eltexto encarna –de manera material– las entrañas incorruptas y revela lahuella de la sangre milagrosa entrelazada con su propia tinta. Al mismotiempo, la autoridad del libro está garantizada repetidas veces por me-canismos de confirmación, que manifiestan la transformación de la letraen sangre. Uno de los casos más interesantes de estas transubstanciacio-nes ocurre en la dedicación del libro. Voces de Tritón experimentó lapeculiar suerte de ser dedicado no sólo en una, sino en dos ocasiones.Escobar se lo dedica a Juan de Rada, prebendado de la catedral de Va-lladolid; a su vez, Rada lo dedica de nuevo a don Joseph de Carvajal yAlencastre, presidente del Consejo de Indias. Juan de Rada explica elmotivo de la rededicación de la siguiente manera: “para dar crédito delTestimonio, he querido que vuelva la Sangre del Illustrisimo Señor Es-calona a las manos de Vuestra Excelencia, que assí correrá a circular a sucuerpo y se ha de incorporar con la de su Excelencia”.21 Al llegar a losmanos de su nuevo dueño, la tinta del libro se convierte en sangre y en-tra en el cuerpo de éste. Tal conversión sólo sigue natural cauce al reco-nocer profundos vínculos entre el obispo y el presidente; los dos habíansido maestros en el Colegio Viejo Mayor de San Bartholomé en Sala-manca y estaban unidos por vínculos de sangre: “hay unidad de Sangre

16 Saavedra Fajardo, 1946, p. 450.17 Escobar, 1744, p. 184-185.18 Ib., p. 185.

19 Ib., p. 204.20 Ib., p. 196.21 Juan de Rada, “Al Ilmo y Excmo Sr. Dr. D. Joseph de Carvajal y Alencastre”, en Es-

cobar, 1744, s. p.

Page 19: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

3 1

MIRUNA ACH IM

3 0

un príncipe político-cristiano de Saavedra Fajardo, por ejemplo: “obran enel reloj las ruedas con tan mudo y oculto silencio”, escribe el filósofo ypolítico español, “que ni se ven ni se oyen, y, aunque dellas pende todoel artificio, no le atribuyen a sí, antes consultan a la mano su movimien-to”.16 Las operaciones del reloj son invisibles y secretas; son las maneci-llas las que revelan la condición del mecanismo interno, indicando sifunciona armoniosamente o no. En la segunda parte de la analogía, Es-cobar ingeniosamente compara las tripas –”las limosneras”– con las ma-necillas de un reloj interno de virtudes. Mientras éstas –las manecillas olas tripas– anden, siguen afinadas con los bálsamos de la caridad. Esco-bar cuenta cómo las manos caritativas han sido recompensadas tradi-cionalmente con la incorruptibilidad después de la muerte: “ha queridoel Señor conservar siempre las manos instrumentos de la Charidad per-manentes, reduciendo a cenizas el resto del cuerpo”, escribe Escobar ymenciona varios reyes ilustres cuyas manos han permanecido intactas.“No toca, no lastima la corrupción manos Regias que se ocupan en li-mosna”, concluye el cronista.17 En el caso de Escalona y Calatayud, laidentificación entre las incansables tripas del obispo y sus manos es tancompleta, que, según fray Mathías de Escobar, sería ocioso querer inda-gar si sus manos se conservaron intactas. Basta con que sus tripas semantuvieron incorruptas: “supongamos que están corrompidas las ma-nos, basta y es mayor prodigio que están incorruptas las Entrañas, ymás quando las Entrañas son el centro de la Charidad”.18

Las manos de los príncipes caritativos y de los santos juegan un pa-pel decisivo, tanto antes como después de la muerte del individuo. An-tes de la muerte, las manos se ocupan en gestos de caridad: dan, rega-lan, entregan, proveen. Después de la muerte, al conservarse intactas,las manos se vuelven instrumentos narrativos; su incorruptibilidad ins-cribe y confirma las verdades de una vida ejemplar. Para Escalona yCalatayud, son sus incorruptas entrañas, ricas en connotaciones, las queejercen la función manual de relatar la virtud moral y la rectitud políti-ca del obispo y de confirmar la veracidad del libro Voces de Tritón. De he-

cho, es con su propia sangre –la sangre dorada que brota del cajón y sevuelve tinta– que se escribe el texto: “mi pluma se ve hecha tropheo nopor sí, sino por estar teñida con la Sangre”, sostiene el cronista Escobar.19

En contraste, después de la muerte, la sangre de los pecadores traza unahistoria tan perversa como sus propios caracteres; así, las entrañas deJudas “quedaron patentes, para que en ellas leyeran las iniquidadesde este condenado; las cuales en el sucio papel de la tierra, formaba loscaracteres torcidos, con fétida tinta”.20

El cuerpo del obispo muerto clama una presencia absoluta dentrodel texto del cronista. El libro Voces de Tritón, como el cajón enterrado enel piso de la catedral, se vuelve el vaso que contiene esta presencia, y laescritura del libro es posible y legítima sólo en la medida en la que eltexto encarna –de manera material– las entrañas incorruptas y revela lahuella de la sangre milagrosa entrelazada con su propia tinta. Al mismotiempo, la autoridad del libro está garantizada repetidas veces por me-canismos de confirmación, que manifiestan la transformación de la letraen sangre. Uno de los casos más interesantes de estas transubstanciacio-nes ocurre en la dedicación del libro. Voces de Tritón experimentó lapeculiar suerte de ser dedicado no sólo en una, sino en dos ocasiones.Escobar se lo dedica a Juan de Rada, prebendado de la catedral de Va-lladolid; a su vez, Rada lo dedica de nuevo a don Joseph de Carvajal yAlencastre, presidente del Consejo de Indias. Juan de Rada explica elmotivo de la rededicación de la siguiente manera: “para dar crédito delTestimonio, he querido que vuelva la Sangre del Illustrisimo Señor Es-calona a las manos de Vuestra Excelencia, que assí correrá a circular a sucuerpo y se ha de incorporar con la de su Excelencia”.21 Al llegar a losmanos de su nuevo dueño, la tinta del libro se convierte en sangre y en-tra en el cuerpo de éste. Tal conversión sólo sigue natural cauce al reco-nocer profundos vínculos entre el obispo y el presidente; los dos habíansido maestros en el Colegio Viejo Mayor de San Bartholomé en Sala-manca y estaban unidos por vínculos de sangre: “hay unidad de Sangre

16 Saavedra Fajardo, 1946, p. 450.17 Escobar, 1744, p. 184-185.18 Ib., p. 185.

19 Ib., p. 204.20 Ib., p. 196.21 Juan de Rada, “Al Ilmo y Excmo Sr. Dr. D. Joseph de Carvajal y Alencastre”, en Es-

cobar, 1744, s. p.

Page 20: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

3 3

MIRUNA ACH IM

3 2

entre los Colegiales de San Bartholomé”,22 explica Juan de Rada. El cuer-po del libro está hecho del cuerpo del obispo, su sangre y sus tripas y,por lo tanto, se podría decir que las entrañas de Escalona y Calatayudson al mismo tiempo la autoridad y el autor detrás de Voces de Tritón. Laletra escrita con sangre es una firma de veracidad, la confirmación, tan-to de la milagrosa historia, como de la autoridad moral de sus recipien-tes y lectores.

Pero, esta firma de sangre no es la única firma en el libro. Al contra-rio, como la mayoría de los textos de su época, Voces de Tritón se puededescribir, en el nivel material, como un palimpsesto de aprobaciones,dedicaciones, firmas y sellos que complican nuestras nociones moder-nas de un autor único detrás de cada texto. Además, como he mencio-nado, el texto de fray Mathías se publicó junto con un testimonio médi-co firmado por los peritos participantes en el examen de las entrañas.Estas firmas están detrás del texto, garantizan la legalidad de la histo-ria; el saber científico produce y confirma la verdad del milagro reli-gioso.

Nos hallamos, por lo tanto, frente a un juego de autores y autorida-des. Para resumir: el obispo Escalona y Calatayud, o mejor dicho, sus in-corruptas entrañas, son el autor de su propia historia. Pero, al mismotiempo, la autoridad del obispo muerto –la prueba de su vida ejemplary de su milagrosa incorruptibilidad– necesita a su vez ser autorizada.Este espejismo caracteriza todas las operaciones y representaciones delpoder. El poder político y eclesiástico está escrito por varias manos y através de mecanismos institucionales que negocian la manifestación delpoder. Una complicada cadena de médicos, cronistas, teólogos y dueñosque abren, escriben, sellan, aprueban y firman. Estructuras religiosas,legales y científicas que examinan, confirman e inventan el milagro delas entrañas enterradas. Como las manecillas de un reloj, que giran paramanifestar su mecanismo interno, el libro que manifiesta los secretos delcajón se mueve dentro de los círculos del México de mediados del XVIII.En su proceso de circulación, el libro no sólo revela la incorruptibilidadde las entrañas del obispo, sino que también articula una comunidad decreyentes y descubre las cadenas y los canales del poder colonial.

“LO QUE ESTÁ EN MEDIO”: EL CUERPO POLÍTICO EN EL IMAGINARIO BARROCO

Entre los textos escritos sobre el cuerpo, particularmente sobre el cadá-ver de un personaje poderoso,Voces de Tritón ocupa un lugar aparte encuanto a su complejidad y extensión. Sin embargo, Voces de Tritón no esel único ejemplo de este género. La tradición nos remite al cuerpo delrey Felipe II, cuyas agonías, inmundicias y putrefacciones en sus últimosmeses de vida, durante el verano y otoño de 1598, constituyeron un edi-ficante tema de discusión y reflexión para sus contemporáneos.23 En laNueva España, encontramos otro ejemplo del interés por el cuerpomuerto del poder en la crónica de Mateo Alemán sobre la autopsia y elembalsamamiento del arzobispo-virrey fray García Guerra en 1612.24

Tampoco se podría decir que este interés ha dejado de existir hoy: lasperipecias de los cuerpos de Evita, Lenin, Stalin o Mao sugieren la fasci-nación por descifrar los signos del poder según la materialidad del cuer-po, por revelar la cara escondida, las entrañas secretas del poder. En esteartículo he intentado trazar un mapa de los diferentes significados delas entrañas en la época barroca. Sin embargo, la asociación entre elpoder y las entrañas no deja de ser inquietante. ¿Cuál es la razón de estevínculo?

Podríamos, a modo de respuesta y de resumen, buscar “entrañas”en el Diccionario de la lengua castellana (1726-1739), mejor conocido comoel Diccionario de autoridades, estrictamente contemporáneo de Voces deTritón. En primer plano, el diccionario define “entrañas” como “todo loque el animal tiene dentro del cuerpo, en que se comprehenden el cora-zón, el higado, el bazo, el pulmón y demás partes interiores”. Al mismotiempo leemos los siguiente significados metafóricos:

Entrañas. Por alusión se llama lo oculto escondido debaxo de la tierra:como las entrañas de la tierra, de los montes, esto es lo hondo y profundoy metido dentro [...]; Gong. Son. Amor 22:

22 Ib.

23 Para una discusión de este debate, véase Carlos M. N. Eire, The Art and Craft ofDying in Seventeenth-Century Spain, Cambridge University Press, 1995.

24 Mateo Alemán, Sucesos de D. Frai García Gera, México, Viuda de Pedro Balli, 1613.

Page 21: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

3 3

MIRUNA ACH IM

3 2

entre los Colegiales de San Bartholomé”,22 explica Juan de Rada. El cuer-po del libro está hecho del cuerpo del obispo, su sangre y sus tripas y,por lo tanto, se podría decir que las entrañas de Escalona y Calatayudson al mismo tiempo la autoridad y el autor detrás de Voces de Tritón. Laletra escrita con sangre es una firma de veracidad, la confirmación, tan-to de la milagrosa historia, como de la autoridad moral de sus recipien-tes y lectores.

Pero, esta firma de sangre no es la única firma en el libro. Al contra-rio, como la mayoría de los textos de su época, Voces de Tritón se puededescribir, en el nivel material, como un palimpsesto de aprobaciones,dedicaciones, firmas y sellos que complican nuestras nociones moder-nas de un autor único detrás de cada texto. Además, como he mencio-nado, el texto de fray Mathías se publicó junto con un testimonio médi-co firmado por los peritos participantes en el examen de las entrañas.Estas firmas están detrás del texto, garantizan la legalidad de la histo-ria; el saber científico produce y confirma la verdad del milagro reli-gioso.

Nos hallamos, por lo tanto, frente a un juego de autores y autorida-des. Para resumir: el obispo Escalona y Calatayud, o mejor dicho, sus in-corruptas entrañas, son el autor de su propia historia. Pero, al mismotiempo, la autoridad del obispo muerto –la prueba de su vida ejemplary de su milagrosa incorruptibilidad– necesita a su vez ser autorizada.Este espejismo caracteriza todas las operaciones y representaciones delpoder. El poder político y eclesiástico está escrito por varias manos y através de mecanismos institucionales que negocian la manifestación delpoder. Una complicada cadena de médicos, cronistas, teólogos y dueñosque abren, escriben, sellan, aprueban y firman. Estructuras religiosas,legales y científicas que examinan, confirman e inventan el milagro delas entrañas enterradas. Como las manecillas de un reloj, que giran paramanifestar su mecanismo interno, el libro que manifiesta los secretos delcajón se mueve dentro de los círculos del México de mediados del XVIII.En su proceso de circulación, el libro no sólo revela la incorruptibilidadde las entrañas del obispo, sino que también articula una comunidad decreyentes y descubre las cadenas y los canales del poder colonial.

“LO QUE ESTÁ EN MEDIO”: EL CUERPO POLÍTICO EN EL IMAGINARIO BARROCO

Entre los textos escritos sobre el cuerpo, particularmente sobre el cadá-ver de un personaje poderoso,Voces de Tritón ocupa un lugar aparte encuanto a su complejidad y extensión. Sin embargo, Voces de Tritón no esel único ejemplo de este género. La tradición nos remite al cuerpo delrey Felipe II, cuyas agonías, inmundicias y putrefacciones en sus últimosmeses de vida, durante el verano y otoño de 1598, constituyeron un edi-ficante tema de discusión y reflexión para sus contemporáneos.23 En laNueva España, encontramos otro ejemplo del interés por el cuerpomuerto del poder en la crónica de Mateo Alemán sobre la autopsia y elembalsamamiento del arzobispo-virrey fray García Guerra en 1612.24

Tampoco se podría decir que este interés ha dejado de existir hoy: lasperipecias de los cuerpos de Evita, Lenin, Stalin o Mao sugieren la fasci-nación por descifrar los signos del poder según la materialidad del cuer-po, por revelar la cara escondida, las entrañas secretas del poder. En esteartículo he intentado trazar un mapa de los diferentes significados delas entrañas en la época barroca. Sin embargo, la asociación entre elpoder y las entrañas no deja de ser inquietante. ¿Cuál es la razón de estevínculo?

Podríamos, a modo de respuesta y de resumen, buscar “entrañas”en el Diccionario de la lengua castellana (1726-1739), mejor conocido comoel Diccionario de autoridades, estrictamente contemporáneo de Voces deTritón. En primer plano, el diccionario define “entrañas” como “todo loque el animal tiene dentro del cuerpo, en que se comprehenden el cora-zón, el higado, el bazo, el pulmón y demás partes interiores”. Al mismotiempo leemos los siguiente significados metafóricos:

Entrañas. Por alusión se llama lo oculto escondido debaxo de la tierra:como las entrañas de la tierra, de los montes, esto es lo hondo y profundoy metido dentro [...]; Gong. Son. Amor 22:

22 Ib.

23 Para una discusión de este debate, véase Carlos M. N. Eire, The Art and Craft ofDying in Seventeenth-Century Spain, Cambridge University Press, 1995.

24 Mateo Alemán, Sucesos de D. Frai García Gera, México, Viuda de Pedro Balli, 1613.

Page 22: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

3 5

MIRUNA ACH IM

3 4

Cosas, Celalba mía, he visto extrañas,Casarse nubes, desbocarse vientos,Altas torres besar sus fundamentos,Y vomitar la tierra sus entrañas.

Entrañas. Se usa también por metáphora, para expresar lo que está en me-dio: como del cuerpo político de la Ciudad, Comunidad, Pueblo.Entrañas. Metaphoricamente se toma por el interior del ánimo, sus afectos,pasiones e inclinación de la voluntad y del corazón.25

El poder, particularmente el poder en la época barroca, se represen-ta y se manifiesta a través de una serie de actos públicos, sumamente vi-sibles: procesiones, alegorías, arcos triunfales, ejecuciones. En contraste,las entrañas indican una epistemología distinta del poder, que opera,como hemos visto, a través de canales ocultos, nudos secretos y caver-nas escondidas, a través del interior recóndito del cuerpo político de laciudad o de la comunidad, a través de un cajón enterrado en el centroreligioso de la sociedad michoacana. Las varias definiciones del Diccio-nario de autoridades sugieren el lado oscuro y subterráneo del poder, cu-yas operaciones podrían compararse con procesos propios a los grandessistemas naturales y físicos. En Mundus subterraneus (1678), el eruditojesuita Athanasius Kircher –cuyos libros alcanzaron gran popularidaden la Nueva España hacia el final del siglo XVII– describe la inmensacadena de fuegos que arden en el centro de la tierra y que emergen a lasuperficie sólo en momentos excepcionales, cuando los volcanes “vomi-tan” sus entrañas, para recurrir a los versos de Góngora. De la mismaforma, el cuerpo físico del poder, imaginado a través de sus entrañas, esun teatro de influencias ocultas, de fuegos erráticos y de cocciones ex-trañas, un teatro escondido detrás de máscaras heráldicas y de ceremo-nias públicas.

A la manera de la pintura barroca, el poder se manifiesta como unallama vacilante sobre un trasfondo de sombras, como el juego entre laluz y la oscuridad, entre el exterior ataviado del príncipe y su confusointerior, entre la vida y la muerte, entre el lenguaje y el no lenguaje. En

Voces de Tritón, fray Mathías de Escobar escribe que lo externo del cuer-po es comprensible, representable, accesible al lenguaje: “qualquierapinta lo externo, no faltan símiles para lo que se ve”.26 En contraste, elinterior del cuerpo no es accesible, lleva a la pérdida del lenguaje, a laconfusión total: “empero, para lo interno, aun Salomón carece de pala-bras”.27 Si el cuerpo tiene un defecto, prosigue Escobar, es el de “no teneren su pecho una ventana para que en ella leyessen su interior”.28 Vocesde Tritón tiene el mérito de ser una de las pocas ventanas abiertas haciael interior del cuerpo barroco novohispano.

25 Diccionario de autoridades, Madrid, Real Academia Española, vol. III, pp. 510-511.

26 Escobar, 1744, p. 17.27 Ib.28 Ib., p. 18.

Figura 3. Mundus subterraneus, Athanasius Kircher, Amsterdam, JanssonioWaesbergiana, 1678.

Page 23: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

3 5

MIRUNA ACH IM

3 4

Cosas, Celalba mía, he visto extrañas,Casarse nubes, desbocarse vientos,Altas torres besar sus fundamentos,Y vomitar la tierra sus entrañas.

Entrañas. Se usa también por metáphora, para expresar lo que está en me-dio: como del cuerpo político de la Ciudad, Comunidad, Pueblo.Entrañas. Metaphoricamente se toma por el interior del ánimo, sus afectos,pasiones e inclinación de la voluntad y del corazón.25

El poder, particularmente el poder en la época barroca, se represen-ta y se manifiesta a través de una serie de actos públicos, sumamente vi-sibles: procesiones, alegorías, arcos triunfales, ejecuciones. En contraste,las entrañas indican una epistemología distinta del poder, que opera,como hemos visto, a través de canales ocultos, nudos secretos y caver-nas escondidas, a través del interior recóndito del cuerpo político de laciudad o de la comunidad, a través de un cajón enterrado en el centroreligioso de la sociedad michoacana. Las varias definiciones del Diccio-nario de autoridades sugieren el lado oscuro y subterráneo del poder, cu-yas operaciones podrían compararse con procesos propios a los grandessistemas naturales y físicos. En Mundus subterraneus (1678), el eruditojesuita Athanasius Kircher –cuyos libros alcanzaron gran popularidaden la Nueva España hacia el final del siglo XVII– describe la inmensacadena de fuegos que arden en el centro de la tierra y que emergen a lasuperficie sólo en momentos excepcionales, cuando los volcanes “vomi-tan” sus entrañas, para recurrir a los versos de Góngora. De la mismaforma, el cuerpo físico del poder, imaginado a través de sus entrañas, esun teatro de influencias ocultas, de fuegos erráticos y de cocciones ex-trañas, un teatro escondido detrás de máscaras heráldicas y de ceremo-nias públicas.

A la manera de la pintura barroca, el poder se manifiesta como unallama vacilante sobre un trasfondo de sombras, como el juego entre laluz y la oscuridad, entre el exterior ataviado del príncipe y su confusointerior, entre la vida y la muerte, entre el lenguaje y el no lenguaje. En

Voces de Tritón, fray Mathías de Escobar escribe que lo externo del cuer-po es comprensible, representable, accesible al lenguaje: “qualquierapinta lo externo, no faltan símiles para lo que se ve”.26 En contraste, elinterior del cuerpo no es accesible, lleva a la pérdida del lenguaje, a laconfusión total: “empero, para lo interno, aun Salomón carece de pala-bras”.27 Si el cuerpo tiene un defecto, prosigue Escobar, es el de “no teneren su pecho una ventana para que en ella leyessen su interior”.28 Vocesde Tritón tiene el mérito de ser una de las pocas ventanas abiertas haciael interior del cuerpo barroco novohispano.

25 Diccionario de autoridades, Madrid, Real Academia Española, vol. III, pp. 510-511.

26 Escobar, 1744, p. 17.27 Ib.28 Ib., p. 18.

Figura 3. Mundus subterraneus, Athanasius Kircher, Amsterdam, JanssonioWaesbergiana, 1678.

Page 24: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

3 7

MIRUNA ACH IM

3 6

En búsqueda de palabras para descifrar y describir este interior, frayMathías de Escobar recurre a símiles y metáforas, teorías e imágenesque pertenecen a registros discursivos muy diferentes. Tal vez sea la ri-queza discursiva del texto –y no sólo la naturaleza de su tema– lo queproduce una gran sorpresa en el lector y causa una fuerte sensación dedistanciamiento frente al libro y a su contexto cultural. Como hemosvisto, Voces de Tritón no obedece a nuestros principios modernos de mar-car una separación precisa entre la ciencia y la religión, la teología yla economía. Estas divisiones disciplinarias cobrarán definición hacia lasegunda mitad del siglo XVIII y encontrarán sus expresiones más negati-vas en la especialización y la abstracción del lenguaje y del pensamien-to moderno. Voces de Tritón es la coronación exuberante de un momentomuy fértil en la historia del imaginario novohispano. Para acercarse aeste texto, el historiador necesita abandonar los prejuicios y las riñasdisciplinarias y dejar que los discursos cruzados presentes en el libroconstruyan la trama de su rico entorno.

BIBLIOGRAFÍA

ALEMÁN, Mateo, Sucesos de D. Frai García Gera Arcobispo de Mexico a cuyo cargo es-tuvo el govierno de la Nueva España, México, Viuda de Pedro Balli, 1613.

BLOCH, Marc, Les rois thaumaturges, París, Gallimard, 1983.BRAVO, Francisco, Opera medicinalia, México, Pedro Ocharte, 1570.CÁRDENAS, Juan de, Primera Parte de Los Problemas y Secretos maravillosos de las In-

dias, México, Casa de Pedro Ocharte, 1591.CISNEROS, Diego de, Sitio, naturaleza y propiedades de la Ciudad de México, aguas y

vientos a que esta sujeta; y tiempos del Año. Necesidad de conocimientos para elejercicio de la medicina su Incertidumbre y dificultad sin el de la Astrología assipara la curacion con para los prognosticos, México, Ioan Blanco de Alcázar,1618.

El cuerpo aludido. Anatomías y construcciones, México, siglos XVI-XX, México, Mu-seo Nacional de Arte, CONACULTA-INBA, 1998.

Diccionario de la lengua castellana, Madrid, Real Academia Española, 1726-1739.ESCOBAR, Mathias de, Voces de Triton Sonoro, que da desde la Santa Iglesia de Valla-

dolid de Michoacan la incorrupta, y viva Sangre del Illmo, Señor Doctor D. Juan

Joseph de Escalona, y Calatayud, Colegial Mayor del Insigne, y Viejo de San Bar-tholomé de Salamanca de Consejo de S. M. su Obispo Dignissimo en la Provinciade Venezuela, y trasladado a dicha Santa Iglesia de Valladolid, México, Viuda deJoseph Bernardo de Hogal, 1746.

–––, Americana Thebaida, Morelia, México, Balsal Editores, 1970.FARFÁN, Agustín, Tractado brebe de medicina, y de todas las Enfermedades, México,

Casa de Pedro Ocharte, 1592.GEARY, Patrick J., Furta sacra: Thefts of Relics in the Central Middle Ages, Princeton,

Princeton University Press, 1990.KANTOROWICZ, Ernst, The King’s Two Bodies: a Study in Medieval Political Theology,

Princeton, Princeton University Press, 1957, 1998.KIRCHER, Athanasius, Mundus subterraneus, Amsterdam, Janssonio Waesber-

gian, 1678.LÓPEZ DE HINOJOSOS, Alonso, Suma y recopilación de cirugía con un arte para san-

grar muy útil y provechosa, México, Antonio Ricarco, 1578. MAZÍN, Óscar, El cabildo catedral de Valladolid de Michoacán, Zamora, El Colegio

de Michoacán, 1996. OSORIO ROMERO, Ignacio, La luz imaginaria, México, Universidad Nacional Au-

tónoma de México, 1993.SCHOENFELDT, Michael, “Fables of the Belly in Early Modern England”, Hill-

man, David y Carla Mazzio, eds. The Body in Parts, New York, Routledge,1997.

SAAVEDRA FAJARDO, Diego de, Idea de un príncipe político-cristiano, en Obras Com-pletas, Madrid, M. Aguilar Editor, 1946.

SIGÜENZA Y GÓNGORA, Carlos, Alboroto y motín de los indios de México, México,Universidad Nacional Autónoma de México, 1986.

◆ ◆ ◆

Page 25: Autopsia Michoacana Siglo Xviii

L AS ENTRAÑAS DE L PODER

3 7

MIRUNA ACH IM

3 6

En búsqueda de palabras para descifrar y describir este interior, frayMathías de Escobar recurre a símiles y metáforas, teorías e imágenesque pertenecen a registros discursivos muy diferentes. Tal vez sea la ri-queza discursiva del texto –y no sólo la naturaleza de su tema– lo queproduce una gran sorpresa en el lector y causa una fuerte sensación dedistanciamiento frente al libro y a su contexto cultural. Como hemosvisto, Voces de Tritón no obedece a nuestros principios modernos de mar-car una separación precisa entre la ciencia y la religión, la teología yla economía. Estas divisiones disciplinarias cobrarán definición hacia lasegunda mitad del siglo XVIII y encontrarán sus expresiones más negati-vas en la especialización y la abstracción del lenguaje y del pensamien-to moderno. Voces de Tritón es la coronación exuberante de un momentomuy fértil en la historia del imaginario novohispano. Para acercarse aeste texto, el historiador necesita abandonar los prejuicios y las riñasdisciplinarias y dejar que los discursos cruzados presentes en el libroconstruyan la trama de su rico entorno.

BIBLIOGRAFÍA

ALEMÁN, Mateo, Sucesos de D. Frai García Gera Arcobispo de Mexico a cuyo cargo es-tuvo el govierno de la Nueva España, México, Viuda de Pedro Balli, 1613.

BLOCH, Marc, Les rois thaumaturges, París, Gallimard, 1983.BRAVO, Francisco, Opera medicinalia, México, Pedro Ocharte, 1570.CÁRDENAS, Juan de, Primera Parte de Los Problemas y Secretos maravillosos de las In-

dias, México, Casa de Pedro Ocharte, 1591.CISNEROS, Diego de, Sitio, naturaleza y propiedades de la Ciudad de México, aguas y

vientos a que esta sujeta; y tiempos del Año. Necesidad de conocimientos para elejercicio de la medicina su Incertidumbre y dificultad sin el de la Astrología assipara la curacion con para los prognosticos, México, Ioan Blanco de Alcázar,1618.

El cuerpo aludido. Anatomías y construcciones, México, siglos XVI-XX, México, Mu-seo Nacional de Arte, CONACULTA-INBA, 1998.

Diccionario de la lengua castellana, Madrid, Real Academia Española, 1726-1739.ESCOBAR, Mathias de, Voces de Triton Sonoro, que da desde la Santa Iglesia de Valla-

dolid de Michoacan la incorrupta, y viva Sangre del Illmo, Señor Doctor D. Juan

Joseph de Escalona, y Calatayud, Colegial Mayor del Insigne, y Viejo de San Bar-tholomé de Salamanca de Consejo de S. M. su Obispo Dignissimo en la Provinciade Venezuela, y trasladado a dicha Santa Iglesia de Valladolid, México, Viuda deJoseph Bernardo de Hogal, 1746.

–––, Americana Thebaida, Morelia, México, Balsal Editores, 1970.FARFÁN, Agustín, Tractado brebe de medicina, y de todas las Enfermedades, México,

Casa de Pedro Ocharte, 1592.GEARY, Patrick J., Furta sacra: Thefts of Relics in the Central Middle Ages, Princeton,

Princeton University Press, 1990.KANTOROWICZ, Ernst, The King’s Two Bodies: a Study in Medieval Political Theology,

Princeton, Princeton University Press, 1957, 1998.KIRCHER, Athanasius, Mundus subterraneus, Amsterdam, Janssonio Waesber-

gian, 1678.LÓPEZ DE HINOJOSOS, Alonso, Suma y recopilación de cirugía con un arte para san-

grar muy útil y provechosa, México, Antonio Ricarco, 1578. MAZÍN, Óscar, El cabildo catedral de Valladolid de Michoacán, Zamora, El Colegio

de Michoacán, 1996. OSORIO ROMERO, Ignacio, La luz imaginaria, México, Universidad Nacional Au-

tónoma de México, 1993.SCHOENFELDT, Michael, “Fables of the Belly in Early Modern England”, Hill-

man, David y Carla Mazzio, eds. The Body in Parts, New York, Routledge,1997.

SAAVEDRA FAJARDO, Diego de, Idea de un príncipe político-cristiano, en Obras Com-pletas, Madrid, M. Aguilar Editor, 1946.

SIGÜENZA Y GÓNGORA, Carlos, Alboroto y motín de los indios de México, México,Universidad Nacional Autónoma de México, 1986.

◆ ◆ ◆