ateneo educativo numero 2

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  • Editoras Responsables Fernanda Cecilia PerezClaudia Marcela SegretinDirectora PedaggicaFernanda Cecilia PerezDirectora EditorialClaudia Marcela Segretin

    Especialistas invitados en este nmeroDra. Emilce MolerDra. Cecilia RustoyburuProf. Marcelo ScottiLic. Susana LazzarisM.P. Roxana BrassescoM.P. Emiliano Zubiri

    Diseo Grfico

    Lic. Jorgelina Huder |[email protected] ImpresosMitre 3302 | (0223) 4915943 | Mar del Plata

    [email protected]/Fax (0223) 479-2780

    Ateneo educativo es una publicacin pedaggi-ca trimestral de distribucin gratuita entre los agentes de las escuelas municipales de nivel ini-cial, primario y del I.S.F.D Almafuerte. Ao 2, Nro.2 /Marzo de 2013. Tirada 1.200 ejemplaresOficina: Caseros N 4718, Mar del Plata

    Tel/Fax (0223) 479-2780

    [email protected]

    Sumario

    LA PREVIA

    PUNTO DE PARTIDA: LA ESCENA ESCOLAR

    PERSPECTIVAS

    INTERSECCIONES

    ARRIBOS PROVISORIOS

    HOJAS DE RUTA

    PRXIMA ESTACIN

    Echar lea al fuego de la conversacin

    historias para reconstruir la Historia

    Llamar a las cosas por su nombre, eso tambin es identidad. Por Roxana Brassesco

    La multiplicidad y el trauma en escena. Historias y memorias en un acto escolar. Por Cecilia Rustoyburu

    La memoria incomoda. Por Emilce Moler

    Contar con los otros, precisar nuestros relatos. Por Marcelo Scotti

    La experiencia es nica e inseparable del modo en que se la narra. Por Susana Lazzaris

    ISSN N 2314-0674

    Autoridades

    Intendente:Contador Gustavo A. PultiSecretaria de Educacin:Mg. Mnica Rodrguez SammartinoDirectora General de Planificacin Educativa

    y Formacin Docente:Mg. Elisabet CaielliDirectora General de Equidad y Calidad Educativa:

    Prof. Laura M. Spina

    Equipo de conduccinDirectora de Educacin:Prof. Silvia di FilippoSupervisora Nivel Inicial: Ana CarricaburoSupervisora Nivel Primario: Alicia MonpoliSupervisora Nivel Secundario: Prof. Viviana SalasSupervisora Modalidad Formacin Profesional

    y Nivel Superior: Prof. Mara Silvia GambiniSupervisora Modalidad Psicologa Comunitaria

    y Pedagoga Social: Lic. Adriana Giaquinta

    Secretarias tcnicas

    Nivel Inicial: Alejandra Boccheto

    Nivel Primario: Estela Gmez

    Nivel Secundario: Silvia Zurita

    Modalidad Formacin Profesional y Nivel

    Superior: Emma Cazzaro

    Modalidad Psicologa Comunitaria y Pedagoga

    Social: a cargo Alejandra Boccheto

    Directora del Instituto Superior de Formacin Docente Almafuerte y de la Editorial Almafuerte : Prof. Alicia Braa

    Prohibida su reproduccin total o parcial sin autoriza-cin de las directoras. Ateneo educativo no puede res-ponsabilizarse por los servicios y/o productos ofrecidos por los anunciantes, ni por las promociones realizadas por los mismos.

    Registro de propiedad intelectual en trmite.

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  • 3Echar lea al fuego de la conversacin

    La Previa

    En un proyecto editorial el nmero 2 es un enorme desafo desde la continuidad, desde el sostenimiento de la calidad y el cumpli-miento de las expectativas propias y ajenas. Y lo primero que se impone en este segundo Ateneo educativo es agradecer: a la primera escuela municipal y a su comunidad educa-tiva que se abrieron a lo nuevo y se ofrecie-ron generosamente, haciendo posible el n-mero inaugural; a la Escuela Municipal N 5 Intendente Luciano Arru, que posibilit este segundo; a todos los especialistas que, entusiastas y un poco aventureros, recibie-ron con alegra y compromiso la invitacin a pensar, debatir; a las autoridades del ISFD y a las autoridades de la Secretara de Edu-cacin que nos brindaron su entusiasmo, su valoracin y nos dieron el aliento y el respal-do necesarios para concretar en este 2013 los cuatro nmeros anuales que habamos proyectado. Por ltimo y muy especialmen-te, a los docentes municipales de Mar del Plata, que nos hicieron llegar numerosos comentarios y a los colegas que, desde pro-vincias como Corrientes, Chubut, Crdoba y desde diferentes zonas del Gran Buenos Aires, se interesaron en nuestro facebook y sus contenidos y, a travs del mismo, nos escribieron, ofrecieron su colaboracin y se suscribieron para recibir Ateneo Educativo por correo postal.Si, como dijo alguien, publicar es echar lea al fuego de la conversacin, una pu-blicacin pedaggica comprometida asume el desafo de alimentar un tipo particular de llama. Por eso en este segundo nmero nos parece importante compartir con los lec-tores cul es el dispositivo que se pone en marcha para gestionar el contenido de cada nmero de Ateneo educativo. Todo comienza con una escena escolar que se transforma en el caso del ateneo. En es-tos primeros nmeros fuimos las directoras quienes tomamos la iniciativa de acercar-nos a las escuelas, porque conocamos su particular forma de abordar determinadas cuestiones de la vida escolar, pero fueron los equipos directivos y los docentes quienes propusieron el tema. Una vez concretados los acuerdos, registramos la escena escolar que luego constituye el eje del ateneo y que se puede leer en la seccin Punto de parti-da. Apenas determinado el tema en el cual se centrar el ateneo y realizado el registro, convocamos a los especialistas -atendiendo a la pertinencia de su formacin en funcin del tema y a su trayectoria- y les enviamos la narrativa del caso para que realicen una primera apreciacin desde su campo, que es lo que conforma la seccin Perspectivas.

    Como parte de su participacin, los especia-listas realizan sugerencias de lectura (textos clsicos insoslayables o bibliografa recien-te) para la seccin Hojas de ruta y formu-lan algunos interrogantes que les surgieron durante el anlisis. Cuando estas perspecti-vas se completan y todos los especialistas han ledo a sus colegas, los invitamos al en-cuentro de discusin, que es grabado, cuya transcripcin, editada, constituye las Inter-secciones. Durante ese encuentro, Ateneo educativo pone a consideracin del equipo algunos de los interrogantes formulados, alentando ampliaciones, puntos de vista, comentarios, argumentaciones y promo-viendo la discusin pedaggica. Finalmente, se esbozan algunas conclusiones, que se pre-sentan como Arribos provisorios.El tema de este segundo ateneo es la Histo-ria y sus modos de circulacin en la institu-cin escolar. Una Historia -escolar? esco-larizada? escolarizante?- que (haga usted memoria) discursivamente aparece de la mano de un recurrente campo semntico que suele abundar en prceres, conmemo-racin, solemnidad, gloria, gestas, honor, batallas, hitos, derrotas, hazaas. Una His-toria que, pese a su juventud ( o acaso por eso) pone en jaque cualquier intento de ar-ticular un discurso consensuado sobre ella. Y la escuela el acto escolar, en particular- es uno de esos escenarios donde la ausencia de sntesis se manifiesta en lo que se dice y en lo que se calla, en lo que se selecciona y en lo que se elude, en las correlaciones que se organizan.Si todo tiempo presente est atravesado por su pasado, si la Historia es una narra-cin en la que el narrador imprime su pro-pia vinculacin con ese pasado, si la Histo-ria tambin es un conjunto de historias, de narrativas que nos constituyen y de voces que elegimos escuchar o soslayar, entonces, quien organiza un acto escolar o un pro-yecto anual en torno a la Historia funciona como un antlogo que selecciona, recorta, sesga Y esto, que no es un hallazgo ni una novedad terica resulta, tal vez, el punto de partida, el presupuesto de este ateneo. Finalmente, les contamos que tenemos una pgina de Facebook en la que compar-timos recursos (pedaggicos, legislativos o simplemente cosas bellas o humorsticas para disfrutar) que constituyen la seccin digital Bolso de mano de este viaje que resulta cada ateneo. Desde Facebook y desde el correo electrnico los invitamos a participar con los comentarios y las su-gerencias que este nmero 2 susciten. Nos reencontramos en Junio.

  • 4Punto de

    partida: la

    escena escolar

    El caso

    Escuela Municipal N 5 Intendente Luciano Arru Barrio San Patricio

    7 de diciembre de 2012

    9: 20 Llegamos a la escuela temprano, con tiem-po para capturar los preparativos de un acto que no responde a las fechas de las efemrides escolares y buscar lugares es-tratgicos desde donde registrarlo para el 2 Ateneo educativo. Las docentes Roxana Brassesco y Gabriela Guerra del equipo responsable del proyecto que cierra hoy- estn haciendo las pruebas de sonido. Al-gunos chicos de sexto estn trasladando las sillas hacia el patio interno, donde se llevar a cabo el acto. Las ubican en hileras de frente a la pared que oficiar de pantalla para la proyeccin. Otro nene las limpia con un trapo. Luego, se van sentando. Suenan Fito Pez, Charly Garca, los chicos se entu-siasman, hacen palmas intermitentemente y conversan en forma ordenada, esperan-do que vengan los dems compaeros. Llegan a la escuela algunos invitados: los veteranos de Malvinas y algunos padres de soldados cados durante la guerra. La secre-taria, Mara ngela Palmisciano, los recibe. Ellos ingresan y se acomodan. Ya conocen la escuela porque estuvieron antes, en un encuentro con los chicos para hablar sobre

    Malvinas durante el curso del proyecto. El maestro Emiliano Zubiri, docente de quinto ao, quien tambin particip del proyecto, conecta el can. Luego se ocupa de que las primeras filas de asientos queden libres para los visitantes. Llegan tambin mams y hermanitos, algunas con sus bebs en brazos; una de ellas, cuando el acto avance, ser protagonista.La secretaria los recibe y los invita a pasar. Los chicos de los dems cursos van acer-

    Instalaciones de la E.M.N5 que recibi a Ateneo educativo

    historias para reconstruir la Historia

  • 5Punto de partida: la escena escolar

    cndose y sentndose. El lugar se va ocu-pando por completo.La Directora, Sra. Graciela Traverso, reco-rre el saln y da la bienvenida a Ateneo educativo. Nias ms grandes circulan ha-ciendo firmar el libro de actas.10:15 La directora abre el acto. Saluda a los pre-sentes y les agradece a las mams de co-operadora; a la Sra. Ana Mara Basso, en re-presentacin de los padrinos de la escuela; a los veteranos de Malvinas, especialmente a uno, ex docente de la casa; a los familiares de los hroes, que vinieron a la ciudad para este acto. Dice que la circunstancia que hoy los convoca los compromete como insti-tucin desde los afectos, las emociones y tambin en el conocimiento, en ir acompa-ando a los chicos para que sepan los mo-tivos por los cuales estos espacios llevarn estos nombres. Luego, le da la palabra a la docente titular de sexto, Roxana Brasses-co, para dirigir el acto. La docente toma la palabra y nombra a cada uno de los invitados:_ Agradecemos infinitamente a las personas que nos acompaan, porque la idea era so-cializar, compartir y si ustedes no hubieran venido, uno se lo queda para s.(Menciona a los representantes de los Veteranos Defensores de Malvinas; a las directoras de Ateneo educativo, por el Instituto Superior de Formacin Docente Almafuerte; a la fundacin No me olvi-des; al Centro de Residentes Veteranos de Guerra de Malvinas; al Centro de Civiles Operativos de Malvinas; a Mara Barjaco-ba, de HIJOS; a los ex combatientes ; a una mam de un soldado cado en Malvinas; a los chicos del secundario, que, aunque ya terminaron sus clases, decidieron acompa-ar; a los auxiliares)._ Les voy contar cmo surge este proyec-to. Este ao era un ao muy particular en relacin con las efemrides porque se iban a cumplir treinta aos en la gesta de Malvi-nas. Nuestra escuela tiene una tradicin que comenzamos algunos maestros que hace mucho que trabajamos ac y a la que se van sumando los docentes que llegan. Esta tra-dicin consiste en comentar, todos los das, algo con los chicos para que la escuela no quede al margen de la sociedad donde vivi-mos, de la ciudad y el pas. A veces comenta-mos cosas del presente; otras, hechos del pa-sado y tambin del futuro: este ao, cuando fueron los Juegos Olmpicos, les contamos a los chicos que en el ao 2015 seremos sede de los Juegos Paraolmpicos. En el ao 2010, en relacin con el Bicentenario y con todos los festejos que se estaban haciendo en dis-tintos lugares, pensamos cmo trabajarlo y decidimos hacerlo a travs de las mujeres del bicentenario, pero lo que sucedi fue que un ao no nos alcanz y por eso seguimos, durante el 2011 y el 2012 trabajando con dis-tintas figuras femeninas. Este ao, para un proyecto de Ciencias Sociales y Prcticas del Lenguaje, tomamos a Julieta Lanteri. Quin era, chicos, Julieta Lanteri?Los chicos van comentando datos y la do-cente los recupera y los expande. Cuentan, en forma conjunta, para todos los presen-tes, que Julieta Lanteri era una inmigrante italiana que lleg a la Argentina muy chica y que fue una de las primeras mujeres en recibirse de mdica. Tuvo una gran partici-pacin en la promocin de la vida cvica y poltica de la mujer, ya que fue la primera en votar y tambin en postularse como candi-data. Luego, la maestra retoma la palabra._ Todos los aos, entre las primeras conme-moraciones, tenemos, en marzo, el Da de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Tambin hacemos con eso un trabajo sistemtico.

    Hace tres aos venimos trabajando el ciclo Televisin por la identidad. En cuarto vemos un captulo, en quinto otro y en sexto, otro. As, cuando terminan segundo ciclo ya vie-ron todo, o casi todo. Esto tambin lo tra-bajamos en profundidad. Este ao seleccio-namos a Ana Teresa Diego, despus vamos a profundizar ms quin es. Esto pudimos unirlo maravillosamente con Malvinas, no por una iniciativa nuestra, sino porque el Estado nos manda sugerencias a los maes-tros y nosotros, por ser municipales, por partida doble, porque no solo recibimos lo de nacin y provincia sino que tambin la supervisin del municipio nos manda cosas. Entonces, ellos sugeran unir el 24 de marzo de 1976 con la Gesta de Malvinas, porque ambas historias pasaron durante el gobier-no de facto. As, esas tres fechas se fueron mezclando y nosotros las fuimos uniendo en un proyecto. Siguiendo las sugerencias de un Documento de Trabajo de Provincia de Buenos Aires, que propone que en cada escuela haya un espacio que lleve el nombre de un ex combatiente de Malvinas, para que este hecho est presente en todas las escue-las, pensamos que el producto final de nues-tro proyecto que involucraba a una mujer del bicentenario (Julieta Lanteri), el da de la Memoria (Ana Teresa Diego) y la Guerra de Malvinas, poda ser la imposicin de un nombre a distintos espacios de la escuela.En el caso de Ana Teresa, yo escuch su nombre en el discurso de asuncin de la pre-sidenta, porque le haban puesto su nombre a un asteroide. Entonces, quise saber ms de ella y encontr que era una estudiante de Astronoma, hoy desaparecida. Hay un do-cumental, Polvo de Estrellas, que cuenta su historia. Me enamor de esta historia y me pareci oportuno traerla, en el rea de Ciencias Naturales y en relacin con la me-moria. Y quiso el destino que, despus de ha-berla trabajado con los chicos, aparecieran los restos de Ana Teresa. Gabriela nos va a mostrar ahora una compilacin de imge-nes y despus les cuento un poquito ms.Se inicia una presentacin animada, con fotos de Ana Teresa y del contexto de la dictadura, con la cancin Rasgua las pie-dras, de Sui Gneris, de fondo. Mientras la docente habla, los chicos siguen el relato en silencio. Durante la proyeccin, miran atentos y aplauden cuando finaliza. Luego, la docente lee una breve biografa de Ana Teresa Diego, que resume lo que ya haba comentado, incorporando algunas fechas. Agrega que, como parte del proyec-to, contactaron a la mam de Ana Teresa y le contaron lo que estaban haciendo.Rossana le comenta al auditorio que la mam de Ana Teresa no pudo venir al acto porque tiene algunos problemas de salud, est casi ciega. Pero las autoriz para que leyeran en su nombre lo que les pareciera y decidieron compartir la carta abierta que ella le escribi a su hija en ocasin de que se le asignara su nombre a un asteroide. Invita a la seora directora a leerla. Ella lee la carta pero en un momento debe suspen-der la lectura porque la emocin no le per-mite continuar, entonces sigue la maestra.Como parte del trabajo sobre la memoria y en representacin de los familiares de des-aparecidos, toma la palabra Mara Barjaco-ba, una de aquellas mams que ingresaron temprano al acto, con nios en brazos. Pasa al frente y se presenta, aunque co-menta que algunos la conocen porque par-ticipa del proyecto El recicln, un programa de diez talleres (teatro, msica, plstica, huerta, etc.) que se lleva a cabo en la es-cuela, desde hace tres aos, los das sba-dos a la tarde. Luego, comparte su historia y cuenta que ella es marplatense, pero lo

  • 6Punto de partida: la escena escolar

    que va a relatar pas en Rosario. Cuando tena un ao y nueve meses, fue secues-trada junto con su mam. A su pap se lo haban llevado una semana antes. Durante ms de un mes estuvo desaparecida, pero su abuela materna haba comenzado a bus-carla inmediatamente y pudo recuperarla cuando estaba a punto de ser apropiada por un juez. Sus padres fueron fusilados pocos das despus de su detencin y sus cuerpos nunca aparecieron. La criaron sus abuelos y el tiempo fue pasando. Ahora tie-ne dos hijas, una de siete aos y una beb de meses. Mara cuenta que, al nacer su primera hija, ella puedo despertar a sentir muchas cosas que haban pasado, que es-taban guardadas y pudo entender de qu haba sido privada al perder a sus padres. Entonces decidi escribirles una carta. Esa carta es la que va a compartir ahora con los presentes. ()Es que al separarnos no slo nos nega-ron la posibilidad de crecer juntos, sino que tambin reprimieron en m ese sentimiento constante de amor incondicional que se da entre los padres y los hijos. En cambio me qued una mezcla de amor, dolor, culpa y soledad, mucha angustiay un trabajo te-rrible para encontrar mi identidad.Pero el tiempo no hace al olvido y hoy me encuentro aqu, escribiendo esta carta, contndoles que Juana Luna tiene un ao y nueve meses, casi la misma edad que tena yo cuando nos secuestraron a los tres () Y es ah donde nos encontramos, donde ya no siento sus ausencias. Es este amor que nos une a Juana Luna y a m el mismo que nos une a nosotros, el que confirma que nunca nos separaron, que sigo creciendo junto a ustedes, que siempre los volvera a elegir. Ana La Murguiondo, Daniel Oscar Barjaco-ba, presentes! Ahora y siempre. *10:40 hs.Al trmino de la lectura, la docente co-menta que a continuacin se proyectar una presentacin sobre Julieta Lanteri. Se trata de otro powerpoint con fotos, artcu-los de peridicos, tapas de libros y algunas frases muy conocidas de esta mujer. Sue-na Inconsciente colectivo, de Charly Garca. En la finalizacin, aplausos, como ocurri tambin con la presentacin referida a Ana Teresa Diego. Rossana cuenta que trabajar con Lanteri no fue solamente conocer su historia, sino tambin entender qu cami-no tan largo recorrimos para poder hoy te-ner una presidenta mujer; cuntas mujeres

    tuvieron que hacer su parte, sin rendirse ante un no. Afirma que hace solo cien aos las mujeres no tenan ningn tipo de par-ticipacin civil y mucho menos poltica. El gobierno estaba totalmente en manos de hombres. Con mucha lucha, las mujeres fueron construyendo su identidad en este pas. Lanteri hizo un gran aporte, pero no solamente fue la primera mujer que vot, tambin trabaj mucho por los derechos de la mujer y del nio. Por eso les pareci que era justo proponerla para imponer su nombre a la sala de medios audiovisuales. Porque ella fue una pionera y para la escue-la es una bendicin tener esta sala y esos medios: un televisor y un DVD, que son recursos invaluables que muchas escuelas no tienen y tambin computadoras.Pero aunque los chicos de sexto y las maes-tras que haban trabajado con las figuras de Ana Teresa Diego y Julieta Lanteri te-nan la certeza de que eran meritorias para que estos espacios llevaran sus nombres, queran contar con el acuerdo de la comu-nidad educativa. Por eso las propusieron y abrieron una consulta popular en la que haba que votar por s o por no a la impo-sicin de estos nombres a los respectivos espacios de la escuela. Dos de los chicos que participaron cuentan que estuvieron tres das con la votacin. Durante esos das se encargaron de explicarles a los dems chicos de la escuela y a los padres quines eran esas personas, qu haban hecho, por qu cosas haban pasado. As la gente poda votar con conocimiento, porque mu-chos no las conocan.11:00 hs.El momento del acto dedicado a los 30 aos de la guerra de Malvinas tiene otra di-nmica: a pedido de la seorita Roxana, los chicos participan de la puesta en comn de un conocimiento construido a partir de las acciones que, en el marco del proyecto, se realizaron para investigar, sensibilizar. La docente invita a pasar al frente a algu-nos de los que participaron del proyecto para contar cmo llegaron a la eleccin del nombre Hroes de Malvinas para el SUM. Cuentan que, luego de mirar un documen-tal sobre Malvinas y estudiar en clase, hi-cieron una salida para visitar el Monumen-to a los cados en Malvinas. Muchos chicos no lo conocan, otros lo haban visto de pasada, desde el colectivo, pero no haban reparado en qu es ni qu representa. Me-diante preguntas de la maestra comienzan

    *En esta crnica, por cuestiones de espacio, se inclyen solamente fragmentos de esta carta y de la del maestro que combati en Malvi-nas. Ambas, al igual que la carta de la madre de Ana Teresa Diego, fueron ledas ntegramente durante el acto.

  • 7Punto de partida: la escena escolar

    a reconstruir para compartir con el audito-rio el proceso para llegar a la eleccin. M:Quin quiere contar cmo llegamos al nom-bre para este saln interno?.... Qu hicimos?(Silencio, timidez de los chicos)M: Tala te anims a contar? No. Bueno, ven Federico. No tienen que ser tmidos, chicos. (Pasan algunos al frente). Qu fue lo prime-ro que hicimos? A dnde fuimos?A1: A una plaza donde haba trece plantasM: A una plaza no cmo se llama ese lugar? MonumentoA1: Monumento a los cados de Malvinas.M:Bueno, cont qu vieron ah? Haba un n-mero y ese nmero era muy importanteA2: TreceM: Por qu trece?A2: Porque fueron trece los soldados cados que eran de Mar del Plata.M: Muy bien!()M: Y en el centro del monumento qu hay?A2: Un fueguitoM: Ah, fueguito, Cmo se llama? (Silencio)M: Es un nombre tcnico llama(Silencio)M: votiva. Que recuerda que estas personas, aunque no estn, estn. A1: y tres puentesM: Y tres puentes tambin por qu? Tres puentes que representanA3: El ejrcito, la naval y la aviacin, las tres fuerzas.M: Muy bien! Las tres fuerzas que comba-tieron. Qu ms podemos decir de este monumento?A2: Tena un nombre especial, seorita.M: Cul?A2: cenoM: Ah, bueno a ver si te lo acordsA2: cenotafioM: Cenotafio qu quiere decir? (Silencio) Mo-numento que recuerda a personas fallecidas.M2: Y quin tuvo la iniciativa de hacer ese lugar? Vino el gobierno, trajo todo el dine-ro, con las mquinas?Por el camino de las preguntas de la maes-tra los chicos comunican que este monu-mento no fue levantado por el Estado, sino propuesto por el padre de uno de los cados y contruido con la colaboracin de muchas personas. Luego de esta visita los chicos tenan que decidir qu nombre po-nerle al patio y consideraron que no era justo proponer un nombre propio, sino que haba que buscar la manera de que to-dos estuvieran presentes. M: Bueno, nosotros estuvimos ah y cuando volvimos dijimos Ahora tenemos que ele-gir un nombre y qu pas? A ver quin se anima a contar qu pas con la eleccin del nombre?

    A3: Elegimos algo que los contuviese a todos.M: Porque considerbamos que si elegamos un nombreA3: quedaban otros aparte, como que no participaban todos los cados en la batalla.M: Y bueno, entonces dijimos Hablemos de hroes marplatenses de Malvinas. Y uste-des qu me dijeron?(Silencio)M: que hablar de hroes marplatenses era dejar afuera cados que no eran de esta ciudad. Y eso yo lo quera dejar aclarado () Los chicos mismos fueron los que nos hicieron ver que debamos incluir a todos (Hroes de Malvinas) pero conociendo la historia y este monumento que muchos no conocan (estamos hablando de chicos de 11, 12 aos). Bueno gracias!(Aplausos)Luego de esta reconstruccin dialogada, la maestra invita al docente Emiliano Zubiri para que lea una carta que un maestro ca-do en Malvinas escribi a sus alumnos de 3 grado, desde las islas. Emiliano pasa al frente, explica brevemente las circunstan-cias de la carta y lee:() No hemos tenido tiempo para despe-dirnos y eso me mantiene preocupado mu-chas noches, aqu en Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi labor de soldado: defender la bandera. Espero que ustedes no se preocupen mucho por m porque muy pronto vamos estar juntos nuevamente y vamos subir a nuestro inmeso cndor y le vamos a decir que nos lleve a todos al pas de los cuentos, que como ustedes saben, queda muy cerca de las Malvinas. Y ahora, como el maestro conoce muy bien las islas, no nos vamos a perder. () Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un soldado que los quiere y los extraa. Cuando termina se produce otro aplauso espontneo y Emiliano agrega algunos da-tos biogrficos de este maestro que muri en Malvinas, sin conocer a su hijo.Al trmino de esta lectura se invita a la seo-ra directora y a la seora Ana Mara Basso, en representacin del padrinazgo de la escue-la, a descubrir el banner con los nombres de Julieta Lanteri y Ana Teresa Diego, para nombrar la sala de medios audiovisuales y el laboratorio, respectivamente.Cuando se acallan los aplausos, comienza la presentacin audiovisual de Malvinas, con msica de Len Gieco (Para la vida, de la banda musical de Iluminados por el fue-go). La proyeccin queda detenida en la imagen final, un primer plano de una placa donde se lee Gloria y Honor a los cados en Malvinas. El auditorio est serio y emocio-nado. Aplauso cerrado. Cuando la cancin deja de sonar, la docente explica que sern dos estudiantes de 6, en representacin

    Graciela Traverso, Directora E.M.N5 y Ana Mara Basso, en representacin del padrinazgo de la empresa Basso, descubriendo el banner con las imgenes de Julieta Lanteri y Ana Teresa Diego.

  • 8Punto de partida: la escena escolar

    de todos los chicos, los encargados de des-cubrir esta placa; ya que los chicos sern quienes, a travs de acciones de paz, logra-rn recuperar las islas. Los dos estudiantes, junto con los padres de los soldados cados en Malvinas pasan a descubrir la placa H-roes de Malvinas.La seorita Gabriela Guerra, maestra de Sociales de 6, a cargo de los medios audio-visuales durante este acto, se para y toma la palabra, casi sin voz y en llanto y explica a los presentes que todo este proyecto y la seleccin de imgenes para la animacin audiovisual la tienen muy conmovida por-que fueron los chicos de su clase los que combatieron en Malvinas y algunos volvie-ron y otros, no.El pap de uno de los soldados cados en Malvinas pide la palabra y les dice a los chi-cos que para ellos es muy importante que sepan y recuerden, porque son la nueva generacin y a ellos les va a tocar seguir trabajando, en la paz, para que las Islas Malvinas vuelvan a llevar nuestra bandera. Afirma que este da ser recordado siem-pre por los chicos, porque estuvieron com-partiendo una jornada junto a hombres que lucharon, poniendo en riesgo su vida por todos. Para cerrar el acto, la docente les agradece a todos los presentes: colegas, alumnos, familias, auxiliares que prepararon la es-cuela para el acto, visitas y, especialmen-

    te, a los chicos que llevaron adelante los proyectos. La directora se disculpa por no haber podido terminar la lectura de la carta. Un ex combatiente pide la palabra y agradece este acto y el honor de que los padres de los cados estn presentes. Dice que se sienten honrados y agradecidos de que los chicos sepan la historia de boca de los protagonistas y que esto es hacer pa-tria y es malvinizar.

    Me firma el guardapolvo?

    11.20 hs.Termina el acto. Los chicos empiezan a desconcentrar el espacio. Los adultos se saludan. Una nena de sexto, con el guarda-polvo escrito por sus compaeros, porque es la ltima semana de clases y terminan la primaria, se acerca al ex combatiente que habl al final y le pide que tambin l le fir-me el guardapolvo.

  • 9Perspectivas

    Roxana Brassesco, se desempea como docente desde 1993 y en el mbito municipal desde 2001. Actualmente trabaja en dos escuelas municipa-les: la 5 y la 8 con cargos titulares obtenidos en concurso de acuerdo con la reglamentacin mu-nicipal. Tambin es Docente especializada en Edu-cacin de Adultos y Adolescentes. En esta rama se desempe entre 2008 y 2011, como maestra de ciclo y como coordinadora administrativa del Plan Fines Primaria. La Defensa del Medio Am-biente y el Fomento de la Lectura son sus prin-cipales campos de capacitacin, en torno a los cuales realiza mltiples actividades.

    En la Escuela Municipal N 5 de Playa San Patricio donde me desempeo desde hace 12 aos, iniciamos junto con mi colega, la docente Gabriela Guerra, una tradicin en cuanto al tratamiento de las Efemrides. Todos los das al comenzar el turno, lue-go del saludo a la Bandera comentamos la fecha destacada del da. As: natalicios, bitos, aniversarios, fechas instituidas por diferentes motivos, son materia de anli-sis de docentes y alumn@s. Dicha activi-dad tiene como objetivo colocar la escuela dentro de un contexto a veces cercano, a veces lejano en el tiempo; dar una signifi-catividad a temas que en algunos casos se-guirn siendo tratados con mayor profun-didad y en otros, no. En los ltimos aos hemos profundizado esto que considera-mos una prctica pedaggica y ya no slo nos valemos de comentarios. Una audicin a la hora de evocar a Piazzolla, la lectura de una poesa para remitir a Yupanqui, los datos obtenidos en una investigacin por los alumn@s. Asimismo, darle continui-dad en el tiempo a una temtica, es decir, no quedarnos en el comentario o la acti-vidad de ese da solamente: confeccionar pizarrones alusivos, facilitar material am-pliatorio para quien lo desee, entre otras acciones. Considero que esta modalidad es una excelente manera de llenar de significacin los contenidos que no slo atraviesan el aula, sino la vida misma. Por otra parte, nuestro Diseo sugiere que el tratamiento de las efemrides no es en ab-soluto una prctica donde solo el docente se expresa, sino que los alumn@s acom-paan expresndose tambin y poniendo en juego sus saberes previos, lo que se ha-

    Llamar a las cosas por su nombre, eso tambin es identidadPor Roxana Brassesco

    bla en casa del tema, lo que vieron y/o es-cucharon en la radio, la televisin, la Web, las redes sociales.Fue en este marco que surgi en m y en varios colegas la necesidad de afianzar una fecha como el 24 de Marzo en su tra-tamiento y legitimacin incluso. Gener no poca polmica -aunque no necesariamen-te asumida y debatida- que en 2012 dicha conmemoracin se uniese, en cuanto a la lnea pedaggica de tratamiento, con una fecha como es la Gesta de Malvinas en sus 30 aos. Con tal propsito se elaboraron y distribuyeron documentos y materiales de apoyo a las escuelas. As surgi la idea de disear un proyecto que involucrara Malvinas y Memoria.Desde hace varios aos utilizamos en la Es-cuela los captulos del Ciclo Televisin por la Identidad. Quiso la providencia que, ade-ms, escuchara en un discurso presidencial el nombre de Ana Teresa Diego. Todo esto fue el germen que dio origen al Proyecto Malvinas, Memoria e Identidad. Este Pro-yecto nos permiti cumplir muchos objeti-vos, pero fundamentalmente, nos permiti cumplimentar con la sugerencia de nivel nacional que consiste en que algn espacio o la escuela en s lleve un nombre en rela-cin a la Gesta de Malvinas. As lo hicimos, pero lo mejor fue que no lo hicimos porque alguien nos lo dijo, porque vino de arri-ba, por imposicin, por quedar bien. Lo hicimos porque tenamos ganas, porque lo sentimos. Y lo hicimos democrticamente, entre tod@s, por consulta. Y, con el envin, le pusimos nombre a dos lugares ms: a la Sala de Medios Audiovisuales y al Gabinete de Fsico-Qumica. Porque llamar a las cosas por su nombre, eso tambin es identidad.

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    Perspectivas

    Cecilia Rustoyburu es Profesora y Licenciada en Historia (UNMdP) y Doctora en Ciencias Sociales (UBA). Es docente de la Licenciatura en Sociologa de la UNMdP y del Profesorado en Educacin Prima-ria del ISFD Municipal Almafuerte. En el sistema municipal tambin es profesora de la ES N 206. Ha dictado cursos de capacitacin docente so-bre didctica de las ciencias sociales, educacin sexual y gnero. Se ha desempeado como re-ferente regional del Programa Actividades Cien-tficas y Tecnolgicas Juveniles de la DGCyE. Ha

    coordinado proyectos de investigacin escolar enmarcados en el Programa Jvenes y Memoria.Desde 2000, forma parte del Grupo de Investiga-cin sobre Familia, Gnero y Subjetividades del Centro de Estudios Histricos de la UNMdP. Ha sido becaria de la UNMDP y del Conicet. Realiza investigaciones vinculadas a la historia de la in-fancia y de las mujeres. Ha publicado trabajos en congresos, libros y revistas cientficas nacionales

    e internacionales.

    La multiplicidad y el trauma en escena. Historias y memorias en un acto escolarPor Cecilia Rustoyburu

    No hay historia muda. Por mucho que la quemen, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan, la memoria humana se niega a callarse la boca. El tiempo que fue sigue latiendo, vivo, dentro del tiempo que es, aunque el tiempo que es no lo quiera o no lo sepa. Eduardo Galeano. Memoria porfiada 1997.

    La memoria es porfiada, por mucho que la mientan, se niega a callarse la boca. El acto escolar presentado aqu parece ha-ber sido tramado por ella. El tiempo que fue se hizo presente en mltiples historias que tejieron un relato mltiple, divergen-te y traumtico. Las voces de una madre que sufri el asesinato de una hija, de una nia que sobrevivi al fusilamiento de sus padres, de un maestro que muri en la guerra de Malvinas y de un padre que recuerda a su hijo soldado confluyeron en un escenario en el que un pasado - que los alumnos no vivieron - provoca dolor y rei-vindica luchas.Los actos escolares fueron imaginados como herramientas para construir ciudada-na en tiempos en los que los sectores po-derosos necesitaban crear un sentimiento nacional, legitimar la obediencia poltica y formar trabajadores1. En ese momento, la diversidad se ocult debajo de los guarda-polvos blancos, se acall con canciones y smbolos patrios y se corrigi con el apren-dizaje de un nico idioma. La celebracin descripta en este ateneo resulta interesan-te porque intenta romper con esa tradi-cin. Los relatos sobre las hazaas de los prceres parecen haber quedado en otro plano cuando emergieron las historias de mujeres que resistieron a las imposiciones de su poca, o cuando se hicieron presen-tes las distintas miradas sobre el conflicto de Malvinas. La multiplicidad, la divergencia y el trau-ma pueden ser tres aspectos clave para interpretar el tratamiento que recibi la historia en este proyecto escolar y en ellos residira su riqueza. El animarse a explorar el conflicto y la multiperspectividad indi-

    ca una apuesta al pensamiento crtico, a la reflexividad y a la toma de posiciones. El ingreso de la emotividad en las aulas abre posibilidades para explorar la memo-ria como objeto de estudio, para analizar los traumas y pensar los relatos como ficcionales. Esto no supondra dudar de su veracidad sino atender a que las auto-biografas son narraciones por medio de las cuales los sujetos construyen su propia historia y su identidad2. Tener en cuenta esto, facilitara analizar los silencios, los sucesos no narrados, los olvidos, los sen-timientos transmitidos y la forma en que esas personas intentan presentarse ante los dems.Esta perspectiva supone pensar a las per-sonas comunes como sujetos activos en la construccin de lo social. Implica tras-cender la problematizacin de cmo ellas sintieron determinados procesos e involu-crarlos en la produccin y la reproduccin de las estructuras sociales y de los discur-sos sobre ellas. La seleccin de las histo-rias de vida result pertinente porque ejemplifican estas cuestiones. La vincula-cin de las experiencias de los detenidos-desaparecidos con la de los combatientes de Malvinas posibilit la enseanza de las consecuencias del Terrorismo de Estado. La reconstruccin de las biografas de Julieta Lanteri y de Ana Teresa Diego sir-vieron para dar cuenta de las dificultades que encontraron las mujeres para estudiar en la universidad y para participar polti-camente3. Ambos procesos implican la incorporacin de una historiografa reno-vada, que incluye conceptos tericos para explicar lo poltico y visibiliza experiencias antes poco exploradas.

    1 Siede, I. (2007) La educacin poltica. Ensayos sobre tica y ciudadana en la escuela. Buenos Aires: Paids. 2 Robin, R. (2012) La memoria saturada. Buenos Aires: Walhuter. 3 Barrancos, D. (2008). Mujeres entre la casa y la plaza. Buenos Aires: Sudamericana.

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    Perspectivas

    Emilce Moler es Profesora Universitaria en Mate-mtica, Magister en Epistemologa y Doctora en Bioingeniera. Es docente e investigadora de la Universidad Nacional de Mar del Plata en el rea de Enseanza de Matemticas Superiores y Proce-samiento de Imgenes de Antropologa Forense. Su investigacin cientfica en restauracin de

    huellas digitales en personas desaparecidas cola-bor en la identificacin de dos personas (en un

    caso permiti que se recuperara a un nieto: Ma-nuel Gonalves). Se desempe como Asesora del Ministro de Educacin de la Nacin, a cargo de las actividades de implementacin del Decreto de la Asignacin Universal por Hijo. Actualmente es Subsecretaria de Fortalecimiento Institucional del Ministerio de Desarrollo Social de la Nacin.En su calidad de ex-detenida desaparecida del co-nocido hecho La Noche de los Lpices, en forma permanente ha trabajado con distintos Organis-mos de Derechos Humanos locales y nacionales, colaborando en llevar a la Justicia a los represo-res, dando su testimonio en juicios relevantes y difundiendo lo ocurrido en la Dictadura militar, especialmente en los jvenes, para mantener viva la memoria. Actualmente es Miembro de la Comisin Provincial por la Memoria.Por su compromiso en el campo de los DDHH fue de-clarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de La Plata, postulada al premio Mujer Destacada del ao por la Cmara de Diputados de la Nacin y en 2010 recibi el premio Maestro de la Vida, otorgado por CTERA.

    Cmo se transmiten los trgicos sucesos vividos en nuestro pas a las futuras gene-raciones?La escuela debe recuperar las historias fa-miliares o narrar los hechos considerando que los alumnos han sido ajenos a nuestro pasado reciente?Es una estrategia pedaggica apelar a na-rracin de historias dramticas? Estos, como otros tantos interrogantes estn siempre presentes cada vez que de-bemos abordar temas tan complejos como Pedagoga de la Memoria. Mltiples son las estrategias por encontrar caminos a estos interrogantes, aunque quizs an es pre-maturo poder dar respuestas certeras.En el relato que analizamos, se destaca el compromiso y esfuerzo docente para abordar un tema complejo y de alto valor emotivo. Los ejes que se han elegido: terro-rismo de Estado, movimientos de derechos humanos y la guerra de Malvinas, en parti-cular las polticas de olvido en relacin con los soldados que combatieron, son puntos nodales para abordar con los estudiantes.Existen en nuestro pas muy buenas expe-riencias para el tratamiento de estos te-mas, en donde se parte de historias loca-les (situacin que en esta experiencia slo se dio en el caso de la Guerra de Malvinas). Esto permite aproximar a los estudiantes con estas temticas a modo de sentar ba-ses para una comprensin del pasado y tener un anclaje en su vida cotidiana (su barrio, sus vecinos, la escuela, funciona-rios, entre otros).Si bien el caso que se seleccion para tra-bajar en esta experiencia, es absolutamen-te vlido y sentido, me permito observar como un dficit en este trabajo la falta de vinculacin con lo que ocurri en la ciudad

    La memoria incomodaPor Emilce Moler

    de Mar del Plata. En particular, en una ciu-dad donde se producen actualmente innu-merables noticias que dan cuenta de estas situaciones, a saber: sealizaciones de cen-tros clandestinos, juicios donde se juzga a los genocidas, represores actualmente pr-fugos de la justicia, jueces denunciados por cmplices de la dictadura, luchas de orga-nismos de derechos humanos locales.En el abordaje de Malvinas, tema an con-trovertido y de difcil presentacin en los mbitos escolares, se da la situacin que, por un lado hay una fuerte referencia local pero con grandes vacos de contextualiza-cin sobre los genocidas que declararon la guerra. Si bien se lo sita histricamen-te en el momento correcto y se lo mencio-na, se necesita mucho ms que eso para que se tome magnitud del hecho. Se lo da como una coincidencia temporal y no cau-sal. Hablar de la gesta y de las fuerzas que combatieron conduce a graves equ-vocos sobre lo ocurrido.Una reflexin especial amerita el tono de profunda emocin con que se desarroll la experiencia. Por supuesto que no se nie-ga que estos temas conmueven. Sin em-bargo, cuando se apela en primer plano a la emocin, casi en forma exclusiva, cabe preguntarse si eso no obtura avanzar con mayor profundidad a reflexiones, anlisis polticos, contextualizaciones histricas y/o posiciones polticas. Sabemos que la memoria incomoda, trae aparejadas cul-pas, responsabilidades u omisiones. Cuan-do observo actos con estas caractersticas me cuestiono si no es una estrategia, qui-zs no deliberada, para soslayar las verda-deras tensiones e incomodidades que trae abordar nuestra historia reciente.

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    Marcelo Scotti es Profesor en Historia (UNLP). Se ha desempeado en los niveles Educacin Gene-ral Bsica, Polimodal y Secundario. Es profesor de Historia de la Educacin Argentina y Latinoa-mericana y de Introduccin a la Problemtica Contempornea en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin (UNLP). Es redactor y docente tutor en el curso virtual de Posgrado Psicoanlisis y Prcticas socioeducativas (FLACSO) y en el curso virtual de Posgrado Socie-dad, cultura y poltica en el siglo XX (FLACSO). Es autor de los textos sobre Cine e Historia en el proyecto Carpetas Docentes de Historia: http://www.carpetashistoria.fahce.unlp.edu.ar/ depen-diente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin (UNLP). Forma parte del equipo profesional y docente de la Comisin Provincial por la Memoria. Participa del grupo de investigacin Cinesinorillas: http://www.cinesinorillas.com.ar/

    Contar con los otros, precisar nuestros relatosPor Marcelo Scotti

    Encuentro sumamente interesante el tra-bajo de docentes, directivos, alumnos e in-vitados a desarrollar las distintas instancias del acto narrado. Adems de romper con la concepcin de la efemride tradicional, se percibe un esfuerzo de comprensin sostenido en comn a lo largo del ao, en vez del consabido momento de carcter episdico en el que se recuerda algo pre-suntamente importante, para olvidarlo prolijamente el resto del calendario. No se trata slo de la puesta en comn y la di-vulgacin de la tarea compartida, importa tambin la intencin de alojar otros relatos y otros sujetos, de tender ciertos puentes significativos con ellos y de apartarse as de cierta ritualidad hueca y repetitiva en que suelen caer las instituciones escolares a la hora de evocar fechas clebres.Se percibe tambin la voluntad de propi-ciar una participacin activa de los estu-diantes en la elaboracin de los relatos, de manera tal que lo que interesa reconocer no se comunica verticalmente, sino que se afilia a la puesta en sentido de una cons-truccin horizontal que integra preguntas y aportes de los alumnos. Todo parece ha-ber fluido en una conmemoracin emoti-va que comprometi la sensibilidad de los concurrentes. Entonces, es una demos-tracin cabal del valor de la escuela como productora de sentidos sociales en los que lo colectivo destaca y sobresale como un horizonte, que acerca los ideales histri-cos que tenemos como vlidos en nuestro presente, a diversos dilogos elaborados por medio del trabajo, en un terreno valio-so que se ha tendido entre la escuela y la sociedad alrededor.Surgen, sin embrago, algunas preguntas en torno de los lmites de ciertas generali-zaciones, que me parece importante pre-cisar con el afn de esclarecer el sentido de los valores que se pusieron de relieve en la jornada.

    Malvinizar puede ser entendido de ma-neras muy diferentes. Ensayo uno de los sentidos posibles de la expresin: histo-rizar Malvinas es historizar la dictadura y, entonces, supone separar a Ana Teresa Diego del concepto de gesta, asociado a una aventura blica aberrante decidida por un gobierno criminal. Si las emociones que provienen de un cierto discurso en re-conocimiento a los argentinos que vivieron la tragedia de la guerra -en forma directa o por la muerte o el sufrimiento de algn ser querido- se mezclan en un mismo momen-to escolar con la memoria de una vctima desaparecida por la misma dictadura, que los envi a una muerte sin sentido, enton-ces, no cabe preguntarse si algo del tra-bajo de ensear Historia en relacin con la coherencia de ciertos valores que interesa recuperar el compromiso con la democra-cia, la voluntad de participacin y de lucha poltica en pos de un mundo mejor- qued sin formular o qued formulado de forma equvoca? Del mismo modo, resulta un tanto confusa la reivindicacin de un mo-numento que honra la participacin de las tres fuerzas armadas en la guerra, ya que borra o ensombrece el sentido democr-tico de reivindicar a los simples soldados de entre 18 y 20 aos, que fueron quienes, en su gran mayora, de acuerdo con todos los testimonios, sostuvieron un combate completamente desigual mientras eran li-brados a su suerte, hambreados y, en algu-nos casos, torturados por sus superiores de esas tres armas.Encuentro necesario reforzar el espritu democrtico que ha animado la actividad entera, estableciendo tambin precisio-nes histricas que, sin menoscabar el valor de las diferentes memorias y las emocio-nes implicadas en ellas, pueden contribuir a evitar cualquier valoracin positiva de las diferentes violencias ejecutadas por un gobierno genocida.

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    Susana Lazzaris es Profesora en Filosofa y Psico-pedagoga, Licenciada en Ciencias de la Educacin y Psicomotricista. Se desempea como profesora de Educacin Media y Superior, en instituciones de formacin docente y artstica provinciales y municipales, entre ellas, el ISFD Almafuerte.

    La experiencia es nica e inseparable del modo en que se la narraPor Susana Lazzaris

    La lectura del caso pone en evidencia que todo este proyecto escapa del tono y la ru-tina en que suele caer la conmemoracin de las efemrides escolares. stas, con sus rituales y das de asueto, no son el producto de una historia asctica, sino la consecuen-cia de decisiones polticas histricamente situadas. Por eso, la lectura de varias de las capas transparentes de esta situacin me implicaron, podra hablar entonces de una convocatoria, una reunin, un encuentro, porque se expresa la voluntad, la praxis so-cial puesta en accin: las personas parecen venir a la escuela porque necesitan hacer una experiencia de este momento, no por una mera formalidad, si ustedes no hubie-ran venido, uno se lo queda para s.El clima emotivo lo atraviesa, la bsque-da de una identidad de gnero, identidad social y singular, rescate de lo propio, del trabajo de los nios y los docentes, de sus expresiones En l confluyen varias gene-raciones espontneamente y se provoca la transmisin, ese lazo intergeneracional, con pasin, con dolor, pero con miras a la construccin colectiva.Esta nueva efemride del siglo XXI, Da de la Memoria, por la Verdad y la Justicia, irrumpi en el calendario escolar impri-miendo en las instituciones educativas una dosis de tensin, extraeza y, a veces, re-chazo, lo que ha suscitado en estos actores institucionales la redefinicin de las prc-ticas habituales a travs del proyecto que tan generosamente se dona, al recordar a los alumnos, al docente de la casa, a perso-nalidades tan singulares en la lucha por un reconocimiento social, por un nunca ms en la defensa de los derechos humanos y contra el terrorismo de Estado, lo que pone

    en acto el enlace de los hitos: dictadura, desaparecidos, lucha de gnero, Malvinas. Por eso tiendo a pensar que la experiencia es nica e inseparable del modo en que se la narra, en este lugar, en este preciso mo-mento en que se hace. Se observa que los docentes no slo se comprometen como profesionales de la educacin, sino tambin como parte de una historia protagonizada, y por lo tanto, sensible a un discurso que se teje con las hebras de la memoria colectiva e individual.Podemos pensar juntos que estos momen-tos (llamados actos escolares) son privile-giados para seguir focalizando qu hace el presente con el pasado, cmo entra en rela-cin con l, cules son los sentidos que toma la experiencia que se va construyendo en el lugar del encuentro entre generaciones.Los sujetos solemos ser un entramado de relaciones materiales y simblicas, po-demos estar condicionados por el orden socio-histrico en el cual nos toca vivir, en tensiones y conflictos ineludibles, pero ante estos casos, se puede vislumbrar que algunos valores es imposible no transmi-tirlos en las instituciones educativas. Estos valores que se refieren a los derechos hu-manos, no tienen que ver con conocimien-tos, sino con el tipo de ciudadanos que queremos ser, por la manera en que valo-ramos nuestra sensibilidad y compartimos nuestra creatividad, por la forma en que ejercemos nuestros derechos y deberes en mayor o menor intensidad en nuestra vida cotidiana y en comn con otros seres que, consideramos, tienen los mismos derechos que nosotros.Me pregunto si los docentes podemos exi-mirnos de esa responsabilidad.

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    Intersecciones

    Encuentro de DISCUSIN. Viernes 15 de febrero, 19:30 hs. Lugar: Instituto Superior de Formacin Docente Almafuerte

    Ateneo Educativo: El tema que convoca este segundo nmero es la circulacin de la Historia en la escuela. Luego, y a partir de la escena registrada en la Escuela Mu-nicipal N5, un acto de cierre de proyectos anuales, se imponen otros temas como la memoria, la recuperacin del pasado re-ciente, la escuela actual. Son temas muy sensibles, muy prximos y, como ya se dijo, todos aqu hemos vivido esa historia. Lic. Susana Lazzaris: Primero, quiero agra-decer la invitacin, segundo, decir que me encantaron las perspectivas de Emilce y Marcelo. Cuando yo volv a releer la escena escolar, hubo algo que me llam la aten-cin cmo se haban convocado estas

    personas, ustedes, los maestros, los pa-dres, los ex combatientes? Porque, eviden-temente, me dio la sensacin de que no se necesita compartir la experiencia sino hacer la experiencia. Por eso -y fue el ttulo de mi perspectiva- la experiencia es algo que se narra y es nica e irrepetible. En ese acto escolar se fue haciendo la experien-cia - por algo las personas se convocaron, por algo tienen la necesidad de comentar, de decir lo que les pas y de compartir ese dolor- . Y tambin se me ocurri pensar en un contra acto, creo que vos, Roxa-na, sos la que lo decs cuando empieza el relato. No tomar la efemride como polti-camente correcta sino como algo que va a romper con toda esta lgica de lo ritual de los actos. Entonces, esta ruptura me puso a pensar en cmo se hace la historia; yo creo que la historia se necesita hacer con experiencia, hacer desde el relato de los otros porque son subjetividades que uno va tomando. Habra que confrontar con el presente y habra tambin que ver qu otros testimonios tiene esta historia.Desde el ao 2006 que esta nueva efemride nos descoloca en la escuela porque cuando

    nos toca hacer este famoso contra acto -a m me ha pasado- aparece gente que est de acuerdo, gente que mira para otro lado, gente que no quiere saber nada, pero jus-tamente la historia nos pertenece a todos. Entonces el que no se involucra tambin, de alguna manera, est diciendo cmo constru-ye la historia.M.P. Roxana Brassesco: Lo que me pas fue que cuando le las distintas perspectivas tuve muchas emociones encontradas porque uno va leyendo entre lneas y no era la primera vez que lea crticas sobre mi trabajo y not una gran diferencia entre lo que haban re-levado Emilce y Marcelo y lo que haban escrito los otros especialistas. Y me sirvi

    para reformularme y plantearme Cmo est circulando la historia en la primaria? y me dije Qu trabajo complejo! Qu difcil es ser maestro/a, como dijo Susana, desde una postura de involucrarse -porque a veces uno puede asumir una postura mucho ms cmoda-. Si hasta ahora, esta fecha (24 de marzo) haba producido incomodidad y que-daba siempre asociada a la cuestin de la dic-tadura, este ao -a treinta aos de Malvinas- vena con ese agregado de lo simblico, de lo concreto y haba que manejarlo tambin.Entonces tengo que agradecerles, porque fueron cuatro miradas muy enriquecedoras y que a uno le sirven para decir: En esto voy bien; esto hay que trabajarlo; hasta ac lle-go. Uno de ustedes, creo que era Susana, cerraba su perspectiva diciendo algo sobre la responsabilidad de los docentes. Y bueno, a veces hay que decir Puedo hasta ac y despus esto lo continuar otro, o vemos.M.P. Emiliano Zubiri*: Yo creo que la com-plejidad del trabajo docente se palpa mu-cho ms en las Ciencias Sociales. En la di-dctica de las Ciencias Sociales es en donde venimos ms en paales, si se quiere, para el trabajo docente. No por falta de inves-

    * Emiliano Zubiri se desempea como docente desde 1999 y en el mbito municipal desde 2008. Actual-mente es titular de la Escuela N 5 Int. Luciano Arru. Es estudiante avanzado de la Lic. en Sociologa en la UNMP. Sus principales reas de capacitacin e investigacin son las Ciencias Sociales y, dentro de esta rama, la Educacin Ambiental. Es co-creador en educacin no formal del Proyecto de Arte y Ambiente Recicln -llevado a cabo desde el ao 2010 en la E.P. N5- declarado de Inters educativo municipal. Coordina las visitas educativas de Educacin Ambiental realizadas en la Reserva Educativa San Jacinto y ha creado materiales didcticos ldicos destinados al anlisis de problemticas ambientales.

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    tigacin, sino porque es un trabajo que nos pone en conflicto con nosotros mis-mos, con nuestra mirada del mundo, con nuestra ideologa y entonces eso requiere de un trabajo muy arduo, a veces. El nue-vo enfoque, e incluso la nueva ley, estn muy buenos. Pero eso hay que llevarlo a la prctica y tenemos que dejar mucho del analfabetismo poltico que traemos todos como sociedad, porque al traer la idea de conflicto social, de analizar estas distintas conflictividades en los distintos procesos histricos, tenemos que pasar a otro plano respecto de cmo se vena trabajando.A. E.: Volviendo a la pregunta Cmo cir-cula la historia en la escuela? en general, ustedes han relevado favorablemente numerosas cuestiones de esta escena registrada: que se trat de un proyecto sostenido en el tiempo, en oposicin a la ritualidad vaca de muchos actos escola-res; el dar la palabra a diversos actores y, de la mano de esto, entra la historia oral en escena (habl una miembro de HIJOS, un ex combatiente, el padre de un cado, la madre de una desaparecida a travs de una carta leda); tambin se rescat la participacin de los estudiantes, aunque estuvieran inhibidos porque les daba ver-genza hablar en pblico. Y se habl de la emotividad, en algunos casos como algo positivo y en otros casos como algo que a veces puede obstaculizar el pensamien-to crtico. Podramos decir que todo esto (proyectos sostenidos, dar la palabra, ha-bilitar la participacin y la emocin) son formas de circulacin de la historia no tan habituales en la escuelaProf. Cecilia Rustoyburu: La pregunta es in-teresante. Yo pensaba, retomando lo que planteaba Susana y la idea de -no s si lla-marlo as - un contra acto, pero s es una resignificacin del acto escolar respecto de la funcin clsica o asignada socialmen-te al mismo. Cuando se crean la escuela y los actos escolares, en el siglo XIX, tenan la funcin de crear una Nacin. Y en general, el relato histrico que se transmita en el siglo XIX -y que circula todava en las escue-las- es el de la historia sin conflicto y sin di-ferentes miradas. Por eso, cuando yo lea la escena escolar registrada, pensaba que en estas circunstancias no me queda otra cosa que felicitarlos por el atrevimiento, por un lado, de ofrecer esta situacin escolar para que la discutamos ac y para que esta dis-cusin circule por las escuelas. Es un acto de valenta que permiti que, ahora, todos los colegas estemos reflexionando a partir de ella. Y por otro lado, el atreverse a tra-bajar en la escuela desde la diversidad de relatos. En general, es ms fcil ir con el manual, o con el relato ya armado, o bus-car algn librito con el tema, que ponerse a producir una historia a partir de estos re-latos diversos. Y me parece que tanto los aportes de Emilce como de Marcelo van en el sentido de esta idea de ir ms all y pro-fundizar un poco ms en el conflicto y en problematizar las diferentes miradas.La primera vez que le la escena registra-da me sorprendi mucho que hubieran podido convocar en este mismo acto a todas las agrupaciones de los ex comba-tientes que circulan ac, en Mar del Plata y me parece que hubiera estado buensimo contraponer cmo ellos ven la guerra de forma diferente y leen de forma distinta el rol de las fuerzas armadas y se construyen, de estas formas diversas, como ex comba-tientes, como soldados. A m me pareci sorprendente el trabajo que hicieron con el conflicto y con el acto.R.B.: A medida que el proyecto se iba cons-

    truyendo, obviamente haba que ir gene-rando lo que nosotros queremos trabajar bien como maestros, los modos de conocer que te plantea el diseo -no solamente porque nosotros queramos hacerlo, sino porque son orientaciones, directivas preci-sas de los inspectores-.E.Z.: En parte comparto la crtica que hace Emilce en cuanto al tratamiento de Mal-vinas y por eso yo me qued pensando la cuestin, porque nos haba pasado ya en una charla previa con los ex combatien-tes. Ellos dan su relato y su experiencia de la historia con toda su subjetividad y uno no puede ponerse a decir todo lo que se podra decir. Pero, dentro de todo, fueron relatos donde ellos rescataban el valor hu-mano de lo que vivieron ah. No fue una cuestin de alabar a las FFAA. Pero si hay una prxima vez -que seguro la habr- pen-saremos algo para dar un enfoque como ms global al tema. Porque a pesar de que esos relatos tienen un gran valor testimo-nial, tambin hay otra parte de la conflicti-vidad socio-poltica del momento que por ah ellos no pueden reflejar.Prof. Marcelo Scotti: Cuando vos contabas lo particular de la fecha en ese ao 2012 pasado, se me cruzaron dos cosas. Por un lado, este ao me toc presentar trabajos en el cierre en Chapadmalal de la Comi-sin por la Memoria y me toc presentar muchos trabajos de Malvinas. Malvinas es un tema - como todos sabemos- particu-larmente delicado. Los que trabajamos en educacin lo sabemos, los que vivimos los ltimos 50 aos dentro de Argentina lo sabemos. Y me parece que una de las cues-tiones tiene que ver con algo de lo que de-ca Cecilia, que es cmo - cuando vamos a trabajar con Malvinas dentro de la escuela- se expone la problemtica de la Nacin: s o s va a haber que trabajar sobre el conflic-to. Y la escuela es reacia al conflicto. Como institucin es difcil trabajar desde una perspectiva de diversidad, de disenso, de discusin, porque la escuela ha sido construida de otra manera, porque no ha sido suficientemente permeable a los cam-bios histricos que acompaaron al siglo XX, porque cuesta reformular muchos de los paradigmas histricos con los que ha sido construida y eso genera, realmente, muchos problemas. Cuando uno est dis-puesto a abrir la puerta a cmo esos con-flictos circulan entre la escuela y la socie-dad se encuentra con muchas dificultades. De hecho me toc presentar un trabajo con el que estaba abiertamente en des-acuerdo, basado en el testimonio de un ex combatiente (oficial del ejrcito) que no slo reivindicaba la guerra sino que adems llegaba a extremos tales como de-cir Es mentira que murieron 700 soldados Argentinos y slo 100 ingleses. Lo plantea-ba en trminos casi futbolsticos y, en la mirada de los chicos, no haba una vuelta de tuerca que permitiera pensar que eso estaba problematizado. Y bueno, la ver-dad que fue un momento de crisis porque uno no est ah para desautorizar el traba-

    ... es difcil trabajar desde una perspectiva de diversidad, de disenso, de discusin, porque la escuela ha sido construida de otra manera, porque no ha sido suficientemente permeable a los cambios histricos que acompaaron al siglo XX, porque cuesta reformular muchos de los paradigmas histricos con los que ha sido construida y eso genera, realmente, muchos problemas.

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    jo de los chicos, porque venan trabajando durante meses para encontrarse con los relatos que tenan a su disposicin, con los que pudieron elegir y con el trabajo que pudieron hacer. Yo pude decir que no es-taba de acuerdo con la perspectiva que se haba presentado, pero haba un punto de tensin ah que iba ms all de lo personal porque tambin desde la perspectiva de la Comisin por la Memoria hay una idea muy clara de trabajar en contra de Malvi-nas como una fecha reivindicable o como un momento de la historia que por la ex-periencia de las vctimas debe ser reivindi-cado acrticamente. Pero realmente es un tema difcil porque est la Nacin ah atrs. Y los vnculos entre la Nacin y la escuela son difciles de abrir, difciles de fusionar, difciles de poner en discusin, de habili-tar a otras miradas. Es un problema, un problema que es muy interesante que se hayan atrevido a plantear. Despus me acord de mi propia experien-cia como docente y la primera vez que me toc hacerme cargo de un acto escolar en una escuela de lo que era la EGB del Gran Buenos Aires: el 9 de Julio del 2001. Ah es-taba, en medio del colapso, que no se saba a dnde iban a parar los sueldos, el default, las renuncias. Y a m me tocaban las pala-bras alusivas del acto de la Independencia. Y se me ocurri armar un discurso breve en una escuela bastante conservadora, donde trataba de plantear cul era el senti-do de pensar en este contexto los valores de la Independencia, de la autodetermina-cin, de la libertad del Estado. Pensar en la historia, en cmo se ha construido, cules son los conflictos y tratar de hacer el plan-teo por fuera de la caja habitual en la que trabajamos los actos escolares. Y tuve que pensar tambin en qu era lo importante realzar en este contexto: pensar en cmo se podan sostener determinados vnculos que hacan al funcionamiento de la Nacin, correrme de cerrar la ventana y hablar de la declaracin de la Independencia y de la casa de Tucumn y aqu no ha pasado nada. Y tuvo una repercusin negativa, no de parte de los alumnos, sino de algu-nos docentes y directivos porque haba sacado a la luz una cuestin con la que la escuela no se mete. La escuela est para que expongamos o transparentemos los problemas del da. Hay una cosa muy fuer-te que a m me parece necesario reforzar: es muy interesante abrir a todos los discur-sos que hay alrededor para discutirlos jus-

    tamente. Para discutirlos desde un lugar particular, porque es necesario que cada uno ya tenga en claro cules son los va-lores, los principios histricos, democrti-cos, ideolgicos, polticos que nos interesa plantear y construir con los otros. Pero de ninguna manera censurarlos, acallarlos o reprimirlos, eso me parece que sera com-pletamente contraproducente.

    Por eso saludo tambin el atrevimiento, la decisin, incluso la exposicin, a cruzarse con discursos que no son propios. R.B.: Yo pensaba que haba una palabra que sonaba mucho en los trabajos de Emil-ce y de Marcelo que era lo equvoco. Y me dije Bueno, pero yo en mi historia, en mi biografa como alumna, soy hija de una historia equvoca, es decir, yo tuve que re-aprender mi propia historia y lo que yo aprend no es lo que yo transmito. Enton-ces, en definitiva, ante esta preocupacin que ustedes plantean yo digo Bueno, de ltima no nos preocupemos si va a ser lo correcto o lo equivocado o no equivocado, lo importante es que haya contenido. Y en relacin con esto, Marcelo, me hiciste re-cordar que an hoy siguen llegando las in-vitaciones con las naves, con las carabelas, para la fecha del antiguo el 12 de Octubre, Da de la Raza. Qu lectura docente hacs, si en una escuela se manda una invitacin con esa imagen? Est clarsima la lectura. Ni hablar del 25 de Mayo, que por excelen-cia tiene la galerita, los abanicos. Bueno, eso podemos dejarlo pasar, porque en rea-lidad el abanico bien o mal estaba, pero lo otro Hay ah una cuestin subyacente ideolgica que ya no puede estar y sin em-bargo est, por eso yo pienso que las crti-cas y los comentarios te llevan a perfeccio-narte y decir Por este camino sigo; ac hay que cubrir ms. De todas formas, tambin hay que considerar que estamos hablando de un segundo ciclo.

    A.E.: Entonces, lo que ests diciendo tiene que ver con algo que plante Cecilia, que es evidente que la funcin del acto escolar es diferente de la que tuvo en su origen. Tal vez hay que discutir para qu son los actos hoy. No este acto en particular, sino los ac-tos en general y, a partir de esta discusin, ver qu modalidad tendran que tener.R.B.: Habra que profundizar y analizar. Hoy por hoy yo trabajo en una escuela mu-nicipal, pero hasta hace un ao trabajaba en provincia. Y, en realidad, yo siento que todava no logramos en las escuelas, en general, esto que vos ests planteando del

    acto diferente. Creo que no es simptico decirlo, pero el docente - me incluyo- es muy defensivo. Pareciera que no nos po-demos equivocar. La formacin de uno en algunas cuestiones es tan fuerte y hay que desestructurarse tanto, que en el momen-to de llevar algo diferente a la prctica ter-minan aflorando los viejos parmetros.E.Z.: Yo creo que el escaso contenido de

    Me parece que el acto incluso puede ser considerado una instancia ms en la que vos pods conjugar distintas disciplinas para enriquecer el enfoque problematizador.

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    los actos tiene que ver con el escaso con-tenido y la subjetividad del enfoque que tenemos en Ciencias Sociales, porque si uno sostiene un enfoque problematizador y crtico, el acto est enmarcado dentro de eso. Me parece que el acto incluso puede ser considerado una instancia ms en la que vos pods conjugar distintas discipli-nas para enriquecer el enfoque problema-tizador. Me parece que no es por el acto en s, sino por el poco avance, la poca profun-dizacin que tenemos en la didctica de las Ciencias Sociales.Una ancdota: en el acto del 25 de Mayo del ao pasado, a m se me ocurri hacer una representacin teatral para poner en foco la idea de grupo social que se pone a actuar. Entonces propongo comparar dos escenas: una en 1810 y otra en 2010. En 1810, para sacar al virrey y en 2010 los obre-ros que se ponen a recuperar una fbrica quebrada. Y algo de lo que me dijeron en la escuela fue: Es subversivo.C.R.: Me parece que en el rea de Cien-cias Sociales no slo tiene que ver con la capacitacin, sino que se est disputando la funcin poltica de la escuela y del edu-cador. Y el acto escolar sigue cubriendo el rol tradicional de reproducir y, quiz, en la conmemoracin del 24 de marzo es ms fcil salirse de ese lugar de nacionalismo y de patriotismo que en la conmemoracin de Malvinas. Otra ancdota de Jvenes y memoria: en uno de los proyectos pasaron todos los chicos con una remera de Argen-tina con las Malvinas y en el video estuvo casi completo el Himno Nacional cantado por ex combatientes. Se hizo una reivindi-cacin del nacionalismo en forma acrtica que era fuertsima y nuestros alumnos de formacin docente que estaban presen-tes pudieron escuchar la devolucin que, justamente, problematiz esto: cul es la idea de nacionalismo que se construye y la importancia de empezar a problematizar esos mandatos. Dra. Emilce Moler: Yo voy a empezar un poco ms atrs de todo y pensado desde afuera del sistema educativo en general: que un 15 de Febrero, con treinta y pico de grados de calor, estemos todos estos ac-tores hablando de esto bueno, es algo que hay que poner en valor. Permtanme asombrarme gratamente.

    Hoy es un da muy emblemtico, porque acaban de dar la sentencia en Mar del Plata de los represores, que fue una sentencia buena, por la que estn todos condenados por grandes crmenes de la Base Naval; un da en el que se puso una placa en el faro, identificndolo como centro clandestino. Esta sentencia convalida, por parte de la justicia, las cosas que decan los testigos, las vctimas. Entonces digo, hablando de educacin y dems, me parece que hoy di-mos un paso en la ciudad de Mar del Plata en calidad educativa: no convivimos ms con genocidas caminando por la calle. Me parece que stos son los valores que hay que instalar en estas cuestiones de ciuda-dana y dems, vinculndolos con educa-cin. Aunque a veces parece que van por caminos separados, con temas tan contro-

    vertidos como qu es calidad educativa. Yo me permito enunciar esto: calidad educati-va tambin es que los chicos no se crucen con un genocida por la calle de la ciudad donde viven. se es el objetivo por el cual tendramos que ir trabajando para la cons-truccin de la ciudadana.Todos los aportes que se hagan en funcin de ello, yo los celebro. Entonces yo los fe-licito a todos los que hacen posible esto. A ustedes, Roxana y Emiliano, los recontra felicito. Conociendo las complicaciones que hay en educacin, fue difcil -a una maestra que se banca esto- hacerle una devolucin escrita que dijera algo en tan slo 500 palabras. Tratando de ser lo ms cuidadosa posible, si mi perspectiva serva para decir algo (ni siquiera a ustedes, sino a quien la leyera) me permit decirlo, hacer un humilde aporte de alguien que hace aos que viene transitando esto. Me pue-do equivocar, pero es como vos decs, un final abierto. Lo importante es hacer algo, intervenir en algo. M.S.: Suscribo tanto a lo que decs como al tono, pero adems me parece que est

    bueno, cuando uno tiene diferencias, de-cirlas; es enriquecedor para todos. Pero es difcil cuando uno tiene que escribir las diferencias porque, por un lado tens que hacerlo sin conocer a los protagonistas y, tambin, por la lgica del especialista: es un lugar un poco ms incmodo para to-dos los que trabajamos en educacin, por-que es el que mira un poco ms de afuera, el que mira desde un lugar de no compro-miso, participacin, riesgo.A.E.: Acotamos algo en relacin con el dis-positivo que se pone en marcha para hacer esta publicacin y sobre la dificultad que menciona Emilce para dar una perspecti-va escrita, de 500 palabras, a partir de un registro de una escena escolar: ste es el momento previsto para la discusin del ateneo, en el cual creemos que la reflexin crece y aparecen las intersecciones, las ampliaciones y los matices, ms all de la mirada sesgada de cada campo disciplinar representado por ustedes. Esto es lo que completa el material que llega a las es-cuelas y lo que permite promover nuevas discusiones que enriquezcan las prcticas. Es, adems, el espacio para poder tras-cender el debate en torno a este caso en particular y pensar, en general, qu puede hacer la escuela, dnde estn los lmites de lo posible para la circulacin y el trata-miento de la Historia.E.M.: La devolucin que yo hice vale para los centenares de casos que veo y en los que no siempre tengo la posibilidad de hacer una devolucin. La oportunidad per-miti decir cosas que yo he visto a lo largo de todos estos aos. Por lo que s, esta publicacin tiene una amplia circulacin y va a tener una llegada distinta de la que tenemos desde el programa Jvenes y me-moria*, que llega a los que estn interesa-dos solamente. Entonces digo, ac es ms interesante porque llego con este tipo de comentarios a gente que no lo est bus-cando. Me parece que tiene potencialidad y les agradezco que todos nos podamos correr de lo personal y tomarlo como un ejemplo X.

    Yo me permito enunciar esto: calidad educativa tambin es que los chicos no se crucen con un genocida por la calle de la ciudad donde viven.

    La formacin de uno en algunas cuestiones es tan fuerte y hay que desestructurarse tanto, que en el momento de llevar algo diferente a la prctica terminan aflorando los viejos parmetros.

    *Programa lanzado en el ao 2002 por la Comisin Provincial por la Memoria. Considera la escuela no como vehculo para la transmi-sin de un legado sino como un espacio para la apropiacin del las experiencias pasadas .http://jovenesymemoria.comisionporlamemoria.net/

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    Yo separo lo del acto escolar, que ya es una complejidad en s mismo, sea sobre estos temas u otros, se habl aqu mucho de los docentes de Ciencias Sociales, yo agrego otra complejidad: cuando les toca a los do-centes de Ciencias Exactas hacer los actos escolaresR.B.: Se auto declaran incapacitados.E.M.: Se auto declaran incapacitados como si no fueran ciudadanos que participan.M.S.: Como si no fueran docentes. E.M.: El de Fsica, el de Biologa, la de Mate-mtica no pueden hablar del 24 de marzo, pero despus bajan lnea. Entran al aula y ante todos los conflictos -el piquete, el corte, los pibes chorros- bajan lnea, bajan lnea, bajan lnea. Pero llega el 24 de mar-zo y Yo soy de Matemtica, no puedo hacer nada. Y en este caso qu hacen? Che, Emilce, por qu no vens a dar una charla? Y yo me siento la figurita del Billiken, el Cabildo recortado. Ya hace aos que yo no quiero ms hacer eso. No por lo perso-nal: porque no sirve. Si no hay un trabajo previo y no hay un trabajo posterior, no sirve. Y ah viene la cuestin de lo emoti-vo, pues si bien yo evito dar golpes bajos -y en los ltimos aos uno puede salir de eso, porque los chicos se interesan ms por la cuestin de la poltica-, cuando visitaba las escuelas venan los chicos y me decan Se-ora, la torturaron? y me daban un beso y lloraban y ese tipo de cosas. No sirve. Los temas personales los dejo para terapia.No estoy segura de que la tortura, el relato de la tortura, tenga una funcin pedaggi-ca. Y si encima se hace en primera perso-na lo que s es seguro que conmociona. Es como vos decs: algo les queda. Ahora eso les alcanza para interpretar por qu no hay que decir Que se pudran los cho-rros en la crcel? se es mi objetivo hoy en da en el tema de los derechos humanos: que se pueda vincular el caso particular de Esta pobre seora, mir lo que le pas con el hacinamiento en las crceles. Si na-die est manifestando por los derechos de los presos, porque Si son chorros que se joroben, en algo me estoy equivocando en el relato de la memoria. Esto es lo que trataba de explicar, que las cuestiones de la emotividad seguramente sirven en al-gn lugar ,pero quiz tambin te obturan la posibilidad de una cierta distancia para pensarlo como un objeto ms distante y complicarlo, problematizarlo. Y dije que queda un final abierto porque hoy, ms de una vez, me encuentro en la ca-lle con chicos que me ven, me saludan Qu tal, empec a militar en poltica despus de que la escuch a usted. En ese sentido, co-incido, siempre es buena una incidencia. Por un lado, entonces, est el acto escolar

    en s y por el otro, el relato de la historia. Aqu me permito poner un signo de pre-gunta. Hoy hablbamos del 25 de mayo y yo creo que para los chicos, hoy en da, la dictadura es como el 25 de Mayo, en su relato histrico. Nosotros hablamos de

    historia reciente. Reciente para quin? Para los procesos histricos. Para los chi-cos, treinta y pico de aos es un montn. En una ponencia yo habl del Teorema de Thales y La noche de los lpices. Es lo mismo para ellos: la dificultad pedaggica para ensear el Teorema de Thales y para que entiendan por qu se detuvo a los jvenes en la dictadura es casi la misma; son casi los mismos obstculos pedaggicos, epis-temolgicos que tens que ir sorteando. Si yo no hablo del ao 75 y explico de Isabel Pern, la Triple A, el clima que se viva y dems, no van a comprender por qu se lleg a lo que se lleg. Y si yo no explico las rectas paralelas, no entienden el Teo-rema de Thales. Entonces yo me permito plantear: no le demos un valor emotivo ms grande a que, mientras estamos ex-plicando La noche de los lpices los pibes estn mandando mensajitos, porque para ellos es igual que el Teorema de Thales, salvo que se de alguna cuestin particular. No hay diferencia en los obstculos episte-molgicos para sortear y a eso se agregan otras dificultades, como por ejemplo, que en Matemtica es todo tan pautado que desde el primer ao vas trabajando los contenidos previos y, en cambio, en esto no podemos contar con eso, ya que los do-centes tienen miradas polticas diferentes y, adems, algunas cuestiones de la Histo-ria son muy difciles de explicar. O sea, la Pedagoga de la Memoria es una disciplina que hay que empezar a tomar en serio. Por otra parte, hay que analizar cmo se formaron los docentes en estos temas, qu elementos tienen, porque cuando di-cen: Yo prefiero no hablar no es porque tengan una postura ideolgicamente joro-bada. Tienen que tener herramientas y sa es otra de las complejidades que vemos, de los obstculos que tenemos que saltear. R.B.: Siento que, a veces, algunos colegas no se permiten, se auto censuran o est muy instalado que el docente no puede ha-blar de su ideologa poltica. Hay una cues-tin muy fuerte en nuestra formacin do-cente, en nuestro ejercicio. Hablo de gente que tiene mi edad o un poco menos. Ojal las nuevas generaciones no vengan con esa impronta. Yo tengo que reconocer que ten-go la suerte de trabajar en un lugar en el que estoy acompaada por los directivos. E.M.: Un cambio en una institucin no lo pue-de hacer un docente solo, por ms buena vo-luntad. Ms all del cambio curricular, para hacer un cambio institucional se requiere de varios actores, los directivos, un inspector que permita determinadas cosas y tambin se requiere tiempo. Hay que pensarlo como un proceso de construccin e ir generando las matrices de reflexin para ir instalndo-lo, en la propia institucin, donde se pueda pensar y repensar con los pares, que es la mejor manera para recibir los aportes.R.B.: Es muy difcil el cambio por lo que vos dijiste hoy, hay colegas que tienen un dis-curso un poco complicado.E.M.: Tens gente que cuando las ve a Hebe (de Bonafini) o a Estela (de Carlotto)las aplaude, porque hoy en da es raro que alguien se oponga a las abuelas. Pero des-pus ven un franelita y lo sacan corriendo o te dicen: A los chorros hay que matarlos a todos. Eso es lo que a m me preocupa: la cristalizacin del pasado sin resignificar-lo en el presente. Me preocupan los actos escolares que fomentan esa cristalizacin del pasado, de los conos, los pauelos, las madres. Es como que ah se logr construir una historia bonita, una historia casi ofi-

    se es mi objetivo hoy en da en el tema de los derechos humanos: que se pueda vincular el caso particular de Esta pobre seora, mir lo que le pas con el hacinamiento en las crceles. Si nadie est manifestando por los derechos de los presos, porque Si son chorros que se joroben, en algo me estoy equivocando en el relato de la memoria.

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    Intersecciones

    cial. Salvo casos muy reducidos, nadie se mete con eso, con el tema de que la dic-tadura estuvo mal; pero al final, este con-gelamiento de esa historia te invalida para repensar el presente. S.L.: Lo que no se logra con el otro es que tenga los mismos derechos que tengo yo. Es una cosa que vemos cotidianamente. Pero es ya pornogrfico el discurso.A.E.: Hablaban hoy de herramientas pe-daggicas. Nuestra pregunta sera dn-de estn esas herramientas pedaggicas? Estn en la formacin docente? Estn presentes en los institutos en este mo-mento? Se est trabajando desde all? Y el hecho de que la historia reciente co-mience a cristalizarse, a idealizarse desde lo polticamente correcto significa que habra que comenzar a hilar ms finito? Y para comenzar a hacerlo, recordemos que en alguna de las perspectivas se objetaron las nociones de gesta y de malvinizar y podramos decir que se trata de diferen-cias entre personas que, a groso modo, tie-nen acuerdos. Son cuestiones vinculadas con el uso de ciertos trminos, pero si es mediante las palabras que reconstruimos una representacin de los hechosM.S.: Es un poco lo que fuimos cursando en la conversacin, pero bsicamente detrs de la idea de gesta hay una valoracin positi-va de una causa. Me parece que es preciso preguntarse para qu uno ensea Malvinas, desde dnde, desde qu punto, desde qu conceptualizacin histrica est invitando a

    reconstruir con los alumnos la experiencia histrica y social, no slo de la guerra, sino de todo lo dems que la guerra implic. Cuando puse el ejemplo, hace un rato, daba cuenta de esta perspectiva. La idea de gesta est asociada a la competencia deportiva; por eso yo creo que no tiene ningn lugar en una historizacin rica, en sentido amplio. Por supuesto que no se puede negar la palabra gesta a alguien que ha vivido personalmente la guerra; pero me parece que no podemos dejar de establecer este hecho. Por otro lado, malvinizar a m me resulta sospechoso. Qu es malvinizar? No entiendo qu es malvinizar. Me parece que si malvinizar es, desde una perspectiva favorable, habilitar la oportunidad de que la experiencia de quienes fueron soldados en la guerra y su vivencia directa pueda ser compartida por la generacin que viene, de una manera ms amplia y ms real, me parece que con relatar Malvinas estamos bien. Malvinizar supone una operacin ms amplia no? En la que habra algn sentido favorable de la experiencia de Malvinas, para traer al presente y para englobar el presente. Yo no creo que eso sea positivo ni que sea favorable en ningn sentido, ni desde el punto de vista de la historia del ciudadano, ni del punto de vista del trabajo del docente. Por eso planteaba la necesi-dad de problematizar la expresin, porque estamos hablando de guerra y la verdad que la guerra nos interpela desde todo punto de vista. Adems estamos hablando

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    de una guerra que fue decidida por un go-bierno criminal, por una dictadura.S.L.: Por eso yo siempre me pregunto si le podemos decir guerra. Para m fue un ge-nocidio, algo impuesto.E.M.: Pasa que Malvinas es una doble trage-dia: una guerra dentro de una dictadura. En eso adhiero a lo que dice Marcelo: hay que enfatizarlo. En la escena escolar que esta-mos analizando se vea que, por un lado estaba la condena de la dictadura y dems, pero quedaba un poco soslayado lo de Mal-vinas, con el tema de la recuperacin, los soldados, los hroes. Eran dos imgenes que no terminaban de verse claramente. R.B.: Yo tengo claro que es tragedia tras tragedia, pero tambin siento respeto por alguien que dio su vida, ya sea porque qui-so o porque lo mandaron.E.M.: Pero hay que revisar lo que significan esas dos palabras (gesta y malvinizar) y la particularidad de una historia de vida, en el marco fuerte de la dictadura. En la escena escolar haba una pregunta, Cules eran las tres armas que combatieron, que no remite a los genocidas de la dictadura. Me parece que esto es lo que hay que cuidar, que cada vez que se hable de eso, se enfa-tice en el marco del genocidio. Por supues-to respetar a los soldados, las vctimas y dems, las historias de vida y los relatos; respetarles sus interpretaciones, como pu-dieron construirlas. Pero como institucin, me parece que es preciso ayudar a que se vea esa parte de la historia.A.E: Ac aparece una conexin con el tema del trauma que mencion Cecilia en su perspectiva. En los momentos del acto en los que se aborda el tema de Malvinas, es cuando ms aparece la emocin y el trauma obstaculizando la relectura.C.R.: Cuando pensaba en esta idea de trau-ma, pensaba en los trabajos de Elisabet Je-lin que historizan la memoria. Vos pregunta-bas por las herramientas pedaggicas y yo pensaba en este proceso de memoria del que hablbamos hace un rato: hoy, 15 de Febrero de 2013, en Mar del Plata sucede un hecho histrico muy importante, que tiene que ver con el proceso histrico que est viviendo la memoria colectiva en Argenti-na. Bueno, a lo mejor es importante pensar cul es el rol de la escuela en ese proceso de memoria. La escuela recupera la memoria o, al mismo tiempo, tambin es constructo-ra activa y, entonces, formamos parte de la construccin colectiva? Cuando hoy pre-guntaban si cambi algo en la formacin de los docentes: cambi el Diseo Curricular y la forma de pensar al sujeto educativo y al docente como un actor poltico.E.M.: Por qu no tomar la cotidianeidad, por qu no tomar lo local, que es un an-claje para una herramienta pedaggica?

    Supongamos que en vez de pasar esto (la sentencia en el juicio Base Naval II) el 15 de Febrero hubiera sido en Abril, Mayo, en un da comn de clases: los chicos llegan a su casa y van a ver en los noticieros todo el tiempo esta noticia, pero en la escuela na-die la va a tomar. Y despus les hablamos del 24 de marzo y la dictadura, pero lo que tens hoy en da, todos los das, al alcance de tu mano -por suerte- en este proceso histrico, la escuela en general no lo est tomando. Y vuelvo sobre esto porque se habla de la cotidianeidad todo el tiempo, con Mxima, por ejemplo, y el pobre padre que no puede ir a Holanda. Hay que tomar esas cosas del da a da y lo local por-que si no, el 24 de marzo y la dictadura, son el 25 de mayo.

    C.R.: Es importante tambin pensar en el encuadre poltico del momento Cul es el lmite de lo decible? Hoy se habl de encontrarse con relatos que no coinciden con las propias ideas, ni estn acordes al momento poltico que vivimos respecto de la memoria, de los juzgamientos y las con-denas. Bueno, el lmite para la escuela est dado por el marco jurdico. Contamos con

    herramientas legales y creo que tambin pedaggicas para pensar que la escuela hoy tiene que ser democrtica y el lmite de lo decible y el relato que puedo llevar a mi aula est marcado por el respeto por los derechos humanos. No puedo llevar el relato de Scilingo o de Massera. No doy voz a todos.A.E.: El hecho educativo es un hecho pol-tico por decir o por omitir. Siempre ests haciendo poltica.E.M.: Si a m me pregunts una herramienta pedaggica, es el da a da con el habla. Tra-bajar cinco minutos, diez minutos, quince minutos, la noticia que los chicos comen-tan. El da a da me parece que tiene un va-lor pedaggico porque le das un elemento al chico para la discusin y la reflexin. Por-que despus, escuchan otro discurso, otra cosa y entonces, el tiempo dir.E.Z.: En cuanto a las herramientas peda-ggicas que necesitamos, yo creo que son las mismas que necesitamos para analizar cualquier proceso histrico. Una ventaja que tenemos, si la sabemos utilizar, es que de esos procesos histricos las familias tienen algo para decir. No s si tanto del Teorema de Thales. Y en cuanto a lo otro, a cmo hacemos con la gente que tiene muy buena educacin y dice Hay que matar-los, me parece que es necesario revalori-zar o poner en discusin los conceptos de igualdad y desigualdad.

    El da a da me parece que tiene un valor pedaggico porque le das un elemento al chico para la discusin y la reflexin.

    En cuanto a las herramientas pedaggicas que necesitamos, yo creo que son las mismas que necesitamos para analizar cualquier proceso histrico. Una ventaja que tenemos, si la sabemos utilizar, es que de esos procesos histricos las familias tienen algo para decir. No s si tanto del Teorema de Thales.

    ... a lo mejor es importante pensar cul es el rol de la escuela en ese proceso de memoria. La escuela recupera la memoria o, al mismo tiempo, tambin es constructora activa y, entonces, formamos parte de la construccin colectiva? Cuando hoy preguntaban si cambi algo en la formacin de los docentes: cambi el Diseo Curricular y la forma de pensar al sujeto educativo y al docente como un actor poltico.

    ...el lmite para la escuela est dado por el marco jurdico. Contamos con herramientas legales y creo que tambin pedaggicas para pensar que la escuela hoy tiene que ser democrtica y el lmite de lo decible y el relato que puedo llevar a mi aula est marcado por el respeto por los derechos humanos.

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    E.M.: Saquen el tema Asignacin Universal por Hijo y van a ver lo que despierta, des-pierta monstruos.C.R.: Yo pensaba, en relacin con la senten-cia de junio del ao pasado, de la primera parte del juicio de Base Naval... trabajo en una escuela en la ciudad de Mar del Plata que est cerca de una comisara que para a los chicos en la esquina porque los confun-de con delincuentes del barrio, les rompe la mochila, los lleva detenidos sin motivo. Es la comisara a la que pertenecan muchos de los policas que luego fueron absueltos en el juicio. Esos chicos no habrn vivido el proceso poltico del 76 al 82, pero hoy los sigue atravesando. R.B.: El ao pasado hubo una jornada, creo que fue la primera del ao donde el docu-mento que se baj se vinculaba con hacer un relevamiento institucional del impacto de la AUH. Bueno, pues hubo colegas que no que-ran reconocer el cambio en las familias. E.M.: El problema es que se oponen a que perciban algo porque cada vez se les acercan ms a ellos. Ah es donde est lo complicado