asedio antigua grecia

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Asedio a la Antigua Grecia

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Asedio en la Antigua Grecia

Lapoliorctica, o arte delasediode la conquista (y por extensin, de la defensa) de las plazas fuertes, se origin durante laAntigua Grecia. Este tipo de asedios se originaron a partir del momento en el que se sobrepas el estadio del mero sitio mediante un desarrollo excepcional de las tcnicas militares, que apenas fueron llevadas ms all durante laEdad Media, hasta la invencin de lasarmas de fuego. La importancia de las tcnicas de asedio se debi al aumento del papel estratgico de la ciudad en detrimento del territorio en la defensa global de lapolis.ndice[ocultar] 1Los orgenes 2El desarrollo y la prctica del asalto 3Las tropas de asalto 4Las armas incendiarias 5Las obras con armazn 5.1Arietes 5.2Torres de asedio 6Las mquinas lanzadoras 7Los trabajos de desmonte 8Las reacciones de los asediados 9El arte de las fortificaciones 10Vase tambin 11Notas 12BibliografaLos orgenes[editar]

Muralla de Micenas desde la Puerta de los Leones.Dejando aparte la tablilla deMicenas, en la que se venhonderos,arquerosy lanzadores de piedras librar una batalla bajo los muros de una ciudad, la descripcin deHomerodel asalto lanzado encarropor lostroyanoscontra elcampamentofortificado de losaqueos, y la ancdota delCaballo de Troya, nada hay, excepto lasfortificacionesdescubiertas por los arquelogos, que nos informe sobre la evolucin de la poliorctica griega antes de finales de lapoca Arcaica.Desde elNeoltico, las preocupaciones defensivas presiden la organizacin del plano urbano. Ms que mediante la construccin de recintos fortificados, de extensin y tamao muy limitados, se puede observar la adaptacin de la propia arquitectura civil para fines militares: las calles son estrechas y tortuosas, mientras que los muros de las casas, sobre todo en los lmites de las aglomeraciones, se refuerzan en ocasiones para servir demurallas. Este sistema de proteccin, a pesar de su apariencia rudimentaria, es de una gran eficacia y permite sacar el mejor partido, con los menores esfuerzos, de los accidentes del terreno. En elsiglo IVa.C.todava ser recomendado porPlatn, enLeyes, que se preocupa por no separartopogrficamentedel marco ordinario de la vida privada el dispositivo de defensa colectiva, para incrementar as la combatividad de los ciudadanos.La autonoma estructural y el podero arquitectnico de los recintos amurallados tendieron, no obstante, a reforzarse en el trascurso delprimer milenio a. C., dado el progreso de las tcnicas de construccin, el enriquecimiento de las comunidades y la concentracin de recursos sociales en manos de lasaristocraciaspalaciegas (puede que tambin por influencia de loshititas, que por esas fechas ya se haban forjado una reputacin de expertos en fortificaciones).1Fue entre mediados delsiglo XIVa.C.y finales delXIIIcuando lasacrpolismicnicas, a la sazn residencias reales, se rodearon de imponentes murallas de bloquesciclpeos, ms o menos bien labrados y colocados sinmortero. Su anchura variaba entre los 4 y los 17m, y su altura entre los 4 y los 9m. Su trazado se ver determinado generalmente por laorografa, pero en ocasiones tambin se divida en cortas secciones rectilneas separadas por pequeas descolgaduras, como enGla, lugar situado en una isla dellago CopaidedeBeocia. Las aberturas eran escasas: cuatro puertas en Gla, una puerta y unapoternaen Micenas,TirintoyAtenas, generalmente provistas de una rampa de acceso paralela a la muralla y flanqueada adems por resaltos macizos que formaban un antepatio, como en Tirinto, o por torres, como en Micenas, Atenas y Gla.

Puerta Arcadia deMesene.Las puertas eran, como es evidente, los nicos puntos dbiles delpermetrofortificado; de ah las excepcionales precauciones tomadas para obligar al asaltante a presentarse ante ellas en una posicin desfavorable, por su lado izquierdo, que no estaba protegido por elescudoy expuesto a las armas de los defensores. Era ms bien sitindolas como se poda esperar apoderarse de esas fortalezas, en las que probablemente se refugiara la poblacin del territorio; por ese motivo, los constructores tomaron a menudo la precaucin de acondicionar galeras subterrneas que conducan a fuentes situadas al pie de la muralla.No parece que antes delsiglo Va.C.volviera a producirse ninguna modificacin en el arte de las fortificaciones y en los procedimientos de asedio. Aquello que importa en los recintos urbanos, cuyo nmero se increment notablemente a partir de la poca arcaica, era su valor esttico, el aspecto pasivo de su podero; formadas por una estructura deladrillos secados al sol, cimentados por lo general sobre una base de piedras aparejadas, con escasas aberturas y dotadas de algunas torres cuadradas de flanqueo (sobre todo en las proximidades de las puertas), es evidente que no fueron concebidas para resistir un asalto en toda regla.Los relatos de los historiadores demuestran de hecho que los sitios fueron, hasta laguerra del Peloponeso, el mtodo de asedio ms extendido y eficaz. Una vez construido un muro de contravalacin de ladrillos sin cocer o de piedras puestas en seco, en ocasiones completado en direccin al exterior con otro de circunvalacin, a los sitiadores no les quedaba ms que mantener la guardia, recurrir a sus reservas y armarse de paciencia.2De este modo reconocan su incapacidad para forzar la entrada de la ciudad; una incapacidad que dejaba ver, sobre todo, su repugnancia a correr un riesgo semejante debido a que para ellos, lo esencial del conflicto era el control del territorio.Durante la guerra del Peloponeso, los atenienses fueron los nicos que tuvieron los medios econmicos y el valor poltico de sacrificar a sangre fra, como les haba aconsejadoPericles, la defensa del territorio a la salvaguardia de la ciudad, ya que para ellos era el nico medio de mantener su imperio, proveedor de tributos, que se encontraba amenazado por la superioridad terrestre de losespartanos. Pese a ello, su estrategia, por circunstancial y coyuntural que fuera y pese a su fracaso final, prefiguraba en cierta medida la nueva estrategia adoptada por la mayora de las ciudades griegas a partir del siglo IVa.C.El desarrollo y la prctica del asalto[editar]Esta nueva estrategia no le conceda importancia absoluta ni al territorio, como en la estrategia tradicional, ni a la ciudad, como en la estrategia de Pericles. Haca un uso ponderado y gradual de uno y otra, con lo que intentaba diversificar las posibilidades de resistencia en torno al ncleo urbano, que en adelante se convirti en el ltimo reducto de defensa. As, la conquista de la ciudad, generalmente depositaria de botines prometedores y tan necesarios para el final del conflicto, se convirti en el objetivo principal de los agresores.Esta tendencia se acentu a comienzos de lapoca helenstica. El desarrollo de la poliorctica griega data del momento en que mientras el cuerpo cvico tenda a desgajarse del territorio y a identificarse con la ciudad el problema de la defensa se present en trminos puramente tcnicos.No obstante, esta evolucin estratgica no hubiera trastornado hasta tal punto los procedimientos de asedio si la calidad de las tropas y la organizacin general del ejrcito no hubieran sufrido con la crisis de laspolis.Sin el desarrollo de lastropas ligeras, la prctica del asalto, que exiga unas disposiciones fsicas y psicolgicas por completo diferentes a las del asedio, hubiera tenido ms problemas para imponerse. Hasta la aparicin de Estados de naturalezatirnicao monrquica, capaces de realizar un esfuerzo de guerra hasta entonces desconocido, no se pudo disponer de un parque de asedio lo bastante grande como para que un asedio fuera una empresa rentable. No fue una casualidad, ni el mero efecto de una causa concreta de carcter tcnico, social o poltico, que la poliorctica griega alcanzara su apogeo en tiempos deAlejandro Magnoy de losdidocos, durante el transcurso de los encarnizados conflictos que acompaaron al nacimiento de los imperios. Fue el resultado de una conjuncin de fuerzas y apetitos nuevos, liberados por el estallido de la ciudad: la desaparicin del soldado-ciudadano, el fracaso del modo decombate hoplticoy el desencadenamiento del poder convertido en absoluto, que se alimentaba a s mismo y no se preocupaba ms que de hacerse ms grande.Las tropas de asalto[editar]La difusin de la prctica de los asaltos tendi, en primer lugar, a incrementar la importancia relativa de las tropas ligeras y probablemente tambin a aligerar el equipo de la infantera. ParaIfcrates, eltipo idealdel conquistador de ciudades era elpeltasta.Por otra parte, tuvo como resultado importantes innovaciones tcticas destinadas a mejorar el poder de choque de los asaltantes. Por eso lossiracusanos, en guerra con loscartagineses, fueron los primeros griegos en tomar conciencia, a finales del sigloVa.C., de la eficacia del asalto continuo realizado por oleadas sucesivas y, por consiguiente, de la necesidad de contar con reservas. Por ese mismo motivo, a partir de Alejandro se constituyeron en el seno de los ejrcitos, comandos especializados en escalar murallas.Por ltimo, la guerra de asedio contribuy a revalorizar el uso de la sorpresa, de las aagazas y de la traicin en detrimento del enfrentamiento abierto, as como del valor individual, ms o menos provocado por el cebo de las recompensas, en detrimento del herosmo colectivo.As, el perfeccionamiento de la poliorctica favoreci en Grecia la decadencia del soldado-ciudadano y el desarrollo del profesionalismo militar, agravando a la vez la crisis social y poltica que haba sido su origen; tanto ms cuanto que estuvo acompaado, desde la poca deDionisio I(comienzos del siglo IVa.C.) hasta la deDemetrio Poliorcetes(comienzos delsiglo IIIa.C.), de un desarrollo considerable de la tcnica militar, que exiga una mayor movilizacin de medios materiales y humanos.Las armas incendiarias[editar]

Uso del fuego griego, segn un manuscrito bizantino.Una arma tan primitiva como el fuego no dej de representar durante toda laAntigedadun papel importante en la guerra de asedio, porque la madera continu siendo un material esencial en la arquitectura civil e incluso pas a formar una parte esencial en la composicin de los puntos ms expuestos de las fortificaciones (puertas, caminos de ronda y empalizadas diversas), y tambin debido a los perfeccionamientos que se produjeron en las armas incendiarias para terminar con los sistemas de proteccin imaginados por los defensores.A menudo se limitaba a crear inmensas hogueras, calculando con atencin la direccin del viento. Los asaltantes lanzabanpezyazufresobre ella para activar la combustin, mientras que los asediados creaban frente a sus edificaciones pantallas de piel fresca y lanzaban contra la hoguera agua, tierra y vinagre (cuyas cualidades comoextintoreran muy apreciadas por los antiguos). Tambin se supo desde muy pronto cmo actuar a distancia y con mayor precisin. Desde lasguerras mdicasse utilizaban flechas forradas de estopa encendida. Durante laguerra del Peloponesose pusieron a punto una especie delanzas-antorchade las queTucdidesnos ha dejado una detallada descripcin, que se probaron contra el atrincherado ateniense deDelio, en el invierno del424a.C.dice Tucdides:[...] losbeocios...utilizaron una mquina que venci. He aqu cmo era: tras haber cortado en dos una larga viga, la vaciaron por completo y unieron con exactitud las dos partes para hacer una especie de tubo; en el extremo suspendieron, mediante cadenas, un caldero, dentro del cual penetraba, desde la viga, un pico de fuelle de hierro que haca escuadra; el resto de la madera tambin estaba revestida de hierro en gran parte de su longitud. Empujaban desde lejos las mquinas, con carros, contra la muralla en los sitios en donde haba ms sarmientos y madera; despus, cuando estaba cerca, introducan grandes fuelles en el extremo de la viga que estaba en su lado y los accionaban. El aire, que llegaba con presin al caldero, lleno de carbones encendidos, de azufre y de pez, encenda una gran llama; lo que prenda fuego a la muralla, tanto y tan bien, que nadie poda permanecer en ella; los hombres la abandonaron y huyeron y, de este modo, se conquist el muro.3Estos procedimientos se perfeccionaron y se diversificaron a partir del siglo IVa.C., teniendo a menudo los asediados cada vez ms y mejores medios para destruir las obras de carpintera que los asaltantes levantaban delante de sus murallas. Se inventaron entonces numerosos tipos deerizosincendiarios, de concepto anlogo al que describe asEneas el Tctico:Preparad dos garrotes semejantes a manos de mortero, pero mucho mayores; en ambos extremos clavad clavos de hierro, unos pequeos, los otros grandes y, en el resto del garrote, por todo su contorno, arriba y abajo, pequeos paquetes de virulentos productos incendiarios. El objeto debe tener el aspecto de un rayo tal y como es representado. Hay que lanzarlo contra la mquina que avanza, preparndolo de tal manera que se quede clavado a ella y que, como est fijo, el fuego sea persistente.4Las recetas de los productos incendiarios fueron refinndose.5Eneas recomendaba utilizar una mezcla de pez, azufre, estopa, incienso en polvo y serrn de pino.6Tras las expediciones de Alejandro se usaron a veces fuegos lquidos, como elasfaltoo elbetnlquido. En elsiglo III,Julio el Africanopreconizaba incluso el empleo de un fuego autnomo, que era un anuncio delfuego griegoinventado porCalnicodeHelipolishacia el668-673:A medioda, a pleno sol, se tritura en un mortero negro, a partes iguales, azufre natural, sal gema, ceniza, piedra del cielo y pirita. Despus se aade jugo de moras negras y asfalto de Zante sin secar, todava lquido (cada uno de estos productos a partes iguales), para conseguir un producto que se parezca al holln. Despus se le aade al asfalto una pizca de cal viva. Se debe triturar cuidadosamente a medioda, a pleno sol, protegindose la cara, puesto que se inflamar sbitamente. Una vez que se haya producido, hay que recubrir el producto con un recipiente cualquiera de cobre, para poder conservarlo as listo en un bote, sin exponerlo nunca al sol. Ahora, si deseis incendiar el equipo de vuestros enemigos o cualquier otro objeto, lo untaris por la noche, a escondidas; cuando salga el sol, todo arder7Sin embargo,Arqumedeslo hara mejor todava si es cierto, como dicen autores tardos, que en el211a.C.lograra incendiar losnavos romanosque participaban en elsitio de Siracusautilizando espejos para captar el fuego del cielo.8Las obras con armazn[editar]Arietes[editar]

Plano de una catapulta.9Otro tipo demquinas de asedioestaba formado por las obras con armazn. stas incluan, en primer lugar, losarietes, que habran sido inventados durante el asedio deSamos,10en el440-439a.C., por un ingeniero de Pericles,ArtemndeClazmenas. Sin duda se inspir en modelos orientales, dado que este tipo de mquinas era de uso corriente en Asia occidental desde los tiempos del ltimoimperio asirio, y era conocido incluso desde mucho antes, con formas ms primitivas, desde eltercer milenio a. C.De comienzos del siglo Va.C. es una cabeza de ariete de bronce, descubierta en elestadio de Olimpia. Se trata de un artefactoparaleleppedode 25,2 cm de alto, 18,5 cm de largo y 9 cm de ancho, con paredes de entre 9 y 10 mm de grueso, que termina, por su parte anterior, en unaaristaflanqueada por una doble hilera de dientes de 4,7 cm de largo. A cada lado de las caras verticales de esta arma hay cuatro agujeros en los que an se conservan algunos de los clavos que la fijaban en el extremo de una viga de madera encastrada en un saliente de la parte superior. Este ingenio, que debido a sus dimensiones y a la delgadez de sus paredes era propulsado a mano, no estaba destinado a embestir, o a aplastar las piedras del paramento, sino a aflojarlas y arrancarlas (entra en lo posible tambin que estuviera destinado a atacar puertas y poternas).Ms complejos de manejar y de mayor potencia eran los arietes (probablemente colgantes) que utilizaron los lacedemonios delante de Platea en el429a.C.y, sobre todo, los de los comienzos de la poca helenstica, cuyos servidores se colocaban bajo protecciones mviles llamadastortugas.Los mayores de esosarietes-tortugafueron construidos en el305a.C.por Demetrio Poliorcetes (Poliorcetes= Expugnador de Ciudades) para el asedio de Rodas. Segn Diodoro Sculo,11eran de dimensiones inauditas, pues cada uno tena una viga de 120codos [53,28m] cubierta de hierro, provista de una punta comparable alespolnde un navo y fcil de propulsar, porque estaba montada sobre ruedas y era puesta en movimiento, en el transcurso del combate, por ms de 1000 hombres.Este logro tcnico fue igualado posteriormente por un tal Hegetor deBizancioque, segnAteneo,Vitruvioy el propio ingeniero bizantino, construy un ariete de iguales dimensiones, pero que estaba suspendido sobre cables y que era puesto en movimiento por slo 100 hombres. Ya estuviera montado sobre ruedas, colocado sobre cilindros rotatorios (a veces se lo llamaba taladro), o colgado de un armazn, el ariete, sin sufrir modificaciones importantes, sigui siendo el arma favorita de los asaltantes hasta el final de la Antigedad.Torres de asedio[editar]

Asedio de Tiro, dibujo de1696, en el que se aprecian claramente lastorres de asedio.A partir de finales del siglo Va.C., los asaltantes tambin hicieron uso detorres de asaltode madera que les permitan ocupar una posicin dominante para apoyar con sus armas arrojadizas la accin de los arietes y, en ocasiones, irrumpir asimismo en el interior de la ciudad.Por la rampa de asalto deMotiaen el397a.C.,Dionisio I de Siracusa:hizo avanzar contra la muralla las torres rodantes, de seis pisos, que haban sido construidas en funcin de la altura de las casas (dotndolas a continuacin de puentes voladizos) para invadir por la fuerza el tejado de las casas vecinas.12A partir del 340a.C.,Filipo II de Macedoniaestuvo en condiciones de levantar torres de asedio de 80codos(37,04m).12En cuanto a Alejandro Magno, utiliz contraHalicarnasoyTirotorres de 100codos de alto.En elperiodo helenstico, las ms poderosas y complejas de esas torres recibieron el nombre dehelepolisohelpola(conquistadora de ciudades).Vase tambin:HelepolisLas mquinas lanzadoras[editar]

Puntas de hierro utilizadas en las saetas del escorpin.La artillera se compona de muchos tipos de mquinas lanzadoras, que se caracterizaban por el modo de propulsin, la naturaleza del proyectil y la tcnica de construccin.Por una parte estaba laballesta(gastrafetes,arcuballista), basada en el principio del arco, y el ingenio detorsin(lacatapultagriega), cuyos dos brazos se enganchaban a madejas de fibraselsticas(tendones y crines animales, cabellos femeninos).

Catapulta.Tambin estaban las mquinas de flechas, ya fueran de pequeas dimensiones (llamada primeroescorpiny luegomanubalista), ya de gran tamao (llamadaoxibelesoxybelaycatapulta, despusbalistas), y el lanzador de piedras (petrbaloolitbaloengriego, ylatn, segn las pocas, ballista,onageryscorpio).Cada una de estas categoras tena adems numerosas variantes, segn el modo en que la fuerza motriz se comunicara a los proyectiles: las catapultas oxbelas de tipoeurtonose diferenciaban de las catapultaspetrbalasde tipopalntonopor la disposicin de los tensores, que tenan una lnea que a veces recordaba al perfil de los arcos simples y a veces al de losarcos compuestos, frente a las catapultas y balistas tradicionales, que tenan siempre dos brazos propulsores.En estas mquinas hay que incluir un cierto nmero de modelos experimentales puestos a punto por los ingenieros helensticos: la catapulta de aire comprimido del alejandrinoCtesibiohacia el270a.C. la catapulta de repeticin construida en Rodas porDionisio de Alejandra la catapulta de resortes de bronce realizada porFiln de Bizancioa finales delsiglo III a. C..Las primeras mquinas lanzadoras meras ballestas o ya basadas en la torsin fueron inventadas en el399a.C.por los ingenieros griegos queDionisio Ihaba hecho ir aSiracusapara emprender la lucha contra loscartagineses.A continuacin se difundieron lentamente por Grecia durante la primera mitad del siglo IVa.C., y luego con mayor rapidez porMacedoniaen tiempos de Alejandro Magno. De esa fecha data, si no la invencin, la mejora de las mquinas de torsin, como atestigua la puesta en servicio de petrbolos durante elsitio de Tiroen el332a.C.Su evolucin y adecuamiento es difcil de determinar, aunque se perfeccionaron muchos detalles. Por ejemplo, h.275a.C.se empezaron a realizar tablas decalibradoque establecan las relaciones fijas entre eldimetrode lasmadejaspropulsoras, la longitud o el peso de los proyectiles y las dimensiones de las diferentes piezas de las mquinas.Fue en lapoca helensticacuando se utilizaron las mayores piezas deartilleraque conoci laAntigedad, capaces de arrojarflechasde 4 codos13y balas de 3 talentos14a una distancia que variaba entre los 100 y los 300m. Este armamento comenz probablemente a declinar a partir delsiglo IIIa.C., sobre todo por la falta de especialistas, lo que redujo la importancia relativa del principio de la torsin respecto a la del arco.Las mquinas lanzadoras tuvieron un papel creciente en los combates en campo abierto y lasbatallas navales; pero no por ello dejaron de estar destinadas esencialmente a las guerras de asedio.Los trabajos de desmonte[editar]A diferencia de las mquinas de asalto, los trabajos de desmonte y de zapa nunca cayeron en desuso. La construccin de un terrapln de asalto durante la Antigedad se hizo siempre del mismo modo: con los materiales que haba a mano y procurando que la calzada no pudiera venirse abajo durante el asedio. En el429a.C., delante dePlatea, lospeloponesios... con los troncos que cortaron en elCitern, se pusieron a construir por los dos lados del terrapln, entrecruzndolos a modo de muro de paramento, para impedir que el terrapln no se desparramara demasiado; adentro acarrearon fajina, piedras, tierra y todo lo que se pudiera amontonar de un modo eficaz. Estuvieron terraplenando durante setenta das y setenta noches sin interrupcin, distribuidos en turnos, unos llevando materiales mientras los otros dorman o coman; y los jefeslacedemoniosque estaban asociados al mando de las fuerzas, los obligaban al trabajo.151617Con laszapasy las minas se pretenda provocar el derrumbamiento de la muralla o del terrapln de asalto enemigo y proporcionar a los asaltantes una va de acceso al interior de la plaza fuerte.Los griegos recurrieron a ellas desde mediados del siglo Va.C., y despus, durante la Guerra del Peloponeso, por lo menos por parte de los defensores. En Platea fueron los asediados quienes, tras haber intentado ralentizar la construccin del terrapln retirando los materiales acumulados al pie de la muralla,desde la ciudad excavaron, tomando una referencia en la rampa, y comenzaron as, por debajo, a llevarse con ellos los materiales de relleno. Durante mucho tiempo, los de fuera no se dieron cuenta; continuaron rellenando, pero con menos eficacia, pues los materiales que arrojaban eran sustrados por debajo y no hacan ms que reemplazar a los que se llevaban.18Tanto los textos como los descubrimientos arqueolgicos demuestran que los procedimientos de la guerra de minas no se modificaron apenas durante toda la Antigedad.Las reacciones de los asediados[editar]El nico medio que tenan los asediados de resistir los ataques realizados con gran refuerzo de las mquinas de asalto, era no slo reforzando la guardia de las murallas en ocasiones recurriendo a perros19para prevenir los golpes de mano, sino rivalizando en ingenio tcnico con los agresores para contrarrestar los progresos del enemigo, delante y detrs de la lnea fortificada tanto como en la propia muralla.Algunos de los procedimientos utilizados eran puramente defensivos: fosas, trampas y fortificaciones varias, colchones y pantallas contra los proyectiles. Lo ms importante era sobre todo la potencia de tiro de los defensores y su capacidad para poner a punto antimquinas de una diversidad y complejidad iguales a las de los ingenios de ataque.Filn de Bizancio, a finales del siglo IIIa.C., recomendaba las antimquinas:Contra las galeras y las obras de carpintera hay que colocar, en elcanalnque sobresalga de una obra de carpintera interior o de una torre, piedras de 3 talentos;20que en el extremo del canaln haya batientes de puerta con goznes a cada lado, mantenidos cerrados mediante amarras que baste con soltar para que los batientes se abran por la presin de la piedra, que resbala y cae sobre las galeras. Las amarras aseguran el cierre posterior y se repetir la operacin.Al hacer caer piedras grandes desde lo alto de obras de carpintera, lanzando otras por medio depetrbolos,palntonosy de onagros, y dejando caer piedras con peso de talentos por las ventanas, se intentar aplastar sus protecciones (...)Contra las obras de carpintera situadas en las cercanas (...), tras haber agujereado la muralla en ese sector en los lugares adecuados, colocaremos bolas de madera mviles en las aberturas y, al golpearlas con ayuda de uncontra-arieteencima de la plataforma de base, aplastaremos sin dificultad la obra de carpintera, el ariete, eltrpano, elmodillny todo lo que pudieran acercar.Esa es la razn por la que las vigas redondeadas se colocan transversalmente en los agujeros, para que el ariete, tanto hacia el interior como hacia el exterior, gracias a las bolas de madera, sea puesto con facilidad.Para este ariete hay que construir un soporte tan slido como sea posible, para que aquellos que lo empujan hacia adelante, teniendo los pies bien asentados, puedan golpear lo ms violentamente posible (...).Si el sector del ataque est en pendiente, hay que lanzar las ruedas conguadaaso piedras grandes, pues as es como destruiremos el mayor nmero posible de enemigos en un mnimo tiempo.Si la aproximacin se produce desde el mar, hay que disponer paneles bien escondidos y provistos de clavos, y sembrar de trampas de hierro y de madera e interrumpir con empalizadas los lugares fcilmente accesibles (...).Tambin es til tener dispuestas gruesas redes de lino contra los que trepan por las murallas con escalas y conpuentes levadizos, puesto que, cuando se lanzan contra los asaltantes, es fcil hacerlos prisioneros cuando la red se cierra.Lo mismo sucede con laspicasen forma de anzuelo; proyectadas con la ayuda de maromas, y retiradas despus hacia arriba, cuando se enganchan en los barriletes y los paneles de proteccin y se tira de las maromas, pueden arrancar una buena parte de ellos.21222324La accin de estas antimquinas necesitaba verse apoyada con salidas que, cuidadosamente preparadas, permitan sembrar la confusin en las filas enemigas y daar sus obras de carpintera. Los asediados, al abandonar el principio de la defensa lineal, creaban as una zona de resistencia que amortiguaba a menudo el poder de choque de las tropas asaltantes.El arte de las fortificaciones[editar]

Muro de laAcrpolis de Atenas.A partir del siglo IVa.C., las fortificaciones griegas dejaron de tener valor exclusivamente por su podero esttico. En adelante, fueron concebidas de manera que incrementaran la potencia de fuego y favorecieran las intervenciones ofensivas de los asediados en la cercana de las murallas. Este resultado se alcanz, en concreto, mediante la excavacin defososdefensivos y la construccin de antemuros delante de las murallas, mediante el vaciado de las torres de muralla, gracias a la invencin del trazado en cremallera y en dientes de sierra, as como aumentando el nmero depoternas.252627No obstante, slo durante los dos siglos siguientes con un cierto retraso con respecto a los progresos de la poliorctica se difundieron en la arquitectura militar ideas nuevas, que pretendan la diversificacin y la articulacin de los medios de defensa a ras de tierra y en altura. En adelante, la menor masa de las murallas y de las obras defensivas dej de ser un obstculo para los asediados. Su utilidad pas a ser la de la tctica que materializaban. Se pas de una arquitectura ponderal a una arquitectura de movimiento.El tipo ms perfecto de fortaleza helnica lo representa el castillo de Euralo enSiracusa. Ya se ha descartado que fuera obra de los ingenieros deDionisio I:Artculos principales:Arquitectura militar en la Antigua Grecia,EuraloyMuros Largos.

Diferencia entre la mampostera ciclpea, mostrada en el rectngulo azul, y la mampostera de sillares, fuera del rectngulo.El arte griego de las fortificaciones alcanz su culmen en Siracusa en tiempos de Arqumedes, al final de una evolucin cuyos diferentes aspectos se pueden analizar con ms facilidad en otros yacimientos helensticos menos complejos, desde el punto de vista tcnico, y ms homogneos desde el punto de vista cronolgico.Selinuntepresenta, en la primera mitad del siglo IIIa.C., una versin simplificada de los fosos y bastiones siracusanos.El reemplazo del remate almenado por un alto parapeto lleno de ventanas e incluso la transformacin del camino de ronda en una galera parcial o totalmente cubierta estn atestiguados enHeraclea de Latmosy en Atenas desde los ltimos aos del siglo IVa.C. Y vuelven a aparecer, con una forma ms elaborada, en Sida,Panfilia(sur deAsia Menor) en la primera mitad del siglo IIa.C.En la misma poca, el sector meridional del recinto deMiletoreproduce un trazado en cremallera reforzado por torres muy salientes, mientras que enMarsella, a orillas del puerto antiguo, se organizaba una lnea fortificada hbilmente articulada.La capacidad de las torres para atacar de flanco, sobre todo cerca de las puertas, se increment tanto por el desarrollo de su potencia como por la adopcin de varias plantas variadas: pentagonal, hexagonal, en forma de herradura o de un concepto incluso ms inteligente.Son ejemplos, entre otros muchos, de unas innovaciones tcnicas que, en lo esencial, siguen las enseanzas de Filn de Bizancio, y cuya importancia se puede apreciar en el hecho de que continuaron siendo tiles, con algunas mejoras, hasta finales de laEdad Media.