teatro y reflexión para la paz de Colombia

Que la paz es un antiguo anhelo del pueblo colombiano y de sus artistas e intelec-tuales, con sitio visible para el teatro, fue

prueba elocuente la Cumbre Mundial Arte y Cul-tura para la Paz de Colombia, gestada por idea de un grupo de artistas e intelectuales, que lograron reunir a muchos más entre miles de ciudadanos llegados de todos los puntos del país y del pla-neta para levantar su voz y, quienes por medio del gesto en escena, de la poesía y de la música, tanto como del testimonio y la reflexión, clama-ron por la paz de Colombia y de todo el mundo.

El Instituto Distrital de Artes (IDARTES) de la Alcaldía Mayor de Bogotá D.C. organizó la cita, celebrada entre el 6 y el 12 de abril de 2015, conjuntamente con numerosas organizaciones de la sociedad civil y de la cultura, entre ellas, la Corporación Colombiana de Teatro, Artistas por la Paz, el Centro Nacional de Memoria Histórica, la Universidad Nacional de Colombia, la Facultad de Artes-ASAB, la Orquesta Filarmónica de Bogotá y el 2 Festival Internacional de Cine por los Dere-chos Humanos. Reunieron hombres y mujeres del arte y la cultura, víctimas del conflicto armado y activistas de diversos sectores sociales, quienes dialogaron sobre la base del respeto y la disposi-ción de exponer y escuchar ideas y propuestas.

Trescientos cincuenta invitados del país sede, entre ellos quince líderes indígenas, llegaron a Bogotá provenientes de la selva amazónica y las costas más lejanas, e invadieron los teatros Jorge Eliecer Gaitán, México, Bogotá y el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación conjuntamente con más de cien invitados internacionales de treintisiete países.

Artistas e intelectuales colombianos como Patricia Ariza, Santiago Gamboa, Beatriz Camargo, Lisandro Duque, Piedad Bonnet, Juan Manuel Roca, Fabio Rubiano, Jotamario Arbeláez, César Alfaro Mosquera, Nadia Granados, Rolf y Haidy Abderhalden, Víctor Viviescas, Carlos Satizábal, Victoria Valencia, Farley Velázquez; activistas y artistas de desempeño no permanente, como las Madres de Soacha, confluyeron en los diálogos con visitantes como el politólogo y sociólogo argentino Atilio Borón; la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo en Argentina Estela de Carlotto y su nieto recuperado, el músico Ignacio Guido Montoya Car-lotto; el sacerdote argentino Eduardo de la Serna, coordinador de Curas en Opción por los Pobres; el filósofo y antropólogo español Jesús Martín Bar-bero; el músico argentino León Giecco, la directora uruguaya Mariana Percovich, la bailarina mexi-cana-argentina Tanya Solomonoff y el dramaturgo argentino-ecuatoriano Arístides Vargas.

Temas como la resistencia de las víctimas desde el arte; conflicto y territorios: despojo, des-plazamiento y reparación; conflicto y creación artística; la educación para la paz; el papel de los medios de comunicación; las políticas culturales necesarias para la paz; construcción de ciudada-nía, políticas y ejercicios de la memoria, y eco-nomías de paz, entre otros, fueron debatidos en paneles o examinados desde la elaboración meta-fórica en creaciones artísticas.

La Muestra Nacional y Latinoamericana “Teatro y conflicto”, organizada por la Corporación Colom-biana de Teatro, contó con los grupos locales Teatro del Presagio (Negro y Silencio), La Antiliga (Falso + positivo), La Máscara (La reina de los bandidos), Tra-maluna (Antígonas, tribunal de mujeres), La Cande-laria (Si el río hablara y Soma Mnemosine), Umbral Teatro (Donde se descomponen las colas de los burros), Kussy Huayra (El Evangelio según María), y a las actrices Carlota Llano (Mujeres en la guerra) y Liliana Montaña (Performance a quemarropa por las divas corruptas); y recibió del Ecuador, a Mala-yerba (Instrucciones para abrazar el aire) y a Wilson Pico (Los materiales de la ira y el amor); del Perú, a Yuyachkani (Adiós Ayacucho y Rosa Cuchillo); de Cuba, al Teatro La Rosa (Hojas de papel volando); del Brasil a Arlequins (Iara, la dialéctica del mito) y a la

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Cía Yins Piração Poéticas Contemporáneas (Memo-rare), y de México, a Violeta Luna (Vírgenes y diosas II: Piedras de memoria). En total, diecinueve espec-táculos, algunas de cuyas imágenes acompañan el dosier de intervenciones que sigue a estas páginas.

La Muestra Distrital “Teatro y Memoria” reunió montajes locales: Técnica del hombre blanco, del Grupo Teatro Vreve; El canto de las moscas, del Grupo T.E.F; La herida, del Grupo Teatro Occi-dente; Osito de goma, del Grupo Teatro R-; Canción breve para una ciudad frágil, del Teatro; Gallina y el otro, del Grupo Teatro Umbral; Delirios y Margarita, del Grupo Teatro Comunidad; 9.4.48 o El Bogotazo, del Grupo Paciencia de Guayaba; Yo Roa sierra, del Grupo Teatro La Esfinge; ¡Bang!, del Grupo Teatro La Memoria, y El enano, del Teatro Tierra.

Además, la muestra “Pliegues y Despliegues de Artes Vivas” conjuntó expresiones danzarías y abundaron performances, instalaciones y expo-siciones. Varios libros fueron puestos en circula-ción, entre ellos, la edición especial por la Cumbre del volumen Mirar de la vida profunda, con foto-grafías de Jesús Abad Colorado, entre las cuales se eligió la imagen identificativa del evento.

Una marcha multitudinaria abrió el 9 de abril, Día de la Memoria de las Víctimas, y trabajadores, estudiantes, mujeres de diversos sectores, orga-nizaciones sociales y políticas recorrieron juntos más de seis kilómetros en una mañana jubilosa en la que altos pronósticos de probabilidades de lluvia se disiparon y el sol rajó las piedras e ilu-minó el desfile.

Al final del recorrido, en el Parque Simón Bolí-var, la canción fue el lenguaje para que más de una veintena de músicos afirmaran el deseo de paz. Mario Krápula, César López, Totó la Momposina, Petrona Martínez, Jorge Veloza, Esteman, Victo-ria Sur, Cholo Valderrama, Martha Gómez y Víc-tor Hugo Rodríguez, de Colombia, alternaron sus voces con León Giecco, el cubano Carlos Varela, el grupo puertorriqueño Cultura Profética y el pana-meño Rubén Blades.

La Cumbre planteó un camino de continuidad: la inserción de los artistas en las comisiones del Diálogo por la Paz, a partir de la conciencia de que luego de que se alcancen los ansiados acuer-dos, se abre un arduo camino para la construc-ción de una sociedad nueva. m

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