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    La re-creacin psicodramtica en una propuesta de intervencin clnico-psicolgica con un

    grupo de nios en situacin de abandono o desproteccin: Un estudio de Caso

    Villalobos, Maria Eugenia; Ospina, Vivian; Arango, Sandra Lorena; Campo, Gloria Stella. Lnea

    simbolizacin y desarrollo, Grupo de Investigacin Clnica en Psicologa, Neuropsicologa y

    Neuropsiquiatra, Universidad del Valle.

    RESUMEN

    La investigacin Elementos Resilientes en nios que han vivido situacin de abandono

    caracteriza expresiones que en estos nios indicaran posibilidades resilientes, a travs de una

    propuesta de intervencin clnico-psicolgica que tuvo como referente el cuento de Hansel y Gretel

    e indaga sobre los fundamentos psicolgicos de la resiliencia. Se presenta un estudio de caso de uno

    de los 30 nios participantes, evidenciando las condiciones tericas, metodolgicas y

    cuestionamientos propios de la prctica clnica. Las intervenciones de los psicoterapeutas,

    favorecieron en los nios la constitucin de recursos psicolgicos para agenciar su vida,

    procurndose un lugar en las relaciones desde el respeto, la responsabilidad, y bsquedas estticas;

    permitindoles construcciones en el campo de la Consciencia, la Cognicin, la Etica y la

    Simbolizacin.

    Palabras Claves: Resiliencia, abandono, consciencia, tica, simbolizacin, intervencin clnica.

  • 2

    ABSTRACT

    The research Resilient Elements in children who have lived abandonment situation characterizes

    the expressions that in these children may indicate resilient possibilities, through a clinical-

    psychological intervention proposal that had as a referent the Hansel and Gretel fairytale and

    inquires about the psychological foundations of the resilience. Its presented a study case of one

    from the 30 participant children, evidencing the theoretical and methodological conditions and the

    questionings specific to the clinical praxis. The interventions favoured in the children the

    constitution of psychological resources to assume their life, keeping a place in the relationships with

    respect for themselves, responsibility and esthetical searches, aspects that permitted in them

    important developments in the fields of the Conscience, the Cognition, the Ethics, and the

    Symbolization.

    Key words: Resilience, abandonment, consciousness, ethics, symbolization, clinical intervention.

    Introduccin

    La lnea Desarrollo y Simbolizacin perteneciente al Grupo de Investigacin Clnica en Psicologa,

    Neuropsicologa y Neuropsiquiatra, centra la reflexin de su trabajo investigativo en las

    posibilidades que tiene el ser humano de establecer su desarrollo, organizndose como sujeto

    psicolgico. Desde esta perspectiva nuestras investigaciones buscan cualificar la intervencin

    clnica, por ello damos un lugar preponderante en nuestras reflexiones y conceptualizaciones a la

    consciencia, la cognicin, la tica y la simbolizacin, como vectores de construccin del sujeto.

    Nuestros cuestionamientos sobre las organizaciones psicolgicas y los modos de enfrentar

    las experiencias, condujeron la investigacin: Resiliencia en nios que han vivido situaciones de

    abandono o desproteccin. Esta investigacin busc caracterizar las expresiones que indicaran

  • 3

    posibilidades resilientes en un grupo de nios que han vivido dichas situaciones, a partir de una

    propuesta de intervencin clnico-psicolgica que tuvo como referente el cuento de Hansel y Gretel,

    en la va de darle sentido al lugar de la resiliencia en la continuidad del desarrollo psicolgico del

    ser humano y a la praxis clnica como posibilidad de ofrecer una relacin profesional que favorezca

    el tejido de los recursos internos del sujeto. Para este objetivo, entendemos la resiliencia como la

    posibilidad del hombre de crear para s un sentido, sentido que no ignora la tragedia pero la

    organiza en funcin de referentes de su identidad y de sus sueos (Colmenares 2001, p. 22)

    En este sentido, hemos reconocido que el marcado incremento del abandono y

    desproteccin de los nios en Colombia representa uno de los principales escenarios donde la

    resiliencia debe ser estudiada. En general, las estadsticas presentadas por ICBF para el 2003

    muestran que antes del abandono, los nios han vivido situaciones caracterizadas por el maltrato

    fsico y psicolgico, el abuso sexual, la explotacin laboral, la mendicidad; modos que en general

    lesionan en ellos el sentimiento de valor personal, afectando la continuidad de su desarrollo.

    El reconocimiento de la magnitud de esta problemtica, que no solo parte de las cifras de

    ICBF sino de nuestra experiencia clnica en diferentes Instituciones1, y de las posibilidades

    resilientes que tienen los sujetos, nos ha permitido descubrir cmo los ofrecimientos que los

    profesionales realizamos pueden favorecer que los nios asuman una consciencia de s que les

    permita construir nuevas posibilidades cognitivas y establecer relaciones basadas en el sentido tico

    de la existencia, propiciando la transformacin de las significaciones dadas a las experiencias

    consideradas traumticas, al asumir la va de la simbolizacin. Bajo esta concepcin se construy la

    propuesta de intervencin de la re-creacin de la historia de una familia a partir del juego

    psicodramtico, queriendo con este artculo compartir la experiencia, apoyndonos en la

    presentacin de un caso.

    1 Las investigadores de la lnea Desarrollo y Simbolizacin han estado vinculadas con

    proyectos de intervencin en el Centro Internacional de Investigacin Clnico Psicolgica CEIC, en Centros

    de salud de la ciudad de Cali, en Hogares de proteccin y en Instituciones de adopcin.

  • 4

    Con esta propuesta mostramos como la accin profesional, si bien se puede establecer a

    partir de la vida relacional que se suscita en un grupo, se dirige desde el reconocimiento del sujeto

    en la singularidad de sus significaciones particulares, pues cada uno de manera muy personal da

    sentido, elabora e integra los valores socioculturales que se brindan en el contexto espacio-temporal

    de la intervencin.

    En este estudio de caso se establece un itinerario clnico-psicolgico que evidencia las

    condiciones tericas, metodolgicas y cuestionamientos que surgen en la continuidad de la prctica

    clnica, cuyo rigor analtico permite ser fuente de construccin de conocimiento.

    El contexto de la investigacin

    Las experiencias de intervencin que hemos tenido en esta investigacin con 30 nios en situacin

    de abandono o desproteccin, nos han permitido identificar los modos de relacin que ellos tienden

    a establecer con los adultos que les rodean: los nios en situacin de abandono considerados con

    posibilidades para la adopcin, tienden a esperar que los adultos les den regalos y cosas para comer,

    tratan de adherirse de manera indiferenciada a stos sin establecer la distancia propia que se tiene

    con una persona desconocida; buscan abrazos, se abalanzan sobre las personas, rozan sus brazos, o

    se aferran al cuerpo del otro. Por otra parte, los nios que se encuentran en situacin de proteccin,

    si bien no estn declarados en situacin de abandono, han vivido esta experiencia, y aunque tambin

    exigen que el adulto les de cosas, a diferencia de los nios descritos anteriormente, establecen

    relaciones con el adulto que se caracterizan ms por el desafo a la autoridad, el cuestionamiento, la

    oposicin a los ofrecimientos, a las reglas propuestas y la desconfianza con todo aquel que se acerca

    a ellos.

    Las observaciones de los gestos de estos dos grupos de nios, de su mirada, sus

    movimientos y formas de relacionarse, nos llevan a pensar que ellos parecen haber vivido relaciones

    con personas que los han situado en la fatalidad y la victimizacin, o que no han estado en las

  • 5

    representaciones de quienes se han ocupado de ellos. Decimos esto porque consideramos

    (Villalobos, 2006) que es a partir del reconocimiento del otro como ser de experiencia y

    significacin, que se puede pensar en el valor que toman los cuidados que los adultos ofrecen a los

    nios; sin embargo pareciera que los adultos en su representacin de estos nios, no los han

    constituido a partir del valor y reconocimiento de lo que significa su infancia, de lo que implica para

    su vida psicolgica el momento del desarrollo en el que se encuentran. Por esto vemos que muchos

    de estos nios comienzan a construir su propia historia desde la fatalidad, dificultando la posibilidad

    de pensarse a si mismos y hacerse cargo de sus molestias, en nuestra cultura, [refirindose a la

    francesa] parece que el nmero de nios desatendidos est en pleno crecimiento. Es un maltrato

    difcil de observar, ya que estos nios no reciben palizas ni son violados ni abandonados. Y sin

    embargo, la ausencia de una estructura afectiva y social en torno del nio provoca la existencia de

    desarrollos alterados. El control emocional se aprende mal, las figuras del vnculo protector no se

    reconocen, toda novedad provoca miedo en vez de placer, y, por consiguiente, es fcil darse cuenta

    de que, en la adolescencia, la intensidad del apetito sexual y el enorme envite de la aventura social

    provocan ms pnico que dulces ensoaciones (Cyrulnik, 2003, p. 217).

    En relacin con este panorama, la lnea se plantea las preguntas: Los nios que han vivido

    situaciones de abandono y desproteccin podran ser sujetos resilientes? y si es as, cules son los

    fundamentos psicolgicos de la resiliencia?, cmo y en qu escenarios los podemos evidenciar en

    tanto psiclogos?, es posible ofrecer a estos nios un espacio de intervencin, que se constituya en

    un espacio ldico2 de experiencia; que favorezca la movilizacin de procesos de consciencia que les

    implique reconocer su condicin de obligatoriedad con ellos mismos, el sentido de la dignidad

    humana, sus recursos internos y a partir de ello, la constitucin de valores ticos de referencia como

    el respeto, la responsabilidad y el sentido esttico que les llevaran a la transformacin y

    trascendencia?, todo esto, hablara de procesos resilientes?

    2 Aqu se entiende ldico desde su sentido etimolgico que refiere al concepto de libertad.

  • 6

    Los antecedentes que dieron surgimiento a esta investigacin se basan en los desarrollos

    investigativos adelantados por el equipo de profesionales del CEIC, quienes a partir de su trabajo de

    ms de 25 aos con nios que afrontan profundas dificultades en su desarrollo psicolgico, han

    encontrado que a partir de propuestas basadas en el juego (espontneo, de roles, psicodramtico), se

    puede ofrecer a los nios una relacin psicoteraputica que les devuelva la responsabilidad sobre

    sus vidas. Ellos conciben que en toda relacin profesional la representacin que el profesional

    elabora de su interlocutor condiciona el tipo de intervencin. Si la percepcin es la de un sujeto

    desprovisto de recursos personales para asumir la vida por s mismo, es muy posible que esta idea

    determine un tipo de intervencin asistencialista, fundamentada en la sobreproteccin y la

    compensacin que son el caldo de cultivo para generar relaciones de dependencia. Reconocer la

    condicin de fragilidad relativa de un individuo que ha recibido un duro golpe cuyas

    repercusiones se hacen sentir hasta lo ms profundo de su ser, as como la necesidad que tiene de

    una ayuda, que a su vez debe ser objeto de anlisis, es muy diferente a convertirlo en un sujeto

    frgil como categora de identidad (Meja, 2002, p. 97).

    A estos profesionales, su experiencia les ha permitido plantear que son los individuos quienes

    significan sus vivencias y quienes tienen la posibilidad de transformar los significados anudados a

    estas. De igual forma, han encontrado que las personas necesitan de un Otro que ofrezca ciertas

    condiciones para que ellas descubran que pueden construir nuevos sentidos an cuando sus vidas

    estn enmarcadas en condiciones dramticas. A partir de esta visin del ser humano, Colmenares

    (2002) propone la tica como el fundamento psicolgico de estas posibilidades, que pueden ser

    llamadas elementos resilientes y establece unos criterios respecto a la posicin que asume el sujeto

    para que un acto sea considerado resiliente:

    El sujeto establece una ruptura en la relacin de condicionamiento entre el hecho y el

    tipo de respuesta que da.

  • 7

    La respuesta del sujeto se da en referencia a valores ticos de identidad humana y su

    negativa a aceptar lo inaceptable en esa referencia.

    Los seres humanos resilientes conservan un sueo de si en tanto que seres individuales

    y sociales como gua de su lucha por el reconocimiento. (p. 88)

    El paradigma de la Resiliencia3 tal y como es concebido por este equipo de profesionales, plantea

    que aunque un nio haya vivido agresiones fsicas o psicolgicas tiene la obligacin consigo

    mismo de construir su futuro; sealando con esto que debe reconocrseles en su identidad personal

    y en su status de nios, para salvaguardarlos en su legtimo derecho de desarrollarse sanamente pese

    a las adversidades que hayan tenido que atravesar.

    Bajo esta perspectiva el equipo de la lnea Desarrollo y Simbolizacin llev a cabo un

    trabajo piloto de intervencin (2003)4 a partir de una propuesta de juego dramatizado que tena

    como referente el cuento de Hansel y Gretel, con 4 nios en situacin de abandono pertenecientes a

    una institucin de adopcin de la ciudad Cali. En este estudio piloto se logr reconocer que este

    tipo de poblacin tiene posibilidades de descubrir el sentido que los ofrecimientos tienen para si

    mismos. Se encontr que los nios al ser reconocidos como pertenecientes a la sociedad y al

    enmarcar los ofrecimientos en significados de la cultura y valores de vida, lograron descubrir el

    placer de los encuentros, sentirse merecedores de los ofrecimientos y vivirse en las

    3 |Desde la perspectiva psicolgica, se considera la Resiliencia como la resistencia al choque

    (sentido original del concepto en la fsica) y la capacidad de absorberlo y rebotar. Para Boris Cyrulnik en su

    libro Un merveilleux malheur (Una maravillosa Desgracia) no existe Resiliencia sin desgracia. El golpe: Desamor, violencia, injusticias, soledad, crueldad, tragedia no significa ineluctablemente muerte y

    destruccin; seres heridos construyen respuestas creadoras de vida y se desarrollan a pesar de la adversidad.

    (Citado por Colmenares, 2002).

    4 Resultados del estudio se presentaron en la ponencia: Resiliencia y nios abandonados

    Villalobos, Mara Eugenia, invitada al Coloquio Internacional: Factores Implicados en procesos de ruptura de

    la Resiliencia, medios traumatizantes y procesos de Resiliencia.- llevado a cabo en la Universidad de Nancy

    marzo 31 abril 1 de 2003

  • 8

    representaciones de aquellos que trabajan con ellos, y por ende con un lugar de importancia y

    singularidad del cual se hicieron acreedores.

    De igual forma hay trabajos de grado inscritos en nuestro grupo de investigacin, en los

    cuales se realizaron intervenciones con nios a partir del juego dramatizado (Patio y Reyes, 2001;

    Campo, 2004; Caicedo y Torres, 2004; Rada y Ospina 2005). Estas investigaciones se basaron en

    la perspectiva de intervencin clnico-psicolgica y en sus hallazgos se observ que se poda

    favorecer la construccin de los nios como sujetos porque los valores que traa el cuento

    cuestionaban los valores del nio, y era cada uno de ellos en su posicin de sujeto quienes le daban

    sentido. Es decir, que en el trascurrir de la actividad de re-creacin dramatizada se propiciaba que

    los nios incursionaran en los valores culturales y conocimientos sociales, ante lo cual los nios

    expresaban los significados construidos sobre sus vivencias, conquistando reorganizaciones en

    funcin de la experiencia ldica.

    La Intervencin

    A partir de los antecedentes investigativos y conceptuales descritos, las intervenciones de los

    psicoterapeutas en la investigacin Elementos resilientes en nios en situacin de abandono o

    desproteccin, estuvieron dirigidas en la va de favorecer que los nios participantes, comenzaran

    a organizar y a constituir los recursos psicolgicos para agenciar su vida con un sentido tico,

    procurndose un lugar en las relaciones que establecen con los Otros desde el respeto por s

    mismos, la responsabilidad de agenciar su propia experiencia, y un sentido esttico, anclado a la

    posibilidad de disfrute de la existencia misma, la eleccin de las palabras, la disposicin de los

    recuerdos, la bsqueda esttica conllevan el dominio de las emociones y la reorganizacin de la

    imagen que uno tiene de lo que sucedi (Cyrulnik, 2003, p.68). Estos valores estn pensados desde

    la perspectiva de la construccin del sujeto y un transitar por sus experiencias de vida, mas all del

    plano de la moral y el deber ser, se conciben desde su consciencia de si y su postura en las

    relaciones con el mundo.

  • 9

    La intervencin se realiz teniendo en cuenta los elementos psicolgicos en torno al

    abandono propuestos en el cuento Hansel y Gretel, en un taller psicoteraputico en el que se

    plante la reconstruccin de la historia de una familia, la familia Robles, que vivi hace ms de 100

    aos en una vereda a la que se di el nombre de Altos del Bosque. Los nios participantes fueron

    convocados en el rol de historiadores por la alcalda de esta vereda y se encargaron de realizar las

    investigaciones de los eventos acaecidos a la Familia Robles, que estaba constituida por un padre

    leador, una madrastra y dos hijos. Los roles de la alcaldesa y los funcionarios de la alcalda eran

    desarrollados por los psicoterapeutas. La alcalda se propuso como referente y lugar de encuentro en

    tanto instauradora de redes sociales, de elementos culturales, la ley, el orden, lo prohibido y lo

    permitido, las regulaciones en las relaciones, favorecedora en los habitantes de un sentido de

    pertenencia.

    Nuestra experiencia profesional nos ha permitido reconocer que todo individuo para su

    constitucin como sujeto psicolgico necesita de un espacio de reconocimiento de su condicin de

    singularidad, as como de la significacin del sentido que tiene su experiencia. En esta investigacin

    la intervencin psicoteraputica se orient desde el referente de una alcalda que se constituy en

    urdimbre vital y paradigma vivo de la cultura y cuna de filiacin, (Colmenares 1999, p.30).

    Nuestra alcalda buscaba darle a los nios un espacio-tiempo que les permitiera: 1) representarse el

    mundo y sus relaciones y 2) reconocerse desde su individualidad como seres sociales, miembros de

    una cultura que tienen la posibilidad de portar los smbolos. A partir de esto pretendamos poder

    favorecer que los nios integraran nuevas imgenes, nuevas formas de relacin, nuevos sueos,

    deambular sin meta y sin ensoacin nos somete a lo inmediato. En cambio, si damos al nio

    ocasin de representarse lo que ha sucedido, podremos desencadenar un proceso de resiliencia

    (Cyrulnik, 2003, p.63)

    La intervencin se realiz con 30 nios en situacin de abandono o desproteccin,

    pertenecientes a 4 instituciones de la ciudad de Cali, vinculadas al Instituto Colombiano de

  • 10

    Bienestar Familiar-ICBF-. Se trabaj con 6 subgrupos de 5 nios cada uno, una vez por semana, en

    sesiones de hora y media, durante 10 meses. Se establecieron 3 equipos de intervencin, cada uno

    de los cuales estaba constituido por una psicloga y dos practicantes de ltimo ao de psicologa,

    bajo la direccin de una psicoterapeuta e investigadora de trayectoria. En las sesiones de

    intervencin, tanto nios como terapeutas asumieron diferentes roles, bajo los cuales tuvieron la

    posibilidad de situarse como jugadores en los diferentes momentos de la propuesta:

    Tabla 1. FASES DE LA INTERVENCIN

    FASES DE LA

    INTERVENCIN

    MOMENTOS DESCRIPCIN

    1. Construccin de los

    elementos del contexto de

    Re-creacin del juego

    Los nios son convocados en

    diferentes roles, de acuerdo a la

    pertinencia del elemento por

    construir; permaneciendo siempre

    el lugar protagnico de los

    historiadores, quienes traen los

    elementos para aprobar y tomar

    decisiones respecto a la

    construccin.

    En cada sesin se les informa de

    los profesionales que se necesita

    convocar para avanzar en la

    investigacin y se les facilitan los

    materiales para la construccin.

    1. Convocatoria de

    los historiadores.5

    Mediante la lectura de un edicto, la Alcalda de la vereda Altos del Bosque

    convoca a las historiadores a firmar el

    acuerdo en el cual se reconocen sus

    capacidades y mritos por los cuales van

    a ser parte de la investigacin. As

    mismo, se aportan los primeros

    elementos sobre la familia a investigar:

    los Robles.

    2. Elaboracin del

    boceto del bosque.

    Los nios en el rol de historiadores,

    apoyados en los elementos que aporta la

    Alcalda sobre las posibles

    caractersticas del bosque y las

    investigaciones que se les propone

    realizar, disean un boceto individual del

    bosque.

    3. Sembrado y

    cultivo del bosque

    Los nios en el rol de agricultores

    realizan el sembrado y cultivo del

    bosque de acuerdo a la investigacin que

    los historiadores hicieron sobre las

    caractersticas del mismo en la vereda

    hace 100 aos.

    5 Por qu historiadores? Puesto que son ellos los que identifican y relacionan los datos, los que

    vinculan, son ellos los que significan la historia y los que evidencian que la historia no se puede olvidar sino

    que hay que situarla, pues de lo contrario no se pueden realizar las re-organizaciones psicolgicas necesarias

    para avanzar en los procesos de desarrollo que conduzcan haca la constitucin de la identidad.

    A esta convocatoria se presentaron varios historiadores quienes debieron inscribir su hoja de vida. Una vez

    escogidos los historiadores por sus experiencias, deban develar los diferentes aspectos que rodearon esta

    familia, el lugar que le dieron a los hijos, el lugar que tuvieron los habitantes y representantes de la autoridad.

  • 11

    4. Elaboracin del

    plano de la casa

    Los nios en el rol de arquitectos

    realizan propuestas del plano de la

    posible vivienda de la familia Robles, de

    acuerdo a la investigacin de los

    historiadores.

    5. Construccin de la

    vivienda.

    Los nios en el rol de constructores

    hacen la casa de la familia Robles

    teniendo en consideracin el plano

    general obtenido del acuerdo entre los

    arquitectos y aprobado por los

    historiadores.

    6. Construccin de

    los personajes.

    Los historiadores de acuerdo a las

    investigaciones que realizaron sobre las

    caractersticas de la familia Robles,

    elaboran los personajes (hijos) de la

    familia con los que se re-crea la historia.

    Los personajes de los padres, la bruja y

    el cazador son elaborados por las

    funcionarias.

    2. Re creacin del juego

    Una vez preparado el escenario

    que se ha trabajado con los nios

    en la fase anterior, se procede a la

    re-creacin de la historia de la

    familia Robles.

    Se hace la lectura de los folios

    que introducen las distintas

    situaciones vividas por los hijos

    de la familia Robles. Cada folio

    debe ser enriquecido con los

    aportes de las investigaciones

    realizadas por los nios en su rol

    de historiadores.

    Los nios asumen el rol de uno

    de los hijos de la familia Robles,

    y re-crean la situacin

    presentada, con el apoyo de las

    psiclogas quienes asumen el rol

    de funcionarias de la Alcalda y

    los roles de los adultos en la

    historia. Mientras dos de los

    nios recrean la situacin de

    juego, los otros asumen el rol de

    7. Primer abandono. Los historiadores re-crean la historia de

    cmo los nios vivieron el primer

    abandono, teniendo como referente la

    lectura del folio No 2 que aporta

    informacin que la Alcalda ha obtenido

    sobre las condiciones en que se dio el

    primer abandono, dando lugar a los

    elementos que los nios proponen en

    relacin con los personajes a partir de las

    vivencias que la historia y la re-creacin

    suscita en ellos.

    8. Segundo

    abandono.

    Los historiadores re-crean la historia de

    cmo los nios vivieron el segundo

    abandono teniendo como referente la

    lectura del folio No 3 que aporta

    informacin que la Alcalda ha obtenido

    sobre las condiciones en que se dio el

    segundo abandono.

    9. Encuentro con la

    casa de la bruja.

    Los historiadores re crean la situacin

    del encuentro con la casa de dulce y la

    bruja, teniendo como referente la lectura

    del folio No 4 que aporta informacin

    que la Alcalda ha obtenido sobre las

    caractersticas de la vivienda y de la

    bruja.

  • 12

    pblico.

    10. Escarmiento a la

    bruja y encuentro

    con el guardabosque.

    Los historiadores re-crean los modos en

    que los nios enfrentan la bruja y salen

    de la casa de dulce. Estas formas son

    propuestas por los historiadores.

    Finalmente, los historiadores re-crean el

    encuentro de los nios con el

    guardabosque quien los gua hacia la

    vereda, teniendo como referente el folio

    No 5 relacionado con esta temtica.

    Elementos psicolgicos que subyacen a la Propuesta.

    Esta propuesta se concibe como un taller de re-creacin psicodramtica6 en el cual la experiencia se

    desarrolla en un contexto de vida (en el marco de la Alcalda de una Vereda) donde la

    diferenciacin de roles, las jerarquas asumidas (los terapeutas en tanto que funcionarios de la

    Alcalda y los nios en tanto que historiadores, agricultores, arquitectos o constructores) y la

    dinmica que se genera, son los modos utilizados para propiciar en los nios una nueva

    representacin de s y de su lugar relacional en lo social y en lo cultural.

    Podramos decir que los escenarios de juego reproducen el modelo infantil de los juegos de

    nios cuando jugaban al pap y a la mam, o a tantas escenas que emergan de sus cotidianidades.

    Las escenas aqu, si bien se fundamentan en elementos de la imaginacin propios de una realidad,

    no pertenecen a la realidad cotidiana. Sin embargo, las relaciones que aqu se propician si son

    reales, ellas surgen de la misma manera en que se establecen en el diario vivir y hacen parte de los

    modos como cada uno se ha significado en su universo de vida, favoreciendo la narracin en un

    contexto psicoteraputico de lo vivido, dado que hoy en da sabemos que nuestra identidad se halla

    estructurada por los relatos ntimos y culturales (Cyrulnik, 2003, 67).

    6 Taller, del francs atelier, lugar donde se trabaja y se da forma a algo, lugar de creacin y

    transformacin

  • 13

    El grupo, la actividad constructiva y las relaciones que all se despliegan son el trasfondo y

    el "material" de las escenas del juego re-creador de la experiencia. Estos elementos son los que se

    ofrecen como forma de mantener el encuadre en un espacio-tiempo especial. Este encuadre busca

    facilitar la movilizacin de las significaciones de las experiencias de vida a partir de la constitucin

    de escenarios que llevan consigo sentidos psicolgicos, para su re-creacin.

    En este trabajo diferenciamos las dimensiones de la realidad, de la imaginacin, de las

    significaciones, de la actualizacin de sentidos y de lo simblico y nos preguntamos continuamente

    en esta relacin dnde interviene lo simblico?, dnde podemos decir que se constituye?

    Se ha seleccionado el juego psicodramtico teniendo entre sus referentes el cuento Hansel y

    Gretel como instrumento de base para ofrecer la relacin profesional, porque a travs de su

    contenido se ofrecen marcos de referencia de un contexto simblico. Si bien, el cuento plantea un

    orden, es el nio quien debe agenciar y constituir la experiencia y ella slo surgir en funcin del

    sentido que vaya tejiendo; entre los referentes psicolgicos que el cuento plantea, los que emergen

    de la experiencia del nio y los que ofrecen los profesionales en la relacin profesional. Las

    relaciones que los roles propician se establecen alrededor de diferentes actividades, estas se

    desarrollan en una continuidad temporal, conservando el sentido.

    El asumir el juego e instaurarse como jugador, propicia la expresin de las significaciones,

    y el agenciamiento de valores culturales tanto de los que se portan en el rol como los que tienen

    lugar en el contexto de juego, es decir, los terapeutas en tanto que jugadores, ofrecen formas de vida

    enmarcadas en valores culturales y sociales7. Para Huizinga, el juego es una accin u ocupacin

    libre, que se desarrolla dentro de unos lmites temporales y espaciales determinados, segn reglas

    absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas, accin que tiene su fin en s misma y va

    7 Esta modalidad viene siendo desarrollada por Villalobos, M, E, & Mejia, C, al interior de sus

    practicas psicoteraputicas a partir de la conceptualizacin sobre la constitucin del sujeto psicolgico y la

    tica vital.

  • 14

    acompaada de un sentimiento de tensin y alegra y de la conciencia de ser de otro modo que en

    la vida corriente (Huizinga, 2002, p.45). Desde esta perspectiva, la de brindar la posibilidad de ser

    de otro modo en el juego, el nio se permite dichas reelaboraciones de su vida psquica y de las

    formas como se relaciona con los Otros, dando paso a la libertad de la cognicin y la simbolizacin.

    El juego de re-creacin psicodramtica por los modos como est constituido en esta

    propuesta, ofrece un espacio relacional que por su forma y contenido favorece la actualizacin de

    significaciones constituidas a lo largo de la vida, y a partir de este encuentro se propicia un nuevo

    encuentro Redundancia? relacional con las personas y universo en el que se desarrolla la actividad,

    propiciando a partir de la intervencin la posibilidad de re-organizar los sentidos de si y de su

    experiencia. Como lo afirma Colmenares, hablar de juego es hablar de jugador. El juego no existe

    en s, lo que existe es el hombre que juega y es l quien hace existir el juego [] el jugador

    constituye, l, el juego por su capacidad de crear una categora diferente de la existencia, que se

    define por ella misma y que nace de su posibilidad psicolgica de situar su estatus vital en funcin

    de s, ms all de la adaptacin a lo real en la vida cotidiana (Colmenares, 1999, p. 204-205).

    Nuestra propuesta no se instaura en la historia de vida del nio, se sita en l, en el aqu,

    ahora y en su proyecto de vida, pues l con sus actos nos expresa quin es, cmo se ha significado a

    s mismo y cmo significa su universo de vida y es esto lo que se constituye en nuestro instrumento

    de trabajo, es con quin es l y con nuestros valores, que instauramos nuestra relacin profesional

    de carcter psicoteraputico.

    Para brindar una mayor claridad sobre la propuesta presentada, los modos en que se

    instauraron las intervenciones, los elementos simblicos, los valores psicolgicos, sociales y

    culturales que las fundamentaron y sobre las particularidades de la vida psicolgica que pudimos

    reconocer en estos nios y sus posibilidades de transformar elementos profundos de esta,

    compartimos por medio de un estudio de caso de uno de los nios participantes, nuestras

    reflexiones en torno a los aspectos mencionados, esperando que podamos contribuir al anlisis

  • 15

    sobre los ofrecimientos que favorecen en los nios en situacin de abandono o desproteccin la

    constitucin de un sentimiento de dignidad que les permita -teniendo las condiciones bsicas

    atendidas- mantener la continuidad de su desarrollo.

    Un caso: Felipe

    El siguiente caso documenta el proceso vivido por Felipe durante su participacin en la

    intervencin. Se retoman observaciones comportamentales que son analizadas y articuladas de

    forma tal que se pueda comprender la incidencia que tuvieron las intervenciones sobre

    elaboraciones que paulatinamente el nio fue realizando. El proceso evidencia que no hay una

    explicacin causal lineal; por el contrario, las reflexiones sobre sus comportamientos se sitan en

    torno al sentido que estos fueron tomando en su universo relacional conforme transcurran los

    momentos de la propuesta.

    Evaluacin Inicial

    Durante los primeros encuentros que se propusieron a los nios con diferentes pretextos que

    buscaban establece una idea general sobre su organizacin psicolgica, se trabaj la prueba

    proyectiva Pata Negra de Louis Corman (1979); en esta prueba los nios deban construir

    narraciones a partir de lminas que se les presentaban, creando y dando continuidad a la historia de

    este personaje. Si bien el lenguaje tena un lugar privilegiado, ya que da cuenta de cmo se ha

    construido un ser humano en su vida afectiva, social y cultural; se trat de dar un lugar en la

    observacin clnica a las formas que usaba el nio para situarse frente al adulto, a los objetos, y

    frente a si mismo.

    Durante estos primeros encuentros con Felipe se observaron en l esfuerzos por adaptarse

    a las propuestas que se le hacan y responder de la mejor manera para agradar al adulto, de acuerdo

    a su percepcin de lo que este quera. Simultneamente se encontraron en l dificultades para

    elaborar narraciones coherentes y para establecer claramente el lugar generacional, la identidad

  • 16

    sexual y el reconocimiento de los personajes de las lminas del test. Aspectos que en conjunto

    permitieron pensar en dicho momento, en una construccin identitaria primaria, ligada a formas

    reactivas en las que se reconoca en el nio su dificultad para establecer la diferenciacin de s en

    relacin con los otros, en esta va es claro ver cmo no lograba reconocer jerarquas y asumir los

    lmites que los adultos proponan.

    De ah que aunque Felipe se mostrara a s mismo como un nio tranquilo y dispuesto a

    participar en las actividades propuestas, su discurso estaba cargado de representaciones que daban

    cuenta, tanto de una vivencia amenazante y catica del mundo y de los adultos, como de una

    vivencia de si mismo angustiante y ligada a la dificultad para situarse como alguien que puede

    enfrentar las situaciones de la vida desde sus propias posibilidades.

    Frente a las diversas lminas de la prueba, surgan de forma masiva en el discurso de Felipe

    imaginarios8 que denotan la imposibilidad que tena el nio para integrar los elementos manifiestos

    de la lmina, o las situaciones que estas proponen, de manera coherente, guardando la cohesin de

    su relato.

    Por ejemplo, en la lmina Noche del PN, este es su relato:

    Haba una vez cuatro cerditos estaban sobre un toro y se lo comieron, le dejaron los huesos haba

    pura agua, tomaban, chupaban teta, corran, haba puras cosas, palos, ellos no podan salir,

    entonces uno se par as, y sali la luz, sali el planeta Marte y haban puras naves y a los

    marcianos los mataron, ellos mataron a los marcianos y mire como van cayendo los marcianos.

    8 Es importante diferenciar Imaginario de imaginacin, en el imaginario, el nio concretiza y

    transpone la realidad, o las fantasas ajenas. El nio se sustituye a otro y desaparece como referente de s, de

    su historia, cuando parece jugar, asume identidades de otros. Cuando el nio ingresa al mundo simblico

    elabora nuevas realidades a partir de las significaciones que le otorga a su propia historia, se asumen las

    representaciones propias. Elaboraciones conceptuales trabajadas con el equipo de CEIC Centro Internacional de Investigacin Clnico Psicolgica-

  • 17

    Estas formas primarias de su constitucin psicolgica y la vivencia angustiante del adulto

    como alguien que amenaza su integridad psquica, parecan haber alterado la construccin que haba

    hecho de la realidad, de un pensamiento organizado y por ende en sus actos, palabras y formas de

    relacionarse, se perciba su imposibilidad de constituirse como un sujeto que organiza el

    conocimiento y que se procura experiencias en funcin de un deseo propio. Por el contrario, se

    observaban en l una serie de comportamientos reactivos que no partan del reconocimiento de sus

    necesidades sino que correspondan a reacciones inmediatas a estmulos externos.

    En esta va es posible comprender entonces el hecho de que en los momentos del entreda

    Felipe comiera sin poder detenerse y se molestara si quedaba comida en la mesa y no se la daban a

    l, manifestando que si haba sobrado comida, el adulto tena la obligacin de drsela.

    Fase de Elaboracin del Bosque. Sesin 10

    Para esta fecha han transcurrido alrededor de dos meses desde el inicio de la intervencin

    psicoteraputica y se encuentran algunas transformaciones del nio en su relacin con el adulto.

    Aunque consigue realizar algunas de las propuestas que en tanto agricultores deban procurar para

    la realizacin del bosque, en muchas ocasiones Felipe retaba al adulto para que satisfaciera lo que l

    quera en ese momento, cuando esto no se daba porque el clnico no lo consideraba pertinente,

    realizaba acciones que iban en la va de daar o destruir. En estas ocasiones la psicoterapeuta se

    mantena coherente con la situacin, dndole el lugar de responsabilidad que l tena frente a sus

    actos, permaneciendo ella sin vulnerarse, manteniendo siempre su lugar de autoridad. Este actuar de

    la psicoterapeuta, confrontaba el conflicto de la vivencia que tena el nio en general, de los adultos

    como personas no confiables y en ocasiones amenazantes, con estas nuevas posibilidades que

    comenzaba a vislumbrar en su relacin con los terapeutas: el hecho de reconocer que el Otro no le

    tena miedo o pesar y que lograba contenerlo sin dejar de responsabilizarlo.

  • 18

    Este hecho ante una mirada desprevenida podra parecer como un retroceso, pero analizado

    de manera clnica, nos indica que sus comportamientos iniciales acomodativos obedecan

    primordialmente a una necesidad por parte del nio de situarse desde formas socialmente aceptadas,

    ms como una postura que desde una construccin propia; este aspecto permite pensar que su

    comportamiento se guiaba ms por una reaccin de proteccin frente a lo desconocido que a un

    reconocimiento del lugar que l se debe en las relaciones con otros.

    En este sentido se tiene que sus comportamientos acomodativos desaparecieron, ya no

    poda situarse en la propuesta de manera tranquila, ni disfrutarla; prevalecan irrupciones hacia sta

    y se dejaba llevar de manera permanente por sus deseos de destruccin, a los cuales no poda poner

    lmite especialmente en lo que concerna a su relacin con sus compaeros. Pareciera que le

    perturbaba que sus compaeros se vincularan a la propuesta, y cuando esto suceda se diriga a ellos

    para agredirlos con los materiales o para abalanzarse invasivamente sobre aquello que estaban

    elaborando.

    Comenz a ser muy evidente que el nio no consegua permanecer en los espacios

    vinculado al taller y por ello deba buscar lmites a sus comportamientos en el adulto, de ah que

    cuando se le negaba algo, optaba por salirse del lugar fijndose en si el adulto lo segua con la

    mirada. En este punto comenz a observarse, que el apoyo del adulto orientado a que el nio

    pudiera reconocer sus posibilidades de conservar aquello que elaboraba, le permita continuar en

    ciertos momentos vinculado a la propuesta y no destruir el trabajo que haca.

    Sin embargo la siembra del bosque evoc en el nio la vivencia de que el adulto lo

    engaaba ya que no lograba representarse las situaciones de juego y el como si inherente al

    mismo. En una de las sesiones, los nios en su rol de agricultores llegaron a contemplar los

    nacientes rboles que provenan de las semillas que una semana antes haban sembrado; encontraron

    entonces en donde haban plantado estas semillas, nacientes troncos de rboles, ante lo cual Felipe

    se ofusc y le reclam al adulto que le estaba mintiendo diciendo frases como tan boba eso no es

  • 19

    un rbol, eso es cartn tan boba, eso lo hicieron otroseso no crece. Emergieron en l deseos

    de destruir los objetos del escenario, en la va del acto y de la palabra, y a su vez la necesidad de

    desvalorizar aquello que se le ofreca en la medida en que no poda asumirlo. Lo anterior evidencia

    dificultades en la construccin de s como un sujeto simblico, que puede diferenciar lo que es real

    de lo que no lo es y de vincularse con propuestas que le implican considerar la realidad pero

    estableciendo transformaciones verosmiles dentro de la propuesta.

    Vemos entonces que el nio manejaba una ambivalencia en su forma de relacionarse con

    los adultos. Por un lado senta que estos lo engaaban, pero concomitantemente comenzaba a

    reconocer que los psicoterapeutas podan ser confiables, se permita en ocasiones el apoyo de los

    mismos y por ende iniciaba el proceso de darles el lugar de referentes.

    De otro lado se observaba que el nio buscaba que el adulto le regalara constantemente

    cosas y le haca muchas exigencias, mostrando de esta manera el tipo de relaciones que trataba de

    establecer con el otro a partir de situarse en calidad de que se le deba algo.

    Hacia la sesin 15, este tipo de comportamientos en el nio se mantuvieron, pero hubo uno

    que comenz a cobrar mayor fuerza, y fue el hecho de plantear ideas constantemente en torno a la

    posibilidad de ser aniquilado psquicamente o robado por los otros, aspecto que de igual forma era

    consistente en la medida en que se observaba como el nio continuaba situando como riesgoso el

    mundo externo. El siguiente ejemplo puede ilustrar un poco esta situacin:

    Los nios en su rol de arquitectos elaboraban el plano de la casa de la familia Robles, y

    planteaban sus argumentos en torno al sentido que deba tener cada lugar de casa. Felipe dijo en

    una oportunidad que la puerta deba ir al lado del cuarto de los paps, porque podan entrar

    muchos rateros a robar en la casa, mientras otro de los nios plante que el cuarto de los paps

    deba de ir cerca de la puerta para poder cuidar a los nios, adicionalmente, que deba quedar

    cerca al comedor porque a esa casa iban muchos invitados y vecinos a visitar.

  • 20

    Los terapeutas comenzaron entonces a situar sus intervenciones en permitirle al nio tomar

    distancia de sus ideas, interpretando y reconociendo los temores que haba detrs de las mismas y, a

    partir de su rol el de alcaldesa, coordinadora del proyecto, o funcionario de la alcalda- retomaban

    aquello que deca el nio interpretando la significacin de su comportamiento. Por ejemplo en la

    situacin de la puerta esto fue lo que se le dijo: Pues seor arquitecto, tal vez usted ha trabajado

    en proyectos situados en lugares donde se corre el riesgo de ser robado, sin embargo como usted

    sabr no todos los lugares son as, y aqu en nuestra vereda ahora y hace 100 aos hemos velado

    tanto la alcalda como los habitantes mismos por garantizar el mantenimiento de la seguridad y el

    respeto de las cosas ajenas, entonces piense dnde podra estar la puerta o cul sera el sentido de

    ponerla al lado del cuarto de los paps.

    Construccin de la Casa. Sesin 20.

    En la fase de la construccin de la casa se evidencian en Felipe formas que indican nuevas

    posibilidades y recursos que el nio fue encontrando en s mismo. Esta propuesta implicaba el uso

    de materiales que exigan un cuidado para poder ser manipulados como la sierra, el martillo, el

    serrucho y, es all donde el adulto devolvi al nio su responsabilidad y confianza para hacerse

    cargo de los mismos y establecer lmites para su uso, con base en criterios propios. De igual

    manera, estos materiales al ser ms concretos no requeran por parte del nio tener que

    representrselos de manera simblica, sino que estaban ms cerca de sus posibilidades de uso y de

    poder ser pensados en relacin con la propuesta. As, lo que el nio iba haciendo poda constatarlo.

    No tena que permitirse contemplar el crecimiento de los rboles del bosque, sino que poda ver

    como los materiales desestructurados: maderas, tablones, puntillas, iban cobrando unidad para dar

    forma a la casa de la familia Robles, pudiendo vivirse como agente y responsable de ello.

    En este punto de la intervencin comenzaron a aparecer transformaciones grandes en el

    comportamiento del nio, especialmente en la relacin con sus compaeros. Es de resaltar que esta

    propuesta le result muy interesante y comenz a pensar por primera vez los objetos que all se

  • 21

    proponan en relacin al fin que tienen. Felipe logr hacer exploraciones de los mismos, aspecto

    que si bien permiti que pudieran surgir en l comportamientos impulsivos al usar los objetos, esto

    constituy un contexto bajo el cual el adulto lo devolva sobre la posibilidad de establecer sus

    propios lmites, de controlar sus actos impulsivos y sus gestos.

    Estos aspectos le facilitaron al nio su vinculacin con la propuesta y en esta medida se

    tornaron en un pretexto para establecer intercambios con sus compaeros que antes no haban

    tenido lugar. Si bien antes los objetos los usaba en la agresin hacia sus compaeros, durante estas

    sesiones de construccin de la casa, se observ que Felipe haca preguntas en relacin con los

    mismos, y al descubrirse gil en su manejo, se tranquilizaba y poda realizar propuestas

    detenindose en ocasiones para pensar aquello que propona. De igual forma comenz a interesarse

    por tratar de vincularse con sus pares, es claro que an cuando prevalecan en estos intercambios

    formas bruscas y de provocacin, vea otras posibilidades de relacin con sus compaeros sin tener

    que situarse desde la intimidacin o la anulacin del otro, por ejemplo lograba ponerse de acuerdo

    con ellos en las acciones que deban llevar a cabo para levantar una pared, construir una ventana,

    darle color a la fachada.

    Durante estas sesiones apareci una transformacin en el gesto del nio: de miradas

    retadoras, manos en forma de puo, risas burlonas a sonrisas espontneas, miradas que aceptaban la

    palabra del otro, manos dispuestas a ofrecer ayuda a sus compaeros. Esto permite pensar cmo el

    situarse de una manera diferente en la propuesta, integrar paulatinamente la norma, descubrir las

    regularidades en las relaciones que le ofrecan los psicoterapeutas, y por ende sentirse reconocido

    por los mismos, le posibilitaban estar menos en funcin de la defensa hacia los otros y ms en

    funcin de un inters propio.

    Recreacin de la historia: Primer Abandono. Sesin 27.

  • 22

    En la fase inicial de la re-creacin se dieron situaciones en las que el nio confunda a los

    psicoterapeutas con los personajes que estos re-creaban; pareca que para l, los psicoterapeutas

    fueran los portadores reales de las situaciones conflictivas de la historia. Se tiene entonces que, el

    nio se diriga molesto y de forma agresiva al adulto como si l fuera el personaje cuando al re-

    crear la historia, los padres deban abandonar a los hijos. Situacin ante la cual Felipe se ofusc con

    la psicoterapeuta, reiterndole en mltiples ocasiones que ella era una cucaracha, y que ella

    abandonaba a sus hijos como cucarachas. Este evento nos llev a pensar en la vivencia que el

    nio tiene de si mismo ante su situacin como alguien a quien se ha desechado, no logrando

    diferenciar la situacin de re-creacin dramatizada de esta vivencia.

    Durante esta fase de la intervencin, el nio continuaba teniendo formas ambivalentes de

    relacin con el adulto, que aunque ambivalentes, eran diferentes a las de los primeros encuentros en

    tanto las de este momento dan cuenta de cmo el nio comenzaba a instaurar un vnculo con la

    psicoterapeuta, a diferencia de las primeras en las cuales el nio trataba de reconocerla y slo

    buscaba acomodarse a la propuesta. Para este momento el nio usaba diversas formas de atraer al

    adulto e incluso complacerlo, tratando de quedar muy bien ante este, o de otro lado, se desbordaba

    ante las negativas que el adulto tena frente a sus demandas, ante lo cual trataba de destruir las

    cosas que haba a su alrededor mas no los objetos que l y el grupo haban elaborado.

    As mismo, se diriga al adulto usando formas verbales muy agresivas tales como te voy a

    matar cuando sea polica... cuando sea sicario. Es de sealar que este suceso tuvo lugar hacia el

    final de una de las sesiones, en la que se identificaron mltiples bsquedas de Felipe para

    colaborarle al adulto en la logstica del taller; previamente se haba establecido los turnos para

    algunas tareas, sin embargo el nio siempre quera ser el encargado de realizarlas y ante la

    devolucin de la psicoterapeuta para que reconociera el momento que a l le tocara, se molestaba

    agrediendo verbalmente y salindose del espacio. Estas formas en Felipe muestran como frente a

    cada negativa del adulto, se actualizaban en l sentimientos de ser rechazado, tal vez de

  • 23

    anulacin, como en el caso de la cucaracha. Por esto, la expresin te voy a matar cuando sea

    polica... cuando sea sicario refiere a esa necesidad de destruir el objeto que vive como causante

    de su desgracia aunque antes este mismo objeto haya sido vivido como gratificante. Esto muestra

    como Felipe percibe a las personas solo en las acciones correspondientes al momento presente, sin

    poder integrar experiencias gratificantes vividas con la misma persona o en los mismos contextos en

    otros momentos; podramos decir que el nio aun no ha constituido la totalidad de la persona

    gratificante y frustradora a la vez.

    Recreacin de la Historia: Segundo Abandono. Sesin 28.

    Durante esta fase, los nios en tanto que historiadores deban continuar re-creando la historia de la

    familia Robles y en Felipe fue evidente que continuaba confundindose fcilmente al re-crear los

    personajes. En una ocasin el nio asumi el personaje del padre pero sus acciones y

    verbalizaciones oscilaban entre la re-creacin del rol del Seor Robles y la de los nios, es decir

    cambiaba de rol a pesar de portar el mismo personaje. Por ejemplo, le deca a la madrastra que era

    una malvada y que l siempre sabra volver a la casa. Esto lo deca portando el personaje del padre.

    Otro tipo de confusin se present cuando en el contexto de la re-creacin, Felipe en el rol

    del padre, abandon a los nios (Jacobo y Jernimo) en el bosque y estos al regresar a casa, lo

    cuestionaron por este acto; Felipe lo sinti como si de verdad l hubiese cometido el acto en el

    contexto de la realidad, ante lo cual situ la responsabilidad de este acto en la psicoterapeuta y la

    agredi verbalmente. Este manejo que el nio hizo de la situacin de juego y de los roles que

    recreaba, evidencian lo complejo que an era para l situarse como jugador. Se comprende que

    cuando los hijos le hicieron el reclamo por el abandono, el nio no sinti dicho cuestionamiento

    situado en el rol del padre sino en s mismo, aspecto que lo oblig a salirse del contexto de juego.

    Lo anterior muestra entonces que an cuando el nio haba podido realizar ciertas conquistas, la

    consciencia de s an era primaria dado que no lograba conservarse como referente de su

    experiencia.

  • 24

    Si bien estas dificultades del nio prevalecan en los momentos de re-creacin de la

    historia de la familia Robles, para lo cual se requera que el nio estableciera la diferencia entre

    quin es l como persona y el rol que recrea, en otros momentos de la propuesta como la

    preparacin para esta re-creacin, el nio avanz en la organizacin de su pensamiento, mostrando

    posibilidades de construcciones cognitivas. Se observaron progresos respecto a sus formas de

    situarse en la propuesta; poda ya entablar relaciones entre los sucesos de la historia y conservar

    algunos acontecimientos y hechos de la misma, dar cuenta de ellos de manera espontnea y un

    poco ms clara, organizando su discurso en funcin del contexto y lo que era pertinente al mismo.

    Si bien se encontraba que el nio poda diferenciarse en ocasiones de los comportamientos

    de sus compaeros y no confundirse con lo que estos hacan, an se observa que no haba

    construccin de lmites en si mismo, puesto que frente a sus impulsos an era el adulto quien deba

    detenerlo.

    Es necesario aclarar que en este espacio el equipo estaba conformado por psicoterapeutas

    que orientaban la propuesta y practicantes que apoyaban el proceso; sus roles en el juego tenan

    diferentes jerarquas. A travs de las diferentes fases del proceso y de esta puntualmente, se observ

    que la relacin del nio con todos los adultos no era la misma puesto que con las psicoterapeutas el

    nio poda detenerse ms fcilmente frente a sus impulsos, mientras que con algunas practicantes,

    continuaba teniendo comportamientos desafiantes e incluso trataba de golpearlas. Se entiende

    entonces que con todos los adultos el nio no poda situarse desde la confianza y la tranquilidad,

    continuaban habiendo en l vivencias de inseguridad hacia algunos de ellos.

    Esto nos lleva a afirmar que la posibilidad de que el nio constituyera una confianza en el

    adulto dependa en gran medida de qu tan clara y consistente fuera la forma en que ste se situara

    frente al nio, de cmo invistiera y portara la autoridad, de cmo le devolviera la tranquilidad por

    los lmites que se instauraban como proteccin de sus propias reacciones, en la continuidad de una

    relacin.

  • 25

    Recreacin de la historia: Encuentro con la bruja. Sesin 30.

    Para este momento de la intervencin se observan reorganizaciones muy significativas en las formas

    relacionales que el nio propona al adulto y en la forma en cmo reciba los ofrecimientos que este

    le haca, evidencindose una consolidacin de la confianza del nio hacia el equipo de

    psicoterapeutas y de su posibilidad para construir la claridad de quin es l frente a los Otros.

    En esta perspectiva se encuentran varias transformaciones en su comportamiento, por

    ejemplo, ante las negativas del adulto se observa que el nio ya no se desbordaba, y aunque an

    trataba de privilegiar sus deseos por encima de los de sus compaeros, asuma las decisiones que

    tomaban las psicoterapeutas y la negacin a la satisfaccin de algunas de sus demandas. De igual

    forma, se observa que dej de hacerle exigencias al adulto como si este tuviera la obligacin de

    darle cosas, consiguiendo dirigirse de manera pausada hacia ste, usando la palabra, sin invadir su

    cuerpo.

    Lo anterior muestra entonces, que el nio comenz a establecer una certeza de quines eran

    las psicoterapeutas en ese espacio en particular, ya saba qu poda esperar de ellas, de esta manera,

    se inici en el proceso de constituirlas como un referente, como personas que le garantizaban

    proteccin frente a sus propios impulsos. El nio pudo encontrar una regularidad en los

    ofrecimientos, en el espacio, en las devoluciones que se le hacan y sobre todo en la palabra del

    equipo que si bien, se mostraba como una totalidad coherente e inquebrantable, no era inflexible.

    Conclusiones

    La intervencin clnico-psicolgica realizada en esta investigacin tuvo como vector del trabajo el

    ofrecimiento de relaciones profesionales, para lo cual se hizo necesario que el personal participante

    se caracterizara por evidenciar espontneamente unas condiciones personales que reflejaran el

    sentido tico que tienen sobre la vida, implicando en ello el respeto, la responsabilidad y el sentido

    esttico; conservar la belleza, la armona, la proporcin, la integridad de los elementos.

  • 26

    La intervencin busc mantener en la continuidad y regularidad del ofrecimiento,

    condiciones temporo-espaciales estables ligadas a la experiencia de la relacin profesional, de

    manera que se pudiera favorecer en los nios la constitucin de un sentimiento de seguridad, al

    poder confiar en la validez de aquello que se ofrece y se solicita. Ello les permiti prever no slo las

    consecuencias de los actos, sino tener la confianza para discernir y realizar propuestas en busca de

    objetivos comunes.

    Al menos tres aspectos que se interrelacionan orientaron este trabajo psicoteraputico: la

    fundamentacin conceptual, el reconocimiento de la subjetividad y el saber jugar. La relacin

    psicoteraputica con los nios generalmente se condujo en funcin del juego; este y toda la

    dinmica que conlleva constituy el paradigma de la relacin. El juego es una actividad en la que

    emergen continuamente elementos significativos de la experiencia de vida, conlleva una disposicin

    postural, gestual y verbal, se considera al sujeto en su singularidad -su subjetividad-. Cuando el

    juego cuenta con varios jugadores, estos se ofrecen entre s una experiencia relacional. Como lo

    plantea Casas (1999) a travs del juego el nio reordena las experiencias de un modo que resulta

    satisfactorio para l; satisface de una manera mediatizada sus bsquedas; hace una separacin-

    discriminacin de los objetos y del Otro con el cual se relaciona, y se identifica con lo que quiere

    llegar a ser; favorece la simbolizacin, representa lo ausente, construye un mundo simblico,

    opera sin los objetos.

    Para que el juego tenga lugar, el clnico debe saber crear un sistema de relaciones en un

    espacio-tiempo instaurado para que situado como jugador, favorezca la emergencia de las

    significaciones. Esta forma de intervencin solo podr tener la virtud de constituirse en una

    experiencia de elaboracin vivificadora y transformadora de las significaciones si el clnico ha

    podido abordar en profundidad los constructos tericos de quienes lo fundamentaron y,

    comprendido el sentido de esa fundamentacin. De igual forma, ello solo es posible si reconoce la

    propia subjetividad pues, esto le permitir situarse de manera crtica y comprensiva frente a la

  • 27

    situacin profesional en la que se encuentre, trascendiendo la aplicacin de teoras. Esto

    favorecer el establecimiento de una relacin genuina con los nios, pues son ellos quienes en su

    individualidad y particularidad dirigen los procesos. Es por esto que el clnico comprende que nada

    es absoluto ni definido y que lo pertinente es encontrar los sentidos y significaciones que cada uno

    da a la experiencia.

    En el caso que en este artculo hemos presentado, para el proceso de intervencin

    psicoteraputica se requiri que los adultos contuvieran a Felipe sin confundirse o dejarse perturbar

    por sus comportamientos agresivos en los momentos en que se desbordaba, ofrecindole en esta

    medida un lmite para que pudiera conservar la integridad de su ser y no se permitiera una serie de

    comportamientos que conllevaran a procesos de deterioro y culpabilizacin de s. Zulliger (1968)

    expresa que cuando se dramatizan ciertas cosas jugando con los nios, hay que arriesgarse a recibir

    una agresin. De ser muy fuerte sta, hay que hacerle comprender al nio que existen ciertos

    lmites (cogerle los brazos, por ejemplo). Necesita saberlo para la formacin de su yo, pero tal

    defensa debe hacerse slo en casos necesarios. En nuestro caso se buscaba que de estos momentos

    de crisis, el nio pudiera reconocer que su destino no era la destruccin interna y externa, sino que

    por el contrario, a partir de la intervencin pudiera comenzar a tejer nuevas formas de vincularse, en

    tanto el reflejo que encontraba de si mismo en el equipo no era el de temor o el de molestia, sino el

    de la obligacin de tener que hacerse cargo de s mismo.

    De igual forma esta contencin estaba representada de forma simblica por el contexto

    mismo, por la Alcalda y las costumbres propias de los habitantes de Altos del Bosque, que eran

    presentadas al nio, de manera que se sintiera invitado y con derecho a vincularse a un grupo

    cultural, sin rechazar o sealar a travs del juicio sus formas relacionales. En esta va, las

    psicoterapeutas lo reconocieron en el plano del contexto del juego, a l y a sus costumbres, y le

    hicieron exigencias de situarse en la cultura, en la vida social, en las relaciones que se le proponan,

    que en el caso del juego, implicaban devolverlo en su rol de historiador y sobre los compromisos

  • 28

    que adquiri. Cyrulnik ilustra claramente los elementos psicoteraputicos que subyacen a este nivel

    de la propuesta cuando plantea que Para llegar a ser esa persona por cuya intermediacin llega la

    felicidad, es preciso participar en la cultura, comprometerse con ella, convertirse en actor y no

    seguir siendo mero espectador (Cyrulnik, 2006, p.215).

    Cada devolucin que se le haca al nio si bien parta del reconocimiento de los elementos

    psicolgicos intrnsecos a cada uno de sus comportamientos, es decir, desde la comprensin de la

    organizacin psicolgica del nio, en su forma, las intervenciones tomaban el matiz de la vida

    cotidiana de la vereda y por ende en el marco de la espontaneidad que cabe dentro de este tipo de

    relaciones. De esta forma, el nio pudo gradualmente asumir los ofrecimientos sin sentirse

    desvalorizado, amenazado, engaado o excluido. Por el contrario, pudo comenzar a pensarse a s

    mismo desde otro tipo de valores de orden psicolgico como lo son el respeto, la responsabilidad y

    la esttica, valores en los que estuvieron fundamentados cada uno de los actos de los

    psicoterapeutas, y que no iban en la bsqueda de que el nio se acomodara a la propuesta o se

    portara bien para otros; se orientaban a que el nio hiciera sus propias bsquedas, transformara los

    sentimientos de molestia y suspicacia que tena frente a los adultos, descubriera qu era lo valioso

    para l en la propuesta y en la vida y, encontrara en si mismo las posibilidades de situarse en la

    sociedad desde una posicin de ndole tica. Si el nio no transformaba dichos sentimientos no

    haba posibilidad de que aceptara los ofrecimientos y conquistara la libertad de tomar decisiones

    distanciado de los impulsos que estos le generaron y, por consiguiente de la idea de si mismo como

    alguien que solo halla lugar en la destruccin. Tal y como lo plantea Colmenares a las personas,

    aunque el profesional lo desee, no les podemos proponer aspectos que ellos no reconozcan

    importantes para s mismos, eso que el sujeto debe construir, no se lo podemos dar, nuestro trabajo

    profesional puede ayudar, pero no se lo podemos dar (Colmenares, 2002, p.72).

  • 29

    Este aspecto lo podemos evidenciar a partir de los modos de re-creacin del personaje que

    Felipe propuso durante las ltimas sesiones de juego. El nio pudo finalmente asumir el personaje

    que le corresponda sin salirse del contexto del juego:

    Felipe en una de las ltimas sesiones en su rol de Jacobo, al ver como la bruja amenazaba a los

    nios con comerlos le dijo eres una bruja malvada, por qu no me respeta y posteriormente ide

    un plan, y este consista en ir a buscar las uvas del bosque para traerlas y ponerlas en la boca de la

    bruja mientras esta dorma, para de esta manera mientras ella trataba de sacrselas, poder

    quitarle las llaves e ir a liberar a su hermano que se encontraba encerrado en la jaula de los patos.

    Al re-crear este evento, se puede ver que Felipe pudo relacionarse con el personaje de la

    bruja sin dejarse amedrentar y por ende sin atacarla, sino ms bien haciendo exigencias del trato que

    ella deba darle, menguando sus impulsos agresivos y realizando propuestas que estn en la va de

    la sagacidad y la inteligencia que poda atribuir al personaje.

    Ahora, son muchos los interrogantes que surgen en nuestro equipo respecto al futuro de

    este nio, quien es un caso representativo no slo de los 30 con los cuales trabajamos en el

    proyecto, sino de los miles de nios en situacin de abandono en Colombia.

    Si bien Felipe mostr grandes posibilidades de avanzar en el transcurso de 10 meses de

    intervencin - una lucha constante, dinmica y vital frente a sus profundas angustias, un enorme

    deseo de poder constituir vnculos estables que le permitieran sentirse protegido y perteneciente a

    una cultura -, an sabemos que este tiempo no fue suficiente para que pudiera consolidar unos

    procesos identitarios, de tal forma que sus construcciones y conquistas fueran suficientemente

    slidas para permitirle darse un lugar diferente en la sociedad, para situarse como alguien que puede

    soar pese a su dura historia de vida y situarse frente a las futuras dificultades que seguramente va

    a tener que vivir.

  • 30

    Aunque se vieron en Felipe importantes desarrollos en el campo de la Consciencia, la

    Cognicin, la tica y la Simbolizacin, no estamos seguros de que con este corto tiempo de

    intervencin Felipe pueda preservar el sentido de s, de su lugar de dignidad, de darse un lugar

    social en el que conserve los valores ticos en su relacin con los otros y con el universo mismo, al

    recordar las palabras que en un momento de mucha rabia y dolor expres: te voy a matar cuando

    sea polica... cuando sea sicario

    Este fue uno de los muchos nios que debi ser reintegrado a su hogar, y no porque se

    pudiera garantizar que aquellos que iban a hacerse cargo de l eran personas que podan ofrecerle

    vnculos que le permitieran sentirse protegido, sino porque en la nueva Ley de Infancia se procura

    que los nios retornen a sus lugares de origen a como de lugar. Nos preguntamos si Felipe podr

    llegar a constituir a estos adultos como el referente que necesita para continuar organizando sus

    profundas dificultades psicolgicas, puesto que an l no porta el referente en si mismo, an es el

    adulto quien le devuelve esas certezas que l no encuentra.

    REFERENCIAS

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