arquitectura

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Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

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Humberto González

Disertaciones entre arquitectura y realidad. Visión desde La Periferia

Ciencia Ergo Sum, vol. 12, núm. 3, noviembre-febrero, 2005, pp. 308-316,

Universidad Autónoma del Estado de México

México

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Ciencia Ergo Sum,

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308 GONZÁLEZ -O RTIZ , H. D ISERTACIONES ENTRE AQUITECTURA Y REALIDAD . . .

Disertaciones entre arquitecturay realidad. Visión desde La PeriferiaHumberto González Ortiz*

…Pies pa’que los quiero,si tengo alas para volar...

De un cuadro de Frida Khalo.

* M&G Estudio de Arquitectura

Sancho Marraco núm. 7 (3-1). 08004, Barcelona.

Correo electrónico: [email protected]

Recepción: 20 de mayo de 2005

Aceptación: 11 de julio de 2005

Resumen. La actual arquitectura se vende más o menos igual a como lo hacen los grandes sastres

o modistos. De tanto en tanto, van haciendo pasarelas donde ‘exhiben’ (ojo con el concepto) a

famélicas modelos emperifolladas con ropas exóticas y exquisitas, con ello ‘sus’ marcas de moda,

se venden y promocionan alrededor del globo, gracias al marketing de la economía ‘globalizada’.

Los arquitectos van construyendo ‘sus obras’ alrededor del mundo. Los arquitectos siguen siendo

siempre los mismos, no más de doce estudios de arquitectura, que venden sus ‘contenedores

escultóricos’, las más de las veces.

Por ello quiero desde La Periferia proponer desde nuestros ámbitos de investigación, de

experimentación, y académicos, una, podríamos llamar, “re-teorización arquitectónica”. Que se

vincule y se inmiscuya de lleno con los problemas reales de los ciudadanos pobres, que

requieren de una ‘Alternativa Práctica’... ante esta oleada de frivolidad arquitectónica que se aleja,

direccionalmente, de la realidad del mundo actual.

Palabras clave: arquitectura alternativa, La Periferia, alternativa práctica.

Dissertations Between Architecture and Reality. Vision From The Periphery

Abstract. Architecture today is sold in a similar way to how the great tailors or dress designers

market their products. From time to time, they create catwalks where they ‘exhibit’ starving

models adorned with exotic and exquisite clothes, and through this, ‘their’ fashion trademarks are

sold and promoted around the world, thanks to the marketing of the ‘globalised’ economy.

Architects continue to construct ‘their works’ around the world. The architects always remain

the same; there are no more than twelve architectural studios that sell their ‘sculptural

containers’’ on most occasions.

Consequently, I would like from The Periphery to propose from our research, experimentation

and academic environments, what we would call «architectural re-theorisation». That is fully

linked and involved with the real problems of poor citizens that require an ‘Alternative

Practice’... with respect to the wave of architectural frivolity which distances itself, directionally,

from the reality of the world today.

Key words: alternative architecture, The Periphery, alternative practice.

309C I E N C I A e r g o s u m , V o l . 1 2 - 3 , n o v i e m b r e 2 0 0 5 - f e b r e r o 2 0 0 6

1. La inspiración del Restaurante Subacuático se basó en

el restaurante Los Manantiales (Xochimilco, México)

del arquitecto español Félix Candela, quien colaboró

entusiastamente con el arquitecto Santiago Calatrava

durante su proyección. Se considera la obra póstuma

del arquitecto español exiliado en México.

2. Estos edificios sin duda potenciarán la ‘Marca Barcelona’,

tan puesta de moda por el actual alcalde Joan Clos.

3. Concepto utilizado reiteradamente por el Dr. Julián Salas

Serrano en sus investigaciones .

1. Declaración de intenciones ola arquitectura como moda

Llevo tiempo desencantado con la ar-quitectura, digamos, de autor. Antes meemocionaba viajar a ciertas ciudadestransformadas en ‘hitos de arquitectu-ra’, para recorrer in situ los edificios pro-yectados y construidos por los ‘pesospesados’ de la arquitectura actual.

Pero llevo ya varios años en que esoya no me emociona; le encuentro de-masiadas ‘pegas’ a esta arquitectura cadavez más, y más, insolidaria. ¿Por quéinsolidaria? Sencillo, la actual arquitec-tura se vende más o menos igual acomo lo hacen los grandes sastres omodistos. De tanto en tanto, van ha-ciendo pasarelas donde ‘exhiben’ (ojocon el concepto) a famélicas modelosemperifolladas con ropas exóticas yexquisitas, con ello ‘sus’ marcas demoda se venden y promueven alrede-dor del globo, gracias al marketing de laeconomía ‘globalizada’.

Y venden ‘su’ moda en tiendas ex-clusivas a lo largo y ancho del planeta.Pero eso sí, los precios también son‘globalizados’, y cuestan sus ropas lomismo en la Ciudad de México, Cara-cas, Barcelona o París. Con lo cual la‘moda’ está al alcance de cualquiera,sí... ¡que pueda pagarla!

Esta metáfora de la moda, me pare-ce perfectamente aplicable a la arqui-tectura de hoy, donde los arquitectos(siempre los mismos, no más de 12estudios de arquitectura) construyen yproyectan ‘sus obras’ alrededor delmundo y venden sus exclusivos ‘con-tenedores escultóricos’. Y van de paísen país, de ciudad en ciudad inaugu-rando sus obras... La Ciudad de las Cien-cias y las Artes de Valencia junto alOceanográfico1 de Santiago Calatrava,o la Torre Aguar del francés JeanNouvel en Barcelona, o el futuro Mu-seo de la Movilidad que Frank Gehryconstruirá en Barcelona, y que servirá

como nueva plataforma ‘arquitectural’en la Barcelona post-Fòrum.2

Los arquitectos actuales, las adminis-traciones, los políticos y las entidades pri-vadas que los promueven, parecen máspreocupados por la espectacularidad desus obras que por la funcionalidad, laformalidad y la necesidad espacial de lapropia arquitectura. Entre más rara y másescultórica sea la forma del nuevo edifi-cio, mejor para el marketing entre el gru-po selecto de arquitectos, promotores yconstructores.

Los edificios hoy gustan a un grupomás numeroso de ciudadanos y polí-ticos, quizá por su clara alineación aproclamas publicitarias que, en ciertamanera, son las que requieren la ‘ima-gen’ de los arquitectos. Y los arquitec-tos optan, también, por obras menoscomprometidas y mejor pagadas. O co-mo afirma el arquitecto catalán OriolBohigas:

[…] o quizás se trate tan solo de la ge-

neralización de una arquitectura que

no se atreve a serlo o que “no quiere

serlo” […] porque le gusta moverse en

unas vibraciones artísticas menos com-

prometidas y más bien pagadas, próxi-

mas a la mercantilización de los mar-

chantes de arte y diseño publicitario,

una línea en que nadie le exigirá ningu-

na revolución cultural ni política

(Bohigas, 2004: 74).

La arquitectura actual es indiferenteal hambre de vivienda3 que recorrecomo fantasma las necesidades del ter-cer mundo, del mundo subdesarrolla-do y las amplias masas de poblaciónpobre de los países desarrollados.

Las soluciones que ofrecen las teo-rías y los análisis de arquitectura sehacen también ‘desde dentro’; es de-cir, los teóricos (y retóricos) del mun-do desarrollado, ya sean europeos oestadounidenses, dictan normas decómo debemos aprender a mirar, en-

tender, analizar y proyectar la Arqui-tectura, así, con A mayúscula.

Pero estas normas dogmáticas, oc-cidentales y ‘modernas’ no ofrecen unapoyo alternativo práctico, aplicable alcrecimiento de la demanda espacialhabitable, a las carencias de vivienda,infraestructura, servicios y al constantedeterioro del patrimonio construido delos países en desarrollo. Ellos nos ofre-cen ‘su’ análisis de ‘su’ arquitectura,pero la arquitectura que se requiereen el mundo de hoy es diametralmen-te opuesta a lo que dictan los cánonesde los teóricos occidentales.

Por eso considero que las platafor-mas de exhibición de la arquitectura‘bien’ están desfasadas de la realidaddel mundo de contrastes evidenciadosy tajantemente diferenciados en el quevivimos actualmente. Y ellos, miran-do sólo una parte del círculo, dan porsentado que a todos nos parecen bue-nas sus propuestas, sus teorías y lassoluciones de ‘sus’ necesidades. Decíael ingeniero uruguayo Eladio Dieste:

Es muy corriente que, frente a cualquier

problema, nuestra actitud tácita sea la

de dar por sentado que la solución, o el

camino de su solución, ya está dado y

planteado en lo esencial en los países

desarrollados, y esto es falso (Dieste,

1997: 262).

Por ello quiero, desde La Periferia,así, proponer desde nuestros ámbitos


de investigación, de experimentación yacadémicos una, podríamos llamar,reteorización arquitectónica, que sevincule y se inmiscuya de lleno con losproblemas reales de los ciudadanospobres, que requieren de una alterna-tiva práctica ante esta oleada de frivo-lidad arquitectónica que se aleja,direccionalmente, de la realidad delmundo actual.

Debemos proponer hipótesis, siste-mas y modos de trabajo que planteenuna arquitectura verdaderamente hu-mana, aquella que utilice la tecnologíay los avances científicos y constructi-vos con los ciudadanos pobres que re-quieren con urgencia viviendas, servi-cios e infraestructuras. Una arquitec-tura que se constituya como apoyosolidario con todo un conjunto de sec-tores populares independientes que vanpoco a poco, y con esfuerzo, recons-truyendo ese ‘otro’ mundo, esa ‘otra’realidad plena de marginación, pobre-za y necesidad.

2. Entre arquitectura y realidad

Defiendo aquí, entonces, mi visión quemira desde La Periferia. Que aportaotras posibles respuestas a nuestras in-cógnitas acerca de la incongruenciaarquitectónica actual.

Las desigualdades entre Norte-Sur odesarrollo-subdesarrollo agudizan susdiferencias de manera casi exponencial.Actualmente más de 1,200 millones depersonas (una de cada cinco del mun-do) sobrevive con menos de un dólaral día. Puedo afirmar que cerca 5 milmillones de habitantes viven en condi-ciones de pobreza y marginados de losplanes sociales y de los beneficios de laglobalización financiera del mundo ac-tual. Hablamos de casi 83% de la po-blación mundial. En 1989 el 20% másrico recibía 82.7% de la produccióneconómica mundial, mientras el 20%más pobre recibía sólo 1.4%. En este

Figura 3. Izquierda: vista del general de la Torre Agbar de Jean Nouvel. Derecha: un detalle constructivo de

cómo han montado la fachada de cristal de la Torre de Aigues de Barcelona.

En su momento, la alcaldía de Barcelona presentaba este edificio en carteles que decían “Barcelona atrevida”. Hoycomúnmente se le conoce como el “falo” o “el supositorio”, lejos de su referencia inicial con las montañas deMontserrat o las torres de la Sagrada Familia, conceptos formales con los que argumentaba el arquitecto francés laforma de la torre, pero más cercana quizás a la publicidad que de él hacía el propio Ayuntamiento de Barcelona.Fuente: Figura del autor, Barcelona, 2004.

Figura 1. Izquierda: vista exterior del Museo de las Artes y las Ciencias de Valencia. Derecha: vista del

Restaurante Subacuático de Valencia. Arquitecto Santiago Calatrava.

Fuente: Figura del autor, Valencia, 2004.

Figura 2. Izquierda: vista del Fórum de las Culturas de Barcelona 2004. Derecha: cartel de los Nuevos

Edificios de Alto Standing que promueven las promotoras y el Ayuntamiento de Barcelona para el Sector

Terciario que envuelve al Fórum.

Fuente: Figura del autor, Barcelona, 2004.


proceso podemos afirmar que actual-mente la renta de las 350 personas másricas del planeta equivale a la de 45%de la población mundial.

Los países del tercer mundo no pue-den hacer frente en el marco políticoactual al cúmulo de necesidades de suspobladores, al igual que los poblado-res pobres del llamado cuarto mun-do, que intentan ferozmente accedera una vivienda digna y a un precioaccesible. Por eso debemos inevitable-mente refundar también nuestra vi-sión y posición arquitectónica desdela urgencia y la necesidad, y dejar delado esta visión mediocre y frustranteen la que se maneja la arquitectura deautor actual.

Las formas esculturales de la arqui-tectura de hoy son impresionantes. Laespectacularidad de la arquitectura ac-tual que utiliza la tecnología para ela-borar formas imposibles es innegable;sería tristísimo que con los presupues-tos con que cuentan los ‘grandes’ ar-quitectos no hicieran lo mejor que sulápiz y su imaginación pudieran recrear.Sin embargo, no puedo quitar el ojo dela realidad que nos envuelve, y quemuchas veces los arquitectos la obvia-mos, o definitivamente no nos intere-sa; preferimos hablar de arte, de dise-ño, de la forma, de la tecnología, delos renders, de las relaciones con alcal-des o del último software de dibujo que‘facilitará’ el trabajo a los dibujantes deldespacho. En muchas ocasiones pasa-mos por alto que la arquitectura:

Es un arte práctico destinado a cons-

truir espacios utilizables por el ser hu-

mano y que desde hace siglos, quien

posee el encargo de la sociedad para lle-

var a cabo la construcción de estos es-

pacios es el arquitecto (Casals-Balagué,

2002: 113).

Considero que la arquitectura deautor actual deja de lado la realidad

real, es decir, al potencial usuario-clienteque vive, recorre, utiliza, se enfrenta ytambién padece espacios ‘escultórico-artísticos’, más que su referente de es-pacios ‘habitables’.

Si bien el arquitecto es quien resuel-ve con arte las necesidades del clien-te, con el uso ético de su oficio puedepersuadirlo de utilizar adecuadamen-te el arte en la construcción, pero:

La acción persistente de una artistici-

dad mal entendida, mezclada con la

doctrinaria creencia en una misión pe-

dagógico-social de la arquitectura, y

unas gotas de “libertad creadora”

fundamentalista, lleva a ciertos arqui-

tectos a proferir simplezas de tal cali-

bre que hacen tambalear gravemente el

prestigio social de la profesión (Casals-

Balagué, 2002: 117).

La arquitectura globalizada apar-ta de su ética proyectual a la pobrezamundial, donde 80% de la poblaciónno puede detenerse a ‘admirar’ las últi-mas tendencias en ‘esculturas arquitec-tónicas, simplemente porque necesita‘urgentemente’ un techo y cuatro pa-redes para guarecerse del mundo quelo ignora.4 La modernidad sigue sien-do una deuda pendiente cada vez másevidente y urgente, que el movimientomoderno prometió como posible.

Incluso las sociedades primermun-distas ocultan de sus ‘revistas bien’ par-te de su baja calidad formal arquitec-tónica y la constante proliferación demalas y caras arquitecturas que no sa-tisfacen a sus propietarios-usuarios. EnBarcelona, por ejemplo, desde 1950no llega a 20% la obra realizada porarquitectos de gran renombre, o poredificios con alta significación repre-sentativa (Bohigas, 2004: 40-41).

La esencia natural de la arquitecturacomo servicio al usuario está totalmen-te extraviada, o en buena maneradistorsionada por esta cultura moder-

na del ‘famoseo’, del ‘triunfo rápido’,de hacer la Gran Obra ‘para salir en larevista’. Esto lleva a pensar en un dis-tanciamiento creciente entre la necesi-dad real del usuario y la propuesta for-mal que los arquitectos ofrecen.

En el marco político actual, es incom-prensible la pasividad de muchos ar-quitectos ante la desesperanzadora rea-lidad que nos envuelve. Debemos ha-blar del Derecho a la vivienda que re-coge la Declaración Universal de losDerechos Humanos de 1948 que, ensu artículo 25, señala que toda perso-na tiene derecho a un nivel de vidaadecuado, y concreta que la ‘vivienda’forma parte del conjunto de compo-nentes de ese derecho.

Los tiempos actuales son de pobre-za y marginalidad global. Los datosexistentes permiten afirmar la falta deética en la arquitectura de hoy. Unejemplo claro (Unicef, 2005):

En 1997, había 204 millones de pobres

en América Latina, de los cuales casi

100 millones no podían siquiera satisfa-

cer sus necesidades alimenticias. La po-

breza afecta a millones de niños y niñas

en la región: 35% de los pobres en Amé-

rica Latina y el Caribe son niños y niñas

menores de 15 años, y casi 60% de to-

dos los niños y niñas son pobres.

Hoy todas las disertaciones acerca dela ética quedan desfasadas en esta asi-metría del desarrollo desigual en el quese mueve el mundo, y que contribuyeal aumento progresivo de la pobreza.La pobreza es, finalmente, el tema denuestro tiempo.

4. Según la Comisión Económica para América Lati-

na (CEPAL, 2005), en latinoamérica cuatro de cada

cinco de las construcciones que se realizan en

este momento no cuentan con la participación de

ningún técnico titulado porque la gente no puede

pagarlo.


La arquitectura en precario, en la cualtrabajan muchos profesionales, es la quenecesita promoción para lograr mejoreficacia. Hablar de arquitectura en pre-cario ‘es el tema’. A la arquitectura ‘bien’y de ‘revista’ le sobran bufones y cor-tesanos, siempre habrá quien haga elpapel de comparsa del poder. Comoafirmé en un artículo anterior:

En este marketing de la arquitecturaactual, no sería de extrañarnos que enel corto plazo los estudios importan-tes5 de arquitectura empiecen a coti-zar en la bolsa de valores de NuevaYork (González, 2004a).

Por ello hay quienes nos comprome-temos activamente con la arquitecturade la posibilidad para pobladores sinrecursos, y que ejercemos una investi-gación en la acción arquitectónica quepretende incorporar a los pobladores

Figura 4. La gente pobre intenta sin recursos y sin arquitectos, construir obras que se parezcan en algo a las fotos de

las revistas de moda. Por eso el mundo en desarrollo está lleno de ejemplos ‘posmodernos-renacentistas’ que tienden

más al kitch que al diseño arquitectónico, pero que de una u otra manera involucra a sus autoconstructores’ en este

mundo de la imagen de ‘lo bien’.

Fuente: Figura del autor, México D.F., marzo de 2005.

Figura 5. Vistas del barrio de Sants-Montjuic en Barcelona, con hacinamiento y mala calidad en la construcción,

además de tener calles llenas de pintas, con hacinamiento vehicular. ‘Otra’ realidad que cohabita con la Barcelona

del Fórum y de Gaudí.

Fuente: Figura del autor, Barcelona, 2005.

sin recursos a la modernidad aplazadapor décadas. Ofrecemos una visión,otra, que desde La Periferia ofrece otrocúmulo de teorías, de arquitecturas yde soluciones posibles, apropiadas yapropiables.

3. Arquitectura en precario: unanecesidad de ‘habitabilidad’

En 1933 el arquitecto mexicano JuanLegarreta (1908-1934)6 resumía prag-máticamente su conferencia en La So-ciedad de Arquitectos Mexicanos conla siguiente afirmación:

El pueblo que vive en jacales y cuartos

redondos, no puede hablar de arquitec-

tura. Haremos las casas del pueblo.

Estetas y Retóricos –ojalá mueran to-

dos– harán después sus conclusiones

(Legarreta, 2001: 3).

Casi un siglo después de estas decla-raciones podríamos hablar tambiénpragmáticamente para denunciar la per-versión arquitectónica actual; hoy tam-poco podemos ‘hablar’ de arquitectu-ra, la ‘necesidad’ sigue siendo el refe-rente de los millones de jacales, cuar-tos redondos, chabolas, cuartelillos yviviendas precarias que rondan la ar-quitectura en la realidad actual. Segúndatos de la arquitecta venezolana Teo-linda Bolívar, sin ayuda de los arqui-tectos proyectistas, los pobres y margi-nados “han sido los principales cons-tructores de vivienda de finales del si-glo XX” (Bolívar, 1995: 13).

Aparte de la Gran Ciudad (la GranEscala, la llaman algunos) del marke-ting, se necesita también consolidar unaarquitectura alternativa que se recla-ma diariamente en las calles de las caó-ticas ciudades del tercer mundo, unaarquitectura que se requiere también,y con urgencia, en los gethos de inmi-grantes de las ciudades de los paísesdesarrollados.

5. Los que construyen las viviendas sociales o rehabi-

litan escuelas y hospitales, los arquitectos ‘com-

prometidos’ que construyen día a día arquitectura

de calidad, pero que están alejados del ‘boom’ de

promociones internacionales (Rogelio Salmona,

en Colombia, o el desaparecido Ingeniero Eladio

Dieste en Uruguay, son dos excelentes ejemplos de

ello) no juegan en la major league de la arquitectura

de hoy. Los que se dedican a proyectos de

cooperación junto a los pobladores para ‘hacer

ciudad’ en el tercer y cuarto mundo, ¡ni siquiera

figuran en los títulos de crédito!

6. Juan Legarreta fue uno de los primeros arquitectos

funcionalistas del México posrevolucionario; destacó

en su breve pero intensa labor profesional por su

proyecto para la Vivienda Obrera Mínima, de la cual se

construyeron varios conjuntos habitacionales en la

Ciudad de México (González, 2002: 64 y 65) .


futuro urbanístico por no salir en el ran-king de los famosos?

Las preguntas son muchas y lasdudas sobre esta eficacia son razo-nables, vistas las diferencias abisma-les entre la arquitectura de autor mi-noritaria, y una arquitecturización quelos pobladores pobres ejercen a man-salva, intentando resolver sus proble-

Figura 8. Iglesia del Mirasol. Autoconstrucción, 1976-2004. Proyecto y ayuda técnica del Arquitecto Carlos

González Lobo, México.

Fuente: Figura del autor, 2002.

Figura 7. Iglesia de Atlántida, 1957-1958. Eladio Dieste, Uruguay.

Fuente: http://www.rau.edu.uy/uruguay/cultura/dieste.htm.

Figura 6. Vistas de los patios de la Casa de Huéspedes Ilustres. Arq. Rogelio Salmona, 1981.

Fuente: Arquitectura Viva. Núm. 48.

Para entender mis hipótesis acercade la actual necesidad arquitectónica,retomo dos premisas esenciales (Gon-zález, 2004b):

• Actualmente se construyen metrosy metros de arquitectura rentable bajouna piel que vaya con el estilo de latemporada, lo cual muchas veces oca-siona una especie de ‘dislexia’ entre lonetamente construido y su envolven-te formal, que responde más a cáno-nes ‘de clase’ pretendidos por los fu-turos dueños-usuarios.

• Mientras la realidad planetaria esinevitablemente ‘la pobreza’, condi-ción que no ha sido superada sino, porel contrario, sigue agudizándose en elpresente.

En Barcelona acabamos de clausu-rar el Fórum de las Culturas 2004 y elambiente enrarecido sigue merodean-do por toda la ciudad; los grandes gas-tos públicos para potenciar una parteolvidada de la ciudad no compensana los ciudadanos de Barcelona; el nue-vo urbanismo de la zona de Poblenouestá totalmente alejado del poder ad-quisitivo real de sus ciudadanos.

¿Y esta es la arquitectura que se nosplantea (y se nos enseña en práctica-mente todas las escuelas de arquitec-tura del mundo) como ‘buena’ o idó-nea? ¿Debemos estudiar y analizar ‘su’forma, o ‘su’ tecnología, pero descon-textualizarla lo más posible? ¿Por qué?

Porque es una arquitectura que res-ponde al hito, a la referencia, a la espec-tacularidad o a la obligación con losconsorcios privados y públicos que lapromueven, pero que no respondeeficientemente a la necesidad sentidadel usuario-cliente, que finalmente esquien la vive o la padece.

Muchas veces los arquitectos con-tribuyen a difundir ciudades que conuna obra de este o aquel arquitec-to (dentro del grupo de los famosos,claro está) se ‘reaviva’, se ‘regenera’como un ave fénix que surge de sus

cenizas para resplandecer y atraeral turista y, con él, a sus dólares oeuros, y contribuye así a la renova-ción económica.

¿Es esta la apuesta para renovar elfuturo de nuestras ciudades? ¿Es éticogastar las sumas estratosféricas que segastan, en la arquitectura actual? ¿Y laciudad que no pueda pagar, no tiene


mas vitales de vivienda, servicios einfraestructuras.

La arquitectura de hoy debe cumplirsu función social y primaria de resol-ver problemas reales, que se compro-meta y apueste por la modernidad, quese construya con los pies en la tierra,que no necesite de dogmas de teoríasabsurdas.

Tal vez entonces no sea necesarioinvestigar y debatir sobre esta arqui-tectura que urge hoy en ‘La Periferia’.

4. Una nueva ética desdeLa Periferia

Es hora de que los arquitectos tam-bién comencemos a cuestionarnosa nosotros mismos y nuestras actua-ciones como constructores de las ciu-dades modernas. Es necesario que re-novemos nuestro oficio para adecuar-lo a la realidad de pobreza del planeta,que reduzcamos drásticamente el con-sumo de recursos y energía que seemplean en la construcción de la ar-quitectura actual.

Es necesario que reorientemos lamirada, aprendamos y expongamosla experiencia de arquitectos que se hancomprometido desde la arquitectu-ra, sí, pero también desde el compro-miso social (incluso al compromisopolítico) que el oficio del arquitecto, sinduda, tiene.

Es el caso del arquitecto colombia-no Rogelio Salmona (1929), quien vadesde el detalle amoroso de acomodarlos ladrillos en su estudio junto a sumesa de dibujo, hasta realizar lugaresgrandiosos donde el contexto, el mate-rial, la mano de obra y la poética ar-quitectónica conforman una sola enti-dad capaz de entusiasmar al más im-perturbable espectador.

O el desaparecido ingeniero urugua-yo Eladio Dieste (1917-2000), que alo largo de toda su vida intentó y con-siguió con gran maestría y belleza de-

Figura 9. Casa de Retiro Espiritual en Maschwitz-Buenos Aires, 1999-2002.

Dice de este proyecto su autor, Claudio Caveri: “El Padre Moreno (el mismo que mandó construir Fátima) queríaun complejo que sirviera como sitio de recuperación psico-física con 40 habitaciones, servicios, 4 aulas, un orato-rio multireligioso y un auditorio para 200 personas y todo eso rodeando un claustro. Yo imaginaba una cosa másabierta. Entonces fue surgiendo el círculo y los tres círculos que lo rodean”.Fuente de la figura y la cita: http://www.summamas.com/63a.htm.

Figura 10. Dos vistas de las inmediaciones de la Ciudad de México y la inmensa cantidad de casas en

autoconstrucción. La urbe cosmopolita se esfuerza por decrecer y encontrar un punto de equilibrio entre lo que

‘nos dicen’ que es la arquitectura, y la imagen urbana resultante de la necesidad de ‘pertenencia y arraigo’ de la

población. La ‘metodología de la pasarela’ queda radicalmente desfasada de la realidad del mundo de hoy.

Fuente: Figura del autor, México, 2005.

Figura 11. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, posa con el equipo internacional de 18 arquitectos y

diseñadores en el proyecto hotel Puerta de América de Madrid, con una inversión estimada de 75 millones de

euros.

Fuente: http://www.infurma.es/es/reportajes/hotel_puerta_america/.


mostrar que la felicidad humana esposible, siempre y cuando la equidad yel desarrollo puedan llegar a un mayornúmero de seres humanos.

También el arquitecto y construc-tor mexicano Carlos González Lobo(1940), que es hoy uno de los másimportantes constructores de vivien-da popular en México y América La-tina. Analizando su obra, puede afir-marse que sí es posible la construc-ción de un tipo de arquitectura de in-terés social que no implique pobrezaexpresiva, fealdad, hacinamiento omateriales de segunda.

O el arquitecto argentino ClaudioCaveri (1928) considerado “unos de losteóricos más brillantes de la Argenti-na” (De Larrañaga y Petrina, 1990:164), que se separó pronto del pensa-miento heterodoxo del racionalismolecorbuseriano de la primera épocapara adentrarse en la búsqueda de unaarquitectura con raíces locales.

Estos son cuatro ejemplos con-cretos de arquitectos que han sabidooptimizar los recursos y la construc-ción partiendo de un programa arqui-tectónico necesario pero dialogandocon el contexto; o que han sabido,como afirmó el arquitecto RogelioSalmona, “utilizar la tecnología pa-ra crear una arquitectura con poesía,no debemos permitir que la arquitec-tura como tal, se convierta en una he-rramienta más de la tecnología” (Sal-mona, 2004).

Con estos ejemplos concretos (figu-ras 6, 7, 8 y 9), de arquitectos concre-tos y de ‘otras’ soluciones posibles deenfrentar el trabajo arquitectónico ac-tualmente, intento abrir una alterna-tiva en la ética y en la práctica de laarquitectura. Porque es innegablela falta de un enfoque alternativo quedefienda el derecho del arquitecto, fren-te a una hegemonía de la comercia-lización de la arquitectura, y que lepermita descubrirse como ser social

para así implicarse en la transforma-ción de una realidad concreta, ‘su’ rea-lidad en rigor.

5. De la alta costura al prêt àporter

Las actuales formas arquitectónicas defast food están conformando ciudades‘escultóricas’ que cumplen con su fun-ción política específica. Edificios quese transforman en meros ‘contenedo-res de cosas’, ya que lo mismo sirvenpara albergar un museo, un mercado,una escuela o un ayuntamiento. Sucontinente tiene una grave discordan-cia con su contenido. Estamos asistien-do a la proliferación de una arquitec-tura total y únicamente ‘comercial’, aje-na las más de las veces a las necesida-des reales de espacio público y priva-do de las ciudades.

Pero tal cómo está el mundo: conguerras de mentiras, con crisis finan-cieras que atacan al bolsillo, con deu-das externas impagables, con casi 25mil muertos cada día de hambre y po-breza, con seis millones de niños me-nores de cinco años que mueren dehambre al año, con cerca de 60% delmundo sin ningún acceso a la arqui-tectura formal, con barcazas repletasde inmigrantes que día a día cruzan elestrecho que separa África de Euro-pa, con miles de mexicanos que a dia-rio atraviesan la frontera de EstadosUnidos en busca de dinero y trabajo,con salarios de miseria en los paísesen vías de desarrollo que sobrevivenexplotados, con las grandes marcasinternacionales que utilizan mano deobra de miseria para sacar jugososbeneficios, con ciudades del TercerMundo que crecen sin medida ante lanecesidad de inmigrar ‘al centro’ enbusca de oportunidades.

Ante esta realidad diaria, cuesta en-tender que debamos seguir creyendoque el mundo occidental capitalista

establece los mecanismos adecuadospara que todos los ciudadanos del pla-neta podamos disfrutar, no ya de losúltimos diseños de Calatrava, o Fostero Ghery, sino de una vivienda digna,de una ciudad digna, de un trabajodigno y de una vida digna. No quieroacostumbrarme a las pulcras fotos adoble página, de las revistas ‘para ar-quitectos’.

Mientras el ‘otro’ mundo pobre exis-ta, seguiré diciendo que esta arqui-tectura, este urbanismo y esta modaedificatoria únicamente se alinea a unorden impuesto donde lo que man-da es el dinero, la imagen y el marke-ting, pero no la necesidad y la búsque-da real de soluciones a los problemasdel mundo de hoy. Son problemas noiniciados por los arquitectos, quizá,pero donde la arquitectura (y su ima-gen) cumple puntualmente con supapel en este juego de dudosa moraldemocrática.

Los intelectuales y artistas debemosponer en duda este sistema excluyen-te. Los arquitectos deberíamos cues-tionar nuestro papel en la globalizacióndel diseño higt-tech de ultima genera-ción. Debemos encontrar urgentemen-te, ‘otra arquitectura’ que responda atodos los intereses que la sociedad mo-derna requiere. Nos referimos a la ne-cesidad de una arquitectura ‘pobre’ decalidad, de necesidad y de urgencia: quedemocratice claramente esta modernaarquitectura de pasarela, que vende susexclusivos diseños y los expone, comosímbolo de la globalización, la riquezay el poder.

Para ejemplo, un botón: el nuevohotel Puerta de América de Madrid (verfigura 11), que en palabras del arqui-tecto catalán Oriol Bohigas, es:

[...] un proyecto de bajísima calidad

que acumula lo peor de lo posmoderno y

de lo tecno-cutre y cuyos promotores han

logrado acreditarlo como un regocijo


Bohigas, O.

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mediático al hacer intervenir la populari-

dad de arquitectos, diseñadores y modis-

tas en el diseño de los interiores y en el

adorno de las fachadas con la colabora-

ción artística de los toldos, Foster,

Nouvel, Hadid, Isosaki, Vitorio y

Luchino, Mariscal, etcétera –un piso

para cada uno–, disimularán la cutrería

de recursos ornamentales relegando a la

propaganda comercial la solvencia pro-

fesional que habíamos apreciado tanto

en estos artistas (Bohigas, 2005: 3).

Este proyecto es un ejemplo que dejaen evidencia mi denuncia de una ar-quitectura que frivoliza la profesión,y que se alinea con este ‘famoseo’ que

rodea al mundo actualmente. Dondelos arquitectos se han convertido enpiezas del marketing tanto para empre-sas constructoras, firmas comerciales,alcaldes y ciudades que desean promo-verse mundialmente como una ‘mar-ca’ que ofrece al visitante ‘lo mejor delo mejor’ de la arquitectura actual.

Debemos detenernos a reflexionarseriamente, para dejar de mirar em-belesados, la llamada ‘arquitectura deautor’, y empezar a mirar en otras di-recciones más realistas, donde hay ar-quitectos e investigadores que bus-can entre las rendijas del presente so-luciones reales, construcciones posi-bles y teorías válidas para este mun-

do donde la frivolidad, el high-tech,el posmodernismo de los ‘grandes’arquitectos, en la gran mayoría de loscasos, está conformando una arqui-tectura cada vez mas insolidaria.

Dejemos de ocuparnos de la arqui-tectura de alta costura, y miremos conatención, las arquitecturas de prêt àporter que se dedican eficazmente, a so-lucionar problemas reales, de usuariosreales, en este mundo real. Alejémo-nos del glamour y la frivolidad artísti-ca en que se manejan algunos de losequipos de arquitectos famosos, queno se ocupan por ofrecer alternativasarquitectónicas ante la pobreza, mayo-ritaria en el mundo de hoy.

arquitectura

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