aristóteles y el concepto de alma

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Aristóteles y la facultad del sentido

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Page 1: Aristóteles y El Concepto de Alma

Aristóteles y la facultad del sentido

Juan José Contreras GómezHistoria de la Fª antigua II A2NIUB: 16497073

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1. Resumen

Aristóteles, en su obra De Anima, usa la palabra “anima” procedente de la palabra griega “psyché”1. Esta palabra, se usaba en la Grecia clásica para designar aquel último suspiro que emitía un hombre antes de sucumbir ante la muerte. De este modo, “psyché” es algo así como “aliento vital”. Partiendo de esta terminología, no es de extrañar que Aristóteles usará la palabra “anima” para hacer referencia a aquello que dota de vida a los seres, diferenciándolos de los inertes. Pues el alma (anima) es el principio de vida. Así, Aristóteles se vio en la necesidad de distinguir entre tres clases de alma con el fin de explicar las diferencias entre seres. Las plantas, poseen una clase de alma vegetativa, es decir, destinada a las funciones de nutrición y reproducción. Los animales, poseen un alma sensitiva que los dota de sensibilidad y movimiento. La última clase de alma, corresponde al alma intelectiva, aquella exclusiva del ser humano que le permite conocer y tener vida intelectiva. Sin embargo, Aristóteles no defendía la existencia de tres almas claramente diferenciadas, sino que abogaba por una única alma con diferentes funciones, ya que un individuo al desear (actividad propia de la sensibilidad) y al inteligir no manifiesta dos almas diferentes y por lo tanto dos individuos diferentes, sino que se trata de un único individuo. Por esto Aristóteles afirma que las plantas solo poseen un alma con la facultad vegetativa; los animales la vegetativa y sensitiva; y el ser humano posee ambas funciones. La concepción que presenta Aristóteles sobre la sensibilidad en esta obra y la profundidad de su estudio, parecen corresponder a otra época. Aristóteles muestra un carácter científico, al defender un estudio del movimiento y de la sensibilidad, por lo que considera de una importancia vital en la historia de la ciencia y en general de la filosofía, la perspectiva que toma Aristóteles frente a esta cuestión.

2. Contexto

La filosofía occidental se asienta en la obra de tres grandes filósofos griegos de la antigüedad: Sócrates, platón y Aristóteles. Pese a la singular relación que los unió, la orientación de su pensamiento tomó distintos caminos, y correspondería a Aristóteles culminar los esfuerzos de sus maestros y ejercer la influencia más perdurable, no sólo en el terreno de la filosofía, sino prácticamente en todas las disciplinas científica y humanísticas. Aristóteles nace en Estagirita en el año 384 a.C. y muere en Calcis (Eubea) en el año 322 a.C. Su padre era médico de la corte macedonia por lo que Aristóteles fue introducido en el mundo de la ciencia experimental. Fue enviado a la academia de Platón donde pasó gran parte de su vida. Tras la muerte de platón, se abrió el

1 La palabra “anima” también puede proceder del griego “pneuma”.

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debate sobre quien debería dirigir la academia y Aristóteles no fue escogido . Por esto, abandonó la academia y fundó su propia escuela: el Liceo. Aristóteles durante este periodo viajó a Macedonia nuevamente donde fue denominado tutor de Alejandro magno hasta que iniciara su carrera militar. Un año después de la muerte de Alejandro, Aristóteles fallecería en el año 324 a.C.

3. Introducción

El pensamiento griego acerca del alma, aparece asociado con insistencia a concepciones y creencias de tipo religioso, como la inmortalidad o la transmigración, cosa evidente en la filosofía platónica y el pitagorismo. Sin embargo, Aristóteles, hace un tratado estrictamente naturalista respecto al alma. El alma, no es pues, algo separado del cuerpo e intangible. Pues desde esta perspectiva, se acepta la existencia del alma, la cual pretende explicar mediante el fenómeno vida2. En el ámbito de los seres vivientes y no vivientes, existe una diferencia radical y ontológica que constituye la raíz de aquellas actividades y funciones exclusivas de los vivientes. El problema para Aristóteles consiste en determinar cual es la naturaleza de ese factor distintivo entre los seres, y al cual dirigirá toda su investigación.

4. El alma como entidad

Aristóteles comienza la obra, como no es ya de extrañar, haciendo un repaso de las distintas concepciones del alma que han sostenido filósofos anteriores y a su vez criticándolas y exponiendo los defectos de tales concepciones.

Después de dedicar el primer libro a esta cuestión, Aristóteles comienza el segundo libro preguntándose cual sería un definición apropiada del alma. Primero considera si el alma es materia únicamente, y si así fuera, el alma seria potencia, un “llegar a ser”. Aristóteles descarta esto afirmando que el alma es necesariamente forma o acto, ya que no puede ser algo imperfecto sujeto a cambio, sino que ha de ser algo estático; ajeno al movimiento y perfecto en si mismo3. Con esto afirmación, Aristóteles critica la concepción del Timeo platónico, en que el alma es inerte y debido al alma y su movimiento, el cuerpo se mueve. Según el

2 Del griego zoé.3 No ha de entenderse aquí, el alma como algo separado del cuerpo; sino todo lo contrario: solo puede pensarse el alma conjuntamente con el cuerpo. Algunos filósofos modernos como Descartes se encontraban con el problema de la unión entre ambas substancias (cuerpo y alma), resultando en un dualismo antropológico. Al hacer depender el alma del cuerpo, Aristóteles, evita este problema, manifestando la profundidad y la exactitud de su investigación.

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platonismo, el hombre es un microcosmos dotado de alma, la cual ha de conocer el alma del universo. Pues este hombre, ha de educar su alma para que ejecute un movimiento correcto y virtuoso imitando al alma divina.

Los megáricos4 criticaron el hylemorfismo defendido por el estagirita, afirmando que el movimiento es inteligible, por lo que no tiene sentido afirmar una distinción entre potencia y acto. Puesto que el no-ser no puede ser pensado, concebir algo en acto, consistiría en considerar un cambio entre no-ser y ser (de potencia a acto). Sin embargo, Aristóteles responde afirmando que el ser y el no-ser no han de tomarse en sentido absoluto y se propone a demostrar la posibilidad de una ciencia que estudie propiamente el movimiento: la física5. Aristóteles matiza su teoría hylemórfica mostrando la diferencia entre el no-ser de una piedra y el de una semilla: la piedra no puede llegar a ser una flor y la semilla no es propiamente una flor pero puede llegar a serlo. De este modo no ha de entenderse el no-ser en sentido absoluto, sino como una privación, y así puede hablarse de potencia y movimiento. Es necesario que el alma sea algo del mundo, ya que para inteligir las cosas del mundo han de comparecer en ella. El alma es entelequia no en el sentido estricto de acto sino en el sentido de actualizar. Por lo que el movimiento del alma, es un movimiento de conservación donde se manifiesta aquello que ya se es. El ser vivo es, por lo tanto, un compuesto en que el cuerpo es un instrumento del alma. “[…] y es que es necesario que el arte utilice sus instrumento y el alma utilice su cuerpo”6, ya que esta no se reduce al conjunto de las funciones vitales, sino que va más allá de ellas. El alma es el agente regulador de la coherencia y armonía del compuesto, por lo que el sujeto que realiza actividades no es el alma, sino el ser vivo en tanto que compuesto “No es el alma quien se compadece, aprende o discurre, sino el hombre en virtud del alma”7. Aristóteles define la vida como un acto, que no se identifica solamente con el alma, sino que esta es acto primero y las funciones vitales son el acto segundo. Ya que todo acto lo es de una potencia, el alma también poseerá potencias o facultades. Los vivientes pueden poseer algunas de estas potencias o incluso llegar a contenerlas todas, así las plantas tienen la capacidad de nutrirse pero no la sentir, y

4 Seguidores de Sócrates y Parménides 5 Es interesante considerar aquí, el papel de la metafísica en el estudio del alma. Aristóteles, mencionó que el físico es aquél que estudia los fenómenos sin dar cuenta de la forma, mientras que el dialéctico es aquel que estudia la forma sin dar cuenta de la materia. Sin embargo, como afirmará más adelante, existe una “parte” del alma que se encuentra separa del cuerpo (la capacidad de inteligir) y el físico ha de estudiar el alma dando cuenta de ella, por lo que el estudio del alma ha de ser realizado por el metafísico, aquél que estudiará aquello específico del alma mientras estudia las particularidades del cuerpo. Ha de estudiar el compuesto de materia y forma.6 De Anima I, 3, 407b 25-27.7 De Anima I, 3, 408b 15-16.

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los animales poseen sensibilidad aunque pueden no poseer todos los sentidos.

[…] El alma es el principio de todas estas facultades y que se define por ellas: facultad nutritiva, sensitiva, discursiva y movimiento. Ahora bien, en cuanto a si cada una de estas facultades constituye un alma […]8.

5. El sentido y la presencia del mundo

Aristóteles intenta explicar cada una de estas facultades y aquella función que le es propia, así en la potencia del alma nutritiva, estudiará que es la nutrición y previamente su objeto el alimento. Aristóteles comienza por el estudio de la nutrición ya que es la única facultad que se encuentra en todos los vivientes, tanto animales como seres humanos.

Esta facultad es la que dota al viviente de la capacidad de alimentarse y engendrar a otras individuos semejante a él, perpetuando su especie de un modo incorruptible y divino. Puesto que cada viviente es mortal ésa es la única formar en la que participa de lo eterno. De esto modo el alma es causa y principio del viviente ya que es lo que le permite alimentarse, crecer y reproducirse, pero también es causa respecto a un fin, es decir, es la causa final de cada individuo. Aristóteles tiene una concepción teleológica de la naturaleza donde considera que todas las cosas tienden a un fin que les es propio.

Y es que para todos los vivientes que son perfectos –es decir, los que ni son incompletos ni tienen generación espontánea- la más natural de las obras consiste en hacer otro ser viviente semejante a sí mismo –si se trata de un animal, otro animal, y si se trata de una planta, otra planta- con el fin de participar de lo eterno y lo divino en la medida de lo posible […]9.

Luego, Aristóteles pasa a considerar el sentido en general, diferenciando entre sentidos propios del sentido común y del sentido por accidente. Aristóteles critica la postura en que se define la sensibilidad como un movimiento de alteración, ya que donde hay sensación hay un sufrir. Hay movimiento ya que la facultad de sentir es una facultad en potencia ya que solo se produce con la presencia del objeto sensible. Es una potencialidad que se actualiza por efecto del objeto sensible. Así se puede decir que hay dos versiones del sentir. Una de estas, se da cuando el ser vivo (dotado de sensibilidad) duerme, y por lo tanto no está sintiendo nada y la otra es cuando siente que está sintiendo alguna cosa.

8 De Anima II, 2, 413b, 10-15.9 De Anima II, 4, 415a-415b, 25-5.

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A partir de estas consideraciones, sentir consiste en un cierto tipo de movimiento en virtud del cual se actualiza la sensación en padecer el sentido el efecto de lo sensible. Parece que padecer, moverse y actualizarse son la misma cosa. En efecto, no hay movimiento si no hay un motor en acto del movimiento, ya que todo movimiento es una cierta actualización, y el sentido experimenta movido por un agente en acto. El movimiento que realiza la sensación, no es un movimiento de alteración, sino un movimiento de conservación, donde se actualiza el acto primero (que corresponde al alma) en acto segundo (fenómeno vida). Esto es mucho más claro considerando la analogía de que el hombre posee conocimiento. De este modo el acto primero corresponderá al hecho de que el hombre sabe, y el acto segundo (correspondiente a un movimiento de conservación) será la manifestación de su saber. Es un movimiento de conservación, que no es un “dejar de ser, sino que es un movimiento que avanza hacia la realización de aquello que ya es, es decir, se actualiza.

En el caso de la sensación, las cosas que producen la actualización del sentido son ajenas al individuo, sin embargo en la intelección son internas; la causa es que mientras la sensación lo es de cada cosa individual, la ciencia lo es de los universales y estos en cierta manera ya se encuentran en el alma misma. De aquí que se pueda pensar tanto como se quiera para uno mismo, mientras que sentir no se puede ejercer a voluntad, es necesario que intervenga el objeto sensible. La facultad de sentir, por lo tanto, es potencia, mientras el objeto sensible es acto.

Es obvio al respecto que la facultad sensitiva no está en acto, sino solamente en potencia. De ahí que le ocurra lo mismo que al combustible, que no se quemo por sí solo sin el concurso del carburante; en caso contrario, se quemaría así mismo y no precisaría en absoluto de algo que fuera fuego en acto10.

Aristóteles estudia los sentidos propios individualmente, lo que hace evidentes ciertas consideraciones para dar una definición de sentido. Estas son que sin objeto sensible no se produce sensación, sin órgano sensible tampoco se produce y sin medio interpuesto entre la facultad de sentir y el objeto sensible no hay sensación (ya que la cosa puesta directamente sobre el ojo, por ejemplo, no se ve). La sensibilidad supone una cierta separación respecto a las cosas circundantes, y al igual que los sentidos que perciben a distancia (olfato, oído y vista), los otros dos sentidos (gusto y tacto) también perciben a través de un medio interpuesto (la carne), cosa que no es evidente ya que el medio es al mismo tiempo medio interpuesto y la cosa sensible. Partiendo de estas consideraciones, Aristóteles define la sensibilidad como:

10 De Anima II, 5, 417a, 5-10.

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Percibir sensitivamente, es en efecto, sufrir una cierta afección, y de ahí que el agente haga que esta parte –que está en potencia- sea tal cual él mismo es en acto. Esta es la razón por la cual no percibimos lo que está igual de caliente, frío, duro o blando que el órgano y sí los objetos que lo están más que él: es que el sentido es a manera de un término medio entre los contrarios sensibles11.

El sentido es, por tanto, un término medio que juzga12 activamente y no de forma pasiva (como defenderán empiristas modernos como D.Hume). De este modo el objeto sensible “activa” la sensibilidad y así el sentido en acto acontece como el sensible en acto y ha de discernir de que manera la cualidad sensible se da (frío, caliente, blanco...)13. Por esto es necesario definir la sensibilidad como potencia con capacidad de recibir las formas sensibles sin la materia:

En relación con todos los sentidos en general ha de entenderse que sentido es la facultad capaz de recibir las formas sensibles sin la materia al modo en que la cera recibe la marca del anillo sin hierro no el oro; y es que recibe la marca de oro y de bronce pero no en tanto que es oro o bronce14.

La definición misma implica que no es el cuerpo lo que recibe la sensación, sino el alma. El cuerpo se puede ver alterado por la materia que lo afecta, pero no por las formas. Aristóteles afirma que no es el compuesto de materia y forma lo que afecta al sentido, sino solo la forma, y que la forma recibida no afecta la materia del receptor sino solo su alma. En este ejemplo de la cera y el anillo, se hace evidente que la sensibilidad consiste en una cierta receptividad. En este caso, la cera, cambia de sustrato material; ya que de tener en bronce pasa a estar en cera. Pues esta forma inscrita en la cera es semejante a la original pero no idéntica. Sin embargo cuando se afirma que la sensibilidad solo lo es de la forma y no de la materia, parece contradecir el ejemplo. Aristóteles explica esto afirmando que cuando la sensibilidad es afectada por una cosa blanca, lo que afecta a los sentidos no es la cosa en si misma, sino su blancura, es decir, la cualidad sensible o forma sensible. Y además, es que propiamente no vemos las cosas, ya que son sensibles por accidente. Aquello que vemos no es la materia sino alguna cosa formal. Aristóteles

11 De Anima II, 11, 424a, 1-6.12 El verbo “juzgar” en griego se reserva para hablar de la actividad de un juez en un tribunal de justicia. 13 Que Aristóteles atribuya capacidad de discriminación o de juicio a la sensibilidad y, entonces, a los animales, hace que la frontera que separa los racionales de los irracionales tenga unos limites más borros de los que se encuentran en autores modernos. 14 De Anima II, 12, 424a, 17-21.

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pone un ejemplo en la vista, afirmando que ver una piedra no consiste en tener una piedra dentro de un ojo, es decir, no consiste en nada material.

A su vez y de manera similar, el sentido sufre también el influjo de cualquier realidad individual que tenga color, sabor o sonido, pero no en tanto que se trata de una realidad individual, sino en tanto que es de tal cualidad y en cuanto a su forma15.

Como ya se ha visto antes, el sentido es un término medio, diferente en acto de toda cualidad sensible, pero semejante en potencia a cualquiera de ellas. La actualización del sentido consiste entonces en llegar a ser de alguna manera la cosa percibida. Como lo que se percibe no es nada materia, lo que se actualiza es algo formal. El sentido recibe las formas sensibles sin tomarlas en su propia materia. El órgano sensible, que es corporal y por lo tanto materia, no es sentido sino solamente instrumento de este. Es decir sin órganos sensibles, no podrían ser captadas las formas sensibles. No hay pues como en el caso de la cera, una materialización que modifique el original, lo que se percibe no son las representaciones en la consciencia, sino que en la sensación comprendemos aquello que es percibido tal como es la realidad. En la sensación no hay una representación que se diga de la cosa, como si pudiera haber una presencia de la cosa anterior a la sensación, sino que lo que hay es una presencia misma de la cosa. Esto no quiere decir que lo cosa no sea lo que es antes de la sensación, sino que la sensación hace presenta la cosa siendo lo que es. Esto es lo que se llama realista, pero dista de un realista ingenuo, porque aquello que prueba de pensar es la presencia misma de la cosa y no nuestro discurso a la cosa.

6. Conclusión

Aristóteles hace una análisis muy profundo de la potencia del alma de la sensibilidad. La rigurosidad y sistemacidad de su estudio, hace que los historiadores le califiquen como el primer científico de la historia; interés que le fue dado por la educación de su padre. Aristóteles consideró que el conocimiento depende también de la sensibilidad, como dirá Kant en la modernidad, ya que la sensibilidad provoca la imaginación, y esta a su vez la intelección. Junto con el análisis que hará seguidamente de la intelección, Aristóteles concluirá explicando el fenómeno vida en su totalidad, que es uno de los más completos que sentarán la base del cristianismo, que cristianizándolo, usarán la diferenciación entre intelecto agente y paciente, para dar cuenta de la inmortalidad del alma.

15 De anima II, 12, 424a, 22-24.

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7. Bibliografía

Acerca del Alma. Gredos (Madrid) 1978. Traducción: Tomás Calvo Martínez.

Diccionario de filosofía en línea www.e-torredebabel.com

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