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APUNTES PARA UNA HISTORIA DE ISRAEL José A. Lucas Pimienta

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APUNTESPARA UNA

HISTORIADE

ISRAEL

José A. Lucas Pimienta

ÍNDICE:

1. LA CREACIÓN

2. LOS PATRIARCAS2.1. ABRAHÁN PADRE DE LOS CREYENTES2.2. ISAAC Y JACOB: GUARDIANES DELA PROMESA DE DIOS

A) Isaac hijo de la promesa.B) Jacob e Israel.

2.3. JOSÉ. DE LA CÁRCEL A PALACIO.2.4. JOSÉ SE REENCUENTRA CONS SUS HERMANOS.

3. EL ÉXODO Y LA ALIANZA3.1. LA ESCLAVITUD DE LOS ISRAELITAS EN EGIPTO.

3.1.1. LA VIDA DE MOISÉS.3.1.2. DIOS LLAMA A MOISÉS PARA LIBERAR A SU PUEBLO.3.1.3. PASCUA. LIBERACIÓN Y ALIANZA

A) PASCUAB) ALIANZA

4. JUECES Y REYES.4.1.CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA.4.2. EL ESPLENDOR DE LA MONARQUÍA.

A) DAVIDB) SALOMÓN

5. DECADENCIA DE ISRAEL. EL EXILIO.A) El cisma de los dos reinos.B) Cautividad en Babilonia.

6. LOS PROFETAS.

7. LA VUELTA DEL EXILIO. EL MESIANISMO. 7.1. VUELTA DEL EXILIO.

A) Ciro el liberador.B) Vuelta del destierro y reconstrucción.

7.2. DOMINACIÓN GRIEGA. MESIANISMO.A) IMPERIO GRIEGOB) REBELIÓN MACABEAC) MESIANISMO.

1. LA CREACIÓN

La Biblia comienza contándonos cómo Dios ama desde los inicios al hombre y a la mujer, para ello parte de varias tradiciones orales, esta es la razón por la que encontramos algunos relatos repetidos. Por ejemplo la creación del hombre aparece dos veces, con detalles algo distintos, en los dos primeros capítulos (Gn 1,1-2,4 y Gn 2,5-25)

Es preciso saber diferenciar en la lectura de un texto bíblico, entre la verdad religiosa que pretende transmitir y los elementos que utiliza para comunicar ese mensaje.

En los textos de la creación podemos señalar:

- La verdad religiosa o mensaje fundamental que el autor quiere transmitir es que en la creación del mundo y del ser humano está presente la actuación de un Dios personal, único, eterno y todopoderoso.

- Los demás detalles son pedagógicos. Por ejemplo la creación en seis días y descansó el séptimo la pone el autor para recordar al pueblo el sentido religioso que tenía descansar unos de los días de la semana.

A la luz de este relato de la creación no hay ninguna dificultad en admitir la teoría de la evolución de las especies de Darwin. Aquí se nos dice únicamente que Dios creó al hombre y ala mujer a su imagen y semejanza. Si Dios tomó un poco de barro o el cuerpo de un animal ya existente poco importa. Lo fundamental es que el hombre fue creado diferente a los demás animales y semejante a Dios.

Junto al amor infinito con que Dios crea al hombre y a la mujer, en estos primeros capítulos de la Biblia se nos narra cómo el hombre, desde el mal uso de su libertad, traiciona a Dios y al prójimo entrando el pecado en la vida humana. (Gn 3).

2. LOS PATRIARCAS

2.1. ABRAHÁN PADRE DE LOS CREYENTES

Los Israelitas dieron el nombre de Patriarcas a unos cuantos jefes que dirigieron al pueblo Hebreo en los primeros siglos de su existencia nómada o seminómada. Entre estos patriarcas destacan por su significado Abrahán, Isaac, Jacob y José. Las singulares historias de estos personajes están recogidas en el primer libro de

la Biblia, el Génesis, el los capítulos del 12 al 50. Estos relatos se refieren a los orígenes de Israel y tienen una finalidad: mostrar que

Yahvé era el Dios de los antepasados al que había que ser fiel como un hijo a su padre y al que los Israelitas siempre se refieren como “El Dios de nuestros padres”.

Al principios del segundo milenio a. c., emigraron desde Mesopotamia a Canaán varios clanes Hebreos. Uno de ellos era el que dirigía Abrahán originario de la ciudad de Ur, que, con sus

mujeres, hijos y esclavos recorría la “Media luna fértil” en busca de pastos para sus ganados.Según el relato bíblico, Abrahán recibió del mismo Dios la orden

de salir de su ciudad en busca de una tierra que Él mismo le mostraría. En diversas ocasiones, la Biblia presenta a Dios prometiendo a Abrahán una numerosa descendencia y una tierra para su descendencia. Esta promesa parecía imposible pues Sara, la mujer de Abrahán, era estéril, y los Hebreos era un pueblo nómada. Pero Abrahán creyó en Dios y en su promesa contra toda razón. Así cuando su mujer ya no puede tener hijos, cree a Dios. Cuando Dios le ordena sacrificar a su único hijo, Isaac, sigue creyendo en que Dios será fiel y le dará descendientes numerosos.

Una vez probada la confianza ciega de Abrahán, Dios lo bendice y le enuncia de nuevo que “Multiplicará su descendencia como las estrellas del cielo y como la arena del mar”.

2.2. ISAAC Y JACOB: GUARDIANES DE LA PROMESA DE DIOS

Promesa de Dios es equivalente a salvación de la persona. Pero esta persona debe ser fiel a la promesa. La Biblia nos propone a los patriarcas Isaac, Jacob y José como fieles portadores de la promesa de salvación realizada por dios a Abrahán y renovada a ellos mismos.

A) Isaac hijo de la promesa.

Las narraciones sobe el patriarca Isaac están llenas de sucesos relacionados con la promesa de Dios a Abrahán:

Nació de unos padres ya ancianos, Abrahán y Sara, que no sabían si arrodillarse o sonreír ante la increíble promesa de Dios; precisamente Isaac significa “sonrisa” o benevolencia de Dios.

Vivió la aventura de la fe con su padre. La narración emocionante y graciosa del sacrificio en el monte es una joya literaria (Génesis 22,1-4). En este impresionante relato se advierte a los Israelitas que Dios no quiere sacrificios humanos, frecuente entre los pueblos primitivos. Pero sobre todo, se presenta a Isaac como una persona obediente a la voluntad de Dios.

Isaac se casó con Rebeca y tuvo dos hijos gemelos: Esaú y Jacob. Según la costumbre de los Hebreos, Esaú debía suceder a su padre como jefe de la tribu, pues había nacido antes que Jacob.

Pero en este caso no fue así, si no que Jacob ocupó el sitio de su hermano en la sucesión paterna. La Biblia refiere que Esaú vendió a Jacob la primogenitura con un plato de lentejas (Génesis 25, 29-34) y Jacob, disfrazado, consiguió la bendición del anciano y ciego Isaac (Génesis 27). Este relato trata de legitimar a Jacob como cabeza de la gran familia Israelita.

B) Jacob e Israel.

Jacob, enterado de que el burlado Esaú quería matarlo, huyó a Jarán, con el mandato de Isaac, su padre, de contraer matrimonio con mujeres Hebreas, como prescribe la ley. Así se casó con sus primas Lía y Raquel.

Allí engaña a su tío y suegro, anteriormente había engañado a su hermano y a su padre. A la vuelta de Jarán, Jacob tuvo un combate con Dios durante toda la noche. Terminado en combate,

Dios le cambia el nombre de Jacob (el engañador) por el de Israel (significa fortaleza de Dios), de donde procede el gentilicio Israelita.

Desde ese momento, Jacob es otra persona: abandona sus engaños y se distinguirá por su devoción y fidelidad a Dios durante toda su vida. Jacob tuvo doce hijos, de los que procederán las doce tribus de Israel: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Dan, Neftalí, Gad y Aser hijos de Lía. Los dos últimos eran José y Benjamín, hijos de Raquel, su esposa preferida.

Los hermanos mayores tenían envidia a José, en un sueño vio que estaban segando él y sus hermanos, y las gavillas de éstos se inclinaban ante la de José. Pensaron en matarlo y lo arrojaron a una cisterna. Pero, finalmente, prefirieron venderlo a una caravana de comerciantes que lo llevaron a Egipto.

2.3. JOSÉ DE LA CÁRCEL A PALACIO

Una vez que está en la cárcel José, se gana la confianza de dos oficiales del faraón, que habían sido encarcelados: un copero y un panadero. Los dos tienen sueños muy parecidos. El copero soñó que llevaba tres canastillos de pastas sobre su cabeza y que las aves se la comían.

José vaticinó al primero que a los tres días sería repuesto en su cargo. Y al segundo que a los tres días sería ajusticiado. Ambos vaticinios se cumplieron al pie de la letra.

Algún tiempo después el faraón tuvo un sueño, en él ve siete vacas gordas que eran devoradas por siete vacas flacas, y siete espigas gordas que eran devoradas por otras siete raquíticas.

Nadie consiguió descifrar el significado de este sueño. Entonces el copero al que había interpretado su sueño, se acordó de él y lo recomendó al faraón.

Ante el faraón, José advierte que lo que ha soñado es una premonición divina: “Dios te ha mostrado lo que va a hacer. Van a venir siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Pero después vendrán siete años de hambre que harán olvidar toda la abundancia, porque el hambre consumirá el país. Por tanto, que el faraón busque un hombre inteligente, que busque intendentes para que almacenen el trigo y los víveres en estos años de abundancia”.

El faraón, admirado por la sabiduría de José (intérprete de los sueños), lo nombra superintendente y virrey de Egipto. Inmediatamente, José ordena almacenar víveres y, sobre todo, trigo. De este modo, los egipcios pudieron saciar su hambre cuando llegó la época de la gran sequía.

2.4. JOSÉ SE REENCUENTRA CON SUS HERMANOS.

La extrema escasez hizo que Jacob enviara a sus hijos a Egipto para comprar trigo. Llegaron a la presencia del poderoso José, quien los reconoció al instante. Ellos, en cambio, no lo reconocieron porque José disimula bien su condición: utiliza a un intérprete, los acusa de espías, jura por el faraón, se afeita la cabeza….

Estos hablan entre sí sin sospechar que José los entiende perfectamente. En las palabras de los hermanos comienza a aparecer el arrepentimiento por haber querido matar a José. Este les exige que, en el próximo viaje, deben traer con ellos a su hermano pequeño.

Jacob se resiste a dejar que Benjamín acompañe a sus hermanos en el nuevo viaje a Egipto. Pero sus hijos se niegan a hacer el viaje sin su hermano menor y la necesidad es tan grande que finalmente Jacob acepta. (Gn. 43)

José quiere obligar a su hermano pequeño quedarse con él en Egipto, y para ello hace que uno de sus servidores esconda en los sacos de Benjamín la copa de plata del propio José. A poco de salir de la ciudad, camino de Canaán, José envía a los guardias para que los detengan por robo, vuelven los hijos de Jacob a presencia de José, que hace vaciar los sacos y aparece su copa en el saco de Benjamín. José ordena que el ladrón se quede en Egipto como esclavo suyo, pero Judá sabe que su anciano padre Jacob moriría del disgusto y se ofrece a quedarse él en lugar de Benjamín. José no se puede resistir más y se da a conocer a sus hermanos. Luego los envía a buscar a su padre y, de ese modo, el pueblo de Israel se establece en Egipto.

3. EL ÉXODO Y LA ALIANZA

3.1. LA ESCLAVITUD DE LOS ISRAELITAS EN EGIPTO

La familia de Jacob y las tribus Israelitas llegaron a Egipto hacia el 1700 a. c. Al principio, los egipcios los trataron bien, primero porque eran parientes del poderoso José y también porque el reducido número de Israelitas no significaba peligro alguno para los egipcios.

Pero, a lo largo del tiempo las cosas fueron cambiando radicalmente. Así a principios del siglo XIII a. c., en tiempos de Ramsés II, aparecen los Israelitas realizando trabajos forzados en la construcción de cuidades ¿Por qué se produce este cambio? El libro del Éxodo comienza describiendo el gran crecimiento del número de Israelitas. Los egipcios empezaron a ver en aquellos extranjeros una amenaza política e impusieron dos medidas: la esclavitud y el asesinato de los niños varones al nacer. Algunos hebreos escaparon de este genocidio organizado por el faraón. Uno de ellos fue Moisés.

3.1.1. LA VIDA DE MOISÉS

Moisés es una de las figuras más interesantes del A. T. El libro del Éxodo nos dice que su madre logró liberarlo de la muerte que le faraón había ordenado: “Mandó, pues, el faraón a todo su pueblo, que fueran arrojados al río cuantos hijos nacieran a los Hebreos” (Éxodo 1-22).

La madre lo puso en una canastilla que flotaba sobre las aguas, mientras una hermana suya lo cuidaba desde un escondite. La fortuna quiso que un día se bañara en aquel lugar la hija del faraón, quien, al oír llorar al bebé, sintió compasión y lo llevó al palacio real, donde Moisés fue educado.

Algunos afirman que su nombre deriva de la palabra hebrea “Moseh”, que significa “sacado”, ya que fue sacado de las aguas.

Moisés se encargó de las relaciones de los egipcios con los pueblos asiáticos y semitas que tanto preocupaban a los faraones. Como tenía un fuerte sentido de la justicia, pronto se enfrentó a los que oprimían a los hebreos.

Un día se abalanzó sobre un egipcio que estaba maltratando a un hebreo y lo mató. Por ello tuvo que huir lejos de la corte y se refugió en Madiam, zona de paso de caravanas. Allí pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró y trashumando, llegó a hasta el monte Horeb o Sinaí.

3.1.2. DIOS LLAMA A MOISÉS PARA LIBERAR A SU PUEBLO.

En la montaña sagrada de Horeb, Dios se manifestó a Moisés en forma de zarza ardiendo, le reveló su nombre, Yahvé, y le encargó que liberara a sus hermanos de raza de la esclavitud de Egipto. A partir de este encuentro con Dios, Moisés perdió el miedo y regresó a Egipto dispuesto a conseguir la libertad de su pueblo.

Allí se encontró con su hermano Aarón y se presentó en la corte ante el faraón para pedirle un decreto de libertad para que los israelitas pudieran salir de Egipto. El faraón se negó. El libro del Éxodo cuenta que Dios castigó la soberbia del Faraón con diez grandes plagas, hasta que finalmente, el Faraón cedió y permitió que los hebreos abandonaran el país.

3.1.3. PASCUA. LIBERACIÓN Y ALIANZA.

Hay dos palabras sin las cuales no se entiende la Biblia ni la religión cristiana: Pascua y Alianza. Su importancia no quedó reducida a un tiempo y a un pueblo, sino que significan la ayuda y la cercanía de Dios que se repiten en la vida de cada persona.

A) PASCUA

La Pascua era una primitiva fiesta de pastores que los hebreos celebraban en primavera. El último año que los israelitas estuvieron en Egipto durante la celebración de estas fiestas, fueron degollados los primogénitos de los egipcios. El libro del Éxodo ve en este hecho la acción de Dios y construye un relato en el que presenta estas muertes como realizadas por un enviado de Yahvé; que respetó la vida de los hebreos, porque sus puertas estaban marcadas con la sangre del cordero sacrificado para las fiestas de Pascua. Esta última plaga hizo que el Faraón diera por fin permiso a los hebreos para salir de Egipto. Desde entonces la celebración anual de la Pascua es para los judíos, en recuerdo de su liberación de la esclavitud, la mayor de sus fiestas.

Los israelitas emprenden la marcha por el sur, por el desierto. Un nuevo signo reforzará la experiencia de que el Dios Salvador está con ellos: logran pasar el mar Rojo mientras los egipcios que han salido en su persecución mueren en el empeño.

B) ALIANZA

A los tres meses de salir de Egipto, acamparon en las cercanías del Sinaí. Allí se produjo un hecho decisivo: la alianza entre Dios y el pueblo.

Entre los pueblos nómadas, las alianzas eran frecuentes: dos o más pueblos se comprometían a defenderse y ayudarse mutuamente.

Los israelitas conciben sus relaciones con Dios bajo la forma de una alianza, en la que las dos partes deben guardarse fidelidad.

Las condiciones que Dios pone en el pacto sin que el pueblo cumpla los Diez Mandamientos que Moisés recibe de Dios en el Sinaí. Si el pueblo cumple estos preceptos, Dios lo protegerá y lo bendecirá para siempre.

Estos Diez Mandamientos fueron escritos en unas tablas de piedra y guardados en un arca preciosa que se denominaba “Arca de la Alianza”.

4. JUECES Y REYES.

4.1. CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA.

Tras el éxodo o salida de Egipto, y la penosa travesía del desierto, los israelitas avistaron la tierra prometida o Canaán, donde ya habían vivido los patriarcas, Abrahán, Isaac y Jacob. Su caudillo Moisés, ya anciano, envió exploradores desde la frontera, pero no pudo entrar en la tierra prometida, pues murió en el monte Nebo. Fue su sucesor Josué el que inició la conquista con la toma de Jericó. Pero el dominio total de Canaán costó a los israelitas uno o dos siglos. Esta conquista se narra en los libros de Josué y Jueces. En ella se nos intenta transmitir una verdad fundamental: Dios protege a Israel cuando le es fiel.

Durante su estancia en Egipto, los israelitas habían conservado su organización por tribus. Cada tribu llevaba el nombre de uno de los hijos de Jacob y de dos de sus nietos, Manasés y Efraín, que eran hijos de José. Una vez conquistada Canaán, el territorio se dividió entre las doce tribus. La tribu de Leví, no recibió tierra porque sus miembros debían dedicarse al sacerdocio y al culto, por lo que tenían que se alimentados por las demás tribus.

Cada tribu se gobernaba según sus propias costumbres y sus propios jefes. Sólo en períodos de crisis se unían todas las tribus y elegían un juez que dirigía la guerra y gobernaba sobre todas ellas. Los jueces más importantes fueron Gedeón, Sanson, Elí y Samuel, el Profeta, el último de los jueces de Israel.

Entre todos los pueblos cananeos, el que más resistencia opuso a los israelitas fue el de los filisteos, instalado en la costa occidental de la tierra prometida. Las tribus israelitas, ante el peligro, aceptaron el liderazgo de un hombre de Dios: Samuel al que el pueblo pide con insistencia un rey. Samuel se niega porque piensa que en Israel, sólo Dios es rey, pero ante la petición masiva elige a Saúl. Muy conocida y gráfica es la vocación de Samuel.

Saúl se convirtió, hacia el año 1.030 a. c., en el primer rey de Israel. Creó una pequeña administración y ejército regular. Pero, a pesar de varios éxitos, no consiguió suprimir el peligro de los filisteos. Su fracaso se interpretó como un castigo divino por creer más en la guerra que en Dios.

4.2. EL ESPLENDOR DE LA MONARQUÍA

Dos reyes marcaron la cima en el poder y gloria del pequeño pueblo de Israel: David y Salomón. Vivieron en torno al año 1.000 a. c., un tiempo en el que las grandes potencias vecinas de Egipto y Mesopotamia estaban algo apagadas, lo que permitió la modernidad de la monarquía hebrea.A) DAVID, “EL ELEGIDO DE YAHVÉ”. Nacido en Belén hacia el año 1.040 a.c.

David era el más pequeño de una familia de ocho hijos. Cuando el profeta Samuel consideró que Saúl no merecía seguir siendo rey, le busco un sucesor y se fijó precisamente en David, que era por aquel tiempo un adolescente que cuidaba de las ovejas de su padre Jesé. Después de que Samuel le ungiera como rey, el pequeño pastor llega a la corte de Saúl, donde se convierte en el músico favorito por su habilidad con el arpa. Su fama llega al pueblo al salir victorioso en un duelo con el gigante Goliat. Su vida se entrega con la del rey, Saúl, que al principio le protege y le da la mano de su hija Mical, pero termina envidiando sus éxitos y la nobleza de su corazón.

Muerto Saúl, David fue ungido rey de las dos tribus del sur. Posteriormente también fue reconocido por las diez tribus del norte.

Extendió el reino y estableció en Jerusalén la capital. Su profunda fe y su habilidad política y militar le convirtieron en la figura más admirada por los israelitas posteriores.

Pero David abusó de su poder y maquinó la muerte de uno de sus generales, Urías, para poseer a su bella esposa Betsabé, que fue poco después la madre de Salomón. El profeta Natán denunció el crimen y el adulterio del rey. David proclamó su arrepentimiento en el salmo 50.

En el recuerdo de Israel, David permanecerá como el pequeño gran príncipe, fiel a la Alianza. Tras su hijo Salomón vendrán días malos, pero los creyentes esperan un “hijo de David” que restablezca la gloria y salvación. Esta esperanza se conoce como mesianismo.

B) SALOMÓN, REY SABIO, POLÍTICO HÁBIL Y CONSTRUCTOR FAMOSO.

Por mandato de David, Salomón fue ungido rey de Israel. Durante cuarenta años de su reinado, Israel vivió una época de paz y prosperidad económica. Salomón destacó por su inteligencia. En su escala de valores él prefería la sabiduría antes que una vida larga y riquezas, y eso pidió a Dios en un sueño.

Salomón fue un gran político. Su nombre significa “rico en paz” y en realidad Salomón prefirió los acuerdos y los pactos a las guerras. Hizo alianzas con los pueblos de alrededor, lo que permitió a Israel un largo periodo de paz y prosperidad.

Salomón fue un gran organizador y gran promotor de las obras públicas. Hizo una nueva división de Israel en doce distritos con sus respectivos gobiernos; construyó el Palacio

Real y el Templo de Jerusalén. En esto gastó enormes sumas de dinero y empleó multitud de esclavos. Enorgullecido por sus éxitos se olvidó de Dios y al final de sus días Salomón era un monarca caprichoso, déspota y corrupto, que terminó cayendo en la idolatría. La Biblia ve en esta conducta de Salomón la causa de la posterior división y decadencia del reino.

5. DECADENCIA DE ISRAEL. EL EXILIO.

A lo largo de toda su historia, incluso en la actualidad, los judíos añoran la imagen de Israel unido, organizado y próspero de los reinados de David y Salomón. Los profetas denunciarán la injusticia y la idolatría como causas de los males sufridos por el pueblo, al mismo tiempo que avivarán la esperanza en un Mesías que restablecerá la justicia.

A) LA CISMA DE LOS DOS REINOS.

Tras la muerte de Salomón, el reino se dividió en dos:

El reino de Judá al sur, será dirigido por un rey torpe: Roboán.

Las diez tribus del norte, el reino de Israel, tendrán un rey aventurero: Jeroboán.

Mal comenzó la existencia separada de los dos reinos, que fueron decayendo interiormente hasta olvidarse de Yahvé y los valores espirituales, y exteriormente hasta ser sometidos por otros imperios.

El reino del norte cayó en manos de Asiria. El reino de Judá, reino del sur, cayo en manos de Babilonia, que destruyó el templo y se llevó cautivos a los principales judíos de Israel.

B) LA CAUTIVIDAD EN BABILONIA.

El poderoso rey babilonio, Nabucodonosor, saqueó la ciudad santa y arrasó su templo. Nabucodonosor deportó a los principales judíos a Babilonia: el rey, funcionarios del Palacio Real, sacerdotes, etc. Una gran parte de las clases sencillas (labradores, viñadores) siguieron viviendo en Judá.

En los textos bíblicos que nos narran aquella época, podemos percibirla tristeza y desolación de los desterrados, el pueblo judío se siente sin reino ni monarquía, sin templo ni culto, en medio de un país extraño e impuro para ellos.

Con una fuerte confusión sobre la actuación de Dios: se preguntan si los dioses babilonios son más fuertes que Yahvé. Más adelante entenderán este exilio como un castigo de Dios por los pecados del pueblo.

Fue precisamente en el destierro en Babilonia donde se avivó la fe en el fututo Mesías. Los profetas animaron esta esperanza y los exiliados empezaron a considerarse como el grupo elegido para perpetuar la esperanza en medio de la crisis. En estas circunstancias no dejó de practicar la circuncisión, ni de celebrar el sábado y observar las prescripciones sobre alimentos. Fueron estas prácticas religiosas las que mantuvieron la identidad como pueblo.

6. LOS PROFETAS.

El profeta es el testigo de la promesa de Dios. Su trabajo no es adivinar el futuro sino clarificar el presente de los creyentes. El profeta es la voz de Dios, interpreta la historia desde el punto de vista del plan de Dios. La misión de los profetas es triple:

ANUNCIAN: transmiten lo que Dios dice. DENUNCIAN: los comportamientos insolidarios o la

infidelidad a Dios. Critican la religiosidad exterior y llaman a la conversión.

PRONUNCIAN: enseñan verdades consoladoras y animan siempre a seguir caminando en la confianza en Dios y la solidaridad hacia el prójimo.

Distinguimos entre profetas mayores y profetas menores:1. Los mayores son cuatro: Isaías, Jeremías, Ezequiel

y Daniel.2. Los menores son doce: Oseas, Joel, Amós,

Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías.

3.

7. LA VUELTA DEL EXILIO. EL MESIANISMO.

7.1. VUELTA DEL EXILIO.

La cautividad en Babilonia duró casi cincuenta años. Los deportados conservaron su fe y sus prácticas religiosas sin perder nunca la confianza en que pronto llegaría el día en que volverían a su tierra y reconstruirían la ciudad de Jerusalén y el templo que había destruido Nabucodonosor. Tal esperanza se cumplió cuando el rey persa Ciro conquistó Babilonia y decretó la libertad de todos los pueblos sometidos.

En el destierro, los israelitas no se olvidaron de la Pascua y la Alianza. Ellos recordaran al Dios de las promesas, pero a veces pensaban que Dios se había olvidado de ellos. Estaban convencidos de que s sus males eran merecidos porque la mayor parte del pueblo se había apartado de Yahvé y muchos creían que

jamás volverían a pisar sus tierra; pero el profeta Isaías presenta entonces de una forma nueva al Dios de la promesa; dice que es un Dios compasivo, que se apiadará de su pueblo y le enviará un Salvador. Junto a éste profeta surgió la figura de Ezequiel que anuncia el fin de la cautividad y restauración de Jerusalén.

De este modo la cautividad no significó para los judíos la pérdida de su fe, sino todo lo contrario, la reafirmó y la fortaleció. Un pequeño grupo de judíos fervorosos animó a los exiliados y se acrecentó en ellos la idea de que Dios no les abandonaría para siempre. Este pequeño grupo recibe el nombre de Resto de Israel.

El exilio cambió la mentalidad del pueblo de Israel que se hizo más universalista y empezó a concebir a Yahvé, no como un Dios nacional, sino como el Dios del Universo.

A) CIRO EL LIBERADOR.

Ciro era un rey liberal que respetaba las costumbres y cultos de todos los pueblos. Los judíos de Babilonia, pidieron autorización para regresar a su patria y el rey les autorizó su salida. Ciro dio orden de que se reconstruyera el templo con la ayuda de la Hacienda Real y se devolvieran los objetos de culto que se habían apropiado los reyes babilonios.

Los libros de Esdrás y Nehemías presentan a Ciro como protector del pueblo de Dios.

B) LA VUELTA DEL DESTIERRO Y LA RECONSTRUCCIÓN.

Al llegar a Palestina, que era un país en ruinas, no pudieron realizarse inmediatamente las obras proyectadas (murallas, templo…). Este proceso de reconstrucción material y espiritual duró más de un siglo y fue concluido por Esdrás y Nehenías.

Nehemías dirigió la reconstrucción de las murallas. Hombre severo, tuvo una fuerte inquietud social y la actuación rigurosa en la relación con los otros pueblos.

Esdrás era sacerdote, realizó una solemne lectura de la ley para todo el pueblo y estableció la lista de los libros sagrados. Orientó la vida espiritual judía dando una importancia esencial a la ley. Esta característica marcará el Judaísmo hasta la época de Jesús.

7.2. DOMINACIÓN GRIEGA. MESIANISMO.

Tras unos pocos años de relativa paz, los judíos fueron sucesivamente dominados por egipcios, asirios, babilonios, persas, griegos y romanos. En todas estas vicisitudes conservaron siempre el sentimiento de ser una entidad nacional y religiosa que esperaba firmemente que el Mesías le liberaría.

A) EL IMPERIO GRIEGO DOMINA PALESTINA.

Alejandro Magno conquistó Egipto y todo el Imperio persa, el que por entonces volvía a pertenecer a Palestina, llegando incluso hasta la India. A lo largo de su recorrido triunfante, fundó numerosas ciudades-estado griegas.

A su muerte, el gran imperio fue dividido entre sus cuatro generales. Culturalmente, el mundo griego continuó formando una unidad, con el griego como lengua común.

B) LA REBELIÓN DE LOS MACABEOS.

Israel reaccionó de manera diversa ante la imposición del modelo cultural griego. Los helenitas aceptaban este modelo extranjero, sin embargo, los más conservadores consideraban que lo griego y lo judío era incompatible.

La crisis se agudizó en tiempos del rey Antioco IV, Epifanes. El nombre de Epifanes lo adoptó porque pensaba que Zeus se había manifestado a través de él. Este rey prohibió bajo pena de muerte algunas prácticas judías. Muchos judíos estaban dispuestos a dar su vida en defensa de la fe.

La familia de los Macabeos capitaneó la rebelión. Consiguieron con sus guerrillas una época de independencia religiosa que se extendió hasta la dominación romana.

C) EL MESIANISMO.

Mesías significa ungido, impregnado por Dios. Los reyes y sacerdotes habían sido ungidos, con óleo santo, expresando su consagración a una tarea querida por Dios. Israel confía que un descendiente de David cumplirá total y definitivamente los designios de Dios sobre su pueblo.

Los judíos conciben al Mesías más que como gobernante, como un personaje extraordinario que manifestará la intervención definitiva de Dios para salvar su pueblo.

Los últimos profetas mantuvieron firme esta esperanza en el Mesías:

Para unos, el Mesías sería un rey de éxito deslumbrante y definitivo sobre todos los enemigos de Israel. Para otros, el Mesías sería manifestación de una acción exclusiva de Dios, sin intervención humana alguna.

Para algunos, el Mesías no actuaría en el tiempo, si no que traería la Salvación al final de los tiempos.

Por último, había otros grupos que concebían al Mesías como un Mesías-sacerdote.

Con frecuencia, la imagen del Mesías que parare en la Biblia es la de trasmisor de una salvación que no sólo aceptará a Israel, si no que el reinado de Dios será Universal.

El cristianismo interpreta que en Jesús se han cumplido las promesas mesiánicas. María, perteneciente al resto de Israel o pobre de Yahvé, recibe la noticia de embarazo del Hijo de dios que actuará en nombre de Dios, su Padre, y dando cumplimiento a la Alianza y promesa de Dios y estableciendo una Nueva Alianza. Por el contrario, los judíos sólo llegan a interpretar la vida de Jesús como la de un profeta más, por lo que siguen a la espera del Mesías.

Actividades:

1. Lee y subraya lo que te parezca más importante.2. ¿Qué personajes te parecen más interesantes y por qué?3. Coloca en orden estas etapas del pueblo de Israel:

PATRIARCAS – PROFETAS – EXILIO – CREACION – ÉXODO – MESIANISMO – REYES - ALIANZA – VUELTA DEL EXILIO – JUECES

4. Haz un cómic con la vida de un personaje bíblico.

5. Elabora un crucigrama con la vida de un personaje del pueblo de Israel.