aprendizaje servicio

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60 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA. Nº357 MAYO 2006 } Nº IDENTIFICADOR: 357.014 El aprendizaje-servicio es una propuesta educativa que com- bina elementos sobradamente conocidos por todos. Es una experiencia innovadora, pero al mismo tiempo repleta de com- ponentes muy familiares: el servicio voluntario a la comunidad y, por supuesto, el aprendizaje de conocimientos, habilidades y Rasgos pedagógicos del aprendizaje-servicio CHRISTIAN INARAJA Los autores definen este concepto como una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado, en el que los participantes se forman al trabajar sobre necesidades reales del entorno con el objetivo de mejorarlo. Y formulan también un conjunto de características que, sin ser imprescindibles, mejoran las experiencias. JOSEP M. PUIG ROVIRA Y JOSEP PALOS RODRÍGUEZ Profesores de la Universitat de Barcelona.

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La importancia del aprendizaje servicio en el ámbito académico y su importancia en el alumnado para su desarrollo tanto académico como profesional

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Page 1: Aprendizaje Servicio

60 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA. Nº357 MAYO 2006 } Nº IDENTIFICADOR: 357.014

El aprendizaje-servicio es una propuesta educativa que com-bina elementos sobradamente conocidos por todos. Es unaexperiencia innovadora, pero al mismo tiempo repleta de com-ponentes muy familiares: el servicio voluntario a la comunidady, por supuesto, el aprendizaje de conocimientos, habilidades y

Rasgos pedagógicos del aprendizaje-servicio

CHRISTIAN INARAJA

Los autores definen este concepto como una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de

servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado, en el que los participantes se forman al trabajar sobre

necesidades reales del entorno con el objetivo de mejorarlo. Y formulan también un conjunto de características

que, sin ser imprescindibles, mejoran las experiencias.

JOSEP M. PUIG ROVIRA Y JOSEP PALOS RODRÍGUEZ

Profesores de la Universitat de Barcelona.

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valores que desarrollan la escuela y las instituciones educativasno formales. La novedad no reside en cada una de sus partes,sino en vincular estrechamente servicio y aprendizaje en unasola actividad educativa bien articulada y coherente.

El aprendizaje-servicio (APS) tampoco es un invento peda-gógico nuevo. Existen experiencias y tradiciones educativasque no han usado este concepto, pero en cambio aplican ensu práctica habitual sus principios. En estos casos no se trataúnicamente de reconocer los componentes del APS, sino dever cómo este tipo de actividades es semejante a otras queconocemos, o que quizás hemos protagonizado. Sin llamar-las de este modo hace tiempo que se llevan a cabo verdade-ras experiencias de aprendizaje-servicio. Reconocer este hechonos ayudará a sistematizarlas, a mejorarlas, a impulsar su difu-sión y a darles el valor que realmente merecen.

Al describir experiencias de aprendizaje-servicio, todo loque se nos cuenta resulta cercano, pero algo en ellas es tam-bién nuevo. Cuando un grupo clase decide limpiar un solarpróximo a la escuela y acondicionarlo para jugar, los alumnosy alumnas desempeñan una labor clásica de servicio volunta-rio de un valor indiscutible para la colectividad. Si además desanear el terreno, investigan el tipo de residuos que encuen-tran, el lugar donde convendría depositarlos, la cantidad dedesechos que produce el barrio, las posibles formas de reci-clarlos, y como consecuencia se ponen en contacto con elayuntamiento para pedir mejoras e inician una campaña desensibilización ciudadana, nos encontramos ante una conoci-da actividad de aprendizaje basada en la experiencia y luegoante un ejemplo típico de participación ciudadana. Se tratade una propuesta conocida en cada una de sus etapas y encambio original cuando la enlazamos en una sola actividadcompleja de aprendizaje y servicio. La primera impresión queproduce el APS es doble: por una parte, advertimos elemen-tos conocidos y, por otra, nos sorprenden las enormes posi-bilidades educativas que ofrece. Es cierto que el APS estáhecho de cosas conocidas y que tiene un aire familiar que loconvierte en algo próximo, pero a la vez también es verdadque supone una novedad pedagógica que puede contribuira transformar la educación en sus diferentes niveles.

Origen del aprendizaje-servicio

Más que reconstruir la historia del APS o revisar su actualestado de implantación en el mundo –dos tareas que requie-ren un tipo de investigación y un esfuerzo de síntesis que nopodríamos acometer–, vamos a presentar las tesis básicas desus dos pioneros: William James y John Dewey. Desde dospuntos de vista distintos, aportaron ideas fundacionales que,con todas las matizaciones que se quiera, continúan vigentesen la actualidad.

James –en una conferencia pronunciada en la Universidadde Stanford en 1906– propuso que el servicio civil a la socie-dad podía ser “el equivalente moral de la guerra” (James,1906). La argumentación resulta muy clara: se parte de unaindiscutible posición pacifista que rechaza la guerra comoalgo indeseable que debería desaparecer de la historia de lahumanidad, pero reconoce que el militarismo durante muchotiempo ha sido una vía para inocular en los jóvenes ciertosvalores deseables –entre otros: orgullo, deseo de servir a la

sociedad, sentido de pertenencia, valentía, cooperación–, yse propone que para continuar desarrollando estos valorespor cauces diferentes a la guerra podría establecerse un ser-vicio civil que permitiese sentirse orgulloso de sí mismo y útila la sociedad. La idea de cambiar la guerra por el servicio hainspirado muchas propuestas de voluntariado, entre las quese encuentra el APS, y probablemente es también uno de losvectores que han contribuido al desarrollo de las organiza-ciones no gubernamentales.

La aportación de Dewey es todavía más fundamental parala gestación del APS. En concreto, nos referimos al principiode la “actividad asociada con proyección social”, que juntocon otros principios, como por ejemplo los de actividad, inte-rés o experiencia, completan su pensamiento pedagógico.Con la expresión “actividad asociada con proyección social”se quiere destacar la necesidad de que la educación parta dela experiencia real de sus protagonistas, pero de una expe-riencia realizada cooperativamente con iguales y con adultos–el desarrollo siempre es social–, y también, que dicha activi-dad no se cierre sobre sí misma, sino que redunde en bene-ficio de la comunidad. Es decir, que se haga en provecho delentorno social que acoge a los jóvenes, ya que sólo impli-cándose en el perfeccionamiento del orden social se lograrála plena integración en la sociedad de cada nueva genera-ción de jóvenes (Dewey, 1926). Desarrollando y dando mate-rialidad a estas ideas germinales, es bastante natural que sehaya llegado hasta la actual situación del APS.

Una definición y seis características

Tal y como acostumbra a suceder en tantas otras cuestioneshumanas de relieve, no contamos con una definición única deaprendizaje-servicio. Ocurre justamente todo lo contrario: coe-xisten múltiples definiciones que dan prioridad a alguno de susaspectos y dejan en un segundo plano, o simplemente olvidan,otras facetas. En realidad esta situación de coexistencia dedefiniciones es un hecho normal cuando se tratan cuestioneshumanas, y probablemente es también positivo. Sin embargo,y con el ánimo de sintetizar lo que nos parece más representa-tivo del aprendizaje-servicio, hemos establecido una definiciónabreviada que señala sus aspectos más relevantes:

EEll aapprreennddiizzaajjee--sseerrvviicciioo eess uunnaa pprrooppuueessttaa eedduuccaattiivvaa qquueeccoommbbiinnaa pprroocceessooss ddee aapprreennddiizzaajjee yy ddee sseerrvviicciioo aa llaa ccoommuunnii--ddaadd eenn uunn ssoolloo pprrooyyeeccttoo bbiieenn aarrttiiccuullaaddoo eenn eell qquuee llooss ppaarrttiiccii--ppaanntteess ssee ffoorrmmaann aall ttrraabbaajjaarr ssoobbrree nneecceessiiddaaddeess rreeaalleess ddeelleennttoorrnnoo ccoonn eell oobbjjeettiivvoo ddee mmeejjoorraarrlloo..

Asimismo, y para completar esta definición, presentamos unconjunto de características que nos ayudarán a trazar una ideamás clara y completa del aprendizaje-servicio. En relación contales rasgos, cabe decir que no siempre se manifiestan de lamisma manera ni con el mismo énfasis; incluso, en algunoscasos, pueden no estar presentes en absoluto. Por lo tanto, ellistado de características expresa un ideal educativo al quecada experiencia concreta se va aproximando poco a poco, osería deseable que así lo hiciera, pero no implica que todas lasrealizaciones, en cualquier momento y situación, cumplan ple-namente con estas características. Se trata, pues, de un con-junto de notas deseables, pero que no siempre alcanzan todaslas experiencias de APS, ni siquiera las buenas experiencias.

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EEll AAPPSS eess uunn mmééttooddoo aapprrooppiiaaddoo ppaarraa llaa eedduuccaacciióónn ffoorrmmaall yynnoo ffoorrmmaall,, vváálliiddoo ppaarraa ttooddaass llaass eeddaaddeess yy aapplliiccaabbllee eenn ddiissttiinn--ttooss eessppaacciiooss tteemmppoorraalleess

Las actividades de APS no son privativas de ningún ámbitoeducativo en particular. Por el contrario, se aplican en ámbi-tos educativos formales y no formales, a cualquier edad y entodas las etapas educativas, siempre y cuando el proyecto seacomode a las características propias de cada realidad.Conviene situar las experiencias con precisión dentro de lasposibilidades temporales de cada institución. En el caso de laeducación formal, se colocarán en alguno de los espaciostemporales idóneos que ofrecen los centros educativos: tuto-rías, créditos de síntesis o de investigación, pivotando en unao varias materias, en períodos extraescolares, o durante untiempo destinado específicamente a este tema. En el caso dela educación no formal, se ubicarán en cualquiera de los for-matos temporales propios de las entidades sociales y detiempo libre: colonias, campamentos, campos de trabajo,encuentros semanales, etc.

EEll AAPPSS ssee pprrooppoonnee lllleevvaarr aa ccaabboo uunn sseerrvviicciioo aauuttéénnttiiccoo aa llaaccoommuunniiddaadd qquuee ppeerrmmiittaa aapprreennddeerr yy ccoollaabboorraarr eenn uunn mmaarrccooddee rreecciipprroocciiddaadd

Uno de los temas más controvertidos del APS es el concep-to de servicio. Lo es tanto por la idea que encierra como porla misma palabra utilizada. Probablemente no va a ser fácilencontrar un vocablo mejor y, en el caso de que así ocurriera,la costumbre haría muy difícil la substitución de un conceptopor el otro. Por lo tanto, vamos a concebir el servicio comouna respuesta a necesidades reales de la sociedad: proteccióndel medio ambiente, recuperación del patrimonio cultural, ayudaa grupos sociales con necesidades, colaboración en centroscívicos, realización de campañas de sensibilización, etc. El ser-

vicio permitirá aplicar conocimientos previamente adquiridos,formular interrogantes intelectuales y cívicos, y ser fuente deexperiencias que abran a los participantes hacia nuevas adqui-siciones. Por último, el servicio será un esfuerzo de organiza-ción y cooperación, una oportunidad para el ejercicio de laresponsabilidad y, sobre todo, un espacio de colaboraciónrecíproca donde todas las partes, más allá de posturas asis-tencialistas, ofrecen y reciben algo de valor.

EEll AAPPSS ddeesseennccaaddeennaa pprroocceessooss ssiisstteemmááttiiccooss yy ooccaassiioonnaalleess ddeeaaddqquuiissiicciióónn ddee ccoonnoocciimmiieennttooss yy ccoommppeetteenncciiaass ppaarraa llaa vviiddaa

Las propuestas de APS han de incluir un esfuerzo cons-ciente, sistemático y planificado, pensado para desarrollar,junto a las actividades de servicio, procesos de enseñanza yde aprendizaje que abarquen diferentes aspectos de la for-mación humana. No se trata sólo de producir un aprendizajeinformal al filo de las tareas de servicio, que sin duda siemprese lleva a cabo, sino de desarrollar un trabajo explícito deaprendizaje. Una labor que activa procesos conscientes, pla-nificados y sistemáticos de enseñanza y aprendizaje que rela-cionan las tareas de servicio con contenidos y competenciasrelevantes para la vida. La educación formal pondrá en juegocontenidos factuales, procedimentales y de valor, propios delas distintas materias escolares hasta convertirlos en compe-tencias que permitan enfrentarse y resolver los problemasvitales de la comunidad que se plantea la actividad. Por suparte, la educación no formal, tras un esfuerzo de toma deconciencia de las competencias y contenidos que ponen enjuego sus formas de intervención y las propuestas concretasque en cada caso impulsan, tratará intencionalmente las com-petencias y los contenidos formativos relacionados con elservicio a la comunidad que impulsa la entidad social o detiempo libre.

EEll AAPPSS ssuuppoonnee uunnaa ppeeddaaggooggííaa ddee llaaeexxppeerriieenncciiaa yy llaa rreefflleexxiióónn

Estos principios pedagógicos se cum-plen de una manera tendencial. Es decir,cada experiencia logra ponerlos en prác-tica hasta determinado nivel en el interiorde un rango que cubre desde las realiza-ciones que los manifiestan muy explícita-mente hasta aquellas que los cumplen deun modo mucho más tenue. Sin embar-

go, los criterios pedagógicos que hemos cita-do en el título suelen tener al menos una cierta

presencia en las realizaciones de APS. Y suelentenerla porque la configuración misma de la acti-vidad invita con fuerza a practicarlos. El APS estáen las antípodas de una pedagogía academicista,verbal y memorística. Por el contrario, se inspira enuna pedagogía que se esfuerza por aplicar losprincipios de experiencia, o relación directa y sig-nificativa con la realidad; participación activa, o

intervención de los protagonistas en las dife-rentes fases del proyecto; reflexión, o es-

fuerzo por guiar la actividad y darlesentido personal y social; interdisci-plinariedad y resolución de proble-mas, o consideración de hechos com-

CHRISTIAN INARAJA

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Nota adhesiva
concepto de servicio
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plejos desde múltiples perspectivas para mejorar su funcio-namiento; cooperación, o trabajo conjunto con los compañe-ros y colaboración con los receptores de la ayuda; inmersiónen prácticas de valor, o adquisición de valores por participa-ción en actividades cuyo desarrollo los encarna e induce amanifestarlos, y de evaluación múltiple, o regulación continuade la experiencia y del trabajo de los participantes. Unapedagogía de estas características requiere que el educadorsea mucho más que un enseñante.

EEll AAPPSS rreeqquuiieerree uunnaa rreedd ddee aalliiaannzzaass eennttrree llaass iinnssttiittuucciioonneesseedduuccaattiivvaass yy llaass eennttiiddaaddeess ssoocciiaalleess qquuee ffaacciilliittaann sseerrvviicciiooss aa llaaccoommuunniiddaadd

El APS depende de una imagen de la escuela que rompacon la tendencia a encerrarse en sí misma. Actualmente, lasinstituciones educativas no pueden aislarse si no quieren des-aparecer por irrelevantes, y tampoco pueden considerarseautosuficientes porque en modo alguno aseguran a su alum-nado una educación completa. Los centros escolares debenser un nudo en una malla educativa extensa y tupida de ins-tituciones e influencias.

El APS requiere por naturaleza un trabajo en red que coor-dine las instituciones educativas –escolares y no escolares– ylas entidades sociales que facilitan la intervención en la reali-dad. Esta alianza permitirá a las instituciones educativas abrir-se a su entorno, y a las entidades sociales ejercer, además delas tareas que les son propias, una influencia formativa quecomplete la acción de las instituciones educativas y contribu-ya así al ideal de la ciudad educadora, donde todo el tejidociudadano ejerce, de acuerdo con sus posibilidades, algunaacción formativa. Por último, también conviene contar con laayuda de otro tipo de instancias destinadas a tender puentesy crear relaciones de partenariado entre las instituciones edu-cativas y las demás entidades sociales.

EEll AAPPSS pprroovvooccaa eeffeeccttooss eenn eell ddeessaarrrroolllloo ppeerrssoonnaall,, ccaammbbiiooss eennllaass iinnssttiittuucciioonneess eedduuccaattiivvaass yy ssoocciiaalleess qquuee lloo iimmppuullssaann,, yymmeejjoorraass eenn eell eennttoorrnnoo ccoommuunniittaarriioo qquuee rreecciibbee eell sseerrvviicciioo

El APS es una práctica educativa que incide en el aprendi-zaje de contenidos y en la educación en valores, así como enla transformación del entorno social y de la propia institucióneducativa que lo impulsa. En relación con los individuos,ayuda a los jóvenes a adquirir conocimientos y procedimien-tos curriculares relacionados con el servicio, desarrolla des-trezas académicas y profesionales, y construye competenciasque predisponen a la resolución de problemas. Pero, ade-más, suele incidir en la motivación general para el estudio,aumenta la autoestima y las expectativas personales, y hacemás realistas y esperanzados a los participantes. Junto a es-tos aspectos más académicos, el APS también es una activi-dad fundamental para la educación en valores. Sin entrar enlos detalles de cada uno de estos ámbitos, forma la respon-sabilidad cívica, entrena las capacidades morales y los hábi-tos de valor, contribuye a perfilar la identidad, afila la capaci-dad de percibir la relevancia moral de los hechos y da fuerzapara dirigirse a sí mismo.

El APS actúa sobre el entorno en una doble dirección:sobre el medio en el que incide el servicio y sobre la institu-ción que impulsa el proyecto. En la medida en que la necesi-dad sobre la que se actúa es real, el resultado del servicio

contribuirá de una manera tangible a la mejora de las condi-ciones de vida de la comunidad. No se trata de realizar unaintervención únicamente pensada para entretener a los jóve-nes, se trata de que la intervención sea tan real, necesaria yeficaz como se sea posible. Como ya hemos dicho, el APS noincide únicamente en el medio social, sino también en la pro-pia institución que lo desarrolla. La escuela o la entidad edu-cativa no formal que conducen un proyecto de APS recibenbeneficios que se manifiestan en el conjunto de la institución.En este sentido, parece que mejora el clima institucional enla medida en que incrementa el respeto entre jóvenes y adul-tos, da a los jóvenes una imagen más positiva del centro edu-cativo, mejora la implicación de los adultos en la labor edu-cativa y, en definitiva, hace la vida más agradable y másóptimos los resultados educativos de la institución.

Una nota final sobre su implantación

No quisiéramos acabar sin señalar un aspecto referido a laimplantación del APS que merece un momento de atención.Hay propuestas educativas que con poca ayuda externa pue-den prosperar; su aplicación depende en buena parte de lavoluntad de los educadores. En cambio, hay otras propuestasformativas que no se lograrán implantar sin una ayuda exter-na más potente. Creemos que el APS es un ejemplo de estesegundo tipo de prácticas pedagógicas. Sólo recordando laconveniencia de coordinarse con otras entidades sociales, lanecesidad de incidir en el entorno inmediato o de destinartiempo a desarrollar el proyecto, se puede ver claramenteque no estamos ante una práctica pedagógica que puedaprosperar sólo con la buena voluntad de los educadores quela quieran impulsar. La correcta implantación del APS en latrama educativa exige la implicación de la Administración, lacolaboración de distintas entidades sociales y el impulso deinstancias que faciliten la difusión de ideas, la presentaciónde las propuestas que han tenido éxito y la ayuda a la coor-dinación entre instituciones. El éxito en la implantación y eldesarrollo del APS parece inseparable del trabajo en equipoemprendido entre diferentes instituciones.

DDeewweeyy,, JJoohhnn ((11992266)):: “Los principios morales que cimientan laeducación”, en Ensayos de educación (Obras de Dewey, vol. II).Madrid: La Lectura, pp. 1-61.JJaammeess,, WWiilllliiaamm ((11990066)):: “The moral equivalent of war”, en F.Burkhardt, F. Bowers e I. Skrupskelis (eds.) (1982): The Works ofWilliams James. Cambridge, MA: Harvard University Press, IX,pp. 162-173. El texto en castellano puede encontrase en:http://www.unav.es/gep/TheMoralEquivalentOfWar.html(consultada en noviembre del 2004).

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para saber más

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