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Salud Mental ISSN: 0185-3325 [email protected] Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz México Matud, Pilar; Carballeira, Mónica; López, Marisela; Marrero, Rosario; Ibáñez, Ignacio Apoyo social y salud: un análisis de género Salud Mental, vol. 25, núm. 2, abril, 2002, pp. 32-37 Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz Distrito Federal, México Available in: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58222505 How to cite Complete issue More information about this article Journal's homepage in redalyc.org Scientific Information System Network of Scientific Journals from Latin America, the Caribbean, Spain and Portugal Non-profit academic project, developed under the open access initiative

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  • Salud MentalISSN: [email protected] Nacional de Psiquiatra Ramn de laFuente MuizMxico

    Matud, Pilar; Carballeira, Mnica; Lpez, Marisela; Marrero, Rosario; Ibez, IgnacioApoyo social y salud: un anlisis de gnero

    Salud Mental, vol. 25, nm. 2, abril, 2002, pp. 32-37Instituto Nacional de Psiquiatra Ramn de la Fuente Muiz

    Distrito Federal, Mxico

    Available in: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58222505

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    More information about this article

    Journal's homepage in redalyc.org

    Scientific Information SystemNetwork of Scientific Journals from Latin America, the Caribbean, Spain and Portugal

    Non-profit academic project, developed under the open access initiative

  • This study analyzes the relationship between social support andhealth, both for men and women, and the socio-demographicvariables associated with social support. The data was obtainedfrom a convenience community sample of 2 169 adults. Resultsrevealed that low social support was positively related to fourGHQ-28 scales of somatic symptoms, anxiety and insomnia,social dysfunction and severe depression, with coefficientsslightly higher for women than for men, except in somaticsymptoms and in social dysfunction. Low social support alsocorrelated significantly with the number of self-reportedillnesses, but correlation coefficients were very low.The correlations with some socio-demographic variables werelow and statistically significant only for women. Social supportcorrelated with educational level, and negatively with age andnumber of children. In married people no gender differencewas found, but single men were found to have less socialsupport than single women. Professionals, both men andwomen, have more social support than manual workers, andhousewives were found to have less social support than non-manual female workers and professionals.

    Key wordsKey wordsKey wordsKey wordsKey words: Social support, gender, health, anxiety, depression.

    En este estudio se analiza la relacin entre apoyo social y sa-lud en mujeres y hombres, y las variables sociodemogrficasasociadas al apoyo social. La muestra est formada por 2 169personas adultas de la poblacin general, que participaron deforma voluntaria. Encontramos que las puntuaciones en lasescalas del GHQ-28 de sntomas somticos, ansiedad e insom-nio, disfuncin social y depresin grave correlacionansignificativamente con un bajo apoyo social, siendo los co-eficientes ligeramente ms altos para las mujeres, excepto ensntomas somticos y disfuncin social. Aunque el apoyo so-cial tambin correlaciona significativamente con el nmero deenfermedades autoinformado, los coeficientes son muy bajos.Las correlaciones con las variables sociodemogrficas son ba-jas y significativas slo en las mujeres. El apoyo socialcorrelaciona con el nivel de estudios y en un sentido negati-vo con el nmero de hijos y la edad. No hay diferencias degnero entre los casados, pero los solteros perciben menos

    apoyo social que las solteras. Tanto las mujeres como los hom-bres profesionales tienen ms apoyo social que las personasque desempean un empleo manual, y las amas de casa in-forman de menos apoyo social que aquellas que tienen unempleo no manual y las profesionales.

    Palabras clavePalabras clavePalabras clavePalabras clavePalabras clave: Apoyo social, gnero, salud, ansiedad, depresin.

    Estudios cientficos recientes han mostrado una aso-ciacin entre las relaciones sociales y la salud, y seencontr que las personas ms aisladas tenan me-nos salud, fsica y psicolgica, y ms probabilidad demorir (19). Estos estudios cobraron un nuevo auge apartir de la dcada de 1970 con el surgimiento delconcepto de apoyo social. Aunque hay diversasconceptuaciones (por ejemplo, estructural o funcio-nal; global o especfica) y medidas de apoyo social,se ha encontrado de forma consistente evidencia deuna relacin negativa entre varias facetas del apoyosocial y salud mental (2, 6, 17, 33, 34, 40); enferme-dad fsica (8, 21); recuperacin de pacientes con di-ferentes trastornos fsicos y psicolgicos (1, 26, 27,35). Asimismo hay evidencia emprica de la relacinentre apoyo social y bienestar (2, 5, 7, 47), pero losorgenes y mecanismos de asociacin no han queda-do claros. Algunos autores sostienen que el apoyosocial surte un efecto directo en la salud, mientrasque otros plantean un efecto indirecto o mediador.Por otro lado, muchos trabajos se han centrado en elefecto protector del apoyo social frente al estrs (6),en tanto que otros se han centrado en su efecto enlas actitudes y conductas que impactan en la salud yen la longevidad, como la dieta, dejar de fumar o elejercicio fsico (9). Otros autores plantean la existen-cia de un efecto biolgico directo, a travs del sis-tema inmunolgico (20, 23) o neuroendocrino. Segn

    * Departamento de Personalidad, Evaluacin y Tratamientos Psicolgicos. Universidad de La Laguna. Facultad de Psicologa, Campus deGuajara, 38205 La Laguna, Tenerife, Espaa. Telfonos: 34922317487/34922513225 Fax: 34922317461 e-mail: [email protected]: primera versin: 14 de septiembre de 2000. Segunda versin: 13 de agosto de 2001. Aceptado: 17 de enero de 2002.

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  • stos, hay evidencia de que determinadas caracters-ticas del medio social, como el nivel social o la cali-dad de las relaciones sociales, influyen en los patronesde reactividad neuroendocrina (13, 39). Por ltimo,algunos autores (13) sugieren la posibilidad de quehaya ms de un mecanismo implicado, e incluso va-rios, aunque no todos estn necesariamente presen-tes en todos los individuos.

    Pese a los avances, tambin hay muchas deficien-cias en esta rea de estudio, pues existe gran diver-sidad en la medida de apoyo social y poco consensoen cmo debera definirse (3, 18, 37, 43, 44). Apesar de su diversidad, los conceptos de apoyosocial y sus operacionalizaciones pueden agrupar-se en tres amplias categoras (3): conexin social,apoyo social percibido y apoyo social recibido.

    La conexin social se refiere a las relaciones quetienen las personas con otros seres significativos desu medio social, y se ha evaluado fundamentalmen-te a partir de lazos sociales, como la pareja, los fami-liares, la participacin en organizaciones y el contactocon amigos. Aunque se han empleado mtodos com-plejos de medicin, uno de los problemas de estaconceptuacin es que no todas las personas de la redsocial constituyen una fuente de apoyo.

    El apoyo social percibido se caracteriza por la va-loracin cognoscitiva de estar conectado de mane-ra fiable con otros (3), y se evala preguntando alas personas en qu medida creen que disponen deapoyo social. El apoyo social recibido se evala pormedio de la observacin directa o preguntando a lapersona si ha recibido determinadas conductas deapoyo, como el prstamo de dinero o ser escucha-da por algn amigo (10, 25). Aunque la evidenciaes incompleta y pueden influir aspectos tempora-les y situacionales, como la necesidad real del apo-yo o si la conducta de apoyo obtenida es la precisada,se ha encontrado evidencia emprica de que el apoyosocial percibido tiene ms impacto en la salud queel apoyo social recibido (6, 16, 22, 38, 46).

    Se han distinguido tres tipos principales de funcio-nes del apoyo social: emocional, que se refiere a as-pectos como intimidad, apego, confort, cuidado ypreocupacin; instrumental, que se relaciona con laprestacin de ayuda o asistencia material; einformacional, que implica consejo, gua o informa-cin pertinente a la situacin. Aunque algunos auto-res consideran el apoyo emocional como el principalcomponente, tambin se ha encontrado que los otrostipos se asocian con el bienestar, y parece ser que laforma ms efectiva de apoyo depende de la situa-cin en que ste es necesario (6).

    Hace poco se reconoci que las relaciones socialestambin tienen su parte negativa, ya que las relacio-

    nes de apoyo pueden ir acompaadas de obligacio-nes, por lo que el apoyo puede crear tensin y estrs.De este modo, se encontr que las interacciones so-ciales negativas predicen ms los problemas de saludy el bienestar que las positivas (12, 16, 36, 38, 40).

    Debido a diferencias en la socializacin y a los di-ferentes papeles entre mujeres y hombres, esesperable que existan diferencias en el apoyo so-cial. As, mientras que en los hombres se enfatiza laautonoma, la autoconfianza y la independencia, elestereotipo de la mujer implica calidez, expresivi-dad, y confort con la intimidad, donde la segundaest ms dispuesta a reconocer las dificultades ybuscar la ayuda de otros (45). Adems, los diferen-tes papeles implican diferentes oportunidades paraestablecer, mantener y utilizar las relaciones socia-les. Tambin es ms frecuente que la mujer cuide asu familia, y que se dedique a profesiones que im-pliquen el cuidado de otros.

    Pese a que se han encontrado diferencias de g-nero en la relacin entre algunas dimensiones deapoyo social y salud (11, 14, 40), y de que las dife-rencias de gnero en las relaciones interpersonalesson evidentes a lo largo de todo el ciclo vital loque sugiere que mujeres y hombres difieren en lasformas en que participan en las relaciones socialesy en los recursos que buscan en tales relaciones (4), no han sido muy estudiadas las diferencias de g-nero en el apoyo social, y menos an en culturasno anglosajonas. Por ello, y dada la importancia delos factores culturales en el apoyo social, el objeti-vo del presente trabajo es analizar las diferencias degnero en la relacin entre el apoyo social percibi-do y salud, entendida sta como la ausencia desintomatologa fsica y psicolgica, y estudiar la im-portancia de los factores sociodemogrficos en lapercepcin de apoyo social en mujeres y hombres.Debido a que se trata de un estudio exploratorio, nose han planteado hiptesis.

    MuestraParticiparon 1 256 mujeres y 913 hombres de la po-blacin general, residentes en la Comunidad Aut-noma de Canarias, que aceptaron voluntariamentecolaborar en la investigacin. Las edades van de los18 a los 65 aos, con una edad media de 34.9; ladesviacin tpica es de 11.7 y la mediana de 32.

    En el cuadro 1 presentamos algunas variablessociodemogrficas. Como puede observarse, hayrepresentantes de todos los niveles educativosy laborales, con predominio de las personas sol-

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    teras y casadas, siendo muy bajo el porcentajede separados, divorciados y viudos.

    InstrumentosVersin de 28 items del Cuestionario de Salud Ge-neral de Goldberg (GHQ-28)(15). El cuestionariose dise para utilizarse como test autoadminis-trado a fin de detectar trastornos psquicos en elmbito comunitario y en medios clnicos no psi-quitricos. Consta de cuatro escalas formadas porsiete items cada una, que representan las dimen-siones de sntomas somticos, ansiedad e insom-nio, disfuncin social y depresin grave. Laconsistencia interna (Alfa de Cronbach) obtenidaen esta muestra en las distintas escalas es, res-pectivamente, de 0.83, 0.88, 0.71 y 0.88.

    Escala de apoyo social (AS). Instrumento di-seado por Matud* para ser utilizado como unamedida breve y de fcil aplicacin de la per-cepcin global del apoyo social.

    Est compuesta por 12 items que recogen in-formacin sobre la percepcin de la disponibili-dad de las personas que pueden prestar apoyoemocional e instrumental, as como informacinen las reas personal, laboral y familiar. Ofrecemuestras de las dimensiones de estima, informa-cin, compaa y ayuda tangible del apoyo social;todos los items se agrupan en un factor cuyo Alfade Cronbach es de 0.89.

    Adems de consistencia interna, la escala hamostrado validez de constructo; se correlaciona

    de forma negativa con depresin (28, 29, 31),ansiedad (30, 31), sintomatologa somtica (28,31) y disfuncin social (31). Tambin se rela-ciona con otras medidas asociadas con el estrsy su manejo. En este caso se correlaciona deforma negativa con la percepcin de los suce-sos y cambios vitales como negativos e incon-trolables, y con el estilo de afrontamiento delestrs de la emocionalidad; por otro lado, secorrelaciona positivamente con el afrontamientocentrado en el problema, as como con la satis-faccin con el papel y con la autoestima (28).

    ProcedimientoLa aplicacin de las pruebas fue individual y engeneral autoaplicado, aunque en las personas demenor nivel de estudios y en aquellas que aslo deseban se conduca en forma de entrevistaestructurada. El acceso a la muestra fue por con-ducto de diversos centros laborales y educativos.

    Al analizar la distribucin de frecuencias en-contramos que algunas variables no se distri-buan de forma normal, por lo que fue necesariotransformarlas para cumplir los supuestos de losanlisis estadsticos. As, se hall la raz cuadradadel factor de apoyo social, de las escalas de sn-tomas somticos y disfuncin social, y del n-mero de hijos, ya que su asimetra era moderada;y tambin se busc el logaritmo de la escala dedepresin grave y del nmero de enfermeda-des autoinformado, porque su asimetra era gran-de (42). Los anlisis estadsticos se hicieron conel programa SPSS para Windows, versin de es-tadsticos avanzados 9.0.

    Aunque significativas [F(1.2167)=4,50, P=0.034],las diferencias de gnero en apoyo social son deescasa magnitud. En las mujeres, la media de laraz cuadrada del factor de bajo apoyo social per-cibido es de 3.03, y la desviacin tpica de 1.23;por su parte, en los hombres los valores son de3.14 y de 1.14, respectivamente.

    En el cuadro 2 presentamos las correlaciones en-tre la percepcin de bajo apoyo social y los ndi-ces de salud y las variables sociodemogrficascuantitativas. Como puede observarse, en el casode las mujeres, todos los coeficientes son signifi-cativos, mientras que en los hombres el apoyosocial no correlaciona con la edad ni con el n-mero de hijos, y es muy escaso con el nivel deestudios. As, aunque el porcentaje de varianza ex-

    * Matud MP Investigacin del estrs y su impacto en la salud dela mujer en Canarias. Informe final del proyecto financiado porel Instituto Canario de la Mujer. La Laguna, 1998.

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  • plicado supera apenas el 10% en un caso, encon-tramos que las personas con menos apoyo socialpercibido tienen peor salud, tanto fsica comomental. Tambin se detect que las mujeres dems edad, con ms hijos, y menor nivel de estu-dios tienen menos apoyo social.

    Para conocer las diferencias de gnero enapoyo social en funcin de las variables cuali-tativas (estado civil y nivel laboral), se hicieronanlisis de varianza. Cabe aclarar que de esteltimo se excluy a las amas de casa, ya queera una categora que slo estaba presente enel grupo de mujeres.

    Se encontr interaccin significativa entre elestado civil y el gnero [F(2.2135)=5.38;p=0.022]. Al analizar los efectos simples seencontr que en cada categora de estado ci-vil slo eran significativas las diferencias degnero en el caso de las personas solteras[F(1.2137)=11.6; p=0.001]. En este sentido, loshombres solteros declararon menos apoyo so-cial que las solteras (medias en bajo apoyo so-cial de 3.2 y de 2.9 respectivamente). Alcomparar los efectos simples en las diferen-tes categoras del estado civil en mujeres yhombres, se encontr que slo eran significati-vos en el caso de las mujeres [F(2.2136)=10.6;p=0.000]. Todos los contrastes particulares fue-ron significativos, con valores de F(1.2140)=7.07;p=0.008 entre las casadas y solteras; deF(1.2140)=19.39; p=0.000 entre las solteras ylas divorciadas, separadas o viudas; y deF(1.2140)=8.57; p=0.003 entre stas y las ca-sadas. Las mujeres separadas, divorciadas oviudas son las que menos apoyo social tienen,seguidas de las casadas, siendo las solteras lasque declaran mayor apoyo social (medias enbajo apoyo social de 3.4, 3.1, y 2.9 respecti-vamente).

    Aunque la interaccin del nivel laboral con el g-nero no fue significativa, s lo fueron los efec-tos principales [F(3.1821)=9.76 p=0.000]. Loscontrastes particulares mostraron diferenciassignificativas entre todos los grupos laborales,excepto en el caso de las personas dedicadasa un trabajo no manual y los estudiantes. Elgrupo profesional con menor apoyo social fueel de trabajo manual, seguido del de los estu-diantes, los de trabajo no manual, siendo losprofesionales el grupo laboral con ms apoyosocial.

    Finalmente, para conocer los niveles de apo-yo social en las amas de casa, se aplic, sloen el grupo de mujeres, un anlisis de varianzaen funcin del nivel laboral. Los contrastesparticulares entre todos los pares de gruposfueron significativos, excepto en las compara-ciones de las amas de casa y las mujeres contrabajos de tipo manual; entre las profesiona-les y las mujeres con trabajo de tipo no ma-nual; entre stas y las estudiantes; y entre lasamas de casa y las estudiantes. Las amas decasa fueron el grupo con menor apoyo social,siguiendo el resto de los grupos las mismastendencias que en el caso de los hombres.

    Los resultados muestran la importancia de losfactores sociodemogrficos en el apoyo socialde la mujer, pese a que se trata de un estudiotransversal por lo que slo se puede hablarde asociacin y no de causacin ; de que lamuestra, aunque grande no es aleatoria; de quese utiliz un tipo de medida de apoyo socialque puede estar influida por variables de per-sonalidad; y de que los coeficientes son bajos.As, y en comparacin con el hombre, sus ni-veles de apoyo parecen depender ms de laedad y de factores sociales y familiares, comoel estado civil, el nmero de hijos o el niveleducativo y laboral.

    Aunque indirectamente, los datos encontra-dos parecen confirmar las hiptesis de quealgunas de las diferencias de gnero en apo-yo social pueden provenir de que a menudolas redes sociales son ms una fuente de de-mandas que de apoyo para la mujer (32). Loanterior parece desprenderse de las diferen-cias en funcin del estado civil pues, aun cuan-do el matrimonio es fuente de apoyoestructural, en general implica para la mujer

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    una serie de papeles y tareas que puedenhacer que no aumente su percepcin de dis-ponibilidad de apoyo, ya que hemos encon-trado que las solteras perciben ms apoyosocial que las casadas. Adems, existe eviden-cia emprica de que el apoyo social propor-cionado por una mujer reduce los cambioscardiovasculares ante un estresor, mientras queno sucede lo mismo con el proporcionado porun hombre (14), y de que tanto mujeres comohombres prefieren recibir apoyo emocional demujeres (24). Esto ltimo tambin ayudara aexplicar por qu las mujeres solteras percibenms apoyo social que los hombres solteros,mientras que no se dan diferencias de gneroen las personas casadas. Nuestros resultadostambin son coherentes con los de otros auto-res que encontraron que, aunque mujeres yhombres no difieren en la percepcin globaldel apoyo (41, 45), las mujeres informan dems conductas y ms disponibilidad de apoyopor parte de amistades que los hombres.

    Los resultados tambin parecen confirmar, almenos en lo que se refiere al apoyo social, lasafirmaciones de algunos autores acerca de queel matrimonio conlleva ms ventajas para loshombres que para las mujeres, con mayor apo-yo emocional de los casados frente a los nocasados (44).

    Los datos de este estudio tambin confirmanla importancia del apoyo social percibido enla salud de mujeres y hombres, especialmen-te en depresin, asociacin que tambin hanencontrado diversos autores (2, 33). Ello pro-picia que sea an ms importante fomentaruna redistribucin de los papeles sociales y fa-miliares, que ayuden a paliar su efecto nega-tivo en el apoyo social en la mujer.

    Finalmente, consideramos importante desta-car que las mujeres con peores condicionessociales (las que tienen menor nivel de estu-dios, ms edad, ms cargas familiares y menornivel laboral, as como las que carecen de em-pleo) son las que tienden a percibir menor apo-yo social, lo cual habr que tener en cuenta ala hora de disear programas comunitarios queintenten corregir las desigualdades de gnero.

    AgradecimientosAgradecimientosAgradecimientosAgradecimientosAgradecimientosEste trabajo ha sido posible gracias a dos subvencionesdel Gobierno de Canarias: una del Instituto Canario dela Mujer (Consejera de Empleo y Asuntos Sociales) yotra de la Consejera de Educacin, Cultura y Depor-tes. Tambin agradecemos la colaboracin de las per-

    sonas que participaron en la muestra de estudio.

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