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Aplicación de Técnicas de Coaching a la Resolución de Conflictos en la Empresa PILAR RAMÍREZ DABÁN – Directora de Arisses 11/10/2012
ARISSES – Creating Business Value Through Your People
www.arisses.com
(+34) 607 076 060 – (+34) 902 909 438
Coaching Ejecutivo y Asesoramiento Organizativo
para la Resolución de Conflictos en la Empresa
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Aplicación de Técnicas de Coaching a la Resolución de Conflictos en la Empresa
Las compañías están integradas por personas que necesitan llegar a acuerdos, coordinarse y
actuar en equipo para lograr los objetivos marcados por la Dirección. En este contexto, los
conflictos entre personas son, hoy por hoy, una de las principales causas de pérdidas de
productividad, y por tanto de rentabilidad, de las empresas.
A causa de conflictos inter-personales, se ralentizan proyectos, se bloquean iniciativas, se
descoordinan los departamentos y se presta un servicio deficiente al cliente, pagándose las
consecuencias en términos de pérdida de mercado e incremento de costes de gestión.
Objetivo
Identificar cómo se gestan, se cultivan y se detonan los conflictos en las empresas, y conocer
una metodología de diagnóstico e intervención que permite, a través del Coaching Ejecutivo,
resolver conflictos existentes y prevenir la aparición de otros nuevos, potenciando la
productividad y la rentabilidad de nuestro negocio.
Programa
Orígenes del conflicto, su ciclo y sus fases
Valores empresariales están propiciando el conflicto
Claves para alcanzar acuerdos sólidos y que se cumplan
Ejes de construcción de la confianza y cómo repararlos
De la expectativa al acuerdo y al compromiso, y entender sus consecuencias en la prevención de conflictos dentro de su empresa
Cómo identificar el estilo comunicativo habitual, y su efecto en los demás
Cómo incrementar la autoridad ante el equipo creando lazos de confianza
Metodología de intervención ante conflictos existentes en una organización
Ponente
Pilar Ramírez Dabán – Fundadora y Directora Ejecutiva de Arisses
Para detalles de su perfil: http://www.linkedin.com/in/pilarramirezdaban
Blog de Pilar Ramírez Dabán: http://www.coaching24.es/author/pramirez/
Blog de Arisses: http://arisses.com/blog
Para contactarle: [email protected] (+34) 607 076 060 ó (+34) 902 909 438
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¿Quién es Pilar Ramírez Dabán?
Ingeniera Industrial y Máster en Filosofía de la Acción Directiva por la
Universidad de Navarra, realizó el Programa de Dirección General del
IESE. Se certificó como Coach Ejecutivo y Coach de Equipos en la
Escuela Europea de Coaching y se formó en Coaching Sistémico en CS
Systemic Coaching, siendo en la actualidad Associate Certified Coach
(ACC) acreditada por la International Coach Federation.
Ha desarrollado una larga carrera profesional como Directora de
Recursos Humanos en diversas corporaciones de carácter nacional y
multinacional como Telemecanique, Schneider Electric y Saniline.
Como Executive Coach y consultora especializada en Estrategias de Dirección de Personas, Evaluación de directivos y Desarrollo Competencial, ha trabajado para algunas de las más reconocidas empresas de consultoría de nuestro país.
Es fundadora y directora de arisses (www.arisses.com/), empresa especializada en Creación de Valor
para la Empresa a través del desarrollo de las Personas en las Organizaciones.
Las líneas de negocio de arisses incluyen:
Consultoría en Dirección de Personas y Asesoramiento Organizativo
Evaluación de Competencias Profesionales
Desarrollo de habilidades de Liderazgo y Gestión
Consultoría para Directivos en Transición de Carrera
Coaching Ejecutivo para Directivos y Profesionales
Mentoring y Asesoramiento para Emprendedores
Sus servicios aportan particular valor añadido a:
Empresas familiares en procesos de evolución, a la hora de introducir una nueva generación en el negocio, reorganizar los órganos de gestión, gobierno y propiedad, vincular el gobierno empresarial con el gobierno familiar, etc.
Empresas en procesos de fusiones y adquisiciones que necesitan decidir y comunicar con eficacia cambios organizativos, evaluar y reposicionar directivos y mandos, etc.
Directivos en procesos de transición de carrera profesional que necesitan enfocar la búsqueda de un nuevo destino profesional con un proceso eficaz que acelere el logro de su objetivo.
Emprendedores con una gran idea de negocio pero con dificultades para asumir el desafío personal y desarrollar las habilidades profesionales que se requieren al iniciar una actividad por cuenta propia: diseño de su visión y estrategia de negocio, desarrollo de su habilidad comercial, conducción de entrevistas de ventas, etc.
Pilar Ramírez Dabán es habitual conferenciante en congresos, eventos de empresa y convenciones comerciales sobre la evolución del rol de directivo al de Lider-Coach, el desarrollo del liderazgo, la motivación de equipos, la gestión del entusiasmo, la creatividad y el desarrollo del espíritu emprendedor.
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1.- INTRODUCCIÓN
A lo largo de mis 22 años de carrera profesional al frente de los departamentos de
Recursos Humanos de varias organizaciones, he podido constatar tanto la facilidad con
la que se puede generar un conflicto en la empresa, como la dificultad, y en ocasiones,
la imposibilidad, de resolverlo restituyendo la organización a la situación previa al
conflicto.
Hay conflictos de todo tipo, pero la inmensa mayoría de ellos tienen en las relaciones
entre personas su origen, y en la Comunicación o el Liderazgo su vía de resolución.
Malentendidos, problemas de coordinación dentro del equipo o entre departamentos,
rivalidades, filtraciones de información confidencial, rumorología, problemas de
integración de nuevos empleados, abusos de poder o carencias de autoridad, conflictos
de intereses … son ejemplos cotidianos de problemas que, hoy por hoy afectan a
nuestras empresas, mermando nuestros resultados y dificultando nuestro porvenir.
Lo cierto es que los conflictos dejan huella, y ésta es a menudo muy difícil de borrar. En
ocasiones los conflictos entre personas se resuelven, al menos aparentemente, tras
una intervención de la Dirección, pero quedan sentimientos de animadversión y falta de
concordia que afectan a las posteriores relaciones entre las personas involucradas.
Otras veces, los conflictos permanecen, afectando a las relaciones profesionales, al
avance de los proyectos, a la capacidad de generar sinergias y llegando incluso a
provocar la salida de la organización de alguna de las personas en liza, con la
consiguiente pérdida de know-how y talento para la compañía.
Cuando la empresa es familiar, los conflictos pueden duplicarse, al trasladarse de la
empresa a la familia y viceversa, agravándose las potenciales consecuencias, ya que
pueden impactar en las relaciones entre parientes de por vida.
A continuación veremos algunos aspectos clave a considerar a la hora de afrontar un
conflicto entre personas, analizar su origen y plantear su resolución. Asimismo,
estudiaremos varios elementos que intervienen en la prevención de los conflictos en las
empresas, permitiendo así preservar la concordia, y por tanto, un clima de trabajo
favorable para los intereses de la compañía.
2.- EMPRESAS, PERSONAS, COMUNICACIÓN Y LIDERAZGO
¿De qué está constituida su empresa?
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A menudo esta pregunta es respondida de manera instrumental y tangible: medios de
producción, instalaciones, materias primas, pedidos, facturas, patentes, … que para
muchas personas constituyen la base fundamental de su organización.
En otras ocasiones, se responde desde un foco organizativo: conocimientos,
departamentos, funciones, procesos, procedimientos, know-how,… que parecería que
pueden asegurar la continuidad de la empresa.
Pero en ambos casos, observemos quién maneja esos instrumentos o esa
organización, quién posee ese conocimiento y quién toma las decisiones que marcan el
devenir de la empresa y determinan su futuro. Son personas.
Con independencia de su nivel en el escalafón jerárquico, de su rol respecto a la
organización, son personas, es decir, empleados, investigadores, directivos,
propietarios, clientes, proveedores, subcontratistas, representantes de las instituciones
administrativas, grupos de influencia, consumidores, prescriptores, etc., quienes, a
través de su actividad individual y de su inter-relación con otros, conforman la actividad
cotidiana, analizan y deciden las actuaciones, crean e innovan en productos y servicios,
influyen en las decisiones y actuaciones de otros, definen la estrategia de futuro y, en
definitiva, determinan el hoy y el mañana de nuestras empresas.
Y siendo nosotros mismos personas, aparentemente no debería ser muy complejo
anticipar cómo funciona la mente y la emoción de las otras personas que nos rodean y
actuar en consecuencia. La realidad, sin embargo, se ocupa de recordarnos
diariamente que la persona es el ser más complejo sobre la tierra, y que sus motivos,
intereses, sentimientos, deseos, temores, necesidades y preferencias son a menudo un
auténtico misterio.
Esta incapacidad nuestra para leer en la mente y en el corazón de las personas, e
incluso para entender nuestra propia mente y nuestro propio corazón, convierte la
convivencia pacífica y productiva con otras personas en un verdadero arte. De hecho,
las personas solemos mantener en el ámbito profesional (y también en el personal) un
difícil y complejo equilibro que, cuando menos se espera y por razones que a menudo
no alcanzamos a descubrir, puede desestabilizarse desencadenando conflictos de la
más variada naturaleza.
La Comunicación, como sistema de inter-relación entre personas, interviene en la
base misma de los conflictos, tanto en su gestación como en su desarrollo y resolución.
El Liderazgo, como sistema de gobierno de las personas en las organizaciones, marca
el modelo de gestión que puede propiciar o prevenir la aparición de conflictos.
Veremos en los siguientes apartados algunos aspectos relevantes para entender cómo
podemos actuar en las empresas en ambos terrenos.
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3.- EL CICLO DEL CONFLICTO
Es interesante analizar en detalle cuál es habitualmente el ciclo de gestación y
desarrollo de un conflicto para poder entender cuándo y cómo puede ser más eficaz
aplicar una acertada intervención.
Etapa 1: Conflicto Latente o potencial
Consideramos que estamos en esta etapa cuando se observa la presencia de
condiciones problemáticas que favorecen potencialmente la presencia de conflictos, los
que, aunque aún no existan, se pueden presentar en cualquier momento: mala
comunicación, fallos en la estructura formal, comportamientos molestos para otras
personas, etc.
En esta etapa es cuando la prevención de los conflictos es más eficaz. Si se están
dando los elementos propiciatorios para que se inicie la gestación de un conflicto, y se
interviene a tiempo eliminando estas condiciones, el conflicto no llegará a producirse.
Por tanto, eludir en esta fase la toma de una decisión impopular o la detención de unas
condiciones inadecuadas en la relación entre personas suele derivar en un incremento
de los problemas más adelante.
Etapa 2: Conflicto Percibido (Toma de conciencia)
En esta etapa es cuando se empieza a percibir el conflicto, debido a que una o más
partes toman conciencia de que existen entre ellas las condiciones que pueden hacer
surgir el conflicto. Es decir, se dan cuenta de que hay un “caldo de cultivo” pero las
partes aun no han tomado posición.
En esta fase la prevención del conflicto aun es posible, porque las personas aun no han
manifestado el conflicto a través de acciones (comentarios, protestas, actuaciones,
etc.).
Etapa 3: Conflicto sentido (Personalización del conflicto)
En esta etapa el conflicto empieza a ser sentido por las personas, debido a que las
personas afectadas involucran emociones, creando ansiedad, tensión, frustración u
hostilidad. En este punto del conflicto, una o ambas partes toman la decisión de actuar
de una manera determinada. Ya es tarde para prevenir la aparición del conflicto, y
cualquier intervención de la Dirección estará relacionada con su resolución.
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Etapa 4: Conflicto manifiesto (Pugna entre grupos e individuos)
En esta etapa el conflicto se hace visible a través del comportamiento de las partes en
oposición. Este comportamiento suele incluir declaraciones, acciones y reacciones de
las partes en conflicto.
Etapa 5: Consecuencias del conflicto
En esta etapa se dan las consecuencias que resultan de la interacción acción-reacción entre las partes en conflicto.
Las consecuencias pueden ser la extensión generalizada de un mal clima laboral y la pérdida global de productividad en la empresa, o bien la recuperación de un buen clima y el mantenimiento o incremento de la productividad gracias a una acertada intervención de la Dirección orientada a crear actitudes cooperativas y no competitivas.
4.- LOS EMPLEADOS SON DIFERENTES Y EVOLUCIONAN EN EL
TIEMPO
En la prevención y en la gestión de cualquier tipo de conflicto es esencial tener en cuenta que las personas son diferentes entre sí. Incluso dos personas gemelas, nacidas físicamente idénticas y con escasos segundos de diferencia, criadas en el seno de la misma familia y habiendo recibido la misma educación, muestran temperamentos diferentes y caracteres a menudo contrapuestos.
En el ámbito profesional, es muy evidente la observación de diferencias en el nivel de conocimientos y de experiencias de cada miembro de la empresa. Pero también podemos observar diferencias en su comportamiento, que se refleja en aspectos de su actuación cotidiana como:
Ritmo de trabajo
Emotividad, sea o no manifestada en público
Capacidad de concentración
Estabilidad y capacidad de reacción ante los cambios del entorno
Lógica de análisis y razonamiento
Capacidad para la autocrítica
Audacia, valentía y coraje personal
Receptividad ante las ideas o críticas de los demás
Seguridad en sí mismo, auto-confianza
Fiabilidad y precisión a la hora de ejecutar la actividad encomendada
Empatía o capacidad para ponerse en el lugar de los demás
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Temores, miedos, angustias, complejos …
Nivel de madurez personal
Grado de autonomía o necesidad de supervisión estrecha
Estos son, entre otros muchos, algunos de los rasgos en los que podemos observar diferencias entre los miembros de un equipo de trabajo. La observación de estos rasgos a menudo condiciona nuestras decisiones a la hora de asignar tareas, delegar responsabilidades, encomendar proyectos o proponer candidatos para ascensos o salidas de la empresa. Y, por supuesto, también condiciona cómo prevenir y resolver conflictos en los que están involucradas diferentes personas.
Pero incorporemos un grado adicional de dificultad al complejo arte de gestionar personas. Admitamos que las personas, no solo son diferentes, sino que, a lo largo de los años, pueden cambiar de comportamiento, del mismo modo que cambian sus conocimientos o se incrementan sus experiencias. Y estos cambios de comportamiento no solo pueden obedecer a su evolución profesional, sino que sus experiencias personales pueden influir notablemente en la manera de comportarse en la empresa a lo largo del tiempo, tanto en sentido positivo como en negativo.
¿Y en qué ámbitos observamos que las personas difieren, y que además pueden cambiar con el tiempo?
Generalmente observaremos sus diferencias y su evolución en cuatro ámbitos principales
1. Cómo responden a los problemas y desafíos, a qué se atreven y a qué no, y con qué grado de responsabilidad y autonomía los afrontan
2. Cómo interactúan y convencen a otros de su punto de vista, como negocian y persuaden, cómo comunican e influencian a los demás, y cómo reaccionan ante la influencia de los demás.
3. Cómo se adaptan y responden al ritmo del ambiente de trabajo, que puede llegar a ser muy variable a lo largo del tiempo.
4. Cómo establecen, o bien responden a, restricciones, normas y procedimientos para el conjunto de la empresa o para su área de trabajo en particular.
Es por tanto la persona, y en particular las diferentes maneras que las personas establecen para inter-relacionarse, el foco donde conviene poner la atención a la hora de analizar los orígenes de los conflictos en las organizaciones, ya que, por ejemplo:
Parece probable que personas con diferentes perspectivas respecto a la necesidad de cumplir las normas de la empresa (por ejemplo, procedimientos de calidad, de seguridad o de administración) puedan entrar en conflicto.
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Del mismo modo, personas con diferentes perspectivas respecto a cuál es la mejor manera de influenciar a los demás posiblemente encontrarán difícil llegar a un acuerdo sobre cómo enfocar juntos una negociación con una tercera parte o como plantear una campaña publicitaria.
Personas que se aburren con facilidad en entornos muy estables pueden tener dificultades para coordinarse con personas que temen los cambios y necesitan entornos muy predecibles para sentirse seguras.
Y personas audaces, rápidas de pensamiento y muy enfocadas a objetivos a menudo sienten que los demás “no son capaces de seguirle el ritmo”, por lo que pueden avanzar mucho pero, al girarse, se encuentran que han dejado a su equipo por el camino.
¿QUÉ TIPO DE APOYO PUEDE NECESITAR LA EMPRESA EN ESTE SENTIDO?
En arisses aplicamos acertadas herramientas para conocer los comportamientos profesionales “naturales” o preferentes de la persona y, con esta información, facilitar a la empresa la creación de estrategias precisas para
• Buscar la mejor acomodación persona-puesto • Elegir a quién promocionar de entre los candidatos posibles • Crear equipos complementarios • Anticipar el tipo de situaciones o entornos que les incomodan o les
pueden producir malestar, y por tanto anticipar posibles ámbitos de conflictos con sus jefes, colegas o colaboradores.
• Anticipar cómo influenciar en estas personas con mayor eficacia en caso de conflicto
Estas herramientas pueden ajustarse a medida de las necesidades de la empresa, adoptando normalmente la estructura de un “centro de evaluación” o Assessment Center. En ellos, a lo largo de una jornada es posible evaluar las competencias y comportamientos de grupos de 8-10 personas. Incluimos diversos elementos de análisis como tests de comportamientos profesionales preferentes, entrevistas por competencias, role-plays, dinámicas en grupo, análisis de casos de empresa, etc. El resultado es la obtención de un Informe individual detallado sobre los puntos fuertes y las áreas de mejora de cada persona evaluada en relación a las principales competencias profesionales requeridas por la empresa para el adecuado ejercicio de su rol profesional, que permite crear un Plan Individual de Mejora Competencial perfectamente ajustado a las necesidades individuales de cada persona. Asimismo, podemos dar pautas a sus respectivos jefes sobre cuál es la manera más eficaz de dirigir a estas personas, en qué tipo de contextos relacionales pueden dar lo mejor de sí mismas, cómo actuar para asegurarse su receptividad, cual es el modo más eficaz de darles feedback de mejora, etc.
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Esta herramienta constituye por tanto un potente instrumento para incrementar la eficiencia en la Gestión de Personas en las organizaciones, ya que permite extraer el máximo potencial de las cualidades de cada persona así como orientar eficazmente a su jefe para dirigirlo de manera constructiva y prevenir los conflictos.
5.- ORIGEN Y DETONACION DE LOS CONFLICTOS: 6 PAUTAS
NOCIVAS DE ACTUACIÓN
Se han realizado numerosos estudios empíricos acerca del origen de los conflictos
inter-personales en las organizaciones. De ellos, se han podido deducir algunas pautas
de comportamiento que se encuentran en la raíz de conflictos y que pueden aflorar bajo
formas muy diversas. Veamos cuales son los más frecuentes:
1. Querer ser comprendido antes de intentar comprender
En esta pauta, cada persona implicada en el conflicto está centrando sus esfuerzos
en lograr que los demás comprendan su punto de vista, por lo que elaboran y re-
elaboran sus argumentos para lograr convencer a la otra parte. Al no poner ninguno
el esfuerzo en comprender al otro, es muy difícil que se logre alcanzar una
perspectiva común, camino necesario para lograr un consenso o un acuerdo ganar-
ganar. La cuestión puede acabar siendo dirimida en base al poder de una de las
partes sobre las demás (ya sea jerárquico, económico, etc.) o al agotamiento de las
partes menos persistentes. En cualquier caso, generalmente quien gana el conflicto
no ha convencido, por lo que el fondo de la cuestión puede permanecer como
conflicto latente y volver aflorar, bajo otra forma, en cualquier momento.
2. No Escuchar activamente, ni enseñar a escuchar
¿Conoce la diferencia entre escucha y escucha activa? En el segundo caso, la
persona que escucha está abierta a que lo que está escuchando le cambie. Y esta
apertura se demuestra cuando, al volver a tomar la palabra, incorpora el discurso
del otro en el suyo propio, elaborando un discurso nuevo que reúna las perspectivas
de ambos. Porque no es importante quién ha dicho qué; lo esencial es que ambas
partes:
diferencien lo que les une y lo que les separa,
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estén abiertas a encontrar una alternativa suficientemente buena para ambas
basada en aquello que les une, que comparten,
y busquen la manera de sortear o limar (con concesiones mutuas, si es
necesario) aquello que les separe.
3. No saber Comunicar ni Dialogar con empatía
Empatía es la capacidad de ponerse “en la piel” del otro y ver el objeto de discusión
desde su perspectiva. Esta capacidad permite entender preocupaciones, temores,
dificultades, intereses, emociones… que el otro tiene en su interior y que están
condicionando su disposición para la colaboración o el acuerdo.
Practicando la empatía se facilita enormemente la capacidad para dialogar con
eficacia y propiciar el entendimiento.
4. Confundir Poder con Autoridad
Poder es la capacidad de mando y dominio que proporciona una relación de
superioridad jerárquica o económica sobre otras personas. Generalmente, en el
mundo de la empresa el poder lo da la propiedad o la dirección al asignar a alguien
un determinado cargo.
La autoridad, en cambio, se la dan las demás personas. Cuando una persona se ha
ganado su autoridad ante los demás, cuenta con su confianza, porque los demás le
presuponen una buena fe en su comportamiento y una capacidad para anteponer el
interés común y colectivo sobre el interés individual.
Podemos decir que el poder es fácil de conquistar, pero la autoridad es mucho más
difícil de ganar. A menudo, las personas que son conscientes de que no se han
ganado la autoridad ante quienes le rodean, ejercen en exceso su poder jerárquico
o económico para lograr que las cosas se hagan “como ellas quieren”, lo que les
introduce en un círculo vicioso: cuanto más ejercen el poder, menos autoridad
inspiran en los demás, un ciclo del que es muy complejo salir.
5. No Liderar de manera adaptada
Como hemos comentado anteriormente, las personas son diferentes y además
evolucionan con el paso del tiempo. Lógicamente, las normas es conveniente que
sean equitativas e igualmente aplicables a todo el colectivo de colaboradores. Pero
un estilo de gestión de personas en el que todas sean tratadas del mismo modo,
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muy probablemente no será tan eficaz como un estilo de gestión en el que el líder
se adapte a cada persona para sacar lo mejor de cada una de ellas.
Habrá personas que requieran una supervisión estrecha para sentir que lo están
haciendo bien, mientras que otras requerirán un mayor grado de autonomía.
Algunas necesitan un marco de instrucciones claro y preciso que no dé lugar a
dudas, mientras otras necesitan poder organizar sus métodos de trabajo a su
medida y ser valoradas solo por sus resultados. Hay personas que necesitan recibir
un reconocimiento explícito, mientras que otras, al escuchar “¡buen trabajo!”,
sospechan segundas intenciones y recelan. Cada persona, de acuerdo con su
temperamento, sus inseguridades y sus “espacios de confort”, necesitan un sistema
de estimulación diferente para dar lo mejor de sí misma. El líder eficaz es el que
logra identificar este sistema particular y lo aplica en beneficio del crecimiento
individual y del equilibro del equipo.
6. No enseñar al equipo a prevenir y resolver los conflictos autónomamente
Desde un punto de vista práctico, es más fácil y rápido para un directivo dar una
orden y que todos obedezcan (por temor a ser despedidos, a ser mal valorados, o a
no recibir un aumento, por ejemplo) que escuchar, adaptar el estilo de liderazgo,
esforzarse por comprender al otro, dialogar con empatía, etc. Pero esta actuación
ocasiona tres tipos de problemas.
El primer problema es el tipo de empleados que formamos manteniendo este
comportamiento: empleados que, cuando tengan equipos a su cargo, no conocerán
otro modelo de gestión salvo el del “ordeno y mando”, por lo que lo repetirán en
permanencia, creando organizaciones completas basadas en este estilo de
dirección.
El segundo problema es que las personas de mayor valía, de mayor talento, que
deseen desarrollar sus capacidades en un entorno donde se perciban más
valorados, más tenidos en cuenta y con mayor espacio y confianza para crecer, se
acabarán marchando, mientras que los de menor talento permanecerán en la
organización, creando organizaciones mediocres que difícilmente despuntarán en el
mercado sobre su competencia.
El tercer problema es que los colaboradores que se educan en un estilo de gestión
de “ordeno y mando” suelen ser sumamente ineficaces cuando deben colaborar
entre ellos (por ejemplo, en un equipo de proyecto), ya que ninguno tiene poder
sobre los demás, y ninguno ha aprendido a ganarse la autoridad ante los demás.
Por esta razón, normalmente forman equipos lentos que requieren que el jefe
intervenga en todos los conflictos y dirima cuantas cuestiones y diferencias surjan
entre ellos. Lo cual es absolutamente ineficiente.
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El objetivo del directivo debe ser crear equipos de personas autónomas que puedan
auto-gestionarse con eficacia y que sean capaces de velar por el desarrollo de la
persona y del equipo simultáneamente. Esto requiere un esfuerzo pedagógico y de
desarrollo de las habilidades de las personas que no todos los directivos quieren,
pueden o saben hacer, pero es la clave para facilitar que las personas crezcan y
que las organizaciones prosperen.
6.- LAS 5 ACCIONES QUE REGULAN LAS RELACIONES INTER-
PERSONALES
Es curioso observar que lo que más nos disgusta y lo que más nos gusta escuchar o
que nos hagan en el ámbito laboral tiene un claro nexo en común: en realidad, estamos
hablando de acciones de inter-relación entre personas, es decir, de acciones que
regulan la manera como nos relacionamos en el entorno laboral con las personas más
próximas, ya sean jefes, colegas, colaboradores, clientes, proveedores,
subcontratistas, etc.
Estas acciones son, en esencia, cinco, tan fundamentales para la convivencia como el
respirar para vivir:
1. Pedir
Se refiere a cómo pedimos ayuda cuando la necesitamos, y cómo reaccionamos
cuando nos la piden. Los principales frenos a pedir son:
a) El miedo a mostrar vulnerabilidad
b) La comodidad de vivir en el plano de la expectativa: “el otro ya debería darse
cuenta de …”, “no debería hacer falta que lo pidiera”
c) El temor a ser rechazado
2. Acordar- Llegar a acuerdos
Gran parte de las dificultades y conflictos que acontecen en el ámbito laboral tienen
relación con la forma en que las personas llegan a acuerdos para coordinar sus
actuaciones.
Los problemas habitualmente nacen de algunos de los siguientes aspectos:
- Malentendidos respecto a cómo cada parte entendió el compromiso
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- Ausencia de compromiso por una de las partes
- Falta de preaviso cuando se va a incumplir un compromiso.
- Recriminaciones ante los incumplimientos, que derivan en enfrentamiento
personal.
- Falta de reconocimiento, por parte de quien incumple, de los perjuicios causados
a la otra parte.
3. Escuchar
La falta de escucha es uno de los orígenes de conflictos cotidianos en el mundo
profesional:
- No escuchamos al cliente, por lo que el servicio ofertado no cumple con sus
necesidades o expectativas.
- No escuchamos al colaborador y éste no se siente involucrado en la decisión
que estamos tomando y que el/ella deberá implantar
- No escuchamos a los colegas y éstos no tienen tampoco en cuenta nuestra
opinión en los temas que nos afectan a ambos
- No escuchamos al proveedor, y luego nos sorprendemos cuando dice que no
puede atender nuestro pedido, o que lo entendió de modo distinto a como
nosotros quisimos expresarlo.
Decimos que la Escucha es Activa cuando la persona que escucha está abierta a
que lo que está escuchando le cambie, demostrándolo cuando, al volver a tomar la
palabra, incorpora el discurso del otro en el suyo propio, elaborando un discurso
nuevo que reúna las perspectivas de ambos. La ausencia de Escucha Activa se
encuentra en la misma raíz de muchos conflictos que tienen lugar en la empresa.
4. Ofrecer
Diariamente la mayoría de nosotros tenemos varias oportunidades para ofrecer
nuestra ayuda a otras personas en el entorno laboral. Sin embargo, en la mayoría
de las empresas no hay un clima de cooperación que facilite esta acción, muchos
piensan en excusas para detenerse ante el ofrecimiento, como “ya tengo bastante
con lo mío”, “a lo mejor le ofrezco mi ayuda y me manda a paseo”, “si le ofrezco mi
ayuda, va a creer que pienso que él no es capaz de resolverlo solo” o incluso “si me
ofrezco a ayudar y luego el tema no sale bien, igual me echa la culpa a mí”.
Así, la ausencia cotidiana de colaboración se convierte en parte de la cultura
organizativa, alimentando el individualismo y la rivalidad, fuentes de numerosos
conflictos en nuestras empresas.
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5. Reconocer
Frecuentemente los participantes en mis seminarios reconocen que las palabras
que más les agrada escuchar en el trabajo tienen que ver con el reconocimiento de
la labor realizada o del esfuerzo suplementario. Frases como “¡buen trabajo!”,
“gracias por quedarte más tiempo para terminarlo” o “¡lo conseguimos gracias a ti!”,
siendo gratuitas, son difícilmente escuchadas en numerosas organizaciones.
Al preguntar por qué no se utilizan con más frecuencia estas expresiones en el
trabajo, escuchamos razones como “no debería hacer falta”, “se da por supuesto”
“para eso le pagan”, “yo también me quedé más rato y a mí nadie me dio las
gracias” o incluso “si le alabo demasiado, se creará expectativas (de promoción, de
aumento de sueldo) que luego no podré satisfacer”. Pero la realidad es que el
agradecimiento rara vez es mal recibido y mal utilizado, y las excusas para negarlo
dicen mucho más de quien lo niega que de quien no lo recibe.
Por otra parte, también adolecemos del hábito de reconocer la valía, la aportación,
el conocimiento o la cualidad destacable en los demás. Al igual que con el
agradecimiento, tendemos a dar por supuestos los comportamientos o desempeños
excelentes, En este tipo de clima, pedir después esfuerzos suplementarios o
esperar desempeños superiores a la media se convierten en mera utopía, incluso
en los casos en los que las personas tuvieran suficiente potencial para ello.
Para concluir, repasemos en qué aspectos influyen estas 5 acciones, Pedir,
Acordar, Escuchar, Reconocer y Ofrecer, que regulan las relaciones interpersonales
en las empresas:
• En hacer avanzar proyectos, o en bloquearlos
• En lograr los objetivos, o fracasar en el intento
• En evitar problemas, o en provocarlos
• En tomar iniciativas, o en eludirlas
• En fortalecer negocios, o en debilitarlos
• En contratar a más personas, o en despedirlas
• En aumentar la confianza, o en reducirla
• En disfrutar trabajando juntos, o en padecerlo
• En continuar en la empresa, o en abandonarla
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7.- DE LA EXPECTATIVA AL COMPROMISO
Con frecuencia, los conflictos entre personas suelen tener su origen en la diferente
perspectiva que las partes en confrontación tienen frente al objeto de discusión. A
menudo, una persona tiene la percepción de que una segunda persona estaba
comprometida a hacer algo, no estando en realidad esta segunda persona
comprometida del modo en que la primera pensaba.
Esta diferencia de perspectivas normalmente nace de una errónea gestión de las
expectativas.
Una expectativa es una percepción individual y privada de una persona respecto a que
otra hará algo que la primera desea o espera. Mientras que no se exprese de algún
modo, esa expectativa crea en la primera persona una ilusión de que “algo pasará”,
ilusión que normalmente no es satisfecha, por lo que, en un porcentaje elevado de las
situaciones, una expectativa es un generador casi automático de frustración, perfecto
caldo de cultivo para un conflicto.
En ocasiones, la persona manifiesta su expectativa en forma de una orden u
obligación. En este caso, la percepción privada se hace así pública, pero mediante
una acción unidireccional frente a la cual la persona que la emite espera tan solo un Sí
como respuesta. En este caso, el ambiente de conflicto potencial se mantiene, ya que
la persona que recibe una orden u obligación puede estar de acuerdo o no con la orden
recibida.
Si en cambio la persona manifiesta su expectativa en forma de una petición, la
percepción privada también se hace pública con una acción unidireccional, pero la
persona que la emite es consciente de que puede haber una variedad de opciones
como respuesta. Así, la persona que la recibe tiene un abanico de respuestas entre las
que elegir, lo que facilita la adopción de una postura positiva frente a la situación.
Si la persona que recibe la petición responde afirmativamente, nace el compromiso
entre ambas personas, a través de un acto volitivo mutua y libremente aceptado, de
carácter público y bidireccional. Desde esta nueva perspectiva, el riesgo de conflicto
prácticamente desaparece.
Son por tanto la verbalización de las expectativas en forma de peticiones y la
libertad de respuesta entre diferentes opciones posibles las que posibilitan el
acuerdo y el compromiso entre las partes.
Y es precisamente este rasgo el que diferencia a las obligaciones u órdenes de las
peticiones, la posibilidad de que quien la reciba pueda optar entre cuatro posibles
respuestas:
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1. Un Sí, que cierra el acuerdo y establece el compromiso entre las partes, y del
que nace la responsabilidad de ambas partes de cumplir su parte del
compromiso acordado.
2. Un No, que es un no a la petición, y no a la persona. El posible conflicto nace
cuando la persona que emitió la petición se toma el No como un rechazo a su
persona, y no a su petición, lo que llamamos “tomárselo como algo personal”. Si
una persona no está preparada para escuchar un No como respuesta a su
petición, en realidad está emitiendo una orden disfrazada de petición, caso que
se da con inusitada frecuencia en las empresas, y que provoca innumerables
conflictos.
3. Un “Depende”, que abre la vía del acuerdo a través de la negociación de sus
términos. En cualquier caso, la negociación debe terminar en un Sí o en un No,
lo que nos remite a los dos casos anteriores.
4. Un “Te responderé más tarde”, que pospone el momento de la decisión. En
este caso, es importante que la respuesta no quede “en el aire” para que no se
incremente el riesgo de conflicto (otro caso frecuente en las empresas), por lo
que es recomendable que ambas partes establezcan un plazo límite para que la
segunda persona de una respuesta, en el sentido que sea, a la petición recibida.
¿QUÉ TIPO DE APOYO PUEDE NECESITAR LA EMPRESA EN ESTE SENTIDO?
En arisses ayudamos a los directivos y profesionales a mejorar sus niveles de
comunicación aprendiendo a formular peticiones eficaces y a establecer acuerdos
sólidos y compromisos claros y asumibles. De este modo, ayudamos a la organización
a:
Reducir los conflictos potenciales
Resolver las discrepancias basadas en las diferentes perspectivas entre
expectativa y compromiso, o entre obligación y petición
Facilitamos entornos de comunicación basado en el respeto y en la expresión de
lo que las personas esperan unas de las otras, creando entornos colaborativos
basados en compromisos mutuos.
Estos servicios se pueden impartir bajo la modalidad de coaching individual, coaching
de equipos, coaching grupal, seminarios y talleres, que permiten visualizar los
beneficios y las ventajas de un cambio real en los estilos de comunicación. Algunos de
los elementos que se incluyen en esta formación son:
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- Cómo formular peticiones eficaces
- Cómo establecer acuerdos claros y productivos
- Cuáles son las consecuencias de practicar la “queja improductiva”
- Ante un incumplimiento de un acuerdo por la otra parte, cómo plantear una
reclamación en términos constructivos
- La importancia de preavisar y resarcir ante la imposibilidad de cumplir un
acuerdo.
El resultado es la obtención de un mejor clima profesional, un incremento de la
productividad, una reducción de los costes de no-calidad y una disminución de los
costes asociados a la falta de coordinación entre personas y equipos en la empresa.
Los efectos más visibles son:
- Mejora de la rentabilidad del negocio
- Disminución de plazos de entrega y stocks
- Integración eficaz de los integrantes de los equipos de proyecto
- Acortamiento de los plazos para la toma de decisiones
- Reducción palpable de los conflictos interpersonales e interdepartamentales
8.- CREENCIAS Y PUNTOS CIEGOS
Cuando trabajamos con personas, lo que podemos observar son
- Las decisiones que toman
- Las acciones que ejecutan a raíz de esas decisiones
- Los resultados que obtienen como consecuencia de esas acciones
Pero estas decisiones, acciones y resultados se derivan de aspectos que no podemos
observar:
- Los pensamientos que elaboran
- Los sentimientos y emociones que les afectan
- Las creencias y valores que mantienen acerca de ellas mismos y de lo que les
rodea.
Los valores son convicciones profundas de los seres humanos que determinan su
manera de ser y orientan su conducta: la solidaridad frente a la indiferencia, la justicia
frente al abuso, el amor frente al odio, etc. Nuestros valores también pueden tener un
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cariz negativo: el individualismo frente al colaboracionismo, la ambición frente a la
cooperación, la supremacía frente a la equidad y la igualdad, etc.
Valores, actitudes y conducta están intrínsecamente relacionados. Los valores son
creencias o convicciones de que algo es preferible y digno de aprecio. Una actitud es
una disposición a actuar de acuerdo a determinadas creencias, sentimientos y valores.
A su vez las actitudes se expresan en comportamientos y opiniones que se manifiestan
de manera espontánea.
Son precisamente estas creencias y valores internos, a veces ocultas incluso a la
propia persona, las que limita más su campo de decisión y actuación: si yo creo
firmemente que hago el ridículo cuando hablo en inglés y que los demás no me van a
entender, difícilmente sacaré provecho de las clases de idiomas y aun más difícilmente
me moveré con soltura en una reunión en este idioma. Del mismo modo, si pienso que
yo no soy capaz de emprender solo mi propio negocio, aunque tenga el capital, el
conocimiento y los contactos, me faltará el valor para dar el paso de constituir mi
empresa.
Las creencias también funcionan a la inversa: si yo creo que soy buenísimo haciendo
presentaciones en público, y nadie me dice lo contrario, difícilmente pensaré que mi
oratoria puede ser una de mis áreas de mejora. O si pienso que soy superior a los
demás, difícilmente iniciaré acciones para hacer que los demás se sientan cómodos
trabajando conmigo.
Hemos identificado algunos de los valores que puede estar propiciando el conflicto en
las empresas. Entre ellos se encuentran creencias colectivas como las siguientes:
1. No contradigas a tu jefe ni manifiestes mejores ideas que él si quieres lograr su
aprecio
2. Aquí se progresa por contactos, no por méritos
3. Para que nosotros ganemos, otros tienen que perder
4. Nos podemos saltar las normas si hay urgencias
5. Las personas se valoran por sus resultados finales, no por cómo los consigan
6. Los de (departamento o área X) tienen prioridad sobre los de (departamento o
área Y)
7. Las normas (ISO, seguridad, calidad, técnicas, etc.) son una referencia, no una
obligación
8. La meta es vender, es decir, lograr la cifra de ventas a final de mes, no dar el
mejor servicio al cliente
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9. Puedes pasar por delante de las personas sin saludar sin que pase nada
10. No hace falta dar las gracias, para eso se cobra a fin de mes.
11. No hay que felicitar por un buen trabajo, se da por supuesto
12. La Central de la empresa prima sobre el resto (o viceversa)
13. Los de (departamento o área X) siempre tienden a escaquearse
14. Los (proveedores X) nos roban o engañan cuando pueden
Si en una empresa un porcentaje mayoritario de los empleados manifiestan, por
ejemplo, la creencia de que solo se puede progresar teniendo los contactos adecuados,
y no por méritos, las actitudes y los comportamientos de las personas se dirigirán a
establecer contactos que se consideren productivos, y no a lograr méritos y resultados
que se consideren improductivos.
Cuando en una empresa una determinada batería de creencias y valores está
profundamente arraigada entre sus directivos o empleados, solemos encontrar un caldo
de cultivo para el conflicto cuando
• alguien no los comparte,
• alguien se rebela y protesta ante ellos,
• alguien se los salta,
• alguien los desconoce,
• alguien trata de cambiarlos,
• alguien actúa como si no fueran ciertos, …
En este punto, cabe recordar el análisis que Joseph Luft y Harry Ingham realizaron bajo
la denominación “la ventana de Johary”. En ella reflejaban que la mayoría de personas,
así como la mayoría de organizaciones, manifestamos a través de nuestro
comportamiento creencias y valores de los que no somos conscientes, pero que las
personas que nos rodean pueden deducir con solo observar dichos comportamientos.
Es lo que denominamos “los puntos ciegos”.
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Las creencias ocasionan numerosos puntos ciegos que las personas manifiestan en
su ámbito laboral, aspectos en los que la percepción de la persona puede ser
absolutamente diferente de la percepción que tienen los demás que le rodean. Los más
significativos suelen ser los siguientes:
Hay temas que gestionamos mal, y nadie nos lo ha dicho nunca
Podemos sentir un gran conflicto con otra persona, y ésta no haberse dado ni
cuenta
Iniciamos una buena disculpa, pero la matamos con un “pero” (del tipo “sé que te
he gritado y he sido muy desagradable, y lo siento, pero es que te lo tenías
merecido por haberlo hecho tan mal”)
Estamos más empeñados en “tener razón” o en “ganar” que en resolver y
prevenir conflictos
Queremos encontrar una solución “de conveniencia”, y obviamos el origen del
problema
A menudo, cuando se requiere intervenir en solucionar un conflicto en una empresa,
explorar las creencias ocultas de las personas en liza e identificar sus “puntos ciegos”
logra determinar el origen, la fuente del conflicto y, por tanto, podemos intervenir
oportunamente para solucionarlo.
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¿QUÉ TIPO DE APOYO PUEDE NECESITAR LA EMPRESA EN ESTE SENTIDO?
En arisses ayudamos a los directivos a visualizar sus “puntos ciegos”, lo que les permite:
• Entender cómo son vistos por los demás
• Ayudarles a aceptar sus Áreas de Mejora sin que sus “mecanismos de defensa” les bloqueen
• Construir y desarrollar un Plan de Mejora Individual
A través de dos potentes herramientas, el Feedback 360º y la Evaluación de Competencias Experta, facilitamos a la persona la visualización de su perfil desde un análisis externo, independiente y profesional, lo que propicia una mejor actitud de cara a la aceptación de los puntos fuertes y las áreas de mejora de la persona.
El resultado es la obtención de una excelente base de partida para un proceso de Coaching Ejecutivo individual que les permita desarrollar esas áreas de mejora de manera precisa y focalizada.
9.- ESTILOS DE COMUNICACIÓN
Se atribuye a Aristóteles la frase “Todos podemos enfadarnos, pero muy pocos son
capaces de enfadarse en el momento oportuno, con la persona adecuada, por el
motivo adecuado y de la manera adecuada”.
De entre los numerosos estilos de comunicación, en situaciones de conflicto hay tres
estilos que a menudo pueden ser identificados entre las partes en disputa:
El estilo agresivo: “solo yo tengo derechos, los otros han de reconocérmelos”
El estilo pasivo: “los derechos de los otros valen más que los míos”
El estilo asertivo: “mis derechos son iguales que los de los otros”
Veamos algunas de sus principales características
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1.- El estilo agresivo
Observamos en este caso una postura que invade el espacio de los otros, cara y
manos tensas, contacto ocular retador, tono de voz alto, interrupciones a los demás,
tendencia al contra-ataque y utilización de descalificaciones y amenazas
Sus pensamientos se centran en “lo que importa soy yo”, “la gente es mala y merece
ser castigada”, “solo puedo ganar; si no, pierdo” o “si los otros no se comportan como
yo, significa que son vulnerables”
Sus sentimientos suelen ser de autoestima baja, rabia constante, soledad, sensación
de incomprensión, sensación de falta de control, frustración y culpabilidad. Sin
embargo, son honestos emocionalmente ya que no suelen dejar lugar a dudas acerca
de cómo se sienten.
2.- El estilo pasivo
Observamos una postura tensa, incomodidad, tono de voz bajo, habla poco fluida y/o
tartamudeo, mirada baja evitando el contacto ocular con los demás y manos nerviosas.
Sus pensamientos se centran en considerar que así no molestan a los otros, del tipo
“necesito que no se enfaden”, “ya me sacrifico yo”, “no se me tiene en cuenta”, “para
qué esforzarme, si no me entienden”
Sus sentimientos suelen ser de baja autoestima, culpabilidad, impotencia, frustración y
ansiedad. Los pasivos suelen ser deshonestos emocionalmente ya que evitan que los
demás sepan cómo se sienten en realidad.
3.- El estilo asertivo
Observamos una postura que transmite tranquilidad, demuestra seguridad, habla
fluidamente, cuerpo relajado y mirada directa oscilante entre los diferentes
interlocutores.
Usualmente expresa sentimientos tanto negativos como positivos, defiende en lo que
cree, sin agredir a los otros, discrepa abiertamente, acepta sus errores, sabe decir que
no y aclara los malentendidos.
Generalmente la persona tiene convicciones que acostumbran a ser razonables y no
distorsionadas, es consciente de sus emociones, y conoce y cree en unos derechos
para ella misma y para los otros
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Sus sentimientos suelen ser de buena autoestima, no se siente superior ni inferior a los
otros, siente satisfacción por sus relaciones, respeto por si misma y sensación de
control emocional
Los estilos Agresivo y Pasivo tienen sus ventajas: el Pasivo raramente es rechazado
por los demás, mientras que los otros no suelen “pisar” a alguien agresivo. Pero
también cuentan con desventajas: los otros se suelen aprovechar de los pasivos y eso
les genera resentimiento y irritabilidad, al tiempo que La gente no se acerca a los
Agresivos, o si se han atrevido a hacerlo a la larga se vuelven a alejar.
El estilo Asertivo, en cambio se caracteriza por defender sus intereses, sentirse libre,
generar respeto, conseguir lo que se propone teniendo en cuenta a los otros, y no
permitir que se aprovechen de su persona.
Solemos definir la Asertividad como “aquella conducta que permite a la persona
expresar adecuadamente oposición y afecto de acuerdo a sus intereses y
objetivos, respetando el derecho de los otros e intentando alcanzar la meta
propuesta”
Podemos distinguir cuatro principales dimensiones del estilo de comunicación asertivo:
1.- Capacidad de decir NO
2.- Capacidad de pedir favores y hacer peticiones
3.- Capacidad de expresión de sentimientos negativos y positivos
4.- Capacidad de iniciar, continuar, y finalizar las conversaciones, sea cuan sea su
temática y carga emocional.
10.- LA GENERACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN DE LA CONFIANZA
En términos de acuerdos y compromisos, solemos afirmar que la construcción de la
confianza entre dos personas se asienta sobre tres “patas” fundamentales:
a) La sinceridad, es decir, la percepción de que el otro está siendo sincero cuando
se compromete a algo conmigo
b) La competencia o conocimiento, es decir, la percepción de que el otro tiene
las capacidades necesarias para cumplir con aquello a lo que se ha
comprometido conmigo
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c) El historial de confiabilidad, es decir, la percepción de cómo han resultado las
anteriores experiencias en las que he confiado en esa persona.
Si alguna de estas “patas” nos falla, la confianza se quiebra y las posibilidades de
establecer nuevos acuerdos o compromisos se reduce.
Analicemos cómo se puede proceder a reconstruir cada una de estas “patas” cuando
se quiebra:
1.- Cuando dejamos de confiar en la competencia o conocimiento de la otra
persona, en el caso de que seamos su jefe tenemos la posibilidad de reconstruir la
confianza adoptando un rol formador y desarrollador. En este caso, es preciso
establecer una conversación centrada en las necesidades de crecimiento y
evolución de las competencias del colaborador, enseñarle no solo lo que necesita
saber sino también cómo aplicarlo, pactar condiciones de satisfacción de los
compromisos explícitas y bien detalladas, establecer planes concretos de evolución
y fijar hitos de seguimiento que permitan constatar los avances y recobrar la
confianza perdida. En este caso, es importante ir dando al colaborador un feedback
frecuente hasta que la persona conforme los nuevos hábitos de trabajo.
2.- Cuando carecemos de histórico de confiabilidad con otra persona, caso
habitual cuando comenzamos a colaborar con un nuevo empleado, es
recomendable darnos tiempo para crear nuestra propia opinión, al tiempo que
propiciamos las conversaciones para acordar compromisos mutuos. Es conveniente
dedicar tiempo a pactar condiciones de satisfacción de los compromisos bien claras
y explícitas, establecer planes concretos y detallados y fijar hitos de seguimiento
que faciliten aclarar los malos entendidos y enderezar el rumbo cuando sea
necesario. En este caso, también es importante ir dando al colaborador un feedback
frecuente hasta que la persona trabaje al nivel de calidad requerido en el
departamento.
Otro caso típico en los que la “pata” del histórico de confiabilidad nos falla son las
personas que tienden a comprometerse en más de lo que son capaces de abarcar.
Así, son sinceros en sus buenas intenciones de cumplir sus compromisos, y suenen
tener las capacidades para lograrlos, pero su dificultad para decir que No o para
gestionar adecuadamente su tiempo les lleva a incumplir sus compromisos pese a
desplegar la mejor de sus intenciones. En estos casos, conviene ayudarle a
entender la importancia de renegociar o revocar sus compromisos, pactar
condiciones de satisfacción en plazos y alcances y pactar sistemas de
resarcimiento en caso de incumplimiento, para minimizar los perjuicios a los demás.
3.- Por último, la “pata” más difícil de reconstruir es la de la sinceridad. Cuando
alguien ha faltado a la verdad, conviene reflexionar seriamente si realmente
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estamos dispuestos a trabajar en la reconstrucción de la confianza o si ésta se
encuentra definitivamente perdida. En el primer caso, la cuestión a averiguar
debería centrarse en saber qué protegió la persona con su mentira, cuál era su
temor: perder imagen pública, posición, dinero, oportunidades de promoción,
comodidad, etc. La siguiente cuestión sería preguntarse si está fundado este temor,
bien porque esos efectos los haya vivido con anterioridad al actuar con sinceridad o
bien por que haya visto en su entorno que ser sincero acarrea problemas. En este
caso, como jefe cabe hacerse la pregunta de si hemos creado, sin ser conscientes
de ello, las condiciones para ese miedo, o si otros lo están haciendo en nuestra la
organización. A partir de este punto, es necesario clarificar unas condiciones de
satisfacción honestas en adelante, y proporcionar un feedback regular que permita
restablecer lo antes posible la confianza perdida.
¿QUÉ TIPO DE APOYO PUEDE NECESITAR LA EMPRESA EN ESTE SENTIDO?
En arisses ayudamos a los directivos a desarrollar su asertividad en las comunicaciones y negociaciones en el marco de la empresa, lo que incluye:
• Entender cuál es su estilo de comunicación actual
• Ayudarle a percibir los beneficios de un estilo más asertivo
• Incorporar nuevas técnicas de comunicación para desarrollar y reconstruir
la confianza
A través de dos prácticas herramientas, el Diagnóstico de Estilo Comunicativo y el
Entrenamiento en desarrollo de la Asertividad, ayudamos a mejorar los resultados
del directivo y de todo su equipo, ya que el desarrollo de un estilo asertivo de diálogo
favorece la adopción de una mayor asertividad y la creación de lazos de confianza
entre los miembros del grupo
11.- LAS 7 REGLAS SISTÉMICAS DE LAS ORGANIZACIONES
En las empresas, como en las familias o en cualquier otro grupo social, las personas no
solo pueden ser consideradas individualmente, sino que también deben ser
consideradas como parte de un sistema en el que todos influyen sobre todos (para
mayor detalle, profundícese en la Teoría General de Sistemas).
Las personas vivimos en sociedad desde el origen de los tiempos, y desde entonces
hemos aprendido a comunicarnos y a relacionarnos respetando ciertas reglas de
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convivencia que son internamente aceptadas desde nuestro rol social más intrínseco.
Son reglas que permiten que el sistema se mantenga en equilibrio y la convivencia sea
pacífica.
Cuando se quiebra algunas de estas reglas, a conciencia o accidentalmente, el
resultado es un desequilibrio del sistema que requiere una intervención rápida en aras
a restablecer el equilibrio, y por tanto, la convivencia. Si no se interviene, el equilibrio
podría romperse ocasionando conflictos y problemáticas de índole muy diversa.
A este respecto, no hay más ciencia que la fuente de millones de años de experiencia
de convivencia social, que ha permitido resumir en 7 leyes lo que las personas
consideramos aceptable y no aceptable cuando formamos parte de un sistema. (para
mayor detalle, puede consultarse la obra “Ser Jefe”, O. Rodríguez, Ed. Bubok, 2010)
A continuación resumimos brevemente cada una de estas leyes:
1) Reconocimiento del vínculo de pertenencia
Todo miembro de la empresa, ya sea actual o histórico, merece ser reconocido como
perteneciente a la misma y recordado con respeto. En especial aquellos que tuvieron
una contribución significativa en la creación, el desarrollo o la supervivencia de la
organización. Socios que en un momento dado abandonan la empresa, departamentos
que se encuentran muy alejados físicamente del grueso de la compañía, personas que
son parte de la organización desde siempre pero cuya relación no es estrictamente
laboral (autónomos, representantes, personas en staff,…), pueden ser elementos del
sistema que, en un momento dado, pueden verse afectados por desequilibrios respecto
a esta ley.
2) Reconocer la importancia y respetar la dirección jerárquica
El jefe manda porque es el jefe, y cada persona sabe quién es su jefe y respeta su
línea de mando. Un principio tan básico como esencial que a menudo se desequilibra
por variadas circunstancias: dobles dependencias (jerárquica y funcional), personas
que se sienten “iguales” que sus colaboradores y evitan asumir su responsabilidad
directiva, personas vinculadas familiarmente a la propiedad de la compañía que ocupan
posiciones de gestión por debajo de un Director General profesional y se “saltan a la
torera” la línea de mando, etc.
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3) Respetar el equilibrio entre Dar y Recibir
Lo que cada persona aporta al conjunto debe estar equilibrado con lo que cada
persona recibe. Esta ley se puede desequilibrar cuando una persona siente que da más
de lo que recibe (porque realiza sobreesfuerzos en materia de horario o dedicación, por
ejemplo) o cuando las personas ven que un miembro del equipo recibe lo mismo que
los demás pero aporta mucho menos (porque se escaquea, o bien porque tiene un
salario asignado desproporcionado respecto al resto, por ejemplo)
4) Reconocer la Pre-valencia por Antigüedad
Las personas nuevas es necesario que muestren respeto y consideración a aquellas
que llegaron antes a la organización, escuchando su experiencia y consultando su
opinión. Con independencia de que la organización necesite introducir cambios y
evolucionar, no puede hacerse pasando “por encima” de los años de experiencia
acumulados por las personas que son más veteranas en la organización, sino
teniéndolas en cuenta e implicándolas en el proceso de evolución.
5) Reconocer la Pre-valencia por Aportación
Aquellas personas o departamentos que realizan aportaciones significativamente
superiores que el resto para el sostén y el crecimiento de la organización requieren ser
reconocidos, tener mayor peso en las decisiones y ser tenidos en cuenta de manera
particular. A menudo, encontramos áreas clave que marcan la diferencia en la empresa
en el sentido de que los clientes compran a esta empresa por la aportación del valor
añadido diferencial que realiza esa área (por ejemplo, una calidad superior a la
competencia, un diseño innovador, la instalación del producto en casa del cliente, etc.).
Si estas áreas clave no son distinguidas y consideradas de manera particular, pueden
surgir conflictos que afecten al devenir futuro de la empresa.
6) Reconocer lo que hay, con transparencia
Cuando surgen problemas o dificultades que preocupan a la Dirección pero se ocultan
al resto de empleados, a menudo las personas acaban percibiendo que “algo anda
mal”. Como consecuencia de ello, se incrementa la rumorología, se reduce la
productividad y, como normalmente las personas piensan que la situación es peor de lo
que seguramente es y fácilmente se imaginan los peores escenarios, las personas con
mayor empleabilidad pueden empezar a pensar que llegó la hora de cambiar.
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7) Reconocer la conciencia grupal
Cuando se producen fusiones o adquisiciones, es frecuente observar choques
culturales notables entre las organizaciones. Cada una aporta sus valores, sus “usos y
costumbres” y también su forma de interpretar y convivir con las seis leyes anteriores.
Por tanto, cada grupo entiende de manera diferente lo que es correcto o incorrecto, lo
que está bien y mal respecto al comportamiento de unas personas con otras. También
los “pesos” de los departamentos pueden ser diferentes, en función de cuál sea la
competencia distintiva de cada una de las empresas. No tener en cuenta estas
diferencias al reunir en un solo grupo a personas con culturas diferentes puede
provocar conflictos, con el consiguiente detrimento de la productividad y de los
resultados, e incluso con riesgo de poner en peligro la rentabilidad de la fusión o el
logro de las sinergias necesarias para que la operación se complete con éxito.
12.- UNA METODOLOGÍA DE INTERVENCIÓN EN 3 ETAPAS
Acabamos de analizar someramente 4 aspectos clave para la prevención de los
conflictos en las organizaciones,
Las 5 acciones básicas que regulan las relaciones entre personas en la empresa
La importancia de las creencias y los puntos ciegos de las personas en conflicto
Los diferentes estilos de comunicación de las personas y sus efectos en la
generación y resolución de conflictos
Las 7 leyes sistémicas de las organizaciones
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La cuestión ahora es ¿cómo intervenir en las empresas para resolver los conflictos en
curso y prevenir que no vuelvan a aparecer?
En arisses, como expertos en Coaching Ejecutivo y Asesoramiento Organizativo
para la Resolución de Conflictos en las Empresas, trabajamos con una metodología
en tres etapas:
Primera:
Elaboramos un Diagnóstico preciso mediante entrevistas individuales con la
Dirección y las personas o áreas en conflicto, así como mediante la observación de la
dinámica general del equipo: estilo de trabajo, pautas de colaboración, modelos de
comunicación e inter-acción, etc.
El resultado de esta etapa es una valoración individual y colectiva de:
los puntos fuertes y áreas de mejora del área estudiada (en función del
ámbito del proyecto, puede ser un equipo de personas, un departamento, una
división o una empresa en su conjunto)
Las pautas de cambio necesarias para restaurar la convivencia y prevenir los
conflictos futuros.
Este diagnóstico es presentado a la Dirección, junto con la sugerencia de un Plan de
Intervención concreto, que detalla:
acciones de cambio necesarias
personas a involucrar
indicadores de cambio observables
plazos de intervención propuestos.
Segunda:
Realizamos la Intervención necesaria, a nivel individual y colectivo.
Para ello, aplicamos técnicas de:
- Coaching ontológico individual para la resolución de conflictos
- Coaching de Equipos
- Coaching Sistémico
- Entrenamiento en nuevas pautas de comunicación, inter-relación y convivencia
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Junto con la Dirección, constatamos los avances respecto al Plan previsto y medimos
la evolución de los indicadores de cambio observables, para asegurar la efectividad de
la intervención y el logro de los resultados deseados.
Tercera:
A continuación, entrenamos al equipo de Dirección o al Manager del área intervenida
en Pautas de Actuación para la Prevención de Futuros Conflictos.
De este modo aseguramos que la organización integre nuevos hábitos de análisis de
situaciones y decisión, para que el cambio de estilo de convivencia se integre en la
cultura corporativa.
Esta metodología, de probada eficacia, es llevada a cabo por consultores expertos de
arisses, formados expresamente para esta labor, y con una amplia experiencia en la
intervención para la resolución de conflictos en las organizaciones, tanto a nivel de
empresas multinacionales como, en particular, en empresas de carácter familiar,
cuyas particularidades específicas requieren modelos de diagnóstico e intervención
propios.
1º • Diagnóstico mediante entrevistas
individuales y observación del equipo
2º • Intervención individual y por equipo
3º • Entrenamiento en pautas de prevención
de conflictos para el manager
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13. RIESGOS Y NECESIDADES PROPIOS DE LOS GRUPOS DE
EMPRESAS FAMILIARES
Las empresas familiares poseen características propias que inciden con nuevos
elementos en los riesgos de conflictos dentro de su organización. Algunos de estos
elementos son:
• La integración de familiares y amigos en la gestión
• La ausencia de reglas claras de “quién influye en qué”
• Los conflictos familia-empresa se hacen bidireccionales y pueden nacer en
ambas esferas
• Muchos conflictos son antiguos y están ocultos
• Suelen entrar en juego expectativas insatisfechas sobre el rol y las cualidades
profesionales de la siguiente generación
• A menudo no existen órganos de gobierno separados de la gestión
• Habitualmente encontramos una integración del patrimonio familiar en la
empresa
En este contexto, las necesidades típicas que encontramos en este perfil de empresas
se suelen centrar en los siguientes aspectos:
• Necesidad de profesionalizar las empresas, lo que requiere determinar el perfil
idóneo para los directivos y mandos, que suele diferir en algunos rasgos del
adecuado para una empresa no familiar.
• Necesidad de definir y aplicar roles precisos y funciones concretas de la
siguiente generación
• Necesidad de definir una estrategia que fomente la alineación de intereses y
sinergias entre los diferentes miembros de la familia y entre la familia y los
principales directivos.
• Necesidad de definir y poner en marcha el gobierno corporativo
• Necesidad de definir un pack de información adecuado y suficiente para los
accionistas y consejeros de la empresa
• Necesidad de reforzar el sentimiento corporativo, limpiando el pasado de
conflictos lejanos pero que dejaron honda huella en el nivel de confianza de los
miembros de la familia.
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¿QUÉ TIPO DE APOYO PUEDE NECESITAR LA EMPRESA EN ESTE SENTIDO?
En arisses contamos con expertos en Dirección y Gestión de Empresas Familiares, lo que nos permite:
• Entender y empatizar con las emociones y sentimientos que intervienen en los procesos de decisión
• Asesorar de manera personalizada y precisa aportando un valor añadido cierto en materia de Gobierno Familiar y Gobierno Empresarial
• Construir y desarrollar un Plan de Actuaciones Progresivas que permitan realizar los cambios necesarios de manera gradual, integrándolos en la actividad de la empresa y en la relación de la familia constructivamente.
A través de un diagnóstico preciso y personalizado, facilitamos a las organizaciones familiares un análisis externo, independiente y profesional, que facilita la visión del abanico de opciones a nivel estratégico, la valoración de los pros y los contras de cada una de las opciones y el apoyo a la toma de las decisiones más adecuadas para cada empresa familiar.
El resultado es un acompañamiento preciso y experto en la toma de decisiones estratégicas que permitan decidir e implantar el modelo de empresa familiar idóneo para sus circunstancias y prevenir la aparición de conflictos que puedan dañar de manera irreparable las relaciones familiares y condicionar de este modo el futuro de la empresa.
14. DIEZ RECOMENDACIONES ESENCIALES PARA INTERVENIR
SOBRE CONFLICTOS EXISTENTES HOY EN SU EMPRESA Y
CANALIZAR SU RESOLUCIÓN.
Deseamos finalizar con un breve resumen de recomendaciones que, desde la
Propiedad, la Gerencia, la Dirección de un área o la Jefatura de un departamento,
pueden guiarle en el análisis de los conflictos existentes hoy en su organización para
canalizar su resolución constructivamente y con éxito.
1 Escuche sin pre-juicios
A menudo la jerarquía tiene una “etiqueta invisible” asignada a cada uno de sus
colaboradores, derivada generalmente de sus interactuaciones previas, que presupone
el rol de cada una de las partes del conflicto tanto en la generación del problema como
en su posible resolución.
Cuanto más larga es la relación previa mantenida, más indeleble es la etiqueta que
hemos colocado a cada persona. Esta etiqueta condiciona nuestra escucha cuando
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cada una de las partes nos cuenta su versión de los hechos, limitando nuestra
capacidad para Escuchar Activamente y explorar nuevas posibilidades para resolver el
conflicto y que no vuelva a producirse.
2 Clarifique la inter-acción que falló
Hemos repasado 5 acciones de inter-acción que suelen aparecer (solas o combinadas
con otros factores) en la raíz de los conflictos entre personas: Pedir, Acordar,
Reconocer, Escuchar y Ofrecer (ver apartado 6).
Repase la situación que generó el conflicto y su contexto relacional, y trate de averiguar
cuál de estas acciones intervino, o no intervino y debería haberlo hecho, en la relación
entre las personas o equipos sobre los que desea intervenir.
3 Clarifique las creencias que les separan
Con frecuencia encontramos en la raíz de los problemas diferencias fundamentales
respecto a las creencias básicas de las personas en liza, que les llevan a presunciones
que pueden interferir gravemente en las pautas de relación y convivencia.
Asimismo, trate de detectar los puntos ciegos que trascienden en su caso, y póngalos
sobre la mesa con delicadeza y tacto, pero con asertividad. Sólo podemos modificar los
comportamientos y hábitos de los que somos conscientes, y aún así, ya es harto difícil.
Pensar en que alguien “se dará cuenta por sí solo” de que un comportamiento suyo
influye negativamente en los demás, puede demorar en exceso la resolución del
problema, o no llegar nunca.
4 Identifique los estilos de comunicación
Tanto en la gestación como en la resolución de los conflictos, el estilo de comunicación
de las personas que intervienen pueden resultar determinantes, y a menudo las
personas no tienen conciencia del efecto que su estilo de comunicación provoca en los
demás.
Aprenda a reconocer los estilos de comunicación de las diferentes personas que
intervienen en el conflicto, y podrá determinar qué peso puede haber tenido ese estilo
de comunicación en la gestación del conflicto y cómo está afectando a sus
posibilidades de resolución.
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para la Resolución de Conflictos en la Empresa
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5 ¿Saben comunicarse asertivamente?
Las personas no suelen tener la capacidad para ser flexibles en la elección de su estilo
de comunicación, para adoptar el estilo más eficaz en cada momento.
Por esta razón es muy útil aprender a desarrollar una mayor capacidad asertiva y a
aplicarla cuando se requiera intervenir ante partes en conflicto, para lograr expresar de
manera eficaz emociones y percepciones, mantener la serenidad cuando las tensiones
arrecian y ayudar a los demás a comunicarse de manera más eficaz y persuasiva.
6 ¿Saben lograr acuerdos eficaces?
Existen técnicas específicas para ayudar a los colaboradores a establecer claramente
los términos de los acuerdos y asegurar que todos han entendido del mismo modo las
condiciones de satisfacción de los mismos.
Esta fase, que forma parte de la planificación y organización previa de cualquier
proyecto antes de iniciar la fase de ejecución, a menudo es infravalorada por las
personas (especialmente en nuestro país), puesto que no solemos dedicar tiempo a
prevenir los malos entendidos y confiamos en exceso en nuestra capacidad para
improvisar y sortear las dificultades que luego puedan sobrevenir.
Una acción específica en este sentido puede después ahorrarnos no solo mucho
tiempo, sino también muchos quebraderos de cabeza y malestares en el equipo.
7 ¿Saben renegociar y revocar sus compromisos?
Como se ha comentado anteriormente, con frecuencia se da el caso de que una
persona o equipo han acordado con otra parte llevar a cabo algo en un determinado
plazo, pero en un momento dado se dan cuenta de que no podrá cumplirlo. Una
reacción que provoca numerosos conflictos es la de callarse, bien por temor a la
reacción de la otra parte o a las consecuencias, o bien porque piensan que
esforzándose en el último minuto o solicitando ayuda a alguien lo acabarán resolviendo
y nadie percibirá nada. Pero cuando al final vence el plazo y se incumple el acuerdo,
las consecuencias acaban siendo mucho más graves que si se hubiera tomado la
iniciativa de aflorar las dificultades y renegociar o revocar el acuerdo.
Existen técnicas para entrenar a las personas a incorporar este hábito en sus inter-
relaciones, que permiten abandonar círculos viciosos en los que las reacciones
recibidas tras un incumplimiento atemorizan aun más a las personas, reforzando su
tendencia a seguir ocultando los problemas cuando aparecen.
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8 ¿Saben reclamar y disculparse productivamente?
Reclamar productivamente es una habilidad que permite reconstruir lazos de confianza
cuando una persona o área tienen la percepción de que la otra parte ha incumplido los
términos de un acuerdo. Implica una acción proactiva y constructiva destinada a
solventar el problema pero también a reforzar el aprendizaje de ambas partes respecto
a cómo conviene concretar acuerdos futuros.
Se contrapone a la amarga recriminación o a las críticas por la espalda a la hora del
café, desgraciadamente tan populares como improductivas en nuestras empresas, que
provocan con frecuencia la transferencia al ámbito personal de un conflicto profesional.
Del mismo modo, cuando una persona es consciente de haber incumplido o estar en
riesgo de incumplir un acuerdo, tiene en su mano la posibilidad de elaborar una
disculpa productiva que incluya el resarcimiento por los perjuicios causados con su
actuación, pero a menudo este paso se obvia por orgullo, miedo, porque “el otro me
hizo lo mismo a mí y no se disculpó”, etc.
Aprender técnicas para saber reclamar y disculparse productivamente ayudará a las
personas a reconstruir sus lazos de confianza y restaurar las relaciones de convivencia,
facilitando la resolución de conflictos actuales y la prevención de otros futuros.
9 ¿Saben restablecer la confianza perdida?
La confianza entre personas en el ámbito de la empresa juega un papel clave en las
relaciones profesionales y personales. De hecho, la confianza se encuentra en la base
misma de los acuerdos comerciales, las relaciones cliente-proveedor, las relaciones
laborales y las decisiones de índole organizativa, técnica y estratégica de las
compañías.
Existen elementos clave que condicionan la existencia o ruptura de una relación de
confianza entre colegas, departamentos, jefe- colaborador, o empresas. En estos
elementos influye la percepción de la sinceridad, de la capacidad y del historial de
pruebas de confianza que se hubieran producido en el pasado entre las partes.
Entender cómo se construyen los lazos de confianza, bajo qué circunstancias pueden
ser destruidos, en qué casos pueden ser reconstruidos y qué pasos hay que dar para
lograrlo, permitirá a las personas y a las empresas consolidar sus relaciones, reducir el
tiempo y el esfuerzo dedicados a solucionar los problemas derivados de la
desconfianza y mejorar la productividad, los resultados y el clima de convivencia de la
organización.
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10 Restaure el equilibrio en el sistema
Por último, ya hemos visto que el sistema organizativo se rige por unas leyes cuyo
desequilibrio puede ocasionar graves conflictos con importantes consecuencias para la
organización. Identificar si se ha alterado alguna de estas leyes y enmendar lo
necesario tomando las decisiones de cambio oportunas para restablecer el equilibrio
permitirá solucionar los problemas y, especialmente, prevenir su reaparición.
OBJETIVO: que sus equipos sean autónomos en el futuro
En definitiva y como conclusión, la meta de cualquier intervención en Resolución de
Conflictos en la Empresa no puede limitarse al conflicto actual en sí. El objetivo debe
ser lograr que las personas implicadas, ya sean empleados, directivos, gerentes o
propietarios de la empresa, aprendan de esa experiencia y dispongan de nuevos ejes
de análisis y herramientas de intervención para resolver y prevenir problemas futuros
que puedan acontecer en sus organizaciones.
¿NECESITA MÁS AYUDA?
arisses ofrece servicios expertos de asesoramiento a las empresas en la
prevención y resolución de conflictos motivados por deficiencias en la
Comunicación y el Liderazgo en la organización.
Nuestra intervención le ayudará a identificar los orígenes, valorar su impacto y sus
consecuencias, entender cuáles son los abanicos de intervención posibles, tomar las
decisiones de intervención idóneas para su empresa y formar a directivos y mandos
para evitar la futura reaparición de los conflictos.
Solicite una entrevista sin compromiso para valorar su caso particular. Visitaremos
su empresa y le ofreceremos una propuesta personalizada adaptada a sus
circunstancias que le permitirá abordar la gestión de conflictos de manera constructiva
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