“san jerÓnimo 162 testimonio ausente del arte de juan … · 2016-01-05 · ana maría torres...

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1 UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA Estudios con reconocimiento de Validez Oficial por Decreto Presidencial del 3 de abril de 1981 “SAN JERÓNIMO 162 TESTIMONIO AUSENTE DEL ARTE DE JUAN O´GORMAN” TESIS Que para obtener el grado de MAESTRA EN ESTUDIOS DE ARTE Presenta ADRIANA SANDOVAL GONZÁLEZ Directora de tesis DRA. ANA MARÍA TORRES ARROYO Lectores: MTRA. KAREN CORDERO REIMAN DR. ENRIQUE X. ANDA ALANÍS México, D.F. 2015

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UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA Estudios con reconocimiento de Validez Oficial por Decreto Presidencial

del 3 de abril de 1981

“SAN JERÓNIMO 162 TESTIMONIO AUSENTE DEL ARTE DE JUAN O´GORMAN”

TESIS

Que para obtener el grado de

MAESTRA EN ESTUDIOS DE ARTE

Presenta

ADRIANA SANDOVAL GONZÁLEZ

Directora de tesis

DRA. ANA MARÍA TORRES ARROYO

Lectores: MTRA. KAREN CORDERO REIMAN

DR. ENRIQUE X. ANDA ALANÍS

México, D.F. 2015

2

Agradecimientos

Agradezco a la Universidad Iberoamericana por brindarme la oportunidad de continuar en sus aulas mi formación profesional y, en espacial, a los profesores del Departamento de Arte quienes con su confianza, cátedras y ejemplo jugaron un papel decisivo durante el trayecto.

Muy en especial a la Dra. Ana María Torres por su sinceridad, confianza y apoyo, a la Dra. Dina Comisarenco, a la Mtra. Karen Codero y a la Mtra. Marina Vázquez por el invaluable apoyo y la comprensión; a ustedes queridas profesoras corresponde, en gran medida, el mérito de haber concluido mi compromiso académico y fortalecer mi pasión por el arte y la arquitectura mexicana.

Gracias al sínodo de esta investigación; Mtra. Karen Cordero, Dra. Ana María Torres, Dr. Enrique X. de Anda, Dra. Dina Comisarenco y Mtro. Alejandro Aguilera por el trabajo invertido para la realización de sus objetivos y, más aún, por hacerme partícipe de su pasión por la docencia y por convertirse en referentes de generosidad y profesionalismo.

A mi madre Teresa González por anclarme a la vida en momentos difíciles, a mi tía Cecilia Sandoval por cada palabra de aliento, a mi abuela Socorro Díaz por su compañía así como a la familia Sandoval García; Silvia, Enrique, Joaquín y Alejandro, a Francisco Vázquez y Gustavo Sánchez por cada charla, abrazo y beso; a ustedes debo más de una respuesta y motivo para continuar.

Agradezco, también, a mis profesores, en espacial a la maestra Yolanda Oropeza quien me recibió en su aula una mañana de agosto y dio inicio a esta carrera de conocimiento y asombro. A mis profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México, en espacial, al Ing. Miguel Ángel Pérez, al Dr. Iván Escamilla, al Dr. René Aguilar, al Dr. Carlos Ham, al Mtro. Roberto González y al Arq. Roberto González López quienes han contribuido de manera permanente en mi formación profesional y han fungido como un motivo latente para volver a la hermosa Ciudad Universitaria.

A Margarita Romero, Josué Piña, Griselda Nicolás, Brenda Espinoza y Ricardo Luqueño por su amistad a lo largo de tantos años así como a Estefanía Díaz, Irinuska Jaramillo, Jaqueline Grabinsky, Mireille Torres, Lilia Velázquez y Alma Viveros por formar parte de las valías que va generando la vida.

Gracias también a mi querida Bettina Cetto por su entusiasmo y bondad al compartir las memorias y documentos de su Tío Tlacuache; una de las mejores aproximaciones que he tenido a Juan O´Gorman, a la Dra. Yoko Sugiura por la generosidad de sus memorias sobre Juan O´Gorman así como a cada uno de los compañeros que en el camino de la difusión del arte mexicano me han acompañado, en especial al Lic. Marco Antonio Velasco.

A todos ustedes gracias por cada palabra y acto que contribuyó en la realización de este trabajo.

Adriana Sandoval

3

A mi madre, mis tías, maestras y amigas por ser el mejor apoyo en esta etapa de mi vida. Con mucho cariño y gratitud.

4

Índice

Introducción

La investigación……………………………………...……………………..…………………...9

San Jerónimo 162 de Juan O´Gorman……………………………………………………….….12

Capítulo I La construcción, la ruina

y el quehacer creativo de Juan O´Gorman: 1950 Preámbulo.............................................................................................................................. 23

1.1 La casa de avenida San Jerónimo no. 162 en el Pedregal de San Ángel

1.1.1 Formas y conceptos de la casa en la cueva………………………….………..………..26

1.1.2 El 162 de la avenida San Jerónimo………………..…..………….……………………….35

1.1.3 El Pedregal de San Ángel y la ciudad de México………..……………………………38

1.2 Juan O´Gorman y la ciudad de México: 1950

1.2.1 Juan O´Gorman y la arquitectura moderna………………………………......41

1.2.2 México de cara al futuro………………………...……………..……….…….48

1.2.3 La encrucijada de Jano……….………………….....…………………...……51

5

Capítulo II

La casa-gruta San Jerónimo no. 162 y la crítica de Juan O´Gorman en contra de la civilización

Preámbulo………………………………………………………………………….………58

2.1 La petrificación de la imagen y la corrosión de las formas: La técnica arquitectónica en San Jerónimo 162

2.1.1. Anhuacalli: Piedra decorativa……………………..……………...………......65

2.1.2 Biblioteca Central: Piedra monumental………......................................……...70

2.1.3 San Jerónimo 162: Piedra arquitectónica………………...……...…………….74

2.2 Realidad y fantasía: la crítica a la razón arquitectónica en la pintura de Juan O´Gorman

2.2.1 Realidad y Fantasía en la obra de Juan O´Gorman. Exposición del artista en el

Palacio de Bellas Artes (1950)………………………………………………………81

2.2.2 Paisaje, arquitectura y pintura: Orígenes conceptuales de San Jerónimo

162……………………………………………………………………..…………….84

2.2.3 La ciudad en la pintura de Juan O´Gorman……………………...……………88

6

Capítulo III

San Jerónimo 162: La construcción de un concepto en tiempos de cambio

Preámbulo…………………………………………………………………………….……97

3.1. La destrucción de la casa-gruta

3.1.1 Venta y destrucción de San Jerónimo 162………………….………………..103

3.1.2 La ausencia del 162 en la ciudad de México y su recuerdo en quienes la

conocieron………………………………...……………………………...…….…..107

3.2 Más allá de Biblioteca Central: San Jerónimo 162 de cara a la historia

3.2.1 La piedra y la memoria……………………………………..….…………….114

3.2.2 Representación histórica de la cultura: su anverso…………………..………118

Conclusiones

Reconstrucción y conjeturas en torno a San Jerónimo 162 y la producción creativa de

Juan O´Gorman…………………………………………………………………….123

Bibliografía………………………………………………...……………….......................127

7

8

La curiosidad demoniaca y embrolladora de la casa de O´Gorman es producto de cálculo y manía al mismo tiempo. Sus impulsos netamente subjetivos van más allá de la arquitectura, llegando al polo en donde ya no hay camino que se pueda seguir […] Sin embargo, no deberíamos olvidar, que nunca fueron los eclécticos, quienes nos enseñaron nuevos puntos de vista y que sin la obsesión de los descubridores jamás nos hubiéramos dado cuenta de los límites de nuestro mundo

Max Cetto

9

Introducción

La investigación

La presente investigación es un análisis en torno a la casa-estudio construida por el

arquitecto y pintor mexicano Juan O´Gorman (1905-1982) en la avenida San

Jerónimo número 162 del Pedregal de San Ángel de 1948 a 1952; periodo creativo

en el cual el artista trabajó, también, en la construcción y en el recubrimiento mural

de Biblioteca Central de Ciudad Universitaria (1952) y llevó a cabo su primera y

única exposición individual en el Palacio Nacional de Bellas Artes de la ciudad de

México (1950).

Con objeto de comprender mejor la ubicación de esta obra en la trayectoria creativa

de su autor vale la pena señalar que el espacio-tiempo en que fue construida le

situó en el justo medio de su producción artística; labor que había iniciado

públicamente en 1929, con la realización de su primera casa-habitación totalmente

funcionalista, y que concluyó en 1982, poco antes de su muerte.

No se exagera si se señala a esta casa como una de las máximas expresiones

artísticas de O´Gorman, pues en ella confluyó arquitectura, pintura y escultura, y

menos aún si se le presenta como uno de los más grandes pendientes de los

estudios especializados en el tema O´Gorman al carecer, hasta el momento, de un

análisis exhaustivo de la obra en atención no sólo a sus características formales y

conceptuales sino, también, en lo que respecta a su relevancia en la historia del

arte y la arquitectura nacional y latinoamericana .

10

Conocida en la época como casa cueva o casa gruta, la casa estudio construida

por Juan O´Gorman en el Pedregal de San Ángel se caracterizó por la riqueza de

los materiales utilizados para su construcción, la variedad de sus formas, las

soluciones implementadas para su estructura y acabados así como por la

incorporación de una cueva de origen natural a su planteamiento arquitectónico,

razón por la cual recibió los nombres aludidos y que le sitúo en la escena

arquitectónica del siglo XX como una de las propuestas habitacionales más

radicales del país en lo que a arquitectura de integración con el paisaje refiere1.

El concepto que sustentó dicha arquitectura de integración ancló sus conceptos en

la arquitectura orgánica de la primera mitad del siglo XX y, más específicamente,

en la labor arquitectónica de Frank Lloyd Wright (1867-1959) convirtiéndola en una

de las pocas expresiones de arquitectura orgánica en México y América Latina bajo

una significación cuasi arqueológica e interpretativa del Pedregal como región

natural y cultural por parte de su autor.

Las formas resueltas en la casa-gruta, como se verá más adelante, pusieron al

límite las habilidades de su autor contando con trazos únicos en su arquitectura e

incluso con algunos cuasi ajenos a las construcciones urbanas del siglo XX

estableciendo una relación entre la casa y su tiempo de constante tensión que fue

radicalizándose hasta agotar la existencia física de la primera y, después, su

paulatina pero decisiva destrucción discursiva.

1 Francisco González de Canales, Experiments with Life itself. Radical Domestic, Barcelona: ACTAR Publishers, 2012, págs. 118-143.

11

A consecuencia de haber sido destruida en 1969 por motivos poco claros—

después de ser puesta en venta por O´Gorman—y tras valorar la pertinencia de su

estudio con objeto de enriquecer los estudios en torno a su autor y los análisis de la

arquitectura nacional y latinoamericana del siglo pasado la presente investigación

ha optado por elaborar una estudio re-constructivo en torno a la casa-gruta de Juan

O´Gorman partiendo: de su ubicación (el no. 162 de avenida San Jerónimo), del

estudio e interpretación de un sus formas y conceptos y, finalmente, de un análisis

conjetural de ambos aspectos en el espacio tiempo, es decir, la ciudad de México

de cara a la segunda mitad del siglo XX.

Lo anterior con el apoyo de la escasa pero valiosa fortuna crítica que existe en

torno a Juan O´Gorman y la casa-gruta; planos, fotografías, notas y exposiciones,

así como del testimonio de especialistas y allegados al artista, quienes han sido

entrevistados, por quien estas líneas escribe, con objeto de subsanar algunos de

los vacíos que los años y el olvido académico ha perpetuado en el tema

O´Gorman-San Jerónimo.

Realizar una investigación a partir de una obra que fue destruida hace más de

cuarenta años y que se haya inserta en la trayectoria de un artista que a la fecha

carece de un archivo exhaustivo en torno a Juan O´Gorman se justifica no sólo en

la posibilidad de analizar un objeto materialmente ausente y/o en la de incrementar

los estudios en torno a la trayectoria creativa de su autor sino, también, en la

posibilidad de conocer y analizar el objeto en cuestión como parte de un entramado

discursivo específico y como poseedor de una naturaleza formal y enunciativa

digna de re-flexionar y re-visitar

12

San Jerónimo 162 de Juan

O´Gorman

La destrucción de la casa-gruta de

Juan O´Gorman en 1969 impidió

que una obra poco conocida en su

tiempo conquistara públicos

distintos a los de su tiempo y, más

aún, que lograra ser aprehendida

como parte de la trayectoria creativa de su autor y como partícipe de la realidad

arquitectónica y creativa del México de los años cincuenta.

Realizada de 1948 a 1952 en el Pedregal de San Ángel, la casa cueva o casa

gruta, como también se le conoció en las publicaciones de su tiempo, fue la

penúltima obra arquitectónica de Juan O´Gorman y estuvo antecedida por varias

decenas de construcciones que habían quedado a catorce años de distancia

debido a una prologada inactividad del artista en el ámbito de la arquitectura2.

Antecedida en lo inmediato por un conjunto de cuatro casas habitación en la

colonia del Valle de la ciudad de México (1933) —de entre las cuales destacó la

casa-observatorio para el ingeniero Luis Enrique Erro (1897-1955) —y sucedida por

2 Marisol Aja, Juan O´Gorman en: Cuadernos de arquitectura para la conservación del patrimonio artístico. Apuntes para la historia y la crítica de la arquitectura mexicana del siglo XX: 1900-1980 V.2, México: SEP/INBA, 1982 págs. 21-40.

Juan O´Gorman en el estudio de su casa-cueva, Juan Guzmán, 1952.

13

las modificaciones realizadas a la casa Nancarrow luego que el músico contrajera

nupcias con la antropóloga Yoko Sugiura en 19713. La casa-gruta detentó

elementos de ambos periodos; la técnica precisa e inteligente de su arquitectura

funcionalista4 de los años treinta y la búsqueda permanente de una arquitectura

que superase la estructura al acercarse a las necesidades no cuantificables y

estéticas y de sus habitantes.

A consecuencia de lo anterior en la casa-gruta se hicieron presentes un análisis

minucioso de las necesidades a cubrir por su programa arquitectónico, basado en

soluciones eficientes y austeras, un diálogo abierto entre Juan O´Gorman y su obra

así como una relación muy específica entre la obra y su espacio-tiempo, factor este

último que llevó al artista a nombrarla protesta en contra de la nueva academia

arquitectónica del siglo XX y del desierto mecánico de la maravillosa civilización del

mismo siglo.

Como resultado de la trayectoria creativa de Juan O´Gorman, la casa gruta contó

con formas absolutamente particulares derivadas de la intención creativa y anti-

académica de su autor pero, también, de una interesante negociación que éste

sostuvo con las condiciones orográficas y paisajísticas del Pedregal de San Ángel,

y de la que resultó la integración de su orografía (cueva) y los cambios radicales

acontecidos a los planos con los que O´Gorman esperaba resolver la obra.

3 Respecto de la casa del músico Conlon Nancarrow debe señalarse que fueron dos las etapas de construcción de dicho inmueble. La primera a la llegada del músico a México en la década de los cuarenta y la segunda tras su matrimonio con la Antropóloga Yoko Sugiura en 1971. Dato extraído de la entrevista realizada a Yoko Sugiura por Adriana Sandoval en octubre de 2014. 4 “Arquitectura basada en la solución de las necesidades de albergue de la manera más eficaz y con el menor costo posible” en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM, 1983, pág. 122.

14

Con una planta baja, un primer piso y diez módulos en total, la casa cueva de Juan

O´Gorman contó, entre otras cosas, con una estancia, un cuarto de servicio y una

cocina; en la planta baja, así como dos recámaras y una terraza en la planta alta.

La mayor parte de sus formas fueron resueltas con piedra volcánica del Pedregal

de San Ángel y sólo aquellos

espacios en los que dicho material

resultó poco práctico fue sustituido

por otros como el ladrillo rojo.

Juan O´Gorman explicó esta obra en

los años cincuenta como un ensayo

de arquitectura orgánica basado, en

la teoría de Frank Lloyd Wright

(1867-1959) y, por tanto, como un

cuerpo arquitectónico en armonía

con el entorno natural5. En lo que a

sus formas refiere el concepto de

fantasía inspirado en figuras como Antonio Gaudí (1852-1926) y Ferdinand de

Cheval (1836 -1924) jugó un papel relevante en cuanto a sus soluciones, mientras

que en lo que a su narrativa respecta el realismo resultó fundamental para el artista

al momento de enarbolar su crítica en contra no sólo de la arquitectura que

imperaba en los años cincuenta, a la que denominaba como aburrida, comercial y

5 Si bien la arquitectura orgánica carece de una definición específica puede comprenderse como una labor constructiva en íntima y armoniosa relación con la naturaleza. Wright definía a sus construcciones como árboles o plantas en perfecta articulación con el paisaje en: Eduardo Sacriste, Frank Lloyd Wright, Buenos Aires: Nobuko, 2006, págs. 93-96.

Frida Kahlo, Juan O´Gorman y Helen O´Gorman en San Jerónimo 162.

15

cara arquitectura <<”moderna”>>6,

sino, también, para manifestar su

rechazo en contra de la atmósfera

que permeaba en la nueva sociedad

industrial-mexicana de la segunda

mitad del siglo XX, tal como lo había

realizado en varios de sus caballetes

desde 1938.

Las declaraciones del O´Gorman de

los años sesenta en torno a la narrativa de la casa-gruta, se ejemplificaban y

contextualizaban con decenas de caballetes ejecutados por el artista, como se dijo

desde finales de los años treinta, reafirmando la casa-gruta como una crítica a la

sociedad industrial y dictatorial que, a pasos agigantados, devoraba el verdor y la

pureza de la tierra dejando a su paso polución y orfandad para toda forma de vida.

El concepto de habitación propuesto por O´Gorman en el Pedregal se sumó a

iniciativas semejantes y, más aún, fue analizado por algunos arquitectos, artistas y

conocedores que atendieron y dieron seguimiento al devenir de la casa-gruta a lo

largo de los años elaborando análisis profundos y/o estableciendo conjeturas entre

la obra y su espacio-tiempo. Tal fue el caso del arquitecto Max Cetto7, amigo y

6 “Comentarios a cerca de la casa de la avenida San Jerónimo no. 162” en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM, 1983, pág. 158. 7 Maximiliano Ludwig Carl Cetto (Koblenz, Alemania 1903 –Ciudad de México 1980) ingeniero arquitecto quien llegó a México en 1939, luego de estar durante un año en los Estados Unidos de América en donde trabajo con Richard Neutra y Frank Lloyd Wright, y que colaboró con arquitectos como José Villagrán, Luis Barragán y Jorge Rubio. Algunas de sus obras más importantes fueron realizadas en el Residencial Jardines del Pedregal y entre las cuales, cabe recalcar, correspondió el merito de ser la primera casa construida en el

Juan O´Gorman, Monumento al capitalismo industrial, 1943.

16

compadre de Juan O´Gorman; el del artista plástico Mathias Goeritz8, cercano

colaborador, para la época, de Luis Barragán en Jardines del Pedregal; la crítica de

arte Ida Rodríguez Prampolini y a la escultora Ángela Gurría, colega y amiga del

artista, por mencionar un par de ejemplos.

Por su parte la crítica internacional guardó una posición distinta a la local frente a la

casa-cueva, primero como parte de las propuestas arquitectónicas del Pedregal de

San Ángel, con las que encontraba parecido, y después en su particularidad como

obra representativa del quehacer arquitectónico mexicano del siglo XX. Europa y

los Estados Unidos de América fueron lugar fértil en el cual, y por diversos motivos,

germinó la arquitectura orgánica de Juan O´Gorman en representación de la

arquitectura mexicana y como parte de las propuesta de habitación más radicales

del siglo XX en el continente9.

Quienes atendieron la construcción de la casa-gruta desde el extranjero guardaron

una óptica mucho más detallada de la obra buscando la oportunidad de tener

registros puntuales de la misma. Tal fue el caso de la arquitecta norteamericana

Esther McCoy quien, en su visita a México durante los años cincuenta, logró un

importante número de registros de la obra de entre los que sobresalen, fotografías

y documentos preparativos. Registros que, hasta la fecha, son pieza clave del

conjunto. Otro de los aspectos característicos de Max Cetto fue su labor como docente en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México y su valoración de las técnicas y materiales de la arquitectura popular mexicana. 8 Werner Mathias Goeritz Brunner (Danzig, Alemania 1915–Ciudad de México, México 1990) recordado y estudiado, entre otras cosas, por la invención y praxis de la arquitectura emocional en los años cincuenta, llegó a México en 1949 y colaboró años más tarde con Luis Barragán. Jesús Reyes en obras como el Residencial Jardines del Pedregal (1962) y Torres de Satélite (1957). 9 Francisco González de Canales, Experiments with life itself. Radical Domestic Architectures between 1937 and 1959, Barcelona: Actar, 2013, págs. 118-143.

17

archivo fotográfico de la obra construida en avenida San Jerónimo y que hasta

hace muy poco pueden ser consultados en la red y que cuenta con información

adicional del artista10.

Una de las principales diferencias entre la crítica nacional y la internacional

respecto del trabajo de O´Gorman en el Pedregal atendió, quizás, a las

necesidades discursivas que en un espacio y otro evocaba su análisis. De ahí que

la casa-gruta y propuestas como el Pedregal para sociedades como la

norteamericana representara la posibilidad de una realidad habitacional y social

distinta a la que privaba en las grandes ciudades de Norte América, mientras que la

crítica nacional buscaba posicionar una interpretación específica de la habitación

moderna basada en la construcción vertical y el abaratamiento de los costos así

como a partir de la especulación de la tierra, es decir en una arquitectura

desarrollista.

Revistas de difusión como LIFE, Progressive Architecture y Arts and Architecture

incluyeron en sus páginas a O´Gorman y su casa cueva en distintas fechas, siendo

cada una representativa de acontecimientos importantes en la vida del autor. Arts

and Architecture presentó en 1955 Mosaic Details from a Juan O' Gorman House11,

LIFE publicó fotografías de la casa cueva en noviembre de 1959 bajo el título El

arquitecto construye su casa. Una cueva de Mosaico en México a pocos años de

10 Archives of American Art, archive de Esther Born en: http://www.aaa.si.edu/collections/images/detail/juan-ogorman-house-7760 11 Arts and Architecture, vol. 72, No. 3, marzo, 1955. en: http://modernism101.com/products-page/architecture/arts-and-architecture-august-1949-john-entenza-editor-charles-kratka-cover-peter-macchiarini-jewelry-duplicate-19/#.VdLmIvmqqkp

18

haber sido construida12, mientras que Progressive Architecture incluyó a O´Gorman

en sus páginas en 197013, bajo el título O´Gorman cava house disappears—a un

año de ser destruida—y, finalmente, Arts and Architecture presentó un reportaje de

la obra en 1982, año de la muerte de O´Gorman, a cargo de Esther McCoy14.

La importancia de una obra como la realizada en el 162 de avenida San Jerónimo

por Juan O´Gorman de 1948 a 1952 y destruida por motivos que aún se

desconocen en 1969, responde, sin embargo, no sólo a las peculiares formas con

las que fue dotada por su autor y/o la relevancia con la que pudo o no contar en

medios nacionales y extranjeros de carácter general y especializado sino, más

específicamente, a consecuencia del entramado discursivo en el cual se ubicó

según el espacio-tiempo que ocupó y como resultado de las implicaciones de sus

formas y conceptos al interior de la trayectoria creativa de Juan O´Gorman.

Y es que la casa-gruta y el Pedregal de San Ángel representaron no sólo el aludido

contrapeso a determinado modelo de ciudad sino, también, una osada negociación

por parte de un amplio grupo arquitectos quienes, en condiciones espaciales y

orográficas muy específicas—un mar de lava sedimentada de hasta diez metros de

altura—buscaban demostrar la posibilidad de construir una arquitectura urbana y

moderna de carácter regional e incluso optando por técnicas y materiales locales

restando prioridad a las innovaciones de la industria de la construcción como se

venía haciendo desde la segunda década del siglo XX.

12 LIFE, 22 de enero,1959 13 Progressive Architecture, marzo, 1970. 14 Arts and Architecture, primavera, 1982.

19

De 1940 a1952, periodo en el cual las condiciones internacionales sostuvieron un

crecimiento constante del país y provocaron un desarrollo local basado no sólo en

el consumo de los bienes nacionales sino en la “manufactura” de sus ciudades bajo

el ejercicio de arquitectos y urbanistas específicos, construcciones como la casa-

gruta de Juan O´Gorman y complejos como Jardines del Pedregal y Ciudad

Universitaria—y más específicamente el Estadio Olímpico, Biblioteca Central y los

Frontones al aire libre —representaron un cuestionamiento frontal hacia los medios

políticos y las dinámicas económicas a partir de las cuales México, como nación, se

postulaba en la escena internacional de la segunda mitad del siglo XX.

La bonanza económica del país y su poder de transformación para muchos, y entre

ellos O´Gorman, no sólo había interrumpido el ritmo de desarrollo, crecimiento y

espíritu de la ciudad de México sino que anunciaban el inicio de un largo proceso

en el cual la búsqueda por modernizar al país generaría mucho más tensión con la

memoria, la tradición y las manifestaciones culturales de cada una de las regiones

del país.

La construcción de la casa-gruta subrayó una negociación extrema entre la técnica

arquitectónica de O´Gorman nacida con el siglo (orden) y las condiciones

orográficas del Pedregal de San Ángel (caos): facultar una cueva de origen natural

y, más aún, habitarla durante más de una década fue un acto sin precedentes en la

negociación que arquitectos y urbanistas hayan emprendido en el Pedregal y más

aún en la Ciudad de México de los años cincuenta e, incluso, en la historia de la

arquitectura moderna.

20

Si bien la casa-gruta como objeto histórico y como resultado de la creatividad de su

autor, se estableció en un rico embalaje discursivo y estilístico la definición de sus

pronunciamientos y sus formas no fue una empresa resuelta en su tiempo y, menos

aún, en la actualidad.

Su destrucción física en 1969 y su posterior y su olvido historiográfico y documental

por parte de investigadores y especialistas, basada en la omisión y en el olvido,

han dado como resultado no sólo el desconocimiento de la casa sino, también, la

imposibilidad de tener un conocimiento mucho más integral de su autor así como

de una obra que, como tal, representó una alternativa de vida, de habitación y de

posicionarse frente a una realidad cada vez más homogénea como lo fue la quinta

década del siglo pasado.

¿Cuáles son algunas de las posibles implicaciones que un estudio de carácter

reconstructivo en torno a la casa-gruta de Juan O´Gorman pueden traer para

comprender el espacio tiempo de la arquitectura y las artes de los años cincuenta?

¿Cuáles las peculiaridades creativas a conocer en su labor tras un largo periodo de

contracción de su arte? ¿De qué premisas se constituyó el itinerario de su protesta

en contra de la academia y la civilización? ¿Cuáles son las consecuencias de omitir

una alternativa como la casa-gruta frente a un discurso homogeneizante como el

de los años cincuenta en México?

Esas y algunas otras preguntas se buscarán resolver en el corpus de ésta

investigación bajo la intensión de demostrar que la casa-gruta más allá de sus

implicaciones formales y de la critica que a estas se externaron en su tiempo

21

constituyó un interesante esfuerzo de su autor por comprender cuáles serían

algunas de las vías a través de las cuales podría la arquitectura nacional escapar

de la nueva academia arquitectónica del siglo XX, aquella, que en poco más de una

década había conquistado la obra pública y se había convertido en la mejor aliada

de la iniciativa privada.

22

Capítulo I De la construcción a la ruina

El quehacer creativo de Juan O´Gorman: 1950

23

Capítulo I

De la construcción a la ruina El quehacer creativo de Juan O´Gorman: 1950

En la avenida San Jerónimo núm. 162 en San Ángel, DF., el arquitecto por profesión, ingeniero por convicciones sociopolíticas, pintor por vocación […] escultor y mosaiquista por exceso de imaginación, Juan O´Gorman construyó la casa en la que viviría con su esposa e hija.

Ida Rodríguez Prampolini

Preámbulo

Aunque poco clara en el registro de la vida y obra de Juan O´Gorman (1905-1982),

la construcción de la casa-gruta en la avenida San Jerónimo del Pedregal de San

Ángel—en la Ciudad de México—parece corresponder al periodo de 1948 a 1952,

según declaraciones del artista en sus memorias y la fortuna critica en torno al

tema 15.

La ubicación de esta obra en avenida San Jerónimo, que también atraviesa parte

de la Magdalena Contreras, desemboca en la hoy llamada av. Universidad y abarca

todo el costado norte del Pedregal de San Ángel, comunicó al 162 con obras como

15 Por poner dos ejemplos puede mencionarse la diferencia de un año respecto del inicio de la construcción de ésta casa según fuentes. O´Gorman sitúa, en sus memorias, la proyección de su casa del Pedregal en 1949, mientras que en el 112 de la revista Arquitectura México, sitúa su construcción en el año de 1948.

24

Ciudad Universitaria (1948-1952), al este, y con el Residencial Jardines del

Pedregal (1947-1960)16, al sur.

Nombrada por O´Gorman en diversos documentos como la casa del Pedregal,

referirse a ella como casa cueva o casa gruta “arte-habitación17” resultó del haber

incorporado en su cuerpo arquitectónico una cueva de origen natural así como por

las formas y texturas con las que el artista resolvió su construcción en una zona

orográfica y cultural como el Pedregal de San Ángel. Acción de la cual quedaron

rastros materiales y referencias significativas luego de su destrucción, como se

verá en este primer apartado.

De la influencia recibida por O´Gorman de la orografía y el paisaje del Pedregal al

momento de realizar la casa-gruta puede señalarse la curvatura de sus formas así

como la superposición de volúmenes y una importante variedad de texturas de

piedras de color natural, para el interior y el exterior de la casa, grandes volúmenes

en sus muros, estandartes pétreos y cresterías zoomórficas, y en lo que a su

influencia discursiva respecta debe señalarse el entramado arquitectónico

discursivo que representó el Pedregal de la mano de los arquitectos que trabajaron

en la construcción de nuevos espacios para la habitación en una ciudad en pleno

crecimiento, como lo es desde la tercera década del siglo pasado la capital

nacional.

16 De 1947 a 1960 se considera se desarrolló en el fraccionamiento Jardines del Pedregal una primera etapa arquitectónica en la cual participaron importantes arquitectos ingenieros y urbanistas entre los que privó la creatividad y se alimentó el concepto de integración entre la arquitectura u el paisaje. Teniendo como principales representantes la arquitectura de Luis Barragán y la de Max Cetto. 17 Termino con el cual se refiere la artista Ángela Gurría a la casa San Jerónimo 162 de Juan O´Gorman en: O´Gorman, México: BITAL, 1999, pág. 17.

25

Por su parte la casa-gruta se ubicó hacia el final de la labor arquitectónica de

O´Gorman, siendo antecedida por la construcción del Anahuacalli (1943 (44)-1963)

de Diego Rivera, en donde O´Gorman participó como asesor de obra e ingeniero, y

sucedida por la realización de la segunda etapa constructiva de la casa del músico

norteamericano Conlon Nancarrow (1972), obras ubicadas al sur y al poniente de la

ciudad de México, respectivamente, y con las cuales la casa-gruta compartió

condiciones paisajísticas semejantes, en el caso de Anahuacalli, y que se

encontraban a escasos kilómetros de distancia, en lo que a la casa-estudio de

Nancarrow refiere18.

Finalmente, y de manera un tanto general, vale la pena recalcar que la ubicación

de la casa-gruta en el Pedregal de San Ángel sumó sus esfuerzos a un importante

reto que para 1940 había asumido la arquitectura nacional, la de demostrar la

viabilidad del Pedregal no sólo para la habitación sino para un estilo de vida

moderna en armonía con el espacio. La participación de cada uno de los urbanistas

y arquitectos en el Pedregal pronto hizo surgir sobre su mar de lava un enorme

“archipiélago arquitectónico” que pasaría a la historia y con él, la no menos

importante casa-gruta de Juan O´Gorman.

.

18 El hoy llamado Museo Anahuacalli se ubica en el barrio de San Pablo Tepetlapa, Delegación Coyoacán, al sur de la Ciudad de México. Mientras que la casa del músico Conlon Nancarrow se encuentra en la colonia las Águilas muy cerca de la avenida Desierto de los Leones, Delegación Álvaro Obregón.

26

La casa San Jerónimo no. 162 y el Pedregal de San Ángel

1.1.1 Formas y conceptos de la casa en una cueva

Conocida como casa-gruta o casa-cueva y nombrada por su propietario el

arquitecto y pintor mexicano Juan O´Gorman como la casa del Pedregal, la casa-

estudio de avenida San Jerónimo número 162, fue construida por O´Gorman de

1948 a 1952, en un terreno de dos mil ciento sesenta metros cuadrados, y fue

destruida en 1969 tras ser vendida por el artista al Lic. Manuel G. Escobedo19.

Una estancia, un cuarto de servicio, un baño y una cocina, para la planta baja, dos

recámaras; baños, estudios y una terraza para el primer piso, sumaron el total de

módulos dispuestos por O´Gorman para su casa del Pedregal, la cual quedó

rodeada por un amplio jardín y fue planeada para satisfacer las necesidades

habitacionales y laborales del artista, las de su esposa; la acuarelista Helen Fowler

O´Gorman y las de su pequeña hija María Elena Bunny.

19 Teresa del Conde, “Helen Escobedo: in memoriam”, México: La Jornada, septiembre 21, 2010, pág.32.

27

El trazo arquitectónico con el que contó esta casa se caracterizó por la curvatura de

sus muros y la cuidadosa administración de sus espacios; la variedad de materiales

utilizados para su construcción, entre los que destacaron la piedra volcánica, el

tabique rojo, el concreto y la herrería; así como por la exitosa incorporación de una

cueva de origen natural dando con ello origen al nombre de casa-cueva o casa-

gruta aplicado por estudiosos y especialistas desde entonces.

La ubicación de la casa-cueva en el Pedregal de San Ángel influyó enormemente

no sólo en la solución estructural del inmueble con la incorporación de la cueva

sino también en la riqueza de sus formas y acabados, muchos de los cuales fueron

resultado de una acción de reflejo e imitación de la naturaleza del Pedregal, así

como en su multiplicidad narrativa basada en un ejercicio arqueológico-discursivo

que buscó en el pasado precolombino del Pedregal una expresión artística de

carácter local en un momento

histórico en que se apostaba por

el futuro y la modernidad.

Esta tensión entre pasado y

presente fue generada por

O´Gorman al momento de

adecuar de marea radical a la

orografía del Pedregal y al

realizar un recubrimiento mural

de piedras de color natural con Estancia de la casa-gruta, Juan Guzmán, 1952.

28

el que cubrió un total de 200 metros cuadrados20, al que dio por nombre Dioses y

símbolos del México antiguo y con el que afinó la relación adentro-afuera de la

obra-paisaje21 y con el cual representó una surte de sublimación del espíritu que

halló en las cocas del Pedregal de San Ángel.

Si bien, el mosaico de piedras de color natural había sido aplicado por O´Gorman

en obras arquitectónicas anteriores, varias son las peculiaridades que vale la pena

resaltar en Dioses y símbolos del México Antiguo; su extensión, siendo el petro-

mural más grande que el artista

haya aplicado a una casa-

habitación; la riqueza de su paleta

cromática, superior a la de cualquier

otra que haya implementado en su

arquitectura doméstica; así como la

aplicación por vez primera de su

técnica-pictórica sobre relieves

prominentes; acción que puede observarse en los judas ubicados a la entrada de la

casa, y que no se repitió en ninguna otra obra arquitectónica de O´Gorman.

En lo que a la inspiración del artista respecta la proyección y construcción de la

casa-gruta puede señalarse, según declaraciones del artista influenciada por Frank

Lloyd Wright (1867-1959) y su concepto de arquitectura orgánica, Antonio Gaudí

20 En sitio web del Patronato de San Ángel: http://www.sanangel.org.mx/index2.php?option=com_content&task=emailform&id=79 21 Juan O´Gorman, “Sobre la arquitectura en México”, TIEMPO, 19 de septiembre, 1960 en: Antonio Luna Arroyo, Juan O´Gorman. Autobiografía, antología, juicios críticos y documentación exhaustiva sobre su obra, México: Cuadernos populares de pintura mexicana moderna, 1973, pág. 265.

Judas de la fachada principal de la casa-gruta, autor desconocido

29

(1852-1926) en cuanto a creatividad e intuición arquitectónica, Ferdinand de Cheval

(1836-1924) e, incluso, por la arquitectura del O´Gorman de los años treinta si se

elabora un análisis detallado de las estructuras y la administración del espacio de la

obra.

Frank Lloyd Wright

De la arquitectura de Wright, O´Gorman resolvió su casa del Pedregal como un

vehículo de armonía entre sus habitantes y la tierra, buscando construir un hogar

que se integrara con el paisaje y en consideración de la cultura local22.

La integración de su obra con la cultura del Pedregal, debido a las característica de

la zona, remitieron al artista hasta su origen; la erupción del volcán Xitle

(xictli=ombliguito en Náhuatl) en 1670 a.C23 y a su flora y fauna convertidos en

deidades por las culturas precolombinas que habitaron la región y, más

específicamente, a la cultura mexica que en determinado periodo dominó a los

habitantes de la zona y a la cual se deben los vocablos Tetetlan, “lugar de piedras”

y Texcallan, “paraje de rocas24” para nombrar en náhuatl al Pedregal de San

Ángel.

En el agua, viento, fuego y la tierra y su interacción con el águila real, el jaguar, la

serpiente, los magueyes y los nopales de la zona; O´Gorman “observó” a los

22 Juan O´Gorman, “Ensayo a cerca de la arquitectura orgánica, referente a la casa ubicada en avenida San Jerónimo no. 162, San Ángel, D.F”; construida por Juan O´Gorman” en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM, 1983, pág. 155. 23 Página oficial de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA): http://www.repsa.unam.mx/index.php/pedregal-de-san-angel 24 Miguel León Portilla, “El Pedregal de San Ángel. Hábitat milenario en peligro” en: Revista de la Universidad, México: UNAM, no. 98, 2012, versión digital: http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/9812/leon/98leon.html

30

Dioses antiguos del Pedregal y buscó intuir la experiencia de los hombres que

siglos atrás habían contemplado ese paisaje-universo; Dioses y símbolos del

México antiguo como representación del orden que priva en la roca, la hierba y el

hombre aminoró, los límites entre la arquitectura de O´Gorman y el espíritu del

Pedregal, además de afinar otro de los objetivos de la arquitectura orgánica; la

actualización de la tradición a partir del quehacer arquitectónico25.

Para O´Gorman Frank Lloyd Wright con su propuesta de arquitectura orgánica

actualizaba la tradición artística de América, al ser una síntesis que abarcaba de

Alaska, hasta la Patagonia, pasando por Mitla, Monte Albán, Teotihuacan, Tajín, la

prodigiosa arquitectura Maya y Macchu Picchu convirtiéndose en un vehículo de

armonía del hombre con el hombre26.

Gaudí

O´Gorman define a Gaudí como un artista sublime que expresó, en forma original,

fantástica y delirante, los anhelos de mejoramiento espiritual de la humanidad en

una época cansada, aburrida y gastada en que se producía “arte” para divertir a los

intelectuales rebuscados27. Su arquitectura según O´Gorman fue un grito de alerta

y de angustia en el desierto de una sociedad prácticamente sin cultura, a la que

sólo le interesaba el dinero28.

25 Ibídem. 26 Juan O´Gorman “La arquitectura: Drama y riqueza estética” en: Antonio Luna Arroyo, Juan O´Gorman. Autobiografía, antología, juicios críticos y documentación exhaustiva sobre su obra, México: Cuadernos populares de pintura mexicana moderna, 1973, pág. 293. 27 Juan O´Gorman, “Gaudí artista excepcional” en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM, 1982, pág. 153. 28 Ibídem.

31

Durante los años cincuenta O´Gorman nombró a su casa-estudio de avenida San

Jerónimo 162 protesta contra la moda académica que […] impera [ba] en […] los

edificios del llamado estilo internacional [así como en contra] del desierto mecánico

y tecnológico de nuestra maravillosa civilización29.

El funcionalismo30, según Juan O´Gorman, había demostrado ser un quehacer

capaz de solventar las necesidades de sus habitantes, a partir del correcto

funcionamiento de sus programas de habitación; había puesto en evidencia la

posibilidad de abaratar sus costos ante la escases de recursos y había subrayado,

incluso, que los espacios habitacionales y de servicios, exclusivamente útiles,

habría de ser sólo el comienzo de un quehacer constructivo mucho más complejo,

es decir, una arquitectura capaz de satisfacer necesidades subjetivas y de producir

obras de arte31.

Una vez habiendo declarado que si bien la técnica de la construcción, de la

distribución y la de las instalaciones son fundamentales para hacer arquitectura,

O´Gorman introduce el concepto de fantasía para referirse a esos espacios

indeterminados y subjetivos que escapan a la funcionalidad de la obra y que

terminan por convertirla en una obra de arte.

29 Juan O´Gorman, “Ensayo de arquitectura orgánica, referente a la casa ubicada en avenida San jerónimo no. 162, San Ángel, D.F.”; construida por Juan O´Gorman, en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1983, pág. 156. 30 “La arquitectura funcionalista construye edificios que satisfacen exclusivamente la necesidad de albergue y son mecánicamente útiles al hombre”. El funcionalismo según Juan O´Gorman en: Juan O´Gorman, Más allá del funcionalismo, Conferencia dictada en la Unidad Profesional de Zacatenco en el ciclo “25 años del IPN y 30 años de la ESIA” en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1983, pág. 125. 31 Ibídem, pág. 128.

32

El funcionalismo como uno de los ejemplos más relevantes de la arquitectura del

siglo XX, según O´Gorman, es un orden que dirige, conforta e, incluso, limita.

Superarlo no sólo implica contravenir la utilidad y comodidad del hábitat sino

también, el uso de la imaginación32, de la creatividad y de la improvisación; esa

habilidad de parir el grito de alerta y angustia que O´Gorman señala en la

arquitectura de Gaudí.

La ausencia del orden utilitario al que según O´Gorman se llega a través de la

fantasía y la imaginación es capaz de crear gigantes de piedra que salen de las

entrañas de la tierra por la grieta de un mar fangoso escurriendo el lodo que al

nacer se les pegó en el cuerpo […] esa arquitectura que habla del dolor, de la

destrucción y del despojo33 y que Gaudí creo entre el siglo XIX y XX.

La arquitectura de O´Gorman al sumergirse en el mar de lava del Pedregal y al

alterar su orden con la incorporación de una cueva de origen natural comenzó su

camino hacia la pérdida del confort; ese tan criticado vivir en un lugar húmedo y

obscuro, así como a implementar soluciones estructurales únicas que

sorprendieron a propios y extraños. O´Gorman, según sus propios términos,

construyó su casa en las entrañas de la tierra y por la grieta emitió su grito en

contra del desierto mecánico y tecnológico de nuestra maravillosa civilización.

32 Ibídem, pág. 129. 33 Juan O´Gorman, “Gaudí artista excepcional”, en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1983, pág. 153.

33

Cheval

Finalmente la influencia de Ferdinand de

Cheval en la construcción de la casa-gruta de

Juan O´Gorman puede señalarse en ese

“construir a la medida”, es decir, ese realizar

las bases y las formas de la habitación en

tiempos absolutamente personales, a partir de

formas espontáneas 34 y una muy estrecha

relación con los materiales.

Para O´Gorman Cheval representaba un

ejemplo de arquitectura “inventativa y

maravillosa”35. El Palacio ideal, construido

por el cartero francés de 1879 a 1912, según

O´Gorman fue una “contribución a la

humanidad” y ampliando un poco más el

argumento del arquitecto un digno

representante de la arquitectura no

académica “abstrusa y cerrada”36. Sin ser un

34 Resulta interesante señalar que la casa de avenida San Jerónimo no. 162 fue la única obra en la que O´Gorman demoró por lo menos cuatro años para su construcción y que habitó, incluso, antes de haberla concluido. 35 Juan O´Gorman “Abstracción y realismo en la arquitectura de hoy en México” [Ponencia] en: Antonio Luna Arroyo, Juan O´Gorman. Autobiografía, antología, juicios críticos y documentación exhaustiva sobre su obra, México: Cuadernos populares de pintura mexicana moderna, 1973, pág. 285. 36 Juan O´Gorman, “Sobre la arquitectura en México”, TIEMPO, 19 de septiembre, 1960 en: Antonio Luna Arroyo, Juan O´Gorman. Autobiografía, antología, juicios críticos y documentación exhaustiva sobre su obra, México: Cuadernos populares de pintura mexicana moderna, 1973, pág. 265.

Ferdinand de Cheval, El palacio ideal, 1912.

Lienzo dedicado a Ferdinand de Cheval, Juan O´Gorman.

34

La casa-gruta de Juan O´Gorman, como se dijo, fue explicada por el artista como

una protesta en contra de la civilización—acción que encontró sustento en otras de

sus expresiones; caballetes fantástico-realistas en donde la representación de la

arquitectura y el paisaje fue clave— pero fue planeada, también, como una obra en

contra de la “nueva academia de arquitectura moderna37” aquella que, a su modo

de ver, aletargaba la creatividad de los espacios “encajonándolos” en

paralelepípedos y paralelogramos38.

La arquitectura para O´Gorman, basándose en las que señaló como sus principales

influencias hacia la segunda mitad del siglo XX así como en su trayectoria de

arquitecto funcionalista de avanzada durante los años treinta, tenía que ir

necesariamente “más allá del funcionalismo” es decir, superar las necesidades de

albergue como norma de proyección y construcción en pos de soluciones que

derivaran de la imaginación y del hallazgo de cosas extrañas que liberasen del

aburrimiento y lograsen dejar al hombre flores de la cultura humana39.

La casa-gruta para O´Gorman fue resultado de dicha postura y, como se verá más

adelante, cada una de las influencias aludidas por el artista, incluido el

funcionalismo que para muchos críticos de la época pasó desapercibido.

37 Ídem. 38 Ídem. 39 Juan O´Gorman, “Sobre la arquitectura en México”, TIEMPO, 19 de septiembre, 1960 en: Antonio Luna Arroyo, Juan O´Gorman. Autobiografía, antología, juicios críticos y documentación exhaustiva sobre su obra, México: Cuadernos populares de pintura mexicana moderna, 1973, pág. 274.

35

1.1.2 El 162 de la avenida San Jerónimo

El predio ubicado en el no. 162 de avenida San Jerónimo tuvo un valor de $15,000,

según registros de Marisol Aja40, y fue entregado a Juan O´Gorman posiblemente

como parte del pago que la Comisión Universitaria otorgó al arquitecto por la

proyección y construcción de Biblioteca Central, según lo explicó en entrevista a

quien estas líneas escribe el arquitecto Carlos González Lobo41

Por su orografía irregular, de origen volcánico, su abundante vegetación—especies

endémicas como la furcraea, la

bursera, la tecoma y el palo

loco42—y su cuantiosa fauna—

cocomixtles, tlacuaches, ardillas,

zorrillos y tlacuaches—la franja de

terreno adquirido por O´Gorman a

pie de avenida contó con

características representativas del lugar, las cuales habiendo construido la casa-

gruta seguían apreciándose con claridad, como lo muestran las fotografías de Juan

Guzmán (1911-1982), Esther McCoy (1904-1989) y otros autores.

40 Marisol Aja, Juan O´Gorman en: Cuadernos de arquitectura para la conservación del patrimonio artístico. Apuntes para la historia y la crítica de la arquitectura mexicana del siglo XX: 1900-1980 V.2, México: SEP/INBA, 1982 pág. 40. 41 Entrevista realizada por Adriana Sandoval al Arq. Carlos González Lobo el 8 de octubre del 2014. Archivo Adriana Sandoval, Posgrado en Estudios de Arte, Universidad Iberoamericana. 42 Rzedowski, J., 2006. 1ra. Edición digital, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. México, cap. 9, pág. 160-168.

Fachada principal de la casa-gruta, autor desconocido

36

En lo que a su ubicación refiere el hallarse a pie de avenida conectó la casa-gruta

de O´Gorman con parte de la Magdalena Contreras, con la hoy llamada av.

Universidad y con todo el costado norte del Pedregal de San Ángel. Para cuando

O´Gorman adquirió el predio en 1947, recién se habían expropiado siete millones

de metros cuadrados por el gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) para

la construcción de Ciudad Universitaria43 y el proyecto Jardines del Pedregal de

Luis Barragán y los hermanos Bustamante ya contaba con varios terrenos a

nombre de la firma Jardines del

Pedregal de San Ángel, S.A.44.

Como dato un tanto más acercado

a la vida y obra del artista puede

mencionarse que la construcción

de su casa-gruta, fue construida

muy cerca de donde O´Gorman

realizara dos de sus obras más importantes de la primera mitad del siglo XX; la

casa-habitación para su padre Cecil Crawford O´Gorman (1929) y la casa-estudio y

casa- habitación de Diego Rivera y Frida Kahlo (1932); obras clave de la

arquitectónica moderna nacional y latinoamericana así como magníficos ejemplos

de un funcionalismo habitacional sin precedentes.

43 La creación de Ciudad Universitaria, en: http://www.patrimoniomundial.unam.mx/pagina/es/62/creacion-de-ciudad-universitaria. 44 Alejandro Hernández Gálvez, El Pedregal, México: Arquine, julio 3, 2015, versión digital: http://www.arquine.com/el-pedregal/

Armando Salas Portugal, Pedregal de San Ángel, s/f

37

Rodeado, entonces, por dos proyectos

fundamentales de los años cincuenta en

materia de obra pública; Ciudad Universitaria,

y de iniciativa privada; Jardines del Pedregal,

el arquitecto Juan O´Gorman, con un

portentoso pasado funcionalista, asumió en el

162 de avenida San Jerónimo el reto de habitar el Pedregal de San Ángel, bajo las

mismas condiciones paisajísticas y orográficas que enfrentaron, Luis Barragán

(1902-1988) y Max Cetto (1903-1980), en Jardines del Pedregal, y en una situación

muy distinta a la que enfrentara como arquitecto de Biblioteca Central bajo la

dirección de Carlos Lazo.

Si Ciudad Universitaria “demostraba” la bonanza económica del país y a través de

su realización enaltecía al Estado mexicano y a su cada día más centralizada clase

política, Jardines de Pedregal construía una

modernidad al gusto del cliente y, por lo menos

al inicio del proyecto, comprobaba el éxito de

una empresa privada en el ámbito de la

construcción. A la casa-gruta de Juan O´Gorman

correspondió enarbolar, por su parte, un ejercicio

absolutamente personal, una arquitectura de

dimensiones ínfimas, comparada con la de sus

vecinos y, sin embargo, todo un manifiesto de su tiempo y como tal toda una

representación del pensamiento del hombre en su circunstancia.

Luis Barragán, en el fondo plano del residencial Jardines del Pedregal.

Inspección de obra en Ciudad Universitaria

38

1.1.3 El Pedregal de San Ángel y la ciudad de México

El Pedregal de San Ángel se conectó por primera vez con el centro de la ciudad de

México (a través de una avenida primaria) a partir de la construcción de Ciudad

Universitaria, sumándose así al excitado ánimo de modernidad del gobierno de

Miguel Alemán (1946-1952) y abandonando su categoría de periferia.

La urbanización del Pedregal, ubicado al sur de la ciudad de México, logró captar la

atención de los citadinos pese a las

llamativas propuestas arquitectónicas y

urbanísticas que se planeaban o se

habían realizado de la mano de

arquitectos como Mario Pani (1911-

1993) y que habían dado como

resultado multi-habitaciones de gran

tamaño y densidad poblacional, como

los Centros Urbanos Presidente Alemán (1950) y Benito Juárez (1952) que, por

iguales fechas, se construían cerca de la avenida de los insurgentes.

Algunos de los principales motivos que detonaron el interés de los habitantes de la

ciudad por los proyectos de urbanización en el Pedregal fueron, el de romper con

un viejo supuesto de inhabitabilidad de la zona que había prevalecido desde

tiempos precolombinos45. Las transmisiones en radio y televisión motivo de la

45 Alicia P. González Riquelme, La arquitectura del Pedregal puede ser un paraíso perdido, en: Boletín Espacio Diseño 154, Diciembre Enero 2007, pág. 12.

Centro Urbano Presidente Alemán, 1950

39

construcción de Ciudad Universitaria a

nombre del gobierno de Miguel

Alemán46 y la publicidad a través de la

cual firmas como Jardines del

Pedregal de San Ángel S.A47, ofertaba

no sólo un espacio para la habitación,

sino todo un concepto de estar que

podía incluir desde la correcta

administración del espacio para la

colocación de estufas, neveras y

automóviles hasta el diseño de los

muebles de cada habitación.

De igual modo a partir de los años cuarenta varios fueron los artistas, fotógrafos e

intelectuales que dedicaron su labor al Pedregal de San Ángel cautivados por lo

que ellos consideraban cualidades físicas y enunciativas de gran valor; requisitos

para la organización del Pedregal, realizados por Diego Rivera, lienzos de Gerardo

Murillo Dr. Átl, de Luis Nishizawa, de Siqueiros; fotografía de Armando Salas

Portugal, Juan Guzmán, Lola y Manuel Álvarez Bravo, y, evidentemente, la

interpretación arquitectónica de la zona en manos de los involucrados en la

Versión digital: http://148.206.107.15/biblioteca_digital/articulos/16-454-6631jxz.pdf 46 Miguel Alemán Valdés El Presidente Empresario, [Serie Sexenios, documental] Enrique Krauze, México, Clío, 44:28 min. 47 Susana Sosenski, La construcción visual de la felicidad y la convivencia familiar en México: los anuncios publicitarios en la prensa gráfica (1930-1970), en: Secuencia revista de historia y ciencias sociales, México: Instituto Mora, no.29, 2015.

Publicidad de Jardines del Pedregal, 1952.

40

empresa de habitar el Pedregal y, muy en especial, el trabajo de Juan O´Gorman

en avenida San Jerónimo, son algunos de los ejemplo que se pueden señalar.

Con un total de siete mil hectáreas para Ciudad Universitaria, tres mil quinientas

para Jardines del Pedregal, vialidades y algunas construcciones de menor tamaño;

el Pedregal de San Ángel que se incorporó a la ciudad de México a finales de los

años cuarenta, introdujo, como se adelantó en el apartado anterior, un modelo de

vida absolutamente determinado por las condiciones geográficas y climatológicas

de la zona pero también una muy

novedosa interpretación arquitectónica,

basada en la solución de problemas

técnicos, formales y estéticos que fueron

resueltos por cada uno de los

arquitectos involucrados según su

trayectoria, aspiraciones y compromisos.

La modernidad del Pedregal, entonces,

habría de sumarse a la del resto de la ciudad guardando su respectiva distancia e,

incluso, siendo a veces antitética si lo que se analiza es el romanticismo con el cual

se pronunciaron muchos de sus hacedores y, más aún, varios de sus ideólogos,

quienes lo llegaron a nombrar santuario contra el mundo moderno, o que

presentaron sus obras como protesta en contra de la academia y del mundo

moderno.

Luis Nishizawa, El Pedregal, s/f

41

1.2 Juan O´Gorman y la ciudad de México: 1950

1.2.1 Juan O´Gorman y la arquitectura moderna

La modernidad en contra de la cual se manifestaron varios de los artistas y

arquitectos que participaron en la urbanización del Pedregal, había iniciado con el

gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940-1946), haciéndose más intensa en el

periodo de Miguel Alemán (1946-1952) y caracterizándose por dirigir los recursos y

el potencial del país hacia el fortalecimiento de la industria y del sector terciario, así

como por estrechar las distancias entre el poder político y el económico.

La crítica realizada en contra de la modernidad industrial de los años cincuenta por

parte de los arquitectos y urbanistas que emprendieron los proyectos de habitación

y de servicios en el Pedregal de San Ángel, por citar uno de los ejemplos más

conocidos, contó con varios matices y distintos grados de radicalidad, siendo

absolutamente uniforme, sin embargo, en lo que a sus fundamentos teóricos

respecta, ya que dicha crítica nunca partió de otra plataforma que no fuera la

modernidad misma, es decir fue una crítica a la modernidad desde la modernidad.

Juan O´Gorman, Rodrigo Moya.

42

La modernidad en contra de la cual se manifestaron la mayor parte de los

arquitectos e intelectuales congregados en torno a la idea de elaborar vías de

desarrollo distintas a las marcadas por las tendencias dominantes en el Estado

tenía por nombre “estilo internacional48” y se caracterizaba según algunos de sus

críticos, incluidos entre ellos el propio O´Gorman, por haber simplificado los

alcances de la arquitectura funcional, creativa y estéticamente hablando así como

por haberse convertido en una prontamente en una nueva academia. El trabajo de

crítica y, más aún de revisión de la construcción material y discursiva del estilo

internacional se llevaba a cabo en los Estados Unidos de América, también durante

los años cincuenta, y contaba con la participación de varios de sus propulsores.

Juan O´Gorman como parte de los arquitectos que asumieron una actitud crítica

frente al estilo internacional hizo propio el reto de habitar el Pedregal de San Ángel

a partir de dos obras la casa-gruta de avenida San Jerónimo y Biblioteca Central en

Ciudad Universitaria. La crítica emitida por el O´Gorman a través de ambas obras

se nutrió de su trayectoria creativa así como por una relevante transformación de

su arte y una flagrante actitud temeraria frente a los retos que representó cada uno

de los proyectos.

48 Estilo arquitectónico preponderante durante la primera mitad del siglo XX y que se conoció con ese nombre a partir de la exposición El Estilo Internacional: Arquitectura desde 1922 realizada en el MOMA el año 1932, considerada la primera exposición de arquitectura moderna, en donde se presentaron varias de las obras clave de dicho estilo y que se caracterizaban por su técnica funcionalista, su estética racionalista y sus exactas proporciones. Algunas de los arquitectos representantes del estilo internacional y que aparecieron en dicha exposición son Philip Johnson, Ludwig Mies van der Rohe Gropius, Le Corbusier, Jacobus Johannes Pieter Oud, Raymond Hood y Richard Neutra, en Francisco J. Casas Cobo, “La crisis del estilo internacional en las revistas de los años 50 y su transcripción contemporánea” I Conferencia Internacional sobre arquitectura, diseño y critica, Madrid del 12 al 14 de junio de 2014, versión electrónica: http://www.academia.edu/10157135/La_crisis_del_Estilo_Internacional_en_las_revistas_de_los_a%C3%B1os_50_y_su_transcripci%C3%B3n_c_ontempor%C3%A1nea

43

La incursión de la arquitectura de O´Gorman en el Pedregal implicó, además, el

retorno del artista a la escena pública nacional luego de varios años de ausencia en

los que se abstuvo casi un su totalidad de ejercer su profesión, argumentando que

esta se había convertido, por lo menos en México y a partir de los años cuarenta,

en un mundo de negocios frente al cual él no poseía aptitudes de mercader49.

El cese de actividades de Juan O´Gorman durante los años cuarenta, sin embargo,

no fue un caso aislado pues un buen número de artistas, arquitectos e intelectuales

de su generación50 se habían retirado de de la escena pública por iguales fechas, o

bien, se habían mantenido vigentes

luego de migrar hacia los nuevos y

reducidos espacios de poder de las

administraciones de Manuel Ávila

Camacho y/o de Miguel Alemán o, en

el peor de los casos, habían muerto

antes de la segunda mitad del siglo

XX; tales fueron los casos del arquitecto Juan Legarreta (1902-1934) y del pintor

Julio Castellanos (1905-1947), por citar dos de los ejemplos más inmediatos.

49 Como una pintura nos iremos borrando [cortometraje], Alfredo Robert, Dirección General de Actividades Cinematográficas, UNAM, 1987 50 Nacidos entre 1900 y 1905.

Juan Legarreta: vivienda obrera mínima ,1934

44

Podría mencionarse incluso que pocos fueron los arquitectos que habiendo

participado activamente en la escena arquitectónica del país durante los años

treinta pudieron insertar su quehacer creativo en los enclaves del proyecto de

nación de los años cincuenta. Juan O´Gorman como una de las figuras que retornó

a la escena nacional lo hizo a través no sólo de su arquitectura sino también a

través de otros quehaceres que el artista había

desarrollado en la intimidad de su estudio y que,

para finales de los años cuarenta habían madurado

y puesto de manifiesto una importante

transformación de su arte.

Dos fueron, principalmente, las novedades del

nombre Juan O´Gorman hacia la segunda mitad del

siglo pasado, la primera de dominante carácter

“técnico-formal” a la que correspondieron obras

como el recubrimiento mural de Biblioteca Central

(1950-1952), de Ciudad Universitaria y otra de

“carácter conceptual” a la que pertenecen grandes

fracciones de su pintura de caballete y

construcciones como la casa-gruta obra en la cual, cabe recalcar convergieron

ambas transformaciones, como se verá más adelante.

Muro norte del recubrimiento mural de Biblioteca Central

45

La trayectoria creativa de Juan O´Gorman para 1950 constaba de la fundación, en

conjunto con el Ing. José Antonio Cuevas, de la Escuela Superior de Construcción

(1932) hoy ESIA (1937) y su función como Jefe del Departamento de Edificios de la

Secretaría de Educación (1932-1935) gestión durante la cual construyó un

cuantioso número de edificios escolares de la educación básica y media superior

(1932-1934). Aunado a ello realizó el edificio para el Sindicato de

Cinematografistas (1934) y participó en el concurso de vivienda obrera (1933) con

su proyecto Transición51, el cual recibió una mención distinguida razón de haber

sido el único concursante en

presentar un modelo multifamiliar

en lugar de una casa52.

En el ámbito de la arquitectura

doméstica O´Gorman había

construido, a finales de los años

treinta, una amplia serie de casas

y estudios para distinguidas personalidades de la escena pública y creativa del

país, de entre los que destacan; Luis Enrique Erro (1897-1955), Narciso Bassols

(1897-1959), Justino Fernández (1904-1972), Edmundo O´Gorman (1906-1995),

Julio Castellanos (1905-1947) y Francés Toor (1890–1956).

Sumado a la lista anterior el arquitecto O´Gorman en su etapa más temprana

construyó una casa-estudio y una casa-habitación para Diego Rivera y Frida Kahlo 51 Cabe destacar que el primer lugar de dicho concurso fue otorgado al Arq. Juan Legarreta, el segundo al Arq. Israel Yánez, el tercero al equipo de Carlos Tarditi y Augusto Pérez Palacios. 52 Enrique Ayala Alonso, “Vivienda de masas en México”, en Habitar la casa: historia, actualidad y prospectiva, UAM, México, 2010, pp.111-125.

Juan O´Gorman, Proyecto transición, 1932.

46

(1931-1932) y otra casa-habitación para el Ing. Cecil Crawford O´Gorman (1929) —

su padre—las cuales si bien pertenecieron al ámbito de la arquitectura doméstica

merecen un señalamiento especial al haberse convertido en verdaderos

paradigmas de la escena arquitectónica de su tiempo.

La casa del Ing. Cecil C. O´Gorman corresponde, según cronologías, el mérito de

ser la primera casa funcionalista de México y América Latina, mientras que al

conjunto Rivera-Kahlo el de convertirse en el medio a través de la cual el

funcionalismo se hizo visible en

la escena político- arquitectónica

nacional propulsando su

consolidación como una vía real

y tangible para el Estado post-

revolucionario modernizara la

obra pública partir de una

arquitectura de carácter

económico, durable y de pronta realización. Acción de la cual quedó como

testimonio la serie de escuelas proyectadas y construidas por el artista en barrios

populares de la creciente ciudad de México.

Podría decirse, entonces, que el trabajo de O´Gorman de los años treinta visto

como impulsor de la arquitectura moderna en México y América Latina retomando

el análisis de Adolfo Gilly, buscaba “resistir y sublevarse a aquellas que habían sido

Juan O´Gorman, Escuela Primaria Colonia Industrial, 1932

47

formuladas desde arriba, buscando otro porvenir, una utopía reformadora […] una

modernidad desde abajo y para todos53”.

El cambio de esquemas que representó para la escena intelectual la llegada de la

cuarta y quita década del siglo XX desde ópticas también modernas exigió por

parte de sus antecesores tanto en México como en otras regiones del continente

americano análisis y prácticas basadas, en términos de Bolívar Echeverría,

Andrade, en las inconsistencias de una modernidad realmente existente y de las

que deriva la capacidad de supervivencia que tienen las formas sociales arcaicas o

tradicionales54. Las formas sociales arcaicas evocadas fueron, entonces, el

olvidado mundo orgánico y su capacidad enunciativa en contra de las ciudades

monótonas, así como la búsqueda de una nueva expresión arquitectónica que

motivara la omnipresencia y la serenidad sin dejar de lado el vértigo de la angustia

y el caos.

Otros referentes del regreso de Juan O´Gorman a la escena pública de los años

cincuenta fueron, también, su participación en el certamen La Ciudad de México,

organizado por el Periódico Excélsior (1949) y la realización de la única exposición

individual en vida del artista, en Bellas Artes titulada; Fantasía y Realidad en la

obra de Juan O´Gorman55, sucesos, ambos, de gran relevancia, como se verá más

adelante, sucesos que, como se verá más adelante, permiten comprender de modo

más integral las formas y enunciados de la casa-gruta de avenida San Jerónimo.

53 Adolfo Gilly, Nuestra caída en la modernidad, México: Joan Boldó Editores, 1988, pág. XIII. 54 Bolívar Echeverría, Modernidad y blanquitud, México: Ediciones Era, 2010, pág. 16. 55 Justino Fernández, Catálogo de exposiciones de arte en 1950, México: suplemento del Núm. 19 de los anales del Instituto de Investigaciones de la UNAM, 1951, pág. 35.

48

1.2.2México de cara al futuro

La Revolución Mexicana no funda una nueva sociedad ni acaba con la antigua; pero los cimientos institucionales de orden político que la gestión de aquellas camarillas echó para mantenerlas establemente en el poder, han conducido a la vuelta de las décadas a una trasformación profunda en la sociedad mexicana.

Héctor Aguilar Camín, Saldos de la Revolución.

El “nuevo” orden socioeconómico a

construir en el México de los años

cincuenta basó su voluntad política en

acciones que favorecieran el desarrollo

de la clase empresarial así como en la

conciliación de las diferencias político-

sociales, que entre otras la Revolución

había heredado, a cambio de la unidad nacional y la modernización del país.

Según especialistas en el tema, la génesis de éste periodo de cambios con miras

en la modernización de la industria nacional, se ubica en los años cuarenta y las

transformaciones derivadas de sus iniciativas se extendieron por lo menos hasta

198056. Proceso del cual resultó un México formalmente distinto al de inicios de

siglo y otro bastante ajeno al que se había construido tras la Revolución Mexicana

(1910-1921).

56 Adolfo Gilly, Nuestra caída en la modernidad, México: Joan Boldó, 1988, págs. 11-12.

El presidente Miguel Alemán atiende presentación del proyecto Ciudad Universitaria

49

Algunos de los cambios experimentados de 1940 a 1950, derivaron de

acontecimientos internacionales y de conjeturas locales. El estallido de la Segunda

Guerra Mundial (1940-1945), por ejemplo, aceleró el desarrollo de la economía

mexicana desde afuera—al demandar insumos para la industria bélica—alentando

con ello una dinámica local que había caracterizado al gobierno mexicano: la

búsqueda del fortalecimiento del sector manufacturero57 y como consecuencia,

deseada o no, la consolidación de una burguesía nacional cada vez más fuerte.

Dos sexenios enmarcaron el desarrollo de este primer periodo de cambios; el de

Manuel Ávila Camacho (1940-1946) y el de Miguel Alemán Valdés (1946-1952),

“estilos” particulares de gobierno a los cuales se les conoce como presidenciato58 y

de los que emanó una peculiar interpretación del desarrollo económico capaz de

dar fin a los gobiernos revolucionarios así como una particular interpretación del

devenir político y económico nacional.

Y es que debe recordarse que la búsqueda del desarrollo económico, basado en el

desarrollo de la industria, fue una empresa nacida en México desde finales del siglo

XIX. La cual, según modelos y posicionamientos a estas alturas de la historia, sería

reinterpretada por una clase político-económica que desde el asesinato de

Francisco I. Madero no había tenido otro representante en el poder.

La llegada de la clase político-económica a las cumbres del gobierno, trajo consigo

un replanteamiento del modo a través del cual la sociedad mexicana había

participado no sólo en la distribución de la ganancia, sino también, en la producción 57 Celso Furtado, La economía latinoamericana formación histórica y problemas contemporáneos, México: Siglo XXI editores, 2001, pág. 106. 58 Tzvi Medin, El sexenio alemanista, México: Editorial Era, 1997, págs. 44-62.

50

de la identidad nacional, en los espacios de opinión y de educación así como en la

permanencia de los gobiernos no militares,

De ahí que el modelo inmediato—el de la post-revolución—dejara de ser un

antecedente del de los años cincuenta para convertirse, paulatina pero

decididamente, en la antítesis de las acciones del nuevo gobierno La construcción

discursiva y material sería, de nueva cuenta, pieza clave para concretar los pilares

de una larga carrera por la industrialización del país y la consolidación de la

“nueva” clase política en el poder.

Si las letras, el muralismo y el grabado habían sido piezas clave en la invención del

nacionalismo post-revolucionario, bajo el mandato de Obregón, Calles y Cárdenas,

la radio, el cine, pero, sobre todo, la televisión serían piezas clave para dar a

conocer el nuevo proyecto de nación que Ávila Camacho y Miguel Alemán tenía en

sus manos.

La arquitectura y el urbanismo, por su parte, participarían, también, en la

construcción de un nuevo concepto de habitación basado en la administración de

espacios de una urbe que alcanzaba por primera vez la proporción de mil

habitantes por hectárea en Centros Urbanos como el Presidente Alemán (1950) y

el Benito Juárez (1952), ubicado al sur de la ciudad.

La reacción de quienes habían participado en la construcción discursiva pero

también fáctica del México de la post revolución y que había abandonado su

empresa poco antes de los años cuarenta iniciaron, entonces, un éxodo entre los

polos que se dibujaban en la escena nacional.

51

1.2.3 La encrucijada de Jano

El artista ya no está seguro de las verdades revolucionarias cantadas en los muros, los problemas importantes del país no han sido solucionados, el desencanto y la derrota son asfixiantes porque de hecho la Revolución no ha triunfado. <<La Revolución Mexicana ha muerto sin resolver nuestras contradicciones>>.

Ida Rodríguez Prampolini

Los cambios experimentados en la escena nacional durante los años cuarenta y

cincuenta deben enmarcarse al interior de un proceso de transformación amplio del

que surgieron varios modelos de desarrollo, muchos de los cuales fungían a veces

de resistencia simulada y muchas otras el de verdaderos modelos alternativos que,

incluso, permanecieron durante varias décadas como procesos paralelos.

Uno de los casos más notables en lo que a modelos de simulación refiere, fue el

del grupo de ideólogos e intelectuales que durante la cuarta y quinta década del

siglo XX reformularon su participación en la escena pública a cambio de

mantenerse al interior de la estructura estatal. Hecho que se tradujo, la mayoría de

las veces, en la transformación de la verdad histórica que les amparaba como clase

dominante y que hasta 1940 se hallaba íntimamente ligada a la Revolución

mexicana.

Se dice que es justo en este periodo en el que la Revolución dejó de ser un

acontecimiento que exigía al país mirar y preservar su pasado para comenzar a

mirar hacia el futuro y convencerse de que el periodo armado de la Revolución

52

había sido apenas una primera etapa del proceso por el que atravesaba la nación.

Un proceso inacabado en el cual era necesaria la participación de un sector más

amplio y diversificado del que había participado hasta la fecha y de dónde poner al

país al día respecto del acontecer

internacional sería una de las principales

encomiendas.

Otros sectores de la población, sin embargo,

guardaron verdadera resistencia a este tipo

de interpretaciones. La llegada de Manuel

Ávila Camacho a la presidencia representó

para muchos una “interrupción” abrupta del

proceso alcanzado por el país según el

“mandato” de la Revolución al considerar, de

inmediato, el discreto perfil de quien antes de

ser presidente fuera oficial mayor de la Secretaría de Guerra y Marina y, a la larga,

a partir de las directrices que constituyeron su sexenio.

Daniel Cosío Villegas (1898-1976)—por citar un ejemplo de los intelectuales que se

mantuvieron no sólo escépticos sino críticos respecto de ésta nueva interpretación

del pasado, presente y futuro de la nación—anunció a finales del sexenio de Ávila

Camacho que la Revolución hecha gobierno se había agotado en su larga marcha

ideológica, que había dejado de lado su estructura y más aún que había

De PRM a PRI, ceremonia del 18 de enero de 1946

53

postergado la solución de los problemas que aquejaban a las grandes mayorías del

país, al centrar su atención en la cúspide de la población y no en sus bases59.

Por su parte la unidad nacional como empresa gubernamental de los años cuarenta

confirmaba la necesidad de replegar a los principales sectores del país en un

partido mayoritario basado, sin embargo, no ya en la conformación de séquitos en

torno al presidente, sino a favor del fortalecimiento del ejecutivo como máxima

representación del Estado mexicano y sus instituciones. El Partido de la Revolución

Mexicana (1938) creado por Lázaro Cárdenas y a través del cual Ávila Camacho

había llegado a la presidencia derivó en el Partido Revolucionario Institucional

(1946). Este cambio se reprodujo en muchos otros flancos de la escena pública y

los mecanismos para dar a conocer a sus protagonistas fueron varios.

El sector artístico nacional durante el fortalecimiento del ejecutivo experimentó

procedimientos semejantes. Es durante éste periodo que se creó el Instituto

Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) (1946), seguido por el Museo

Nacional de Artes Plásticas (1947), el Salón de la Plástica Mexicana (1949), el

Museo de Arte Popular (1949) y el Frente Nacional de Artes Plásticas (1952)60 .

El objetivo central de éstos órganos, en la escena cultural, procuraría el cultivo,

fomento, estímulo, creación e investigación—en el caso del Instituto Nacional de

Bellas Artes y Literatura (INBAL) por citar un ejemplo—de las bellas artes en las

59 Daniel Cosío Villegas, La crisis de México, México: Clío, 1997, págs. 15-19. 60 Cronología elaborada en la Clase de Historiografía del Arte Mexicano de la Dra. Ana María Torres Arroyo, en el invierno de 2013.

54

ramas de la música, las artes plásticas, las artes dramáticas y la danza, las bellas

letras en todos sus géneros y la arquitectura61.

A estas alturas se crearon también dos Comisiones; la Nacional de Pintura Mural y

la Cinematográfica de las cuales se esperaba vigilaran que el grosso de sus

producciones “se elaboraran en torno a dos principios básicos: mexicanidad y

desarrollismo62” fungiendo a veces de propaganda y muchas otras tantas de

“ventana” para maravillar a México con las imágenes del mundo. La estrategia para

fortalecer los objetivos de éstas dos vertientes fue la de hacer de los artistas y

creadores seguros asalariados del Estado a través de la paga por su labor o a

través de premios y reconocimientos.

En lo que a la arquitectura respecta los cambios experimentados por el sector

fueron muy importantes. Si como se comentó líneas arriba, la década de 1940 a

1950 representó la continuación de importantes directrices económicas y políticas

de inicios de siglo, la arquitectura también participó de ese revival. El estilo

internacional que en el debate de los años veinte sobre la arquitectura mexicana se

había dejado de lado, para 1940 resurgió y en 1950 se posicionó como el lenguaje

arquitectónico hegemónico.

61 Artículo 2. I de la LEY QUE CREA EL INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES Y LITERATURA. Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 1946. 62 Ana María Torres Arroyo, “Mexicanidad y desarrollismo en el diseño de políticas culturales” en: Discurso visual, revista digital del CENIDIAP, enero-marzo, 2003, (s/p) (http://discursovisual.cenart.gob.mx/anteriores/dvwebne03/agora/agoanator.htm)

55

Este reordenamiento, fue mucho más notorio en cuanto a la obra pública respecta,

sobre todo en los orígenes de una megalópolis como la Ciudad de México que

buscaba insertar grandes dispositivos arquitectónicos en aquellos espacios en

donde se concentrarían servicios

como de salud, educación y

vivienda para una población en

franco crecimiento.

Proyectos como los dedicados al

entonces recién creado Instituto

Mexicano del Seguro Social

(IMSS), las distintas ciudades

universitarias, los multifamiliares y

las cuatro ciudades satélites a desarrollar serían algunos de los espacios en donde

se materializaría la nueva, moderna y superlativa arquitectura moderno-nacional.

El llamado estilo internacional sería entonces el lenguaje preponderante de la obra

pública de Ávila Camacho y, más aún, de Miguel Alemán. Una de sus

encomiendas, en lo inmediato, sería la de poner a México al día en materia de

arquitectura y, quizás de un modo no tan directo pero igual de contundente, la de

acabar con la “hegemonía” del otros lenguajes con los cuales anteriores actores

políticos habían buscado “saldar las deudas del Estado” con su pasado y, más aún,

dar solución a las grandes problemáticas estructurales del país.

Centro Médico Nacional 1954-1961. Arq. Enrique Yáñez

56

Con la llegada de los nuevos bríos de industrialización a México la arquitectura

funcionalista comenzaría a ser objeto de “censura social” al identificársele con la

lucha de clases y por ende con el comunismo63 en un periodo en el que si bien

habían cesado los combates bélicos

internacionales se vivía un clima de

persecución, censura y reconstrucción.

Por su parte el quehacer artístico, por lo

menos el de carácter público y el de los

artistas “consumados” en la escena

nacional comenzaría a cuestionarse a

cerca de la importancia del arte como

narración del día a día trasladándose

hacia temas mucho más subjetivos. Son

de este periodo varias de las obras que

a la postre conformarían el acervo del Museo de Arte Moderno (1964) primer

recinto que interpretara y resguardara las obras producidas durante este periodo

bajo señalado sentir.

Autorretrato Múltiple de Juan O´Gorman (1950), fue realizado por su autor durante

este periodo y permite interpretar la angustia, duda y cuestionamiento que los

artistas de cara a la segunda mitad del siglo XX planteaban a su quehacer creativo

y su función como participes de una sociedad sacudida por los cambios.

63 Enrique X. de Anda Alanís, Vivienda colectiva de la modernidad en México. Los multifamiliares durante el periodo presidencial de Miguel Alemán (1946-1952), México: UNAM/IIEs, 2008, pág.29.

Juan O´Gorman, Autorretrato múltiple, 1950.

57

Capítulo II

La casa-cueva San Jerónimo No. 162 y la crítica de Juan O´Gorman en contra de la civilización

58

Capítulo II

La casa-gruta de avenida San Jerónimo No. 162 y la crítica de Juan O´Gorman en contra de la civilización

Esta casa se realizó con el principal propósito de ser un grito de protesta en favor del humanismo, dentro del desierto mecánico y tecnológico de “nuestra maravillosa civilización”.

Juan O´Gorman

Preámbulo

Una arquitectura habitacional distinta a la del estilo internacional auspiciada por

Estado o en boga en el ánimo arquitectónico nacional de los años cincuenta logró

concretarse al sur de la ciudad de México bajo la iniciativa de un grupo de

arquitectos e intelectuales interesados en administrar el espacio bajo una nueva

alianza con la naturaleza64 y en demostrar la viabilidad de la iniciativa privada en

materia de construcción a través de la creación de productos arquitectónicos

destinados a la pujante clase media.

El Pedregal de San Ángel perteneciente a las afueras de la ciudad de México y en

donde se planeaba llevar a cabo la construcción de una de las obras públicas más

importantes de la época, Ciudad Universitaria (1948-1952), representó a finales de

los años cuarenta, la posibilidad de transformar varios de los supuestos

arquitectónicos a partir de los cuales la capital nacional se había expandido en la

64 González Riquelm, et. al, “La arquitectura del Pedregal puede ser un paraíso perdido” en: Boletín Espacio Diseño 154, diciembre-enero, 2007, pág. 13.

59

última década poniendo al descubierto la

existencia de modelos arquitectónicos

dispuestos a negociar, en el trayecto, su

propio concepto de habitación y

modernidad, como se verá más adelante.

Diego Rivera (1886-1957), por citar una

de las figuras interesadas no sólo en

realizar aproximaciones a una nueva

arquitectura sino, también, en teorizar a cerca sus orígenes, antecedentes y

objetivos, presentó en Ideas actuales de los arquitectos mexicanos, Conferencias

dictadas en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en 1954, La huella

de la historia y la geografía en la arquitectura mexicana, ponencia en la cual

evidenció su labor respecto al tema situando sus primeros análisis en 1947.

Rivera explicó las huellas de la historia y de la geografía en la arquitectura

mexicana desde un análisis absolutamente histórico pero también, y de manera

muy novedosa, como una determinación cuasi arqueológica que en su omisión

había impedido realizar una arquitectura nacional y, más aún, una expresión

acorde a la fisonomía mexicana65, esto, en el momento justo en que el ánimo

creativo del país buscaba realizar una arquitectura de señaladas características.

Rivera aunque no lo menciona en su ponencia de 1954 había fungido como teórico

del Residencial Jardines del Pedregal y en la praxis había resuelto Anahuacalli, 65 Marta Olivares Correa, Conferencias dictadas en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en 1954. Ideas actuales de los arquitectos mexicanos, vol.2, México: Universidad Obrera de México: Universidad Autónoma Metropolitana, 2014, pág. 252.

Juan O´Gorman, La conquista del aire por el hombre, detalle, 1938.

60

obras que quedaron como testimonio del guanajuatense en lo que a una

arquitectura nacional y acorde con la fisonomía mexicana refiere y que se sumaron

a las contadas obras que cumplieron con dicho objetivo en Ciudad Universitaria:

Biblioteca Central, el Estadio Olímpico Universitario y los Frontones únicos

representantes de la arquitectura moderna y mexicana de Ciudad Universitaria66,

según el muralista.

Juan O´Gorman como parte de los arquitectos que asumieron el reto de interpretar

arquitectónicamente las huellas de la historia y de la geografía en el México de la

segunda mitad del siglo XX realizó dos obras de vital importancia; Biblioteca

Central, en Ciudad Universitaria y la casa-gruta de avenida San Jerónimo, ambas

ubicadas en el Pedregal de San Ángel. Las similitudes entre ambas obras así como

sus diferencias resultan de vital importancia derivando de distintos estímulos y de

una labor creativa de O´Gorman que, después de un par de lustros, volvía a la

escena arquitectónica nacional.

La conjetura en que O´Gorman realizó Biblioteca Central tanto política como

arquitectónicamente hablando atendió, en gran medida, a las características de

Ciudad Universitaria como proyecto de urbanización y obra pública, mientras que la

realización de la casa-gruta se tornó un ejercicio mucho más intimo y por tanto se

constituyó de premisas no tan evidentes. Juan O´Gorman ya había sentado los

precedentes de una obra como la casa-gruta y de su crítica en contra de la

sociedad de mediados del siglo pasado, cuando al ejecutar el mural titulado La

conquista del aire por el hombre para el Aeropuerto de la Ciudad de México (1938),

66 Ídem. pág. 256

61

no sólo cumplió con la tarea de elaborar una narración alusiva a la aviación, sino

también, una crítica frontal a la simpatía que, a finales de los años treinta, los

Estados nazi-fascistas causaban en países de todo el mundo sin ser México y

América Latina la excepción.

Por su parte Frank Lloyd Wright, el creador de la arquitectura orgánica, representó

para O´Gorman, por iguales fechas, una interesante interpretación del quehacer

arquitectónico del siglo XX. Entendida por O´Gorman como la arquitectura que

busca establecer una relación

entre el edificio y el paisaje que

lo rodea, la arquitectura

orgánica de Wrigth, convertía la

habitación humana […] en el

vehículo de armonía entre el

hombre y la tierra […]

procurando actualizar lo

tradicional de la región y el lugar donde se realiza, convirtiéndose en vehículo de

armonía entre los hombres que participan de la misma tradición67.

67 Ensayo a cerca de arquitectura orgánica, referente a la casa ubicada en no. avenida 162, San Ángel, D.F; construida por Juan O´Gorman en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1982, pág. 155

Frank Lloyd Wright, Bear run, 1939

62

Juan O´Gorman, sin embargo, no llegó a Wrigth a partir de la arquitectura sino, a

través, de La conquista del aire por el hombre. Edgar Kaufmann Jr., quien al mirar

el trabajo de O´Gorman en el aeropuerto de la ciudad de México, encargó al artista

la realización de un mural para la Asociación de Jóvenes Judíos de Pittsburg

resultó ser el vínculo entre Juan O´Gorman, Frank Lloyd Wright y su padre Edgar

Kaufmann

Durante seis meses Juan

O´Gorman y su esposa Helen

Flowler trabajaron en los

estudios preparativos para doce

muros de la Asociación de

Jóvenes Judíos, tiempo en el

cual el matrimonio cada fin de

semana visitaba la casa de

campo de los Kaufmann ubicada en Bear Run, Pensilvania. Residencia diseñada

por Wright, de 1936 a 1939, conocida como la casa de la cascada y la cual,

seguramente, causó un gran interés en O´Gorman motivo de su articulación

arquitectónica con la orografía y el paisaje de Pensilvania.

Razón de una supuesta falta de integración de los bocetos realizados por

O´Gorman, el mural de Pittsburg no se llevó a cabo. A finales de 1939, año en el

que estalló la Segunda Guerra Mundial, O´Gorman y Helen regresaron a México y

se establecieron en Jardín no. 88, San Ángel, sólo para que el artista hiciera

Juan O´Gorman, El reino vegetal es un país lejano, 1947

63

evidente su cese en la escena arquitectónica nacional al iniciar un intenso periodo

de transformación de su quehacer que abarcó, por lo menos, hasta 1949.

Si la construcción de espacios para la habitación humana había sido la principal

ocupación de O´Gorman durante los años treinta, de 1939 a 1949 la

deconstrucción y la difuminación de dichos espacios en el paisaje y en el tiempo—

por lo menos de manera conceptual—sería uno de sus principales cometidos y la

pintura de pequeño formato el medio

elegido por el artista.

De ésta década de ausencia de

O´Gorman en la arquitectura y en la

escena pública en general, el mejor

registro de su acontecer es la pintura

de caballete. En ella O´Gorman narra

la amenaza de la guerra, la

destrucción del reino vegetal y el

regreso de los hombres y de lo bello a

la cueva. La inocencia, lo monstruoso y lo fantástico habitan en las oquedades de

los paisajes de O´Gorman huyendo de las ciudades y sus ruinas.

Las ciudades de O´Gorman a partir de 1939 pasan de la representación de una

realidad en orden a la narración del caos, de la aniquilación y del despojo. La

arquitectura como símbolo del ordenamiento de la naturaleza a beneficio de la

humanidad queda resumida, en la pintura de O´Gorman, a la ruina. Ruinas de las

Juan O´Gorman, Paisaje lunático, s/f

64

que nacen otras ruinas y para las cuales no habrá memoria. Aún la maravillosa

civilización será llevada al límite por la avaricia y la ignorancia del hombre y de todo

aquello no quedará más que surcos, relieves e irregularidades que el paisaje

terminará por devorar.

La realización de la casa-gruta tras el largo periodo de ausencia de Juan

O´Gorman de la escena pública representó, de algún modo, la maduración de la

crítica externada en su pintura al ser llevada a cabo por el artista al terreno de la

arquitectura. Pensada por O´Gorman como un ensayo de arquitectura orgánica fue

presentada, también, como

una protesta en contra de la

civilización y, quizás, fue

vivida por el artista como una

gran catarsis al derivar, no

necesariamente, de la

arquitectura como orden sino

de la arquitectura como

orientación frente a lo

indómito, lo agreste y lo desconocido muy acorde a un sentir posterior a la guerra.

La montaña y la tierra como sustento del acontecer orgánico y cultural de los

hombres abría paso a una nueva etapa de la construcción de Juan O´Gorman en

una habitación que ponía al límite a su autor y que por sus formas y conceptos se

ubicaría al bode de la realidad como lo hacían los paisajes de sus cuadros,

Juan O´Gorman, Paisaje con llamas, 1943

65

2.1 La petrificación de la imagen y la corrosión de las formas: La técnica arquitectónica en San Jerónimo 162

2.1. 1 Anhuacalli: Piedra decorativa

En 194468 Diego Rivera comenzó la construcción del

Anahuacalli “Casa sobre tierra entre dos mares69” o “casa del Anáhuac70”, dedicado

a resguardar y exhibir la amplia colección del artista en materia de arte

prehispánico. Juan O´Gorman, para la fecha, había cesado su quehacer como

arquitecto sumergiéndose en la pintura de caballete, situación que no le impidió

aceptar, sin embargo, la invitación de Rivera “para que le ayudara en la parte

técnica de [la] construcción71”.

La importancia del Anahuacalli en la labor creativa de Rivera y de O´Gorman radicó

en que, a partir de su realización surgió, entre otras cosas, una técnica de

decoración que enriqueció la creatividad de ambos artistas y que, en el caso

específico de O´Gorman, pasó a formar parte importante de su acontecer

68 En relación a la adquisición del terreno y el inicio de la obra por parte de Rivera las fechas varían según la literatura especializada, habiendo quienes afirman que a ambos sucesos corresponden al año de 1943 y otros al de 1944. Lo que es absolutamente consensuado es que ésta obra fue realizada en momentos distintos de la producción creativa de Rivera, abarcando de 1943 (44) a 1963, año en que se concluyó el recinto bajo la participación de Ruth Rivera, Juan O´Gorman y Heriberto Pagelson en homenaje póstumo al muralista. 69 Rafael López Rangel, Diego Rivera y la arquitectura mexicana, México: SEP, 1986, pág. 34. 70 Elisa García Barragán, Carlos Pellicer en el espacio de la Plástica, México: UNAM/ Coordinación de Difusión Cultural, 1997, pág.52 71 Juan O´Gorman, Autobiografía, México: UNAM/Pértiga, 2007, pág. 149.

Fachada frontal del Anahuacalli

66

arquitectónico hasta convertirse en uno de sus rasgos representativos de los años

cincuenta.

Mosaico de piedra, término con el cual se conoció a la técnica decorativa nacida en

el Anahuacalli, fue concebida por ambos artistas como una solución ornamental

ante un problema de acabados en la obra. La cual dejaba ver en sus techos las

losas de concreto armado con las que habían sido creados y que rompían, Rivera,

con el estilo arquitectónico del recinto de

inminente inspiración prehispánica.

Los mosaicos de piedra, como solución

creativa aplicada por Rivera y O´Gorman a

una construcción de fundamentos

modernos, constaron de la realización de pequeñas cimbras de madera sobre las

que se colocó una capa de padecería de piedra gris y sobre las que se vació un

pequeño colado no muy aguado para impedir que se filtrase entre las piedras y

ensuciase el lado inferior de la cimbra72; una vez fraguadas las cimbras serían

colocadas en la parte interna de los techos corrigiendo con ello el acabado de la

obra.

La naturaleza estilística del Anahuacalli inspiró a Diego Rivera a elaborar diseños

prehispánicos a dos tonos conformados por la base de padecería gris con la que se

iniciaron las cimbras y otra variante cromática de piedras, a lo que O´Gorman

agregó la utilización de piedras de distinto color y calidad (tabique, caliche, mármol,

piedra negra) lográndose con ello composiciones mucho más complejas. 72 Juan O´Gorman, Autobiografía, México: UNAM/Pértiga, 2007, pág. 149.

Interior de uno de los techos del Anahuacalli, detalle

67

La eficacia de ésta solución decorativa terminó por convertirse no sólo en un plus

estético y narrativo del Anahuacalli, como lo demuestran los mosaicos de piedra

utilizados en pisos y muros73, sino en una técnica que cobraría gran importancia en

la producción creativa de Rivera y de O´Gorman.

En 1946 ambos artistas trabajaron juntos

por segunda ocasión en un proyecto de

matices semejantes en cuanto a la

inspiración y forma del Anahuacalli pero

bajo formatos y dimensiones

absolutamente distintas: el estudio para

Frida Kahlo a realizar en la “casa azul”

de la pintora ubicada en el barrio de

Coyoacán de la ciudad de México74.

En éste proyecto se volvieron a colocar,

en techos y muros, decoraciones de piedra de colores naturales, bajo semejantes

representaciones de carácter prehispánico pero al interior de un corpus

arquitectónico mucho más acercado al funcionalismo de O´Gorman que al neo-

prehispánico de Rivera.

73 La utilización de los mosaicos de piedra en pisos y muros del Anahuacalli demuestra que la técnica ideada por Rivera y O´Gorman superó por mucho su utilización para resolver, únicamente, los acabados de sus techos. Esto queda demostrado, también, a partir del perfeccionamiento de los mosaicos en el recinto. 74 Hilda Trujillo Soto “La casa azul: el universo íntimo de Frida Kahlo” en el portal digital del Museo Frida Kahlo: http://www.museofridakahlo.org.mx/assets/files/page_files/document/36/LaCasaAzul%20-%20El%20universo%20intimo%20de%20FK.pdf

Estudio para Frida Kahlo en su casa de Coyoacán

68

La importancia de ambas obras

al interior del transcurrir

creativo de Juan O´Gorman y

más específicamente de la

posterior construcción del 162

de avenida San Jerónimo,

atiende a su carácter de

antecedente en lo que al

análisis de la transformación de su arquitectura refiere.

Podría mencionarse que, es a partir del Anahuacalli, que Juan O´Gorman

experimenta la ornamentación de la arquitectura a partir de materiales distintos a

los de la pintura mural que ya había aplicado en las escuelas primarias

funcionalistas de los años treinta y que dicha técnica se hallaba mucho más

próxima a las inquietudes creativas del artista, como se verá en el siguiente

apartado.

La experiencia del Anahuacalli para O´Gorman podría entenderse como la

petrificación de las formas con las que el artista había resuelto sus intervenciones

en pasados espacios arquitectónicos así como una vía a través de la cual sus

inquietudes en el ámbito de la pintura de caballete se hacían mucho más próximas

a su labor como muralista.

La piedra decorativa del Anahuacalli y del estudio de Frida Kahlo lograba equiparar

sus formas pétreas con los corroídos paisajes de O´Gorman, en los cuales el artista

Juan O´Gorman, Cosumatum est, s/f

69

se hallaba en búsqueda constante de entender la relación entre la arquitectura y el

espacio bajo el imperioso deterioro del tiempo.

Este primer paralelismo entre las cualidades plásticas de la piedra decorativa y los

tópicos de su puntura de caballete llevaría a O´Gorman a una búsqueda incesante

por hacer mucho más claras las equivalencias entre una y otra manifestación

creativa. La pintura y la arquitectura, como consecuencia de dicha búsqueda,

derivarían en un sola obra; la casa-gruta, pero antes de ello, O´Gorman pasaría de

la piedra decorativa del Anahuacalli a la piedra monumental de Biblioteca Central

en el corazón del Plan

Maestro de Ciudad

Universitaria.

El análisis de dicho salto,

sin embargo, poco se ha

estudiado en la

historiografía del arte

nacional y, más aún, se ha dejado de lado en su particularidad a consecuencia de

su omisión como parte de un proceso de crecimiento y perfeccionamiento de la

técnica y planteamiento creativo del artista.

Y es que pese a la importancia que se ha delegado a Biblioteca Central en la

historia del arte y de la arquitectura nacional y pese a ser los petro-murales de

O´Gorman las únicas obras realizadas en el extranjero, los recubrimientos de

piedras de colores naturales aguardan, aún, por un estudio integral

Juan O´Gorman, La confluencia de las civilizaciones en América, San Antonio Texas, 1968.

70

2.1.2 Biblioteca Central: Piedra monumental

El nombramiento de Juan O´Gorman como parte del equipo a realizar Biblioteca

Central de Ciudad Universitaria, en 1948, acompañado por los arquitectos Gustavo

Saavedra y Juan Martínez de Velasco, configuró el marco a través del cual

O´Gorman lograría regresar a la escena arquitectónica nacional así como poner en

práctica la técnica del petro-mural en dimensiones monumentales.

Carlos Lazo, dice O´Gorman en su autobiografía:

[…] me llamó a su oficina para encargarme, con la cooperación del arquitecto Saavedra, condiscípulo mío y del arquitecto Juan Martínez de Velasco el proyecto de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria. Varios de los demás edificios ya estaban iniciados y otros por concluirse. No era seguro que hubiera suficiente dinero para construir el edificio […] pero de cualquier manera se nos pagaría el proyecto75.

El programa arquitectónico de Biblioteca Central presentado por O´Gorman,

Saavedra y Velazco fue aprobado, ese mismo año, los trazos que darían forma al

edificio, por conceso de los arquitectos, se ajustarían a los planos presentados y se

ceñirían, exclusivamente, a la subsanación de las necesidades bibliotecarias del

inmueble76.

El planteamiento inicial de Biblioteca Central, fundado en la proyección de un

módulo horizontal y otro vertical que le atravesaba, y en el cual se concentrarían

diez pisos no albergaba—más allá de su monumentalidad, sus vitrales de ónix para

75 Juan O´Gorman. Autobiografía, México. UNAM/ DGE Equilibrista, 2007, pág. 154. 76 Aja, Marisol, Juan O´Gorman en: Cuadernos de arquitectura para la conservación del patrimonio artístico. Apuntes para la historia y la crítica de la arquitectura mexicana del siglo XX: 1900-1980 V.2, 1982, pág.42.

71

todo el ángulo superior de la planta baja y sus relieves de piedra volcánica, en la

base de la composición y en la fuente dedicada a Tláloc—mayor detalle o

caracterización y fue entregada como obra acabada por el equipo de arquitectos a

Carlos Lazo en 1950.

A partir de ésta fecha O´Gorman extendió una prórroga a la Gerencia del proyecto

de Ciudad Universitaria, la cual recaía enteramente en el artista y que respondía a

la necesidad de cubrir los muros de la biblioteca con pequeñas cimbras de piedras

de color natural buscando con ello evitar que pareciera un cajonzote tremendo de

tabique77.

Al respecto O´Gorman explica:

Cuando traté este asunto con el arquitecto Carlos Lazo se entusiasmó con la idea del recubrimiento de mosaicos de colores y me pidió que hiciera un proyecto. Dediqué dos días y sus noches, casi sin dormir ni comer, haciendo los primeros croquis, para tener las ideas someras de este mosaico enorme que debería recubrir los cuatro lados de la torre de acervos del edificio […] Posteriormente, Carlos Lazo empezó a arrepentirse de haberme prometido hacer este grandioso mosaico, pero a suplicas mías, me permitió que hiciéramos un ensayo en la parte baja de uno de los lados de los acervos para ver cómo resultaba sobre el edificio […] al ver Carlos Lazo [los resultados del ensayo] aceptó la idea de hacer los mosaicos de piedra, siempre que el precio que yo cobrara fuera extremadamente bajo, porque no se había previsto presupuesto especial para este recubrimiento, que debería costar un poco más que con vitricota o con recubrimientos de cualquier otro material similar. Me ponían muchos obstáculos para hacer el mosaico y fue posible llevarlo a cabo merced del entusiasmo del arquitecto Gustavo Saavedra, quien intervino con el director del Banco de México, Carlos Novoa, presidente del Patronato de la Ciudad Universitaria, que ordenó se hiciera78.

77 “Los murales de la biblioteca central de C.U se hicieron para evitar que el edificio fuera un monstruo”, entrevista de José Ortiz Monasterio a Juan O´Gorman, en: Uno más uno, México, febrero 1, 1982. 78 Juan O´Gorman. Autobiografía, México. UNAM/ DGE Equilibrista, 2007, pág. 155.

72

Es importante señalar que el recubrimiento planteado por O´Gorman, se dividía en

cuatro mil cimbras de un metro cuadrado de extensión y que a diferencia de lo que

había practicado en el Anahuacalli y en el Estudio de la casa azul de Frida Kahlo,

constituirían una sola narración a la cual tituló Representación Histórica de la

Cultura.

La monumentalidad de éste petro-mural, entonces, no recaería solamente en la

extensión del área a intervenir sino, también, en su aspecto narrativo, el cual como

su nombre lo indica buscaría

representar la historia de la

cultura mexicana partiendo del

remoto pasado indígena, hasta

llegar a 1950, pasando por la

colonia y las transformaciones

que explicaban la historia

moderna.

El trabajo de O´Gorman como arquitecto y pintor en Biblioteca Central, además de

poner de manifiesto la ostentosa y renovada técnica pictórico-arquitectónica del

artista, le posicionó en uno de los espacios más importantes de la escena nacional;

Ciudad Universitaria. Obra de primer orden de la administración de Miguel Alemán

e ícono de ánimo de cierto sector del la política y la economía nacional.

Representación Histórica de la Cultura de Biblioteca Central visto desde su

monumentalidad así como a través de su posición estratégica al interior de uno de

Juan O´Gorman, Representación histórica de la cultura, Biblioteca Central (detalle), 1951.

73

los espacios más importantes de la escena arquitectónica nacional fungió, en 1950,

como un gran escaparate a través del cual sirvió a manifestarse la actividad

arquitectónica de O´Gorman quien, después de catorce años de ausencia no sólo

reaparecía con una obra como Biblioteca Central sino que realizaba de manera

paralela y, a unos cuantos pasos, la que el nombraría como la obra más importante

de su arquitectura; su casa del Pedregal de av. San Jerónimo.

El recubrimiento mural de Biblioteca Central se hallaba inmerso en el corpus de la

casa-estudio construida por O´Gorman en San Jerónimo bajo dinámicas que si bien

no contaban con la complejidad y las dimensiones de Representación Histórica de

la Cultura superarían por mucho su participación respecto de la arquitectura que le

sustentaba.

El desarrollo técnico y enunciativo del petro mural iniciado en Anahuacalli como

piedra decorativa, amplificado y perfeccionado en Biblioteca Central derivaría en

piedra arquitectónica en San Jerónimo 162. Ahí los límites de la roca dependerían,

exclusivamente, de sus tonos, sus texturas y su densidad, pues la piedra misma

habría de ser habitada bajo una solución arquitectónica sin precedentes.

La existencia de la casa-gruta, sin embargo, señaló en el recubrimiento mural de

Biblioteca Central un sentido crítico peculiar, el cual será analizado más adelante y

que, si bien no es evidente, explica la relación entre una y otra obra permitiendo

comprender de modo más integro la arquitectura de O´Gorman durante éste

periodo.

74

2.1.3 San Jerónimo 162: Piedra arquitectónica

Si bien el proyecto de habitar el Pedregal de San Ángel se formuló a partir de

bases arquitectónicas específicas, quienes se “embarcaron” en su mar de lava

experimentaron transformaciones que no necesariamente estaban calculadas en

sus programas arquitectónicos y que empezaron a surgir conforme fueron

conociendo e intervenido la zona.

La experiencia de habitar el Pedregal llegó a ser tan trascendental en la obra de

arquitectos como Luis Barragán, Max Cetto y Juan O ´Gorman que como puede

observarse, su trayectoria creativa no volvió a ser la misma después de construir

de manera individual o conjunta, alguna de las islas del archipiélago arquitectónico

en el que se convertiría el Pedregal de San Ángel a inicios de los años cincuenta.

Juan O´Gorman y su casa de avenida San Jerónimo no 162 son uno de los

mejores ejemplos para comprender el papel tan importante que guardaron las

formas, texturas y colores del paisaje del Pedregal al interior de su programa

arquitectónico, así como para entender el grado de transformación experimentado

por su genio creativo en una empresa en la que los objetivos iniciales no fueron

más que el pretexto para que O´Gorman iniciara su travesía en el mar del

Pedregal.

75

El primer plano

Basado, quizás, en su experiencia

de habitar un espacio como la

casa de la cascada (1939) de

Frank Lloyd Wright en 1939 e

influenciado quizás por el revival

maya de la arquitectura de los Estados Unidos así como por el trabajo de Richard

Neutra, Juan O´Gorman planeó la construcción de su casa habitación en el

Pedregal de San Ángel bajo cometidos muy específicos.

El primer plano concebía el espacio arquitectónico de su casa-estudio de manera

horizontal (fig.1) y resolvía sus necesidades de habitación y las de su esposa Helen

e hija María Elena a partir de una gran estancia, una recamara principal, dos

baños, una cocina, un patio y cuarto de servicio, para la planta baja, y un único y

gran estudio para la planta alta, todo

esto rodeado por un inmenso jardín.

Las formas de este primer plano

atendían a una clara influencia de Frank

Wright y, más específicamente, de las

casas Samuel Freeman y John Storer

realizadas en 1923 bajo el dictado del

Plano original de la casa-estudio de avenida San Jerónimo (detalle), s/f, Archivo Esther McCoy.

Plano original de la casa-estudio de avenida San Jerónimo (detalle), s/f, Archivo Esther McCoy.

76

mayan reviva79l, estilo que terminó por caracterizar a algunas de las obras de

Wright en California.

El plano inicial de O´Gorman para el 162 de avenida San Jerónimo muestra la

paridad de sus formas con el mayan revival a partir de los tableros, taludes y

cresterías con los que el artista dotaría a la obra de un claro parecido con la

arquitectura de Uxmal. Por otro lado la solución estilística que ostenta el plano se

encuentra muy acercada las casas Freeman y Storer si lo que se observan son sus

volúmenes escalonados, la pirámide como base de la composición y la

monumentalidad como definición de la obra.

El jardín como elemento de San Jerónimo 162, por su parte, no rodearía solamente

la construcción como puede observarse en el plano, sino que se integraría a su

solución arquitectónica formando un sutil juego de curvas en los muros de la casa y

determinando en gran medida la ubicación y las formas de las escaleras exteriores.

Esta relación casa-jardín en el plano de O´Gorman puede observarse en la

arquitectura de Max Cetto, colega y amigo del artista, en Jardines del Pedregal

quien a su vez se hallaba profundamente influenciado por Richard Neutra.

Otro de los aspectos que sobresale del plano inicial de Juan O´Gorman para su

casa-estudio del Pedregal de San Ángel son los recubrimientos murales indicados

por el artista, para la fachada principal de la casa, a realizarse muy probablemente

79 El mayan revival fue un concepto arquitectónico desarrollado en los Estados Unidos por personalidades como los arquitectos Wright y Neutra, caracterizándose por la construcción de espacios en horizontal y con dos niveles máximos de altura y la utilización de cresterías y detalles representativos de la cultura maya, representativa del sur de México y del norte de Guatemala

77

en piedras de color natural según el periodo creativo por el que atravesaba

O´Gorman, y que concordaría con los taludes de piedra volcánica de la obra.

Finalmente vale la pena recalcar que el aspecto de la casa-estudio planeada por

O´Gorman en éste plano rescatado por la arquitecta norteamericana Esther McCoy

en 1951, resulta diametralmente distinto al que obtuvo finalmente el 162 de avenida

San Jerónimo una vez que O´Gorman puso en contacto su programa arquitectónico

con las formas, texturas y oquedades del Pedregal de San Ángel.

Este último punto resulta vital pues como se afirmó líneas arriba, la transformación

experimentada por los arquitectos que se embarcaron en la empresa de conquistar

el Pedregal fue representativa en su trayectoria creativa y, en el caso especifico de

O´Gorman, los cambios experimentados fueron tales que para tener un juicio

aproximado de su relevancia han de calibrarse factores que no son claramente

inidentificables en la obra.

La transformación de la arquitectura de O’Gorman en el Pedregal de San Ángel

debe considerarse pensando en la capacidad de asombro, creatividad y

desprendimiento del artista así como en el profundo conocimiento técnico de su

profesión, el cual llegó a hacer habitable una cueva de origen natural a través de un

interesante ejercicio de deconstrucción arquitectónica.

78

La casa-cueva

Una vez puesta en marcha la construcción

de la casa del Pedregal de Juan O´Gorman

en el 162 de avenida San Jerónimo, la

transformación de sus planes iniciales se

iría dando con la rapidez que le permitía al

artista el hecho de ir alternando su construcción con la de Biblioteca Central,

ubicada a unos cuantos metros.

Según declaró O´Gorman un par de décadas después de la construcción de ésta

obra, la naturaleza indómita del Pedregal lo sorprendió cuando, tras dinamitar una

parte de su terreno halló una cueva de origen natural que hubo de producirse

varios siglos atrás debido al encapsulamiento de una burbuja de aire al interior del

rio de lava del que formaba parte80 y que tras la explosión había quedado expuesta

a la intemperie en pleno siglo XX.

Esta enorme burbuja escondida, en la que hasta entonces había funcionado como

cantera para producir las piedras a través de las cuales O´Gorman pensaba dar

forma a su casa-estudio, terminaría por transformar el proyecto del artista a partir

de un interesante ejercicio creativo de arquitectura e improvisación del que resultó

una obra absolutamente distinta a la planeada por O´Gorman y sin ningún

precedente en la arquitectura mexicana del siglo XX.

80 Juan O´Gorman “Comentarios a cerca de la casa de San Jerónimo no. 162” en Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1982, pág. 157.

79

La transformación del proyecto habitacional de O´Gorman en el Pedregal de San

Ángel inició con el deseo del arista por integrar la cueva hallada en el terreno al

interior de su programa arquitectónico. Este cambio sin embargo, no sólo

modificaría las soluciones de su programa sino, también, el método a partir del cual

O´Gorman habría de realizar la obra.

La arquitectura como ordenamiento, razón, o administración del espacio cedería,

entonces, a un interesante ejercicio de adecuación, es decir, no sería el trazo de

O´Gorman, una vez integrada la cueva, el que decidiría sobre el espacio sino las

características del espacio sobre la arquitectura del artista.

En esta primera alteración del programa arquitectónico del 162 de avenida San

Jerónimo es importante señalar el grado de negociación que O´Gorman estuvo

dispuesto a establecer con el espacio pues, si bien es cierto que en el plano inicial

el artista había construido un concepto arquitectónico del Pedregal, también es

cierto que dicha representación se basaba más en el ordenamiento del espacio que

en la habitación de sus formas.

La radicalidad habitacional, que años más tarde fuera señalada por la crítica

internacional al analizar el programa arquitectónico de San Jerónimo 16281, derivó

precisamente de este habitar el Pedregal bajo una solución arquitectónica extrema,

es decir, a partir de los posibles puntos de intersección entre la roca indómita y el

trazo arquitectónico como interpretación de un nuevo orden y por tanto de una

solución habitacional intransferible. 81 Francisco González de Canales, Experiments with Life Itself: Radical Domestic Architectures Between 1937 and 1959, ACTAR Publishers, 2012, págs. 118-143.

80

Una vez integrada e interpretada la cueva al interior del programa arquitectónico de

San Jerónimo 162 así como solucionadas las necesidades habitacionales de la

construcción, Juan O´Gorman dio paso a un interesante proceso de significación de

sus formas y conceptos e, incluso de los medios a través de los cuales había

logrado llevar a buen puerto tan complicada empresa.

O´Gorman nombró a su casa-cueva Ensayo de arquitectura orgánica, pensando

como ya se señaló en el trabajo de Wright, protesta en contra de la civilización en

alusión a la corrupción de la urbe y a su crecimiento desmedido, mientras que en lo

que a la transformación experimentada por su arquitectura si bien no lo externó

bajo términos semejantes la solución misma de la obra, única en la trayectoria

creativa del artista, pondría de manifiesto las formas que habrían de

corresponderle.

La casa-gruta de O´Gorman empotrada en el complejo arquitectónico y paisajístico

arriba descrito denunció, a través de sus formas, un imponente ejercicio de libertad

del artista acompañado por el característico vértigo de la angustia.

La construcción de la casa-gruta puso en peligro el genio creativo de O´Gorman y

los resultados de su empresa fue un llamamiento a la imaginación, a la creatividad

y a la fantasía. Catarsis arquitectónica del artista pues su pintura y su vida frente a

los acontecimientos de su tiempo habían sembrado en su razón la duda y su

respuesta fue una narrativa fantástica por sus formas y critica por sus contenidos

que tanto caracterizó a su pintura de caballete.

81

2.2 Realidad y fantasía: la crítica a la razón arquitectónica en la pintura de Juan

O´Gorman

2.2.1 Realidad y Fantasía en la obra de Juan O´Gorman: Exposición del artista en el Palacio de Bellas Artes (1950)

El 14 de septiembre de 1950 se inauguró en el Palacio Nacional de Bellas Artes

Fantasía y Realidad en la obra de Juan O´Gorman82 siendo Director del INBA

Carlos Chávez y Jefe del Departamento de Artes Plásticas Fernando Gamboa83 en

el contexto de una serie de exposiciones-homenaje a personalidades como Diego

Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo.

En ésta exposición se exhibieron además de caballetes, numerosos dibujos y

anteproyectos para murales y mosaicos84 que sumaron, según el catálogo de la

muestra, un total de sesenta y siete piezas85 habiendo otras fuentes que aseguran

la suma de ciento cincuenta pinturas de caballete y doscientos dibujos86.

La temporalidad de las obras presentadas por O´Gorman en el Palacio de Bellas

Artes abarcó de 1937 a 1950 siendo la pieza más antigua de la exhibición; Retrato

de Susana Pradat (1937) y la más reciente Autorretrato Múltiple (1950) al tiempo de

82 Justino Fernández, Catálogo de exposiciones de arte en 1950, México: Suplemento del Núm. 19 de los Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, 1951, pág. 35. 83 Julieta Ortiz Gaytán, Semblanza de Juan O´Gorman, en: Celia Martín Marín, Biblioteca Central: libros, muros y murales: 50 Aniversario, México: UNAM, 2006, pág. 128 84Antonio Luna Arroyo, Juan O´Gorman. Autobiografía, antología, juicios críticos y documentación exhaustiva sobre su obra. México: Cuadernos populares de pintura mexicana moderna, 1973. 85 Justino Fernández, Catálogo de exposiciones de arte en 1950, México: Suplemento del Núm. 19 de los Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, 1951, pág. 35. 86 Víctor Jiménez, Cronología de la vida y obra de Juan O´Gorman, en: Juan O´Gorman, Autobiografía, México: UNAM/Pértiga, 2007, pág. 37.

82

corresponder dicha producción creativa, al ya señalado periodo de distanciamiento

del artista para con la escena pública.

De las colecciones y los coleccionistas que convergieron en esta primera

exposición de O´Gorman en Bellas Artes destacaron: el Museo de Arte Moderno de

Nueva York y el Museo de Arte de Filadelfia, así como Justino Fernández, Max

Cetto, Antonio Luna Arroyo, Carlos Mérida y su hermano Edmundo O´Gorman,

quienes durante los años cuarenta adquirieron parte de las obras expuestas en el

recinto.

Por su parte uno de los conjuntos más peculiares expuestos en Fantasía y

Realidad en la obra de Juan O´Gorman fue el de los estudios preparativos para la

obra mural del artista, entre los que se incluían La Conquista del Aire por el

Hombre (1938), Historia de Michoacán (1941) y Entre la filosofía y la ciencia hay

bastante diferencia (1948) así como la serie de 12 proyectos realizados por el

artista para la Asociación de Jóvenes Judíos de Pittsburg (1940), obra no realizada,

y de la que muy probablemente no se tenía conocimiento en el público nacional.

Vale la pena mencionar que la presentación de dichos estudios sentó, además, el

precedente de Proyectos murales de Juan O´Gorman muestra realizada, también,

en el Palacio de Bellas Artes del 7 de agosto al 7 de septiembre de 1968 como

parte de la celebración de las XIX Olimpiadas87. Muestra en la que además de los

estudios presentados en 1950 se exhibieron los de los murales realizados por el

artista en el Castillo de Chapultepec, en Biblioteca Central, en la Secretaría de

87 Justino Fernández, Catálogo de exposiciones de arte en 1968, México: suplemento del Núm. 38 de los Anales del Instituto de Investigaciones de la UNAM, 1969, pág. 3

83

Comunicaciones y Obras Públicas, en el extranjero y los que constituyeron,

propiamente, el recubrimiento mural de la casa-gruta, objeto de análisis de esta

investigación.

Pese a haber sido 1950 un año con gran número de exposiciones en la Ciudad de

México y en algunas salas del interior de la República Fantasía y Realidad en la

obra de Juan O´Gorman participó de las seis muestras más relevantes del Palacio

de Bellas Artes y fue catalogada, por la crítica, de extraordinaria88.

Dos géneros dominaron la muestra: el paisaje y el retrato y estos, a su vez,

estuvieron divididos en dos géneros bautizados por los organizadores de la

exposición como fantástico y realista. La temporalidad de las obras, por su parte,

no estuvo subordinada a dichos géneros sino a la ejecución de temáticas y

dimensiones variadas por parte del artista.

Si se buscara tener un par de referencias de las obras expuestas en Fantasía y

Realidad en la obra de Juan O´Gorman podrían mencionarse como algunas de los

más importantes: La ciudad corrompida (1938) La torre de marfil (1943), El agua

sale entre las rocas (1944), Espantapájaros (1945), La ciudad de México (1949) y

De unas ruinas nacen otras ruinas (1949) en lo que al paisaje refiere. Mientras que

en lo que al retrato respecta serían; Retrato de la señorita Susana Pradat (1936),

Retrato de la señora Helen Fowler de O'Gorman (1940), Aquí la dejaron (1943) y

Autorretrato Múltiple (1950). Obras de gran belleza y relevancia si lo que se busca

observar es el planteamiento de ciertas premisas narrativas y plásticas del artista.

88 Justino Fernández, Catálogo de exposiciones de arte en 1950, México: suplemento del Núm. 19 de los Anales del Instituto de Investigaciones de la UNAM, 1951, pág. 3.

84

2.2.2 Paisaje, arquitectura y pintura: Orígenes conceptuales de San Jerónimo 162

Juan O´Gorman no vive [sobre] la tierra […] se esconde en las formas laberínticas del interior de la tierra para criticar lo que a su juicio es falso […] barroquismo en su pintura y sobriedad en su arquitectura […] son los contradictorios contenidos […] de la obra de este artista

Miguel Salas Anzures89

La relación de la casa-gruta con la exposición de Juan O´Gorman en Bellas Artes y,

más aún, con las obras expuestas en el recinto obedece o dos tópicos en

particular: el paisaje y la arquitectura, ambos, objetos de representación en su obra

pictórica y su relación con la solución arquitectónica y discursiva con que dotó a su

casa del Pedregal.

Si bien se ha expresado líneas arriba que el método de proyección y construcción

de la casa-gruta partió de la negociación de la técnica arquitectónica del artista

para con el paisaje y sus cualidades formales y estructurales, también se ha

señalado la importancia que tuvieron la creatividad, imaginación y fantasía al

momento de construir la obra.

La posibilidad de observar el catálogo de la primera exposición de Juan O´Gorman

en Bellas Artes como bitácora del periodo en que el artista se ausentó de la escena

89 Fantasía y Realidad en la obra de Juan O´Gorman, Catálogo Oficial del Instituto Nacional de Artes Plásticas, Museo Nacional de Artes Plásticas, México, D.F: septiembre-octubre, 1950

85

pública (1938-1948) y, más específicamente de la escena arquitectónica, permite

comprender más de un tópico ignorado por la literatura especializada e, incluso,

desmentir ciertos supuestos alrededor de su labor durante los años cincuenta.

La falta de relación entre el Juan O´Gorman de los años treinta y el de los años

cincuenta o, para ser más específica, la relación entre la arquitectura funcionalista y

la orgánica de Juan O´Gorman acompasada por una transformación de su lenguaje

pictórico ocurrida entre 1938 y 1948 expresa con gran detalle sus mudanzas

formales y discursivas en el desarrollo de las temáticas logradas en su pintura y a

su vez documenta su proceso con gran detalle en el Catálogo de Fantasía y

Realidad en la obra de Juan O´Gorman.

Mirar la arquitectura de O´Gorman de los años treinta y la de los años cincuenta

como acciones poco relacionadas entre sí y, en el peor de los casos, como

acciones contradictorias90 podría caer en desuso con un análisis más profundo de

las relaciones formales, funcionales y enunciativas entre las obras así como a

través del estudio de una crónica de ausencia tan valiosa como lo son las obras

expuestas en la primera muestra del artista en Bellas Artes.

La fantasía se define, según el Diccionario de la Real Academia Española, como la

facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas

pasadas o lejanas, así mismo se define como grado superior de imaginación en

cuanto inventa o produce.

90 Jorge Alberto Manrique, “Juan O´Gorman Polémico y contradictorio” en: Revista de la Universidad no. 29, México: UNAM, septiembre, 1983, págs. 25-29.

86

Una vez puestos en crisis los planes y referentes para la construcción de la casa-

estudio de O´Gorman en el Pedregal a consecuencia de integrar la cueva hallada

en su programa, la fantasía de O´Gorman formó parte fundamental en la

negociación entre su genio creativo y la naturaleza indómita del Pedregal, si se

considera a la fantasía como invención de la solución de un problema basándose

en imágenes de cosas pasadas.

Las imágenes antecesoras de San Jerónimo 162 fueron, precisamente, las

evocadas y creadas por O´Gorman de 1938 a 1948 y en las cuales, además, la

relación entre arquitectura y paisaje había sido un tema recurrente como lo

permiten ver la serie de obras creadas por el artista durante el periodo y puestas a

disposición del público y de la crítica en Fantasía y Realidad en la obra de Juan

O´Gorman.

El paisaje en la obra de Juan O´Gorman no sólo predominó en el catálogo de su

exposición en Bellas Artes sino que fue uno de sus tópicos y ocupaciones favoritas.

Su pintura mural y de caballete posee claras muestras de dicha predilección aún si

se analizan obras en las cuales no es éste objeto central de la composición.

De igual modo la arquitectura fue un medio a través del cual O´Gorman analizó el

paisaje. La integración de la obra a construir en el paisaje, sobre todo después de

1939 cuando conoció la casa de la cascada de Wrigth, hizo del paisaje recurso y

compromiso al momento de concebir la construcción de una obra.

Finalmente no podría hablarse de la relación entre O´Gorman y el paisaje sin tomar

en cuenta la relación establecida por el artista con éste a través de la minería. Las

87

minas fueron un tema recurrente en la obra de O´Gorman y remiten quizás a su

infancia en el profeta—mina en la cual su padre fungía como encargado—así como

sus largos viajes de provincia a la capital y de la capital a provincia por diversos

motivos.

Incluso esta relación entre O´Gorman y el paisaje como objeto de observación y

reflexión explica, quizás, la riqueza de sus mosaicos de piedras de color natural, los

cuales llegaron a contar con una gran variedad de colores y texturas resultado del

conocimiento que poseía artista sobre el paisaje y la manera en la cual se

comportan sus elementos.

La suma de las peculiaridades aludidas permite contextualizar, de algún modo, la

construcción de la casa del Pedregal de O´Gorman bajo criterios que no eran

exclusivos de aquel momento sino que terminaron por convertirse en síntesis de un

largo proceso de transformaciones experimentadas no sólo por el artista sino,

también por su tiempo.

Y es que no hay que olvidar que de 1938 a 1948 México, América Latina y el resto

del mundo experimentaron cambios vertiginosos derivados de la vida política y

económica de determinadas naciones, tema del que O´Gorman estaba bastante

enterado y ante el cual se manifestó a través de su propia transformación y

autocritica; acción que expresó en su pintura de manera mordaz planteando

“cuestionamientos desolladores” a la sociedad del siglo XX traducidos en paisajes

citadinos llevados hasta las ruinas de un tiempo fantástico o quizás, para ser más

precisa, hacia una narrativa temporal mucho más abierta.

88

2.2.3 La ciudad en la pintura de Juan O´Gorman

La pintura de Juan O´Gorman tuvo, entre otras, la influencia de la plástica de

Leonora Carrington (1917-2011), Frida Kahlo (1907-1954) y Remedios Varo (1908-

1963), según lo declaró el artista hacia la etapa final de su producción creativa

especificando, además, que dicha relación pictórica introdujo en su arte una de las

pocas influencias no mexicanas

refiriéndose al surrealismo de

las tres artistas91.

En los años cincuenta la ciudad

de México vio por primera vez,

además de la exposición individual de Juan O´Gorman en Bellas Artes, la de

Leonora Carrington en la Galería Clardecor (1950)92 las obras de Remedios Varo

en la Galería Diana (1956)93 y la primera exposición individual Frida Kahlo en la

Galería Arte Contemporáneo (1953)94.

El surrealismo de Leonora Carrington y Remedios Varo así como el surrealismo de

Frida Kahlo y la fantasía-realistas de O´Gorman, durante la quinta década del siglo

pasado, formaban parte de un particular ánimo creativo respecto del que dominaba

en la escena artística nacional o, en términos de Ida Rodríguez Prampolini, estas

91 Como una pintura nos iremos borrando [cortometraje], Alfredo Robert, Dirección General de Actividades Cinematográficas, UNAM, 1987. 92 Justino Fernández, Catálogo de exposiciones de arte en 1950, México: suplemento del Núm. 19 de los Anales del Instituto de Investigaciones de la UNAM, 1951, pág. 4. 93Ricardo Ovalle, Remedios Varo. Catálogo razonado, México: Ediciones Era, pág.107. 94 Andrea Kattemann, Kahlo, California: Tashen, 2003, pág. 93.

Leonora Carrington, The House Opposite, 1945

89

expresiones representaban la voluntad de un reducido número de artistas que

comenzaban a hacer de su pintura un ejercicio personal […] que ya no quería

interpretar, al pueblo mexicano [convirtiendo] sus producciones [en ejercicios]

líricos y poéticos […] artistas que pinta[ban] por necesidad ontológica sin importar

ya decir algo concreto, comunicar ni ser comprendido95, “evasión narrativa” que, sin

embargo, guardó una distancia razonable en el caso de Juan O´Gorman.

Ida Rodríguez es cuidadosa en detallar las diferencias entre los esfuerzos de ese

grupo de artistas en el que

se encontraban, entre otros,

los pintores Carlos Orozco

Romero (1896-1984), Emilio

Rosenblueth (1896-1945),

Agustín Lazo (1896-1971),

Alfonso Michel (1897-1957),

María Izquierdo (1902-

1955), Guillermo Meza (1917-1997) y Raúl Anguiano (1915- 2006), reafirmando

que al caso específico de Juan O´Gorman corresponde el término de realismo-

fantástico en medida en que construye un mundo a semejanza del real, pero lo

prolonga con sus mismas apariencias al país de la fantasía96 y al que habría de

agregarse al de la crítica que matiza la evasión narrativa acentuándose en su

carácter temporal el territorio nacional y se ancla en el panorama internacional.

95 Ida Rodríguez Prampolini, El surrealismo y el arte fantástico en México, México: UNAM/ IIEs, 1983, págs. 81-82. 96 Ida Rodríguez Prampolini, El surrealismo y el arte fantástico en México, México: UNAM/ IIEs, 1983, pág.84

Remedios Varo, Armonía, 1956.

90

Si bien el realismo

fantástico fue sólo una de

las vertientes creativas del

artista en su pintura de

caballete, e incluso en la

mural, fue también según

esta investigación una de las claves para comprender el proceso creativo que llevó

a O´Gorman hacia las formas y soluciones de su casa-gruta, convirtiéndola en una

de las pocas exponentes del género adosándola, además, de esa crítica presente

en su pensamiento y pintura, traduciéndose en un manifiesto de dimensiones

físicas únicas en la trayectoria de Juan O´Gorman y del territorio nacional.

O´Gorman se distancia, entonces, del ánimo creativo nacional de los años

cincuenta, se suma, con sus respectivas peculiaridades, al reducido número de

artistas catalogados por Ida Rodríguez Prampolini como fantásticos/surrealistas, y

agrega en su posición esa peculiar crítica a la sociedad del siglo XX logrando

intervenir el paisaje de la ciudad de México bajo dicho cometido o lo que Ida

Rodríguez interpretó, en su momento, como la más absurda síntesis de la

arquitectura-escultura-pintura con el paisaje de las formaciones de lava del

Pedregal. Dentro de la línea de “inspirados” en Gaudí, Simón Rodía y el venerado

Facteur Cheval [y de la que] No cabe duda [se puede] hablar de una arquitectura

que integra lo fantástico [con] la arquitectura prehispánica97.

97 Ida Rodríguez Prampolini, El surrealismo y el arte fantástico en México, México: UNAM/ IIEs, 1983, págs. 86.

Frida Kahlo, La mesa herida, 1940.

91

La arquitectura en comunicación con el paisaje y más específicamente la ciudad

como ordenamiento o alteración del espacio natural fue un tema recurrente en la

obra de Juan O´Gorman. Su génesis se remonta a antiguas obras del artista en las

que la representación de escenas, cuasi costumbritsas, derivan de la relación

habitante-espacio en escenas prominentemente urbanas o semi urbanas98.

El trato dado por O´Gorman al paisaje partió, entonces, de representaciones en las

que situó los asentamientos humanos como factor de cambio, ya sea por el arado,

la siembra, los senderos o por alteraciones más complejas como las causadas por

el automóvil, los aviones,

las fábricas, los

monumentos y por la

arquitectura misma,

dando como resultados la

ciudad; suma de

complejas y anquilosadas

relaciones establecidas por la lógica humana.

Uno de los mejores ejemplos de la ciudad-paisaje bajo dichas peculiaridades es La

ciudad de México—temple realizado por O´Gorman en 1949—representación de

una ciudad de México captada a la altura del Monumento a la Revolución99, que

parte de una mirada exhaustiva y que narra a través de las formas, según se puede

observar, el presente, pasado y futuro de la urbe. 98 Las fotografías de los murales realizados por O´Gorman en los años vente en algunas cantinas y pulquerías de la ciudad de México ilustran el lugar del paisaje en las representaciones del artista 99 Monumento realizado por el Arq. Carlos Obregón Santacilia en 1938, ubicado en la Plaza de la República de la colonia Tabacalera en la Ciudad de México.

Juan O´Gorman. La ciudad de México, 1949.

92

La ciudad, en la composición del artista, deriva de sus edificios, avenidas e, incluso

de sus límites; si lo que se observa es el horizonte cuasi desértico de la imagen. El

cielo, las nubes y las montañas forman parte de la ciudad como también participan

de ella sus habitantes, sin dejar de lado las creencias e ilusiones del mexicano;

representadas en el cielo de la obra a través de seres míticos y/ o alados, esto, sin

dejar de lado el mapa que es sostenido por un par de manos en alusión, quizás, al

pasado del objeto representado mientras que un artesano de la construcción es

incorporado en la toma, posiblemente, en representación de su futuro, una ciudad

en potencia.

Sin embargo, y tomando en cuenta la criticidad de otros de sus trabajos pictóricos,

la diáfana imagen que O´Gorman plasmó en La ciudad de México de cara a los

años cincuenta escondía debajo de su orden una expresión necesariamente

distinta en sus formas y enunciados. 1949 fue, también, el año en que O´Gorman

realizó De unas ruinas nacen otras ruinas lienzo en que puede observarse la acción

de esas formas llamadas fantásticas impulsadas por la ya señalada crítica

desolladora que muestra una ciudad en su osamenta de ocres predominantes, en

alusión a la tierra y a la ruina, de formas irregulares que evocan esqueletos y raíces

que han quedado expuestos y a la intemperie, a un orden ausente en el accionar

de los hombres que han violentado al paisaje y a la naturaleza que les sustenta y

les padece.

A diferencia de La ciudad de México; De unas ruinas nacen otras ruinas devora al

tiempo y con ello el rastro de los hombres que hubieron de crear, transitar y habitar

esas ciudades hechas ruinas. La urbe parece haber devorado, a su vez, a los

93

hombres y parece, también, a

penas resistir los embates del

olvido sobre sus muros.

Si al hombre corresponde la

construcción de ciudades, es al

tiempo manifiesto en el viento,

el agua y el fuego la destrucción

de las mismas. Los cuestionamientos de O´Gorman sobre las ciudades-

monumento erosionan su orden y hace visibles las capas que yacen por debajo de

su dermis, sueños devorados por el inclemente paso del tiempo así como por una

pérdida de equilibrio entre sus formas y las del paisaje.

La ciudad de México y De unas ruinas nacen otras ruinas fueron expuestas en

Bellas Artes durante la muestra Fantasía y realidad en la obra de Juan O´Gorman

siendo, quizás, dos de las mejores premisas para comprender el titulo con que los

organizadores bautizaron la muestra e, incluso, para inferir la tensión que la opinión

y la critica experimentó resultado del tratamiento dado por el artista a esta y otras

temáticas.

La ciudad en la obra de O´Gorman hacia la segunda mitad del siglo XX representó,

también, esa vía a través de la cual el artista reafirmó su cambio de dirección en

búsqueda de un arte interesado en las problemáticas locales y a través del cual

logró dar dimensiones irrepetibles a las representaciones fantásticas y surrealistas

Juan O´Gorman, De unas runas nacen otras ruinas, 1949.

94

que ya habían traspasado las fronteras de la lógica y del país a finales de los años

cuarenta en el quehacer de varias personalidades de la época.

A O´Gorman atañe en la ciudad de México concretar ese ejercicio de resistencia,

evasión y crítica a partir de un ejercicio arquitectónico fuera de las convenciones y

lejano, por mucho, de las soluciones que el mismo había dado a su arquitectura

años atrás; trasplantar la tensión de sus lienzos en la geografía urbana y, además,

en un suelo que se hallaba muy próximo a esas ciudades rugosas e indómitas que,

en el caso específico del Pedregal de San Ángel, ya había devorado el tiempo y la

memoria de inciertos asentamientos precortesianos al ser resultado de una

erupción volcánica acontecida tiempo atrás.

O´Gorman deconstruye su técnica arquitectónica, esa que durante los años treinta

había participado en la construcción de una ciudad lógica, ordenada y “humana”,

como la que representa desde el Monumento a la Revolución en 1949, con objeto

de ir más allá; exacerbar la indómita naturaleza del paisaje que sostiene a la ciudad

como sinónimo de la organización de una sociedad, poner al descubierto el

desgaste al que se encuentra sujeta su participación en el paisaje por factores

naturales y humanos así como evidenciar que estas potenciales ruinas no han

nacido sino de otras ruinas que el tiempo ha tornado en raíces, cerros y montañas.

La casa-gruta como materialización del ejercicio de observación, imaginación y

crítica de O´Gorman ante la falta de conciencia de una civilización que se

encuentra a si misma maravillosa e ignorante de su circunstancia extrema su

ejercicio al momento de adecuar su técnica moderna a una cueva; resguardo

95

“original” de la humanidad, radicalizando su propuesta arquitectónica hasta carecer

de equivalentes documentados en todo el país y muy probablemente en gran parte

del mundo por lo menos durante el siglo XX.

La transformación acontecida en O´Gorman sólo puede explicarse en los

resultados formales, enunciativos y simbólicos de la casa-gruta ya señalados, sus

antecedentes como se dijo se encuentran en la radicalización del pensamiento de

su autor y las pruebas de dicho ejercicio, de manera muy fiable, en su producción

pictórica. La casa-gruta de avenida San Jerónimo se convierte entonces en el

resultado de una década de trabajo de su autor y la complejidad que representa

puede hallarse, de manera parcial o total, en cualquiera de los referentes en los

que se desdobla su realización.

La construcción de una obra como la casa-gruta tan lejana a los estándares de vida

y habitación del siglo XX se sostiene en el desamparo de toda una generación que

frente a la industria, la avaricia, el crecimiento poblacional desmedido y la falta de

un orden en tan espontáneo paso por el presente se tradujo, de igual modo, en

plegarias creativo-emocionales como las de Mathias Goeritz en construcciones

como el Museo El eco, en la representación del silencio y la plegaria de la

arquitectura de Luis Barragán y en la revaloración de los materiales locales para la

construcción de habitaciones modernas en el caso de Max Cetto.

96

Capítulo II

La casa-cueva San Jerónimo no. 162 y la crítica de Juan O´Gorman en contra de la civilización

97

Capítulo III

San Jerónimo 162: La construcción de un concepto en tiempos de cambio

Preámbulo

Juan O´Gorman y su familia

habitaron el 162 de avenida

San Jerónimo a partir de 1951,

es decir, un año antes de que

O´Gorman concluyera la obra y

el mismo en que el artista

realizara el recubrimiento mural

de Biblioteca Central ubicada a

unos cuantos metros de

distancia.

El archivo fotográfico de Esther McCoy (1904-1989) muestra el estado inacabado

que guardaba la casa cueva en 1951: la presencia de cimbras y materiales así

como la ausencia de vidrios en algunas de sus ventanas subraya en las tomas

hechas por McCoy el proceso inacabado en que se encontraba la casa-gruta para

1951 así como el avanzado estado de crecimiento de la flora silvestre y de la

Esther McCoy, casa-gruta, 1951

98

dispuesta por los O´Gorman en ciertos espacios de la casa como síntoma, quizás,

del largo periodo que el autor había tardado en realizar su obra100.

Durante dieciséis años los O´Gorman habitaron la casa cueva, existe un registro

mínimo, en la fortuna crítica del artista, acerca del cómo transcurrió ese periodo

para la familia y en su lugar pueden observarse algunas tomas de los interiores de

la construcción realizadas por distintos fotógrafos y a nombre de diversas

publicaciones en las cuales aparecen Juan O´Gorman y/o a Helen Fowler

O´Gorman interpretando

escenas de lo cotidiano

en el comedor, la

estancia, el estudio o la

terraza de la casa-gruta

permitiendo, además,

tener una idea de las

dimensiones de la obra

así como el de algunos de los quehaceres realizados en el inmueble.

Varias fueron las personalidades captadas en la casa-cueva, durante el tiempo en

que fue habitada por los O´Gorman, el arquitecto Max Cetto fue fotografiado por

Juan Guzmán jugando una partida de ajedrez con O´Gorman, mientras que Frida

Kahlo apareció en una imagen, vista líneas atrás, visitando la casa en construcción.

100 Al respecto vale la pena mencionar que la casa-gruta es la única obra que Juan O´Gorman realizó en un periodo superior a un año, según puede observarse en el antes citado Catálogo de la obra arquitectónica de Juan O´Gorman de Marisol Aja estudio que, cabe mencionar, es desde su realización, en 1981, el análisis más completo que posee la historiografía del arte mexicano en torno al tema.

Juan O´Gorman y Helen Flowler O´Gorman, LIFE 19 de enero de 1959

99

Por su parte las

hermanas Ana María y

Bettina Cetto ocupan un

lugar especial en los

registros gráficos de la

casa-gruta al haber sido

captadas, también por

Juan Guzmán, una

mañana de domingo, en la terraza de la casa pintando en compañía de Juan

O´Gorman a quien de cariño llamaban tío tlacuache101.

Cabe destacar que de esta entrañable relación entre el artista y las hijas de su

compadre Max Cetto quedaron un par de retratos realizados por O´Gorman y que

las hermanas Cetto en la

actualidad no escatiman al

hablar del tema y que guardan

un archivo personal de gran

valía.

Por su parte Diego Rivera,

comenta Juan O´Gorman en

sus memorias, manifestó su

admiración por la casa del Pedregal bajo una óptica que al guanajuatense

ocupaba, es decir, desde sus cualidades representativas de un verdadero quehacer

101 Entrevista a Bettina Cetto realizada por Adriana Sandoval en mayo del 2015.

Max Cetto y Juan O´Gorman, Juan Guzmán, cortesía Bettina Cetto.

Ana María (al frente) Bettina Cetto y Juan O´Gorman, cortesía Bettina Cetto.

100

arquitectónico nacional de profundas raíces mesoamericanas102, anclando su

afirmación en ese pasado creativo que compartía con O´Gorman; el Anahuacalli y

tras haber sostenido en diversos diálogo públicos la importancia de emprender la

búsqueda por una arquitectura nacional que respetase la morfología mexicana,

encontrando como buen ejemplo de ello las intervenciones de los arquitectos que

habitaron el Pedregal de San Ángel a finales de los años cuarenta.

La construcción documental de la casa-cueva en el país, por su parte, corrió a

cargo de publicaciones como El día, la Revista Espacios, Arquitectura México y

Calli. Mientras que en lo que a la

opinión internacional respecta fueron

revistas de difusión como LIFE (1959),

Progressive Architecture (1970) y Arts

and Architecture algunas de las

publicaciones que dedicaron a la casa

cueva de O´Gorman varias de sus

páginas.

O´Gorman menciona en sus memorias que el propio Wrigth conoció la casa-gruta y

que le felicitó por su realización103. Es muy probable que dicho acontecimiento, en

caso de haber ocurrido, haya acontecido el año de 1952 cuando el arquitecto

norteamericano visitó México y, más específicamente, Ciudad Universitaria motivo

102 Juan O´Gorman, Autobiografía, México: UNAM/Pértiga, 2007, pág. 217. 103 Juan O´Gorman, Autobiografía, México: UNAM/Pértiga, 2007, pág. 216.

Espacios, no. 25, junio de 1955.

101

de la realización del VIII

Congreso Panamericano de

Arquitectos104, Sin embargo, no

hay registros que avalen lo dicho

por O´Gorman y se presenta en

esta investigación, solamente,

como parte de la fortuna critica de

la casa-gruta y como uno de sus varios pendiente a esclarecer.

Max Cetto en Arquitectura moderna en México (1961) 105 incluyó a la casa cueva

como parte de la modernidad arquitectónica mexicana de la segunda mitad del

siglo XX, bajo una de las criticas más completas que guarda la fortuna critica de la

casa de San Jerónimo, mientras que el propio O´Gorman publicó tres ensayos de

carácter vital en torno a San Jerónimo (1948-1972)—recopilados y publicados años

más tarde por Ida Rodríguez Prampolini en La palabra de Juan O´Gorman

(1983)106—sin olvidar la información que Antonio Luna Arroyo logró recopilar en la

Autobiografía y archivo personal del artista al respecto (1973)107.

La construcción de la casa cueva de Juan O´Gorman se llevó a cabo, como ya se

mencionó, de 1948 a 1952. Su construcción documental y discursiva, sin embargo,

tardó por lo menos un par de años para cimentar los primeros conceptos que le

104 Carlos Flores Marini, “El debut de Ciudad Universitaria” en: Archipiélago: Revista cultural de nuestra América, Vol. 16, No. 60, 2008. 105 Max Cetto, Arquitectura moderna en México, México: Museo de Arte Moderno, 2011. 106 Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1983. 107 Luna Arroyo, Antonio, Juan O´Gorman: autobiografía, antología, juicios críticos y documentación exhaustiva sobre su obra. México: Cuadernos Populares de Pintura Mexicana Moderna, 1973.

Progressive Architecture, Esther McCoy, 1970

102

caracterizarían al interior de la escena nacional de los años cincuenta así como en

publicaciones en el extranjero.

En 1969, como ya se mencionó, y por motivos que no son del todo claros, la casa

cueva de Juan O´Gorman fue destruida luego de haber sido vendida por el artista.

Su destrucción, sin embargo, abarcó no sólo su materialidad sino también, y de

modo mucho más complejo, su cualidad enunciativa al interior del entramado

discursivo que sostenía la realidad política, económica y social del México de los

años cincuenta y sesenta así como al interior de su transcurrir arquitectónico y el

de América Latina.

Si la casa-gruta no había logrado despuntar en los análisis especializados de la

época, pese a formar parte del desarrollo técnico y creativo que diera origen al

aclamado recubrimiento mural de Biblioteca Central, hallarse íntimamente ligado a

obras que tanto maravillaron a críticos y asistentes en el Palacio de Bellas Artes,

durante la primera exposición de O´Gorman en el recinto, y pese a haber captado

la atención de publicaciones norteamericanas y europeas, en un momento en que

se vivía en México un nacionalismo hacia el exterior, es decir, que buscaba crear

una imagen específica para el extranjero, una vez que fue destruido el panorama

no fue mejor.

La destrucción material de esta obra sería apenas el comienzo de una destrucción

mucho mayor y más compleja. Aquella que tuvo por móviles la omisión, la

incomprensión y el olvido, bajo una extraña idea de que sus formas y conceptos

iniciaban y concluían en si misma.

103

3.1. La destrucción de la casa-gruta

El espacio construido expresa las funciones humanas de dos maneras: protege al hombre de la naturaleza y crea, al mismo tiempo, un lazo entre el hombre y la naturaleza. Una construcción deberá ser la extensión del cuerpo humano y no simplemente una cobija.

Helen Escobedo

3.1.1 Venta y destrucción de San Jerónimo 162.

Una vez transcurridos dieciséis años de habitación de los O´Gorman en la casa-

gruta, señala el artista en sus memorias, se vio en la necesidad de venderla con el

fin de costear la universidad de su hija María Elena en los Estados Unidos108 y en

atención a distintos padecimientos de salud de Helen O´Gorman que, en

apariencia, se encontraban relacionados con las condiciones de humedad que

prevalecían en la casa109.

O´Gorman afirmó en los documentos en que abordó el tema de la compra-venta de

la casa-gruta que ésta se llevó a cabo con la escultora Helen Escobedo (1934-

2010) el mes de julio de 1969110, mientras que Teresa del Conde afirma que el trato

108 Juan O´Gorman, Autobiografía, México: UNAM/Pértiga, 2007, pág. 216 109 De esta aseveración no se han encontrado documentos probatorios, sin embargo, es información que prevalece en especialistas y allegados a la familia O´Gorman con quien tuve la oportunidad de conversar al respecto. 110 Juan O´Gorman, Autobiografía, México: UNAM/Pértiga, 2007, pág. 215.

104

se llevó a cabo entre Juan O´Gorman y el Lic.

Manuel Gregorio Escobedo Díaz de León, padre de

la joven escultora durante iguales fechas111

Los motivos por los cuales Helen o su padre

decidieron comprar la casa-gruta se desconocen,

los términos en los cuales se llevó a cabo la

negociación carecen de documentos probatorios,

por lo menos en archivos públicos, y en su lugar

quedó el testimonio de los O´Gorman y el de los

Escobedo o el de quienes se enteraron del asunto

por medio de las partes implicadas.

Quizás como tema paralelo aunque no menos importante podría agregarse que

para 1969 Helen Escobedo se desempeñaba en el Museo Universitario de Ciencia

y Artes de Ciudad Universitaria desde hacía once años y un año atrás había

colaborado con Mathias Goeritz en Muros Dinámicos así como en la ruta de la

amistad con la escultura Puertas al Viento, acciones, todas, llevadas a cabo al sur

de la ciudad de México y muy cerca de donde se ubicaba la casa-gruta.

Al respecto de la destrucción de la casa gruta O´Gorman publicó “La venta de mi

casa de San Jerónimo no.162 a la señora Helen Escobedo y la destrucción de la

111 Teresa del Conde “Helen Escobedo: In memoriam” en La Jornada, México, 21 de septiembre, 2010 en: http://www.jornada.unam.mx/2010/09/21/cultura/a06a1cul

Helen Escobedo, Estación # 19 Puertas al Viento (maqueta)

105

misma por ignorancia112”. En dicho texto el artista manifestó su extrañeza ante el

proceder de sus nuevos propietarios quienes echaron abajo la casa, habiéndose

comprometido a no destruirla, promesa que reafirman allegados como la escultora

Ángela Gurría113 y el arquitecto Carlos González Lobo114, y que animó a O´Gorman

a vender la propiedad a los Escobedo.

O´Gorman comentó también en el texto que la

destrucción de la casa cueva motivó protestas

en algunos medios y que varias de ellas fueron

protagonizadas por Mathias Goeritz y por la

joven critica de arte Ida Rodríguez Prampolini—

quienes conocían de cerca el trabajo de

O´Gorman y a quienes se debía parte de su

difusión en la escena nacional y

norteamericana—señalando, a su vez, que en la

mayoría pintores y arquitectos de la época

prevaleció el silencio.

Dos hipótesis presentó O´Gorman en el texto

respecto del proceder de los nuevos propietarios de la casa-gruta y de la omisión

112 Juan O´Gorman “La venta de mi casa de San Jerónimo no.162 a la señora Helen Escobedo y la destrucción de la misma por ignorancia” en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1983, págs. 160-162. Juan O´Gorman “La venta de mi casa de San Jerónimo no.162 a la señora Helen Escobedo y la destrucción de la misma por ignorancia” en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1983, pág. 161. 113 Elena Poniatowska, Los zurcidos invisibles de Juan O´Gorman, en: Juan O´Gorman, México: BITAL, 1999, pág.17. 114 Entrevista realizada por Adriana Sandoval al arquitecto Carlos González Lobo en octubre de 2014.

Juan O´Gorman, Retrato de Ángela Gurría, 1966.

106

de sus colegas ante su destrucción; ignorancia y oportunismo por parte de Helen

Escobedo y una falta de sincronía de la obra para con las tendencias

arquitectónicas del momento, inspiradas en modelos importados de los Estados

Unidos y Europa, que hacía de la casa-gruta una curiosidad que tenía poco valor

según la nueva academia de arquitectura del siglo XX.

Algunas de las publicaciones que abordaron, específicamente, la destrucción de la

casa cueva fueron Arquitectura México; Un ensayo de arquitectura orgánica.

(1976), Progressive Architecture; O´Gorman cava house disappears (1970) y Arts

and Architecture (1982).

Cabe mencionar que tras la destrucción de la casa-gruta concluyó el quehacer

arquitectónico de Juan O´Gorman. La obra que el arquitecto señaló como la más

relevante de su acontecer en el rubro de la construcción fue, también, el cierre del

catálogo de su arquitectura. La enfermedad, señalada por algunos como

consecuencia de la venta y destrucción de la casa-gruta puede considerarse como

una suposición generada por amigos y allegados, sin embargo, lo que puedo

observarse tras su destrucción es el desencanto de quien ha agotado su última

carta en el juego de un mundo sin reglas.

La pintura de O´Gorman posterior a 1969, en algunas de sus variaciones, narra con

detalle la perdida de esperanza y, a su vez, la cruda descripción de su agotamiento

frente a una realidad orgánica residual y en peligro constante.

.

107

3.1.2 La ausencia de la casa-gruta en la ciudad de México y en la historia de la arquitectura mexicana

Una vez destruido la casa-gruta y habiendo acontecido las reacciones de las partes

involucradas así como la efímera construcción documental del acontecimiento Juan

O´Gorman regresó a su casa de Jardín no. 88, es decir, a la misma que había

habitado de 1938, tras su regreso de los Estados Unidos, a 1951, cuando los

O´Gorman se mudan a San

Jerónimo, y en la que murió el

18 de enero de 1982.

De vuelta en Jardín 88, y como

en tiempos pasados, O´Gorman

produjo una buena cantidad de

caballetes en sus muros bajo

temáticas semejantes a las de los años cuarenta, realizó algunos artículos y

columnas para distintas publicaciones de tiraje nacional (Arquitectura México, 1976,

Excélsior, 1976), apareció en otras de índole internacional (Vogue, 1981) y atendió

varias entrevistas en torno a su vida y obra publicadas años mas tarde (Uno más

uno, 1982; Claudia, 1982; Traza, 1983)

En 1972 Juan O´Gorman recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, un año

más tarde concluyó el mural Feudalismo como antecedente de la Revolución 1910-

1914 (1970-1973) en el Castillo de Chapultepec, mientras que el Lic. Antonio Luna

Juan O´Gorman en entrevista con Cristina Pacheco, 1981

108

Arroyo publicó el mismo año Autobiografía de

Juan O´Gorman, piedra angular de los estudios

especializados en torno al artista.

La destrucción de la casa-gruta, sin embargo,

representó para O´Gorman un trago amargo del

cual no pudo reponerse, según lo explican varios

de sus amigos y colaboradores, pudiendo

contribuir a que se hiciera más cruda su vejez del

artista como lo muestra el documental Como una

pintura nos iremos borrando de Alfredo Robert115

y varias de las obras producidas por el artífice en el estudios de Jardín 88 durante

los últimos años de su vida.

Ángela Gurría, amiga y colega del artista, explicó el cambio que experimentó

O´Gorman una vez que fue destruida la casa arte-gruta, como ella le llamaba, y el

complejo estado emocional que comenzó a privar en el artista hasta el final de sus

días. En la pintura de caballete de este periodo predominó el paisaje y el realismo

fantástico así como en la realización de una crítica menos específica de la que

había pronunciado años atrás y que ahora se universalizaba en pos de la

construcción de símbolos y alegorías que carcomían el espacio y el tiempo116.

115 Como una pintura nos iremos borrando [cortometraje], Alfredo Robert, Dirección General de Actividades Cinematográficas, UNAM, 1987 116 O´Gorman. México: Grupo Financiero BITAL, 1999, pág. 17

Juan O´Gorman, Paisaje necrófilo de mi vejez, 1979.

109

La suerte estaba echada para O’Gorman, la destrucción de San Jerónimo 162

destruyó, también, el último intento del artista por ejercer la arquitectura—después

catorce años de haberla abandonado—bajo una interpretación que más que

novedosa O´Gorman consideraba necesaria para el país, para la vida y para

reavivar el quehacer de arquitectónico bajo el reinado de la nueva academia en el

ámbito durante la segunda mitad del siglo XX: la arquitectura orgánica.

Sin embargo, esta interpretación

orgánica del habitar como alternativa

arquitectónica de la ciudad de México

demostró a O´Gorman su falta de

viabilidad no sólo a partir de la

destrucción de la casa cueva sino,

también, a través de las modificaciones

que padecía, en iguales fechas, el

concepto habitacional de Jardines del Pedregal, mudanzas que, diez años después

de sus primeras construcciones “carcomían” los predios y jardines densificando la

zona e incrementando el valor de la tierra.

Las generaciones que habían representado una revolución arquitectónica durante

los años treinta en contra de los resabios de la academia porfirista así como una

alternativa habitacional durante los años cincuenta frente a la homogeneización de

los materiales y las formas del estilo internacional no sólo cesarían, en su mayoría,

su participación en la escena pública a partir de los años setenta sino que, en el

caso de algunos, sus obras serían modificadas, reubicadas o destruidas.

Juan O´Gorman, LIFE 19 de enero de 1959.

110

Juan O´Gorman después de San Jerónimo no volvería a construir ni a involucrarse

en ninguna obra de carácter arquitectónico con excepción de la realización de los

planos para la casa de su amigo el músico norteamericano Conlon Nancarrow

(1912-1997), los cuales que fueron entregados por O´Gorman al matrimonio

Nancarrow Sugiura, en calidad de obsequio de bodas117.

Según Elena Poniatowska, Raquel Tibol argumentó que de la destrucción de la

casa-gruta tenía que lamentarse la perdida de una obra tan valiosa desde el punto

de vista de su originalidad como de su decoración aunque no dejó de señalar que

ésta, a su modo de ver, había sido uno de los más obvios fracasos de la

arquitectura de Juan O´Gorman118. Por su parte Esther McCoy habiéndose

enterado de la destrucción de la casa que ella misma se había encargado de

promover en Progressive Architecture durante los años cincuenta realizó para la

revista, en 1970, un documental titulado O´Gorman cava-house disappears

(Desaparece la casa-cueva de Juan O´Gorman)119.

Por desgracia la polarización de la discusión entre quienes lamentaron la

destrucción de la casa y quienes argumentaron la irrelevancia de la misma en un

contexto como el de los años setenta, no derivó en un estudio profundo y particular

de lo ocurrido. Lo cual no sólo remitía a la destrucción de la casa-gruta de

O´Gorman sino, también, la de esa otra vertiente arquitectónica que se realizó de

manera paralela a la nueva academia arquitectónica del siglo XX y que era

117 Entrevista a Yoko Sugiura por Adriana Sandoval en noviembre del 2014. 118 Elena Poniatowska, Los zurcidos invisibles de Juan O´Gorman, en: Juan O´Gorman, México: BITAL, 1999, pág. 17. 119 Jorge Vázquez Ángeles “A cuarenta y cinco años de la desaparición de la casa cueva de Juan O´Gorman” en: Ménades y Meninas, México, Casa del tiempo, UAM; no.18, julio-agosto, 2015, pág.40.

111

perpetuada por críticos y especialistas, eclipsando el resto de manifestaciones

crítico-creativas en el ámbito y entre las que podrían señalarse las de Mathias

Goeritz, Luis Barragán y Max Cetto, quienes en un ejercicio permanente de

experimentación con la calidad y textura

de los materiales, la luz, el sonido, las

formas rectificaban y el color apelaban

por una arquitectura sensible y creativa.

Por lo anterior podría decirse que la

destrucción física y discursiva de la

casa-gruta más allá de su desaparición

física privó de su testimonio a los

estudiosos de la arquitectura del siglo

XX en México y América Latina. El cual

traía consigo un interesante diálogo

entre la técnica y la naturaleza, entre la creencia y el trazo así como entre el orden

y el caos del que resultó una obra absolutamente particular y, por tanto,

insustituible. Referir su destrucción como un acto exclusivamente material, según

esta investigación, no es más que neutralizar la multiplicidad de su discurso en un

tiempo de homogeneización y privar a la historia de la arquitectura nacional y

latinoamericana de una visión mucho más compleja de la que se ha construido a

partir del estudio de la obra pública de los Estados desarrollistas así como a través

de la serie de construcciones de la iniciativa privada basada en la especulación de

la tierra y en la homogeneización de la urbe.

Estancia de la casa-estudio de Juan O´Gorman en el Pedregal de San Ángel, detalle.

112

Embarcarse en el mar de lava del

Pedregal de San Ángel exigió en

O´Gorman una transformación

profunda de su arquitectura, una

confluencia catártica entre sus

quehaceres creativos; un ejercicio de

libertad-angustia digno de ser

analizado más allá de sus formas y

de la valoración de las comodidades

con las pudo o no contar la obra.

La casa-gruta de O´Gorman, más

allá de la “original decoración” aludida por Tibol, guardaba en sí un testimonio de

lucha entre el orden y el caos; una transformación angustiante de la arquitectura

moderna en donde el autor no dio orden al espacio sino que se integró a su caos,

desprendiéndose de recetas e improvisando soluciones a los retos planteados por

la obra a través, sí de la razón pero también de la imaginación y la fantasía.

Una vez que O´Gorman se instaló en su casa de Jardín no. 88, luego de vivir

dieciséis años en la casa cueva, realizó un mosaico de piedras de color natural en

uno de los muros de la casa; un águila posando sobre un nopal, con las alas

extendidas y una serpiente en sus garras, muy al estilo de antiguos escudos de la

bandera nacional, en no más de seis tonos y con formas bastante simples.

Helen Fowler O´Gorman en el comedor de la casa-gruta

113

Podría llegar a sugerirse desde una

perspectiva muy romántica que las

piedras utilizadas por O´Gorman

para la ejecución de este pequeño

mural pudieron pertenecer al grupo

de aquellas que dieron vida al

recubrimiento de Biblioteca Central y

a San Jerónimo, o quizás de modo

poco más objetivo que participaron

de los viajes que el artista realizó durante años a diversos destinos de la República

mexicana, sin embargo, también puede señalarse la posibilidad de que la

intervención de este muro por parte de O´Gorman, luego de habitar la casa-gruta,

haya quedado como referencia de lo que algún día fue vivir en la su casa del

Pedregal.

De igual modo Biblioteca Central, tras la destrucción de la casa-gruta, quedó como

el referente más visible de la labor arquitectónica de Juan O´Gorman durante la

segunda mitad del siglo pasado. Sin embargo, ésta construcción, por su carácter

público y monumental así como a partir de la importancia que obtuvo en la

construcción de la historia de la arquitectura moderna en México, se plagó de

supuestos e interpretaciones que la alejaron del artista y de la casa-gruta.

Mural de piedra natural de la casa de Jardín no. 88

114

3.2 Más allá de Biblioteca Central: San Jerónimo 162 de cara a la historia

3.2.1 La piedra y la memoria

Una de las principales problemáticas ante las que se enfrenta la pintura y, más aún,

la realizada en espacios abiertos en donde el sol, el viento y el agua pueden llegar

a ser inclementes es, su deterioro. Juan O´Gorman como conocedor del oficio de la

pintura tenía presente el deterioro de los subjetiles y pigmentos por diversos

procesos químicos así como a consecuencia del contacto de la obra con el medio

ambiente120.

Una vez iniciada su labor creativa en la técnica del petro-mural en Anahuacalli

O´Gorman comprendió la durabilidad que podría llegar a tener obras realizadas

bajo dicha técnica, siendo la variedad de colores y el diseño de las formas una

limitante que, poco a poco, fue diluyendo hasta elaborar composiciones no sólo

complejas sino exactas convirtiéndose rápidamente en una seña particular del

artista en la escena creativa cuando de petro-murales se hablara.

120 Juan O´Gorman, Conferencia dictada en la Academia de Artes, (Primera y segunda parte) en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1983, págs. 154-285.

115

Del Anahuacalli O´Gorman, en

colaboración con Diego Rivera,

pasó al estudio anexo de la casa

azul de Frida Kahlo en Coyoacán y

a partir de éste a la producción de

un número importante de obras

antes de arribar al más celebrado de

sus petro-murales: Representación

histórica de la cultura recubrimiento

mural de Biblioteca Central.

A escasos años de distancia del Anahuacalli y luego de su trabajo conjunto en el

estudio de la casa azul de Kahlo, Rivera y O´Gorman se reencontraron

“interviniendo” con piedras de color natural dos importantes recintos arquitectónicos

de la ciudad de México: el Estadio Olímpico Universitario y Biblioteca Central de

Ciudad Universitaria, ambos, intervenidos de 1950 a 1951.

El trabajo de Rivera y O´Gorman en el corazón del Plan Maestro de Ciudad

Universitaria permitió observar en un escenario creativo de gran importancia las

variantes y cambios que cada artista había impreso en la técnica del mural de

piedra así como su apropiación según visión y necesidad creativa de cada artífice

quedando bastante alejado ese origen común llamado Anahuacalli.

Estudio anexo de la casa azul de Frida Kahlo

116

En el caso específico de Juan O´Gorman su participación en los muros de

Biblioteca Central denotó un interesante desarrollo del mosaico de piedra en

conjunto con una inminente transformación de su lenguaje plástico.

Algunas de las obras que habían antecedido la participación de O´Gorman en

Biblioteca Central fueron desarrolladas en la casa de su amigo el músico Conlon

Nancarrow y, de manera cuasi paralela, su casa- gruta a un costado de Ciudad

Universitaria.

En el caso específico de la casa

de Nancarrow puede señalarse

que se administraron sus

espacios para albergar varios

estudios de grabación así como

una gran extensión para albergar

libros y materiales de consulta del

músico121.

O´Gorman señaló esta casa en su autobiografía como la primera construcción en

México en donde se hicieron mosaicos con piedras de colores al exterior 122 la cual

contó con un estilo funcionalista y un revestimiento de petro-murales de inspiración,

prehispánica y oriental, así como un interesante y amplio jardín alrededor123.

121 Entrevista a Yoko Sugiura por Adriana Sandoval en noviembre del 2014. 122 Autobiografía, México: UNAM/Pértiga, 2007, pág. 153. 123 Vale la pena señalar que esta obra se encuentra en venta desde hace un par de años y que la Dra. Yoko Sugiura se ha dedicado a encontrar alguna institución que la adquiera con el fin de que sea preservada.

El músico Conlon Nancarrow en su casa de las águilas

117

Por su parte Diego Rivera

intervino el Estadio Olímpico

Universitario—obra de los

arquitectos Augusto Pérez

Palacio, Raúl Salinas y Jorge

Bravo Jiménez—bajo la

misma técnica, nombrando a

su mural La Universidad, la familia mexicana, la paz y la juventud deportista124. Una

de las peculiaridades de Rivera en ésta obra fueron los relieves de los que dotó a

sus formas así como la mixtura de sus materiales, los cuales si bien se adecuaban

a las formas del Estadio ya habían sido trabajados por el artista en la fuente de

Tláloc del cárcamo de Chapultepec (1943).

Las diferencias en el trabajo de Rivera y O´Gorman no hicieron más que resaltar la

magnífica apropiación de la técnica creada por ambos aristas, a partir de las

necesidades creativas de cada uno así como a partir de los requerimientos

plásticos de cada recinto. Siendo importante señalar que, ambas obras, una vez

terminada Ciudad Universitaria, fueron consideradas dignas representantes del arte

nacional así como uno de los “primeros conjuntos integrales de la arquitectura

moderna mexicana125”

124 Mural inconcluso. 125Carlos González Lobo, La Ciudad universitaria el conjunto urbano-arquitectónico. Una valoración convocativa en el cincuentenario de la Biblioteca Centra de la CU en: Celia Martín Marín, Biblioteca Central: libros, muros y murales: 50 Aniversario, México: UNAM, 2006, pág.31

La Universidad, la familia mexicana, la paz y la juventud deportista en construcción

118

3.2.2 Juan O´Gorman y Biblioteca Central: el anverso de una representación

Más allá de las aproximaciones de

cualquier índole que pudieron

extenderse al trabajo de O´Gorman

en Biblioteca Central y más

concretamente a su recubrimiento

mural, visto como expresión de su

creatividad o como parte de un

programa arquitectónico, esta obra

fue el vehículo a través del cual

O´Gorman re-apareció en la escena arquitectónica nacional bajo el signo de la

polémica y la autocrática.

David Alfaro Siqueiros, por ejemplo, nombró tempranamente a Biblioteca Central

gringa vestida de china poblana126, mientras que Rufino Tamayo, sugirió una cierta

semejanza de su recubrimiento con los papeles que sirven de envoltura a los

regalos navideños y que, con todo cariño, coleccionan las sirvientas127.

Mucho se habló, también, a cerca de la interpretación de los contenidos narrativos

del mural—como una a narración barroca—a cerca de su extensión—4 mil metros

126 Antonio Luna Arroyo, Juan O´Gorman: autobiografía, antología, juicios críticos y documentación exhaustiva sobre su obra. México: Cuadernos Populares de Pintura Mexicana Moderna, 1973, pág.126 127 Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1983, pág.373.

Biblioteca Central antes del recubrimiento mural realizado por Juan O´Gorman y colaboradores

119

cuadrados—así como de la técnica a través de la cual el artista había resuelto el

recubrimiento, en conjunto con su equipo de ayudantes, en no más de un año.

La crítica más recurrente miró con buenos ojos el trabajo de O´Gorman bajo la

interpretación de ser este, en conjunto con la arquitectura misma del acervo, una

clara expresión de los cometidos estéticos y arquitectónicos de Ciudad

Universitaria y por ende del quehacer creativo nacional.

Sin embargo, la posición de O´Gorman ante este tipo de críticas, pese al ánimo

positivo de la mayoría, distó mucho del entusiasmo de quien después de un largo

periodo de ausencia re-aparece en la escena pública acompañado por un nutrido

grupo de opiniones a su favor.

Muy por el contrario O´Gorman se manifestó, en lo inmediato, poco satisfecho de

los resultados de su intervención en el acervo a partir de lo que él consideraba una

cierta falta de claridad de los tópicos del mural128 así como a partir del supuesto

sentido de integración plástica que Representación histórica de la cultura 129 había

alcanzado respecto de la arquitectura del recinto y la propia Ciudad Universitaria.

Incluso cabe recalcar que, con forme fue pasando el tiempo el argumento del

artista se radicalizó aún más, mientras que la opinión pública fue estableciendo

premisas cada vez más firmes no sólo en relación a las posibles implicaciones de

Biblioteca Central—en el acontecer creativo nacional—sino en lo que respecta a su

construcción documental, visual y teórica.

128 Juan O´Gorman Autocrítica del edificio de la Biblioteca Central de la Ciudad Universitaria en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, págs.163-164.

120

En 1982, muy cercano a su muerte, Juan O´Gorman declaraba que “los murales de

Biblioteca Central de C.U se habían hecho para evitar que el edificio fuera un

monstruo” y que habían sido planeados de modo que “por lo menos fueran una

cosa que no disgustara al público 130

Una vez concluidos los trabajos de O´Gorman en Biblioteca Central y hasta 1982 el

artista presentó una amplia gama de argumentos que buscaban hacer evidente que

el recubrimiento mural del acervo se acercaba mucho más a la corrección de un

problema de acabados en la obra—a la usanza del Anahuacalli origen de los petro

murales de O´Gorman y Rivera—que a la convergencia de sus cualidades plásticas

y narrativas para con la misma.

Mathias Goeritz tras formular críticas frontales al concepto de integración plástica

propugnado en Ciudad Universitaria a través de la labor de los muralistas de la

primera mitad del siglo XX sobre el trazo de los arquitectos del Estado moderno

mexicano, vio con buenos ojos la labor de O´Gorman en Biblioteca Central pero,

más aún la relación de su labor para con la arquitectura de San Jerónimo 162, obra

que Goeritz conocía y que asociaba con el ejercicio de un espíritu libre haciendo de

O´Gorman un artista de la mayor importancia131.

La crítica de Goeritz a la integración plástica de Ciudad Universitaria como

observador de la obra, fue equivalente a la realizada por O´Gorman a partir de su

130 Dijo Juan O´Gorman de sus murales en C.U: “por lo menos que fueran una cosa que no disgustara al público”, en: Ida Rodríguez Prampolini La palabra de Juan O´Gorman, págs. 298-301. 131 Mathias Goeritz, Juan O´Gorman, Arquitectura México, Tomo XVI, no. 72, 1960 en: http://icaadocs.mfah.org/icaadocs/ELARCHIVO/RegistroCompleto/tabid/99/doc/751346/language/es-MX/Default.aspx

121

recubrimiento mural en Biblioteca Central como parte de los arquitectos que

colaboraron en la realización de uno de los sueños de modernidad más ambiciosos

del Estado mexicano de los años cincuenta.

Y es que no se debe olvidar que de la base de la que partieron O´Gorman,

Saavedra y Martínez de Velasco para la realización del acervo fue, precisamente,

un lenguaje arquitectónico de carácter moderno adecuado al programa

arquitectónico del campus. De ahí que la intervención de los muros y la estructura

de Biblioteca Central por parte de O´Gorman deba leerse más como un

recubrimiento que en primera instancia corrige un problema de acabado de la obra,

como se vio en el apartado anterior, y segundo como una clara critica a las

aspiraciones desarrollistas del Estado mexicano.

Una de las vías a través de las cuales puede observarse lo anterior es

considerando el aparente orden que crea O´Gorman al exterior de la obra y la

tensión que genera una vez poniéndolo en contacto con su concepto

arquitectónico, convirtiendo al petro-mural en una expresión artística y retórica en

constante tensión con la base arquitectónico-ideológica sobre la que reposa y no

en una integración armoniosa como se supone.

La contradicción caracteriza a Biblioteca Central y al quehacer creativo de Juan

O´Gorman en general. Según Rita, Eder Biblioteca Central en Ciudad Universitaria

122

se convirtió en un funcionalismo decorado en una contradicción brutal que horrorizó

a los arquitectos funcionalistas de la época132.

O´Gorman respecto de esta contradicción afirmaría de modo contundente:

Entre su arquitectura y los mosaicos que le decoran [en Biblioteca Central] no existe relación armónica de expresión plástica, pues la biblioteca fue proyectada y construida dentro del concepto de la arquitectura europea del llamado “estilo internacional “ y de carácter abstraccionista y, en cambio, los mosaicos fueron concebidos en el orden de la plástica nacional y regional. Resulta que la decoración es un revestimiento mexicano colocado sobre el cuerpo extranjero de la arquitectura.

Es decir, no hubo en O´Gorman necesidad alguna por integrar Representación

histórica de la cultura al cuerpo arquitectónico de Biblioteca Central. Por el contrario

el artista buscó generar una tensión permanente entre ambas narrativas, una

tensión que lograra cuestionar al espectador y que contaba, además, con la

particular respuesta que el artista había dado a dicha problemática en su casa-

gruta “una protesta a la moda imperante […] manifiesta en edificios con formas de

cajas y cajones […] un grito de protesta en favor del humanismo en el desierto

mecánico de la “la maravillosa civilización133”

132 Arte en los muros Mestizo 5 (Documental de encuentro 3/3) en: https://www.youtube.com/watch?t=207&v=HkvVGWc4FpY 133 Juan O´Gorman “ Ensayo de arquitectura orgánica, referente a la casa ubicada en avenida San Jerónimo No. 162, San Ángel D.F, construida por Juan O´Gorman” en: Ida Rodríguez Prampolini, La palabra de Juan O´Gorman, México: UNAM/IIEs, 1983, pág. 156.

123

Conclusiones

Reconstrucción y conjeturas en torno a San Jerónimo 162 y la producción creativa de Juan O´Gorman

La búsqueda de fuentes y testimonios para aproximarse a un tema que, valdría la

pena señalar resulta poco accesible, ancló esta empresa reconstructiva en terrenos

discursivos, historiográficos e, incluso, en espacios geográficos concretos que, si

bien no alcanzan las certezas infranqueables de la verdad, lograron dar forma a un

objeto de estudio desaparecido y olvidado.

Y es que la intuición como motor de búsqueda y la inducción como estrategia de

análisis ameritó en una empresa como esta, la referencia de la imagen, los

contenidos del documento y del despeje de dudas específicas a través de la

memoria de quienes tuvieron, en primera o segunda persona, una relación laboral

y/o amistosa con Juan O´Gorman y/o con la casa-gruta.

La posibilidad de observar en la casa-gruta un testimonio ausente en la

construcción histórico-discursiva que hoy por hoy sostiene la figura de Juan

O´Gorman en la historia del arte y de la arquitectura mexicana del siglo XX y del

Juan O´Gorman, Dioses y símbolos del México antiguo (estudio), 1950.

124

presente, logró sostenerse como hipótesis central de este trabajo, al evidenciar, no

sólo la escases de trabajos especializados que aborden la complejidad de la obra

sino, también, a partir del señalamiento de un número importante de relaciones

poco referidas entre la obra y la producción creativa del artista que permiten hacer

una lectura mucho más compleja del objeto de estudio así como de la propia

trayectoria creativa de Juan O´Gorman en un periodo, además, poco estudiado y

que ha sido llevado hacia constates simplificaciones o, en el peor de los casos, a la

omisión tajante.

La apertura hacia espacios discursivos afines a los cometidos formales y

conceptuales de la casa-gruta, es decir, de aquellas iniciativas que pugnaron en

contra de la nueva academia arquitectónica el siglo XX y el señalamiento de

aquellos modelos que fungieron como antítesis interpretativas, tales como el estilo

arquitectónico internacional y la ciudad de México durante los años cincuenta,

permitieron comprender la ubicación del trabajo de O´Gorman en avenida San

Jerónimo y trazar los flujos conceptuales del artista en obras mucho más

reconocidas como Biblioteca Central de Ciudad Universitaria ubicada a unos

cuantos pasos de la casa-gruta.

Algunos de los elementos sujetos a análisis en ésta investigación con objeto de

subsanar la ausencia física y documental de la casa-gruta al interior de la

historiografía de su autor y de la historia de la arquitectura en México y América

Latina, abrieron un muy amplio abanico de posibilidades de interpretación, siendo

la lectura “entre líneas” de la pintura de caballete de O´Gorman uno de los aportes

125

más valiosos de este trabajo al proponerla como pieza clave para conocer los

origines de la casa-gruta.

Lo anterior sin dejar de señalar en la casa-gruta un diálogo O´Gorman/O´Gorman

bastante clarificador en cuanto a la relación entre su pintura y arquitectura en

términos indivisibles, es decir, desde una óptica opuesta a la independencia que la

crítica ha sostenido en distintos estudios y que puede llegar a anclarse en la

historia del arte mexicano si se le relaciona con el controvertido concepto de

integración plástica de los años cincuenta. Diálogo indivisible entre pintura y

arquitectura en donde la estructura se convierte en roca y en el cual el orden

impecable de las oraciones arquitectónicas de O´Gorman empalma con el caos, el

color y de las texturas de la naturaleza.

Por su parte el trabajo documental o de archivo por razones de tiempo y de

accesibilidad a las fuentes fue superior en las expectativas de la investigación

respecto de la práctica con la cual se fueron hilando las premisas de sus

argumentos. En ese sentido, la compilación documental de San Jerónimo 162

testimonio ausente del arte de Juan O´Gorman guarda pendientes de carácter

exhaustivo que, sin duda, ameritarían una investigación independiente que a lo

largo de la investigación se fue detectando y que permite refrendarla como una

tarea pendiente para especialista e interesados en el tema O´Gorman.

Y es que si bien el trabajo testimonial logra arrojar luces apasionantes sobre Juan

O’Gorman y su trayectoria; la casa-gruta trae consigo la imperiosa tarea de

documentación y contextualización de espacios que no necesariamente esperan

126

ser analizados e incluso, que pueden pertenecer al olvido. De ahí que este trabajo

sostenga, en el más afortunado de los casos, nuevas direcciones a partir de las

cuales dichas memorias no sólo clarifiquen las formas de un objeto destruido

físicamente, sino que arrojen datos mucho más subjetivos para la construcción de

una historia cada día más alejada del dato riguroso y por tanto cada vez más

humana.

Como última conclusión, esta investigación se aleja del punto de lamentación del

cual inició al echar de menos una obra que se consideró desde el inicio

fundamental en el trabajo de Juan O´Gorman, además de bella y sorprendente,

anclando su reflexión hacia la ausencia de su testimonio como parte de las pocas

expresiones arquitectónicas de carácter orgánico en México y América Latina y,

más aún, de la complicidad académica ante la que se ha sucumbido al dejarse de

lado en pos de la construcción de una verdad histórica homogénea y en contra de

la cual Juan O´Gorman combatió perdiendo parcialmente la batalla.

Los pendientes de esta investigación, sin duda, formaran parte del itinerario de

quien éstas líneas escribe y se espera sean los suficientemente cuestionables al

grado de generar una reacción académica que mire como necesario retomar el

análisis de la obra y así traer del olvido de manera colectiva y renovada no sólo la

casa-gruta sino el trabajo de Juan O´Gorman y de paso el cuestionamiento de las

verdades que, hasta hoy en día, han permanecido acallando muchas otras

realidades que nos constituyen y que con suerte quizás puedan ser aún

rescatadas.

127

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