“repensando la agenda...
TRANSCRIPT
1
XI Seminario de RedMuni:
“Repensando la Agenda Local”
18 y 19 de octubre de 2012.
Universidad Nacional Arturo Jauretche.
ACERCA DEL “INDAGAR” Y QUÉ INDAGAR, DESDE LA REFERENCIA
TERRITORIO Y MUNICIPIO.
Autores:
Mg. Lic. Vargas André Eduardo
TUAP. Caif López María Florencia
Institución:
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD
NACIONAL DE SAN JUAN
Correo Electrónico:
2
El Proceso de Investigación Social
Entretelones Indagativos
ACERCA DEL “INDAGAR” Y QUÉ INDAGAR, DESDE LA REFERENCIA
TERRITORIO Y MUNICIPIO.
Autores:
Mg. Lic. Eduardo Vargas André
TUAP María Florencia Caif López
I. A modo de introducción
El propio título del trabajo, ya es indicativo acerca de la necesidad de "indagar",
entendido como la acción de averiguar, inquirir una cosa, discurriendo con razón o
fundamento, o por conjeturas y señales.
No cabe duda que, cuando lo social está presente, la "certeza" de lo que se
investiga no alcanza el grado de absoluto o de perdurabilidad, toda vez que la dinámica
de lo social, afecta al cambio, modificando permanentemente sus condiciones, lo que
hace que siempre nos encontremos más frente al análisis de una fotografía que de una
película; de un instante, más que de una suma de momentos que se proyectan.
Esta particularidad del mundo social, nos obliga a salir en la búsqueda de
elementos complementarios, tales que nos den cuenta más profunda del fenómeno
objeto de estudio, algo así como averiguar sobre que cimientos se encuentra construido
o asentado el mismo, que configuraría -por decirlo de alguna manera- "lo más estable".
En nuestro caso, es fácil identificar tal sumatoria de elementos de soporte,
viendo como sobre el territorio, espacio físico, hemos "colocado" su aditamento social,
los hombres que sobre tal suelo viven, configurando tal espacio físico como una
construcción social. Y no nos quedamos ahí; le sumamos una particular visión de tal
espacio socialmente construido, agregándole la dirección que el mismo puede optar por
la vía de su vocación.
3
En la medida que esta urdimbre se entreteje, van apareciendo otros elementos de
su configuración, entre ellos, el "habitar", que se constituye en la impronta de
manifestación integradora de "esa forma de ser" que asume el territorio.
Todo esto y mucho más, son condimentos que aderezan una construcción: "Una
Teoría de los Estudios Territoriales", desde la cual va apareciendo la diversidad
indagatoria, que conduce a develar los entretelones de cada uno de sus elementos * y
cómo es que el tema se relaciona con los Municipios y, particularmente, con las
Políticas Públicas que desde ellos emanan.*
Desde esta perspectiva, vamos a entender los conceptos de soporte mencionados
de la siguiente manera:
1. Territorio:
Vamos a considerar el concepto territorio como “una construcción social que
supone concebirlo no como un espacio físico objetivamente existente, sino como un
conjunto de relaciones sociales que dan origen y a la vez expresan una identidad y
un sentido de propósito compartidos por múltiples agentes públicos y privados,
aunque dicha construcción implique –muchas veces- transitar por procesos de
conflicto y negociación” (1) (A. Schejtman y J. Berdague, 2.004).
Desde este enfoque, cabe reconocer que no todo territorio “espacio físico”, como
parte de un Municipio, dispone de similares características, tales que le proporcionen un
adecuado espectro de posibilidades desde las cuales, “lo social”, encuentre una pro-
actividad “otorgada”, que se configura –en su origen- como parte integrante de su
vocación y que impacta en la identidad proposicional.
(1)SCHEJTMAN, Alexander y BERDAGUE, Julio A.: (2.004): Desarrollo Territorial Rural. RIMISP
Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, en Debates y Temas Rurales Nº 1, Santiago de Chile,
Chile.
4
2. Vocación Territorial:
La Vocación Territorial como concepto, a la vez fascina y desconcierta, no sólo
por disponer de cualidades que son aprehensibles por medio de las representaciones
sociales (*), sino también por detectarse en él ciertas debilidades, lo que ha traído como
consecuencia que el mismo sea objeto de críticas, las que se refieren a aspectos como: 1.
Su coherencia conceptual. 2. Sus posibles efectos normativos.3. Tipos de políticas,
metodologías y estrategias que desde él se pueden inducir, etc.
Claro está que las críticas, por sí, no son limitantes para constreñir el desarrollo
del concepto; habrá que tomarlas en cuenta y seguir avanzando desde un “podría”
hacia un “es”, hecho que constituye -precisamente- parte del interés de este trabajo.
El actual debate -algo caótico- sobre el concepto de vocación territorial, que
goza de muy poco desarrollo teórico, tiene la virtud de conectar varios campos
conceptuales, relevantes a estrategias alternativas de superación de la pobreza, tanto en
los diagnósticos actuales de las causas de la persistencia de la pobreza como en las
nuevas alternativas de política actualmente bajo consideración., entre los que
mencionamos los identidad local, capital social y desarrollo territorial rural (DTR),
entre otros.
Es desde el contexto de reflexión anterior que nuestro concepto vocación
territorial se empieza a delinear, manifestándose desde la identidad local: “como el
conjunto de las representaciones sociales que tienen sus habitantes con relación a
su pasado, sus tradiciones y sus competencias, su estructura productiva, su
patrimonio cultural, sus recursos materiales, su futuro, etc.”.(2) (Iván Silva Lira,
2003). No se trata de una identidad “monolítica”, sino de un conjunto de
conocimientos complejos integrados por una multitud de representaciones
consustanciales a cada grupo social, a cada lugar, a cada centro de producción
especializado, etc.
(2)SILVA LIRA, Iván: (2.003): Metodología para la Elaboración de Estrategias de Desarrollo Local.
Dirección de Desarrollo Local y Regional (ILPES-CEPAL) para el VI Curso Internacional de Gestión
Estratégica del Desarrollo Local y Regional, Santiago de Chile, Chile.
5
Esta representación “plural” no es inmutable, sino que, al contrario, puede
evolucionar, reforzarse, modernizarse y en ese sentido es importante considerarla como
parte del ejercicio de identificar las vocaciones del mismo.
De todas formas el término vocación y su adjunto de referencia territorial figura
en una vasta bibliografía académica y de agencias internacionales de desarrollo,
acumulada durante más de una década, y es difícil ya que se imponga algún nombre
alternativo para el conjunto de temas que él abarca.
No cabe duda, en la circunstancia comentada de la Vocación Territorial y su
visión desde las Representaciones Sociales que, el Municipio debería ser fiel guardián
del pasado construido, preservando las tradiciones que, como componente esencial de la
identidad, le otorgan a dicho territorio una especie de “personalidad” que le es
característica y a la vez diferenciadora, destacando –desde tal núcleo- las competencias
que deben ser reservadas, multiplicadas e incluso, sumarle un valor agregado que
potenciará el quehacer municipal en el futuro (claro ejemplo es el tema del Capital
Social).
A lo anterior, hay que sumarle el tema de la estructura productiva, que junto al
patrimonio cultural y los recursos materiales disponibles, se constituyen en la pintura
del futuro desarrollo del Municipio, en base a una exigencia: el conocimiento profundo
de sus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, que es lo que permite,
precisamente, delinear con mayor objetividad y precisión dicho futuro.
(*) Las Representaciones Sociales son esquemas de conocimiento compartidos
acerca de “objetos sociales” que adquieren así una tipicidad. Son elaboraciones del
“sentido común”, de la experiencia cotidiana que orientan las conductas de las personas
de un grupo social. Por ejemplo, existe una representación social de lo que son las
“potencialidades productivas”, de lo que es “un territorio”, acerca de la “vocación
territorial”, etc. Las Representaciones Sociales se construyen a propósito de roles
concretos, de estados de la vida, de situaciones que afectan a las personas, de
experiencias y conocimientos adquiridos.
6
El concepto de Representación Social proviene de la Psicología Social y ha sido (3) D.
Jodelet (1989) quien estableció así el concepto de representación social: “Es una forma
de conocimiento socialmente elaborado y compartido que posee un alcance
práctico y concurre a la construcción de una realidad común a un conjunto social.
Indistintamente designado como un saber de <<sentido común>> o <<saber
ingenuo>> o “natural” esta forma de conocimiento ha de distinguirse del
científico”.
Cabe aquí señalar que esa forma de conocimiento socialmente elaborado y
compartido, dispone de espacios para recrear dicha construcción, uno de cuyos emisores
es precisamente el Municipio que, con su accionar, emite señales de concurrencia a esa
realidad común que es el territorio.
3. Habitar:
Habitar es una condición ineludible y común a todos los seres humanos, pero
pocas veces ha sido presentada de manera explícita y científica. Sin embargo, en los
modos en que se realiza ese habitar no solo hay notables y significativas diferencias
según las épocas, los pueblos, los grupos y hasta los individuos, sino que en esos modos
se juegan sus identidades y anhelos. A través de las distintas calificaciones del habitar
se reconocen los proyectos y las apropiaciones materiales y simbólicas del espacio
social.
Constituir una Teoría del Habitar es una tarea, que si bien reconoce cuantiosos
aportes parciales exige una Interdisciplina orgánica – en la que deben participar al
menos la Sociología, La Geografía, la Psicología y la Filosofía– para alcanzar la
explicitación de sus bases conceptuales y las múltiples elaboraciones específicas que
permitan su contrastación y ampliación (4) (Roberto Doberti, 1999). Es necesario
señalar que el Habitar está tan requerido de marcos teóricos que permitan abordarlo
como exigido de orientaciones para acciones que lo transformen. En el Habitar –esa
compleja práctica social que pone en relación los espacios, los cuerpos y los
comportamientos– se determina el ejercicio concreto de los principios fundamentales de
equidad y respeto a los derechos personales, sectoriales y generales.
(3)JODELET, D.: (1989) Les représentations sociales. París: PUF.
(4)DOBERTI, Roberto: De la descripción de las costumbres a una teoría del Habitar, en “El habitar”.
Laboratorio de Morfología FADU .UBA.1999. Buenos Aires.
7
El Habitar constituye, conjuntamente con el Hablar, una de las prácticas sustantivas
sobre las que se estructuran los desarrollos y las identidades individuales y sociales (5)
(Pierre Bourdieu, 1995). La capacidad para la instauración y el ejercicio de estas
prácticas nos definió como especie y su lento pero progresivo crecimiento fue
moldeando los campos de significación y también la diversidad de sus sentidos. De esa
manera nos ubicamos como esa especie de pasado y futuro incierto pero de horizonte
abierto. Así Habitar es tan decisivo como inadvertido, tan inexorable como
diferenciado; es siempre herencia recibida y ámbito a elaborar. Sin embargo -o tal vez
por todo esto- el Habitar no fue objeto específico de reflexiones sino de manera
esporádica e inorgánica.
Esta situación conlleva consecuencias importantes:
* hay escasez de desarrollos teóricos sistemáticos y sostenidos, desarrollos que implican
positivas y enriquecedoras investigaciones interdisciplinarias. * han quedado casi
inexplorados los nexos entre el Habitar y las diferentes manifestaciones del Hablar,
obturando uno de los caminos más promisorios para alcanzar una comprensión profunda
de las relaciones entre pensar y hacer, entre representación y espacio, entre habitabilidad
y proyecto, en definitiva entre Realidad y Valores.
Hoy, frente a procesos históricos de una magnitud y vertiginosidad inéditas,
resulta imperioso situarnos en el espacio que habitamos: situarnos para comprenderlo,
para resguardarlo y para transformarlo. Como respuesta a estos requerimientos, en los
últimos años han comenzado a tener cada vez más fuerza discursos y obras que buscan
recuperar y dar significado al hombre, a la mujer, y a sus actos; se trata de poner en el
centro de su espacio "vivido y por vivir" al Habitante y al Habitar.
Quede claro que, desde este “Habitar”, es desde donde los seres humanos van
agregando los elementos que posibilitan la construcción social del territorio,
otorgándole su “impronta”, que no es otra cosa que la misma vocación/es emergente/s y
que, por ser resultado social, también están sujetas al cambio y su dinámica.
(5)BOURDIEU, Pierre y LOIC, j. D. Wacquant: Respuestas por una antropología reflexiva. Grijalbo
1995. México.
8
Se proponen los conceptos de habitar, hábito, habituar, habitat, para una
aproximación a lo disciplinar a partir de lo que señala la Real Academia Española en la
edición XXI de su Diccionario:
Habitar: (del latín habitare) Vivir, morar.
Hábito: Modo esencial de proceder o conducirse adquirido por repetición de
actores iguales o semejantes, u originados por tendencias instintivas. Facilidad que se
adquiere por larga y constante practica en un mismo ejercicio.
Habituar: Acostumbrar o hacer que uno se acostumbre a una cosa.
Hábitat: conjunto local de condiciones geofísicas en que se desarrolla la vida de
una especie o de
Una comunidad animal o vegetal
Queda clara la importancia que para el Municipio tiene disponer de un
conocimiento profundo de ese “habitar” que se da en su territorio, que se configura
como un proceso histórico, preñado de cultura y de cambios cíclicos de las formas de
adaptación del hombre a su suelo, que le permite, a la vez de conservar su pasado,
disponer de elementos de juicio válidos para prospectar su futuro, sin que en ello vaya
un disloque traumático de pérdida de identidad.
Desde esta perspectiva, a parecen las Políticas Públicas Municipales como el
elemento dinamizador de la nueva construcción futura del habitar territorial, que
configuran plataformas de orientación del quehacer del hombre frente a los cambios que
se producen por las nuevas prácticas sociales emergentes.
II. Por qué o para qué indagar el territorio
Una primera aproximación a la respuesta a este interrogante es indicativa de la
necesidad de seguir avanzando en el perfeccionamiento teórico del concepto y de sus
diversidades conectivas, lo que nos estaría acercando a la construcción de una Teoría
9
de los Estudios Territoriales, tema sobre el cual ya contamos con varios elementos de
juicio, de manera particular los que propone (6)(Ricardo Abramovay 2009), con cuyo
trabajo hemos recreado esta síntesis, sumándole algunas apreciaciones extraídas de
nuestros propios trabajos de investigación.
Desde esta perspectiva, una segunda aproximación nos lleva al análisis de las
virtudes que dispone la noción de territorio, permitiéndonos avanzar en el estudio de las
regiones rurales, por lo menos en las siguientes dimensiones del “indagar” que es
nuestra preocupación:
1. Sector productivo y actores: A sido usual insistir en la visión estrictamente
sectorial que recae sobre la agricultura y pensar que los agricultores y otros integrantes
de las cadenas agro productivas son los únicos actores importantes del fenómeno. Cabe
señalar que un acercamiento a dicha realidad desde la noción de territorio, configura un
incentivo al logro de una visión de mayor amplitud, rompiendo dicho esquema sectorial
y diluyendo la pobreza de actores que se piensan involucrados.
Esto trae consecuencias y por ende necesidad de mayor “indagación analítica”.
Así, desde el punto de vista operativo, exige que mejoren nuestros instrumentos
estadísticos, aquellos que delimitan “la ruralidad”. Asimismo y desde el punto de vista
teórico, se va a producir una ampliación que va, desde considerar el territorio como
mero límite físico, hasta tener en cuenta las formas de producción interior y la
interacción social que se da en consecuencia a ello (caso del Capital Social, Difusión
Social del Conocimiento, etc.) (7) (Vargas; José N. Casas; Clara Isabel de la Vega;
Diego F. Fiol, 2005),
(6)ABRAMOVAY, Ricardo: Para una teoría de los estudios territoriales, en Curso de Postgrado de DTR,
Universidad Nacional de Tucumán, Facultad de Agronomía y Zootecnia, Cátedra de Sociología Agraria,
Curso en línea, 2009.
(7)VARGAS ANDRÉ, Eduardo; CASAS, José N.; DE LA VEGA, Clara Isabel; FIOL, Diego Francisco y
otros: Formación de Facilitadores para el Desarrollo del Asociativismo Productivo y Solidaridad
Comunitaria. Informe Final de Investigación para el Consejo de Extensión (CONEX) de la Universidad
Nacional de San Juan, Argentina, 2005.
10
(8) (Vargas Eduardo, 2006) (9) (VARGAS, Eduardo, 2008).
Señalamos aquí la importancia que el tema tiene para los municipios rurales,
“pensados” únicamente desde una perspectiva de producción agropecuaria, olvidándose
que en su interior también existen otras formas o maneras de manifestarse que escapan a
la “ruralidad”, expresión viva de la existencia de otros actores que también construyen
territorio.
Se hace necesario, entonces, que el Municipio “mire” su realidad desde una
perspectiva totalizadora, que supere lo meramente sectorial, y a la vez los integre
holísticamente para dar cuenta de las formas de contribución que aportan los diferentes
actores sociales y las formas de interconexión que mantienen, tanto internas como
externas, lo que significa ampliar el territorio.
2. Crecimiento económico vs. Proceso de desarrollo: Se trata de una segunda
virtud de la noción de territorio; aquella que permite ver con meridiana claridad lo que
la pobreza rural es, que supera la mera interpretación de insuficiencia en la renta que
produce la actividad agropecuaria, para avanzar hacia la visión de un fenómeno
multidimensional, tal como lo plantea (10) (Webster, 2004).
Aquí el Municipio debe exigirse en la clarificación de la pobreza, como
concepto y como realidad de vida, verificando los otros componentes que están más allá
de la insuficiencia de la renta, como ser por ejemplo, todo aquello que tiene que ver con
“la distancia”, pasible de ser medida desde lo cultural, desde la accesibilidad, desde las
comunicaciones, etc., por citar algunas cosas que caracterizan de mejor manera o
complementan el entendimiento de la pobreza.
(8)VARGAS ANDRÉ, Eduardo: Visión Perceptiva de la Funcionalidad del Territorio Jáchal e Iglesia,
San Juan, Argentina. Monografía presentada en el Primer Curso Seminario Internacional “Pensamiento y
Acción para el Desarrollo Económico Territorial” (Internacional Refreshing Course). ILPES, CEPAL,
Naciones Unidas, Proyecto CEPAL/GTZ, Santiago de Chile, Chile, 2006.
(9)VARGAS, Eduardo: Jáchal e Iglesia, provincia de San Juan, Capítulo 5 Territorios vinculados a
mercados de moderado dinamismo en: El Desarrollo Rural en la Argentina. Un enfoque territorial,
Schejtman Alejandro y Barsky Osvaldo (compiladores). XXI Siglo Veintiuno editores, 2008.
(10)WEBSTER, Nell: Understanding the Evolving Diversities and Originalities in Rural Social
Movements in the Age of Globalization. Civil Society and Social Movements Program. Paper Number 7,
February. United Nations Research Institute for Social Development, 2004.
11
He aquí algunos comentarios que aclaran el tema y establecen con mayor claridad los
campos desde los cuales el Municipio interviene en el tema.
Para (11) (PRIMI, 2002), la “distancia” es un concepto que abarca tanto aspectos
geográficos, como económicos, culturales y sociales.
(12) (PORTER, 1998), por ejemplo, observa que las condiciones deficientes de
las economías locales en los países en desarrollo son la causa de que las empresas más
grandes y los clusters en torno a ellas se concentren cerca de las ciudades más grandes.
Y, (13) (FALABELLA ,1999), enfatiza la importancia de la existencia o no de cadenas
productivas en un territorio económico, de la ubicación territorial de su “cabeza” y de
las distintas partes que conforman la cadena, así como de la existencia de distintos tipos
de actores e instituciones y su interés de intervención.
Es más, la distancia hacia centros urbanos importantes tiene efectos innegables
sobre el tipo de bien producido, la tecnología utilizada, los eslabonamientos que ello
induce, el tipo de agentes que interviene y sus relaciones. Esto se explica entre otros por
el modelo de VON THÜNEN y el concepto de “distancia económica”, que indica que la
renta de la tierra declina a medida que aumenta la distancia hacia la ciudad y (14)
(RENKOW, 1998) que incluye en este concepto no sólo a la distancia física sino
también a los costos de transacción con los mercados de trabajo, capital, productos e
insumos.
(11)Primi (2002) añade un elemento interesante a lo anterior, introduciendo la
“distancia cultural”, es decir, aquella mediada por las diferencias en conceptos y lógica,
ideas, creencias y valores, y también de idiomas, producto del “aislamiento social”.
Asimismo, puede existir una “distancia cultural” dentro de los hogares, entre personas
de distinto sexo o grupo etario, a menudo con sendas dificultades para encontrar un
plano común para el diálogo, (15) (ver entre otros ZAPATA, 2000 y 2001).
(11)PRIMI, 2002
(12)PORTER, 1998.
(13)FALABELLA ,1999
(14)RENKOW,1998
(15) ZAPATA, 2000 y 2001
12
(11)PRIMI (2002) incluso enfatiza el hecho que, por ejemplo, los programas de
microcrédito –en principio los más apropiados para personas pobres, porque el
requerimiento de colateral exigido por otros esquemas de crédito es reemplazado por un
aval, responsabilidad y presión social colectivos no pueden funcionar con la misma
lógica en el caso de poblaciones dispersas, agravado posiblemente por una “distancia
cultural”.
De esto es fácil concluir que, así como se evidencia una “distancia geográfica” y
otras de naturaleza económica y cultural, también es posible evidenciar una de
vinculación con el capital social, es decir, una “distancia de capital social”. Todas ellas
tienen que ver con la adecuada implementación de programas con marco de Desarrollo
Territorial.
Sin ingresar en mayores detalles comparativos, el mensaje por lo tanto es: las
distancias importan y, al tratar de descubrir de cuánto capital social una cierta
comunidad es portadora, cuánto se puede activar o reconstruir este capital social, cuanto
este capital puede suplir o ayudar a activar otros capitales y activos, etc., se recomienda
detener la mirada en el territorio en el cual se ubica la persona, el hogar, el grupo, la
comunidad tratando de entender cuanto de sus actuaciones e ingresos se explican por las
distancias. Es aquí donde le corresponde actuar al Municipio.
De todo esto, es fácil colegir que un adecuado planteo de Desarrollo Territorial,
que ande en búsqueda de la implementación del Desarrollo Local, a de sumar más
elementos que la mera visión físico geográfica y social: requiere “trasversalizar” el
diagnóstico en base a la serie de nuevos elementos conceptuales que la
contemporaneidad nos impone.
3. Estudio empírico de los actores y de sus organizaciones: Es el meollo
interpretativo y comprensivo de situaciones “localizadas”, en las cuales es dable
observar una diversidad que se da en lo económico, en lo político y en lo cultural, en
los que quedan fuertemente involucrado el accionar esperado de la gobernabilidad
pública en cuanto a innovaciones organizativas, tales que sean condimento ideal al
estímulo innovador, tanto privado como público y asociativo.
(11) PRIMI, Op.Cit.
13
Queda claro que esta gobernabilidad estará mejor orientada, en tanto y en cuanto de
mayores elementos de juicio disponga en la adopción de sus decisiones políticas, y que
mejor que un estudio de la vocación territorial y todas sus posibles manifestaciones,
para disponer las políticas que dinamicen el mejor logro de las fortalezas, al mismo
tiempo que se amenguan las debilidades, en un reto que involucra ampliar la
composición social del territorio. (8) (Eduardo Vargas; Pedro Domingo N. Cortínez;
Sila Mugnani; Aníbal Pérez Figueroa) y (9) VARGAS, Eduardo: Jáchal e Iglesia,
provincia de San Juan, Capítulo 5 Territorios vinculados a mercados de moderado
dinamismo en: El Desarrollo Rural en la Argentina. Un enfoque territorial, Schejtman
Alejandro y Barsky Osvaldo (compiladores). XXI Siglo Veintiuno editores, 2008.
En este marco, nada mejor que lograr que sean los propios actores quienes
identifiquen el marco referencial de fortalezas, oportunidades debilidades y amenazas
que los contextualizan, con la finalidad de diseñar las estrategias más fiables que
conduzcan al logro de los objetivos, lo que debe manifestarse, a nivel municipal, en las
políticas públicas que los sustenten.
Qué mejor papel municipal que mantener un Diagnóstico Socio Productivo
actualizado que permita que la “gobernabilidad” se manifieste conteste con ello y
permita ubicarnos en la respuesta correcta: Existen dos alternativas: 1. Podemos ser
confiados en la auto-organización de un sistema tecno/económico/social y en el
desarrollo como una emergencia sistémica que se genera allí a partir de un cierto nivel
de complejidad o 2. Podemos tratar de desatar nosotros mismos tal proceso.
Si la decisión es ubicarnos y bregar en la segunda alternativa, vamos a requerir
conocimiento, pero no cualquiera, conocimiento pertinente y socialmente distribuido.
De otra forma, como ya ha sido probado experimentalmente, los intentos de “empujar”
el desarrollo son estocáticos y su resultado va a depender de la “buena suerte”. Sin
embargo, sería nuevamente un iluminismo racionalista creer que sólo basta el mero
conocimiento, aunque este sea pertinente; en realidad vamos a precisar de una
combinación que garantice el desarrollo: CIENCIA Y ARTE.
(8) VARGAS Eduardo,y Otros. Op. Cit
(9)VARGAS Eduardo, Op.Cit
14
4. Sistemas Sociales vs. Sistemas Ecológicos: Aquí es observable la manera como una
sociedad hace uso de sus recursos disponibles en su organización productiva,
que es lo que posibilita establecer comparaciones entre ambos sistemas, el social y el
ecológico (16) (Folke y Berkes, 1998). Cabe señalar que “el crecimiento económico no
es inherentemente bueno o malo, que éste no puede compensar, en el largo plazo, el
deterioro de la calidad ambiental y que la escala creciente de las actividades humanas
está encontrando límites naturales para mantener tal expansión” (17) (Gunderson y
Holling, 2002). No hay que olvidar que los territorios, cual construcción social
compartida, no son otra cosa sino resultado de la organización social que hace uso del
sistema natural que representa el apoyo de su reproducción. Es aquí desde lo cual es
posible establecer vínculos entre las ciencias sociales y las naturales, lo que provoca un
mayor dinamismo en el tema de la indagación.
Debemos entender que todo territorio es un sistema, que es además un sistema
abierto y que por añadidura es un sistema complejo. Esto significa, de hecho, que se
requieren verdaderos cambios mentales para analizar y para intervenir en un territorio.
Por ende, tenemos que aprender análisis de sistemas y tenemos, mejor dicho debemos
pensar en términos del paradigma de la complejidad.
A partir de lo planteado anteriormente es preciso hablar de Sistemas Complejos,
“definido como un sistema formado por un gran número de elementos simples, que
interactúan entre sí, capaces de intercambiar información entre ellos y el entorno, y a
su vez, capaces de adaptar su estructura interna como consecuencia de tales
interacciones. (…) La característica fundamental para que estos sistemas posean una
dinámica rica e importante de ser estudiada son las interacciones no lineales entre sus
constituyentes y el alto grado de paralelización que tiene lugar durante el procesamiento
de esas interacciones.
(16)FOLKE, Carl y BERKES, Fikret: Linking Social and Ecological Systems. Institutional Learning for
Resilience. Cambridge University Press, 1998.
(17)GUNDERSON, Lance y HOLLING C.S.: Panarchy –Understanding Transformations in human and
natural systems. Island Press, Washington, 2002.
15
La presencia de no linealidad nos permite pensar al sistema en términos del principio de
superposición, (…) en el que el todo es más que la suma de las partes. (…) La razón por
la cual estos sistemas pueden ser genéricamente estudiados parte de la convicción de
que hay un conjunto común de principios que son compartidos por una gran cantidad de
sistemas naturales y sociales tal vez, muy disímiles en apariencia. El desafío es, pues,
desentrañar tales principios y a su vez desarrollar herramientas de trabajo que nos
permitan entenderlos y tratarlos en forma sistemática” (18) (SCHUSCHNY 1998).
III. Los problemas para abordar el territorio
Cabe señalar que los estudios contemporáneos sobre la noción de territorio,
adolecen de dos situaciones problemáticas, que se correlacionan entre ambas: 1. De
carácter normativo y 2. De carácter cognitivo.
1. El problema normativo: En síntesis, refiere a la metodología de abordaje
que con mayor frecuencia se utiliza en los trabajos sobre desarrollo territorial, que
consiste en efectuar comparaciones entre regiones con una dotación de factores similar,
pero que difieren en lo que respecta a su dinamismo económico y sus resultados, tanto
sociales como ambientales. Aquí la indagación debe ser cuidadosa, con la finalidad de
no confundir los elementos que explicarían el mejor desempeño de algunas áreas,
confundiéndolo como una explicación de sus causas.
2. El problema cognitivo: Es desde este, desde el cual es explicable el problema
normativo. Se trata de la ausencia de fundamentos teóricos consistentes para la noción
de territorio y desarrollo territorial, a la que le está faltando se le sume una teoría de la
interacción social. Sobre este tema, hay dos trabajos interesantes: a. (19) DORA o
Dynamics of Rural Areas, que financia la Unión Europea y dirige el profesor John
Bryden.
(18)SCHUSCHNY, Andrés R. Estudio del medio ambiente desde las ciencias de la complejidad.
(Capítulo 2), En MATTEUCCI, Silvia y BUZAI, Gustavo (compiladores). Sistemas ambientales
complejos: herramientas de análisis espacial. Colección CEA, EUDEBA, Buenos Aires (Argentina),
1998.
(19)BRYDEN, John y HART, Keith: Dynamics of Rural Areas (DORA): The International Comparison.
An EU Project involving Germany, Greec, Scotland and Sweden. The Arkleton Trust. Aberdeen
University, 2001.
16
En síntesis propone un estudio comparativo entre regiones polares, una con indicadores
objetivos de desarrollo positivos y, otra, con información no positiva con respecto a su
desarrollo.
Se trata de identificar los factores que responden a un desempeño económico
diferencial. b. (20) Proyecto CEPAL/GTZ, que toma cosa base treinta estudios de caso
sobre iniciativas de desarrollo local en siete países de América Latina. Su mentor de
conclusiones Francisco Albuquerque dice sobre este tema: “la naturaleza territorial (o
local) del desarrollo económico ha conocido durante mucho tiempo una situación de
marginalidad teórica”. Lindo soporte para indagar en la profundización teórica de la
noción de territorio y sus vinculaciones de la diversidad con que se conecta.
Desde el marco de la necesidad de “arrimar” conocimiento estructural y
conocimiento funcional, con el objetivo de “armar” de mejor manera el diagnóstico y el
conocimiento del territorio, para su uso en el Desarrollo Local, a continuación vamos a
plantear una serie de nuevos elementos a tener en cuenta, desde los cuales han de ir
“apareciendo” una nueva serie de interrogantes de profundización.
La propuesta a ser desarrollada, se basa en contenidos aportados por: (21)
SCHEJTMAN Alexander y BERDEGUER Julio; (22) DURSTON John; (23) DIRVEN
Martine; (24) VARGAS Eduardo y otros. Busca “extraer” -de dicho marco conceptual-
elementos para proponer una metodología diagnóstica, que permita diseñar estrategias
de intervención para el Desarrollo Local, con énfasis en la denominada VOCACIÓN
TERRITORIAL.
(20)AGHON, G.; ALBURQUERQUE, F. y CORTÉS, P.: Desarrollo económico local y descentralización
en América Latina: Un análisis comparativo. CEPAL/GTZ, Proyecto Regional de Desarrollo Económico
Local y Descentralización, Santiago de Chile (Chile), 2001
(21) SCHEJTMAN, Alexander y BERDEGUÉ, Julio A.: Desarrollo territorial rural. Debates y Temas
Rurales Nº 1, RIMISP Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, Santiago de Chile (Chile), 2004.
(22)DURSTON John; 2000
(23)DIRVEN Martine;
(24)VARGAS ANDRÉ, Eduardo; CORTÏNEZ, Pedro Domingo N.; MUGNANI, Sila; PÉREZ
FIGUEROA, Aníbal: Informe para la Estrategia Nacional de Desarrollo Rural. En Consultoría RIMISP
Territorio Jáchal e Iglesia, Provincia de San Juan, Argentina. 2005.
17
Se efectúa el acercamiento al tema, identificando primero los criterios que deben ser
tenidos en cuenta cuando se busca un diseño para implementar una intervención desde
el contexto del Desarrollo Local y la Vocación Territorial, lo que configura una especie
de “principios” que “ordenan” la metodología de búsqueda para el planteamiento del
diagnóstico, de manera tal que sea lo más OBJETIVO con respecto a dicho contexto.
Cabe señalar que los criterios no son de selección antojadiza; responden a las
nuevas condiciones y rasgos que se han detectado en los últimos años, que han
diferenciado y encauzado en nuevos enunciados el tema del desarrollo y que, a manera
de referencia, también han sido señalados en la metodología en construcción,
constituyéndose en un nuevo requerimiento de “adecuación” de la realidad en la
contemporaneidad.
Luego de haber incorporado estos dos elementos de “contención” metodológica que
orientan la ejecución del diagnóstico, hemos efectuado algunos aportes adicionales,
entendidos como valederos para complementar una visión integral y rica de la realidad
objeto de estudio, que va más allá de lo físico geográfico y que tiene que ver con la
“construcción social”, elemento sustantivo de un proceso que va configurando el
territorio con intervención directa del hombre, entre las que mencionamos las actitudes
y el capital social, sumándole a ello otras perspectivas importantes para dilucidar con
claridad lo siguiente: el espacio, la pobreza y la “distancia”, como conceptos.
Desde esta perspectiva interesa no perder de vista el tema de la IDENTIDAD, toda vez
que el espacio físico geográfico, por la acción del hombre, va encaminándose hacia lo
territorial social, con su propia y particular impronta.(25) (MARTINIC 1985).
Es así como hay que reconocer que el territorio, siempre es compatible con una
tipología que lo caracteriza y que tiene que ver con:
a. El tema de la convocatoria de todos los agentes que actúan en el territorio, en
búsqueda de un fortalecimiento sinérgico, que haga uso del capital social disponible,
según lo concibe (22) (DURSTON 2000).
(25)MARTINIC, Sergio: Saber popular e identidad. En: FERNANDEZ, Isabel, Saber popular Y
Educación en América Latina. Búsqueda-CEAAL, Buenos Aires (Argentina), 1985.
(22) DURSTON, Op. Cit
18
b. La integralidad que cualquier programa de Desarrollo Local debe disponer, planteo
holístico de cobertura diversa.
c. El problema y la complejidad de la institucionalidad y sus requerimientos operativos.
d. El tiempo necesario para garantizar su adecuada implementación, desarrollo y
evaluación de resultados.
Estos criterios son fruto exigido en el marco de nuevos rasgos y condicionantes
impuestos por el Desarrollo Local, entre los que mencionamos la globalización y
apertura de las economías (26) (ver MOGUILLANSKY, 2003) que ha impactado en las
economías que disponen de menos capacidad de respuesta, exponiéndolas a los
impactos asimétricos de los cambios que se producen como nuevas reglas del juego,
alejándolas incluso de la factibilidad de una nueva y reforzada inclusión en su propia
geografía nacional (27)(ver: FAJNZYLBER y SCHEJTMAN, 1995), afectada en sí
misma y preocupada por su subsistencia en un contexto de mercados imperfectos y con
altibajos en los costos de transacción (28) (ver: SADOULET y DE JANVRY, 1995), en
cuyo marco cualquier economía empobrecida pierde significancia, hecho que da pie a
un proceso agudo de concentración de tierras y/o ocupación de otras con cultivos
alternativos (29) (ver: VOGELGEZANG, 1996), como es el caso de la “sojización” en
Argentina (30) (VARGAS, 2004), y San Juan con nuevas implantaciones de vides que
exigen un capital educacional que no está al alcance de los pobres, que incluso inciden
de manera directa en el desplazamiento de la población, “obligándola” a un proceso de
“urbanización de desarraigo” que no es inclusiva de su nueva situación y los excluye –
muchas veces- de la posibilidad de un nuevo empleo (31) (ver: REARDON y
BERDAGUE, 2001), convirtiéndolos en potenciales “clientes” del accionar social del
Estado, hecho que genera, a nuestro juicio, nuevas formas de clientelismo, que
disponiendo de un manejo centralizado, pese a tratarse de un país Federal, se impone en
un esquema político que juega “desde arriba hacia abajo” (32)(CEPAL, 2001).
(26)MOGUILLANSKY, 2003
(27)FAJNZYLBER y SCHEJTMAN, 1995
(28)DE JANVRY, A. y SADOULET, E.: El desarrollo rural con una visión territorial.
(29)VOGELGEZANG, 1996
(30)VARGAS ANDRÉ, Eduardo; CORTINEZ, Pedro; CASAS, José y otros: Temas sobre Investigación
y Diagnóstico Participativo Rural. GISSA, San Juan (Argentina).
(31)REARDON y BERDAGUE, 2001
(32)CEPAL: Equidad y ciudadanía. CEPAL/ONU, Santiago de Chile (Chile), 2001
19
Temas en los que evidentemente el Municipio no debe ni puede eludir.
IV. Los nuevos aportes para la indagación
1. ¿Economía Sociológica o Sociología Económica?: Quedarse solamente en el
mero entendimiento de que el territorio es una “construcción social”, basada en el
“tendido” de lazos que se van fortaleciendo en tanto y en cuanto ese conjunto humano
realiza emprendimientos en común, basados en la confianza que la reiterada interacción
trae aparejada, no alcanza para explicar todo lo que en él acontece y, de manera
especial, todo aquello que sería explicación para entender los procesos de desarrollo
localizados. Es evidente, hacen falta muchos más elementos de juicio para
comprenderlo en toda esa complejidad.
(33)Neil Fligstein .efectúa aportes teóricos en este sentido
1.1. La génesis cooperadora: Se trata de establecer desde donde se genera la
acción de cooperación entre los actores sociales, estudio que Fligstein aborda tomando
como marco de referencia a (5) Pierre Bourdieu . Sobre este tema hay dos aseveraciones
que se vinculan: 1. “órdenes locales sociales basados en las relaciones sociales entre
grupos de actores”; y 2. “el objetivo central de la acción está en la tentativa de alcanzar
cooperación con otros actores, es decir, poner de manifiesto >>habilidad social (social
skill), o sea la capacidad de de inducir, de obtener la cooperación ajena”. Este
planteo separa a Figstein de (34) Putman y de (35) Fukuyama, dejando claramente
establecido que “la cooperación supone capacidad de persuasión, de interferir en la
propia formación de los significados en torno a los cuales se organiza la acción social”.
Todo un campo nuevo, para los aportes teóricos y para la profundización del
conocimiento acerca del territorio, que supera el paradigma de lo que se conoce como
capital social, cuyo sustento teórico es de carácter más altruista.
(33)FLIGSTEIN, Neil: Social skill and the theory of fields. Publicado en Sociological Theory,
2001.Princeton University Press, 2001/ FLIGSTEIN, Neil: The Architecture of Markets An Economic
Sociology of Twenty First Century Capitalist Societies. Princeton University Press, 2001
(5) BOURDIEU, Pierre. Op. Cit
(34)PUTMANY
(35)FUKUYAMA
20
1.2. El mercado como cooperación: Si aceptamos el hecho de que “la acción
social es la habilidad de inducir a la cooperación con los demás”, la pregunta en este
caso del mercado es la siguiente: ¿cómo puede ser definida esta forma específica de
cooperación y de qué manera su construcción se apoya sobre las fuerzas sociales?
Si damos por aceptado el hecho de que los territorios se pueden estudiar a partir
de las interacciones sociales de sus actores, se hace entonces necesario entender
teóricamente la naturaleza de la misma.
1.3. El “espacio rural” para el Desarrollo Territorial: Si referimos a “lo
rural”, sin aditamento del ingrediente territorial, éste puede ser definido, al decir de
(36) WIGGINS y PROCTOR, como: “un espacio donde los asentamientos humanos
y la infraestructura ocupan sólo pequeñas manchas (parches) en el territorio, la
mayor parte del cual está dominado por campos y pasturas, bosques, agua,
montañas y desiertos”.
En nuestro caso, “lo rural” se encuentra definido -de modo censal- por el número
de habitantes que son los constructores sociales del territorio, hecho que se convierte en
significativo cuando se quiere determinar los porcentuales que dividen a un sector y otro
(rural y urbano), que en América Latina se sitúa en niveles del 15 %. Para otras
realidades, se han adoptado otras formas de definirla (37) (CEPAL/CELADE).
Lo cierto es que, adoptar una definición, de una u otra manera, no es muy
eficiente para el análisis propio del Desarrollo Territorial desde una visión rural, toda
vez que no integra adecuadamente la comprensión de los fenómenos económicos,
sociales y culturales y las sinergias producidas entre ellos. Se ha intentado suplir la
deficiencia utilizando términos que intentan “contener” una interpretación ampliada del
fenómeno, sin lograr que ello satisfaga las “nuevas formas” de acercarse a él.
(36)WIGGINS y PROCTOR
(37)CEPAL: Estructura territorial del Estado y ruralidad. División Agrícola de la CEPAL, Santiago de
Chile (Chile), 1992.
21
Claro está que, cuando utilizamos una mirada tipo DTR del espacio rural, este nos va a
permitir encontrar realidades diferenciadas y matices que muchas veces se “esconden”
en la supuesta amplitud de cobertura del término “rural”; de allí la importancia de
incorporar el concepto “construcción” y el término “distancia” (23) (ver: DIRVEN,
2003), tanto en lo económico, como en lo social y cultural.
El DTR, en la diversidad de aportes de la teoría, adopta el criterio de identificar
el territorio “como una construcción social que supone concebirlo no como un mero
espacio físico “objetivamente existente”, sino como un conjunto de relaciones
sociales que dan origen y a la vez expresan una identidad y un sentido de propósito
compartidos por múltiples actores públicos y privados”. Es dicha identidad la que
permite dar sentido y contenido a un proyecto de desarrollo de un espacio determinado,
a partir de la convergencia de intereses y voluntades (1) (ver: SCHEJTMAN y
BERDEGUÉ, 2004).
(23) DIRVEN, Op. Cit
(1) SCHEJTMAN, Alexander y BERDAGUE, Julio A. Op. Cit
22
IV. CONCLUSIONES
Como sabemos, el estado como sistema complejo se compone de diversos elementos,
entre ellos el territorio, población y poder. La importancia que tiene la vinculación de
estos elementos es materia de estudio, interés y competencia en este caso de cada
municipio.
El municipio es la primera organización política donde se asienta el hombre. Desde los
más remotos tiempos, para satisfacer las necesidades de la vida natural, el ser humano
se vio obligado a agruparse y constituir una familia. El crecimiento constante y
progresivo de necesidades de todo orden, problemáticas que le son propias como el
ordenamiento territorial, el urbanismo, el planeamiento urbano y rural, obligaron a
extender tales asociaciones y a formar grupos basados en la vecindad, cuyo fin era la
satisfacción de esos menesteres. Estas aglomeraciones de familias conformaron, en su
etapa primigenia, las denominadas “tribus”, organizaciones bajo la autoridad de un
mismo jefe. La jerarquía así obtenida por éste era la resultante de la delegación de una
parte de la autoridad individual de cada uno de los integrantes del grupo. Tal evolución
culminó en la constitución de los cuerpos políticos, de los cuales el estado es hoy el
exponente más amplio, elevado e importante.
Se plantea la necesidad de indagar, los ámbitos que relacionen municipio y territorio,
para lo cual se hace imprescindible tener en cuenta aspectos relevantes tales como
vocación territorial, representaciones sociales, el habitar de la población como
condición ineludible y común a todos los seres humanos, para poder finalmente
construir una teoría de los estudios territoriales,
Es primordial entonces, contemplar el entendimiento del origen, naturaleza, elementos y
fines de la institución municipal, así como el estudio sociológico de las relaciones de
vecindad que se dan en esa vida local, con el objeto de conformar un verdadero
conocimiento de la identidad del lugar, su vocación territorial, sus problemáticas, sus
costumbres, su “personalidad”, a fin de que constituya esto, la herramienta básica a la
hora de tomar de decisiones que deriven en futuras políticas públicas que aseguren el
bien común a sus habitantes, esto es, garantizar el bienestar general de las personas que
habitan en ese territorio determinado.
23
V. BIBLIOGRAFÍA:
1. SCHEJTMAN, Alexander y BERDAGUE, Julio A.: (2.004): Desarrollo Territorial
Rural. RIMISP Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, en Debates y Temas
Rurales Nº 1, Santiago de Chile, Chile.
2. SILVA LIRA, Iván: (2.003): Metodología para la Elaboración de Estrategias de
Desarrollo Local. Dirección de Desarrollo Local y Regional (ILPES-CEPAL) para el VI
Curso Internacional de Gestión Estratégica del Desarrollo Local y Regional, Santiago de
Chile, Chile.
3. JODELET, D.: (1989) Les représentations sociales. París: PUF.
4. DOBERTI, Roberto: De la descripción de las costumbres a una teoría del Habitar, en
“El habitar”. Laboratorio de Morfología FADU .UBA.1999. Buenos Aires.
5. BOURDIEU, Pierre y LOIC, j. D. Wacquant: Respuestas por una antropología
reflexiva. Grijalbo 1995. México.
6. ABRAMOVAY, Ricardo: Para una teoría de los estudios territoriales, en Curso de
Postgrado de DTR, Universidad Nacional de Tucumán, Facultad de Agronomía y
Zootecnia, Cátedra de Sociología Agraria, Curso en línea, 2009.
7. VARGAS ANDRÉ, Eduardo; CASAS, José N.; DE LA VEGA, Clara Isabel; FIOL,
Diego Francisco y otros: Formación de Facilitadores para el Desarrollo del
Asociativismo Productivo y Solidaridad Comunitaria. Informe Final de Investigación
para el Consejo de Extensión (CONEX) de la Universidad Nacional de San Juan,
Argentina, 2005.
8. VARGAS ANDRÉ, Eduardo: Visión Perceptiva de la Funcionalidad del Territorio
Jáchal e Iglesia, San Juan, Argentina. Monografía presentada en el Primer Curso
Seminario Internacional “Pensamiento y Acción para el Desarrollo Económico
Territorial” (Internacional Refreshing Course). ILPES, CEPAL, Naciones Unidas,
Proyecto CEPAL/GTZ, Santiago de Chile, Chile, 2006.
9. VARGAS, Eduardo: Jáchal e Iglesia, provincia de San Juan, Capítulo 5 Territorios
vinculados a mercados de moderado dinamismo en: El Desarrollo Rural en la
Argentina. Un enfoque territorial, Schejtman Alejandro y Barsky Osvaldo
(compiladores). XXI Siglo Veintiuno editores, 2008.
10. WEBSTER, Nell: Understanding the Evolving Diversities and Originalities in Rural
Social Movements in the Age of Globalization. Civil Society and Social Movements
Program. Paper Number 7, February. United Nations Research Institute for Social
Development, 2004.
24
11. PRIMI, 2002
12. PORTER, 1998.
13. FALABELLA ,1999
14. RENKOW,1998
15. ZAPATA, 2000 y 2001
16. FOLKE, Carl y BERKES, Fikret: Linking Social and Ecological Systems.
Institutional Learning for Resilience. Cambridge University Press, 1998.
17. GUNDERSON, Lance y HOLLING C.S.: Panarchy –Understanding
Transformations in human and natural systems. Island Press, Washington, 2002.
18. SCHUSCHNY, Andrés R. Estudio del medio ambiente desde las ciencias de la
complejidad. (Capítulo 2), En MATTEUCCI, Silvia y BUZAI, Gustavo (compiladores).
Sistemas ambientales complejos: herramientas de análisis espacial. Colección CEA,
EUDEBA, Buenos Aires (Argentina), 1998.
19. BRYDEN, John y HART, Keith: Dynamics of Rural Areas (DORA): The
International Comparison. An EU Project involving Germany, Greec, Scotland and
Sweden. The Arkleton Trust. Aberdeen University, 2001.
20. AGHON, G.; ALBURQUERQUE, F. y CORTÉS, P.: Desarrollo económico local y
descentralización en América Latina: Un análisis comparativo. CEPAL/GTZ, Proyecto
Regional de Desarrollo Económico Local y Descentralización, Santiago de Chile
(Chile), 2001
21. SCHEJTMAN, Alexander y BERDEGUÉ, Julio A.: Desarrollo territorial rural.
Debates y Temas Rurales Nº 1, RIMISP Centro Latinoamericano para el Desarrollo
Rural, Santiago de Chile (Chile), 2004.
22. DURSTON John; 2000
23. DIRVEN Martine;
24. VARGAS ANDRÉ, Eduardo; CORTÏNEZ, Pedro Domingo N.; MUGNANI, Sila;
PÉREZ FIGUEROA, Aníbal: Informe para la Estrategia Nacional de Desarrollo Rural.
En Consultoría RIMISP Territorio Jáchal e Iglesia, Provincia de San Juan, Argentina.
2005.
25. MARTINIC, Sergio: Saber popular e identidad. En: FERNANDEZ, Isabel, Saber
popular Y Educación en América Latina. Búsqueda-CEAAL, Buenos Aires (Argentina),
1985.
26. MOGUILLANSKY, 2003
27. FAJNZYLBER y SCHEJTMAN, 1995
25
28. DE JANVRY, A. y SADOULET, E.: El desarrollo rural con una visión territorial.
29. VOGELGEZANG, 1996
30. VARGAS ANDRÉ, Eduardo; CORTINEZ, Pedro; CASAS, José y otros: Temas
sobre Investigación y Diagnóstico Participativo Rural. GISSA, San Juan (Argentina).
31. REARDON y BERDAGUE, 2001
32. CEPAL: Equidad y ciudadanía. CEPAL/ONU, Santiago de Chile (Chile), 2001
33. FLIGSTEIN, Neil: Social skill and the theory of fields. Publicado en Sociological
Theory, 2001.Princeton University Press, 2001/ FLIGSTEIN, Neil: The Architecture of
Markets An Economic Sociology of Twenty First Century Capitalist Societies.
Princeton University Press, 2001
34. PUTMANY
35. FUKUYAMA
36. WIGGINS y PROCTOR
37. CEPAL: Estructura territorial del Estado y ruralidad. División Agrícola de la
CEPAL, Santiago de Chile (Chile), 1992.