antología poética, luis de góngora
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5/21/2018 Antolog a Po tica, Luis de G ngora
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COLEGIO LOS ALERCESDepartamento de Lenguaje
III Medio
ntologa potica
Luis de Gngora
Luis de Gngora y Argote(Crdoba,11 de julio de1561-ibdem,23 de mayo de1627)fue un poeta y dramaturgoespaol delSiglo de Oro,mximo exponente de la corrienteliteraria conocida, ms tarde y con simplificacin perpetuada a lo largo de siglos,comoculteranismo o gongorismo, cuya obra ser imitada tanto en su siglo como en lossiglos posteriores en Europa y Amrica. Como si se tratara de un clsico latino, susobras fueron objeto deexgesis ya en su misma poca.
http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3rdoba_(Espa%C3%B1a)http://es.wikipedia.org/wiki/11_de_juliohttp://es.wikipedia.org/wiki/1561http://es.wikipedia.org/wiki/23_de_mayohttp://es.wikipedia.org/wiki/1627http://es.wikipedia.org/wiki/Espa%C3%B1ahttp://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_de_Orohttp://es.wikipedia.org/wiki/Culteranismohttp://es.wikipedia.org/wiki/Ex%C3%A9gesishttp://es.wikipedia.org/wiki/Ex%C3%A9gesishttp://es.wikipedia.org/wiki/Culteranismohttp://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_de_Orohttp://es.wikipedia.org/wiki/Espa%C3%B1ahttp://es.wikipedia.org/wiki/1627http://es.wikipedia.org/wiki/23_de_mayohttp://es.wikipedia.org/wiki/1561http://es.wikipedia.org/wiki/11_de_juliohttp://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3rdoba_(Espa%C3%B1a) -
5/21/2018 Antolog a Po tica, Luis de G ngora
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A don Francisco de Quevedo
Anacreonte espaol, no hay quien os tope,que no diga con mucha cortesa,
que ya que vuestros pies son de elega,que vuestras suavidades son de arrope.
No imitaris al terenciano Lope,que al de Beleforonte cada dasobre zuecos de cmica poesa
se calza espuelas, y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojosdicen que quieren traducir al griego,no habindolo mirado vuestros ojos.
Prestdselos un rato a mi ojo ciego,porque a luz saque ciertos versos flojos,
y entenderis cualquier greguesco luego.
ndeme yo c liente y r se l gente
Traten otros del gobiernodel mundo y sus monarquas,
mientras gobiernan mis dasmantequillas y pan tierno;y las maanas de inviernonaranjada y aguardiente,
y rase la gente.
Coma en dorada vajillael Prncipe mil cuidadoscomo pldoras dorados,
que yo en mi pobre mesillaquiero ms una morcilla
que en el asador reviente,y rase la gente.
Cuando cubra las montaasde blanca nieve el enero,tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castaas,y quien las dulces patraas
del Rey que rabi me cuente,y rase la gente.
Busque muy en buena horael mercader nuevos soles;
yo conchas y caracolesentre la menuda arena,escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,y rase la gente.
Pase a media noche el mary arda en amorosa llamaLeandro por ver su dama;que yo ms quiero pasar
del golfo de mi lagarla blanca o roja corriente,
y rase la gente.
Pues Amor es tan cruelque de Pramo y su amadahace tlamo una espada,
do se junten ella y l,sea mi Tisbe un pastel
y la espada sea mi diente,y rase la gente.
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Mientras por competir con tu cabello...
Mientras por competir con tu cabello,oro bruido, el sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio en medio el llanomira tu blanca frente el lilio bello;
mientras a cada labio, por cogello,siguen ms ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdn lozanodel luciente cristal tu gentil cuello;
goza cuello, cabello, labio y frente,antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lirio, clavel, cristal luciente,
no slo en plata o viola troncadase vuelva, ms t y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
A una rosaAyer naciste y morirs maana.
Para tan breve ser, quin te dio vida?
Para vivir tan poco ests lucida,y para no ser nada ests lozana?
Si te enga su hermosura vana,bien presto la vers desvanecida,
porque en tu hermosura est escondidala ocasin de morir muerte temprana.
Cuando te corte la robusta mano,ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabar tu suerte.
No salgas, que te aguarda algn tirano;dilata tu nacer para tu vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.
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5/21/2018 Antolog a Po tica, Luis de G ngora
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PRAMO Y TISBE.Era Pramo el joven ms apuesto y Tisbe la ms bella de las chicas de Oriente. Vivan encasas contiguas, all donde se dice que Semramis ci de muros de tierra cocida suelevada ciudad. Su proximidad les hizo conocerse y empezar a quererse. Con el tiempocreci el amor. Hubieran acabado casndose, pero se opusieron los padres. Aunque noles dejaban verse, lograban comunicarse por seas y por gestos; no pudieron lospadres impedir que cada vez estuvieran ms enamorados: y cuanto ms ocultan elfuego, ms se enardece el fuego oculto.
La pared medianera de las dos casas tena una pequea grieta casi imperceptibleque
se haba producido antao, durante su construccin, pero ellos la descubrieron y la
hicieron conducto de su voz. A travs de ella pasaban sus palabras de ternura, a veces
tambin su desesperacin. Muchas veces, cuando de una parte estaba Tisbe y de la
otra Pramo, y haban ellos percibido mutuamente la respiracin de sus bocas, decan:
Pared envidiosa, por qu te alzas como obstculo entre dos amantes? Qu te
costaba permitirnos unir por entero nuestros cuerpos, o, si eso es demasiado, ofrecer
al menos una abertura para nuestros besos? Pero no somos ingratos; confesamos que
te debemos el que se haya dado a nuestras palabras paso hasta los odos amigos.
Despus de hablar as en vano y separados como estaban, al llegar la noche se dijeron
adis, y dio cada uno a su parte besos que no llegaron al otro lado.
Pero al da siguiente se reunieron en el lugar de costumbre, y despus de muchoslamentos murmurados en voz baja, toman una decisin. Acuerdan escaparse por la
noche, burlando la vigilancia, y reunirse fuera de la ciudad. Se encontraran junto al
sepulcro de Nino, al amparo de un moral (rbol) que all haba. Un rbol haba all
cuajadode frutos blancos como la nieve, un erguidomoral, situado en las
proximidades de un fro manantial.
Este plan adoptan; ese da se les hizo eterno. Al fin llega la noche. Tisbe, embozada,
logra salir de casa sin que se den cuenta y llega la primera a la tumba y se sienta bajo el
rbol convenido: el amor la haca audaz.
En esto se acerca a beber a la fuente una leona, con sus fauces an ensangrentadas de
una presa reciente, con la intencin de apagar su sed en las aguas de la vecina fuente.
Al percibirla de lejos a la luz de la luna, Tisbe escapa asustada y se refugia en el fondo
de una cueva. En su huda se le cay el velo con que cubra su cabeza. Cuando la leona
hubo aplacado su sed en la fuente, encontr el velo y lo destroz con sus garras y sus
dientes.
Algo ms tarde lleg por fin Pramo. Distingui en el suelo las huellas de la leona y su
corazn se encogi; pero cuando vio el velo de Tisbe ensangrentado y destrozado, yano pudo reprimirse: "Una misma noche - dijo - acabar con los dos enamorados. Ella
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era, con mucho, ms digna de una larga vida; yo he sido el culpable. Yo te he matado,
infeliz; yo, que te hice venir a un lugar peligroso y no llegu el primero. Destrozadme
mi cuerpo, leones, que habitis estos parajes, y devorad a fieros mordiscos esas
vscerascriminales! Pero es de cobardes limitarse a decir que se desea la muerte".
Levanta del suelo los restos del velo de Tisbe y acude con l a la sombra del rbol de la
cita. Riega el velo con sus lgrimas, lo cubre de besos y dice: "Recibe tambin la bebida
de mi sangre". El pual que llevaba al cinto se lo hundi en las entraasy se lo arranc
de la herida moribundo mientras caa tendido boca arriba. Su sangre salpic hacia lo
alto, como cuando en un tubo de plomo deteriorado se abre unahendidura, que por el
estrecho agujero lanza chorros de agua, y manch de oscuro la blancura de las moras.
Las races de la morera, absorbiendo la sangre derramada por Pramo, acabaron de
teir de color prpura los frutos que cuelgan.
An no repuesta del susto, vuelve la joven al lugar de la cita, deseando encontrarsecon su amado y contarle el enorme peligro del que se ha librado. Reconoce el lugar,
pero la hace dudar el color de los frutos del rbol, se queda perpleja sobre si ser el
mismo rbol. Mientras vaciladistingue un cuerpo palpitanteen el suelo
ensangrentado; retrocedi, y con el semblante plido un estremecimiento de horror
recorri todo su cuerpo. Cuando reconoci que era Pramo, se da golpes, se tira de los
pelos y se abraza al cuerpo de su amado, mezclando sus lgrimas con la sangre. Al
besar su rostro, ya fro, gritaba: "Pramo, qu desgracia te aparta de m? Responde,
Pramo, escchame y levanta tu cabeza abatida, te llama tu querida Tisbe". Al nombre
de Tisbe, entreabri Pramo sus ojos moribundos, que, tras verla a ella, se volvieron a
cerrar. Cuando ella reconoci su velo destrozado y vio vaca la vaina del pual,
exclam: "Infeliz, te han matado tu propia mano y tu amor. Al menos para esto tengo
yo tambin manos y amor suficientes para herirme: te seguir en tu final. Cuando se
hable de nosotros, se dir que de tu muerte he sido yo la causa y la compaera. De ti
slo la muerte poda separarme, pero ni la muerte podr separarme de ti. En nombre
de los dos una sola cosa os pido, padre mo y padre de este infortunado, que a los que
compartieron su amor y su ltima hora no les pongis reparos a que descansen en una
misma tumba. Y t, rbol que acogesel cadver de uno y pronto el de los dos,conserva para siempre el color oscuro de tus frutos en recuerdo y luto de la sangre de
ambos". Dijo y, colocando bajo su pecho la punta del arma, que an estaba templada
por la sangre de su amado, se arroj sobre el hierro.
Sus plegarias conmovieron a los dioses y conmovieron a sus padres, pues las moras
desde entonces son de color oscuro cuando maduran y los restos de ambos descansan
en una misma urna.
OVIDIO, Metamorfosis, 4,55-166
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bula de Pramo y Tisbe
(Luis de Gngora)
La ciudad de Babilonia--famosa, no por sus muros--
(fuesen de tierra cocidos
o sean de tierra crudos),
sino por los dos amantes,
desdichados hijos suyos,
que, muertos, y en un estoque,
han peregrinado el mundo--
()
Pramo fueron y Tisbe,
los que en verso hizo cultoel licenciado Nasn
(bien romo o bien narigudo)
()
Estos, pues, dos babilonios
vecinos nacieron mucho
y tanto, que una pared
de odos no muy agudos
en los aos de su infancia
oy a las cunas los tumbos,
a los nios los gorjeos
y a las amas los arrullos.Oylos, y aquellos das
tan bien la audiencia le supo,
que aos despus se hizo
rajas en servicio suyo.
()
O Pramo lo que hace,
joveneto ya robusto,
que sin alas poda ser
hijo de Venus segundo!
()Al fin en Pramo quiso
encarnar Cupido un chuzo,
el mejor de su armera,
con la herramienta al uso.
Este, pues, era el vecino,
el amante y aun el cuyo
de la trtola doncella
gemidora a lo vudo:
()
Un da que subi Tisbe,
humedeciendo discursos,
a enjugarlos en la cuerda
de un inqueto columpio,hall en el desvn acaso
una rima que compuso
la pared sin ser poeta,
ms clara que las de alguno.
Haba la noche antes
soado sus infortunios;
y, viendo el resquicio entonces,
-Esta es, dijo, no dudo;
sta es, Pramo, la herida
que en aquel sueo importunoabri dos veces el mo
cuando una el pecho tuyo.
()
Cuntas el impedimento
acusaron de consuno,
al pozo que es de por medio,
si no se besan los cubos!
Orador Pramo entonces,
las armas jug de Tulio,
que no hay spid vigilante
a poderosos conjuros.Amor, que los asista,
el vergonzoso capullo
desnud a la virgen rosa
que desprecia el tirio jugo.
Abri su esplendor la boba
y a seguillo se dispuso:
trgica resolucin,
digna de mayor coturno!
Medianoche era por filo
--hora que el farol nocturno,reventando de muy casto,
campaba de muy saudo--
cuando, tropezando Tisbe,
a la calle dio el pie zurdo,
de no pocos endechada
caniculares allos.
Dej la ciudad de Nino
y, al salir, funesto buho
alcndara hizo umbrosa
un verdinegro aceituno.
Sus pasos dirigi donde
por la boca de dos brutos
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tres o cuatro siglos ha
que est escupiendo Neptuno.
Cansada lleg a su margen,
a pesar del abril, mustio;
y, lagrimosa, la fuente
()Tisbe entre pavores tantos
solicitando refugios,
a las runas apela
de un edificio caduco.
Ejecutarlo quera
cuando la selva produjo
del egipcio o del tebano
un cleoneo trunfo,
que en un prjimo cebado
(no s si merino [o] burdo),babeando sangre, hizo
el cristal lquido impuro.
Temerosa de la fiera
aun ms que del estornudo
de Jpiter, puesto que
sobresalto fue machucho,
huye, perdiendo en la fuga
el manto: fatal descuido
que protonecio har
al seor Piramiburro!
()Bebi la fiera, dejando
torpemente rubicundo
el cendal que fue de Tisbe,
y el bosque penetr inculto.
En esto lleg el tardn,
que la ronda le detuvo
sobre quitarle el que fue,
aun envainado, verdugo.----
Lleg, pisando cenizas
del lastimoso trasuntode sus bodas, a la fuente,
al trmino constituto;
y, no hallando la moza,
entre ronco y tartamudo
se enjagu con sus palabras,
regulador de minutos.
De su alma la mitad
cita a voces, mas sin fruto,
que socarrn se las niega
el eco ms campanudo.
()
toc a vsperas de susto;
las espumas que la hierba
ms sangrientas las expuso,
que el signo las babe,
rugiente pompa de julio;
indignamente estragados
los pedazos mal difusosdel velo de su retablo,
que ya de sus duelos juzgo.
Violos y, al reconocerlos,
()
Las seas repite falsas
del engao a que le indujo
su fortuna, contra quien
ni lanza vale ni escudo.
Esparcidos imagina
por el fragoso arcabuco(ebrneos dir, o divinos?
Divinos digo y ebrneos.)
los bellos miembros de Tisbe;
y aqu otra vez se traspuso,
fatigando a Praxiteles
sobre copiallo de estuco.
La Parca, en esto, las manos
en la rueca y en el huso,
como dicen, y los ojos
en el vital estatuto,
inexorable sonla dura tijera, a cuyo
mortal son Pramo, vuelto
del parasismo profundo,
el acero que Vulcano
templ en venenosos zumos,
eficazmente mortales
y mgicamente infusos,
valeroso desnud
y no como el otro Mucio
as entrpido la mano,sino el asador tradujo
por el pecho a las espaldas.
O tantas veces insulso
cuantas vueltas a tu hierro
los siglos dieren futuros!
()
De volas coronada
la Aurora sali con zuo,
cuando un gemido de a ocho
--aunque mal distinto el cuo--,
cual engaada avecilla
de cautivo contrapunto
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a implicarse desalada
en la hermana del engrudo,
la llev donde el cuitado
en su postrimero turno
desperdiciaba la sangre
que recibi por embudo.Ofrcele su regazo
--y yo le ofrezco en su muslo
desplumadas las delicias
del pjaro de Catulo.
En cuanto boca con boca
confitndole disgustos
y heredndole aun los trastos
menos vitales estuvo,
expir al fin en sus labios;
y ella, con semblante enjutoque pudiera por sereno
acatarrar a un centurio
con todo su morron,
haciendo el alma trabuco
de un 'ay!', se cal en la espada
aquella vez que le cupo.
Prdigo desat el hierro,
si crel, un largo flujo
de rubes de Ceiln
sobre esmeraldas de Muso.
Hermosa qued la muerteen los lilios amatuntos,
que salpic dulce hielo,
que tio palor venusto.
Lloraron con el Eufrates
no slo el fiero Danubio,
()
Sus muy reverendos padres,
arrastrando luengos lutoscon ms colas que cometas,
con ms pendientes que pulpos,
jaspes (y de ms colores
que un ulico disimulo)
ocuparon en su huesa,
que el siro llama sepulcro;
aunque es tradicin constante,
si los tiempos no confundo
(de cronlogos, me atengo
al que calzare ms justo),que ascendiente po de aquel
desvanecido Nabuco,
que paci el campo medio hombre,
medio fiera y todo mulo,
en urna dej decente
los nobles polvos inclusos,
que absolvieron de ser huesos
cinamomo y calambuco;
y en letras de oro: "Aqu yacen
individuamente juntos,
a pesar del amor, dos;a pesar del nmero, uno."
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El Mito de Galatea y Polifemo
En la mitologa griega hay dos leyendas protagonizadas por dos Galateas diferentes. La msconocida y la que nos va a interesar en esta oportunidad es la de Galatea y Polifemo.
Galatea era hija de Nereo (hijo de Ponto y Gea) y de una divinidad marina siciliana. La jovenera muy hermosa y totalmente blanca y habitaba en el mar calmo. Polifemo, el cclope (hijo dePoseidn y de la ninfa Toosa, monstruo gigante con un slo ojo) estaba muy enamorado deGalatea, pero ella no le corresponda.
El corazn de Galatea perteneca al bello Acis, hijo del dios Pan (dios de los pastores y rebaos)y una ninfa. Una vez que los amantes se encontraban descansando a la orilla del mar, Polifemolos descubri. Acis intent huir, pero el furioso monstruo le lanz una enorme roca y loaplast.
Galatea muy triste, acudi a la naturaleza de su madre Toosa y lo convirti en un ro delmpidas aguas que llev su mismo nombre.
Segn algunas versiones, despus Galatea estuvo con Polifemo y de esta unin nacieronGlata, Celto e Ilirio, epnimos de los pueblos de los glatas, los celtas, y los iliriosrespectivamente.
En otras tradiciones, Galatea perteneca en cuerpo, alma y corazn al imponente Polifemo,pero Acis se enamor de ella. Cuando el cclope descubri tal cosa, celoso y encolerizadointent matarlo lanzndole unas rocas, pero antes de que lo pudieran alcanzar, Acis setransform en ro y as evit la tragedia.
Ovidio, Metamorfosis
Fbula de Polifemo y Galatea(Luis de Gngora)
Al Conde de Niebla
Estas que me dict, rimas sonoras,Culta s aunque buclica Tala,Oh excelso Conde, en las purpreas horas
Que es rosas la alba y rosicler el da,()
Alterna con las Musas hoy el gusto,Que si la ma puede ofrecer tantoClarn -y de la Fama no segundo-,
Tu nombre oirn los trminos del mundo.
I
Donde espumoso el mar sicilianoEl pie argenta de plata al Lilibeo,
Bveda o de las fraguas de VulcanoO tumba de los huesos de Tifeo,Plidas seas cenizoso un llano,Cuando no del sacrlego deseo,
Del duro oficio da. All una alta rocaMordaza es a una gruta de su boca.
Guarnicin tosca de este escollo duroTroncos robustos son, a cuya greaMenos luz debe, menos aire puro
La caverna profunda, que a la pea;Caliginoso lecho, el seno obscuro
Ser de la negra noche nos lo ensea(...)De este, pues, formidable de la tierra
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Bostezo, el melanclico vacoA Polifemo, horror de aquella sierra,Brbara choza es, albergue umbro
Y redil espacioso donde encierraCuanto las cumbres speras cabro,
()Este que -de Neptuno hijo fiero-De un ojo ilustra el orbe de su frente,
mulo casi del mayor lucero;Cclope a quien el pino ms valiente
()Negro el cabello, imitador undoso
De las oscuras aguas del Leteo,Al viento que lo peina procelosoVuela sin orden, pende sin aseo;
Un torrente es su barba impetuosa,
()La selva se confunde, el mar se altera,Rompe Tritn su caracol torcido,
Sordo huye el bajel a vela y remo:Tal la msica es de Polifemo!
Ninfa, de Doris hija, la ms bella,Adora, que vio el reino de la espuma.Galatea es su nombre, y dulce en ellaEl terno Venus de sus Gracias suma.
Son una y otra luminosa estrella
Lucientes ojos de su blanca pluma:Si roca de cristal no es de Neptuno,Pavn de Venus es, cisne de Juno.
Purpreas rosas sobre GalateaLa Alba entre lilios cndidos deshoja:Duda el Amor cul ms su color sea,
O prpura nevada, o nieve roja.()
Invidia de las ninfas, y cuidadoDe cuantas honra el mar deidades, era;
Pompa del marinero nio alado
Que sin fanal conduce su venera.()Bala el ganado; al msero balido,
Nocturno el lobo de las sombras nace.Cbase -y fiero deja humedecido
En sangre de una lo que la otra pace.Revoca, Amor, los silbos, o a su dueo,
El silencio del can siga y el sueo!La fugitiva Ninfa en tanto, donde
Hurta un laurel su tronco al Sol ardiente,Tantos jazmines cuanta yerba esconde
La nieve de sus miembros da una fuente.Dulce se queja, dulce le respondeUn ruiseor a otro, y dulcemente
Al sueo da sus ojos la armona,Por no abrasar con tres soles el da.
Salamandria del Sol, vestido estrellas,Latiendo el Can del cielo estaba, cuando
()
Lleg Acis, y de ambas luces bellasDulce Occidente viendo al sueo blando,Su boca dio, y sus ojos, cuanto pudo,
Al sonoro cristal, al cristal mudo.Era Acis un venablo de Cupido,
De un Fauno -medio hombre, medio fiera-,En Simetis, hermosa Ninfa, habido;
()La Ninfa, pues, la sonora plata
Bullir sinti del arroyuelo apenas,Cuando -a los verdes mrgenes ingrata-
Seguir se hizo de sus azucenas.Huyera... mas tan fro se desataUn temor perezoso por sus venas,
Que a la precisa fuga, al presto vueloGrillos de nieve fue, plumas de hielo.
Fruta en mimbre hall, leche exprimidaEn juncos, miel en corcho, mas sin dueo;
Si bien al dueo debe, agradecida,Su deidad culta, venerado el sueo.
A la ausencia mil veces ofrecida,Este de cortesa no pequeo
Indicio la dej -aunque estatua helada-Ms discursiva y menos alterada.No al Cclope atribuye, no, la ofrenda;
No a Stiro lascivo, ni a otro feoMorador de las selvas, cuya riendaEl sueo aflija, que afloj el deseo.
()El monstruo de rigor, la fiera brava
Mira la ofrenda ya con ms cuidado,Y aun siente que a su dueo sea devoto,
Confuso alcaide ms, el verde soto.
Llamralo, aunque muda; mas no sabeEl nombre articular que ms querra,Ni lo ha visto; si bien pincel suave
Lo ha bosquejado ya en su fantasa.Al pie -no tanto ya, del temor, grave-Fa su intento; y, tmida, en la umbraCama de campo y campo de batalla,
Fingiendo sueo al cauto garzn halla.El bulto vio y, hacindolo dormido,
Librada en un pie toda sobre l pende()
En su imaginacin Cupldo hechoCon el pincel que le clav su pecho,De sitio mejorada, atenta mira,
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5/21/2018 Antolog a Po tica, Luis de G ngora
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En la disposicin robusta, aquelloQue si por lo suave no la admira,
Es fuerza que la admire por lo bello.Del casi tramontado Sol aspiraA los confusos rayos su cabello;
Flores su bozo es cuyas colores,Como duerme la luz, niegan las flores.()
Llueven sobre el que Amor quiere que seaTlamo de Acis y de Galatea.
II
Su aliento humo, sus relinchos fuego-Si bien su freno espumas- ilustraba
Las columnas, Etn, que erigi el Griego,()rbitro de montaas y ribera,
Aliento dio, en la cumbre de la roca,A los albogues que agreg la cera,
El prodigioso fuelle de su boca;La Ninfa los oy, y ser ms quisiera
Breve flor, yerba humilde y tierra poca,Que de su nuevo tronco vid lasciva,
Muerta de amor, y de temor no viva.()
Las cavernas en tanto, los ribazosQue ha prevenido la zampoa ruda,El trueno de la voz fulmin luego:
Referillo, Piredes, os ruego."Oh bella Galatea, ms save
Que los claveles que tronch la aurora;Blanca ms que las plumas de aquel aveQue dulce muere y en las aguas mora;Igual en pompa al pjaro que, grave,
Su manto azul de tantos ojos doraCuantas el celestial zafiro estrellas!
Oh t, que en dos incluyes las ms bellas!"Deja las ondas, deja el rubio coro
De las hijas de Tetis, y el mar vea,Cuando niega la luz un carro de oro,
Que en dos la restituye Galatea.()
"Pastor soy, mas tan rico de ganados,
Que los valles impido ms vacos,Los cerros desparezco levantadosY los caudales seco de los ros;
No los que, de sus ubres desatados,O derribados de los ojos mos,
Leche corren y lgrimas; que igualesEn nmero a mis bienes son mis males.
()Polifemo te llama, no te escondas,Que tanto esposo admira la riberaCual otro no vio Febo ms robusto,
Del perezoso Volga al Indo adusto.()Mas, conculcado el pmpano ms tierno
Viendo el fiero pastor, voces l tantas,Y tantas despidi la honda piedras,
Que el muro penetraron de las yedras.De los nudos, con esto, ms suaves,Los dulces dos amantes desatados,Por duras guijas, por espinas graves
Solicitan el mar con pies alados:()
Con lgrimas la Ninfa solicitaLas deidades del mar, que Acis invoca:Concurren todas, y el peasco duro
La sangre que exprimi, cristal fue puro.Sus miembros lastimosamente opresos
Del escollo fatal fueron apenas,Que los pies de los rboles ms gruesos
Calz el lquido aljfar de sus venas.Corriente plata al fin sus blancos huesos,
Lamiendo flores y argentando arenas,A Doris llega que, con llanto po,
Yerno lo salud, lo aclam ro.