— 1 —

E l domingo 5 de febrero, el Excmo. y Rvdmo.Sr. D. Juan Antonio Martínez Camino, Obis-

po Auxiliar de Madrid, ha celebrado la SantaMisa en nuestro Oratorio a las 12:15 de lamañana, con ocasión del V Centenario del naci-miento del Caballero de Gracia, que se cumpli-

rá el próximo 24 de febrero. Han concelebradocon él D. Juan y D. Carlos, secretario del Sr.Obispo. D. Juan Antonio González ha hecho demaestro de ceremonia. Ha sido una Misasolemne, con intervención del coro de nuestroOratorio.

5 de febrero de 2017

Santa Misa celebrada en el Oratorio porMons. D. Juan Antonio Martínez Camino,

Obispo Auxiliar de Madrid

Al comienzo de la Misa.

Real Oratorio del Caballero de Gracia

500Caballero de Gracia V CENTENARIO 1517/2017

años

ACTOS EN EL V CENTENARIO DEL CABALLERO DE GRACIA

— 2 —

En la homilía.

En la homilía.

En la oración sobre las ofrendas.

En el ofertorio. En la incensación.

— 3 —En la bendición final.

Asistentes a la Santa Misa.

Como llegó con cierta anticipación, estuvorezando un rato antes de la misa ante el Santí-simo. Nos dijo que estaba muy acogedor eltemplo. Y pudo ver la exposición sobre elCaballero en el atrio del Oratorio

En la homilía, comentando los textos de laMisa, D. Juan Antonio ha recordado que loscristianos debemos ser sal y luz del mundo (cfr.

Mt 5, 13-16). Y lo hemos de ser en primerlugar con nuestras palabras, como recuerdaSan Pablo en la carta a los Corintios, no tantocon palabras de “humano saber”, sino predi-cando a “a Jesucristo, y Este crucificado” (1 Co2,1-5). Pero además, y sobre todo, hemos deser sal y luz con nuestras obras: ellas debenmostrar la coherencia de nuestra vida cristiana.

Pero que Cristo se manifieste en nuestrasobras no quiere decir —añadía el Sr. Obispo—que busquemos estar en el “candelero”, puestambién el Señor nos dirá: “guardaos de hacervuestra justicia delante de los hombres con elfin de que os vean; de otro modo no tendréisrecompensa de vuestro Padre que está en los

cielos (...) Que tu mano izquierda no sepa loque hace tu mano derecha (...) Tu Padre que veen lo oculto te lo recompensará” (Mt 6,1-4). Yesto requiere ser humildes. Ser fuertes parahacer el bien y humildes para no buscar la pro-pia gloria. Nuestra fortaleza requiere la humil-dad.

Entrega de la orla a Antonio.

Entrega de la orla a Maite.

— 4 —

— 5 —

En tercer lugar añadió D. Juan Antonio queeste “hacer y desaparecer” —podríamos resu-mirlo así— es lo que han hecho todos los san-tos, cada uno con su peculiaridad, por el cami-no por el que Dios le llamó. Y citó como ejem-plo —aunque aún no sea santo, dijo, pero espe-

ramos que pueda llegar a serlo— al Caballerode Gracia: hizo muchas obras buenas enMadrid y no buscó su propia gloria. Citó des-pués el ejemplo de otros muchos santos madri-leños, que se veneran en diversos templos denuestra ciudad; y otros no madrileños, pero

Entrega de la orla a Mercedes.

Entrega de la orla a Pilar.

— 6 —

que gastaron parte de su vida en Madrid,entre otros recordó a San Josemaría. Terminósu homilía confiando que el proceso del Caba-llero pueda continuar y llegar a su fin. Y acu-dió a la intercesión poderosa de nuestraMadre la Virgen.

La Santa Misa transcurrió con gran devociónpor parte de los asistentes que llenaban el Ora-

torio, acompañados por los cantos del coro.Dieron la Comunión los tres concelebrantes.Se cantó la Salve al final. Y al terminar se entre-gó la Orla a algunos antiguos congregantes.cuando vio el pergamino —con el dibujo deSalvador Carmona, los ángeles adorando alSantísimo, y el texto eucarístico que lo acom-paña—nos dijo que él también deseaba tener-

Con Isabel y D. Juan.

Hablando con Imelda.

Estuvimos muy bien atendidos.

— 7 —

la, y le enviaremos una pidiéndole que acepteser nombrado Congregante de Honor.

Antes de la bendición final, D. Juan pronun-ció unas palabras de agradecimiento. Dijo: “Ennombre del Real Oratorio y la Asociación Euca-rística, le doy las gracias, D. Juan Antonio, porhabernos acompañado en la celebración del VCentenario del Caballero de Gracia. ¡Y quémejor modo de hacerlo que celebrando laSanta Misa! Nos recuerda la anterior ocasión,en el 2010, con motivo del IV Centenario de laAsociación Eucarística, que también estuvo connosotros. Su presencia nos ayuda a reforzar launión con la cabeza, con los Pastores de nues-tra diócesis. El Caballero de Gracia siempreestuvo muy unido a la Jerarquía de la Iglesia,para la que trabajó toda su vida, y nosotrosdeseamos seguir su ejemplo. D. Juan Antonio,muchas gracias. Encomendamos su persona eintenciones”.

Ya en la sacristía, D. Juan Antonio puso unaspalabras de recuerdo en el Libro de Firmas del

Oratorio, que son un estímulo para todo el tra-bajo relacionado con el proceso del Caballero.Escribió:

“Agradecido por la oportunidad de participaren la Eucaristía en el marco del Centenariodel Caballero de Gracia, a quien esperamosver en los altares junto a tantos beatos y san-tos de Madrid que nos ayudan con su ejem-plo e intercesión a ser hoy luz del mundocomo el Señor quiere”.

Después estuvimos con él en el Aula unbuen rato. Al entrar, le recibimos con un cari-ñoso aplauso. Y enseguida empezó a charlarcon unos y otros, interesándose vivamente porlo que cada uno le contaba; bendijo también aIsabel, en estado avanzado de gestación, a lavez que hablaba con ella, como farmacéutica,de la importancia de la importancia de la buenaformación deontológica de los que se dedicana esta profesión. José María Plaza le explicó la

Al final del encuentro.

exposición sobre el Caballero de Gracia de laque él es autor de los dibujos que se exponen.Imelda le dijo que tenía una tía, religiosa, enproceso de beatificación. Con Eva, nacida enCuba, habló de ese querido país, que le traerecuerdos familiares. Con Carlota, dedicadadurante años a la enseñanza media. comentó laimportancia de dedicarse a esta tarea de tantatrascendencia Habló un rato en alemán conEnrique y Bárbara, que le saludaron en eseidioma. Y saludó con simpatía a un grupo degaiteros que tocaban la gaita a la entrada de laiglesia. Fue una agradable coincidencia fortuita—porque tenían después una misa en el Orato-rio organizada por la Casa Regional de Zamo-ra—, pero parecían gaiteros asturianos —la tie-rra de D. Juan Antonio— que hubieran venido asaludarle.

Terminamos con una muy agradable comidaen un lugar cercano, con algunas personas dela Junta de la Asociación, en la que contómuchos detalles —entre otros temas que fue-ron saliendo a colación— relacionados con losprocesos de beatificación de los mártires delSiglo XX, entre los que están muchos madrile-ños y que él conoce muy bien.

Al despedirnos nos pidió que le encomendá-ramos, cosa que haremos con mucho gusto. l

Mari Cruz, Elena y Enrique.

Saludando a unos niños.

Juliana, Bárbara, Lourdes y Antonio con un amigo.

— 8 —