anomia, extrañamiento y desarraigo en la literatura del siglo xx

5/16/2018 Anomia, extra amiento y desarraigo en la literatura del siglo XX

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ANOlvIIA, EXTRANAMIENTOY DESARRAIGO EN LA LII'ERATURA

DEL SIGLO XX:UN ANALISIS SOCIOLOGICO

Irene Martinez SahuquilloUniversidad de SalamancaE-mail;[email protected]

RESUMENEI proposiro de esre esrudio es enrender las causas de que fenornenos patologicos como la

anomia, el extrafiarnienro y e l desarraigo a falra de hogar- (homelesncss), que hall s ido abordadospar la sociologfa clasica y moderna, sean rarnbien el tema central de much as obras de la granliceratura del siglo X;I(. como Kafka, Sartre, Camus, Roth. T. S. Eliot. Hesse, Lawrence. Musil,ere. Se sosriene .que los aurores literarios, al escribir sobre esra problernatica, no csdn dando uni-camcnre testimonio de una enferrnedad li gada genericamenre a la condici6n del hombre en lasociedad rnoderna, sino que rarnbien estan reflejando su pro pia experiencia vital. Se inrenta rnos-tear que e I grupo social de los escrirores, en tanto que intelecruales y artistas, esra especialrncnreexpues(o al slndrome de anomia. extrafiamiento y Falta de hogar par causas que rienen que verno s610 can su siruacion aparrida y desclasada sino tam bien can su propia (area de producroresde valorcs cualirarivos que chocan can la logica cuantitativa del mercado. De esra manera se pre-reude courribuir simulranearnente a una sociologfa de la obra lireraria y del grupo social de loscreadores lirerarios.

1. INTRODUCCION: AFINIDADES ENTRE LA LITERATURAY LA SOCIOLOGfAAntes de abordar el asunto en el que esra centrado este rrabajo, no esta de

mas hacer algunas reflexiones sobre las indudables afinidades que existen entrela literatura, y muy particularmente la novela, y.lasociologia, las cuales pueden

Reis84/98 pp . 223-242



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ser enrendidas como des registros diferentes de analisis de la realidad socialque pueden Ilegar a influirse rnutuamente, como bien sen ala Jose M. Gonza-lez Garda en su estudio sobre las afinidades electivas entre Max Weber yKafka': Incluso aunque no exis t iera una influencia directa, e I literate -almenos el de orienracion realista- y el sociologo esran unidos por inrereses ypropositos coincidences, por mucho que lessepare la distinta naturaleza de susrespectivas tareas. En efecto, ambos com parten una misma curiosidad por e Imundo social que el primero recrea en sus obras y el segundo esrudia en susinvestigaciones, y rarnbien algunas preocupaciones comunes acerca de la reali-dad social que uno refleja en ficciones y el otro en sus trabajos cientificos. As!por cjemplo, la preocupacion por la llamada cuestion social ha inspirado,desde mediados del siglo XIX, tanto investigaciones sociol6gicas centradas en lapobreza y otras lacras sociales -como las pioneras de Charles J. Booth yS. Rowntree a finales de siglo-, como novelas que tarnbien bucean en lasmiserias e injusticias provocadas por el avance del capitalisrno industrial, desdelas celebres novelas de Dickens, hasra las de John Steinbeck y Upton Sinclair,en EE.UU., 0 las novelas sociales de Baroja, por cirar algunos ejemplos repre-sentativos de novelistas con inquietudes similares a las que impulsaron la laborde un buen numero de sociologos desde los cornienzos de esta disciplina.

Asimismo, si los sociologos clasicos se irnpusieron como tarea crucial inter-pre tar las transformaciones que estaban dando paso a un nuevo tipo de socie-dad, la sociedad rnoderna, de forma que quedaran al descubierro no solo losfactores econornicos y polfricos que contribuyeron a su nacimiento, sino tam-bien los facto res ideales, de caracter cultural 0 psicol6gico, algunos novelisras dela escuela realisra -pienso en los exponentes de las denominadas novela socialy psicologica-c- rarnbien se propusieron en sus obras explorar los factores espiri-tuales que impulsaron e I desarrollo del mundo moderno. Los Buddenbrook, deThomas Mann, par ejemplo, no es solo la hisroria de la decadencia de unafamilia, sino tarnbien la disecci6n del ethos burgues, e I mismo que Weber des-menuza en La Etica Protestante, y el analisis de las transformaciones de dichoethos que desembocan en el declive de los Buddenbrook, claros exponentes dela clase burguesa en sus distintas fases", Incluso en auto res que no escribennovelas sociales 0 psicologicas a la manera realista, como es el caso del novel is-ta y pocta briranico D. H. Lawrence, se manifiesta el afan por interprerar -sibien en clave mas metaftsica que sociol6gica- las causas espirituales del triun-fo del indusrrialisrno y, curiosamente, se pueden encontrar puntos en corruinentre su interpretacion y la del sociologo aleman Ferdinand Tennies, ya queambos consideran que la r aiz de rodos los cambios experimentados por lasociedad europea es la aparicion de un nuevo tipo de orientacion pslquica en elhombre moderno caracterizada por la racionalidad y la voluntad insrrurnenta-

I ]. M. GONZALEZ GARC(A: L a m d qu in a b ur oc rd ti ca , Madrid. Visor, 1989. p. 23.2 Jose Maria Gonzalez Garda ha sefialado e I paralelismo entre los personajes de la novela y el

tipo ideal de burgues protestante que WEBER consrruyera en La Etica Protestante, en p. 23.

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lizadora de las relaciones humanas. La interpretacion y la critica, en uno y otroautor, estan indisolublemence unidas.

De la misma forma. tanto sociologos como novelisras (sin olvidar a poeeasy dramacurgos) se han esforzado no solo por entender e interpretar las trans-formaciones que eseaban trastocando codo eI orden cradicional y generandouno nuevo. con relaciones y tipos sociales disrintos, sino rarnbien por indagaren las consecuencias psicologicas de la rnodernizacion y, asi, ahondar en losproblemas planteados a la condicion humana por el mundo rnoderno. As!,igual que Georg Simrnel se afana por desentrafiar los efectos espirituales de laeconomia moneraria en Filosofta del dinero y de la urbanizacion en Las grandesurbes y la vida del espiritu, muchos escritores representativos de la lireraturarnoderna han querido mosrrar eI impacro y las repercusiones que ha renido eltransito a la modernidad en la conciencia del hombre y en su vida cotidiana,La figura del flaneur, eI urbanira que recorre las calles de la ciudad en actitudobservadora y distanciada -un producto tlpico de la civilizacion moderna-ha sido, asf, objeto de interes tanto para la sociologia como para la lireraturadesde que Baudelaire 1 0 convirtiera en materia poetica. Y el analisis de Sirn-mel de la caracterfsrica indolencia -Ia acritud que el llama blase- del hom-bre urbano que se protege con esa coraza de indiferencia de un medioambience agresivo e impersonal -ha sido llevado a la lireratura por clasicosde la novel a y el pensamienro cornoSarrre y Camus, cuyos personajes AntoineRoquenrin, de La Nausea, y Mersault, el proragoriisra de EI Extranjero, ejern-plifican de forma angusriosa al hombre que se ha diseanciado ramo delmundo circundanre que es incapaz de establecer conexiones significacivas,dotadas, esto es, tanto de senrido como de calidez ernocional, con las personasque le rodean.

Otro puneo en cornun entre la sociologia (rambien la presociologfa) y laliteratura de creacion es que ambas se han ocupado con especial inreres deaquellas parologias que han surgido a t hilo del proceso modernizador sufridoporOccidenre. Fenornenos como e I extrafiarniento 0 la alienacion, extensa-mente rratados por Marx. as! como por aurores de otras orientaciones reoricas,como la anomia estudiada por Durkheim, 0 tarnbien el desarraigo caracterfsti-co del hombre rnoderno, el cual ha dejado de senrirse en cas a en el mundo quele rodea, como explican Berger. Berger y Kellner en su obra Un mundo sinbogar", han sido abordados por muchos escrirores modernos en obras tanconocidas como las dos mencionadas arriba y en otras muchas: en las novelasde Kafka. de Musil, Joseph Roth, Rainer M. Rilke, Hermann Hesse, D. H.Lawrence. Pio Baroja, J. D. Salinger, entre orras muchas, 0 en poemas ernble-maticos del siglo xx . como "La tierra baldia, de T. S. Eliot .0 rarnbien en e 1teatro del absurdo. Muchos aurores de renombre en la [iteratura europea yamericana han heche, asf, suyas algunas de las preocupaciones por los efecros

, P. BERGER. B. BERGER), H. KELLNER: Un mundo sin hogar. Modernizacion J conciencia,Santander, Sal Terrae, 1979.

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perversos 0, al menos, inquietanres de la vida modema que han orientado lasreflexiones e investigaciones de fil6sofos y sociologos desde el pasado siglo.

Estas coincidencias no son, en modo alguno, casuales. Si nos centramos enel caso de la novela, el genero mas caractertsricarnenre moderno -pues sudesarrollo esta Intirnarnente ligado al florecimienro de la burguesfa y al progre-so de la economfa capiralista-s-, parece claro que, si dejamos al margen lasrnorivaciones de caracrer esretico que mueven al novelista a escribir, el proposi-to principal de este genero, al menos en su variante realisra, es ofrecer un cua-dro fidedigno del mundo social en el que estan ubicados los disrintos escena-rios donde van a transcurrir las vidas de los personajes. La dependencia de labiografia de estes con respecto a las condiciones sociohist6ricas que constitu-yen su marco significativo es un presupuesto que late en La educacion senti-mental, de Flauberr, como late en orras novelas de relieve de la literatura de losulrirnos siglos. Y puesto que el marco sociohisrorico en el que se sinian habi-tualrnente las vidas de los protagonisras es el de la sociedad rnoderna, can SllSgrandezas y sus miserias, sus conquisras y sus perdidas, no es de extrafiar que lacxploracion de estas sea uno de los cornetidos del escritor, en su papel de ana-lista y crltico de la sociedad de su epoca,

EI creador lirerario se convierte, asf, en un inrerprere, como el soci6logo,de la realidad social y los acontecimientos hisroricos que la atraviesan aunqlle,en oposicion a este, no Ie interesa ramo descubrir tendencias generales comoprofundizar en los casos particulates en los que una tendencia general se mani-fiesta; su rnorivacion corre, ast, en senrido contrario a la regia durkheimianaque invita a desentenderse de las manifestaciones individuales de un fen6menosocial. Con todo, pese a que el escritor se interesa mas por las repercusionesindividuales de un fen6meno social 0 psicol6gico que por este en abstracto,intenta tarnbien, a semejanza del cienrlfico social, descubrir las claves que pue-den ayudar a inrerprerarlo, Y ello porque, conviene insisrir en este punco, supretension no es solo crear una obra bella: rarnbien es la de contribuir con ellaa ilurninar zonas de la vida social y del alma humana que precisan ser esclareci-das para, de esta manera, hacer una aportacion valiosa a la tarea, en la quetarnbien han estado em pen ados los sociologos, de aurnentar la auroconscienciade una sociedad cada vez mas compleja y mas avida de ideas y conocimientosque puedan servir para cornprenderse a sf misma. En este afan de crear unaautotransparencia para un mundo problernatico los literates han parricipadoen la misma empresa en la que se han afanado los sociologos.

En definitiva, la lireratura y la sociologfa han confluido, desde mediadosdel siglo XIX, en algunos de sus motivos y aspiraciones: tanto una como otrahan pretendido ayudar, con sus interpretaciones, a que los hombres se orienrenen la civilizacion modema, como explica Wolf Lepenies en su esrudio Las iresculturas, y, a veces, la empresa literaria ha tenido un caracrer marcadarnenrecientifico, tal y como ilustran los casas paradigrnaricos de Balzac, cuya Come-dia humana persigue una comprensi6n de los hechos de la sociedad analoga ala que Cornte aspiraba, y de Flaubert, un escritor que contemplaba la lireratura

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como una actividad cuasi cienrffica para la cual era exigible en e I autor toda laimpassibilite necesaria para investigar la realidad social desde la distancia y laobjerividad, un programa que habrfa hecho las delicias de Durkheirn". ParaLepenies, pues. la lireratura a veces se ha aproximado a la sociologia y esta a laprimera -al menos la sociologia de orienracion menos naturalista y mas her-meneurica-s-, por 1 0 que cabe entender a la sociologia como una rercera cul-tura situada entre la cienufica y la literaria 0 hurnantstica. Aunque se suelaidenrificar a la sociologia con racionalidad y a la lireratura con senrirnienro, lascosas no aparecen tan nltidarnente diferenciadas en la practica", Asl, por ejern-pia. encontramos literates que, como Flauberr, se comportan como frfos ana-listas de la sociedad y el individuo, y sociologos que, como Tennies, puedenlIegar a ofrecer una vision poetica de 1 0 que describen, como se hace parenteen Comunidad y asociacion. Las fronteras entre una y otra acrividad exisrenpero son borrosas y movedizas.

Por rodo ello la literatura reviste un doble interes para la sociologfa. Enprimer lugar, interesa porque es una actividad social can sus .propias leyes deproduccion y consume, susceptible de ser estudiada por una sociologia especf-fica que de razon de casas tales como los condicionantes economicos de dichaactividad, las relaciones entre autores, editores y publico, la relacion entre lalectura de libros y variables significa.tivas como sexo, edad, nivel educacivo 0profesio n, las funciones sociales del consumo de literarura, etc. En segundolugar, tiene interes en cuanto que ofrece un cuadro de la realidad social .quepuede conrribuir a nuestro conocimiento de la miscna. Comoquiera que, ade-mas, 1 0 que suele reflejar el novelista a dramaturgo en sus obras es aquelladimension interna del mundo que es mas inaccesible a la invesrigacion ernptri-ca. resulra que la literarura puede lIegar a ilurninar aspectOs de la exisrenciasocial a los que la sociologfa habitualmente no lIega. La profundidad del anali-sis sociologico y psicologico que contiene La Regenta es diflcil de encontrar enun esrudio sociologico, Aunque la lireratura no pueda cornperir can la cienciasocial en exactirud, puede, en cambia, aportar con sus exploraciones de la rea-lidad humana ideas e intuiciones valiosas para un estudioso que quiera pene-trar en las zonas mas recondiras del mundo social y la psique humana.

Pero adem as de ser fuente de inruiciones e ideas utiles sobre la realidadsocial, la literatura tiene interes para el sociologo en cuanto que expresion deuna particular vision del mundo, la propia del escriror, e I cual, en sus obras,esta reflejando sus valores y esquemas interpretativos. La literatura puede ser,asi, conrernplada como plasmaci6n que es de la forma de enrender y evaluar elmundo de un grupo social especffico, el de los intelecruales y artist as -puesalgunos escrirores se aproximan mas al tipo humano de inrelecrual, como Sar-er e a Musil, otros al de artista, como Rilke 0 Hesse-, que, en virtud de sus

, W . LEPEN1ES: B etw ee n L ite ra tu re a nd S cie nce : th e R is e o f S ocio lo gy , Camb ri dg e. C amb rid geUnivesity Press. 1988. pp. 1-6 (e.o . Die drei Kulturen. 1985) .

, Como sefiala LEPENIES. ibid., p. 13.

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propios valores, intereses y actitudes yen la realidad desde su peculiar punta devista. Sus obras son, por tanto, susceptibles de ser estudiadas desde la perspec-riva de la sociologfa del conocimiento, cuya misi6n es interpretar la cosmovi-si6n 0 ideologia que asoma en elIas a la luz de los factores sociales que estandeterminando la posici6n del artista Irenre al mundo.

Es desde esta perspectiva desde la que prerendo acorneter el analisis de lalirerarura como reflejo de la anomia, extrariarniento y desarraigo del hombremoderno. Por un lado, considero que estos fen6menos han merecido la aten-ci6n de los literates por las mismas razones que han suscitado el inreres de losfilosofos sociales y sociologos: porque se trata de problemas inherenres a lacondicion del hombre en la sociedad moderna que cualquier inrerprete de esradebe abordar. Par otro lado, parto del supuesto de que la preocupaci6n de losprimeros por esta problernatica esta ligada al heche de que su situacion especl-fica en la sociedad y la identidad a ella asociada les hacc mas vulnerables aexperiencias que no afectan a rodos los colectivos por :gual, sino que hacenmas facilmcnte prcsa en grupos que, como eI de los intelecruales y arrisras, esramas dcsvinculado y distanciado del entorno y, por ende, expuesto al egofsrno.en senrido durkheimiano. Lo que se persiguc, en suma, en las paginas quesiguen es entender por que los escritores corirernporaneos han hecho de laangustiosa condici6n an6mica, enajenada y desarraigada del hombre moder-no eI eje de muchas de sus obras y comprender rarnbien la postura que hanadoprado frente a ella, as! como la cosmovisi6n en Ia que esta posrura estainregrada.

2. LA LITERATURA MODERNA COMO TESTIMONIODE LAANOMIA, EXTRANAMIENTO Y DESARRAIGO Y COMOFILOSOFfA GLOR1FICADORA DEL OUTSIDERAI asomarse a las grandes obras de la literatura del siglo xx , un hecho se

pone de manifiesto: muchas de elias giran en torno a la problernatica definidapor Ernst Fischer como la soledad del hombre en medio de un mundo qu.e seha hecho extrafio-". Mulrirud de novelas, a las que hay quc aiiadir algunasobras poericas y drarnaricas, intentan plasmar la experiencia de un hombre, elhombre modemo, que se ha alienado de su entorno social. La condici6n deeste puede ser descrita con las siguientes palabras de Robert Musil: En el cen-tro, el individuo. Su desamparo. Los hechos, en monsrruoso crecimienro. Elabismo, infranqueable, entre eI individuo y la colecrividad-". Esra vivencia desoledad y enajenaci6n respecto a los orros esta estrecharnenre un ida a otras dosexperiencias. En primer lugar, la desorienraci6n que se deriva de 1 0 que Durk-

6 L o dice E rnst Fischer, a proposito de Robert M usil, en E . F !S CH ER :Literatura y crisis d e faciuilizacion europea: Kraus, Musil, Kafka, Barcelona, Icaria, 1984, p. 61.

7 Ibid.

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heim llam6 anomia y que puede entenderse, de acuerdo con la propuesta dePeter Berger, como ausencia de orden significativo 0 de nomos en laconciencia del individuo", En la medida que ese vacfo n6mico se produce por-que aquel se ha desgajado de la sociedad y esta ha dejado de servirle de Fuentede creencias, valores y normas con las que construir un orden moral y cogniti-YO, sc puede decir que la anomia es una consecuencia del.extratiamienro. Ensegundo lugar, orra experiencia, igualmenre ligada a las anteriores, es cI desa-rraigo , 10 que los sociologos P . Berger, B, Berger y H. Kellner llaman homeless-ness , esto es, falta de hogar, y'que se refiere al hecho de que los hombres se handejado de sentir en casa en la sociedad, percibida como incomprensible, lejana,impersonal, inhumana. Como es clararnenre visible, eI desarraigo y el. extrafia-mienro son caras de la misma moneda,Tan estrechamente entrelazados estan estos tres fen6menos, que los escrito-res no distinguen entre ellos y hacen padecer a sus personajes las cres dolenciasanfrnicas a un mismo riernpo. AS1, por ejemplo, Franz Tunda, el protagonistade la novela Fuga sin fin, de Joseph Roth, es el prototipo de hombre que vivesin norte, que viaja de unos pafses a otros y no echa rakes en ninguno, ni tam-poco ninguna mujer es capaz de retenerle, que se siente un exrrafio entre lotdernas hombres y que tampoco es capaz de dotarse de unos valores y creenciassolidos ell los que fundamenrar su vida. De el dice el autor que no se senrfaen casa en este mundo. Es un claro exponente de desarraigo, anomia y extra-fi.amienro, que no son sino rnanifesraciones de un mismosfndrome: la falta deintegraci6n del hombre en el cuerpo social, fen6meno al que Durkheim dio elnombre de egofsmo.

En efecto, ese proceso impulsado por la modernizaci6n consistente en que elindividuo se va separando cada vez mas de la colecrividad, se va distanciando,rambien, de los productos de la actividad humana -que se Ie aparecen como unpoder social extrafio, en palabras de Marx- y, como consecuencia, va rep le-gandose en su yo, se torna como su propio y unico objeto y la da por observar-se y analizarse, Durkheim dixit", es el que los sociologos han intenrado explicar einterpretar y los literates han recreado, explorado y analizado. Los segundos,adernas, han procurado transrnitir en sus obras rodos los sentimientos y estadosanimicos que van unidos a dicho sfndrome y que, a veces, dan titulo ala novela,Me refiero a sentimientos tales como el de soledad, angustia, espanto, la nau-sea (Sartre), el desasosiego (Pessoa), la indolencia, el aburrimienro (Mora-via), la desorientaci6n, la confusion, la falta de sentido y un largo etcetera, Espor ello por 10 que la novela de siglo XX resulta ser un arte renso y desgarrado:porque refleja la crisis espirirual del hombre en el mundo moderno, porque esuna novela de crisis, como la definio Ernesro Sabato, que, como tal, reproduce yamplifica los males que sufren los habitanres de la sociedad moderna.

s Esra iurepreracion puede verse, entre orcas obras, en P. BERGER: E ! d os e! s ag ra do , BuenosAires, Amorrortu, 1971,

'I E. DURKHEIM: El suicidio, Madrid, Akal , 1976, p. 304,

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As! .pues, los escritores europeos y americanos de disrintas procedencias ygeneraciones han creado personajes, como el arriba mencionado, que personi-fican diversas maneras de vivir un mismo sfndrome que se puede desdoblar entres fen6menos: la perdida de realidad, la perdida de sentido y [a perdida dehogar. La perdida de realidad se convirtio en un tema central -de la literaruradesde el Romanticismo, como acertadamente sefiala Ernst Fischer!". Se podri-an cirar un sinnurnero de obras en las que los heroes 0 antiheroes problernati-cos experirnentan la sensacion de irrealidad con respecto a las cosas y personasque les rodean. A veces esa acusacion de irreal es.lanzada por el autor contraroda la civilizacion. Esre es el caso del poeta T. S. Eliot, quien en su poem a "Latierra baldia condensa su sentimiento de alienidad e irrealidad que Ie provocala sociedad moderna en la sentencia ciudad irreal, sociedad que tampoeomerece e1ogios en otto poema tirulado Los hombres buecos, en el que esra apare-ce como la tierra muerta, tierra cacracea habitada por hombres vados pordentro. EI arrista expresa, asf, su enajenacion del mundo negandole realidad,desrealizandolo, por 10 que esre cobra, con freeueneia, un aire fantasmal.

Esre impulse desrealizador, que caracteriza a alguilas corrienres arrfsticas,como el expresionisrno ", esta presence en las obras de D. H, Lawrence, lascuales giran alrededor de una misma problemarica: el extrafiarniento de susheroes y heroinas del enrorno industrial Y la busqueda de realidad y senti do enla esfera privada de las relaciones de caracter pasional que se establecen entrelos renegades de la civilizacion, De acuerdo con el ideario rornantico antirno-derno del escritor, dado que el ambito social se ha vuelto irreal, ajeno, insig-nificante para el individuo, este debe apartarse de el voluntariamente y lanzarsea una vida {mensa, proxima a la naturaleza (pues si en Lawrence la sociedad noes Fuente de nomos sf 1 0 es, profundamente, la naruraleza) desde la que cons-truir el sentido de la existencia. Es la salida que eligen tarnbien Rainer MariaRilke, orro vitalista rornantico que eonrrapone vida a sociedad, y HermannHesse. Ambos autores proponen una suerre de religion del yo, con su corres-pondiente culto a la inrirnidad, en especial, los sentimientos. con la conse-cuencia de hacer de su tlpicamente rornantica WeLtfremdheit (ajenidad respcctoa mundc) una via para acceder a una vida mas noble y elevada.

Otros autores de la literarura moderna, en carnbio, no han pretendidosublimar la experiencia de alienaci6n ni ofreeer una cosmovisi6n restauradoradel sentido perdido, sino que han sondeado en el alma del enajenado y handesplegado ante nuesrros ojos los efecros devasradores de la experiencia de per-dida de realidad y significaei6n de las cosas. Asi, Sartre se recrea en las viven-cias anfmicas y anornicas de Antoine Roquentin, protagonista de la ya ciradanovcla La ndusea, que encarna al hombre vado, sin rumbo, solo y enajenado,

10 E. FISCHER: El artista y su [poc, Madrid, Fundarnenros, 1972. p, 18." Como explica Ferdinand Fellrnann, los expresionisras han hecho eje de su arte su expe-

ricncia de la irrealidad del mundo y su voluntad de disolver Ia realidad, F, FELLMANN: Fcuomcno-logia), exprcsionismo, Barcelona. Alfa, 1984, p _ 35.

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tame que a veces hasta su propio yo pierde contenido, de tal forma que se Ilegaa no reconocer cuando se mira el espejo, ni a senrirse, pues se ha convertido enun extrafio para sf mismo. La auroalienacion puede ser considerada como laforma mas extrema de alienacion. Por su lado, su cornpatriota Camus tarnbienaborda la completa perdida de relacion con la realidad de un personaje a laderiva, .Meursault, el exrranjero, quien es incapaz -tal es la ajenidad quesienre hacia rodo- de entristecerse por la muerte de su madre, de querer a suarnanre ni de evitar que e I calor se aduefie de su volunrad de tal forma quedesencadene un absurdo crimen. La falta de significacion de todo cuanto Ierodea -y de sf mismo- Ie ha conducido a la indiferencia mas absoluta ycon-verrido en un asesino sin rnovil. Una indiferencia que tarnbien es Ia notadominante de EI aburrimiento, de Alberto Moravia, cuyo personaje centralpadece de un aburrimienro extrerno que nace del absurdode una realidadque, como ya he dicho, es insuficienre, es decir, incapaz de persuadirme de supropia existencia. En un cornenrario a su obra, Moravia explica que esrahablando de [a incapacidad del sujeto de restablecer la perdida relacion conlos objeros del mundo que Ie rodea, un mal que proviene, dice, de Ia aliena-cion":

Otras novelas donde se traran rematicas similares son El hombre perdido, deRamon Gomez de la Serna; El hombre sin atributos, de Robert Musil, y Elguardian entre el centeno, del escriror norteamerica no J:O. Salinger, por cirarsolo algunos titulos significarivos. El hombre perdido es un retraro de un hom-bre an6nimo -ni siquiera tiene nombre- que esta embarcado en un peregri-najeerratico en busca de algun sentido para la vida, una vida de la que estadesasido y en la que no es capaz de orientarse. El final no puede ser mas tra-gieo: muere arrollado por un rren de mercandas, tal vez de forma volunraria.Como a Andres Hurtado. el protagonista de El drbol de fa vida. de Baroja, lafalta de sentido y el desarraigo Ie ha conducido a desprenderse de la vida.E ! hombre sin atributos planrea, por su lado, e I drama del hombre desgaja-

do de su enrorno social y en contradiccion con todo. Ulrich, e l protagonista,es otro heroe problernarico que se sienre alienado de la decadente sociedad aus-rriaca que le rodea y e1ige vivir una vida al margen de todo convencionalismo,incluso hasta el extreme de manrener relaciones incestuosas con su hermana.Es uno de esos personajes que se tefugian en la esfera privada y se recrean enlas emociones que proporcionan las relaciones mas intimas como via para esca-par a la vivencia de falta de senrido. Pero Musil, a diferencia de los escritoresrornanticos, no convierte esa huida en un programa ideol6gico sino que, por elcontrario, se esfuerza por mostrar 1 0 imposible que es escapar de la socicdad y1 0 poco deseable que es buscar una salvacion individual.

Orra novela que recrea las tribulaciones de un personaje perdido es la cita-da obra de Salinger. E f guardian entre el centeno, un gran exira de venras desdeque se publicara en los afios cuarenta. En este caso el anornico es un adolescen-

12 E. FISCHER, EI artista y JU epoca, ref. cir., p. 143.

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te, Holden Caulfield, incapaz de adaptarse a una sociedad y una forma de vida,la americana, que solo le produce asco y un inconformismo sin causa que Ieconduce al aislamienro. Los allegados le. achacan que no sabe 10 que quiere,que carece de direccion, y, efectivarucnte, 10 unico que Holden riene claro esque detesra el mundo que Ie rodea porque todo en e l es falso, hipocrira, depri-mente. Tal es su desorientacion vital que cuando su hermana le pregunta sobre10 que querrla ser, todo 10 que se Ie ocurre es el oficio de guardian entre el cen-reno, un guardian cuyo cornetido fuese impedirque los nifios que jugaran enese campo de centeno se cayesen por el precipicio. Una idea infantil que ilustrala falta de sentido de realidad que padece el muchacho y su incapacidad paraidenrificarse con el mundo adulto,

Pero no se puede disertar sobre la alienacion en la lireratura moderna sinhacer referencia al autor que mejor ha sabido rransrnirir el horror de la enaje-naci6n del hombre en un mundo burocrarico impenetrable y absurdo y doradode un poder omnfmodo sobre el individuo, tanto que llega a introyectarse ensu psique y a producirle culpabilidad: estoy hablando, naturalmente, de FranzKafka. La rragedia que planrea el genial judfo checo, desde su experiencia dedesarraigo, de no pertenecer a ninguna comunidad -hasta en su propiomedio familiar se senna un extrafio-e-, es la rragedia de una realidad que se havuelto ran extrafia que ha perdido todo su sentido. En esa realidad fanrasrnago-rica -formada por esrructuras burocraricas y relaciones cosificadas- nisiquiera d individuo puede ericontrarse a SI mismo; es a 10 que rernite el recur-so kafkiano de ir suprimiendo nombres (el personaje de Ei proceso, Joseph K.,ha perdido su apellido; e l protagonista de El castillo, K., es solo una inicial). Sufilosofla no puede ser mas pesirnista pues, a sus ojos, la jaula de hierro apri-siona con tal fuerza al individuo que esce no puede hacer nada, esta condenadoa la pasividad. Kafka traduce, asl, como indica Ernst Fischer, la sensacion deimpotencia e indefensi6n del hombre en un mundo en el que el individuo apa-renternenre no puede influir 10 mas rnfnirno". EI extrafiarniento desemboca,en las novelas de Kafka, en surnision y autodestruccion.

Con esre pequefio recorrido por la literatura del siglo xx se trataba de mos-trar, a rraves de algunos casos significativos, c6mo los grandes escrirores delsiglo xx, a semejanza de algunos filosofos sociales y sociologos, han considera-do que el extrafiarnienro, la anomia y el desarraigo 0falta de hogar son malesconsrirutivos de la sociedad moderna y han partido del supuesto de que esavivencia es universalmente senrida por los hombres y mujeres de este siglo y nonecesariamenre en exclusiva por individuos de las caracterisricas de los crea-dares lirerarios, esto es, personas propensas a disranciarse de la realidad y aentregarse 3.1autoanalisis en virtud de su vocacion intelectual y ardstica. Losescrirores han prerendido, asf pues, no solo verter en sus obras sus propiasexperiencias y sufrimienros, sino tambien dar voz a vivencias colectivas para,

13 Como planrea FISCHER en su obra Literatura y crisis de fa ciuilizacidn mropea. ref. cit.,p. 148.

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ANOMIA. E)(TRANAMIENTO Y DESARRA1GO EN LA LlTERATURA DEL SIGLO XX, UN ANALISIS SOCIOLOGICO

de este modo, ofrecer un espejo en el que tarnbien el lector cornun sepuedereconocer.

Ello no obstante, los escritores no se han limitado a ofrecer un cuadro ncu-fro del sindrome eonsiderado: adernas, y fundamental mente, han expresado supropia interpretacion del fenorneno y, a veces, han ofrecido una cosrnovisionen la que esa experiencia cobra sentido y se ve legitirnada. Por supuesto, lasposturas de un os y de otros no son coincidentes. En 1 0 unico en 1 0 que sonunanirnes los disrintos escritores citados es en el juicio absolurorio que lesmerecen los distintos personajes enajenados y descarriados que dibujan en sus,obras. Incluso el asesino Meursault es rerratado con simpatfa -0 al menoscomprensi6n- por Camus que 1 0 presenta como una vlctima de las circuns-rancias. Todos parecen dar por senrado que si hay algun culpable de la apari-cion de ese supuesto mal, ese culpable es la sociedad: la burocracia en Kafka, lasoeiedad burguesa en Hesse, el mundo industrial en Lawrence, la sociedadamericana en Salinger, y as i sueesivamente. Siempre es el individuo la vlctimade un sistema inhumano que Ie cosifica 0 de un medio hostil que es incapaz deacomodar su alma, de encauzar su s energias y su ansia de sentido. En ocasio-nes, el personaje que cncarna la anomia y el extrafiarniento es vlcrirna de unaenfermedad que puede denorninarse intelectualisrno -muy ligada a 1 0 queDurkheirn definio como ego!smo- y que consiste en que el sujeto se ha dis-taneiado tanto de la realidad -incluidos sus semejames- a fuerza de conver-rirla en objero de su acrividad mental, que ya no es capaz de tender puentesque Ie permitan retornar a ella y senrirla como propia: la ve como algo radical-menre ajeno, cosico, desprovisto de senrido. Es la enfermedad del inrelecrual yno es de extrafiar que sean escritores con los rasgos ttpicos del intelecrual abs-tractive -como Sarrre 0 Musil- los que la co nvierren en materia literariaproyecrando, asl, sus propios fantasmas en obras que tienen mucho de auroa-nalisis,

Pero la pos(Ura que adoptan ante la problernarica difiere segun sean losesrilos cognitivos de cada autor y e 1 modelo de artisra 0 escritor con e I que seidentifican, Asf, por ejernplo, hay escritores que ven el fen6meno como unatragedia que debe ser denunciada y condenada y que presentan al hombre alie-nado como un rnartir que esta sufriendo las eonsecuencias de la deshumaniza-cion del mundo social 0 de la degradaci6n de las relaciones sociales: es el casode Kafka, el mas tragi co y desesperanzado enrico de las estructuras alienan resde la sociedad moderna. En otro estilo, mas cereano a la crftica y la denuneiasocial que a la tragedia, tarnbien puede incluirse en esta categorla a Salinger 0Camus quienes, al igual que otros muehos autores sobre los que no he rrarado,probablemenre se identificaran con la figura del escritor como concienciamoral de la sociedad. Otra forma de planrear los terrninos es la represenradapor aquellos escritores que pertenecen a la caregorla del intelectual puro y quese identifican con la tarea deser la conciencia .representativa 0teoretica de lasoeiedad, para 1 0 cual procuran que sus obras sirvan de espejo en el que lasociedad pueda rnirarse. Estos autores tarnbien pueden adoptar una postura

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repro baroria frente al fenorneno -como sucede can Moravia, Pessoa 0Musil-, si bien 10 que me interesa destacar de ellos es que tienden a conside-rar que la alienaci6n anornica yel desarraigo forman 'parte del destino de algu-nos hombres especialrnente proclives, por su funci6n 0por sus caracterfsticaspersonales, a mantener una actitud distanciada, desvinculada y afectivameneneutra frente a la realidad. Asl, Robert Musil defendia explfcitamenre la necesi-dad de hombres sin vinculaciones, investigadores puros y experimentadosque tengan [a virtud de la duda atrevida. Su propuesta en ELhombre sin atri-butos de crear un secretariado mundial de la exactitud del alma revela su afi-nidad con la figura del cienrffico". En definiriva, 10 que Musil planrea es hacerde la necesidad virtud y convertir el distanciamiento exrrafiado del mundo,consustancial a la rarea del inrelecrual, en una actitud legitima y frucdfera. Enel, como en otros auto res de la misma orientacion, hay 'una cierra acepracionde la alienaci6n, la anomia y el desarraigo como destino ineludible del inrelec-rual, aunque ello no signifique que no sean consciences de las parologlas queesa desvinculaci6n extrema puede generar.

EI ultimo planrearniento que cabe distinguir es el que se encuentra en lasobras de los escritores de orientacion neorrornantica que se idenrifican con lafigura del arrista puro -del Dichter sacro y no del Scbrifiteller profano- yque hacen de su arte una religion. Autores como Lawrence, Hesse y Rilke con-sideran que la soledad yel sufrimiento son el destino del artista y, en esre caso,no como consecuencia perversa del exrrafiarniento, sino como serial de perte-necer a una clase de hombres superiores que saben que, como deda Novalis,rodo dolor es recuerdo de nuestra alta condicion. El desarraigo y la enajena-cion con respecto a un entorno desrealizado son converridos asl en un siste-ma de vida por el artisra rornantico que se sabe un ser aparre y que haec de eseaparramiento un signo de distinci6n. La figura del aussenseiter en Hesse es,de esta manera, gloriflcada, pues se considera que e I hombre de sensibilidadelevada no puede por menos que vivir al margen de una sociedad que se haapartado de la vida y se ha alejado de las aurenticas necesidades humanas.Y, adernas, el impulso mas fuerre del alma rornanrica es escapar de la anomiaconstruyendo una cosmovisi6n que dote de sentido al mundo y a la existen-cia, para 1 0 cual, y dado que el sentido no se encuentra en la secularizada ymaterialista sociedad circundante, el individuo tiene que ensimismarse, buscar-se a sf mismo 0, incluso, perderse a sf rnisrno, ya que una de las cosas que per-sigue el artista rornantico es, en palabras de Hesse, deshacerse de la culpa dela iridividuacion y alcanzar la unio mystica con el todo. En suma, el artistaromantico acepta la enajenaci6n respecto de la sociedad no ya s610 como unprosaico destino inevitable -al modo del escritor intelectualista- sinocomo una serial de pertenencia a los e1egidos en vez de al rebafio de los hom-bres vulgares; su lucha contra la anomia y la falta de hogar se traduce en el cul-rivo de una religi6n del yo y de la vida que pueda proporcionar senrido y

14 Para un buen analisis de la obra de MUSIL, vease ibid., pp. 39-101.

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ANOMIA, EXTRA!\;AMIENTO Y DESARRAIGO EN LA . L lTERATURA DEL SIGlO XX UN ANALISIS SOCIOLOGICO

patria espiritual. De esta manera, adoptando una cosmovisi6n nornificadoraescapan a los efecros del egolsmo y se religan no ya a la sociedad pero S I a lavida y la naturaleza, as! como a una comunidad de arist6cratas espirituales.

3. ELEMENTOS PARA UNA INTERPRETACIONDE LA LITERATURA DEL EXTRANAMIENTOPara comprender por que la literatura del siglo xx ha hecho del extrafia-

rnienro del hombre, su desarraigo y su propensi6n an6mica un terna central einsisrente es necesario tener en cuenta las dos dimensiones que, como antes seha apunrado, posee una obra literaria: la dimension objetiva como espejo en e Ique se refleja el hombre y la sociedad de una epoca y la dimension subjetiva,que haec referencia a la funcion expresiva de los propios scnrirnienros, ideas,obsesiones, conflictos y, en general, de la propia WeLtanschauung del artisra quese proyecta en la obra. En 10 que atafie a la primera dimension 0 funci6nhabria que dererrninar cn que rnedida los escrirores esran describiendo malesque estan extendidos en la sociedad moderna y que forman parte del destinodel hombre moderno, rnientras que en 10 que arafie a la segunda habria quedilucidar en que medida escan verriendo en sus obras sus propias vivencias y suparticular vision de un problema que les afecra especial mente en virrud de suspeculiares caracterfsticas como grupo especifico que sufre mas inrensamenteque otros los fen6menos considerados.

A mi enrender, no se puede planrear correctamente la cuestion si se olvidaalguna de estas dimensiones. Parece evidence que los escritores son hijos de suricmpo, que com parten con sus conrernporaneos experiencias y representacionessernejantes y que. al reflejar estas en sus obras, estill construyendo un cuadro cone l que aquellos se pueden idenrificar. Pero tambien es cierro que en ese cuadro nos610 esran inrenrando dar forma a un sentir general. sino tambien expresar su pro-pio sentir, Hasta un escritor tan formalmente objctivo como Flaubert reconociosin ambages que Madame Bovary soy yo. Por tanto. y como ya he indicado, esnecesario enfocar e I asunro que nos ocupa desde la perspectiva de la sociologia delconocimienro que renga en cuenta los facto res sociaies que determinan laconciencia de ese grupo espedfico formado por los artistas ylos inrelecruales.

3.1. La literatura del extraiiamiento como expresion de fa condicion del hombreen cl mundo moderno

La lirerarura moderna -es la primera hip6tesis que quiero defender- alexplorar ese cuadro psicosocial que sufren los protagonistas de algunas obrascapirales y que fi16sofos y soci61ogos han denominado alienaci6n, anomia yfalta de hogar, estan dando testimonio de un fen6meno que aparece y se desa-rrolla en las sociedades industriales y que esra ligado a las condiciones estructu-

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rales de la vida modema. Comodicho fenorneno se suele desdoblar en rresproblemacicas disrintas, me voy a referir a cada una de elIas por separado.

En primer lugar, nos encontrarfamos con el problema que expresa brillante-mente Anton C. Zijderveld en su obra La sociedad abstracta'", consistente enque, como consecuencia del proceso de racionalizacion y burocratizacion anali-zado por Weber, la sociedad se ha ido tomando progresivamente abstracta, ale-jada de la experiencia ordinaria de los individuos que la perciben como algoexrrario , ajeno, no significativo para sus vidas. De ahf que el concepto clavepara definir las relaciones entre individuo y sociedad rnoderna sea el de aliena-cion, pues aquel se ve incapaz de comprender y de controlar las estrucrurasabstractas que 1 0 rodean y, por ello, se siente irnporenre y desvalido. Como-quiera que las instiruciones sociales y los roles a elias ligados han perdido lacapacidad de dirigir al hombre inreriormente, pues han perdido su significaci onsubjeriva, el individuo se encuentra, por primera vez en la historia, solo ante S Imismo. Emil Oesterreicher ha abundado en esta idea, manteniendo que la con-dicion del hombre en la sociedad moderna es estar condenado a distanciarse dela realidad que 1 0 envuelve y de sf mismo ya experimentar su vida como auto-creacion". Ambos consideran que la privatizaci6n de la identidad es una carac-rerfstica de la vida rnoderna, pues el individuo se ve progresivamenre arrojado alos vaclos que deja el mundo inscitucional -Ia vida privada- donde tiene queconsrruir la experiencia de senrido y de realidad, convertida en algo puramentepersonal. Un producro tipico de este fenorneno serfa, como sefiala Zijderveld,e] hombre ernocional, que es aquel que vive encerrado en su propia subjerivi-dad y es incapaz de establecer lazos de ningun ripo con e I mundo externo obje-rivo. Precisarnente esa parologia es la que algunos de los aurores que hernosrratado, especialrnente los que perrenecen a la categoria del artista rornantico,intentan convertir en una filosofla y un modo de existericia debidarnente legiti-mado. Otros, en cambio, aprovechan esa alienacion subjetiva para distanciarseinrelcctualrnente del mundo, e incluso de sf mismos, y analizar las cosas conuna objerividad y crudeza implacables, converridos en diseccionadores del almahuman a y de la vida social. Todos ellos van ainterprerar la alienaci6n en suidenridad, unos convirriendo ese elernenro en una vemaja que permire accedera una vida mas alta, lejos del mundanal ruido de la sociedad: Otl'OS, aceprandclocomo su sino, y algunos, como Kafka, viviendolo como una tragedia.

En segundo lugar, hay que hacer referencia a la anomia, un fen6meno queDurkheim consideraba un peligro permanente en las socicdades modernascomo consecuencia de la aromizacion y de la perdida de unidad moral. Comoplantean diversos autores -Berger, Berger y Kellner 0 Luckmanrr'



ANOMIA. EXTRANAMIENTO Y DESARRAIGO EN LA LITERATURA DE L SIGlO XX : UN ANALISIS SOCIOlOGICO

menracion, especializaci6n y racionalizaci6n de "las instiruciories sufridas enelias, en suma, la fragmenraci6n social, conducen a una erosion de los univer-sos simbcilicos comunes y, de esra manera, crean condiciones propicias paraque aparezca la anomia. Mientras que en la sociedad tradicional la identidaddel individuo se sustenraba sobre un nomos inregrador de caracter religiosoque estructuraba su vida y daba sentido a su experiencia, en la sociedad moder-na, fragmenrada y pluralisra, no hay tal marco cormin de significado y la iden-tidad se complejiza: se hace mas abierta, reflexiva, segmentada e individualiza-da, 1 0 eual puede llevar a que el individuo tenga dificulrades para consrruir unaidentidad uniraria, De ahf nace el sentimiento de extranarniento respecto de sfmismo, que algunos de los novelistas tratados han sabido recrear tan magistral-mente en sus obras. La especial exposicion a la anomia del hombre rnoderno,pues, es una condicion estructural de las sociedades actuales, por definicionabiertas, fragmentadas y plurales y que, dadas estas caracterfsticas, favorecenque el individuo se sienra perdido, en busca permanente de sf mismo. Losescrirores han inrentado, asi, reflejar una malaise colecriva y algunos inclusohan ofrecido un remedio contra ese mal: una cosmologla y un programa devida nornificador.

En tercer lugar, e Intimarnente ligado a 1 0 anterior, el otro peligro que ace-cha al hombre moderno es el del desarraigo y la falta de hogar. Dado que lasociedad se ha vuelro progresivamente absrracra y ajena y que adernas se pre-senra dividida en rnultirud de




En suma, la literarura moderna del exrrariarnienro, anomia y desarraigosurge como consecuencia de la extension de esros fen6menos en el mundornoderno , fen6menos que afectan tan profundamenre a la vida e idenridad delos individuos que los escrirores los han convertido en ternas primordialesde sus obras. A su vez, en cuanro que hombres de su epoca que participan desimilares experiencias socialmente condicionadas, los novelistas han proyecta-do en sus obras sus propias vivencias y tribulaciones. Sin embargo, la explica-cion no rerrnina ahl: la cuestion es mucho mas compleja, pues no se puedepartir de la suposici6n de que las experiencias de los individuos que habitanen una sociedad son- homogeneas. Por el conrrario, la variedad de experien-cias vitales es enorme, dependiendo de la ubicacion de cad a individuo en laesfera social, que puede determinar cos as como su forma de vida y de pensa-rruenro.

La tesis que he adelantado ya y que me propongo exponer a conrinuaciones que los fen6menos abordados en la lireratura de creaci6n -y trarados tam-bien en la literatura sociol6gica- no afectan a rodos los individuos par igual,sino que afectan especialmenre a ciertos grupos cuyas caracterlsticas sociales,psicol6gicas e inrelectuales les hacen mas vulnerables al sfndrome analizado:son mas vulnerables los habirantes de las gran des ciudades y de las profesionesliberales, que -como esrudio Durkheim en Ef 5uicidio- esran mas expuestOsal egofsrno: tam bien son mas vulnerables los j6venes que los adultos, espe-cialmenre los estudianres, por ocupar una posicion periferica en la vida social,alejada de Ja esfera productiva a la vez que subinsritucionalizada, y, asimismo,por encontrarse en una etapa de formaci6n de la identidad en la que se hacenmas acuciantes las pregunras sobre el sentido de la existencia; por ultimo, y esen 1 0 que voy a centrar mi exposicion, los inrelectuales y los artistas forman uncolecrivo particularrnente expuesto a las experiencias que configuran el sfndro-me, no solo por pertenecer a una profesion intelectual liberal, sino tarnbienpOf arras razones que voy a deli near mas adelante.

3.2. La literatura del extraiiamtento como reflejo de Laexperiencia del mundomoderno de los intelectuales y Losartistas

La anomia, e l extrafiamienro y e I desarraigo no son fen6menos que se pue-dan arribuir, absrracta y generalizadamente, al hombre rnoderno como sihubiera una comunidad plenaria de expericncia que hace que todos los indivi-duos en la epoca moderna vivan e l mundo de la misma rnanera, sino que, masbien, se han planteado como hechos genericos porque los inrerpreres, tantolireraros como sociologos, han rendido a partir de sus propias experiencias per-sonales al analizar la condici6n del hombre modem a y han coristr uido unmodel a de hombre alrarnenre problernatico en el que han proyectado su propiaforma de experirnenrar la existencia. Las objeciones que se pueden hacer, efec-

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tivarnente, a los sociologos que antes he cirado es que exrrapolan experienciasde algunos grupos a toda la poblaci6n y que tienden a exagerar el grado en queciertos procesos -que sin duda recorren la sociedad moderna- han calado enla conciencia de los individuos.

ASl, la secularizaci6n no ha avanzado tanto como para producir una crisis. de sentido en la mayorfa de los habitantes del mundo moderno, ni los valoresy formas de vida caracteristicos de la sociedad preindustrial han desaparl.:cidodel todo: exisren, por el contrario, multitud de nichos de seguridad que res-guardan al individuo de las incertidumbres e inclemencias del entorno }' en losque el sujeto puede sentirse en casa. Adernas es dudosa la suposicion de quecualquier hombre tiene necesidad .de dotarse de un nomos inregrador demanera que, cuando la sociedad no se 1 0 proporciona, se ve abocado a la deso-rienracion vital y la crisis: muchas personas pueden vivir huerfanas de un uni-verso simbolico unitario sin caer en la anomia, de la misma manera que pue-den carecer de una identidad integradora sin experimentar crisis alguna. Sonlos individuos que, par sus inclinaciones personales y funcion social, tienenrendencia a plantearse problemas existenciales ya cuesrionar el mundo que lesrodea y su propio lugar en C1,los que pueden mas ficilmente caer prcsa de laspatologlas objero de analisis.

Asl pues, los intelectuales y los artistas forman un grupo social especial-memeexpuesto a las experiencias del exrranarnienro, del desarraigo y la ano-mia y ello por, entre otras, las causas que siguen. En primer lugar, se trata delgrupo que, en virtud de su profesion, esta mas alejado, como ha indicadoMichael LOwyI9 , del proceso de producci6n material, ya que esta inregrado porpersonas que producen bienes inmateriales, como el arte y el pensamienro, yque, por tanto, disfruran de una posicion relativamente desligada -Mann-heim los califico, siguiendo a Alfred Weber, de [reishioebend, esro es, libre-menre f!orantes- en relaci6n con otros grupos mas vinculados a una clasesocial determinada. Su autonomfa relariva y su desvinculaci6n de orros grupos,incluso de la pequefia burguesia de la que muchos proceden -de la que leseparan desde circunstancias rnateriales hasta factores inmateriales como valo-res y forma de vida- hace que, como sefiala Mannheim en Ideologia y uto-pia, carezcan de hogar dentro de la sociedad-". Esa condici6n apatrida, por unlado, genera mayor liberrad pero, por orro , puede favorecer la sensaci6n dedesarraigo, de no perrenecer a ninguna comunidad, de ser un extrario, unexrranjero perpetuo en el mundo social.

Por supuesto hay otros facto res que pueden colaborar a la aparici6n de estesenrimienro, como es la pertenencia a una minorla que, como la judia, ha teni-do siempre dificulrades para ser aceptada y para integrarse. Casos como el deFranz. Kafka y Joseph Roth, judios germanoparlanres de zonas no alemanas del

" V id. M . LO\ii'Y : Para una sociologia de los intelectuales reuolucionarias: la evolution politicade Lukacs 1909-1929, Madrid, Siglo XXI. 1978, pp. 17-18.

20 K. MANNHEIM. Ideologla y utopia, Mexico, Fondo de Culrura Economica, 1987. p. 141.----_._-__--_--_-239



_______ . IR_E_NEMARTiljEZ SAHUQUILLO

Imperio ausrro-hungaro, ejernplifican el prorotipo del extrafio universal, enpalabras de Zygmunt Baurnarr", que no puede echar rakes en ningun lugar,que esta condenado sin rernision al exilio cspiritual. Otras veces, no es por per-cenecer a una minorfa cultural, sino por haber abandon ado un medio social, elde la familia de origen, y no haberse integrado en ningun otro 10 que favoreceel desarraigo yel extrafiamiento. Este es el caso de D. H. Lawrence, quien pro-cedla de la clase obrera -su padre era minero- y quien no lIeg6 nunca a sen-rirse en casa en su clase de destine, la clase media ni en los drculos arisrocrati-cos que frecuentaba una vez consagrado como escriror. Su condicion de desc la-sado era, para el, una Fuenee de padecirnienros y desorientaci6n y siempre sin-rio nostalgia de la sclidaridad en sentido durkheimiano que reinaba en lacomunidad minera de su infancia. EI desarraigo, la amenaza de anomia y elextrafiarnienro Ie acompafiaron toda su vida de escritor. La movilidad,asi pues,en Lawrence como en Camus -quien era, tambien, de hurnilde extracci6n-,sin duda conrribuyeron a crear una conciencia de ser aparte, de extrafio, favo-recedora de las experiencias consideradas.

Hay que rener en cuenta, asirnisrno, que los incelectuales y artisras forman ungrupo especialrnenre m6vil geograficameme, 10 cual acrecienra su caracrer aparri-da y la naturaleza nornadica, fronteriza y pluralista de su idenridad. No es extrafioque puedan crcar con ranra verosirnilitud personajes de vida inquieca, inesrable,en perrnanente peregrinaje Fisico0 espiritual, ya que esa ha sido, en muchos casos,la historia de su vida. No hay que olvidar, en rodo caso, que muchos de los auto-res aquf considerados vieron una cpoca de guerras, de cambios de fronreras y degrancles rransforrnaciones, que impuso a muchos la necesidacl de ernigrar e, inclu-so, de exiliarse por motives politicos. Adernas la profesi6n de escritor esraba pocoinstitucionalizada y la vida de este era, por necesidad, libre y sin ataduras a ia parque inesrable, Hay quien sostiene, desde luego, que en la actualidad los intelec-males han experirnenrado una suerte de revolucion neolitica y han pasado deuna vida n6mada a una vida establecida con una tierra que sernbrar: las universi-clades y las burocracias. Para Zygmunt Bauman, el autor al que me refiero, e I inte-lectual de Mannheim librememe florante es ahora una excepcion y e l desarraigo yla alienaci6n han dejado de ser notas dominances de su identidad". Por supuesro,Bauman esta pensando no precisarnenre en los escritores, sino mas bien en todosaquellos profesores, tecnicos y cienrlficos que integran la clase del conocimien-to. Su tesis ~10es del rodo aplicable at grupo reducido y no enteramente estable-cido de los creadores lirerarios,

Pero adernas de la mayor dificultad para integrarse, dada su posicionexcentrica con respecco a las clases sociales y el caracrer social y geograficamen-te movil de su existencia, hay otro factor de indole espiricual que hace que losintelectuales y los artisras se sienran alienados del mundo social 0, al rnenos, 10

1> As! es como califica Zygmunr Bauman a Kafka, en Z. B AUMAN : Modernity and Ambivalen-ce , Cambridge, Polity Press, 1991, p. 86.

21 Ibid.. p. 91.

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ANOMIA. EXTRANAMIENTO Y DESARRAIGO EN LA LlTERATURA DEL SIGLO XX: UN ANALISIS SOCIOLOGICO

sorneran a una crftica feroz. Es el heche de que la naruraleza de su trabajo y elconreuido de este sean por definicion contradicrorios con el entorno industrialcapitalista, 1 0 que explica que algunos hayan abrazado un credo anticapiralisrarornanrico 0 marxista, En efecto, el trabajo del escritor es de caracrer artesanaly, por ende, preindustrial, y el artisra se idenrifica con valores como la unidadentre producror y producto, la autonomia a la realizacion personal en el traba-jo, que no son, precisamenre, los valores que rigen en e I mundo cap iralista.Adernas, el inrelectual y el artisra esran especializadcs en la producci6n devalores espiriruales, cualirativos, extra-comercium, que chocan con los valorescuantitativos que son, como analizara Simmel, los que predominan en la era dela economia monetaria. De ahf que se produzca, como sefiala Lowy, una anti-patla en el sentido alqufmico de la palabra, esto es, en e I de Ialta de afinidadentre dos sustancias, entre dos mundos profundamente heterogeneos: entre elcualirativo y subjerivo del escritor y el cuantirativo y objerivo de la sociedadcapitalista ". El intelectual y el artista no pueden sino resentir, en suma, que lacivilizaci6n avarice a costa de sus valores mas preciados: 1 0 subjetivo, 1 0 perso-nal, 1 0 espirirual y, por ello, algunos lIevan Sll desafecci6n lucia las kafkianasesrrucruras impersonales de la sociedad moderna y el mercado hasta el extremede rechazar de plano todo el sistema. Otros se adapraran a el, pew adoptandouna posrura crlrica y vigilante y sin senrirse del rodo narivos.

No sentirse narivo es, en fin, eI destino natural del intelecrual y e l arrisra porlas causas que he sefialado y tarnbien por las implicaciones psicologicas de sulabor. En efecro, la tarea del escritor exige la adopcion de una distancia con res-pecto a la realidad ya que 1 0 que este recrea en sus obras es fruro de la observaci6ny el analisis de la accion humana. EI escritor, asi, en cuanto que investigador de larealidad social y del coraz6n humano tiene necesariarnente que disranciarse y, alhacerlo, se esra colocando en una postura ambivalence: por un lado, es un rniem-bro activo de la sociedad que analiza y como tal esta irnplicado hasra la medula enella; por otro, es un observador no participanre que se siuia fuera y adopta la acti-rud del extranjero que visita un pais desconocido y sornete a exarnen 1 0 que ve.Por eso, y concluyendo, puede decirse que e l escritor, y en esto se asemeja alsociologo, es, por su actividad, un extrafio parcial del mundo que le rodea y estehiato entre el y el mundo social es 1 0 que rnotiva que pueda lIegar a sentir extra-fiarniento y desarraigo en mayor medida que otras personas. Adernas, la naturale-za de su vocacion hace que el inrelecrual y el artista, habicualmenre ocupados endiscernir el senti do de los acros hurnanos y de la existencia, esten especial mentenecesitados de un universe sirnbolico total que pueda satisfacer su ansia de signifi-cado. No es casual que algunos arristas hayan elaborado un nomos casero, defabricaci6n propia con el que Ilenar el vado de una vida social anornica. Lasmaneras de enfrentar los fen6menos estudiados son, en definitiva, diferentes, perola centralidad y la relevancia que estes cobran en sus vidas y obras son un elernen-[0comun en rodos ellos.

23 Lowv, op. cit., p. 21.

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ABSTRACTThe aim of this paper is to understand why such pathological phenomena as anomy, estran-

gement and homelessness, which have been tackled by classic and modern sociology, are also thecentral subject of many great literary works of the 20th century by the likes of Kafka, Sarrrc,Camus, Roth, T, S, E1iot, Hesse, Lawrence and Musil. The author contends that literary aut-hors, on wricing about this problem, are not only mirroring a "sickness which is generical ly lin-ked to the condition of man in modern society, but that they are also reflecting their own expe:rience in life, The author a

anomia, extrañamiento y desarraigo en la literatura del siglo xx

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