E Pastor Hilmar Ochoa Primer Servicio Guatemala, 12 de marzo del Año De La Revelación

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Juan 4:5-7 (LBA) Llegó , pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José; 6 y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta. 7 Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo : Dame de beber. En esta cita vemos varios aspectos, uno de ellos es que era la hora sexta cuando la samaritana se encuentra con Jesús; fue la hora sexta cuando hubo tinieblas en la Tierra cuando crucificaron a Jesús, hubo tinieblas de la hora sexta hasta la hora novena. En nuestra vida llega la hora sexta, pero es entonces cuando más brillará la luz de Jesús, en medio de los problemas que podamos tener, cuando estemos más sumidos en los problemas, veremos más claramente la mano de Jesús como sucedió con la samaritana; fue en aquel momento cuando ella deja el cántaro porque llegó la luz que nunca había tenido, fue con esa luz que los problemas de la samaritana quedaron al descubierto porque quizá ella los llevaba en el alma y que muchos no los conocían, pero cuando llega Jesús le dice cuál había sido su vida, ella ve entonces que existe una verdadera posibilidad de arreglar su vida. Pero ¿cuál había sido todo su problema?, veamos cuál era el estigma que pesaba sobre su vida: Sicar significa: Intoxicante, licor intensamente alcohólico, bebedor, embriaguez, emborracharse, saciarse con una bebida estimulante, beber en abundancia, ebrio, falsedad. La samaritana vivía en un lugar que había dejado un estigma muy fuerte sobre su vida. Ahora veamos otra cita para tomar ejemplo de lo que puede ser la embriaguez: 1 Samuel 1:14-15 (LBA) Entonces Elí le dijo: ¿Hasta cuándo estarás embriagada? Echa de ti tu vino. 15 Pero Ana respondió y dijo: No, señor mío, soy una mujer angustiada en espíritu; no he bebido vino ni licor, sino que he derramado mi alma delante del SEÑOR. La apariencia de Ana era la de una mujer ebria, la forma como ella derramó su alma al Señor, hizo que el sumo sacerdote pensara que ella estaba bebiendo vino, pero realmente el varón no tuvo el discernimiento necesario para saber qué es lo que estaba sucediendo en aquel momento. Esto lo ponemos como ejemplo porque entonces la embriaguez no es solamente por el alcohol. Isaías 51:20-23 (LBA) Tus hijos han desfallecido, yacen en las esquinas de todas las calles como antílope en la red, llenos del furor del SEÑOR, de la reprensión de tu Dios. 21 Por tanto, oye ahora esto, afligida, que estás ebria, mas no de vino: 22 Así dice tu Señor, el SEÑOR tu Dios, que contiende por su pueblo: He aquí, he quitado de tu mano la copa del vértigo, el cáliz de mi furor, nunca más lo beberás. 23 Lo pondré en las manos de los que te atormentan, que te han dicho: "Póstrate para que pasemos." Y tú pusiste tu espalda como suelo, como calle para los que pasaban. Esta es la aplicación espiritual, Dios hablándole a la Iglesia; eso significa que la Iglesia está afligida como lo vemos en el versículo 21; es una embriaguez pero de aflicción lo cual sucede cuando nos alejamos del Señor, pero llega un momento en el cual Dios nos llama para cambiarnos la copa que

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nos está haciendo que el sufrimiento nos lleve al punto de la embriaguez y que es cuando entoces perdemos el control de nuestra vida. Volviendo a la samaritana, ella notó cuántas veces se había casado, pero porque Jesús se lo había señalado, pudo haber pensado en algún momento que el factor común era ella; tuvo varios maridos y todos la habían dejado porque el problema en común era ella y que necesitaba ser liberada de aquel estigma que la había llevado a una vida desordenada. Juan 4:9-10 (LBA) Entonces la mujer samaritana le dijo : ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos.) 10 Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva. La samaritana había llegado a la conclusión de saber el por qué de sus problemas; se había atribuido el hecho de ser mentirosa, falsa, alcohólica y que todo eso la había llevado a los muchos fracasos en su vida, incluso de estar viviendo en adulterio; pero de pronto cuando se encuentra con Jesús, El le ofrece que cambie su bebida, que deje todo lo que había probado, por el agua viva. Juan 4:13-14 (LBA) Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, 14 pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna. Si en algún momento pudimos haber enfrentado un problema como el de la samaritana, hoy tenemos la oportunidad de un cambio total porque en lugar de ser una fuente espiritual de bebidas que perturban la paz de nuestra vida; Dios la desea cambiar por fuente de agua de vida eterna, ese es el don al cual el Señor nos está llamando, un cambio total a nuestra vida.