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ANÁLISIS CRÍTICO DEL PRINCIPIO DE UNIFORMISMO EN GEOLOGÍA, DESDE LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO DEL FILÓSOFO KARL RAIMUND POPPER Por Jesús Antonio Manrique Bonilla * * Geólogo Magíster en Filosofía. Correo electrónico: [email protected]; [email protected] Resumen Manrique Bonilla, J. A.: Análisis crítico del principio de uniformismo en geología, desde la teoría del conocimiento del filósofo Karl Raimund Popper. Rev. Acad. Colomb. Cienc. 33 (129): 559-573, 2009. ISSN 0370-3908. El uniformismo de James Hutton y Charles Lyell en geología, históricamente se ha considerado una noción confusa y poco creíble científicamente. A la vez, la mayoría de los análisis sobre este principio se sustentan desde un enfoque esencialmente inductivo, lo que, al parecer, es la razón por la que han resultado poco prometedores para su clarificación epistemológica. Sobre la hipótesis de que los problemas epistemológicos de este principio surgen de abordarlo como una generalización inductiva, aquí se intenta una interpretación distinta, basada no sólo en las afirmaciones de sus proponentes, sino también, en las ideas del filósofo K. R. Popper respecto a la insostenibilidad lógica de la inducción. En tal sentido, la aproximación al uniformismo desde el racionalismo crítico es novedosa respecto a las ya existentes. Desde esta visión, su validez, carácter y estatus epistemológico dejarán de ser confusos. Palabras clave: a priori, conjetura, deducción, empírico, epistemología, geología, inducción, metafísico, principio de uniformidad de la naturaleza (PUN), uniformismo. Abstract The uniformitarianism of James Hutton and Charles Lyell in geology have been historically considered as a confuse and few credible notion, scientifically speaking. At the same time, most of the analysis about the uniformitarianism it is base on an essentialy inductive focus, which apparently is the reason why they have result little promising for its epistemological clarification. Concerning the hypothesis that the epistemological issues of the uniformitarianism rise of thinking it like an inductive generalization, here it is attempted a different interpretation, not only based on HISTORIA DE LA CIENCIA

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ANÁLISIS CRÍTICO DEL PRINCIPIODE UNIFORMISMO EN GEOLOGÍA, DESDE

LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO DEL FILÓSOFOKARL RAIMUND POPPER

Por

Jesús Antonio Manrique Bonilla*

* Geólogo Magíster en Filosofía. Correo electrónico: [email protected]; [email protected]

Resumen

Manrique Bonilla, J. A.: Análisis crítico del principio de uniformismo en geología, desde la

teoría del conocimiento del filósofo Karl Raimund Popper. Rev. Acad. Colomb. Cienc. 33 (129):

559-573, 2009. ISSN 0370-3908.

El uniformismo de James Hutton y Charles Lyell en geología, históricamente se ha considerado

una noción confusa y poco creíble científicamente. A la vez, la mayoría de los análisis sobre este

principio se sustentan desde un enfoque esencialmente inductivo, lo que, al parecer, es la razón por

la que han resultado poco prometedores para su clarificación epistemológica. Sobre la hipótesis de

que los problemas epistemológicos de este principio surgen de abordarlo como una generalización

inductiva, aquí se intenta una interpretación distinta, basada no sólo en las afirmaciones de sus

proponentes, sino también, en las ideas del filósofo K. R. Popper respecto a la insostenibilidad

lógica de la inducción. En tal sentido, la aproximación al uniformismo desde el racionalismo crítico

es novedosa respecto a las ya existentes. Desde esta visión, su validez, carácter y estatus

epistemológico dejarán de ser confusos.

Palabras clave: a priori, conjetura, deducción, empírico, epistemología, geología, inducción,

metafísico, principio de uniformidad de la naturaleza (PUN), uniformismo.

Abstract

The uniformitarianism of James Hutton and Charles Lyell in geology have been historically

considered as a confuse and few credible notion, scientifically speaking. At the same time, most of

the analysis about the uniformitarianism it is base on an essentialy inductive focus, which apparently

is the reason why they have result little promising for its epistemological clarification. Concerning

the hypothesis that the epistemological issues of the uniformitarianism rise of thinking it like an

inductive generalization, here it is attempted a different interpretation, not only based on

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affirmations of its proposers but also in the ideas of the philosopher K. R. Popper about the

logical unsustained of the induction. In that way, the approximation to the uniformitarianism since

the critical rationalism is a novelty proposal to the already existent. From this vision, its validity,

character and epistemological status will stop being confused.

Key words: a priori, conjecture, deduction, empirical, epistemology, geology, induction,

metaphysics, principle of uniformity of nature (PUN), unformitarianism.

empírica, el carácter científico del principio de uniformidadde la naturaleza y del uniformismo queda sin piso, y porsupuesto la posibilidad de que se pueda justificar cual-quier teoría o explicación científica que de ellos se derive.Esta propuesta es epistemológicamente problemática, nosólo por su injustificabilidad lógica, sino también por cier-to sacrificio del empirismo pues el deseo de defender has-ta el final la postura inductiva conduce a otorgar validez apriori al uniformismo (como ocurre, finalmente, con la mis-ma inducción), en razón de las dificultades para sacaradelante una justificación genuinamente empírica o paraestablecer la verdad del uniformismo mediante recursosindependientes.

En este trabajo se defiende la hipótesis según la cual lamayoría de los problemas epistemológicos del uniformismoprovienen de interpretarlo como una inferencia inductiva.Se pretende mostrar que esta interpretación es la principalfuente de confusiones al respecto. El objetivo es desarro-llar una interpretación no inductivista de este principio,teniendo en cuenta afirmaciones de sus mismos propo-nentes y argumentando desde las ideas del filósofo K. R.Popper la insostenibilidad lógica de la inducción y portanto la de cualquier lectura del uniformismo desde esaperspectiva. Si esta tesis es correcta, será posible apelar aevidencia textual y análisis que permitan mostrar por qué,aunque algunos de sus proponentes expresaran que el PUNera inductivo, dicho principio en realidad no es más queuna conjetura, como corresponde en la epistemología dePopper a un principio metafísico.

Popper, sobre la tesis de que todo conocimiento esconjetural, anula la necesidad de que éste se tenga quejustificar, disuelve el problema de la inducción y le devuel-ve al empirismo un papel en el desarrollo del conocimientocientífico, que no es el de originarlo ni el de fundamentar-lo. Desde esta visión el PUN deja de ser inductivo y sobreel argumento de que es una aserción imposible de refutarempíricamente, plantea que éste principio es a priori ymetafísico. En ese marco lo asume como una conjetura ohipótesis metafísica de trabajo, que les sirve a los científi-cos en su búsqueda de leyes. Al ser una conjetura no ne-cesita ser justificada, y por ser metafísica no puede ser

1. Introducción

En 1780 se sabía muy poco de los procesos que condi-cionaban la dinámica terrestre. La asunción por parte deJames Hutton y Charles Lyell del principio de uniformidadde la naturaleza (PUN) como punto de partida metodológicopara la interpretación de los fenómenos geológicos(uniformismo), junto con algunos modelos explicativossobre éstos, dieron lugar al primer esquema teórico quepermitió, en gran medida el desarrollo científico de la geo-logía por más de siglo y medio. A pesar de que Hutton yLyell usaron el PUN esencialmente como una conjeturapara explicar racionalmente la dinámica terrestre, insistie-ron en considerarlo una conclusión inductiva, cosa quetambién hicieron la mayoría de sus seguidores y críticos,dando origen desde el comienzo a una confusiónepistemológica. Por otra parte, los autores también em-plearon este principio para referirse a procesos o para ha-cer afirmaciones sustantivas sobre el mundo, introduciendode este modo un uso diferente al estrictamente meto-dológico, que se utiliza para el logro de inferencias cientí-ficas. Semejante polisemia aumentó la dosis de confusiónsobre la naturaleza epistemológica de este principio. Porrazones como estas y a pesar de su gran poder heurístico,lo que se conoce como uniformismo se ha consideradouna noción confusa y poco creíble como principio científi-co. Sin embargo, a pesar de de sus limitaciones meto-dológicas, el uniformismo ha sido fundamental en lareconstrucción de la historia de la tierra y en la evoluciónde la geología como ciencia, asunto que en términos prác-ticos demanda una buena comprensión epistemológica desus implicaciones.

La visión inductivista del uniformismo en general esaceptada como cierta. Se cree que este principio es unainferencia obtenida a través de la experiencia repetida demuchos casos, los cuales además la justifican como verda-dera, permitiéndole ser la base de las conclusiones oexplicaciones geológicas. Por ser el número de casosjustificadores siempre limitado, se necesita otro principiopara justificarlo, el cual a la vez debe ser justificado, y asíad infinitum. Dado que esta situación es insostenible des-de el punto de vista lógico y racional para la ciencia

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refutada fácticamente. Además, toda explicación científicafáctica basada en el uniformismo tendría también carácterconjetural, por lo que en principio no necesitaría ser justi-ficada. No obstante por su carácter fáctico podrá ser refu-tada o corroborada por los hechos, mas nunca verificadapor ellos.

Como se hará evidente al lector, la mayoría de los aná-lisis del uniformismo se han hecho históricamente desdeun enfoque inductivo, lo que en opinión del autor, es larazón por la que han resultado poco prometedores para suclarificación epistemológica. En tal sentido, la aproxima-ción al uniformismo desde un punto de vista no inductivopropio del racionalismo crítico, es una propuesta novedosarespecto a las ya existentes. A partir de esta visión se veráque algunos de sus problemas epistemológicos resultansólo aparentes, mientras otros encuentran una soluciónsencilla y al final, su significado, validez y estatus comométodo de inferencia científica dejan de ser confusos.

De otro lado es importante decir que la geología es unaciencia descuidada por la filosofía. Al contrario de por ejem-plo la física o la biología es difícil encontrar un tratado defilosofía de la geología. Al respecto vale la pena resaltarlos esfuerzos de la Sociedad Geológica Americana y laSociedad Geológica de Londres. En la filosofía de la geolo-gía, quizá el principio del Uniformismo es el aspecto másdiscutido, dada su importancia en el desarrollo de estaciencia, pero sobre todo debido a la ambigüedad y confu-sión epistemológica que lo caracterizan. En la literatura seencuentran algunas ligeras referencias a la teoría del co-nocimiento del filósofo K. R. Popper para abordar aspec-tos epistemológicos del Uniformismo, pero en ningún casose observa una aplicación tan específica de la filosofía dePopper al entendimiento epistemológico de este principiocomo el planteado en este trabajo, por lo que esta pro-puesta es totalmente novedosa en su visión y aportes a laclarificación del Uniformismo en particular y al desarrollode la filosofía de la geología en general.

2. El problema de la inducción

Casi siempre se ha creído que el método de investiga-ción en la ciencia empírica es inductivo, es decir, que laciencia procede de las observaciones a las conclusiones oen otras palabras, cuando se obtiene una generalizacióncientífica (por ejemplo una teoría o una hipótesis) se supo-ne que ésta sale de un número finito de observaciones. Enestos casos se dice que se ha hecho una inferenciainductiva: una inferencia de lo observado (un grupo decasos) a lo no observado (todos los demás casos), o loque es lo mismo, de lo particular a lo general, hasta lo

universal (inferencia ampliativa). Pero esto origina dificul-tades, pues un grupo finito de observaciones hacen creí-ble la conclusión pero no la hacen necesaria, lo cual no esaceptable desde el punto de vista lógico. Esto hace quelos inductivistas se preocupen por encontrar una manerade “fundamentar o justificar” las generalizaciones científi-cas. Como dice Popper (1996: 27): “La cuestión sobre cómoestablecer la verdad de lo enunciados universales (hipóte-sis y teoría científicas) basados en la experiencia se cono-ce como el problema de la inducción.”

David Hume fue el primero en exponer tal dificultad. Élconcluyó que las inferencias inductivas no se pueden jus-tificar desde el punto de vista racional, lo que permite con-cluir que la inducción es inválida (Popper en Miller, 1995:

116 y 121). Según el análisis de Hume, quien insista endefender el carácter inductivo de la ciencia, quedará atra-pado en el dilema de considerar esta realización humanacomo imposible o declarar que el conocimiento científicoes irracional (Popper en Miller, 1995: 121).

La principal solución planteada por los inductivistas aeste problema, considera que hay un principio de induc-ción que expresa algo como: “a partir de una cierta eviden-cia podemos sacar conclusiones que van más allá de ella”.Este principio contiene implícitamente la creencia de queel futuro será como el pasado (Estany, 1993: 169), es de-cir, presupone la uniformidad de la naturaleza. Como elprincipio de inducción para los inductivistas es empírico yel principio de uniformidad de la naturaleza (PUN) estáimplícito en él, entonces al justificar el primero quedaríajustificado el segundo. Según Martínez (1980) losinductivistas asumen el principio de inducción como unapremisa muy general, que supuestamente garantiza quehay leyes naturales cuya verdad nos consta; así se puedereducir la verdad de las leyes científicas a la verdad deciertos enunciados singulares, los cuales por experienciasabemos que son verdaderos. Por tanto, el procedimientoinductivo sería una subclase de los razonamientosdeductivos, pero una vez se pregunta sobre su naturalezay origen inmediatamente surgen problemas. Al respecto,según Martínez (1980: 96), hay tres posibles respuestas:

• El principio de inducción es analítico: Las leyes uni-versales deducidas lógicamente de éste serán verda-des absolutas, tautologías (porque al ser analíticasprescinden de la experiencia), que dicen muy poco onada de la realidad, aunque se cumplan en todos losmundos posibles.

• El principio de inducción es sintético a posteriori:Afirma algo del mundo real, pero su validez vendríagarantizada por los datos experimentales, lo cual lle-

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varía de nuevo al problema de justificar las generali-zaciones inductivas que es lo que se quiere solucio-nar. En los argumentos demostrativos las premisasfundan la verdad de la conclusión, pero en este casoel mismo razonamiento no es capaz de demostrar laverdad de sus propias premisas, lo cual se tendría quehacer mediante otro razonamiento y éste a la vezmediante otro y así hasta el infinito.

• El principio de inducción es sintético a priori: Afir-ma algo del mundo real pero no es experimental. Estaes la propuesta de Kant quien consideraba también lavalidez a priori de este tipo de principios.

Como afirma Popper (1996: 237), dado que la primeraopción es inaceptable, porque no dice nada de la realidad,la aceptación de la inducción nos enfrenta al dilema deescoger entre una regresión al infinito o el apriorismo.

2.1. Solución de K. R. Popper al problema de la

inducción

Sobre la hipótesis de que los problemas episte-mológicos del uniformismo se originan esencialmente encreer que este es un principio empírico e inductivo, con-viene buscar su clarificación en enfoques epistemológicosalternativos, como los que se encuentran en la filosofíapopperiana, los cuales permiten sustentar una lectura di-ferente del PUN y por tanto del uniformismo.

Popper de plano rechaza la inducción por su injus-tificabilidad lógica. En Miller (1995) se lee que este filó-sofo plantea que el problema lógico de la inducción surgede: 1) el descubrimiento de Hume, de que es imposiblejustificar una ley mediante la observación o la experimen-tación, ya que “trasciende la experimentación”; 2) el he-cho de que la ciencia propone y utiliza leyes “por todaspartes y todo el tiempo”; 3) el principio del empirismo, queasevera que en la ciencia sólo la observación y la experi-mentación pueden decidir sobre la aceptación o el rechazode los enunciados científicos, incluyendo las leyes y lasteorías.

Ahora bien, estos tres puntos a primera vista chocanunos con otros y ese choque aparente origina el problemalógico de la inducción. Popper considera que los tres pun-tos expresados arriba no se oponen entre sí. Esto se en-tiende si se advierte que la aceptación de una teoría porparte de la ciencia es sólo tentativa, lo cual equivale adecir que todas las leyes y teorías son conjeturas o hipó-tesis tentativas; por tanto no se necesita fundamentar ojustificar su verdad, pero si es posible rechazarlas a la luzde nuevas evidencias.

Como una teoría es tentativa y su aceptación o rechazolo deciden la observación y la experimentación a partir deduras pruebas a las que debe ser sometida, entonces elempirismo logra mantenerse plenamente. Queda claro queuna teoría nunca se infiere en ningún sentido de la obser-vación o evidencia empírica. No existe la inducción de nin-gún tipo, por tanto no hay necesidad de justificar lassupuestas inferencias inductivas. Sólo la falsedad de unateoría puede inferirse de la evidencia empírica, y esta infe-rencia es puramente deductiva. En resumen, de la observa-ción no es posible inferir la verdad de una teoría pero sí sufalsedad. Aceptar tal resultado aclara la relación entre teo-rías y observación (Popper en Miller, 1995: 114 y 115).

3. El Principio de Uniformidad de la Naturaleza (PUN)

según Popper

Con el argumento de que el PUN es una aserción impo-sible de refutar empíricamente, Popper lo reduce a una con-jetura metafísica a priori (pero no válida a priori, comocreía Kant), que desempeña un papel metodológico en labúsqueda de leyes naturales, sin afirmar si en el mundohay o no regularidades estrictas: “El futuro será en partesemejante al pasado y en parte en modo alguno, semejanteal pasado” (Popper, 1994: 194). En el marco de esta res-puesta, Popper asume que “La finalidad de la ciencia es labúsqueda de leyes universales y de un sistema teóricocoherente, desde el que se pueda explicar cualquier tipode eventos” (Popper, 1996: 229). Buscar leyes en el mun-do, implica suponer que en éste hay regularidades. Peroafirmar enfáticamente que el mundo presenta regularida-des, es una generalización metafísica dogmática, insoste-nible desde el punto de vista lógico. Para superar esteproblema, Popper asume que la búsqueda de leyes natura-les implica de parte de los científicos una fe metafísica enla existencia de regularidades en el mundo; y expresa quecomparte totalmente esa fe, porque sin ello es difícil con-cebir la actuación práctica (Popper, 1996: 235). Por tanto,la fe metafísica del científico en la uniformidad de la natu-raleza le permite buscar leyes sin recurrir a enunciadosespeculativos y dogmáticos sobre el mundo. Se trata deuna fe metafísica que no es enunciativa (no afirma la exis-tencia de regularidades) sino propositiva (las busca). ParaPopper el PUN no es un principio empírico basado en lalógica inductiva, pues apelar en la búsqueda de explica-ciones científicas (leyes) a una lógica que nadie ha podidocaracterizar debidamente, nos llevaría, como ya se mostró,a una regresión al infinito o al apriorismo.

Pero Popper no se queda allí. Él plantea que meto-dológicamente, cada vez que se logra un sistema nuevo dehipótesis, éste debe explicar las regularidades ya conoci-

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das; esta regla, dice, contiene el principio de uniformidadde la naturaleza. Por ejemplo, si una regularidad cotidianade repente no ocurriera (digamos que el sol no saliera ma-ñana), las teorías científicas que se propusieran para expli-carlo, tendrían que ser capaces de explicar no sólo estehecho nuevo, sino todos los hechos conocidos anterior-mente. Desde este punto de vista se puede ver que el PUN(el cual expresa que en el mundo hay regularidades) puedeser reemplazado o reducido al postulado de la “invarianciaen el tiempo y en el espacio de las leyes naturales”. Portanto se debe entender que las regularidades que se ob-servan en un momento dado en el mundo pueden cambiar,pero asumimos que es parte de nuestra definición de lasleyes naturales postular que éstas son invariantes en elespacio y el tiempo; lo cual desde el punto de vistametodológico no afirma nada categórico sobre el mundo,sólo estipula una característica que es parte de nuestradefinición de ley natural (Popper, 1996: 236).

De esta manera se reduce el principio de uniformidadde la naturaleza al postulado de la invariancia de las leyesnaturales en el tiempo y el espacio. Queda claro que cual-quier regularidad observable puede cambiar, por lo que nose debe asumir ninguna como un juicio metodológico paraexplicar el mundo (como las regularidades transitorias queinvolucra la uniformidad de procesos), pero las leyes na-turales por definición y por método si se pueden asumircomo invariantes; con ello no se afirma nada categóricodel mundo, pues esta afirmación solo se refiere a una ca-racterística epistemológica de ellas.

Por las razones anteriores, sugiero que la idea de launiformidad de la naturaleza, usada por Hutton y Lyell comoprincipio de inferencia para explicar la dinámica terrestre,se plantee como el postulado metodológico de “uniformi-dad o invariancia de las leyes en el tiempo y el espacio”.Este planteamiento, anula de un lado la posibilidad de apli-car el PUN con más de un sentido de uniformidad y delotro, le devuelve al empirismo su función ya que las expli-caciones que de él se derivan se refieren al mundo y portanto pueden ser corroboradas o rechazadas por los he-chos. Cualquier otra manera de aplicar este recurso,limitándolo a procesos, estados o ritmos, conlleva un usodeflacionario de la noción de uniformidad.

4. Visión Inductivista del PUN y su aplicación en

Geología (El Uniformismo)

Proponentes e intérpretes del PUN parecen considerarque éste es de naturaleza fundamentalmente inductiva y

que en consecuencia, las inferencias que se basan en suaplicación comparten tal estatus. Apelando a la evidenciatextual y al análisis se mostrará por qué, aunque sus pro-ponentes expresaron que el PUN era inductivo, éste essólo una conjetura que corresponde, en la epistemologíade Popper, a un principio metafísico. Se abordará este pro-blema, comenzando por los textos que apoyan el induc-tivismo, para concluir con la tesis contraria que ya se haanunciado.

4.1. Ejemplos de expresiones inductivistas en Hutton

y Lyell

En varias ocasiones Hutton argumenta su propuestaasí como sus métodos de análisis desde una visióninductivista. Por ejemplo, al referirse al entendimiento ge-neral de la tierra afirma:

Si buscando este objeto empleamos nuestra habili-dad en la investigación, no haciendo vanas conjetu-ras; y si se han de encontrar datos sobre los cuales laCiencia puede formular conclusiones adecuadas, nopermaneceremos mucho tiempo en la ignorancia conrespecto a la historia natural de esta tierra… (Hutton,1785: 4).

Hutton rechaza el método deductivo de la conjetura ymuestra como camino, la consecución de datos para ex-traer las conclusiones científicas, es decir, aconseja seguirel método inductivo para clarificar la historia natural de latierra. Posteriormente expresa: “Si examinamos las cosasactuales, tenemos datos a partir de los cuales podemosrazonar sobre lo que fue, y a partir de lo que ya fue, tene-mos datos para sacar conclusiones sobre lo que ocurriráaquí más adelante”. Y luego dice: “En lo que sigue, portanto, examinamos la construcción de la tierra presentepara entender las operaciones de la naturaleza en épocaspasadas, y así adquirir principios con los que podemosconcluir respecto al futuro curso de las cosas...” (Hutton,

1785: 6).1 Obsérvese que la segunda parte de cada afir-mación tiene un tono claramente inductivo, el autor asumeque se pueden lograr conclusiones sobre el futuro y sobreel pasado, sólo a partir de observaciones en el presente,que fungen como el punto de partida de ciertas generaliza-ciones. Refiriéndose a la conexión causa-efecto dice:

Pero si siempre fuera necesario ver esta conexión in-mediata, para reconocer en el efecto la operación deuna fuerza la cual en el presente está extinguida, per-deríamos los beneficios de la ciencia o principiosgenerales, desde donde los particulares pueden ser

1 Hutton con “las apariencias” se refiere a los fenómenos.

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deducidos, y no seríamos capaces de razonar mejorque el bruto. Razonando a partir de las apariencias,las cuales son particulares, debemos ser cuidadososde la manera como generalizamos; debemos ser cau-tos de no atribuir a la naturaleza leyes que puedan sersólo de nuestra propia invención (Hutton, 1785: 38).

Hutton, tal vez en la línea argumentativa de Newton,sugiere que es posible remontarse de los efectos a las cau-sas, aplicando un supuesto método inductivo que permitealcanzar principios generales (leyes), a partir de los cualesse haría deducción. Luego continúa argumentando con unrazonamiento inductivista.

Como Hutton, Lyell hace afirmaciones inductivistaspara explicar la dinámica terrestre. Por ejemplo, al referirsea las interpretaciones de los primeros observadores diceque en la medida en que aumentan las observaciones selogran interpretaciones más acertadas, lo que a la vez per-mite inducir la uniformidad de los eventos físicos (Lyell,

1830: vol. I, cap. V, pag. 75). Lyell, en una actitud clara-mente inductivista basa el grado de acierto de las interpre-taciones en el mayor número de datos y plantea launiformidad de los eventos físicos como algo inducido.

Al objetar el cambio sucesivo de los seres vivos a tra-vés del tiempo y el origen del hombre por este procesoLyell expresa:

Debemos guiarnos por las mismas reglas de la induc-ción como cuando especulamos sobre el estado deAmérica en el intervalo que transcurrió entre el pe-ríodo de la introducción del hombre en Asia, la cunade nuestra raza, y el del arribo de los primeros aven-tureros a las costas del Nuevo Mundo (Lyell, 1830:vol. I, cap. IX, pág. 158).

Hace una clara invitación a la inducción; que inclusivepropone extender al ámbito de la especulación teórica. Loanterior sugiere que Lyell no tiene claro cuándo se estáhaciendo uso del método deductivo (tras las conjeturasdel caso) en el análisis de un asunto, y cuándo se aplica elsupuesto principio de inducción. Posteriormente afirma:

Pero si en vez de invertir el orden natural de indaga-ción, procedemos en nuestra investigación cautelo-samente, desde lo conocido a lo desconocido, y em-pezamos estudiando los periodos más modernos dela historia de la tierra, luego intentamos descifrar losmonumentos de cambios más antiguos, así nuncapodemos perder de vista la analogía, como para te-mer que hemos arribado a un nuevo sistema, gober-nado por leyes físicas diferentes (Lyell, 1830: vol. I,cap. IX, pág. 160).

Desde lo conocido se infiere lo desconocido, presu-puesto inductivo sugerido por Lyell para inferir el pasadocomo alternativa a la actitud especulativa de otros. Lyell

(1830: vol. I, cap. IX, pág. 164) hace la declaracióninductivista más nítida cuando aborda el problema de laconfianza que se debe tener en la permanencia de las leyesnaturales:

Su inmutable constancia sólo puede permitirnos ra-zonar desde la analogía, por las estrictas reglas de lainducción, respecto a eventos de épocas anteriores, ocomparando el estado de las cosas en dos épocasgeológicas distintas, para llegar al conocimiento deprincipios generales en el funcionamiento de nuestrosistema terrestre.

La inmutabilidad de las leyes es la clave para hacerinferencias inductivas sobre el pasado o el futuro terres-tre, a partir de las observaciones del presente. Pero el ar-gumento, al menos como lo presenta Lyell, parece sercircular, pues la inmutabilidad de las leyes permite hacerinferencias inductivas y éstas a su vez permiten llegar alconocimiento de principios generales, es decir de las leyes.

Como se ve, Hutton y Lyell se declaran inductivistas ypartidarios de aplicar de manera constante un principio deinducción que permita obtener reglas generales (leyes)acerca del funcionamiento del sistema terrestre.

4.2. Ejemplos de expresiones inductivistas de

algunos lectores y críticos

Teniendo en cuenta la popularidad de la visióninductivista de la ciencia por los éxitos de la física deNewton, no sorprende que la mayoría de lectores y críti-cos del uniformismo de Hutton y Lyell sean inductivistas.Por tanto, es normal que ellos consideren el uniformismouna generalización inductiva y las conclusiones derivadasde él como el resultado de la toma de innumerables obser-vaciones de campo o de laboratorio. Se exponen a conti-nuación afirmaciones de varios intérpretes, algunos deellos autores de textos de geología básica, que se refierena Hutton y Lyell como investigadores de corte claramenteinductivista.

A. Geikie (1905 en Gould, 1992: 86) sobre Huttonafirma: “En toda la doctrina, Hutton se cuidó de admitircualquier principio que no pudiera ser encontrado pormedio de la observación”. Parece que para Geikie la con-secución de principios sólo puede hacerse mediante laobservación. Si es así, tanto el sistema teórico como lasexplicaciones del sistema terrestre que nos legó Huttonserían inductivos.

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W. D. Thornbury (1960: 7) expresa sobre Hutton queél “proyectó tanto al pasado como al futuro los resultadosde los procesos que observó en acción”. De nuevo, unaapreciación inductivista. Según Thornbury, Hutton hizoinferencias sobre el pasado y sobre el futuro a partir de unpuñado de observaciones. En su visión está la esencia dela aplicación del principio de uniformidad en geología(uniformismo) como lo entienden los inductivistas.

M. K. Hubbert (1967: 29) en su discusión sobre el gra-do de validez del principio de uniformidad, refiriéndose auna expresión muy repetida por Lyell, afirma:

Este primer postulado del principio de uniformidad,que determina que las leyes de la naturaleza son inva-riables en el tiempo, no es sólo aplicable a la geolo-gía, sino que es un común denominador para la cien-cia. En efecto, en lugar de ser una asunción o unahipótesis ad hoc es simplemente un resumen sucintode la totalidad de las evidencias observacionales yexperimentales.

En otras palabras, Hubbert piensa que es a partir delas observaciones que se ha concluido que las leyes de lanaturaleza son invariables, y por tanto, que el principiosobre la uniformidad de las leyes es una conclusión empí-rica e inductiva.

A. Holmes (1980: 32, 75 y 103) al elogiar la obra deHutton dice: “Él se dio cuenta con la claridad de un genioque la historia del pasado de nuestro globo se debe expli-car por lo que se ve que está ocurriendo hoy”. Un pocomás adelante agrega: “insistió en que las vías y significa-do de la naturaleza sólo podrían descubrirse por observa-ción.” Al decir que el pasado se debe explicar por lo que seve que está ocurriendo hoy y que la naturaleza sólo sedescubre por la observación, Holmes asume que Huttonen sus explicaciones siguió el método inductivo. No obs-tante lo anterior Holmes (página 75) afirma: “Hutton, cre-yendo que el granito debía ser la causa de la formación decordilleras montañosas, intentó confirmar o desechar éstahipótesis. En 1789 examinó los afloramientos de granitodel norte de Glenn Tilt (...)”, luego relata las observacio-nes que hizo Hutton al respecto y que confirmaron sucreencia. A partir de esta afirmación se puede pensar queHutton no fue inductivista, sino deductivista; no infiriósus teorías de las observaciones, sino que las propuso amanera de hipótesis y con la evidencia empírica intentó

establecer2 su verdad o falsedad, a partir de lo cual lasrechazaba o aceptaba. La plausibilidad de esta interpreta-ción va en contravía de las anteriores afirmaciones del pro-fesor Holmes, y vislumbra un poco la ilusión perceptivaque le da origen a la inducción y a la creencia de que éstaes la fuente del conocimiento científico.

Tarbuck & Lutgens (1999: 2 y 3) refiriéndose al ori-gen de la geología moderna señalan:

(…) Hutton estableció un principio que acabó porconocerse como la doctrina del uniformismo. Eluniformismo es un principio fundamental de la geo-logía moderna. Establece simplemente que las leyesfísicas, químicas y biológicas que actúan hoy, lohan hecho también en el pasado geológico. Estosignifica que las fuerzas y los procesos que en laactualidad observamos que dan forma a nuestro pla-neta actuaron también en el pasado. Por tanto, paracomprender las rocas antiguas, debemos entenderprimero los procesos petrogénicos y sus resultadosen la actualidad.

Los autores dan una definición del uniformismo acordeal postulado de la invariancia de las leyes naturales, locual no tiene problemas epistemológicos. Pero luego redu-cen este postulado al enunciado actualista; es decir, pre-tenden llegar a la invariancia de los procesos y fuerzasgeológicas a partir de la invariancia de las leyes. ElActualismo como se verá, es una afirmación fáctica ya re-futada, mientras el Uniformismo es una presunción metafí-sica que no dice nada sustantivo sobre el mundo, por tantono puede ser reducida a afirmaciones fácticas.

Un filósofo que se ocupa del principio de uniformidady su uso en geología es Nelson Goodman, quien en suensayo “Uniformity and Simplicity” (1967), examina lo queconsidera el carácter ambiguo, confuso y la insos-tenibilidad fáctica de dicho principio. Propone como pri-mer paso hacia la clarificación del PUN su conversión enun principio de simplicidad. Al plantear la insostenibilidadfáctica del principio de uniformidad, lo asume implícita-mente como un principio empírico e inductivo. Si lo dichoes correcto, este hecho es razón suficiente para dudar desus conclusiones. No obstante, también es posible contraargumentar a Goodman (páginas 93 y 94) desde otros as-pectos. Él comienza presentando las maneras como consi-dera se entiende el PUN, a saber:

2 En sentido estricto no es posible “establecer” la verdad de una hipótesis apelando a ninguna cantidad de evidencia empírica, pero comoestamos examinando la plausibilidad de una lectura no inductivista del principio de uniformidad, y Hutton no era precisamente unpopperiano, podemos tomarnos ciertas libertades de redacción para contextuar mejor el problema.

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• Como una creencia indispensable acerca del mundo,con la que se asume la negación de cualquier cambiodrástico o súbito.

• Como una afirmación que considera que cualquiercambio por violento que sea, siempre es el resultadode procesos subyacentes y graduales.

• Como una afirmación sobre la constancia de las leyes.

Luego de refutar estas visiones de uniformidad con-cluye: “la uniformidad requerida no está en las actividadesde la naturaleza sino en nuestra explicación de ellas”(Goodman, 1967: 94). El problema de esta afirmación es sunotable tono instrumentalista y anti-realista. Por otra par-te, si se trata de identificar la uniformidad como un compo-nente del mundo físico o del espacio lógico, la conclusiónde Goodman tampoco parece ser correcta. Incluso se pue-de pensar que la uniformidad no está en ninguna parte, nien el mundo ni en nuestras explicaciones de él. No está enel mundo porque lo que el principio implica es una suposi-ción sobre la naturaleza de las leyes físicas, útil para laciencia; y no está en las explicaciones, porque se puededecir que éstas son precisamente las que sugieren que launiformidad es una posibilidad que nos permite entendermejor el estado de cosas. La afirmación de Goodmanrefuerza la creencia en el carácter empírico que losinductivistas dan a la uniformidad, cuando el problema ra-dica precisamente en que el PUN no puede ser explicado ojustificado inductivamente, porque la inducción no es jus-tificable lógicamente, ni sus métodos capaces de estable-cer conclusiones ciertas. Por tanto, aquí se considera queel análisis de Goodman en los anteriores aspectos (la creen-cia de que la uniformidad forma parte integral de nuestrasexplicaciones y la idea de reducir la uniformidad al princi-pio de simplicidad) es equivocado. Por esta razón, se con-jetura que la clarificación de la naturaleza epistemológicadel PUN no empieza cuando se le reduce al principio desimplicidad, sino cuando se asume (en la línea de Popper)que todo conocimiento científico es tentativo; suposiciónque aunada al rechazo de la inducción nos ayuda a enten-der mejor las razones por las que el PUN (desde el puntode vista ontológico) no puede ser inductivo ni empírico,sino sólo una suposición metafísica útil para la ciencia.

5. Visión no inductivista del PUN y su aplicación en

geología (El uniformismo)

A continuación se muestra evidencia textual de que,pese a sus repetidas expresiones, Hutton y Lyell eranconcientes de que utilizaban el PUN más como una conje-tura o hipótesis de trabajo que como una generalización

inductiva y de que su argumentación no es inductiva apesar de que así lo afirmen.

5.1. Ejemplos de Expresiones no inductivista del PUN

en Hutton y Lyell

Hutton constantemente apela al PUN como una conje-tura que metodológicamente se puede usar para explicar ladinámica terrestre. Sin embargo, hay cierta tensión entreeste uso conjetural del principio y sus continuas adver-tencias contra la idea de acudir a conjeturas para tratar deexplicar el mundo. Esta tensión puede resolverse si inter-pretamos la advertencia de Hutton contra las “conjeturasvanas” como una advertencia en contra de las especula-ciones infundadas, por contraste con las conjeturas quetienen algún tipo de relación con los hechos, y que a él leparecen instancias legítimas de inducción. El punto es queresulta posible interpretar estas últimas en el sentido delas conjeturas popperianas, es decir, como conjeturas quehacemos con la intención de ponerlas a prueba contra loshechos y ajustar nuestras explicaciones de conformidad.Hutton argumenta la necesidad de suponer la uniformidadde la naturaleza, por ejemplo, luego de encomiar los proce-dimientos inductivos afirma:

Por consiguiente, partiendo de la suposición de quelas operaciones de la naturaleza son uniformes y cons-tantes, encontramos en las apariencias naturales me-dios para concluir que transcurrió necesariamente unacierta porción de tiempo en la producción de aque-llos acontecimientos de los que hoy vemos sus efec-tos (Hutton, 1785: 6).

Es perfectamente posible interpretar la expresión encursiva como indicadora del carácter conjetural que le atri-buye al principio de uniformidad y su valor para lograrciertas conclusiones, en este caso, la de hacer evidente eltranscurrir del tiempo en los procesos geológicos. Al refe-rirse a las operaciones de consolidación de los estratosHutton dice:

(…) habría cierta uniformidad observable en los efec-tos y habría leyes generales por las cuales estas ope-raciones deben haber sido conducidas. Además co-nociendo estas leyes generales y haciendo observa-ciones apropiadas con respecto a las apariencias na-turales de esas masas consolidadas, un filósofo en suestudio, podría ser capaz de determinar qué puede yqué no puede haber sucedido en las entrañas de latierra…(Hutton, 1785: 11).

En la primera parte del texto, Hutton hace una suposi-ción explícita sobre la uniformidad en los efectos y unasuposición implícita sobre la existencia de leyes genera-

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les. En la segunda parte, en términos generales esboza elmétodo deductivo y le otorga una apropiada función a laobservación, al ponerla como juez de las conclusionesque se hagan sobre la dinámica terrestre. En otro frag-mento se lee:

Hemos representado el sistema de la tierra como siéste procediera con cierta regularidad, la cual, talvez no está en la naturaleza, pero la cual es necesariapara nuestra clara concepción del sistema natural. Elsistema de la naturaleza está ciertamente en regla,aunque ahora podemos saber cada circunstancia desu regulación. Por tanto, estamos bajo la necesidadde hacer suposiciones regulares, para llegar a ciertasconclusiones, las cuales pueden ser comparadas conel actual estado de las cosas (Hutton, 1785: 54).

En la primera frase, Hutton expresa claramente que sumétodo se basa en la suposición de la uniformidad de lanaturaleza, y afirma que esta premisa es necesaria paraentender el mundo. No cae en afirmaciones categóricas odogmáticas acerca de si el mundo contiene regularidades.La última parte de la cita es especialmente importante, por-que en ella claramente traza el método deductivista queaplica en su teoría de la tierra. Veamos: Primero dice que esnecesario suponer la regularidad de la naturaleza, plantea-miento que podemos interpretar como la expresión de unaposición conjetural de tipo metodológico, expresada enuna fe metafísica que permite la búsqueda de leyes. Luegodeclara que estas “suposiciones” se necesitan para “llegara ciertas conclusiones”, lo cual es lo mismo que decir quela conjetura puede generar otras conjeturas más arriesga-das (ciertas generalizaciones o leyes naturales). Finalmenteafirma que estas generalizaciones pueden ser contrastadascon los hechos.

Creo que aquí está sintetizada de manera nítida unaanticipación a las ideas sobre la dinámica de la investiga-ción científica que propone Popper: la de hacer conjeturassobre el mundo y luego tratar de refutarlas al contrastarlascon los hechos y la experimentación, todo sobre la suposi-ción de que la naturaleza es uniforme. Luego de declararque la destrucción de un continente y la formación de otroes un fenómeno paulatino o progresivo Hutton afirma:

En el logro de un cierto fin, no estamos limitando lanaturaleza con la uniformidad de una progresión cons-tante; aunque es necesario en nuestros cálculos pro-ceder sobre igualdades (Hutton, 1785: 55).

Con la frase “el logro de un cierto fin” Hutton se refiereal intento de explicar la dinámica terrestre, y con la expre-sión “no estamos limitando la naturaleza (…)” deja entre-

ver que para él, en este intento, la uniformidad no es nece-sariamente un hecho, sino más bien una suposición. Lue-go Hutton es explícito en mostrar que la necesidad deproceder sobre igualdades es metodológicamentenecesaria.

Lo expuesto revela la verdadera naturaleza episte-mológica de los argumentos de Hutton en su obra “Teoría

de la Tierra”. Como para ello fue fundamental la idea de launiformidad de la naturaleza, y dado que ésta se ha consi-derado una inferencia inductiva, incluso por Hutton, es-tos ejemplos y los análisis presentados en este artículocontribuyen a revelar la confusión que afecta la naturalezaepistemológica del uniformismo desde sus orígenes. Esrazonable defender una interpretación como la que se pro-pone aquí, según la cual Hutton usó el PUN como unaconjetura metodológica para hacer inferencias deductivassobre la dinámica terrestre. No sobra aclarar, que es másfácil encontrar en su obra ejemplos numerosos y claros dedeductivismo, lo cual resulta dañino para la interpretacióntradicional que ve a Hutton como un científico inductivista.

Al igual que Hutton, Lyell trató con frecuencia elprincipio de uniformidad como una conjetura meto-dológicamente necesaria para explicar el sistema terrestrey no como el resultado de una generalización inductiva.Por ejemplo, refiriéndose a los huttonianos dice:

Si ellos se esforzaron explicando el origen de ciertasrocas ígneas, o explicando las fuerzas que elevaroncolinas o excavaron valles, o las causas que llevarona la extinción de ciertas razas de animales, fue porqueprimero presupusieron un original y similar orden dela naturaleza.

Y luego señala:

Los huttonianos fueron concientes de que sin com-probación podrían inclinarse demasiado hacia la con-jetura, especulando las causas de los fenómenosgeológicos, a no ser que podamos asumir la constan-cia invariable en el orden de la naturaleza (Lyell,1830: vol. I, cap. V, pág. 86).

Estas citas definen claramente que Lyell entendió elempleo del principio de uniformidad como una conjeturametodológica para poder lograr ciertas explicaciones delos hechos geológicos. Cuando trata la influencia de lascausas inorgánicas en la distribución de las especies dice:

Esta observación nos conduce a señalar una de lasmás interesantes conclusiones a la cual somos lleva-dos por la contemplación de las vicisitudes del mun-do inanimado en relación a las del animado. Es claro

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que si la acción de las causas inorgánicas es uniformecomo hemos supuesto, ellas deben actuar muy irregu-larmente sobre el estado de los seres orgánicos... (Lyell,1830: vol. II, cap. X, pág. 160).

Aunque no es común en Lyell la referencia al PUN comosuposición, aquí lo hace de manera explicita, lo que permi-te sospechar que debió trabajar teniendo tal supuesto enmente. La siguiente es una de las expresiones más suges-tivas del autor, en el sentido de que el conocimiento cien-tífico es conjetural:

Como los principios de la ciencia siempre tendránque permanecer indeterminados mientras no se con-sideren opiniones fijas, procederemos a examinarotras objeciones las cuales han sido instadas contrala asunción de la uniformidad en el funcionamientode la naturaleza (Lyell, 1830: vol. I, cap. IX, pág.144).

De un lado, esta afirmación es compatible con la tesisde Popper de que es imposible alcanzar certidumbre en elconocimiento científico, es decir, que el conocimiento esconjetural. La diferencia es que Lyell habla en términosfundacionalistas cuando se refiere a principios científicoscomo opiniones fijas, mientras que Popper es antifun-dacionalista. De otro lado, en la segunda parte de la cita seobserva de nuevo que Lyell asumía la uniformidad comosupuesto metodológico. También, por contexto, se puedeconcluir que Lyell presupone la uniformidad de la natura-leza cuando escribe que: “Al final el filósofo se convencede la invariable uniformidad de las causas secundarias yguiado por su fe en este principio determina la probabili-dad de anteriores hechos... (Lyell, 1830: vol. I, cap. V, pág.

76). Y cuando expresa:

Nuestra estimación del valor de toda evidenciageológica y el interés derivado de la investigación dela historia de la tierra depende totalmente del gradode confianza que sentimos con respecto a la perma-nencia de las leyes de la naturaleza (Lyell, 1830: vol.I, cap. IX, pág. 165).

Las palabras “fe” y “confianza” se refieren a lo mismo.Lyell asume implícitamente la uniformidad de la naturalezacomo un supuesto y no como un hecho en el mundo y conello parece reflejar una actitud según la cual la fe en unabuena conjetura permite al científico extraer mejores con-clusiones.

Lo mostrado permite concluir que Hutton y Lyell nofueron estrictamente inductivistas, ellos recurrieron conti-nuamente a la conjetura, la cual en muchos casos la con-

frontaron con los hechos, en una actitud claramentedeductivista.

6. Sentidos de aplicación del PUN en Hutton y Lyell

Otro problema atribuido a los autores en estudio, es lavariedad de sentidos de uniformidad dados al PUN, lo cualcontribuyó en la confusión y aparición de interpretacio-nes contradictorias.

Hutton (1785: 6) se refiere explícitamente a la uniformi-dad en las operaciones cuando expresa: “Por tanto, par-tiendo de la suposición de que las operaciones de lanaturaleza son estables y permanentes (...).” Al responderla pregunta de si las fuerzas de renovación son accidenta-les o connaturales al globo, Hutton (1785: 38) afirma: “(…)estas operaciones del globo permanecen en el presentecon actividad constante, o en la plenitud de su poder”. Apartir de este texto podemos colegir que para Hutton to-das las operaciones o procesos son constantes en lanaturaleza.

Por otra parte, no hay ninguna mención directa a launiformidad de las leyes naturales en Hutton. Cuando serefiere a las operaciones de consolidación de los estratoshace una alusión clara a éstas:

(…) habría cierta uniformidad observable en los efec-tos, y habría leyes generales por las cuales estas ope-raciones deben haber sido conducidas (Hutton, 1785:11).

Lo expresado aquí, más lo que dice al final de la segun-da cita del numeral 4.1, sugieren a modo de prueba quepara Hutton es obvia la existencia de las leyes naturales,por lo que no la menciona directamente. De estos hechos ydel tratamiento que le da a la idea de ley en su obra, sepuede concluir que él asume la uniformidad de las leyes.En este mismo orden de ideas, cuando comenta acerca delos rasgos y procesos de la superficie terrestre, se refiere ala uniformidad de causas: “Todos estos son los efectos decausas uniformes” (Hutton, 1785: 46). Y en la anterior citase había referido a efectos uniformes que estarían por de-cirlo así bajo la tutela de leyes generales; y como Huttonsupone que los efectos son a las causas y viceversa (vertambién la parte inicial de la segunda cita del numeral 4.1),entonces naturalmente para él las causas estarían bajo latutela de las leyes.

Cuando dice que “(…) no hay alteración con respectoa la naturaleza de las operaciones del globo. El sistema essiempre el mismo. Sólo se prolonga el espacio indefinidode tiempo en su existencia” (Hutton 1785: 55 y 56), sugie-

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re la uniformidad de estado. Lleva así la uniformidad a unaexpresión extrema, “la del no cambio en el sistema terres-tre”3, lo cual implica que es cerrado y por tanto la emergen-cia de nuevos hechos o fenómenos no es posible; algoque va de la mano con la suposición de que éste es perfec-to. Esto plantea la negación de una evolución abierta, comose entiende sucede en el universo. Por otro lado, y segúnesta idea, al comparar diacrónicamente los fenómenos, és-tos serían muy similares aún en momentos bien apartadosen el tiempo, lo que impediría diferenciarlos históricamen-te. Creo que éste es el mayor desacierto de la teoría deHutton, si se entiende que hoy para la ciencia lo únicopermanente en el universo es el cambio. De otro lado, alconsiderar que la destrucción de un continente y la forma-ción de otro son fenómenos progresivos, Hutton insinúala uniformidad de progresión, la cual se refiere a que elcambio se da a un ritmo lento y constante.

En resumen, Hutton aplica la uniformidad de operacio-nes o procesos, de leyes naturales, de progresión cons-tante (ritmo) y la uniformidad de estado para el sistematerrestre. Es importante aclarar que el autor al aplicar elprincipio de uniformidad de la naturaleza al entendimientode los fenómenos geológicos (hoy uniformismo) tuvo unaindudable intención metodológica, pero en esto incurrióen afirmaciones sustantivas acerca del mundo y en algu-nos casos terminó dando a su método (si bien de maneraindirecta) el carácter de teoría científica.

Lyell al igual que Hutton, aplica la uniformidad desdemúltiples sentidos. En algunas de sus ideas afirma de ma-nera muy explícita la uniformidad de las leyes naturales, aveces por él denominada uniformidad de causas secunda-

rias. Hace referencia tácita a la uniformidad de las leyes, elorden de los eventos y las causas generales, de tal modoque las dos últimas categorías están claramente regidas enel discurso por un orden jerárquico que sugiere su depen-dencia de la uniformidad de las leyes. En otras palabras,tal como está planteado el asunto, Lyell piensa que de esastres uniformidades sólo es importante la de leyes, ya quelas otras parecen un recurso retórico para sustentarla(Lyell, 1830: vol. I, cap. V, pág. 75).

Otro aspecto de uniformidad que se puede identificaren Lyell es el del orden de la naturaleza. Cuando se refierea los huttonianos, muestra dos ejemplos al respecto (Lyell,

1830: vol. I, cap. V, pág. 86). En el primero afirma:

Si ellos se esforzaron explicando el origen de ciertasrocas ígneas, o explicando las fuerzas que elevaroncolinas o excavaron valles, o las causas que llevarona la extinción de ciertas razas de animales, fue por-que ellos primero presupusieron un original y similarorden de la naturaleza.

Sobre la base de los procesos enumerados en la prime-ra parte de la cita, la última frase debe interpretarse en elsentido de que la naturaleza es uniforme en el orden de susprocesos.

En el segundo ejemplo expresa que en ausencia de con-firmación empírica, los huttonianos tenderían a formularconjeturas (en el sentido de especulación), a menos quese pudiera asumir “la constancia invariable en el orden dela naturaleza”. Nuevamente, con base en el anterior análi-sis es posible concluir que Lyell se refiere a la uniformidaden el orden de los procesos de la naturaleza. Estas lectu-ras, se pueden interpretar en el sentido de que en la natu-raleza los procesos o eventos responden siempre a la mismadinámica y en el sentido de que el estado o apariencia de lanaturaleza es fundamentalmente estable. Es decir, el ordende procesos, en el sentido de tipos de procesos, al sersiempre el mismo mantiene una condición general dinámi-ca de cambio cíclico, sin que necesariamente se presenteun vector de progreso. Como dice Gould (1992: 142): “esun cambio continuo pero no lleva a ninguna parte.” Lyellexpone esta idea en forma extrema cuando dice:

Entonces podría volver aquel género de animales cuyamemoria se preserva en las viejas rocas de nuestroscontinentes. Podría reaparecer en los bosques el terri-ble iguanodonte y en los mares el ictiosaurio, y lospterodáctilos volverían a revolotear umbrías arbole-das de grandes helechos (Lyell, 1830: vol. I, cap.VIII, pág. 123).

Otro aspecto de uniformidad que se encuentra en los“Principios de Geología” es el referente a las tasas decambio o uniformidad del ritmo:

No estamos tratando de defender la doctrina de lascatástrofes generales, recurrentes a ciertos intervalos,si los mismos considerables periodos de igual dura-ción pudieran ser tomados en nuestra consideracióny comparados unos con otros, no dudamos que la tasa

3 Esto es evidente respecto a los animales. En la página 48 de la “Teoría de la Tierra” Hutton expresa claramente que las diferentesespecies animales se han mantenido en indefinida sucesión de edades, negando con ésto la evolución de las especies o la realización de uncambio unidireccional en los sistemas vivos y por tanto en el sistema terrestre.

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de cambio en el mundo viviente e inorgánico seríacasi uniforme... (Lyell, 1830: vol. II, cap. X, pág. 161).

Pero no es sólo que el cambio se dé a tasas uniformes,sino que éstas sean muy bajas: la velocidad de acción delos procesos es lenta. Lyell lo expone en varias partes desu obra. Así lo afirma en la continuación del texto anterior:

(...) Pero si consideramos cada una de las causas sepa-radamente, las que sabemos que en el presente son lasmás significativas remodelando el aspecto de la su-perficie terrestre, encontraríamos que debemos espe-rar que cada una esté en acción por miles de años sinproducir alteraciones significativas sobre la superfi-cie habitable, para luego dar surgimiento durante unbreve período a cambios importantes (Lyell, 1830:vol. II, cap. X, pág. 161).

Según Lyell, aunque se den catástrofes los ritmos nose aceleran, pues la acción de éstas sería equivalente al delas causas corrientes, suponiendo que éstas por miles deaños no actuaran y de repente lo hicieran originando cam-bios notables en corto tiempo sobre la tierra. En conclu-sión, el ritmo de cambio es uniforme y normalmente lento.Suceden catástrofes, pero sus efectos son localesespacialmente y temporalmente se mitigarían por sus lar-gos tiempos de recurrencia, dando un efecto final de uni-formidad para el planeta. De los anteriores textos se infiereque Lyell aplica la uniformidad en los sentidos de leyesnaturales, de procesos, de estado y de ritmo o tasas decambio.

Para recapitular, Hutton y Lyell usaron el término deuniformidad de cuatro maneras básicas:4

1. Uniformidad de Leyes: Las leyes son invariantes enel espacio y el tiempo.

2. Uniformidad de operaciones o procesos: Los proce-sos del pasado geológico son los mismos que actúanhoy, por tanto no se tiene que recurrir para su explica-ción a causas desconocidas o extinguidas.

3. Uniformidad de estado: La tierra a pesar del cambiopermanece siempre esencialmente igual. No hay nin-gún aspecto de su dinámica que manifieste algúnvector de progreso unidireccional e inevitable.

4. Uniformidad de los ritmos de cambio: El cambio porla acción de los procesos de la dinámica terrestre siem-pre es gradual, lento y permanente.

6.1. Discusión

Gould (1992: 139 y 140) analiza las implicacionesepistemológicas de estas versiones de uniformidad desdelos planteamientos de Lyell. Sostiene que la uniformidadde leyes y de procesos naturales “son juicios meto-dológicos, no afirmaciones sobre la naturaleza de la tie-rra”; luego agrega que tales juicios “son versionesgeológicas de sendos principios fundamentales – induc-ción y simplicidad – reconocidos por todos los científicos,tanto hoy como en tiempos de Lyell”.5 En cuanto a lasuniformidades de estado y de ritmo de cambio, afirma que“pertenecen a un estado radicalmente diferente, son teo-rías sobre la naturaleza de la tierra, propuestas que en elterreno empírico pueden ser juzgadas como verdaderas ofalsas” (páginas 140), y argumenta que estos significadosde uniformidad no pueden constituir teorías científicas cier-tas, pues los hechos constantemente las contradicen.

Se viable pensar que Gould tiene la razón al considerarlas uniformidades de estado y de ritmo como teorías sobrela naturaleza de la tierra y no como juicios metodológicos.Sobre los dos primeros significados de uniformidad, sinembargo considero que sus ideas son discutibles. Prime-ro, aquello de que se trata de “juicios metodológicos” sólose cumple para la uniformidad de leyes, y eso dentro de unmarco no inductivista. En cuanto a la uniformidad de pro-cesos, Gould la reduce, inspirado en los argumentos deGoodman, al principio de simplicidad. Pero si esta reduc-ción es correcta, desde el punto de vista de Goodman tam-bién sería necesario reducir la uniformidad de leyes alprincipio de simplicidad, ya que Goodman toma el proble-ma de la uniformidad en general y lo reduce totalmente a lasimplicidad. Entonces, no es entendible que Gould apliquelos criterios de Goodman de manera selectiva y parcial. Yase discutió que el principio de uniformidad no es reducibleal de simplicidad, por que estos principios son esencial-mente de niveles epistemológicos diferentes.

Además, resulta contradictorio asumir la uniformidadde procesos como un juicio metodológico y no como unateoría sobre la tierra, pues al decir que las leyes son unifor-

4 Para evitar aumentar las denominaciones de estos diversos sentidos de uniformidad, aquí se acoge la nomenclatura de Rudwick (1972 en

Gould, 1992) .

5 Gould le atribuye a la uniformidad de leyes un carácter inductivo en la ciencia y sobre la uniformidad de procesos expresa que: “esteprincipio recibe el confuso nombre de actualismo (...) es la noción en la que debemos apoyarnos para explicar el pasado a través de lascausas que actualmente están operando. El filósofo Nelson Goodman (1967) reconoció que el actualismo no es más que una maneraparticular que tiene la geología para expresar una regla general del método científico, el llamado “principio de simplicidad”.

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mes se habla de una característica de ellas y no de nadacategórico sobre el mundo. En cambio si se dice lo mismode los procesos geológicos, no se puede pasar por altoque éstos se refieren a regularidades del mundo, que encualquier momento inician y en cualquier momento dejande suceder. Esta hipótesis refuta la uniformidad de proce-sos como una teoría empírica, y la anula como juiciometodológico. Por ejemplo, decir que siempre ha llovido(un proceso que hoy nos parece regular) es comparable adecir que la apariencia de la tierra es siempre la misma oque los ritmos de cambio son siempre iguales. En todosestos casos estamos haciendo afirmaciones fácticas, quese pueden confrontar y por tanto corroborar o refutar en elterreno empírico.

En resumen, la propuesta de Gould mantiene la confu-sión que quería aclarar, pues según lo antes dicho, no re-sulta razonable decir que la uniformidad de leyes naturaleses un presupuesto metodológico e inductivo, y es clara-mente insostenible afirmar que la uniformidad de procesossea un presupuesto metodológico y equivalente al princi-pio de simplicidad.

Es importante aclarar por qué la “uniformidad de pro-cesos” ha tenido tanto éxito como recurso heurístico en eldesarrollo de las ciencias geológicas. Al parecer el proble-ma surge del hecho que describe Hallam (1985), según elcual “la tierra ha sido un sistema físico que desde princi-pios del Cambriano6 no ha mostrado cambios de direc-cionalidad importantes en los ritmos o en los tipos deprocesos geológicos, o en la composición de la litosfera,hidrosfera y atmósfera” (Hallam, 1985: 105). Este hechohace que la idea de la uniformidad de procesos se confirmeen muchos casos y por tanto parezca cierta, lo cual a la vezhace que sea aceptada por la comunidad geológica. Pero apesar de su utilidad práctica, el uso metodológico de estasupuesta uniformidad es problemático y genera más con-fusión respecto a la naturaleza epistemológica deluniformismo. La uniformidad de procesos, como se dijo,no es un enunciado metafísico sino empírico, así que suasunción puede implicar dificultades de consistencia lógi-ca por un lado y, por el otro, un uso deflacionario de lanoción de uniformidad. Ahora bien, desde el punto de vis-ta científico se persiguen principios que estén libres decontradicciones lógicas y que se cumplan en todos loscasos, con los cuales, en teoría, se puedan explicar loshechos de la dinámica terrestre. El postulado de lainvariancia de las leyes satisface plenamente estasdemandas.

7. Estatus epistemológico y definición del uniformismo

La ciencia empírica usa el PUN y su aplicaciónmetodológica en la geología se denomina uniformismo. Eluniformismo no representa epistemológicamente nada di-ferente al principio de uniformidad de la naturaleza. Portanto definir el estatus epistemológico del PUN equivale adefinir el del uniformismo. Según todo lo antes dicho, eluniformismo corresponde epistemológicamente a una con-jetura metafísica a priori sobre el mundo, que desde elpunto de vista metodológico se debe usar como un hori-zonte teórico límite, que el científico debe seguir en subúsqueda de leyes. El uniformismo no es un principio em-pírico e inductivo, ni una ley natural, ni una hipótesis oteoría científica, ni una tautología, ni un axioma; es sólouna conjetura metafísica a priori, que se puede usarmetodológicamente como punto de partida para extraerexplicaciones sobre la dinámica terrestre. Se le puede lla-mar principio, pero no en el sentido de fundamento de nues-tras explicaciones de la realidad, como lo supone la lecturainductivista.

Respecto a la definición y denominaciones como“Uniformismo”, es importante aclarar que ni Hutton ni Lyelldenominaron ni definieron de ninguna forma el usometodológico del PUN en geología. Son comunes los nom-bres “actualismo y uniformismo”, que algunos usan comosinónimos, otros (Gould, 1992) asumen el “actualismo”equivalente a la uniformidad de procesos, entendida ésta“como una noción en la que debemos apoyarnos para ex-plicar el pasado a través de las causas que actualmenteestán operando.” Dado que esta uniformidad es más unaafirmación sustantiva que metodológica e implica un sen-tido de uniformidad diferente al de las leyes, se proponeexcluir el nombre de “actualismo”, para evitar la considera-ble confusión que genera.

Hay numerosas definiciones del uniformismo, la ma-yoría confusas, ambiguas y vagas, como sucede con elaforismo adoptado por Geikie en 1905 “el presente es laclave del pasado”. Como el uniformismo se refiere a la apli-cación del PUN a la explicación de la dinámica terrestrey a éste Popper lo redujo al postulado de la invarianciade las leyes naturales, entonces su definición se puedeplantear así:

La dinámica terrestre puede ser explicada a partir desuponer que las leyes físicas, químicas y biológicasson invariantes en el tiempo y el espacio.

6 Periodo geológico que se inició hace 570 millones de años y terminó hace 510 m.a.

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Esta definición cumple plenamente las restriccionesepistemológicas (que no sea inductivo ni empírico, ni unaafirmación sustantiva sobre el mundo) que garantizan queel uniformismo sea una conjetura metafísica, la cual sepuede usar metodológicamente para lograr explicacionessobre la dinámica terrestre.

8. Conclusiones

El uniformismo históricamente se ha entendido comoun enunciado inductivo y empírico, que incluye el postu-lado metafísico de la invariancia de las leyes naturales, yademás una serie de afirmaciones teóricas acerca del mun-do, como la uniformidad de procesos, estado y ritmo, lascuales fueron agregadas de manera confusa. Lo anteriordificulta entender su verdadera naturaleza epistemológicay su papel en el desarrollo de la geología. El hecho históri-co de que el PUN se haya asumido como empírico einductivo, no es suficiente para explicarlo satisfactoria-mente, ni para justificarlo lógica y racionalmente. Por elcontrario, en este trabajo se argumenta a favor de la tesisde que la mayoría de los problemas epistemológicos delPUN se deben precisamente a semejante visión. Una de lashipótesis fue que cualquier intento de caracterizar y anali-zar epistemológicamente el PUN desde la óptica induc-tivista está condenado al fracaso. Esta hipótesis se apoyaen algunos aspectos de la teoría del conocimiento del filó-sofo K. R. Popper, para quien el PUN es una conjeturametafísica y a priori, o si se quiere, una idea reguladoraque los científicos deben seguir en su búsqueda de leyes.Popper reduce tal conjetura al postulado de la invarianciade las leyes naturales. Desde este análisis, su funciónmetodológica como hipótesis de trabajo, es totalmente via-ble, pues como conjetura metafísica lo que hasta hoy se haentendido como PUN, no es una aserción dogmática sobreel mundo, sino una afirmación sobre una característicaepistemológica de las leyes naturales, que permite hacerconjeturas sobre la realidad, las cuales pueden ser con-frontadas con los hechos y ser aceptadas o rechazadaspor ellos. Esto último, le devuelve al empirismo su papel enel desarrollo del conocimiento y a la vez le da a estas con-jeturas credibilidad científica.

El PUN fue usado por Hutton y Lyell esencialmentecomo una conjetura aplicable metodológicamente para lainterpretación de la dinámica terrestre, con la uniformidadde las leyes naturales como su principal referente. Ellosincurrieron en el uso de otros sentidos de uniformidad quecorresponden más bien a afirmaciones categóricas osustantivas sobre el mundo (como la uniformidad de pro-cesos, estado y ritmo), lo cual históricamente ha originadomucha confusión sobre la naturaleza epistemológica del

uniformismo. El caso específico de la uniformidad de pro-cesos es muy importante heurísticamente, pero no se debetomar como un principio científico que se use meto-dológicamente para lograr explicaciones geológicas, puesello implica una asunción deflacionaria de la noción deuniformidad.

Ni Hutton ni Lyell usaron algún término específicopara denominar la aplicación del PUN a la explicación dela dinámica terrestre. Como ellos involucraron sentidosde uniformidad metodológicos y sustantivos a la vez, ytambién una visión inductiva del principio, los intentosde definir lo que se ha dado en llamar “uniformismo”,inspirados en su obra han sido infructuosos, pues cons-tantemente se cae en definiciones contradictorias, vacíasy ambiguas, lo cual no permite entender, entre otras co-sas, exactamente qué es este principio y qué se puedelograr con él. Por el contrario, al considerar el PUN comouna conjetura metafísica a priori, resulta fácilmente acep-table su reducción al postulado de la invariancia de lasleyes, y sobre este postulado, se puede plantear una de-finición del uniformismo que supere las dificultades quese han mencionado varias veces. Recordemos ladefinición:

La dinámica terrestre puede ser explicada a partir desuponer que las leyes físicas, químicas y biológicasson invariables en el tiempo y el espacio.

Según esta definición, el uniformismo no es un princi-pio inductivo empírico, ni una ley natural, ni una hipótesiso teoría científica, ni una tautología o axioma, es sólo unaconjetura metafísica a priori, que se puede usar meto-dológicamente como hipótesis de trabajo para extraer ex-plicaciones sobre la dinámica terrestre. Se le puede llamarprincipio, pero no en el sentido de fundamento o autori-dad sobre el que se basan nuestras explicaciones de larealidad.

Desde una lectura inductiva el PUN incluye la creenciade que “el futuro será semejante al pasado”, criterio apli-cado equivocadamente por los inductivistas a todos loshechos de la naturaleza. Según Popper “el futuro será enparte semejante al pasado y en parte en modo alguno se-mejante al pasado”. Este punto de vista y el hecho de queel PUN se haya reemplazado por el postulado de lainvariancia de las leyes naturales, permite afirmar que elfamoso aforismo de A. Geikie “el presente es la clave delpasado”, no es cierto, por tanto se debe concluir más bienque: “el presente no siempre es la clave del pasado.” Por loanterior resulta contradictorio usarlo como un postuladometodológico para inferir explicaciones de la dinámicaterrestre.

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Agradecimientos

Al Dr. Armando Espinosa Baquero. Al Dr. Carlos EmilioGarcía Duque. Al Dr. Rafael Macía Mejía. A Luisa F. GarcíaLondoño. A todos ellos mis agradecimientos por sus su-gerencias y apoyo en la publicación de este artículo.

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Recibido: noviembre 8 de 2007.

Aceptado para su publicación: diciembre 2 de 2009.

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