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ANIMALES Y TURISMO: UNA APROXIMACIÓN ÉTICA A LA UTILIZACIÓN DE
ANIMALES EN ACTIVIDADES DE ENTRETENIMIENTO COMO
COMPLEMENTO A LA OFERTA TURÍSTICA
Natalia del Pilar Camargo Ovalle
Maestría en Gestión y Planificación del Turismo
Sociedad, cultura y turismo.
Universidad Externado de Colombia
PALABRAS CLAVES: Construcción social de la realidad, antropocentrismo, ética, cultura,
animales y turismo
La investigación en curso busca analizar la construcción social de los animales a través
de los significados, los símbolos y las prácticas humanas con relación a los animales
asociados al entretenimiento; considerando la teoría de la construcción social de la
realidad (Berger & Luckmann, 1999). Pues Comprender las relaciones entre humanos y
animales permite aproximarnos al entendimiento de los valores y las ideas que
fundamentan la relación sociedad-naturaleza (Garavito, 2006); que a su vez, indican el
nivel de desarrollo ético y moral, en relación con el lugar del ser humano en esta.
En Colombia existen 32 departamentos y 1123 municipios según el (DANE, 2009) en los
cuales se realizan conmemoraciones patronales, festividades y demás actividades que
propenden por la consolidación de la identidad regional y nacional; Adicionalmente varios
de ellos cuentan con una vocación turística e incorporan en su oferta, actividades
complementarias que enriquecen la experiencia de los visitantes y turistas; Parte de estas
actividades complementarias están relacionadas con la interacción directa e indirecta
entre los seres humanos y los animales. Entendiendo por directa el contacto físico sea en
la monta, en el nado, en la alimentación, en el ruedo o en la fotografía siempre y cuando
esta implique mantener al animal inmóvil; e interacción indirecta en el caso de la
observación sin proximidad.
Algunas de las estas actividades son el avistamiento de ballenas, aves y cetáceos, las
cabalgatas y los recorridos sobre animales (avestruces, burros, búfalos, etc.), el nado con
delfines o rayas, la visita a los mariposarios, a los zoológicos, a los parques temáticos y a
los acuarios y la pesca deportiva. Además de la asistencia a eventos como las corralejas,
el coleo, el toreo y las actividades propias de las ferias y fiestas Colombianas .Todo lo
anterior da cuenta del protagonismo que los animales representan en la idiosincrasia del
país. Debido a la demanda que estas actividades tienen en el país y en los municipios, el
sistema judicial Colombiano se pronuncia a través de la ley 84 de 1989, del acuerdo 489
de 2012, de la ciudad de Bogotá D.C, de la sentencia C–666 del 30 de agosto del 2010,
de la Sentencia C-889 de 2012, de la Sentencia 22.592 del 23 de mayo de 2012, el
proyecto de acuerdo N° 198 de 2009 de la ciudad de Medellín y el Acuerdo 42 de 2004 de
la misma ciudad. Todas las anteriores con el objeto de regular el uso de los animales y el
alcance las actividades en relación con el bienestar animal. Teniendo en cuenta los
pronunciamientos que al respecto se hacen a nivel mundial (declaración universal de los
derechos de los Animales,1978) y la (Declaración Universal para el Bienestar Animal,
1978) la cual concreta las cinco libertades de bienestar animal; libertad de hambre y sed,
libertad de malestar físico y dolor, libertad de heridas y enfermedades, libertad de miedo y
angustia, libertad de manifestar su comportamiento natural.
Teniendo en cuenta que cada uno de los municipios y corregimientos hace uso de por lo
menos una de las prácticas o de las actividades mencionadas anteriormente, cabe
preguntarse ¿Cuáles son los significados, los símbolos y las prácticas que estructuran la
construcción social del uso de los animales utilizados en las actividades turísticas?
La investigación se ha desarrollado de manera exploratoria con la revisión documental
sobre temas como ética animal, relación hombre naturaleza, construcción social de la
realidad y construcción de símbolos y significados, realizando una descripción basada en
las teorías consultadas de cada uno de los fenómenos que se dan al interior de los casos
seleccionados (el zoológico Jaime Duque y al parque temático de cultura agropecuaria
Panaca), con el fin de ejemplificar prácticas comunes desde el punto de vista del visitante,
el operador y el establecimiento. La recuperación de la información se ha realizado por
medio de observación directa, llevando un diario de campo, realizando entrevistas
semiestructuradas y generando debates por medio de grupos focales.
El tipo de muestreo que se seleccionó es no probabilístico de conveniencia, y ha sido
organizado por cuotas.
Ahora bien para efectos de esta ponencia se ha seleccionado como objetivo general el
analizar las posturas frente a la protección animal asociadas al turismo dentro y fuera del
territorio nacional. El resultado que se espera es realizar una aproximación a las prácticas
asociadas al entretenimiento con animales y a las tendencias para luego proponer
algunas reflexiones de orden ético y cultural sobre esta misma relación hombre – animal –
turismo.
En el transcurso del desarrollo de la humanidad se han sostenido posturas encontradas
frente a la relación hombre animal, bien sea como herramienta de trabajo, como
compañía y con el paso del tiempo como medio de entretenimiento entendido este como
el placer que produce en el animal humano las acciones de otro con o para este.
Varias sociedades en diferentes momentos de la historia se han preguntado sobre la
relación de los seres humanos y los animales aduciendo conceptos como la otredad y la
cosificación que más adelante se identificaron como planteamientos propios del
antropocentrismo, el biocentrismo y el ecocentrismo. De lo que no cabe duda es que
independientemente de cual sea nuestro grado de afinidad con los otros animales no
humanos, no se puede desconocer que las similitudes biológicas dan cuenta de que tan
cercanos somos los humanos a los animales.
Si bien el objeto de esta investigación no es declarar juicios éticos sobre las prácticas, si
busca reflexionar sobre la razón de por qué ver sufrir a otro nos satisface, hasta qué
punto se puede referir como cultura y patrimonio inmaterial la tortura de otro ser.
Según Peter Singer las actitudes occidentales hacia los animales tiene sus raíces en 2
tradiciones: el judaísmo y la antigua Grecia. En el cristianismo se unen ambas raíces, y a
esta doctrina se debe el que prevaleciese en Europa y por efectos de la colonización
lleguen al territorio Colombiano. Se puede dividir entonces el contexto histórico en 3
partes: la era precristiana, la cristiana y la de la ilustración hasta nuestros días. (Singer.
1999.p. 232).
El pensamiento occidental esta permeado por la concepción que diversos filósofos
griegos tenían del mundo en el que habitamos. Sin embargo el pensamiento griego no
fue uniforme, sino que estaba dividido en escuelas rivales.
El cristianismo como doctrina trajo al mundo romano la idea de la singularidad de la
especie humana, idea que, heredada de la tradición judaica, se vio reforzada por la
importancia que confería a la inmortalidad del alma humana. El hombre, y solo el hombre
entre todos los seres vivos de la tierra, estaba destinado a vivir otra vida después de su
vida corporal. (Singer, 1999. p 237)
Debido a esa singularidad del animal humano el rango moral de matar o tortura animales
no humanos permaneció inalterado dese la era romana hasta nuestros días. (Singer,
1999. p 238)
Sin embargo algunos romanos mostraron compasión ante el sufrimiento y repulsión por el
uso de criaturas sintientes para el placer humano, al margen de cual fuera el ser que
sufriese. Ovidio, Ceneca, Porfirio y Plutarco se sitúan en esta línea, habiendo sido
Plutarco el primero en abogar decididamente por un trato bondadoso a los animales,
basándose por ello en la benevolencia universal. (Singer. 1999, p. 239)
En el renacimiento se gesta una corriente humanista que determina al ser humano en el
centro del universo. en una sola frase El hombre es la mediada de todas las cosas.
Luego aparecen entonces conceptos como el utilitarismo aplicado a los seres sintientes y
desarrollado por pensadores como (Bentham, J. 1780) filósofo inglés, autor de la versión
clásica del utilitarismo. En su obra Introduction to the Principles of Morals and Legislation,
dedica un capítulo completo a la cuestión de los animales como sujetos de derecho.
Según el autor, lo que realmente importa es el placer y el dolor. La cuestión no es si
¿pueden razonar?, ni ¿pueden hablar?, sino ¿pueden sufrir?.
Para (Nussbaumen, 2012:35) en su texto reflexiones morales sobre los animales, “en el
utilitarismo, los seres son considerados como receptáculos de experiencias. Por qué se
considera que los placeres de unos pueden compensar los sufrimientos de los otros¨.
Siguiendo la línea de autores que están a favor de la ética animal (Albert Schweitzer, A.
1936), en su libro “Reverence for Life” manifiesta que ¨el gran error de toda ética, ha sido
hasta ahora el de creer que debe ocuparse solo de la relación de los seres humanos con
otros humanos¨. (Schweitzer, A Citado en Esquivel. L 2006:21).
Otros conceptos, además del utilitarismo y de la construcción social de la naturaleza,
utilizados para referirse al debate teórico y ético de la relación con los animales son las
teorías basadas en la liberación animal, el ecocentrismo, el biocentrismo y el
sentipensamiento ecosistémico, desarrolladas por autores como Henry Salt quien publica
la primera obra íntegra sobre la defensa racional de los animales: Animals' Rights:
Considered in Relation to Social Progress (1892). En este libro, Salt argumenta que los
animales deben tener derechos más allá del mero bienestar y defiende la vida y la libertad
tanto de los animales domésticos como de los salvajes. La primera obra que utiliza el
término “especismo” fue escrito por el psicólogo inglés Richard Ryder, en 1970. Aunque
no define qué es el especismo, indica que es una discriminación que establece una aguda
diferencia entre la moral aplicada a los humanos y los animales. Peter Singer define por
primera vez el especismo en su obra Liberación Animal (1975) como "un prejuicio o
actitud parcial favorable a los intereses de los miembros de nuestra propia especie y en
contra de los de otras”. En esta obra, Singer hace una defensa de la capacidad de sentir
dolor que compartimos con los animales, como única fuente de igualdad moral con ellos.
Singer cree que la mejor acción es aquella que, después de medir costes y beneficios,
obtiene las mejores consecuencias para los intereses de todos los afectados por una
decisión particular acerca de hacer o no hacer algo. Es importante señalar que es
necesario otorgar a los intereses de los animales la misma consideración que a los de los
humanos, y que tanto los animales como las personas tienen intereses en no sufrir
(Bekoff, 2003:78).
En 1983, el filósofo norteamericano Tom Regan publicó su obra The Case for Animal
Rights, donde desde el deontologismo, y contrariamente a la postura de Singer, defiende
una teoría de los derechos de los animales basándose no sólo en la sentiencia -o
capacidad de sentir de los animales- sino además en la condición de todos los seres
sintientes de constituirse como “sujetos de una vida”, capaces de manifestar
autoconciencia y una vida psíquica que enriquece su experiencia personal e individual.
Desde este contexto, los animales no sólo son capaces de evitar el dolor sino que, como
animales sociales, también buscan estados de bienestar y placer con arreglo a sus fines
individuales o colectivos En esta obra Regan también cuestiona el tratamiento que se
brinda a los animales en diferentes ámbitos, denunciando la esquizofrenia moral de una
sociedad que mima y protege a algunos animales mientras masacra y vulnera
despiadadamente los intereses de otros.
Gary Francione publica en 1995 Animals, Property and the Law, donde hace una profunda
crítica del especismo, arguyendo que la única manera de terminar con esta discriminación
y sus prácticas institucionalizadas es aboliendo el estatus de propiedad de los animales
no humanos. Analizando críticamente las medidas de bienestarismo legal, Francione
plantea que los términos “sufrimiento innecesario” y “tratamiento humanitario” de los
animales perpetúan el especismo, por lo que la única manera de acabar con la
explotación animal es la abolición de la consideración de los animales como cosas sobre
las que se tiene propiedad.
La escritora Joan Dunayer, con su obra Speciesism (2004), redefine el término especismo
como “una falla, en la actitud o en la práctica, al no conceder a cualquier ser no humano
igual consideración y respeto”. La sociología también hace su aporte a la discusión por el
estatus de los animales no humanos. Lo hace en palabras de David Nibert, con su obra
Animal Rights, Human Rights: Entanglements of Oppression and Liberation con la que
analiza la imbricación de la opresión de humanos y animales bajo el capitalismo, el
sistema de vida de occidente, la sociología, la economía y el proceso de construcción
social del especismo. (Leyton, 2010:14-15)
A su vez (Esquivel, 2006), en su tesis doctoral titulada Responsabilidad y sostenibilidad
ecológica. Una ética para la vida; propone que los deseos de los humanos no deberían
sobreponerse a las necesidades básicas de los animales. “El beneficio para la gente no
debería justificar el costo para los animales”. (Esquivel, 2006:) Sin embargo teorías como
el antropocentrismo y el paradigma del excepcionalísimo humano contraviene estos
postulados, enriqueciendo el debate y el análisis ético.
Hay quienes piensan que los humanos son animales especiales, que son superiores a
todos los demás animales, porque solo ellos han sido creados a imagen y semejanza de
Dios, y que solo ellos son seres racionales. Otros creen que los humanos pueden usar a
los animales para cualquier fin que se les antoje, mientras ello sea beneficioso para las
personas. Para este tipo de gente los fines (beneficios humanos) justifican los medios y
los costes (el uso y abuso de animales). Una creencia que discurre paralela a todas estas
opiniones es la que los seres humanos son más elevados o mejores que los demás
animales. (Bekoff, 2003:57).
Con respecto al turismo (Hiernaux- Nicolas, citado en De Myttenaere, B. y Rozo Beltrán,
2010:) determina los cuatro idearios centrales para la formación de los imaginarios
turísticos del mundo occidental: la conquista de la felicidad, el deseo de evasión, el
descubrimiento del otro y el regreso a la naturaleza. El ocio y entretenimiento asociado a
la interacción humano animal son tradicionales en escenarios como los circos, las peleas
de gallos, las cacerías, los zoológicos y los parques temáticos, estos vienen siendo
sustituido por reservas naturales como atractivos asociado al turismo presuntamente
“blando”. El cual fomenta el aprecio y responsabilidad para con el bienestar animal. Se ha
descubierto que la tranquila visualización de películas sobre animales salvajes en casa es
más eficaz para aprender sobre ellos y para sensibilizar a la gente sobre la difícil situación
de los animales cautivos. (Bekoff, 2003:96).
Este sector engloba también los usos doméstico simbólico-emotivo y silvestre simbólico-
estético, en que, no tanto los a animales en sí como la representación de los animales,
tiene un papel clave en la industria del ocio, encarnando todo tipo de símbolos, imágenes
y valores. (Valdivielso & Capella. 2009:54)
En todas las sociedades conocidas los animales han tenido, una rica “vida social” y han
sido representados, simbolizados y utilizados funcionalmente de formas diferentes. Los
animales, como lo evidencia la antropología cultural, no siempre han sido “los otros”, y
han ocupado todo tipo de “posiciones sociales” en una interdependencia inevitable con el
hombre. (Benton citado en Valdivielso & Capella. 2009:54)
La mayoría de las personas reconocen en los animales cualidades estéticas. Las
diferentes especies nos parecen bellas, majestuosas, exuberantes, exóticas, extrañas,
vistosas, misteriosas, monstruosas y no sólo nos fascina contemplar sus formas y colores,
sino que además las tomamos como símbolos de valores y virtudes que admiramos:
fuerza, elegancia, inteligencia, velocidad, distinción, valor, fidelidad, alegría, fantasía y
tantas otras cosas. Y esta atribución de un valor simbólico a los animales parece darse en
todas las culturas. (Tafalla, 2013:84)
Para la mayoría de las personas, contemplar animales es, ante todo, un placer sensorial,
estético. Tal vez por ello las imágenes de animales llenan de tal modo el mundo cotidiano.
Las formas y los colores de los animales son fuente de inspiración para todo tipo de
objetos como ropa, joyería, paraguas, cortinas, alfombras, juguetes para niños, cerámica,
objetos de decoración, calendarios o fondos de escritorio para ordenadores, etc. (Tafalla,
2013:84 )
De la misma manera, los animales son un reclamo frecuente en el territorio por excelencia
de la seducción: la publicidad, por ejemplo, en los anuncios actuales de televisión
recurren animales. Shakira promociona su perfume Elixir con un halcón, mientras que
Roberto Cavalli anuncia el suyo con un tigre. CH y CH Men, de Carolina Herrera, intentan
seducir al espectador con dos jirafas, un caballo y un pavo real. En los anuncios de
automóviles encontramos varios casos: en el del Golf TDI aparecen dos perros, en el de
Volkswagen Golf un grupo de galgos, en el de Volkswagen Polo un caballo, y en el de
Toyota Auris una llama. En el anuncio de Nenuco vemos una pecera. La marca de papel
higiénico Scottex lleva años usando cachorros de labrador. Generali Seguros emplea un
león y tiburones. Asimismo, podríamos contar cuántos países, regiones, ciudades,
empresas, equipos de deporte y hasta programas informáticos, tienen como símbolo una
especie animal. Y si nos acercamos al territorio del arte, constataremos que la
representación artística de animales es tan antigua como las primeras pinturas rupestres,
y hoy continúa siendo muy intensa. La fotografía y los documentales sobre animales son
un mundo en sí mismo, con miles de profesionales y millones de aficionados. Esta
fascinación estética no es ajena a la pasión milenaria por inventar especies fantásticas,
desde quimeras a unicornios o dragones: los animales estimulan de tal modo nuestra
imaginación que nos llevan también a fantasear con formas de vida inexistentes, pero que
simbolizan valores positivos, territorios no domesticados o profundos temores. Esta
fascinación lleva a muchas personas a querer contemplar animales en libertad. Así
encontramos, por ejemplo, a los aficionados a la ornitología, que en algunos países se
organizan en sociedades con poder de influencia y han contribuido a generar un tipo de
turismo específico. Asimismo, son muchas las personas que recorren los parques
nacionales para ver animales salvajes, las que realizan safaris fotográficos en África, o los
submarinistas que salen a bucear entre la vida submarina. Los ejemplos son inagotables,
y el turismo ha aprendido a hacer un uso cada vez más frecuente de esta pasión. Sin
duda, si sabemos guiar esta fascinación hacia formas de observación de los animales en
libertad que sean respetuosas con ellos y con sus ecosistemas, tendremos una razón
pragmática y una fuente de ingresos para preservar esos animales. (Tafalla, 2013:85 )
En una lista tentativa sobre los papeles sociales de los animales, Ted Benton proponía las
siguientes categorías de relaciones humano/animal, a) reemplazar o aumentar trabajo
humano, b) satisfacer necesidades orgánicas o corporales humanas (alimento y
experimentación, entre otros), c) fuente de entretenimiento, d) usos “edificantes” en la
divulgación científica, e) explotación comercial, f) mantenimiento coercitivo del orden, g)
uso doméstico funcional y distintivo, h) roles simbólicos y emotivos domésticos, i) usos
simbólico y estético “silvestre” no doméstico. Todas ellas son para Benton “relaciones
sociales” hombre/animal de las cuales, en su lista, solamente los usos comerciales están
estrechamente relacionados con la existencia de la propiedad privada (Benton citado en
Valdivielso & Capella. 2009:53)
Un ejemplo del uso de animales como fuente de entretenimiento a través de la
explotación comercial basado en los usos simbólicos y estéticos son los zoológicos. Como
observa el filósofo Dale Jamieson, los zoológicos básicamente son lugares donde la gente
puede ir a ver animales, lugares para salir a entretenerse un fin de semana. (Jamieson
citado en Bekoff, 2003:96).
Para Tafalla los zoológicos existen, básicamente, por lo mismo que existen las peceras:
por razones puramente estéticas, “nos encanta contemplar animales, y encerrarlos nos
da la seguridad de tenerlos a nuestra entera disposición, de poder ir a verlos cuando nos
apetezca” (Tafalla, 2013:82). De acuerdo a esta autora los zoológicos no están diseñados
pensando en los animales, sino pensando en nosotros los seres humanos y en el placer
estético que sentimos. Vicki Croke, dice aunque visitar un zoológico pueda resultar
emocionante, vivir en él debe ser terriblemente aburrido. (Croke citado en Bekoff,
2003:98).
El modelo que inspira los zoológicos son los museos. Pues son estos los que reúnen
colecciones de objetos extraídos del lugar del que proceden, del mundo de la vida, y los
colocan en un espacios artificiales, donde se exhiben para ser contemplados. Los museos
son un producto del pensamiento ilustrado, pues además de exhibir clasifican y ordenan
de modo racional. Y eso hacen también los zoológicos, clasificar a los animales de un
modo que a nosotros nos resulta interesante. En la naturaleza las especies conviven y se
relacionan unas con otras dentro de ecosistemas, pero eso a los humanos nos resulta un
tanto desordenado. Por ello arrancamos a las especies de su medio, las separamos unas
de otras, y las ubicamos en un espacio neutro, artificial. Cada especie es colocada aislada
en su propia jaula, del mismo modo que cada tipo de mineral se coloca en una vitrina
separado de los otros, en un proceso de abstracción y clasificación. La ordenación de los
zoológicos no está pensada para el animal, sino para el visitante humano, para que
recorra una clasificación ordenada de animales. “Un zoológico es un ejercicio de
racionalidad, clasificación y abstracción como lo es cualquier museo. Es una ordenación
de la naturaleza fuera de la naturaleza y con criterios humanos”. (Tafalla, 2013:82)
Vicki croke apunta: los zoológicos no son una ventana a la naturaleza, sino un prisma que
fracciona la luz según la cultura en la que este. La forma en la que se gasta el dinero en
los zoológicos es algo estrechamente relacionado con la perspectiva que cada cultura
tiene de los animales. (Bekoff, 2003:97).
En su mayor parte, los zoológicos, los parques temáticos, los safaris y los acuarios,
incluso el mejor de ellos, son ejemplos de explotación y dominio humanos sobre los
animales, al igual que los circos, los rodeos y la mayoría de la caza y la pesca. (Bekoff,
2003:98).
Debido al estatus legal de los animales como propiedad, como meros recursos o cosas
para el uso y consumo humanos, es extremadamente difícil que los animales puedan
gozar de una auténtica protección legal. Los animales casi nunca salen ganando cuando
los humanos ponemos en una balanza sus intereses y los nuestros. El que existan leyes
que permitan hacer ciertas cosas no significa que no podamos cuestionar esas leyes y
generar un debate abierto para modificarlas. (Bekoff, 2003:42).
Ver el “cuerpo” del animal detrás de una verja en una visita al zoológico. Lo que nos ofrece el zoológico es la
belleza de su forma o el colorido de su pelaje, pero eso es solo la superficie del animal, su mero aspecto externo,
su apariencia, su imagen. Lo que no nos revelará nunca un zoo, porque su misma estructura lo hace imposible, es
lo que el animal realmente es: cómo se comporta, cómo vive, cómo percibe la realidad, cómo se relaciona con sus
congéneres y con otras especies… aún peor, el zoo nos mostrará a menudo comportamientos enfermizos, lo que
se llaman estereotipias, propias de animales aburridos y muchas veces incluso profundamente
deprimidos.(Tafalla, 2013:81 )
A través de un estudio se descubrió que los niños ven semejanzas entre los humanos y
los animales, mientras que los adultos ven diferencias. Los niños sienten que existe un
parentesco entre ellos y los animales. El estudio muestra también que cuando los niños
visitan los zoológicos, más que aprender cosas sobre los animales, pueden aprender más
sobre las diferencias entre ellos mismos y los adultos. Por otra parte, con frecuencia los
niños se dan cuenta de lo terribles que son los zoológicos, y a menudo no lo expresan
durante la visita sino posteriormente. Sienten pena por los animales recluidos y los ven
como criaturas aburridas. (Bekoff, 2003:93).
La mayoría de los seres humanos da por obvio que los demás animales no han de ser respetados como los
miembros de nuestra propia especie. Lo que esto supone es que en la mayor parte de los casos no se presenten
argumentos en defensa de esta posición. Esto es normal, pues una idea es defendida con argumentos cuando se
considera cuestionable o sujeta a controversia, pero no cuando se entiende que es evidente para todo el mundo.
Estas posiciones –sostenidas por ejemplo por Diamond (1995) o Posner (2004)– podemos llamarlas
‘definicionales’, porque asumen por definición la idea de que los humanos cuentan más que el resto. (Horta,
2012:3)
No podemos seguir aceptando el uso como recursos de los animales no humanos. No se
trata únicamente de que a los animales que consumimos o que empleamos de otras
maneras los tratemos de un modo un poco más compasivo y les ahorremos algunos
sufrimientos. Si procediésemos de esa forma, estaríamos prestando una cierta atención a
los intereses de los animales, pero seguiríamos, sin embargo, discriminándolos (del
mismo modo en que, en el pasado, la abolición de la esclavitud no constituyó el fin de
toda una serie de prácticas profundamente racistas). (Horta, 2012:16)
La separación del nosotros del ellos reproduce una falsa dicotomía, que da como
resultado un distanciamiento que perjudica, en lugar de enriquecer, las numerosos he
íntimas relaciones posibles que pueden desarrollarse entre todos los animales. Como
escribió Barbara Smuts, primatóloga de la Universidad de Michigan; mi propia vida me ha
convencido de que las limitaciones que la mayoría de nosotros encontramos en nuestras
relaciones con otros animales no son un reflejo de carencia por su parte, como solemos
dar por hecho, sino de nuestra propia estrechez de miras al considerar quienes son y de
que clase de vínculos podemos establecer con ellos. (Smuts citada en Bekoff, 2003:148).
Ahora bien dentro del análisis de la construcción social de la naturaleza y del contenido
simbólico de algunas prácticas de entretenimiento basada en animales, es pertinente
abordar otra de las actividades comunes dentro de los servicios complementarios que
hacen parte de la experiencia turística, La pesca deportiva, según Bekoff las expresiones
de ir a cazar o ir de pesca significan realmente ir a matar (Bekoff, 2003:112). Pero
¿cuantos de nosotros percibimos esa actividad bajo una connotación de daño y de
muerte?
Mucha de la pesca y la caza practicadas tienen fines alimentarios, pero no siempre el
objetivo es la comida. Hay gente que practica la caza de trofeo, caza deportiva, la pesca
de trofeo o pesca deportiva y mata animales por la emoción que les produce hacerlo,
otros acechan a los animales pero no disparan contra ellos ni los capturan, y otros cogen
peces y después los devuelven al agua. A menudo, la gente que devuelve los peces al
agua niegan que se haya producido un daño a los animales. (Bekoff, 2003:113).
Muchos peces crecen en craiaderos que son en esencia como un zoológico, donde se les
mantiene en cautividad, se les alimenta bien y se les protege hasta que son liberados
para servir de presa a los humanos que pescan. […] La caza y la pesca suponen matar
animales por medio de armas y otros dispositivos para los que aquellos no han
desarrollado defensas naturales. (Bekoff, 2003:113).
Un señuelo de pesca que ha sido diseñado excluisvamente para engañar a los peces.
Incluso aunque haya gente que, tratando de justificar sus prácticas de pesca captura
peces y a continuación los libere, ello no soluciona el problema, ya que con frecuencia se
les ha desgarrado la boca y se les devuelve a su medio natural debilitados y heridos; Los
peces son capaces de sufrir de forma similar a los mamíferos, incluyendo a los humanos.
La respuesta al estrés de los peces ante estímulos que les causan ansiedad y temor se
asemeja enormemente a la de otros vertebrados. Además, no se sabe cuántos peces
mueren después de haber sido capturados y soltados de nuevo. Se estima que del 5 al
10% de las truchas mueren simplemente a causa del estrés que les causa ser
manipuladas. Aunque la gente solo aceche animales pero no trate de matarlos los
animales sufren durante la persecución, sufren de miedo y ansiedad. (Bekoff, 2003:113).
Es importante recordar que, cuando los humanos deciden utilizar animales, estos,
inevitablemente, no tienen voz ni voto en tales decisiones. Ellos no pueden dar su
consentimiento. Los animales dependen de nuestra buena voluntad y de nuestra
compasión. Dependen de los humanos para que se tengan en cuenta sus intereses.
(Bekoff, 2003:28).
Ahora bien muchas de las teorías anteriormente expuestas justifican la defensa animal
por la capacidad que tienen estos de sentir dolor y angustia y la capacidad de
experimentar sensaciones de bienestar.
Sin embargo la sociedad actual aun no se ha puesto de acuerdo en el lugar que el
hombre le debe otorgar al animal no humano, innumerables sociedades protectoras de
animales cada año generan planteamientos y denuncias que propenden por el
otorgamiento del bienestar animal como derecho fundamental ¨de los que no tiene voz¨
término utilizado para designar a los seres sintientes que no son reconocidos como
sujetos de derecho en el marco normativo y social de las comunidades. La sociedad civil
es cada vez menos permisiva frente al maltrato animal, muestra de esto son las
denuncias recientes de los carruajes movidos por caballos en la ciudad de Cartagena polo
turístico por excelencia, la cancelación de las tradicionales cabalgatas en Cali y Medellín
(2014), la prohibición de las corridas de toros en Bogotá desde el 2012, la prohibición de
la utilización de animales en circos a través de la ley (1638 de 2013), la conformación del
grupo de protección animal por parte de la policía nacional (2010) y la conformación del
observatorio animalista liderado por la universidad Javeriana (2013).
Adicional a los pronunciamientos jurídicos las organizaciones gubernamentales para la
protección animal como la sociedad Mundial para la Protección Animal WSPA incluye el
reporte de bienestar animal como requisito para las empresas latinoamericanas que
desean certificarse con el distintivo de responsabilidad social ESR2014. WSPA, logró
incluir. Cuatro preguntas que se inscriben dentro de la norma ISO26000, que estipula los
lineamientos de la responsabilidad social empresarial, incluyendo aquellos relacionados
con el ambiente. Esta certificación puede aplicarse en cualquier país de Latinoamérica.
Los cuatro indicadores cuestionan si las organizaciones ha identificado los impactos
positivos y negativos que tiene en sí mismas y en su cadena de valor en los animales; si
establece metas para la conservación de los animales; si incorpora en su planificación
prácticas de protección a ecosistemas que puedan influir en el negocio, y si respeta la
integridad física de los animales más allá de lo que marca la ley.
Por otro lado La ONG Humane Advisor publica un estudio realizado por la doctora Diana
Webster en mayo del 2013 titulado The economic impact of stady cats and dogs at tourist
destinations on the tourism industry. Planteando el impacto económico que tiene para los
destinos turísticos el manejo de su fauna urbana. Demostrando estadísticamente entre
países como Estados Unidos y Canadá que la decisión de viaje está influenciada por la
percepción del trato humanitario hacia los animales del destino.
Según el estudio dos tercios (66%) de los consumidores de veintiséis países dicen que
prefieren comprar productos y servicios de empresas que han implementado programas
para ayudar a reducir el sufrimiento de gatos y perros en destinos turísticos. Debido a que
muchos turistas vieron animales manejados en condiciones de hacinamiento y esclavitud.
Experiencia que les hizo declarar en la encuesta que se llevaban recuerdos agridulces del
viaje.
Cerca de una tercera parte dijo que reportaría la experiencia a su hotel (34%) o a
agencias de viajes (31%). Casi la misma cantidad de encuestados manifestó que
compartiría sus experiencias sobre los sitios en redes sociales (29%) o desalentar a
familiares y amigos a visitar el destino (25%). Otro 22% compartiría la experiencia en
TripAdvisor o Virtual Tourist y el 17% restante lo haría en otro sitio.
El estudio continua exponiendo que el 45% de los consumidores socialmente conscientes
cree que las empresas deben apoyar la causa de la protección animal. En América del
norte, la protección de los animales se ubicó en el quinto puesto de diez en importancia
de causas sociales que las empresas deben tener en cuenta.
Este dato ratifica que hay una conciencia creciente de la necesidad en las empresas de
viajes, de los gobiernos de los destinos turísticos, y de las organizaciones no
gubernamentales para hacer frente a la gestión humana de los animales utilizados en la
industria turística.
Algunas compañías de viajes de alto perfil han liderado campañas encaminadas a
estimular la compasión y al cuidado animal en las comunidades receptoras. Como
ejemplo podemos mencionar a Air Transat , Aerolínea líder de Canadá , que lleva cada
año más de tres (3) millones de pasajeros a cerca de sesenta (60) de los principales
destinos turísticos del mundo y Candi Internacional estas dos aerolíneas se han unido a la
Asociación de Agentes de Viajes de Canadá (ACTA) para ayudar a difundir la importancia
del bienestar animal en los destinos turísticos. Esta asociación de catorce mil (14.000)
profesionales informa las acciones que deben realizar para estimular el bienestar animal y
los mecanismos que tienen los turistas para ayudar a los destinos a garantizar un turismo
responsable con sus animales. Además, Candi Internacional en unión con Riu Hotels and
Resorts, (cadena hotelera internacional con más de cien (100) propiedades) han
comenzado a reconocer su responsabilidad social corporativa en los destinos de viaje en
los que tienen propiedades, Riu Hotels ayuda con alojamiento para los veterinarios
voluntarios y personal de apoyo , y también mantiene instalaciones para el alojamiento de
animales abandonados. Por otro lado Thomas Cook Group plc, otro importante proveedor
de los viajes internacionales, incluye el bienestar animal en sus esfuerzos de
sostenibilidad, y también ha desarrollado una política de bienestar animal corporativa
como estrategia que reconoce el impacto que el turismo puede tener en animales. Estos
son algunos ejemplos de cómo el turismo se vincula en la protección y en el bienestar de
los animales.
El mismo estudio referencia otras organizaciones como la Fundación para la Adopción,
apadrinamiento y Defensa de los Animales (FAADA), quien ofrece una guía de turismo
responsable para los turistas, a la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA),
establece un formulario en línea para los turistas con el fin de reportar la crueldad animal
en destinos turísticos y son quienes además acuñan el término turismo benévolo, la
Sociedad para la Protección de Animales en el Exterior (SPANA), publica una guía para el
turismo ético de los animales y promueve la campaña "Turismo Justo " donde participan
las empresas de viajes que quieren tomar un compromiso de responsabilidad y respeto
hacia los animales (Webster, 2013:11-12).
Estas iniciativas revelan el énfasis de estas organizaciones por sensibilizar a todos los
actores frente al impacto que tiene el turismo en todos los animales utilizados en
actividades turísticas con el fin de persuadir a las empresas de turismo y los gobiernos
locales para centrarse en la creación de productos de viaje y experiencias que sean
respetuosas, éticas y justas con los animales destinados a ser comercializados.
Estas reflexiones se refieren a la relación que se establece entre los seres humanos y
entre los seres humanos y los animales, conllevando a un replanteamiento sobre el
alcance de las palabras respeto, igualdad, bienestar, esparcimiento, entretenimiento, y
libertad, definiciones que en su mayoría se encuentran inmersas en la interpretación de
los conceptos que de turismo se han hecho, (Valencia, J, 1998), (Jiménez, 1986),
(Pantano, E. 1997), (Acerenza, 2009) y la (OMT, 1998). Sin embargo también se
encuentran otras palabras vinculadas a las relaciones entre los seres humanos y entre
seres humanos y otros animales, como el dolor y la crueldad, que también invitan a
pensar como estas siendo antagónicas a las primeras se entrelazan en una simbiosis
compleja de diferenciar. Ya lo expresa (Bekoff, M. 2009 citado en Herzog, H 2012) cuando
decía ‘’Me gusta reflexionar sobre nuestra relación con los animales porque dice mucho
de quienes somos’’ y es que la relación que se establece frente o hacia los animales
perpetua los modelos sociales aceptados o entendidos como naturales.
Hoy en día los animales están dejando el estatus de cosas para postularse como sujetos
de derecho al ser seres sintientes (Fundación Derecho Animal, 2013). De tal manera que
ante la relación entre los animales y el turismo las posturas encontradas son por un lado
la necesidad de lucro y por otro la identificación emocional entre seres sintientes como se
evidencia en la tendencia turística humani turismo, que centra sus esfuerzos en el viaje de
voluntarios cuyo fin es ayudar a cuidar a animales que han sido víctimas de maltrato o
abandono alrededor del mundo.
Es así como los paradigmas de una sociedad limitan el concepto de lo bueno y lo malo, lo
aceptable y lo inaceptable. Lo que en palabras de (Lezama, 2008:16) se explica cómo
“Son las sociedades las que le dan sentido, importancia y jerarquía a los problemas, no
son estos por si mismos los que se imponen a la conciencia y percepción”. Esta
afirmación es el límite entre el lucro, la moral y el bien común.
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Diciembre de 1989, por la cual se adopta el ‘’estatuto nacional de protección animal’’ y se
crean unas contravenciones y se regula lo referente a su procedimiento y competencia,
Bogotá
Colombia, congreso nacional de la republica (2009), proyecto de acuerdo n° 198 de
2009“por el cual se reglamenta los desfiles con animales que se realicen en Medellín”
concejo de Medellín
Colombia, congreso nacional de la r republica (2013), acuerdo 532 de 2013 “por medio del
cual se establecen los lineamientos para la formulación de la política pública de protección
y bienestar animal para el distrito capital y se dictan otras disposiciones” el concejo de
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