anecdota militar 15 8-1907

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Page 1: Anecdota militar 15 8-1907

XXXI MADRID.—^Jueves Agosto de i90f

Mm. 9.0S7 CONDICIONES DE SCRIPCÍÓW

MaárW, un njcs, 1,50

Cuairo odlolones illaHam MILITAR

, ujci, 1,50 pesetas.—Provincias; írimcstrc, 5.—Paíse» de U-Umóa PosuJ, un año, 60.—Asia y América, 70.

II fiíieiiíe fie t í COMSPOlíDElíeii líe dirigirá toda la correspondencia y giroi

íjuarta plana, 0,15 pesetas línea. Reclamo, ñoúch&mtítulo, 1,50. Común'

El Imparcial publica esta mañana ana descripción detallada de los

Ám ei mmcu m uAmms

toiiis p « tep j 6170111 p imiu publica esta mañana ana

illada de los sangrientos su­cesos ocurridos en Casablanca desde el 30 de Julio al 10 del actual.

Hace el emocionante y minucioso relato, que acoge el citado colega en la casi tota­lidad de su primera plana, un compatriota nuestro que vive en Casablanca, tiene jpor lo visto allí merecidos prestígíot y ha to­mado parte activísima y heroica en la de­fensa de los europeos durante los días v^ei morables del ataque y saqueo de UM kabiÜM.

empresa que lo sacara de la gris mediocridad en que vÍTÍa, anunció en España Nxeeva su primera salida en busca del Pernales.

Proreyóse de un bote plegable, un plano de An­dalucía, unos catalejos, un botiquín de campaña, un gran lío de cuerdas, una escalandra, una cara -bina, una linterna, un barril de whisky, lui talego de lentejuelas y una gran lata de penmican, tomó prosaicamente el tren y se encanunó á los campos serillanos, teatro de las románticas fechorías del femoso bandido estépeño, decidido á interriuvarlo

I' ó á perecer en la demanda.

Nuestro braro capitán se pasó en claro, ó quizá en turbio, la primera noche de ria;e, trazándose planes para emular á Stanley en busca del doctor Lirinstone, ó, cuando menos, l&s sensacionales y graciosísimas aventuras de aquel viaje á París en burro que ha quedado como insuperable ejemplo de sprit j de inventiva periodística.

Pero el hombre propbne y el Caletre dispone, y ahí están las cartas piiolicadas por España Nueva demostrando el lastimoso framcr, A^ T^——--Andalucía.

OfiGiaas: Pasaje de la Alh; i r ,^„ „ D '*!'-7S- noticia genera! i, •cado. ..Extranjero, ^S ^or .J'^'^íi,^^:

f l a í ^ i ! Í n T r d e ^ ° t S ' ; ^ I ^ " " ^ ^ ' ' -encuentran ejemplos para foJ^ ' ? r ^ ' ' * *" «"* ^e comprueban todas l a s S í o n e , i f ' ^ " ? ' ° ' ^ 'I"*

lastimoso fracaso de Tartarii n en

, ^^— j __^uvv ub uM «.aun Para el lector, que por lógico afán de in­

formación busca |a noticia y le agrada el detalle y lo ameno de la d^ciappión, es, jiia dada alguna, ese relato que núWica Étfii*-' Pítrcial, una página hermosísima, Paira Joi

El audaz capitán Tormenta, andando de zoca en colodra, sólo na hecho hasta ahora tres descubri­mientos: que el Pernales es un bandido caballe­resco, por ^uien se pirran las muchachas; que las hijas del VivUlo soii unas líterahielas que á su vez se pirran por los pedamos át ^maco i s y de Felipe Trigo j gue piensan en francés como cualquier

^, ,^.,--.», *,í, .«^u« I modernista, y que'los guardias civiles son una es-q a e tenemos 'e l ^eber de anal izar los hecho» 1 P*'=i* detrogloditaí á quienes nunca se ve á flor de desde el paqto de visf?. dd publico interé.. I S^g^l^^á¡£:omr^^^^

pero afusa i|isidio$atneáte, con ábsolattf desp-ecio m la yerdad y &¡^'¡Sstiti$, y sia la arrogancia y el valor 4e formular claramente sus afirmaciones.

No ha usado de la misma reserva en lo que toca á la muerte del Soniche y del Chorizo. Estos do» bandoleros cayeron en un encuentro con la óuar-

! día chril, cofno es sabido y está h^sta la saciedad demostrado; pues cl capitán Tormenta, por irre­ductible oposición con la veracidad ó por falta de discernimiento para depurar las leyendas á que tan

. incliiia49s son los campesinos andaluces, ha dicho que los nombradps bandidos habían sido envene­nados por unos cortijeros, y que las fuerzas de la benfmerita acribilMrón sus cadáveres á .balazos, para atribuirse el servicio.

£fltÉ aserción es, senciUaáientí^, una necia false­dad, qae merecería severo correctwd «i, pbr otra

comentándolos aiite 14 opinión con arreglo á los dictados Se nuestra honrada concien­cia, esas columnas de Bl Tmpareial engen­dradas en el reflejo, en la exposición inge­nua de la más pura realidad, destilan infínit ta amargara, profanda desespea»cióii, erro­res y desalientos que sonrojan una vez mái el rostro de esta desventurada nación

t-a nnaudad victorio<;a H» >,.,- . decisiva para el honor y n í " " ? / ^ ^ ^ " *' '• '?" hasta en el concepto e c o n ó m ¡ r n Í ""= "/««ón vidarse un detalle por los en? . . ? ' ^^^^"? "^^^^ °^-cionar el útil Ilamido . E i é S ' t ' / " ^ ^ ' " ' " ^""-responda el día del ptU¿ofí: f i " ' ^ 'I"* ¿«e fundadas, á los miüone f sacnfein/n"^"' '*' •=" ^ ta su sostenimiento en la D a ™ ° A"*" '"'"P?*^"-útiles y aquéllos resultarán ff.aí ^ ^ ' ^'^'^ '"• « la « y izacióry e S c í ó n d?l,^f r ' " ^ P^"^'"^'' tan h e á a s con v i s L Í ^ S c l ^ ^ ^ l i ? ^ «« es, |

Surgido un conflicto, v en u J,,VA. • j arabos beligerantes proceJ/„ J i ¿ ' P ^ ' ^ " * <*« que gica mil¡ tar%S^aom^¿^^° t f a í ° t t ' ^ •^ '' 1^-sos ni faltas que luego se n^?A ^'^"'^^' *'" '"«'"a-es que ambps\jércitfs c^ P S á ^ Y , , f f * . ckroi^ I

in mK.,:i:i»,ix_ í ,'-"menzaran casi á untiem^

ambra, 1, entresuelo •PJUtTKOO llífllí. lao .—THijépOMO » " i " '

A duelos 6 luchas singuliM-es entre armas hemos reducido el combate ideal, reconociendo desde lue­go que los casos relatados no se pi'ésentarán en la práctica sin grandes modificaciones, debidas á muy variadas causas; pero estando preparados para ellos, se estará para todos, porque son lo» más di­fíciles, como y^ hemos consignado.

En efecto, una infantería, nara «>' un electo, una infantería, para ser capaz de ata­car confiadamente, necesita: ^

1." Una perfecta instrucción en el tiro; enten­diendo por esto que los oficiales conocen su direc­ción colectiva y la tropa domina sus armas, sus músculos y sus nervios por el continuo consumo de cartuchos juiciosamente gastados.

a." Una gimnasia militaryeminentemente prác­tica que vigoricé cuerpo y espíritu en el desprecio del obstáculo.

3.» Una costumbre en el manejo de los lítiJes, . que le aseguren poder cubrirse en todos teirenos y j evitar pérdidas que desmoralizan y debilitan la lí­nea de fuego. 4

4.* Una edacáclóñ moral, severa y elevadora - ...uwivu mural, seven

del alma, que permita á lo» oficiales tener la carga.

po su movilización, á la cual «¿ñvá .t ^ ""i-"*'^' estratégico de su» fuerzas ^ ^ despfaegue

Conocer la dirección de los nrim^.^. _ • - f tos de tropas, que indican 1«.^?»'?^°*™'Í ' '™'«' decampala, 'é^imp2Sen l o S t e ° ? " , í ^ ^ P'i mov;iiio,-;Án A^ i«- ' '*; posioie la tranaui movilización de los 1

an tranquila

do alarma en dpaí^enPf^ií '""""'^"*' sembran-a p r e c i 4 s 5 e X n d " l e ? f . V . r „ , ^

ñola. espa-Va haciéndose la Iu2 en medio de la den*

tt obscuridad, creada por la amáí auna áé noticias contradictorias, ^ai^l y exagera­das;^ á medida que coa vtráiáBtik a&em-f dad de espíritu, sin vehemencia alguna, i^* ip;m sabiendo ip que o<?arrió ei»! Qasablani ca' y váiÜíís' teniendo conbcíinieoi^ ú<^ sfiici, to producido en el mundo iwrftqoélloé sucesos, vemos destacar en lontananza una vez más la imagen del ridículo, abrazad^ al nombre de España* y olMervámos cómá nuevamente gime en la picota pública, en- tre burlas y desdenes» sigo que afecta mu]| mucho al decoro y al pre«ti(pio de la t^

De lo publii^lo por . ^ / » ^ M 4 I relaté fiel de hechos é iinpreiiones qué no puedi desmentir la infoo-madón oficial, deaprén-í deae que en aquellos momentmi ^ terrible angustia, cuando en Casablanca, lo que mát pefigraban eran nersonas é intawMNM *-~—-

mo.

. . V w w a i V t ' U T U í U , p u r o

parte jfek bufa iX^ia^a ífel cgpitáa TprmeiSa fiuese digna, coü^oD^ra nosotros lo ha sido, de

no de la

Es á tóém luces injusto lo que ocurre en las Academias militares con la pensión que el Bstado señala á los hijos de oficiales. Como el número de pensiones es limitado, hay qiáen cursa con aprovechamiento loé. tres años de carrera y asciende á segundo leniente sin lograr la pensión de referencia,. Los que ^ por ralta de aplicación quedan re«

^pg. I trasados en sus estadios, suelen salúr bene-^^ Ja pfJBi^ I ficí*<ios «j el percibo del tutelar auxilio, y

que llevó una íáfaS"de" esjeranza á aque» | ?f f|»í??.»*Jíf j« ^/.f''*"''? ' í ' ' " ' ^ lina iníx.-* j — * ^ " * üo de cadctc, y el cuaTto, pu^

pierde el consabido dereoho . 1 -• • -

lates misiones sólo las nn HA '^».«™ -Arma: la Caballería oríffln.P^S ^5?"?P^"**" "« dependienVe»! con ligerls ¿ .v^- « f ' ^ « i q ? e í in-

!Ólo las di cial, dentro del t V r í , 7 o r i o ; „ e S o ^ P ^ ' " ^ ' * ' "'^^ ciando k TMayyendo v S f o n ^ T " ' - ' ^ * P ' / -

*a Para infantes que tales cualidades posean todo

será un juego. La buena fortuna será aprovechada .con exceso; M adversidad sufridacoa heroísmo.

Educados para la o£en»va, coÉntfolas circués-tancias impongan la defensa, tirarán aún mejor en obras cubrídoras, hechas con más espacio y esme­ro; no vacilarán en abandonarla» y cargar s o ^ e »1 asaltante cuando s^ jefes se lo ordenen; y en tales nmcciones activas :eúí la única prohabiMdád de triunfo de la defensifa. .•'•• •

Una caballería, cuyos ^ a e s sesieaten 'firnes en la silla, que no vacilan ante los saltos más peli­grosos, que están hechos á la idea áe que cai^ar á fonda es sa salvación ante el eaem^ovserá taacho más útil en-empresas de meadr:«DD¿ño, y Su es-"''•••••''' " • • al sacrificio,

hkmmMnmi HiaTORIETA MILITAR

Ya hacía buen rato que la coja del n^iniiento había dejado á retaguardia el puente. Por encima de los copudos árboles que sombreaban la polvo­rienta carretera se destacaban, en el azul de uncielo sin nubes, las cípulas del Pilar; Zaragoza y el E t ro quedaban atris y á Ja derecha, y á nuestro frente una larga cinta blanca, embutida en el terreno, nos prometía cómoda jornada hasta el pueblecillo de Pastriz, punto de nuestra e!a(^, donde al siguiente día habría de reunirse la división para el comienzo de aquellas modeaísimas maniobras de otoño.

Abiertas las filas, caminábamos con paso pere­zoso, como quienes no tienen gran prisa en llegar, cuando el comandante M., dirigiéndose á las dos compañías de vanguardia, dijo en voz tonante:

—¡Seguir! •¡Seguir!—repitieron los dos

'•-IV,' ^"« voz mas baja v á mo-i« A '".r"^"» —iVamos, seguir! ^ *^° ''^ espoüque:

frente; con la sencilla voz de ¡paso larj Th conseguido lo mismo; pero, según un veterano cajjitín del regimientn i« "-'-'

que pasába-ganar terreno al

¡paso largo! se hubie-

es in-pronunciarla.

pirita de bravura habitual ¡á lleraf 1 cuando ést£ sea preciso.

sobre el teatro d e T a K u e ; ; r ' . X Í ' ' T " f «'"gánica» combatirán, l a n z a l n ^ k l S S ^ ^ ^

Una artiiieríacap^ de trotar yários kilómetros en columna, Segando á kposiciód fi^sca y en disposición de rom{:«r serenamente' él niego, ha­bituada á la táaniobra «n todús terrenos é ihsinaída ea el tiro de un modo, custoiial y continuo, contrará dificultsdM intn<« .—— -' ' -

, I - 'J — o v n i u n VI vaHinin aei regimiento, Ja palabra íe^w/r salstítulble y filosófica; los jeff s, si pronur,„„.^, añudenirt menté otra, que el capitán elegía entre el íJr^oí de las desvergüenzas: «Seguir... fastidián­dose».

El comandante M. me distinguía mucho; nues­tros respectivos cargos tenían bastante afinidadr él era (entonces se llamaba así) jefe del detallde tiro, y yo nada menos que encargado de la recar­ga 4|.cartucho^ cl aparato Canterac y el tiro con carga reducida estaban en gran bog.

(Swndo tuvimos la distancia r-n

I n o eii-

. - — eran personas é interines noles, faé k bandera francesa

penor en instrucción y c a p l S S o b í e r T ' "

d u & ^ i í e S e l s - I L a á - ^ U n « ige una preparación al efecto ^ * ^ " ' ^ ' * ° ' " ' ' ^ " n , Pn i ? r ^"" " ° ' ' ? « " " ' í o en campaña aku na. yn la franco-prusiana la rahaiWí, T ^ " ' mantuvo embebida « l a s cnl,™„, * francesa 59 para morir luego glorio^, n i r ^ ' * / / * * * ^ ^ ^ t S pasividad/lf afemanf¿i^f?, ' "" ' '^f inte . Ante n e l m u y c ó m ^ i ^ J ^ e í ¿ fe » S f ""''•"^^-

dificultades jamás, pues el fue^o sobre lí­neas de artillería exige la mayor precisión en las punterías, la más perfecta dirección al ser reglado.

Todas las condiciones mencionadas son indis­pensables en los duelos de armas para ser en ellos rencedor. Por tst ratón lo» tomamos como IOBA-LKS BE cotosATG, á fin dc que sirvan de justifica­ción á los IsEALBs QROxMtcQs, quB han de ser obje­to de otro próximo artículo.

Teniente coronel de Artillería, .111 — ^ - ^ ^ ^ 4 4

.M. distan comandante acercó á mí su ^uai lago, ni menos flaco ni menos amarillo que el de Artagnan, riciándosela tranezoid.-il ^ . •.-.<•-—- • jome:

-.cía reglamentaria, el acercó á mí su cuartago.

yaca-y azafranada perilla, di

. con la i nada de flanqueos ni"de e.Trt^'a^:a i n i ! j . * : = " < 5 " P.ara marchar

si la ta

de parejas, ¿sabe

- oJ de aposenta-luerza; no vaya usted

eh? A n,- ' ' ' '* '^'í= «elegirá para el»? A mino me hace f^ta b ^ e -

._ _. .laukjucus ni de pan usted? Cuando l l^ue al pueblo, haga de dar; aquí tiene el estado de fuerza: nn 1 á acordarse de aqu^lartículo .«lo mejor casa».

"^^W^iCSm

Uos infortunados europeos, ante cuyos ojos los moros asesinaban, saqueaton, robaban y violaban.

Y los primeros disparos qae allí tonu'on para vengar el ultraje jr defender lo« dere­chos de ios pueblos civilizados, ^ c o n de franceses, (fe engreídos franceses q ue pu­dieron agravar las circunstancias por nQ haber en los primeros momentos, en aquel puerto, ni buques ni tropas eapañqlaa.

Después continuó acontecido ib mís4 mo: apenas llegó nuestro Don MimoéUBo' ¡dn, se presentó una división navad france­sa; desembarcó ima fuerte columna de tro* pasde la vecina República, y cuando lie* vaba librados algunos choques con los mof ros, se presenta allí un modesto y pequero núcleo de 400 y pico de 8oiá«4o«^^aiíol«^

Deberes que cumpliremos haétá el últi« mo momento, ahogan nuestra voz y detíe--nen nuestra pluma.

Heroico, genuinamente español por su arrojo y su bravura, ha sido el comporta­miento del comandante, ^:: im i#3iaíes de la tripulación de nuestro Don Alvaro d» Bo' san. ¡Blios sabrán lo q«e habrán sufrido, no por los pelígrcMtrde-k loqht, qae eso no hace metía m las atólas 4#l«(!Htifr,%h^ por los alardes de stiperioridad de los franceses! No hay más que leer so Prensa y ja ipglesa para ver cómo entrelaiaá el des i^ y la ca» ¡umnia al ocupante de lo que hemos hecho ea Casablanca.

¡Nataralmente! ITn pobre y Woáe^ ca­ñonero—por más que lo mandoa y lo tri­pulen héroes—y un diminuto paña4o de in&ntee y Jinetes» no ha padi^ó ii»niar mu; cho la atejjcióri del imuádó, yha coottítaí-do depresivo contraste con lo sostenido y filmado por noeotr^e tjt el Acta de Alge-ciras.

La característica que ha descollado ef cnanto sobre el conflicto de Marruecos sé ha hecho por parte de España, j a la pro­báremos en ectgis columnas.

Por hoy, conste ^ue no querenios con-tnter la reeponisabilidad moral de unijr 0«iestfoapfiHÍ80*ítfe aquello» qwe ^&mf que cuanto se ha hecho ^i lo que ha-debí-, do hacerse.

__,„ _ -...>..».¥ / utíjuíícs ue la Datalla. L , - , j ^ V - — " ' " '^' l ' " v " « ^ o I á la guerra muy escasa caballería

en el tercer año de cadete, y el cuar to , purtt I lación á la que poseían, y sus cél repitió uno, pierde el consabido Ai>r,^u^* ——• por haber terminado el plan vigente los qut con él ingresaron.

Esto, que es lo legislado, sería lógico si el alumno percibiese la pensión desde el momento de su ingreso y de ella disfrutase

I los tres cursos que el plan marca para el 'ascenso á oficiales. Pero contra todo lo ra* cionai está la legislación estrecha que rige en esta materia y la real orden de 7 de. Octubre de 1895, que es dam 7 iá-mi-

'nante.' ?: Todo hijo de militar debiera gozar de ese

benéfico apoyo, aunque hubiese perdMó curso, durante tres años académicos, ymo se daría asi el caso db -que quien se vio pri*< vado de ella durante los dos pritneros años,, «ese al ciorto de percibirla, porqiw aii4 compañeros de promoción son ya ofíoiito*

Cesen de una vez estas anomalía», y un '«pirita recto, r^^ooado y diáfiuao modifi­que esa l ialación absurda y notoriamente injfista.

LES 0E ÜOPIfTE Parece lógico, y así se verifica casi siempre, que

ú prvpaitriim Boramienta cualaniera »<• ti-nno —

cimiento de su necesldadañtes de l a h , ; J . " batgU, y después de}a ba¿Sa LoÍ rus A á la guerra tnuy escasa caballera r L , ^ ^ Pevaroa I vacará también ü « , ^^ .71 ~" "^P."=«Dre kción á k qu/pose 'm,fsurcl ' ÍS." .^^L.=.°» ••«: I S Z Á ^ ^ L Í ^ f ^ ' ^ ' ^ ^ ^ m ^ ^ de

Dj^delar^ilfecha el hal^vevacante el <aigo áa jefe del Cuarto militar de Su Majestad el Rey.

El 2í del prójómo mw de Septiembre c a r a tamhííSn 1- ^

, tengo un grande amigo en Pastríz: don Fulano; buena casa; mi asistente se va con usted. ¡Ahí Us­ted se aloja conmigé?; no quedará usted desconten­to: ¿estamos?

—Está muy bien, mi comandante— después de otro vigoroso

^fr.'„.5"?A'?°^«..«--S^'>i?a« con esmero y conven. e la batalla, en Is fO ru^Qs llevargc

Vr,c~'.' i'"ÍS"' '"' con pe-I AÍIu""/—' '"* '^ « «iHanoancia gMiera

rendu-la caballería.

contesté^ y ^ -- — -«V* Tigujoso «¡seguir!» tomamos la

sección, y yo el paso más ligero que permitían

I nuestras piernas de veinte años. A fuer de buen aposentador—y modeaia aparte

—en los tres cuartos de hora de ventaja tuve mis boletas separadas por compañías, muerta y trocea-

I da carne para el rancho^ encargado pan para cl día siguiente, y en el propio salón del Ayuntamiento, bajo un retrato regio que tenía cuerpo de Amadeo y cara de Alfonso Xíí (i), un barreno por batídlóa, en loS que flotaban sobre dulce mosto todas las figuras geométricas que pueden hacerse con melo­cotones; la sangría, ó zurra-capote, que ambos nombres tiene, estaba destinado á los empolvados

t e ­

tras de ellft,

reÚn^ milita-. . - ' J^^ «™ I res y en otros que tienen <»rácter esencial-

el contrario"'. Í ^ ^ ^ Í mente político, se viene hablando de am-I bos cargos, y sin has^ comentario alguno:

por nuestra parte, vamos á recoger la espe­cie aun rírmiia

El despliegue estratégico esti terminado. Ambos contendientes, empleando k única manera de ir: derechos al triunfo, han buscado el núcleo princi--pal del conirario, han marchado hacia él, estáií frente á frente y se disponen á combatir. f 1

A 4 6 5.000 nsetros, los cañones toman la pak.* bra y obligan con su fuego certero i adoptar fori maciones poco profundas.

El terreno se cubre de cascos y de balines; sus cnbiertos son ilusorios; en ninguna parte se está; seguro; d avance es imposible, pero necesario^, Hay que hacer callar ó debihtar aquella formidable masa 4e b»tf rías (jue á cac}a n^inutq es refonadaf

Esto ánicamente pfted? conseguirlo k artillería propia^ tomando la supremacía sobre k enemiga| merced á su buena instrucción en el tiro, á Su ca? pacidxd maniobrera y 4 su resistencia en el arancl al trote ^n columna, que le permita llegar con opor­tunidad salvadora.

Vemos, pues, aue tras el primer duelo de arm§s, el de k s caballerías descrito en los párrafos anf«* riores, se presenta otro segundo duela, el de ks ar­tillerías á distancM.

Esta sólo podrá cerrarla el que logre ventaja ea tal lucha singular, el que aiit racionalmente haya tirado; el que haya puesto en línea á su tiempo el muLjot admero de piexas, situadas ea forma «te dar aaejor rendimiento balístico.

de que circula. Tiénese por seguro que, debido á las mu­

chas cuestiones de etiqueta surgidas entre los tenientes generales que han desempeña­do la comandancia geoieral de Alabarderos y la jefatura del Cuarto müitar, existe el propósito de refundir ambos en uno solo.

'" • ' dareíie satiafección,

J i o n ' siaó por muchos militares.

No puede ni debe haber—dicéii— incon­veniente alguno en que un teniente gene­ral desempeñe los dos cargos, máxime si el nombrado re(^e las aptitudes ñsicas, que paiVfsos pantos son m£s que convenien­tes, jmdispensablefi,

Y, como consecuencia lógica, se barajan nombres, sonando con preferencia el de

garj i rgueros de lá oficialidad. ¡Vaya si entró nJarcial mi

Tal determinación,, si es que no de fundamento, es acogida con satia&wuun, no sólo por determinados hombres civileí, sino tior mtirthrM ««;»•**-—

«^M« ^ídi un regimientol Sonába­

me k música como si me hubieran puesto campá-nillitas en el corazón; parecíame la tropa más ga-

I lkrda, más hombruna, cubierta de polvo; al meter lí s banderas en el .ayuntamiento—¡qué tontería!— se me apretó el gaznate y pensaba: «¡Quéakgre ditbe ser volver victorioso de alguna guerra!»

Quedó el coronel muy satisfecho cuando le en­teré del resultado de mi gestión, entregándole tam­bién un croquis á la ligera del terreno del otro lado del pueblo; pero me pareció (Dios meperdone) «|ue más que el croquis le había conmovido la noticia del luira-capote; bien es verdad que el croquis era muy malo y k sangría estaba deliciosa; me felici­taron todos por ella; ¿por qué no se pondrán cier­tas notas en la hoja de servicios?

Estaba ya la sus alojamientos no ros,

Estaba ya k tropa cepillándose á la puerta de alojamientos; los furrieles se agolpaban en á los abanderados para el reparto de los co . , , V el corneta, vibrando en sus resoplidos Ja

alegría de formarse media guardia, daba al aire el nada corto toque de asamble *

tor-cordc-

danteM 3lea cuando el Buena ¿aíal irs^^'"rT^.''^^!^9,'^i<^^^^n^'

y yo entrábamos

un

"^^^Í^F'T*

OTIIO VlAJC CK llttRIIO

M capital Tsmesti q u í l n l ^ h a & d * ] , " P ^ " ^ « " ' ' « . « r í W i t á n de Ba*t»„« "^"ando en la urbana vida ^ M a d r i d ^ a n t e espacio para su espíritu osado r e m S -<>«lor, ydcsaando acometer, a l ^ n a diiKOJBuail

?n la psr« njaterkl c ^ o m o T ¿ ° m c S , T ¿ t S por base la manera más p r o h ^ k d - ^J*'** Í f 9 ^ los futuros combates. ?^^Í?^éf : Í ! Í í sp«Uars#

Mucho se ha escrito sobw tan irapoftante « „ „ tp, partwído, i nuestro pobre m o d H e ^ ^ ^ " I punto de vuta ,que no es exacto. « » « un

Casi todqi, aunque hay excepciones muv VaKo' Ssj. cpmo el príncipe .«ohenlohe, quierenUdídr U> qu* pasjr4 en }a venidero de lo S Ü C S ÉS ÍÍ pabilo, vSpÍBcfo íuAÜin las d e d u c S ? e f l o l hechos de las últimas campañas. ^^*

Tffl estudio es útilísimo y constituye un nodírr.

m i c h í fe£ ^ ^ e ° «" fo^^ación d i

• 4 e c \ o s S i n " f . n « r f a ' ' ' ' " '"^ '= " ' '^ A los 1.000 metros abre „„^lo* '¿o?o, metros abre su fuego

L T ^ ; m / ! « » r . r . « ^ ? ^ . ° ' ' ' ' ' * » á e evitar sus' por encontrarse m „ . r ^ f V t l - : ! ?^ EsteUa,

e proceder del eje cito contrario, hfo 'también de «chas circunstancias. . «hSf « ^ i f deriva esa variedad infiaita de los he-tó hWn? '*^* ' í ^ ^*" «""'e* ^ dice con razón que *ior|nnc,p,o <,«e geoViHice 5^ %(,,pliCB4o 4c5-

h k ? D a r f t f f ; . ^ T * * 1 * = ' P ' " *^ indiapenia. I bles para ñindar ea «líos k organización y Suca- :

su fuego, bien dirigidcl Avanza, empk»

s u & ; ' e S Í ^ Í ° J ? ' " * ' n ' » - e i ' f ec tode

a , a K e " í e r 1 f i ? ' T ' ^ * ' " '^ ' '°^«* batkntes. el s u í o U l e T Í f e n l S V r ^ S «í M ^ »

El enemigo se retu-a, perseguido p o r k s baks v los proyecnles dc k artillería, quj^ie W n ^ t ^ merme ba,o las armas b l a n c a s ' J i a l o n k c J l f Ikna, lanzada en persecución. '* P™P»« «aba-

Hemos presentado ahora el tercer A„.i^ 1 j k s infanterías; iniciado con los S s c ^ t b i t ^ l

W T ^ * ^ " * » " ' " " " ^ " «««npten'con su 'deber

general que desempeña xm puesto de gran conflánía, y qué si no es granáe de Espa­ña, pudiera serlo.

Muchas más cQsas se dicen y i^odim» más especies circulan; pero la pra^tecia nos aconseja no tra^asar los linütes l e la discreción, trat&ndoie de atunto ^an deli­cado,

El a 2 de Septiembre está próximo y en­tonces saldremos de dudas.

£/a bandeifa de EaMeUm

Ha sido depositada en el Parque regio-

, . ._—v-u wují menudas chinas del río; él dueño estaba fuera, en Madrid; asuntos de polí­tica. Ella, no muy capaz de atendernos, por so es­tado, meses mayores, pero con una mayoría alar­mante; no obstante, jprocuraría que nada nos fal-tase^ y esperaba que honrásemos su mesa.

Mientras nos lavábamos, el comandante me decía: '

T-rHa de saber usted, amigo mío, que este jMiehlo tiene una especialidad, como tantos otros de Espa­ña- que son célebres. Yepes, por sus melindres; Morón, por k s tortas; Candelario, por los chpri-íos^ Jabugo, por cl lomo; Vich, por el salchichón, etcétera, etc., que no es del caso darle un curso de geografía gastronómica. Pastriz construye, ahuma y fríe las más eyupendas, rollizas y exquisitas mor­cillas de aitozíi" '- »T>"" ni

K Hag y el kaiser I

tinas ae arroz ^ue haya usted probado nanea probará en su vida; prométase usted un festín, por­que ya he tenido yo buen cuidado de que no nos falten en k mesa tan sabrosos embutidos.

" , eon electo, cuando durante la comidi r la eran fuente ri»f.i»»-. -'- »

Y recer • comida vi apa-

osa'^Hplir.^rrí.™?*! V coruscante embutido

comandante una es cosa'delicada; no

tn^

tmt^'^^^rdiale qüc C o r d e l " ' ' ^ ' agradabk la forman los ^ o T ^ ^ ^ ^ ^ ^ r ^ t ^ ^ ^

sin desperdicia ' **"^''* granate del ani-jjal asta media-docena, mal

contada, embauló mí

L« «ntrevísfa 4« Willi»lm«lio*

^ d o n d e T e l e S / * ^ " '^^ ' ' "^ y» « Wilhelmshoe, • S . *^""*'^ ' " anunciada entrevista caa.ei

i Llegó ayer, á k una de la tarde. í P .ñ fdo%Tc^ l " : , ! "? r ' «^?« í «aperador, aeom-• tía d ¿i¡f„rmP*/"*5 ^ ^ ^ ' ° ' ^ ' Eduardo Vil ves. ! - o l l X ' S n T r a l U i r ^ ^ prusianos, y Guilier,

s e t r f l = ¿ ? ° ,*"*'*'*'*echo honores, vlueeo c l l l b r f r ? " * ' = " ' " " ' ' ' J ' Hardiqgue, dondÍ ^°

D e s i f ajmuerzo y k recepción oficikl ,?f?"!Í '^*?9"f l ' Jos dos^beranos brindaroi .r k prospendad de Inglaterra y A k m ^ k ifot ultimo, acompañados por la e m r > ^ ^ -

«««» ,por k , caües^dTk p«Akci6^? 'P^*" ' ' ^ i'ot k noche m»T^i «oijarM inglés i íschl,

jete, y prosiguiera su recarea T¿T ' * .

( atrevido áhicerie p r e s S t ' ' ^K-Í?? T í^ut-iera

por

se

Ayunta-mazurca )a

miento, donde ya al com^/^^'

Habría ya transcurrido una hora

«nthet is j „ C7 0te y roma servantes. Me di6

teme del ¿o^'^d^m^'ZrtS^r^''^'''^'' '^ » ^ -* 1 sa a p r o x i i ' ^ a f m S d"f bat^lf.'^ g''^ en aquel instante gozaba k s dukurM df "' u' ^«^ abracado á una señorita ancha de "^nttí"» *^^**'' de nariz como k maritornes de P ^ ™ ^ " ' ^ el presentimiento de queks m i r ^ ^ r ^ " ' " -sumando su obra; lTc¿^tíSfn'''^^T'=°'' no, y hw» apriesa, nos enteram„1 fí' P ° ' " ^ í ^ ^ ' «t^ba malísimo, tí>do era s S e s ^ / U S Í ' * '

Page 2: Anecdota militar 15 8-1907

AÑO XXXL—NúiH. 9.037 LA CORRESPONDÉIS CÍA MILITAR

Al llegar á hi casa, oímos desgarradores gritos de mujer.

—^Ese bombi-f se ha, muerto, doctor—le dije ai... médico.

—¿Se ha muerto?—preguntamos en la puerta á un criado.

—f^o, señor. —Pues ¿y esos gritos? —Es que la señora está saliendo de su cui­

dado. El médico del pueblo, que allí estaba, salió á sa­

ludar á su colega, el de mi batallón; la señora es­taba en los preojonitorios, pero parece que la cosa, no venía muy tíifen.

Cuando vimos i nuestro jefe estaba desencaja­do, cadavérico, la perilla erizada, las manos en el i^démcn; tacspoco í t cosa venía bien, sin'duda. ' • ,f,ilyq%|f9#4V9*' píir solidaridad profesional, se # i | (M)tH' Íá «inbos trances;, ni ü vástalo ni las «Dteil is^iíerí in abattidonar sus t^spectivos "alo-iamientos; gritaba la señora y el comandante echa-íia por la-i^ijca 5apos y culebras. Yo me multipli­caba en mi oficio de practicante improvisado; los asísteles eonian 4a estafeta de la botica á casa, •Tdt casa l i a botica. ¡Qué noche!

¥a d e madrugada, los tiernos vagidos de un'in-•&Bteidieroa á conocer que se desenlazaba uno de tea dramas; poco después^ sin duda por lo que los médicos llaman simpatía, el comandante quedaba Wbre desa carga, y no con vagidos, sino cori de-tamaciones y truenos; él corneta de la guardia de J prevención floreaba una diana con acotaciones,' una diana digna de Mozart.

Una hora después, antes de formar el regimien­to, el coronel se enteraba por el médico de la im­posibilidad de que continuase la marcha el coman­dante M. y de todas las peripecias de la noche, y me decía:

—Vaya, hombre, vaya; ¿conque han estado us­tedes de parto? • • —Sí, señor, mi coronel; de parto doble.

Desde entonces, cuando recuerdo al comandan­te M-., no pienso en la carga reducida, sino en la carga máxima.

L B. d9 e. • M K <

Es cierto, repetimos, que todos parecen bien dispuestos á ello; pero como nó se hace,' prefiisa poner de manifiesto dóná^ está el obstáculo ante el cual se es t re l^ lo» trabajos realizados y hablar claro.

Como somos poco amigos de andar ro­deando, anticiparemos que^t^es. un uMea o mal planteado desde el prii^pr faomíáto, peor tramitado, y ante el ci¿l «dsteo.i«C&-los que es necesario hacer déw^ar^ r . Y como está'pféét plenamente convencidos de la buena voluntad de todos, á que desapa-rez(^_ tal *|j|^ft. dg ,íSg8as ,íieftík..íHígstrp, trabajo, esperando que las soluciones' qué presentamos puedan servir de norma para á feliz téraUino llevarlo.

»>« -H

El tercio de ferrocarriles

' 'Emp«io del actual Gabinete—dijo el se-Sor Lacierva—era crear esta unidad para «vitar los repetidos robos que en los trenes viénense haciendo de algún tiempo á esta parte;' la Dirección de la Guardia civil tie-bé puesto en el proyecto sus amores, toda vez que, además de solucionar en parte la paralización de las escalas, permitiría á ñiüchos puestos prescindir del servicio de éj|íColtas qué obliga á desatender otros pre« fecéotUinjiOs; las Compañías de ferrocfurri-fe* mostráronse, desde el prinler momento, -di'sjmestasá'facilitar cuanto de ?ü parte, es-tÜ' lese encaininado á dicho fin; el míhiáte-Eift de-Fomento, por último» aceptó; la idea expresando procuraría ponerse rápidam&ii-pe-ñt acuerdo 6on' el de Qobet*?ici6ff para Xpihz&rla. cuanto antes. Todos, cuando la iiea fué lanzada, consideráronla inmejora-itóáí y'lpareoía que del coiinón esfuerzo'lle­varla á la práctica sería cuestión de poco tiempo. Pero han pasadn mests tras mcíses y,, como un esfuerzo poderoso no encarrile este asunto, lleva traitas de quedarse en proyecto; y eso, ni puede ni debe ser.

Los desvalijamientos de viajeros conti­núan á la orden del día; la seguridad ea los trenes es un mito; hay ejsíaciones—cam­bios de línea que no citamos, puss no con­duce á nada—donde ts tradicional constí-tUyea campo fructífero para carteristas y ladrona» de maletines. No hablamos de los robos en los furgones de equipajes ni eft los trenas de mercancías, porque sería ej CUCR-to-de nunca acabar; de sobra sabe todo el -<^6 viaja, que en sus baúles no debe itevar' ijada de valor, sitio qui>,rí; que ii:sa;jare2-' ék, y en cuanto á mercancías fa9tvrja44s, el ca^tulo deuQiertóa» y-desaparicionesle JSU-porie-á la« Compañíteíi, per concepto dé in-" detiínízaciotíeS—y eso que nOse reclama todo, lo que debía'exigirse—una resp^ble suma todo» los años.

En resumen: lo que ocurre en. nuestras víasf férreas constituye una vsrdádera:'V;er-;; gasínza,, máxime cuandq es tan fócal retae-' diario ea parte. No decimos en todo, por-<|ue sería inocente creer que el mal Sea bo-. Btble extirparlo de raíz/pués desde los tieitt-. poíi mitológico» los ..discípulos de C .Qo. abundan que es una bendición. ' *"«•», én &B, ptTSciridiendo deque los Go-.* biernos'ná pueden Cruzarse de bra^pa ante' él clamoreo de la opinión, y en el ¿399 ftí-' tual ésta y», grita .irasta -hacer ensordecer, hay en eí asunto otras varias-ctmfckHÍíasí qué obligan á la inmediata ímplaátaei^a dal tercio de ferrocarriles. . ^

• JSa primer térramo ei servicio» Hoy, la mi*yoría de los puestos de la'Guardia civil tienen qne desatender nQucl*s prcfí:reñtísi-'

"pptós'pVra que susiii^iivilj'os ts(:;íJÍten lo4 .arenes. Si el resultado m;fsc- una completse seguridad en dios,, podría pasa», pero lirf

'éh.tóí, f d.e ello con)Sit qpe no.tienü !a cu|- ' ' páél.íícñan^írlto'rnStítutq... _' ,,., . ]

Én segunla, que el Gobienvi tiene, has­ta ahora, 6 «merced de cualquier golpe áé mano toda la reddcffcrrbcarrílesespaílor^ísl Si hace sesentaañps, cuatrolasaaonada^ políticas estaban, á la ordeo del dia, ]a.j-e(f actual hubiese existido, no sef bubiéi^ ÍSSÁ hecho tan fáciifneiite iquéUaS,'y jra'vfeVia-i ínos M entonces-loa Poderes, públicos'i© hubiesen preocupado, de. áiapoogr^ núpleos. de fuerza en los puntos ñecesaHpa, evit^^n-do atrevidos golpes de mano qü^; inutili­zándolos, paralizasen momísntáE^íiiineulte'su 9cci6n«

Por lo que á las Compañías férreas sé refiere, no somos nosotros los' Uam iclps á

Íatentizar las ventajas que' éncohVásep, ,P8 auxilios que ellos tengan que facilitar

para que tal medida se realice, SEgüratíi^n. te- por grande' que fuese' su' tuátttííl, líUíica ascenderá á la cantidad que por indewliia» ciónos pagan anualmente. Como que de público se dice aícietwien esas sumas á bas­tantes centenares de miles de pesetas. - Para finalizar por hoy, huelan argumen­tos demostrativos de que es necesario ir con urgencia á la creación del tercio de fe­rrocarriles.

DisposiGlones oflclal C a r a b i n c F o *

Destinos.—Capitanes: D. Agustín Maestre, dé secretario á la tercera Subinspección, residente en Cartagena; D, José Javaloyes, á la comandancia de Murcia; D. José Parajó, de secretario á la octa­va Subinspección, con residencia en Coruña, y don Santiago Pérez Gamboa, á la comandancia de la Coruña.

Gqaptiia civil Vuelta al servicio.—Se le concede al capitán

D. Jo$é Domenech Carrillo.

lafanterfa pestiños.—Comandantes; D. Adolfo Bento Cas­

tro,, al regimiento Guía 67, y I>. José Hernández Alvarez, á situación de excedente en la primera re­gión. .

Capitanes: D, Estanislao Gómez Landero, al re. gimiei^to Tenerife 64; D. Francisco AUué Mazón, al regimiento Las Palmas C6; D. Ángel Manrique de Lara, á desempeñar el cargo de comandante militar del castillo de San Francisco del Risco, y D. Manuel De-Vos Strauch, á la reserva de Za­fra 13,

PrunqrQS tenieates: D. José Sánchez Prat, al ba­tallón discipUnario.de Melilla; D. Manuel Corbella GÍBOvart,'aL tegimifioto de Luchana 28; D. José Zavíla Valdés, al del Serrallo 6'_); D. Manuel Sáinz Porres, alumno de la Escuela Superior de Guerra,-al-de Vizcaya 51, continuando en dicha Escuela; D. José Gómez Layna, alumno de la Escuela Su­perior de Guerra, al de Andalucía 5a, contmuando ea dicha Escuela; D. Alfredo González Amieba, al' de Isabel U 33, y D. EnáUo Hernández Vega, al de C)rotava$5.

Primer teniente (E. R.) í). Benjamín Quevedo Ríos,.*l E«gimiento.^e Gnía.67, . SegundQs t«nic»tes: D. Enrique González Eche-vttU 9Í regimiento de África 68; Q. José Billón Estcb^ich» al deMahóa.63;. D. luán Arce Mayora,' al de San Fernando, 11; D. Rafael Aguilera Mauri-.ci,,al dei Rey i; -D. Francisco Planas y Tovar, al' de Ceuta 60, y D. Joatjuín Guai VUlalonga, al de' Palma 61.

J

. , Caiiatll|^p^{a Recompensas.—En vista de la propuesta remiti­

da por el director de la Escuela de Equitación, se les ha conjítíHi^fe'iCrtijíj^ j^itueía íTasc del Mé­rito militar'cOHÜístífttiVtíblahCtí, á los siguientes primeros tenientes alumnos de la misma:

Don Bianor Sánchez García, D. Aurelio Monis Prieto, D. Catlos Caballero Méndez, D. Alejandro Menéndez Fuste, D. Francisco Aguirre Lasarte, D. José Chacel Norma, D. Alfonso Gutiétrez de la Higuera, JO. José Arce Llevada, D. Restituto Gon­zález Fraile, D. Gabriel de Benito é Ibáñez de .Al-decQa, p . Eduardo Arcay Catalina, D. Andrés He­rrero dei Cortal, D. Germán Rubio Eguiluz, don Antonio Bai'ea Vildósola, I). Arturo Coco Rodri­gue?; D., Lías .Pascual del Pohil y Ametiler, D Da­niel Arroyo Uf^nq,;D.. .EJpdio Muñoz Altes, don Lui^ Fajardo Allende, D. Manuel Leño Corles v D. Germán Portillo Belliiga.

ídem con arreglo á la circular de 25 de Agosto de 190a ai pricüa; téniemerD^.Mariano Murga.

iiptnr«ipía Recompensa.—Cruz de primera' clase del Mérito

militar, por profesorado, al cápitSñ D. Je&ualdo Martínez Riva». ' - ' '-

' • -'s-r, • • 'iHfiíiMai'oJir'' •GratiJícdciStí.—'ñt 4^50pé5tt'ásfanuales al primer

téitieAte ayudante'de profesor de la''A'cademia del .Cuerpo D,iámtamoPstreüááa!.-. .

licencia.—Cuatro mfse$,,p9ra el,extranjero, al comandante. D! Juan Vilarrsísa.

Ayudante.—Ha sido noinbrado ayudante del ca-.oitéflgeriaral dé Canarias el teniente coronel don; Jiíao Cólogan. ••,

Recompensa.—Cruz de primera-clase del Métito mistar, cpn. distintivo blanco, al capitán D. Félix Angdisfo.

* ^ ^ Í «WM

t.' ül"

E3n. Osiss^,TaLsp:ioa (POR EL CAfíLí:)

Mejot^» nolieiát». — j Pi*eparánm cfosre piíva vtkteev á «tnpexaff— tjvusha' entv« habita». — Eochu-

• muMeián-^de eadávet^eH.-l-J^'í^S^^ ^4 i» t')

Las últimas iiutiqias.de Casablaoca co­municadas por niarconigrarñas son más sa-tisfac!»irta« -''i ' ••^Í"--y.-"-* t-

No ha habido nueyos ataques é. las tro-%éiut'6^éáf. • .;•- ^^•-•••''^;- • - - \

•^"áitf et^bafg^ói'iéS-'máV áucttós en cosas kbs'lífé'éh'^ 4ue*tog ..moros están tl^'íffari

-^mt)lént^tfc 'pi'eparáhd'os^ -R^^-' á! §ques más vigorosos. *'"" ' ' '

En Jos alf«wiedore8 4 e Gasablanca hay más 4s,5^4PO ¡ljonü)reíij,ü|aíes ^a mayor p a r t e i''^•'•'•'-•• • ' • '^'^'^ • '"

Confírmase que algunas kabilas del inte-ric»^*Sifeá-*-'"pe8l* esoff-«Státr ifiehíánas á -Oásal>lánca,-para disputarle» el botín del saqueo.

Esta lucha.entre jk)s..i£vlígen,as propor­cionarla algún, descanso áJía tropa francesa, qufr'está rendida por ei servicio; pues dada la actitud de los mor08,-'hay • ue ejprctr la ,v.i&il4,5CÍa,escrupulosátíiéntey é'n utía ex-t^asa'íwnar A .toda hora del día y de la noche. .-• -4 '

El díft rz pofía tarde, sé híssoia ejxhu-itiaóíó^n de íoá cacíá, preS de, los franceses muertos pqrlácQÓrísmsi el día ddi bombar­deo y que fooroQ enterrados provisional-menté éíT el jardín del (ídnsuladc.

Se inhumaron definitivamente en el ce­menterio cristiano.

S bfssjs que á este soIeRíne Itcto asistieron i los cánstílea.y personafl de las-legaciones, la • colonia frai^epa y com^a«^ del ejército. |

!ÉDn l ^ n g e r '" Sia**^ '*» alaftna.—Utins vienen '*^ ofi^o» ^ian.i¿:.CMíaniBa de

j a s mi*tofidade^. —> £a guerra ^'§an^, ,

Tánger 14 (10 m.) Aumenta de día en día, lejos de desapa­

recer, la a/arma entre los europeos residen- \ teig'€« éste puerto, y tjtmtinóa la general*í desbandada. |

A pesar de esto, la colonia aumenta, pues í en cambio lleean bor centenares los eu- !

•í^^i ^ ,

ropeos fugitivos de otras poblaciones. Han comenzado á agitarse las tribus de

los alrededores de la ciudad. Anoche se veían en las montañas muchas hogueras, que se correspondían entre si.

Varios ministros europeos piensan pedir que se reúna el Cuerpo diplomático de Tán­ger para preguntar á la legación de Fran­cia qué medidas de seguridad han de adop­tarse.

Entre tanto, las autoridades musulma- „ ñas siguen haciendo protestas de que nada ocurrirá.

Ayer salieron dos barcos abarrotados de fugitivos.

Entre las tribus de Anghera siguen los santones predicando la guerra santa.—Co» rresponsal.

Información francesa. — Sitúa» ción peligrosa. — Constante amenosa . — Predicaciones. — Audacia ntarroqui* Le lemps publica un alarmante despacho

de Mazagán. La situación de aquella ciudad es cada

día más peligrosa, porque las kabilas de las inmediaciones la amenazan á cada mo­mento.

Por fortuna, bastantes europeos é israe­litas se han puesto ya en salvo, aunque no sin peiiuicio, porque los indígenas les exi­gieron importantes cantidades para dejar-lofí/partir. ';, Xfps kabileños no quieren precisamente laoi^rsé ¿ontra los europeos, sino simple­mente-apoderarse de la población. Por esto,' los ttíoros que habitáu en ella son los más atefíaíps.

Cada vez que las tribus se acn-can ame­nazadoras, y lo hacen todos los días, el. bajá las entrega dinero para que se retiren.' Cuando el dinero se acabe, vendrá in^vita-* blemente el asalto y el saqueo.

Contra lo que se creía, en Mazagáa ha; habido ya disturbios. Una noche, los kábi-leños asaltaron la prisión y dieron Ubertad á cuantos habla en cl!a. Los presos eran bastante numerosos, y claro está que for­man ahora un temible contingente de fora­jidos y son los que con más ansia esperan el momento de entrar ea Mazagán á sangre y fuego.

La última manifestación de las tribus contra la plaza fué producida por un far­sante que, cubierto con las vestiduras ver­des, insignia de los descendientes del pro­feta, empezó á arenar á los fahátjcos.

Afortunadarneaíe, cuando ya todos Jos oyentes estabun excitadísimos, un indígena reconoció b. jo las vestiduras verdes del su-pues-.o jeiife á ua picaro muy conocido en; aquellos contornos por sus fec'tiorías, y le dslstó, burlándose de él y dicii^dols aue s^ quería morir por el Islam, fuese áCasa-^ blanca á ptlear con los soldados cristianos.^

Con esto la tempestad se deshijo en ri-¿ sas, y el descendiente del profeta huyó tan deprisa como pudo.

Los pocos europeos que quedan en Ma­zagán, en cuánto llega la noche se refugian en el consulado francés y allí la pasan, arma al brazo.

£1 viernes último, algunos jinetes kaaibi-leños dispararon repetidas veces sus fusiles contra el crucero Duchayla.

Los habitantes meros de la poblaron creyeron que el buque iba entonces á bom­bardear, y fueron presa de terrible pánico, * Reuniéronse los notables y acordM-on dar explicaciones al comandante del barco¿ di-ciéndole que la agresión no había partido de la ciudad y que ésta se hallaba á dispo­sición y al servicio de los franceses y deci­dida á no oponérseles si querían desem­barcar.

Hln Otros pu.ntos ' En Azentnr.—En Rabat

Confírmase que en Azemur ha habido también disturbios.

El cali ha, huido, y la ciudad ba ¿om-bradootrp por aclamación.

En Habat reina tranquilidad. Preeaueio^^!es en.Melilla .

{í>ot< TEL-ÉGSXFO) ' • ' - . "

Málaga 14 {y \.) Él,capitán del Cmied ¡k Mahó»^,q\0 ha

llegado recientemente, dice q«& ss han adoptado preca-iciones en los límites del campo de Melilla.

Numerosas patrullas recorren los Umites en vista del rumor de que- las kabilas prepa­ran una sorpresa —' ^ ' •" .

S t e a d s S a n S e b e L s t i é , » -Telegvapna del rqfiresenla'nte

espaiioL-^Xoticias de títtmrra. El coronel M'fiiifíf,

San SebastidttrI4 (7 t») . El ministro de Estado ha facilitado á, la

Prensa un extenso telegrama que ha reci-í bido de nuestro representante en Tánger,

Sr. Llavería, el cual, después de participar la llegada, sin novedad, transmite una nota del cónsul español en Fez,

dpice é»jis ^ue m Ifem^dspáarel ppárirs*-J tro de í>fi%'ocios (fe^suh^'el cti^nMiiistco,,' lé^ijó que niJSapaJía ni^^aacióa'll^láa te-'j ^ pt»- qt é ^oQiQjarse ^ 1 castl^H de laS iG^itaitifi^ aaw táron Ciikblanca» p ^ ya' ^soberano sé"'encargarÍÉ de.«Artigarlos e|ibiplarmente.

También el ministro de la Guerra reci­bió despacho oficial de Casablanca. Dícese % ^ f l i ^ í ^ ^ purrido. 3m ^jiuevas, agi-t i ^ m ^ y qtiéi iegún las noflaáB'dé otros puntos de Marruecos, donde únicamente se adüiMes^im ^KTeseencia. eB.-en las kabi­las de IM^zagán, por lo cual, si esta agi­tación coi»tihuara, Francia enviará más fuerza.

El cororiél Müller» - inspector general de la policía cherifiana, que ha llegado de Berna de paso paxa. Tánger, conferenció con «1 ministro de Estado.

Volverán á confereflíciar en presencia del embajador de Francja, para Jo cual el co­ronel ha aplazado su viaje.-^T.

Tropas á Marruecos Algecirás I4 (9 n.)

En el tren correo ha llegado un sección de ingenieros telegrafistas.

Se dice que viene.en expectación de em­barque para Ceuta.—B.

D e s d e Cdá i s s

Torpedero .tleténido,r-Buques á Marruecos.

OMx 14 (ix n.) Se ha sabido aqu!. que durante la noche

anterior estuvo detenido en el Estrecho, por causa de la niebla, un torpedero fran­cés que iba de Tolón á Casablanca. A las cuatro dé la madrugada despejó la niebla y continuó su viaje.

Han pasado con dirección á Casablanca y otros puertos marroquíes dos cruceros franceses y seis torpederos ingleses.—Men-cJteía.

Buenas noticias»—El sultán pa» cificador

Cádixi$ (2,15 m.) ,. Varios comerciantes y Iqs írancjscanos de Tátiger han recibido noticias tranquili­zadoras de CasablaiKa, Saffi, Mazagán y otros puertos donde se vetafa notandp agi- tación. • A todas «stas pcfbfiíciones han llegado emisario* dd .st^tán .a^qctVBJ^^; oilma, para evitar que jos..franceses y éspáñoleí^ ocupen más territorios y destruyan con sus' granadas las viias y lás'hácfé&das 'de los musulmanes.—Menckeía. '

OPTIMISMO OFICIAL El ministro de la Gobernación ha manir

festado que no había recibido hoy noticia» de Marruecos.

Después añadió: —Mis impresiones sobre la situación de

Casablanca son optimistas, y contribuye á afirmar estas impresiones la decisión de Francia de no enviar nuevas fuerzas al puerto bombardeado.

Mo vimlan ta.' d^ JbúqMoa E n el .ministei io ds Marina n o s . h a n ma-

íi i&stado es ta mañana, que el^crucero iV:(-mattCf.vque.Ee h u ü a e n C á ü r ; saldrá de u n m o m e h t o á otrtí cotí, dirección á Tánger^ donde ae¡ necesita tener vía barco de mayoií impor t anc i a que el Destnxtor. '

E^ te barco está viejo^^pües lleva m á s ' d ^ diez y seis años pres tando servicio y ntf p o d r á permanecer más t ieinpo en Tánger , ' donde p ron to comenzará el mal es tado del mar, • ., Fondeará en Cádis, donde quedará á dis-posidrái de las autoridades marítimas por :ti éstas tuviesen necesidad de él en un caso^ >8i^remo. ,. . . . .

4^ cañonero .íasiieral Caucha, que as halla eh.Ceuta^ haráuaLVÍa}e.{H)r,la costa de Ma -miecoi^ visitando Mcigador,iLaitaclie y otros puertos hasta Casablanca, recogienda la^ noticias.que. h a ^ para^traerlas luego á Cá«

,di5,^d^de don4e volverá á Ceuta, que esjiu -pi^déMtádj&n. \/' • £; ' V '] iW(^píeiíavÉi!treina4ifra,^vi@ se ha^a^ el ihai: Cantábrico, hiarchará también ^ Cádiz, por si fuesen necesarios sus serví-» CioS. í . „ • • r.i- L i"

£«« J*mÉrrt#MiáV«na* \ •, Hiü^i^do^coa f«n«ioRario8 cNd. mioiste*

xio<de Mañnaaceroaikí-ias d^rásutes co* muoi<^<*ottes que esiisten eín las actuales cirpunstajaqias entre España' y África, ma¿

. niíestai>an:qúe en los buques de guerra es* pañoles-setía muy íádil establecer aparatos de telegrafía sin hilos, pues todos tienen ^ectricú4ad para .ello; pero lo que hacia f a l ^ r a Que el.ministerio ^ la Qotlema» ción -estableciera ea las costas españolas 'feata«}onp8-Receptoras. . . ' - ,

£)teiipués añadían? ' '• "w" .¡,.! •',: , '—LÁitnstalación de este nuev», servicio costará may poso al Estado. Bcntvdecií que con la cantidad que-se debe ibmplear én recomponer un caíble.que'se rompe, habría sufí.ciente para instalar diversas -estaciones radiotelegráficas en la Península y aun en las islas Canarias.'

1 - r "iir r » 1 nir-1 1

CENTBODELEJÉ|ÍTflrOELA*BI|ÍOÍ Debiendo dar principio en T." de Sep»

•• tiembrépr6ximo las 'isfesM de preparatión militar que sostiene el Centro ctel Ejército y de la. Armada, del'15 al 31 del actual es­tará abierta la matrícula en la secretaría át dicha'Soéiedad, de eincft'á'echo de la no­che, los días no festivos. " '*

Pueden matricularse los hijos, hetmanoSi sobrinos y huérfonos de socio*

Jueves 15 de Agosto dé" igóy

'i' " \^^^

- ^SE áUlWBNTiiÁ Sü HABEit? • Lot Servicios que presta y la labor que

reaBflS, en general, el personal del material de Artillería, aumentan de día en día en ipaportancia y, por lo tanto, en responsabi­lidad; lógico parece que en la misma pro­porción aiimétíté la remuneración con que se compensan sus servicios y la utilidad de su trabfjo,^

Pero suele suceder en España que nadie se^^e®6i|ále'mantener el necesario equi­librio entre los deberes y los derechos, y mientras los primeros se acumulan en ffe-lación con \é.^ constantes exigencias ^ 1 progreso, permanecen los segundos esta­cionado)!! en el mismo«punto y límite en que se coilsMeraren equitativos hace medio si­glo, cuando la. importancia de los servicios, el réhdírtíientó del trabajo y la magnitud de Iks reisponSabilidades eran mucho menofes.

Sólo así se comprende que en la actuali­dad el sueldo de los obreros aventajados de segunda continúen disfrutando el miserable sueldo de i.ooo pesetas anuales, cuando el asignado á todas las clases similares se ha elevado ya, sobre todo fuera del Ejército, á 1.350 pesetas, aun teniendo eri cuenta que, por regla general, las exigencias del deber fuera de la institución militar no son tan imperativas, terminantes ni severas como en la profesión de las Armas.

El aumento de las 250 pesetas anuales en el haber de los obreros aventajados del naaterial de artillería, es una obra de justi­cia que no puede gravar sensiblemente los intereses del. Estado, y en tal concepto tras­ladamos gustosos al general Primo de Rí-Vera esta legítima aspiración de tan labo­riosa como modesta clase de nuestro Ejér­cito.

wfrwjiKaaif a fl> < W Í J Í W U •-»»••«

La huelga de Belfast

HUEVOS DISOSDEITES

El Ptíit Parisién publica un despacho de Bel­fast, según el cual los desórdenes producidos por la huelga se han renoyado ayer.

La Muchedumbre ha luchado contra las tropas, resistiendo cargas á la bayoneta sin disolyersis los grupos. . , -'

_ La fuerza tuvo que hacer la s ac.ostumbradas in­timaciones para hacer fuego. Murieron un hombre y un» mujer.

£1 número de heridos asciende á 150.

DE Oír. SÜBASTIÁN

(pcm TELÍGRAÍÓ}

Eto» nukrtnós franécsea.—-¡Teste** Jos*—El tratado rtiso^japonés, tios argentinos.

San Sebastián /> (2 m.) Esta tarde han cumplimentado á los Re­

yes ú jefe de la división naval francesa, compuesta del Du Peüt Tlionars y León Gam-biMa,- y tós jefes y oficiales de ambos bu­ques.

Los acompañaba' el embajador francés,. Mí Revoil.

— El ministro de Estado ha recibido co-tanñieación ófidaí, transmitida por el em­bajador de Riisia, de haberse firmado el. -convenio entré Rusia y el Japón poniendo térinífto á' las cuestiones derivadas áe la guerfia.'

: En iguales términos'había comunicado-e.l s&ceso tí representante del Japón. ', —^ Prtpáranse festq'os en honor de loff marinos fiíinceses; pero -no está ultimad» el programa, porque «e ignora q-aé tiempo permanecerán los buques en nuestras agrias.

— Eli el Chib Cantábrico se ha celebra­do esta tarde tfhít brillante fiesta en honor de k oficialidad del Presidente Sarmiento, que ftié obsequiada con un espléndido lunch.—T,

»><><«

jsroTioxAs 'Nadie vende muebles mejores ni más baratos

qáe iei'HiKe«» S M A » <iue «nunci?,mos eu cnarta plaaa.>- \. . ^,- .

S e c o b r a f iop c a r g o toda clase de pedidos de g a l o n o ^ . j n i l i t a r e o . (Véase anuncio.^

>,Ha, regresado á;^Barcelona el comandante da Artillería!). Jpaqum Gay.

Ha sido nombrado segunda ayudante del reei mte^o d r^ones de Moatesa, el primer tenient D. Mauricio Sancho Bertrán . l^auricio Sancho Bertrán,

Ha regresado á Mataré e 1 capitán habilitado' de aquella zona de reclutamiehto. D. Ricardo Quífin.

Se ha incorporado á. su destino en Lérida, elco-tnandante de Infantería D. César 'Valero.

Ha vuelto a «ncargarse del mando del regi­miento de cazadores de Treviño, de guarnición en •yiUafranca del Panados, el coronel D , Francisco de Ampudia.

El regimiento de drágbnPis de S-.^ntiago efectuó ayer un paseo nmlitar por los alrededores de Bar­celona.

En e mes próximo será relevado el primer ba­tallón del regimiento infantería de Aímansa, des­tacado enToítosa» por el icgnHf'lo, que guarnece

Ha llegado á San Sebastian el capitán del Bcgi-miento de infantería de Alcántara D. Rafael Vic­toria de Lecea.

En la administraciófi del Diaria Oficial ie Á*i' r ' ? ? ^ . » ^?> ' * ^- P'^^sto á la venta la nuera i¡^ mt Timbré, óbr a de gran «tilJdai para habi-htados y niayerfa*. -t . ^** ' *^* ' « l precio 4e nna peseta, ys«reoiit« fraeco de porte á aquellos de auestro-s suscripto" tes que hagan, áir«ctanaente lo» pe4»^í>s í estt si' mmisíraciS».

Page 3: Anecdota militar 15 8-1907

-.».'' - ^ i w ' " í ' X ^ ^ í T Í ^ I E » / ' " * ' " ^ " » -í

* t i ^^m^': * ' J * * - 'í-jM^'^ '

m* EX OJRI^OTOTRra^CIA MILITAK Jueyes 15 de Agosto de 1907

C r ó j ú c a ' v e r a x ú . e g a

l e I B n BIIBÉTZ '•51 i • ü : ^ • , '

• áVoy á enfilar raí-crónica de hoyteproduciend©/ 'fiidmente uiüís) ca^ta^; escene^ y ^éjlogos, qué' «jft)stituirán con ventaja mi habitual roato.

Comienza la serie. ,

—Porque de esos 500 periodistas 6 l o ' w e ^ á i n , á lo sumo 30 ó 40 de ellos tendrán deríii||o ^ | i s -tentar ese título. ''\ . í,

—A nosotros no nos consta eso, y loiMpO) que votaré con gusto es la cantidad que sf <<^s|inií á obsequiar periodistas, con tal que sean eífif njeüos.

—No podemos hacer distinción alguía: ó .se vota para todos 6 para nadie.

El crédijo queda votado. • > j .

r j » t i * « « « * ^ * l * < t « i ^ * . i»

^Al llegar hoy á la,playa me encuentro cpn la pernera noticia, que oáe comiaiica.uno de los más «wduos concurrentes á UL ilj)e>ra~tlei htñx>.

.—jSal*e,uít^ quién ^ ^fS^^ á Biamtí?

.—¡Vaya usted á/.sabeVrTáñtas personas llegan faHora en los ti«h*i''aScei8Jfefté8 y descendentes... ' Í—Es que el perscsaaie á quien me reñero tiene t<ídas las de la ley para que su llegada no pase in­advertida.

—TtMISíTIÍesíiaííhítáed de uhá vei. —Anoche llegó Crisóstomo Besúguez. —¿Qué me cuenta usted?

•—Lo que usted oye. Trae las mismastarjetas que el año pasado; sigue siendo namigo íntimo del em­bajador de Gatwsoí»,' antiguo concurrente i la buñofóría parisiense, corresponsal del periódico ilustrado La Jaqueca y ex pasajero de priáieraxiiel Medusa.*. Adeniás, ostenta un nuevo título, el de ÍQÍ^br<l ^nofácio del Ganders-Club (club,de lo». gansos).'

—¿t*ero cabe todo eso en la tarjeta? —msta-abora sí;,pero en cuanto tenga que po­

ner otro .tituló, será preciso aumentar el tamaño de la cartulina ¿ d a r la vuelta.

—X "(ie indumentaria, ¿qué tal? —;lFpc9 fa&i d jpenos íá del año pasado. £1 mis­

mo 'sombrero, la misma americana y el pantalón algo más doblado para, lucir los calcetines á tres francos ja.media, docena dernier cri de La Sama-ritaine. ,. /

—D¿'modo que... • —Ya tenemos enSia^ritz al Príncipe Sagan dftlíi

cursilería.

—No son cañonazos; son modestas bombas de artifício que anuncian la llegada de unos cruceros acorazados.

—¿Van á bombardear á Biarritz? Ni que estuvié-' tamos en Casablanca.

?. —Nada de eso. Los marinos franceses vienen ^quí á bailar con las mujeres de todos los países 7 t llevarse l i mar de corrazones prendidos en el bo-

.tón de ancbt ' , —La verdad es qut la vida de los marinos 3e

"guerra ofrece contrastes significativos. Tan pronto bichando con los elementos, con las tribus salva-

Jües, ó con las ninas casaderas. ^ —Por algo les llamaba. un amigo mío los «pri­m o s de la humanidad».

- —lio encuentro el vocablo ajustado. '^ —Pues crea usted que si no es exacto, le falta poco.

~" — ^ a comenzado ya la partida en el casino? „ —Todavía no; pero no tardará, porque ya debe ten^r M., Boujant la autorización que prescribe la ley Vd^df rtóent«dsatftfe<f - • '

—Ya tengo ganas de que se juegue en Bellevue, para entretenerme viendo los tipos y las tipas que acuden á la hermosa y legendaria sala de baccarat.

' Fbéct«etdo un sujeto que vino aqul'^Éite algunos años con aspecto mílital- y con una pose cyranes-' ca. Comenzó jugando un luis en cada postura, y

"ios crouf^er^ le llamaban «mitesiiente«. Cogió una buena facha y C< IMIBZI$ á apipstaif eigco y iiez Lui­ses; entonces los «¿?iBáll¿r<w1tte>1& fiala» le llaina-

',;fon «mi capitán». Siguió siéndole favorable la for­mina, y fué ascendiendo á comandante,'teniente 'Coronel, y á coronel cuando ya tallaba bancas de

f ien luises. Pero vino la contraria y se inició el cscenso, y con él la disminución de categoría,

hasta el punto de que por poco lo dejan los crou-piers ñe ranchero.

— P u e | ^ yo 1&contase á usted otro sucedido, en «1 que &&\í6 depríStag^nista uha «bella pecadora»

*y lúe por poco termma con la gran escandalera... —Cuente usted; ya me devora la impaciencia. —Venga usted alpetit salón y allí se la contaré

«n voz baja, porque el asunto es escabroso. —¡Marchons! ya estoy relamiéndome de gusto.

Diálogo cogido al vuelo durante la última sesión del Conseil Municipal;

—Me bpongo á la votacüSn úi ese crédito de 7.50'j francos destinados í la recepción de soo pe-

.Jí¿¿¿-MS^\i^^yití^i¡ílÍO--^%.(l mes dí| Septjcmbr^ —¿Por qiié?''

Este diálogo significativo me induce 4É|ojisejar á la Asociación de la Prensa que tenga y|^a)ecial" cuidado en procurar que los periodistas^'f^iñoles que formen parte de la «xpÍdic^íproyeiá(idi ten-

f áti la talla perfodíáticíi <fe |R^%i Cáfteías, dé < erjiando ScwdfiviUa, de Dionisio Pérez,;d| Adrián'

Pfavas y de cuantos acaban de dejar á grab altuf* el prestigió de la Prensa cs [»ñ(^ en su reciente viaje á Biffdeos. , • •

- • ' • •

—¿Ha estado usted en el Cmem<í-Pa/d^,, insta­lado en la rué de la MaiS&n Suisse?

—No, señor; ignoraba qsMMaviérafnos cine en Biarritz. ^ -Pues vaya usted, qu&Ja-oesft^vale la peift. Lo

han instalado allí, á todo lujo, unos distinguidos españoles, y e s preciso^qu^íMMialg^Ki fion lai ma­nos en la calíeza. Ademas, creo ífué-íiísibrá án día de moda y podremos hacerng*-ht ihaión fe que estamos en el PetitPalats," én^CkítiaeoImiKrial ó en cualquiera de los grandes artes madrileñas.

—Iré sin falta, porque soy uixgran amapur de kspdlículas. s

—¿G^vo usted i6a la inaagacadón d e | Hotel Éegina? j

—No, señor; ¿cuándo ha sido eso? | —^Pero hombre, uste4>oaJMÉ «sstado en mnguna

parte 6 no se enters 'W 1» que actiáre en Efarritz. -i —Eso le parecerá á nsten; acaso cono|ca yo

nwchas cosas que usted ignora. i , —¡Ah!, vamos... entendido. í

•^¿CüáiídO i e inaugura la temporada de ó^era-e» • el Casino Municipal? " —-Él día I ."de Septiembre, ségun rezan l^s car-

.^¿Sabe usfédco^Jift^^rfi 'sé r^pe'el ' fuego? —Con la Manon, de Massenet, cant«|s'pQr Mar-

garite Carré y el tenor Clément. 3 —Me alegro; esto nos recordará el triunfo de

Anselmi durante la temporada anterior «a ej teatrú»^ Real. Qué sogno, ¿se acuerda usted? . ' '^'

—Sí; pero aquí se lo cantarán á usted en francés con estas palabras: En férmáñt ¡es yeux'je^ymf id has... y^emSs aqát no se suprime c acto oP CoúrS'de-la Reine, que es uno de los mejorek' de la ópera.

—¿Qué otras van ácaatarse? —Sapho, Tais, Carmen... I Vamos, toda la colección de señoWls ilegres^

de todas las épocas. .,; - ^ ~^ —Es lo natural tratándose de una tepiboEa(^re-

raniega donde la horifontaiiáaá domiáf^ór, w l o lo alto. . . ...' . -; *í

—(Oh,^ébuenp9Ís! '! • • ' ' r-t

. ldBB-TniOS&- V

Biarritf, 12 de Julio de i§07. • -'•*

\ giñ , 1 - ' . . • , .-. Vl^W•^f'<(f|iJ^giiií^tl^N^«;|.í • '• ' ' •

CUARTA EDICI LO DE MARRUECOS

(POR CABLE) Vltítna» mol¿6MW<—Míe C!i«M»MaM>i . .ca.—En Mavrakea^ht — Contra

el aullan, — 3Iasíagán, Fex y . otro» puerto». — ^El »%§litán á ]fkáMt.—En Tánger, '

Ha llegado á este puerto d v»por Costtr, ^roobdeifté de Cásablasca.

£n eBt& pe4>ki(áén van ya tranacorrídos dos días sin lucha.

Laakabilas están canssdas, y sienas AL se ven por los alrededores los acostumbra­dos grupos de moros que acechan los rao-

' P l % % . ^ l ^ ^ ' t ^ ^ ^dyii lé j l tu:ett | a e l l i i i l ^ l l ^ P l W ha;4i^Jjsáy;^ íete-beldia cóiitra el sultán.

El he rn^o 1ie»é^e, Miifty-Haffid, ha CQi?fe^ci^49iCon,«l«J^ de luít^bw, y has-ta-idioíamna.traííq^ilidíid. -'^ ' •

En Rabat reina tranqtrflMadi ,JSíf»9^m^m^f^ %m te i»g¡í«fti6t^nti-

airM^a r ¥ cir^mscribirá á Casablanca, M)nU^sÁmem^^aáÍíoiüpintíÍsm lS|&rá& calmar los á|;fsc^,^dev^vieado la paz á la población.

De Mazagán se reciben también buenas noticias. • Dfe Fe2; ifáMüliican que el sultán salió para Rabat con tropas regulares, pero tttvo que regresar en seguida por no fiar en la fidelidad de los soldados.

Esta noticia, sin embargo, necesita con­firmación*

Nui^FO representante, Sr. Llaveria, si­gue «os. conferencias con los demás diplo­máticos etiropeos.

Continua el éxodo de europeos en esta población. La fuga, sin embargo, no está lusticacla hasta ahora, pues la tranquilidad es completa y no hay peligro inmediato de diesÓráenea.—Corresponsal.

J&.GMó.&aa. c u r i o a o a

LOS SUCESOS HE UACEDOnU.

Derrota de loe húigaroé Telegrafían de Salónica que Jas tropas turcas

han aniquilado una banda búlgara mandada^j^ Tonioó, uno de los principales jefes.

El combate ha tenido lugar corea de Thiholiska, en el distrito de Kastoria.

mikJ.(M^ v> A .4 -4MÍ

IOS ESFAnOS iuUÜílS Y IL JAP01 Megoolaotonof eéeptHHUdas

El Standard ha recibiJo un despacho de Nueva York diciendo que !as negociaciones entabladas entre América y el Japón se han suspendido por la negativa de esta nición á aceptar las proposi­ciones americanas.

El presidente, Ríi.scvcit, muéstrase muy con­trariado, pues sie v$r- ini^stbilita(k> de cumplir sus promesas á los californianos.

'La gente que pasaba en aquellos momen-tojí por la calle de Alcalá al ver la hoguera ctA-ría pteiwrosalhacia.d'ttgar del JÚnJMltco alarmad | é ^ ^ % | | | ^ y l f Mm-n\»tos, |lri|lor.*é|éJpfeÍ& iipnlkA^^ a^upalian'éftl t é l^béd^rs l i a s ; - ' " ' ^

1 ."FrixxiQX.Qa a u s i l i o a Las jjrimeras pe"rs"anas que acudieron

fueron 1 cabo de la Guardia dStíl-^íSfc^^-no Grabado y.los guardias Aiite;|iio Go>>-zález y José Cortés, que formaban «J retén de guardia en la Presidencia. - -'

Sin Sfiedtaru^ aatcLfil peligro gue mtar. júa. penetrar en el citado edificio, lo verifi­caron sin demora, llegando basta- uno d« los pisos s%iaerjiote8, donde se lüUa. infr­iada la Úé^éMi'd4(^éáB>-tít Hogar'El-pañol, s^éi^í«i^«^6rélt>iii8^b PrftA^-> Ce» Dorado, pusieron en salvo la caja ^e cauáales, que contenía una respetable can-tidad. ' '

ZiiOS 130X331130X0)»

r •

El l e g o í e esta tarde g r ^ T í m i n a r e a

A las d<98 y. cuarto de estii tarde la pa­reja de guardias de Seguridad números 106 y 136, Juan Mata y Galo Calleja, de servi­cio en la calle dé Alcalá, cerca de la Presi­dencia, observó'qüé dé la galería fotográ­fica (is ^Valter, situada en el terrado de la casa núm. 31 de la citada calle, salían vi-^^j^ÚBoa» Ikmas, denunciadoras de un gran iéceniio.

Inmediatamente los guardias en cuestión se dirigieron al café de Fornos, por cuyo teléfono dieron aviso á las autoridades y al servicio de inc^dios.

£ 1 i z ioex id io El viento NE. huracanado que soplaba

impulsó las Ikinas hacia la casa números 35 y'35» convJertienSo en pocos momentos la hermosa galería en una enorme hoguera.

La llamarada adquirió en pocos instan­tes una altura de cerca de diez metros so­bre el edificio, amenazando convertirse el fuego en una gran catástrofe.

La brea de que estaba revestida la cáma­ra obscura, los ingredientes propios de la fotografía allí acumulados, eran materia propicia para alimentar d Voraz elemento.

A las -tres menos cuarto,-al galope de sus cattallos y ágitandíp las'xahnpánás'^e avi^, Herrón ala caliere Mcalá! los (¿Cliés iTel servicio de incendios, entre k s qué %iwa-. bait dos c&rros dé transporte áe matmal, dos esc tüas dos caitos-ptirtamangás, ctia<' tro carretes y las dos bombas'SelWa^tt'.^

Coa el material Ikgé'csBi tado el peno*-. nal, al mando -del diiíeétbr del «envicio, se­ñor Sfoaafteiio;i^in'ríiédiát?iTíiéirífe '4i6'tes-órdenes oportunas p'ará qiie él incendio njé-, se atacado, como así lo v?f i CiU'qn I09 booi-beros.

. £ i a a aí.T«bdxidad«8' Casi al miijcoQ tiempo que Tos bojmberc '

llegaron al lugar del siniestro las autoridtL* des, los jefes de Segurid»áy/ftiiB!ms4e>. Gimrdia civil, Segtiyridad y,. yígiUn!^?, or­denándose la ihpoediata interrupcíóa de la circulación de tranvías, estableciéndose un cordón para contener á lOsiniMares de cu­riosos que ocupaban tótálinente la amplia vía y que dificultaban la labor dd servicio de incendios.

Z l a s g o l a u d a b l e En aquel momento una cbiápíi déspfteh*

dida del tejerlo cajíó sobre el toldo del sd-macen de cerámic» establecido hn los nú­meros 33 y 35,' incendiándola cortinn, qué comenzó á arder.

Un obrero, cuyo nombre ignoramoSi ga­teó qon gran arrojo por una yeiitana.dd entresuelo de la citada casa rompiendo la cortina, apagando el faegó con riesgo de su vida. A v i s o é. l o a t r e c i n o e . — S I oa r>

t e r o El Sr. Gonzalo Domínguez, arquitecto

de la zona, con un cometa de bomberos, recorrió las escaleras de la casa, llamando á sus inquilinos y previniéndoles del í>eli-gro que corrían, sobre todo los de los pisos superiores, de continuar en sus cuartos.

Cuando los escasos habitantes de la casa, pues la mayoría se encuentran veraneando, abandonaron sus habitaciones, subía las es­caleras muy tranquilo el cartero, obligán­dole á abandonar el edificio el Sr. Domín-

S í e c t o a d e l i n c e n c L í o Un gran número de vecinos abandona-

fo&'ordenadamente la casa por una puerta trasera que comunica con la calle del Ca­ballero p <%acia.

Polr. állrfiínlo sitio fué sacada la caja del Hogi^ l^painot.

El fuego consumió tan rápidamente la galería fotográfica, que cuando los bombe­ros empezaron á funcionar sólo quedaba de láíi^siha el armazón de hierro.

Por lo cual su misión se limitó á evitar que el siniestro se propagase á las casas in­mediatas: -

.Las.pérdidas se calculan en unos 30.000 duros, pues en la fotografía, cuyo dueño es D. Francisco Toda, había un lujoso mobi-hario, hermosos lienzos, porcelanas de Se-vres y una maquinaria de gran valor, todo lo" cual ha quedado reducido á cenizas.

_ Al producirse el incendio, el Sr. Toda acababa de marcharse á su domicilio, San Miguel, 21, para en unión de su familia irse á comer á los Viveros.

S I g o b e r z í a d o r

A las tres llegó al lugar del siniestro el gobernador civil, subiendo á la terraza de la casa núms. 33 y 35, desde donde ayudó á subir una manga.

La casa en que está instalada la fotogra­fía es propiedad de los hijos de Martí Prats.

Casi todos los vecinos se hallaban dur­miendo la siesta.

T e r a a i z x a e l f u e g o El buen funcionamiento de las bombas

de vapor, y, por consiguiente, la gran can­tidad de agua que arrojaron, fué causa de qué el incendio quedase completamente ter­minado á las cuatro de la tarde.

T i e a d a a y coxaaexcios La alarma en las casas números 29, 31

y 33 y 35 ha sido grande, pues en ellas es­tán instalados los siguientes establecimien­tos: en la primera, la camisería de Pere-gil; en la segunda, el almacén de objetos artísticos «El Siglo xx», el Hotel Español y la Sociedad de crédito «El Hogar Espa­ñol», y en la última la chocolatería «La Negrita», La Cerámica inglesa y la empre­sa de transportes del Sr. González.

• M M <

SmceBlón de mantio

Por ausencia del capitán general Sr. Vi­llar y Villate, se ha encargado de la capita­nía el general D. Ángel Aznar.

|7l#iiiim' « i

guez. S z i l a e s c a l e r a

Desde la escalera» y á través de los cris­tales de la montera, se veía completamen­te rojo todo el espacio que ocupaba.

Por los huecos que dan paso al tubo del ascensor, caían algunos maderos encendi­dos, y ante el temor de que hubiera des­prendimientos, se mandó despejar la esca­lera. ^ .

172 LA CORRESPONDENCIA HILrTAR EL TAMBOR DE LA 3 2 . * MEDIA BRIGADA 169

peraba, iba á triunfar cuan4<^ Camparini me hirió. Quiso huir; se creyó un mwnento vencedor; pero yo lo tenia todo <5alculado, t94o, basta i» positóbilitíad de mi muerte. La embarcación que me esperaba y que, vencido yo, debía es­tar a l a disposición de Camparini, tenía una vía de agua I»'9cticada en su cala. Si yo merfa, quería que todos mu-i-ief I » conmigo.

, Áp9B<(%jCan)pariní se habiía embarcado con el niño, la embarcación se fué á pique. El se salvó; un ballenero lo re* cogió y lo condujo á Europaj pero d niño fué también sal-vi^Q por los marinos del barco que yo había fletado. Todos estos detalles los he sabido más tarde, porque he creído du-fa^temucho tiempo también que el niño híibía muerto.

En fin, volví á Europa; aquí supe que El rey del presidio -, o<^p9ba siempp« su puesto; me crda muerto; esta creencia aseguraba mi repc»% pero estaba solo, sin poder y sin me­dios para lucbar. Resuelto 4 conser?ar esta seguridad, y al a b r ^ de toda persecución, «¡tableci m ^ planes para volver á empezar la lucha,

j rf^naprecisQ transformarme;, tai odio era tm fuerte, mi d^sfQ de triunfar tan grande, <j^e no retroeedl ante ningún

i Jn^riblejswplicip: un ácido corrosivo me quemó Ja piel, de-ti ji^nió^mislacdones, y puedo, impunemente, arrostrar las

mic |d^,de l«s que me han conocida antes. Entonces espe-r4 Cí)n paciencia, pero con una resolución inquebrantable, el momento de tomar mi revancha. ¿Qué debía hacer para

.; Sími^ míos smmigmÁQ El rey del prmdio para utili-ér , i^dif^f»rovtcho^9lo. Meoc»iTÍ6tuna:TÍdea:iiiui Aver á

,iil#c<lJ^t»«jt,antJguoa4vBrsífiQí.y le propuse fundir nues-fctltt^<**íoilÍA#n*espamf©rnaiH^»atta alianza coatra el ene-^^ft^m ^Pil^fíia!(?!P?*mP4g*g«l^b»«B^y pos M<»áam<». Me

condujo á casa de Foucké y muy pronto me convertí en uno de los principales agentes de ese hombre, que es la en-

jAhl Tú no conoces á Camparini todavía, Roquefort, |5ío te ha dado á ti la orden de que te encargues de JPick?

—Es verdad—balbuceó Roquefort. > —Pues bien, ha dado á Chivado la orden de m se en­

cargue de ti, y cuando llegue d momento, él se encargará deChivasso. *

Entonces será el dueño absoluto, y no tendrá nunca nin­guna indiscreción que temer. Entonces repartii^ á manos U«ias el din^H) entre sus amigos de presidio, hará evadirse á algunos y éstos serán sus nuevos cómplices para una nue­va operación, terminada la cual desaparecerán como ha­bréis desaparecido vosotros y como han ctesaparecido antes vuestros predecesores.

Hace diez años que conoces á Camparini, Roquefort, ¿puedes citar alguno que le haya conocido antes que tú y que haya tenido con él algún negocio? No, ¿verdW? En­tonces comprenderás que lo que te digo es cierto.

—¿Cómo sabes todo esoí—preguntó admirado Roquefort. —¿Qué te importa, con tal que yo te diga la verdad?

¿Quieres suponer que te engaño? Sea, consiento en ello. Ad­mitamos que Camparini sea un jefe fiel y justo, tú eres su asociado; los negocios hechos, es decir, los de Niorres, Hor-bígny y de la baronesa os los partís; pero nota el valor de esta frase: os los partk¡ & Caniparkú la parte del león, desde luego, después para vosotros las migajas. En fin, Campari­ni ha cometido una falta enorme, imperdonable, que un Rey del presidip jamás debe cometer; se ha descubierto. El rey del presidio existe, Jacquet le sabe, Fouché lo sabe,

? y antes de poco Fouché tendrá entre sus manos la poUcIa entera de: Francia.

* 5fE0tón*«s>íGanipar¡ni « t á perdido y sus amigos c<?nt;él. Lo que mejor le puede ocurrir es hutr^l «xtraii^,OK>^ta enorme, ¿lo comprendes? el haber dejado adivinar. La pri­mera condición del poder para nuestro jefe es que engañe,

El paradero del Srm Maura El ministro de la Gobernación manifestó

esta tarde que ignoraba el punto donde se hallaba el Sr. Maura.

Mis noticias—añadía—son que el presi­dente está en Alemania; pero he leído, no sé dónde, que ha llegado á París. Después de todo no es extraño que yo ignore dónde se halla, porque el jefe del Gobierno se co­munica directamente con el ministro de Estado.

£1 viajo del Srm Oama

Según los informes oficiales, el viaje del Sr. Osma á Carlsbad (Alemania) sólo obe­dece á motivos de salud, siendo falsos los rumores que lo atribuyen á diversas causas.

Veraneo do un ministro

Hasta después de la apertura de los Tri­bunales no saldrá de Madrid el ministro de Gracia y Justicia para pasar fuera una tem­porada.

Los obrero» pensionados El gobernador de Barcelona ha pedido al

Sr. Lacierva que se reserve á los obreros pensionados en el extranjero las ayudantías de las Escuelas de Artes é Industrias. Se acordó elevar esta petición al Gobierno en la fiesta celebrada ayer en el paraninfo de aquella Universidad.

El ministro ha contestado que en el ar­tículo 43 del reglamento de las referidas Escuelas ya se especifica que á los citados obreros les sean reservadas las plazas de maestros de taller de las mismas.

r^'tasmtmmf--» •^•^^i^semm-mifií.^s^.^m.^^.m.--^^—,«...^^.-.^^«,

.AX)VE3FtTE3ISrOI.A.

A todo» lo» suacripíore» de LAL. CORRESPOIVDEWCIA Mtljlm TAR que s e ausenten de Madrid durante el verano, »e le» e n v i a ­r á el periódieOf sin auntento de precio alguno, al punto donde vayan á residir, bastando para ello que remitan á esta AdminiS' traeión las señas de la nueva di­rección.

La ACADEMIA PREPARATORIA PARA CA­RRERAS MILITARES, titulada «HISPANIA», que dirige en Madrid el capitán At Estado Mayor D. Emilio Borrajo, ha adoptado, como texto para la preparación, el conocido TRADUC­TOR DE FRANGES, de que es autor el Comisario de Guerra. D. Augusto C. de Santiago-Gaáea.

Precio del Traductor y Tratado manuscrito de correspondencia usual y comercial: 4 pesetas.

Los pedidos al autor, Ministerio de la Guerra.— Madrid

Iiiyreiita de " l a Cftrrespoaáeocla iilMsr,, Pataj» i* '« AlhMmira, r,~Te¡ifon» r.*4#

Page 4: Anecdota militar 15 8-1907

TAÑO XXXI.- -Nám. 9.037 LA CORRESPONDENCIA'MILITAR Jueves í5 áé Agoato de 1907

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• ro, 19 Marzo, 16 Abril, 14 Majro, 11 Janio, 9 Jaüo, 6 Agosto, i Septiembre, t y 39 Octubre, a6 NoTiembre y 34 Diciembre, haciendo las mlsmu «calaS que i la ida hasta Bwcelena, prosí guiendo el viaje para Cidiz, Lisboa, Santander y LÍTe»eol. Servicio por ttansboido para y da los puertos de ia Costa oriental de África, de la India, Ja?a,^]inutra, CUia» Jap¿n y Amtxalif.

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al 38 y de Cádiz el 3o, directamente para New-York, Habana y Yntiasa. R^aso da Vttacruz •I 36 y de Habana el 3o de cada mes, diríeaamente para New-York, Cádiz, Barcelona y Genova. Combinaciones con distintos puntos de ios £siad(» Uoádos y litorales de Cnba< También se 1 ^ Míte pasaje para Puerto Bata, coa transbordo «1 Habana.

UNEA DE VENEZUELA-COLOMBIA Servicio mensual saliendo de Barcelona el ir, tí i3 de Málaga, y da Cádiz el i5 de cada mek,

directamente para Las Palmas, Santa Crus de Tenetifit, Sanu Onz de la Pidma, Puerto Rico, Habana, Puerto Limón, Colón, de donde, alen los vaporas el la de cada mes para Sabanilki, Curasao, Puerto Cabello, La Guajra,etc. Se admite pasaje y carga para Veracruz„ con transboi^ do en Habana. Combina por el ferrocarril de Panamá con las compañías de navú;aci6n del Pa-dífico; para cuyos puertos admite pasaje y c«ga con iHilétes y conocimientos directos. Coof" binacion para el litoral de Cuba y Puerto Rico. Se admite pasaje para Puerto Plata con trans^ bordo en Puerto Rico, y para Santo Domingo y San Pedro de Macorís, con transbordo en 4a Habana. También carga para Maracaibo, Carúpano, Coro y Cumaná, con transbordo en Puerto Gabello, y para TrioÍMd con transbordo en Curasao.

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y de Cidiz el 7, directamente para Santa Cruz de Tenerife Moatevidee y Buenos Aii«s| em^ prendiendo el viaje de regreso desde Buenos Aires el 1 y de MAutevides jsl a, dín^ameiite jara Canarias, Cádiz, Barcelona y accidentalmente Genova. Gom1:riaaci¿ñ por traBtbordé en ^ m •on los puertos de Galicia y Norte de España. t

LINEA DE CANARIAS f Servido mensual saliendo de Barcelona el 17, de Valencia el 18, de Afieante «I ig y de CASÍ

•1 ii de csda mes, directamente para Tánger, Casabiánca, Mazagáa, Las PalmaS» Sfantá CriOt ét Tenerife y Santa Cruz de ia Palma, con retomo á Santa Grosdb Teiusif^ pan empcemter al viaje de regreso el dia i.*, haciendo las escalas de Las Palmas, Cádiz, Alicante, Valenda y

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LINEA DE TÁNGER Salidas de Cádiz: unes, miércoles y viernes, para Tingar, con czteasión á los puertos de Al-

•Ciras y Gibrsltar. Salidas de Tánger: martes, jueves y sábados, para Cádiz.

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COMPAÑÍA COLONIA! Tapiseas, tes; SI nowpeisu iitoírlalM

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Estos vapores admiten oirga en las condidooes mis favorables y pasajeros, á quienes la Compañía da alojamiento muy cómodo y trato esmerado, como ha acreditado en su dilatado cérvido. Rebajas á familias, á viajantes del comerdo y por pasajes de ida y vuelta. Precios con-Tendonates por camarotes de lujo. Tambi&i se admite carga-y se ezpidm pasajes para todos los puertos del mundo, servidos por líneas callares. La Empraa puede asqpirar las mercancías fue se embarquen en sos buquei. ,

AVISOS IMPORTANTES Meisajac m¡m li»s « e i e s da •xpoptasién*—La CorapaSta liace rel»jas de 3o per loo

IB los fletes de detarimioados artículos, con arriólo á lowíabletído en la R. O,del minisierio de Agrlcultara, industria y Comercio y Obras publicas de i^-dc^bijLde 19 4 pnblic c'< ea la Caería de 32 del mismo mes. * • , . , ' - .. "„ ' , . '

SttPvIoios oomeipclalss.—La sección cpe de estos áerndos tiene establedin ia Com.-pañla, m enc.arg*i de trabajar en Ultramar ios muestrarios^qie i» SMn eatr^ldos y de la coló-•aci¿n de lo i a*tfcBlos cuya venta, como ensskyó» denan hacer k»s «apostadores.

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todos ios cuidados que necesita ttsando los ranombradbimÜitofiHB ITéáii *m PraetoMa, que son los únicoiqué la conservaii, ofredendoá Ipp^rancza-BMm detttii^ y piopamoijitf M grado natío quenecesba | ejiái ojo; P«ra los de provmdaf pídase el <MáMi&,Auc se envía grlti; á t o d o ^ # k W^ite, dando «apUos mmif mi ta gradua-«idn de M vista; GeAdlgipüirtcÉtro,

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170 LA CORRESPONDENCIA MIUTAR KL TAMBOR DE LA 3 2 . * MEDIA BRIGADA

'loiimo y de gr¿n lio

d * i ^ ¡•e.

—A ias 5 Hi úe \'i íarUc CJII'JÍCU-I UOI ¡a .Socic ¿aá. de cn:¡t-;<;rfo5 Jí MB.JrkJ. K!)í'-.;.Jri, ¡ ¡)t5.eii.. L>e 8 ¿e ia aiañaaL á ¡ «i« ia carde, «rntriiiiijt y eéntimoi.

ÜAi'-Tlis'.—C'.n-::.;. ¿Ogruí'.!,—Gi anuo (lovtuíaalti en pciícuids. — '.'recíosas vibras en colurü.— Todas las scmunas cambio» y estrenos'tic cintar ^Les modernistes, ductístas couplcti tat.

«INEK''Ai'i,AÍKAi-í' í'Kitóííjj -toi'.nNi-», (Dttqíie.i'4 All5£i).— v'ariacióa ¿t ; )i-c rruí'.» ic>w.i. tós'íáb':¿.*,' ¿','-c-"i\s h« :er;'cv.}£.s lo; ii.v.j'.if fe*!hd&?e;. í^¿é«»ncoí Sabat Tito ) gtíiii V r-<« U ;•... ;.-Ii'-íeí ' vicriíís ibn li v.y.'t.

PALOrí 3í". i * i.A'i"í!' « CHII* «» í'».*. n

3*í ci/i'; > ¿¿ ia íar.tí. Las trií\ i^te\> novcáaácr, t:

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desde luegü» á sus enemigos. En vez de ser el enemigo de Jacquet y de Fouché, Camparini debió de haber sido su amigo.

—Es Verdad—iinurmuró Roquetort. —He ahí lo que Sommes había comprendido. ¿Sabes lo

que qtít«:Ja citando aspiraba ásucwierá Gamparim? Tener euaus manos las riendas del poder supremo. Quería llegar un día á captarse la confianza de sus enemigos, hasta el punto que fmdierí, seguramente, abrigar sus mejores ami­gos. ¡Ohí Sr>mmes era el jefe que nos convenía á todos, y, sin embargo, todos habéis renegado hasta de su meiía^ría.

—¿Pero quftih eres tú?-*-ex«tem6 Roquefort con vehe-iñencíái—¿Quién eres tú, que me hablas este modo?

—Yo soy, el qiíe Gamparini te ha ordeiBidQ <jue mates esta noche, el que vas á matar ahora mismo para Obedecer á El rey del presidio. ' —Nú, tú no eres ese, porque yo no te mataré.

-i^^tOftces soy Luciano, el enviado de los de París c^ca de Camparini. ,,

—NOí rio te creo. Qttién eres? —¿No lo adivinas? . , -^NO,habla^ quiero saberlo. —Pees bien, yo soy fel amigo de Jacquet, el agente secre­

to del representante Fouché. ¿Comprendes ahora? Roquefort hizo un movimiento, pero se contuvo. —¿Y qué me quieres?—pregunta. —Proponerte al que abandones á los que incontestable-

meate {>on tus enemigos para que vengas á los que desean sin* tus amigos, lacquet olvidará á Roger.. ¿quieres? _

ROqfaefort did violentamente con el pie' ea el suelos su rostro estaba rojo como una amapola; sus pupilas echaban chispas y sus ojos parecían próximos ásalliiíe da sus órbi­tas; estala bajo la im|>reaida de la más Viva atn^dad, de ia emociSli »*i viotenta;

171

^No, no—repetía,-»-¿quién eres tú? Luciano dio un paso hacia adelante. -^^Que quién soy?—exclamó con acento dramático.—

¿No lo has adivinado todavía? ¿Quién soy yo, Roquefort? Soy t*í antiguo compañero^ de cadena «i Brest, s^^tU" a^ti-ga« %fnigo; soy «1 primero que se ha atrevido álüchar Con­tra Et rey del presidio, el que ha querido coger el tátío de Su p^é&f para compartirlo contigo; soy quien conOtíé todos los secretos de la asociación; en fin, soy el que Gaíftparini cree haber matado y, sin embargo, no está muerto; |soy Bambula!

^¡Bambulal—repitió Roquefort. ^ . -—¿No me reconoces?... ¡Ahí Tú interrogas mis faCeiones

yfedicesquetrato.de engañarte. Sí, estoy descohocido; desconocido hasta el punto de que Camparini no me ha col nocido. - • . -j • . ,

—iBambula! |Bambulal~rapeUa Roquefort, como si no pudiera volver de su profundo asombro;

r^-Bambula-repitió Luciano,---é quien t5ámpariiá dejó muerto en la playa de San Vicente; Bambula, salvado por un milagro, y que recogido por los ingleses, curtido' y cui -dad<* por allos, volvió á Francia bajo otro notóbrt; Satabu-I», «ti € B , el enemigo implacable de Gaftipatíal y ^ae ha jurado triunfar é perecer en la dwnanda. ¿No tne r«!d«^es por Completo, Roquefort? ¿Te preguntas si no «res juguete de una ilusión? Escúchame sin interrumpirme, porque los moménios son preciosos; escúchame, que vas á corápren-

'•tifrraeí-¿Tú sabes la lucha que yo había emprendido cm El rey

dti presidio? En las Antillas aquella lucha continuó más te­mible todavía, porque era mik oculta. NiM «ng»«ábamos tos dos, y, sin embargo, ninguno creía en eJ otro. Bl aifco, el nieto de! conwjere Niorres, deWaser «1 )p«ícíí>i« «H^uá lucha. Habla tomado todas mil medid», to bme0 tté i s -