la promocin cultural de chile en el exterior
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La promoción cultural de Chile en el exterior
Estudio comparativo con la experiencia española
2
A mis padres, Gert Butendieck y Rosamaria Hijerra que han apoyado mis aventuras
y travesías
A Carlos Franz por su infinita paciencia y amistad
A la Embajada de Chile en Madrid y la Cátedra Chile por darme una oportunidad
única
A mis compañeros de la 10ª promoción por ser mi cobijo en tierras lejanas
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo, y no en el resultado.
Un esfuerzo total es una victoria completa
Mahatma Gandhi
3
Índice de Contenidos
Primer Capítulo
I.- Metodología 6
II.- Objetivos del estudio 7
III.- Antecedentes e Hipótesis general del estudio 7
IV.- Conceptos claves de la Diplomacia Cultural 8
Segundo Capítulo: El Caso Español
I.- Síntesis Histórica 14
II.- El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación 16
a) Secretaria de Estado para la Unión Europea 17
b) Secretaria de Estado para la Cooperación Internacional 18
b)-1. Subdirección General de Programas y Convenios Culturales
y Científicos 18
-2. Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo
(AECID) 19
-3. La Acción Cultural Exterior 20
c) Organismos Autónomos y Sociedades Estatales 21
-1. Instituto Cervantes 21
-2. Fundación Carolina 24
-3. Las Casas: América, Árabe, Sefarad-Israel, Asia y África 25
-4. Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEACEX) 28
III.- Ministerio de Cultura 29
a) La Dirección General de Bellas Artes 30
b) La Dirección General del Libro, Archivo y Bibliotecas 31
c) La Dirección General de Políticas e Industrias Culturales 31
d) Organismos Autónomos 31
e) Convenios Culturales Intergubernamentales 33
4
f) Otras entidades estatales con incidencia tangencial en la
promoción cultural exterior 34
Tercer Capítulo: El Caso Chileno
I.- La institucionalidad Cultural Chilena – Introducción 35
II.- Síntesis Histórica 36
III.- Institucionalidad existente antes de la ley que creó el Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes 37
IV.- El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes 39
-1. Objetivos y funciones 41
-2. Estructura organizativa y organigrama del CNCA 43
a) Composición del CNCA 43
b) Organigrama del CNCA 45
V.- Proceso de definición de una política cultural para el exterior 45
VI.- El Principio de Profundizar la Inserción Cultural en el Mundo 46
-1. Estrategias y medidas para la inserción cultural en el mundo 48
-2. Medidas para la internacionalización de la creación artística
Y cultural 48
-3. Medidas para la internacionalización de la producción artística
Y cultural e industrias culturales 49
-4. Carencia de medidas para la internacionalización del patrimonio
Cultural y la institucionalidad cultural 50
-5. Internacionalización de la institucionalidad cultural a través de
convenios multilaterales 51
5
VII.- La Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de
Relaciones Exteriores 54
1) Proyectos y Apoyo a las diferentes disciplinas de las artes 54
2) Fondo Concursable para apoyar proyectos de artistas y
embajadas en el exterior 55
3) Programa de Apoyo a la difusión audiovisual de proyectos de
Artistas para el exterior 56
4) Embajadas Culturales 56
5) Negociaciones de Acuerdos Culturales 57
6) Agregadurías Culturales 57
Cuarto Capítulo: La visión de los fundadores
a) Entrevista al ex Presidente de Chile, Sr. Ricardo Lagos. 60
b) Entrevista al asesor presidencial en materias de cultura,
Sr. Agustín Squella. 63
c) Entrevista a la Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos,
Sra. Nivia Palma. 66
d) Entrevista al Director de Asuntos Culturales del Ministerio de
Relaciones Exteriores, Sr. Emilio Lamarca. 69
e) Entrevista al Director del centro Cultural Estación Mapocho,
Sr. Arturo Navarro. 72
Quinto capítulo: Conclusiones 77 Bibliografía 86 Anexos: Chile quiere más cultura
6
PRIMER CAPÍTULO
I.- Metodología
El presente trabajo es un primer análisis descriptivo que compara
las estructuras de promoción cultural en el exterior de Chile y España,
principalmente a través de la acción de los Ministerios de Exteriores y de
Cultura de los dos países.
Se trata de un estudio exploratorio y comparativo que se acerca a la
práctica en ambos países, sin basarse en un modelo teórico concreto, al
tratarse de casos muy dispares entre sí; y también por no poseer
información pareja de ambas realidades.
No obstante, se emplea como marco conceptual lo que
actualmente, en teoría de las relaciones internacionales, se denomina
Diplomacia Pública, la cual incluye a la Diplomacia Cultural como
referencia de toda acción de promoción y cooperación cultural que un
Estado desarrolla en el exterior.
Las herramientas utilizadas han sido, fundamentalmente, la
búsqueda, recolección y estudio de material bibliográfico y entrevistas
realizadas a personalidades relevantes, mediante un cuestionario común.
En el caso de Chile, las entrevistas personales con los más altos
funcionarios involucrados en la gestación de la actual institucionalidad
cultural de ese país -incluyendo un ex Presidente de la República--
constituyen el instrumento principal de esta investigación.
Se optó por realizar entrevistas a personas claves en la gestión
cultural en Chile, debido a la escasez de bibliografía concerniente a
políticas culturales y la promoción de cultura en el exterior.
7
II.- Objetivos del estudio
El objetivo general del presente estudio es mostrar, a través de una
descripción panorámica, la estructura que soporta la difusión y promoción
de la cultura chilena en el exterior.
Para ello se ha buscado estudiar los medios y objetivos de dicha
institucionalidad, mediante dos recursos:
- Una exposición comparativa con la institucionalidad cultural
española, relacionada con la promoción de este rubro en el exterior;
- Y un análisis de la institucionalidad cultural chilena destinada a su
difusión exterior, a la luz de lo conceptos de la llamada diplomacia
cultural, en el contexto de la disciplina conocida como diplomacia
pública.
Un objetivo específico, pero secundario, de este análisis comparativo
y conceptual, ha sido identificar los posibles problemas y carencias de esta
nueva institucionalidad cultural chilena, en lo que atañe a la promoción en
el exterior.
Tratándose de un tema específico, sobre el que no se tiene
constancia de que existan estudios anteriores en Chile, este trabajo se ha
planteado como un sondeo inicial que podría fundamentar el desarrollo
posterior de una investigación más profunda.
III.- Antecedentes e hipótesis general del estudio
Chile ha tenido presente el modelo español en muchos ámbitos. Uno
de ellos es el progreso cultural que ha desarrollado con bastante velocidad
después de la dictadura Franquista.
Chile se asemeja a España, en este campo, por ese quiebre y
congelamiento del desarrollo cultural, que ocurrió a consecuencias del
8
golpe de estado de 1973, a consecuencias del cual se instauró la dictadura
militar presidida por el general Augusto Pinochet.
A continuación de la cual, en 1990 se inició un rápido proceso de re-
institucionalización democrática. El cual ha incluido, paulatinamente, una
importante institucionalidad cultural nueva.
Todo ello ofrece evidentes paralelismos históricos con el caso
español, los que abarcan, con muchas semejanzas y también notables
diferencias, los pasos que ha dado España en estas materias.
Teniendo presentes esos antecedentes, los objetivos generales de
este estudio y empleando la metodología antedicha, en esta tesina se ha
buscado sustentar la siguiente:
Hipótesis: A pesar de las diferencias de tamaño y desarrollo entre
ambos países, el sistema de promoción y cooperación cultural española en
el exterior es un referente adecuado para un estudio comparativo con el
caso chileno.
En efecto, la práctica española ofrece oportunidades para examinar
aquí modelos cuyas virtudes pueden replicarse, y sus deficiencias pueden
evitarse, en Chile.
Además, los paralelos establecidos en el presente estudio podrían
llegar a ser útiles para incrementar la cooperación bilateral en este
campo.
IV.- Conceptos clave en Diplomacia Cultural
En el desarrollo de la institucionalidad cultural española destinada a
su promoción y difusión en el exterior, ha tomado creciente importancia la
nueva disciplina conocida como Diplomacia Pública y su rama la
Diplomacia Cultural.
La diplomacia cultural es un enfoque que España está enfatizando y
considerando cada vez más crucial para sus relaciones internacionales.
9
Por ello, al plantearse este estudio comparativo, se decidió emplear
precisamente ese marco teórico a la hora de evaluar las instituciones y
programas chilenos en estas materias.
Según define Noya, el objetivo fundamental de la diplomacia pública
es: influir sobre el comportamiento de un gobierno extranjero de forma
indirecta, ejerciendo influencia sobre las actitudes de sus ciudadanos.1
Para ello, las políticas de diplomacia pública llevan a cabo tareas de tres
tipos: Información, Educación y Cultura.2
De estas tres grandes líneas de trabajo, en esta tesina se destacará,
como marco conceptual, la diplomacia cultural.
Esta se define como “la incorporación de la cultura a los
intercambios internacionales, y su utilización para apoyar la diplomacia
política y económica de un país”.
También es importante señalar que este concepto de diplomacia
cultural se diferencia de la cooperación cultural, porque esta supone
“relaciones de cooperación entre instituciones culturales y educativas para
que los dos países puedan interactuar intelectual, artística y
socialmente”.3
Asimismo, se suele confundir la diplomacia cultural con la
propaganda o marketing.
El segundo es por definición manipulación de la opinión, mientras
que la diplomacia cultural tiene como objetivo más bien ser un puente
comunicativo que provoque el entendimiento trasparente entre las
naciones.
Se hace notar que las siguientes definiciones de este apartado sobre
conceptos claves de la diplomacia cultural, están citadas en el artículo El
papel de la diplomacia cultural en las relaciones internacionales de Said
Saddiki.
El aspecto utilitario que se acaba de mencionar a veces se confunde
con la diplomacia cultural y queda claro en esta definición, tomada de un 1 Noya Javier, Diplomacia Pública para el siglos XXI, p 93 2 Noya Javier. Op. Cit. p 93 3 Noya Javier. Op. Cit. p 117. Noya cita a Mitchell
10
documento del Departamento de Estado (Secretaría de Exteriores) de los
EEUU:
“La diplomacia cultural se considera como una piedra angular de la
diplomacia pública, y hace referencia a los programas gubernamentales
patrocinados cuyo objetivo es informar o influir en la opinión pública de
otros países; sus instrumentos principales son publicaciones, películas,
intercambios culturales, la radio y la televisión” - U.S. Department of
state, 1987
Ese concepto netamente utilitario y político de la promoción cultural
en el exterior, queda todavía más patente en esta afirmación:
“La diplomacia sutil es aquello que no tiene como objetivo la conquista de
un territorio o el control de la vida económica de un país, sino la conquista
y el control de las mentes de sus ciudadanos” – Hans Morgenthau
Esa diplomacia “sutil” es lo que en términos de la teoría política
contemporánea se llama “poder blando”:
“Poder Blando (Soft Power) es la habilidad para conseguir lo que uno
pretende por medio de la seducción, y no por medio de la coerción o el
pago. En contraste con el poder blando, el poder duro (Hard Power)
significa la habilidad de hacer que los otros hagan lo que uno quiere pero
utilizando para ello la fuerza económica y militar” - Joseph Nye
Ese concepto moderno acuñado por J. Nye tiene en realidad una
antigua tradición, como se prueba en las siguientes afirmaciones:
“La diplomacia es el arte de hacer amigos en el extranjero” - Von
Bismarck
11
“A lo largo de la historia, tener gente que entienda tu forma de
pensar confiere una seguridad mucho mayor que tener otro submarino” –
James William Fulbright.
No obstante, ya sea que se exprese de modo sutil o descarnado,
todas esas visiones presuponen que la cultura es una herramienta más de
la diplomacia. Es decir un factor de poder, un arma más en una guerra, ya
sea abierta o implícita, entre países o civilizaciones.
Esta tentación política también es muy antigua y sus objetivos se
encuentran sintetizados, al máximo, en el famoso libro chino El arte de la
guerra, de Sun Tzu, una de cuyas recomendaciones básicas para
generales y políticos, es:
“Más vale ganar sin tener que luchar”
De los conceptos anteriores queda claro que uno de los mayores
riesgos y problemas de las acciones de promoción cultural en el exterior,
es la instrumentalización de las mismas al servicio de finalidades ajenas,
fijadas por el poder político.
Por ello, la propia definición de Noya, que emplearemos como
referencia, debe ser tomada con cautela. Ya que puede ser criticada, al
menos en este aspecto: emplear a la cultura como “apoyo de la
diplomacia política y económica”, o entenderla como “puente
comunicativo” entre sociedades, no tiene en cuenta que la cultura puede
y debe ser un fin en sí misma.
Es decir, que la promoción cultural en el exterior es una fase más
amplia del desarrollo de la cultura en el interior de cada país, la cual
simplemente trasciende fronteras en su búsqueda de audiencias e
intercambio entre creadores y gestores, lo que se traduce en beneficios
mutuos tangibles e intangible para los ciudadanos de los países
involucrados.
12
En consecuencia, si se considera a la cultura como un fin en sí
misma y no como un medio para lograr otra cosa, debe aceptarse que los
estados tienen la obligación constitucional de facilitar la expresión cultural
de sus ciudadanías no sólo dentro sino hacia afuera de sus
fronteras, ya que dicha expresividad cultural es un derecho humano
fundamental.
Por lo tanto, para este trabajo se ha buscado complementar y
matizar la definición de Noya, seleccionando, de una bibliografía diversa,
otras ideas que pudieran enriquecer dicho concepto.
A continuación se reseñan algunas definiciones y reflexiones,
importantes de considerar para mirar de un modo más completo el amplio
abanico de posibilidades que ofrece la diplomacia cultural.
“La diplomacia cultural no significa solamente la transmisión y la difusión
de cultura y valores nacionales. Un elemento importante de la diplomacia
cultural también es el hecho de escuchar a las demás naciones del
mundo, comprender su propia forma de vida y buscar un terreno
cultural común para compartirlo con ellos. Así pues, la diplomacia
cultural no debe basarse exclusivamente en contar nuestras historias al
resto del mundo; hay que tener en cuenta también que el éxito de la
diplomacia cultural depende del diálogo intercultural y del respeto
mutuo”.4
“Si bien la diplomacia pública se ocupa tanto de necesidades políticas a
corto plazo como de intereses políticos a largo plazo, la diplomacia cultural
pone el énfasis en el intercambio a largo plazo entre las naciones” -
Shultz
4 Saddiki Said, El papel de la diplomacia cultural en las relaciones internacionales, Revista Cidob d`Afers Internationals nº 88 p 109
13
“La diplomacia cultural es, en suma, el arte de reunir a la gente adecuada
en el momento preciso, en las circunstancias apropiadas, con los
materiales idóneos a la mano. En el mejor de los casos, los funcionarios
de la cultura conocen personas, aprenden quiénes son, se cercioran de
cuáles son sus intereses, los tienen en mente, se mantienen en contacto
y, cuando alguien o algo se presenta –un visitante, un libro o un artículo-,
hacen la debida conexión. Saber esto es empezar a entender el arte” -
Richard T. Arndt
De las citas anteriores podemos sintetizar algunos conceptos
complementarios que, agregados a la definición de Noya, deben tenerse
presentes al hacer la evaluación de los modelos español y chileno.
- escuchar a los demás
- buscar terrenos culturales comunes
- favorecer intercambios de largo plazo (mucho más allá de los
horizontes políticos y económicos corrientes)
- multiplicar los contactos entre sociedades
En suma, la diplomacia cultural no sólo debe apoyar a la diplomacia
política y económica, y ser un puente comunicativo entre naciones, sino
que constituye un objetivo en sí misma, porque la propia cultura lo es.
14
SEGUNDO CAPÍTULO
EL CASO ESPAÑOL
I.- Síntesis histórica
Para entender el desarrollo que ha llevado a una diplomacia cultural
en España, resulta útil asomarse de manera sintética al pasado, a través
de ejemplos que han marcado la creación y desarrollo de instituciones
culturales. Detrás de la promoción cultural en el exterior de España está,
como base más general, la paulatina gestación de una diplomacia pública.
La diplomacia pública tiene que ver con preguntarse cómo, cuándo y
dónde se debe desarrollar un concepto para la imagen de un país y luego
con la importancia de obtener un posicionamiento coherente con ese
concepto.
En una primera etapa, España quiso fortalecer su presencia
internacional para dotarse de una nueva imagen de modernidad y
progreso democrático. “Solucionarlo era sin duda el objetivo de la Expo de
Sevilla del 92 y de las Olimpíadas de Barcelona, quizás los grandes
eventos que más y mejor hicieron para proyectar una nueva imagen en el
exterior”. 5
Estas primeras acciones marcaron una etapa que intentó solucionar
el problema de la imagen de España a través de grandes eventos en los
años 80 y 90, pero que no fueron suficientes para lograr del todo su
objetivo.
Se añadió entonces un nuevo concepto anglosajón a esta misión
llamado branding, es decir, lo que está “made in Spain” o “hecho en
España”. Se empezó a hablar de “marca país” y se creó una iniciativa para
poner más énfasis a la proyección del país en el exterior llamada Proyecto
Marca España (PME) el año 2001. Este proyecto tenía como plataformas,
entre otras varias: el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Real Instituto
Elcano, la Asociación de Marcas Renombradas Españolas, el Instituto 5 Noya Javier. Op. Cit. p 371
15
Español de Comercio Exterior (ICEX perteneciente al Ministerio de
Economía) etc.
Se trabajó en recopilar información sobre la imagen exterior de
España a través de encuestas de opinión pública y líderes de opinión. Los
analistas escucharon a los actores más relevantes dentro de las
instituciones españolas, consultaron a expertos en historia, sociólogos y
de marketing y crearon un equipo para la formulación de propuestas en
cuanto al posicionamiento y comunicación. Resultado de ello se hicieron
varios diagnósticos, especialmente en el ámbito comercial, y las
conclusiones extraídas ayudaron a entender y promover la imagen de
España en el exterior de una manera menos prejuiciosa y más científica.
A consecuencias de eso, según Noya, España ya no es un país
“desconocido” o solamente “simpático”. Al contrario, Noya señala que
España es uno de los mejores ejemplos de branding o gestión de marcas.
Sin embargo, “…atribuir el aura de España a la diplomacia pública,
es difícil, porque hasta ahora no ha existido… ha sido más bien una
consecuencia no querida o un subproducto”. 6 La diplomacia pública
española ha sido una consecuencia de experiencias de posicionamiento y
de marca.
Pero algo muy notable, que no se puede dejar de lado, es la
creación de instituciones públicas en el área cultural en las últimas dos
décadas. La creación de estas instituciones culturales dejó semillas que
luego fructificaron en una diplomacia cultural más propia.
En el capítulo siguiente se hará un recorrido por las instituciones,
que bajo el alero del Ministerio de Asuntos Exteriores, reflejan la
diplomacia cultural y también la cooperación cultural en sus diversas
modalidades.
Se hablará preferentemente del Ministerio de Asuntos Exteriores y
de Cooperación como una referencia importante, porque es la institución
6 Noya Javier. Op. Cit. p 405
16
más desarrollada de Iberoamérica en cuanto a su coordinación y
estructura para la promoción de cultura en el exterior.
Sin entrar en detalles, a continuación se expone la estructura general del
MAEC y descripciones de cada organismo con competencias en el área de
cultura y su promoción en el exterior.
II.- El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación
El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación (MAEC) tiene
la responsabilidad en materias de relaciones exteriores del Estado
Español.
Este Ministerio se desempeña como “el departamento de la
Administración General del Estado al que corresponde, de conformidad
con las directrices del Gobierno y en aplicación del principio de unidad de
acción en el exterior, planificar, dirigir, ejecutar y evaluar la política
exterior del Estado; concertar y potenciar sus relaciones con otros Estados
y organizaciones internacionales; defender los intereses de España y
llevar a cabo una adecuada y eficaz política de protección de los
ciudadanos españoles en el exterior; dirigir la política de cooperación
internacional para el desarrollo y coordinar a los órganos de la
Administración General del Estado que, en el ámbito de sus competencias,
realicen actuaciones en esta materia; fomentar las relaciones económicas,
culturales y científicas de España, así como participar, en la esfera de
actuación que le es propia, en la propuesta y aplicación de la política de
extranjería.” 7
Como se señala en el Real Decreto, las relaciones culturales son
responsabilidad del Ministerio que actúa en concertación con los
departamentos de gobierno de este mismo ámbito, especialmente con el
Ministerio de Cultura.
7 Real Decreto 1416/2004, de 11 de Junio, por el que se modifica y desarrolla la estructura básica del MAEC, articulo 1.1, Boletín Oficial del Estado 12/IV/2004
17
En este organigrama parcial se ve que la responsabilidad del MAEC
en cultura está repartida en dos secretarías de Estado y varias
subdirecciones generales.
II.- a) La primera secretaría es la Secretaría de Estado para la
Unión Europea.
Esta Secretaría es el órgano superior responsable de asistir al MAEC
en la formulación y ejecución de la política exterior de España en el
ámbito de la Unión Europea. A ella está adscrita la Comisión
Interministerial de Asuntos de la Unión Europea y de ella depende
administrativa y financieramente la representación permanente de España
ante la Unión Europea.8
Dentro de esa Secretaría las materias de cultura dependen de la
Subdirección General de Asuntos Sociales, Educativos, Culturales y
Sanidad y Consumo y está encuadrada en la Dirección General de
8 Real Decreto 260/1986, de 17 de Enero, por el que crea la representación permanente de España ante la Unión Europea.
18
Coordinación del Mercado Interior y Otras Políticas Comunitarias
de la Secretaría del Estado para la Unión Europea.
II.- b) La segunda repartición estatal concernida con la acción
cultural española en el exterior es la Secretaría de Estado de
Cooperación Internacional, que en materias de relaciones culturales
exteriores delega cumplimiento en la Subdirección General de
Programas y Convenios Culturales y Científicos y a la Agencia
Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
II.- b) 1. La Subdirección General de Programas y Convenios
Culturales y Científicos planifica y evalúa las relaciones exteriores de
España no sólo en el ámbito de cultura sino también en el de ciencia,
tecnología y medio ambiente. Allí preparan y negocian propuestas de
acuerdos o convenios internacionales y coordinan la presencia institucional
de España en los organismos internacionales de carácter cultural y
científico.
Esta Subdirección, por tanto, promociona y coopera a distintos
niveles con materias de cultura. Una de las más destacadas son los
programas de cooperación que “establecen un marco concreto de
actividades de cooperación bilateral en materia educativa, cultural o
científica a realizar en un periodo de entre dos y cinco años. Las
Comisiones Mixtas establecidas como resultado de los acuerdos o
convenios son las encargadas de redactar estos programas, que
generalmente contienen compromisos de organización directa de
actividades o eventos y otras medidas de fomento a la cooperación de
agentes terceros. Así, en un programa de cooperación pueden hallarse
referencias a distintos tipos de intercambios previstos, número de
participantes, condiciones económicas, intercambios de material cultural,
exposiciones, archivos, becas etc.”9
9 Las relaciones culturales internacionales: el marco institucional en España. (DT) 48/2005
19
II.- b) 2. La AECID --Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo-- es un organismo autónomo adscrito al
MAEC a través de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional.
La AECID tiene una Dirección General de Relaciones Culturales y
Científicas que a su vez se reparte en dos Subdirecciones Generales, una
es para la Cooperación y Promoción Cultural Exterior y la otra es para
Becas, Lectorados e Intercambios.
Entre los fines de su Estatuto cabe señalar dos que hacen mención a
la cultura: “Contribuir al crecimiento económico y el progreso social,
cultural, institucional y político de los países en vías de desarrollo y, en
especial, de los que tienen un ascendiente hispano”. Y “fomentar la
cooperación cultural y científica de España con los países en vías de
desarrollo”.10
La política de cooperación que desarrolla la AECID viene establecida
en el Plan Director de la Cooperación Española. Este Plan Director se
elabora cada cuatro años, en base a los principales acuerdos
internacionales que están en la agenda de desarrollo. También se
elaboran planes anuales que, en ambos casos, son aprobados por el
Gobierno y remitidos al Congreso de los Diputados para su seguimiento
posterior.
Cabe señalar que la AECID no sólo contribuye al desarrollo
internacional en dimensiones como la lucha contra la pobreza o la
cooperación con los pueblos indígenas, sino también es responsable de
otras actuaciones culturales orientadas a:
‐ la planificación, ejecución y promoción de la cultura española a
través de las representaciones diplomáticas y consulares y
con una especial atención a los países vinculados
históricamente con España;
10 Estatuto de la Agencia Española de Cooperación Cultural, artículo 4, en Real Decreto 3424/2000, de 15 de Diciembre, por el que se aprueba el Estatuto de la AECI, BOE, 16/XII/2000.
20
‐ la gestión de la acción cultural cuando hay compromisos
adquiridos en acuerdos o convenios firmados por España con
países en vías de desarrollo;
‐ la coordinación y supervisión de las actividades ejercidas en
instituciones culturales de España en el exterior que están
adscritos a la Dirección General;
‐ y la dirección de actividad de bibliotecas, publicaciones
culturales y científicas de la AECID.
En cuanto a la representación diplomática y la presencia cultural de
España en el extranjero, los centros culturales (adscritos a la Dirección
General de Relaciones Culturales y Científicas) están integrados
orgánicamente en las embajadas o consulados y asumen la preparación,
coordinación y realización de actividades de cooperación cultural bajo la
supervisión del jefe de la misión diplomática.
Una de las misiones de estos centros es identificar oportunidades
para la presencia cultural de España y coordinar apoyo con otras
instituciones y administraciones españolas que desarrollan actividades
culturales. En algunos casos los centros culturales conviven con centros
pertenecientes al Instituto Cervantes y, por tanto, existe la necesidad de
coordinar las actuaciones de cada institución.
II.- b) 3. La Acción Cultural Exterior es el título que la AECID da
a su actividad en las siguientes líneas estratégicas11:
- Diversidad: en términos de disciplinas artísticas, estilos, generaciones y
procedencias.
- Contemporaneidad: promoción de las expresiones artísticas más
contemporáneas, dado que las manifestaciones tradicionales ya son
ampliamente conocidas en el exterior.
11 Las relaciones culturales internacionales: el marco institucional en España. (DT) 48/2005
21
- Planificación, programación, concentración: diseño y producción de
programas desde los servicios centrales del MAEC en Madrid, que luego
itineran por el exterior y nutren embajadas, consulados y centros
culturales, a fin de garantizar coherencia, no fragmentación de la política
de difusión cultural y optimización de recursos.
- Colaboración con otras instituciones: trabajo conjunto con sociedades
estatales y organismos autónomos vinculados al MAEC, así como con otros
ministerios, comunidades autónomas, municipios, instituciones culturales
o fundaciones públicas y privadas, entre otros, tanto en España como en
el exterior.
II.- c) Organismos autónomos y sociedades estatales
El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación extiende sus
responsabilidades culturales a los organismos autónomos y a las
sociedades estatales como el Instituto Cervantes, la Fundación
Carolina, las Casas de América, Asia, Sefarad, Árabe, África y la
Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEACEX). A
continuación se hará un breve descripción de cada organismo y sociedad
estatal:
II.- c) 1. Instituto Cervantes
Este instituto fue establecido en 1991 con la finalidad de promover
la enseñanza, el estudio y el uso del español y contribuir a la difusión de
la cultura en el exterior en coordinación con los demás organismos del
Estado Español.
Es un ente de derecho público sin ánimo de lucro y puede establecer
convenios o protocolos de colaboración con instituciones públicas o
privadas en España y en el extranjero.
España reconoce a la lengua como vehículo básico, según Yolanda
Gamarra, para concertar acciones o actividades de cooperación en el
ámbito cultural, económico y social aportando caminos no sólo a la
cultura sino también a los mercados.
22
“La lengua forma parte del patrimonio de cada pueblo cuya cultura y
pensamiento modelan y expresan. Constituyen asimismo, en cada país, un
elemento del vínculo social y un factor de la integración….son vectores de
comunicación que permiten los intercambios y la circulación de las
ideas.”12
Para emplear a fondo esa gran herramienta de promoción cultural
que implica el tener una lengua global, el Cervantes cuenta con la
siguiente estructura organizativa:
“..un patronato presidido por el rey y el presidente del Gobierno y
entre cuyos vocales natos figuran los ministros de Asuntos Exteriores;
Educación y Ciencia; y Cultura; así como la secretaria de Estado de
Cooperación Internacional, entre otros, y, como vocales electos, varios
representantes del mundo de las letras y la cultura de España y América
Latina y del ámbito universitario. La misma secretaria de Estado de
Cooperación Internacional preside el consejo de administración del
Instituto, del que también forman parte representantes de los Ministerios
de Asuntos Exteriores; Educación y Ciencia; Cultura; y Hacienda, y el
director del Instituto Cervantes, cargo nombrado por el Consejo de
Ministros a iniciativa de la ministra de Educación y Ciencia”.13
Con esa estructura el Instituto Cervantes desempeña, entre otras,
las siguientes tareas:
• La organización de cursos de lengua española y del resto de lenguas
co-oficiales.
• La sistematización de los exámenes para la obtención del Diploma
Oficial de Español Lengua Extranjera (DELE).
• La formación del profesorado especializado y la difusión de
programas de promoción de la lengua española.
12 Gamarra Yolanda, La cooperación internacional en su dimensión cultural y el progreso del derecho internacional, p 92 13 Las relaciones culturales internacionales: el marco institucional en España. (DT) 48/2005
23
• La realización de actividades en colaboración con otras entidades del
ámbito iberoamericano.
• El apoyo al hispanismo internacional.
• La creación y funcionamiento de bibliotecas provistas de recursos
tecnológicos más avanzados.
A esas tareas directamente relacionadas con la enseñanza y promoción
de la lengua española –y las co-oficiales- hay que agregar la importante
actividad de difusión de la cultura española, en general, que los centros
del Cervantes desarrollan en todos los países donde se encuentran
localizados.
Existen 68 centros del Instituto Cervantes, fuera de España, donde hay
dos sedes más, en Alcalá de Henares y su casa central en Madrid.
Cinco en América del Norte: Albuquerque, New Mexico; Calgary,
Canada; Chicago, Illinoise; New York, New York; Seattle, Washington.
Nueve en América del Sur todos concentrados en Brasil: Belo
Horizonte, Brasilia, Curitiba, Porto Alegre, Recife, Florianápolis, Río de
Janeiro, Salvador de Bahía, Sao Paulo.
Diez en África: Alejandría, Argelia, Casablanca, Fez, Marrakech,
Tanger, Rabat, Tetuán, Marruecos; El Cairo, Egipto; Orán, Argelia; Túnez,
Tunesia.
Ocho en Asia y Oceanía: Hanói, Vietnám; Kuala Lumpur, Malasia;
Manila, Filipinas; Nueva Delhi, India; Pekín, China; Sídney, Australia;
Tokio, Japón; Yakarta, Indonesia.
Treinta y seis en Europa: Atenas, Grecia; Belgrado, Serbia; Berlín,
Alemania; Bratislava, República Eslovaca; Bremen, Alemania; Bruselas,
Bélgica; Bucarest, Rumanía; Budapest, Hungría; Burdeos, Francia;
Cracovia, Polonia; Dublín, Irlanda, Estambúl, Turquía; Estocolmo, Suecia;
Frankfort, Alemania; Hamburgo, Alemania; Leeds, Reino Unido; Lisboa,
Portugal; Liubliana, Eslovenia; Londres, Reino Unido; Lyon, Francia;
Manchester, Reino Unido; Milán, Italia; Moscú, Rusia; Múnich, Alemania;
Nápoles, Italia; Palermo, Italia; París, Francia; Praga, República Checa;
24
Reikiavik, Islandia; Roma, Italia; Sofía, Bulgaria; Toulouse, Francia;
Utrecht, Países Bajos; Varsovia, Polonia; Viena, Austria; Zagreb, Croacia.
Y cuatro en Oriente Próximo: Ammán, Jordania; Beirut, Líbano;
Damasco, Siria; Tel-Aviv, Israel.
El Cervantes es un buen ejemplo de una institución que ejerce una
activa diplomacia pública, y específicamente una diplomacia cultural, no
sólo por la enseñanza de español sino también porque promueve el
conocimiento de la cultura española globalmente, integrándola con
eficacia en los países donde actúa.
II.- c) 2. Fundación Carolina
La Fundación Carolina se constituyó en el año 2000 con la finalidad
de “colaborar en la promoción de las relaciones culturales y la cooperación
en el ámbito educativo y científico entre España y los países de la
Comunidad Iberoamericana de Naciones y aquellos otros con vínculos
históricos, culturales o geográficos”.14
Su patronato también está presidido por el Rey y forman parte del
mismo el presidente del Gobierno, ministros como el de Economía y
Hacienda; Asuntos Exteriores y Cooperación; Ciencia y Educación;
Cultura; Industria, Turismo y Comercio, además de representantes del
MAEC. El secretario general de la AECID es vicepresidente y la Fundación
cuenta con varias empresas en el patronato. Es una combinación
excepcional entre lo público y privado en cuanto a la cooperación de
recursos para América Latina.
La Fundación Carolina posee distintos campos de acción que
promueven la formación / investigación mediante becas para estudiantes
e investigadores. De este modo cooperan en el fomento de ideas de
desarrollo y relaciones internacionales en 12 ámbitos de estudio de
posgrado. También hay programas de responsabilidad social que tratan
14 Orden de 3 de Febrero de 2001 por la que se inscribe en el Registro de Fundaciones la denominada “Fundación Carolina”, de Madrid, BOE, 28/11/2001
25
temas sobre los derechos humanos, protección del medio ambiente,
igualdad de género etc.
Con esas herramientas esta Fundación fomenta un conocimiento
directo y presencial de la realidad española entre profesionales y personas
con capacidad de decisión, intentando de este modo, reforzar
indirectamente la imagen e influencia de España en los países de origen
de sus invitados o becarios. Es decir, que se trata también, de una
efectiva instancia de diplomacia pública y cultural.
II.- c) 3. Casa de América, Casa Árabe, Casa Sefarad–Israel,
Casa Asia y Casa África, nacen todas en un marco de diplomacia
pública, de interacción institucional y de cooperación internacional con el
objetivo de formar un puente de comunicación y de relaciones bilaterales
entre las sociedades que representan las Casas. Con estos vínculos de
relación se genera un espacio de mutua reflexión y de conocimiento. En el
cual resulta relevante la participación de las comunidades de emigrantes
en España, procedentes de cada uno de los ámbitos que abarcan esas
Casas.
Casa América:
Es un consorcio público constituido en 1992 por el MAEC, la
Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid. Promueve el
conocimiento entre Iberoamérica y España a través de sus dos ejes
principales: el Ateneo Americano y la Tribuna Americana.
La primera es, de hecho, un centro cultural que contribuye a difundir
las expresiones literarias, artísticas y musicales contemporáneas
originadas en America Latina.
Mientras el segundo es un centro difusor de estudios políticos-
sociales, económicos, científicos y tecnológicos originados en el mismo
espacio geográfico y político. 15
15 http://www.casamerica.es/casa-de-america-madrid/quienes-somos
26
Casa Árabe:
Cuenta con dos sedes, una en Madrid y otra en Córdoba y un
Instituto Internacional de Estudios Árabes que forma parte de la Casa.
Es un consorcio constituido el 6 de Julio de 2006 por el MAEC,
AECID, las Comunidades Autónomas de Madrid y Andalucía, y los
Ayuntamientos de Madrid y Córdoba.
“Tiene la vocación de ser un activo instrumento que contribuye,
desde las instituciones políticas y los medios económicos, culturales e
intelectuales, a fortalecer y consolidar la relación polivalente con los
países árabes y musulmanes y a desarrollarse como referente en el
estudio y el conocimiento de la realidad y la historia de esos países.”16
La Casa Árabe genera presencia en el ámbito europeo de la cultura
árabe y musulmán, como también presencia de España y Europa en estos
dos ámbitos.
Casa Sefarad-Israel:
Es un consorcio constituido el 18 de Diciembre de 2006, por un
acuerdo entre el MAEC, la AECID, la Comunidad de Madrid y el
Ayuntamiento de Madrid. Esta Casa permite la cooperación con la
comunidad judía y con el Estado de Israel. Y profundiza en el estudio del
legado cultural sefardí en la cultura española, fomentando un
conocimiento más vasto de la cultura judía e impulsando la comunicación
y el nexo entre la sociedad española y la sociedad israelí. Esto lo hace
desarrollando actividades en el área cultural, científica, artística, social,
económica, educativo y formativo.
“La Casa Sefarad-Israel quiere asimismo ser un espacio común y
lugar de encuentro para las comunidades y organizaciones judías de
España y de todo el mundo. Este espacio común para judíos, israelíes y
españoles permitirá difundir el rico legado histórico sefardí y la realidad
política, económica, social y cultural de las comunidades judías en el
mundo de hoy, así como de Israel y de España….Aspira a ser un 16 Martín Muñoz Gema: http://www.casaarabe-ieam.es/p/que-es-casa-arabe
27
instrumento de Diplomacia Pública en la medida en que competa la red
institucional formada por la Casa de América, la Casa Asia, la Casa Árabe
y la Casa África, reforzando así el entramado de referencia para la acción
exterior de España.”17
Casa Asia:
Se creó el 9 de Noviembre de 2001 y es un consorcio constituido por
el MAEC, la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona.
Esta Casa nace como consecuencia del Plan Marco Asia Pacífico 2000-
2002, que contiene entre sus objetivos y acciones llevar a cabo la
representación de España en el Asia en su aspecto político, económico,
social y cultural y también de la Estrategia Asiática de la Unión Europea.
“Casa Asia nace con el objetivo prioritario de promover y realizar
proyectos y actividades que contribuyan a un mejor conocimiento y al
impulso de las relaciones entre España y los países de Asia y del Pacífico,
especialmente, en el ámbito institucional, económico, académico y
cultural…Una de las claves del siglo XXI será sin lugar a dudas la región
Asia-Pacífico y España no puede dar la espalda ni sustraerse a esta
realidad. Es en este sentido que Casa Asia se erige no solo en instrumento
y eje catalizador de los esfuerzos, iniciativas y acciones de las
administraciones del Estado, sino que aspira a la participación activa de
todos los organismos públicos y agentes económicos y sociales para lograr
este nuevo reto.”18
Casa África:
Es un consorcio entre el MAEC, el Gobierno de Canarias, AECID, los
Cabildos Insulares de Fuerteventura, Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife y
el Ayuntamiento de las Palmas de Gran Canaria y fue creado el 26 de
Junio de 2006 en el marco del Plan África del Gobierno de España.
17 http://www.casasefarad-israel.es/es/nosotros/presentacion.aspx 18 http://www.casaasia.es/GestorPeticiones?aplicacion=home&origen=home&destino=presentacion_home
28
Casa África tiene dos objetivos principales:19 El primero es acercar
África a España: “a la opinión pública española en su conjunto -
universidades, expertos, empresarios, medios de comunicación y a la
ciudadanía en general-, incorporando el conocimiento y la participación de
los africanos de sus instituciones.”
El otro gran objetivo es trabajar cerca de las sociedades africanas y
sus instituciones para conocer los intereses y prioridades. Esto, a la vez,
sirve como un instrumento de comunicación para España como también a
la Unión Europea.
“El reto es ser una referencia de diplomacia pública para España y
Europa en las relaciones con África, al tiempo que colaborar de manera
decisiva a que el continente vecino gane el protagonismo merecido en el
imaginario común y que sea entendido como lo que realmente es: un
continente que se enfrenta a grandes desafíos pero contando al mismo
tiempo con un gran potencial, lleno de riquezas y oportunidades.”
II.- c) 4. Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior
(SEACEX)
La SEACEX es una institución pública creada en el año 2000,
específicamente para “la preparación, organización, administración,
celebración de determinadas exposiciones internacionales y actividades
conexas a las mismas, que contribuyan a la proyección cultural de España
en el exterior, bajo la coordinación de los Ministerios de Asuntos
Exteriores y de Educación, Cultura y Deporte, en el marco de los criterios
emanados del Consejo de Política Exterior y de la Comisión Delegada del
Gobierno para Asuntos Culturales”.20
La estructura organizativa del Consejo de Administración de SEACEX
consta de un presidente que es nombrado por el gobierno, representantes
del Ministerio de Cultura, Economía y Hacienda, Industria, Turismo y
Comercio y Asuntos Exteriores y de Cooperación y también instituciones 19 http://www.casafrica.es/quien_somos.jsp 20 Balance de actividades 2000-2004 www.seacex.es. Acuerdo del Consejo de Ministros por el que se crea la SEACEX, 15/XII/2000.
29
culturales de rango nacional, representación de la Junta General de
Accionistas y la directora general del Patrimonio del Estado. Existe un
Comité Asesor que está compuesto por más de 30 académicos y expertos
en arte y cultura españoles y del extranjero.
“La programación desarrollada responde a la consideración global de
las necesidades en la proyección exterior de España, a partir tanto de un
ejercicio de revalorización del patrimonio como de la proyección del arte
contemporáneo. De esa forma, hemos mostrado algunos de los proyectos
más singulares que ha generado la España cultural del siglo XXI junto a
algunos de los momentos históricos de su pasado. Todo ello se pone de
manifiesto en la organización de 82 exposiciones y distintas actividades
culturales que abarcan conciertos, seminarios, congresos y artes
escénicas.”21
El SEACEX tiene funciones de promoción cultural -no de cooperación
como las otras instituciones antes vistas- que están vinculadas tanto con
iniciativas privadas como públicas y de proyección en el exterior.
III.- Ministerio de Cultura
No obstante que la promoción cultural es competencia,
primordialmente, del Ministerio de Asuntos Exteriores, es imprescindible
revisar también el papel del Ministerio de Cultura.
En efecto, este Ministerio es un órgano importante que comparte
con el MAEC competencias del gobierno que conciernen a las relaciones
culturales en el exterior. Cabe también mencionar los departamentos
pertenecientes a este ministerio que se ocupan en gran medida de
promoción de la cultura en este sentido y que están dispersos entre varias
instituciones de carácter nacional.
El Ministerio de Cultura tiene una Subsecretaría de Cultura y entre
sus funciones desempeña “... la coordinación y seguimiento de la
aplicación de fondos europeos o de carácter internacional destinados a 21 http://memoria06-07.seacex.com/
30
programas o proyectos del departamento y sus organismos públicos y, en
particular, la tramitación de las solicitudes de ayuda, la certificación de los
gastos a efectos de retornos comunitarios y las funciones de interlocución
en los requerimientos de información comunitaria.”22
Están adscritos a esta Subsecretaría cinco organismos autónomos:
la Biblioteca Nacional; el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de
Música; el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; el Instituto de
Cinematografía y de las Artes Audiovisuales; y la Gerencia de
infraestructuras y Equipamiento de Cultura.
El Museo Nacional del Prado, organismo público, está adscrito al
Ministerio de Cultura y tiene de presidente a la Ministra.
Las siguientes direcciones están bajo la Subsecretaría de Cultura del
Ministerio de Cultura y tienen repercusión en la promoción cultural en el
exterior:
III.- a) La Dirección General de Bellas Artes desarrolla su acción en
los ámbitos de patrimonio cultural e histórico y museos y artes plásticas.
Depende de éste la Subdirección General de Museos Estatales,
Subdirección General del Instituto el Patrimonio Histórico Español,
Subdirección General de Protección del Patrimonio Histórico y la
Subdirección General de Promoción de las Bella Artes.
III.- b) La Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas
desarrolla su acción en la promoción y difusión nacional como
internacional de las letras españolas, conservación del patrimonio
documental, participación en ferias, promoción del libro etc. Depende de
éste la Subdirección General de Promoción del Libro, la Lectura y las
Letras Españolas y la Subdirección General de Promoción de los Archivos
Estatales.
22 Real Decreto 1601/2004, de 2 de Julio, por el que se desarrolla la estructura orgánica básica del Ministerio de Cultura, artículo 2.2. BOE, 3/VII/2004.
31
III.- c) La Dirección General de Política e Industrias Culturales
tiene bajo su esfera la Subdirección General de Cooperación Cultural
Internacional que afecta directamente la promoción cultural en el exterior.
Su función es de participación en la preparación de tratados, convenios y
programas de cooperación internacional, bilaterales o multilaterales,
dirigidos a promover los intercambios culturales, así como el
asesoramiento sobre la participación española en organismos
internacionales y también de la elaboración y coordinación del Plan de
relaciones internacionales del Departamento, además del diseño e impulso
de la promoción de las industrias culturales de España en el exterior.
III.- d) Organismos autónomos
Brevemente se nombrarán algunas funciones desempeñadas por los
cinco organismos autónomos, antes mencionados, en cuanto a sus
directrices internacionales:
Museo Nacional del Prado: Es ejecutor y promotor nacional e
internacional, y realizador de intercambios y coproducciones de obras con
otros museos en el extranjero; está incluido en redes museísticas
internacionales; y atrae al sector turístico de Madrid, haciendo una labor
importante con extranjeros, también a través de visitas guiadas a
Embajadores y Ministros de diversos países del mundo.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía: Centra sus colecciones
en arte contemporáneo. Por la relevancia de sus obras atrae a un público
vasto, tanto nacional como internacional, por lo que también ha podido
realizar colaboraciones con museos, instituciones culturales, centros de
investigación y universidades.
Biblioteca Nacional: Reúne, cataloga y conserva fondos bibliográficos
producidos en lengua española como en otras lenguas, forma parte de
32
numerosas y diversas redes internacionales y desarrolla programas de
colaboración e investigación con otras bibliotecas, entidades culturales y
científicas. Cabe señalar que tiene un Área de Cooperación, Desarrollo
Cultural y Relaciones Institucionales, cuyos objetivos y actividades son:
• Consolidación de la Biblioteca Nacional como principal punto de
referencia de la comunidad hispanista internacional.
• Promoción del centro como institución con autoridad en el ámbito de
las bibliotecas nacionales a escala internacional.
• Oferta de un desarrollo tecnológico equiparable a la mayoría de
bibliotecas nacionales, para garantizar las posibilidades de
intercambio de información.
• Participación en proyectos con bibliotecas de otros países.
• Promoción de la institución en el marco de subvenciones y ayudas
ofrecidas por organismos internacionales.
• Promoción, mediante programas de difusión y de formación, del
patrimonio bibliográfico nacional y la cultura española.23
La Biblioteca Nacional colabora también con la AECID en programas de
formación para Iberoamérica.
Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM):
Entre sus funciones tiene la proyección exterior de las artes escénicas y la
música de España. Otorgan ayudas a compañías de música, teatro, danza
y circo para que participen en actividades y festivales en el extranjero.
Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA):
Entre sus funciones destaca: “Mantener relaciones con organismos e
23 Las relaciones culturales internacionales: el marco institucional en España. (DT) 48/2005
33
instituciones internacionales y extranjeras de fines similares”. 24 Cumple
con esto participando activamente en organizaciones internacionales
como: Unión Europea, Programa Media; Eurimages; European Film
Promotion; Observatorio Europeo del sector Audiovisual; Ibermedia.
III.- e) Convenios Culturales Intergubernamentales
Quizás la más importante actividad que le cabe al Ministerio de
Cultura, en el exterior, es el estudio, negociación –coordinada con el
MAEC-- y gestión de convenios e instrumentos de cultura
intergubernamentales, ya sean bilaterales o multilaterales.
Un buen ejemplo de este trabajo multilateral a favor de la
cooperación cultural, a nivel de gobiernos, se ha manifestado en la Carta
Cultural Iberoamericana, adoptada por la XVI Cumbre Iberoamericana
de Jefes de Estado y de Gobierno en Montevideo, Uruguay el año 2006.
Este instrumento jurídico favorece la articulación y cooperación para
que se genere un mayor conocimiento de las riquezas culturales de cada
país otorgando espacios y condiciones para la circulación de los bienes de
ese tipo.
Por su relevancia para este estudio comparativo entre el sistema de
promoción y cooperación cultural exterior español y el de un país
iberoamericano, como es Chile, cuando más adelante tratemos de la
institucionalidad cultural chilena, nos detendremos a enumerar los fines
de la Carta Cultural Iberoamericana, que vienen a constituir finalidades
conjuntas de ambos países.
III.- f) Otras entidades estatales con incidencia tangencial en la
promoción cultural exterior
Existen otras entidades estatales que comparten tangencialmente la
difusión y promoción cultural de España en el exterior. Se mencionan
algunos:
24 http://www.mcu.es/cine/CE/InfGeneral/GestionMinisterio.html
34
‐ El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que tiene
adscrito el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX)
‐ El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales
‐ Las Comunidades autónomas, con sus departamentos de
gobierno que comprenden un Comité de Regiones y una
Asamblea de Regiones de Europa, ambos con presencia en la
Unión Europea.
35
TERCER CAPÍTULO
EL CASO CHILENO
I.- La institucionalidad cultural chilena – Introducción
La institucionalidad cultural de Chile es muy reciente. Nació con la
ley 19.891, promulgada el 31 de Julio de 2003, que creó el Consejo
Nacional de Cultura y las Artes (CNCA). Anterior a esta ley no existía una
normativa que mencionara la necesidad de diseñar políticas culturales
nacionales e internacionales.
El artículo 3 de esa ley, que estipula las funciones del Consejo,
señala como una de ellas: “Diseñar políticas culturales a ser aplicadas en
el ámbito internacional, y explorar, establecer y desarrollar vínculos y
convenios internacionales en materia cultural, para todo lo cual deberá
coordinarse con el Ministerio de Relaciones Exteriores.”
Como esta normativa tiene pocos años de vigencia, los documentos
de trabajo del CNCA y del Ministerio de Exteriores son escasos -al menos
para el acceso público. En nuestro tema de proyección cultural
internacional de Chile no se ha encontrado un documento específico que
describa la arquitectura de una política cultural hacia el exterior, las
coherencias de estas políticas con sus diversas instituciones involucradas,
el proceso de adaptación al contexto internacional con una agenda de
desarrollo en esta dirección, las prioridades sincrónicas y diacrónicas de la
política cultural internacional, ni tampoco sus mecanismos de control,
métodos de evaluación y seguimiento.
Sólo se puede indagar y describir la acción de promoción cultural de
Chile en el exterior, en las últimas dos décadas, a través de las huellas
que dejan sus actividades plasmadas en las memorias institucionales, en
los documentos más destacados como “Chile quiere más Cultura” (primer
manifiesto que reestablece el diálogo con la cultura después de la
dictadura militar).
36
Es por ello que, aparte de reseñar los documentos antedichos y, tal
como se advirtió en la metodología consignada en el Capítulo I, se ha
optado en esta tesina por investigar en las fuentes primarias de ese
proceso.
Para ello se viajó a Chile y realizaron allí varias entrevistas
personales a los más altos dirigentes que formaron parte de la gestación
de la Institucionalidad Cultural, plasmada en la creación de esta ley que
resguarda la cultura chilena.
A continuación se desarrollará brevemente el contexto que llevó a la
creación de una institución cultural incipiente, pero estable, en Chile.
II.- Síntesis histórica
Al terminar la dictadura militar dirigida por el general Augusto
Pinochet, en 1990, la relación del Estado de Chile con la cultura y sus
agentes era de distancia y desconfianza mutua. Las instituciones
culturales provenientes del sistema previo al golpe militar de 1973 habían
sufrido una decadencia importante, sin que fueran reemplazadas por
otras.
Hasta 1973, la cultura en Chile estuvo estrechamente ligada a las
principales universidades (Universidad de Chile y Universidad Católica de
Chile) y al Ministerio de Educación, mediante una división del mismo. El
sistema de promoción estatal de la cultura fue visto con desconfianza por
el régimen militar que aplicaba un modelo privatizador en todas las áreas
de la sociedad chilena.
Sin embargo en la cultura tampoco se hizo nada para sustituir el modelo
anterior por uno de patronazgo privado al estilo estadounidense, por
ejemplo. Con lo cual la cultura, sus agentes y usuarios, quedaron
desguarnecidos.
A pesar de ello, durante la dictadura se originaron fuertes
movimientos de renovación artística, literaria, musical, etc., en general
comprometidos en la lucha contra ese régimen. Así las cosas, al terminar
37
la dictadura esos movimientos y sus agentes buscaron desde el primer
momento que los nuevos gobiernos democráticos les concedieran un
mayor apoyo estatal.
El proceso fue lento y complejo. Ya que el sistema heredado y
asumido por la nueva democracia se fundaba en el concepto de un rol
subsidiario del Estado frente a las iniciativas privadas. Además de que la
creación de riqueza generada por el éxito económico del modelo chileno,
se repartía de preferencia, en esos primeros años y con toda lógica, a los
sectores de extrema pobreza que los requerían prioritariamente.
Se podría decir que durante la primera década de la transición,
entre 1990 y 2000, se avanzó de manera lenta pero segura en dos líneas
paralelas. Por una parte, creando conciencia en la ciudadanía acerca de
que la cultura es un bien público cuya vitalidad y desarrollo es importante
para una democracia.
Por otra parte y en paralelo se dio un debate político acerca de las
mejores formas de apoyar a la cultura sin intervenirla ni dirigirla. Este se
debate se tradujo en la implementación gradual de una serie de
instituciones culturales novedosas para Chile. Algunas de ellas
francamente originales en su adaptación a la realidad local.
III.- Instituciones existentes antes de la ley que creó el Consejo
Nacional de la Cultura
Antes de la ley del año 2003, las instituciones ministeriales de
carácter cultural bajo la forma de divisiones, departamentos y direcciones-
se encontraban muy dispersas y fragmentadas, porque las competencias
culturales estaban bajo la administración de distintos ministerios. En
consecuencia, la administración pública en esta área era ineficiente,
burocrática, y carecía de conceptos ejes para su actividad tanto nacional
como internacional.
El Ministerio de Educación contaba con una División de Cultura que
tenía la responsabilidad de elaborar políticas culturales y fomentarlas en
38
las áreas de artes escénicas, cine y artes visuales. A su vez existía un
Departamento de Cultura del Ministerio Secretaría General de Gobierno,
que inauguró el portal “culturachile.cl” que reunió información sobre la
cultura nacional y apoyaba la participación ciudadana en ese aspecto.
A estos organismos, que dejaron de existir con la ley de 2003, se
añadían tres que siguen existiendo: el Consejo de Monumentos
Nacionales, dependiente de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos
(DIBAM) y la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones
Exteriores (DIRAC), la cual atañe directamente al tema de esta tesina.
De modo más tangencial, también el Ministerio de Obras Públicas, a
través de la Dirección de Arquitectura se responsabiliza por el
mantenimiento de lugares públicos de interés patrimonial.
A las entidades anteriores de antigua data, se añadieron, desde
1992, esas nuevas instituciones surgidas del debate democrático
modernizador que se dio en la década de los años noventa, antes
mencionado.
Sucesivamente se crearon el Fondo Nacional del Libro y de la
Lectura, y el Fondo de Desarrollo del Arte y la Cultura (FONDART). Fondos
públicos concursables administrados por la División de Cultura del
Ministerio de Educación, antes mencionada.
Para sintetizar: existían cinco organismos gubernamentales
importantes en el área cultural.
De ellos sólo la Dirección de Asuntos Culturales (DIRAC) de la
Cancillería, tenía y sigue teniendo competencia especial sobre nuestro
tema. Pero varios otros tienen, como en el caso español, competencia
tangencial.
Además de DIRAC existen otros organismos que, no obstante tener
competencias diferentes, también inciden en la promoción cultural hacia el
exterior, mediante programas de estímulo a la exportación de productos
de las industrias culturales chilenas. Entre ellos hay que hacer mención de
la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) que en el año 1999
crea un programa para incentivar el sector audiovisual, financiando
39
producciones de corto y largometraje. Luego, a partir del año 2001,
CORFO apoya el sector televisivo, en ambos casos destinando fondos a
promoción exterior.
Por su parte, la Dirección de Promoción de Exportaciones, ProChile,
es otra institución gubernamental que, desde 1990, ayuda a exportar los
productos de la industria cultural especialmente mediante apoyos a la
presencia en ferias y festivales de la industria editorial y cinematográfica.
Después de varios intentos, de los gobiernos surgidos tras la
recuperación de la democracia en el año 1990, por crear una institución
que corrigiera el carácter fragmentario y disperso de la institucionalidad
cultural pública, al asumir el Sr. Ricardo Lagos la Presidencia de la
República, el año 2000, se comenzó a coordinar a los organismos públicos
y privados involucrados en la cultura para presentar el proyecto de ley
que creara una institución cultural capaz sistematizar lo disperso y dar un
asalto cualitativo respecto a la situación existente.
Ese largo trabajo previo en la búsqueda de consensos,
compatibilizando intereses de los diversos sectores culturales, permitió
que el proyecto presentado al Congreso Nacional fuese aprobado con
relativa rapidez. La ley entró en vigencia el 23 de Agosto de 2003.
IV.- El Consejo Nacional de Cultura y las Artes
El CNCA está definido en la ley como el órgano del Estado encargado
de implementar las políticas públicas para el desarrollo cultural de Chile.
En él se señala que es un servicio público, autónomo, descentralizado y
territorialmente desconcentrado, con personalidad jurídica y patrimonio
propio y con una relación directa con el Presidente de la República, a
través del Presidente del Consejo, quien tiene el rango de Ministro de
Estado.
El CNCA tiene carácter de autónomo porque no sólo propone
políticas culturales sino también tiene facultades para estudiar y
adoptarlas.
40
Es descentralizado porque tiene personalidad jurídica propia y actúa
independientemente de un ministerio relacionándose directamente con el
Presidente de la República. También porque las funciones del CNCA se
reparten en distintos órganos internos.
Por último, es territorialmente desconcentrado porque existe un
Consejo Regional de la Cultura y las Artes que abarca las 14 regiones a lo
largo del país.
De las características anteriores puede afirmarse que la de
“autonomía” es la más importante. En efecto, ella constituye la principal
singularidad del sistema adoptado en Chile de institucionalidad cultural. Y,
aunque no se trata de una novedad exclusiva, sí representa una iniciativa
pionera en plena fase de experimentación.
El concepto central de un Consejo de la Cultura es que, a
diferencia de un ministerio, el Consejo no es un órgano de mera ejecución
político administrativa. Al contrario, un Consejo de esta índole presupone
un espacio de encuentro entre el Estado y la sociedad, donde se propicia
un debate participativo donde se acuerdan políticas que, sujetándose a la
constitución y las leyes y encuadrándose en las políticas generales del
Estado, reflejan de modo directo las inquietudes y necesidades de los
ciudadanos interesados en la cultura y sus asociaciones legítimas.
Así lo describe uno de los principales ideólogos del sistema
institucional chileno, el filósofo Agustín Squella:
“El Consejo… está encargado de satisfacer necesidades colectivas de
manera regular y continua, en este caso en el campo de la cultura y las
artes. Su objetivo es apoyar el desarrollo de las artes y la difusión de la
cultura, contribuir a conservar, incrementar y poner al alcance de las
personas el patrimonio cultural de la Nación, y promover la participación
de éstas en la vida cultural del país… Sin perjuicio de tratarse de un
servicio público, no de un ministerio, la ley dio rango de Ministro de
Estado al Presidente del Consejo, con el fin de que tuviera una relación
directa con el Presidente de la República, esto es, no intermediada por
41
algún ministerio; que se relacionara en condiciones de paridad con los
demás ministros de Estado; que participara de las reuniones de gabinete;
y que tuviera suficiente visibilidad para los agentes culturales nacionales,
extranjeros e internacionales que se relacionaran con el nuevo
servicio…”25
IV.- 1. Objetivos y funciones
El objetivo principal del Consejo, como señala el Artículo 2 de la ley
19.891, es apoyar el desarrollo de las artes y la difusión de la cultura,
contribuir a conservar, incrementar y poner al alcance de las personas el
patrimonio cultural de la Nación y promover la participación de estas en la
vida cultural del país.
Las funciones están señaladas en el artículo 3. Algunas merecen
destacarse en esta tesina porque hacen mención de la coordinación entre
distintas instituciones, la fijación de políticas culturales y su promoción en
el exterior:
1) Estudiar, adoptar, poner en ejecución, evaluar y renovar políticas
culturales, así como planes y programas del mismo carácter.
2) Ejecutar y promover la ejecución de estudios e investigaciones
acerca de la actividad cultural y artística del país, así como sobre el
patrimonio cultural de éste.
3) Apoyar la participación cultural y la creación y difusión artística,
tanto a nivel de las personas como de las organizaciones que éstas
forman y de la colectividad nacional, de modo que encuentren
espacios de expresión en el barrio, la comuna, la ciudad, la región y
del país, de acuerdo con las iniciativas y preferencias de quienes
habiten esos mismos espacios.
4) Facilitar el acceso a las manifestaciones culturales y a las
expresiones artísticas, al patrimonio cultural del país y al uso de las 25 Squella Agustín, El Jinete en la Lluvia, la cultura en el gobierno de Lagos, p 132,133
42
tecnologías que conciernen a la producción, reproducción y difusión
de objetos culturales.
5) Establecer una vinculación permanente con el sistema educativo
formal en todos sus niveles coordinándose para ello con el Ministerio
de Educación, con el fin de dar suficiente expresión a los
componentes culturales y artísticos en los planes y programas de
estudio y en la labor pedagógica y formativa de los docentes y
establecimientos educacionales.
6) Fomentar el desarrollo de capacidades de gestión cultural en los
ámbitos internacional, nacional, regional y local.
7) Impulsar la construcción, ampliación y habilitación de infraestructura
y equipamiento para el desarrollo de las actividades culturales,
artísticas y patrimoniales del país, y promover la capacidad de
gestión asociada a esa infraestructura.
8) Proponer medidas para el desarrollo de las industrias culturales y la
colocación de sus productos tanto en el mercado interno como
externo.
9) Establecer vínculos de coordinación y colaboración con todas las
reparticiones públicas que, sin formar parte del Consejo ni
relacionarse directamente con éste, cumplan también funciones en
el ámbito de la cultura.
10) Desarrollar la cooperación, asesoría técnica e interlocución con
corporaciones, fundaciones y demás organizaciones privadas cuyos
objetivos se relacionan con las funciones del Consejo, y celebrar con
ellas convenios para ejecutar proyectos o acciones de interés
común.
11) Diseñar políticas culturales a ser aplicadas en el ámbito
internacional, y explorar, establecer y desarrollar vínculos y
convenios internacionales en materia de cultura, para todo lo
cual deberá coordinarse con el Ministerio de Relaciones
Exteriores.
43
12) Desarrollar y operar un sistema nacional y regional de información
cultural de carácter público.
IV.- 2. Estructura organizativa y organigrama del CNCA
El Consejo Nacional de Cultura y las Artes se compone de un
Presidente, el Directorio, el Subdirector Nacional, el Comité Consultivo
Nacional, los Comités Consultivos Regionales y los Consejos Regionales.
Se detallará sólo la estructura organizacional del Directorio ya que en
él se integra el Ministro de Relaciones Exteriores, quien normalmente
delega en el Director de la Dirección de Asuntos Culturales de la
Cancillería:
IV.- 2. a) Composición del CNCA
• El Presidente de Consejo que tiene rango de Ministro de Estado y de
Jefe Superior de Servicio.
• El Ministro de Educación
• El Ministro de Relaciones Exteriores
• Tres personalidades de la cultura designadas por el Presidente de la
República a propuesta de las organizaciones culturales del país
• Dos personalidades de la cultura designados por el Senado
• Dos académicos del área de la creación artística, del patrimonio o de
la gestión cultural que son designados por el Consejo de Rectores de
las Universidades Chilenas -estatales- y otro por los Rectores de las
universidades privadas autónomas
• Un galardonado con el Premio Nacional designado por quienes hayan
recibido esta distinción.
A continuación, y para facilitar una mejor comprensión de la estructura
organizativa del CNCA, se mostrará el organigrama oficial completo del
Consejo, como estaba compuesto a comienzos del año 2010, al final de la
Presidencia de la Sra. Michelle Bachelet.
44
Cabe señalar que la Unidad de Asuntos Internacionales,
mencionada en el organigrama, con dependencia directa del Ministro
Presidente del Consejo, es aquella encargada ejecutar los convenios de
cooperación e intercambio cultural internacionales en los que Chile
participa. Como por ejemplo los espacios culturales definidos por la Carta
Cultural Iberoamericanos, antes mencionada en el Capítulo Segundo de
esta tesina, y que más adelante detallaremos.
En ese importante rol, la mencionada Unidad se vincula, de hecho,
con el Ministerio de Relaciones Exteriores y su Dirección de Asuntos
Culturales. Sin embargo, esta relación no se especifica en ningún
organigrama y, por ende, constituye uno de los “cabos sueltos” más
significativos, en lo que a concierne coordinación de la acción cultural en
el exterior.
45
IV.- 2. b) Organigrama del CNCA
V.- Proceso de definición de una política cultural para el exterior
Sentadas las bases institucionales de un nuevo sistema cultural
chileno, se hacía necesario debatir y decidir las directrices políticas que
orientarían el trabajo del CNCA.
Podría parecer peculiar que el órgano –el CNCA-- se creara antes de
precisar las políticas que definirían su actuación. Pero es precisamente
esta peculiaridad una de las mejores maneras de entender la diferencia
entre un “consejo de la cultura” y un ministerio tradicional.
En efecto, como se explicará en el número IV supra, el concepto de
Consejo de la Cultura presupone un espacio de encuentro entre el Estado
46
y la sociedad, donde se da un debate participativo y no de mera ejecución
político administrativa.
De allí que una de las primeras actividades de consejo fue organizar
una gran convención nacional sobre cultura, la cual serviría para definir, y
darle legitimidad, a un programa de acción cultural a mediano plazo.
La Primera Convención de la Cultura celebrada en Valparaíso en
agosto de 2004 estipuló las políticas culturales para el período 2005-2010,
que el Consejo Nacional de Cultura y las Artes volcó en un documento
llamado “Chile Quiere Más Cultura”.
En el apartado III de ese documento, titulado Principios de la
Política Cultural se señalan nueve principios, entre los cuales se incluye
uno descrito como un objetivo: profundizar la inserción de Chile en el
mundo.
VI.- El principio de profundizar la inserción cultural en el mundo.
Este principio muestra la base ideológica de la internacionalización
de la cultura chilena, que debiera unificar la acción del Consejo y el
Ministerio de Relaciones Exteriores.
El documento “Chile quiere más cultura”, surgido de esa Convención
nacional, explicitó así el marco de la relación cultural internacional que
Chile se propondría desarrollar:
“Chile está en un camino de creciente profundización de su inserción
en el mundo. La identidad cultural del país es un proceso en permanente
formación que se realiza a través de la afirmación de los valores propios y
el diálogo con otras culturas. Los valores universales de la cultura
humana, que se expresan en el arte y la ciencia, deben ser transmitidos
sin trabas en todos los países del orbe, pues son estas obras los factores
educativos fundamentales del progreso y el desarrollo del espíritu del
hombre.
Latinoamérica es el contexto principal de nuestro diálogo cultural,
por cuanto es parte privilegiada del proceso de construcción de nuestra
47
identidad. Del mismo modo, cultivamos una relación particular con
Europa, continente y cultura a los que estamos asociados lingüística,
valórica y artísticamente y, por cierto, con Norteamérica, región de la que
no es posible sustraerse, no sólo porque allí es donde se producen las
principales innovaciones y buena parte de los bienes culturales y
simbólicos que circulan en el mundo, sino también porque allí se
encuentra una importante comunidad hispanohablante. Con el conjunto de
estas regiones compartimos los valores de la modernidad, de los derechos
humanos e individuales, de la democracia, la tolerancia religiosa y la
libertad de expresión.
Sin perjuicio de lo anterior, nuestra cultura aspira a conocer y darse
a conocer, a relacionarse e intercambiar con otras culturas más distantes,
especialmente aquellas del Asia Pacífico. Dada la inserción creciente de
nuestro país en el contexto de los países de la cuenca del Pacífico,
buscamos un intercambio más diverso y equilibrado entre nuestra cultura
y la de otras regiones del mundo.
Especial relevancia tienen las relaciones culturales con los países
vecinos, las que, además, adquieren connotaciones particulares en los
casos de las regiones que tienen una activa interrelación con los países
fronterizos.”26
Este Principio, que además describe el contexto de Chile en su
inserción cultural internacional, muestra una conciencia incipiente acerca
del rol de una diplomacia pública y de su rama, la diplomacia cultural.
Nociones que se han fijado y definido en el capítulo primero, como el
marco conceptual de esta tesina.
En efecto, el principio antes citado reúne prácticamente todos los
elementos de una diplomacia cultural, sin mencionarla explícitamente.
Esto, quizás, porque no se ha pensado en ella todavía como una
herramienta concreta sino más bien como un concepto ambiguo.
26 Consejo Nacional De Las Artes, Chile Quiere Más Cultura, 2005
48
Creemos que, fruto de la práctica de esta diplomacia cultural de
hecho, surgirá pronto una mayor conciencia explícita en Chile acerca de la
misma.
VI.-1. Estrategias y medidas para la inserción cultural en el
mundo.
La implementación de los principios de acción fijados en el
documento Chile quiere más cultura, se hizo en el apartado IV del mismo,
titulado “Líneas Estratégicas, Objetivos y Medidas a Impulsar en el Período
2005-2010”.
En ese apartado también se fijaron líneas estratégicas y medidas
para el cumplimiento del principio de “inserción en el mundo”.
Los ámbitos de aplicación para esas líneas y medidas diseñadas en
el documento son:
1. La creación artística y cultural
2. La producción artística y cultural y las industrias culturales
3. La participación en la cultura: difusión, acceso y creación de
audiencias
4. El patrimonio cultural: identidad y diversidad cultural de Chile
5. La institucionalidad cultural.
De esos cinco ámbitos, en dos de ellos se fijan líneas estratégicas y
medidas de acción que podrían tener efectiva incidencia en el principio-
objetivo de profundizar la inserción de cultural de Chile en el mundo.
Las medidas son:
VI.-2. Medidas para la internacionalización de la Creación Artística
y Cultural:
• Inscripción del país en los circuitos artísticos internacionales,
desarrollando en torno al Bicentenario iniciativas tales como una
49
Bienal Internacional de las Artes Visuales con énfasis en América
Latina. Esa debe convertirse en un hito para afirmar la identidad y
proyección internacional del arte chileno.
• Adopción de un seguro estatal para la exhibición temporal de obras
extranjeras o chilenas en el exterior, con el objetivo de potenciar el
intercambio cultural y la presencia de nuestros artistas en el mundo.
VI.-3. Medidas para la internacionalización de la Producción
Artística y Cultural e Industrias Culturales:
• Fomentar la integración de industrias y mercados a nivel
iberoamericano, ya sea a través de coproducciones, el
establecimiento de canales de co-distribución o la participación en
fondos de fomento internacionales, entre otras medidas.
• Promover el desarrollo de un sistema abierto y exhaustivo de
información de las obras y producciones artísticas nacionales que
haga disponible dicho catastro a nivel mundial, en especial en la
redes digitales, como Internet, para asegurar la difusión y
distribución de la creación artística chilena en la sociedad de la
información. Este será un esfuerzo conjunto de las sociedades de
gestión colectiva, integrando a las industrias culturales y los centros
de creación y producción artística de la sociedad civil, de las
universidades y los centros de formación.
• Promover la reserva cultural en las negociaciones bilaterales o
multilaterales de libre comercio. Ello implica una excepción o amplia
reserva para las industrias culturales, aplicable a los conceptos de
trato nacional y cláusula de nación más favorecida, a fin de asegurar
que lo dispuesto en dichos tratados no restringirá ni suprimirá
cualquier medida presente o futura que estimule y fomente el
desarrollo de las industrias culturales del país.
• Crear, con el concurso y experiencia de ProChile y del sector
privado, nuevas líneas de proyectos en el área de exportaciones de
50
bienes culturales, con especial énfasis en el desarrollo de estrategias
de marketing, comercialización y distribución de libros, grabaciones
musicales y películas.
VI.-4. Carencia de medidas para la internacionalización del
patrimonio cultural y la Institucionalidad Cultural:
En estos dos ámbitos el documento de políticas culturales “Chile quiere
más cultura” no especifica medidas concretas para profundizar en la
inserción cultural de Chile en el mundo.
Dicha falencia deja al descubierto una indefinición importante del
documento que se ha ido reseñando.
La ausencia de líneas estratégicas específicas para promover y proteger
el patrimonio cultural chileno internacionalmente, podría estimarse como
una omisión, dado que en la práctica existe numerosos convenios y planes
en ejecución que protegen dicho patrimonio con cooperación
internacional.
En cambio, la falta de “líneas estratégicas” para incrementar la
internacionalización de la institucionalidad cultural chilena es un problema
serio, que toca a la materia de esta tesina.
Esta carencia apunta, posiblemente, hacia un conflicto de competencias
que la referida Convención, así como el CNCA, no han enfrentado. A
saber: el Consejo de la Cultura y las Artes y el Ministerio de Relaciones
Exteriores no han definido con claridad los campos de acción de cada cual.
Lo que no sólo redunda en una insuficiente coordinación de sus acciones
respectivas, sino que incluso impide determinar con claridad políticas,
estrategias y medidas concretas que debieran haberse recogido en el
documento reseñado.
51
VI.- 5. Internacionalización de la institucionalidad cultural a través
de convenios multilaterales.
A pesar de las limitaciones antes señaladas, es de justicia consignar
que Chile, a través del CNCA, ha sido un actor importante en la gestación
y concreción de instrumentos de cooperación multilateral cultural, cuya
suscripción se traduce, de facto y de iure (de hecho y de derecho), una
significativa ampliación de la institucionalidad cultural chilena.
Así, por ejemplo, ocurre con la Carta Cultural Iberoamericana,
adoptada por la XVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de
Gobierno en Montevideo, Uruguay el año 2006, que ya mencionamos al
repasar la institucionalidad española, y que ahora revisaremos en más
detalle.
En efecto, ese instrumento jurídico tiene una mayor importancia en
el caso chileno, ya que su existencia y aplicación viene a suplir por la vía
multilateral, al menos en forma declarativa, los muchos vacíos que
todavía tiene la institucionalidad cultural chilena para su intercambio con
el exterior.
Por ese motivo, ahora nos detendremos a enumerar los fines de la
Carta Cultural Iberoamericana, que vienen a constituir finalidades de la
política cultural chilena.
• Afirmar el valor central de la cultura como base indispensable
para el desarrollo integral del ser humano y para la superación de la
pobreza y de la desigualdad.
• Promover y proteger la diversidad Cultural que es origen y
fundamento de la cultura iberoamericana, así como la multiplicidad
de identidades, lenguas y tradiciones que la conforman y
enriquecen.
• Consolidar el espacio cultural iberoamericano como un ámbito
propio y singular, con base en la solidaridad, el respeto mutuo, la
52
soberanía, el acceso plural al conocimiento y a la cultura, y el
intercambio cultural.
• Facilitar los intercambios de bienes y servicios culturales en el
espacio cultural iberoamericano.
• Incentivar lazos de solidaridad y de cooperación del espacio
cultura iberoamericano con otras regiones del mundo, así como
alentar el diálogo intercultural entre todos los pueblos
• Fomentar la protección y la difusión del patrimonio cultural y
natural, material e inmaterial iberoamericano a través de la
cooperación entre los países.
Los principios de la carta Cultural Iberoamericana son:
• Reconocimiento y Protección de los Derechos Culturales
• Participación
• Solidaridad y de Cooperación
• Apertura y de Equidad
• Transversalidad
• Complementariedad
• Especificidad de las Actividades, Bienes y Servicios Culturales
• Contribución al Desarrollo Sustentable, a la Cohesión y la
Inclusión Social
• Responsabilidad de los Estados en el Diseño y en la Aplicación de
Políticas Culturales
Los ámbitos de aplicación:
• Cultura y Derechos Humanos
• Creación Artística y Literaria
• Industrias Culturales y Creativas
• Derechos de Autor
• Patrimonio Cultural
• Cultura y Educación
53
• Cultura y Ambiente
• Cultura, Ciencia y Tecnología
• Cultura y Comunicación
• Cultura y Economía Solidaria
• Cultura y Turismo
La Carta ha sido parte de un esfuerzo de cooperación
intergubernamental que también se ha plasmado en otros canales para la
creación, cooperación, coproducción y difusión de la cultura
iberoamericana.
Estos recursos, algunos en pleno desarrollo, son
‐ Ibermedia (espacio cinematográfico)
‐ Iberescena (espacio de las artes escénicas)
‐ Ibermuseos (espacio museístico)
Estos espacios, que actualmente coordina la Secretaría General
Iberoamericana –SEGIB-- surgen en distintas Cumbres Iberoamericanas
de Jefes de Estado, con la idea de realizar redes y co producciones con
países Iberoamericanos, tomando en cuenta la riqueza de la diversidad
cultural y las distintas realidades, para hacer por primera vez un gran
espacio en común para los países suscritos.
Se entrega una oportunidad importante a países como Chile, que
por razones demográficas o económicas tienen una debilidad estructural
para crear sus propias industrias en estos campos.
54
VII.- La Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de
Relaciones Exteriores (DIRAC)
La DIRAC es una antigua y tradicional repartición dentro del
organigrama del Ministerio de Relaciones Exteriores, cuya estructura no
ha experimentado mayores cambios, en contraste con la creación de la
institucionalidad cultural antedicha en la cual vino a insertarse.
Hasta la creación de la Ley 19.891, DIRAC sólo era dependiente de
su Ministerio. A partir de esa ley DIRAC se vinculó con el CNCA, en cuyo
consejo se fijan las directrices generales de la acción cultural exterior.
Como se detalló en el número IV.- 1, precedente: al CNCA le corresponde
fijar esas políticas, para cuya aplicación, en el exterior, debe coordinarse
con la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones
Exteriores. Así lo señala la Ley nº 19.891 en el artículo 3, número 11,
antes citado.
No obstante, la disparidad entre ese objetivo y la práctica queda a la
vista desde la propia página virtual del Ministerio de Relaciones Exteriores,
que no menciona las políticas fijadas por el CNCA, y en cambio consigna
una serie de finalidades muy generales:
“Complementariamente a la promoción del desarrollo económico y
comercial, nuestro país despliega una activa política cultural la cual está
orientada a proyectar internacionalmente la imagen de Chile. Ello se
realiza a través de distintos medios, entre los que destacan la
participación de nuestros artistas en festivales internacionales, en bienales
y en las más importantes instancias artísticas a nivel mundial, para dar a
conocer variadas disciplinas del arte y la cultura nacional.”27
DIRAC intenta cumplir esos objetivos generales mediante las
siguientes herramientas: Proyectos y Apoyo a las diferentes disciplinas de
las artes; Fondo Concursable para apoyar proyectos de artistas y 27 www.minrel.gov.cl
55
embajadas en el exterior; Programa de Apoyo a la Difusión Audiovisual en
el Exterior; Embajadas Culturales; Negociaciones de Acuerdos Culturales;
y Agregadurías culturales.
La manera más clara de observar el modo en que DIRAC emplea esas
herramientas, consiste en revisar las actuaciones concretas de esta
dirección. Para ello se presenta, a continuación, una reseña de las
principales actividades efectuadas en el año 2009: 28
VII.- 1.- Proyectos y Apoyo a las diferentes disciplinas de las artes
Este comprende las artes visuales, arquitectura y artes integradas.
Una de las acciones realizadas fue la presencia de Chile, por primera vez,
en la 53ª Bienal de Arte de Venecia.
En el área de Música Popular, Docta y Folklórica se participó en el XII
Festival Internacional del Bolero, Cartagena de Indias en Colombia.
En el área de Teatro destacó la presencia de programadores y
productores chilenos en Seminarios y Programas de Producción teatral en
Berlín, buscando que compañías teatrales chilenas pudieran ser incluidas en
circuitos teatrales del mundo.
En el área de Danza se hicieron Seminarios y Encuentros de Danza en
Tours Francia y en Alemania.
VII.- 2. Fondo Concursable para apoyar proyectos de artistas y
embajadas en el exterior
Este concurso se realiza anualmente para auspiciar actividades en el
exterior, propuestas por artistas, así como por embajadas y consulados.
Los proyectos presentados son analizados por un jurado externo de
especialistas en las disciplinas de las artes escénicas, literatura, diseño,
cine y audiovisual, artes visuales, y patrimonio. 28 Informe de actividades DIRAC 2009, Ministerio de Relaciones Exteriores.
56
A estos fondos concursables también se presentan proyectos
desarrollados por fundaciones u otras organizaciones culturales que
quieren tener presencia en el exterior. El presupuesto anual de los fondos
concursables fue, en 2009, de US$ 1.400.381.
En 2009 se aprobaron 37 proyectos de artistas y 58 proyectos
presentados por embajadas y consulados.
VII.- 3.- Programa de Apoyo a la Difusión Audiovisual de Proyectos
de Artistas para el exterior
Mediante este instrumento específico, DIRAC hace la gestión
necesaria para posibilitar la presencia de películas chilenas en Festivales y
otros espacios dedicados al cine y al audiovisual en el extranjero.
DIRAC patrocinó la participación en 42 festivales internacionales
durante el año 2009.
VII.- 4. Embajadas Culturales
Este programa, que cuenta con el patrocinio del CNCA, consiste en la
organización de grandes presencias artístico culturales, en el exterior. Las
mismas han ido asociadas principalmente a participaciones oficiales de Chile
en eventos internacionales, en los cuales se programan visitas a nivel de
Jefe de Estado. Durante el 2009 se llevó a cabo la Embajada Cultural a
Cuba, asociada a la condición de Chile como país invitado en la Feria del
Libro de La Habana y la visita oficial que hizo la Presidenta a ese país.
Aunque el objetivo declarado es incentivar la calidad y relevancia de
intercambios culturales entre Chile y otras naciones, es evidente en estos
casos, que la cultura se concibe como un apoyo para objetivos políticos,
especialmente aquellos considerados prioritarios para la política exterior en
un período determinado.
57
VII.- 5. Negociaciones de Acuerdos Culturales
Por las mismas razones anteriores, durante 2009 este tipo de
acuerdos fue estimulado en especial el área vecinal de Chile, en América del
Sur, área definida como prioritaria por razones políticas.
Un ejemplo es el caso de Bolivia con la cual se suscribió un
“Memorándum de Entendimiento Cultural entre el Consejo Nacional de la
Cultura y las Artes de Chile y el Ministerio de Culturas de Bolivia para los
años 2009-2011”. Este sería el primer instrumento bilateral en este aspecto
desde 1941 con Bolivia.
VII.- 6. Agregadurías Culturales
Contrariamente a lo ocurrido con toda la institucionalidad cultural
antes reseñada, incluso con DIRAC, la institución de los Agregados
Culturales, que es la de más vieja data en todo el sistema de promoción
hacia el exterior, no ha experimentado reforma alguna.
El nombramiento de los Agregados Culturales es exclusiva
atribución del Presidente de la República. Lo que en teoría les confiere un
estatuto de gran importancia, que los equipara a verdaderos
“embajadores” de la cultura chilena en el exterior.
No obstante, en la práctica, estos funcionarios carecen de
presupuesto propio y de una descripción de funciones u objetivos precisa,
lo que se traduce en una limitada posibilidad de actuación.
Actualmente son dieciocho funcionarios en el exterior, once
agregados culturales y siete funcionarios locales, quienes desempeñan la
promoción cultural.
El único presupuesto con el que pueden contar estas Agregadurías
se otorga a través del antes reseñado sistema de fondos concursables
anuales.
Así las cosas, los agregados no tienen un presupuesto específico
para su gestión, aparte de su sueldo, con lo cual su acción depende del
58
financiamiento que logren obtener presentando y ganando proyectos en
esos concursos públicos anuales o buscando, con mucho ingenio,
patrocinios privados.
En la práctica, estos funcionarios se comportan como otros tantos
agentes culturales compitiendo con los privados por la obtención de
fondos. De lo cual resulta que no se implementan políticas o programas,
sino que estos tiene que ser improvisados por cada agregado. Finalmente
el agregado no hace gestión sino una auto-gestión.
59
CAPÍTULO CUARTO
LA VISIÓN DE LOS FUNDADORES
En este capítulo, se reproducen extractos de cinco entrevistas
efectuadas a algunas de las más importantes personalidades chilenas
relacionadas con la gestación, y puesta en marcha, de la institucionalidad
cultural que se ha desarrollado en el país en los últimos veinte años.
Se hizo un esfuerzo especial, viajando a Chile para entrevistar a
estos expertos, considerando que se trataba de una oportunidad única.
En efecto, dado lo relativamente breve del plazo transcurrido desde
que se iniciaron estos esfuerzos en 1990, la mayor parte de sus actores se
encuentran aún disponibles para entregar sus visiones. Existía la
posibilidad de conocer, de primera mano, las opiniones de estos
responsables, tanto en relación a lo que proyectaban cuando intervinieron
en la gestación del modelo, como en cuanto a su grado de satisfacción con
los resultados alcanzados hasta ahora. En especial, por supuesto, lo
tocante al tema de esta tesina: la promoción cultural en el exterior.
A falta de una bibliografía directa sobre la materia en estudio, los
testimonios aquí recogidos constituyen una fuente importante para la
evaluación del sistema y sus perspectivas.
No se tiene constancia de que se haya efectuado antes otro estudio,
que abarque a un grupo tan significativo de responsables de alto nivel, en
el tema.
60
A. Entrevista al ex Presidente de la República de Chile, Don Ricardo Lagos
Escobar29:
Como fundador de la institucionalidad cultural chilena desde sus
tiempos como Ministro de Educación y después como Presidente
de la República, ¿qué importancia le daba en ese sistema a la
proyección internacional de la cultura chilena?
Ricardo Lagos:
Creo que la proyección se acrecienta a medida que la globalización
se acrecienta. Siempre ha sido importante. Los países son lo que son
fundamentalmente en función de su cultura, de su capacidad de creación,
de su capacidad de innovar, de pensar, de crear belleza. Y eso me parece
más trascendente que otro conjunto de elementos por los cuales
normalmente se expresan los países. En ese sentido, ¿cómo un país se
presenta al exterior? Explicando lo que es un Matta o lo que es un Neruda
en el siglo XX.
¿Cómo usted explica lo que Chile fue en su proceso de afirmación
cultural, si no es a través de los grandes nombres que para nosotros son
muy grandes y que algunos han alcanzado a ser grandes a nivel
universal?
A eso se debe agregar esas otras dimensiones de la cultura, como
es la artesanía, como es la gastronomía, es decir, aquellas expresiones de
la vida cotidiana pero que tienen una dimensión cultural en el sentido que
reflejan el quehacer, el sentir, el pensar, el ser de la sociedad.
Un amigo mío me enseñó a decir que cultura era todo lo que existía
de creación entre el hombre y las estrellas. Y me pareció una cosa muy
atingente. Entonces, ¿cómo mostrar lo que hace una sociedad particular
para volcarlo al mundo? Es necesario un intercambio con ese otro mundo
29 Entrevista realizada por Stefanie Butendieck Hijerra, Jueves 5 Noviembre 2009 en Santiago de Chile
61
que representan las otras culturas. Y esto obliga a tener una cierta política
en este sentido.
Dada la creciente inserción internacional política y económica de
Chile, ¿cree usted que lo que se hace en materia de promoción
cultural en el exterior es suficiente?
Ricardo Lagos:
Bueno, siempre estas cosas son insuficientes. Uno de los problemas
que tienen las políticas públicas, muchas veces, es que no existe un
patrón para medir. He sido Ministro de Educación y Ministro de Obras
Públicas, y ¿cuál ha sido el patrón para medir lo realizado? Es difícil, salvo
comparar con lo que existía. Pero si lo compara con sus deseos y sueños,
especialmente en el área cultural, ¿cuándo serán suficientes los recursos?
Uno puede decir por definición, nunca son suficientes.
Siempre se puede hacer más. Usted puede hacer más caminos, más
puentes o usted puede hacer más escuelas, más profundidad, más
calidad, más bibliotecas.
En el ámbito cultural hacia el exterior, Chile debiera hacer más. Lo
que tenemos no condice con el rol que creemos jugar a nivel mundial.
Siendo Chile un país relativamente pequeño, la imagen que hay de
nosotros es mayor de lo que somos, por así decirlo.
Creo por ejemplo que la exposición de Sevilla fue un logro
importante. O sea, yo sé todo lo que se discutió, el cuento del famoso
iceberg, y los ecologistas reclamando de cómo era posible que
destruyéramos eso, ¿no?, lo cual es no entender que los iceberg salen
todos los días, nosotros no los estábamos destruyendo. Se mantuvo
artificialmente, para alegría de los amigos que fueron a la feria y pudieron
tener una tarde de solaz ahí agradable, y frescura, ¿verdad? Y convertirlo
entonces en el pabellón más exitoso por esa sola época. Fue el más
visitado porque claro tenías que entrar con un abrigo para verlo, en pleno
62
verano de Sevilla. Así y todo mucha gente no lo entendió y lo criticó
dentro de nuestro país sin siquiera haberlos visitado.
En el campo cultural, mi percepción entonces es cómo nos ponemos
al día. Pero esta puesta al día normalmente termina siendo una puesta al
día del gobierno y no una puesta al día de la sociedad chilena.
¿Tiene ideas acerca de cómo debiera desarrollarse mejor una
institucionalidad específica de promoción cultural en el exterior
que hoy parece bastante escasa?
Ricardo Lagos:
La institucionalidad tendría que ser parte de las entidades
encargadas de la cultura en el país. Y ello conjuntamente con una
definición a nivel de la cancillería de cuál es el rol que tú quieres jugar en
el exterior, porque la imagen a ese nivel político definida por la autoridad
pública es un instrumento al servicio de las políticas del Estado.
En consecuencia, ¿cómo coordinar ambas cosas? Algunos dicen qué
bonito sería llevar esto al Louvre, pero si el Estado entiende que en ese
momento es mucho más importante llevarlo a China, pues terminas en
China. Es más importante desde el punto de vista de nuestro sello de
identidad cultural, a lo mejor, una exposición en el Louvre que una
exposición en otro lado. Pero desde el punto de vista estratégico, puede
ser más importante China.
Un aspecto importante y que no hemos logrado bien es involucrar al
Ministerio de Hacienda en la importancia de estas cosas.
63
VI.-5. Entrevista a Agustín Squella, Integrante del CNCA (2004-2008)
y Asesor Presidencial de Cultura en el Gobierno de Ricardo Lagos Escobar
(2000-2006)30.
¿Considera satisfactoria o suficiente la actual institucionalidad de
promoción cultural de Chile en el exterior?
Agustín Squella:
No, enteramente insuficiente. Porque me parece a mí que a nivel
institucional cuando menos, la gestión de lo que es presencia cultural de
Chile en el extranjero y a su vez de países extranjeros que tienen
relaciones internacionales con Chile en el nuestro, está radicada en una
pequeña, eficiente sin duda, unidad de trabajo del Ministerio de relaciones
exteriores pero que, todos sabemos, no cuenta, a pesar de tener un
director muy competente en la actualidad, con el personal ni con la
infraestructura ni con los recursos que se requerirían para hacer una
buena gestión cultural chilena en el extranjero. Entonces, hay un déficit
institucional.
Te debo decir que, deliberadamente, cuando se creó el Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes en 2003, y se reunieron en ese Consejo
algunos de los organismos públicos que tenían que ver con cultura en el
aparato del Estado, se dejó fuera a la DIRAC, por entender que todo
Ministerio de relaciones exteriores precisa de una unidad como esa para
hacer gestión cultural en el extranjero plegada, diría yo, a lo que son las
estrategias de la política internacional chilena, es decir una gestión
cultural chilena en el extranjero, pudiéramos decir de signo utilitario. Es
decir, yo entiendo que un ministro de relaciones exteriores, una
cancillería, que tiene estrategias de vínculos internacionales más allá de la
cultura, deba tener una unidad de trabajo que colabore con esa estrategia
global en lo que es el ámbito de la cultura. Entonces, esa fue una decisión 30 Entrevista realizada por Stefanie Butendieck, Viernes 13 de Noviembre 2009 en Santiago de Chile
64
deliberada pero que obviamente debería ir de la mano con un
reforzamiento de lo que es esa unidad de trabajo al interior de Relaciones
Exteriores.
Pero claro, allí no puede estar radicada toda la gestión cultural
chilena del extranjero, porque vuelvo a decir que, desde mi punto de vista
al menos, se trata de una gestión cultural dijéramos utilitaria, dijéramos
sesgada, en favor de lo que es la política internacional chilena que va
cambiando. Las prioridades de la política internacional van cambiando y
como consecuencia lo que hace DIRAC, a mi juicio, es legítimo que se
vaya plegando a esas oscilaciones, a esos cambios, que experimenta la
política exterior chilena.
Por lo mismo tiene que haber, como de hecho la hay, una unidad de
trabajo que también se ocupe del tema del que estamos hablando en el
propio Consejo nacional de la cultura y las artes. Hay ahí una unidad de
relaciones internacionales. Yo no alcanzo porque dejé de ser miembro del
directorio hace ya dos o más años de ese Consejo, no puedo hacer una
evaluación de esa unidad de trabajo.
Pero sí me doy cuenta de que hay que articular mejor lo que es el
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes en materia de relaciones
internacionales culturales con la Cancillería, lo cual se ve facilitado por el
hecho de que uno de los integrantes del directorio del Consejo es el
Ministro de relaciones exteriores. Aunque éste delega la asistencia en las
reuniones, no delega su participación de fondo, sólo la asistencia a las
reuniones, en el Director de Asuntos Culturales de la Cancillería.
O sea, se ha avanzado, hay pasos que se han dado, estamos mejor
que el 2000 diría yo, pero ciertamente en esto estamos lejos todavía de
estar en un punto satisfactorio.
65
¿Cuál cree usted que debería ser esa institucionalidad? ¿Qué
instancias de coordinación o ejecución echa de menos,
específicamente?
Agustín Squella:
Yo diría que básicamente la institucionalidad existe, representada
por el Consejo, la gran institucionalidad, y representada por la DIRAC. Hay
que reforzar particularmente en el caso de la DIRAC su infraestructura,
dotación de personal y recursos. O sea, más que hacer cambios
institucionales, yo diría que hay que reforzar la institucionalidad de que
disponemos, particularmente la DIRAC y reforzar sobre todo la
coordinación con el Consejo Nacional de la cultura y las artes.
Advierto sí, que en una cuestión no poco importante como es la
cuestión patrimonial, Chile está en deuda todavía en materia institucional
en esa dimensión de lo cultural, lo específicamente patrimonial, porque la
institucionalidad cultural pública en el área del patrimonio no se tocó con
rigor cuando se creo el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Sigue
estando encarnada esa institucionalidad cultural pública en el área del
patrimonio básicamente en la Dirección de archivos, bibliotecas y museos
y en el Consejo de Monumentos Nacionales. Hubiéramos querido que no
fuera así, haber podido incorporar el área del patrimonio a la nueva
institucionalidad cultural. Pero, razones de viabilidad política no nos
permitieron hacer eso y, sí tranquiliza que hay un proyecto de ley de
nueva institucionalidad cultural pública en el área del patrimonio que va
en el fondo a modernizar lo que hoy representan la DIBAM y el Consejo de
Monumentos Nacionales. Estos dos, sobre todo la DIBAM, son servicios
públicos muy antiguos y muy meritorios, pero ciertamente, la DIBAM es
de la década de los 30 del siglo pasado, están necesitados de una
modernización. Hay un proyecto de ley que crea una figura que se llama
Instituto del patrimonio. En consecuencia, creo que habrá que poner,
cuando ese proyecto se discuta, que lamentablemente no se ha discutido
66
en el Parlamento, ni creo que se alcance a discutir en los pocos meses que
le quedan a este Gobierno, se discutirá en el próximo. Cuando ese
proyecto empiece a debatirse a nivel del Congreso nacional, yo creo que
va a ser muy importante poner el ojo en ¿cómo es que la nueva
institucionalidad cultural pública que el país se propone para el ámbito del
patrimonio, este Instituto del patrimonio, acoge, considera bien lo que van
a ser relaciones internacionales de índole cultural pero en lo que concierne
al patrimonio cultural?
VI-6. Entrevista a Nivia Palma, Directora de la Dirección de Bibliotecas,
Archivos y Museos (2007-2010)31
¿Considera satisfactoria o suficiente la actual institucionalidad de
promoción cultural de Chile en el exterior?
Nivia Palma:
Creo que tiene mayores avances de los que teníamos en el año 90, pero
que aún es muy insuficiente. En términos globales, quienes están a cargo
de los temas culturales en nuestras embajadas no cuentan con
presupuestos para poder desarrollar algún programa consistente durante
lo que es el período de gobierno al cual representan. Segundo, mi
experiencia por lo menos del conocimiento de las agregadurías culturales
es que suele ser una sola persona, en muy pocos casos hay una segunda
o tercera persona que puede colaborar. Por tanto, la tarea se hace muy
difícil. Además, lamentablemente, en algunos lugares ocurre que el
agregado cultural termina siendo la persona encargada de protocolo o de
relaciones sociales del embajador o embajadora, lo cual evidentemente
distorsiona la naturaleza del cargo de la función. Pero más allá que eso
31 Entrevista realizada por Stefanie Butendieck, Lunes 2 de Noviembre 2009 en Santiago de Chile
67
creo que hay un tema más de fondo, en términos de cómo entendemos
nuestras relaciones internacionales, nuestro diálogo con el resto de
pueblos y, en ese sentido, más allá de la muy buena gestión que pueda
hacer la DIRAC, creo que el tema es cómo construimos a mediano-largo
plazo un concepto de relaciones internacionales como un diálogo
intercultural con los otros pueblos y las otras autoridades, que pasa
evidentemente por lo político, por lo económico, pero implica darse el
tiempo para conocer al otro y también generar las condiciones para que el
otro se dé el tiempo para conocerle a uno, y conocerle a uno en toda su
diversidad, profundidad y complejidad cultural como también uno hacerlo
con el otro pueblo al cual visita o con el cual se relaciona. Y eso son
procesos bastante más de mediano y largo alcance. Yo creo que en
general tendemos a concebir nuestras relaciones internacionales en lo
cultural como acciones inmediatas, una tras otra, y en la medida que
tengamos recursos y, evidentemente, en ese contexto, con ese enfoque,
es una institucionalidad todavía inmadura, que debiera tener un
reforzamiento en términos de su concepto y también por ciertos términos
de sus recursos humanos y financieros.
¿Cuál cree usted que debería ser esa institucionalidad? ¿Qué
instancias de coordinación o ejecución echa de menos,
específicamente?
Nivia Palma:
Primero, sigo creyendo que es una tarea que corresponde, dentro
del Estado, a la Cancillería articular esa institucionalidad en el campo
cultural cuando conversamos con otros países y con otras comunidades.
Creo que las instituciones que desde el Estado desarrollamos políticas
culturales tenemos que articularnos con la cancillería y, en este caso
preciso, que de acuerdo a la institucionalidad cultural chilena no es sólo el
68
consejo de la cultura el que está a cargo de los temas culturales. Dentro
del Estado chileno la DIBAM, por ejemplo, le corresponde un campo muy
amplio y que es todo el campo del patrimonio y también el Consejo de
monumentos nacionales que le corresponde la representación y el diálogo,
a través por cierto de nuestra cancillería, con la convención del patrimonio
mundial y con la UNESCO.
De tal forma que hay una parte muy significativa que está fuera del
Consejo de la cultura y que tiene que ver con la institucionalidad chilena.
Entonces, yo entiendo que la cancillería debe articular todas esas
instituciones y otras tantas (Universidades, instituciones aliadas
regionales, locales…)
Sobre los Agregados cuando se elige a un agregado cultural o
agregada cultural para un país ¿se piensa cuánto conoce esa persona del
país al cual va? ¿Cuánto quiere esa persona la cultura y el pueblo al cual
va? Porque difícilmente se puede dialogar con lo que no se conoce o no se
quiere, o bien difícilmente se quiere lo que no se conoce. Por último,
puede ocurrir que uno no conozca un país, pero tiene que ir con la
disposición de conocerlo en profundidad
Se debe entrar, como Luis Maira ha dicho sobre el caso de México,
al “México profundo”. Nosotros sabemos que hay un Chile profundo que
no se conoce en una semana o en un mes. También existe una Argentina
profunda, un Perú profundo, y así cada país tiene una profundidad y
complejidad cultural muy grande que implica entonces una mirada de un
poquito más mediano plazo.
No corresponde que estemos cambiando tan frecuentemente
nuestros agregados culturales y que no los dotemos de condiciones para
que puedan entrar en ese diálogo cultural con la comunidad a la cual
llegan y con las autoridades que están en cultura en esa comunidad.
Debemos darles recursos que permitan el intercambio, la reciprocidad. Y
yo creo que a veces nos ocurre que quisiéramos hacer ese intercambio y
no tenemos los recursos para hacerlo.
69
En un mundo globalizado y con una economía de mercado
globalizada Chile está obligado, lo quiera o no lo quiera, a entrar en un
diálogo cultural. Y si no, no va a haber diálogo, va a haber monólogo. Esto
es que van a haber un grupo de países, muy pequeño, que van a imponer
todos los códigos culturales y los contenidos culturales al resto de las
naciones.
Entonces, este no es un tema menor, este es un tema estratégico
para los países. Ya no es solamente un tema de “ah, me gusta el arte” o
“nos gustan los creadores”, “dejemos a los creadores contentos, a los
escultores contentos”. No, este es un tema que tiene que ver con cómo
fortalecemos las identidades de los sentidos de pertenencia, no en una
visión pobre sino que enriquecida con el diálogo de otras identidades y de
otras comunidades que tienen sentidos de pertenencia.
Entrevista a Emilio Lamarca, Director de la Dirección de Asuntos
Culturales del Ministerio de Exteriores (2005 – 2010). 32
¿Considera satisfactoria o suficiente la institucionalidad de
promoción cultural de Chile en el exterior?
Emilio Lamarca:
Es muy difícil verlo como algo totalmente logrado, o sea considerarlo
suficiente, yo creo que no. Yo creo que hay mucho que avanzar y creo que
de lo que ha hecho Chile creo que ha hecho grandes avances en su
promoción de su cultura, de su identidad, de sus posibilidades de
intercambio hacia fuera. Pero claro que faltan muchísimos pasos que dar
desde el punto de vista institucional.
32 Entrevista realizada por Stefanie Butendieck Hijerra, Jueves 12 de Noviembre 2009 en Santiago de Chile
70
Por ejemplo, es muy absurdo que sigan existiendo tan pocas
agregadurías culturales en nuestras embajadas y, adicionalmente a eso,
que ellas tengan tan pocos recursos para hacer iniciativas. Y que esa sea
además la forma de promoción. Tiene que haber una fórmula mucho más
activa y contundente hacia el futuro, en la cual el tema cultural tenga
mucho mayor peso desde el punto de vista de su acción.
Por ejemplo, me llama la atención la dificultad que existe en Chile
para hacer itinerar grandes muestras de iniciativa chilena. O sea, el fondo
es saber hacer de estas muestras un objetivo nacional ¿no es cierto?,
proponérselo como se lo proponen muchos otros países los cuales por eso
nosotros acogemos sus muestras.
Me parece también que este sistema de los fondos concursables, de
mini fondos concursables, muy pequeños, no es satisfactorio. Es algo que
hay que hacer, pero me parece que habría que ambicionar tener una
política exterior que tuviese, por así decirlo, grandes iniciativas,
aseguradas desde el punto de vista de su financiamiento anualmente.
Creo que eso le daría una potencia, una vitalidad, una exposición a la
cultura chilena que hoy día no tiene.
Por eso aspiro a que exista en el futuro una institucionalidad cultural
hacia el exterior mucho más fuerte. Eso implica que la dimensión cultural
de la política exterior sea fortalecida, es decir, que sea vista esta
dimensión cultural como algo no accesorio, no folklórico, sino algo que
puede ser muy relevante desde el punto de vista del trabajo y de la
presencia de Chile en el exterior. Pero esa nueva mirada, en la cual el
tema cultural fuese integrado a carta cabal, claro, debe tener también una
institucionalidad distinta.
71
¿Cuál cree usted que debería ser esa institucionalidad, qué
instancias de coordinación específicas echa en falta? ¿Tiene
alguna propuesta en concreto?
Emilio Lamarca:
No tengo una propuesta específica. Lo que sí me imagino, por de
pronto, es que en todas las embajadas debiese haber esta dimensión, no
se me ocurre que no estuviese y que tengamos en algunas sí y otras no.
Por misteriosas razones en España, por ejemplo, habían dos agregados
culturales, uno en Barcelona y otro en Madrid. Mientras que en otros
países y continentes no habían agregados culturales.
Segundo, los agregados deberían tener capacidad de gestionar
recursos muy superiores a las que tienen hoy día.
Pero yo creo que habría que ir un poco más lejos, en el sentido de
ambicionar un tipo de institucionalidad en la cual el tema cultural
estuviese presente más transversalmente también en otras instancias, y
no sólo en las embajadas. Me explico. Si uno piensa que las industrias
culturales son importantes, y piensa que el cine, por ejemplo, es una
industria cultural y audiovisual en general, es una gran industria cultural
hoy día, y que Chile podría tener la posibilidad de salir al mundo mediante
su cine y su audiovisual, de una manera que hoy día lo hace escasamente,
uno debiese ambicionar de que el audiovisual chileno tuviese manera de
insertarse fuera de Chile con mucha potencia. Digo audiovisuales no sólo
cine, porque uno podría pensar también, por ejemplo, que las cadenas de
televisión se hermanasen y tuviesen facilidades para hacer eso.
Se me ocurre que los agregados culturales y las embajadas no son
la institucionalidad más pertinente para esta difusión de nuestras
industrias culturales. A mí me gustaría, por ejemplo, que Pro-Chile y que
todo el aspecto más de promoción de la industria chilena en la
72
exportación, incluyera el tema de las industrias culturales con mucha
fuerza.
VIII.-1.b) Entrevista a Arturo Navarro, Director del Centro Cultural
Estación Mapocho y miembro del CNCA.33
¿Considera satisfactoria o suficiente la actual institucional de
promoción cultural de Chile en el exterior?
Arturo Navarro:
Claramente insatisfactoria e insuficiente. Yo tuve una participación activa
en la creación de la institucionalidad cultural chilena, la creación del CNCA
y ahí nos dimos cuenta que este es uno de los pendientes. Así como otro
de los pendientes es el tema del patrimonio. Pero el tema de la presencia
de Chile en el exterior desde el punto de vista en coherencia con nuestra
realidad cultural es claramente un pendiente.
Ahora no tan pendiente como podría ser en otros países por ejemplo
España, que hay esta gran debate todavía quién fija las políticas culturales
como se hacen. Aquí por lo menos tenemos algo claro, la política cultural
se fija desde el CNCA. En Chile lo aplica el Consejo y en el exterior lo
aplica la DIRAC.
Ahora bien este último instrumento es completamente incoherente
con la magnitud y el espíritu de consejo. Por qué el CNCA es un organismo
colegiado y no la DIRAC donde no hay participación de la ciudadanía civil
en la gestación, aplicación, ni en el desarrollo de las políticas culturales en
el exterior.
Por lo tanto, yo creo que hay todo un trabajo que hacer sin
desconocer este instrumento y este carril que debiera ser el Ministerio de
Relaciones Exteriores pero debiera de algún modo “consejo culturizarse”
el trabajo en el exterior. Es decir, crear comités en las cuales haya
33 Entrevista realizada por Stefanie Butendieck, Martes 3 de Noviembre 2009 en Santiago de Chile
73
participación de la sociedad civil. Hay ciertos avances como son los fondos
concursables pero también nos encontramos la incoherencia de que no
hay una capacidad de producción, una estructura rígida en que hay
funcionarios, agregados culturales tiempo completo trabajando y
presentando proyectos en la eventualidad que no los ganen o que ganen
mucho más allá de su capacidad de gestión.
El plantel agregados culturales no debería ser un plantel de domicilio
fijo debiera haber un plantel de gestores culturales que tienen en lo
posible mucha experiencia en trabajos en Chile en gestión cultural, con
vinculación al consejo, y que se muevan en el exterior en virtud de
proyectos. La formula es aplicar el mismo modelo que tenemos en Chile al
desarrollo exterior.
Ningún agregado cultural fijo a lo más encargados generales por
región. Yo creo que deberíamos tener uno que abarque Europa, otro Asia,
pero que sea una especie de gran coordinador capaz de acoger aquellos
proyectos que vienen desde el país, que Chile resuelve enviarlos. Cuando
digo Chile digo con sus distintos estamentos civiles, gobierno, privados. Es
muy fácil decir que los privados tienen que financiar, está bien, pero el
privado no financia gratis.
Parte del financiamiento tiene que venir a cambio de una capacidad
de gestión que tú entregas al privado. Por ejemplo cuando Chile quiere
mostrarse cultural, comercial y turísticamente en Shanghai, no le entrega
la tarea al Ministerio de Relaciones Exteriores, esa es la mejor prueba… Se
le entrega a un empresario, el presidente de un banco y el gobierno le
dice al señor usted hágase cargo de ser el comisario de la presencia de
Chile en el Shanghai.
Estamos en un periodo de transición pero todavía nos quedan estas
rémoras y hay que convertirla de a poco en un todo coherente.
74
¿Cuál cree usted que debería ser esa institucionalidad, qué
instancias de coordinación específicas echa en falta?
Arturo Navarro:
Insisto que la coordinación está planteada burocráticamente. ¿Cómo se
resolvió la relación entre el CNCA y el ministerio del exterior?
Incorporando al ministro de Relaciones Exteriores al directorio nacional del
CNCA. Así como se incorporó al Ministro de Educación. Pero que es lo que
ocurre, que la lógica, la práctica aconsejó que el ministro no fuera y
enviara al director de la DIRAC.
Ahora bien, yo estuve sentado en directorio nacional junto con el
director de la DIRAC y resulta que yo era representante de la sociedad
civil, representaba la asociación gremial de gestores culturales o sea una
persona representativa de la sociedad civil, dentro de ellos de una
asociación gremial de cientos de gestores culturales y al lado tenía un
señor representante de una oficina. Son potencialidades distintas. Una
oficina que tiene sus reglas, sus presupuestos y que tiene sus
funcionarios. Cualquier miembro del CNCA tiene una potencialidad de
difundir la cultura chilena mucho más grande que una oficina. Detrás de la
cultura hay cientos gestores culturales. Todos ellos son potenciales
gestores de proyectos chilenos en el exterior. Entonces se produce ese
desequilibrio.
¿Como debiera ser? Yo creo que dentro de un mismo consejo
debiera haber un momento en que se apruebe la iniciativa de la política
exterior o un consejo distinto en que haya mayor presencia de gente con
expertise en política o diplomacia cultural, un tema que está en boga
ahora. Por eso me imagino un consejo especial de relaciones culturales
internacionales, en cual participen todas las instituciones que de hecho
tienen acción cultural internacional.
Yo creo que hay una serie de instituciones en Chile que tienen rango
de internacional, el Teatro Municipal por ejemplo. Se podría hacer un
barrido de lo que son las instituciones de Chile que naturalmente están
75
vinculados al exterior. La Fundación Neruda, la Universidad de Chile
también. Hay que construir una red o una corporación que tiene que ver
relaciones internacionales y que lleguen a ellos toda la presencia cultural
de Chile en el exterior.
Además quiero agregar otro elemento que puede ser esto mismo o
una oficina un poco distinta, una corporación de derecho privado que
conocí en Australia. En el fondo es como el Comité olímpico pero más que
eso es una organización que está permanentemente viendo todas las
oportunidades de postular a Australia como sede d, mundiales, cumbres
de culturas, todas las instancias. Existen permanentemente, cuando no
organizan algo están investigando.
¿A su juicio la acción cultural de Chile en el exterior debe
centralizarse bajo el control del ministro de Relaciones Exteriores
o debe desplazarse al CNCA ya que no tenemos ministerio de
cultura? Debe haber ciertas barreras al no tenerla. ¿Puede señalar
cuáles pueden ser esas barreras?
Arturo Navarro:
Una barrera sería tener un ministerio. Porque un ministerio es una
secretaria de estado, los ministros son secretarios de estado del
presidente, aplican la política de ese presidente y son por lo tanto
removidos, cambiados por el presidente. Yo recuerdo cuando se creó el
CNCA, el Presidente Lagos le dijo el primer al presidente del consejo, José
Weinstein, todos los ministros aplican la política del presidente, ministro
de vivienda, hacienda, pero el único que no va a aplicar la política del
presidente es usted, va aplicar la política que fije el directorio nacional del
CNCA. Eso es estabilidad.
76
¿Considera una solución mejor que los agregados sean
diplomáticos?
Arturo Navarro:
No, a ver yo creo lo que tiene que haber es un responsable de la cultura y
los que saben son gestores culturales. Afortunadamente nuestro país tiene
escuela de magíster de gestión cultural. Cualquier país sensato lo utilizaría
para su difusión en el exterior. Los diplomáticos pueden ser muy
diplomáticos y está muy bien. Tú no pones a un agregado naval a un
diplomático, pones a un marino. ¿Por que la cultura tiene que venir de la
diplomacia? Se firman acuerdos culturales cuando no hay nada que
firmar, cierto? Cuando no hay acuerdos económicos y la tendencia es esa.
Los agregados comerciales no son diplomáticos, son especialistas. ¿Por
qué la cultura debería ser distinto?
77
Capítulo Quinto
Conclusiones Generales
España ha logrado desarrollar con relativa rapidez, en las últimas
décadas, un importante sistema de promoción y cooperación cultural con
el exterior, cuyos destinatarios preferentes han sido Europa y América
Latina.
Dicho sistema de promoción y cooperación cultural empieza a
responder a los fines de una diplomacia pública moderna, relacionando al
estado español no sólo con otros estados, sino directamente con el
“público” o sociedad civil de los países donde se ejerce.
Es indudable que el éxito de instituciones como el Instituto
Cervantes, al promover la cultura española en decenas de países, tiene un
rédito político y aún económico, intangible pero seguro, en las relaciones
internacionales de España. Lo que ha validado a esta moderna forma de
hacer política exterior.
El desarrollo de estas instituciones dista de estar completo.
Comparado con otros sistemas europeos --por ejemplo, el Consejo
Británico-- el sistema español adolece de falta de coordinación entre
Exteriores y Cultura, una escasa participación privada, y una excesiva
dependencia de los cambios de gobierno que afectan a la continuidad de
las políticas.
La descoordinación entre el Ministerio de Exteriores y el de Cultura
ha dado lugar a debates públicos acerca de las competencias ministeriales
de cada cual.
No obstante, los logros de la gestión cultural española en el exterior
la transforman en un modelo de referencia para aquellos países –
especialmente los iberoamericanos-- que por su tamaño relativo o su
grado de desarrollo, carecen de instituciones similares.
La anterior conclusión valida la hipótesis de esta tesina, es decir
que: habida cuenta de las diferencias de tamaño y desarrollo entre ambos
78
países, el sistema de promoción y cooperación cultural española en el
exterior es un referente adecuado para un estudio comparativo con el
caso chileno, ofreciendo oportunidades para examinar aquí modelos cuyas
virtudes pueden replicarse y sus deficiencias pueden evitarse en Chile,
además de establecerse paralelos posiblemente útiles para incrementar la
cooperación bilateral en este campo.
En el caso de Chile, puede afirmarse que la acción cultural de este
país en el exterior se encuentra en una fase aún más incipiente que el
resto de la reciente institucionalidad. Y en general, en este aspecto, deja
mucho que desear.
El escritor y ex Agregado Cultural a la embajada de Chile en España,
Carlos Franz, quien ha dirigido esta tesis, ha expresado este problema de
la siguiente manera:
“Creemos ser un país y la verdad es que somos apenas un paisaje,
parece que estos versos irónicos de Nicanor Parra son menos válidos hoy
que ayer en el interior de Chile. En hora buena. Pero siguen siendo
certeros cuando nos miran desde afuera. Por buena que sea nuestra
imagen política y económica, mientras no tengamos una imagen cultural
potente seguiremos siendo más bien un paisaje. Mientras no tengamos
una política cultural para el exterior y una institución especial para
impulsarla, quienes nos admiran sin conocernos seguirán elogiándonos y
dudando: Chile está bastante bien, ¿no? ” 34
Esta impresión es coherente con las repuestas de los fundadores de la
institucionalidad cultural chilena, entrevistados en el capítulo cuarto de
ésta tesina.
Dichos entrevistados coinciden en que las instituciones son aún
insuficientes. Esto es lo esperable, sobre todo considerando que se trata
34 Franz Carlos, Cultura chilena en el exterior: ¿no?, artículo inédito 2010
79
de un aparato estatal muy reciente y novedoso: un consejo con
participación directa de la ciudadanía organizada.
Lo significativo para este estudio es que, cuando a esas mismas
personas se les interroga, en particular, sobre su opinión acerca del
sistema de promoción de la cultura chilena en el exterior, su grado de
insatisfacción aumenta. Aquellos a quienes hemos llamado ‘fundadores’
del sistema chileno coinciden, unánimemente, en que este campo se
encuentra muy atrasado respecto a los avances efectuados en otras
áreas.
Esta insatisfacción de los expertos subraya la posible utilidad del
estudio que se ha emprendido en esta tesina. No cabe duda de que una
de las mejores formas para avanzar en el campo, todavía relativamente
“virgen”, de una institucionalidad y una acción cultural de Chile en el
exterior, será el estudio comparativo con las experiencias desarrolladas en
otros países. Entre ellos el caso español servirá de referencia obligada.
Los modelos de gestión cultural para el exterior en las instituciones
públicas españolas mencionadas en el capítulo II, pueden ser un ejemplo
de gestión y diplomacia cultural para Chile. Esto es así porque la política
cultural española, caracterizada por una alta promoción y cooperación con
Europa y América Latina, reúne dos condiciones copulativas: es el modelo
más desarrollado y a la vez más cercano, que Chile podría estudiar para
complementar su actual institucionalidad cultural.
Esa experiencia española demuestra que la creación de una
institucionalidad, específica para la promoción cultural en el exterior,
contribuye efectivamente a una mejor presencia exterior de un país que,
especialmente en una primera etapa precisaba reinsertarse en espacios
internacionales democráticos, así como salir de una imagen meramente
“folklórica” y “típica”. El caso de Chile, guardando las proporciones, es
semejante.
Ello, tanto si se considera a la cultura como un fin en sí misma, que
es el supuesto de esta tesina, como si se considera a la cultura como
80
‘apoyo de la diplomacia política y económica’ o ‘puente comunicativo’, en
los términos de Noya.
Sin embargo, las acciones en el exterior, descritas en el capítulo
tercero, están enmarcadas dentro de lo que podemos llamar fase previa a
la diplomacia cultural. Un momento híbrido que está a medio camino entre
los objetivos tradicionales de una estrategia geopolítica y los cimientos de
una diplomacia pública, todavía rudimentaria, anclada sobre todo en la
imagen de país o marca de país. En todo caso, es notorio que no se trata
de una política cultural para el exterior.
Como vimos al describir su funcionamiento, DIRAC entiende que su
misión es proyectar la imagen de Chile mediante la presencia artístico-
cultural en el exterior. Es decir, se busca posicionar al país a través de sus
productos culturales.
Ese planteamiento corrobora que el enfoque está fijado en proyectar
la marca país, al modo en que la concibe Noya:
“La marca país se asemeja más a la propaganda tradicional que a la
nueva diplomacia pública o a la diplomacia cultural, tanto la propaganda
como los proyectos marca país buscan optimizar la imagen en el exterior
al servicio de los intereses particulares del estado, y lo hacen
normalmente inyectando información sin buscar un diálogo efectivo.”35
La diplomacia pública y por consecuencia la cultural, debe ser parte
de una estrategia política exterior que busca aumentar la influencia
política e ideológica sobre otro país. Pero esa diplomacia pública y cultural
no deben ser sólo influencia e ideología.
El fin de la diplomacia pública es lograr los objetivos fijados por
aquella estrategia previa. Noya señala que si un país no tiene política
exterior no tiene necesidad de desarrollar una diplomacia pública, que es
comunicación estratégica al servicio de una política exterior activa.
Primero es el objetivo exterior y luego la acción. 35 Noya Javier, Diplomacia Pública para el Siglo XXI, p 80
81
La marca país se desarrolla desde el interior de un país hacia fuera,
pero la diplomacia pública se desarrolla también desde el exterior -el
ámbito internacional- hacia adentro:
“La marca país consiste en intentar atraer a otros países mejorando la
imagen del país, mientras que la diplomacia pública intenta convencer a
otros países para cambiar el mundo, la marca país ayuda a los países
pequeños a situarse en al mapa, mientras que la diplomacia pública está
al servicio de los grandes para cambiar el mapa.”36
No obstante, esa visión de DIRAC no es coherente con los objetivos
políticos, muy ambiciosos aunque poco prácticos, fijados por el CNCA para
la acción cultural exterior. Lo anterior deja a ambas instituciones en un
‘limbo teórico’. A medio camino entre la desordenada respuesta a la
presión por salir al exterior de los agentes culturales, y una diplomacia
cultural que ninguna institución adopta formalmente.
La propuesta de tener una política cultural exterior ya se ha
planteado y hay consenso en Chile, acerca de su necesidad. A pesar de
eso, ésta no se ha desarrollado, como tampoco se ha innovado en el
antiguo mecanismo de gestión cultural a través de Cancillería, ni se ha
logrado una adecuada coordinación interministerial con el nuevo Consejo.
Con lo cual se ha producido un notorio retraso y falta de modernización y
estabilidad en política y gestión en esta área.
Entre las razones de esa falta de coordinación se apunta a que los
mecanismos que se busca coordinar son diferentes. En el caso del CNCA
se trata de un órgano con participación ciudadana directa; en tanto que el
Ministerio de Relaciones Exteriores es una rama del Ejecutivo.
Chile muestra una conciencia en formación acerca del rol de una
diplomacia pública y cultural. En particular, los Principios plasmados en el
36 Noya Javier, Diplomacia Pública para el Siglo XXI, p 82
82
documento “Chile quiere más cultura” enuncian objetivos que pueden
asimilarse a la teoría en estas disciplinas.
Sin embargo, siguen siendo nociones dispersas, expresadas en
grandes objetivos.
Para empezar se carece de estudios empíricos y detallados que
sustenten estas necesidades. Sin los cuales será difícil, como lo señala
sabiamente el ex Presidente Lagos en la entrevista, convencer a las
autoridades del Ministerio de Hacienda de la conveniencia de invertir en
estos campos.
Los dirigentes de cultura, entrevistados para esta tesina, que
concuerdan en la insuficiencia de la promoción cultural de Chile en el
exterior, no se cuestionan la ausencia de estudios sobre esta materia.
Esto demuestra que, hasta ahora, los esfuerzos se han concentrado
en la forma jurídica de la Institucionalidad Cultural. Pero no se ha
avanzado en fundamentar con cifras y proyectos el desarrollo de una
política cultural hacia el exterior. Sin esta será muy difícil convencer a los
demás responsables políticos, al Congreso y por fin a la ciudadanía, de la
necesidad de estas inversiones.
En este último aspecto, se echa de menos un modelo de acción más
similar al caso noruego y no al español. Noruega, un país relativamente
pequeño y aislado, pero con importantes superávits financieros, ha decido
hacer una prioridad de su inserción internacional, especialmente en lo
cultural, empleando en ello algunos de sus recursos disponibles. Chile
también es un país pequeño y periférico con superávits financieros
importantes, derivados de una fuerte expansión comercial en el exterior.
Sería necesario abordar una campaña de convencimiento de la ciudadanía
chilena, que fundamentara inversiones mayores en el exterior en este
campo.
Esa posible estrategia debería ir en paralelo con una mayor y mejor
coordinación entre los organismos que tienen incidencia en la promoción
cultural hacia el exterior. Como asimismo, es deseable avanzar ya mismo
83
en la concreción de políticas culturales específicas en esta dirección,
respaldadas por un plan de continuidad de acciones a largo plazo.
Chile ha pasado de una primera fase de reinserción internacional
mediante eventos como la Exposición Universal de Sevilla o las embajadas
culturales, descritas en el capítulo tercero, Nº VII. Ahora se encuentra en
una segunda etapa donde la cultura es una contribución a la imagen de
país o a la marca Chile.
En ese aspecto la cultura ha servido como apoyo a sectores
empresariales como el vitivinícola y el sector turístico. No obstante, estas
acciones culturales no pasan de tener un carácter eventual y
propagandístico. La cultura no es mirada como un objetivo en si mismo,
más bien es una herramienta de la política y la economía. Cuando se logre
que sea prioritaria será también una eficiente colaboradora de otros
objetivos nacionales y no a la inversa.
Dentro de esta institucionalidad, el organismo cuyo desarrollo es
más insuficiente es claramente DIRAC, y en especial la veterana
institución de las Agregadurías Culturales.
A través de la entrevista a su Director comprobamos que la
Dirección de Asuntos Culturales es consciente de esas limitaciones. Hasta
ahora esa dirección se ha concentrado en apoyar en el exterior a una
variedad de disciplinas artísticas, sin mayor posibilidad de fijar un orden y
concierto. Existe un gran desorden en los criterios para escoger proyectos
a través de los fondos concursables para artistas y embajadas.
Por su parte, las Embajadas Culturales creadas, teóricamente, para
fortalecer la Imagen de País -eje de su Política Exterior, según lo señalan
los altos representantes de esta Dirección- y que podrían servir para
orientar una política más especifica, no cumplen ni lo uno ni lo otro. En la
práctica quedan supeditadas a acompañar y decorar, con más o menos
lustre, las visitas oficiales que el Jefe del Estado hace a otros países.
84
A pesar de ello, la Dirección de Asuntos Culturales, últimamente en
coordinación con el CNCA, ha desarrollado una acción loable, considerando
la falta de definición de una política cultural hacia el exterior. Esto
comprueba que se podrían lograr mejores resultados con las adecuadas
políticas y coordinación.
Por su propia naturaleza de órgano ejecutor, DIRAC no puede
diseñar esas políticas. Y por su parte el CNCA, hasta ahora, ha fijado
políticas muy generales y vagas para el exterior. Incapaces de generar
estabilidad y claridad para quienes serán sus ejecutantes, como por
ejemplo los agregados de cultura. Lo que perjudica incluso a la
continuidad de las acciones aisladas, pero interesantes, que se han
realizado. Se pierde así la inversión económica y en recursos humanos al
carecerse de estrategias de largo plazo capaces de traspasar cambios de
gobierno.
Hasta ahora, las acciones propuestas por el CNCA y DIRAC para el
exterior son aisladas y no constituyen un plan o estrategia visible. Lo que
se traduce en la paradoja de que las acciones propuestas por estas
entidades para desarrollar la presencia de Chile en el exterior se
transforman en la propia estrategia; en circunstancias que las acciones
debieran ser consecuencia de una estrategia para el exterior, y no a la
inversa.
Ese estado de cosas tiene múltiples consecuencias inconvenientes.
Entre ellas, la falta de continuidad de las propias acciones emprendidas, a
veces con mucho esfuerzo e inversión.
La misma falta de continuidad, además, trasmite una imagen
contraria a la que se busca: la de una relación oportunista entre cultura y
Estado. Sin una estrategia duradera, los artistas embarcados en comitivas
presidenciales acuden a la entretención de una cumbre política. Se
alimenta así la sensación de que no son sus obras (duraderas) sino sus
famas (transitorias) lo que el Estado aprovecha. Y más encima:
ocasionalmente.
85
En conclusión, cabe decir que Chile cuenta con la oportunidad clara
de desarrollar un modelo de políticas y gestión cultural exterior propio.
Aprovechando lo mejor de experiencias internacionales, como la española.
Y también aportando lo mejor de su experiencia pionera en el diseño de
una institucionalidad cultural con participación directa de la ciudadanía.
Dependerá de la voluntad política del actual, y futuros gobiernos,
aprovechar esa oportunidad para poner a Chile, en esta materia, a la
altura de su desarrollo en otros campos.
86
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CHILEQUIERE MÁSCULTURA
DEFINICIONESDE POLÍTICACULTURAL2005-2010
MAYO 2005
CHILEQUIERE MÁSCULTURA
DEFINICIONESDE POLÍTICACULTURAL2005-2010
MAYO 2005
PRÓLOGO
I. INTRODUCCIÓN
II. ANTECEDENTES
III. PRINCIPIOS DE LA POLÍTICA CULTURAL
IV. LÍNEAS ESTRATÉGICAS, OBJETIVOS YMEDIDAS A IMPULSAR
EN EL PERIODO 2005-2010
1. Creación Artística y Cultural2. Producción Artística e Industrias Culturales
3. Participación en la Cultura: Difusión, Accesoy Formación de Audiencias
4. Patrimonio, Identidad y Diversidad5. Institucionalidad Cultural
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CHILEQUIERE MÁSCULTURA
Ministro PresidenteConsejo Nacional de la Cultura
y las Artes
José Weinstein
Directorio Nacional
José BalmesSergio Bitar (Representado por Clara
Budnik)Humberto Giannini
Enrique LópezArturo Navarro
Drina RendicAgustín Squella
Santiago SchusterPaulina Urrutia
Ignacio Walker (Representado porEmilio Lamarca)
Subdirector Consejo Nacionalde la Cultura y las Artes
Patricio Vilaplana
Coordinación y redacción
Ricardo BrodskyBárbara Negrón
Equipo profesional
Malena BastíasEduardo Carrasco
Claire DurieuxBárbara Nash
Carlos Rodriguez
Diseño
GestoDiseño
El documento puede encontrarse enwww.consejodelacultura.cl
José Weinstein
José Balmes
Sergio Bitar
Agustín Squella
Ignacio Walker
Paulina UrrutiaHumberto Giannini Enrique López
Santiago SchusterArturo Navarro Drina Rendic
PRÓLOGO
Hace sólo un par de décadas existía una grave y fundada preocupación pública por el asíllamado “apagón cultural”. Por ello es tan valioso que, en democracia, la cultura y las arteshayan florecido. Muchos índices e indicadores así lo demuestran: en todas las disciplinasartísticas se detecta un aumento significativo en la cantidad y calidad de creaciones y obrasnacionales. Además, se hace evidente una renovación de los creadores, que se expresa enmiles de jóvenes desplegando sus talentos y vocaciones y en un desarrollo de institucionespúblicas y privadas comprometidas con la gestión cultural. Hay también más público paralas distintas manifestaciones artísticas, y se experimenta una demanda creciente de artey de cultura, especialmente en regiones distintas de la metropolitana. Es cierto que no todaslas disciplinas muestran la misma vitalidad y excelencia, pero no parece exagerado afirmarque una primavera cultural se ha instalado en el país en este cambio de siglo.
Como siempre, las causas de este florecimiento son múltiples y los estudiosos podrándeterminar, con rigor y perspectiva, cuáles han sido las decisivas. Pero parece evidente queesta fertilidad artística no habría sido posible sin un clima de libertades públicas, sin unincremento del bienestar social y económico, sin un aumento de la educación general dela población, sin universidades que apuesten por las artes, sin la existencia de apoyospúblicos que han financiado buena parte de la creación, sin una significativa interrelaciónde Chile con el mundo y, sobre todo, sin una nueva generación de creadores que ha sabidointerpretar las diversas realidades y situaciones que atraviesan a nuestra sociedad. Comoha ocurrido en otros momentos de nuestra historia, han existido condiciones favorablespara que los talentos florezcan y para que sus frutos sean valorizados.
Esta promisoria situación podría hacer pensar que basta hacer más de lo mismo para seguiravanzando en materias culturales. Creemos que ello no es así. Por cierto, hay una nuevaforma de relación entre Estado, sociedad y cultura –que está delineada en el capítulo relativoa los principios de la política cultural de este documento- que debe ser preservada. Igualmente,hay un conjunto de herramientas –tales como los fondos concursables- que pueden y debenser fortalecidas y potenciadas. Sin embargo, estas importantes medidas ya no bastan, puesellas mismas han cambiado nuestra actual circunstancia y han transformado completamentenuestras propias y legítimas necesidades culturales. Por eso, requerimos dar nuevos pasoscon el fin de reforzar y potenciar la perspectiva que se nos ha abierto en democracia.
La mirada respecto de la cultura de este documento implica que ella sea puesta efectivamenteen el centro del desarrollo de Chile. Esto significa que la cultura no sea sólo un aderezo quese considere ocasional y episódicamente, sino que pase a ser reconocida como parte de laesencia de lo que constituye nuestra identidad nacional. Y es preciso, además, que sereconozca que es justamente esta identidad la que sustenta la integración de Chile en estemundo globalizado. Igualmente, es necesario que la cultura sea aceptada ya no sólo comogeneradora de valores estéticos y de sentido, sino también en tanto industria, generadorade riqueza y empleo e impulsora de nuevos horizontes para la economía del país. Es, sinembargo, una industria particular y estratégica, puesto que se basa en la creatividad denuestros autores, permite que nuestra identidad se expanda más allá de nuestras fronterasy se ubica en aquellas áreas de mayor crecimiento de la economía mundializada.
La nueva perspectiva que abre esta política cultural pretende hacerse cargo de diferentesdesafíos que hoy no están adecuadamente resueltos y frente a los cuales debemos acelerarla marcha. ¿Cómo lograr ser un país lector?, ¿Cómo asegurar una mejor inserción de nuestropaís en el circuito internacional de las artes?, ¿Cómo mejorar sustancialmente nuestraprotección y aprovechamiento del patrimonio lingüístico, arqueológico, histórico y naturaldel país?, ¿Cómo descentralizar realmente el quehacer cultural?, ¿Cómo consolidar y potenciarnuestras industrias culturales?, ¿Cómo mejorar la calidad cultural de la televisión chilena?,¿Cómo lograr una mayor equidad en el acceso a los bienes y servicios culturales?.
Estas no son preguntas menores. Contienen implicancias económicas, sociales y políticasinsoslayables. Sobre ellas hemos debatido largamente al interior de la nueva institucionalidadcultural y se ha pronunciado el Directorio de este Consejo. Como respuesta, aquí se proponenobjetivos a lograr y una cincuentena de medidas para avanzar en una nueva dirección. Sondefiniciones que deberán traducirse en nuevas leyes, nuevos programas, nuevos fondos,
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nueva infraestructura cultural y nuevas instituciones que tendrán que crearse para impactarpositivamente sobre estos desafíos. Igualmente se requiere que lo cultural no sea exclusivapreocupación de los organismos de la institucionalidad cultural y pase a incorporarse en laagenda de los diferentes actores de la realidad nacional. La tarea no es sencilla y requeriráde esfuerzo y energía perseverante para materializarse. En este sentido, porque pensamosque es el futuro de Chile el que se pone en juego, una de las principales medidas de estedocumento afirma la necesidad de duplicar el presupuesto público en cultura en los añosvenideros.
Las medidas planteadas serán ciertamente discutidas y complementadas por un necesariodebate, que por sí mismo ya enriquecerá la política cultural que el país deberá asumir conmiras al Bicentenario de nuestra Independencia. Asimismo, este documento deberá servirde marco de referencia para otras definiciones en otros ámbitos de las políticas culturales.Así, tendrán que surgir políticas culturales regionales adecuadamente insertas en los planesde desarrollo de los gobiernos regionales y tendrá que debatirse y definirse la política paralos próximos años en el ámbito del libro, la música y el audiovisual. También tendrán queproponerse medidas que ahonden y concreticen más aún lo que aquí se expone, para lograrasí que este documento sea enriquecido, a nivel territorial o sectorial, para realidades másacotadas. Igualmente, esta política deberá ser reformulada en el tiempo de acuerdo a lo queindiquen los aprendizajes de la experiencia y el imprescindible mejoramiento de la informaciónde base sobre el sector cultural, en lo que estamos empeñados.
Es necesario subrayar la importancia de estas definiciones de política para la nacienteinstitucionalidad cultural. Durante décadas el mundo de la cultura luchó por tener unainstitucionalidad pública propia y por dejar de ser un pariente pobre y subordinado en elconcierto gubernamental. Hoy este anhelo ha sido satisfecho: se cuenta con el ConsejoNacional de la Cultura y las Artes instalado a nivel nacional y en cada una de las regionesde Chile. Se cuenta, asimismo, con un Consejo del Libro y la Lectura, con un Consejo deFomento de la Música Nacional, y (recientemente) con un Consejo del Arte y la IndustriaAudiovisual. Estos organismos, que se basan en la generosa y sistemática participación demás de doscientas personalidades del mundo de la cultura, serán parte de la herencia culturalde este gobierno. Pero no basta con su instalación física o administrativa: las institucionesson cuerpo y alma, requieren de anhelos, valores y metas que las movilicen. De esta maneralograremos darle continuidad al trabajo ya comenzado y ayudaremos a visualizar las sendasque pueden transitarse en el futuro.
Para que los sueños se vuelvan realidad, primero deben existir. En un país como el nuestro,estos anhelos tienen que ver con su grandeza, con su prosperidad, con la justicia, con lalibertad, y con la solidaridad pero también con los irrenunciables bienes que nos da la cultura:la identidad, la creatividad, los valores humanistas y el goce de la inteligencia, la belleza yla imaginación. “Chile quiere más cultura” es uno de estos sueños que busca expandirse enla voluntad y la acción de todos los chilenos y chilenas, para que juntos, arraigados tambiénen los ideales que nos dieron nuestras grandes figuras culturales como Gabriela Mistral,Violeta Parra, Pablo Neruda o Roberto Matta, construyamos el Chile del Bicentenario.
José Weinstein C.
Ministro PresidenteConsejo Nacional de la Cultura y las Artes.
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I. INTRODUCCIÓN
La cultura de un país es lo que marca la diferencia en sus posibilidades de desarrollo.
Fortalecer la cultura es la única manera de participar desde nuestra propia identidad en elmundo globalizado. Desarrollar la cultura significa dotar de instrumentos idóneos a laspersonas para fortalecer sus valores, comprender el mundo en el que viven, asumirlo yparticipar de los cambios. Por eso, la cultura debe estar en el centro de nuestra idea dedesarrollo.
El presente documento, que propone definiciones de política cultural para el período 2005-2010, es el fruto de un esfuerzo colectivo encabezado por el Directorio Nacional del ConsejoNacional de la Cultura y las Artes (CNCA), que comprometió la participación de los treceConsejos Regionales y de los Comités Consultivos.
La primera Convención de la Cultura, celebrada en Valparaíso en agosto del 2004, en la queparticiparon más de 110 miembros de la institucionalidad cultural, se abocó a elaborar ydiscutir recomendaciones relevantes para la política cultural nacional 2005 - 2010.
Hasta ahora, nuestro esfuerzo cultural se ha concentrado básicamente en el apoyo a lacreación artística y, en menor medida, en la difusión del arte. A través de fondos concursables-se ha buscado incentivar la calidad y dar a los artistas la posibilidad de realizar sus proyectos.Por otra parte, a través de iniciativas específicas –entre las que destaca el proyecto Sismoo los días de aniversario temático que celebran las diferentes disciplinas artísticas– hemosbuscado poner la cultura al alcance de todos.
Sin embargo, es evidente que la política cultural tiene que ser integral, asumiendo todoslos aspectos sobre los cuales debe intervenir: la creación, la producción, las audiencias yel patrimonio. A ellos debemos agregar el de la propia institucionalidad.
El presente documento aborda estos cinco ámbitos a la luz de los principios que guíannuestra política cultural y de los diferentes elementos de diagnóstico que se han podidoextraer de los estudios y documentación estadística existente, en un sector que aún tienedesafíos que cumplir para contar con información confiable, actualizada y comparableinternacionalmente.
Con todo, los informes del Departamento de Estudios del CNCA, los Anuarios de Cultura yTiempo Libre realizados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la Encuesta deConsumo Cultural en la Región Metropolitana realizada por el INE y el CNCA el 2004, losestudios estadísticos de la Cámara del Libro y los de la Sociedad Chilena del Derecho deAutor, los trabajos realizados en el marco del Convenio Andrés Bello, los informes estadísticosde la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (DIBAM) y los múltiples aportes deacadémicos y estudiosos del tema cultural, han permitido sortear las carencias de informacióny construir un diagnóstico, si no preciso, al menos suficientemente documentado del sector.
Sin perjuicio del apoyo a la creación, los nuevos acentos de la política propuesta son:
i) garantizar las oportunidades de acceso a la cultura;ii) elevar el tema patrimonial, en un sentido amplio, a la condición de prioridad de
la política cultural;iii) mejorar la calidad de los medios de comunicación y su relación con la cultura;iv) apoyar con decisión a las industrias culturales.
Se trata de una política de Estado que, como tal, concierne tanto a los agentes públicoscomo privados que operan en el ámbito cultural. Tratándose de organismos públicos, lasdiferentes líneas estratégicas, objetivos y medidas a impulsar que se contienen en estedocumento demandarán acciones no sólo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes,
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1Entre el año 92 y el 2005 el monto destinado a fondos concursables de cultura ha pasado de los 750 millones a los 7.688millones de pesos.
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sino también de otros servicios, organismos públicos y ministerios, lo cual hará necesariauna debida y permanente coordinación entre todos ellos. El documento constituye tambiénun referente importante para las políticas y acciones de los agentes y organismos privadosque trabajan en la cultura.
Por otra parte, es un motivo de satisfacción dar un paso sustantivo con este documentoen el cometido de instalar una nueva institucionalidad cultural en el país: ésta consta deorganismos participativos, de un servicio cada vez más eficiente y, a partir de este instante,de una política de largo y mediano plazo que entrega señales claras a los actores del mundocultural –creadores, industrias, audiencias– respecto del futuro.
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II. ANTECEDENTES
1. El desarrollo de una nueva institucionalidad cultural para Chile
Desde la recuperación de la democracia en Chile –proceso en el que los movimientosculturales y de artistas jugaron un rol destacado– se venía planteando la necesidad de teneren el país una política cultural acorde con los principios democráticos y libertarios queinspiran al país, aspiración que se sintetiza en la adopción de un papel activo del Estadoen la protección del patrimonio y en el fomento a la creación y expresión artística y cultural.
A partir de 1990, desde la sociedad civil y los movimientos autónomos del mundo de lacultura , se explicitó la necesidad de contar con una institucionalidad cultural que dieracuenta de la nueva situación. Escuchando esta demanda, el gobierno del Presidente PatricioAylwin por intermedio del entonces Ministro de Educación, Ricardo Lagos, convocó a laconstitución de una Comisión de personalidades presidida por el sociólogo Manuel AntonioGarretón, cuyo objetivo era elaborar una propuesta para la institucionalidad cultural chilena,labor que concluyó en agosto de 1991 .
Dicha Comisión propuso la creación de un Consejo Nacional de la Cultura y las Artesconcebido como un servicio público autónomo y descentralizado, dependiente directamentedel Presidente de la República y cuya autoridad máxima tuviese rango de Ministro. Tambiéndicha Comisión planteó la necesidad de incrementar seriamente el presupuesto para cultura.
Con posterioridad a esta iniciativa, un grupo de diputados representativo de todas lascorrientes con expresión parlamentaria y gestores culturales, convocaron al “Encuentro dePolíticas Públicas, Legislación y Propuestas Culturales”, en la ciudad de Valparaíso ennoviembre de 1996. Del encuentro emanó un documento con 120 propuestas para la culturay en el que se reiteraba la necesidad de avanzar hacia la creación de una institucionalidadcultural que tendría su máxima expresión en un Consejo Nacional de las Artes y la Cultura.
En 1996 el presidente Eduardo Frei convocó a una nueva comisión de 17 personalidadespara reelaborar una propuesta. La Comisión Asesora Presidencial en Materias ArtísticoCulturales, presidida por Milán Ivelic –entre cuyos integrantes se contaban parlamentariosde diversas corrientes, creadores, empresarios y gestores culturales– entregó su informe.reiterando la propuesta de la institucionalidad cultural chilena y aportando elementos paraestablecer un presupuesto para cultura.
En mayo de 2000, el Presidente Ricardo Lagos anunció su programa de gobierno en culturay nombró a Agustín Squella como Asesor Presidencial, encomendándole la tarea de coordinara los organismos públicos de la cultura y elaborar el proyecto de la nueva institucionalidad,el que finalmente vio la luz en julio del año 2003. La Ley 19.891 creó el Consejo Nacionalde la Cultura y las Artes, y el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes.
A partir de la promulgación de la ley, se ha cumplido un itinerario que ha incluido laconstitución del Directorio Nacional del Consejo de la Cultura, del Comité Consultivo Nacional,de los Consejos Regionales y de los Comités Consultivos Regionales, en un procesoparticipativo y democrático que ha involucrado a 517 organizaciones culturales.
Paralelamente a dicho proceso, se fueron dando pasos sustantivos para el fomentode las artes y la consecución de nuevas libertades. Así, por ejemplo, se aumentaronconsiderablemete los presupuestos de la División de Cultura del Ministerio deEducac i ón y del Departamento de Cultura del Ministerio, permitiéndoles
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2 Tales como Sindicato de Actores de Chile (SIDARTE), Plataforma Audiovisual, Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD),Coalición Chilena por la Diversidad Cultural, Cámara del Libro, Editores de Chile, Sociedad de Escritores de Chile (SECH),Sindicato de Técnicos Cinematográficos de Chile (SINTECI), Pro Danza, entre otras.3 Comisión Asesora de Cultura, “Propuesta para la Institucionalidad Cultural Chilena”, División de Cultura, Ministerio deEducación, Santiago de Chile, 1991.4 “Encuentro de Polít icas Públ icas, Legis lac ión y Propuestas Culturales”, Valparaíso, Chile, 1996.5 Comisión Asesora Presidencial en Materias Artístico Culturales, “Chile está en deuda con la cultura”, División de Cultura,Ministerio de Educación, Santiago de Chile, 1997.
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jugar un papel relevante en apoyo a la creación, producción y difusión artística durante ladécada del noventa.
Otro hecho relevante de las Artes y la Cultura fue la creación por parte del mismo ministerio,en 1992, del Fondo de Desarrollo de las Artes y la Cultura, conocido como FONDART, que hatenido en su historia diversos ajustes y que ha engrosado su aporte a la cultura sistemáticamentedesde su creación. Ese mismo año se modificó la ley sobre propiedad intelectual, estableciéndoseel principio de la administración de derechos por parte de los propios creadores, lo que dioorigen a la Sociedad Chilena del Derecho de autor (SCD) y, posteriormente, a la Sociedadde Actores Nacionales de Teatro, Cine y Audiovisual (ATN), a la Sociedad Chilena de Intérpretes(SCI), a la Sociedad de Derechos Literarios (SADEL), a la Corporación de Actores de Chile(CHILEACTORES) y a la Sociedad de Creadores de Imagen Fija (CREAIMAGEN).
La aprobación por parte del Congreso Nacional de la Ley de Donaciones Culturales, conocidacomo Ley Valdés , permitió dar un salto en materia de participación del sector privado enel financiamiento y gestión de las actividades culturales, aportando una suma promediocercana a los 3.000 millones de pesos anuales a la cultura. Asimismo, en 1992 el Parlamentoaprobó la ley que crea el Consejo del Libro y el Fondo Nacional del Libro y la Lectura , dotadode 638 millones de pesos, al que se unió en 2003 el Consejo de Fomento de la MúsicaNacional y su respectivo Fondo, con 305 millones de pesos. Recientemente, en noviembrede 2004, la ley 19.981 creó el Consejo del Arte y la Industria Audiovisual y el Fondo deFomento del Audiovisual, dotado de 1.224 millones de pesos.
Tanto más importante que lo anterior ha sido la recuperación del necesario clima de libertady tolerancia para la creación y expresión de las artes en el país. El fin de todas las formasde censura previa, como la que afectaba a los libros y al cine, y otras conquistas relativasa la situación de los artistas y a la libertad de prensa, han generado un climaincuestionablemente más propicio para las artes en el país.
En síntesis, como se observa de lo anterior, en la década de los noventa la política culturalbuscó recuperar los derechos de creación y expresión, ideando una institucionalidad culturalque garantizara un rol destacado para el Estado en materia de fomento a la creación ydifusión de las artes. Una vez creado el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, y siendosu primera función “estudiar, adoptar, poner en ejecución, evaluar y renovar políticasculturales”, la cuestión es dar cuenta de los actuales desafíos del Chile de hoy en el ámbitodel resguardo y difusión del patrimonio, de la protección de las culturas originarias, delapoyo a la creación artística, y del desarrollo de las audiencias, los mercados y las industriasculturales.
Al cumplimiento oportuno de ese deber responde el presente documento.
2. Chile hoy
No es posible imaginar las políticas culturales al margen del contexto en que vivimos loschilenos. En tal sentido, hay que decir que en estos años hemos experimentado cambiosimportantes en nuestras condiciones y modos de vida, los que se manifiestan en particularen ámbitos relacionados con la cultura.El 72,6 % de los chilenos vive en casa propia y el 90,7 % de estas viviendas responden aestándares mínimos de calidad. El 79,1% de los hogares, frente al 61,1% en 1992, tieneacceso a electricidad, agua potable, alcantarillado, ducha y combustible para cocinar. Másdel 80% de los hogares tiene refrigerador, lavadora y TV a color. Más de la mitad de lapoblación tiene acceso a teléfono fijo y celular. Todo esto significa un considerable cambiocon respecto a la situación de hace apenas diez años.
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6 Artículo 8 de la ley 18.985, año 1990.7 Ley Nº 19.227, año 1993.8 Ley Nº 19.928, año 2004.9 Las cifras corresponden al monto asignado al momento de la creación de los respectivos fondos.10 Ley 19.846 sobre calificación de la producción cinematográfica, año 200311 Ley Nº 19.889 que regula las condiciones de trabajo y contratación de los trabajadores de artes y espectáculos, año 2003.12 Ley 19.891, año 2003.13 Larrañaga, Osvaldo, ¿Cómo y dónde viven los chilenos?, en “Cuánto y cómo cambiamos los chilenos. Balance de unaDécada”, Censos 1992-2002, Cuadernos Bicentenario, Santiago, 2003, pp. 79-85.
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En educación ocurre algo semejante: si bien en el desafío de la calidad y equidad hay todavíamucho por hacer, la cobertura del sistema educacional se ha ampliado considerablemente.En efecto, la oferta educativa ha aumentado en forma incesante, llevando al país prácticamentea la universalización de la educación básica y a un importante aumento en la educaciónmedia, cuya cobertura alcanza ya a un 90% de la población. La educación superior se haduplicado con respecto a las cifras de 1992. Hoy, el 44% de los padres que alcanzaron sólola educación media, tiene hijos cursando o habiendo cursado la educación superior.
Asimismo, el país muestra una tendencia a la inclusión de las mujeres en el mercado deltrabajo, cuya tasa de participación se ha duplicado en los últimos treinta años – pasandodel 29,5 en 1992 al 35,6% en 2002– y al crecimiento de la cantidad de mujeres que sonjefas de hogar.
Se destaca el hecho de que la ocupación en el sector terciario de la economía crece un 43%en los diez años que median entre un censo y otro, mientras los sectores primarios ysecundarios disminuyen en un 20 y 1% respectivamente , acentuándose así una tendenciapropia de las economías desarrolladas. El mercado laboral, por su parte, aparece cada vezmás segmentado en función de los niveles educacionales de las personas, transformándosela educación en la principal fuente de movilidad social en la sociedad chilena actual. Aumentóla población incorporada al mercado laboral (especialmente la femenina) y aumentó tambiénla escolaridad de los trabajadores.
Chile revela una disposición a un mayor asentamiento de su población. Esto significa quehemos entrado en una etapa de estabilización, poniendo fin al tradicional movimientoinmigratorio del campo hacia la ciudad de Santiago.
Por otra parte, Chile hoy muestra una mayor heterogeneidad social que se revela principalmenteen la multiplicidad de formas que adquiere la familia. Se experimenta un importanteincremento del 26% en el número de los hogares chilenos, reduciéndose el tamaño de losmismos. Hay más familias, pero menos numerosas. Al mismo tiempo, existe un debilitamientode la familia tradicional, disminuyendo las familias con cónyuges casados y aumentandolas familias de convivientes.
Otro dato significativo acerca de las nuevas oportunidades para los chilenos es que el año2003 salieron del país 2.100.163 personas en viajes de negocios o placer.
Desarrollo e Industrias Culturales
Coincidentemente con lo anterior, es destacable el hecho que Chile se encuentre, comonunca antes lo estuvo en su historia, relacionado e inserto en el mundo. Chile exporta cercade 5.000 productos diferentes a los diferentes mercados mundiales por un valor que superalos 30 mil millones de dólares , los que representan cerca del 40% del producto. El paísha suscrito acuerdos de asociación, de libre comercio o de complementación económica conla Unión Europea y los países de la Asociacoón Europea de Comercio Justo, EFTA, EstadosUnidos, México y Canadá, Mercosur, los países andinos y de Centroamérica, y con Corea.Asimismo, participa activamente en el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico, APECy estudia nuevos acuerdos con China y la India. Esta inserción económica está llamada atener indudables repercusiones culturales en los chilenos, los que nos encontramos, cuandono trabajando directamente para los mercados externos, siempre pendientes de las evolucionesinternacionales de los mismos, ya que impactan directamente sobre nuestra actividad.
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14 Valenzuela, Eduardo y Herrera, Soledad, Movilidad Residencial y Movilidad Social, en “Cuánto y cómo cambiamos loschilenos. Balance de una Década”, Cuadernos Bicentenario, Santiago, 2003. p.11715 Bravo, David, Trabajo: Dignidad y Cambios en “Cuánto y cómo cambiamos los chilenos. Balance de una Década”, CuadernosBicentenario, Santiago, 2003, pp. 138-139.16 Instituto Nacional de Estadísticas, Censo 2002, Características Económicas, Síntesis de Resultados, p. 31.17 Anuario de Turismo 2003, SERNATUR-INE.18 Evolución de las exportaciones chilenas no tradicionales 1998-2004, Dirección General de Relaciones EconómicasInternacionales, Dirección de Estudios, 2005.19 Informe de Comercio Exterior, Cuarto Trimestre 2004, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales,Dirección de Estudios, 2005.
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Los cambios socioeconómicos y culturales que están ocurriendo en el país, especialmenteaquellos como el acelerado proceso de urbanización, el incremento de los niveles educativosde la población, la creciente participación femenina y la mayor disposición de tiempo libredebido al envejecimiento de la población y la esperable reducción del tiempo de trabajo,son todos factores que potencian el desarrollo de las industrias culturales. De hecho, éstasmuestran en la última década tasas de crecimiento superiores a las de la economía en suconjunto .
Es sabido que para la existencia de determinadas industrias culturales se requiere de uncierto nivel de desarrollo económico. Por ejemplo, según señala la Organización de lasNaciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, bajo un umbral dedesarrollo social y económico no existe producción cinematográfica. Se ha probadoestadísticamente que con un producto nacional bruto per cápita igual o menor a 1.200dólares y/o un Indicador de Desarrollo Humano de 6.00, es muy difícil desarrollar unaproducción cinematográfica . Chile, con un ingreso per cápita que ya bordea los seis mildólares, ha visto surgir y crecer una industria cinematográfica promisoria.
Chile –como todo país que alcanza un determinado nivel de desarrollo económico yeducacional– tenderá, cada vez más, a generar bienes protegidos por las leyes de propiedadintelectual y del derecho de autor. Estos productos culturales tienden a ubicarse dentro delas áreas de mayor crecimiento de la economía mundial y, además, promueven intercambiospara su producción, promoción o circulación a tal escala que los convierten en el sector másglobalizado de la economía: “En la Europa de los Quince, por ejemplo, alrededor de cincomillones de personas están ocupadas en trabajos culturales y su labor justifica un 2% delPIB. Ello supone un nivel de empleo y creación de riqueza superior al de la industria delautomóvil, la energía o la agricultura” .
A ello debe agregarse que en las economías modernas la especificidad artística de losproductos, el diseño, la publicidad y el marketing, se han constituido en un valor agregadosignificativo, lo que convierte a la cultura en un valor y una ventaja para los países y lasempresas en su capacidad competitiva. Por eso podemos afirmar que el arte y la culturailuminan al país y son factores decisivos en su proyección a futuro.
Inequidad en el acceso
La realidad cultural del país, sin embargo, es paradójica: un reciente estudio del ConsejoNacional de la Cultura y las Artes sobre consumo cultural y uso del tiempo libre en la RegiónMetropolitana, revela que el 63.8% de las personas considera que hoy es más fácil accedera bienes y servicios culturales que hace cinco años atrás. Asimismo, dicho estudio, enconcordancia con el Censo 2002, pone de manifiesto el mejoramiento de la infraestructuray del equipamiento de los hogares chilenos, que permite acceder a bienes y serviciosculturales desde el hogar. Consistentemente con ello, se revela una fuerte tendencia a laatomización del consumo cultural, el que se realiza principalmente en la intimidad del hogary a través de los medios de comunicación.
Los niveles y posibilidades de acceso a la cultura han cambiado radicalmente, lo que esreconocido por los chilenos. El 93,8% de las personas acostumbra a ver televisión y el90,6% a escuchar la radio. El 41,2% de la población mayor de 15 años utiliza Internet,especialmente como medio de comunicación (mail y chat). Entre los sectores de escasosrecursos este acceso se da fundamentalmente gracias a los cybercafés u otros lugarespúblicos (34,5%). Cerca del 40% de la población lee libros, especialmente novelas, y enel 42,8% de los hogares existen bibliotecas de más de cincuenta libros .
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20 Por ejemplo, el año 2000, el crecimiento de las actividades económicas culturales fue de un 10,5%, mientras que elcrecimiento de la economía nacional fue de un 4,4%. Fuente: “Impacto de la Cultura en la Economía. Participación de algunasactividades culturales en el PIB. Indicadores y fuentes disponibles”, Departamento de Estudios, Consejo Nacional de la Culturay las Artes y Convenio Andrés Bello, Santiago de Chile, 2003, p.36.21 UNESCO, A Survey on National Cinematography, 1997, citado por “Impacto de la Cultura en la Economía Chilena.Participación de algunas actividades culturales en el PIB y evaluación de las fuentes estadísticas disponibles”, Unidad deEstudios, División de Cultura, Mineduc, Santiago de Chile, 2001, p.20.22 Ibid. p. 19.23 CNCA e INE, “Encuesta sobre Consumo Cultural y Uso del Tiempo Libre en la Región Metropolitana”, Santiago de Chile, 2004.24 Ibid.
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El mismo estudio revela, sin embargo, la inequidad en el acceso a los bienes y serviciosculturales si se excluye la televisión y la radio. En efecto, más del 93% de la población delsector socioeconómico bajo tiene un consumo cultural mínimo o bajo, es decir, se limita aescuchar radio, ver televisión y eventualmente leer periódicos o escuchar música. Poroposición, el 83% del sector socioeconómico alto tiene un consumo cultural medio y alto.
Entre los cambios que el país ha venido conociendo en los últimos años está el afianzamiento yconsolidación del sistema democrático, caracterizado por el respeto a los derechos humanos. Situacionesde común ocurrencia en el pasado reciente son hoy rechazadas unánimemente y la sociedad chilenase encamina hacia una creciente tolerancia y respeto a la diversidad. Por ello es preocupante el hechoque el 60% de la población se limite a un consumo cultural de pobreza, es decir, a un consumo culturalmarcado por la oferta de los medios de comunicación. Se ha demostrado que estos consumos mínimosestán asociados a falta de sociabilidad, menor valoración de la diversidad y menor valoración de lademocracia como forma de gobierno.
Expansión del mercado y desafío político
En resumen, Chile hoy es un país que conoce una expansión relevante del mercado, quetiende a convertirse en uno de los principios organizativos de la vida social. Al mismo tiempo,se observa un creciente proceso de individualización de las personas, por medio del cualéstas se despegan de los vínculos y hábitos tradicionales, que las encerraban yprotegían , fenómeno del que da cuenta, por ejemplo, una mayor complejidad de la sociedad,especialmente en el plano de los valores, creencias y modos de vida que adoptanautónomamente las personas.
Algunos de los síntomas de estos cambios son la emergencia del mercado y el consumocomo fuentes de reconocimiento e identidad para las personas. Con todo, para muchos elacceso al mercado y al consumo es más una aspiración y un bien simbólico que una realidad,dadas las enormes brechas en la distribución del ingreso y de las oportunidades. Por ejemplo,de acuerdo a la encuesta nacional realizada en 2001 por el Programa de Naciones Unidaspara el Desarrollo (PNUD) , la mitad de las personas se percibe a sí misma como “perdedora”frente al sistema económico y el 70% manifiesta sentimientos de inseguridad, enojo opérdida respecto del mismo. La sensación de impotencia se expresa en la idea que vivimosen un sistema que parece funcionar a la perfección, pero del cual existe la sospecha dehaber quedado al margen . O, al decir de Jorge Larrain , las mayores satisfacciones materiales,la ampliación del consumo y el crecimiento económico, han tenido efectos paradójicos yaque muchos chilenos viven agobiados e inseguros debido al endeudamiento, la carga laboral,la congestión de las ciudades y la delincuencia creciente.
Por ello, se puede afirmar que el cambio cultural en marcha no es ajeno a un cierto malestarderivado de la escasa inteligibilidad de los cambios emprendidos. Este hecho otorga a lapolítica una ineludible dimensión cultural y le da a las políticas culturales una centralidadfundamental en la construcción de un proyecto país hacia el Bicentenario.
En otras palabras, el Bicentenario nos encontrará con un país comprometido con un procesode desarrollo económico y modernización acelerado, en donde la demanda por igualdad enel acceso a la cultura estará en el centro de las aspiraciones colectivas, y esto en un contextoen donde los requerimientos culturales tenderán no sólo a aumentar en cantidad y calidad,sino también a hacerse más complejos.
Recogiendo el mismo espíritu de progreso que animó a los chilenos en el Centenario de laRepública y que dio paso al desarrollo de grandes obras e ingentes esfuerzos por elevar lacultura y el progreso social de Chile, el Bicentenario estará marcado por los desafíos propiosde una sociedad democrática en proceso de modernización, que reconoce en su pluralidady diversidad cultural su principal riqueza, y ante la cual aspira legítimamente a un desarrolloequilibrado de todos sus habitantes y en cada una de sus regiones.
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25 Lechner, Norbert, Los Desafíos Políticos del Cambio Cultural, en “Nuestros Desafíos Democráticos, Cuadernos” de Trabajo, Nº1, Santiago de Chile, 2004, p.1226 PNUD, “Nosotros los chilenos: un desafío cultural. Informe sobre el desarrollo humano en Chile”, Santiago de Chile, 2002.27 Lechner, p.17.28 Larraín, Jorge, “Identidad Chilena”, Editorial LOM, Santiago de Chile, 2004, pp. 253-255.
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III.- PRINCIPIOS DE LA POLÍTICA CULTURAL
1- Afirmación de la identidad y la diversidad cultural de Chile
La identidad es el conjunto de repertorios de acción, de lengua y de cultura, que permitenque una persona reconozca su pertenencia a un cierto grupo social y se identifique con él.La identidad se construye al calor de los procesos históricos y sobre un asidero real yconcreto, en un paisaje y en una geografía humana.
Identidad y diversidad cultural son complementarias, de modo que nunca será necesariolimitar ni ocultar la segunda a fin de preservar la integridad de la primera. El fortalecimientodel proceso de construcción de la identidad nacional, así como de las distintas identidadesregionales y locales que existen en el país, responde a la necesidad de preservar y cultivaruna singularidad que nos permita tener un lugar propio y visible en el mundo sin fronterasque la globalización trae consigo. Sólo de esa manera la globalización será un proceso queacabará produciendo un resultado más rico y diverso, diferente de aquel que generaría lasimple hegemonía de una determinada cultura nacional a escala mundial.
La diversidad es, por esa misma razón, un principio de carácter universal. El orden jurídicointernacional y los estados nacionales reconocen el deber de defender el principio de ladiversidad cultural y las políticas que permitan que dicha diversidad se exprese.
La diversidad cultural, por otra parte, constituye un bien para la sociedad chilena y debeser vista como la forma normal en que en una sociedad democrática y plural se expresanlos diferentes sectores y grupos que la componen. La necesaria cohesión social que el paísrequiere para compartir metas nacionales de interés común parte por el respeto de esadiversidad y el reconocimiento de la igualdad de derechos y oportunidades de todos loschilenos y chilenas.
La identidad cultural del país en un mundo globalizado supone la afirmación de nuestrossueños y de nuestra memoria. De allí, entonces, la necesidad de alcanzar como Nación uncada vez mayor espesor cultural, de modo que en el proceso de globalización, actualmenteen marcha, ocupemos la posición de interlocutores culturales y no la de meros receptoresde productos venidos de otras latitudes.
2- Libertad de creación y expresión
La libertad de creación, producción y difusión artística y cultural constituye un derechofundamental que el Estado reconoce, asegura y promueve tanto en su Constitución Política..como en pactos y tratados internacionales suscritos por Chile.
Una de las herramientas indispensables para asegurar la libertad de creación es garantizarla protección de los intereses morales y patrimoniales de los autores. Es este un factorindispensable para promover tanto las nuevas propuestas artísticas como las expresionestradicionales. Se trata no sólo del ejercicio de las prerrogativas de los autores, sino sobretodo de garantizar a todas las personas una oferta cultural constante, renovada y rica endiversidad.
El Estado debe llevar a cabo una acción sostenida que estimule la creación de los nuevoscontenidos de nuestra cultura, y hacerlo en forma preferente entre los grupos carenciadoseconómicamente o geográficamente aislados.
La libertad de creación requiere también de condiciones para la producción y difusión delas obras, lo que significa que la sociedad debe garantizar el acceso plural de las produccionesartísticas a los medios de comunicación, de comercialización y de distribución cultural. Lapromoción se efectúa, también, apoyada por los recursos que el Estado destina a la creación,producción y difusión de las artes y la cultura, en especial mediante modalidades concursables.
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29 Constitución Política de la República de Chile, capítulo III, artículo 19, números 12 y 25.
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3- Participación democrática y autónoma de la ciudadanía en el desarrollo cultural
Lo que sucede en el orden cultural dentro de una sociedad acontece antes por la libreiniciativa de las personas y de las organizaciones que por una actividad deliberada de partedel Estado. De lo anterior se concluye que el papel preferente de este último se refiere ala creación y promoción de las mejores condiciones posibles para que las expresionesartísticas y las manifestaciones culturales puedan surgir, difundirse y ser apreciadas por elpúblico libre y espontáneamente.
Por ello el Estado –garantizando las libertades y el derecho de asociación– estimula y apoyaa la sociedad y a las personas en su manifestación y apreciación artística y cultural.
La participación de los ciudadanos en cultura implica también el reconocimiento de suderecho a recibir una información oportuna y veraz, así como del deber del Estado degarantizar una educación para la creatividad y la apreciación de la cultura. Ciudadanosdotados de un espíritu crítico y reflexivo, con formación y conocimiento de las expresionesartísticas, con acceso permanente a ofertas culturales de interés, constituirán sujetos activosdel desarrollo cultural.
4- Rol insustituible y deber del Estado
El papel insustituible del Estado se refiere a la conservación, preservación y difusión delpatrimonio cultural, así como a la creación y promoción de las mejores condiciones posiblespara que las expresiones artísticas y las manifestaciones culturales puedan surgir, difundirsey ser apreciadas por el público libre y espontáneamente.
El Estado no define el tipo de cultura que conviene a la sociedad, aunque tampoco renunciaa tener una presencia en el campo cultural que le permita favorecer las condiciones quehacen posible tanto la libertad de los creadores como el libre albedrío de las audiencias apreferir y escoger entre diferentes bienes culturales. En virtud de su rol debe convocar atodos los sectores, especialmente al privado, a sumarse a esta tarea de bien común.
De este modo, el Estado reconoce tanto el deber como el derecho de establecer unainstitucionalidad coherente con la presencia que le corresponde tener en el ámbito cultural,y con las condiciones que le cabe crear y favorecer para el desarrollo cultural del país. Unainstitucionalidad que, en el sentido amplio del término, comprende al conjunto de losinstrumentos legales, administrativos, de gestión, financieros, de infraestructura y otrosque el Estado pone al servicio de la cultura, tanto a nivel nacional, regional y comunal. Enun sentido estricto, este conjunto de herramientas se refiere al modo como el Estado reúne,organiza y hace operar con eficacia a los organismos gubernamentales que cumplen funcionesen el ámbito de la cultura.
La institucionalidad que el Estado adoptó recientemente en el ámbito cultural, empleandoesta expresión en el segundo de los sentidos antes indicados, tiene que constituirse ellamisma en una instancia abierta y suficientemente participativa que, junto con dar ejecucióna la presente política, promueva el continuo análisis, discusión y perfeccionamiento depolíticas culturales.
5- Educar para la apreciación de la cultura y la formación del espíritureflexivo y crítico
La educación y el proceso formativo incluyen la socialización de las personas, el conocimientode las cosas útiles y la percepción y el goce de los objetos culturales, patrimoniales yartísticos.
La finalidad última de la educación es la cultura; de lo contrario, ésta se convierte en unmero adiestramiento. Nuestras carencias educativas constituyen nuestro principal problemacultural. La cultura no es viable sin la educación y ésta no tiene sustancia sin la cultura.Ambas exigen ser consideradas en su reciprocidad, en su mutua dependencia.
El proceso educativo integral supone entonces la educación para la apreciación de la cultura,
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la cual debe aspirar al más amplio desarrollo de la personalidad en todas sus posiblesdirecciones. Ello sólo es posible si se estimula, tempranamente y a lo largo de toda laexistencia, la creatividad, el espíritu reflexivo y crítico, y la capacidad innovadora de laspersonas. En esta tarea, los profesores tienen un rol protagónico ineludible.
6- Preservación, conservación, difusión del patrimonio cultural yrescate de la memoria
Así como el Estado asume una presencia activa a fin de favorecer la libertad de los creadoresy la del público en general, del mismo modo adopta un papel decidido en la conservación,preservación y difusión del patrimonio cultural de la nación, constituido por bienes tangibles,muebles e inmuebles, como también intangibles. Asimismo crea las condiciones y losestímulos para que la sociedad civil tome debida conciencia del valor de nuestro patrimonioy se comprometa también con su resguardo y gestión.
Del mismo modo el Estado asume la responsabilidad de resguardar y proteger el patrimoniovivo del país y rescatar la memoria como un componente esencial de la identidad.
La educación patrimonial tiene que incluir la percepción y valoración no sólo de las actualesexpresiones artísticas y manifestaciones culturales, sino también la de aquellos bienes queforman el patrimonio cultural de la nación y hacen parte de la identidad de ésta.
7- Igualdad de acceso al arte, los bienes culturales y las tecnologías
La mayor igualdad de oportunidades a que aspiramos como sociedad es también un principioorientador en el campo del arte y la cultura. Por otra parte, la mayor equidad que anhelamosen la distribución de los bienes disponibles debe conseguirse no sólo en el reparto de losbienes materiales más básicos, sino también en la de los bienes artísticos y culturales.
El Estado reconoce y promueve el derecho del público para desarrollar preferencias y escogeruna variedad amplia y directa de propuestas artísticas y culturales. La igualdad de accesoal arte y a la cultura debe ser promovida no sólo en cuanto al goce de las distintas expresionesartísticas y manifestaciones culturales, sino también en las oportunidades que debe tenercada persona para intervenir activamente en la creación de tales expresiones y manifestaciones.
No obstante, los diferentes grupos que componen la sociedad intervienen y participan enforma desigual de la herencia cultural. A medida que descendemos en la escala económicao educacional, disminuye la capacidad de apropiación del capital cultural transmitido. Porello, no basta la difusión y la democratización del acceso al patrimonio consagrado comoportavoz de valores reconocidos socialmente; resulta necesario, también, fomentar elsurgimiento de nuevas posibilidades de apropiación cultural que, a su vez, permitan laconstitución de nuevos patrimonios.
En relación con la doble dimensión de este principio, debemos procurar expandir el consumode los medios tradicionales de comunicación de los bienes culturales, como el libro, el discoo las películas, y adoptar el uso de progresos tecnológicos recientes que han creado nuevosmedios, tanto electrónicos, audiovisuales como informáticos –que, por un lado, facilitan laproducción y reproducción de los bienes culturales y, por la otra, simplifican su difusión ydistribución– a sectores cada vez más amplios de la población, cuidando la búsqueda dedesarrol los tecnológicos apoyados en softwares asequibles para todos.
8- Descentralización de la política cultural y desarrollo cultural equilibrado
El gobierno y administración interior del Estado divide el territorio de la República en regiones.Un principio básico es la búsqueda de un desarrollo territorial armónico y equitativo quealcance a todas las regiones, así como a todos sus habitantes .30
30 Constitución Política de la República de Chile, capítulo XIII, artículo 104.
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La descentralización que queremos para el país debe alcanzar al diseño de políticas culturales,a la ejecución de las mismas, a la evaluación de sus resultados y a los recursos de gestión,financieros y de infraestructura, que el Estado pone al servicio de la cultura, con el propósitode conseguir un desarrollo cultural equitativo y armónico de todas la regiones del país.
La descentralización de la política cultural implica también un reconocimiento de lasespecificidades y características culturales de las distintas regiones de Chile. Esto llevaaparejado la implementación de programas acordes con dichas particularidades, y la necesidadde potenciar el desarrollo de las identidades locales que dan vida y personalidad a lasregiones.
9- Profundizar la inserción en el mundo
Chile está en un camino de creciente profundización de su inserción en el mundo. La identidadcultural del país es un proceso en permanente formación que se realiza a través de laafirmación de los valores propios y el diálogo con otras culturas. Los valores universalesde la cultura humana, que se expresan en el arte y la ciencia, deben ser transmitidos sintrabas en todos los países del orbe, pues son estas obras los factores educativos fundamentalesdel progreso y el desarrollo del espíritu del hombre.
Latinoamérica es el contexto principal de nuestro diálogo cultural, por cuanto es parteprivilegiada del proceso de construcción de nuestra identidad. Del mismo modo, cultivamosuna relación particular con Europa, continente y cultura a los que estamos asociadoslingüística, valórica y artísticamente y, por cierto, con Norteamérica, región de la que noes posible sustraerse, no sólo porque allí es donde se producen las principales innovacionesy buena parte de los bienes culturales y simbólicos que circulan en el mundo, sino tambiénporque allí se encuentra una importante comunidad hispanohablante. Con el conjunto deestas regiones compartimos los valores de la modernidad, de los derechos humanos eindividuales, de la democracia, la tolerancia religiosa y la libertad de expresión.
Sin perjuicio de lo anterior, nuestra cultura aspira a conocer y darse a conocer, a relacionarsee intercambiar con otras culturas más distantes, especialmente aquellas del Asia Pacífico.Dada la inserción creciente de nuestro país en el contexto de los países de la cuenca delPacífico, buscamos un intercambio más diverso y equilibrado entre nuestra cultura y la deotras regiones del mundo.
Especial relevancia tienen las relaciones culturales con los países vecinos, las que, además,adquieren connotaciones particulares en los casos de las regiones que tienen una activainterrelación con países fronterizos.
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IV.- LINEAS ESTRATÉGICAS, OBJETIVOS Y MEDIDAS A IMPULSAR EN EL PERIODO 2005-2010.
Siendo misión de la nueva institucionalidad cultural promover un desarrollo cultural armónico,pluralista y equitativo entre los habitantes del país, a través del fomento de la creación,producción y difusión de la creación artística nacional, así como de la preservación, promocióny difusión del patrimonio cultural chileno, adoptando iniciativas públicas que promuevanuna participación activa de la ciudadanía en el logro de tales fines, los ámbitos sobre loscuales una pol ít ica cultural de mediano plazo debe pronunciarse son:
1. La creación artística y cultural2. La producción artística y cultural y las industrias culturales3. La participación en la cultura: difusión, acceso y creación de audiencias4. El patrimonio cultural: identidad y diversidad cultural de Chile5. La institucionalidad cultural
1. Creación Artística y Cultural
El objetivo en este ámbito es:
1.1- Apoyar al artista en la creación de sus obras, desarrollando instancias parauna formación de excelencia, facilitando los medios para producir y difundir sustrabajos y mejorando las condiciones para una adecuada inserción en la sociedad.
La creación artística constituye la expresión más elevada del quehacer cultural. Esta sedespliega en diferentes disciplinas, tales como la literatura, la música, las artes escénicas(teatro, danza), las artes visuales, las audiovisuales, las artes tradicionales y el folclore.Si bien a cada disciplina artística le son inherentes determinados medios de expresión, lacreación no conoce limitaciones de forma ni de extensión, y supone un alto nivel de ejerciciode la libertad.
La tarea creativa es autónoma y autosuficiente. Sin embargo, toda obra artística estádestinada a ser comunicada. Por ello las dimensiones de producción y difusión o circulaciónson vitales para fortalecer el proceso creativo.
Actualmente, la formación de artistas es apoyada a través de escuelas especializadas decarácter universitario y escolar, y simultáneamente se busca estimular los proyectos y lacreatividad de los artistas a través de fondos concursables y premios.
La formación inicial de los jóvenes talentos se realiza, entre otras instancias, a través delas escuelas artísticas. Estas se encuentran en todas las regiones de Chile, alcanzando unamatrícula de 16.507 alumnos (hasta enero del año 2005). No obstante el esfuerzo que estasescuelas representan, no siempre es factible la continuidad curricular de los talentos quese identifican en estos semilleros, siendo necesario garantizar dicha continuidad y mejorarsignificativamente la calidad de la enseñanza artística que reciben.
La formación profesional es entregada fundamentalmente por el sistema universitario. Hayallí una importante tradición que explica en gran medida el desarrollo cultural del país ylos niveles de excelencia que han alcanzado algunas disciplinas. En la actualidad, tanto enel sistema universitario público como en el privado, se desarrollan carreras artísticas, posttítulos y estudios de post grado que se expanden de manera significativa. Sin embargo, nose cuenta con un sistema de acreditación que comprometa la calidad de la enseñanza, ylas escuelas se encuentran altamente concentradas en la ciudad de Santiago..
Uno de los problemas que es posible destacar en el ámbito de la formación y el estímulode la creatividad, es el relativo -y paradójico, si se considera el nivel de inserción del paísen los mercados externos- aislamiento de los artistas nacionales respecto de los circuitos
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31 De las casi 90 carreras artísticas universitarias que se imparten en Chile, 62 de ellas se encuentran en la Región Metropolitana(Fuente: Mineduc y CNCA).
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internacionales más relevantes, lo que se manifiesta tanto en la etapa formativa como enla de la producción artística.
Por otra parte, se requiere implementar espacios a nivel regional en los que se produzcala sinergia entre artistas, universidades, medios de comunicación y otras instancias propiasdel contexto político-cultural de nuestro país, que es la manera en que Chile ha potenciadohistóricamente la creación artística.
Finalmente, se aprecian dificultades para que la sociedad chilena tenga una mejor valoraciónde la labor creativa y de la innovación, reconociendo allí una fuente de la construcción nosólo de su propia identidad sino de su capacidad para relacionarse con los otros.
Con el propósito antes señalado, el esfuerzo del país en el ámbito de la creación artísticay cultural deberá estar centrado en las siguientes medidas:
1. Incorporar la educación artística al sistema de acreditación de la educación superiory consolidar los objetivos fundamentales y contenidos mínimos en las escuelasartísticas del sistema escolar. Asimismo, estas escuelas deberán generar su propiosistema de acreditación.
2. Desarrollar programas permanentes de estímulo, formación y apoyo a nuevostalentos artísticos, insertos tanto en el sistema de educación general como en laenseñanza artística especializada, sustentados en un sistema de becas y reconocimientoespecial.
3. Posibilitar la participación de los artistas en el proceso formativo a nivel escolar,mediante la creación de nuevos mecanismos que permitan su desempeño docente.
4. Identificar y fomentar polos de desarrollo artístico regionales en donde converjancondiciones políticas, económicas, culturales y sociales, de infraestructura y defomento a la creación. Establecer un sistema de incentivos económicos, incluidos lostributarios, y apoyar su formación a través de fondos concursables que privilegieniniciativas artístico culturales de calidad, asociadas a medidas estratégicas de desarrollode dichos polos.
5. Creación del Fondo Bicentenario, destinado a subvencionar proyectos de excelenciaasociados a colectivos artísticos estables en todas las disciplinas, con programasconvenidos por períodos de tres a cinco años y con alto impacto a nivel de audiencias.
6. Inscripción del país en los circuitos artísticos internacionales, desarrollando entorno al Bicentenario iniciativas tales como una Bienal Internacional de las ArtesVisuales con énfasis en América Latina. Esta debe convertirse en un hito para afirmarla identidad y proyección internacional del arte chileno.
7. Adopción de un seguro estatal para la exhibición temporal de obras extranjeraso chilenas en el exterior, con el objetivo de potenciar el intercambio cultural y lapresencia de nuestros artistas en el mundo.
8. Creación de un Centro Nacional que contenga, de acuerdo a los estándaresinternacionales, espacios para la representación de las artes escénicas y de la música.Ello debe asegurar óptimas condiciones para la interpretación escénica y la ejecuciónde todo tipo de música.
9. Aprobación de una nueva legislación de derechos de autor y conexos que asegurea los autores la libertad de creación y la protección de sus obras y realizacionesartísticas, en acuerdo a los desafíos que imponen las nuevas tecnologías y conformea los estándares internacionales de protección.
10. Establecer mecanismos apropiados para el control y cumplimiento de la legislaciónlaboral de los artistas, así como velar por el cumplimiento de las normas que regulanel estatuto legal y laboral de artistas extranjeros en el país. En particular, se impulsaráun programa especial de afiliación de artistas y trabajadores de la cultura a lossistemas de seguridad social.
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2.- Producción Artística y Cultural e Industrias Culturales
El objetivo en este ámbito es:
2.1.- Promover el desarrollo de una industria cultural que aporte al crecimientode la oferta de bienes y servicios culturales en el país, y que asegure la difusiónde la creación artística y del patrimonio nacional.
Las industrias culturales permiten poner al alcance de amplios sectores los bienes culturalesque en el Chile del siglo XIX sólo podían consumir las elites y socializan con notable eficiencialos sentidos y bienes simbólicos que conforman la identidad del país. Estas industrias “estánconformadas por el conjunto de actividades de producción, comercialización y comunicaciónen gran escala de mensajes y bienes culturales que favorecen la difusión masiva, nacional einternacional, de la información y el entretenimiento y el acceso creciente de las mayorías”.-
La materia prima de las industrias culturales es una creación protegida por los derechosde autor y fijada en un soporte físico o electrónico producido, conservado o difundido enserie, el cual se articula según las lógicas del mercado y la comercialización , así comofrente a las necesidades del desarrollo cultural del país. Su naturaleza compleja obliga amejorar la coordinación intraestatal para generar instrumentos eficaces de fomento a estaindustria y, en última instancia, obliga particularmente a considerar la cultura como unsector de la economía del país.
En Chile se discute si su contribución al Producto Interno Bruto es del orden del 1,3% odel 2,8% según las metodologías y criterios que se utilicen para medirla. Como sea, locierto es que en las economías modernas éstas juegan un papel crecientemente importante,como lo demuestra la experiencia internacional. A modo de ejemplo, valga citar los casosde Francia y México .
La fuerte concentración de las industrias culturales en el espacio multinacional, obliga apreocuparse de la preservación y difusión de los repertorios locales, regionales y nacionales.Es necesario por ello promover el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas industriasculturales nacionales y regionales, las que deben contar con medidas de apoyo y fomentoadecuadas, con el objeto de garantizar un espacio imprescindible para la oferta artísticade los creadores de una región o del país, así como para la preservación y difusión de lamemoria e identidades locales.
La piratería es otro fenómeno mundial que afecta el desarrollo de las industrias culturales.En Chile de acuerdo a la Encuesta de Consumo Cultural y Uso del Tiempo Libre realizadapor el INE y el CNCA, el 25% de las personas que compran CD, 11% de quienes adquierenlibros y 8% de los que consiguen videos y DVD, declaran obtener estos productos dela calle , lo que impacta muy negativamente no sólo sobre las empresas sinoespecialmente sobre los derechos morales y económicos de los autores de las obras.
En la difusión internacional de la cultura chilena las industrias culturales también tienen unpapel fundamental que jugar. Las exportaciones de bienes culturales, sin embargo, son pocosignificativas aún, al punto que –a pesar de los esfuerzos de ProChile– no se ha terminadode cerrar una información confiable sobre su monto y volumen.
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32 Ponencia de Néstor García Canclini en Seminario Internacional previo a la 3ª Cumbre de Jefes de Estado y de Gobiernode América Latina, el Caribe y la Unión Europea, México DF, abril, 2004.33 Convenio Andrés Bello, “El aporte a la economía de las industrias culturales en los países andinos y Chile: Realidad yPolítica”, Informe Ejecutivo del Proyecto Economía y Cultura, Bogotá, 2001, p.734 Departamento de Estudios Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y Convenio Andrés Bello, “Impacto de la Cultura enla Economía. Participación de algunas actividades culturales en el PIB. Indicadores y fuentes disponibles”, Santiago de Chile, 2003, p.3635 Convenio Andrés Bello, “El aporte a la economía de las industrias culturales en los países andinos y Chile: Realidad yPolítica”, Informe Ejecutivo del Proyecto Economía y Cultura, Bogotá, 2001, p.1136 En donde representan el 3,2% del PIB, según el documento de Xavier Dupuis “Economie et Management de la culture enFrance”, Francia, 2003, p.2.37 En donde representan 6,7% del PIB, según Ernesto Piedras, en su ponencia ¿Cuánto vale la Cultura? Contribución de lasIndustrias protegidas por el Derecho de Autor en México, Seminario Industrias Culturales: un aporte al desarrollo, Santiagode Chile, noviembre, 2004.38 Según “Encuesta de Consumo Cultural y Uso del Tiempo Libre en la Región Metropolitana”, CNCA-INE, Santiago de Chile, 2004.
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El país puede y debe plantearse metas ambiciosas para el año 2010 en este ámbito, talescomo contar con un sector de industrias culturales que aporte significativamente al ProductoNacional, implementar políticas para las industrias culturales que apoyen las etapas de lacadena productiva (creación, producción, distribución, exhibición y venta), como tambiénaumentar significativamente las exportaciones de bienes culturales y la participación chilenaen co-producciones en el ámbito iberoamericano. Con este horizonte de trabajo, debenimpulsarse las siguientes medidas:
11.- Desarrollar un Plan Nacional de Fomento de la micro, pequeña y mediana empresacultural, a través de programas e instrumentos de incentivo. El apoyo y fomentodirigido a las empresas culturales nacionales debe cautelar la independencia respectode los consorcios internacionales, y volcarse con especial énfasis en el ámbito regional.Para ello se deberán diversificar los instrumentos financieros de apoyo a las diferentesetapas de la cadena productiva de las industrias culturales, como los provenientesde la Corporación de Fomento (CORFO) , del Servicio de Cooperación Técnica(SERCOTEC) y otras instituciones del Estado, de la sociedad civil y privados.
12.- Modificar la ley 17.336 de propiedad intelectual, garantizando que a futurocontemple procedimientos y sanciones disuasivas efectivas que pongan freno a lapiratería y combata eficazmente a las organizaciones que lucran con ella. Asimismo,desarrollar programas de difusión y de educación en torno al tema del derecho deautor.
13.- Fomentar la integración de industrias y mercados a nivel iberoamericano, ya seaa través de coproducciones, el establecimiento de canales de co-distribución o laparticipación en fondos de fomento internacionales, entre otras medidas.
14.- Promover el desarrollo de un sistema abierto y exhaustivo de información de lasobras y producciones artísticas nacionales que haga disponible dicho catastro a nivelmundial, en especial en las redes digitales, como Internet, para asegurar la difusióny distribución de la creación artística chilena en la sociedad de la información. Esteserá un esfuerzo conjunto de las sociedades de gestión colectiva, integrando a lasindustrias culturales y los centros de creación y producción artística de la sociedadcivil, de las universidades y los centros de formación.
15.- Promover la reserva cultural en las negociaciones bilaterales o multilaterales delibre comercio. Ello implica una excepción o amplia reserva para las industrias culturales,aplicable a los conceptos de trato nacional y cláusula de nación más favorecida, a finde asegurar que lo dispuesto en dichos tratados no restringirá ni suprimirá cualquiermedida presente o futura que estimule y fomente el desarrollo de las industriasculturales del país.
16.- Impulsar la reconversión tecnológica, la modernización, la introducción de lasnuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) y el desarrollo de Interneten las industrias culturales locales, a través de su participación en fondos de fomentotecnológico existentes en el país.
17.- Crear, con el concurso y experiencia de Pro Chile y del sector privado, nuevaslíneas de proyectos en el área de exportaciones de bienes culturales, con especialénfasis en el desarrollo de estrategias de marketing, comercialización y distribuciónde libros, grabaciones musicales y películas.
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39 Sobre la base del programa desarrollado para apoyar la industria cinematográfica.
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3.- Participación en la Cultura: Difusión, Acceso y Formación de Audiencias
Más arriba hemos puesto el foco en los creadores y en las industrias culturales. Los ciudadanosy ciudadanas, en su condición de audiencia y agentes culturales, forman también parte delobjeto de una política cultural. Hablamos de participación en la cultura para connotar queel público no es un mero receptor pasivo del mensaje artístico o cultural. Por el contrario,se busca no sólo posibilitar la difusión de las creaciones artísticas sino también promoverla participación cultural de los ciudadanos y ciudadanas, así como también el acceso de lasmayorías a la cultura.
Tres son los objetivos planteados en este ámbito:
3.1- Crear y desarrollar más y mejores audiencias difundiendo la cultura, aumentandola infraestructura, estimulando la gestión, ampliando la formación para la apreciaciónde las artes e instando por una mayor calidad de los medios de comunicación.
Un objetivo fundamental de una política cultural de largo plazo es desarrollar la participacióny los públicos para el consumo cultural de calidad, democratizando el acceso a dichos bienes.Lo anterior es consistente con los umbrales de desarrollo que alcanzará el país en el marcodel Bicentenario.
Para ello la educación artística de los chilenos es fundamental. Debemos revalorizar laenseñanza del arte como forma privilegiada de promoción de los valores humanistas, delrespeto a la dignidad humana en sus más altas expresiones y de una ciudadanía acorde conlos valores de la individualidad. En la medida que el arte promueve competencias expresivasy comunicativas, su enseñanza es también un aprendizaje de la libertad, y su inclusión enla formación reforzará asimismo valores de responsabilidad y trascendencia.
En Chile el desarrollo de las audiencias es aún precario. Ello se debe en gran parte a laescasa masificación del consumo cultural de calidad, a la debilidad de los circuitos y compañíasestables, a la ausencia de medios de apoyo destinados a desarrollar las audiencias, y a ladébil formación cultural de base de las personas.
Como lo pone de manifiesto la Encuesta de Consumo Cultural y Uso del Tiempo Librerealizada en 2004 en la Región Metropolitana, ver televisión y escuchar radio (o música)son los únicos consumos culturales universales de los chilenos. La lectura de libros alcanzaal 39,7%, la asistencia al cine al 34,8%, la asistencia al teatro al 21,3%, la asistencia aconciertos al 20,5% y la asistencia a la danza a sólo el 11,3% de la población encuestada.
Asimismo, es relevante el hecho que el 60,2% de la población presente un consumo culturalmínimo o bajo, es decir, que aparte de los consumos generalizados (radio y TV), ésta nopasa de consumir dos o tres bienes culturales más, mientras que sólo el 14,3% de lapoblación presenta un índice de consumo alto (más de diez bienes o servicios).
En este sentido, es fundamental buscar potenciar el rol que juegan la radio y la televisióncomo principales componentes del espacio público, el cual hoy en día es ante todo un espaciomediático. El Censo 2002 muestra que el 89,2% de las personas viven en hogares quecuentan con aparato de televisión y que en promedio los chilenos ven tres horas de televisiónal día , mientras que el 90,6% de la población declara escuchar la radio habitualmente .
La televisión y la radio son la principal fuente de información y entretención de los chilenos,su principal consumo cultural, lo que no necesariamente implica que en éstas tenga unaadecuada difusión la cultura o la creación artística nacional.
Originalmente la televisión chilena se confió a las universidades y al Estado por considerarseque, en virtud de su inmenso poder de influencia, debían ser entidades públicas o educacionaleslas que operaran las estaciones. Esta opción fue cambiada radicalmente, abriendo la televisiónal sector privado e introduciendo la competencia por un financiamiento no subsidiado en
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40 Revista CNTV, órgano del Consejo Nacional de Televisión, Santiago de Chile, abril 2004.41 CNCA-INE, “Encuesta de Consumo Cultural y Uso del Tiempo Libre en la Región Metropolitana”, Santiago de Chile, 2004.
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el conjunto del sistema. Actualmente, la transmisión alcanza a 8 canales de televisiónabierta, públicos, universitarios y privados, de los cuales 5 cubren todo el territorio nacional.A esto se suma la televisión por cable que cubre más de 70 ciudades .
El desafío de crear más y mejores audiencias plantea requerimientos específicos en el ámbitode la infraestructura que no pueden soslayarse. Estos tienen que ver con la creación deespacios de excelencia para algunas disciplinas artísticas y de condiciones adecuadas parael trabajo artístico integrado, que permita generar circuitos virtuosos entre creadores dedistintas disciplinas y públicos, especialmente jóvenes.
Al respecto, cabe señalar que, a pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, elsector público invierte una cifra todavía insuficiente en infraestructura cultural. En efecto,entre los años 2000 a 2004, se invirtieron algo más de 15 mil millones de pesos, considerandoa todos los organismos y fondos involucrados .
También es importante fortalecer el rol de los medios de prensa escrita, multiplicar laspublicaciones y ampliar y diversificar los espacios destinados a las expresiones artísticas yculturales. La diversidad de medios, con pluralidad de contenidos, es fundamental parasostener una sociedad con capacidad creativa y consolidar el marco para un desarrollocultural sustentable.
Considerando lo anterior, con el propósito de fortalecer y desarrollar las audiencias para elarte y la cultura, se deberán impulsar las siguientes medidas principales:
18.- Promover la calidad de la televisión chilena, duplicando la programación culturalobligatoria en horario prime (de una a dos horas semanales), multiplicando los fondosconcursables en la perspectiva de llegar al 3% del avisaje, y fortaleciendo el liderazgodel Consejo Nacional de Televisión (CNTV) para la implementación de las nuevastecnologías digitales que marcarán el futuro de la televisión.
19.- Inducir por medio de estímulos una mayor difusión por parte de las radioemisorasdel repertorio musical chileno . Sin perjuicio de lo anterior, se procederá a realizar losestudios que conduzcan a una adecuada regulación del medio radial, en la perspectivade identificar y acordar medidas distintas de los estímulos , y que conduzcan a lamisma meta o finalidad de reforzar la difusión del repertorio musical chileno.
20.- Completar el programa de infraestructura cultural para el Bicentenario, reconvirtiendoedificios patrimoniales o construyendo y habilitando nuevos espacios que permitanla representación de las diferentes disciplinas artísticas, de modo de contar con almenos un centro cultural en cada comuna de más de 50 mil habitantes, conformandoasí una red nacional de difusión artística.
21.- Reforzar y mejorar la enseñanza de las disciplinas artísticas, el patrimonio y lagestión cultural en la educación formal renovando los programas y los métodosexistentes.
Fondart MOP FNDR Otros Total2000-2004 2.142.011 1.521.548 9.059.424 2.585.559 15.308.542
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42 Larraín, Jorge, “Identidad Chilena”, Editorial LOM, Santiago de Chile, 2004, p.243.43 Informe CNCA, Inversión en Infraestructura Cultural 2000-2004 (en miles de $)
44 Consejo Nacional de Televisión. Acuerdo que complementa normas sobre programación cultural. Diario Oficial 11-04-2003,define con precisión qué tipos de programas se consideran culturales, en qué horarios debe cumplirse la norma y cómo lasconcesionarias informarán al CNTV del cumplimiento de ella.45 Se entiende por música chilena no sólo la compuesta por autores nacionales sino también la ejecutada por intérpretesnacionales.46 Al respecto, vale la pena señalar que en economías modernas y de mercado se aplican normas de obligatoriedad relativasal tiempo de difusión de la música nacional. Por ejemplo, en Brasil, desde 1961 se impone una cuota de un 50% de músicanacional; en Australia, desde 1942, un 20% de música local; en Colombia, un 25% de tiempo para autores colombianos yun 35% para intérpretes nacionales desde 1975; en Nueva Zelandia, desde la ley dictada en 2001 se está implementando lacuota por etapas hasta llegar al 25% en 2006; en Francia, la ley del año 2000 exige 40% de tiempo para obras de expresiónfrancesa y en Alemania, está en discusión una ley que contemplará un 25% de tiempo para la música nacional. Fuente: Informede trabajo, Consejo de Fomento de la Música Nacional, 2005.
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Un segundo gran objetivo será:
3.2- Aumentar el acceso de los grupos de escasos recursos y de los gruposvulnerables a los bienes de consumo cultural, generando las condiciones inicialespara una relación permanente entre los miembros de estos grupos y la actividadcultural.
Las personas pertenecientes al estrato socioeconómico bajo , de acuerdo a la encuesta deconsumo cultural realizada por el CNCA y el INE en la región Metropolitana, están en granmedida excluidas del acceso a los bienes culturales y artísticos, limitando su consumocultural a actividades realizadas en sus domicilios, esto es: ver televisión, escuchar radioy oír música.
El 93,6% de este segmento tiene un consumo cultural considerado bajo o mínimo , es decir,se encuentran excluidos de las actividades culturales que ocurren fuera del ámbito de losmedios de comunicación. Por otro parte, sólo el 0,1% tiene un consumo cultural alto, queincluye más de diez bienes culturales diferentes.
Entre los sectores de escasos recursos, sólo el 17,9% ha leído un libro en los últimos docemeses (aunque cerca de un 30% declara que le gustaría leer en su tiempo libre), sólo el6,1% ha asistido al cine, y no más del 6% ha participado de un espectáculo escénico deteatro o danza.
La situación que afecta a los adultos mayores no es mejor. A pesar de constituir una poblacióncon disposición de tiempo para participar activamente de la vida cultural, lo cierto es quesólo el 5,7% ha concurrido al cine en el último año, y no más del 13% ha participado deespectáculos en vivo, sean estos de música, teatro, danza u otros.
Los minusválidos tampoco encuentran facilidades para acceder a la cultura. La propiainfraestructura carece de consideraciones hacia las personas discapacitadas físicamentepara hacer viable su participación en la vida cultural.
Los esfuerzos que hacen muchos de los municipios del país por acercar la cultura a losciudadanos, especialmente en la época estival, organizando festivales de teatro, música,espectáculos artísticos gratuitos o al alcance de los habitantes de cada comuna, son la baseprincipal de la participación de los sectores de bajos ingresos en la actividad cultural.
Estos datos, como es evidente, chocan abiertamente con los principios enunciados másarriba, especialmente con aquel que se refiere a la igualdad de acceso a la cultura y el arte.
Por ello nos proponemos como meta que los estratos socioeconómicos bajos y los adultosmayores, tanto a nivel nacional como regional, se ubiquen, de aquí al Bicentenario, en elnivel actual en los indicadores que miden el promedio de consumo de bienes culturales enel país.
Las medidas que podrían hacer posible el cumplimiento de este ambicioso pero ineludibleobjetivo son:
22.- Fortalecer las iniciativas municipales de difusión artística y cultural a través dela creación de un Fondo de Fomento que las potencie y garantice una relación mássistemática del CNCA con los municipios.
23.- Incorporar, a través de programas específicos, la dimensión cultural en la laborde los organismos del Estado encargados de los sectores vulnerables (Fondo deSolidaridad e Inversión Social (FOSIS), Instituto de Normalización Provisional (INP),Chile Barrio, entre otros).
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47 De acuerdo a la definición del Instituto Nacional de Estadísticas, el sector socioeconómico bajo corresponde a los dos decilesinferiores de clasificación socioeconómica, equivalente a los niveles D y E. En el contexto de la encuesta de consumocorresponden al 43% de la RM, y al 55,1% del país (Fuente: Censo 2002).48 CNCA-INE, “Encuesta de Consumo Cultural y uso del Tiempo Libre en la Región Metropolitana”, Santiago de Chile, 2004.
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24.- Lograr que el 100% de la infraestructura cultural cuente con programas deacceso que contemplen las necesidades de la población discapacitada y adultosmayores.
25.- Intensificación de los días de las artes y el patrimonio (el cine, el patrimonio, lasartes visuales, la música, la danza, el teatro, la artesanía y el libro), enfatizando enestas fechas el acceso de los sectores de menores ingresos a las actividadesplanificadas y otorgando a los municipios un rol central en la ejecución delas mismas.
26.- Fortalecer el criterio de retribución en los proyectos concursables, lo que implicaque los ganadores deben realizar actividades gratuitas hacia los públicos máscarenciados.
Un tercer objetivo en este ámbito será:
3.3- Fomentar la participación y la organización ciudadana descentralizada confines culturales.
Por participación ciudadana en cultura entendemos la capacidad y el interés de las personas,organizaciones sociales y de la sociedad civil, por asumir acciones en los campos de lacreación artística, de la producción y difusión de objetos culturales y de la preservación ybuen uso del patrimonio. Mejorar la calidad de esta participación supone una labor de apoyoy de creación de condiciones por parte del Estado.
En nuestro país la cultura no es aún una tarea de todos los chilenos y a veces sólo conciernea los directamente involucrados en la creación artística. Los chilenos pueden tomar un rolprotagónico en el desarrollo de la creatividad nacional. Para ello, contamos con un interéscreciente de los ciudadanos, que se expresa en la existencia de 4.225 agrupaciones culturalesen el país , en los movimientos de aficionados y la gestión de voluntarios, entre otrasiniciativas de desarrollo que surgen desde la sociedad civil. Asimismo, el país cuenta conun interesante número de personas que ejercen prácticas culturales. Como quedó demanifiesto en la ya comentada encuesta de Consumo Cultural en la Región Metropolitana,un 11,9% de los habitantes mayores de 15 años practica permanentemente alguna actividadartística, mientras que un 46,5% lo hace ocasionalmente.
Ello nos lleva a plantear la necesidad de potenciar la participación cultural de los chilenosy chilenas sobre la base de las siguientes medidas:
27.- Desarrollar un programa para los cultores aficionados que vincule la actividadcon los artistas profesionales a través de redes, escuelas, talleres y otras experienciasde este tipo.
28.- Lograr que los Gobiernos Regionales incorporen el desarrollo cultural como uneje de sus Programas de Desarrollo Regional de corto y mediano plazo, implementandoplanes y programas concretos de participación cultural de los ciudadanos.
29.- Fortalecer los vínculos con la llamada Región XIV, potenciando las relaciones eintegrando a las comunidades de chilenos en el exterior a la dinámica cultural delpaís, especialmente a los más jóvenes y a las generaciones nacidas en el exterior.
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49 Según la Cartografía Cultural 2001 se considera como Agrupaciones Culturales las agrupaciones artísticas, de bailesreligiosos, asociaciones gremiales y organizaciones culturales. En la cifra aquí indicada se considera además el número deinstituciones culturales sin fines de lucro destinadas a la promoción y el fomento cultural. Unidad de Estudios, “CartografíaCultural de Chile. Lecturas Cruzadas”. Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Santiago de Chile, 2003, pp. 25-28.
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4.- Patrimonio, Identidad y Diversidad
Los objetivos en este ámbito son:
4.1- Preservar, enriquecer y difundir el patrimonio cultural del país, aumentandola inversión e implementando modernas y creativas formas de participación porparte de la comunidad.
El patrimonio cultural es el conjunto de bienes materiales, inmateriales y naturales queforman parte de prácticas sociales, a los que –por un acto de voluntad explícita– se lesatribuyen valores a ser transmitidos de una época a otra, o de una generación a las siguientes.Comprende las formas de expresión, los modos de vivir y crear, las creaciones científicas,artísticas y tecnológicas, las obras y expresiones religiosas, los objetos, documentos y demásartefactos producto de manifestaciones artístico-culturales, las edificaciones y los conjuntosurbanos y sitios de valor histórico, paisajístico, artístico, arqueológico, paleontológico,ecológico y científico.
En Chile existe una carencia importante de cultura patrimonial, que afecta la construcciónde nuestra identidad y mina nuestra proyección en la comunidad internacional. Ello a pesardel esfuerzo desplegado, tanto desde el sector público y privado como de los municipios,por desarrollar programas de difusión del patrimonio e incorporar a éste en los circuitosturísticos a partir de catastros regionales o nacionales, tales como el Sistema Nacional deInformación Territorial, SNIT. Lenguas autóctonas que dejan de hablarse, paisajes que sedeterioran, edificios amenazados o destruidos, sitios arqueológicos abandonados,manifestaciones populares subvaloradas, producciones artísticas olvidadas y deterioradas,forman aún parte del paisaje cotidiano de nuestra realidad.
Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo, esta situación es “el resultadode una combinación de factores que incluyen una escasa valoración del patrimonio, arreglosinstitucionales inadecuados y ausencia de mecanismos que promuevan la cooperación entrelos actores” , en el ámbito del patrimonio. Es llamativo el hecho que, por ejemplo, sólo lasregiones de La Araucanía y Tarapacá cuenten con Archivos Regionales.
Especial atención merece el deber del Estado en cuanto a resguardar y proteger el patrimonioarqueológico que presentan diversas regiones del país.
Para cumplir el objetivo indicado, será necesario impulsar las siguientes medidas claves:
30.- Creación de un Instituto del Patrimonio que reúna a las entidades conatribuciones en esta área, actualmente dispersas, y promueva el aporte privadoa la preservación y su uso social. Dicha instancia administrará un Fondo Estatalde adquisiciones patrimoniales conformado por aportes públicos y privados, porlas herencias no reclamadas, daciones y un porcentaje de los bienes nacionalesenajenados. Además tendrá la misión de registrar, conservar y difundir el patrimonioinmaterial del país, reinvirtiendo regionalmente los recursos correspondientes.
31.- Contar con una nueva Ley de Monumentos Nacionales que potencie laconservación de los edificios con carácter histórico o artístico, apoye a los propietarios,garantice el cumplimiento de obligaciones mutuas (públicas y privadas) y promuevael reciclaje de inmuebles para evitar su obsolescencia.
32.- Creación de Archivos Regionales en todo el país –que conserven en diferentesformatos (digital, sonoro, papel, etc.) el patrimonio regional– a través de medidasque fijen obligaciones y recursos para el efecto a los gobiernos regionales.
33.- Creación del Centro Nacional de Difusión y Archivo de las Artes Escénicas, queregistre, investigue y preserve la memoria y el patrimonio del arte de la danza yel teatro y se convierta en una fuente de conocimiento de la historia de ambasdisciplinas.
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50 Rojas, Eduardo, “Valorización, Recuperación y Preservación del Patrimonio Urbano en Chile”, Banco Interamericano deDesarrollo, 2001.
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34.- Creación de la Cineteca Nacional que recupere, investigue y conserve el patrimoniofílmico, audiovisual y multimedial del país, para que se constituya en una fuente deconocimiento de la historia del cine, de la memoria y de la identidad cultural de loschilenos, y en un estímulo a la creación de los jóvenes.
35.- Creación del Museo de la Fotografía que resguarde el patrimonio fotográfico delpaís, lo organice de acuerdo a un criterio de autores y tendencias artísticas y seconstituya en un lugar de encuentro para las diversas iniciativas existentes en esteámbito.
36.- Creación, bajo el alero de la Biblioteca Nacional y a partir de las iniciativas encurso, de una Audioteca Nacional que reúna las grabaciones y partituras de la músicanacional en todas sus expresiones, y agrupe asimismo los trabajos de recopilación einvestigación musicológica, a fin de difundir y preservar el repertorio nacional parahacer disponibles los estudios relacionados con este género de obras.
37.- Crear un sistema de certificación de origen y características de la artesaníanacional, que permita garantizar la autenticidad de los productos y mejorar la calidad.
38.- Contar con un plan nacional de fomento al turismo cultural sustentable, vinculadoa la valoración de los sitios patrimoniales históricos, arqueológicos y naturales, conplanes de desarrollo que recojan las buenas prácticas existentes en el país y laexperiencia internacional al respecto. En este contexto, se ha de considerar tambiénel necesario financiamiento para el desarrollo de planes de gestión de los sitiosdeclarados y postulados Patrimonio de la Humanidad.
39.- Buscar la ratificación en el Congreso Nacional de la “Convención sobre las medidasque deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y latransferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales” de UNESCO, 1970.
4.2- Reconocer y proteger la diversidad cultural de Chile, potenciando la participacióncultural de los distintos grupos que conforman la nación y fomentando la expresiónde sus prácticas culturales.
La Nación chilena contiene en su seno diferentes etnias y culturas originarias distribuidasa lo largo del territorio, las cuales gozan de un reconocimiento particular y de unainstitucionalidad propia para la defensa y promoción de sus derechos. Entre los pueblosoriginarios de Chile se encuentran los Mapuche, los Atacameños, los Rapa Nui, los Huilliche,los Lafkenche, los Aimará, los Quechuas, los Collas, los Kawashkar o Alacalufe y los Yagán..
El Estado reconoce que los indígenas de Chile son los descendientes de las agrupacioneshumanas que existían en el territorio nacional desde tiempos precolombinos, que conservanpor ello manifestaciones étnicas y culturales propias, siendo la tierra el fundamento principalde su existencia y cultura.
Forman parte de las manifestaciones propias de las culturas originarias las lenguas, tradicionesorales, creencias, mitos, usos y costumbres, festividades, relatos y en general todos losconocimientos y manifestaciones por medio de los cuales se expresa la vida tradicional deestos pueblos.
El Estado ha reconocido el carácter multicultural de nuestra sociedad y ha desarrollado unainstitucionalidad específica para atender la problemática propia de los pueblos originarios,encabezada por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, CONADI. Esta necesidadsurge de la situación de expropiación, exclusión y abandono a la que han estado sometidoslos pueblos originarios históricamente y que se expresa en los altos índices de pobreza quemanifiestan estas poblaciones, en la desvalorización de sus creencias, usos y costumbres,en la pérdida de sus lenguas originarias y en un menoscabo general a su cultura.
El Programa de Educación Intercultural Bilingüe (EIB) impulsado por el Ministerio de Educación,
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51 Ley Indígena 19.253, año 1993.
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desarrolla acciones en 130 escuelas con alumnos indígenas de las regiones I, II, V, VIII,IX, X, XII, RM e Isla de Pascua. Este tiene dos líneas principales: una dirigida al DesarrolloCurricular de las escuelas adscritas al Programa, tendiente a la contextualización de loscontenidos y a orientar la práctica pedagógica con la participación de las familias y de lascomunidades. La otra línea apunta a la Formación de docentes bilingües, con el apoyo a laformación inicial de la Carrera de Pedagogía en EIB que imparte la Universidad Católica deTemuco y que beneficia a 90 estudiantes mapuches. También se apoya la formación inicialde la Carrera de Pedagogía en EIB que se imparte en la Universidad Arturo Prat de la IRegión, y que beneficia a 30 estudiantes aymaras. En la Región Metropolitana, particularmente,se apoya un fondo concursable para que diversas organizaciones puedan desarrollaractividades de promoción y enseñanza de las culturas y lenguas indígenas.
Junto a ello, se desarrolla el Programa Orígenes que se implementa en 162 escuelas de lasregiones I, II, VIII, IX y X, atendiendo a 6.483 alumnos correspondientes a Aymara,Atacameño y Mapuche. En La Araucanía, este programa cubre el 11,8% de las escuelas y,en la Región de Los Lagos, el 7,9% , impulsando el desarrollo de una propuesta pedagógica(planes y programas, textos, TIC) para esas comunidades, acorde a los lineamientos de lareforma educacional y en el marco de la Ley Indígena.
En el mismo plano de promover la diversidad de Chile, es justo reconocer a los afro-descendientes de la Primera Región, y se hace patente la necesidad de valorar los aportesy las contribuciones culturales de nuevos grupos que han comenzado a instalarse en el país,especialmente inmigrantes de origen argentino, peruano y boliviano , de cuyas identidadeses preciso dar cuenta para abrir espacios a su expresión.
En el marco de esta política cultural proponemos impulsar las siguientes medidas:
40.- Formación de un catastro de hablantes de lenguas originarias y habilitación delos mismos para la enseñanza en el idioma ancestral, con el objeto de cubrir a lospotenciales beneficiarios de los programas de educación intercultural bilingüe. De estaforma la enseñanza del idioma ancestral será la de una lengua viva que comunica unahistoria y una cultura.
41.- Creación de Academias de las lenguas originarias que ejerzan como autoridadeslingüísticas en sus respectivos ámbitos y promuevan el estudio, protección, cultivo ydifusión de las lenguas originarias.
42.- Asegurar recursos suficientes del presupuesto cultural para la conservación delpatrimonio de los pueblos originarios y el apoyo a sus prácticas culturales emergentes.
4.3- Promover la riqueza del lenguaje y la lectura, generando hábitos y mejorandoel acceso al libro.
La lengua es nuestro principal sistema de conocimiento, interpretación de la realidad,comunicación y reconocimiento identitario. Está presente en todas las actividades que serealizan en nuestra vida práctica, mediatiza la cultura y constituye su memoria históricaen todos sus aspectos. Existe una relación íntima entre lenguaje y pensamiento: la pobrezade vocabulario activo implica, por ejemplo, un empobrecimiento de nuestra capacidad deexpresión. En el lenguaje quedan inscritas nuestras ideas, nuestra visión de mundo, nuestrosvalores, nuestras costumbres y creencias, en él se ven reflejadas con todas sus diferenciasy distinciones cada una de las realidades, acciones, sentimientos, ideales y experienciasque hemos ido encontrando en nuestro camino histórico. La lengua segmenta y clasificaprimariamente nuestra realidad; es el sitio privilegiado de nuestra identidad, nuestro principalpatrimonio, y por ello debe ser estudiada, cultivada y difundida con esmero, valorada comofactor central de nuestra vida cultural y protegida de reducciones y distorsiones.
La lectura y la escritura, factores de importancia fundamental en el desarrollo del idioma,han sido históricamente los principales vehículos de transmisión del conocimiento y constituyen,
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52 Documento de trabajo, Programa Intercultural Bilingüe, Programa Orígenes, Mineduc, p.7.53 De acuerdo al Censo 2002, los grupos de inmigrantes más significativos son: Argentinos: 48.176, Peruanos: 37.860,Bolivianos: 10.919. Extranjería, Ministerio del Interior.
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sin duda, competencias esenciales para el desarrollo de las personas. Por ello, es uncomponente privilegiado de la educación. Un país pobre en lectores condena su capacidadde comprender el mundo.
En la misma medida que las personas sean capaces de leer y expresarse oralmente, tambiénserán capaces de participar en una sociedad democrática.
Por ello, no es raro que organismos internacionales como la Organización para la Cooperacióny el Desarrollo Económico, OCDE, recomienden “reforzar el rol de la lectura y el trabajo conlibros en la educación escolar y universitaria, desarrollando las capacidades de todos losniños y jóvenes chilenos para dominar las competencias básicas de la lectura y del manejode números, capacidades que forman el cimiento para desempeñarse en la sociedad globalde la información” .
Los avances que se manifiestan en los índices de publicaciones de libros y deconsultas en las bibliotecas , no alcanzan para desmentir la afirmación que en el país sele ha dado poca importancia al cultivo y protección del lenguaje oral y escrito, lo que seha visto agravado por un creciente deterioro de los hábitos de lectura entre los jóvenes.Al respecto, resulta indicativo que en Chile tengamos aproximadamente 0,6 libros impresosper cápita en un año , mientras que países como Argentina alcanzan 1,1 libros per cápita,España un 4,6 y Francia un 7,9. Hay también un desequilibrio regional en lo referido a lascasas editoras y a los canales de comercialización del libro: tenemos ocho regiones en lascuales no existen casas editoriales, y en la Región Metropolitana se encuentra el 42% delas 157 librerías o puntos de venta existentes en el país, en la región de Valparaíso el 13%y en la de Tarapacá el 6,3%, es decir 10 librerías . Los préstamos bibliotecarios, en cambio, ascienden a 0,12 libros per cápita en la Región Metropolitana mientras que en la SegundaRegión, la cifra es de 0,55 libros .
A lo anterior se agrega un palpable deterioro del lenguaje hablado entre los chilenos. Labúsqueda de cercanía con el público ha llevado a los medios de comunicación de masas auna banalización y vulgarización del lenguaje, a una despreocupación e indolencia en materiade lengua materna que ha tenido nefastas consecuencias, ya que termina limitando lacapacidad de expresión de las personas y empobreciendo la visión de mundo de los hablantes,así como su capacidad de categorización de la realidad.
Nuestra tarea es generar una nueva conciencia de la importancia de nuestra lengua maternay de las lenguas originarias, desarrollando iniciativas tendientes a incrementar el conocimientoy estudio de las mismas, difundiéndolas y haciéndolas más ricas y profundas, cultivándolasy reconociendo sus valores esenciales.
Por ello, impulsaremos las siguientes medidas destinadas a hacer de Chile un país de lectorasy lectores:
43.- Contar con una política nacional del libro y la lectura que, a través de una miradasistémica, implemente medidas que permitan promover la riqueza del lenguaje ypotencien la creación y producción editorial en Chile. Para ello se contará con un PlanNacional de fomento del libro y la lectura, financiado con el 100% de los fondosprovenientes de la recaudación del IVA al libro.
44.- Contar con al menos una biblioteca pública –beneficiada de un fondo de adquisiciónde literatura nacional y universal, de moderna tecnología y plan de gestión– en cadacomuna de Chile, para mejorar el acceso público al libro a lo largo del país.
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54 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) Literacy in the Information Age, París, 2000, enPropuestas Públicas Nº5 “Acceso al l ibro y fomento de la lectura”, Fundación Chile 21, abril 2002.55 De acuerdo al Informe Estadístico 2004 del International Standard Book Number, ISBN, en Chile en el año 2004 se alcanzóun incremento acumulado del 21,9% de títulos registrados desde el año 2001, alcanzando los 3.151 títulos.56 De acuerdo a la Memoria DIBAM, 2003, la Biblioteca Nacional aumentó sus usuarios presenciales en un 11,6% en 2003 ylas Bibliotecas Públicas conocieron un incremento de 18,8% de las consultas. En cuanto a las consultas por Internet, estasllegaron en 2003 a la cifra de 6.370.705.57 Según el citado informe estadístico del ISBN, en 2004 se imprimieron 8.721.320 l ibros en el país.58 Cámara Chilena del Libro, “Estudio de canales de comercialización del libro en Chile”, Santiago de Chile, 2003.59 “Anuario de Cultura y Tiempo Libre: Arte, Patrimonio, Recreación y Medios de Comunicación”, Departamento de Estudios,Consejo Nacional de la Cultura y las Artes e INE, Santiago de Chile, 2004.
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60 En el año 2005, si se consideran las asignaciones directas al CNCA, DIBAM y otros (asignaciones para entidades culturalesdependientes de la U.de Chile y para la Fundación Tiempos Nuevos) se obtiene el siguiente cuadro de Gasto en Cultura:(en miles de $)
Fuente: CNCA y Dirección de Presupuesto, Ministerio de Hacienda, 2005.
Como hemos visto, a ello podría sumarse el gasto en cultura o patrimonio que realizan otros ministerios (MOP, MINVU), elFondo Nacional de Desarrollo Regional y los municipios, especialmente en infraestructura y difusión.61 A modo de referencia podemos destacar que el presupuesto de cultura de Argentina corresponde al 0,56%, en tanto Franciaalcanza el 1%.
CNCA DIBAM Otros TOTAL19.728.345 13.031.927 3.157.569 35.917.841
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45.- Socializar a través de (y en alianza con) los medios de comunicación los valoresde la lengua oral y escrita, valorizándola como medio de expresión y participaciónciudadana en la vida cultural, económica y social del país.
46.- Emprender la elaboración de un gran diccionario del español de Chile, comomedida en pro del conocimiento de nuestra real idad idiomática.
5.- Institucionalidad Cultural
5.1- Consolidar la nueva institucionalidad cultural en lo relativo a atribuciones,infraestructura, recursos humanos, organizacionales y financieros.
La institucionalidad cultural comprende dos dimensiones: por una parte, las institucionesu organismos con los que cuenta el Estado para definir y aplicar sus políticas y ejecutarlos planes y programas de trabajo acordes con ellos. Por otra parte, el conjunto de normas,leyes y disposiciones que conforman el marco jurídico de la cultura, incluidos en ello losconvenios internacionales relativos al quehacer creativo de los artistas, de las industriasculturales, del patrimonio y de los públicos o audiencias.
En su sentido restringido, la actual institucionalidad cultural la conforman el Consejo Nacionalde la Cultura y las Artes con sus organismos colegiados resolutivos y consultivos, el ConsejoNacional del Libro y la Lectura, el Consejo de Fomento de la Música Nacional, y el Consejodel Arte y la Industria Audiovisual. Dicho organigrama considera la coordinación con entidadesrelevantes como la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, el Consejo de MonumentosNacionales y la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La instalación de una nueva institucionalidad cultural dio respuesta a la necesidad de garantizar elrol del Estado en el desarrollo de la cultura y la creación, producción y difusión artística. En la actualidad,el país destina un 0,27% del gasto público a cultura , lo que es fruto del esfuerzo sistemático de losgobiernos democráticos en este campo (que han multiplicado varias veces los fondos destinados ala cultura en los últimos quince años). Sin embargo, lo cierto es que aún se trata de un gasto reducidoque no se compadece con los niveles de desarrollo que el país está alcanzando .
En el ámbito fiscal el sector cultural se encuentra tensionado por diferentes demandas yrealidades que reflejan una cierta inconsistencia de las normas. En efecto, los mecanismosde donaciones culturales, las exenciones del IVA existentes y las propias demandas dediversos sectores que alientan nuevas exenciones al IVA como solución a los problemasdel sector, obligan a abordar el sistema tributario que afecta a la cultura de un modo integral,apuntando a su modernización y dando al tema fiscal en general un tratamiento pro cultura.
En el plano normativo, junto con impulsar las reformas legales explicitadas más atrás,seguimos con especial atención el debate en UNESCO de la “Convención sobre la diversidadde los contenidos culturales y las expresiones artísticas”, e impulsaremos, en caso de seraprobada, su ratificación por parte del Congreso Nacional, permitiendo de este modoincorporar a nuestro marco jurídico los principios y el fomento de la diversidad cultural.
Como toda obra humana, la institucionalidad cultural es perfectible y debe asumir de cara a los añosque vendrán el desafío de perfeccionarse y hacerse más eficiente y eficaz. Para ello es necesario:
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62 “Se entiende por Cuenta Satélite de la Cultura a un Sistema de Información Macroeconómica que permite conocer ydimensionar la contribución de la cultura a la economía del país. Asimismo, posibilita identificar las actividades económicasque producen bienes y servicios que son destinados a la cultura”. Fuente: “Impacto de la Cultura en la Economía Chilena.Participación de algunas actividades culturales en el PIB y evaluación de las fuentes estadísticas disponibles”, Unidad deEstudios, División de Cultura, Mineduc, Santiago de Chile, 2001, p. 106.63 Esta cifra comprende tanto el aporte directo de los privados como el 50% que deja de percibir el Estado por concepto de impuestos.
47.- Duplicar –al año 2010– el gasto público en cultura, en la perspectiva de alcanzarun porcentaje estable del 1% del presupuesto público.
48.- Completar y consolidar a nivel nacional el proceso institucional iniciado por laley 19.891, perfeccionando la coordinación de las instituciones patrimoniales yculturales, consolidando las competencias del Consejo Nacional de la Cultura y lasArtes en ámbitos tales como los Premios Nacionales, instalando una infraestructurafísica y recursos humanos necesarios en regiones, y adecuando el servicio a sus nuevosdesafíos.
49.- Establecer un sistema integrado de información cultural que entregue informacióncompleta, sistemática y comparable internacionalmente, que sirva para evaluar yformular políticas culturales. Dentro de este sistema tendrá especial relevancia unaCuenta Satélite de Cultura .
50.- Lograr que en conformidad con la propuesta de la Asociación Chilena deMunicipalidades se invierta el 1% del presupuesto municipal en cultura.
5.2- Estimular el aporte del sector privado a la cultura, perfeccionando losmecanismos tributarios y promoviendo su participación en la gestión cultural.
El sector privado, a través de Corporaciones, Fundaciones y Asociaciones sin fines de lucro,ha sido en los últimos años un actor importante en el desarrollo cultural del país. Espreocupación de una política cultural incentivar esta participación y fortalecer el marcojurídico que posibilita la gestión privada en cultura.
Asimismo, el sector privado –empresas y personas naturales– a través de los mecanismos dedonaciones para la cultura establecidos en la ley, ha realizado desde la dictación de la Ley Valdés unaporte significativo que alcanza la suma de 65 millones de dólares, lo que significa un aporte promediode 5 millones de dólares anuales, esto es, el 7,9% del presupuesto cultural del país para el año 2005..
El aporte del sector privado, no obstante, va más allá del mecenazgo o de la inquietudcultural. Existe también una participación en el esfuerzo cultural motivada por una opciónempresarial de producir bienes culturales y también por un legítimo afán emprendedor: esel caso de las industrias culturales y de empresas que deciden colaborar de este esfuerzocultural como parte de su estrategia corporativa o de imagen de sus productos.
El aumento de la participación del mundo privado permitiría al Estado focalizar su inversiónen cultura y patrimonio con criterios de equidad y equi librio regional.
El aporte del sector privado a la creación, producción y difusión artística, así como en elcampo patrimonial, podría sin embargo mejorarse. Es imperativo multiplicar el aporte delsector privado a la cultura y superar la desconfianza que cruza muchas veces las relacionescon el sector público. Entre otras medidas será necesario:
51.- Perfeccionar los mecanismos tributarios para incentivar las donaciones de personasnaturales y jurídicas para la cultura, evitando su confusión y competencia con otrotipo de donaciones (universitarias, educacionales, deportivas o sociales) y ampliandolos límites de las mismas en cuanto a monto y porcentajes de crédito tributario.
52.- Crear mecanismos para facilitar las donaciones de obras de arte en pago por impuestosde herencias, las que tendrían que engrosar el Fondo de Adquisiciones Patrimoniales conel compromiso del Estado de ser exhibidas en musesos o en itineranacias.
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DEFINICIONESDE POLÍTICACULTURAL2005-2010
MAYO 2005
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