la princesa y la semilla

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Participante Norelis Pérez CI:14.649.021

Sección: 4300 Prof. Roberto Estangar

Barquisimeto, Abril del 2013

Esta historia sucedió en un poblado pequeño de Belmonte cuyo castillo estaba rodeado de grandes arboles. Escuche a mi madre contarla a todos sus hijos y ahora yo la cuento a mis amigos

En ese poblado pequeño de Belmonte vivía una princesa llamada ADAHIZ. Era rubia, alta con pestañas largas y arqueadas y su cabello resplandecía como el sol, todos los príncipes la cortejaban. Pero ella no le prestaba atención vivía siempre muy triste.

El rey su padre no sabia que hacer. La princesa nunca sonreía.

El rey preocupado le dijo, yo te quiero tanto hija, que no soporto verte triste. ¿Qué quieres hija?

Lo que quiero es poder llegar a conocer el verdadero amor padre. No ves que todos los príncipes que han venido cabalgando desde tan lejos con sus guardianes, no me han hecho sentir que de verdad estén enamorados de mi o es que desconocen el sentimiento mas bello que es el amor.

El príncipe Guillermo me ofreció el sol si lo aceptaba, y envió a los guardianes a la montaña mas alta para poderlo alcanzar, ni siquiera se tomo el atrevimiento de decir que lo iba buscar el.

Por otro lado el príncipe Miguel, me prometió el cielo y también envió a sus guardianes agarrar el cielo para mí.

Para rematar el príncipe Felipe, me ofreció la luna como prueba de su amor por mí, de una vez dio orden a sus guardianes de traer la luna.

Puedes creer esto justo padre, ninguno de esos príncipes puedan sentir el sentimiento mas bello que tiene el ser humano que es el amor.

Se siente el tocar de la puerta del castillo tun, tun, tun

adelante dice el rey cuando se abre la puerta entra un hombre alto muy apuesto con una semilla en la mano, no es nada mas que el hijo del jardinero del castillo

se dirijo con una voz muy dulce a la princesa Adahiz diciéndole se que no soy digno de usted porque no soy de la realeza y no vengo ofrecerle las estrellas pero le ofrezco esta semilla.

muy asombrada le dijo una semilla plebeyo

Si mi princesa Adahiz de Belmonte una semilla, ya que para que ella pueda florecer y vivir necesita elegir un lugar apropiado para la siembra de la semilla. Si me disculpa por tal atrevimiento mi corazón es como un jardín florecido lleno de vida y alegría un lugar perfecto donde puede dejar que su amor florezca y depositar su confianza y como le venia contando esa semilla la regaría generosamente y con mucho cuidado.

Así como cuidaría su amor, siempre estaría pendiente de cuidarla y protegerla. Como puede notar mi princesa Adahiz este humilde servidor hijo de un jardinero no tiene guardianes a quien enviar solo quería demostrarle el amor de otra manera.

El rey se sorprendió cuando ve que su hija sonríe

La princesa Adahiz se dirige al plebeyo con una mirada tierna y una sonrisa, le dice gracias este es el obsequio que yo estaba esperando encontrar el verdadero amor.

No me importa si no eres de la nobleza pero yo acepto ser tu esposa. Y colorín colorado esta historia ha terminado.

FIN

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