bautismo de cristo

Post on 14-Jul-2015

1.014 Views

Category:

Spiritual

4 Downloads

Preview:

Click to see full reader

TRANSCRIPT

El bautismo del SeñorEpifanía en el Jordán

Vino Jesús de Nazaret,

de Galilea, y Juan le

bautizó en el Jordán.

Y al salir del agua, vio

abrirse los cielos y al

Espíritu, descendiendo

en forma de paloma,

y posarse sobre él.

Y se oyó esta voz

del cielo:

Tú eres mi hijo, mi

amado, en ti

encuentro mi alegría.

Marcos 1, 7-11..

Dios Trinidad se muestra a los hombres. En el Jordán, el Padre reconoce a su Hijo, el amado;

y el Espíritu Santo desciende sobre él. En Jesús, todos somos hijos amados de Dios.

Cuando decimos sí a su llamada, Dios se regocija. Cuando nos lanzamos a nuestra misión

evangelizadora y también los cielos se abren para derramar su amor sobre nosotros.

Juan Bautista es un profeta grande pero humilde.

Proclama al que ha de venir, y

reconoce que el que viene es más

que él. Sabe apartarse para que Jesús, ya maduro y

adulto, inicie su tarea.

Qué importante es saber retirarse a tiempo para dejar que otros crezcan. Los padres respecto a sus hijos, los profesores con sus alumnos, los

políticos con sus ciudadanos… Deben confiar en ellos.

Ante Dios, somos instrumento de una gran obra que nos sobrepasa. Somos herederos de una cultura cristiana y hemos de pasar el relevo a nuestros sucesores para que nuestra misión

continúe en el mundo.

Jesús se consagra en el Jordán. Ha pasado su juventud en Nazaret, con su familia, creciendo

en el amor. Ahora es un hombre lúcido y maduro, lleno de una profunda convicción,

unido fuertemente al Padre. Está preparado.

Se siente Hijo del Padre. El sentimiento filial es vital para su tarea. Puede llevar el Reino de Dios al mundo porque ya está en él: Jesús

desvela el rostro amoroso de Dios a los hombres.

El cielo rasgado en la cultura judía significa

un momento de comunicación de Dios

con su criatura. La Trinidad completa se

cierne sobre el Jordán: Padre y

Espíritu acompañan al Hijo en este momento

de consagración.

Este es mi hijo amado, mi predilecto.

Dios confía en él y encuentra en él su alegría. Y el Espíritu Santo le confiere toda la

fuerza para convertir su vida en un eco de la suave y penetrante palabra de Dios.

La suavidad, como un agitarse de alas,

permitirá que su mensaje de fuego cale en los

corazones que buscan, hambrientos de Dios.

Textos: Joaquín Iglesias Aranda

http://homilias.blogspot.com

top related