aÑo 1 tegucigalpa, honduras, 13 de mayo del 2021 n° 6
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COMISIÓN NACIONAL DEL BICENTENARIO DE INDEPENDENCIA DE HONDURAS
EL BICENTENARIO
AÑO 1 Tegucigalpa, Honduras, 13 de Mayo del 2021 N° 6
General José
Enrique Soto Cano: crónica
de un merecido
homenaje
Fuerza Aérea
Hondureña,
90 años al
servicio de la
patria
EL BICENTENARIO 13 de Mayo del 2021
PÁGINA 1
Dios, Unión, Libertad
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA AVIACION
La lucha continua del hombre por estar a tono con su evolución lo ha llevado a innumerables descubrimientos e inventos, uno de esos momentos
trascendentales es cuando el hombre se propone volar por los aires imitando el majestuoso vuelo de los pájaros. Los inicios de la aviación significaban
un reto para el hombre, por lo que tuvo que vencer una serie de dificultades, pero el deseo de anteponerse al medio geográfico y el tiempo, hizo que
muchas personas (alemanes, ingleses franceses y americanos) se dedicaran a profundizar en su estudio y desarrollo. La aviación constituyó
indudablemente una revolución, en lo que a medios de transporte se refiere, sus iniciadores no imaginaron que este adelanto tecnológico convertiría a
la aviación en un bastión de desarrollo para la humanidad en los campos de la comunicación aeropostal y el transporte comercial y militar. Con la
Primera Guerra Mundial (1914-1918) la aviación fue impulsada ostensiblemente ya que las grandes fábricas alemanas, inglesas, francesas y
norteamericanas competían en la búsqueda de nuevos y mejorados tipos de aviones, desde luego que superaran a los ya existentes.
Este auge de la aviación en el campo militar,
al finalizar la guerra, fue decayendo y surge
entonces la aviación comercial con
resultados excepcionales de beneficio para la
humanidad. La aviación puesta al servicio
comercial trae consigo una serie de
necesidades de construcción y ampliación de
obras de infraestructura como ser:
Aeropuertos, pistas de aterrizaje, alumbrado
eléctrico adecuado, sistemas de seguridad y
confort para pasajeros; así como el
desarrollo y perfeccionamiento de los
Con la Segunda Guerra Mundial nuevamente
toma auge la aviación en el campo militar y es
Estados Unidos quien aprovechando su
posición entre los cuatro grandes aliados de
este conflicto mundial, inició la fabricación de
armas de guerra entre ellas aviones, no sólo
para transportar y abastecer sus propias
tropas, sino para venderles a sus aliados. Como
consecuencia de esto la aviación militar se
generaliza a nivel mundial ya que los gobiernos
de cada país creyeron necesario incorporar esta
nueva rama en sus fuerzas militares.
aviones en cuanto a capacidad, velocidad y
por ende la apertura de nuevas rutas a lo
largo y ancho de nuestro planeta Tierra.
La historia de la aviación nos dice los
esfuerzos, los triunfos y fracasos que el
hombre ha tenido en este campo, pero es
precisamente lo que ha permitido a la aviación
perfeccionarse y estar al servicio de la humanidad
entera en los diferentes campos de desarrollo.
Nuestro país no se quedó atrás y adquiere su
primer avión después de la Primera Guerra
Mundial.
Incorporar la aviación a las Fuerzas Armadas de nuestro país,
significaba un gran adelanto y desde luego para Honduras, siendo la
geografía un factor importante que ha contribuido en el impulso y
desarrollo de la aviación en nuestro país, por lo referente al terreno
que es sumamente montañoso y accidentado, lo que determina el
pésimo sistema de comunicación terrestre que hemos tenido desde
nuestros inicios hasta la fecha. Fue un factor que sirvió para ver
como una necesidad la introducción de la aviación para establecer
comunicación entre la capital y las diferentes regiones de la nación.
Otro factor importante para el impulso de la aviación fue el interés
por la misma, no sólo a nivel militar, sino también a nivel comercial
este esfuerzo convirtió a Honduras en pionera del transporte aéreo
en Centroamérica.
Honduras adquirió su primer avión bajo la administración del General
Rafael López Gutiérrez, siendo un Bristol H-9, tipo militar, su
aterrizaje lo hizo en Toncontín el 18 de abril de 1921, marcando el
primer hito de la aviación en Honduras.
Este primer avión fue pilotado por un excombatiente de la Primera
Guerra Mundial, el inglés Ivan Lamb.
Asimismo la historia de la aviación nacional registra al Capitán
Lisandro Garay, el primer aviador y pionero de la Aviación
Hondureña, quien se esforzó en poner en alto el nombre de nuestro
país, en su intento de volar de Nueva York a Honduras en el avión Lempira.
Resulta imposible incursionar en el campo de la aviación en Honduras, sin
hacer referencia a algunos aspectos de la aviación comercial, ya que fue en
este sector que recibió el impulso, para que naciera la idea de la creación de
una Escuela Nacional de Aviación, la que años más tarde fue la Escuela
Nacional de Aviación, hoy Fuerza Aérea Hondureña.
También registra a la primera compañía nacional de aviación de transporte de
pasajeros la que se conoció con el nombre de Trasportes Aéreos de
Centroamérica (TACA), organizada por el piloto Lowell Yerex de origen
estadounidense, con un avión tipo Stinson y luego adquirió aviones Bellanca
Trimotor, Ford, Stinson, Bimotores, Lockeened 14, para servicio nacional y
dos años después en 1934 se transformó en servicio internacional; ese mismo
año se inició el servicio aéreo la Empresa de Transporte “DEAN”.
El 22 de octubre de 1945, se fundó la Empresa Aérea “SAHSA” (Servicios
Aéreos de Honduras, Sociedad Anónima).
Ese mismo año otro piloto norteamericano, el Coronel Shelton fundó la
Empresa Aérea “TAN” (Transporte Aéreos Nacionales).
Los esfuerzos de Honduras en el campo de la aviación han sido notorios y ha
prevalecido la idea común de adquirir aviones como medio eficaz para lograr
el ansiado desarrollo mediante la integración y defensa nacional.
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Dios, Unión, Libertad
Juan Ramón Martínez
Recordar los hechos del pasado, es útil si de
ello, se extraen lecciones. Y se usa para
hacerlo, una escala preferencial. En el caso
nuestro, la extracción tiene como finalidad,
asegurar la existencia de la nación –vínculo
que nos mantiene integrados como
pueblo– el fortalecimiento de la libertad, la
democracia y el aumento de la felicidad y la
dignidad humanas. Es decir que, si no se
cumplen estas exigencias, el ejercicio es
puramente anecdotario, para reír; o para
hacer burla de los demás.
Por ejemplo, revisar los presupuestos
nacionales de los últimos 200 años, es una
buena actividad. Pero no es suficiente si,
además de lo puramente numérico, no se
indaga sobre la justicia de la distribución
del producto social, buscando un equilibrio
en el esfuerzo efectuado, la profundidad de
las necesidades y el ejercicio de la
fraternidad entre todos los segmentos del
cuerpo social. Al descubrir inequidad, lo
correcto es la rectificación. Aquí, está, la
base del sentido histórico. Pues bien, igual
con las demás actividades. Por ejemplo,
recordar las acciones guerreras en que ha
participado nuestro país, depara
importantes lecciones. Las campañas
morazánicas son un buen ejemplo que,
suponemos, se estudian a profundidad en
las Escuelas Militares. La guerra en contra
de William Walker, por ejemplo, ofrece
valiosas lecciones que, van desde el
liderazgo de Costa Rica, la superioridad de
su equipo militar (fusiles) adquirido como
efecto de haber sido el país que tuvo su
primera guerra civil –cosa que nosotros
evitamos cuando mediante la intervención
de un sacerdote– se evitó un choque en el
Rodeo, entre tropas de Comayagua y
Tegucigalpa.
Pero, además, mostró los mecanismos
psicológicos de pueblos amenazados
por el filibusterismo, y la capacidad de
reaccionar para expulsarlos y capturar
su jefe y fusilarlo en Trujillo en 1860. En
esa campaña, vimos las dificultades de
ejecutar acciones bajo un mando
unificado, porque los localismos
aldeanos, preferían que las tropas de
un país, solo podían ser dirigidas por
un General de la misma nacionalidad.
Los localismos, que todavía sufrimos,
es interesante su estudio, para conocer
la formula cómo evitamos su
proliferación, en tiempos en que la
globalización, ya no es vista como una
panacea, sino que, también, como una
discreta amenaza.
Otro ejemplo, mucho más cercano, es
la campaña militar librada en julio de
1969, frente a la invasión que El
Salvador ejecutó, en el Frente Sur y en
el Frente Occidental, especialmente.
Esa campaña en que El Salvador fracasó
en el logro de sus objetivos y nos
permitió detenerlos, con pocos
recursos, mandos ineficientes y poco
previsores para proteger a la población
civil, permite apreciar las debilidades
de la inteligencia hondureña que, no
pudo prepararse oportunamente para
evitar los resultados que todos
conocemos. Los salvadoreños, mejor
armados y con más hombres sobre los
teatros de guerra, fueron contenidos
en la medida en que las unidades de
combate eran más compactas, estaban
dirigidas por jefes que les daban
confianza a sus soldados y que se
movían en una acción estratégica y
táctica adecuada.
Paz García, Primer Batallón de Infantería y
Zepeda, el sub comandante del Tercero de
Infantería, cuyo jefe y líder natural era
Melgar Castro, son antípodas inevitables de
este análisis histórico. Por ejemplo, el
dispositivo establecido por Honduras para
detener a los salvadoreños, fue
absolutamente equivocado. El despliegue
fue muy amplio, de cara al número de
hombres disponibles y muy estacionario;
carente de una acción táctica demorada que
penetrara en su territorio y separara a su
vanguardia de su retaguardia. Más bien el
esquema se efectuó a la inversa en el caso
de Honduras, en que su retaguardia, no se
desplegó por las alas y tampoco apoyó el
centro, en donde El Salvador había
empleado todos sus recursos.
Doblegándonos, en forma innegable y en
poco tiempo de lucha.
Otro caso importante de estudio es el de la
Fuerza Aérea Hondureña. Teníamos
superioridad sobre los salvadoreños que
carecían de una Fuerza Aérea, organizada
como tal. Ellos contaban con equipo similar
al nuestro; pero sus mandos, eran
ineficientes y sus pilotos no tenían la
experiencia de los nuestros, que operaban
como un ejército del aire. El despliegue suyo
del equipo aéreo en varias haciendas
algodoneras es digno de estudio; pero el
hecho que hayan perdido la superioridad
aérea al perder tres aviones un mismo día y
frenado su avance terrestre no más allá de La
Labor y Las Mataras, también es una
importante lección que hay que tener
presente. Porque, mientras las naciones
vecinas no superan sus diferencias, de una
forma definitiva, las posibilidades que las
confrontaciones son inevitables. Por
ejemplo, en estos 90 años de nuestra Fuerza
Aérea, es urgente mejorar la capacidad de
fuego, revisar las tácticas defensivas aéreas y
modernizar nuestros equipos. Tanto más
urgente, cuando la presencia china en El
Salvador, parece ser el inicio de una nueva
guerra fría en la región más cercana a los
Estados Unidos. Y cuando las tácticas y
estrategias eran muy diferentes que en 1969.
La historia entonces es, la madre de los
cambios. Sin el análisis de las experiencias
del pasado, es difícil mejorar. Y asegurar la
existencia de nuestra nación.
EN ESTOS MOMENTOS…
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Dios, Unión, Libertad
ANTECEDENTES
HISTORICOS DE LA FUERZA
AEREA HONDUREÑA
La Fuerza Aérea Hondureña tuvo su origen en el año de 1931,
durante el gobierno del Doctor Vicente Mejía Colindres,
cuando se emitió el Decreto No. 198 el 14 de abril de 1931,
que dio vida y legalidad a la creación de la Escuela Nacional
de Aviación.
El 24 de diciembre de 1933, el entonces Presidente de la
República, Doctor y General Tiburcio Carías Andino recibe,
vía puerto de Tela, tres aviones Monoplanos tipo Stinson, de
combate, biplazas, los que llegan volando a Toncontín y sus
pilotos son de nacionalidad norteamericana: Lowell Yerex,
Harold A. White y G. Griffin.
El Presidente Carias Andino, con enorme experiencia en las
luchas guerrilleras, comprendió la importancia de mantener
máquinas de guerra que en cuestión de horas, o de minutos,
se enfrentaran a cualquier brote insurreccional armado en
cualquier lugar de Honduras para sofocar las revueltas.
Gracias a ese criterio dio un gran impulsó a la aviación
militar.
A través del empleo del arma aérea, el gobierno mantiene un
control en todo el país, adquiriendo un nuevo aspecto en el
año de 1936 al nombrar al primer Director de la Escuela
Nacional de Aviación, el Coronel William C. Brooks. Se
admite la primera promoción de estudiantes de vuelo.
El 14 de septiembre de 1939 es fecha histórica en la vida de
la novel Escuela al entregar a la patria la primera promoción
de nueve pilotos aviadores militares, siendo ellos: Antonio
Banegas Araujo, E. Colombo Espinoza, J. Elías Sánchez,
Roberto R. Barahona, Ernesto E. Caraccioli, Guillermo
Chirinos Alonso, Guillermo Flores Therensin, Rodolfo Heller
y Francisco Martínez.
La FAH colabora en la defensa a la causa de la democracia
prestando servicios de patrullaje en la Costa Norte de
Honduras, cuida de que submarinos o barcos de eje nazista no
se acerquen a nuestras costas. Su labor comienza el 12 de
Julio de ese 1942 y prosigue en forma constante durante el
curso de toda la Segunda Guerra Mundial.
El Subteniente Héctor Caraccioli Moncada, el 25 de enero de
1945, se convierte en el primer hondureño en saltar de
emergencia en un paracaídas en el valle de Lepaguare,
Olancho.
El 27 de julio de 1947 el Coronel de Aviación, Hernán Acosta
Mejía, se convierte en el primer hondureño en dirigir los
destinos de la Escuela de Aviación Militar y en ser
Comandante de la Fuerza Aérea Hondureña.
“Alas para la Salud”, es un programa encargado de
transportar brigadas médicas y sanitarias a las zonas alejadas
de las ciudades principales del país, fue creado en septiembre
de 1963 y para tal fin se pone a su servicio un Cessna 185 B.
La FAH forma parte de la “Fuerza Interamericana de Paz”
que actúa en la República Dominicana, partiendo de
Toncontín, el 14 de mayo de 1965, habiendo 25 miembros de
su seno.
El 6 de junio de 1965 el Coronel Enrique Soto Cano es
nombrado Comandante de la Fuerza Aérea Hondureña y
Director de la Escuela de Aviación Militar.
En 1967 la Fuerza Aérea Hondureña realiza un vuelo a la
república del Vietnam del Sur al transportar ayuda
humanitaria del pueblo y gobierno de Honduras para esa
nación asiática, en un avión C-54.
El 10 de marzo de 1967 nace en la Fuerza Aérea Hondureña
el paracaidismo militar, formándose el Primer Pelotón de
Paracaidistas de la FAH.
En el mes de septiembre de 1962 la Fuerza Aérea creó el
programa “Alas para la Salud”, el cual sigue vigente y
consiste en brindar una respuesta inmediata a las personas
en estado crítico de salud a través de las aeronaves
configuradas para realizar operaciones de evacuaciones
médicas, para que reciban una atención médica
especializada. A través de los 59 años de existencia este
humanitario programa ha beneficiado a miles de
hondureños.
Actualmente la Fuerza Aérea Hondureña realiza Acciones
Cívico militares en las aldeas, pueblos y ciudades de nuestro
país.
En 1996 se incorpora a la mujer a los planes y programas
de entrenamiento militar aeronáutico en las categorías de
Cadete de Vuelo y Estudiante Técnico en Mecánica de
Aviación.
Los presidentes hondureños que dieron apoyo necesario al
desarrollo de la aviación en Honduras, fueron el General
Rafael López Gutiérrez, el Doctor Miguel Paz Barahona, el
Doctor Vicente Mejía Colindres y el Doctor y el General
Tiburcio Carías Andino.
Fuente iconográfica: https://www.ffaa.mil.hn/
Fuente iconográfica: https://sedena.gob.hn/
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Dios, Unión, Libertad
CONCURSO DE HISTORIA DE HONDURAS PREMIO ÚNICO “JOSÉ CECILIO DEL VALLE”
Se convoca al Concurso “José Cecilio del Valle”, dirigido a historiadores.
1. Historia de Honduras para Escolares (texto y gráficas)
2. Historia de Honduras para estudiantes de secundaria
3. Historia de Honduras para estudiantes universitarios y público en general.
El premio único consistirá en un Pergamino de Honor y una remuneración económica de:
L. 100.000 en primaria; L. 150.000 en secundaria;
L. 200.000 en el nivel universitario;
La fecha límite de entrega es el 30 de septiembre de 2021.
Para más detalles y obtener las bases completas favor ingresar a la página: www.bicentenariodeindependenciahonduras.hn/
COMISIÓN NACIONAL DEL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA
El avión Bristol F.2B Figther, matrícula H-9
de fabricación británica, fue el primer avión
adquirido por el gobierno del General
Rafael López Gutiérrez en el año de 1921.
Para pilotar esta aeronave se contrata al
Capitán Ivan Deam Lamb de origen
norteamericano, un piloto aviador militar,
ex miembro de la Real Fuerza Aérea
Británica y excombatiente en la Primera
Guerra Mundial. Esta aeronave fue
transportada vía marítima y ensamblado en la ciudad de San Pedro Sula, realizó sus primeros vuelos de prueba
sobre el campo “Marathón”. Posteriormente se trasladó hacia Tegucigalpa y aterrizó en los Llanos del Potrero, hoy
Aeropuerto Internacional Toncontín, el 18 de abril de 1921, fecha que marca el nacimiento de la aviación en
Honduras. En el cumplimento de una misión de vuelo, el Bristol se accidenta el 15 de septiembre de 1921, próximo
a la ciudad de San Salvador, El Salvador, cuando realizaba el traslado de los Pliegos de la Unión Centroamericana
en el marco de la conmemoración de los 100 años de Independencia. Ante la ingobernabilidad imperante en la
década de los años 20 del siglo pasado en nuestro país, permitió al avión Bristol F-2B Fighter convertirse en un
arma disuasiva para disolver el levantamiento de movimientos armados insurreccionales. Por cuanto el Bristol F2B,
además de ser el primer avión adquirido por el Estado de Honduras, marcó la ruta del nacimiento de la aviación
militar, con la creación de la Fuerza Aérea Hondureña en el año de 1931, una institución que durante sus 90 año ha
estado al servicio de la nación.
Fuente iconográfica: https://www.lasegundaguerra.com/
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Dios, Unión, Libertad
Fuerza Aérea Hondureña, 90
años al servicio de la patria
Siempre con el afán de servir a la población en 1962 se inició el Programa “Alas para la Salud” el cual sigue vigente y consiste en brindar auxilio a la población que
requiera de una atención médica inmediata, con aeronaves configuradas para realizar evacuaciones médicas desde cualquier parte de nuestro país hacia las ciudades de Tegucigalpa y San Pedro Sula. A lo largo de 90 años de vida institucional la Fuerza Aérea Hondureña ha evolucionado y ampliado sus horizontes,
ofreciendo servicios que antes eran inimaginables para una institución sin fines de lucro. Son nueve décadas de estar impulsando el progreso y desarrollo de la nación. En la actualidad cumple múltiples misiones y tareas: entre ellas lucha contra el narcotráfico, combate los
incendios forestales con el empleo de medios aéreos, evacuaciones médicas, apoyo a la población ante eventualidades suscitadas, protección, conservación al manejo de ecosistemas y ambiente; asimismo lleva a cabo diversas actividades cívico militares orientadas al beneficio de la población.
Nery Alexis Gaitán
La Fuerza Aérea Hondureña es una institución de gran prestigio y que goza del respeto y admiración de todo el pueblo hondureño. Fueron héroes que
defendieron a la patria en dos guerras, la de 1957 que se
expulsó a tropas nicaragüenses y la oprobiosa guerra salvadoreña de 1969, su valeroso accionar defendió hasta las últimas consecuencias la integridad de la patria y de todos los hondureños. Sin la intervención de la Fuerza Aérea hubiéramos sucumbido como nación. Este mes de abril la FAH está arribando a su 90
aniversario al servicio de la nación. Sólo gratitud tiene el pueblo para esta institución que siempre está al servicio de todos. Sus diversas actividades de ayuda a la población la mantienen presente en la hondureñidad. Recordemos un poco de su historia y formación.
El 14 de abril de 1931, es el génesis de la Aviación Militar Hondureña, cuando mediante decreto número 198, se crea la Escuela Nacional de Aviación, hoy Fuerza Aérea Hondureña, siendo Presidente de la República el Doctor
Vicente Mejía Colindres, pero fue hasta el año de 1933, siendo Presidente de Honduras el Doctor y General Tiburcio Carías Andino, quien valora la importancia del empleo de los medios aéreos y da el primer impulso a la aviación militar de combate con la adquisición de tres aviones Stinson, Monoplanos. Los cuales comenzaron a
operar en 1936 con la admisión del primer grupo de Estudiantes de Vuelo de la novel Escuela Nacional de Aviación; en ese mismo año se incorporan al inventario más aviones de entrenamiento y transporte. El 14 de septiembre de 1939 la Escuela de Aviación Militar entrega a la patria la primera promoción de nueve pilotos aviadores, jóvenes entusiastas que generaron el
engranaje de lo que hoy es la Fuerza Aérea Hondureña. En sus inicios la institución aérea fue dirigida por tres pilotos aviadores norteamericanos, siendo ellos los Coroneles de Aviación William C. Brooks, Harold A. White y Malcon H. Stewart.
Tiene la misión constitucional de defender la soberanía e integridad territorial de la república en lo que al espacio aéreo respecta. Debiendo para ello organizar, entrenar y equipar a las unidades y al personal con la logística necesaria otorgada por el Estado, para conducir y mantener operaciones aéreas táctico estratégicas, brindar apoyo a la autoridad civil y otras que la Constitución de la
República señale. Esta fuerza está conformada por un Estado Mayor Aéreo, cuatro bases aéreas, cuatro centros de estudios aeronáuticos militares, un Primer Escuadrón de Defensa Aérea y el Comando de Seguridad del Cuartel General de la Fuerza Aérea Hondureña.
En el campo nacional la Fuerza Aérea Hondureña ha realizado connotadas campañas aéreas tanto en defensa de la patria como en emergencias nacionales provocadas por fenómenos naturales, siendo la más
reciente participación durante el paso de las tormentas Eta e Iota en donde la Fuerza Aérea a través de su recurso humano y equipo realizó un papel determinante, realizando el rescate de miles de personas atrapadas en los techos de las casas, en la copa de los árboles y en los bordos de los ríos.
Desde su creación esta Fuerza se ha convertido en las Alas de Honduras, ha sido dirigida por 27 Señores Comandantes, y en la actualidad es comandada por el General de Brigada Javier René Barrientos Alvarado. En este año del Bicentenario de la patria la Fuerza Aérea se ha integrado a las celebraciones coordinadas por la
Comisión Nacional del Bicentenario, y su Comandante Barrientos Alvarado, ofreció parte de las instalaciones para construir un museo dedicado a José Cecilio del Valle, integrándolo al Museo del Aire, que es un museo que honra y dignifica a los hondureños.
¡Felicidades a la FAH en su 90 aniversario!
Fuente iconográfica: https://espejopublico.co/
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Dios, Unión, Libertad
La Fuerza Aérea de
Honduras, que hoy celebra
sus 90 años de fundación, es
posiblemente, la rama más
querida y respetada de las Fuerzas Armadas. Tanto por la educada relación con el pueblo hondureño, como por su valeroso
desempeño frente a las emergencias naturales, su comportamiento en las luchas políticas y en las dos guerras que librara
nuestro país, en el siglo recién pasado. La de 1957 en que expulsáramos, por su valioso concurso, las tropas nicaragüenses
que, negándose al cumplimiento del Laudo del rey Alfonso XIII que determinó que la frontera la constituía en su mayor parte
el curso medio del río Wans, Coco o Segovia, ocupaban ilegalmente el territorio nacional durante muchos años, hasta el río
Cruta. Desde donde fueron derrotados por tropas hondureñas y el valeroso concurso de pilotos y aviones de las Fuerza Aérea
de Honduras. Posteriormente en 1969, Honduras en inferioridad numérica en fuerzas de tierra, impuso un balance favorable
a los intereses estratégicos hondureños, al dominar los cielos y destruir las tropas áreas salvadoreñas en memorables acciones
en las que se destacaron entre otros, Enrique Soto Cano, Fernando Soto, Francisco Zepeda, Marco Tulio Rivera, Walter López,
Carlos Colindres y Roberto Garay. El primero, el comandante de Fuerza que logró imponer su criterio que, había que
responder con energía el ataque artero del 14 de julio de 1969 y los demás porque, al decir de Orlando Henríquez, “en el aire
escribieron historia”.
Desde mis años escolares en Olanchito, Enrique Soto Cano, fue la figura
más popular de todos los que habían salido a estudiar a Tegucigalpa.
Cuando sobrevolaba la ciudad, efectuando maniobras que nos parecían
espectaculares, la ciudad se paralizaba; y todo el mundo salía a la calle a
saludar al aguilucho que, más nos honraba. Muchos otros siguiendo sus
pasos, como Omar y Flavio Ramírez, Arnaldo Miranda-padre e hijo- Carlos
Dubón, Alberto Urcina Reyes y Eulalio Durán, cumplieron hermosas
misiones, incluso entregando su vida en el desempeño de sus tareas
profesionales, ingresando nimbados de gloria, al imaginario popular.
En 1963, cuando vine a estudiar a Tegucigalpa, me recomendaron que nunca permaneciera en ningún salón, si ingresaban
militares. “Debes pagar la cuenta y alejarte del lugar”. Me dijeron algunos de mis amigos. Unos meses después, con un grupo
de compañeros, departíamos en un salón de mala fama; pero con mujeres muy hermosas, cuando llegaron tres militares en
cuyas caras se notaba la ingesta de singulares cantidades de alcohol. Apenes les vi, me paré y fui a la caja a pagar la cuenta.
Los militares notaron la acción mía. Uno de ellos, me preguntó: por qué nos íbamos. Le respondí, con la mayor sinceridad,
que cumplía la recomendación de abandonar los lugares en donde ingresaran militares en estado alcohólico. Poniendo su
brazo encima de mi hombro dijo: “nosotros no somos militares”. Y ante mi duda, porque andaban uniformados y portaban
armas de fuego en la cintura, me dijo con orgullo: “nosotros somos de la Fuerza Aérea y los invitamos a que se queden”.
Cosa que hicimos alegremente, hasta que la luz del día, nos obligó a dejar el lugar, después que los pilotos pagaron la cuenta,
por supuesto. Varios Comandantes de la Fuerza Aérea, a quienes les he referido la anécdota, se han reído mucho. Con
enorme orgullo. Al general Barrientos comandante actual, a quien se la conté hace una semana, la gozó igual que otros
comandantes que le antecedieron en el mando. Porque en realidad, los pilotos nunca se sintieron confrontados con los civiles.
Por ello, el Club de Oficiales era muy popular para nuestra generación y en varias oportunidades departimos con sus
comandantes e incluso con uno de sus jefes de la Fuerzas Armadas. El mejor recuerdo, lo guardo de Regalado Hernández.
Además, mientras cursaba Derecho en la UNAH, fui compañero de Soto Cano al que regularmente visito, para intercambiar
recuerdos y preguntarnos sobre personas ya fallecidas que, habiéndolas conocido, eran muy cercanas a Soto Cano: la señorita
Ester Soto y su tía Tona Cano, nuestra vecina en el barrio La Unión. En la última visita, Barrientos me dio una agradable
sorpresa: como buscamos un terreno para construir un museo dedicado a Valle, ofreció parte de los de la Fuerza Aérea, con
tal que integráramos el Museo Aéreo que, es una honra para Honduras y el mundo.
Juan Ramón Martínez
Enrique Soto Cano
Fuente iconográfica: https://proceso.hn/
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Dios, Unión, Libertad
En el Bicentenario no olvidemos a Valle y Morazán
Luis Alonso Gómez Oyuela
(Conozcamos a Valle, autora: Estela
Díaz Banegas 1972). Morazán no
debe pasar desapercibido por las presentes generaciones. Con un
pensamiento distinto al de Valle,
emprendió la cruzada por la Unión de
Centroamérica, luchando en contra
del colonialismo recalcitrante, el clero
dominante y alienante, quien al final,
sin un juicio justo fue fusilado en San
José de Costa Rica el 15 de
septiembre de 1842. Aun hoy día las
actuales estructuras de poder han
tratado de minimizar a Morazán y
sacarlo de la historia para convertirlo
en turista. El insigne poeta Felipe
Elvir Rojas, dejó plasmado para la
historia el poema dedicado al héroe de
la unión: “La patria y Morazán”. “A la
orilla del tiempo huellas y
cicatrices/La Patria está en nosotros/
en lo que amamos y apenas
conocemos refulgen sus auroras/ En
los senderos que quizá recorremos,
con pasos vacilantes; nos hablan las
raíces y los ocasos rojos./ La rosa con
sus frágiles pétalos, se ha instalado el
perfume y el pueblo encendido de protestas, cabalgan los asombros./
Los puños, van derribando muros y
embridando huracanes./ Morazán con
sus hondas pisadas, derrota lejanías./
Al héroe, no hay poder que lo arredre,
ni tiempo que lo agote”.
En otro aparte de su poema, describe:
“La patria más alta, la patria
morazánica, cinco dedos son puño de
coraje, desafiando peligros./Patria
grande del viento, patria de la espiga,
dulce patria de todos, con tus cariños
densos, son tuyos desde el hombre
hasta la hormiga con signos de
suspensos./Te amamos hasta el hueso,
porque estás hecha con retazos de
angustia y mareas de sangre./ Y si no
hemos perdido la memoria, Morazán
nos convoca, sin arreos dorados, con
palabras de truenos y relámpagos,
desde escarpadas cimas, bajo los altos
pinos, en su corcel guerrero./En
verdad yo les digo, que cada día
Morazán amanece en nuestros
sueños”. Ojalá nunca perdamos la
memoria de los tiempos que hoy
vivimos. La patria llama a la esencia
de sus hijos. La juventud es la llamada
a recoger el legado de Morazán para que esta patria sea digna de mejor
suerte; sea libre, soberana e
independiente y como lo expresa el
poeta: El Bicentenario es propicio
para revisar la historia de los grandes
y su legado. Cinco dedos formando
una mano de hermandad y dignidad.
¿Qué importancia tiene para Honduras y resto de
Centroamérica el Bicentenario? Soy un estudioso de fechas y eventos importantes de nuestra historia.
Me apasiona conocer sobre la vida de los grandes
hombres, entre otros José Cecilio del Valle y
Francisco Morazán, ambos jugaron un papel
importante en la historia política de las cinco
provincias de América Central. Valle con su
pensamiento panamericanista y Morazán, unionista
y mártir, incomprendido por los reductos
colonialistas causantes del atraso, particularmente
de Honduras.
“Los tres siglos de dominación española dejaron
grandes huellas de miseria, de ignorancia y de
atraso material y científico porque las leyes que
regían a las “Indias Occidentales”, solo exigían
deberes que constituían una explotación desmedida
del nativo en su trabajo y en sus bienes. Hubo
aplicación de leyes inquisitoriales que crearon lo
que podríamos llamar resentimientos sociales. El
nativo obedecía por temor: trabajaba obligado con
una remuneración condicionada a los intereses del
patrón. Se le negaba la educación y todo derecho de
intervenir en el gobierno y la Hacienda Pública”.
Este era el pensamiento de Valle y la independencia
Centroamericana. 200 años después, el panorama
continuó, sino igual, el pueblo, pueblo, carente de
educación es víctima de la explotación. El poder
político lo maneja una casta privilegiada en
menoscabo de los intereses de las grandes
minorías”.
Matías Funes Valladares (QDDG), en su obra:
“Valle en su tiempo y el nuestro”, reseñó lo
siguiente: “Como es lógico, la racionalidad
burguesa se materializó también en un nuevo tipo de Estado y en leyes distintas a las anteriores que se
encargaron de consagrar la igualdad, al menos
jurídica de las personas”. Fúnez hace un agregado
interesante en vía de ilustración: “En el campo
religioso el cambio quedó sellado cuando en 1517
Martín Lutero clavó las noventa y cinco tesis en la
puerta de la iglesia de Wittenberg, dando inicio de
esa manera a la Reforma Protestante que,
especialmente en su variante calvinista, marchó de
la mano con la austeridad que en un principio
pregonaba la burguesía. La transformación fue total
y, como es natural terminó minando las bases de los
viejos estados absolutistas para iniciar la era del
constitucionalismo.
Precisamente es aquí donde encontró Valle
más claridad en su caracterización del siglo, cuando escribió: “El espíritu del nuestro es
la ciencia de las sociedades: la reforma de
los gobiernos: las leyes fundamentales: el
sistema constitucional”.
“Se acusa a Valle de haber permanecido
indiferente y con cierta sumisión de
empleado público, aunque esos empleos los
desempeñó gratuitamente por su condición
de hombre rico. Se le acusaba de conocer
todos los intereses, las tendencias y los
engaños del clero, el que era ágil dirigente
del gobierno. Todo esto le creó a Valle una
atmósfera de disgusto y descontento por
parte de la ciudadanía que se lanzaba a la
lucha por la libertad. Como persona idónea
redactó el documento más importante que
nos hizo entrar en la vida independiente del
régimen español, el Acta firmada el 15 de
septiembre de 1821 y desde aquel
momento, comenzó a trabajar por la
conservación de aquella conquista y ayudar
a la estructuración del Estado. Le interesó el
ramo de la economía para levantar y
sostener la nueva política del istmo”
Fuente iconográfica: https://www.elheraldo.hn/
Fuente iconográfica: https://agn.gt/
Foto: William Meoño
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Dios, Unión, Libertad
38 Juan Ramón Martínez
I Como parte integrante de las Provincias Unidas de Centroamérica,
Honduras abolió la esclavitud el 24 de abril de 1824. Primero que
Estados Unidos que, tuvo que librar una guerra civil sangrienta
para que se
aboliera la
esclavitud de
la población
negra en la
región sur de
ese país. El
artículo en la constitución de la Federación, se estableció que
“Nadie puede nacer esclavo, y que los esclavos que huyan de otros
territorios donde son esclavos se les reconocerá como libres.
II La guerra civil más espantosa de la historia, tanto por el número
de muertos y heridos, como porque la ciudad capital estuvo sitiada
más de 45 días, fue la de 1924. Las fuerzas gubernamentales
estában rodeadas por tropas de Ferrera, Carias, Martínez Fúnez,
Tosta Carrasco y otros más. El cuerpo diplomático, encabezado
por Franklin Morales que era el ministro de Estados Unidos, libró
una intensa labor para evitar la continuación de la guerra. Después
de varios armisticios, por el fin el 23 de abril de 1924, se inician,
a las dos y media de la tarde, negociaciones entre las fuerzas
gubernamentales y los revolucionarios, en procura de la firma de
un pacto de paz, en el crucero
estadounidense Milwaukee,
anclado en Amapala. Las
negociaciones, que poco
tiempo después tendrían un
final feliz, estaban encabezadas
por el señor Sumner Welles.
Misma que terminarían con el
gobierno provisional
encabezado por el general
Vicente Tosta Carrasco, en calidad de presidente interino.
III El 20 de abril de 1980, el pueblo hondureño asistió a elecciones
para elegir a una Asamblea Constituyente cuya tarea única fue la
de redactar la Constitución de 1982. Los resultados electorales de
los tres partidos que concurrieron fueron los siguientes: el Partido
Liberal 35 diputados, el Partido Nacional 33 y el PUNU 3.
Las elecciones fueron un proceso en virtud del cual empezó a
ponerse fin al largo dominio de los militares en la política nacional,
coaligados o en forma independiente, que se había iniciado la
madrugada del 3 de octubre de 1963. Una vez instalada la
Asamblea Nacional Constituyente, eligió como Presidente
Constitucional Provisional al general Policarpo Paz García. Los
trabajos de los constituyentes fueron muy efectivos, de forma que
después de casi dos años de labor, aprobaron en el mes de enero de
1982 la Constitución que ha tenido más larga vida en la historia
constitucional de Honduras. Solo Manuel Zelaya Rosales en 2009,
intento derogarla, con resultados negativos para el gobernante
liberal para entonces que, por su intención, fue forzado a dejar el
mando el 28 de junio de 2009.
IV Una vez ratificado y canjeado el tratado suscrito en Comayagua el
28 de diciembre de 1859 por los Plenipotenciarios G. Lennox Wyke
y Cruz, el presidente Guardiola publicó una proclama en español e
inglés, dirigida a los habitantes de las Islas de la Bahía. La proclama
a la letra dice “Es mi firme resolución impedir que este cambio en
vuestra condición, sea la causa de que os sobrevenga el menor mal;
y más bien procurare que vuestra incorporación a la nacionalidad
hondureña, marque la inauguración de una era de más prosperidad,
aun para vosotros que la habéis disfrutado bajo el Gobierno liberal
de la Gran Bretaña.
Es verdad que vais a cesar de pertenecer a un imperio grande y
poderoso, pero también es cierto que ahora tendréis la noble misión
de contribuir con vuestra lealtad y con vuestra industria, al
engrandecimiento y progreso de este país favorecido, del cual vais
a formas una parte integrante. Vosotros marchareis a la vanguardia
de su civilización, y el ejemplo que daréis a vuestros hermanos del
Continente, y las relaciones y comercio mayores y más extensas
que se desarrollaran entre vosotros y el resto de Honduras, pronto
estrecharan más y más los vínculos de la fraternidad y armonía que
deben siempre uniros a los habitantes de una patria común.
Vuestros fueros y estatutos serán mantenidos fielmente. Vuestra
lealtad asimismo estoy seguro, corresponderá a los deseos de mi
gobierno, que no aspira a otra cosa que a procurar vuestro progreso
y bienestar”. (Víctor Cáceres Lara, “Efemérides Nacionales”,
Tomo II, página 137).
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Vicente Tosta Carrasco
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Dios, Unión, Libertad
GOTAS DEL SABER (38)
V
El Diario La Prensa, editado en
San Pedro Sula en su edición del
11 de abril de 1975, reportó en
su primera página bajo una
fotografía en la que aparecen los
miembros de la Comisión
Investigadora creada para
descubrir la verdad sobre el
soborno bananero en el que, se
involucró al Jefe del Estado
Osvaldo López Arellano, se lee
lo siguiente “ Los miembros de
la Comisión investigadora nombrada para esclarecerlo dio un
informe sobre la investigación en el que declara culpable al
ministro de Economía del general López Arellano, Abraham
Bennaton Ramos, y dejando serias dudas sobre López Arellano.
Bennaton fue recluido en la Penitenciaría Central y quedó libre
luego de pagar 1,650 lempiras de fianza. Al día siguiente, López
Arellano fue destituido de su cargo como Jefe de Estado. Las
Fuerzas Armadas dieron una explicación escrita para justificar la
medida y declarar Jefe de Estado al general Juan Alberto Melgar
Castro”. El gobierno era dirigido por los militares y quienes
destituyeron a López Arellano, fueron los miembros de la Primera
Promoción de las Fuerzas Armadas, egresados de la Escuela
Militar Francisco Morazán.
Destituyeron a su jefe y nombraron,
respetando la antigüedad y los
méritos, a Melgar para sucederlo.
López Arellano, intento dar
declaraciones a la radio nacional;
pero Cesar Elvir fue comisionado
para visitarlo en su casa y recordarle
que, seguía siendo miembro de la
institución y que, por ello, estaba
obligado a la obediencia. Y que se
le ordenaba que se abstuviera de
dar declaraciones. Lo penoso de
todo, sin embargo, es que, al final, su caso no fue judicializado ni
juzgado por el soborno. Nuevamente, el poder lograba, incurrir en
actos corruptos, sin que se le pudiera imponer las sanciones
correspondientes.
VI En la ciudad de Gracias, cabecera del entonces departamento del
mismo nombre, donde había establecido su residencia,
falleció Juan Lindo. Expresidente de Honduras y El Salvador.
Posiblemente el político más hábil e inteligente de la primera mitad
del siglo XIX. Sobre el fallecimiento de Lindo el Gobernador y
Comandante General Coronel Jose María Medina envió el informe
siguiente “El día 26 del presente mes, a las seis de la mañana,
cuando el sol comenzaba a alumbrar las montañas de Celaque, el
Doctor Juan Lindo dejó de existir, a consecuencia de la penosa
enfermedad que empezó a sufrir en el pueblo de Opoteca.
Trasladado a esta ciudad con su familia donde debía radicarse, pasó
algunos días levantado, con la esperanza de que su salud mejoraría;
pero atacado nuevamente por los mismos síntomas, la ciencia
médica fue ineficaz en una naturaleza de 67 años de vida, extenuada
y consumida.
El señor Lindo poseía entre las muchas cualidades que lo hacían
acreedor al aprecio público, la de la humildad, cuyo carácter es
siempre peculiar a los sabios. Queda marcada esta dote en su
testamento, el cual fue abierto antes de su entierro porque así lo
previno: “Después de muerto quiero que mi cuerpo sea sepultado
sin ninguna pompa en el lugar común destinado, conducido por
pobres a quienes se gratificara con cuatro pesos de plata a cada
uno”. El señor Lindo reposa, en la cima del Cerro de San Cristóbal,
situado hacia el Oeste, contiguo a esta ciudad. La sombra de un
árbol conocido en el país con el nombre de jagua cubre su sepulcro.
Su viuda doña Josefa Pineda, sus albaceas y amigos que tanto le
pertenecieron, erigirán el monumento que hará perpetua su
memoria”. (Víctor Cáceres Lara, “Efemérides Nacionales” Tomo
II, página 139).
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Dios, Unión, Libertad
I En 1902, la municipalidad de Tela, en agradecimiento por los
favores recibidos por parte del gobierno de Terencio Sierra,
sustituye el nombre de Tela por “Puerto Sierra”. Sin embargo, al
terminar Sierra su periodo en 1903 y derrotado militarmente por
Manuel Bonilla, en la revolución de ese mismo año, los teleños
en una típica maniobra oportunista de los hondureños que
siempre prefieren a los ganadores, vuelven a llamar a la ciudad
con el nombre original: Puerto de Tela. Ese mismo año de 1902
ocurrieron dos hechos importantes. El primero, se creó el
departamento de Atlántida “el 24 de febrero y se fraccionó el
municipio de Tela para crear el municipio de San Cristóbal de
Colorado, ahora con el nombre de Esparta, después de 1929”.
(Rafael Ángel Elvir, “La Villa del Triunfo de la Cruz en la
Historia”, página 104).
II Según Rafael Ángel Elvir, “por primera vez el gobierno
(Honduras), da concesiones a los extranjeros: G. W. Grace y
Phillip S. Elliot, por el Decreto No. 50 del 22 de febrero de 1902.
Le siguen otras pequeñas compañías como la Micos Lagoon
Plantation Company y empresarios individuales, M. Anderson,
Carlos Bolet, J. F. Galligan, Thomas A. Flannagan y los
nacionales Sigifredo Fernández, Antonio R. Elvir, Inocente
Mejía, Cecilia de Juan, Alberto Hess, G. Inés Dueñas, H. Dubón,
Simón Valerio, Juan Antonio Murillo y otros más “para dedicar
tierras al cultivo de banano”.
III Durante la administración de Marco Aurelio Soto, iniciada en
agosto de 1876 hasta 1888, Honduras ofreció asilo a los
emigrados cubanos que luchaban por la independencia de su
patria. El periódico “La Paz”, el 9 de febrero de 1879, reseñó:
“de hoy a mañana deberán llegar a esta ciudad el distinguido
General del ejército patriótico de Cuba, Don Máximo Gómez, y
el simpático y popular poeta Don J. Joaquín Palma. El General
Gómez peleó con heroísmo y abnegación por la independencia
de aquella hermosa isla hasta que la capitulación de El Zanjón lo
obligó abandonarla (…) El día 9 sería recibido por el Presidente
(Marco Aurelio Soto) y el Ministro General (Ramón Rosa). En
su edición del 16 de febrero la misma publicación, describió la
llegada de los cubanos: “Durante la entrada por la calle principal
de la Villa de Concepción y las de Tegucigalpa, los habitantes de
ambos sexos y de todas las comisiones se agrupaban a la puerta,
ventanas y balcones de las casas de tránsito, deseosos de conocer
al héroe de la revolución de Cuba, y de volver a saludar al poeta
Palma. Gómez, desde junio de 1879 hasta finales de 1880,
residió en Amapala, fecha en que pasó a establecerse en San Pedro
Sula. En esa ciudad viven descendientes suyos: Arzoni Gómez
bisnieto y la tataranieta Daniela Gómez, así como Ibel Dasia y Aixa
Gómez entre otros más lejanos. (Patriotas Cubanos en Honduras,
Sergio Ravelo López, página 27).
IV El 19 de mayo de 1980, el Tribunal Nacional de Elecciones suscribió
el Acta Numero 270 que a la letra dice: “Reunido el Tribunal
Nacional de Elecciones a las dos de la tarde del día lunes diecinueve
de mayo de mil novecientos ochenta, se celebró Sesión
Extraordinaria, presidida por el ciudadano Virgilio R. Gálvez, con la
asistencia de los Miembros Propietarios ciudadanos Rómulo
Romero Guzmán, Oscar Mejía Arellano, Rolando E. Soto, y en la
Secretaría, el ciudadano Jose Antonio Suazo Mejía, para practicar el
escrutinio general de las elecciones para Diputados a la Asamblea
Nacional Constituyente practicadas el 20 de abril de 1980 y hacer la
declaratoria de los Diputados electos.
Se procedió de la manera siguiente: 1° Habiéndose realizado el tercer
domingo de abril de mil novecientos ochenta las elecciones para
Diputados a la Asamblea Nacional Constituyente y recibidas las
actas de los escrutinios verificados por los Tribunales
departamentales de Elecciones; con vista de las mismas y en
cumplimiento del Artículo 108 de la Ley Electoral y de las
Organizaciones Políticas, este Tribunal Nacional de Elecciones
practicó el escrutinio general con el siguiente resultado:
Concurrieron a las Urnas Electorales 1,003,680 votantes así: Votos
a favor del Partido Innovación y Unidad 35,052; Votos a favor del
Partido Liberal de Honduras 495,789; Votos a favor del Partido
Nacional de Honduras 423,623; Bográn Madrid 2,760; Votos a favor
candidatura independiente Jiménez Medina 658; Votos a favor
candidatura independiente Rodríguez Díaz Zelaya 2,214; Votos
Nulos 24,221; Votos en Blanco 20,047; Total 1,003,680.” (Alexis
Oliva, “Gobernantes Hondureños Siglos XIX y XX” Tomo II,
páginas 218 y 2019).
Fuente iconográfica: https://lasiniestra.com/
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V Hasta el 7 de mayo de 1862, los hondureños formamos parte de
la población de la República de Honduras. Es decir, que hasta en
esa fecha se adoptó oficialmente el nombre que debía llevar
nuestra nación.
En efecto, la Cámara de Diputados, reunida en Santa Rosa de
Copán –todavía estaba vigente el régimen legislativo
bicameral—emitió el Decreto de 7 de mayo que a la letra dice:
“DECRETO No. 3. La Cámara de Diputados, considerando: que
está en sus facultades y es de su deber instituir el nombre que
debe llevar la
Nación procediendo
en consonancia con
el rango político que
le pertenece,
atendidos los
principios
desenvueltos en la
Carta fundamental,
ha tenido a bien
decretar y
DECRETA:
Artículo 1° La denominación que en adelante llevará el conjunto
de pueblos que forman el Estado, con inclusión de sus islas
adyacentes, es el de “Republica de Honduras”. Artículo 2° El
Gobierno mandará esculpir este título en los sellos mayores y
menores de que debe hacerse uso; en el Escudo del Pabellón y
Banderas de las milicias; en óvalos mandados fijar en el
frontispicio de las oficinas y también en las monedas. Artículo
3° La presente Ley será promulgada en todos los pueblos de la
República con la solemnidad debida. Pase al Senado. Dado en el
Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados en la ciudad de
Santa Rosa a siete de mayo de mil ochocientos sesenta y dos.
Rafl. C. Díaz, Presidente. –Jose Meza, D. S.- C. Gómez, D. S.
Vuelva a la Cámara de Diputados. Santa Rosa, mayo 8 de 1862.
– B. Inestroza, Senador Presidente. –T. Hernández, Senador
Secretario. Habiendo sido ratificado unánimemente por la
Cámara de Diputados, vuelva al Senado. Sala de Sesiones, Santa
Rosa, mayo 8 de 1962. Rafael C. Díaz, D. P.; Jose Meza, D. S.;
C. Gómez, D. S.”
VI “El señor Gobernador Intendente Interino de Comayagua, Don
José María Piñol y Muñoz, en carta enviada al Señor Capitán
General Don José Bustamante, con fecha 18 de febrero de 1812,
informa que, continuando sus averiguaciones, ha sabido por varios
conductos, que el foco de donde han salido los rayos que han
abrasado a Tegucigalpa, ha sido el Convento de San Francisco de aquella
Villa.
En él vivía, agrega, “el P.C. Fray Antonio Rojas, en el que esta desde
que salió de la cárcel Don Julián Francisco Romero, mantenido de
Fray Joaquín de Heredia, quien ha escrito en estos días a su
Ilustrísima una carta en que se conoce procura sondear y saber qué
noticias ha tenido de las cosas, y allí también concurre por la amistad
con Romero, Don Francisco Ariza, criollo, hijo de un francés, de que
he hablado a V. E. en mi citado oficio. Por esta razón me parece de
absoluta necesidad, que V.E. disponga con los prelados de estos
religiosos, que a la mayor brevedad dejen toda esta Provincia, pues
en cualquier parte de ella que subsistan, pueden sembrar VENENO,
como se me ha dicho lo está haciendo en el Valle de Yoro, el Padre
Rojas, exagerando las fuerzas y resolución de sostenerse con que se
hallan los mulatos de Tegucigalpa, y otras especies que pueden
perturbar el sosiego de aquellos honrados vecinos”. (Guillermo
Mayes h. “Honduras en la Independencia de Centro América y
Anexión a México”, página 34).
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Dios, Unión, Libertad
La Universidad Católica de Honduras, Nuestra Señora
Reina de la Paz, presentó a la Comisión del Bicentenario
1821-2021, que coordina el Lic. Juan Ramón Martínez,
propuestas arquitectónicas de seis obras que la Comisión
planea construir como parte de la conmemoración de los
200 años de nuestra vida republicana.
Esta actividad, por parte de la Comisión, ha estado a
cargo del historiador Miguel Rodríguez, la cual ha
desarrollado con suma eficiencia.
La presentación, realizada vía Zoom, inició con las
palabras de bienvenida y agradecimiento del Lic.
Martínez. Luego, el arquitecto Javier Maradiaga agradeció
que tan importante trabajo de diseño se le haya asignado
a la Universidad Católica. La presentación fue muy
completa al detallar, por parte de alumnos de esta
universidad, las propuestas de construcción.
Los diseños presentados son los siguientes: 1. Plaza del
mestizaje. 2. Museo al aire libre. 3. Reconstrucción del
parque El Obelisco. 4. Pedestales donde se colocarán
bustos del prócer José Cecilio del Valle. 5. El complejo
cultural “Casa Valle”. 6. El panteón nacional. Algunas
obras tienen dos propuestas de edificación.
Es de hacer notar que estas propuestas arquitectónicas
contienen edificaciones completas que dan realce y
solemnidad a lo que se pretende construir. La arquitecta
Daisy Guevara contestó algunas interrogantes hechas por
el Coordinador General, el Lic. Martínez, respecto a
algunos detalles en los diseños. Luego presentaron un
libro completo, de alrededor 300 páginas, que contiene
toda la información, incluyendo los planos, de las
propuestas arquitectónicas. Dicho libro será entregado
en digital y en físico a la Comisión del Bicentenario.
Asistieron a esta reunión de entrega de las propuestas
arquitectónicas, además del personal de la Comisión del
Bicentenario, los arquitectos Daisy Guevara, Javier
Maradiaga y Salvador Romero.
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Dios, Unión, Libertad
General José Enrique Soto Cano: crónica de un merecido homenaje
Adán Hilario Suazo Molina
El pasado día lunes 5 de octubre de 2020, tuvimos la
oportunidad de asistir a una ceremonia especial, cual
fuese organizada por el Estado Mayor Conjunto de las
FFAA, la convocatoria tuvo como propósito, hacer efectivo
el ascenso a General de Brigada al ejemplar caballero del
aire, Coronel de Aviación ® Don José Enrique Soto Cano,
se trató de una ceremonia corta y con una reducida
asistencia, guardando todas las medidas de bioseguridad,
como lo demandan los tiempos que vivimos, no obstante,
el evento denotó la relevancia debida, contó con la
presencia del alto mando del instituto armado, familiares
del homenajeado y algunos invitados especiales.
Se destaca, el uso de la palabra de la licenciada Ela
Dinorah Soto en representación de la familia Soto
Cervantes, quien conmovió al auditorio con sus palabras
dedicadas a su padre, en especial al echar de menos a su
querida madre, doña Ela y a su hermano Quique, quienes
ya moran en la paz celestial; el señor Jefe de Estado Mayor
Conjunto, general de División Tito Livio Moreno Coello por
su parte, enfatizó en su intervención, sobre la importancia
de reconocer méritos en vida, y que a pesar del transcurso
de cincuenta años después del conflicto armado con El
Salvador, se le rindan honores a un gran hombre, quien
supo conducir la campaña aérea en dicho conflicto y
obtener la victoria, mediante una conducción doctrinaria
ejemplar. Coincidentemente, el General Soto Cano estaba
ese mismo día arribando a sus 97 años de edad; quien no
obstante la edad, pero con una voluntad férrea de
soldado, pidió ponerse de pie, para recibir con orgullo las
insignias y el despacho que lo distinguen como un Señor
General de la República.
El General Soto Cano es de esos excepcionales hombres
que muy poco se conocen en la vida, nacido en 1923 en
Olanchito, tuvo el mérito de salir de su poblado en busca
de mejores horizontes, para ingresar a la FAH en octubre
de 1941, primero como Soldado Mecánico de Aviación,
para posteriormente y por méritos personales ser
aceptado como Cadete de Vuelo.
Su espíritu de superación le hizo terminar sus estudios
secundarios, y aprovechar los pocos espacios libres que
le permitía el deber, para culminar en 1978 el nivel
universitario, graduándose como Lic. en Derecho; fue
Comandante de la FAH desde 1965 a 1975, destacando
dos hechos relevantes en su mandato, los cuales fueron:
la planeación ejecución y conducción de la campaña
aérea en la guerra del 69 y el ingreso de la era del jet,
hecho que marcó la transformación del arma aérea tanto
en equipo como en doctrina.
Durante el conflicto del 69, Trazo
de nuestra historia, que es tan
tergiversado y criticado por
personas negativas o ignorantes
que tratan de minimizar las
acciones de nuestros soldados,
muchos de los cuales ofrendaron
sus vidas, luchando contra un
enemigo preparado con mucha
antelación, quienes contaban con equipo de combate
superior, cuya aspiración y objetivo fue obtener una salida
al Atlántico en perjuicio de nuestro territorio. Pueblo,
gobierno y FF AA se mantuvieron unidos en defensa de la
soberanía, destacándose las acciones del General Soto
Cano, quien supo evaluar profesionalmente la situación y
basado en la calidad de su personal de pilotos, técnicos,
cuerpo de seguridad y personal auxiliar, planificó la
conducción y ejecución de la campaña aérea, primero
desdoblando la FAH en dos comandos, ejecutando misiones
de Superioridad Aérea, Interdicción, Apoyo Aéreo Cercano,
Patrullaje y Transporte, misiones en donde nuestros
aguerridos pilotos lograron victorias rotundas,
especialmente, en combate aire-aire, concretándose tres
derribos por nuestro As de la Aviación Mundial y Héroe
Nacional, Fernando Soto (QDDG). (Coincidentemente mismo
apellido que el General Soto C., pero sin lazos familiares)
Otras misiones a rememorar son los ataques sobre los
centros de gravedad enemigos, como ser su base de
Ilopango, la neutralización de las instalaciones de
combustibles en los puertos de Acajutla y Cutuco y Apoyo
Aéreo Cercano en el combate de San Rafael de las Mataras.
Obteniendo finalmente, el punto culminante de las
campañas aéreas, cual es obtener la Supremacía Aérea;
desde entonces se generó el mito de “La gloriosa e invicta
FAH”; es importante citar que el general Soto Cano ya
contaba con la experiencia del conflicto fronterizo de
Mocorón en 1957.
Quienes hemos servido a la Patria a través de la FAH,
especialmente quienes acompañaron a Mi General Soto
Cano en la justa heroica del 69, así como las generaciones
presentes y futuras, vemos en él, un referente, un modelo a
seguir, un orgullo nacional. Jamás debemos pasar por alto
sus enseñanzas, su concepción doctrinaria del empleo del
arma aérea, recalcando sobre la rentabilidad que produce
invertir en la adquisición, mantenimiento, sostenimiento y
desarrollo de una capacidad aérea que le brinde a la Patria,
control aeroespacial, disuasión, estabilidad, garantía
soberana y seguridad para el desarrollo.
EL BICENTENARIO 13 de Mayo del 2021
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Dios, Unión, Libertad
de Honduras
El Museo del Aire de Honduras es el único museo aeronáutico y uno
de los más importantes en recopilación histórica de la república
de Honduras. Administrado por la Fundación Museo del Aire de
Honduras, organización creada en el año 2000 bajo decreto del Congreso Nacional de Honduras, con el
propósito de recuperar, restaurar, investigar, estudiar y preservar el legado histórico de la aviación nacional
y motivar a los presentes y futuros hondureños a ingresar en este mundo de alto desarrollo tecnológico
para beneficio de toda la sociedad. La idea de crear el “Museo del Aire de Honduras” nace a partir de la
década de los años cincuenta, cuando los aviones empiezan a ser recuperados, pintados y trasladados a lo
que es hoy el Club de Oficiales de la FAH.
Historia
grado en fundar y organizar el “Museo del Aire de
Honduras”.
El segundo paso fue la disposición de donar 12
aeronaves al Club de Oficiales de la FAH a finales
de los años 80,
lo que determina la segunda etapa en firme para la
organización de tan importante proyecto. Más
tarde, en junio del 2000 la primera reunión con
personas interesadas formalmente en el proyecto
lleva a la conclusión de organizar un “Comité Pro-
Museo del Aire”, convocados todos por el entonces
Comandante Coronel Gerardo E. Carvajal
(Q.D.D.G.), y con participación de voluntarios y
demás personas interesadas en la conservación del
patrimonio histórico aeronáutico del país. El comité
presenta y firma el documento de Acta de
Constitución de la “Fundación Museo del Aíre de
Honduras” un 30 de agosto de 2000, en las
instalaciones de la Fuerza Aérea Hondureña sede
La Fuerza Aérea Hondureña empieza a almacenar
aviones que ya no usa, en principal los adquiridos en
los años 1930 en su mayoría ejemplares propulsadas
a motor y hélices, monoplanos, biplanos, avionetas y
algunos reactores, adquiridos en la década de los
años 1970. En el año de 1981 la exhibición fue bien
acogida por el público que admiró a los aviones
históricos y que incluso algunos ejemplares en
buenas condiciones volaron. Tal fue el caso de los
aparatos NA-16, el Corsario y los aviones AT-6.
Cinco años después en 1986 representantes
del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Instituto
Smithsoniano de los Estados Unidos de América,
concienciaron al público hondureño mediante charlas
y conferencias realizadas en el Instituto Hondureño
de Cultura Interamericana (IHCI) del potencial de
contar con un museo de aviación nacional. Es así que
la iniciativa da sus primeros pasos dentro del
comando y personal activo de la Fuerza Aérea
Hondureña (FAH) los cuales se involucran en alto
EL BICENTENARIO 13 de Mayo del 2021
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Dios, Unión, Libertad
en el Aeropuerto Toncontín en la ciudad capital de
Tegucigalpa, M.D.C. La creación de la Fundación
cuenta con los instrumentos legales de Personería
Jurídica con registro No. 102-2002; y, el Decreto
emitido por el soberano Congreso Nacional de
Honduras No. 144-2003.
La organizada fundación cuenta con veintidós
miembros voluntarios, los cuales en su mayoría
recibieron en el año 2003 capacitación museográfica
por parte de la Universidad Pedagógica Nacional
Francisco Morazán (UPNFM).
Colección de aeronaves
La fundación y museo cuenta con veinticinco
aeronaves las cuales fueron traspasadas a la
organización mediante Decreto No. 144-2003 emitido
por el Congreso Nacional y mediante donaciones
privadas. En su mayoría los ejemplares pertenecieron
activamente a la Fuerza Aérea Hondureña y el resto
fueron donadas por personas privadas. Además de
otras en proceso de restauración y mantenimiento
técnico por expertos, algunos de estos ejemplares
tanto helicópteros y aviones pueden funcionar
perfectamente y volar debido al profesional
mantenimiento, entre los otros aparatos se
encuentran, los modelos siguientes
Modelo Matrícula y datos
AMD Super Mystere B.2 FAH-2009
Beechcraft AT-11 FAH-105
Beechcraft Twin Bonanza
Bell P-63E King Cobra FAH-402
Modelo Matrícula y
datos
Bell UH-1B FAH-934
Bell 47G-4 FAH-910
Canadair CL-13 MkIV/F-
86E
FAH-3006
Cessna T-41D FAH-225
Cessna 185B FAH-111
Cessna A-37B FAH-1018
Cessna 206 HR-IAD
Cessna 337 Skymaster HR-HCM
Curtiss C-46 Commando
Douglas C-47 FAH-315
Douglas C-47 FAH-306
Douglas DC-6
Fiat F-86K FAH-1102
Hughes TH-55A FAH-917
Lockheed T-33A FAH-1200
North American AT-6C FaH-205C
North American NA-16 FAH-21
North American T-28B FAH-230
Stearman PT-17 FAH-46
Vought F4U-5N Corsario FAH-609
Vultee BT-13 FAH-60
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Dios, Unión, Libertad
Piezas Únicas
El museo cuenta con la aeronave considerada la más
antigua en el país, registrado en el año 1937 y el cual
es un NA-16 que sería quizás el único ejemplar
existente en el mundo. El NA-16 ingresó al país en
1935 adquirido por el gobierno del Doctor y General
Tiburcio Carías Andino, lo que convirtió a la Fuerza
Aérea Hondureña en una de las más modernas de la
región en esa década. Según investigaciones, es la
única aeronave de su modelo en estado completo y
con todas sus piezas originales en el mundo. Su
último vuelo lo realizó en el 50 aniversario de la
Fuerza Aérea Hondureña en 1981. El museo restaúro
la aeronave en el 2002, previo a abrir sus puertas al
público en general.
Otra pieza única y que cuenta con un récord mundial,
es el avión Chance Vought Corssair F4U-5N,
matriculado FAH-609, siendo el más famoso por ser
el último avión de motor y hélice en entrar en
combate en la historia, durante la Guerra del Fútbol
entre las repúblicas de El Salvador y Honduras en
1969 y que fue pilotado por el héroe y as del aire el
capitán Fernando Soto Henríquez “El Flaco”.
El Parque Aeronáutico del Museo cuenta con el avión
el Hércules C-130 y matrícula FAH-558 y de nombre
clave "Samurai01" que fue pilotado por el Coronel
de Aviación, Gerardo Carbajal Midence, cuando era
parte de la Fuerza Aérea Hondureña y fundador del
Museo del Aire.
Sección física del Museo El área del museo tiene alrededor de cinco hectáreas
de terreno ubicado en la Fuerza Aérea Hondureña en
Toncontín, Tegucigalpa, M.D.C. Arrendado por un
término de cien años con el Estado de Honduras y
con un contrato autorizado mediante el Decreto No.
144-2003 emitido por el Congreso Nacional.
La infraestructura, cuenta con una sala de
exhibiciones y con una exposición al aire libre de la
colección de las aeronaves, además de artefactos y
piezas históricas, fotografías,
documentos y algunos videos históricos, estos
últimos a ser catalogados en el futuro proyecto de
Archivo Aeronáutico de Honduras, dependencia a
ser creada por la F.M.A.H. una oficina de la
administración, un contable y otra de exhibición;
mantenimiento y restauración de aviones e
integrada por técnicos en mantenimiento de
aviones especializados. Asimismo cuenta con una
tienda en el Aeropuerto Internacional de Toncontín
y otra en el edificio de exhibiciones con el fin de
lograr autosuficiencia económica. El Parque
Aeronáutico
se abrió al
público en
septiembre
del año 2002
y atiende al
público general los días martes a viernes de 8:00 a.
m. a 12:00 p. m. y sábado y domingo con horarios
de 10.00 a. m. hasta las 5:00 p. m. Los días de
semana se atiende previa cita a grupos como ser
instituciones técnicas, universidades, colegios,
escuelas y público en general.
Membresías
La Fundación Museo del Aire de Honduras forma
parte de la Sociedad Latinoamericana de
Historiadores de Aviación (L.A.A.H.S), la Federación
Iberoamericana de Estudios Aéreo-Espaciales, y la
Asociación de Museos Aeronáuticos de
Iberoamérica.
Directores
Estos son los directores que ha tenido el Museo del
Aire:
Capitán (r) Jurguen Hesse Hoya, 2005-2008; Capitán(r) Anthony Eris Stevensson, 2008-20012; Coronel (r) José
Alfredo San Martín, 2012 – 2014; Licenciado Mario Hernán
Mejía Herrera, 2014 – 2019 y General. FAH Javier R.
Barrientos Alvarado, 2019, Director actual.
Información tomada de Wikipedia.
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Dios, Unión, Libertad
DESDE SANTA ROSA DE COPÁN SE LE DIO NOMBRE OFICIAL A
NUESTRO PAÍS
Miguel Rodríguez A.
Cuando se dio la ruptura política con el imperio
español, nuestro país, primariamente fue la República
Federal de Centro América. Dentro de esta, el naciente
Estado de Honduras tuvo un largo recorrido por
establecerse en el teatro político interno y a nivel
regional.
Una prerrogativa esencial de cualquier Estado-Nación
es establecer su nombre PROPIO, y Honduras, hasta
1862 no lo tuvo. Este proceso lo han vivido todas las
naciones del mundo. En el caso británico, a modo de
ejemplo, obtuvo su nombre oficial, después de la
ruptura con la República de Irlanda en 1927,
llamándose United Kingdom of Great Britain and
Northern Ireland (Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte).
Siendo presidente don Victoriano Castellanos Cortés
(encargado legal), desde la ciudad de Santa Rosa de los
Llanos, en el occidente del país, teniendo para estos
años la estructura legislativa bicameral (herencia de la
Republica Federal, estructurada en 1848), y por
unanimidad de votos, por decreto n. 3, del 7 de mayo
de 1862 se le da nombre oficial a nuestro país como
“Republica de Honduras”.
Santa Rosa de los Llanos para este año tuvo la
jurisdicción de la Cámara Legislativa hondureña. Es
importante resaltar este detalle ya que, una parte de la
legislación hondureña del siglo XIX no estuvo ni en
Comayagua ni Tegucigalpa. Por diferentes factores de
carácter político y gubernamental, el poder legislativo
residió en Gracias, Cedros, Santa Barbara y Santa Rosa
de los Llanos, hoy el departamento de Copán.
Hoy publicamos dicho decreto legislativo, en miras de
recordar este hecho histórico que nos dio nombre en el
concierto de las naciones. Su importancia se debe
pensar en función de la consolidación del proyecto
nacional decimonónico y repensar sus alcances en
todos los pueblos de la República.
No cabe duda que somos un conjunto de pueblos que
componen la República de Honduras. Con diferencias y
hasta cierto punto con muchos antagonismos, en este
número del Bicentenario celebramos este hecho y
publicamos su Decreto Legislativo.
Decreto No. 3
La Cámara de Diputados
Considerando: que está entre sus facultades, y es un
deber instituir el nombre que debe llevar la Nación
procediendo en consecuencia con el ramo político que
le pertenece, atendiendo los principios desenvueltos
en la Carta Fundamental, ha tenido a bien decretar y
DECRETA:
Artículo 1° La denominación que en adelante llevará
el conjunto de pueblos que forman el Estado, con
inclusión de sus islas adyacentes, es el de “República
de Honduras”.
Artículo 2° El Gobierno mandará esculpir este
título en los sellos mayores y menores de que debe
hacerse uso; en el Escudo del Pabellón y Banderas de
las milicias; en óvalos mandados fijar en el
frontispicio de las oficinas y también en las monedas.
Artículo 3° La presente Ley será promulgada en
todos los pueblos de la República con la solemnidad
debida.
Pase al Senado. Dado en el Salón de Sesiones de la
Cámara de Diputados en la ciudad de Santa Rosa a
siete de mayo de mil ochocientos sesenta y dos.
(f) Rodolfo C. Díaz, Presidente; (f) José Meza, D. S.; (f)
C. Gómez, D. S.
Vuelva a la Cámara de Diputados. Santa Rosa, mayo
8 de 1862. – B. Inestroza, Senador Presidente. –T.
Hernández, Senador Secretario. Habiendo sido
ratificado unánimemente por la Cámara de
Diputados, vuelva al Senado. Sala de Sesiones, Santa
Rosa, mayo 8 de 1962. Rodolfo C. Díaz, D. P.; José
Meza, D. S.; C. Gómez, D. S.”
Fuente: Castellanos, J. Efraín. 1976. Diario de una Patria. Agenda
histórica y turística de Honduras. Tegucigalpa: Imprenta Calderón.
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Grandes olvidados
ADOLFO ZÚNIGA MIDENCE
(1835-1900)
Oscar Aníbal Puerto Posas
A no ser la inquietud intelectual de Juan Ramón Martínez y la pléyade de escritores, gravitando en su entorno, cuando éste se
desempeñaba como presidente del Consejo Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras; me hubiese sido
imposible conocer al preclaro intelectual Adolfo Zúniga; y a otra gavilla de hombres de pensamiento; recopilados fragmentos
de sus obras y “sucintamente biografiados” por don Rómulo E. Durón (1865-1942); en “Honduras Literaria”, obra publicada
en 1896. Juan Ramón Martínez y compañía, publicaron la segunda edición de “Honduras Literaria”, en 1996 (un siglo después).
Va un justo reconocimiento al entonces Rector Dr. René Sagastume Castillo y demás autoridades universitarias cuyos nombres
–no por mala voluntad, pero sí por economía editorial– omitimos.
1. Adolfo Zúniga, el hombre
Que sea don Paulino Valladares, otro de nuestros
prohombres quien nos lo describa, cedemos con humildad la
pluma al “príncipe” de los periodistas hondureños: “Muy
pocos hombres en Honduras han dejado tras de sí una huella
intelectual tan brillante como la del Dr. Adolfo Zúniga. A su
considerable labor de diplomático, de jurisconsulto y de
orador, es preciso agregar, colocándola, en término, su
fecunda labor de periodista. Puede decirse que él rompió la
densa niebla del silencio en la república, llevando a los
ciudadanos, en las columnas de “La Paz”, el ruido de la
civilización y las vibraciones del espíritu moderno.
(Rodríguez Ayestas, Julio, “Hondureños Ilustres en la Pluma
de Paulino Valladares”, Tegucigalpa, Honduras, C.A. 1972).
Rodando su semblanza, agregaré: Nació en Tegucigalpa en
1835 y murió en la misma ciudad a principios del siglo
veinte. Diputado en 1876, en la Asamblea Constituyente
presentó un proyecto de Constitución cuyo espíritu fue
seguido en la que se aprobó en 1880. Ministro de Relaciones
Exteriores con don Ponciano Leiva (1874) y de Justicia e
Instrucción Pública cuando Leiva sustituyó interinamente a
Bográn (1885). Fue, entonces, una personalidad
multivalente. A cada una de sus facetas hemos de referirnos
en este ensayo.
2. El Periodista
El mezquino espacio de un gabinete, no congeniaba con su
personalidad. Desde ahí no se puede explayar el
pensamiento. Solo cabe hacerlo desde las páginas de un
periódico. Por eso fundó “La Paz”. Ya don Paulino
Valladares nos explicó lo que “La Paz” significó en
Honduras. Lo repito para que no se olvide: “rompió la densa
niebla del silencio […], llevando a los ciudadanos el ruido de
la civilización y las vibraciones del espíritu moderno”. De ser
así el título no congeniaba con su contenido. Luego de leer
“La Paz”, la oligarquía debe haber padecido insomnio.
En “Honduras Literaria” concentraré algunos artículos de
Adolfo Zúniga, publicados en “La Paz”, los más sólidos y
vigorosos. Los que calan el alma del lector. Tomaré, para
principiar, el artículo dedicado a Manuel Molina Vigil (1853-
1883). Es una de las páginas más patéticas de la literatura
hondureña. El autor era amigo del médico y poeta suicida.
Acudió a la casa mortuoria a los gritos desesperados de dos
mujeres: la esposa, a quien Zúniga describe así: “una hechicera
y encantadora joven de diez y nueve años, cuya corona de
azahares aún no se había marchitado en su frente de esposa,
sublime en su desesperación y su dolor, daba al cielo sus
lamentos y sus quejas y sus lágrimas, perlas del corazón,
rodaban por sus encendidas mejillas. Haciéndola más
deslumbrantemente bella”. Más patético es el cuadro en que
describe a la madre del lírico suicida. “La anciana madre con
la cara rígida como un cadáver y manchada de sangre: ¡ay! De
su hijo idolatrado, recorría loca, muda, sombría, casi terrible
las galerías interiores de la casa, cayendo al fin de rodillas, y
murmurando una plegaria para que no estallara el corazón…
(La Paz, abril de 1883).
Nunca he sido un lector impasible. Confieso que lloré. El
articulista se atreve a conjeturar las causas del suicidio. Manuel
Molina Vigil –dice Adolfo Zúniga– sabía que lo acechaba la
locura, “para evitarla se suicidó”. Es posible que como médico
intuyó un desequilibrio mental.
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Causada por el exceso de lecturas y vida mental. Su médico
lo envió a un pueblo lejano, situado sobre una cima. En su
valija no llevaba libros. Pero produjo uno que lo hizo
inmortal: “Platero y yo”. “En esta tierra negra de
pesimismos”, como llamó a Honduras don Medardo Mejía,
son muchos los intelectuales suicidas: José Antonio
Domínguez, es otro ejemplo. Juan Ramón Molina, no fue un
suicida. Murió en San Salvador en 1908, víctima de
melancolía, de la enfermedad alcohólica que lo acompañó
por siempre y a causa de privaciones. No pretendo un
recuento necrológico de los grandes poetas hondureños, será
un tema de otro artículo.
Volvamos a “La Paz”, macizos artículos les dedica Adolfo
Zúniga a dos próceres centroamericanos: Miguel García
Granados (La Paz, 27 de octubre de 1818) y Máximo Jerez.
Y hay otros que comentaré en otros espacios del presente
ensayo. Por ahora, cierro este capítulo diciendo que “La
Paz”, es si no el mejor, uno de los mejores periódicos que se
han editado en Honduras. Con un mérito adicional, solo una
pluma escribía. La pluma de Adolfo Zúniga.
3. El Jurisconsulto
Según, don Rómulo E. Durón, Adolfo Zúniga estudió en la
Universidad de Honduras hasta obtener el título de abogado.
Posteriormente –sigue diciendo el historiógrafo– y durante la
administración del General don Gerardo Barrios en El
Salvador, fue a este país y en él obtuvo, después de un lúcido
examen, el título de Doctor de la Universidad de aquella
República”. Adolfo Zúniga era Doctor en Derecho.
Como jurisconsulto se le recuerda más por causas llevadas
en los tribunales; por otras actuaciones de mayor
trascendencia sociopolítica. Abogó en favor del divorcio, en
su época, por influencias religiosas, prohibido. En su artículo
“Ley de Matrimonio Civil”, con tino y gracia, sin querer
polemizar con “la religión católica, apostólica y romana” que
por largo tiempo fue la religión del Estado, la religión
oficial”. Adolfo Zúniga, arguye: “Aplaudimos las religiones
y las leyes que saben conciliar lo que hay de divino y
humano; aplaudimos las religiones y las leyes que lejos de
contrariar, ayudan y dirigen nuestra flaca naturaleza;
aplaudimos las religiones y las leyes que han provocado
remedio, a lo que tal vez no puede remediarse nunca, la
profunda desunión de los corazones…”.
¡Vaya manera de decir las cosas: no tiene sentido el
matrimonio cuando se ha producido “la profunda desunión de
los corazones”! Zúniga utilizaba la buena literatura en todas sus
argumentaciones forenses. Para eso se necesita una vasta
cultura. Al final, en el gobierno de Marco Aurelio Soto, al
aprobarse el Código Civil, se dio paso a la concesión, en la
esfera del Derecho Privado, del divorcio. ¡A qué mantener en
pie una institución, cuando “es profunda la desunión de los
corazones”, que en día feliz se confundieron y que no vivían
sino el uno para el otro! (“La Paz”, 1881).
Otra perla de su talento jurídico brilla en “Informe de la
Comisión al presentar el Proyecto de Código Penal Militar, al
señor Presidente de la República”. Data de 1881, gobernaba el
abogado Marco Aurelio Soto; la Comisión de mérito, además
del doctor Zúniga, la integraban: Enrique E. Gutiérrez
(General, era necesaria la presencia de un militar en la
elaboración de un Código Penal Militar). Carlos Alberto Uclés
(1854-1942). El sí era también doctor en Derecho por la
Universidad de San Carlos, Guatemala. “El Informe… viene a
ser la “exposición de motivos”, presente en otras legislaciones.
Leyéndolo, no dudamos que en él fue dilatado el aporte de
Adolfo Zúniga, lo delata su estilo suelto y galante; copiamos un
párrafo: “Si se ha dicho, y con sobrada razón que nuestra
legislación civil es un caos, quizá no haya un calificativo
bastante propio, bastante enérgico para calificar el estado de
nuestra legislación militar” (…). “Y que mucho si, hasta hace
poco, muy poco tiempo, hemos ido a buscar soldados para
formar nuestro ejército al fondo de las prisiones, a las sentinas
del vicio o en las arbitrarias y vejatorias levas forzadas”, o en
la caza de hombres…”. Ello fue dicho el 15 de mayo de 1881.
Sin embargo, Honduras es sorda a la voz de sus grandes
hombres. Sí escucha, en cambio a los demagogos, charlatanes
y mentirosos, que le mienten en cada evento electoral.
Transcurrirían muchos años, para que el gobierno del doctor
Carlos Roberto Reina (1994-1998), promulgara la “Ley de
servicio militar obligatorio, educativo y patriótico”. Cesó, con
ella la cacería de hombres. Con todo, nuestras Fuerzas Armadas
dejan mucho qué desear. Hay que hacerlas más amigables al
pueblo y educarlas en Derechos Humanos.
4. El Orador
Don Augusto C. Coello (1882-1941), califica a Álvaro
Contreras (1839-1882), como nuestro “verbo tribuno de más
brillo”.
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Y lo es, sin duda alguna. Ahora bien, Adolfo Zúniga, también
fue un orador grandilocuente. Es célebre su discurso en la
Universidad Central, en su calidad de Rector (así a secas, sin
el adorno pedantesco de “magnífico”). Fue dicho en 1881.
Contiene fuego y vigor. Mejor que los pronunciados por
otros rectores que presumen de “revolucionarios”.
“Honduras Literaria”, (2ª. Edición, UNAH, 1996, PP. 389-
395). Nos hubiera gustado transcribirlo. No lo permiten las
limitaciones del espacio periodístico.
Carlos A. Loprete, “Introducción a la Oratoria Moderna”,
México, 1985, entre otros conocimientos nos indica: “La
organización de las ideas y composición”. De acuerdo al
autor todo discurso lleva tres componentes, a saber:
Introducción o exordio; el cuerpo o medio y la conclusión o
peroración.
En el discurso de Adolfo Zúniga, las tres partes están bien
logradas. No obstante, la conclusión o peroración toca a lo
sublime; oigámoslo: “Cuando ese día, cuya aurora ya se
anuncia en los horizontes del tiempo, llegue a este querido
pedazo de tierra americana que es nuestra patria, y a quien
todo lo debemos, ese día podremos decir en apocalíptica
frase como ha osado decirse de la libertad que es inmortal: la
reacción ha muerto, sin esperanzas de resurrección ni al
tercer día como Cristo, ni al tercer año, ni al tercer siglo:
JAMÁS”.
Semejante frase, cláusula o período, no ha vibrado en los
labios de ningún orador u oradora. Ni en Emilio Castelar, ni
en Antonio Maura, ni en Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”.
Para citar oradores españoles. Ni en Marat, ni en Dantón, los
eximios oradores de la Revolución Francesa. Tremoló sí, en
labios de un hondureño, Adolfo Zúniga.
Para su desgracia, la reacción recuperó sus fueros. Al punto
que aún campea por Hibueras. “Lo triste es así”, decía don
Alfonso Guillén Zelaya.
5. A manera de epílogo
Está a punto de cumplirse el Bicentenario de la
Independencia Patria. Adolfo Zúniga, insufló vigor cívico a
las exangües venas de la patria. Fue un hondureño
excepcional, como queda plasmado en estas páginas.
Tegucigalpa, 18 de abril de 2021
Albany Flores Garca Honduras, como el resto de Centroamérica, se prepara
para la celebración del Bicentenario de la Independencia
del Imperio español. La fecha onomástica será el 15 de
septiembre de 2021. A solo un año de las festividades,
los Estados centroamericanos conservan todavía una
importante herencia colonial, y sus contextos
sociopolíticos presentan grandes similitudes con los
hechos históricos que rodearon el Centenario en 1921:
pobreza, debilidad estatal, corrupción y caos político y
social. A doscientos años de "vida independiente", los
conceptos de libertad, independencia, soberanía, nación
e identidad siguen estando en tela de juicio y, por qué
no, en construcción.
Es harto sabido que la Independencia centroamericana
no se conquistó a través de las armas (como sí ocurrió
en el resto del continente), sino por el consenso de la
clase criolla que gobernaba las provincias; misma que
«prefirió una Independencia de escritorio» antes de ver
una guerra. Desde su emancipación, el territorio
hondureño ha estado ligado a una serie de nuevos
dominios. Separado de la Corona española, se adhirió al
Imperio mejicano de Agustín Iturbide I. Luego, hizo
parte de la República Federal de Centroamérica, y con la
disolución de esta, buscó «protección» en la Corona
británica a través de los cónsules ingleses Frederick
Chatfield y Frederick Stanfield. Más tarde, cuando a
finales del siglo XIX el proyecto reformista impulsó el
modelo liberal capitalista, apareció un nuevo dominio
prolongado hasta hoy: el dominio estadounidense.
No obstante, pese a las cargas del pasado y las luchas
por la soberanía, el desarrollo del Estado nación y la
libertad de mercados, una cosa es segura: la
Independencia del Imperio español hace doscientos
años es un hecho consumado. Esa Independencia, y no
otra, es la independencia que celebramos en el año del
Bicentenario. Para comprender los grandes panoramas y
el proceso de construcción nacional que nos ha traído
hasta aquí, hará falta razonar sobre los procesos
históricos que nos han hecho ser el país que ahora
somos: política, guerras, mercados, industrias,
burocracia, estaticidad (administración, instituciones,
estructuras y organismos del Estado), educación,
civilidad, ciudadanía, imaginarios colectivos y
movimientos sociales. Hará falta, además, esclarecer —
con un sentido autocrítico y reflexivo— qué cambió y
qué permanece en el territorio y en el imaginario
nacional a lo largo de dos siglos.
Porque las celebraciones del Bicentenario de la
Independencia nacional no deben ser un cúmulo de
quejas, reclamos o tristezas sobre aquellas cosas que nos
han impedido un desarrollo y bienestar acordes con las
aspiraciones nacionales, sino una oportunidad
inmejorable para celebrar nuestras victorias y reconocer
qué hicimos mal, y qué haremos en adelante para
corregirlo.
Honduras, con miras al
Bicentenario
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Dios, Unión, Libertad
Miembros de la Comisión del Bicentenario se reunieron con la
Alcaldesa de Yoro, Diana Urbina, para tratar sobre la organización
departamental de Yoro para la conmemoración del Bicentenario de
nuestra Patria.
La reunión fue altamente provechosa, a tal grado que ya están
organizados ocho municipios, y ya subieron la información
respectiva de sus estructuras en la plataforma de la página web del
Bicentenario; faltan tres municipios, Arenales, Jocón y El Negrito,
los cuales se espera que se organicen la próxima semana. De
común acuerdo, el lunes 17 de mayo se estará estructurando la
respectiva Comisión Departamental para la celebración del
Bicentenario.
La Gobernación y la Alcaldía está anuentes a celebrar el
Bicentenario con mucho fervor patrio, para ello están organizando
una serie de actividades entre las que se destacan la realización de
un Congreso de Historia Local en el Municipio de Yoro. También se
presentará una propuesta de rescate del patrimonio local en lo que
fue la hidroeléctrica en el casco histórico de esta ciudad. Asimismo
se incentivará la organización de la feria “Lluvia de Peces”.
A esta significativa reunión de trabajo asistieron por parte de la
Comisión del Bicentenario, el historiador Miguel Rodríguez y el
señor Walter Ulloa. Por la Alcaldía asistió la Alcaldesa Diana Urbina;
el Gobernador Juan Carlos Molina; por la Dirección de Educación,
Christian A. Veles; y al menos una docena de representantes de las
fuerzas vivas de la comunidad.
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