9 la salida de egipto

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La salida de Egipto

Cuando Moisés iba de vuelta a Egipto se encon-tró con Aarón. Se abrazaron , Moisés le contó sus aventuras y los dos se fueron a reclamarle al Faraón que dejara a los judíos volver a su país.

El faraón les dijo queestaban locos;

que necesitaba a los judíos, pues hacían los trabajos más duros en Egipto.

Moisés le hizo saber que eravoluntad de Dios que permi-tiera salir a los israelitas.

El faraón le contestó queél no creía en el Dios delos judíos y los sacócarpiendo.Mejor no lo hubiera hecho.

Para que el faraón cedieraDios mandó diez plagas sobreEgipto. Primero el agua se con-virtió en sangre.

Después hubouna invasión deranas, ranas que parecíanescuerzos, pegajosas yllenas de granos.

Enseguida vino otra invasión,de moscas esta vez.Y detrás de las moscas, una demosquitos que picaban sin asco a los egipcios.

Con eso pareció que elFaraón cedía, pero no.Se arrepintió de habervacilado y siguió en sus trece.

Todos los animales de losegipcios se enfermaron, como si les hubieradado la fiebre aftosa.

Más tarde empezó a granizar, granizo tupido.

Y cuando paró la granizada,en lugar de aclarar se pusomás oscuro y durante 3 díastinieblas cubrieron toda laregión.

Pese a eso, el Faraónseguía emperrado.

Faltaba sin embargo la última plaga, que seríala peor.

Dios les indicó a los judíos quese prepararan para empren –der el viaje.

Que cada familia matara a uncordero y, si alcanzaba paraque compartiera elasado con sus vecinosisraelitas.

Y que con la sangre del cordero, hicieran una señal en la puerta de cada casa.

Porque mandaría un ángel para matar al hijo mayorde las familias que vivieran en casas que no tuvie – ran la puerta marcada con aquella señal.

Por la noche pasó el Ángel Exterminador ycumplió las órdenes que traía. No entró enlas casas que tenían la marca en sus puer-tas.

La sangre del cordero-figura de Jesucristo-había salvado a losisraelitas.

El hijo mayor delFaraón murió esanoche.

El araón cedió y permitió que los judíos aban-donaran Egipto. Estos emprendieron la marcha,llevándose todo lo que tenían. Formaron unalarga columna. Al frente de ella se puso Diosen forma de nube. Durante el día, la nube brin-daba sombra; al caer la tarde, se volvía lumi-nosa y alumbraba el campamento.

Llevaban varias jornadas de viaje cuando elFaraón cambió de idea nuevamente y enviósu ejército para que persiguiera a los judíos.

Los israelitas alcanzaron la orilla del Mar Rojo y ahí se dieron cuenta de que los egipcios se acercaban.

Detrás de él se escuchaba elgalope de la caballada y elruido que hacían al rodar loscarros de combate.

Al frente teníanlas olas que seextendían hastael horizonte.

Aparentemente estaban perdidos.

Moisés se plantó en la playa y le-vantó su bastón.

El mar se dividió al medio, dejandoun camino seco para que pasaranlos judíos a los costados del ca-Mino;el agua formaba como paredes transparen-

tes donde nadabanlos peces.

Los judíos habían avan-zado bastante cuandollegaron a la orilla losegipcios.

Dudaron estos antes delargarse a perseguirlos,pero al fin se largaron.

Cuando los judíos alcanzaban la otra orillatenían los soldados sobre sus talones.

Y no bien pisó la playa opuesta el últimoisraelita, se cerró el mar sobre los egipcios,sus caballos y sus carros de combate.

No se salvó ni uno.

El pueblo judío se internó en el desierto, siempre con la nube a su frente.

Pronto escaseó el agua. La caravana llegó hasta un charco que resulto que el agua estaba abom-bada.

Moisés tiró un pedazo de made-ra dentro de él y el agua mejoróenseguida.

Después se acabaronlas provisiones yempezaron los rezon-guillos de los israeli-tas que eran muyagradecidos.

Pese a eso, Dios mandóuna comida extraordina-ria, que caía del cielodurante la noche ,el MANÁ.

Faltó agua otra vez.

Y vuelta a protestarlos judíos, que yamaldecían: mejor noshubiéramos quedadoen Egipto.

Moisés golpeó una piedra consu bastón y se formó unafuente, fresca y abundante.

Más tarde los israelitasextrañaron los asados ylos pucheros de gallinaque comían en Egipto.

Y, para no perder la costumbre,se pusieron a rezongar.

aparecieran grandes bandadasde perdices, que caían redondassobre el campamento, de modo que los judíos tuvieron carne que comer.

Con infinita paciencia, Dios hi-zo que

Pero no fueron felices porque comieran perdices,ya que siempre andaban rezongando y nada lesvenía bien.

Una banda enemiga los atacó. Moisés nombró aJosué para que la combatiera. Mientras los ju –díos peleaban a las órdenes de Josué, Moisésrezaba con los brazos abiertos para que Diosles diera el triunfo.

Cuando Moisés bajaba losbrazos, los judíos retrocedían;cuando los volvía a levantar,avanzaban.

Moisés estaba cansadísimo. De modo que, en-tre dos, le sostuvieron los brazos y Josué ganó la batalla.

Verdades del Compendio ( n.n 415 a 428 )

LA LEY MORAL

La ley moral es obra de laSabiduría divina.

Prescribe alos hombreslos caminosY reglas de conducta que llevan ala bienaventuranza y prohíbe loscaminos que apartan de Dios.

La ley natural, inscritapor el Creador en elcorazón de todo hombre

consiste en una participación de laSabiduría y bondad deDios,

y permite al hombre discernir elbien y el mal, mediante la razón.

La ley natural es universal e inmutable

Y pone la base de losdeberes y derechosfundamentales de lapersona,

de la comunidad humana y de la misma ley civil

A causa del pecado, no siempreni todos son capaces de percibiren modo inmediato y con igualclaridad la ley natural.

Por esto, “Dios escribióen las tablas de la Ley”.

La Ley antigua expresa muchasverdades naturales.

Sus prescripciones morales,recogidas en los Mandamientosdel Decálogo,

Ponen la basede la vocacióndel hombre,prohíben lo que es

contrario al amor deDios y del prójimo, e indican lo que les

es esencial.

Sin embargo, aún siendo santa, espiritualy buena,la Ley antigua es todavía imperfecta,porque no da por sí misma la fuerza y lagracia del Espíritu para observarla.

La nueva Ley o Ley evangélica,proclamada y realizada porCristo, es la plenitud y el cumpli –miento de la ley divina, natural y revelada.

Se resume en el mandamiento de amar a Dios y al prójimo,y de amarnos como Cristo nosha amado.

La gracia del EspírituSanto, que hace posibletal amor.

Es “la ley de la libertad”( St. 1,25 ), porque llevaa actuar espontánea –mente.

La Ley se encuentraen toda la vida y lapredicación de Cristo y en la catequesis moral de los Apóstoles;

el Sermón de la Montaña es suprincipal expresión.

GRACIA Y JUSTIFICACIÓN

La justificación es la obra másexcelente del amor de Dios.

Es la acción misericordiosa y gratuitade Dios,

que borra nuestros pecados,y nos hace justos y santosen todo nuestro ser.

La gracia es un don gratuito deDios,

por el que nos hace partícipes de su vidatrinitaria y capaces deobrar por amor a Él.

Se le llama gracia habitual,santificante o deificante,porque nos santifica y nosdiviniza.

Es sobrenatural, porque depende enteramente de lainiciativa gratuita de Dios

Y supera la capacidad dela inteligencia

y de las fuerzas delhombre.

Escapa, por tanto, a nuestraexperiencia.

Además de la gracia habitual,existen otros tipos de gracia:

Las gracias actuales (donesen circunstancias particula-res );

las gracias sacramentales (dones propios decada sacramento);

Las gracias especialeso carismas (que tienencomo fin el bien comúnde la Iglesia),

entre las que seencuentran lasgracias de estado,

que acompañan al ejercicio de losministerios eclesiales yde las responsabilidades de la vida.

La gracia previene,prepara y suscitala libre respuesta delhombre;

responde a las profundasaspiraciones de la libertadhumana,

la invita a cooperar y la conduce a su perfección.

El mérito es lo queda derecho a larecompensa poruna obra buena.

Respecto a Dios, el hombre de suyo, nopuede merecer nada,habiéndolo recibido todogratuitamente de Él.

Sin embargo, Diosda al hombre laposibilidad de adquirir méritos

mediante la unión a la caridad deCristo,fuente de nuestros méritos anteDios.

Por eso, los méritos de lasbuenas obrasdeben ser atribuidos primeroa la gracia de Dios y

después a la libre voluntaddel hombre.

Bajo la moción delEspíritu Santo,podemos merecer

para nosotrosmismos o para los demás,

las gracias útilespara santificarnos y para alcanzar la

vida eterna,

así como también los bienes temporales quenos convienen según el designio de Dios.

Todos los fieles estamosllamados a la santidadcristiana.

Esta es plenitud de la vidacristiana y perfección dela caridad,

y se realiza en la unión íntima con Cristo y,en Él, con la Santísima Trinidad.

El camino de santificacióndel cristiano, que pasapor la cruz,

tendrá su cumplimientoen la resurrección final de los justos.

Oraciones y liturgia

• EL DOBLE MANDAMIENTO DEL AMOR

• Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente.Amarás al prójimo como a ti mismo.

• REGLA DE ORO (Mt 7, 12)

• Tratad a los demás como queráis que ellos os traten a vosotros.

Oraciones y liturgia

• BIENAVENTURANZAS

— Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos — Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra — Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados — Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados — Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia — Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios

Oraciones y liturgia

— Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios — Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos — Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

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