aliento de salitre. poemario
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Aliento de salitre es un poemario de Doris Melo Mendoza, versos que refiere al mar e intima comunión con el hablante lírico. melancolía , soledad, vacío.TRANSCRIPT
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Poemario
Doris Melo Mendoza
Aliento de salitre
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Aliento de salitre
Poemario
Doris Melo Mendoza 2013
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Portada: foto de internet 2013 © Aliento de salitre. 2013 © Doris Melo Mendoza. Derechos Reservados por el autor Registro de propiedad en San Juan P.R. Licencia de propiedad Intelectual Primera edicción. Editorial Carnaval.
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Aliento de salitre
Doris Melo Mendoza 2013
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Frente al mar…
Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza.
¡Aire de mar!... ¡Oh, tempestad! ¡Oh enojo!
Desdichada de mí, soy un abrojo,
Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.
Alfonsina Storni…
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…Cuando me tomes, trémulo, � habrá lirios naciendo por mi tierra, � y algún niño dormido de caricia � en cada nido azul que te detenga. ��Nuestras almas, como ávidas gaviotas, � se tenderán al viento de la entrega, �y yo, fuente de olas, te haré cósmico... � ¡Hay tanto mar nadando en mis estrellas! (Proa de mi velero de ansiedad) Julia de Burgos.
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El mar y el otoño… Quisiera esta tarde de otoño,
Arroparte, con la brisa del mar,
Entre caracolas nacaradas
Quiere la tarde quererte,
cuando el anil del mar
Y el llanto de la luna rediman tus tristezas
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Playa de Guibia. Santo Domingo.2012
Y tu MAR, ahí, sigues contándome historias al
oído,
susurrante con tu aliento de salitre…
contagiándome con tu ternura despertándole tantas
ilusiones al alma,
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desbordando tus aguas cálidas , jugueteando
sobre mi cuerpo voluptuoso
que se deshoja sin quejidos,
colmando de
dulzura la razón
que ya no cuenta
entre tus aguas de sal y
espuma,
yo sigo siendo tan frágil como un pétalo de rosa,
guardadora de olvidos, tejedora de secretos
y añejos tiempos, azuleando en el horizonte
desde este luto sin lágrimas
en el que me
siento tan pequeña
ante la grandeza de tus olas de encajes,
reventando en las costas de esta Isla.
¡Oh MAR, cuanta ternura !
tus resacas me
tocan por dentro,
arrastrando ese silbido cálido con tu tibieza
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con las que me invitas a intimar desde tus
costas…
Me sumergiré entre tus aguas,
Tranquila, en ese espacio místico
sereno y suave que me acaricia
entre tus olas …mi MAR ..
que como sábanas tendidas me reciben
desnudándome con la mirada
En ese silencio de siglos, donde el viento
acaricia la sonrisa
entre fragancias de mirlos escarlatas.
Instantes de zafiro y ámbar
Baten las olas, entre el poniente y el ocaso
donde se aposenta el alma
cuando la ternura se instala para quedarse.
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En ese vacío, donde se respira paz,
el
regreso a lo primigenio,
y nos sentimos un todo
entonces … la mentira se pierde entre rumores
de humo fatuo, con suaves pasos felinos
ocultando la imperfección en cada rasgo.
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foto del Aquelarre poético en Playa Guibia . Santo Domingo.
Dic.2012
Cuando las olas se besan en noche de luna.
devienen ellas en si mismas, inagotadas y plenas,
inventándose nuevos mundos hasta el cansancio,
bordando encajes, dejando atrás el sargazo de su
historia
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para descubrir que la vida va en serio …
y me cuestióno… ¿ Para qué?
Este MAR…
Este mar que acaricia lo indesible
con sus aguas cristalinas, sus secretos y su olor
salobre
sus arenas pálidas ,
mesiendose en ese pensamiento ,
en esa caricia insistente , lúdica
hasta rendir al cansancio…
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Fisuras que se forman al cortar con sus olas los
corales
entusiastas Salinas aguas
galateas que tanto amo polifemo
en el surcado mar ,
allá en el infinito, donde no existe el tiempo
ni la ausencia,
todo es mágico , placentero, único.
te suicidas de amor en cada espera…
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Monotonía gastada que huele a
rancio…
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Con tu espumar de encajes de
salitre
Extendiendo palabras en su urdimbre
desde esta misma orilla , con la paciencia de tantos
siglos
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contemplo esa mirada imperceptible , azul salitre
en la que te entregas con picardia y humedad,
entre cortinas lloviznadas , transparentes
queriendo tocar la distancia
,allá donde se pierde la tarde
y tu sonrisa de placidez,
cuando aclaras en tu orilla
con tu espumar de encajes de salitre.
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Azules sublimados que el mar me
brinda.
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Iluminando la luna
en azules sublimados que el mar le brinda,
allá en el horizonte
donde descanza la luz del poniente
cuando de la tarde se despide
Entonces, más allá del horizonte
el viento rompe,
rompe sus sombras
en suavidad de azules y caracolas perladas.
De sueños que a tu lado supe vivir ,
Y ese mar del Caribe , mi confidente
Sola, más no desamparada
Te siento en cada soplo del viento,
En el azul de tus aguas cristalinas
En toda tu grandeza..
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Te huelo en la distancia… Se ha marchado la espuma de tus olas �
anudando caracolas a un pasado antiguo, �
chorreando pájaros �y mieles desvergonzados �
ciegos y mal hablados,
�desde esta lluvia lánguida,
�en que mastico, este tiempo desgreñado �
donde te invento mojada de tristezas.
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Parajes de mis fantasias. El mar silba y sus ecos se propagan
en las encrucijadas,
en donde nos buscamos sin hallarnos,
en tanto la esperanza que se fuga
con ese olor a rancio destilado,
en un lugar perdido en la mirada.
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¡Ah, la brisa que me abraza!
cuanto más lejos el viento
aparece en la estepa todavía
allí, donde se pierden con el tiempo
las huellas de tu sombra
difusas y arropadas por la melancolía.
Aladas mariposas efímeras regresan
tatuadas al vacío,
sentidos alterados permanecen
y en su espacio
el perfume a saándolo suntuoso,
Róbame en un suspiro de mi aliento
muerdeme los sueños en la distancia,
donde se pierden cascadas de pasiones
en el mágico preludio de las sombras.
Memorias oxidadas por un dolor de siglos,
bebiéndose las gotas rezagadas,
detrás de los espejos reinventados que conversan
en los parajes inimaginables de mis fantasías.
con esa tenue mirada de pájaros.
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El címbalo que embriaga las sombras de tus huellas
debajo de esta carnal vestidura,
donde andares voluptuosos se resignan
entrampados entre lunas de papel y jade.
¡ todavía existe el fuego!
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Mi carne redimida Esta ninfa quisiera perpetuarse en un vuelo de cisnes, como la brisa cálida en su toisón, besos que suavemente perfidias aseguran, que pasan por la vida cual espejismo raro . Besos que se anclan,
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quizás por confunsiones falsas luego el silencio frío, instantes que se pierden mientras el trigo negro en la noche crece, esparciéndose, buscando atisbos. Bajo una luz sonora el mar se enciende, palpitante, buscando nuevas aventuras, quizas una ilusión en el preludio lento que nace de la fiesta. ¡Oh, ninfas que me habitan! secretos de resina tiene la noche que en arida llovizna va derramando su conjuro de espuma llenando los armarios desolados. Una sombra, un solo rítmo, me liberan ,
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en un mítico olor de otros lenguajes. mi carne he redimido ¡Que no apaciguen nunca las sombras de mi tacto!