algunas razones por las que creo en dios

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ALGUNAS RAZONES POR LAS QUE CREO EN DIOS, pág. 2 LA LEY DOMINICAL, pág. 5 UNIDAD EN LA FAMILIA, pág. 8 Mundo en Breve, pág. 12 “… COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES”, pág. 15

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UNIDAD EN LA FAMILIA, pág. 8 LA LEY DOMINICAL, pág. 5 Mundo en Breve, pág. 12 “… COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES”, pág. 15 “¿Cómo sabe usted que hay un Dios?” Faro de esperanza, fe y verdad en un mundo confuso. El “Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmo 14:1). Guardián del Sábado Año 81, No. 1

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Page 1: Algunas razones por las que creo en Dios

ALGUNAS RAZONES POR LAS QUE CREO EN DIOS,

pág. 2

LA LEY DOMINICAL, pág. 5

UNIDAD EN LA FAMILIA, pág. 8

Mundo en Breve, pág. 12

“… COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES”,

pág. 15

Page 2: Algunas razones por las que creo en Dios

ElGuardián delSábadoA

ño 8

1, N

o. 1

Faro de esperanza, fe y verdad en un mundo confuso.

Creemos que:• El omnisapiente Dios creó todas las cosas en

el universo por medio de su Hijo Jesucristo; Él es el Dueño y Sustentador.

• Hizo frente al desafío a su amorosa dirección y autoridad mediante la reconciliación del mundo consigo mismo a través de la vida, muerte y resurrección de su Hijo, el Verbo hecho carne.

• El Espíritu Santo, quien es el representante de Jesús en la tierra, convence de pecado, guía hacia la verdad y da fortaleza para vencer toda injusticia.

• La Biblia es el registro de la forma cómo Dios ha tratado a la humanidad y es el estándar de toda doctrina; los Diez Mandamientos son la transcripción de su carácter y el fun-damento de toda reforma duradera.

• Su pueblo, en armonía con la Palabra de Dios y bajo la dirección del Espíritu Santo, llama a todos los hombres de toda raza y lugar para que se reconcilien con Dios mediante la fe en Jesús.

• La profecía bíblica revela que la historia de esta tierra pronto llegará a su fi n con el visible regreso de Jesucristo como Rey para tomar consigo a todos los que le hayan acep-tado como su Señor y como único Redentor del mundo.

Guardián del Sábado

Órgano informativo ofi cial de la Sociedad Misionera Internacional de la Iglesia de los Adventistas del Sep-timo Dia Movimiento de Reforma, 12631 East Imperial Highway, Santa Fe Springs, CA 90670, EE.UU. E-mail: [email protected]; Internet: www.imssdarm.org. Disponible también en inglés y alemán.Impreso y distribuido en español por Re li gious Liberty Publishing Assn., 2877 E. Florence Ave., Huntington Park, CA 90255-5751, U.S.A.

En la mente del hombre mo-derno Dios ha cambiado mucho, y para algunos has-

ta ha dejado de existir completamen-te. Ha sido relegado a sólo un mito, es decir, a una creación de la imaginación del hombre. Supuestamente hay un confl icto entre la ciencia y la revelación. La geología enseña a contradecir la in-terpretación literal del informe mosai-co de la creación. En realidad, el con-fl icto surge solamente cuando las ideas y teorías humanas tratan de explicar ciertos fenómenos en la naturaleza. La verdadera ciencia realmente testifi ca la existencia de un Dios omnipotente, el Creador del universo. “La ciencia descubre siempre nuevas maravillas, pero en su investigación no obtiene nada que, correctamente comprendi-do, choque con la revelación divina. El libro de la naturaleza y la palabra escrita, se alumbran mutuamente. Nos familiarizan con Dios al enseñarnos al-go de las leyes por medio de las cuales Él obra” (Elena G. de White, La Educa-ción, pág. 124).

No hace mucho tiempo se le pregun-tó a un distinguido médico: “¿Cómo sabe usted que hay un Dios?”.

Éste contestó: “Cada paciente que viene a mi consultorio me confi rma que hay un Dios. Los muchos tipos de tejidos del cuerpo con su multitud de usos y funciones es algo sorprendente. Hay también una infi nidad de glándu-las en todo el cuerpo, allí donde son ne-cesarias, y muchas de ellas segregan un producto químico especial o un suero específi co. La ciencia moderna nunca ha penetrado los secretos escondidos de estas glándulas y cómo obran. Aquí hay una sabiduría infi nitamente más allá de la concepción del intelecto hu-mano”.

Cito a continuación lo que un avan-zado estudiante de medicina consideró como el hecho más grandioso que hu-biera jamás descubierto en el estudio de la medicina: “El proceso digestivo y el carácter alcalino de la sangre. Una persona puede comer limones o pome-los todos los días, por varios meses, o puede no comer ninguna de estas

ALGUNAS RAZONES POR LAS QUE CREO EN DIOS

“Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmo 14:1).

“¿Cómo sabe usted que

hay un Dios?”

2 EL GUARDIÁN DEL SÁBADO

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H. Dering

cosas; sin embargo, la alcalinidad de la sangre permanece casi constante. Si aumentara o disminuyera más de una fracción de grado la persona no podría vivir.

“Y esto es lo más notable –conti-nuó–, considerar que el sistema linfá-tico, que asimila los nutrientes del tubo digestivo, está separado de la corriente sanguínea por una delgadísima mem-brana de células”. ¡Qué equilibrio más delicado entre la salud y la enferme-dad, entre la vida y la muerte!

En las diminutas células del cerebro se almacenan la experiencia, la educa-ción y las facultades mentales de toda una vida. En esta oficina central y en la espina dorsal relacionada a ésta, hay millones de células nerviosas de las cuales se extienden pequeños dedos sedosos por todas partes del cuerpo. Por medio de este milagroso sistema telegráfico están coordinados los mo-vimientos de la cabeza, las manos y los pies, juntamente con el funcionamiento del corazón, los pulmones y el sistema digestivo. Del mismo modo, la electri-cidad juega su rol. Con cada contrac-ción muscular, cada movimiento de un dedo, cada abrir y cerrar de un ojo, cada movimiento espasmódico de la piel hay una descarga eléctrica.

Estos son unos pocos de los innume-rables hechos de la anatomía humana más sorprendentes que la ficción, y que nos conducen a apreciar las palabras del salmista: “… tú formaste mis en-trañas;… maravillosas son tus obras” (Salmo 139:13, 14).

“El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá? El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá? ¿No

sabrá el que enseña al hombre la cien-cia?” (Salmo 94:9, 10).

Donde sea que miremos, en la tierra, el mar o el cielo, están expuestas las maravillas de la creación de Dios. El orden reinante en el inmenso universo en el que vivimos de ninguna manera pudo haberse dado por casualidad ni tampoco pudo el maravilloso mecanis-mo llamado hombre haber evoluciona-do de una amiba prehistórica.

“[Esta] explicación del diseño ha sido siempre considerada una de las evidencias más poderosas de la exis-tencia de Dios. Un reloj requiere un relojero, y ¿qué se puede entonces decir de los relojes atómicos y siderales más intrincados y precisos? Un sistema de suministro de agua requiere el esfuerzo de muchos ingenieros y constructores hábiles; ¿qué se puede decir entonces sobre el maravilloso sistema de cister-nas, bombeo, purificación, y distribu-ción que forman el ciclo hidrológico que provee agua a los habitantes de la tierra?

Un gran edificio presupone un arquitecto experimentado; la

infinitamente más compleja es-tructura del cuerpo humano no puede ser ni siquiera analiza-

da, cuanto menos diseñada por el hombre.

Las computadoras digitales más sofisticadas son increíblemente sim-ples comparadas al complejo circuito del cerebro y el sistema nervioso hu-manos. “La idea que una estructura o

sistema complejo puede ser formado por casualidad es un engaño persis-tente aceptado por los evolucionistas… La conclusión obvia es que las estruc-turas complejas y ordenadas de todo tipo (y el mundo está lleno de ellas) no podrían simplemente haberse dado por casualidad. El desorden nunca se transforma en orden en forma espon-tánea. La organización requiere un organizador” (Henry M. Morris, The Remarkable Birth of Planet Earth [El Increíble Nacimiento del Planeta Tie-rra], págs. 3, 5).

Muchos evolucionistas afirman que de alguna forma el hombre evolucio-nó de la amiba. “De acuerdo a la Teo-ría General de la Evolución, todos los seres vivientes han surgido por medio de un proceso natural, mecánico y evo-lutivo, de una única fuente viviente que a su vez surgió, por medio de un proceso similar, de un mundo muerto e inanimado. Ésta ha sido a veces la teoría del proceso amiba-hombre...” (Duane T. Gish, Evolution, the Fossils Say No! [Evolución; los fósiles dicen: ¡No!], pág. 17).

El descendiente de esta amiba debe producir otra forma superior a sí mis-ma y así sucesivamente en una cade-na evolucionista hasta que las formas extremadamente complejas llegan a la existencia. Por medio de millones de experimentos, los biólogos han ob-servado que la amiba, o cualquier otro animal, se reproduce incesantemen-te. Con cada reproducción sucede lo mismo consistentemente, y en forma predecible: una amiba se divide en amibas, nunca en otra cosa. Se declara también que se necesitaron millones

El desorden nunca se transforma en orden en forma espontánea. La organización requiere un organizador.

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AÑO 81, N.1

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Algunas Razones...

de años para la evolución de la tierra a partir del caos. No es de extrañarse que los hombres de ciencia hayan errado en sus cálculos, ya que estudian solamen-te la naturaleza ignorando la gran luz que irradia de la Palabra de Dios. Una buena ilustración de las formaciones producidas por catástrofes repentinas, es lo ocurrido en 1959 cuando un terre-moto sacudió las Montañas Rocosas, formó un lago, y creó nuevos géiseres (fuentes termales). Aunque este cata-clismo estaba limitado al área del Par-

que Yellowstone, en Montana, ilustra muy bien lo que sucedió en la época del diluvio. Ver 2 Pedro 2:5.

En la revista “The National Geogra-phic” de marzo de 1960, Samuel W. Matthews describe maravillosamente en su artículo “The Night the Moun-tains Moved” (La Noche que se movie-ron las Montañas), pág. 329: “De pron-to, 22 minutos y 45 segundos antes de la medianoche, un terremoto histórico sacudió miles de kilómetros cuadrados del norte de las Rocosas. La corteza de la tierra, afectada por una tensión ini-maginable, se resquebrajó y movió a lo largo de las varias fallas y fracturas. En el suroeste de Montana, un lago se ladeó. Las aguas saltaron sobre una represa con olas arrolladoras.

“Corriente abajo, en el estrecho ca-ñon de Madison, una montaña de 1.300 pies de altura y media milla de anchu-ra [400 metros de altura y 800 metros de anchura] se partió y cayó con un gran estruendo sobre las personas que dormían en un campamento. Ochenta millones de toneladas de roca y tierra cayeron estrepitosamente en el río… Agua y terribles ráfagas de aire fueron despedidas como balas de debajo del desliz atronador”.

Continúa una descripción vívida de lo que sucedió cuando se dio este fenó-meno natural. En la página 348 de la misma edición de la revista “The Na-tional Geographic”, leemos la impre-sión del naturalista de parques George D. Marler, como lo cuenta el autor del artículo arriba mencionado: “La na-turaleza volvió una página climática en sus libros. Habría llevado cientos de años lograr lo que sucedió aquí en pocas horas”.

Esto demuestra que suceden cosas en la naturaleza, que cuando se exa-

minan unos cientos de años más tarde, pueden ser atribuidas a largos perío-dos en que se dio un lento proceso de erosión natural, pero en realidad pasó en pocas horas.

“Únicamente por la ayuda del Espí-ritu que en el principio ‘se movía sobre la faz de las aguas’; de aquella Palabra por la cual ‘todas las cosas... fueron hechas’; de aquella ‘luz verdadera, que alumbra a todo hombre’ (Génesis 1:2; Juan 1:3, 9), se puede interpretar correctamente el testimonio de la cien-cia. Y únicamente por su dirección, pueden discernirse las verdades más profundas” (Consejos para los Maes-tros, pág. 516).

Al estudiar las profecías en las Escrituras, veo que dan claras evidencias de un Dios que conoce “el fin desde el

principio”.

Hay también una evidencia que es muy personal. Individualmente, todos podemos haber experimentado a Dios como una realidad y el poder de su Palabra. Sus promesas nunca fallan y Él ha provisto evidencias para que sea-mos librados de la duda y la ansiedad. En Jesús tenemos a un divino Salvador que nos libera del pecado y de los ma-los hábitos, mientras que la Biblia es la voz de Dios que habla al alma. Estas dos fuentes de poder producen en mí y en muchos otros una ilimitada fuer-za espiritual.

Así es que por estas y otras razones, creo en Dios, el gran y maravilloso Creador y Autor de todas las maravi-llas científicas del universo. GS

Henry Dering, EE.UU.

“La naturaleza volvió una página climática en sus libros. Habría llevado cientos de años lograr lo que sucedió aquí en pocas horas”.

4 EL GUARDIÁN DEL SÁBADO

Page 5: Algunas razones por las que creo en Dios

S. Myhre

El acontecimiento más grande de la historia, aún futuro, es el regre-

so visible de Jesús para recibir a los suyos, de acuerdo con su promesa en Juan 14:1-3. ¿Cuán próximo está este acontecimiento?

Desde 1844, cuando terminó la últi-ma profecía bíblica relacionada con el tiempo (los 2.300 años de Daniel 8:14; ver Apocalipsis 10:6), nos encontramos en un tiempo indefi nido, es decir, que Jesús podría venir en cualquier mo-mento después de esa fecha, depen-diendo de ciertos acontecimientos en la tierra. Antes de regresar al cielo, Jesús habló de señales en la naturaleza, al igual que de ciertos eventos económi-cos, políticos, sociales y religiosos (en el mundo) que precederían a su venida. La gran mayoría de estas profecías ya se han cumplido, mientras que otras están ahora en el último estadio de su cumplimiento.

La única gran profecía que queda por cumplirse, antes de la segunda ve-nida de Cristo, es la segunda parte de Apocalipsis 13 (véase versículos 11-17).

Desde e l comienzo de nuestra existencia como Ad-ventistas del Sép-

timo Día, esta profe-cía ha sido

la parte central de nuestra expectativa y ha esta-

do a la vanguardia de nuestra procla-mación. La pregunta es: ¿Pertenecen al futuro todos los acontecimientos descritos en esta profecía? ¡No! Como se demostrará en este artículo, la base para el confl icto fi nal entre las fuerzas del bien y del mal ya ha sido estable-cida hace tiempo y el escenario está casi pronto. Podemos estar más cer-ca del cumplimiento fi nal de lo que creemos.

La primera parte de Apocalipsis 13 (versículos 1-10, 18), referente a la bes-tia, se ha cumplido literalmente con las actividades de la iglesia papal a través de los siglos (durante los 1.260 años, en la Edad Media). Este poder civil y reli-gioso (que recibió su autoridad de las ruinas del imperio romano pagano en 538 D. C., versículo 2), luego de un re-traso temporal causado por la Reforma Protestante y el consiguiente despojo del poder en 1798 (versículo 4), todavía debía jugar un papel decisivo en los eventos de los últimos tiempos, junto con su aliado, la bestia de dos cuernos (versículo 11). Los Estados Unidos de América, el país de la libertad civil y religiosa (simbolizado por los dos

cuernos como de cordero) haría una “imagen a la bestia”, es decir, las igle-sias principales de los EE.UU. (como lo hizo previamente el poder católico en Europa) exaltaría los dogmas papales y reclamaría la autoridad, sobre todo la santifi cación del domingo y su im-posición por medio de la ley civil. De este modo, todo el mundo (excepto el pueblo de Dios) hará una alianza con la bestia (versículos 12 y 13). Y (para gran sorpresa del hombre moderno que ha gozado de la libertad de conciencia otorgada a gran parte del mundo a través de la Reforma Protestante), se verá una repetición de la intolerancia de la Edad Media.

Aunque, por el momento, parezca que la naturaleza cruel, opresiva e in-tolerante de Roma (que es resultado in-evitable de su doctrina) haya cambiado y respete los “derechos humanos”, etc., se debe recordar que se jacta de que ella nunca cambia. Es un hecho que todas sus doctrinas básicas, su aspiración y ambición de do-minar el mundo, que ha alimen-tado duran-

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La Ley Dominical

te los años pasados, han permanecido inalterables hasta hoy. Solamente está esperando que le llegue la hora, mien-tras es minoría en un país, y al mismo tiempo trabaja enérgicamente, entre telones, para cambiar la opinión públi-ca y quitar los obstáculos para su sed de poder. La América Protestante está profetizada como el mayor agente para restaurar ante el mundo la credibilidad del papado y una imagen benigna del mismo.

“Tanto en el Viejo como en el Nue-vo Mundo se le tributará homenaje al papado por medio del honor que se conferirá a la institución del domingo, la cual descansa únicamente sobre la autoridad de la iglesia romana…

“… se expedirá contra todos los que santifiquen el sábado un decreto que los declare merecedores de las penas más severas y autorice al

pueblo para que, pasado cierto tiempo, los mate.

El romanismo en el Viejo Mundo y el protestantismo apóstata en la Amé-rica del Norte actuarán de la misma manera contra los que honren todos los preceptos divinos” (Elena G. de White, El Conflicto de los Siglos, págs. 636, 673).

¿Qué medidas se están tomando o se han tomado en el Viejo y Nuevo Mundo como preparación para esto?

El hecho es que en este asunto ya no es necesario que andemos por fe; sino más bien por vista. Consideremos los acontecimientos en el Viejo Mundo:

Ya, desde hace muchos años, por medio de la Comunidad Económica Europea (CEE), ideada por los países católicos de Europa septentrional y central, se ha estado ejerciendo influen-cia para crear los Estados Unidos de Europa. El primer paso consiste en la unión económica entre los países parti-cipantes. Entre otras cosas, se ha ofrecido un nivel más alto de vida, como un alicien-te para que los países se unan. Los presentes es-fuerzos a ni-vel mundial, para establecer una sociedad sin di-nero contante, sino con tarjetas electrónicas, que inevitablemente ejer-cerá un total control del poder de com-pra y venta del individuo, demuestra cuán avanzado está el cumplimiento de la profecía (versículo 17).

La creciente inflación y la economía a nivel mundial, que con frecuencia es descrita por los grandes economis-tas como a punto de desmoronarse; la acelerada lucha por la supervivencia, aun en los países ricos; la disminución de la productividad, el alto desempleo que existe en casi todas las naciones, y la creciente militancia de los sindicatos, son todas señales que ninguna persona inteligente puede dejar de comprender. Esto nos muestra que las condiciones socio-económicas están maduras para que en todas partes se acepten medidas radicales y rigurosas (ya sea en el Viejo como en el Nuevo Mundo).

El segundo paso del programa de la Comunidad Económica Europea para la unidad de Europa es político.

Por medio de un contrato por el que se comprometen para siempre, los estados individuales deben ceder su autonomía y aceptar las directivas de un gobierno central, no representativo. Cuando en 1950 se discutió sobre un ejército europeo común, hubo oposi-ción. Fue entonces, que el estadista bel-ga, Spaak, dijo: “No se debe proclamar la unidad de Europa a la gente, sino que debe presentarse sigilosamente” (de su biógrafo, el famoso publicista

holandés Huizinga). La Pala-bra de Dios sobre el te-ma señalado, es clara:

Las naciones eu-ropeas “tienen un mismo pro-

pósito, y entre-garán su poder y su autoridad a

la bestia… Porque Dios ha puesto en sus corazones

el ejecutar lo que Él quiso: po-nerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las pala-bras de Dios” (Apocalipsis 17:13, 17).

La meta final es la unidad religiosa.

El origen y naturaleza de este am-bicioso esfuerzo fue traicionado en un episodio que tuvo lugar en las Nacio-nes Unidas en Ginebra a mediados de la década de 1960. Uno de los oradores, en una reunión importante, de acuerdo al testimonio de una empleada cristia-na de las Naciones Unidas, dijo: “Se ha elaborado una propuesta de disolver la organización de las Naciones Unidas y en su lugar establecer un tribunal mundial que se apodere de toda pro-piedad, ahorros, provisiones y depó-sitos bancarios. Todas las personas, hombres, mujeres y niños recibirán un número y una cierta suma de dinero.

6 EL GUARDIÁN DEL SÁBADO

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S. Myhre

Estas sumas de dinero cambiado están ya depositadas en un banco y conser-vadas allí.

“Todos deberán es-tar activos en la ad-ministración, el co-mercio, la industria o la agricultura. Este proyecto y este plan implican una unión completa del estado y la iglesia y una úni-ca forma de culto. En este plan se ha deter-minado el domingo como el día de culto para todo el mundo.

“Cuando cada uno obtenga su número –y todos lo obtendrán– éste les

asegurará el derecho de vender y comprar”.

Mientras se hablaba sobre esto, un cristiano que estaba presente, se le-vantó y le preguntó al orador: “¿Qué sucederá con las minorías que se opon-gan a este plan?”. La respuesta fue: “Su número será tachado con una ra-ya negra, y se les prohibirá vender o comprar. Luego, por la fuerza, serán abandonadas a la destrucción” (Livet’s Gang, una publicación noruega, julio 1967, No. 7).

Estos y otros intentos de unidad con Roma, de parte de varios seg-mentos del mundo político y religio-so, son evidentes a todos. En diciembre de 1975, se rea-lizó un signifi-cativo intento de restaurar las relaciones entre las iglesias católica romana y ortodoxa, cuando

el Papa Pablo VI se arrodilló y le besó los pies al representante de esta últi-

ma. Entonces se informó que falta-ba muy poco pa-ra una unión que permitiría la cele-bración en común de la Eucaristía (la misa). También los Anglicanos (Epis-copales) , Lute-ranos, etc., están considerando se-riamente la uni-ficación teniendo al Papa como la

cabeza común. Otro movimiento audaz en los in-

tentos de unificación religiosa en nues-tros días, concierne a la semana y el calendario.

Desde el 1 de enero de 1973, los países escandinavos y otros países socialistas tienen calendarios en que aparece el lunes como el primer día de la semana y, por consiguiente, el domingo como el séptimo día. Esto naturalmente se presta a confusión y sirve para ayudar a la imposición del domingo en Europa.

Los viajes por todo el mundo del fallecido y popular Papa Juan Pablo II, cuyas raíces provienen de un país

tras de la corti-na de hierro,

y el viaje de Billy Gra-ham a Ru-

sia, donde en una conferen-cia de paz inci-tó a la unidad

de los pueblos, sin duda es un esla-bón más en la cadena que une a grupos de

ideologías total-mente diferentes.

Por otra parte, tenemos a la China co-munista iniciando relaciones con los EE.UU. y recientemente abriendo sus fronteras para permitir la entrada del Evangelio.

Tales acontecimientos abren las perspectivas a la unidad global, que pocos años atrás parecía imposible y que prepara el camino para la marca de la bestia y la ley dominical universal.

Es de crucial importancia para ti y para mí, que conocemos

las profecías en la Palabra de Dios y su seguro cumplimiento progresivo, que aproveche-mos la oportunidad presente para buscar al Señor de todo

corazón...

...para que nos ayude a preparar-nos y a advertir a otros sobre “la hora de la prueba, que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que

moran sobre la tierra”. Si descuidamos hacer esto, cuando estalle la crisis será demasiado tarde para tomar las pre-cauciones necesarias. Al que haya ob-servado la palabra de su paciencia, el Señor le dice: “Yo también te guardaré” (Apocalipsis 3:10). GS

Steinar E. Myhre, EE.UU.

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AÑO 81, N.1

Page 8: Algunas razones por las que creo en Dios

Unidad en la familia

“… y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.” Génesis 28:14.

La promesa mesiánica dada a Adán y Eva después de la caída y repetida a través

de los siglos, se cumplió cuando Jesús vino a la tierra como hombre. Sin em-bargo, la promesa es también válida para todas las familias de la tierra, ya que es la garantía de la bendición divi-na y la felicidad que nos es asegurada por medio de la presencia de Cristo en el seno de la relación humana más estrecha.

La primera venida de Jesús, que ocurrió hace unos dos mil años, no sólo conectó el cielo con la tierra por medio de la sangre expiatoria del divino Cor-dero, sino que impartió infi nitas bendi-ciones de todo tipo a los seres humanos a través del nacimiento, la vida, el su-frimiento, la muerte y la resurrección de nuestro querido Salvador.

Las Sagradas Escri-turas mencionan espe-cífi camente el plan de redención con relación a la bendición para la familia, pues declaran: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nom-bre toda familia en los cielos y en la tie-rra.” Efesios 3:14, 15. “Podemos tener la salvación de Dios en nuestras fami-lias, pero debemos creer para obtener-la, vivir por ella y ejercer de continuo fe y confi anza permanente en Dios.…. La restricción que la palabra de Dios nos impone es para nuestro propio interés. Aumenta la felicidad de nues-tras familias y de cuantos nos rodean. Refi na nuestro gusto, santifi ca nuestro criterio y nos reporta paz mental, y al fi n, la vida eterna. …” –Testimonios Se-lectos, tomo 3, pág. 46. Así es que hay una estrecha relación entre la salvación y la condición o estado de la familia, porque es el propósito divino que las familias del cielo y de la tierra sean una en Cristo, el eslabón entre Dios y la humanidad.

“… conciudadanos… miembros de la familia de Dios.” Efesios 2:19.

Dios nos ha llamado individualmente al conocimiento de la verdad y su efec-to salvador en nosotros es también per-sonal. De la misma manera que las fa-milias terrenales están compuestas por individuos, de acuerdo al modelo divi-no, así sucede con la familia celestial. De esta manera, el círculo interno de la familia es infl uenciado primariamente por los dos individuos principales que la forman– el hombre y la mujer. Ca-da uno de ellos trae al nuevo hogar su propio carácter, personalidad, conoci-miento, pasado, experiencia y espiri-tualidad. Así es que el nivel religioso de la familia depende directamente de la pareja, es decir, que en la medida en que estén unidos a Dios serán capaces de ejercer esta infl uencia sobre los otros miembros de la familia y todas las de-más personas que conozcan.

UNIDAD EN LA FAMILIA

EL GUARDIÁN DEL SÁBADO

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Page 9: Algunas razones por las que creo en Dios

R. Orce

Los principios y valores de los dos fundadores de una familia individual –el hombre y la mujer –se manifesta-rán en la calidad de su espiritualidad y caracterizarán a todos los que sean parte del hogar. ¡Cuán solemne debe ser entonces mi relación con Dios! No sólo decide mi vida futura – mi salva-ción– sino que también tiene una in-fl uencia sobre los demás, estampando en las vidas de los otros miembros de la familia mis debilidades, defectos, y pe-cados junto con mi valor, abnegación, logros y virtudes que son concebidas como frutos celestiales que maduran en el carácter. Decidamos hoy qué infl uencia ejerceremos, qué herencia daremos a nuestros hijos, y qué poder dirigirá nuestras vidas.

“Hombres y mujeres pueden al-canzar una norma elevada, si tan sólo quieren reconocer a Cristo como su Salvador personal. Entregándolo todo a Dios, velad y orad. El saber que lu-cháis para obtener la vida eterna os for-talecerá y consolará a ambos. Habéis de ser luces en el mundo por vuestros pensamientos, palabras y actos. Dis-ciplinaos en el Señor; porque él os ha confi ado cometidos sagrados, que no podéis desempeñar debidamente sin esa disciplina. Por creer en Jesús, no sólo habéis de salvar vuestras almas, sino que por precepto y ejemplo debéis procurar salvar otras almas. Haced de Cristo vuestra modelo. Ensalzadle co-mo al único que puede daros poder para vencer. Destruid por completo la raíz del egoísmo. Magnifi cad a Dios, porque sois sus hijos. Glori-fi cad a vuestro Redentor, y él os dará un lugar en su reino.” –El Hogar Cristiano, pág. 84.

“Yo seré por Dios a todas las fa-milias de Israel.” Jeremías 31:1.

Lo que el cielo desea para la fa-milia está explicado claramente

de la siguiente manera: “El que creó a Eva para que fuese compañera de Adán... había dispuesto que hombres y mujeres se unieran en el santo lazo del matrimonio, para formar familias cuyos miembros, coronados de honor, fueran reconocidos como miembros de la familia celestial.” –El Hogar Cristiano, pág. 226. Si la meta de la familia terrena es un día ser parte de la familia celes-tial, los miembros de la familia deben conocer los valores de este propósito:

Unidad

“Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” Efe-sios 4:3. La unidad es el principio fun-damental en el seno de la familia, no solo entre la pareja, sino también con los hijos, y especialmente con el cielo. “El secreto de la verdadera unidad en la iglesia y en la familia no estriba en la diplomacia ni en la administración, ni en un esfuerzo sobrehumano para vencer las difi cultades –aunque habrá que hacer mucho de esto sino en la unión con Cristo.” –El Hogar Cristia-no, pág. 159

Obediencia

“Habiendo purifi cado vuestras almas por la obediencia a la verdad…” 1 Pe-

dro 1:22. La obediencia debería ser el principio que gobierne todo el compor-tamiento de la familia, de modo que Dios y su palabra sean la pauta distin-tiva de todas las acciones y decisiones. “Cuando Cristo está en el corazón, se le trae a la familia. El padre y la madre sienten cuán importante es vivir en obediencia al Espíritu Santo para que los ángeles celestiales, quienes sirven a los que han de heredar la salvación, los atiendan como maestros en el ho-gar y los eduquen y preparen para la obra de enseñar a sus hijos.” –El Hogar Cristiano, pág. 189.

Fidelidad

“Y estos hombres procedían con fi de-lidad…” 2 Crónicas 34:12. La fi delidad es el principio gemelo de la obediencia y el elemento que traerá unidad entre Dios y los seres humanos. “Los hijos deben ver en la vida de sus padres una estabilidad que esté de acuerdo con su fe. Viviendo una vida consecuente y ejerciendo dominio propio, los padres pueden modelar el carácter de sus hi-jos.” –Conducción de Niño, pág. 419.

Dedicación

“… yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida… ” 1 Samuel 1:11.

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Unidad en la familia

Dedicación y consagración a Dios en cuerpo, alma y espíritu, será el princi-pio edificante de toda relación humana exitosa. “La instrucción religiosa signi-fica mucho más que la instrucción co-mún. Significa que debemos orar con nuestros hijos, enseñarles cómo deben acercarse a Jesús y hablarle de todo lo que necesitan. Significa que en nuestra vida debemos demostrar que Jesús lo es todo para nosotros,… ” –El Hogar Cristiano, pág. 317.

Cortesía

“… amables, mostrando toda manse-dumbre para todos los hombres.” Tito 3:2. La cortesía nacida de Dios no es simplemente conducirse de acuerdo a las reglas humanas de educación, sino un principio que nace del amor y res-peto hacia toda persona. “La esencia de la verdadera cortesía es la conside-ración hacia los demás…

“La cortesía cristiana es el broche de oro que une a los miembros de la familia con

vínculos de amor y los estre-cha más y más con cada día

que pasa.” –El Hogar Cristia-no, págs. 23, 142.

Amor

“Permanezca el amor fraternal.” He-breos 13:1. El amor que recibimos nos hará amar a nuestros semejantes en el mismo grado en que hemos acep-tado el amor divino y que éste se ha transformado en el principio motor de nuestra vida. “Sobre todo, rodeen los padres a sus hijos de una atmósfera de alegría, cortesía y amor.” –El Hogar Cristiano, pág. 65.

Tolerancia“… soportándoos los unos a los otros en amor.” Efesios 4:2. La tolerancia como principio es posible por medio del poder motivador que la incita– el amor.

“…cada miembro de la familia debe considerar y respetar como sagrados los sentimientos y derechos ajenos.” –El Hogar Cristiano, pág. 387

Sometimiento

“… el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20. El some-timiento es el principio que va junto al amor pues el primero es resultado del segundo. “Deberíamos olvidarnos de nosotros mismos, siempre buscando oportu-nidades aun en cosas pequeñas para mostrar gratitud por los favores que hemos recibido de otros y buscar opor-tunidades de alegrar a otros y aliviar sus tristezas y cargas con actos de tierna bondad y pequeños hechos de amor.” –Mente, Carácter y Personalidad, tomo 1, pág. 41.

Gozo

“… llenado de… alegría… ” Hechos 14:17. La alegría es un don del cielo que debería ser un principio motiva-dor en nuestra vida diaria debido a lo que Dios nos ha concedido en su gra-cia salvadora. “Cultivad la simpatía hacia los demás. Dejad que la alegría, la bondad y el amor compenetren el hogar.” –El Hogar Cristiano, pág. 168.

Santidad

“… Perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” 2 Corintios 7:1. La san-tidad debe ser un principio constante y progresivo al igual que una meta diaria que alcanzamos con el Señor. “Y cuan-

do las familias terrenales sean dirigidas correctamente, la misma santificación del Espíritu se comunicará a la iglesia.” –El Hogar Cristiano, pág. 306.

Disciplina

“… criadlos en disciplina y amones-tación del Señor.” Efesios 6:4. La dis-ciplina es un principio correctivo que regula el comportamiento de acuerdo a los mandamientos de lo alto y es tam-bién una verdadera demostración de amor genuino.

“Enseñad a los niños y a los jóvenes a respetarse a sí mismos y a ser fieles a los principios y a Dios. Enseñadles a respetar la ley de Dios...” –El Hogar Cristiano, pág. 14.

Orden

“…pero hágase todo decentemente y con orden.” 1 Corintios 14:40. El orden y la disciplina son principios comple-mentarios para dirigir nuestra vida de acuerdo a la voluntad de Dios. “Los padres y las madres que ponen a Dios en primer lugar en su familia, que enseñan a sus hijos que el temor del Señor es el principio de la sabiduría, glorifican a Dios delante de los ángeles y delante de los hombres presentando al mundo una familia bien ordenada y disciplinada,… ” –El Hogar Cristia-no, pág. 25.

Devoción

“… y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.” Salmo 22:27. La devoción o el espíritu de adoración solemne es un principio que debería gobernar nuestra relación diaria con Dios en este mundo, como sucede en el cielo.

“En cada familia debería haber una hora fija para los cultos matutino y ves-pertino. ¿No conviene a los padres re-

10 EL GUARDIÁN DEL SÁBADO

Page 11: Algunas razones por las que creo en Dios

R. Orce

unir en derredor suyo a sus hijos antes del desayuno para agradecer al Padre celestial por su protección durante la noche, y para pedirle su ayuda y cui-dado durante el día? ¿No es propio también, cuando llega el anochecer, que los padres y los hijos se reúnan una vez más delante de Dios para agrade-cerle las bendiciones recibidas durante el día que termina?” –Testimonies, tomo 7, pág. 43.

Evangelismo

“Anunciaré tu nombre a mis herma-nos; en medio de la congregación te alabaré.” Salmo 22:22. El evangelismo o actividad misionera es el principio de compartir la verdad con todos. Un verdadero seguidor de Cristo hará es-ta obra.

“Por precepto y por ejemplo, los padres, han de enseñar

a sus hijos a trabajar por los inconversos…

Ha de enseñárselas a ser diligentes en la obra misionera; y desde sus prime-ros años, ha de inculcárseles la abnega-ción y el sacrificio por el bien de otros y para el adelanto de la causa de Cristo, a fin de que puedan ser colaboradores juntamente con Dios.” –Testimonies, tomo 6, pág. 429.

Trabajo

“… descansarán de sus trabajos, por-que sus obras con ellos siguen.” Apoca-lipsis 14:13. El principio del trabajo fue establecido por Dios antes de la caída y continuará por la eternidad. Nuestro trabajo debe ser hecho de modo que deje un “sabor de vida para vida.”

“Las voces agradables, los moda-les amables y el afecto sincero que se

expresan en todas las acciones, junta-mente con la laboriosidad, el aseo y la economía, truecan hasta un tugurio en el más feliz de los hogares. El Creador considera con aprobación un hogar tal.” –El Hogar Cristiano, pág. 383.

Economía

“… que cada uno sea hallado fiel.” 1 Corintios 4:2. La economía o el prin-cipio de la buena administración im-parte tanto bendiciones como respon-sabilidades; incluye no solo los medios financieros, sino todos los bienes que el Señor nos ha otorgado, ya que todo le pertenece.

“Los padres deben aprender a vivir dentro de sus recursos. Deben cultivar la abnegación en sus hijos y enseñarles por el precepto y el ejemplo. Deben ha-cer que sus deseos sean pocos y senci-llos, a fin de disponer de tiempo para la cultura mental y espiritual.” –El Hogar Cristiano, pág. 343.

Responsabilidad

“… que anuncie al hombre su deber.” Job 33:23. La responsabilidad o el senti-do del deber es un principio impartido por Dios cuando confía al hombre su verdad, sus bendiciones y los numero-sos beneficios del cielo.

“Enseñe toda madre a sus hijos que son miembros de la sociedad formada por la familia y que en ella deben llevar su parte de las responsabilidades. Cada miembro de la familia debe desempeñar estas responsabilidades tan fielmente como llevan las suyas los miembros de la iglesia con respecto a ésta.” –El Hogar Cristiano, pág. 256.

Salud

“… que tengas salud, así como pros-pera tu alma.” 3 Juan 2. La salud es también un principio del cielo y de-

bemos respetar las prácticas que nos ayudan a conservarla. “…los hombres y las mujeres deberían familiarizarse con las leyes del desarrollo físico: con la fisiología y la higiene,… con las le-yes que rigen la herencia, la salud, el vestido, el ejercicio y el tratamiento de las enfermedades; deberían compren-der también las leyes del desarrollo mental y de la educación moral.” –La Educación, pág. 277.

Pureza

“Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purifica-dos los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” Hebreos 10:22. La pureza es un princi-pio que debería impregnar todo pen-samiento, acción y palabra de manera que Dios pueda aprobarlos.

“Enseñadles a apreciar la temperan-cia, la pureza de pensamiento, corazón y acción, que pertenecen a Dios… ” –Conducción del Niño, pág. 109.

Instrucción

“Camino a la vida es guardar la ins-trucción:… ” Proverbios 10:17. La ins-trucción o educación en la verdad de la salvación debería ser el principio que guíe el desarrollo de nuestras vidas, al igual que la de nuestros seres queridos y nuestro prójimo.

“Consideremos el círculo de la fami-lia como una escuela, en la cual prepa-ramos a nuestros hijos para el cumpli-miento de sus deberes en el hogar, en la sociedad y en la iglesia.” –El Hogar Cristiano, pág. 163.

Sea nuestra solemne petición a Dios de aqui en adelante que nos ayude de tal manera que nuestra vida, familias, e iglesias sean guiadas de acuerdo a los principios y al modelo divino. Amén. GS

Raquel Orce, EE.UU.

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AÑO 81, N.1

Page 12: Algunas razones por las que creo en Dios

Informe de Belice y la Escuela Primaria de Honduras

Siempre nos hemos preocupado por mejorar y adelantar la obra en el vecino país de Belice. A pesar que es un territorio pequeño en extensión geográfica, representa un gran desafío en la ganan-cia de almas debido a que la población tiene raíces idólatras y ritualistas. No obstante esto, siempre hemos deseado levantar un baluarte de la verdad en esa región de Centroamérica. Este deseo ha re-querido sufrimientos, penalidades y dinero, tan-to por parte de la Asociación General como de la Unión Centroamericana Occidental, al igual que de hermanos altruistas y de buen corazón que han querido invertir en el banco celestial. Y así es que luchando hemos llegado a tener ya el primer templo en el distrito de Toledo, en la provincia de Punta Gorda, por lo cual nos alegramos mucho. Aunque el templo es pequeño, hoy representa una gran alegría por estar construido en un terreno que es propiedad de la obra de Dios. Este es un paso que hemos logrado dar después de mu-cho empeño, y gracias al poder de Dios. ¡Alabado sea Él por lo que nos concede! También tenemos gran gozo por las varias almas que se están preparando para el bautismo.

Según nuestro programa, iniciamos nuestra gira, y superando toda clase de dificultades por el camino, llegamos después de dos días a San-ta Elena, El Cayo, cerca de la frontera con Guatemala, donde hicimos nuestra primera estación. Allí alentamos a una familia que ha estado

debilitándose en la fe debido a las pocas visitas recibidas, por diversas circunstancias. Realiza-mos un pequeño ciclo de conferencias por las noches y visitas por el día; al final pasamos un sábado alegre con las personas que asistieron y la familia de la Hna. Yolanda Chavarria. Por la tarde fuimos a un campo cercano llamado “7 millas”, donde realizamos algunas visitas, estu-diamos y celebramos una sociedad de jóvenes a la cual acudieron muchos niños de las personas invitadas. Allí entonamos diversos coros e him-nos al son de la guitarra del Hno. Esaú López, misionero de la región.

Después, empaquetamos nuestras cosas en una antigua camioneta que conseguimos pres-tada de un generoso hermano de Guatemala, y salimos con rumbo a Belmopan, donde visita-mos a una influyente dama de negocios, la Hna. Albita, quien es amiga de la verdad, y nos ma-nifestó su deseo de querer afirmarse en la fe y tener un lugar de reunión. Posteriormente, por la tarde, salimos con rumbo a Punta Gorda y en el camino visitamos unas familias en la mi-lla 28, un lugar con muchas frutas cítricas: na-ranjas, mandarinas, y ricas piñas que calmaron nuestra hambre y sed en esa zona tan calurosa. Las personas con quienes nos entrevistamos nos atendieron muy amablemente y nos ofrecieron

Evangelización en Belice

Apertura de la escuela primaria en Honduras

12 EL GUARDIÁN DEL SÁBADO

Page 13: Algunas razones por las que creo en Dios

hospedaje, pero no accedimos porque debíamos llegar a nuestro destino. Las invitamos a realizar un culto familiar y a las ocho de la noche continuamos nuestro viaje confiando en el poder de Dios. Por lo cansador y largo del viaje tuvimos que turnarnos para manejar nuestra vieja Vandura, GMC 1975, que cuenta con un potente motor Diesel de 8 cilindros. A medianoche llega-mos a nuestro destino, Punta Gorda, donde nos esperaban el joven obrero y su esposa.

Al día siguiente empezamos nues-tras actividades de reparación y acon-dicionamiento de lo que hoy es nuestra misión. Tuvimos que comprar varias docenas de tablas para hacer divisiones y arreglos con el fin de acondicionar el local, de tal manera que pudiera adap-tarse como sala de culto, dormitorio y cocina del joven misionero que colabo-ra en esa zona. Por la tarde instalamos nuestro equipo de audio e invitamos a las personas de habla quetkchi, maya e inglés. Para las traducciones del espa-ñol al inglés contamos con la colabora-ción de la Hna. Esther Elington, de El Salvador, quien fue de gran ayuda en esta gira y en las campañas realizadas. Y para el habla quetkchi nos ayudó el misionero Hno. Vinicio Tiul.

Allí estuvimos durante una se-mana, y el viernes preparamos co-mida para los invitados. El sábado nos acompañaron muchas personas que durante la semana habían asis-tido a las conferencias; fue realmente una fiesta espiritual. Por la mañana iniciamos nuestra Escuela Sabática, dirigida por las Hnas. Esperanza Zepeda, misionera laica y fiel cola-boradora en Belice, y Esther Eling-ton, traductora de estas conferencias y durante toda la gira en Belice. La lección se encomendó al Hno. Eliseo Morales, un gran colaborador laico

del Departamento del Buen Samarita-no de la Unión. Los minutos misione-ros estuvieron a cargo del destacado obrero bíblico en Belice, Hno. Vinicio Tiul. El sermón fue dado por el Hno. Oscar Archila, presidente de la Unión y traducido por la Hna. Elington. El te-ma fue: “El sol de la gracia se oculta”. Al final se hizo un llamado y muchas almas pasaron al frente y aceptaron se-

guir a Cristo, manifestando interés en bautizarse muy pronto. Entre los que pasaron al frente se encontraban ocho adultos, además de los niños y jóvenes, quienes recibirán visitas del misionero de este lugar.

Después de escuchar la predicación, se impartió la bendición pastoral y fui-mos invitados al almuerzo preparado por nuestra Hna. Esperanza Zepeda, quien nos ofreció unos ricos tamalitos al estilo guatemalteco. Por la tarde, salimos junto con un grupo de her-manos y almas interesadas a hacer la obra misionera en un lugar cercano lla-mado Medina Bank, donde visitamos a algunas almas de habla quetkshi. Regresamos antes de la puesta del sol para despedir el santo sábado y pre-pararnos para la última conferencia de ese lugar.

El Hno. Esaú López habló de la ur-gencia de recibir el sello de Dios y no el sello de la bestia. Después se hizo un llamado a la congregación y pasa-

El hno. P. Rodriguez, representante regional de Centroamérica, México y el Caribe proveyendo

distribución de agua a los hermanos afectados en el sur de México a causa de inundaciones.

Hermandad de una de las iglesias locales en Chiapas, México, después de haber recibido la ayuda enviada.

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Page 14: Algunas razones por las que creo en Dios

ron al frente unas doce personas decididas a continuar estudiando las lecciones de Mensajes de Amis-tad. Después que la Hna. Elington entonara un canto de adoración a Dios, se clausuró la conferencia entregando un obsequio a las per-sonas que habían asistido todas las noches.

Después que el Hno. Archila ce-rró la conferencia con una oración, se despidió de la congregación y de los vecinos que continuarán re-uniéndose en el nuevo templo que, con la ayuda de Dios, se terminó de construir en esta gira.

Después de un pequeño inter-valo continuamos nuestro viaje, ya que debíamos llegar urgentemente a San Pedro Sula, Honduras, don-de nos esperaban los hermanos para llevar a cabo la inauguración de la nueva Escuela Cristiana de la Reforma, en esa cálida ciudad norteña. Iniciamos el desmontaje del equipo de sonido y video que traíamos, mientras otros hermanos colocaban las últimas tablas diviso-rias entre la sala y los dormitorios. A continuación, pudimos disfrutar la exquisita cena que nos preparó la Hna. Esperanza Zepeda, y nos preparamos para salir a eso de las dos de la mañana. Gracias a Dios, nuestro vehículo (la camioneta GMC) funcionó bien y a esa hora pasamos a buscar a una hermana de nuestra pequeña iglesia en Pun-ta Gorda quien debía someterse a una operación en el hospital de Guatemala, gracias a la colabora-ción de esa misionera incansable, la Hna. Esperanza, una fiel colabo-radora del departamento del Buen Samaritano de Belice. El nombre de la hermana que nos acompañó has-ta la mitad del camino para seguir

hacia el hospital de Guatemala es Anselma Edwards, beliceña de nacimiento y que es-tá muy enferma a causa de un tumor en el esófago, lo que le hace muy difícil su ali-mentación, por tener una inflamación en el esófago y el píloro. Así es que, además de realizar conferencias, hicimos obra mé-dico-misionera con esa persona, quien por el momento está internada en el hospital de Guatemala con la esperanza que su sa-lud mejore y sea útil en la obra de Dios en Belice. Llegamos a la frontera entre Belice y Guatemala a eso de las 7 de la mañana. Después del respectivo control de aduana salimos con rumbo a Honduras adonde llegamos a eso de las 11 de la noche, suma-mente cansados, pero con gran gozo por haber hecho una buena obra en Belice.

Nos levantamos a las 5.30 de la mañana y si bien el cuerpo se resistía, respondimos a la voz del deber. La cita era a las 7 de la mañana y tuvimos que correr para estar a la hora exacta de entrada a la escuela. Cuando llegamos, ya muchos padres y niños se encontraban reunidos con rostros alegres por estrenar una nueva escuela que ofrece una mejor enseñanza, con bue-nos principios y el temor a Dios. Pasamos a ocupar las primeras sillas que estaban destinadas al cuerpo directivo de la mi-sión y enseguida empezó el desarrollo del programa protocolar, donde el maestro de ceremonias dio la bienvenida a los padres y niños, así como a las autoridades de la misión local y de la Unión. El Hno. Oscar Archila, presidente de la Unión, presentó un breve discurso de inauguración, ha-ciendo resaltar los valores espirituales y morales que se pondrán de relieve en esta escuela de la reforma pero que se han per-dido en las escuelas seculares; los valores que la sociedad necesita ver inculcados en sus miembros. Leyó unos párrafos de las Sagradas Escrituras y del Espíritu de Pro-fecía sobre la verdadera educación que el mundo necesita hoy. Después de la diser-tación, se elevó una oración por la escue-

la, por el personal docente, los niños y los padres de familia que nos confían a sus hijos para educarlos en el temor de Dios. Se dio la bendición de las ins-talaciones y se pasó a cortar la cinta simbólica de inauguración, para que en ese momento los alumnos pudieran entrar a sus respectivas aulas de ense-ñanza. Después se hizo un recorrido por las instalaciones de la institución para verificar las condiciones de los sa-lones de clase y pudimos constatar que todo estaba en orden. Agradecimos de todo corazón a nuestro Dios por esta bendición que nos concedió. Así con-cluyó la alegre fiesta de apertura de este edificio.

Adicionalmente, nos quedamos dos días más realizando reuniones del co-mité espiritual de la Asociación y de la Unión en conjunto con el Comité de Finanzas, para hacer evaluaciones de la condición económica de nuestra obra en estos países de Centroamérica. En estas reuniones se hicieron diversos acuerdos para el avance de la obra en estos lugares, especialmente la obra en Belice y la apertura de otros campos en los países ya mencionados. Contamos con ciertas limitaciones debido a la condición económica de estos países del Tercer Mundo. Necesitamos apoyo económico para hacer más proyectos evangelísticos en estas áreas.

Al igual que vuestras oraciones, necesitamos vuestro apoyo monetario para sacar adelante la obra en Centro-américa. Necesitamos también un ma-trimonio de habla inglesa para toda la región de Belice y las islas de este país. Quedamos esperando vuestro apoyo y oraciones.

Dios os bendiga ricamente.Vuestro colaborador por la Unión

Centroamericana,Hno. Oscar Archila,

Presidente de la Unión

14 EL GUARDIÁN DEL SÁBADO

Page 15: Algunas razones por las que creo en Dios

A. Ringelberg

Para muchos cristianos, este re-querimiento es el más difícil en la oración que Jesús nos ense-

ñó. El ego, en la mayoría de los casos, se siente tan profundamente herido o humillado que le es imposible perdo-nar. La idea de desquitarse o vengarse es más evidente en el carácter humano, que la reconciliación y el perdón. Aun cuando la persona que nos insultó o trató injustamente extiende la mano buscando la reconciliación, a menudo el corazón dice: “Perdono, pero nunca olvidaré”.

La Palabra de Dios y la vida de Jesús nos muestran que un corazón que no está dispuesto a perdonar y que busca vengarse o desquitarse es pecaminoso. Tales personas alegan tener un derecho que no les corresponde. La Biblia di-ce: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19).

Como cualquier otro pecado, la pasión por la venganza y la falta de reconciliación nos puede separar de Dios y perturbar la paz del corazón. La mente de la persona que perdona es como un canal por el que fl uye la misericordia de Dios. El mal funcio-namiento de este canal tiene serios resultados para el bienestar del alma. Es por eso que quien no está dispuesto a perdonar no puede orar: “Perdona nuestras deudas”.

Una de las virtudes de la verda-dera conversión es la capacidad de perdonar. Pero es triste constatar que con muchos cristianos sucede lo que el apóstol Pablo describe: “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago” (Romanos 7:19).

Para muchos creyentes cristianos es una gran lucha poder perdonar a un hermano o hermana que los haya insul-tado o le haya hecho algún mal y esta es una de las razones por las cuales el Espíritu de Dios no puede obrar en él ni en la iglesia. Y, sin embargo, se debe aprender a perdonar para poder ser partícipes de la gracia de la reconciliación.

Por lo tanto, es de nuestro propio interés estar dispuestos a perdo-nar; a pesar que no podemos decir que sea para el “propio interés” de Dios, aunque Él lo haya presen-tado así. “Yo soy el que borro tus rebeliones por amor a mí mismo, y no me acordaré de tus peca-dos” (Isaías 43:25). El Señor no perdona el pecado de los hombres solamente por amor a ellos, sino por amor a sí mismo. El carácter de Dios se revela por medio de su gracia perdonadora que es amor y misericordia.

Algunos encuentran una excusa para su incapacidad de reconciliarse diciendo que la otra persona tiene la culpa:

“Si no hubiese actuado de esa manera, o no hubiese dicho tal cosa, no habría llegado tan lejos”. De esta manera, su falta es imputada a la otra persona. Es-te es uno de los pecados más antiguos, como lo demuestra la historia de Adán y Eva. Y en consecuencia, los primeros seres humanos culparon a Dios por ha-ber hecho la serpiente.

“… COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES”

“… COMO TAMBIÉN NOSOTROS “… COMO TAMBIÉN NOSOTROS

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Page 16: Algunas razones por las que creo en Dios

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“Lo siento, no quise decir eso”; “simplemente no me sentía bien de ánimo”; “fue a causa de las circunstan-cias”, son a menudo las palabras con las que uno trata de evitar la verdadera confesión y perdón. Y frecuentemente se evita tratar el asunto diciendo: “To-do pertenece ahora al pasado”; o, “ya no me duele”, “¿por qué volver a tratar el asunto?”. Entonces se olvida cuán doloroso fue lo que pasó y también cuán profundamente fuimos insulta-dos y heridos.

Una palabra insultante, una mirada de desprecio, una crítica carente de amor puede causar profundas heri-das que son casi incurables. Si ambas partes no permiten que el Espíritu de Dios les dé fuerza para reconciliarse y perdonar, sus oraciones no serán respondidas. Solamente el hombre o la mujer que ha experimentado el amor perdonador de Cristo es capaz de perdonar las cosas que los demás le han hecho.

Una vez, cuando estaba en América, un ministro de la iglesia Adventista me contó una historia de la cual aprendí

una lección sobre cómo puede perdo-nar un cristiano si el amor de Cristo lo mueve a ello.

Estábamos al pie de un monumento que se había levantado en recuerdo a un gobernador que había sido asesina-do. Este hombre había sido muy queri-do por el pueblo, pero por razones polí-ticas, sus enemigos trataron de quitarle la vida. Durante muchas noches, un asesino merodeó su casa en busca de una oportunidad apropiada para llevar a cabo su plan. Una noche la situación pareció ser favorable. El gobernador estaba sentado en el patio y fácilmen-te le podía disparar. Pero entonces el asesino vio que el gobernador tenía a su hijito sobre sus piernas. El asesino, que en realidad no era un hombre mal-vado, sino una víctima del fanatismo político, no disparó por temor a matar al niño. Así es que esa noche la vida de ambos fue salvada. Sin embargo, no mucho tiempo después, el goberna-dor fue víctima de un asesino que poco después fue arrestado y condenado a cadena perpetua.

(Continuará...)

Asi como perdonamos...