ALFREDO ACOSTA ......... ~

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AURORAS Y OCASOS ~P tt B lE &~

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Es propiedad del autor

~I Jottor ~on ligue! ~nam 4ihnan

PI{EHJ[JENT~: )))<: I,A REPÚBLICA ARGENTINA

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Su elevacion al poder, importó el triunfo de/.Ir/ pensamiento eminentemente libel'al, que se tradace en: PAZ, INICIACION, REvENERACION y PROGRESO, !/

yo, uno de sus partidarios y amigo, aprovecho com­placido esta ocasion en que se ofrece una fiesta del progreso y de la libertad, pal'a tl'asmitirle una ¡/./le­

va prueba de adhesion y sirnpatia, dedicándole mi humilde trabajo, donde descuellan las mismas idea.~

que tuvimos en vista al leva¡ílar .~u candidatura' allá, en la tien'a de lo.~ sacritkiPs, en la herriiNl Ciudad de Santa-Fé,

Le saluda con: cm'i/in SI( (~mnpatl'iota. c01'/'eli!/ifJ­

nario y amigo-

A. Acosta.

.I.1fensaJe de simpatt'ct á la Italia, tierra clásica de la Li­bertad, nuestra hermana en sacrificios y en la gloria-en el clia 20 DE SETIEMBRE DE 1887.

AURORAS y OOASOS

POEMA

1

¡Es el compendio de una inmensa historia! Homa ... ! al invocar tu nombre. miro _~ hsorto descubrirse ante mis ojos Las paginas de gloria Con que asombraste al universo entero, y al travez de los siglos yo te admiro y latir de entusiasmo el seno siento Cuando te veo, ¡oh tierra portentosa Siendo la cUila de bendita~ leyes, La primera que luchó grandi,)~a Por elevar un trono al Pensámiento Retando a muerte á los soberbios reyes!

A ti converjen los primeros rayos Que el mundo iluminaron; Tu fuiste, Roma, la primera, est['ella Que las ideas por el orbe guiaron; Brotó la libertad al noble grito Que alzó la Italia bella De su entusiasmo en el fervor bendito, y siempre por el mundo repit endo Van Libertad, tus denodados hijos, Los hijos de CavoUl" los Italianos Que no olvidan jamás que Sll bandera. Fué feliz la primera Que el imperio azotó de los tiranos!

10 ALFREDO ACOSTA

La inteligencia con su luz divina Bajó primero á acari?iar tu frente, y tuyos fueron los prImeros rayos Que lanza sobre f 1 mundo el pensamiento y abre ancho campo á la fecunda mente. El mensaje ?rimero l;ue ilumina Del mundo la conciencia Con luces inmortales, Tú lo mandaste en torbellino ardiente A golpear el firmamento De la anchurosa tierra Cuando embrazaste la potente lanza, Llevando al par de la conquista, ciencia, y al lado de la guerra De tus preclaros génios la enseñanza!

Llegó un momento en que la tiera entera Atónita á tu voz se estremecia Temblando ante tu paso, Pues eres tan inmensa Que hasta el cielo, sin duda, enmudecia Al girar á los vientos tu bandera O al levantar tu formidable brazo:

Todo aquello pasó ...• los mercaderes De la conciencia y de la fé nacieron, Empañando las páginas de gloria Que á su paso los siglos escribieron Haciendo eterna tu inmortal memoria; y muerta, al fin, la Roma del pasado, Para escarnio brutal de tus pendones Tu tierra pisotearon Los mismos reyes que ante tí, humillados, Contemplaron de hinojos las naciones!

Habia alumbrado el desgraciado día En que el papado, horrible tirania

AURORAS Y OCASOS 11

Cuyo fulgor asombra, Sobre la Italia se venia encima Como pulpo braceando entre la sombra!

? -

Donde está Roma, , ,! Ayl aquella tierra, Cuna del mundo que asombrado habia, Apenas y sin voz se revolvia Entre los lazos fatales que la ataban Al carro triunfador del despotismo, Ya no alza el grito de entusiasta guerra Que escuchan temblorosas las naciones, Con las cuales jugaban Ardiendo en patriotismo Su~ bravos hijos, invencibles leones!

Ya no se escucha su clarin glorioso Ni su estandarte en la estension flamea Dó ayer sus jefes con valor 16 hizaron­Murió tu libertad, tu independencia, Libre albedrio, ¡oh pueblo gr-neroso! y al quitarte la vida, Con la vida, cobardes te arrantaron 'Del pecho la conciencia!

La conciencia, , " inmortal conquista bella Que levanta del hombre el pensamiento, La luminosa estrella Que nos guia al travez de los desiertos Del insondable arcano Que hunde el sentimiento En abismos de duda~. siempre abiertos A la mirada,. a la razon cubiertos­Pretenderla matar es un absurdo Que para mengua del Creador se exhibe, Una audaz negacion de la existencia, Que el ser no se concibe Sin la bendita luz de la conciencia!

l2 ALFREDO ACOSTA

Pobre Roma!-sin duda sospecharon Aquellos que empañaron Su portentof;a historia, Que para atarla al despotismo inmundo Arrebatándole lo mas sagrado Que tiene una Nacion, su Independencia, Oscureciendo su pasada gloria y su feliz estrella, Un jefe y una creencia Que tuviera por nuncio la centella y por espada el rayo Les era necesario Investir con poderes sin segundo, Surgir haciendo a su calor los dioses Que por siglos desprecian su calvario, y por siglos jugaron con el mundo!

En vano Roma, en tu infeliz quebranto, Alargas triste las atadas manos Pidiendo proteccion á las naciones, Justicia reclamando á los tiranos­Quien te la habia de ofrecer, Italia, Si el Orbe entero derramaba llanto, y el cielo mismo, estremecido, acaso Miraba con horror las viles hordas De mónstruos que sin fe y sin corazones En vez de paz y de concordia, guevra Van proclamando, á sus traidores pasos Atestando de victimas la ticrra?

Quien te la habia de ofrecer, Italia, Quien respondiera á tu infeliz lamento O el llanto enjuga que en tu::. ojos mana, Si rapido y veloz el despotismo De los PAPAS y REYES, sus esbirr'os De aquellos tristes, nebulosos dias,

AURORAS Y OCA.SOS

Arroja al fin en insondable arcano A la conciencia humana, Hociendo enmudl1cer el s.:ntimiento y endiosando il S'1l voz las til'an ias?

Quien te la habia de of¡'ecer, si en vane Sus luces esparrama el pensamiento Clareando el horizonte de los mundos, Que atónitos miraban Alzarse sobrehumano, Un poder sin segundo Que revolvia á su placer la tierra, Qne arrojaba á los reyes de su asiento Improvisando sólios y diademas, y á su voz destructora entronizando La intolerancia, el cruel absolutismo Que eternamente llevaran por lemas: Guerra á la idea, á la conciencia. guerra?

La frente apenas elevabas triste, Cuando cobardes contra ti, la hoguel'a En tu suelo glorioso Con sarcastica risa levantaban­Tú no podias ni gemir siquiera, Que era un crimen, allí, hasta el sollozo.! Era crimen reir, crimen el llanto, Todo ara crimen en los negros dias De tu infeliz quebranto! Todo era crimen cuando manos pias En nombre de los cielos, de algo sanlJ, De un ideal que el alma diviniza Al mundo se impusieron, Voluntad absoluta Adoptando por ley y por divisa, Por Religion, la intolerancia bruta!

14 ALFREDO ACOSTA

Galileo, Copérnico. . . gigantes De la id~a y el noble pensamiento, Dos grandes figuras de la historia, Dos soles que brillantes Fulgurean del mundo e.n la memoria, Dos atletas, señores de la ciencia A cuya voz y poderoso acento Huyeron los secretos del espacio Del que alcanzan al fin á enseñorearse, Desde la tumba nos señalan siempre La tétrica mansion de aquel palacio En que al dolor de sin igual tormento A un noble anciano, de laureles lleno, Le obligan á mentir para salvarse!

11 Cuando se hunde la mente en tus arcanos

Gloriosisima tierra, y el alma asoma á contemplar aten ta Los destinos humanos, El porvenir del mundo que se encierra Dentro tus muros, asombrosa Roma, Brillante sol que al universo alienta; Cuando te mira desde exelso trono De glorias inmortales, Caer hecha pedazos Sirviendo de botin á las naciones Que ayer ahogaban tus hercúleos brazos, El corazon se abisma y se atormenta! Pues no comprende como tanta gloria En tantos siglos de luchar ganada Al empuje de esfuerzo sobrehumano Que aún asombra del mundo la memoria, Cayera destrozada Al girar sus pendones La fúnebre falanj e pontificia Borron eterno del linaje humano~

AURORAS Y OCASOS

Ah! parece imposible Que al pueblo mas honrado y mas guerrero Le haya tocado lo horrorosa suerte De hacer gemir al universo entero­Aparece estupendo y casi inconcebible, Que sustentára su glorioso suelo El sólio mas tremendo Funestisimo y fuerte, De universal, fatídico renombre

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Que ha contemplado con espasmo el hombre! Figúrase mentira que en sus brazos . Se meciera infernal aquel Imperio (Jue hizo de la Europa un cementerio Gobernando la idea á cañonazos!

Dónde no alcanza su cobarde mano? Toda la tierra ante su voz retumba, Que aquellos miserables, ni la tumba Han respetado en su furor insano! Qué importa que eri despojo inanimado Se conviertiera la inocente víctima Que levantar ha osado La ,emeraria frente en las batallas Del pensamientoi humano? Para aquellos carnívoros hambrientos No han sido nunca los sepulcros vallas!

¡Imbéciles tiranos de la idea! Abominables dioses, crueles ayos, Qué es acaso la. fé una librea, O para ser católico El hombre necesita ser lacayo?

Bárbaros! no contentos con la sangrt· Que el suelo tiñe de la. Italia. her,nosa,

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Sedientos de exterminio, Fatídica, horrorosa" A extender por el orbe su dominio Aquella turba sin control se lanza! Huye del mundo la justicia entonces, Porque todo á su paso se avasalla­Ningun derecho á la razon le asiste, Se amordaza el pensamiento humano, Apaga sus acentos la conciencia y el cielo mismo extremecido calla! Porque, ay! de aquel que altivo se resiste A pensar como piensa el Vaticano

'En esos negros dias, O niega al Papa su divina ciencia Que por la boca del Creador hablaba, y aun habla, segun dicen, todavia: El martirio ó la hoguera le esperaba! Cobardes! ... sí pensar es nn delito, De que nos sirve la razon que espande y dignifica el coraz ,n del hombre, A que esta sed de libertad tan grande?

Que horrible tiranía! Que lujo de crueldad! Cuánta heregia No se comete c,on furor profundo! Que tremenda leccion para los pueblos! Que cosecha de sangre para el mundo!

No hay un punto siquiera donde pueda Colocarse un instante la mirada. Que á su pesar, el corazon herido, No trate de desviarla, horrorizada! La. madre llora por la hija amante En quien cifra feliz sus ilusiones; Llora el esposo por la esposa honrada Que arrebataron de su hogar querido Pa.ra. la paz turbar de un matrimonio

AURORAS Y OCASOS

y saciar sus impúdica:; pasiones; El hijo llora por el padre, el padre Sobre la tumba de sus hijos gime, E:;pe. ando aterra.do el cruel momento Que tambien a la hoguera se le envie: Solo ellos, con alma de demonio, Sin oir homano acento En medio á tanto horror, cobardes rien!

Que levante nuestro cargo justiciero Clemente Sexto, digno compañero De Juana, la asesina. De Andrés, su mismo esposo, Que luego á ser su amante la destina­Sixto Cuarto, el miserable, impio, QUtl en el templo de Dios, el poderoso Arma la mano de cobardes seides Para matar dos jóvenes, los Medicis, Que caen al fin en sus infames redes.

Urbano Octavo con Gl'egorio Trece Que espantan con sus crimeH'eíJ la EUl'opa, Con su impudicia y sus fur01'es santos! Juan Veintidos que los propasa en tanto, Pues aquel mónstruo sin pudor, parece, Sumido en bacanales y fE"stines, Que se gozase en fomentar la crápula Para llenar su bolsa de florines!

Levántelo Al~jandro Sexto ... basta! Al venir este ll'lmbre á la memoria Repugnancia invencible nos detiene: Tan negra y tan infame fué su historia! Aun parece que se escuchan los gemidos Del mártir infeliz Savonarola, Q.ue á semejanza de Jesús se aviene Los pueblos destituidos

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De justicia y moral, a livertarlos Del fatal pricipicio á que los lanzan; y á pesar de los Papas enarbola Su bella y grande, su inmortal bandera, Que cual su cuerpo hasta quemar no alcanzan: Pues sus ideas no mató la hoguera!

Cuán son y formidables las cadenas Que el trono de los papas ha tejido: Fuera pequeño el universo enlero Para abarcar las penas

. Que el mundo por su culpa ha padecido­Con solo el ¡ay! de los benditos martires De la Franci3, de España é lnglaterra r

De sobra es ya para llenar la tierra!

Tiranos! se han gozado en la agonía De víctimas ilustres, A.testando sus negros calabozos De martires queridos, Inmolados con bárbara heregia Por pigmeos vestidos de colosos! Destrozaron los vínculos del mundo Innundando de sangre á las naciones; Ay! ay de ellos, al fin cuando iracundo Puesto de pié el universo entero, Cuenta les pida de la noble sangre De varones insignes Que derramaron en su orgullo fiero, Para saciar feroces sus pasiones y tener de que hablar en sus festines!

Ay! ay de ellos, al fin, cuando volviendo Al pasado de horrible tiranía, Se hechen por tierra las sangrientas puertas De esa maldita Inquisicion que impia Venciera en lujo de crueldad á. los barbaros,

AURORAS Y OCASOS

Que el mundo revolviendo Contemplan espantadas las naciones Bajo su sable y Sil' furor desiertas! Ay de ellos, si por fin, aborrecida La historia de sus crimines que espanta Clarea de los mundos el criterio; Entonces, muda de estupor la tierra, 'rendrá vergüenza de alentar la vida De esos verdugos que en cobarde guerra, Con cínica jactancia, Al mundo imponen su infernal imperio Chupando de los pueblos la sustar..cia!

Ay de ellos en el dia que levante La ensangrentada frente

. Maria Stual'do con Enrique Cuarto, y se abran las tumbas de la Europa y el mundo, palpitante, Sus victimas y mál'tires recuente! Ay! cuando surjan de la tumba helada Millones 'de millones De sombras de)a muerte, en reproche Mostrando a las naciones Con la mano helada,' El histórico paraje que recuerda De San BARTOLOl\IÉ la negra noche!

Ay! ay de ellos, al fin, cuando la Italia, Infeliz, despedazada, y pobre y dividida, Por cU\pa del papado deshonraulI, Sirvien~ de juguete al extrangero Que se goza en su sangre mas querida Por la Iglesia incitado á la matanza, Levante Sil cabeza, y prepotente Cuenta le exija al sanguinario clero

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20 ALFREDO ACOSTA

Que á hundirla en el oprobio se abalanza, De la vergUenza que arrojó á su frente I

j Arriba Italia! incierto es que en tu tierra Del patriotismo la virt,ud h,a ~uerto, Aun vive en tu memorIa Cmcmato y de Camilo el adnegado ejemlJlo! Para tu grito pregonar de guerra y levantar tu pabellon al viento, No ha de faltarte un cOr'azon valiente Que rinda á tu bandera noble acato y rete al despotismo con su acento: Que alce orgullosa la italiana frente y asombl'e a los tiranos con su aliento!

IU

Mas, como desafiar á aquel coloso A cuyo solo acento Tiemblan los reyes, puebles y naciones? Quien fuera tan osado y-presuntuoso Que llegara en viril atrevimiento A ultrajar de los Papas los pendones? A retar aquel gigante de los siglcs Irimenso como Dios, pues su palabra La misma esencia del Creador la lab¡'a?

Quien ... ? otro atleta! el pensamiento hermoso Que hierbe en la mente del patriota, Cansado al :fin de soporta.r con mengua El polvo bochornoso Que arrojan los tiranos á su paso, y que del pueblo la conciencia azota y le encadena a miserable lazo I

Quien? .. el Piamonte, Vittorio Emanuele Ardiendo en patriotismo,

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Cavour, Mazzini, Garibaldi el bravo, El homerico soldado que repele Con su espada br~lla nte al despotismo Rompiendo las cadenas del esclavo!

Garibaldi .... ay! herida su alma atlética, Obligado a de.:ar Sil hogar tranquilo, Deshecho el corazon, mas no postrado, Vá por el mundo mendigando asilo l Quien le obliga a abandonar su tierra y andar sín norte, herrante peregrino? La negra tiranía Que de la patria oscureció el destino ) a quien declara con valor la guerra!

Fue mi patria feliz, tierra argentina, Cuna de heroicidad, jóven y hermosa Quien le recibe con abiertos brazos, y marca cariñosa Brillante porvenir a que en,'amina El héroe noble sus gigantes pasos!

Apenas pisa la argentina arena El proscriptó de Italia, euando llena Su alma grande de entusiasmo ensancha, Al oir el tronar de los cañones y el salvaje alarido del tirano Que en sangre tiile el suelo americauo y el pabellon del argentino mancha!

y en medio de la guerra, y cuando el rimbombar de la metralla Entre el fragor del batallar se escucha, Es donde abierto su pulmon respira y se revela su gigante talla I Su pechó se engrandece Cuando recuerda que combate y lucha

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Por la santa Igualdad porqué delira, Contl'a. el odioso despotismo insano, Por el alto principio que establece La augusta libertad del ciudadano!

«El Salto», «San Antonio», son letreros y eternos pedestales Que recuerdan con honra á los guerreros Que alli sellaron con su sangre heroica Hazañas inmortales, Para eternal memoria, Conquistando á la par del argentino,

. Inmarcesible página de gloria El bravo batallo n Garibaldino !

Montevideo •.•• se conserva aun grato En la memoria del vecino hermano, El recuerdo del héroe portentoso Cuyo nombre tan solo era bastante A espantar la falange del tirano y á sembrar por sus filas el destrozo! De aquel guerrero singular que errante 1>esde un polo hasta el otro se pasea Ofreciendo su brazo sin segundo Para voltear tiranos, Para luchar por sacrosanta idea y la conciencia despertar del mundo!

Que punto de contacto tan visible Entre él existe y San Martin glorioso! El uno cruza borrascosos mares Para llevar al despotismo guerra y defender un pensamiento hermoso, Contando sus batallas por millares A cuyo ruido se asombró la tierra­El noble americano, Con una audacia y un valor sin nombre,

AURORAS Y OCASOS

Se abalanza a escalar la cordillera Mas alta y grande que conoce el hombre, Plantando Libertad e lndependencia, Do quiera planta 1SU inmortal banderal

En donde quiera que la luz asema A entreambos dos se reconocen grandes: Tiene por cetro, Garibaldi, a Roma, y San Martin, por pedestal, el Andes! ...• . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .

En medio de sus triunfos, el proscripto No olvida el cielo de su patria hel'mosa, y hacia su tierra desgraciada vuelve A instante el corazon, mudo y contrito! Es Roma la palalJra cariñosa Que entre sus labios sin cesar l'evuelnL y que le roba al lidiador la calma­Roma es su sueño, su vision querida, La ilusion de su vida, . Unico amor que le arrebata ('1 alma!

Al travez del espacio la contempla Siendo juguete de protervos reyes; Mira que imponen a la Italia leyes, Ve que el Austria y la FI'ant.:ia la despoja, y su alma grande de coraje tiemlJla y al fin su grito de batalla al'roja !

Pasan quemando su abrasada mente Ideas de Voltaire, los sentimientos De Rousseau, Condorl!flt, de aquel valiente Que en medio á la cobarde tirania Alza gallarda la altanera frente Conmoviendo del globo los cimientos, Al anunciar en vigoroso tono -Oue alumbra al fin de libel't,ad el dia,

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21 ALFREDO ACOSTA

Que está sobre la fuerza, el pensamiento, La razon de los pueblos sobre el trono, La jllsticia y la ley sobre la lanza: Principios que incubaron en la patria Sublime engendro que abortó á destiempo Arrebatada en fiebre de venganza I

y al tpavez del pasado y h distancia Recuerda con inmenso arpobamiento

, Aquel delirio que escuchó en la cuna, - Cuando levanta el poderoso brazo

y altiva enseña su pendan la Francia Arrast¡'ando los pueblos á su paso, Al ronco rimbombar de sus cañones Temblar haciendo el pavoroso asiento De los Papas y Reyes, Proclamando á la. faz de las naciones De la azon el luminosa imperio, La mller-te del tirano, La Iglla hlad en el trolla de las leyes y liIJc¡-tad del pensamiento humano, Atleta "in segundo; SuLlillle "acudon que hechó por tierra La l'od¡'eJumbre que encerraba el mundo [

La iJ'a augusta de la F¡'ancia mira Revt'llt,u¡' de su seno e imponerse Como la. lava de volean ardiente, Que en el seno profundo de la tierra Por mucho tipmpo comprimida se halla, No ellcollt¡'ando buprera slIficiente Qup obligue á detenerse Cualldo lírumando en el abismo estalla I Recllt'rda su martirio y palideee La sangre á imaginar de aquellos dias ....

AURORAS Y OCASOS

Pero ..•. si hay un acento que nos dice Que tanta sangre necesaria ha sido A vengar tanto crimen cometido En una eternidad de tirania!

IV y el noble Garibaldi se enardece

Oyendo el golpear de las cadenas De aquella Italia hermosa, Que hllncida al despotismo languidece Entre mortales penas; Su labio un nombre con afan pronuncia, Chispeante la mirada centellea, y al mar se lanza repitiendo ¡Roma! ' Dende cual angel protector lo anuncia El tibio soplo de gigante idea!

Ya está alli, lanoblefrente erguida Y el alma llena del sagt'ado fuego Que abrasa su existencia", Surcada su cabeza por cascadas Y torrent(ls de luz del pensamiento Que irradIan por la patl'ia bendecida Alumbrando de, Italia la conciencia! Ya esta allí, el coloso, dando al viento El pabellon que con honor levanta, El oriflama encarnacion sublime De una idea inmortal, idea santa Que de un error la humanidad redime?

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« ¡ Roma ó la muerte!» el guerreador esclama, Mientra en sus muros centelleante gira Cual rayo destructor el 1I0ble acero Que al Universo admira, Saltar haciendo en luminosa llama Chispeantes arco-iris de bonanza,

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Que envuelven á los pueblos victimados En ardientes colores de esperanza, Cuyos destellos al cruzar la Europa Que en los cambiantes de su luz se innunda. Con siniestro fulgor relampaguean,

Al contemplar los cuervos coronados Que de siglos atras, sobre el imperio De un gigante postrado, Con hambriento furor revolotean!

Levantemos con orgullo nuestras frentes Para cantarle al vencedor del treinta Del memorable Junio, y nuestro acento Sea el himno universal á los valientes Que alli acabaron su preciosa vida, Cavando con sus tumbas los cimientos Del fúlgido palacio dó mas tarde La estátua bendecida De la humana razon se levantara, De Libertad á las ardientes voces Bambolear haciendo el pavimento Del alto Olimpo y sus vestustos dioses!

Que no mueran jamás en la memoria Tus proezas, intrépido Manara Que sucumbes de frente al despotismo, y por siempre las notas de la gloria Visiten tu sepulcro, augusto templo, Cantando Morosini tu heroismo y de Marina el denodado ejemplo!

Murieron por la patria •... ! mas, no importa, Que aquellos bravos para honrar, caidos En nombré de la Italia batallando Al frente de c( Los Mil)) corre valiente

AURORAS Y OCASOS

El héroe de los héroes, celebrando Al rumor de los Dianas de la Améríca, Recuerdos del proscriptu bendeczdos, De los cañones a la sal va ardi ente y cantos de victoria, El funeral de estos martires queridos Ana, en Calatafimi, Coronando en Paler'mo su memoria!

Esto no basta a la amLicion ardiente Que guia por el mundo Al hijo de la Italia prepotrlltc, Al gEmio milagroso y sin segundo Que ha conquistado inmorcesibles hojas Del mas fresco laurel para su frente! « Roma ó la muerte ') fue su ·grito santo, y hacia ella van las camisetas ,'oJas Sembrando por do <luier gloria y espanto!

Ya estan sobre Milazzo Victoriosos los bravos batalldÍles, Ya las puertas de Nápoles golpean y señoreal: palacio Donde habitan los clPspotas Borbones, Y á donde el sol de Libertad ya asoma y sus fúlgidos rayos centellean­Sisilia libr'e, ya hácia atrás, sonne, y solo llor'a, hacia adelante, Roma!

Roma .... ! ya cerca sus mur,tll.ls brillan! Un paso mas y el enemigo espira! i Ea, soldados de la augusta idea, Cumplid vuestra mision! que ya respira, Postrado el servilismo, Auras al fin de lilJedad el atleta

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28 ALFREDO ACOSTA

Que de siglos forcejea Trás el carro triunfal del despotismo!

Ya estan sobre el Voltw"no, Al rayo de sus sables y ardimiento Levantando chispea'1.tes aureolas Y cascadas de fuz del pensamiento, Que al golpear en la negra tiranía Saltan mugientes, gigantescas olas, Formandose al chocarse Montañas colosales, ~emilleros de ideas que al lanzarse Serpenteando en la azulada altura, Semejan brillantes y topacios De luces divinales, Bendiciones de Dios en el espacio!

Ya llegan sobre Roma, el pavimiento Con fragor profundo Del viejo Vaticano tambalea; Del Titan de los siglos el asiento Que ha contemplado con espanto el mundo En medio de sus dioses bambolea! Las mil ideas que en la altura bullen De mártires sin cuento, Con ecos y mensages de ultratumba Rodeanle imponentes; Y en medio del silencio de las noches, Abandonando las sangrientas tumbas, Los muertos van á sacudir sus frentes!

De pronto escucha el guerreador famoso Ecos sonoros del clarin que avanza Instigando la gente á la pelea; Da vuelta el rostro el adalid glorioso y en a,deman bravío Al frente de su línea se abalanza-

AURORAS Y OCASOS

Luego tiembla, y escapa de sus manos La cortadora espada En medio de violentas emociones! Es que vé son fns que cargando vienen Soldados italiano,; Es una misma la ba:tdcra izada, Conoce tle su Rey los pabellones, y el héroe generoso no ,e aviene El brillo a empañar de sus pendones!

y ahí, puesto de pié, siempre valiente, Agigantada la soberbia talla, Doblar no puede la altanera frente A pesar del cañon y la metralla! D.:l improviso el espacio se oscurece, Se conmueve el Universo entero, Ennegrece el horizonte y el cielo desplomarse ya parece Airado é iracundo, En el dia fatal del Aspramonte

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Que hirió en un hombre la gpinion de un mundo!

v

Esto no basta á acobardar la fibra De aquel coloso de inmortal aliento, Cuyo pecho de patriota vibra Al compaz de la patria y su lamento­No puede contener el santo fuego En que abrasar se siente, y el grito al escuchar que lanza De patria y libertad la noble Francia, Clamando libertad, clamando guerra, Ardiendo en patriotismo se abalanza La espada de Volturno Generoso á ofrecer á aquella tierra!

30 AI.FREDO ACOSTA

VI

LleO'ó el momento cruel .••• cayó el atleta Obedi~nte a la ley de su destino A que acatar debia; Suspenso el mundo se vistió de luto, La noble Italia de dolor moria, Un "'ran pueblo gimió, el Argentino ••• y Dios mismo, sin duela, 1I0raria!

, ¡Oh, IH'lroe inmortal! descanza ahora Despues de tanto batallar gigante! Descanza en paz, velado por la gloria De dos mundos inmensos que admiraste Con tu valor brillante y que llenas feliz con tu memoria! De pié, para llorar, sobre Caprera! De pié, para cantarle, Americanos! De pié, ante su bandera! De pié, para llorar, de pié, italianos!

y vosotros, tiranos de la tierra, Cellad ellábio, no insulteis su tumba, Que ya levanta su estandarte Italia y el santo grito de jígante guerra Entre la voz de libertad retumba! Ya avanza á celebrar los funerales De aquel que abrill<llltara su destino, Del heróe universal de las naciones, En Marssala inmortal y Sol{erino En medio al rimbombar de los cañones t

Ya cae el Vaticano, hecho pedazos, El impuro edificio del papado, El viejo gladiador de las edades De handrajos y misuias recargado,

AURORAS Y OCASOS

De siglos y de errores, Conmoviendo espantoso en su caida Las grandes soledades Que ocultaron sus crimines y horrores!

Ya libre Rom'a, con la Italia unida, El rico traje de nacion ostenta, Agitando en el aire los pedazos De la fatal cadena Que por siglos arrastrara estremecida Del despotismo en los sangrientos braz0s!

Miradla alfin, envuelta en albo manto, Peliz en el trabajo, que es su lema, Marchando a la vanguardia de los pueblos Ostentando el progreso por diadema! Vedla regida por principios santos, Y libre en su opinion y respetada, Que hoy brilla la corona de sus reyes No al refusilo de tirana esp~da Sino a los rayos de benditas lJyes!

¡Oh Italia! ¡o~ hermana cariñosa De nosotros,: los libres argentinos, Del mundo americano! Recibe el voto fraternal de un pueblo Y tierra generosa Que marcha abrillantando sus destinos Unida en el trabajo al italiano, Y cual ayer su libertad concurres Sobre el trono a sentar de un cruel tirano, Unios hoya conquistar la meta De los grandes principios de la idea, Que es hoy el porvenir de las naciones Donde la luz de la razon llamea. Y estorban los cañones-Que esta eS la patria universal de todos,

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32 ALFRlmo ACOSTA

Todos hermanos en la lucha somos, Iguales en las leyes justicieras, El estandarte del progreso es uno, El color nacional de mi bandera!

Italianos! no importa que los mares Dividan nuestros suelos-En donde quiera que la luz divina De libertad asoma, Allí lucen estrellas argentinas y grandes luminares Del bello cielo de la invicta Roma!

Nada supone la distancia, nada Cuando hay comunidad de aspiraciones! Cuando los lazos de interes, familia El alma subyugada Tienen del hombre en cualesquiera tierra, Esa es su patria!. .... felices las naciones Que este principio liberal adopten Que excluye toda distincion de clases, Colores y egoismo, Que está llamado á proscribir la guerra y del progreso a reforzar las basesl

Desterrando el injusto exclusivismo, Respetando opiniones, La Razon, Libertad y el pensamiento. Potentisimas fuerzas con que hoy l!.lc ha Ya casi en agonia el despotismo: Libres de temor, sin dilaciones Procedamos cual hombre en el mañana Aprovechando del tiempos los lccciones: Desde Deltos á América van siglos! Ya no se, engaña la conciencia humana.!

AURORAS Y OCASOS

No olvidemos jamás que aquellos pueblos Que en los combates de una Iloble idea Su sallgre entremezclaron En los campos g:¡ori sos de batalla, Donde el pendón de libertad ond,'a Frente a la enseña de hrutal tirano, Con vínculos sag¡'ados se enlazaron: y nadie nunca extrañara que unidos Se pl'esenten dó quiera como h ·rmanos!

Italiallos! al triunfo de esa idea, Unamos· nuestra fuerza en la pelea Acallando infundadas propensiones­y pOI' siempre se b sen ca¡'iñosas, En medio de los r'uiJos del progreso poesia colosal de las naciones, Dos baJideras famosas. HernJanas en la gloria: La enseila de UIl atleta renacido. Coloso de la historia, Viejo Leon, el guerreador Alpino y el blanco azlll de juvenil oandera, ({igante de.1os Andes; El color nacional del Al'g'pnríno. Oriflama inmortal (h~ un pueblo grande!

Hagamos dI' esta ti rra belldecida, Donde parece quiso SlIS dones derramar natur'a.leza, El oasis del mundo. 1'1 paraiso, El eden dI' la vida, Fuente de libertad y de rique;r.a­Dogmatizando principios de justicia Mostr'PffiOS á los mundos, It.alianos, Cuan IJequeilos, raquíticos, pigmeos, No son, frente a los pllehlM. los t.iranos!

34 ALFREDO ACOSTA

Es hoy, que la República Argentina, Tiene a su frente unjóven inspirado En los grandes st-'cretos del progl'eso, Ideales soberanos Que ha conquistar grandiosa se encamina, Que dp,bemos unirnos, italianos; Para hacer de esta tierra el tan deseado Suelo de libertad, donde los hombres Iguales á la faz del firmamento, Olvidando los errores del pasado, En fraternal abrazo unan sus pechos: Que no hay colores para el hombre libre, Mas ley, ni mas bandera Que ondée de los pueblos en provecho, Que aquella que levanta el Pensamiento, La Razon, la Justicia y el Derecho!

FIN

OARTA Del Dr. D .. Juan Francisco ~Ionguillot al autor del poema

Mi distinguido am~qo:

He leido en borrador su composicion poética titu­lada «AU1'Oras y Ocasos».-Ya tuve anteriormeute motivos de alabanza pm'a Vd. cuando dió á luz su celebrado canto «El Titan del 8~qlo» que dedicó al Dr, D. Dámaso Centeno, mel pctda distíncion ti este ilustre compatriota que dia á dia t;.e hace acreedor al aprecio y estima de sus conciudaflanos.-No fui yo el único que tr~butó elogios á su canto, mel'e~iendo que fuera aplaudido por autoridades literarlas como los generales llfitre y ilfancilla,' por los doctores Dá­maso Centeno, Ramon J. Cárcano y por nuestro dis­tín,quido poeta Guido Spano, é i,qualmente p01' la prensa tln general.

No puede queJarse de su « Titan», cuando le ha valido felicüaciones entui'.iastas de hombres tan emi­nentes,

Que quiere que le dl,qa ahora de «Auroras y Oca­sos"?

Es uu poema que envuelve un gran pensamiento. El se impone por . su virilidad y ]l01' las grandes

verdades hisóricas que encierra,- Vd, ha sabido, con rarn hnM/irlnd, únpre{¡IWr .~/I p..~til{J lJ01'ti('() ('11 In

esencia de un pensamiento simpático, que ha influido de una manm'a decisiva en el desenvolvimiento poN­co y moral del mundo independiente,-A él se debe el rcgeneramiento y redencion de Italia, acon.teci­miento que está llamado á figurar, en primera linea, en las pájinas de 01'0 que reserva la historia para los ,q1'andes hechos que se operan en bien de la humani­dad.

Su poema, como poesía, es algo a'lmirable; como trabajo histórico es algu que consuela el esplritn de los homb"es pensadures, que miran en la libe1·tad, en la confraternidad y el trabajo, la llave del progreso de los . pueblos.

Espm'e tranquilo el fallo de la opinion --por mas severo que lo ima.qine, siempre habrá de serie favora­ble.

Escomo piensa su am~ql) que desde ya lo felicita por su nueVJ triunfo.

J, F. MONGUlLLOT.

Señor D. Alfredo Acosta.