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IDENTIDADES FRAGMENTADAS: FORMAS, ACTORES y ESPACIOS DE LA MODERNIZACION EN EL CAMPO EL CASO DE LA CAFETICULTURA VERACRUZANA* Alberto Olvera* Odile Hoffman Cristina Millân INTRODUCCI6N La unidimensionalidad caracteriza muches de los estudios s bre el campo mexicano. Vistos excluyentemente desde la log ca del mercado, la del poder 0 la de la resistencia, los mov mientos y problemas sociales agrarios son todavia un terren proclive a la simplificaciôn, Este tipo de abordajes ha tenid consecuencias nosëlo en términos de parcializar el conocimie to de fenômenos complejos, sino de orientar equivocamen las prâctieas de muchos de los agentes de la modernizaci6n e el campo, desde las agencias estatales hasta las ONGs'. M chas de ellas parten de conocimientos y objetivos Iimitado normalmente desconocen los efectos potenciales de su acci6 y son incapaces de generar procesos reflexivos a partir de lo cuales pudiera crearse un sistema de aprendizaje verdader mente colectivo. En este trabajo nos proponemos plantear un primer pa en un estudio de tipo sociocultural sobre los efectos politic * U na primera version de este texto rue presentada como ponenciaen IX Encuentro de El Colegio de Michoacén: Las Disputas por el Méxi Rural, Zamora, Mich., 16-18 de noviembre de 1994. ** Instituto de Investigaciones Hist6rico-Sociales, Universid Veracruzana. ORSTOM y CIESAS- Golfo. Centro de Estudios y Proyectos del Campo Veracruzano, A. C.

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IDENTIDADES FRAGMENTADAS:FORMAS, ACTORES y ESPACIOSDE LA MODERNIZACION EN EL CAMPO

EL CASO DE LA CAFETICULTURA VERACRUZANA*

Alberto Olvera**Odile HoffmannCristina Millân.

INTRODUCCI6N

La unidimensionalidad caracteriza muches de los estudios so­bre el campo mexicano. Vistos excluyentemente desde la logi­ca del mercado, la del poder 0 la de la resistencia, los movi­mientos y problemas sociales agrarios son todavia un terrenoproclive a la simplificaciôn, Este tipo de abordajes ha tenidoconsecuencias nosëlo en términos de parcializar el conocimien­to de fenômenos complejos, sino de orientar equivocamentelas prâctieas de muchos de los agentes de la modernizaci6n enel campo, desde las agencias estatales hasta las ONGs'. Mu­chas de ellas parten de conocimientos y objetivos Iimitados,normalmente desconocen los efectos potenciales de su acci6ny son incapaces de generar procesos reflexivos a partir de loscuales pudiera crearse un sistema de aprendizaje verdadera­mente colectivo.

En este trabajo nos proponemos plantearun primerpasoen un estudio de tipo sociocultural sobre los efectos politicos

* Una primera version de este texto rue presentada como ponencia en elIX Encuentro de El Colegio de Michoacén: Las Disputas por el MéxicoRural, Zamora, Mich., 16-18 de noviembre de 1994.

** Instituto de Investigaciones Hist6rico-Sociales, UniversidadVeracruzana.

ORSTOM y CIESAS- Golfo.Centro de Estudios y Proyectos del Campo Veracruzano, A. C.

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de la modenùzaci6n'y crisisde la cafeticultura en Veracruz.Nuestro objetivo es aproximamos al problema deI surgimien­to de nuevas identidades y actores, asi como de proyectos emer-,gentes, desde una perspectiva que considera a la vez factoressistémicos y hermenéuticos, asi como su mutua interacci6n.En este sentido, somos' tributarios de quienes han planteadola necesidad de hacer estudios "hacia adentro" de los movi­mientos y organizaciones campesinas (Paré 1994; Olvera yMillan ·1994) para superar la tendencia a concentrar toda laatenci6n en las estructuras extemas, y de quienes sugierenenfoques fenomenol6gicos para estudios sobre actores agra­rios (Torres 1994); pero también debemos intuiciones basicasa quienes ven en el mercado 0 en la logica de la lucha por elpoder fuerzas ineludibles de cambio. .

En la primera parte hacemos uila breve reflexi6n sobre lastradiciones te6ricas enlas cuales nos hemos inspirado, y en quémedida nos ayudan a entender tramos especi:ficos de nuestroobjeto de estudio. Destacamos tres:,la teoria social de Habermas,la economfa cultural de Bourdieu y aspectos de la fenomenologiade Luckmann y Berger. En cada caso, tratamos de ilustrar cOmoel argumento te6rico explica un proceso real. .

En la segunda parte presentamos una sucinta descripci6ilde la emergencia de nuevos actores y movimientos sociales en elsector cafetalero veracruzano a partir de los aiios ochenta, des­tacando las formas organizativas e institucionales que asumie­ron, su efecto en términos de produccion de identidades y lasconseeuencias que la criais de la cafetiCu1tura trajo.tanto sobrelas practicas societales como sobre las formas de organizaci6n yrepresentacion de intereses. Ponemos especial atencion a la for­macion de nuevos liderazgos campesinos en tanto que mediacio­nes esenciales entre las estructuras y el mundo de vida.

En la tercera parte nos concentramos en una dimensi6nhermenéutica deI problema de los procesos identitarios: la se­paraci6n de los espaciosltiempos en el mundo de vîda de loscampesinos cafet~leros.Avanzamos la hipotesis de que las rup­turas crecientes éntre las estructuras deI mercado, deI podery de la reproducci6n cultural (que analizamos en la primeraparte), combinada con el colapso de algunas instituciones yformas de solidaridad locales a causa de la crisis (que mencio­:pamos en la segunda parte), se manifiesta en una separaci6nde los espacios!tiempos de la vida cotidiana, 10 que tiene comoefecto dificultar la generaci6n d~nuevas identidades, fragmen-

tar la vida comunitaria y disminuir el potencial transforma­dor de la accion de las organizacionesy grupos aut6nomos.

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LAS TEORÏAS DE LO SOCIAL y EL CASO.DE LA CAFETICULTURA CONTEMPORÂNEA EN VERACRUZ

Desde Weberl (para algunos, aun antes) la modenùdad esentendida, en términos sociol6gicos, como la separaci6n de 10q~e la tradicion mantenia unido: la reproducci6n material, laVIda cultural, el ejercicio deI poder politico. La creacion de ins­tancias e instituciones especializadas caracteriza al mundo mo­del'!l0' ep el que el capitalismo crea un mercado que tiende aimponer universa1mente sus leyes, el poder asume la forma deIEstado-naci6n y se diferencia funcional y simb6licamente deImercado, y la cu1turamisma (encuyos procesos de racionalizaci6nesta el g~rm~n de todo el proceso), se separa en los campos deIarte,la ClenCla y la cultura (entendida aqui como el remanentesimb6lico e institucional de las formas de identidad).2

Estas ideas clasicas se han reproducido en el deoâte acer­ca de la modemidad y la posmodemidad. Seg6n Giddens lamodemidad implica la capacidad de los actores de alejars~desu ambito inmediato, para ubicarse en un mundo mas amplioy actuar en funci6n de conocimientos y 16gicas que desbordanla vida cotidiana.La modernidad se da "euando la transfor­maci6n deI tiempo y el espacio y la acci6n de los mecanismosde desprendimiento alejan a la vida social de los acervos depreceptos y practicas 'establecidos" (Villena Fiengo y ArayaJiménez 1994: 196).

Jurgen Habermas ha desmenuzado este proceso desdeun punto de vista a la vez historico y te6rico.3 Lo relevantepara nosotros aquf es su estrategia analftica. Combinando lateoria de sistemas4 y distintas vertientes de la hermenéuticaHabermas propone una teorla social que asume que el merca~

1 Cfr. Schluchter 1989; Habermas 1987 (1).

2 No discutiremos aqui las diferencias de comprensi6n deI proceso entrelos cIfi.sicos ni sus consecuencias. Baste decir que para todos la "jaula deacero" de Weber aparece coma un trasfondo pesimista acerca deI destinode la modernidad.

3 Cfr. Habermas 1987.4 Desarrollada a sus IiItimas consecuencias por Niklas Luhmann. Cfr.

Luhmann 1982 Y,1992.

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5 Cfr....Avritzer y Olvera 1992. En efecto, la modemizaci6n en AméricaLatina'~e produjo de una manera segmentada, pues careci6 de losfundamentos socioculturales que le dieron origen en Europa y rue elresultado de una imposici6n externe.. El mercado y el Estado asumen, enconsecuencia, caracterfsticas deformadas que hacen al1n mayor su controlsobre la sociedad y ésta carece de los espaciospara impulsar laracionalizaci6n cultural.

6 Cfr. Habermas, op. cit, cap. 6, tomo II.7 Proletarizaci6n, destrucci6n de recursos naturales, mercantilizaci6n.

do y el Estado pueden y deben ser estudiados como subsistemassociales, yale decir, coma mecanismos autorreferenciales con le­yes propias, y que el mundo de vida, esto es, el nivel de la pro­ducci6n y reproducci6n de significados, sfmbolos y practicas deasociaci6n y solidaridad, requiere para ser abordado una pers­pectiva hermenéutica. En un caso, la perspectiva deI observa-dor, en el otro, la deI actor. '

Esta estrategia asume que la modernidad efectivamenteha separado la economia, el Estado y la vida social-cultural.El problema es que éste es un proceso siempre incompleto tantodesde una perspectiva hist6rica coma te6rica. En efecto, en lavida cotidiana los intereses estratégicos y las practicas de so­lidaridad con frecuencia no pueden ser diferenciados, y en nues­tros paises hay espacios e·n los que el poder, el dînero y la pro­ducci6n de prestigio y de compromisos mutuos permanecenunidos. El argumenta de la fusi6n es vlilido incluso al hablarde fases hist6ricas de regimenes politicos, como èl populismodesarrollista.5 .

Sin embargo, la teoria social de Habermas llama la aten­ci6n hacia los procesos de diferenciaci6n y su relevancia histori­ca.6 Estos procesos son con demasiada frecuencia meramentedenunciados por sus efectos destructivos sobre las comunidadestradicionales,7 mas no analizados en sus potencialidades y efec­tos a largo plazo.

En el casa de la cafeticultura veracruzana, la diferencia­ci6n es un proceso relativamente reciente. El modelo de relacio­nes sociales desarrollado a 10 largo deI presente siglo mostr6 enla cûspide al gran productor y acaparador de café, queademâsera el duefio de las instalaciones de transformaci6n industrial;después un grupo de productores medianos que cumplian fun­ciones de intermediaci6n entre los grandes acaparadores y los .pequefios productores; luego éstos en toda su diversidad deformas de apropiaci6n de la tierra; y por Ultimo, los cortado-

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res, que son trabajadores migrantes que bajan de las partesmas altas a laborar coma familias enteraS""en el corte deI café.

Las relaciones jerarquicas y de dependencia estableci­das en este modelo se caracterizaron por sii. marcado caracterlocal y por la dificultad de establecer modos 0 patrones de so­lidaridad entre los pequefios productores dada la multiplicidadde actores involucrados, la prevalencia de acuerdos privados decaracter diadico entre cada productor y el intermediario corres­pondie~te y la dispersi6n territorial deI sistema, cuyo anclaje sedaba solo en el pIano local. Por tanto, las formas de identidadtenQian a vincularse, primero, a la pertenencia al nucleo fami­liar, al arraigo local en la comunidad después, y por Ultimo a lareferencia paternal 0 clientelar con el intermediario financiero­comercial. Este ultimo factor se correspondia en la esfera poli­tica publica con una similar relaci6n de dependencia con el caci­que 0 intennediario politico,_ encarnado con frecuencia en lafigura ~el gran acaparador regional 0 alguno de sus agentesde intermediaci6n.

Este modelo clientelar-paternal fundia 10 econ6mico con10 politieo aLconcentrar en las mismas personas 0 en el mismogrupo las funciones de la acumulaci6n y la dominaci6n. En elâmbito cultural las escalas de prestigio también dependian deesta fusi6n, al concentrar mayordomias y capacidades de me­diaci6n con el gobierno en los poderes facticos locales.

Esta situaci6n sufri6 una transformaci6n importante enel centro de Veracruz a partir de la expansi6n deI Inmecafé ysu entrada decisiva en la compra directa deI producto. En lasegunda mitad de los setenta y primeros afios ochenta, esteorganismo se convirti6, a nivel nacional, en el acaparador demas de un tercio de la cosecha y de hasta un 60% dei grano dealgunos productores, en ciertas zonas y periodos. Esa institu­ci6n organiz6 un sistema de grupos de trabajo a nivel comunala través de los cuales distribuia crédito y asistencia técnica,las Unidades Econ6micas de Producci6n y Comercializaci6n(UEPC). Este hecho penniti61a relativa ruptura de las anterio­res cadenas de dependencia y la constituci6n de un referenteuniversal para todos los grupos de productores sin importarsus diferencias locales. Es a partir de aqui que los pequefiosproductores de café empiezan a construir una identidad co­mUn propia como actores econ6micos en el mercado, si bienaUn dependiente deI Estado, en tanto agente de regulaci6n dela actividad.

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BCfr. Olvera, A., Blanco, J. L. et al. 1994.

El Inrnecafé afect6 severamente a varios de los mas gran­des acaparadoresde café, propiciandouna mayor competen­cia en el mercado y debilitando parcialmente las antiguas ca­denas de lealtad politica. El mercadode compra de café sehizo mas competitivo, a 10 cual ayudaron las buenas comuni­caciones deI centro de Veracruz. Al mismo tiempo, hubo unaprogresiva emergencia de nuevos actores sociales en la regi6n,coma movimientos sociales por el aumento deI precio, la llega­da de grupos cristianos progresistas, 0 el surgimiento de losprofesores coma grupo de presi6n en varias localidades.8 Laslealtades clientelares diâdicas se debilitaron, y nuevas formasde solidaridad se articularon en tomo a nuevas facciones poli­tieas locales, 0 bien, viejas facciones -que antes estabansubsumidas bajo el manto de un caciquismo superior a los gru­pos locales- se rearticularon coma fu~rzas politicas diferen­ciadas. Si esto no condujo a una pluralidad partidaria, se debi6a la monopolizaci6n deI espacio politico por parte deI partidooficial y a la inexistencia de los partidos de oposici6n.

La progresiva creaci6n, desde aiios atras, de comités depadres de familia, de patronatos para la introducci6n de servi­cios, de Juntas de Mejoras, y su progresiva institucionalizaci6n,permitieron su conversi6nen nuevos espacios publicos para la.discusi6n de problemas concretos y, en algunos casos, unaredistribuci6n deI prestigio y una pluralizaci6n de la capacidadde intermediaci6n, si bien siempre encuadrada dentro de losestrechos margenes deI régimen. Una esfera societal se abri6paso poco a poco.

Ademas, en el centro de Veracruz hay zonas donde elcultivo deI café coexiste desde muchos aiios atras con otros cul­tivos comerciales, cada uno de los cuales posee sus propios me­canismos de representaci6n de intereses,.lo cual crea desde lue­go diversos grupos de presi6n y, al mismo tiempo, identidadesgremiales multiples.

Puede decir&e que desde antes de la irrupci6n en la esce­na publica de los irandes movimientos de productores de caféa partir de 1982, venia produciéndose una progresiva diferen­ciaci6n entre los sistemas econ6mico y politieo. Ambos resul­taban altamente invasivos de la esfera sociocultural debido ala mezcla de solidaridades familiares, étnicas, locales 0grupales

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9 Cfr. Bourdieu 1991.

10 En particular, el conocimiento. Cfr. Bourdieu 1990.

con la politica faecional y la prevalencia de mecanismos deusura local y redes de dependencia personal asociadas a un des­igual acceso a la tierra dentro de los pueblos.

El caracter incompleto y parcial de la diferenciacion puedeser mejor entendido si recurrimos a Bourdieu y su concep­to de campo para tratar de dar cuenta con mayor precision dela J,llezcla de 10 estratégico y 10 cultural en el agro. Para este

.autor9 la vida social se divide en campos de accion diferencia­dos, cada uno deJos cuales es definido por la existencia de uncapital comnn y la lucha por su apropiaci6n. Capital, aqui, esentendido coma el dominio sobre un bien, que puede ser el conû­cimiento 0 el prestigio, y nosolamente un medio de producci6nmaterial. Si bIen esta definici6n es extremadamente vaga y acen­tua el caracter estratégico de la lucha que gira alrededor de lapo~esion de büoines ~turales, 10 tiene utilidad en cuanto quepermite acotar territorios en disputa. Para nuestros propositos,es relevante indicar que dentro deI mundo de vida se ubicandistintos campos, dentro de cada uno de los cuales se combinandemanera especifica intereses econ6micos y politicos con for­mas de racionalizaci6n cultural. Esto es 10 que res~atamosdeBourdieu y nos permite superar la dificultad deI modelo con­ceptual habermasiano, en el cual el mundo de vida s610 se se­para en dos partes: el conjunto de significados y valoreS sobre­entendidos, de loscuales se extraen las orientaciones que per­miten actuar frente a cada circunstancia (esto seria habituspara Bourdieu) y el conjunto de valores y principios que expli­citamente se debaten y reconocen publicamente: las leyes, lamoral.publica.

En las zonas agrarias, aun en zonas mestizas y totalmentemercantilizadas, coma es laque nos ocupa, persistenlealtadesprimordiales vinculadas a la familia extensa, compromisosdiadicos derivados deI compadrazgo (pIano igualitario) 0 deIpate~alismo (pIano da dependencia personal) y lealtades reli­giosas, asi coma otras menos estructuradas y eventuales ~ocia­das a favores politicos individuales (becas, trâmites) 0 colectivos(obras), al uso politico de los programas sociales, a compromisosde grupo grénrial (ganaderos, ejidatarios, caiieros, etc.) y a losacuerdos faccionales, cuyo origen puede estar en cualquiera delos factores anteriores. La parte no explicita de estas relaciones,

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, el habitus local, define con'frecuencia los limites de los grupos, yla racionalidad de su aeci6n combina elementos de interesesmateriales identificables (econ6micos 0 polfticos) con luchasalrededor deI prestigio 0 la influencia hacia el exterior.

De hecho, esto sucede también en todos los grupos socia­les definidos en espacios y tiempos comunes (entre académi­cos deI mismo centro de trabajo 0 de una rama deI saber, losmiembros de un sindicato, ~ntre los funcionarios de un ciertonive10 de un departamento, etc.). Sin embargo, en las ciuda­des los confiictos de casa ocupan s610 un pIano privado y por 10general no tienen trascendencia publica (con sus naturales ex­cepciones). En cambio, en poblados pequeftos muchos aspec­tos de 10 privado devienen cosas publicas. El campo de la poli­tica se multiplica por tantos espacios coma instituciones 0 ins­tancias locales haya, con muchos actores jugando roles en va­rios espacios a la vez. Hay entonces varios canipos en los cuales10 sociocultural esta inmerso enjuegos estratégicos. En este sen­tido, la falta de separaci6n de los procesos puramente norma­tivo-culturales respecta de los polfticos aparece como un obs­tâculo a la racionalizaci6n deI mundo de vida.

De esta manera podriamos hablar deI ca~po de 10 ejidal,deI campo gremial de la cafta, deI campo de lalpolfticamunici­pal, deI campo de la polftica gremial cafetalera, deI campo dela politica de Solidaridad, deI campo de la p,o,Htica partidaria.Se mantiene coma una protoesfera publica el campo,de la asam­blea general dél pueblo (ahi donde tarinstancia existe) en lamedida en que am se acotan los temas de discu~i~y al menoste6ricamente el bien com11n de la comunidad se coloca por en­cima de los intereses particulares. Coando èse campo puedefuncionar sin restricciones provenientes de lealtades primor­diales 0 de la fuerza de los grupos locales, puede decirse quehay una verdadera esfera publica local.

La 16gica de cada campo estani dada por el tipo de bien 0bienes en disputa. En todos los casos hayuna parcela de poderenjuego, pero varian las reglas y el contenido deI mismo. En cadaUllO de ellos se ha institucionalizado una serie de practicas y dec6digos de cdnducta y una forma de legitimar el resultado de laaéci6n. La participaci6n en cada campo puede no ser voluntaria,sino el resultado de una adscripci6n~Comoel ser ejidatario 0 cafiero.En todo caso, la acci6n no presupone la igualdad de los actores,sino su aceptaci6n de las reglas deI juego. Hasta aquf llegaBourdieu, pues su planteamiento es basicamente estructural.

La naturaleza especffica de la interacci6n en los espacios!tiempos restringïdos que 'defi,ne caêla campo puede ser mejor­comprendida reèurriendo a algunas herramientas de lafenomenologia (ante todo, la clasica obra de Luckmann y Berger1968). El concepto de roI puede ser u~il': el roI es un actor encontexto, yale decir, dentro deI campo de conocimiento compar­tido por los participantes. Cuando los individuos actuan un roIello implica que conocen Jas normas y valores de uncierto ordeninstitucional. Esta' comunidad de conocimiento p.!l_nnite dotar

,de sentido a 10 que se dice y a 10 'que se hace. Ello implica quehay ciertos "subuniversos sunb6licos" apropiados,~ cada campo.

El proèeso de diferenciaci6n i~pulsadopor la moderni­zaci6n implica el surgimiento de campos de acci6n distintos. Ll!lcomplejidad deI orden sO,cial ci-eçe conforme el,n11mero de cam­pos aument~. AJ mismo tiempo que la diferenciaci6n crea un_potencial de raçionalizaci6n a~ separar a los procesos econ6mi­cos y politicos de su matriz culturâllocaIïsta, también dificultala comprensi6n de los grandes procesos sistémicos y su controlpor los actores localizados entiempos y espacios concretos. Elconocimiento se especializa 0 localiza, al no aumentar la capaci­dad de los actores para apropiarse de.Ios nuevos conocimientosal ritmo de la diferenciaci6n-modernizaci6n de la vida social.Son los actores que tienen la capacidad de asumir roles en cam­pos,distintos, y por tanto de trascender las limitaciones tempo­espaciales de su adscripci6n a clases especfficas y a localidadesde origen,' quienes adquieren mas poder y se convierten en losmediadores necesarios que comunican los campos entre si, quie­nes dan coherencia global a la accl,6n local y concreta. Se tratade quienes tienen mas conociiniento 0 mas poder econ6mico 0poHtico para convertirse en intermediarios cultûrales, sea enuna posici6n formal de liderazgo 0 mandato, sea informahnentea través deI uso deI prestigio profesional, artesanal, familiar,intelectual 0 tradicional para orientar la acci6n de los otros.

El conocimiento de diversos subuniversos simb6licos im­plica el manejo de varias gamas y formas dellenguaje. Mediarentre campos es traducir significados, valores y normas de unlengullje a otro, seleccionar los conten.!.dos de un idioma locàlpara usarlos en otro. Es un acta de discriminaci6n de informa­ci6n y de fines, un momento que puedeser de inducet6n deIcambio al ampliar los horizontes originales de la discusi6n enun campo 0 de conservaci6n deI statu quoalimpedir que mie­vos principios y valores entren en el discurso cotidiano de cada

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de representaci6n gremial y han tenido algUn efecto en térmi­nos de producci6n deidentidades. Sin embargo; la expeIienciadeestos grupos es altamente desigual tanto en términos delas practicas gremiales y politicas que impulsaron como en lasformas de organizaci6n y-representaci6n de intereses que crea­ron; asi corno desigual es la forma en que cada una de ellas haenfrentado tanto los problemas propios de la organizaci6n comola tremenda crisis en que se encuentra inmersa la cafeticulturadesde 1989.

Las diferencias se deben a varios factores que se han ve­nido conjugando durante todo este tiempo, principalmente: eltipo de actores y dirigencias surgidos al calor de lasmovilizaciones cafetaleras; el conocimiento y experiencia acu­mulados por los grupos actuales, 10 cual influye en la capacidadde negociaci6n y por ende en el prestigio, y al tipo de relacionesque los dirigentes establecen tanto con sus bases como con otrosgrupos y con los funcionarios de las instituciones que tienen quever con la politica cafetalera. Las diferencias obedecen tambiéna la distinta forma en que cada organizaci6n cafetalera se inser­ta en los campos ya constituidos en las comunidades y regionesdonde trabajan. Hay desde el casa extremo deI "espacio vacio"(ausencia total de actores en la rama 0 colapso deI orden ante­rior) hasta el casa de la "densidad total", es decir, cuando to­dos los campos esbin ya copados por otros actores. En estaparte deI trabajo hablaremos de las experiencias de estos gru­pos asi como subrayaremos algunos rasgos de tipo estructural.de las organizacionesde productores, que dan informaci6n cla­ve sobre las formas y la 16gica de adscripci6n de los socios.

Las principales organizaciones cafetaleras actuales deIestado de Veracruz tienen como tronco comful a la Uni6n deProductores de Café de Veracruz, creada en 1982, la cual cons­

-tituy6 una forma novedosa de organizaci6n para la gran ma­yoria de los poblados que en ella participaron (Olvera 1991;Celis 1991), pues trastoc610s mundos de vida de estas comu­nidades campesinas. A pesar de que los productores contabancon espacios publicos para la discusi6n de sus problemas, comolas reuniones y asambleas (de ejido, de cafteros, etc.), en éstass610 se permitia la participaci6n activa de unos cuantos, sien­docomo eran campos controlados por practicas y actores cor-porativos. - _

Los principios ético-poHticos de la UPcv, propuestos porsus asesores: dos militantes de la corriente politico-ideol6gica

164 ALBERTO OLVERA, ODILE HOFFMANN Y CRISTINA MILLÂN

campo. La forma y los espacios de la comunicaci6n asumen portanto una importancia vital para entender el potencial de cam­bio que nuevos actores pueden portar en sitmiciones ~ansi­ci6n, es decir, cuando nuevos campos se constituyen, nuevas ins­tituciones aparecen, nuevos valores y principios se proponen.El conflicto social no es meramente una confrontaci6n de intere­ses "naturalmente emanados" de la existencia objetiva de lasc1ases, sino una disputa cultural en laque 10 que era-legitimo enun universo simb6lico especifico deja de serlo.

En la cafeticultura veracruzana un tiempo de cambio sevivi6 en los aftos ochenta, un periodo de irandes transforma­cionés en las formas de actuar y pensar dentro de un campoespecifico. Este cielo se cerr6 con la crisis de la cafeticulturaque inici6 en 1989, la cual abri6 una etapa nueva en la que loscampos de lucha y los actores se redefinieron. .-

MOVIMIENTOS SOCIALES Y DIRIGENCIAS EMERGENTE~:

LAS DIFICULTADES DE LA CONSTRUCCION DE IDENTIDADESEN LA CAFETICULTURA VERACRUZANA

a) Una vision de conjunto

El sector cafetalero es hoy uno de los nuis organizados de laagricultura, tanto a nivél nacional como a nivel regional. La emer­gencia de nuevos actores y movimientos sociales en lacafeticultura es un hecho que data de ladécada de los aftos ochen­ta. Enelestado de Veracruz, particularrnente enla zona eentro, esteproceso organizativo ha transitado por -varias etapas y hainvolucrado a Qiferentes actores en cada una de ellas, hasta lIe­gar a las formàs organizativas einstitucionales en que se en­cuentra. Actualmente, en la zona mencionada se pueden dis­tinguir cinco organizaciones principales: la Uni6n de Produc­tores de -Café de Veracruz (UPcv); la Red de -OrganizacionesCJetalerasAutOnomas(ROCA); la Central Independiente de Obre­ros Agricolas y Campesinos (CIOAC); la Uni6n General Obrera,Campesina y Popular (UQOCP) y la Federaci6n Regional de Pro­ductores de Café de la Confederaci6n Nacional Campesina (CNC).

Todas estas organizaciones nacieron en los anos ochen­ta, y han tenido experieI\cias en procesos de autogesti6n de~mpresas.productivas y comerciales,'han asumido funciones

IDENTIDADES FRAGMENTADAS 165

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11 Lfnea Proletaria fue el nombre de un grupo politico de inspiracionmaolsta que tuvo una gran influencia sobre movimientos sociales urbanos,campesinos y obreros en la ~egunda mitad de la década de los setenta yprimeros aiios ochenta. 8ugran aportaci6i:l a los movimientos sociales de laépoca fue la de desarrollar una critica poHtica y prâctica a la "socialdemo­cracia" (entendida como la centralizaci6n de las.decisiones en los cuadrosdirigentes 0 en las estructuras partidarias) y a la "ultrademocracia"(entendidacomo el asambleismo populista sin direcci6n ideol6gica ni unidadpolitica).

Linea Proletaria (LP),l1 rompian con algunos de los principiostradicionales de la practica politica dominante. Los grandes pos­tulados de la LP hacfan una erftica al caudillismo y al corporati­vismo ("no a los lideres y partidos .politicos"), y proponfan unaforma dé democracia parlicipativa al calor de la movilizaci6n("los acuerdos se toman desde la base"); se proponfa asi la crea­ci6n de nuevos espacios publicos para la discusi6n y el anâlisisde problemas concretos ~e càfeticultores y con ello un camposocietal diferente fundado en principios y normas alternativos.

Se impuls6 unesquema organizativo basado en asam­bleas generales, regionales y de comunidad, a la vez que exis­tia un Consejo conformado pOl' los representantes de cada re­gion, que discutla 10 concerniente a las orientaciones que se 11e­vaban a las asambleas y hacia trabajo de base. 'Ibdo 10 ante­rior resultaba muy atractivo a la gran mayorfa de los produc­tores, pero dificil de entenderlo y mas a6n de 11evarlo a la prâc­tica debido al modelo de relaciones sociales y formas de identi­dad dominantes. Los principios y practicas propuestos no calaron .tan hondo como para convertirse en elementos ordenadores dela vida politica cotidiana porque el movimiento cafetalero se pro­ducia en el contexto de un espacio politico fracturado en varioscampos, cada uno de los cuales mantenfa' su propia logica. Los·cafetaleros que ademas eran cafteros, pOl' ejemplo, eran inde­pendientes en cuanto cafeticultores, pero cenecistas en cuantoproductores de cafta. Se defendia la democracia y la participa­cion consciente, pero el movimiento se aPoyaba en la practica enlas instituciones deI ejido y de las UEPC, donde con frecuencia lademocracia era inexistente y las autoridades imponfan a sussocios la movilizaci6n, mas que promoverla y acordarla partici­pativamente. En otro orden, a la hora de las elecciones munici­pales casi todos los cafeticultores eran priistas, pol' mas que seasumieran coma politicamente aut6nomos en la lucha cafeta-

'-

167IDENTIDADES FRAGMENTADAS

12 En Chiapas, Lfnea Proletaria tuvo su base social principal en la Uni6ilde Uniones de Ejidos y Gnipos Campesinos Solidarios, nacida en 1976, yde la cual deriva en gran medida el movimiento campesino chiapanecoactual.

lera. POl' tanto, ésta tocaba s610 margina1.mente la vida coti­diana. Asi, en una region donde el Estado era omnipresente, yno un espacio vacio camo el Chiapas de principios de los seten­ta,12 el discurso de la Linea Proletaria se topaba con severasrestricciones sistémicas para avanzar.

A pesaI' de e110 los productores no dejaban de asistir aestas asambleas y movilizaciones, principalmente pOl' dos fac­tores que ayudaron a constituir un nuevo referente universalde caractergremial, dejando de lado las diferencias locales:

1. La necesidad colectivamente sentida de luchar pOl' unaumento al precio deI café, siendo la UPCV la 6nica instanciaque podia impulsar esta alternativa.

2. La personalidad carismatica de una asesora. Aunquese hiciera hincapié en que dentro de la organizaci6n no debiahaber lfderes, la dirigente de facto tenia todas las caracterfsti­cas de aque11os, que .era 10 que a la masa le gustaba: tener aalguien en quien creer 0 a quien seguir.

Este movimiento social involucr6 a numerosos actores yaunque en la base no se logro una apropiaci6n real de los prin­cipios antes mencionados, hubo un gran nllinero de campesi­nos medios que debido a su participaci6n, capacidad de propuestay facilidad con que aprendieron y se apropiaron de la informa­ci6n, comenzaron a destacar de entre la mayoria, perfilandosecomo los nuevos dirigentes regionales, "auténticos productoresde café". Estos actores eran pOl' la general campesinos medios 0

acomodados que habian tenido 0 tenian alguna representa­cion en sus comunidades y usaban la experiencia adquiridaen la Union para aumentar tanto su prestigio como su capaci­dad de negociar en los ambitos local y regional. Algunos deellos, aprovechando la diversidad de funciones que desempe­iiaban y la capacidad de mediacion con funcionarios de losgobiernos estatal y federal, lograron conseguir algunos bene-ficios individuales 0 colectivos. .

Entre estos cuadros campesinos destacola presencia deun par de viejos dirigentes comunistas que tenfan sus propiatradicion politico-ideologica. Sin embargo, estas diferencias nosalieron a relucir en la primera etapa deI movimiento. Habia

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13 Los sectores modernizantes de la CNChabian ideado, desde principiosde los ochenta, a tono con el discurso agrario deI presidente L6pez Portillo,creaI' empresas campesinas que controlaran la industrializaci6n ycomercializaci6n deI grano. La forma juridica desarrollada pOl' primeravez para asociar pequeiios propietarios y ejidatarios fue la ARIC. Ciertosdirigentes locales de la CNC, dirigidos pol' j6venes empresarios agricolaslocales, fundaron varias de ellas en Veracruz. Véase Hoffmann 1992. .

unaespecie de unidad politica para poder conseguir el aumentoal precio por que se luchaba. Sin embargo, una vez pasadoeste momento, las diferencias politico-culturales fueron el mo­tivo de una divisi6n èn 1983, de la cual van a surgir los gruposque posteriormente van a conformar la CIOAC Huatusco y la ROCAen la parte mas sureiia de la Cuenca de Coatepec. Esta divisi6nno afeet6 la hegemonia de la UPCV en las otras regiones.

Las organizaciones y dirigencias que emanaron de estalucha pronto se vieron involucradas en otros proyectos y pro­cesos de organizaci6n, y mientras unos se aventuraban a im­pulsar un proyecto econ6nuco aut6nomo otros permanecianen la lucha por el precio y otros mas se desgastaban y abando­naban el terreno de la acci6n.

En esta transici6n de campos de lucha desde el precio alcontrol de la producci6n y la comercializaci6n deI granD (re­presentaci6n gremial de intereses vs. organizaci6n econ6micaautogestiva), quedaron claros dos problemas socioculturalesbasicos: por un lado, el caracter utilitario con que los produc­tores se adhieren auno u otro grupo, segtin respondan éstos asus intereses mas inmediatos, y por otro, la falta de visi6n delos asesores de la Uni6n, que no tomaron en cuerita las uto­pias contingentes e inmediatistas de las bases (Olvera y Millan1994). Los productores fueron desde un principio un tanto es­cépticos acerca de la idea de la autogesti6n, debido a que laexperiencia de la Asociaci6n Rural de Interés Colectivo (ARIC)de la CNC13 habian sido muy malas en Veracruz y a que noveian c6mo ellos podian manejar 10 que, por la propia vaste­dad de la organizaci6n, se vislumbraba coma una gran empre­sa, casi deI tamaiio de Inmecafé. Los asesores de la UPCV deci­dieron, sin embargo, empujar el proyecto, asi fuera con unaminorfa de su antigua base social, y abandonar la lucha por elprecio, que qued6 asi descabezada dèsde 1985.

La ÀRIC-UPCV y la mayoria de los otros grupos que seaventuraron en la autogesti6n fueron minoritarios y no repre-

169IDENTIDADES FRAGMENTADAS

14 La caida de los precios, que los deprimi6 mas de 60%, se produjo enuna época en la que pOl' causa de la politica de estabilizaci6n el tipo decambio se mantuvo virtualmente fijo, mientras la inflaci6n avanzaba. Estocondujo a una pérdida terrible deI poder adquisitivo interno deI d61ar, quepuede calcularse en alrededor de 30% entre 1989 y 1993, cifra que llegariaa 50% si incluyéramos el ano de 1988. El efecto acumulado de ambosprocesos ha sido una caida deI precio real interno deI café de cerca de 70%,a 10 cual debe sumarse la disminuci6n de los rendimientos causada pOl' elabandono de las fmcas.

15 La transferencia de los beneficios deI Inmecafé a los grupos campesinosorganizados a nivel local fue la forma en que el retiro deI Estado de estarama se legitim6 coma una oportunidad para que las organizacionescampesinas (0 mas ampliamente, el "sector social") se fortalecieran. En lapractica, la precipitaci6n deI proceso y el caracter patrimonial y clientelarde su ejecuci6n en la mayor parte deI pais condujo al fortalecimiento denuevas redes de intermediaci6n politica y no al avance de la organizaci6ncampesina.

16 Cfr: Baez, Mariano 1993.17 La gi'an excepci6n es el casa de la Confederaci6n Estatal de Productores

de Café de Oaxaca (CEPCO), que logro conformar un gran frente gremialindependiente en ese estado. Cfr. Mogue11992.

sentaban a la mayoria de los produétores. Hubo marcadas di­ferencias en las experiencias entre estados y al interior de lasregiones cafetaleras. En el contexto de la crisis abierta por labrutal caida de los precios internacionales deI café en julio de198~,14 la consolidaci6n de los grupos que parecian destinados asubsistir fue detenida en el pIano econ6mico, y en el terreno gre­mial se produjo una fragmentaci6n debido a la pérdida deI refe­rente comun de todos los produetores que era el Inmecafé.

La crisis de precios coincidi6 con la desincorporaci6n deIInmecafé. Las necesida<;les e interesespoliticos de los funcio­narios locales de la Secrètaria de Programaci6n y Presupue~­

ta, que manejaban en esos aiios el Programa de Solidaridaden Veracruz, bloquearon la posibilidad de que la UPcv pudierajugar un papel protag6nico en el proceso de 'transferencia delas instalaciones deI Inmecafé.15 No obstante ser la unica or­gairizaci6n mas 0menos representativa en la cuenca de Coatepec,los encargados de Pronasol prefirieron fortalecer a dirigentesfieles a los propios funcionarios y en parte a los escasos lidereslocales de la CNC.16 El proceso fue similar en el resto deI pais,yen general el régimen aprovech61a circunstancia para crearnuevas dirigencias oficialistas a partir de la propia transfe­renda, especialmente en el casa de lideres emergentes de laCNC. l7 Si el objetivo hubiese sido el de consolidar auténticas

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lB La Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNCO)reuni6 desde 1989 en una sola organizaci6n a los diversos grupos gremialesque bajo el manto comlin original de Unea Proletaria habian surgido envarios estados cafetaleros a médiados de los ochenta. Su constituci6n fueoportunisi~Çl, pues la crisis de precios le abri6 de inmédiato varios frentesde lucha (renegociaci6n de carteras vencidas, definici6n de politicas deemergencia, proposici6n de politicas cafetaleras) en los que pudo desarrollarunaauténtic.a vocaci6n gremial, habiendo acumulado antes la capacidad yla experiencia para ello.

19 Se formaron grupos regionales operativos en cada zona cafetalera, enlos cuales, aparte de la presencia deI INI y la Sedesol, tendrian un asientolas organizaciones' campesinas nacionales con presencia en la zona y lasde caracter local mas representativas, asi como un Grupo OperativoNacional, en el que participabim todas las dependenclas publicas y lasorganizaclones campesinas y empresariales relevantes en la cafeticu'auramexicana.

organizaciones sociales locales 0 crearlas, el proceso de transfe­rencia deberia baberse planeado en un borizonte,de largo plazoy como parte de un proceso de organizaci6n y capacitaci6n de losproductores deI sector social. En cambio, la rapidez con que sehizo, acelerada todavia mas por la decisi6n de desaparecer alInmecafé en enero de 1993, acentu6 el carâctervertical deI pro­ceso y sus tintes neopatrimoniales y clientelares. '

El contexto nacional en el que actuaban la UPCV y las otrasorganizaciones de cafeticultores en Veracruz cambi6 también aconsecuencia deI nuevo carâcter de la intervenci6n estatal en elsector. Asi, después de un cielo de movilizaciones de los produc­tores impulsada por la CNOC18 (de la cualla UPCV fue miembrofundador), el gobierno termin6 aceptando la necesidad de unprograma emergente de apoyo a la cafeticultura, cuyo eje seriael otorgamiento de créditos sin interés a todos los pequefios pro­ductores basta un mâximo de cuatro bectâreas. Partiendo deIreconocimiento de la pluralidad politica realmente existente en'la cafeticultura y buscando contar con el apoyo de todos los gru­poscampesinos, el gobierno, con la Secretaria de Desarrollo So­cial (Sedesol) como instancia de planeaci6n y financiamiento, yel Instituto Nacional Indigenista (INI) de ejecucion, concert6 conlos grupos un esquema de administraci6n deI programa que im­plicaba su participaci6n directa.I9 La capacidad de representa­ci6n real de las centrales campesinas fue desde un principio ma­teria de, debate interno, por 10 que se llego, después de muchas

171IDENTIDADES FRAGMENTADAS

20 La lucha por un subsidio directo al precio deI café viene desde 1991,pero alcanz6 sus mayores proporciones en el periodo seiialado debido a laprolongacl6n de la criais de precios, la aparici6n deI Procampo (un amplioprograma de subsidios directos a granos y oleaginosas) y la coyunturapolitica favorable abierta por la insurrecci6n en Chiapas.

vueltas, al acuerdo de que cada grupo debia demostrar cuâleseran sus bases efectivas a través dellevantamiento de cédulasindividuales, debidamente validadas por los agentes municipa­les de cada comunidad. El asunto adquirio a1ÎIl mas relevanciaporque de los fondos deI Fidecafé se acordo apoyar economica­mente a las organizaciones gremiales para que consolidaransu presencia. Todas ellas trataron de aprovechar al maximalas politicas cafetaleras con fines clientelares y patrimonia­les, con la relativa excepcion de la CNOC, que logr6 demostraruna auténtica capacidad de representaci6n, casi igual a la dela CNC, cuyos miembros tienen una identidad gremial muchomas débil, si es que tienen alguna.

La UPCV participo decisivamente en todo este proceso, apesar deI pequefio nUmero de sus miembros formales (l 400),el cual, sin embargo, es totalmente desproporcional respectade la gran influElncia que sus lideres tienen sobre los produc­tores de la region centro de Veracruz. La capacidad de convo­catoria de la UPCV viene, como en el pasado, de su vocaci6ncomo organizacion gremial. La Upcvha encabezado las luchaspor el programa emergente, por un cambio en la politica cafe­talera deI gobierno y por un programa de subsidios directos ala cafeticulturâ. Este Ultimo moviIniento, desarrollado princi­palmente en Veracruz entre mediados de 1993 y principios de1994, result6 exitoso gracias a la notable capacidad de movili­zaci6n de los pequefios productores veracruzanos, una direc­cion politica correcta y la ayuda de un contexto nacional mar-cado por la insurrecci6n en Chiapas y un afio electora1.2o .

Desde un punto de vista funcional, la multiplicidad deinstancias y de roles de los dirigentes gremiales en general yde la UPCV en parlicular los ha obligado a profesionalizarse ensu labor de gestoresy representantes; A nivellocal, los prin­

,cipales lideres participan en el Consejo Veracruzano deI C,afé yen algUn Grupo Regional Operativo, ademâs de tener bajo su 'control algnn beneficio de la transferencia 0 alglin grupoautogestivo. El tiempo efectivamente disponible para llevar a

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explicito (ROCA, si bien de hecho sus asesores externos estanidentificados coma simpatizantes deI PRD).

. .Otra diferencia reside en el tipo de miembros de las orga­~zaClOnes, que podrianios Uamar el tipo de clientela. Si todaslas formaciones pregonan su opcion por trabajar con los masd~sprotegi~os,e~ la realidad la misma dinamica, después dea~os de eXlstencla, hace que la mayoria trabaje mas con me­dianos productores.. En efecto, las organizaciones optaron demanera decisiva por la "eficaciay gestion profesional de la cade­na p~oductiva",~ veces a costa deI desarroUo deI verdadero po­tenClal autogestlvo de los grupos, pues la profesionalizaci6n dela gestion ha implicado la concentraci6n deI poder en losasesOres y en los pocos productores que se han apropiadode los conocimientos basicos (UPCV, ROCA, CIOAC). Mientrastanto, la UGOCP local y la CNC mantuvieron criterios direc­tamente clientelares.

Ciertamente, dellado de las dirigencias también se no­tan diferencias sustanciales: la gama va desde los c1asicos sis­temasclientelares en la CNC (véase Hoffmann 1992) hasta losno menos clâsicos mi~i~antespoliticos voluntaristas '(UGOCP, yen parte CIOAC), las dlngencias campesinas fuertamente aseso­radas por miembros de ONGs (la ROCA), y la aparici6n de nuevosdirigentes (la UPCV-CNOC) y la consolidaci6n de lideres regio­nales(CIOAC).

. Las diferencias suman mas que las semejanzas (ver cua­dro 1), y se podrian identificar 0 establecer con relativa facili­dad "perfiles" economico-politicos, en funci6n de las posicio­n.es de cada organizaci6n en el ajedrez polftico regional y na­ClOnaI, de su grado de conflictividad 0 alianza con los 6rganosdeI aparato gubernamental (las secretarias especializadascoma SARH 0 Sedesol, Pronasol, INI, etc.), de su quehacer con­creto en la rama cafetalera, en fm, de su "opcion" 0 "proyecto"politico-productivo.

Uno podria pensar que estas opciones se transparentanen el comportamiento cotidiano, y se concretan en practicasdistintivas. Esto a su vez deberia influir en la forma en que lossocios comparten 0 no ciertas opciones, sumandose entonces atal 0 cual organizaci6n. Es com6n en efecto considerar tal re­gi6n coma "mas combativa y de oposici6n", sobreentendiendosin explicitarlo que la combatividad se aplica a los habitantesy productoresj cuando ahi predominan las organizaciones Ua-madas "independientes". .

172 ALBERTO OLVERA, ODILE HOFFMANN Y CRISTINA MILLAN

cabo trabajo de base es practicamente nulo, y con frecuencialos dirigentes se presentan en las comunidades s6lo para re­partir los fondos deI Programa Emergente 0 (mas reciente­mente) deI Procafé21 , con la excepci6n de las comunidades alas que perten~cEm0 con las que trabajan muy directamentedesde aoos atras. Para fines practicos, esto significa que losliderazgos efectivos, en ausencia de redes visibles y operativasde dirigentes medios, se han debilitado fiente a las bases, pormas que hayan fortalecido su capacidad de gesti6n y deinterlocuci6n con otros actores 0 con el Estado.

b) Un mapa organizativo-espacial de los grupos cafetalerosen Thracruz

Es conveniente empezar por ubicar las diferencias entreorganizaciones derivadas de su distinta inserci6n en el campopolitico naciona1. Las organizaciones afiliadas a la CIOAC y laUGOCP participan, por definici6n, enestructuras y redes poli­ticas de amplitud nacional, de donde proviene muchas vecesparte de los recursos materiales, el perfil ideo16gico y el perso­nal de dirigencia. Otras nacieron coma orgaIiizaciones estric­tamente regionales, coma es el casa de las que habrian deconjuntarsè en la CNOC a partir de 1989. Tambiénlos nuevoslideres de la CNC vienen de carreras ancladas regionalmente,si bien su pertenencia a una centraloficial les marca otroslimites politicos.Esto provoca que los discursos sean distin­tos, los primeros integrando en general asuntos mas globales,y mas politizados, los segulldos guardando una perspectivamas gremia1.

Asi, en el pIano politico algullas organizaciones presentanun "proyecto" amplio de transfonnaciones sociales y econ6micasen el campo, por 10 menos coma trasfondo (CIOAC, UGOCP), mien­tras otras se limitan estrictamente al âmbito de la actividadecon6mica-productiva (Federaci6n de Productoies de Café-eNC,CNOC) 0 buscan desarrollar el potencial autogestivo de los pro­ductores a partir de la practica ,cotidiana, sin discurso politico

21EI Procafé es el nombre con el que se conoci6 el programa de subsidiosdirectos a productores de café que se puso en prâCtica en 1994, y el cualaprovech6 la experiencia adquirida con el Programa Emergente paradistribuir el subsidio. .

IDENTIDADES FRAGMENTADAS 173

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175IDENTIDADES FRAGMENTADAS

En realidad, el anclaje geogrâfico de las organizaciones tie­

ne que ver con otros fadores. Hablando de un espacio regional

después de todo no tan extenso, aunque si fragmentado por el

relieve que diferencia la zona cafetalera deI centro deI estado en

varias "cuencas", encontramos que las organizaciones se des­

pliegan en el espacio en un modo casi "discreto", en el sentido de

que virtualmente no se sobreponensus âreas de acci6n. Como 10

muestra la figura 1 tenemos, de norte a sur, la CNC en las sierras

de Tlapacoyan y Misantla; la UPCV en la franja Juchique­

Coatepec, la ROCA alrededor de Coatepec y Cosauthin, la CIOAC

en las cercanias de Huatusco y parcia1mente en Misantla, y la

UGOCP en las sierras mas aisladas, alrededor de Ixhuatlân. 'llido

ocurre como si se hubieran puesto de acuerdo para repartirseel

espacio, mas que tomar en-cuenfa-ias realidades y aspiracio~

nes de los prod!!ctores. Por supuesto, no es asi de sencillo,

pues en las areas de frOIitera ha habido fuertes disputas por

el control de ciertas' comunidades, En el fondo, son razones

hist6ricas his queexplican esta situaci6n. La upcv nace de Jas

fuertes movilizaciones de lOs afios ochenta en~ntradeI Inmecafé,

deSarronândose después en los lugares dop.de·los productores h~­

bian m6strado mas interes' por la lucha. Por su Parte, la ROCA es

resultado de diez MoS· de trafiajo de base,'con productores de la

regi6n de ~au~y Coatepec. La CNC sf!.m.~tieneen las areas

donde las otras organizaciOnes no tÎlvieron Eln el pasado capacidad

de darle 'Organlza,ci9àd 80 la movilizad6n o,carErieron de presencia.

La distfibuéi6n espacial actual de las organizaciones re­

vela una voluntad deliberada de no desbordarse sobre el area

de la organizaci6n "vecina". Si bien a nivel nacional por un

lado, y en el pIano estrictamente politico por otro, se dan lu­

chas fratricidas entre organizaciones en competencia por los

recursos otorgados porel Estado, por ejemplo, 0 por conquis­

tar cuotas de poder y puestos de representaci6n,22 esto no se

traduce hoy a nivel regional en confiictos localizados. 'llido

parece indicar la existencia de una estrategia consensualmente

22 Esto es especialmente cierto desde principios de 1993, cuando el nuevo

organismo encargado de la normatividad en la cafeticultura, el Consejo

Mexicano deI Café, decidi6 dar apoyos a las organizaciones de productores

en funci6n de su capacidad de representaci6n, medida por el numero de

cédulas validadas· en cada comunidad que ellas presentaran. Ahi se vio

que s610 la CNC y la CNOC eran representativas, habiendo sin embargo

otras seis centrales reclamando representacion (y presupuesto).

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23 Véase, para un caso similar, Velâzquez y Paré en prensa, p. 14. Paraser justos, debe deeirse que en la cafeticultura la CNOC ha sido laorganizaci6n mas representativ~, con una verdadera capacidad deproposici6n y comprobada independencia, por 10 cual hasido el blanco delos ataques de las demas centrales.

aceptada de no involucrar a los socios, los productores prima­rios, en las disensiones entre organizaciones.

Si aceptamos esta hip6tesis, las luchas de poder no im­plican directamente 10 que piensan 0 quieren los productoresde tal 0 cual organizaci6n, SinD que s610 se apoy~en ellos, ensu mera presencia y existencia. El objetivo llega a sel' enton­ces: i,cuanta gente represento, 0 sea cuantos afiliados' puedoreivindicar, para tener mas peso a nivel nacional 0 aun regio­nal? El numero de afiliados se vuelve el argumento principalparajustificar su participaci6n en las instancias de decisi6n yconcertaci6n,23

De nuevo aqui el enfoqua espacial arroja luz sobre estasestrategias: se trata de conquistar (0 negociar) espacioscon­eretos que estén todavia "libres" para llevar a cabo "campaiiasde afiliaci6n". Las comillas se imponen, ya que las mismas sedan a veces sin que realmente uno se dé cuenta. Es asi posibleque grupos organizados para otro fin (la obtenci6n de subsi­dios deI Procafé pOl' ejemplo) sean empujados a afiliarse a talo cual organizaci6n para poder acceder a mas recursos. La ma­yorfa acepta sin mal:ipreguntar, ya que los intereses inmedia­tos (conseguir los subsidios) se anteponen a cualquier otra ob­jeci6n. Casos concretos se dieron recientemente en la regi6nde Xalap'a: los cafetaleros de Xico se despertaron un dia de1994 coma miembros de la CIOAC, mientras los de Cosautlanson de la CNC (pOl' ejemplo), sin que unos y otros hayan opina­do 0 discutido el porqué y los alcances de sus respectivas afi­liaciones. No.hay en consecuencia identificaci6n entre los sociasy sus organizaciones, con la excepci6n, tal vez, de los lideres 10­eales mas ceréanos a las dirigencias nacionaleso regionales.

El creciente protagonismo de los representantes gremia­les contrasta con la pérdida de contacto con sus bases de apo­yo, quienes, en el contexto de la crisis; tienden a asumir unarelaci6n instrumental con aquéllos como parte de estrategiasde sobrevivencia diseiiadas a nivel individu~l0 familial'.

177IDENTIDADES FRAGMENTADAS .

LA PERSPECTIVA DE LOS ACTORES INDIVIDUALES

En este apartado pondrernos énfasis en la diversidad y corn­plejidad de los tiempOsiespacios en que'se insertan los acto­res-productores, con un doble fin: mostrar los obstaculos a lamovilizaci6n social, y afirmar el respeto a la pluralidad, nos610 politica entre grupos 0 adentro de un grupo,. sino en .unamisma 'persona, coma condici6n previa y minima para cual­quier proceso de organizaci6n. .

Si enfocamos el sector cafetalero en si, vernos que el iIidi­vidua esta inmerso en varios campos de decisiones y organiza­ciones politicas (figura 2: los espados.politicos, el marco estruc­tural). Éstas van desde las instituciones especializadas, es decirlas instanciasgubern,amentales creadas pOl' el Estado para "darservicio" a la comunidad cafetalera, hasta las organizaciones gre.miales, oficialistas 0 independientes, las instituciones partidis­tas que interfieren en eljuego politicd grernial, y las estructu­ras locales de poder, sean ejidales 0 de otra naturaleza (gru-pos de presi6n, clientelas, facciones). . . .

Los espacios de intersecci6n son mUltiples: la evidenterelaci6n PRI-CNC, pero también INI-Pronasol-Centrales (parala irnplementaci6n .de programas y.distribuci6n de apoyos),'oEstado-Consejo Estatal deI Café (dondetienen representaci6nel gobernador y altos funcionarios de las distintas secretarias).Estos espacios/tiempos no son s610 categorias conceptuales.Concretarnente, operan en forma de reuniones eventos 0 asam­bleas, en ios que el cafeticultor 0 los grupos de cafeticu1toresestan presentes. .

.Asambleas ejidales, grupos de trabajo para el Procafé, co­mités de solidaridad, reuniones de 888,24 asarnbleas locales yregionales de las organizaciones de productores, son los escena­rios fisicos donde se entretejen los intereses de los distintos ac­tores, y sobre todo en que se intercambian experiencias y viven­cias, a la vez que informaciones. En toda 16gica, estos '1ugares"(escenarios, espaciosltiempos concretados en un momento y lu­gal' dado) podrian fungir como mecanismos de aprendizaje poli­tico, es decir de "alejamiento" de 10 cotidianamente vivido paradebatir asuntos mas globales 0 de interés general. Esto corres-

24 Sociedad de Solidaridad Social, que es la figura juridica que se usapara agrupar a los productores de café que antes pertenencian a las UEPC.

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ponderia a procesos de apropiaci6n privada de los espacios pu­blicos, donde el "yo" se "desprende" (para retomar el vocabulariode Giddens) de su ambito inmediato y se integra a una "comu­nidad", un grupo solidario que gira alrededor de preocupacio­nes comlines, generando asi nuevas identidades.

• Sin embargo, pocas veces funciona asi. Los escenariospublicos suelen ser mas bien ambitos de reproducci6n de lasélites 0 dirigencias, que soulas Unicas que saben manipular eldiscurso y que tienen las informaciones clave para el devenir delos grupos. En estos escenarios se reproducen las estratificacionessociales, se reparten roles entre los presentes (el dirigente re­gional, ellider local, el campesino "de base", etc.), y finalmenteno se generan nuevos comportamientos y praeticas politicos. 'Ibdoparece indicar que el control deI saber, el saber concreto y sobretodo el saber hacer, saber hablar, es parte inherente y funda­mental deI dispositivo organizacional, sin el cual no se legiti­man las dirigencias ni la existencia misma deI grupo.

Los escenarios, como en el teatro, sirven para realzar losroles de cada quien y confinriar asi las jerarquias entre losaetores (véase Goffmann 1991). Los mismos intercambios re­pi'oducen y ahondan las desigualdades entre lideres y bases,en la medida en que ambos grupos tienen un acceso y un ma­nejo diferencial allenguaje y a las formas de comunicaci6n.

De' tal forma que, a este nivel, las actuaciones y loscomportamientos politicos rebasan con mucho al individuo cafe­t8J.ero "de base", que no hace mas que asumir los roles que leasigna, exPlicitamente 0 no, la organizacion. El productor es partedeI "dispositivo cafetalero" pero sigue siendo mâs el objeto delas practicaspoliticas (vengan éstas deI Estado 0 de la propiaorganizaci6n), antes que un sujeto capaz de intervenir en susaplicaciones. .

Abora bien, desde el punta de vista deI individuo, tam-bién se cruzan "âreas" 0 campos diversos que afectan la deci­sion personal (figura 3: los espacios de negociaci6n, el ambitode la decisi6n personal). Podemos identifiear euatro, que serelacionan: 1) con los intereses estratégicos de participaci6npara podèr conseguir tal 0 cual prestaci6n; 2) con las capacida­.des y disponibilidad individual, tanto material (en tiempo y di­nero) como intelectual 0 aun emocional, de involucrarse en unproceso de movilizaci6n; 3) con el hecho de aeatar obligacionesy lealtades establecidas de antemano por el individuo frente aotras personas 0 grupos; y, finalmente, 4) con las aspiraeiones

al cambio y el conocimiento de nuevos valores. Es la naturale­za especifica de la conjunci6n de estas areas 10 que a fin decuentas impulsa 0 no al individuo a involucrarse en un movi­miento u organizaci6n.

Aqui también los espaciosltiempos son mas que merascategorias analiticas. Se traducen en la vida cotidiana en prâc-·ticas sociales y culturales definidas, algunas de larga tradici6ny legitimaci6n social evidente, otras con cierto potencial Ïnnova­dor y arriesgado para el que las asume.

Como ejemplù podemos mencionar, en algunas zonas cam­pesinas cafetaleras, la existencia de mayordomias muy fuer­tes, encargadas de la ~rganizaci6ny buen desarrollo de algu­na fiesta. Ser mayordomo es exponerse, a si mismo y su fami­lia, al juiciode la comunidad, a la evaluaci6n publica de unquehacer privado. El mayordomo invierte en este cargo todo sucapital: dinero, tiempo, prestigio. Los riesgos son conocidos yasumidos, las ventajas igualmente. Esta reproducci6n de un es­pacio social anclado en la comunidad refuerza lazos de solidari­dad y confirma ciertas identidades. Incluye posibilidades de in­novaci6n que, por 10 general, van en el sentido de la integraci6nde valores 0 personas "nuevas" en la comunidad. No es un espa­cioltiempo rigido e inm6vil, pero si un escenario bien delimita­do, sin sorpresa, con reglas aceptadas por todos, pero flexi-

. bles. Para retomar nuestro esquema de la figura 3, seria unescenario sin mayor contradicci6n entre los cuatro componen­tes de la decisi6n 0 negociaci6Ii.

Al contrario, la participaci6n en nuevos âmbitos de orga­nizaci6n es menos "simple". En todos los casos, ésta (1a parti­cipaci6n)compromete a la persona y su familia a romper lasclâsicas barreras entre 10 privado y 10 publico, sin las "garan­tias" -sociales y simb6licas- que proporcionan los escena­rios tradicionales. En otras palal;>ras, la movilizaci6n implicariesgos, sean minîmos 0 mayores, sean simb61icos 0 ·materia­les, sean personales 0 de orden sociopolitico.

Este "edifieio" 0 "esquema" se multipliea al infinito porun mismo individuo, seglin se considera su posiei6n en la so­ciedad local, coma cafetïeultor, como ejidatario 0 pequefiopropietario, como vecino y padre de familia, como militante par­tidista 0 miembro de una agrupaci6n religiosa, etc. (véase la fi­gura 4: identidades fragmentadas). Es cuando aparecen con­tradicciones fundamentales entre intereses inmediatos, entrelealtades, entre prioridades (Uno tengo tiempo ni dînera para

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dedicarme a la vez al comité 19cal de SqIidaridad, al comitéProcafé, al grupo deI PRD, etc."), o. entre intereses y lealtades("quiero adherirme ala CIOAC para beneficiarme de los crédi­tos, pero me siento obligado frente al PRI local que me permi­ti6 establecer un puesto, en el mercado"), 0 entre prioridades eintereses,etcétera.

Desde otro punto de vista, no son contradicciones sino al.contrario, "confusiones", en el sentido estricto de la palabra.Se "funden" varios comportamientos 0 proyectos que desde elexterior podrian aparecer antin6micos, pero que logran una evi­dente congruencia en el quehacer cotidiano e individual. Loscasos son mUltiples, basta con mencionar a estos micro-liderescampesinos de pequenas localidades interesados en abrirse alexterior, y que participan a lavez en el Procampo coma respon­sable local, en la UGOCP para la obtenci6n de ganado mejorado,en la CIOAC para el grupo local de comerciaIizaci6n deI café, enla CNOC para la negociaci6n regional sobre créditos a cafetaleros, enla CNC coma ejidatario,en el PRD coma militante, etcétera.

En otros términos, los espacios/tiempos. se sobreponen,dificultando, pOl' parte deI propio interesado, la reflexividad yel analisis distanciado, caracteristicas que desde el punto devista de la "modernidad" corresponderian, en el pIano indivi­dual, à la separaci6n entre elsistema yel mundo de vida. Noes posible separaI' tajantemente un espacioltiempo de otro,coma tampoco esposible hacerlos coincidir plenamente. AIgu­nos si se acercan mas al esquema modernode "desprendimien­to", cuando otros al contrario se refieren a âmbitos y 16gicas noexplicitas ni siquiera para el que los maneja. .

Lo importante aqui es que no se trata de interpretar es­tos desfases en términos de "atraso" de algunos espaciosltiem­pos frente a otros, sino mas bien de insistir sobre sucoexisten­ciao El problema no es la multiplicaci6n de los espaciosltiem­pos, eSO es un proceso vital elemental. La cuesti6n reside enc6mo aceptar y reconocer este potencial plural deI individuo,para actuar en consecuencia, y adoptaI' normas y mecanismosde interacci6n y negociaci6n que integren esta pluraIidad.

En efecto, si bien este complejo decisional afecta al indi­viduo, también juega un papel importante en los procesos deagrupaci6n social. Los "espacios de lainteracci6n social" (figu­ra 5) se construyen localmente seg6n 16gicas que integran losmUltiples elementos de la realidad politica, econ6mica, social ycultural, y poco tienen que ver con 16gicas friamente calcula-

CONCLUSION

181IDENTIDADES FRAGMENTADAS

das. Esto provoca cierta dificultad de comunicaci6n entre lide­l'es y bases; entre las dirigencias y los miembros que no com­parten el mismo mundo cotidiano, es decir, que no coincidenen sus ambitos de decisi6n personal.

. 0 Esta complejidad deI mtmdo de vida es normalmente ig-norada tanto pOl' los agentes organizadores de los grupos gre­miales como pOl' los miembros de ONGs y los empleados de lasagencias estatales. Su visi6n de los campesinos es siempre unavisi6n fragmentada pOl' los objetivos de su propia accion: 0 seles ve como consumidores, 0 coma productores especializados,o como clientes politicos, 0 coma ejidatarios, 0 coma "pobres" 0

"marginados". AI entablaI' relaciones con ellos sobre estas ba­ses, contribuyen a creaI' campos diferenciados y a cerrar elcirculo de las definiciones excluyentes que clasifican a una mis­ma persona en categorias separadas y a veces antitéticas.

En estesentido; la relativa "pasividad" de los campesinosrepresenta, con frecuencia, un rechazo a la clasificaci6n auton­taria, a la ruptura de su unidad individual y la defensa de suidentidad primordial. El utilitarismo coma reaccion principalrespecta a losagentes modernizadores de filera tiene esa 16gi­ca defensiva. Sin embargo, ni el mundo tradicional es necesa­riamente mejor 0 diferente deI que se trata de creaI' ni la acti­tud defensiva detiene los cambios inducidos pOl' la 16gica ineluc­table de los sistemas economico y polftico.

La fragmentaci6n identitaria es parte de un proceso decambio en los campos econ6mico y politico cuyos tiempos yritmos difieren de los tiempos deI cambio sociocultural y cu­yos espacios no se corresponden con los previamente disponi­bles·en el mundo de vida local. Si bien esta tension entre con­tinuidad y ruptura es parte de todo proceso social, en este tra­bajo hemos tratado de acotiu las diferencias entre sus compo­nentes sistémicos y los sociôculturales, y su expresi6n en cam·pos diferenciados en los que la comunicaci6ny la interacci6nSon decisivos para entender el sentidoy la potencialidad deIcambio. Hemos buscado asi contribuir a una mejor comprensi6nde prôcesospoco transparentes y altamente complejos que condemasiada frecuencia son analizados unidimensionalmente.

ALBERTO OLVERA, ODILE llOFFMANN y CRISTINA MILLÀN180

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Es por e110 que las conocidas asociaciones interpretati~asentre crisis econ6mica e inmediata respuesta social, 0 entrecolapso 0 hastfo polftico e insurrecci6n 0 movilizaci6n popular,constituyen hip6tesis .que pierden de vista la complejidad delas interpretaciones que la gente hace de esos procesos, asicomo de las formas y ritmos de respuesta societal a cambiossistémicos. La.construcci6n de nuevas formas de integraci6nsocial pasa por la normalmenté lenta formaci6n de identida­des alternativas, las cuales constituyen la suma de choquesentre viejos y nuevos valores, lealtades tradicionales y nuevasformas de solidaridad grupal, creaci6n de nuevos campos deacci6n y procesos de utilizaci6n/dependencia de los programasy acciones de los agentes modernizadores deI 'Estado, las or­ganizaciones gremiales, los partidos, las ONGs, y otros actoresrelevantes.

Para entender estos procesos hemos sido abiertamenteeclécticos en el terreno de la teoria. No hemos encontradô unenfoque ooico que pudiera satisfacer la: necesidad de hacertrabajos de etnografia local dentro deI marco firme de una in­terpretaci6n global para entender los procesos de cambio en elcampo. Hemos intl'lntado aqui presentar un esfuerzo de sfntesisde las.aportaciones conceptuales.de.autores tan diversbs y en­contrados camo Jurgen Habermas, Pierre Bourdieu y Luckmanny Berger, por remitimos a las fuentes clasicas y primarias delas que se nutren nuestras ideas. Al hacerlo, hemos tratado deentender el sentido global de los procesos de modernizaci6nen las condiciones especificas de un sector y una regi6n deIcampo mexicano.

Hemos encontrado, en esta primera aproximaci6n, quela modernizaci6n avanza de una manera segmentada y pro­bJemâtica, partiendo de un lento e irregular,pero constante,proceso de diferenciaci6n entre mercado, Estado y sociedad.La aparici6n de nuevos campos de acci6n y de nuevos actoresen las comunidades y regiones cafetaleras expresa esta ten­dencia. A los ojos de los actores individuales, este proceso apa­rece como una creciente complejidad deI mundo de vida a la'cual tienen que adaptarse y frente a la cual deben reaccionar.Se diseiian entonces estrategias individuales 0 colectivas paràcambiar el sentido de las politicas que portan los actores ex­ternos, para evadirse de su influencia 0, por el contrario, apro­vecharse de su existencia. Estas practicas se combinan eintersectan con procesos de cambio propiamente locales.

25 Actualmente estamos empenados en un proyecto que atiende esteâmbito problemâtico; un estudio de las estrategias de sobrevivencia frentea la crisis cafetalera, dentro deI cual el analisis de la emigraci6n temporaly defmitiva a las ciudades tiene lugar central.

183IDENTIDADES FRAGMENTADAS

Si bien s610 como trasfondo no explfcito ha aparecido aquiel problema de la vinculaei6n campo-ciudad, que· mereceriaun estudio aparte,25 es evidente que desde el punto de vistacultural la cercania de las zonas cafetaleras veracruzanas a

. grandes ciudades, la extensi6n deI sistema educativo y la pre­sencia de la televisi6n y la radio encasi todos los hogares ana­den una dimensi6n mas de los procesos de apropiaci6n y tra­duc.ci6n de nuevos valores, principios yestilos de vida, la cualno puede ser ignorada.

En el contexto de la creciente complejizaci6n de los mun­dos de vida rurales, el problema de la desigual distribuci6ndeI conocimiento y de los recursos organizativos ocupa un pa­pel central. Mientras mas campos de acci6n coexisten, en loscuales de una u otra manera los actores individuales se venobligados a participar, el problema de la traducci6n de len­guajes y c6digos de un campo a otro se convierte en funda­mental. Qmen mejor desarrolla una éapacidad para desempe­fiarse apropiadamente en varios campos, adquiere la cualidadde intermediario cultural, y con ello una capacida.d (potencialo .real) de representaci6n y liderazgo. Si esta cualidad se tras­lada deI ambito local al de una organizaei6n regional 0 nacio­nal se forman liderazgos aUn mas especializados en su fun­ci6n de intermediaci6n.

Sin embargo, uno de los resu1tacios de la investigaci6n aquibrevemente resefiada es que en el sector cafetalero las organiza­ciones gremiales han operado fundamenta1mente sobre la basede la externalidad a los dirigentes y representantes locales. Sualta profesionalizaei6n y, en la mayoria de los casos, su estrechovinculo con organizaciones polfticas 0 pertenencia a formacio­nes corporativas, conducen a su alejamiento estructural respec­to de los actores locales. Este hecho equipara a las organizacio­nes gremiales a los aparatos de Estado ante los ajos de muchosproductores y en la practica bloquea la posibilidad de que con­tribuyan a la creaci6ne institucionalizaci6n de espacios de apren­dizaje colectivo. Con frecuencia, su propia supervivencia depen­de de su capacidad de apelar a mecanismos de integraci6n tra­dicionales, como las lealtades personales y la alianza con gruposde poder local.

ALBERTO OLVERA, ODILE HOFFMANN Y CRISTINA MnLAN182

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Los espaciospollticos,el marcoestructural

Los espaciasde negocaci6n,el ambito dela decisi6npersonal

Grupos localesde poderfaccionalismoclientelismo

IDENTIDADES FRAGMENTADAS

FIGURA 2Los espacios politicos, el marco estructutal

Movimientosgremiales

CNOCCNC

FIGURA 3Los espacios de negociaci6n, el ambito de la decisi6n personal

L- ---.:...- .

Las principales organizacionesde cafeticulforesen el centro de Veracruz:un espacio compartido

ALBERTO OLVERA, ODILE HOFFMANN Y·CRISTINA MILLÂN184

FIGURA 1Las principales organizaciones de cafeicultores en' el centro

de Veracruz: un espacio compartido

Esta situaci6n dificulta la creaci6n de identidades gre-.. 'miales fuertes y contribuyea la fragmentaci6n identitaria al

conducir a la formaci6n de pequeiios grùpos locales que confrecuencia tienen su origen en faccionalismospreexistentes ala acci6n organizativa. Asi, el resultado de muchas de las ac­ciones de los actores institucionales de la modernizaci6u sereduce a la cooptaci6n y extracci6n de su contexto local dé di­rigentes 0 en la conversion de los mismos en lideres de gruposo facciones, y no de la colectividad. Ciertamente, enalgunoscasos el resultado puede ser el contrario, yale decir, la apari­ci6n de un movimiento comunalamplio y de lideres reconoci­dos y ailclados en su territorio: Pero esto es mas la excepcionque la regla. Puede decirse que estas mismas reflexiones sonaplicables al campo de la accion politica, donde lospartidos man­tienen una logica clara y necesariamente estratégica.

Sin. embargo, aun estoes parte de un proceso de apren­dizaje, si bien accidentado y desigual. En el campo cafetalero·veracruzano se vive una situaci6n an6mica, en la que·las vie­jas instituciones, practicas y valores han perdido 0 estan per­diendo su hegemonia, sin que haya,n sido sustituidas por otrasnuevas. Sin embargo, dentro de la polvareda levantada porlaconfusion colectiva empiezan a asomar, débiles, los contornosde un nuevo repertorio de acci6n, liderazgos locales y princi­piosy lenguajes diferentes a los deI pasado. Nadie puede pre­decir a donde conduciran,pero por 10 menospodemos estarseguros que no significaran un regreso a la situaci6n anterior.

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187IDENTIDADES FRAGMENTADAS

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Padre de familiay vecino

Identidadesfragmentadas

Los espaciosde la

interacci6n social

@caféUGOCEP

FIGURA 4Identidades fragm.entadas

Ejidatario

Cafeticultor

FIGURA 5Los espacios de la interacci6n social

ALBERTO OLVERA, ODILE HOFFMANN Y CRISTINA MIILÂN

BarrioPRONASOL

E"d @JI 0

CNC@

C{§)

186

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México,en la décadade los noventa

Sergio Zermeno(coordinador)

Movimientossociales eidentidadescolectivas

LA JORNADA EDICIONES

CENTRO DE INVESTIGACIONESINTERDISCIPLINARIAS EN CIENCIASy HUMANIDADES 1UNAM,:;",c;,!

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LA JORNADA EDICIONES

CENTRO DE INVESTIGACIONESINTERDISCIPLINARIAS EN CIENCIASy HUMANIEi>ADES 1UNAM

La remarica de las idencidades colecrivas consiscences y con coorinuidad

en el riempo es pertinence-para la reflexi6n sobre el forralecimienro

de acrores sociales organizados.

Esle iibro aborda el ascenso y proliferaci6n de organismos civiles

y ciudadanos, de defensa de los derechos humanos y de Organizaciones

No Gubernamenlales de lodo lipo; considerando lambién la creciente

reeslrucmraci6n de la sociedad y de las allernarivas del movimiento

indrgena y campesino asl como las de los pequetios y medianos

agriculcores e indusrriales, que se organizan para enfrenlar la crisis

de producci6n y consumo, los alros rédiros bancarios y la compelencia

desigual_ El volumen concluye con un trabajo prospectivo sobre

la acci6n social en México.

Los diez ensayos que forman esle libro se basan en una rica

-documenraci6n y en eSlLidios de campo. La cuesti6n de la dignidad

ciudadana en las confrontaciones entre oposici6n y gobierno fue. eSludiada

en San Luis POlO;{ y Durango. La pervivencia del modo productivo

indlgena y comunitario es el centro de la reflexi6n sobre la vIa campesina

dei desarrollo mexicano, y se relaciona con olro lrabajo sobre Jos efeclos

de las reformas al Artfculo 27 conslitucional y con Olro mâs sobre

las formas, los acrores y los espacios de la modernizaci6n rural

y de [a fragmentaci6n idenlilaria entre los cafelicu1tores de Veracruz.

Ternas de los otrOS ensayos son los siguienles: el poder sociopoHtico

en una organizaci6n del movimiento urbano, la transici6n en el sjndicaro

mas grande de Arnérica Latina, y el neocorporativismo y la crisis sindical

lanto en el conlexro de los cambios en las relaciones induslriales como

en el seno del Sindicaro de Electricislas.

Estos lrabajos con lribuyen a pensar y a informarse sobre el tema

de las identidades y las o.rganizaciones de los nuevos movimienlos sociales

del México urbano y rural.

ISBN 968-36-5375-8

11.8%83 653758

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Primera edici6n: marzo de 1997

Derechos reservados

© Centro de Investigaciones Interdisciplinariasen Humanidades, UNAM.

en coedici6n con:

© Demos, Desarrollo de Medios, S.A. de C.Y.La Jornada Ediciones,Balderas 68, Centro,México, D.F. CP 06050

ISBN 968-36-5375-8

Impreso y hecho en México

INTRODUècI6N1

Sergio Zermeiio

iDe qué manera distintos grupos en nuestra sociedad han po"dido desarrollar una identidad colectiva, una organizaci6n, unaestrategia para confrontar con cierto ·grado de eficacia las si­tuaciones adversasde deterioro social, desorganizaci6n y po­breza? EIi este libro se presenta un.conjunto de ensayos queestan relacionados con esta pregunta.

La tematica sobre las identidades colectivas consisten­tes y con continuidad en el tiempoes pertinente para los mexi­canos porque nuestra historia pasada y reciente ha resultadoadversa al fortalecimiento de actores sociales a escala nacional,estatal y regional. Ha sido la caracteristica deI Estado mexicanofundar su poder en la destrucci6n y el desmantelamiento delosocial en las diversas escalas, aùIlque pueden citarse ejemploscontrario~ que se han manifestado con vigor aqui y alla y conmayor 0 menorpermanencia. Pero ic6mo se explican estas ex­cepciones a la regla?

Lo que resulta mas alarmante, y de am también la perti­nencia de los estudios que' editamos en el presente volumen,es que la pretendida modernizaci6n de nuestro pais durante losaiios ochenta Y'noventa, en lugar de a,ctuar en contra deI ver­ticalismo generando una sociedad mas activa y mas participativaha actuado exactamente a la inversa,·ha traido consigo la derro­ta mas contundente de los actores organizados de la sociedad,desde los industriales, "esa especie en extinci6n", coma los lla­maba recientemente un lidèr empresarial, hasta los obreros,