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Alberto Dallal

Algunos pintores en Puebla

Una de las ¡;:aracterísticas funda­mentales de la actividad artística,

su capacidad de autogestión (es decir,su espontaneidad individual y colecti­va para surgir y manifestarse) se hacepatente en el plano de las artes plásti­cas mexicanas de hoy en día. En efec­to, como si este mundo de explosivasy multiformes imágenes que confor-

roan las postrimerías del siglo xx seexpandiera en todas las direcciones y

sentidos, los jóvenes pintores -sin,acatar las lentas elucubraciones de losteóricos y críticos- parecen apode­rarse de miles de disyuntivas, técnicas,corrientes y contracorrientes, secuen­cias, reflejos y tonalidades para arri­bar, en logros variados y sorpren-

dentes, a obras, facetas y periodomuy expresivos y muy libres.

En México, el último decenio hapropuesto asimismo una pintura jo­ven más indiferente a los cánones ymodas y, sobre todo, más propositivacon respecto a la muy necesaria "des­concentración" de las habilidadesproductivas. Se ha realizado cierto

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José Villalobos, La tierra y el porvenir, 1992, técnica mixta/tela, lIO x 130 cm

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Antonio ÁJvarez. Por cada año una bala, 1992, óleo/tela, 100 x 150 cm

Gerardo Ramos Brito. l"rofiltlllidlld tm ti. 1991, lécnica mixla, 100 x 150 cm

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. ursionesgula (1951) sus variadas mc

dado poren las distintas técnicas han

. . to de unaresultado el descubnmlen has

. . 1 d·bl . precisar rUroneceSidad me u I e.

orgánico (El que es, Ur) que parece in­dicar desplazamientos de la vista y laconciencia.

En el caso de Sergio González An-

efectivo -aunque no aún total y defi­

nitivo- desplazamiento creativo en

dirección de las regiones y ciudadesdel amplio territorio de la República.Cada vez con mayor calidad e inventi­

va, los jóvenes artistas de los estadosdel país muestran y hacen valer sus

obras y sus centros creativos y simultá­

neamente sus imágenes, sus figuras ysus propuestas, sin el agobio que im­

plica el reconocimiento unívoco y

sentencioso del centro del país.En Puebla se han organizado gru­

pos de trabajo y artistas aislados conobras cada vez más notables, sugeren­

tes y significativas. Aunque no todoshan nacido en territorio poblano, hanhallado en el Estado el mejor ambien­

te para enseñar, aprender y producirsus obras. Y todos han descubierto

ciertas características del entorno po­blano que auspicia y propicia unacreatividad más acelerada, más pro­

funda, más operativa. La geografía yla naturaleza poblana, así como una

cultura llena de complejas mezclas ybifurcaciones y originales elementos,han multiplicado los vericuetos de su

imaginación y han apoyado sus ansiasde expresión.

Gerardo Ramos Brito (nacido en1943) ha coadyuvado a la organiza­ción de las artes plásticas poblanas.Fue fundador de dos escuelas de artey diseño en la ciudad de Puebla y haexpuesto local e internacionalmente

con pleno éxito de crítica. Su obra ex­presa un manejo destacado de los vo­lúmenes y las texturas; su pintura, deamplios rasgos, se inclina por la espe­sura y la persecución de la totalidad.Rayas, rayones, colores sepias dividi­dos por negros y matizados con rojosy ocres recuerdan los afanes de tras­cendencia telúrica de los grandes delmuralismo. Algunas de sus telas, a lamanera de planos o mapas, otorganvariadas sensaciones en las que elcolor, desprovisto de vanos rebusca­mientos, utiliza la simetría (Presencia)o el separo de trazos (Luz de agua)para desembocar en huellas o señales,divisiones o texturas excitantes o per­turbadoras (Requien). Algunas de susformas convergen a un urbanismo semi-

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e influencias. Por etapas hemos detec­tado en González Angula formas y co­loridos tamayescos (linóleo, grabado)pero en periodos :oncretos de su,obrao en series esporadICas (Te amare todala vida) el artista suelta sus amarrasformal y técnicamente. El artista gustade desgranar sus figuras, concebidasoriginalmente en "poses" variadas(brazos en alto, manchas que simulanbestias, animales prehistóricos) y salpi­carlas de formas localizabIes en la cul­tura espacial y temporal (serieEuforiones). González Angula puedeinventar entes de la misma maneraque los hace más evidentes o los desin­tegra. Para él, el cuadro puede resaltaruna figura, variarla por medio de tex­turas y colores, y al fin hacerla transi­tar a lo grotesco para borrar cualquiersensación de "belleza" o "hermosura"tradicionales, conceptos exiguos o, almenos, poco definidos dentro de laproducción pictórica contemporánea.El hecho de que distintas institucionesde enseñanza y de cultura poblanahayan echado a andar y apoy~do me­diante persistentes esfuerzos, espaciosy actividades que muestren la laborpictórica del Estado, indica que lasobras arústicas reciben por lo menosla revisión fisica, in situ, del público.Aún no se organiza mejor prueba deaceptación o rechazo, de suscitación yc~riosidad que las muestras y exposi­Ciones sistemáticamente concebidas,diseñadas y realizadas, de ahí queconstituya labor básica inscribir estetipo de actividades en mecanismosperdurables yorganizados.~ la par que González Angulo, otros

artIstas, como Antonio Álvarez Morán~~~59), han conocido su camino pic­anca recomendo a la vez vías aleda­~as o paralelas como las artes gráficas.A1varez Morán realizó estudios, comobecado, en Alemania, y ha dado a co­nocer su obra en países del extranjero.Su obra ha recibido la influencia delos . l. nuc eos y centros populares y nodeja de contener un tono trágico quese aviva en las telas de una manera im­presionan te (Todo para el bebé, La tien­da, etcétera). Sus collages y acrílicosno d .eJan de contener una iconografia

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que prolonga las figuras de Posadas yMaría Izquierdo, bajo tratamientosque en mucho hablan de los tiemposnuevos que le ha tocado vivir a un ar­tista más cosmopolita e itinerante.

José Villalobos (1950) busca en supintura reintegrar el orden o la armo­nía que el ser humano aparentementeha perdido en la época contemporá­nea. En efecto, algunas de sus telaspersiguen y logran una tenaz geome­tría apenas afectada por toques orgá­nicos o por sutiles intensidades. EnLos lugares y sus límites, por ejemplo,no existen detalles que interrumpanla uniformidad general de la figuraque la tela muestra y, sin embargo, lasensación visual que produce se refie­re a un orden alterado, no sólo por lotrazos sino también por los colores.Desde el eje central, en medio de latela, la figura recibe un marco ocre­amarillento y éste a su vez conserva laexpresión de sus límites con otromarco, ahora de color negro. Dentrode la figura sobrevienen juegos que seconvierten en grecas que se rompenen rombos, rectángulos y otras suaveso evanescentes formas geométricas. Yaunque hay un singular juego de re­peticiones, las distintas obras de susseries esbozan una gama amplia y-aveces marcadamente terrosa- de ex­ploraciones formales (Patio con cru­ces). En algún punto de la tela puedepercibirse el momento en el que elpintor ha llegado al punto más nota­ble, claro y expresivo de sus "camina­tas" pictóricas (El mar ausente). DeVillalobos afirma Teresa del Condeque "es un colorista nato, con todo yque su paleta es escueta yseca", o sea:"desprovista de apariencia oleosa".

Dentro del grupo de maestros de~tes plásticas integrados en Ypara laUniversidad de las Américas-Puebla sehalla,junto con Villalobos,josé Lazca­rro Toquero (1941). Aparte de suobra de dimensión pequeña, ha in­cursionado con éxito en el mural yenla escultura monumental. La pinturade Lazcarro es viva, tenaz, a veces ex­plosiva. Impresiona la exactitud de. s~formas las cuales hablan del dominIOque el :u.tista ha ejercido sobre las téc-

nicas que ha escogido para trabajar.Lazcarro tiene un su haber, críticaselogiosas de muestras en Japón y losEstados Unidos ysus murales, plano oen relieve, completan los espacios dealgunos edificios públicos y sitios derecreo de Puebla, México D.F., Gua­dalajara , etcétera.

Mihael Dalla Valle (1949) se adhi­rió al hacer pictórico ydidáctico de laUniversidad de las Américas y ha reci­bido influencias y a la vez dejadohonda huella su iconografia y sus téc­nicas en alumnos yseguidores. Las in­cursiones que Dalla Valle logra enprocedimientos experimentales danpie a una iconografia cortante e incisi­va, muy de acuerdo a sus desplaza­mientos. Sus obras buscan las sen­saciones de la comunicación postal;sus figuras devienen esbozos o ensayosde retratos o copias inmediatas de lu­gares, objetos y personas: palmeras,héroes de películas, paisajes citadinos,trayectos, tempestades en alta mar.Algún toque o detalle invita a ponde­rar la presencia del pasado en estoslugares extraños (¿la imaginación delartista?) en los que el espectador (¿elviajero?) refuerza sus sentimientos en­contrados: el sello de la franquicia, laletra manuscrita, los colores vivos deun papel tapiz, los rayones (¿estallidode angustia?) de tinta o de crayón sesuceden en la obra y se acomodan enel conjunto como una masa de ele­mentos ysensaciones convergentes.

Carlos Luna (1969) se ha unido alos trabajos pictóricos que secunda ladocencia. Ha recogido de u ubaoriginal la tradicional onomatopeformalista y, depurada, la ha ext ndi­do temáticament. o exento d in­fluencias (el cartel la ari aLUra, laimagen televisual), Luna n rva d Iconstructivi mo rasg nv rg nllo incru ta en cuadr i" 11 "lleno d actualidad niúd z. f¡ r­mas, a v c tallan. mu tean lu­mino a a la roan ra d I n n;devi n n imá n ,má qll vi timpr n la ro nt un v qllpasaj I ctr'ni h rrad. O

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