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Aguas subterráneas como recurso, agricultura y conflictos por su uso
Dr. Mario A. Hernández Universidad Nacional de La Plata Argentina
Respecto a las aplicaciones del agua subterránea
en las actividades humanas, es conocido que el
uso agrícola es uno de los que más dificultades
ofrece para una buena gobernanza del recurso,
debido a la convergencia de varias razones:
1. El uso agrícola del agua representa entre el
65% y el 72% del total, proporción que se
mantiene para la subterránea, dependiendo
del grado de desarrollo de cada sociedad
2. Resulta complicada la gobernanza para los
diferentes actores, desde la autoridad política y
de gestión/administración hasta la sociedad civil
involucrada, dada la diversidad de intereses
públicos y privados en juego.
3. Ofrece un alto nivel de conflictos intrínsecos y
extrínsecos (entre usos), con las aplicaciones
doméstica, industrial, ganadera, minera,
recreativa y ecológica, tanto en caudal como en
calidad, además de que la contaminación
asociada es esencialmente difusa.
Para intentar sistematizarlos, se recurre a la
Teoría de los conflictos emergente de la
sociología en los años ´50 (Cosser, 1954;
Dahrendorf, 1959) y utilizada hoy en el campo de
los recursos naturales, a través de sus tres
axiomas básicos:
o Todo conflicto puede prevenirse en
conocimiento de las causas
o Todo conflicto puede solucionarse si se lo
enfrenta oportunamente
o Toda carencia potencia los conflictos
Todo conflicto puede prevenirse en conocimiento de las causas
Es precisamente la falta del suficiente conocimiento
cuali-cuantitativo de los recursos hídricos subte-
rráneos, consecuencia de su invisibilidad, lo que
atenta contra una buena gobernanza. Alcanza esta
falencia no solo al conjunto social, sino a las
dirigencias, sean estas políticas, educacionales,
administrativas o corporativas.
Todo conflicto puede solucionarse si se lo enfrenta oportunamente
Se refiere a los condicionantes que tiene la autoridad gubernamental cuando debe tomar decisiones eficaces para corregir consecuencias de conflictos reconocidos. Ej.: restringir superficies cultivables bajo riego para fijar perímetros de protección, previniendo contaminación por agroquímicos. Los decisores políticos suelen frecuentemente obedecer a presiones económicas y/o laborales, con el consiguiente costo de oportunidad en detrimento de la buena gobernanza.
Toda carencia potencia los conflictos
La falta de dinero, trabajo, amor, educación, respeto, responsabilidad son ejemplos de cómo la gravedad de los conflictos se incrementa con las carencias. Si bien pueden existir de todas maneras entre el agua subterránea de uso agrícola y la industrial y/o doméstica, cuando escasea y se está lejos de fuentes superficiales alternativas puede adquirir proporciones que superan la capacidad de manejo sustentable.
Estos preceptos de la Teoría de los conflictos permiten situar a la gobernanza del uso agrícola del agua subterránea en el campo de las dificultades. Provienen de escollos institucionales y políticos y de la falta de claridad en el soporte normativo, que generalmente libra a la autoridad las decisiones sobre jurisdicción y competencia para intervenir en conflictos, además del impacto de las posibles soluciones en la sociedad civil.
Como es difícil a casi imposible torcer una idiosincrasia gubernamental muy arraigada en la región, la implementación de normas adecuadas con guía y participación del sistema científico y atendiendo la especificidad de yacencia de aguas subterráneas, debería generar un compromiso institucional para tender a una buena gobernanza que atienda a todos los protagonistas
Desde 1970 ocurre un ciclo climático húmedo (repercusiones socioeconómicas) La expansión en el uso de agua para riego, en competencia con el doméstico, se produce a partir de 1990 y a raíz de : - incremento en el precio de los productos agrícolas - la situación económica (sobrevaluación de la moneda) Luego, razones de mercado atenúan la gravedad del conflicto (NO3
= en agua de consumo). Nuevas condiciones lo actualizan (precio de soja y cultivos para producción de etanol o biodiesel) Se ven afectadas numerosas ciudades medianas. Para 5500 ha bajo riego (trigo, maíz y soja), con dotación de 0.2-0.4 l/seg.ha durante agosto-setiembre y diciembre a febrero requirieron unos 17 hm3/año equivalente a la provisión de una ciudad de 155.000 hab (300 l/pers.d). En 2009 nuevamente razones políticas y climáticas desaceleran el conflicto. Sobre 2011 se plantea una “solución”: importación de agua fluvial tratada desde el río Paraná, sin ponderar las consecuencias en los niveles de agua subterránea de la zona receptora