agradecimientos: orientación neurociencia y a cristina ... · pdf filetests are also...

18
Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias 97 Julio-Diciembre 2015, Volumen 15, Número 2, pp. 97-114 ISSN: 0124-1265 E Efecto de la Edad y la Escolaridad en una Adaptación Abreviada de la Prueba de Denominación Translingüística Ana Karen Preciado Instituto de Neurociencias, CUCBA, Universidad de Guadalajara. Guadalajara, Jalisco, México. Esmeralda Matute Instituto de Neurociencias, CUCBA, Departamento de Estudios en Educación, CUCSH, Universidad de Guadalajara, México. Mónica Rosselli Departamento de Psicología, Florida Atlantic University. Florida, EE.UU. Alfredo Ardila Departamento de Ciencias y Trastornos de la Comunicación, Florida International University. Florida, EE.UU. Ramiro López Elizalde Departamento de Neurociencias, Hospital Civil de Guadalajara Dr.Juan I. Menchaca, México. Correspondencia: Dra. Esmeralda Matute, Instituto de Neurociencias, CUCBA, Universidad de Guadalajara. Francisco de Quevedo 180. Arcos Vallarta. C.P. 44130. Tel & fax: (0133) 38180740 Guadalajara, Jalisco, México. Correo electrónico: [email protected] Agradecimientos: Lucía Ventura Castro, Verónica Mendoza Acosta y Diana López Lozano, alumnos del Posgrado en Ciencia del Comportamiento con orientación Neurociencia y a Cristina Huidor Sastre, Ángel Ontiveros González, Manuel López Cruz, personal del departamento de Neurociencias Clínicas del Hospital Civil Juan I. Menchaca, por su participación en la recolección de datos y a Lourdes Ramírez por su asesoría en la redacción del artículo. A.K.P. recibió aportación del posgrado, por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT); No existen conflictos de interés que declarar. Resumen Los errores de denominación, comunes en pacientes con afasia y demencia, se pueden identificar a través de tareas de denominación visuo-verbal. Sin embargo, errores en este tipo de tareas también se observan en personas sin alteración neurológica. El objetivo de este artículo es conocer el acuerdo de denominación y detectar si existe un efecto de edad, escolaridad y sexo en la ejecución de una adaptación abreviada de la Prueba de Denominación Translingüística (Ardila, 2007), incluida en la Evaluación Neuropsicológica Estándar para Adultos Hospitalizados (ENE-A) (Matute et al., 2012). En el estudio participaron 456 adultos de 17 a 105 años repartidos en 6 grupos de edad y 6 de escolaridad. Se les solicitó que nombraran 14 dibujos en líneas blanco y negro de diferentes categorías semánticas. De acuerdo al porcentaje de aciertos, se obtuvo un acuerdo de denominación superior al 91% en la mayoría de los estímulos. Se observó un efecto de edad y escolaridad, mas no de sexo. El porcentaje de acuerdo elevado sugiere que los estímulos pueden utilizarse en la evaluación de adultos con problemas

Upload: votram

Post on 25-Mar-2018

217 views

Category:

Documents


4 download

TRANSCRIPT

Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias 97

Julio-Diciembre 2015, Volumen 15, Número 2, pp. 97-114

ISSN: 0124-1265

E

Efecto de la Edad y la Escolaridad en una Adaptación Abreviada de la Prueba de Denominación Translingüística

Ana Karen Preciado

Instituto de Neurociencias, CUCBA, Universidad de Guadalajara. Guadalajara, Jalisco, México.

Esmeralda Matute Instituto de Neurociencias, CUCBA, Departamento de Estudios en Educación, CUCSH, Universidad de Guadalajara, México.

Mónica Rosselli Departamento de Psicología, Florida Atlantic University. Florida, EE.UU. Alfredo Ardila Departamento de Ciencias y Trastornos de la Comunicación, Florida International University. Florida, EE.UU.

Ramiro López Elizalde

Departamento de Neurociencias, Hospital Civil de Guadalajara Dr.Juan I. Menchaca, México. Correspondencia: Dra. Esmeralda Matute, Instituto de Neurociencias, CUCBA, Universidad de Guadalajara. Francisco de Quevedo 180. Arcos Vallarta. C.P. 44130. Tel & fax: (0133) 38180740 Guadalajara, Jalisco, México. Correo electrónico: [email protected]

Agradecimientos: Lucía Ventura Castro, Verónica

Mendoza Acosta y Diana López Lozano, alumnos del Posgrado en Ciencia del Comportamiento con orientación Neurociencia y a Cristina Huidor Sastre, Ángel Ontiveros González, Manuel López Cruz, personal del departamento de Neurociencias Clínicas del Hospital Civil Juan I. Menchaca, por su participación en la recolección de datos y a Lourdes Ramírez por su asesoría en la redacción del artículo. A.K.P. recibió aportación del posgrado, por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT); No existen conflictos de interés que declarar.

Resumen

Los errores de denominación, comunes en

pacientes con afasia y demencia, se

pueden identificar a través de tareas de

denominación visuo-verbal. Sin embargo,

errores en este tipo de tareas también se

observan en personas sin alteración

neurológica. El objetivo de este artículo es

conocer el acuerdo de denominación y

detectar si existe un efecto de edad,

escolaridad y sexo en la ejecución de una

adaptación abreviada de la Prueba de

Denominación Translingüística (Ardila,

2007), incluida en la Evaluación

Neuropsicológica Estándar para Adultos

Hospitalizados (ENE-A) (Matute et al.,

2012). En el estudio participaron 456

adultos de 17 a 105 años repartidos en 6

grupos de edad y 6 de escolaridad. Se les

solicitó que nombraran 14 dibujos en líneas

blanco y negro de diferentes categorías

semánticas. De acuerdo al porcentaje de

aciertos, se obtuvo un acuerdo de

denominación superior al 91% en la

mayoría de los estímulos. Se observó un

efecto de edad y escolaridad, mas no de

sexo. El porcentaje de acuerdo elevado

sugiere que los estímulos pueden utilizarse

en la evaluación de adultos con problemas

Preciado et al.

98 Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias

neurológicos. Conocer el desempeño de

una muestra de población abierta, ayuda a

diferenciar entre fallos por variables socio

ambientales y aquellos por daño cerebral.

Palabras clave: alteraciones del lenguaje;

características poblacionales;

denominación; evaluación del lenguaje;

neuropsicología.

Effect of Age and Years of Schooling on

a Brief and Adapted Version of the

Cross-Linguistic Naming Test

Summary

Linguistic errors in naming are common

features of aphasia and dementia that have

been studied largely through picture-naming

tasks. However, errors committed on these

tests are also seen in people who have no

neurological impairment. The aims of this

paper are to determine name agreement of

an adapted and short form of the Cross-

linguistic Naming Test (Ardila, 2007)

included in the Standard

Neuropsychological Assessment for

Hospitalized Patients (Evaluación

Neuropsicológica Estándar para Pacientes

Hospitalizados, or ENE-A-, for its initials in

Spanish) (Matute et al., 2012), and

ascertain the influence of the factors of age,

educational level and gender. A total of 456

adults with no neurological impairment aged

from17 to 105 years, were distributed in six

age groups and six groups defined by

educational level. All subjects were asked to

name 12 black-and-white and 2 color

drawings drawn from different semantic

categories. The percentage of name

agreement was over 91% for most items.

Age and educational level affected scores,

but gender did not. The high percentage of

name agreement suggests that the items

from this task could be used to assess

patients with neurological impairment.

Identifying the performance of normal adults

helps to discriminate between errors

committed due to demographic variables

and those related to brain damage.

Key words: language disorders;

demographic characteristics; naming;

language assessment; neuropsychology.

Introducción

La denominación es un acto lingüístico en

el que una persona busca y emite una

palabra generalmente de contenido

(Diéguez-Vide & Peña-Casanova, 2012). El

acto de Denominar implica un proceso

neuropsicológico complejo que requiere de

un contexto determinado, responde a un

estímulo específico (interno o externo) y

depende de factores psicológicos,

neurológicos y socioculturales (Ladera,

Perea, & González Tablas, 1990). La

denominación visuo-verbal requiere de la

búsqueda y emisión de palabras para

etiquetar objetos, ilustraciones o cualquier

estímulo visual.

Se conoce que existen diferencias al

denominar estímulos, de acuerdo a la

categoría semántica a la que pertenecen,

sean por ejemplo, elementos de la

naturaleza, animales, objetos hechos por el

hombre (Moore, & Price, 1999; Spitzer et

al., 1998), colores y acciones (Martin,

Haxby, Lalonde, Wiggs, & Ungerleider,

1995).

En la afasia y en los procesos demenciales,

esta habilidad para encontrar palabras se

encuentra alterada. A partir de la estimación

de la cantidad y el tipo de errores cometidos

en tareas de denominación, se establece la

gravedad de la anomia y el perfil

semiológico de los errores (Fernández-

Turrado et al., 2006). En la literatura, se

Denominación Viso-Verbal

Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias 99

reportan casos de alteraciones en la

denominación de categorías semánticas

específicas (Ardila & Rosselli, 1994;

Capitani, Laiacona, Mahon, & Caramazza,

2003).

Cabe destacar que los errores de

denominación no sólo se observan en

pacientes con afasia, sino que también se

presentan en personas típicas (Abel et al.,

2009). En ellos, influyen los factores

sociodemográficos (Patricacou, Psallida,

Pring, & Dipper, 2007) y las características

de los estímulos (Manoiloff, Artstein,

Canavoso, Fernández, & Segui, 2010).

La proporción de personas típicas que dan

un mismo nombre a un estímulo se llama

Acuerdo de Denominación (AD) (Tsaparina,

Bonin, & Méot, 2011) y es una medida de

las tareas de denominación que se

establece, antes de ser aplicadas a

pacientes con daño neurológico. Cuando se

emplean dibujos o fotografías en los

estudios, el AD determina si dicha imagen

es un representante confiable del objeto

plasmado (Cheng, Schafer, & Akyürek,

2010).

Los criterios para determinar al AD son

variables y a conveniencia de cada

investigador; por ejemplo, un AD del 77%,

es considerado buen acuerdo por Alario y

Ferrand (1999); mientras que en otro

estudio dan como acuerdo bajo del 50% al

87% y catalogan como alto, el 100%

(Cheng et al., 2010).

Los factores sociodemográficos como la

edad, sexo y nivel educativo son variables

que modulan el desempeño en tareas de

denominación. Con relación a la edad,

existe controversia, algunos investigadores

reportan que los adultos jóvenes cometen

menos errores y presentan menores

latencias al denominar que los adultos

mayores (Fernández-Blázquez et al., 2012;

Gordon & Kindred, 2011; Patricacou et al.,

2007; Tsang & Lee, 2003; Verhaegen &

Poncelet, 2013), otros autores no observan

este efecto (Aranciva et al., 2012; LaBerge,

Edwards, & Knesvich, 1986). Con relación a

la escolaridad, la mayoría de autores

encuentran efecto al observar que los

adultos con menor nivel educativo cometen

más errores que aquellos con nivel

educativo mayor (Ardila, et al., 2010; Ardila,

Rosselli, & Rosas, 1989; Rosselli, Ardila, &

Rosas, 1990 ; Fernández-Blázquez et al.,

2012; Miotto, Sato, Lucia, Camargo, &

Scaff, 2010; Rosselli, Ardila, Florez, &

Castro, 1990; Ostrosky-Solís, Ardila, &

Rosselli, 1999; Patricacou et al., 2007),

pero otros autores no encuentran dicho

efecto (Tsang & Lee, 2003). Es a destacar

que los estudios hasta aquí citados son de

tipo transversal, por lo que las

comparaciones entre grupos de edad

pueden tener un efecto de cohorte

(Patricacou et al.). Respecto al sexo, en

algunos estudios se presentan diferencias

en denominación entre hombres y mujeres

(Grabowski, Damasio, Eichorn, & Tranel,

2003; Randolph, Lansing, Ivnk, Cullum, &

Hermann, 1999); sin embargo, otros no lo

encuentran (Miotto et al.; Patricacou et al.;

Tsang & Lee).

De igual forma que las características

sociodemográficas influyen en la

denominación, las características

intrínsecas de los estímulos también

influyen en la respuesta de los

participantes; de ellas mencionaremos: a)

su tipicidad dentro de una categoría

semántica (Rossiter & Best, 2013;

Schröder, Gemballa, Ruppin, &

Wartenburger, 2012), b) la frecuencia del

uso de las palabras representadas, c) la

edad en que se adquirió la palabra

representada, d) la imaginabilidad y e) la

complejidad visual en la representación

Preciado et al.

100 Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias

(Edmonds & Donovan, 2012; Sirois, Kremin,

& Cohen, 2006). Dado a lo anterior, el

cuidado en la selección de los estímulos de

la evaluación es fundamental para que las

conclusiones sean veraces.

Una de las pruebas de denominación más

utilizadas es el Test de Denominación de

Boston (TBD) (Kaplan, Goodglass, &

Weintraub, 1983). Sin embargo, esta

prueba no distingue categorías semánticas

y por lo tanto, no es posible identificar

alteraciones específicas de éstas (Ardila,

2007); algunos de sus ítems no son

conocidos en algunas culturas (Jahn, et al.,

2013; Roberts & Doucet, 2011); algunos

dibujos no son reconocibles (Tombaugh &

Hubley, 1997) y algunos ítems son más

relevantes para los hombres que para las

mujeres (Randolph et al., 1999).

Con el objetivo de evitar las dificultades

antes mencionadas, Ardila (2007) propone

una Prueba de Denominación

Translingüística en la que las palabras se

encuentren presentes en todas las lenguas

sin importar las diferencias culturales. Para

ello, selecciona los estímulos de la lista de

palabras de Swadesh (1952, 1967), la cual

representa un vocabulario central básico

para cualquier lengua y cultura.

Estudios recientes comprueban la validez y

el carácter transcultural de esta Prueba.

Gálvez-Lara, et al. (2015) evidencian una

validez interna, convergente y ecológica

adecuada. Respecto a su validez

discriminativa, estos autores también

demuestran que es capaz de identificar

entre pacientes con demencia y sin

demencia y a su vez, es apropiada para

evaluar personas de diferentes culturas

como la colombiana, marroquí y española.

Blart y Duplay (2011) prueban que no hay

diferencias de ejecución entre personas de

origen magrebí y francés y Abou-Mrad et al.

(2015) por su característica universal, la

incluyen como parte una batería

neuropsicológica árabe.

El presente estudio se realizó en una

muestra de adultos de población abierta a

quienes se aplicó una adaptación abreviada

de la Prueba de Denominación

Translingüística (Ardila, 2007), incluida en

la Evaluación Neuropsicológica Estándar

para Adultos Hospitalizados (ENE-A)

(Matute et al., 2012) con los objetivos de

conocer en población típica: i) el acuerdo de

denominación y ii) detectar si existe un

efecto de la edad, escolaridad y sexo. De

acuerdo a estos objetivos, se encontró un

porcentaje de acuerdo superior al 91% en la

mayoría de los estímulos y en algunos

estímulos, se observó un efecto de edad y

de escolaridad, mas no de sexo. Los

resultados obtenidos en este estudio

mostraron el perfil típico de población

abierta en una tarea de denominación con

14 estímulos; este perfil es presentado aquí

y podrá utilizarse en estudios de personas

con daño cerebral.

Método

Participantes

Participaron 456 adultos mexicanos sin

alteración neurológica ni psiquiátrica

aparente, 204 hombres y 252 mujeres con

un rango de edad entre 17 y 105 años (M=

40.4 años; DE= 21,143). Todos ellos de la

región occidente de México, hablantes

nativos y únicos del español.

Para la selección de los participantes se

hizo un muestreo por conveniencia con el

fin de cubrir diferentes edades y niveles de

escolaridad. Se elaboró una tabla de

contingencia con 36 grupos de

edad/escolaridad: seis niveles de edad, G1

Denominación Viso-Verbal

Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias 101

de 17-29, G2 de 30-39, G3 de 40-49, G4 de

50-59, G5 de 60-69 y G6 de 70 años en

adelante y seis niveles de escolaridad: nula

(N), primaria (P), secundaria (S),

preparatoria o carrera técnica (PoC),

licenciatura (L) y especialidad o posgrado

(E). Se buscó que al menos hubiera dos

sujetos en cada combinación de grupo de

edad/grupo de escolaridad (Tabla 1).

Tabla 1.

Número de participantes, media de edad y (desviación estándar) por grupo de edad y de

escolaridad

Grupo de edad

G1 (17-29)

G2 (30-39)

G3 (40-49)

G4 (50-59)

G5 (60-69)

G6 (70 y +)

Escolaridad n M (D.E.) n M

(D.E.) n M (D.E.) n M

(D.E.) n M (D.E.) n M

(D.E.)

Nula 4

23 (3.09)

5 35

(3.00) 3

44 (2.08)

5 52

(1.41) 8

65 (2.66)

16 81

(8.12)

Primaria 5

22 (3.36)

4 34

(4.43) 4

45 (2.63)

13 55

(2.93) 13

65 (2.8)

26 77

(7.68)

Secundaria 16

22 (3.89)

16 36

(2.19) 11

44 (2.47)

7 53

(2.57) 4

63 (1.5)

6 78

(8.31)

Preparatoria o Carrera Técnica

56 21

(3.03) 10 33

(3.52) 8 43

(2.38) 5 52

(1.52) 4 64

(4.12) 6 76

(4.71)

Licenciatura 111

22 (2.5)

11 33

(2.24) 12

45 (3.04)

11 54

(2.19) 6

63 (2.07)

6 79

(7.13)

Especialidad o Posgrado

13 26

(2.1) 9

31 (0.87)

5 46

(1.82) 8

54 (2.70)

7 64

(1.80) 2

84 (19.09)

n= número de participantes; M= Media; D.E.=Desviación Estándar.

Materiales

La tarea de denominación consta de 12

dibujos en líneas blanco y negro y dos a

color, entre los cuales, 10 son sustantivos

(tres partes del cuerpo, dos fenómenos

naturales, dos objetos externos y tres

animales), dos verbos y dos atributos de

color. Dichos estímulos fueron tomados de

la propuesta de Ardila (2007) para la

evaluación de la denominación cuyo

objetivo era incluir palabras universales a

todas las lenguas y que contuviera diversas

categorías semánticas, dichos estímulos se

presentan en la Figura 1. Ardila propone

que las imágenes sean presentadas en

fotografías a color; sin embargo, los

estímulos seleccionados fueron plasmados

en dibujos de líneas debido a factores

económicos y sólo las imágenes para

denominar colores están obviamente a

color.

Preciado et al.

102 Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias

Figura 1. Estímulos de la tarea de denominación visuo-verbal

En los primeros 10 estímulos (sustantivos)

se preguntó al participante ¿qué es?, en los

siguientes dos estímulos (atributos) se le

preguntó ¿de qué color es? y en los últimos

dos estímulos (verbos) ¿qué está

haciendo? Todos los estímulos fueron

presentados en una libreta tamaño media

carta, uno por uno.

Para algunos estímulos, se aceptó como

correcta a más de una respuesta, se

consideraron regionalismos y variaciones

culturales; para el estímulo oreja, se aceptó

oído o sentido; para montaña, monte(s) o

cerro(s); para boca, labios; para pez,

pescado; para pie, pata; para serpiente,

víbora o culebra y para dormir, descansar.

Para los estímulos pájaro, luna, árbol,

pluma, rojo, amarillo y volar, sólo eran

aceptadas esas palabras como respuestas

correctas.

Procedimiento

De cada participante, se registró su edad,

sexo y escolaridad; el tiempo de aplicación

de la tarea fue de aproximadamente 3

minutos.

Análisis estadístico

Denominación Viso-Verbal

Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias 103

Los participantes fueron clasificados en 36

grupos de edad/escolaridad, donde los

grupos de edad fueron: G1=17 a 29, G2=30

a 39, G3=40 a 49, G4=50 a 59, G5=60 a 69

y G6=70 y más años, y los grupos de

escolaridad: nula (0-3 años de escolaridad),

primaria (4-6 años de escolaridad),

secundaria, preparatoria o carrera técnica,

licenciatura y especialidad o posgrado.

Para cada participante se calificó como 1 si

la respuesta era correcta y 0 si ésta era

incorrecta. Para calcular el Acuerdo de

Denominación (AD), se hizo la sumatoria de

respuestas correctas para cada estímulo en

toda la muestra y posteriormente se calculó

el porcentaje de aciertos para cada uno de

ellos. Así por ejemplo, para el estímulo pez,

455 de los 456 participantes dieron una

respuesta correcta (pez o pescado); 455

aciertos se dividió entre 456, lo que da un

total de .9978 y posteriormente se multiplicó

por 100 para la obtención del AD (99.78%).

Un acuerdo superior al 90%, se consideró

como alto (Nickels & Howard, 1994).

Además, se realizó un análisis descriptivo

para obtener la media del número aciertos y

su desviación estándar por grupo de edad y

de escolaridad para cada estímulo, en el

entendido de que una media de 1 y

desviación estándar de 0 significa que

todos los participantes de ese grupo

emitieron una respuesta correcta.

Para determinar el efecto de edad,

escolaridad y sexo, se realizó un análisis

multivariado (MANOVA) utilizando el

estadístico Traza de Hotteling. En aquellas

variables en las que se encontró efecto, se

realizó además un análisis de varianza

(ANOVA), seguido de un post hoc con

Tukey. La p quedó fincada en 0.05. Dichos

análisis se realizaron con el paquete

estadístico SPSS v.20.

Resultados

Se obtuvo un AD superior a 91% en 12 de

los 14 estímulos: en los estímulos

serpiente, pez y pie, el AD fue del 99.8%;

en luna y árbol, 99.5%; en amarillo, 99.3%;

en volar, 98.5%; en rojo, 97.8%; en boca,

97.3%; en oreja, 94.1%; en dormir, 93.8% y

en montaña, 91.3%. En dos estímulos, el

AD fue inferior a 86%: en el estímulo pájaro

de 85% y en pluma de 63.5%.

El MANOVA reveló un efecto significativo

de edad (F60, 1612=2,33; p< 0,001; η2p= 0,08)

y de escolaridad (F60, 1612=2,53; p< 0,001;

η2p= 0,09), mas no de sexo (F12, 324= 1,10;

p= 0,36 η2p= 0,04). El tamaño del efecto de

los tres factores fue menor al considerado

pequeño (< .10).

En la Tabla 2 se presentan las medias con

su desviación estándar para cada grupo de

edad (sin considerar la escolaridad), así

como los resultados del análisis post hoc

con la prueba de Tukey (p< 0.05). Como

puede observarse, los grupos de mayor

edad obtuvieron un menor número de

aciertos respecto a grupos de menor edad;

en específico, G6 obtuvo menos aciertos

respecto a todos los grupos de edad en

montaña; con relación a G1-G4 en oreja y,

con respecto a G1,G3 y G5, en pájaro. El

número de aciertos de G5 fue menor que el

obtenido por G1, G2 y G4 en oreja, que G1,

G2, G4 y G6 en árbol y que G1 en pie. G4,

G5 y G6 exhibieron un menor número de

aciertos con respecto a G1 en pluma. Entre

los grupos de menor edad, G2 presentó un

mayor número de errores en los colores

(rojo y amarillo). El tamaño del efecto de la

edad para cada uno de los estímulos fue

pequeño para el estímulo rojo (.10) y menor

al considerado pequeño para los demás

estímulos (de 0.005 a 0.078) (Figura 2).

Preciado et al.

104 Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias

Tabla 2.

Medias de aciertos y (desviaciones estándar) de cada estímulo por grupos de edad y post hoc

con Tukey

Estímulo G1 G2 G3 G4 G5 G6 Post Hoc*

Oreja 0.99

(0.07) 0.98

(0.14) 0.97

(0.16) 0.98

(0.15) 0.94

(0.24) 0.94

(0.24)

G5,G6<G1,G2,G4 G6<G3

Montaña 0.97

(0.18) 0.96 (.20)

0.89 (0.31)

0.91 (.29)

0.91 (0.29)

0.70 (0.46)

G6<G1,G2,G3,G4,G5

Pájaro 0.89

(0.31) 0.88

(0.33) 0.95

(0.23) 0.80

(0.41) 0.94

(0.24) 0.72

(0.45) G6<G1,G3,G5

Luna 0.99

(0.10) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) ns

Boca 1.0

(0.00) 1.0

(.00) 0.97

(0.16) 1.0

(0.00) 1.00

(0.00) 0.94

(0.24) ns

Árbol 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 0.97

(0.17) 1.0

(0.00) G5<G1,G2,G4,G6

Pez 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) ____

Pie 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 0.97

(0.17) 1.00

(0.00) G5<G1

Pluma 0.78

(0.42) .59

(0.48) 0.66

(0.48) 0.51

(0.51) 0.47

(0.51) 0.48

(0.51) G4,G5,G6<G1

Serpiente 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) ____

Rojo 1.0

(0.00) 0.98

(0.14) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) G2<G1

Amarillo 1.0

(0.00) 0.94

(0.24) 1.0

(0.00) 0.98

(0.15) 0.97

(0.17) 0.99

(0.12) G2<G1

Dormir 0.97

(0.16) 0.98

(0.14) 0.97

(0.16) 0.91

(0.29) 0.94

(0.24) 0.92

(0.27) ns

Volar 0.98

(0.13) 0.98

(0.14) 1.0

(0.00) 1.00

(0.00) 0.97

(0.17) 1.0

(0.00) Ns

G1:Grupo 1(17-29 años), n=190; G2: Grupo 2 (30-39 años), n=49; G3: Grupo 3: (40-49 años), n=38; G4: Grupo 4 (50-59 años), n=45; G5: Grupo 5; (60-69 años), n=34; G6: Grupo 6 (70 y más años), n= 50; ns: no significativo, *= p< 0,05.

Denominación Viso-Verbal

Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias 105

Figura 2. Tamaño del efecto de la edad en el total y en cada uno de los estímulos.

Con respecto a las comparaciones por

grupos de escolaridad, en la Tabla 3 se

observa una tendencia a menor número de

aciertos en el grupo de escolaridad nula. En

específico, la diferencia es significativa

entre éste y todos los demás grupos en

oreja, montaña, pájaro y rojo; con respecto

a los grupos S, PoC y L en árbol y, en

comparación con PoC y L en pie. Los tres

grupos de menor escolaridad obtuvieron

menor número de aciertos en pluma.

Contrario a esta tendencia, E exhibió un

menor número de aciertos que los grupos

P, S, PoC y L en amarillo. A través del

análisis por estímulo, se observó un efecto

pequeño en oreja y montaña (0.14 y 0.10

respectivamente) y un efecto menor al

pequeño en los demás reactivos (de 0.004

a 0.072) (Figura 3). En 6 de los 14

estímulos (luna, boca, pez, serpiente,

dormir y volar) no se apreció efecto de la

edad ni de la escolaridad.

Además de los efectos principales de edad

y escolaridad, se observó una interacción

de edad y escolaridad (F300, 3866=1.56; p<

0.001; n2p=0.11) y edad y sexo (F5, 336 =3,02;

p< 0.05; n2p=0.04). Respecto a la primera

interacción, se observó que las personas

con mayor edad y menor escolaridad

presentan menor número de aciertos que

los de su misma edad y con mayor

escolaridad; mientras que en la segunda

interacción, se observa que las mujeres

más jóvenes tienen mayores puntajes

respecto a los hombres jóvenes.

Preciado et al.

106 Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias

Tabla 3.

Medias de aciertos y (Desviación estándar) de cada estímulo por grupos de escolaridad y post

hoc con Tukey.

Estímulo N P S PoC L E Post hoc*

Oreja 0.72 (0.45)

0.92 (0.27)

0.98 (0.13)

0.99 (0.11)

1.0 (0.00)

0.95 (0.22)

N<P,S,PoC,L,E

Montaña 0.61 (0.49)

0.88 (0.33)

0.96 (0.19)

0.94 (0.24)

0.96 (0.19)

0.95 (0.22)

N<P,S,PoC,L,E

Pájaro 0.67 (0.48)

0.88 (0.33)

0.89 (0.31)

0.91 (.28)

0.86 (0.35)

0.92 (0.27)

N<P,S,PoC,L,E

Luna 1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

0.99 (0.11)

0.99 (0.08)

1.0 (0.00)

ns

Boca 0.94 (0.23)

0.96 (0.20)

1.0 (0.00)

0.99 (0.11)

0.99 (0.84)

0.97 (0.16)

ns

Árbol 0.97

(0.17) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.00

(0.00) 1.0

(0.00)

N<S,PoC,L

Pez 1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

______

Pie 0.97

(0.17) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00)

N<PoC,L

Pluma 0.44

(0.50) 0.49

(0.50) 0.52

(0.50) 0.74

(0.44) 0.77

(0.42) 0.62

(0.49)

N,P,S<PoC,L

Serpiente 1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

_____

Rojo 0.97

(0.17) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00) 1.0

(0.00)

N<P,S,PoC,L,E

Amarillo 0.94 (0.23)

1.0 (0.00)

1.0 (0.00)

0.99 (0.11)

1.0 (0.00)

0.92 (0.27)

E< P,S,PoC,L,

Dormir 0.94 (0.23)

0.92 (0.27)

1.0 (0.00)

0.98 (0.16)

0.95 (0.22)

0.95 (0.22)

ns

Volar 0.97

(0.17) 1.0

(0.00) 0.98

(0.13) 1.0

(0.00) 0.99

(0.12) 0.97

(0.16)

ns

N: Escolaridad Nula, n=36; P: Primaria, n=51; S: Secundaria, n=56; PoC: Preparatoria o Carrera técnica, n=82; L: Licenciatura n=142; E: Especialidad, maestría o doctorado, n=39; ns: no significativo,*= p< 0,05

Denominación Viso-Verbal

Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias 107

Figura 3. Tamaño del efecto de la escolaridad en el total y en cada uno de los estímulos

Discusión

El presente estudio analizó la denominación

visuo-verbal de 14 estímulos en una

muestra de adultos de población abierta. La

gran cantidad de participantes, el amplio

rango de edad y los diferentes niveles de

escolaridad de la muestra, permitieron

observar de forma confiable el AD y el

efecto de las características

sociodemográficas en los estímulos de la

tarea.

En cuanto al AD, el porcentaje en 12 de los

14 estímulos fue superior al 91%, con

excepción de pluma y pájaro. Este

porcentaje de acuerdo, es considerado

como un buen acuerdo por la mayoría de

los autores (Alario & Ferrand, 1999; Croft,

Marshall, Pring, & Hardwick, 2011;

Emmorey, Petrich, & Gollan, 2012). El

hecho de que los estímulos forman parte

del vocabulario de todas las personas sin

importar el contexto cultural (Ardila, 2007)

podría tener una influencia en el alto AD

observado. El análisis cualitativo de los

errores en los reactivos con menor acuerdo

mostró que las respuestas al estímulo

pluma fue sustituida numerosas veces por

la palabra hoja; este tipo de error fue menos

frecuente en el grupo más joven, de 17 a 29

años de edad y más frecuente en adultos

con escolaridad más baja: nula, primaria y

secundaria. En el TDB, se reportan errores

similares como la confusión de un dado por

un dominó y se postula que este tipo de

errores se deben a la ambigüedad que

genera el dibujo en líneas, sobre todo en

adultos con baja escolaridad (De Clerk,

1976); es decir, corresponde a un error

visual y no a un error de denominación

Preciado et al.

108 Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias

(Tombaugh & Hubley, 1997). En el estímulo

pájaro, se presentaron errores semánticos

de tipo superordinado (i.e. ave) y

subordinado (i.e. canario, gorrión,

cardenal); estos errores fueron con más

frecuencia realizados por personas con

escolaridad nula o por adultos mayores de

70 años. Se reporta que cuando los

estímulos se pueden categorizar en

diferentes niveles, adultos y niños contestan

más frecuente el nivel intermedio de la

categorización (Humphreys & Forde, 2005),

tal y como se buscaba con esta imagen.

Es probable que los errores cometidos por

los participantes de este estudio se

hubieran evitado, si se utilizaran colores en

las ilustraciones, acorde a la propuesta de

Ardila (2007) de utilizar fotografías a color.

Usar imágenes a color puede facilitar la

percepción de los estímulos visuales

(Moreno-Martínez, Montoro, & Laws, 2011);

aun cuando también se ha reportado que la

presentación de dibujos con simples líneas,

es suficiente para identificar las

ilustraciones de forma rápida y precisa

como si se mostrara la fotografía con todos

los detalles (Biederman & Ju, 1988).

En cuanto a la edad, en población

hispanohablante similares a la presente, se

reportan diferentes resultados: en

argentinos, es a partir de los 60 años que

se reporta un decremento del número de

aciertos al denominar, aunque no

estadísticamente significativos (Allegri,

Mangone, Fernández, Rymberg, & Tarango,

1997) en tanto que en españoles, se

encuentra un efecto mínimo antes de 49

años de edad (Aranciva et al., 2012) y que

se hace más evidente en personas mayores

de 50 años (Peña-Casanova et al., 2009).

La conjunción de los resultados de estos

dos estudios sugiere que el declive en el

desempeño en tareas de denominación es

más abrupto al inicio de la séptima década

(después de la edad de 60 años) tal y como

se observa en nuestro estudio y se reporta

para otras lenguas como el griego

(Patricacou et al., 2007), cantonés ( Tsang

& Lee, 2003), inglés (Gordon & Kindred,

2011), francés (Verhaegen & Poncelet,

2013), español (Fernández-Blázquez et al.,

2012; Peña-Casanova et al.) y hebreo

(Kavé, 2005).

Con relación al efecto de la escolaridad, al

igual que en la mayoría de los estudios

analizados (Allegri et al., 1997; Aranciva et

al., 2012; Fernández-Blázquez et al., 2012;

Miotto et al., 2010; Patricacou et al., 2007;

Tombaugh & Hubley, 1997), éste también

fue evidente en el nuestro, principalmente

entre el grupo de escolaridad nula y los

grupos con escolaridad. Dentro de los

trabajos que analizamos, Kavé (2005) no

encuentra este efecto; sin embargo, la

escolaridad mínima de los participantes

incluidos en este estudio era de 8 años en

tanto que en el nuestro se incluyen

participantes sin escolaridad. Tsang y Lee

(2003), en su estudio, tampoco encuentran

este efecto aún cuando incluye

participantes sin educación formal. Los

autores atribuyen la ausencia del efecto a

que los estímulos seleccionados eran

familiares y aprendidos en la niñez

temprana y por lo tanto de alta frecuencia,

características que los hacen menos

vulnerables a errores de denominación

(Bell, Davies, Hermann, & Walter, 2000).

Ahora bien, el hecho de que las personas

con escolaridad nula presenten mayor

número de errores en comparación con

niveles educativos superiores, se atribuye a

que estos últimos presentan mayor

exposición a la información y a material de

lectura con relación a los primeros (Miotto

et al., 2010). Además, la escolaridad

Denominación Viso-Verbal

Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias 109

desarrolla una predisposición a las

evaluaciones y habilidades para contestar

de acuerdo a lo esperado por el evaluador

(Ardila, et al. 2010). No obstante, es

importante destacar que en nuestro estudio,

el tamaño del efecto de la edad y

escolaridad, varía de .004 a .14 de acuerdo

al estímulo; correspondiendo efectos

menores al pequeño (< .10) y pequeños

(>.10). Dado que nosotros utilizamos

estímulos que hacen referencia a palabras

de alta frecuencia, es probable que las

características de representación gráfica,

así como la concretud e imaginabilidad del

estímulo jugaran un rol en la identificación

de los estímulos, por lo que no sólo son las

características lingüísticas, las que se

deben tomar en cuenta.

La interacción observada de la edad y

escolaridad en el sentido de que las

personas con menor escolaridad y mayor

edad presentan menor número de aciertos,

también se reporta en algunos estudios

(Welch, Doineau, Johnson, & King, 1996) y

pudiera apoyar de cierta forma el concepto

de reserva cognitiva, el cual se define como

la habilidad para optimar o maximizar el

rendimiento en tareas o actividades, a

través de redes neuronales diferenciales

(Stern, 2000). Algunos de los factores que

sustentan este mecanismo son el nivel

educativo, medido a través de los grados

escolares cursados y el Cociente Intelectual

(CI) (Stern, Albert, Tang, & Tsal, 1999).

Dado a lo anterior, el vocabulario de los

adultos mayores con menor escolaridad,

sería más susceptible a deterioro.

A diferencia de la edad y la escolaridad, el

sexo de los participantes no mostró ningún

efecto tal y como se ha señalado por otros

estudios (Miotto et al., 2010; Patricacou et

al, 2007; Tsang & Lee, 2003). Cuando se

reporta efecto de esta variable, es posible

que la ventaja de los hombres reportada

refleje un sesgo en los resultados dado ante

el uso de estímulos relacionados con la

cultura masculina tales como

“transportador”, “yugo” y “brújula” (Randolph

et al., 1999; Welch et al., 1996). No

obstante, Patricacou et al., reportan la

existencia de dos interacciones entre sexo y

escolaridad, ya que los hombres presentan

un porcentaje de AD más alto que las

mujeres con niveles bajos de escolaridad y

por lo contrario, mujeres con escolaridad

alta presentan mayores puntajes que los

hombres. Al parecer, las diferencias de

sexo se explican más por diversos factores

sociales y culturales que afectan el

conocimiento de los estímulos (Laiacona,

Barbarotto, & Capittani, 1998), que por el

efecto del sexo en sí mismo.

Como conclusiones, consideramos que los

altos porcentajes de AD obtenidos en este

estudio, otorgan el nivel de confiabilidad a

los estímulos necesario para que puedan

utilizarse en la evaluación de adultos con

problemas neurológicos y en diferentes

contextos culturales. Aunque no todos los

estímulos tuvieron un efecto edad y

escolaridad, ambos factores y

principalmente la escolaridad, juegan un

papel importante en los puntajes totales de

la denominación visuo-verbal evaluada a

través de dibujos en líneas. Los adultos

mayores con menor escolaridad, resultan

más afectados. Estos resultados sugieren la

necesidad de utilizar puntuaciones

normalizadas cuando la población objetivo

incluye personas con estas características.

Conocer el desempeño de una muestra de

la población en la que se utilizará esta

prueba, tiene importantes repercusiones en

la clínica, ya que ayudan a diferenciar entre

fallos por variables socio ambientales y por

la presencia de daño cerebral. El siguiente

paso es conocer el desempeño en esta

Preciado et al.

110 Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias

tarea de pacientes afásicos o con procesos

demenciales.

Referencias

Abel, S., Dressel, K., Kümmerer, D., Saur,

D., Mader, I., Weiller, C., & Huber, W.

(2009). Correct and erroneous picture

naming responses in healthy subjects.

Neuroscience Letters, 463, 167-171.

doi:10.1016/j.neulet.2009.07.077

Abou-Mrad, F., Tarbey, L., Zamrini, E.,

Pasquier, F., Chelune, G., Fadel, P., &

Hayeck, M. (2015). Socilinguistic reflection

on neuropsychological assessment: An

insight into selected culturally adapted

battery of Lebanese Arabic cognitive

testing. Neurological Sciences, 36(10),

1813-1822. doi: 10.1007/s10072-015-2257-

3

Alario, F. X., & Ferrand, L. (1999). A set of

400 pictures standardized for French norms

for name agreement, image agreement,

familiarity, visual complexity, image

variability and age of acquisition. Behavior

Research Methods, Instruments &

Computers, 31(3), 531-552. doi :

10.3758/BF03200732

Allegri, R. F., Mangone, C. A., Fernández,

A., Rymberg, S., Tarango, F. E., &

Baumann, D. (1997). Spanish Boston

Naming Test norms. The Clinical

Neuropsychologist, 11(4), 416-420.

doi:10.1080/13854049708400471

Aranciva, F., Cassals-Coll, M., Sánchez-

Benavides, G., Quintana, M., Manerob, R.

M., Rognoni, T., et al. (2012). Estudios

normativos españoles en población adulta

joven (Proyecto NEURONORMA jóvenes):

normas para el Boston Naming Test y el

Token Test. Neurología, 27(7), 394-399.

doi: 10.1016/j.nrl.2011.12.016

Ardila, A. (2007). Toward the development

of a cross-linguistic naming test. Archives of

Clinical Neuropsychology, 22, 297-307. doi:

10.1016/j.acn.2007.01.016

Ardila, A., Bertolucci, P.H., Braga, L.W.,

Castro-Caldas, A., Judd, T., Kosmidis, M.

H., et al. (2010). Iliteracy: The

neuropsychology of cognition without

reading. Archives of Clinical

Neuropsychology, 25, 689-712. doi:

10.1093/arclin/acq079

Ardila, A., & Rosselli, M. (1994). Averbia as

a selective naming disorder: A single case

report. Journal of Psycholinguistic

Research, 23(2), 139-148. doi:

10.1007/BF02143920

Ardila, A., Rosselli, M., & Rosas, P. (1989).

Neuropsychological assesment in illiterates:

Visuoespatial and memory abilites. Brain

and Cognition, 12, 281-296. doi:

10.1016/0278-2626(89)90015-8

Bell, B. D., Davies, K. G., Hermann, B. P., &

Water, G. (2000). Confrontation naming

after anterior temporal lobectomy is related

to age of aquisition of the object names.

Neuropsychologia, 38, 83-92.

doi:10.1016/S0028-3932(99)00047-0

Biederman, I., & Ju, G. (1988). Surface

versus edge-based determinants of visual

recognition. Cognitive Psychology, 20, 38-

64. doi:10.1016/0010-0285(88)90024-2

Blart, A. S., & Duplay, V. (2011). Validation

d’une épreuve de dénomination

transculturelle. (Memoria). Recuperado de

http://pepite-depot.univ-

Denominación Viso-Verbal

Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias 111

ille2.fr/nuxeo/site/esupversions/f3011bfa-

7fbd-47b7-abca-cb2bb1d8a48d

Capitani, E., Laiacona, M., Mahon, B., &

Caramazza, A. (2003). What are the facts of

semantic category-specific deficits ? A

critical review of the clinical evidence.

Cognitive Neuropsychology, 20, 213-261.

doi:10.1080/02643290244000266

Cheng, X., Schafer, G., & Akyürek, E. G.

(2010). Name agreement in picture naming:

An ERP study. International Journal of

Psychophysiology, 76, 130-141.

doi:10.1016/j.ijpsycho.2010.03.003

Croft, S., Marshall, J., Pring, T., & Hardwick,

M. (2011). Therapy for naming difficulties in

bilingual aphasia: which language benefits?

International Journal of Language and

Communication Disorders, 46, 48-62. doi:

10.3109/13682822.2010.484845

De Clerk, M. (1976). Le séminaire

opérationnel, méthode novatrice de

formation pour le développement. Etudes et

documents d'éducation, 20, 30-59.

Recuperado de

http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001

339/133939fo.pdf

Diéguez-Vide, F., & Peña-Casanova, J.

(2012). Cerebro y lenguaje. Madrid:

Editorial Médica Panamericana.

Edmonds, L. A., & Donovan, N. J. (2012).

Item-level psychometrics and predictors of

performance for Spanish/English bilingual

speakers on an Object and Action Naming

Battery. Journal of Speech, Language and

Hearing Research, 55(2), 359-381.

doi:10.1044/1092-4388(2011/10-0307)

Emmorey, K., Petrich, J. A. & Gollan, T. H.

(2012). Bilingual processing of ASL-English

code-blends: The consequences of

accesing two lexical representations

simultaneously. Journal of Memory and

Language, 67, 199-210. doi:

10.1016/j.jml.2012.04.005

Fernández-Blázquez, M.A., Ruiz-Sánchez

de León, J.M., López-Pina, J.A., Llanero-

Luque, M., Montenegro-Peña, M., &

Montejo-Carrasco, P. (2012). Nueva versión

reducida del test de denominación de

Boston para mayores de 65 años:

Aproximación desde la teoría de respuesta

al ítem. Revista de Neurología, 55(7), 399-

407. Recuperado de

http://www.neurologia.com/pdf/Web/5507/bi

070399.pdf

Fernández-Turrado, T., Tejero-Juste, C.,

Santos-Lasaosa, S., Pérez-Lázaro, C.,

Piñol-Ripoll, G. Mostacero-Miguel, E., &

Pascual-Millán, L. F. (2006). Lenguaje y

deterioro cognitivo: Un estudio semiológico

en denominación visual. Revista de

Neurología, 42(10), 578-583. Recuperado

de

http://www.neurologia.com/pdf/Web/4210/u

100578.pdf

Gálvez-Lara, M., Moriana, J. A., Vilar-

López, R., Fayes, A., Hidalgo-Ruzzante, N.,

& Pérez-García (2015). Validation of the

Cross-Linguistic Naming Test: A naming

test for diferente cultures? A preliminar

study in the Spanish population. Journal of

Clinical and Experimental Neuropsychology,

37(1), 102-112. doi:

10.1080/13803395.2014.1003533

Gordon, J. K., & Kindred, N. K. (2011).

Preciado et al.

112 Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias

Word retrieval in ageing: An exploration of

the task constraint hypothesis. Aphasiology,

25(6-7), 774-788. doi:

10.1080/02687038.2010.539699

Grabowski, T. J., Damasio, H., Eichorn, G.

R., & Tranel, D. (2003). Effects of gender on

blood flow correlates of naming concrete

entities. NeuroImage, 10, 940-954.

doi:10.1016/S1053-8119(03)00284-2

Humphreys, G. W., & Forde, E. M. (2005).

Naming a giraffe but not an animal: Base

level but not superordinate naming with

impaired semantics. Cognitive

Neuropsychology, 22(5), 539-558. doi:

10.1080/02643290442000176

Jahn, D. R., Mauer, C. B., Menon, C. V.,

Edwards, M. L., Dressel, J. A., & O’Bryant,

S. E. (2013). A brief Spanish-English

equivalent version of the Boston Naming

Test: A project FRONTIER study. Journal of

Clinical and Experimental Neuropsychology,

35(8), 835-845. doi:

10.1080/13803395.2013.825234

Kaplan, E. F., Goodglass, H., & Weintraub,

S. (1983). The Boston Naming Test.

Philadelphia: Lea & Febiger.

Kavé, G. (2005). Standardization and norms

for a Hebrew naming test. Brain and

Language, 92, 204-211.

doi:10.1016/j.bandl.2004.06.004

LaBerge, E., Edwards, D., & Knesvich, J.

W. (1986). Performance of normal elderly

on the Boston Naming Test. Brain and

Language, 27, 380-384. doi:10.1016/0093-

934X(86)90026-X

Ladera, V., Perea, M. V., & González

Tablas, M. M. (1990). Factores

neuropsicológicos que intervienen en la

denominación. Revista de Logopedia,

Foniatría y Audiología, 10(3), 122-129.

Recuperado de http://www.elsevier.es/es-

revista-revista-logopedia-foniatria-

audiologia-309-articulo-factores-

neuropsicologicos-que-intervienen-en-la-

denominacion-13152819

Laiacona, M., Barbarotto, R., & Capittani, E.

(1998). Semantic category dissociation in

naming: Is there a gender effect in

Alzheimer’s disease? Neuropsychologia,

36(5), 407-419. doi:10.1016/S0028-

3932(97)00125-5

Manoiloff, L., Artstein, M., Canavoso, M. B.,

Fernández, L., & Segui, J. (2010).

Expanded norms for 400 experimental

pictures in an Argentinean Spanish-

speaking population. Behavior Research

Methods, 42(2), 452-460. doi:

10.3758/BRM.42.2.452

Martin, A., Haxby, J. V., Lalonde, F. M.,

Wiggs, C. L., & Ungerleider, L.G. (1995).

Discrete cortical regions associated with

knowledge of color and knowledge of

action. Science, 279, 102-105. doi:

10.1126/science.270.5233.102

Matute, E., Ostrosky, F., Rosselli, M., Ardila,

A., López-Elizalde, R., López-Cruz, M., et

al. (2012). Evaluación Neuropsicológica

Estándar para Adultos Hospitalizados

(ENE-A). Guadalajara, México: Universidad

de Guadalajara, Hospital Civil “Juan I.

Menchaca”.

Miotto, E. C., Sato, J., Lucia, M. C.,

Camargo, C. H., & Scaff, M. (2010).

Development of an adapted version of the

Boston Naming Test for Portuguese

speakers. Revista Brasileira de Psiquiatria,

Denominación Viso-Verbal

Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias 113

32(3), 279-282. Recuperado de

http://www.scielo.br/pdf/rbp/v32n3/aop0610.

pdf

Moore, C. J., & Price, C. J. (1999). A

functional neuroimaging study of the

variables that generate category-specific

object processing differences. Brain, 122,

943-962. doi:

http://dx.doi.org/10.1093/brain/122.5.943

Moreno-Martínez, F. J., Montoro, P. R., &

Laws, K. R. (2011). A set of high quality

colour images with Spanish norms for seven

relevant psycolinguistic variables: The

Nombela Naming Test. Neuropsychology,

Aging and Cognition. Section B, Aging,

Neuropsychology and Cognition, 18(3), 293-

327. doi:

http://dx.doi.org/10.1080/13825585.2010.54

0849

Nickels, L., & Howard, D. (1994). A frequent

occurrence? Factors affecting the

production of semantic errors in aphasic

naming. Cognitive Neuropsychology, 11(3),

289-320. doi: 10.1080/02643299408251977

Ostrosky-Solís, F., Ardila, A., & Rosselli, M.

(1999). NEUROPSI: A brief

neuropsychological test battery in Spanish

with norms by age and educational level.

Journal of the International

Neuropsychology Society, 5, 413-433. DOI:

10.1017/S1355617799555045

Patricacou, A., Psallida, E., Pring, T., &

Dipper, L. (2007). The Boston Naming Test

in Greek: Normative data and the effects of

age and education on naming. Aphasiology,

21(12), 1157-1170. doi:

10.1080/02687030600670643

Peña-Casanova, J., Quiñones-Úbeda, S.,

Gramunt-Fombuena, N., Aguilar, M., Casas,

L., Molinuevo, J. L., et al. (2009). Spanish

multicenter normative studies (NEUROMA

project): Norms for Boston Naming Test and

Token Test. Archives of Clinical

Neuropsychology, 24(4), 343-354. doi:

10.1093/arclin/acp039

Randolph, C., Lansing, A. E., Ivnk, R. J.,

Cullum, C. M., & Hermann, B. P. (1999).

Determinants of confrontation naming

performance. Archives of Clinical

Neuropsychology, 14(6), 489-496.

doi:10.1016/S0887-6177(98)00023-7

Roberts, P. M., & Doucet, N. (2011).

Performance of French-speaking Quebec

adults on the Boston Naming Test.

Canadian Journal of Speech-Language

Pathology and Audiology, 35(3), 254-267.

Recuperado de

http://cjslpa.ca/detail.php?ID=1078

Rosselli, M., Ardila, A., Florez, A., & Castro,

C. (1990). Normative data on the boston

diagnostic aphasia examination in a

spanish-speaking population. Journal of

Clinical and Experimental Neuropsychology,

12(2), 313-322.

doi:10.1080/01688639008400977

Rosselli, M., Ardila, A., & Rosas, P. (1990).

Neuropsychological assesment in

illiterates : II Language and praxic abilities.

Brain and Cognition, 12, 281-296.

doi:10.1016/0278-2626(90)90020-O

Rossiter, C., & Best, W. (2013). “Penguins

don’t fly”: An investigation into the effect of

typicality on picture naming in people with

aphasia. Aphasiology, 27(7), 784-798.

DOI:10.1080/02687038.2012.751579

Preciado et al.

114 Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias

Schröder, A., Gemballa, T., Ruppin, S., &

Wartenburger, I. (2012). German norms for

semantic typicality, age of acquisition and

concept familiarity. Behavior Research

Methods, 44(2), 380-394. doi:

10.3758/s13428-011-0164-y

Sirois, M., Kremin, H., & Cohen, H. (2006).

Picture-naming norms for Canadian French:

Name agreement, fa

miliarity, visual complexity and age of

acquisition. Behavior Research Methods,

38(2), 300-306. doi: 10.3758/BF03192781

Spitzer, M., Kischka, U., Gükel, F.,

Bellemann, M. E., Kammer, T., Seyyedi, S.,

et al. (1998). Functional magnetic

resonance imaging of category-specific

cortical activation: Evidence for semantic

maps. Cognitive Brain Research, 6, 309-

319. doi:10.1016/S0926-6410(97)00020-7

Swadesh, M. (1952). Lexicostatistic dating

of prehistoric ethnic contacts. Proceedings

of the American Philosophical Society, 96,

152-163. Recuperado de

http://www.jstor.org/stable/3143802

Swadesh, M. (1967). El Lenguaje y la Vida

Humana [Language and human life].

México: Fondo de Cultural Económica.

Stern, Y. (2002). What is cognitive reserve?

Theory and research application of the

reserve concept. Journal of the International

Nueropsychological Society, 8, 448-460.

doi:

http://dx.doi.org/10.1017/S13556177028132

48

Stern, Y., Albert, S., Tang, M., & Tsal, W.

(1999). Rate of memory decline in

Alzheimer Disease is related to education

and ocupation. Cognitive reserve?

Neurology, 53, 1942-1947. doi:

10.1212/WNL.53.9.1942

Tombaugh, T. N., & Hubley, A. M. (1997).

The 60-item Boston Naming Test: Norms for

cognitively intact adults aged 25 to 88

years. Journal of Clinical and Experimental

Neuropsychology, 19(6), 922-932. doi:

10.1080/01688639708403773

Tsang, H. L., & Lee, T. M. (2003). The effect

of ageing on confrontational naming ability.

Archives of Clinical Neuropsychology, 18,

81-89. doi:10.1016/S0887-6177(01)00184-6

Tsaparina, D., Bonin, P., & Méot, A. (2011).

Russian norms for name agreement, image

agreement for colorized version of the

Snodgrass and Vanderwart pictures and

age of acquisition, conceptual familiarity,

and imageability scores for modal object

names. Behavior Research Methods, 43(4),

1085-1099. doi: 10.3758/s13428-011-0121-

9

Verhaegen, C., & Poncelet, M. (2013).

Changes in naming and semantic abilities

with aging from 50 to 90 years. Journal of

the International Neuropsychological

Society, 19(2), 119-126. doi:

10.1017/S1355617712001178

Welch, L. W., Doineau, D., Johnson, S., &

King, D. (1996). Educational and gender

normative data for the Boston Naming Test

in a group of older adults. Brain and

Language, 53(2), 260-266.

doi:10.1006/brln.1996.0047