adorno - notas sobre literatura i - el artista como lugarteniente

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  • 8/7/2019 Adorno - Notas sobre Literatura I - El artista como lugarteniente

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    116 Notas sobre l iteratura I El artista como lugarteniente 117

    curiosidad. Era y queria ser especialista en un dominio que puede ele-varse hasta una cierta universalidad (114 [58]). Tal elevacion de la es-pecializacion a la universalidad, la obstinada intensificacion de la pro-duccion segun la division del trabajo, contiene segun Valeryel potencialde una posible reaccion contra aquella desintegracion de las facultadeshumanas -e n la mas reciente terminologia de la psicologia se diria: ladebilitacion del yo - de la que se ocupa la especulacion de Valery. Estecita una declaracion hecha por Degas a los serenta afios: Hay que te-ner una elevada opinion no tanto de 10 que seesta haciendo en estemo-mento como mas bien de 10 que un dfase podra hacer; sin esto no valela pena trabajar (114 [59]). Valery 10 interpreta asf: Asfhabla el ver-dadero orguIlo, antfdoro de cualquier vanidad. Del mismomodo que eljugador medita febril sobre sus partidas y pa r la noche seve acosado porel espectro del rablero de ajedrez 0 de lamesa de juego sobre la que caenlas cartas, atribulado por combinaciones tacricas y soluciones tan erno-cionantes como nulas, asf tambien el artista que 10 es esencialrnente. Unhombre que no se sienta continuarnente asediado por un presente que10 Ilene tan intensamente es un hombre sin determinacion: un terrenobaldio. El amor, sin duda, y la ambicion 10 mismo que la codicia, re-darnan mucho espacio en la vida de un hombre. Pero la existencia deuna meta segura y la certeza a esta ligada de que esta cerca 0 lejos, al-canzada 0 no alcanzada, trazan determinados llmites a esaspasiones. Porel contrario, el deseo de crear algo de 10 que emane un mayor poder 0perfeccion que los que de nosotros mismos esperamos aleja a una dis-tancia infinita de nosotros elobjeto en cuestion, que seescapa y se nie-ga en cada uno de los instantes terrenales. Todo progreso por nuestraparte 10 aleja tanto como 10 embellece. La idea de dominar por com-pleto la tecnica de un arte, de estar alguna vez en condiciones de poderdisponer de sus medios tan seguramente y sin esfuerzo como uno dis-pone del uso normal de sus sentidos y miembros es de aquellas fantasi-as a las que algunos hombres tienen que reaccionar con una tenacidadinfinita, con esfuerzos, ejercicios y tormentos infiniros (114-116 [59]).Y Valery resume la paradoja de la especializacion universal: Haubert,Mallarrne, cada uno en su campo y a su modo, son ejemplos li terariosde la plena consuncion de una vida al servicio de la imaginaria exigen-cia omnicomprensiva que atribuian al arte de escribir (116 [59]).

    Permftaserne recordar mi afirrnacion de que el desacreditado artis-ta y esteta Valery comprende mas profundamente la esencia social del

    arte que la doctrina de su inmediata aplicacion practico-politica. Aqufsela puede encontrar corroborada. Pueslateorfa de la de arte com-prometida, tal como hoy en dia circula por todas partes, Sill cuen-ta pasa por alto el hecho absolutamente dominante en la sOCledad d,emercado de la alienacion entre los hombres tanto como entre el espl-ritu objetivo y la sociedad que este expresa y rige. Quiere quehable inmediatamente alhombre, como si en un mundo de mediacionuniversal se pudiese realizar inmediatamente 10 inmedi.ato. Pero conello precisamente degrada y a a elernen-to del sistema de efectos, a manipulacion pSlColog lca, y socava la co-herencia y la logica de la obra de arte, la cual ya no ha desegun la ley de la propia verdad, sino seguir la linea mlnima rests-tencia de los consumidores. Valery es actual y elcontraeJemplo de aquelesteta en que 10 convirtio el vulgar prejuicio, pues al pragma-tico y de corto aliento opone la exigencia de unamor de 10 humane. Pew que la division del no puedenarse negandola, ni la frialdad del mundo raclOnallzado aconsejandoirracionalidad, es una verdad social que el fascismo dernostro del modomas patente. Solo por un mas, no por .me?-osde razon sa-nar las her idas que el instrumento razon inflige en el todo irracionalde la humanidad.Con respecto a esto Valery no adopto ni ingenuamente la posi-cion del art ista aislado y alienado, ni hizo abstraccion de la historia,ni se hizo i lusiones sobre el proceso social que rerrnino en lacion. Contra los arrendatarios de la interioridad privada, la astucia quebastante a menudo cumple su funcion en el mercado pregonando lapureza de quien no mira ni a derecha ni a izquierda , el c ita una fra-se muy hermosa de Degas: De nuevo uno de aquellos eremitassaben cuando sale el proximo tren (129 [65]). Con toda dureza, Sillningun afiadido ideologico. mas desconsideradamente de 10 quedria ser cualquier teo rico de la sociedad, Valery lacion del trabajo artistico como tal con las condiCIOnes sociales de laproduccion material hoy dominantes. Como mas de afios ant,esCarl Gustav Jochmann* en Alemania, acusa al arte rrusrno de arcais-rno: Aveces se me ocur re la idea de que el t rabajo del art is ta es un* Carl Gustav]ochmann (1789-1830): fi16sofo y estera aleman, auror de un libro detan significativo titulo como Regresiones de fapoesfa. [N. del T.]

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