actuar

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Por Carlos José Mayolo Convencer, eso es actuar, no es hacer lo mejor o saber más, simplemente convencer. Se convence sobre algo que no se sabe o aun sabiendo produce duda o curiosidad o incertidumbre. La única manera de avanzar es convencer para hacer y luego seguir convenciendo. Dudar o titubear es un acto de debilidad de un actor y sobre todo cuando tiene que crear un personaje. El público siempre es testigo de todo lo que pasa. Puede tener más curiosidad o inventar todo lo que se le ocurra pero un actor con un personaje no sólo debe convencer sino volverse cómplice y tener la capacidad de realizar lo que el público sospeche o se le ocurra. Hablo del público de antemano pues son los que ven y desean el cobro del penalty y el actor es el cobrador y el portero al mismo tiempo, no se necesita un árbitro para un penalty. Todo personaje debe saber que puede cometer un penalty así como cobrarlo, lo que más le gusta al público de esta dualidad es la anulación del árbitro, esto es lo que diferencia el arte con el deporte. En el arte todos deben ganar y esa sensación de estar libres hace que los actores tengan un espacio creativo donde se parecen más a todo el mundo que los ve pues con sus actitudes sin árbitros, ellos tienen que seguir lo que buscan. Para encontrar cómplices se necesita insistencia, resistencia, defenderse del opuesto y ser cada vez mejor, entre más opositores tenga se volverá reconocido en la medida que salga de situaciones difíciles. Un actor sabe lo que vibra adentro de él y no le come cuento a nadie. El director técnico que es quien lo aconseja tiene que contar con la decisión, el uso de la inocencia y volver táctica la libertad ya sea jugando o no. La mejor manera de estar seguros es la sinceridad en la entrega, un actor sin vibración

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Por Carlos José Mayolo, sobre Actuar

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Page 1: Actuar

Por Carlos José Mayolo

Convencer, eso es actuar, no es hacer lo mejor o saber más,

simplemente convencer. Se convence sobre algo que no se

sabe o aun sabiendo produce duda o curiosidad o

incertidumbre. La única manera de avanzar es convencer para

hacer y luego seguir convenciendo. Dudar o titubear es un

acto de debilidad de un actor y sobre todo cuando tiene que

crear un personaje.

El público siempre es testigo de todo lo que pasa. Puede tener más curiosidad o inventar todo lo que se le ocurra pero un

actor con un personaje no sólo debe convencer sino volverse

cómplice y tener la capacidad de realizar lo que el público

sospeche o se le ocurra.

Hablo del público de antemano pues son los que ven y desean

el cobro del penalty y el actor es el cobrador y el portero al

mismo tiempo, no se necesita un árbitro para un penalty.

Todo personaje debe saber que puede cometer un penalty así

como cobrarlo, lo que más le gusta al público de esta dualidad

es la anulación del árbitro, esto es lo que diferencia el arte con el deporte. En el arte todos deben ganar y esa sensación

de estar libres hace que los actores tengan un espacio

creativo donde se parecen más a todo el mundo que los ve

pues con sus actitudes sin árbitros, ellos tienen que seguir lo

que buscan.

Para encontrar cómplices se necesita insistencia, resistencia,

defenderse del opuesto y ser cada vez mejor, entre más

opositores tenga se volverá reconocido en la medida que

salga de situaciones difíciles. Un actor sabe lo que vibra adentro de él y no le come cuento

a nadie. El director técnico que es quien lo aconseja tiene que

contar con la decisión, el uso de la inocencia y volver táctica

la libertad ya sea jugando o no. La mejor manera de estar

seguros es la sinceridad en la entrega, un actor sin vibración

Page 2: Actuar

sincera no se convence. Saber dirigir y actuar es una

complicidad en busca de lo desconocido.

Los personajes o arquetipos no existen si no son capaces de

sobrevivir circunstancias distintas a su propia definición. Yo

creo que para enseñarle a actuar a un tigre de bengala hay

que enseñarle cosas que no conozca, como es la disciplina

hacer que su fiereza represente actitudes artísticas o por lo

menos plausibles, se doma.

Todo actor hay que domarlo para que encuentre su personaje. Hay cierta característica salvaje en el instinto de entrega de

un actor hacia su personaje, que es capaz de representar su

personaje en situaciones lejos de su concepto.

¿Cómo se comportará un general antiguerrilla en la primera

comunión de una sobrina? ¿Cómo se comportará un sicario

vendiendo pistolas de plástico en la calle? ¿Cómo se

comportará el hijo de la actriz que hace una protagonista

madre?

Un buen ejercicio social como cualquier visita es hablar

siempre de tú y no de yo. La manera más seductora de encontrar un cómplice o una persona similar es hacer el papel

del otro, quizás como los confesores que hacen el papel del

confesado, buscando la causa de los pecados que él no quiere

contar. Todo confesado tiernamente y sabiendo que merece

una penitencia debe hacer que todo diálogo sea una

confesión.

Todo personaje debe tratar de parecerse al otro, o sea el

agua debe parecerse al aceite. El drama agita y se vuelve una

emulsión, si la agitación del deseo gastronómico que es la lechuga hace que el vinagre y el aceite sean cómplices.

La dirección de los actores consiste en hacer que todos ganen

la maratón, las discrepancias entre los personajes hacen que

todos sean merecedores de llegar de primeros. La distancia

entre cada corredor es cómo están de juntos.

Los personajes en vez de representar deben buscar en el

público la manera de saber lo que producen, o sea sus

conjeturas. Todo acto que ejecute debe estar hecho de tal

manera que produzca dudas o conjeturas en el espectador, si

se ha logrado convencerlos de que ese es el papel de actor.

Page 3: Actuar

Entre más distancia hay entre lo que se cree del actor y el

público, se niega la inocencia que debe conservarse tanto en

el intérprete como en el espectador. En medio de todo es un

problema de pieles compartidas, el mejor método es buscar la

sinceridad del público a través de la sinceridad del actor.

En cine siempre hay héroes como en una casa hay baño. El

baño de una casa es como encontrar al héroe. Siempre ha

habido un tambor mayor en la banda de guerra como también

ha habido castigados con orejas de burro. En cada persona se encuentra otra, he ahí el misterio del

casting que es como buscar parientes desconocidos.

La gente entre más libre esté deja de burlarse de lo que los

oprime, cuando dirija un actor o cuando busque un actor, el

mejor es el que diga mentiras convincentemente, la prueba

de la verdad y la mentira es muy diciente, descubrir la

personalidad dramática de alguien quien renuncia a la

personalidad propia. En medio de todo buscar actores para

que hagan de personajes es manejar las personas como si

tuvieran otra cédula con otras señales particulares, con otras huellas dactilares. Ya el maquillaje y la luz terminarán de

definir la diferencia de los personajes.

El último consejo que les doy es que no puede haber dos

personajes con el mismo rol porque prefieren volverse

siameses a oponerse. Para poder dirigir actores, que hay

muchos, hay que saber que lo que se quiere es robar un

banco y que la operación son los actores que se tienen que

escoger para hacer la operación, o si no la policía termina

actuando mejor.