actividad extra aula 5 joseph stiglitz

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ECONOMÍA DE LAS INDUSTRIAS CULTURALES Y POLÍTICAS PÚBLICAS Profa. Gianela Turnes DCHS IC - FIC 2015 1 Actividad Extra Aula 5 Selección de textos de La Economía del Sector Público” de Joseph Stiglitz (Antoni Bosch editor, 2002) Capítulo 1. El Sector público en una economía mixta 1.2 Un incentivo a la intervención del Estado: los fallos del mercado Entre la Gran Depresión (década de 1930) y principios de los años sesenta, los economistas (y los políticos) se dieron cuenta de un gran número de aspectos en los que la economía de libre mercado, incuso la más rica del mundo, parecía no satisfacer ciertas necesidades sociales básicas…. Para responder a la Depresión, los gobiernos no sólo asumieron un papel más activo en el intento de estabilizar el nivel de la actividad económica, sino que también aprobaron medidas legislativas destinadas a paliar muchos de los problemas: el subsidio del paro, la seguridad social, los fondos de garantía de depósitos, los programas de apoyo a los precios agrícolas y muchos otros dirigidos a diversos objetivos sociales y económicos, entre ellos, la mejora de las condiciones laborales y la regulación de la bolsa de valores. Este conjunto de programas constituye lo que en Estados Unidos se conoce con el nombre de New Deal. Tras la Segunda Guerra Mundial, las economías occidentales se recuperaron y disfrutaron de un nivel de prosperidad sin precedentes, pero quedó patente que no todos se beneficiaban de sus frutos. Muchas personas parecían estar condenadas (o al menos, más expuestas) por sus orígenes a llevar una vida de miseria y pobreza; iban a recibir una educación insuficiente y a tener una sombrías perspectivas de encontrar un buen trabajo. Estas diferencias de oportunidades fueron las que impulsaron a los poderes públicos a adoptar muchos de los programas de lucha contra la pobreza lanzados en los años sesenta. ¿Mitigaron las medidas gubernamentales estos problemas? ¿Cómo medir su éxito? El hecho de que un programa no satisficiera las esperanzas de sus defensores más entusiastas no significa, desde luego, que fracasara… Aunque no existe acuerdo en cuanto a la respuesta, tanto los críticos como los defensores de los programas públicos coinciden en que no basta con tener buenas intenciones: muchos de los programas destinados a paliar las insuficiencias observadas en la economía de mercado produjeron efectos muy distintos de los que sus defensores pensaban (o esperaban) que producirían...

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    Actividad Extra Aula 5

    Seleccin de textos de

    La Economa del Sector Pblico de Joseph Stiglitz

    (Antoni Bosch editor, 2002)

    Captulo 1. El Sector pblico en una economa mixta

    1.2 Un incentivo a la intervencin del Estado: los fallos del mercado

    Entre la Gran Depresin (dcada de 1930) y principios de los aos sesenta, los economistas (y

    los polticos) se dieron cuenta de un gran nmero de aspectos en los que la economa de libre

    mercado, incuso la ms rica del mundo, pareca no satisfacer ciertas necesidades sociales

    bsicas.

    Para responder a la Depresin, los gobiernos no slo asumieron un papel ms activo en el

    intento de estabilizar el nivel de la actividad econmica, sino que tambin aprobaron medidas

    legislativas destinadas a paliar muchos de los problemas: el subsidio del paro, la seguridad

    social, los fondos de garanta de depsitos, los programas de apoyo a los precios agrcolas y

    muchos otros dirigidos a diversos objetivos sociales y econmicos, entre ellos, la mejora de las

    condiciones laborales y la regulacin de la bolsa de valores. Este conjunto de programas

    constituye lo que en Estados Unidos se conoce con el nombre de New Deal.

    Tras la Segunda Guerra Mundial, las economas occidentales se recuperaron y disfrutaron de

    un nivel de prosperidad sin precedentes, pero qued patente que no todos se beneficiaban de

    sus frutos. Muchas personas parecan estar condenadas (o al menos, ms expuestas) por sus

    orgenes a llevar una vida de miseria y pobreza; iban a recibir una educacin insuficiente y a

    tener una sombras perspectivas de encontrar un buen trabajo.

    Estas diferencias de oportunidades fueron las que impulsaron a los poderes pblicos a adoptar

    muchos de los programas de lucha contra la pobreza lanzados en los aos sesenta.

    Mitigaron las medidas gubernamentales estos problemas? Cmo medir su xito? El hecho

    de que un programa no satisficiera las esperanzas de sus defensores ms entusiastas no

    significa, desde luego, que fracasara

    Aunque no existe acuerdo en cuanto a la respuesta, tanto los crticos como los defensores de

    los programas pblicos coinciden en que no basta con tener buenas intenciones: muchos de

    los programas destinados a paliar las insuficiencias observadas en la economa de mercado

    produjeron efectos muy distintos de los que sus defensores pensaban (o esperaban) que

    produciran...

    sandraLnea

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    Los defensores de la intervencin continua del Estado sostienen que los crticos exageran los

    fallos de los programas pblicos y afirman que la leccin que debe extraerse no es que el

    Estado deba cejar en su intento de resolver los grandes problemas sociales y econmicos de

    una nacin, sino que debe elaborar con ms cuidado los programas pblicos.

    1.4 Primeras teoras sobre el papel del Estado

    Las vacilaciones de las teoras sobre el papel del Estado que se han observado en los ltimos

    cincuenta aos no son nuevas. Por ejemplo, en el siglo XVIII predominaba la idea,

    especialmente en los economistas franceses, de que el Estado deba desempear un papel

    activo en el fomento del comercio y de la industria. Los que defendan esta idea se llamaban

    mercantilistas.

    Fue en parte como reaccin a esta teora por lo que Adam Smith (a quien suele considerarse el

    fundador de la economa moderna) escribi su obra La riqueza de las naciones (1776), en la

    que otorgaba un reducido papel al Estado. Smith intent mostrar que la competencia y el

    nimo de lucro hacan que los individuos en la bsqueda de sus propios intereses privados

    sirvieran el inters pblico. El nimo de lucro los induca a ofrecer los bienes que deseaban los

    dems. Al competir las empresas entre s, slo sobrevivan las que producan lo que se deseaba

    y al precio ms bajo posible. Smith sostena que la economa se vea llevada, como por una

    mano invisible, a producir lo que se deseaba y de la mejor forma posible.

    Las ideas de Adam Smith ejercieron una poderosa influencia tanto en los poderes pblicos

    como en los economistas. Muchos de los economistas ms importantes del siglo XIX, como los

    ingleses John Stuart Mill y Nassau Senior, promulgaron la doctrina conocida como laissez-faire,

    segn la cual el Estado deba dejar hacer al sector privado y no intentar regular o controlar la

    empresa privada. La competencia ilimitada era la mejor forma de servir los intereses de la

    sociedad.

    El razonamiento de Smith no convenci a todos los pensadores sociales del siglo XIX, a quienes

    preocupaban las graves desigualdades de la renta que vean a su alrededor, la miseria en la

    que vivan las clases trabajadoras y el paro en que stas se vean sumidas frecuentemente.

    Aunque algunos escritores del siglo XIX, como Charles Dickens, intentaron describir en sus

    novelas las penurias de las clases trabajadoras, diversos tericos sociales, como Karl Marx,

    Sismondi y Robert Owen, intentaron no slo desarrollar teoras que explicaran lo que vean,

    sino tambin proponer soluciones para reorganizar la sociedad. Para muchos, los males

    sociales podran atribuirse a la propiedad privada del capital; lo que para Adam Smith era una

    virtud, para ellos era un defecto. Marx, aunque no fue el pensador social ms profundo, s fue

    el partidario ms influyente de una mayor intervencin del Estado en el control de los medios

    de produccin. Otros no vean ninguna solucin ni en el Estado ni en la empresa privada, sino

    en la formacin de grupos ms pequeos de personas para cooperar en inters mutuo.

    Estas continuas controversias han impulsado a los economistas a intentar averiguar el sentido

    y las condiciones precisos en los que la mano invisible gua a la economa hacia la eficiencia.

    sandraResaltar

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    Hoy se sabe que la eficiencia de la economa de mercado slo es vlida si se parte de

    supuestos bastante restrictivos. Los fallos antes mencionados pusieron de manifiesto que

    existan muchos problemas que el mercado no resolva adecuadamente. Hoy la idea

    dominante en los economistas de los pases occidentales es que una intervencin estatal

    limitada podra aliviar (pero no resolver) los problemas ms graves: el Estado debe participar

    activamente en el mantenimiento del pleno empleo y en la erradicacin de los peores aspectos

    de la pobreza, pero la empresa privada debe desempear el papel ms importante en la

    economa. Siguen existiendo grandes controversias sobre lo limitada o lo activa que ha de ser

    su funcin. Algunos economistas, como John Kenneth Galbraith, profesor de la Universidad de

    Harvard, creen que el Estado debe asumir un papel ms activo, mientras que otros, como los

    premios Nobel Milton Friedman, y miembro de la Hoover Institution de la Universidad de

    Stanford, y George Stigler, profesor de la Universidad de Chicago, creen que debe adoptar un

    papel menos activo. La forma en que se enfoque esta cuestin depende de la importancia que

    se conceda a los fallos del mercado y de la confianza que se tenga en que el Estado pueda

    remediarlos.

    Captulo 3. Justificacin econmica de la intervencin del Estado

    3.2 Los fallos del mercado: justificacin de la intervencin del Estado

    Hay seis circunstancias o condiciones importantes en las que el mercado no es eficiente stas

    se denominan fallos del mercado y sirven para justificar la intervencin del Estado.

    3.2.1 Fallo de la competencia

    Para que funcione la mano invisible, ha de haber competencia. En algunas industrias

    automviles, aluminio, pelculas fotogrficas existen relativamente pocas empresas que

    dominan una gran parte del merado (cuando slo hay una empresa en un mercado, decimos

    que tiene el monopolio), lo que indica la ausencia de una fuerte competencia. Sin embargo, la

    mera presencia de unas pocas empresas no implica necesariamente que stas no acten

    competitivamente. Si hay un gran nmero de empresas (ya sean nacionales o extranjeras) que

    podran entrar en el mercado, es posible que las ya existentes no puedan actuar

    monopolsticamente, ya que tan pronto como intenten obtener beneficios monopolsticos

    cabe la posibilidad de que entren otras empresas en el merado y presionen a la baja sobre el

    precio de venta.

    La segunda dificultad para saber si un mercado es competitivo la constituye el problema de

    definir el mercado. Es posible que Du Pont haya tenido en algn momento el monopolio del

    celofn o, en trminos ms generales, de los materiales de envolver transparentes. Sin

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    embargo, existen otros (el papel de estraza), que pueden ser sustitutivos suficientemente

    cercanos como para obligar a aquella compaa a actuar de forma competitiva.

    Cuando los costos de transporte son elevados, es posible que el mercado en cuestin sea

    pequeo desde el punto de vista geogrfico. Por ejemplo, aunque existan muchas compaas

    de cemento en un pas, las empresas de una regin que utilicen este material no pueden

    acudir a fabricantes de otras regiones en busca de un precio mejor. Si slo existe una empresa

    de cemento en una determinada rea, la competencia puede ser nula (o escasa).

    Algunos monopolios son creados por el Estado. Por ejemplo, el gobierno britnico concedi a

    la East India Company el derecho exclusivo a comerciar con la India. El sistema de patentes

    otorga a los inventores el monopolio de sus inventos durante un determinado perodo de

    tiempo.

    En otros casos, existen barreras a la entrada de nuevas empresas debidas a lo que los

    economistas llaman rendimientos crecientes de escala. Se trata de casos en los que los costos

    de produccin (por unidad de producto) disminuyen conforme aumenta el volumen de

    produccin. Por ejemplo, es menos caro instalar un gran generador elctrico en una regin

    que uno en cada barrio. Por lo tanto, puede ser ms eficiente instalar un solo generador para

    un determinado mercado local. Asimismo, puede ser ms eficiente una sola compaa

    telefnica para un determinado mercado o una empresa de distribucin de agua (imagnese la

    duplicacin de cables elctricos, de lneas telefnicas y de conducciones de agua si cada

    vivienda utilizara una compaa diferente de agua o de electricidad). En las industrias en las

    que hay rendimientos crecientes en escala, las nuevas empresas que tengan una baja

    produccin se enfrentarn a unos costos mucho ms altos que las empresas ya consolidadas

    que tengan una elevada produccin.

    Cuando una empresa ha logrado una posicin de monopolio debido a la existencia de

    rendimientos crecientes de escala, decimos que se trata de un monopolio natural. Son las

    circunstancias las que determinan si un mercado es o no un monopolio natural. As, en Estados

    Unidos, el desarrollo de nuevas tecnologas en el campo de las telecomunicaciones ha

    provocado la desaparicin del monopolio natural de AT&T en los servicios telefnicos de larga

    distancia.

    Si la entrada y la salida de un mercado no costaran nada, incluso los monopolios naturales se

    veran obligados a comportarse competitivamente ante la amenaza de la entrada de otras

    empresas. Sin embargo, los gobiernos raras veces han tomado en consideracin esta

    posibilidad y generalmente han tendido a regular los monopolios naturales. As sucede, por

    ejemplo, en el caso del gas y la electricidad. Otros monopolios son gestionados directamente

    por el Estado. El servicio de correos es pblico en todos los pases (aunque ha aumentado

    rpidamente el nmero de empresas privadas que realizan numerosos servicios postales,

    como la entrega urgente de documentos y paquetes) y el telfono en la mayora. Sin embargo,

    Estados Unidos es un caso raro, ya que en este pas las compaas telefnicas son privadas.

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    3.2.2 Bienes pblicos

    Existen algunos bienes que, o no son suministrados por el mercado o, si lo son, la cantidad

    suministrada es insuficiente. Un ejemplo a gran escala es la defensa nacional, y oro a pequea

    escala, las ayudas a la navegacin (como la boyas luminosas). Estos son los llamados bienes

    pblicos puros, que tienen dos propiedades bsicas: en primer lugar, no cuesta nada que otra

    persona ms disfrute de sus ventajas. Formalmente, el hecho de que un individuo adicional

    disfrute del bien tiene un costo marginal nulo. No cuesta ms defender a un pas de un milln y

    una personas que defender a uno de un milln. Los costos de un faro no dependen del nmero

    de barcos que pasen por sus cercanas En segundo lugar, en general es difcil o imposible

    impedir que se disfrute del bien pblico. Si colocamos un faro en una zona rocosa para que

    nuestros barcos puedan navegar sin peligro, es difcil o imposible impedir que lo utilicen otros

    que naveguen por esa zona. Si nuestra poltica de defensa nacional consigue evitar un ataque

    de otro pas, todos nos beneficiamos; no es posible excluir a ninguna persona de estos

    beneficios.

    El mercado, o bien no suministra los bienes pblicos puros, o bien no los suministra en una

    cantidad suficiente, Consideremos el caso del faro Una gran compaa naviera que tuviera

    muchos barcos que utilizaran el faro quizs estimase que los beneficios que le reporta este

    faro son superiores a los costos; sin embargo, a la hora de ver si le convendra o no instalar

    faros, y en caso afirmativo, cuntos, analizara los beneficios que le reportara a ella y o los que

    reportara a otras compaas. Por lo tanto, habra algunos faros cuyos beneficios totales

    (teniendo en cuenta todos los barcos que los utilizaran) seran superiores a los costos, pero

    cuyos beneficios para una nica naviera seran menores que los costos. Esos faros no se

    instalaran, por lo que su nmero sera demasiado pequeo. El hecho de que los mercados

    privados no suministren bienes pblicos o suministren demasiado pocos justifica muchas de

    las actividades del Estado.

    3.2.3 Externalidades

    Existen muchos casos en los que los actos de una persona o de una empresa afectan a otras

    personas o a otras empresas, en los que una empresa impone un costo a otras pero no las

    compensa, o en los que una empresa genera un beneficio a otras, pero no recibe ninguna

    retribucin a cambio. Tal vez el ejemplo ms analizado en los ltimos aos sea la

    contaminacin de aire y del agua. Cuando una persona conduce un automvil, reduce la

    calidad del aire (naturalmente, el efecto puede ser insignificante cuando slo es una persona la

    que contamina, pero es significativo cuando su nmero es elevado). Por lo tanto, impone un

    costo a otras. Asimismo, una planta qumica que vierte sustancias a un ro cercano impone un

    costo a los usuarios del agua situados ro abajo, quienes es posible que tengan que pagar una

    cuantiosa suma de dinero para purificarla y poder consumirla.

    Los casos en que los actos de una persona imponen costos a otras se denominan

    externalidades negativas. Sin embargo, no todas las externalidades son negativas. Hay

    algunos casos importantes de externalidades positivas, en los que los actos de una persona

    benefician a otras. Si yo planto un hermoso jardn delante de mi casa, mis vecinos se

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    beneficiarn de l al poder contemplarlo. Un manzanar puede generar una externalidad

    positiva a un apicultor vecino. Una persona que rehabilite una vivienda situada en un barrio

    antiguo puede generar una externalidad positiva a su vecino.

    Existe un gran nmero de ejemplos de externalidades: un automvil adicional en una autopista

    congestionada aumenta la congestin, tanto reduciendo la velocidad a la que pueden circular

    en condiciones de seguridad otros conductores, como aumentando las probabilidades de que

    ocurra un accidente. Cuando acude un pescador ms a pescar a un determinado lago, es

    posible que reduzca la cantidad de peces que pueden capturar los dems. Si hay varios pozos

    de petrleo en el mismo yacimiento petrolfero y se extrae demasiado de uno de ellos,

    disminuye la cantidad que puede extraerse de los dems.

    Siempre que hay actividades que generan externalidades de ese tipo, la asignacin de los

    recursos que realiza el mercado puede no ser eficiente. Como no recae sobre los individuos la

    totalidad de costo de las externalidades negativas que generan, las realizan en exceso; por el

    contrario, como los individuos no reciben todos los beneficios de las actividades que generan

    externalidades positivas, realizan demasiado pocas. Existe, pues, la creencia general de que si

    el Estado no interviniera, el nivel de contaminacin sera demasiado alto. En otras palabras, el

    control de la contaminacin genera una externalidad positiva, por lo que si no interviniera el

    Estado, este control sera insuficiente.

    Los gobiernos responden a las externalidades de varias formas. En algunos casos

    (principalmente en aquellos en que hay externalidades negativas) intentan regular la actividad

    en cuestin; as, por ejemplo, imponen niveles mximos de emisin para los automviles y

    regulan la contaminacin del aire y del agua.

    Tambin tratan de utilizar el sistema de precios imponiendo sanciones (multas) por las

    externalidades negativas y retribuyendo las positivas; de esa forma se consigue que la gente se

    d cuenta del costo que impone y reconozca los beneficios que genera a otros. As, por

    ejemplo, los gobiernos, en lugar de regular el nivel de emisiones de los automviles, pueden

    cobrar una tasa proporcional a la cuanta en que las emisiones superen un determinado nivel.

    Si cobran por el uso de las carreteras, al menos en las horas punta, conciencian a los usuarios

    de los costos de congestin que imponen a los dems.

    3.2.4 Mercados incompletos

    Los bienes y los servicios pblicos puros no son los nicos que los mercados suministran

    inadecuadamente. Siempre que los mercados privados no suministran un bien o un servicio,

    aun cuando el costo de suministrarlo sea inferior a lo que los consumidores estn dispuestos a

    pagar, existe un fallo en el mercado. Se habla en este caso de la existencia de mercados

    incompletos (un mercado completo suministrara todos los bienes y servicios cuyo costo de

    suministro fuera inferior al precio que los individuos estn dispuestos a pagar). Por ejemplo,

    algunos economistas creen que los mercados privados han funcionado especialmente mal en

    la provisin de seguros y prstamos, lo que justifica la intervencin del Estado en estas reas.

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    Mercados de seguros

    El mercado privado no proporciona un seguro para muchos riesgos importantes a que se

    enfrenta la gente, si bien hoy la situacin est mucho mejor en este terreno que hace

    cincuenta aos. Los gobiernos han puesto en marcha toda una variedad de programas de

    seguros, motivados, al menos en parte, por este fallo del mercado: por ejemplo, y han creado

    fondos de garanta de depsitos para asegurar a los depositantes contra la posible prdida de

    ahorros provocada por la insolvencia de los bancos. Tambin han establecido programas de

    seguros contra las inundaciones y han intervenido en algunas ocasiones en las que la mayora

    de las compaas privadas de seguros se han negado a suscribir plizas de seguros contra

    incendios en algunas ciudades.

    Aunque la ausencia de mercados privados de riesgos que sean adecuados pueda aducirse

    como justificacin poltica para la creacin de estos programas de seguros, algunos de estos

    programas tienen por objeto transferir recursos (quiz de una forma disfrazada) a sus

    beneficiarios. Si el nico o el principal objetivo de estos programas fuera proporcionar un

    seguro, se disearan y pagaran de una manera muy diferente. Por ejemplo, una de las

    razones que se alegan para justificar la intervencin del Estado en la agricultura es el hecho de

    que los agricultores tienen que hacer frente a los grandes riesgos ocasionados por las

    fluctuaciones de los precios, contra los cuales no pueden asegurarse. Los programas de ayuda

    del Estado para estabilizar los precios que perciben los agricultores reducen estos riesgos, pero

    no slo estabilizan los precios sino que tambin elevan significativamente la renta media de los

    agricultores. Slo una parte de esta donacin se refleja en los presupuestos del Estado; el

    resto se refleja en los mayores precios que deben pagar los consumidores por los productos

    agrcolas. Si el verdadero objetivo del programa de apoyo a los precios fuera estabilizar la

    renta de los agricultores, reduciendo los riesgos a que se enfrentan, existen mtodos ms

    eficientes y menos costosos para hacerlo. Por ejemplo, el gobierno podra simplemente crear

    un seguro de precios, con una prima que reflejara exactamente los costos de ese seguro.

    Mercados de capitales

    En los ltimos aos, el Estado ha intervenido activamente no slo para remediar las

    deficiencias de los mercados de riesgos, sino tambin para paliar las imperfecciones de los

    mercados de capitales. En Estados Unidos, hasta 1965 era difcil conseguir crditos para

    financiar los estudios universitarios; ese ao se aprob una ley por la que el Estado garantizaba

    los prstamos que se concedan a los estudiantes. Al ampliarse el programa en los aos

    setenta, el objetivo inicial, que era facilitar crditos, se mezcl con el de subvencionar la

    educacin: los tipos de inters de estos prstamos solan ser considerablemente ms bajos

    que los del mercado.

    Pero este ejemplo no es ms que uno de los muchos programas crediticios existentes que

    ofrece el Estado. ste tambin suele disponer de bancos especializados en la concesin de

    prstamos hipotecarios; otorga crditos a las empresas de importacin y exportacin y a la

    pequea y mediana empresa, etc. En todos estos casos, la justificacin es el restringido acceso

    al mercado crediticio antes de la introduccin del programa.

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    Mercados complementarios

    Por ltimo, analizaremos los problemas relacionados con la ausencia de determinados

    mercados complementarios. Supongamos que a la gente slo le gusta el caf con azcar, que

    sin azcar ste tiene un sabor amargo y desagradable y que no se vende azcar si no es para el

    caf. En ese caso, un empresario que estuviera considerando la posibilidad de producir caf

    desistira, ya que se dara cuenta de que no vendera nada; lo mismo ocurrira si un empresario

    estuviera considerando la posibilidad de producir azcar, ya que tambin se dara cuenta de

    que no vendera nada, al no venderse caf. Sin embargo, si los dos empresarios pudieran

    unirse, habra un buen mercado para el caf con azcar. Actuando por separado ninguno de

    los dos podra servir al inters pblico, pero s actuando conjuntamente.

    Este ejemplo es deliberadamente sencillo; en este caso, las propias personas (el productor

    potencial de azcar y el productor potencial de caf) podran conseguir fcilmente la

    coordinacin precisa sin necesidad de que interviniera el Estado. Sin embargo, existen muchos

    casos en los que es necesaria una coordinacin a gran escala, especialmente en los pases

    menos desarrollados, para lo cual quiz sea precisa una cierta planificacin estatal. Tambin se

    han expuesto argumentos parecidos para justificar los programas pblicos de renovacin

    urbana. Para re urbanizar una gran parte de una ciudad es necesaria una amplia coordinacin

    entre minoristas, propietarios y dems establecimientos. Uno de los objetivos de los

    organismos pblicos de urbanismo es asumir ese papel coordinador (si los mercados fueran

    completos, los precios que se fijaran en ellos desempearan esta funcin de coordinacin).

    La respuesta adecuada a este tipo de fallo del mercado debe analizarse con suma cautela.

    Puede haber poderosas razones por las que los productores privados no suministran un

    determinado bien o servicio. Puede que los costos de transaccin sean muy elevados. Tal vez

    los bancos no conceden ciertas categoras de prstamos debido a que la probabilidad de que

    se devuelvan es tan grande que para obtener el mismo rendimiento que en otros prstamos

    debera cobrarse un tipo de inters tan alto que sera escasa la demanda de esos crditos.

    3.2.5 Fallos de informacin

    Algunas actividades del Estado se justifican porque los consumidores tienen una informacin

    incompleta y por la conviccin de que el mercado suministra por s solo demasiada poca

    informacin. Por ejemplo, los gobiernos suelen exigir que los prestamistas informen a los

    prestatarios del verdadero tipo de inters de sus prstamos. Habitualmente, establecen

    normas en relacin con el etiquetado de los productos, con la informacin sobre el contenido,

    la fecha de caducidad, etc. Se ha llegado incluso a proponer que se obligue a los vendedores de

    automviles usados a decir si han probado las distintas piezas y, en caso afirmativo, a revelar

    el resultado de las pruebas. Estas reglamentaciones suscitan muchas controversias, y a veces

    se ha obligado a los organismos pblicos a dar marcha atrs en sus propuestas.

    Sus enemigos sostienen que son innecesarias (el merado competitivo ofrece incentivos a las

    empresas para que revelen la informacin pertinente), irrelevantes (los consumidores prestan

    escasa atencin a la informacin que la ley obliga a las empresas a revelar) y costosas, tanto

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    para el Estado, que debe velar por su cumplimiento, como para las empresas, que deben

    cumplirlas. Sus defensores alegan que, aunque es difcil aplicarlas eficazmente, son tiles.

    Sin embargo, la intervencin del Estado para remediar los fallos de la informacin va ms all

    de estas sencillas medidas de proteccin del consumidor. La informacin es, en muchos

    aspectos, un bien pblico, ya que suministrar informacin a una persona ms no supone reducir

    la cantidad que tienen otras. La eficiencia requiere que se difunda gratuitamente o, con ms

    precisin, que slo se cobre el costo real de transmitirla. El mercado privado a menudo

    suministra una informacin insuficiente, lo mismo que suministra una cantidad inadecuada de

    otros bienes pblicos. El ejemplo ms notable de intervencin del Estado en esa rea son los

    servicios de meteorologa.

    3.2.6 El paro, la inflacin y el desequilibrio

    Tal vez el sntoma ms admitido de fallo del mercado sea el elevado paro, tanto de

    trabajadores como de mquinas, que ha acosado peridicamente a las economas capitalistas

    en los ltimos doscientos aos. Aunque estas recesiones y depresiones han sido mucho ms

    moderadas a partir de la Segunda Guerra Mundial, tal vez debido en parte a la poltica

    econmica seguida por los gobiernos, en el rea de la OCDE la tasa de paro ha girado a

    principios de los aos ochenta en torno a un 10%; aun as, esta tasa es baja, en comparacin

    con la Gran Depresin, en que llegaron a alcanzarse incluso niveles de un 20 y un 30%.

    La mayora de los economistas utiliza estos elevados niveles de paro como prueba prima facie

    de que algo no funciona bien en el mercado. Para algunos, constituyen la prueba ms

    espectacular y ms convincente de que ste tiene fallos.

    El hecho de que los mercados no sean capaces de generar pleno empleo de que haya un

    grave fallo en el mercado no quiere decir por s solo que tenga que intervenir el Estado; hay

    que poder demostrar, adems, que existen medidas mediante las cuales el Estado puede

    mejorar el funcionamiento de la economa. Este tema viene siendo objeto de controversias

    desde hace tiempo.

    3.2.7 Relaciones entre los fallos del mercado

    Los fallos del mercado que hemos analizado no son mutuamente excluyentes. A menudo, la

    existencia de mercados incompletos se debe en parte a problemas de informacin. A su vez,

    en ocasiones se piensa que las externalidades se deben a la existencia de mercados

    incompletos: si pudiera cobrarse a los pescadores un canon por faenar en aguas pesqueras si

    hubiera un mercado de derechos de pesca -, no se pescara excesivamente. A veces se

    considera que los bienes pblicos son casos extremos de externalidades, en los que cuando

    compro un bien, otros se benefician de la compra tanto como yo. Las investigaciones ms

    recientes sobre el paro han intentado en su mayor parte relacionarlo con los dems fallos del

    mercado.