actas xii. aih. sir thomas more (1478-1535), pedro fernández … · 2007-05-30 · y sir francis...

8
Sir Thomas More (1478-1535), Pedro Fernández de Quiros (1562-1615) y Sir Francis Bacon (1561-1626), o la forja de una Utopía política en la Inglaterra del siglo XVII José M. Gómez-Tabanera, Real Academia de la Historia (Madrid), Academia Nacional de Historia (Lisboa) 1. ANTECEDENTES La invención del Nuevo Mundo y la ampliación de los horizontes geográficos que logra el Occidente europeo supuso el planteamiento de una serie de cuestiones entre las que ocuparán un lugar relevante el renacimiento de viejos mitos, sueños y fantasías, pero también una nueva visión de la ecúmene y del hombre. No en vano se ha llegado al acmé del llamado Renacimiento, y con él, en 1516 a la aparición de Utopía, libro muy elaborado del humanista inglés Thomás More (1478-1575), que, a la larga, dará origen a un nuevo género literario, en el que con el paso de los años se integrarán obras como la Ciudad del Sol, de Tommasso Campanella, la Nueva Atlantida de Sir Francis Bacon, la Oceána de James Harrigton, pero también Los Viajes de Gulliver de Jonathan Swift y otros, a editar hasta el siglo XIX para, ya en nuestros tiempos, acceder a las ficciones de H.G. Wells, a los relatos futuristas de Aldous Huxley y paremos de contar. 1 Fue en el otoño de 1515 cuando Thomás More retorna a Inglaterra desde Flandes con el manuscrito de su Nusquama, es decir, una tierra inexistente, título que Erasmo de Rotterdam verterá al latín como Utopía y nace, ya lo hemos dicho, un género literario de intención política, basándose en la ficción, más o menos histórica, con vistas al logro de una comunidad societaria tan ideal que no hay lugar en que pueda existir. No es cuestión aquí, en este exordio que antecede, de profundizar sobre Utopía ni sobre sus personajes, que se nos presentan en un sabroso diálogo, Pedro Gilíes, Rafael Hythlodeo y el propio Tomás Moro, departiendo lúcidamente. Toda la obra parece inspirarse en una ensoñación a la vez literaria y filosófica inbricando atisbos claramente medievales de tierras e ínsulas desconocidas con otros nuevos. Utopía, se nos presentará así organizada en república comunitaria e ideal, que puede servir de modelo a una Europa renacentista que no gusta por los mismos avatares y tribulaciones sociales, políticas y religiosas que se gasta, a los

Upload: truongbao

Post on 16-Oct-2018

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Sir Thomas More (1478-1535),Pedro Fernández de Quiros (1562-1615)y Sir Francis Bacon (1561-1626),o la forja de una Utopía políticaen la Inglaterra del siglo XVII

José M. Gómez-Tabanera,Real Academia de la Historia (Madrid), Academia Nacional deHistoria (Lisboa)

1. ANTECEDENTES

La invención del Nuevo Mundo y la ampliación de los horizontes geográficosque logra el Occidente europeo supuso el planteamiento de una serie decuestiones entre las que ocuparán un lugar relevante el renacimiento deviejos mitos, sueños y fantasías, pero también una nueva visión de la ecúmeney del hombre. No en vano se ha llegado al acmé del llamado Renacimiento,y con él, en 1516 a la aparición de Utopía, libro muy elaborado delhumanista inglés Thomás More (1478-1575), que, a la larga, dará origen aun nuevo género literario, en el que con el paso de los años se integraránobras como la Ciudad del Sol, de Tommasso Campanella, la Nueva Atlantidade Sir Francis Bacon, la Oceána de James Harrigton, pero también LosViajes de Gulliver de Jonathan Swift y otros, a editar hasta el siglo XIXpara, ya en nuestros tiempos, acceder a las ficciones de H.G. Wells, a losrelatos futuristas de Aldous Huxley y paremos de contar.1

Fue en el otoño de 1515 cuando Thomás More retorna a Inglaterradesde Flandes con el manuscrito de su Nusquama, es decir, una tierrainexistente, título que Erasmo de Rotterdam verterá al latín como Utopía ynace, ya lo hemos dicho, un género literario de intención política, basándoseen la ficción, más o menos histórica, con vistas al logro de una comunidadsocietaria tan ideal que no hay lugar en que pueda existir.

No es cuestión aquí, en este exordio que antecede, de profundizarsobre Utopía ni sobre sus personajes, que se nos presentan en un sabrosodiálogo, Pedro Gilíes, Rafael Hythlodeo y el propio Tomás Moro,departiendo lúcidamente. Toda la obra parece inspirarse en unaensoñación a la vez literaria y filosófica inbricando atisbos claramentemedievales de tierras e ínsulas desconocidas con otros nuevos. Utopía, senos presentará así organizada en república comunitaria e ideal, que puedeservir de modelo a una Europa renacentista que no gusta por los mismosavatares y tribulaciones sociales, políticas y religiosas que se gasta, a los

250 José M. Gómez-Tabanera

humanistas que viven en ella. No es de extrañar que Utopía, escrita enAmberes en 1515 e impresa en Lovaina a fines de 1516 en Lovaina,pronto se convierta en un best-seller. La Utopía de More se nos presentapues como una isla que emerge entre realidades invisibles, cuando no enuna neblina ambivalente, tanto más cuando los nombres de sus gentes ytopografía no son acordes con la realidad. Así Utopos, el rey que danombre a la inexistente isla; Amauroto ('esfumada a la vista'), su capital,se presenta atravesada por el caudaloso ría Anydro ('corriente sin agua').Y el mismo gobernador se llama Ademus, es decir ('sin pueblo paragobernar'), y así sucesivamente. Henos pues ante un conjunto de realidadesficcionales, al parecer dependiente de un personaje clave, RafaelHythlodeo, presunto visitante de la isla de Utopía, presentado comohombre muy comunicativo que nos cuenta un sinfín de cosas de la isla.Para dicho personaje posiblemente Moro se inspiró en su conocimientode alguno de los 24 hombres, posible el curandero, dejados en un fortín porVespuci en su cuarto viaje. De aquí su nombre Rafael ('medicina de Dios','Dios que sana'), pero también el patronímico Hythlodeo (= charlatán).

Henos ante toda una serie de presuntas inconsecuencias que incita a lareflexión. Así, independientemente de que Utopía sea una isla equiparablea Gran Bretaña y su capital Amarouto se nos presente, al igual que Londres,en la orilla de un río que la pleamar hace salobre, es indudable que este'lugar que no existe' es un país feérico, superpuesto en el sueño, con eldoble perfil prometedor del cuarto creciente, diagrama de la intersecciónde dos mundos. Un lugar que no hay, pero que se nos presenta quizá repetidoen la Inglaterra moreana y en la América cortesiana; en otras palabras, endos mundos, el Viejo y el Nuevo, es decir en todas partes al igual que eluniversal anhelo de un mundo libre. Subrayemos que el Primer Libro de laUtopía ('Discurso del insigne Rafael Hythlodeo') sobre la mejor forma decomunidad política, actual y crítico, insiste en el Viejo Mundo, mientrasque el Libro Segundo ('La ínsula de Utopía'), se presenta futurista ynormativo, aludiendo al Nuevo. Visión dual ésta que, un siglo después,habrá de tener en cuenta Sir Francis Bacon al escribir su Nueva Atlántida,aunque ahora trascendiendo del Nuevo Mundo (que ha equiparado a laplatónica Atlantis), a la vez que sitúa a su utópica ínsula Nova Atlantis en elOcéano Pacífico desvelado, no por More o Campanella sino por otro RafaelHythlodeo que es ahora Pedro Fernández de Quirós (1562-1615), nautaportugués al servicio de España, asimismo comunicativo en demasía y decuyos viajes y anhelo mesiánico ha tenido noticia Bacon desde su atalayalondinense.2

No cabe adelantar supuestos y conclusiones, aún cuando sea obvio que laconfiguración de 'el Lago Español', de O. Spate, en el que Bacon parecesituar su Nova Atlantis, basándose en la realidad náutica, geográfica ehistórica de los Memoriales de Fernández de Quirós (aunque jamás aluda asu fuente) se funda en la realidad terrena isleña, no solo del archipiélago delas inaferrables Islas Salomón, quizá descubiertas por el berciano don Alvaro

La forja de una Utopía política en la Inglaterra del siglo XVII 251

de Mendaña, Primer Adelantado del Pacífico (Congosto 1542, Isla deSanta Cruz 1595), cuya aventura y desventura puede conocer hoy bienel público inglés merced a su compatriota Robert Graves, a la vez que laobra y Memoriales del mismo Pedro Fernández de Quirós, con sudescripción de la Isla de la Santa Cruz, que Bacon tendrá en cuenta alplasmar la suya de la Nueva Atlantis.3 Henos así, ante una muy curiosagravitación a producirse ya en la segunda decena del siglo XVII, merceda los descubrimientos de Fernández de Quirós y la elaboración ficcionalde vizconde de Verulán. Hecho éste, que tuvimos ocasión de notar haceahora cuatro años, con la idea de que algún estudioso o analistaanglosajón pudiera aprovecharlo. Es obvio indudablemente que Baconsituará su ínsula, no en algún lugar del Atlántico, como hizo More, sinoen el Pacífico. Transfer éste que obedece al hecho de que el Pacífico eraaún un ámbito prácticamente desconocido e inexplorado, abierto acualquier mito, incluso para los mismos castellanos.4

2. DOS PERSONALIDADES ANTE EL IDEARIO UTÓPICO

Incidiendo en mi escrito anterior ya recordado, e independientemente dela configuración del llamado género utópico a partir de 1516, es obvio queel éxito de Utopía se basa en el naciente ideario progresista, consecuenciadel Renacimiento y de los descubrimientos geográficos ultramarinos. Perotratar todo esto aquí, un tanto pormenorizadamente, excede de nuestrodiscurso, en el que solo pretendemos indicar que, a nuestro modo de ver, eltratado Nueva Atlantida, que ve la luz en la Inglaterra en 1638, dentro delas Obras morales y políticas de Bacon, quizá no hubiera sido escrito, de nomediar circunstancias varias. Y desde luego, el protagonismo que lograalcanzar Pedro Fernández de Quirós con su Relación y Memoriales, insistiendoen la evangelización y poblamiento de mundos por descubrir en el OcéanoPacífico, en cuyo desvelamiento participaría nuestro hombre en una primeraetapa junto a don Alvaro de Mendaña y su esposa Ysabel Barrete

En este contexto, en el de la publicación de su viaje, y en la de losMemoriales quirosinos (independientemente de los atribulados años quehabrá de vivir Quirós en la Corte de Madrid hasta 1614) hay que situar lasnoticias que pudieron llegar a Bacon de Quirós, antes de redactar su NovaAtlantis. Esto nos hace pensar en la obra de nuestro inglés, no precisamentecomo una utopía, sino más bien como una especie de fábula moral en laque campea una nueva visión del mundo (preteenócrata) tras el triunfo deun pensamiento 'naturalista', controlado por la técnica. Sin embargo elutopismo no es descartado por Bacon cuando exalta la unión de los idealesreligiosos a la hora de describir 'una sociedad ideal, humana y científica',que, en cierto modo coincide con la que quiso hacer realidad nuestronavegante en su Austrialia del Espíritu Santo.5

252 José M. Gómez-Tabernera

Pero vayamos por partes. Hoy se sabe ya bastante de Pedro Fernándezde Quirós y sus legados. Nacido en Évora (Portugal), en 1565 (cuatroaños después que Francis Bacon en Londres) la vida de Quirós conoce underrotero distinto, independientemente del ambiente sociocultural en quese forjaron uno y otro, de acuerdo con su cuna y educación. Así Quirós,tras una formación elemental y podrá llegar, con el paso de los años, aPiloto Mayor. Por su parte Francis Bacon, hijo de un antiguo 'Premier' deIsabel I, conocerá una muy selectiva formación académica, con particularatención de la filosofía, incluida las obras de tratadistas precartesianosespañoles como Luis Vives, Gómez Pereira, Valles, Sánchez y otros. Y a lavez un conocimiento pragmático de la jurisprudencia tudoriana.

Por entonces los reinos de España y Portugal ya habían unido sus destinos.De aquí que desde Madrid, donde se casa en 1589, Quirós decida marchara Lima, Perú, donde lo vemos instalado, pocos años después, con su esposae hijos. Es allí donde se le ofrece la oportunidad de enrolarse, contando yatreinta años, en la expedición de Don Alvaro de Mendaña, recientementenominado Adelantado de las Islas de Salomón. Dicha expedición sepresentaba patrocinada por el Virrey Don García Hurtado de Mendoza ytenía como objeto el descubrimiento, poblamiento y evangelización de unmundo, a la sazón, un tanto legendario. La expedición partirá el 10 dejunio de 1595, y estaba integrada por 378 hombres y 98 mujeres y niños. AQuirós, enrolado como Piloto Mayor de la expedición, no le acompañaba,que sepamos, miembro alguno de su familia. A poco más del mes denavegación y ya mediados del mes de julio, tras avistar el islario que Mendaña,bautizaría como Marquesas, los expedicionarios pudieron conocer a losprimeros polinesios 'casi blancos y de gentil talla'. Finalmente, el 8 deseptiembre llegarían a la Isla a nominar Santa Cruz, que el Adelantadocreyó perteneciente a un mundo por descubrir - el de 'las Islas de laImprudencia'. Se iniciaría así un simulacro de colonización, a culminardramáticamente el 18 de octubre, con la agonía y muerte del propioAdelantado. Más he aquí que su mujer Doña Ysabel Barreto pasará a sertitular de todos sus títulos y prerrogativas. Finalmente tras una particularodisea y un accidentado retorno, la Barreto podría llegar a Mindanao (IslasFilipinas), en el galeón San Gerónimo y un mes después a Manila, donde laAdelantada puede iniciar una nueva vida.

Por su parte Quirós, cuya actuación ha sido objeto de un rigurosoexpediente sabrá mantener limpia su ejecutoria como Piloto Mayor y podráasimismo mirar hacia el futuro, esta vez como singular protagonista de unnuevo descubrimiento que ofrece al nuevo Virrey del Perú Don Luis deVelasco. En realidad viene a ser el mismo proyecto que alimentó años atrásSarmiento de Gamboa. El Virrey no puede decidir, por lo que manda aQuirós a la Corte de Madrid. Aquí nuestro hombre ha de presentar suproyecto a Felipe III, no sin antes interesar al Papa. Logrará los oportunosdespachos con los que, tras superar dificultades varias y mediando unnaufragio, Quirós podría regresar a Lima en marzo de 1605 y ya a finales

La forja de una Utopía política en la Inglaterra del siglo XVII 253

de año, ser nombrado General de la nueva expedición, disponiendo deuna flota de tres naves. Inicia su descubrimiento particular del, hastaentonces, espectral Terra Australis Incógnita, con el de una isla del grupode las Nuevas Hébridas, cuya denominación, a mayor gloria de la dinastíareinante en España será Austrialia del Espíritu Santo. Allí Quirós decidefundar la ciudad de la Nueba Hierusalém con iglesia incluida. Allí, sinrematarla, el mismo día del Corpus y tras crear la Orden del EspírituSanto organiza una solemnísima procesión con danzas, cantos y ritualesvarios, a ser recordados con particular sorna por uno de los relatores detales jornadas, Fray Martín de Munilla, con independencia de lo queregistra Quirós en sus escritos y posteriores Memoriales.

Lo más formidable de todo esto es que hoy cabe pensar que la NuebaHierusalém, así como toda la parafernalia que discurre la fantasía de Quirósnos aproxima a la Edad de Oro de la que ya habló Joaquín de Fiore en suconcepción trinitaria. Pero también es que, quizá veinte años despuésalimente la ficcionalidad de la Bensalem/Nova Atlantis, de Sir Francis Bacon,que quizá se inspira así en las divagaciones de nuestro hombre.

Siguiendo con Quirós, parece ser que ante la alternativa de continuar suviaje de exploración o regresar, optaría, de creerle, por la primera. Eldesacuerdo con su tripulación había llegado a un momento crítico. Sinembargo el 8 de julio de 1606, tras levar anclas de la bahía de San Felipe ySantiago una violenta tempestad separó a la capitana San Pedro y San Pabloy de la Almiranta de Vaez de Torres y de la Zabra. Ello obligó a Quirós aemprender sin más el viaje de regreso, siguiendo la ruta descubierta en1565 por Urdaneta y que le permitió iniciar el tornaviaje hasta Acapulco yvolver a Lima.

Tiempo después y desde Perú Quirós decidiría volver a España y reivindicaren la Corte una nueva expedición, tras diversas súplicas y Memoriales.Fuera de la realidad, no se daría cuenta que todo había cambiado en laCorte de Felipe III. Inpertérrito llegaría así hasta su famoso Memorial 8(1609) cuya publicación fuera de España y en distintos idiomas lograpropiciar el conocimiento que por entonces logran diversas potenciaseuropeas de los viajes de Mendaña, Fernández de Quirós y otros, con susrespectivos descubrimientos y logros.6 El que pudiera tener noticia de ellosSir Francis Bacon no puede pues extrañar a nadie, como tampoco que elpaisaje de 'el lago español' inspirase el marco, un tanto feérico, NuevaAtlantida.

Contemplemos ahora la Nova Atlantis bajo esta perspectiva. No cabeinsistir aquí en el perfil biográfico de Bacon, ni en sus últimos años, cuandose truncó su carrera cortesana, tras ser juzgado por corrupción y venalidad,como tantos hombres públicos. Ello no es óbice para que puedaconsiderársele un gigante del pensamiento, hasta el punto de enmendar laplana a Aristóteles y al legado del mundo antiguo con su Novum Organumy otras obras, en las que insiste en el estudio de la naturaleza y en laprimacía de la acción sobre la contemplación, a través sobre todo de las

254 José M. Gómez-Tabanera

tablas de su experimenta lucífera. Es sabido que uno de ellos, el último,le costaría la vida, tras intentar, para preservarla de la descomposición,la congelación de una gallina que compró, saliendo en plena nevada loque le provocó una mortal bronconeumonía. Esta anécdota quizá nosda medida del hombre que evocamos.

El caso del NovaAtlantis por otro lado nos ilustra sobremanera. El nombrede su ensayo se basa fundamentalmente en el relato platónico. Así, trasidentificar a la Atlantida con el Nuevo Mundo, nos presenta a un pueblo deéste (el Mexíca), llegándose nada menos hasta el Mediterráneo, donde,según la versión platónica, es vencido por los atenienses, que se revelacomo el pueblo más grande de la Tierra, tras aquella peligrosa invasión.Para Bacon las inundaciones terminarían con la cultura americana, de laque quedaron unas cuantas poblaciones-testigo indígenas de las quedescienden los pueblos de América, lo que puede explicar que sean los másjóvenes del planeta y por consiguiente los más inmaduros. De aquí que sulucubración deliberadamente eluda al Nuevo Mundo, país de la utopía, ybusque la Nueva Atlantida, ya que la vieja (a identificar con el NuevoMundo) no le convence y la sitúe en una isla del Pacífico... quizá la mismaa la que ha llegado Quirós. Interpretación ésta que se explica en la secciónCXXIX del Novum Organum, donde Bacon recuerda los honores divinosque suelen dedicarse a los inventores, mientras que a los fundadores deciudades solo se dedican honores de héroe y donde también, refiriéndose aAmérica y a sus pobladores recuerda insolentemente la sentencia de que 'elhombre es un dios para el hombre'.

Bacon presenta de hecho a la naturaleza identificada con instituciones ylos modos de vida de los habitantes de su isla. Por otro lado el fin de la'Casa de Salomón' es el análisis y conocimiento de las cosas naturales. Las'ordenes de la Naturaleza' son aceptadas con respeto y veneración por todoel pueblo y por las autoridades. El naturalismo baconiano viene aquí de lamano de un discurso religioso que se presenta explícitamente cristiano conrelación a Moro y Campanella. Nos ofrece incluso el relato de un milagrocomo origen de su fe cristiana a través de la mediación de un gran sabio dela Sociedad de la Casa de Salomón. Por otra parte resonancias religiosas ycristianas se aprecian en toda la obra, uniendo lo sociopolítico y lo cristiano,muy a la manera de Quirós. Ahí está la figura del gobernador de la Residenciade Extranjeros, 'por oficio Gobernador y por vocación Sacerdote cristiano';nos ofrece pareja imagen Quirós cuando en su Nueba Hierusalem lo primeroque hace es levantar allí una iglesia. Sin embargo, por debajo todo esto sefundamenta en comportamientos totalizadores definitivos que presentanun esquema de poder más bien absolutista. De aquí que al progresismo deBacon no le preocupen elementos populistas o liberales (aunque se nospresente como un humanista) sino la actitud cientifista a través de la cualBacon quiere traducir el 'progreso'. Será precisamente contemplando sufilosofía en torno a 'la Ciencia', donde cabe encontrar la importanciaque otorga al poder en Nova Atlantis.

La forja de una Utopía política en la Inglaterra del siglo XVII 255

La consideración de esta sociedad utópica como 'una sociedad ideal,humana y científica' supone teóricamente la transformación de lascondiciones materiales de la vida, mediante la ciencia. La 'Casa deSalomón' se presenta así como la realización más completa y clara delideal baconiano.

Sin embargo, 'en Nova Atlantis se presenta paralelamente una fe casiagresiva en la función liberadora de la ciencia y una preferencia por loautoritario'. Quizá ocurra algo parecido en Quirós, teniendo en cuentaque valiéndose de la ciencia había logrado perfeccionar técnicas einstrumentos náuticos. Esta es una cuestión que habría que estudiar. Seofrece no obstante 'una perfecta compenetración entre estas dos dimensionesdel discurso de Bacon, porque la pretendida función liberizadora de lasciencias, así como la preferencia por lo autoritario, se encuentra al serviciode un esquema establecido de poder'. Así el control de la Casa de Salomónes total y absoluto en toda Bensalém, merced a la ciencia, llegando inclusomás allá de la isla a diversos puntos en los que se han establecido espías/observadores y así, por vez primera, vemos como en el pensamiento modernose utilizan cínicamente la ciencia y la tecnología al servicio del ejercicioautoritario y absoluto del poder. No nos atrevemos a afirmar que Quiróshubiera llegado a tanto, aunque sus decisiones en Noba Hierusalén rayenen lo arbitrario.

En manera alguna cabe pasar revista aquí a todo el contenido de NovaAtlantis y el aprovechamiento que hace Bacon de los hallazgos oceánicos deEspaña a la hora de ofrecernos su visión de Bensalém. Pero diremos quetodo su discurso (al margen de la elaboración ficcional) se presenta centradoen la investigación experimental que se practica afanosamente en el reinobensalemita, siempre de acuerdo con los postulados formulados por Baconen su Nuevo Método. Solo cabe señalar que, a fin de cuentas, en el mismo,quizá se esboza tempranamente una 'teología de la liberación', tan lejanadel iusnaturalismo español que, en cierto modo, recogería Quirós de otrasutopías que aún afloran entre nosotros.

Aquí quisiéramos terminar. Quizá le interese a alguien saber comoterminaría la aventura humana de Quirós. En Madrid, todavía en 1614,seguiría ofreciendo al igual que el inmortal Don Quijote, maravillosas ínsulasa todo aquel que quisiera escucharle. Al final y luego de enviar su Memorial52 (verano de 1614), terminará aceptando una Real Orden transmitida através del Consejo de Estado para que volviera a Lima y se pusiera a lasórdenes del Virrey... El vaso se había colmado. Sabemos, sin embargo de unúltimo Memorial, en el que, aparte de cierta agresividad, parece traslucirsealgún despego hacia Felipe III. La suerte de Quirós estaba ya echada. El 11de febrero de 1615 obtiene licencia para pasar al Perú con su mujer AnaChacón, dos hijos pequeños, un matrimonio pariente y un séquito de cuatroservidores y una criada. Al mes siguiente embarca. Un año después,encontrándose en Panamá, perdemos su rastro al morir Dios sabe dondey cuando. Quedarían sus viajes y tribulaciones para la Historia, al igual

256 José M. Gómez-Tabanera

que los de Mendaña y otros, que llevaron los descubrimientos hispanoshasta ¿Porqué no? Australia.

Fijémonos sin embargo que ni Mendaña ni el mismo Quirós con susimprudentes Memoriales hablaron de descubrir las minas del rey Salomón,ni siquiera el perdido Ofir, pese a que la idea flotaba en el ambiente llegandoincluso hasta Bacon.

NOTAS

1 Véanse Tomás Moro [Sir Thomas More], Utopía, traducido y editado porA. Vázquez de Prada (Madrid: Rialp, 1989); Tommasso Campanella, LaCiudad del Sol [traducido del italiano] editado por Emilio G. Estebánez(Madrid: Grupo Editorial Zero Syx, 1984 y Francis Bacon, Nueva Atlantida,Introducción, traducido y editado por Emilio G. Estebález (Madrid:Mondadori, 1988).

2 Véanse Pedro Fernández de Quirós, Descubrimiento de las regionesaustriales, editado por R. Ferrando, Colección 'Crónicas de América', 25(Madrid: Historia 16, 1986); Osear Pinochet de la Barra (ed.), Memorialesde las Indias Australes de P. Fernández de Quirós, Crónicas de América, 64(Madrid: Historia 16, 1991); J. Zaragoza, Historia del Descubrimiento delas regiones austriales hecho por General Pedro Fernández de Quirós, 3vols (Madrid, 1876) [reedición en preparación por J.M. Gómez-Tabanera];y Sir Clement Markham (ed.), The Voyages of Pedro Fernández de Quirós,1595 to 1606, HakluytSoc.,ser. II, nos. 14-15 (Londres, 1904) [versión alinglés desde el español; incorrecta en algunos extremos].

3 Véanse Oskar H.K. Spate, The Spanish Lake (Australia: Canberra, 1979);Robert Graves, Las Islas de la Imprudencia [traducción española] (Barcelona:Edhasa, 1984). Véase también V, Fernández Vásquez, 'D. Alvaro de Mendañay sus orígenes bercianos', Revista Española del Pacífico, 4 (1994).

4 Véanse Gómez-Tabanera, Reencuentro desde la otra orilla: Utopía europea,Utopía indiana y Utopía del pacífico, Conferencia en la Academia Nacionalde la Historia (Caracas, 1991), A. Landin Carrasco, Islario español del Pacífico(Madrid: Cultura Hispánica/I.C.I., 1984); y C. Lloyd, Pacific Horizons(Londres: Alien and Unwin, 1946).

5 Véase Martin de Munilla, La Australia del Espíritu Santo: the Journal ofFray Martín de Munilla and other Documents Relating to the Voyage ofPedro Fernández de Quirós to the South Sea (1605-1606) and the FranciscanMissionary Plan (1617-1627) traducido y editado por Celsus Kelly, con unprólogo etmográfico etc. de G.S. Parsonson, 2 vols, 2a serie, nos.126, 127(Cambridge:Cambridge University Press/ Hakluyt Society, 1966).

6 Véase C. Sanz, Australia: su descubrimiento y denominación (Madrid:Dirección General de Relaciones Culturales, Ministerio de AsuntosExteriores, 1973) [Recopilación de varias ediciones hispanas y extranjerasdel Memorial núm. 8 de Quirós].