77-fundamentos estrategicos del ajedrez - estrin
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Manual si quieres dominar algunas técnicas del ajedrez,TRANSCRIPT
El ex campeón mundial de ajedrez por correspondencia, el soviético Y. B. Estrin, nos ofrece unas magistrales lecciones encaminadas a perfeccionar los conocimientos técnicos del ajedrecista.
Para ello se cuestionan diversos temas de estrategia ajedrecística, tanto por lo que se refiere a la teoría de aperturas y a sus últimas investigaciones, como a otras fases de la partida y a su metodología actual. Taimanov y Zlotnik incluyen consejos muy valiosos para conducir la lucha ajedrecística y desarrollar la visión combinativa en el tablero.
El propio Estrin, en un capítulo dedicado al contragambito Falkbeer, profundiza en la esencia de los gambitos y nos explica el porqué es indispensable familiarizarnos con ellos.
La preparación teórica ocupa un lugar importantísimo en la actividad creadora de los mejores jugadores del mundo. En este libro, fruto de la experiencia acumulada en la Unión Soviética durante estos últimos años, se ofrecen al lector los más candentes problemas planteados por la metodología actual de la enseñanza del ajedrez.
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FUNDAMENTOS ESTRATÉGICOS DEL AJEDREZ
Y. B. ESTRIN (Compilador)
FUNDAMENTOS ,
ESTRATEGICOS
DEL AJEDREZ
EDICIONES MARTINEZ ROCA
BARCELONA
Titulo original: Teoria i praktika shakhmatnoi igry
Traduccion de J. M. Lopez de Castro
Revisión tecnica: Juan Navarro
© Ed. Vyssh. Shkola, Moscu, 1981 © 1985, Ediciones Martincz Roca, S. A. Gran Via, 774, 7.0, Barcelona-13 ISBN 84-270-0989-5 Deposito legal B-36.929-1985 Impreso por Diagráfic, S. A., Constitucion 19, 08014 Barcelona
Impreso en Espatia - Printed in Spain
ÍNDICE
La estrategia en el ajedrez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
M. E. Taimanov. Principios estratégicos de la apertura . . . 13
B. A. Zlotnik . Fundamentos estratégicos del ajedrez . . . . . . 22
l. Elementos de estrategia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
A. Columnas y diagonales abiertas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
B . Estructura de peones, casillas débiles . . . . . . . . . . . . . 30
C. Disposición de las piezas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
D. Centro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
11. Posiciones típicas del medio juego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
A. Estructura de Carlsbad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
B . Posiciones simétricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 O 1
La maestría del jugador de ajedrez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Y. B. Estrin . Bl contragambito Falkbeer . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Primera variante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Segunda variante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
Tercera variante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
Pa1 ti das ilustrativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
7
Esta obra, recopilada por el ex campeón mundial de ajedrez por correspondencia Y. B. Estrin, tiene por objeto brindar una ayuda sistemática al jugador de ajedrez. Aparte de divulgar la experiencia soviética, el presente libro ofrece diversas cuestiones de estrategia y táctica de suma utilidad para el desarrollo de las ideas ajet..tecisticas.
Primeramente se elucidan importantes temas estratégicos: El gran maestro Taimanov llama la atención de/ lector sobre la metodología que Iza de aplicarse en la fase inicial de la partida. A su vez, B. Zlotnik, profesor emérito del instituto Central de Cultura Física de la Orden de Lenin, trata detalladamente de los fundamentos estratégicos del ajedrez. El propósito de ambos artículos es indicar al estudiante el camino a seguir para peifeccionar sus conocimientos y técnica de juego.
Mención destacada merece el artículo de/propio compilador, en el que se estudian los métodos tácticos para conducir la lucha y desarrollar la visión combina ti va. Para ello, Estrin expone la importancia de familiarizarse con los gambitos, y profundiza en la esencia de éstos con su trabajo sobre el contragambito Falkbeer.
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1
LA ESTRATEGIA EN EL AJEDREZ
PRINCIPIOS ESTRATÉGICOS DE LA APERTURA
La apertura en la partida de ajedrez es, como si dijéramos, la «cosmovisión» del jugador, su credo artistico. Los buenos ajedrecistas elaboran esquemas iniciales con vistas a determinar de antemano no sólo la estructura de la inminente batalla en el medio juego, sino a veces también el carácter que revestirá la partida en el final.
A modo de ejemplo pueden citarse las profundas investigaciones de Mikhail Botvinnik en la Defensa Nimzoindia, que orientaron el desarrollo de la teoría de esta apertura durante toda una década. La idea básica de Botvinnik refleja una concepción estratégica que se proyecta sobre todo el juego.
¿En qué consiste? Examinemos la siguiente partida Botvinnik-Capablanca, jugada en el torneo A VRO de Holanda, 1938.
l. d4 Cffi 2. c4 e6 3. Cc3 Ab4 4. e3 dS
S. a3 6. b X c3 7. eX dS 8. Ad3 9. Ce2
10. 0-0 11. AX a6
M. E. Taimanov Gran maestro internacional
AXc3+ c5 eX d5 0-0 b6 Aa6 CXa6
Diagrama núm. 1
1 3
El plan de Botvinnik consiste e!} reforzar de momento la posición central de las blancas m�diante f3 y e4, para luego, una vez puestos en movimiento estos peones, emprender un peligroso ataque contra el rey enemigo. Por su parte las negras tratarán de contener el avance de los peones del adversario y organizar a su vez un contraataque en el flanco de dama.
12. Ab2
Más tarde empezó a jugarse aqw 12. Dd3 para provocar la respuesta 12 .... , c4, después de lo cual la acometida de los peones blancos resulta todavía más eficaz. Por ejemplo:
12 . ... , c4; 13. Oc2, Cb8; 14. f3. Te8; 15. Cg3, Cc6; 16. Df2, Dd7: 17. Ab2, Te6; 18. Tae 1, Tae8; 19 Te2, g6; 20. Tfe1, Ca5; 2 1. e4, Db7: 22. e5, Cd7; 23. f4, fS; 24. Cf l , b5. 25. Ce3, Cb6; 26. g4; con peligroso ataque de las blancas ( G ligoricBenkó, Budapest, 1948).
Si a 12. Dd3 las negras contestan 12 . ... , Cc7, entonces el blanco, abriendo el juego en el centro mediante 13. f3, De8; 14. a4, Dc6; 15. c4!, logra las mejores perspectivas: 15 . ... , eX d4; 16. eX d5, DX d5; 17. e4, Dd7; 18. D X d4, Ce6 (obviamente el final que resulta de 18 . ... , D X d4; 19. C X d4, Ce6; 20. CfS es del todo favorable a las blancas); 19. Df2, Tfd8; 20. Ab2 (Lilienthai-Benko, Moscú-Budapest, 1949).
12. Dd7 13. a4 Tfe8 14. Pd3 c4
Como se reveló ulteriormente, era más fuerte 14 . ... , Db7! Con la jugada del texto las negras preparan una maniobra de caballo que tiene por olr jeto ganar el débil peón a4.
14
15. Dc2 16. Tae11 17. Cg3 18. f3 19. e4
Cb8 Cc6 Ca5 Cb3 DXa4
Diagrama núm. 2
Los planes estrategicos de ambos bandos han tomado forma concreta. Las negras tienen ya en su haber el peón débil que se proponían ganar y ahora preparan avance lateral en el flanco de dama. En cuanto a las blancas, están ya listas para emprender un fuerte ataque contra el rey adversario.
¿Quién correrá más? Los estudios teóricos de Botvinnik
y la práctica de esta variante en diversos campeonatos muestran que las posibilidades del blanco son mucho mejores.
He aquí la continuación de esta partida ya clásica:
20. eS 21. Df2
Cd7 g6
22. f4 f5 23. e X f5 a. p. C X f6
24. r5 25. T X el 26. Te6 21. rx e6 28. Df41 29. DeS
TX el TeS TX e6 Rg7 DeS De7
Diagrama núm. 3
Las negras parecen haberse defendido satisfactoriamente, pero... con la brillante combinación que sigue, Botvinnik fuerza la victoria del blanco.
30. Aa31 1 3 1. ChS+I 32. Dg5+ 33. D X ffi+ 34. e7
DXa3 gX h5 Rf8 Rg8
Las amenazas 35. Df8++ y 35. e8= D+ son mortales de necesidad. La única cuestión que ahora se plantea es si las negras pueden o no dar jaque perpetuo.
34. 35. Rfl 36. Rg3 37. Rh4 38. RX hS 39. Rh4
Del+ Dc2+ Dd3+ De4+ De2+ De4+
40. g4 Del+ 41. RhS
Los jaques se han acabado, y Capablanca no tuvo más remedio que abandonar.
La posición que sigue procede de una partida Botvlnnlk-Alexander (encuentro por radio URSS-Gran Bretaña, 1946):
Diagrama núm. 4
No es dificil darse cuenta de su identidad con la posición ya vista en el diagrama 2, de la partida Botvinnik-Capablanca. La única diferencia consiste en que aquí el alfil de las blancas se encuentra en a3, en vez de b2. Por una parte, esto es ventajoso para el blanco, ya que su alfil tiene asi mayor actividad. Pero hay también un inconveniente: ahora las blancas deben perder un tiempo en defender esa pieza.
20. Db2 a5
En una partida Euwe-Denker ( Groningen, 1946) se jugó 20 . ... , g6;
15
21. eS, Cd7; 22. f4, fS; 23. e X f5 a.p., C X ffi (a 23 .... , T X el; 24. TX el , C X fO sigue 25. Te6! con ventaja de las blancas) y aquí conti· nuando 24. Ae7, Dc6; 25. fS, Ce4: 26. T X e4!, d X e4; 27. ffi, Rf7; 28 De2 el blanco habría tenido un peligroso ataque.
21. e5 bS 22. Ad6
Como lo indicó A. Konstantinopolski, era más fuerte 22. e X ffi!, b4. 2.3. Df2, D X a3 (o 23 . ... , b X a3 ¡ 24. CfS con ataque decisivo. Cierto que la jugada del texto tambien conserva la superioridad de las blancas.
22 • ...
23. e X ffi! 24. rx g7 2S. TeS! 26. f4 27. De2 28. fS 29. dX e5 30. ffi?
Te6 TXd6 b4 TeS Dd7 Tde6 TX eS bX c3
Grave negligencia. Según el propio Botvinnik, las blancas debían continuar 30. e6 o 30. ChS con amenazas decisivas.
30 . •.• Da7+?
A su vez las negras cometen un error, dejando escapar la ocasión de apoderarse de la iniciativa mediante 30 .... , Cd4!
31. Rhl Cd4 32. De3 Ta8 33. D X c3 a4
Ahora sigue una combinación sencilla, pero elegante:
16
Diagrama núm. 5
34. D X d4! ! 3 5 . Cf5 36. e x d4 37. CfS 38. e6
DXd4 h5 TeS d4 abandonan
Esta idea de Botvinnik, relacionada con el avance metódico de los peones «e» y «f», se vino más tarde a utilizar también en otras aperturas, por ejemplo la variante de Carlsbad del gambito de dama.
En tal sentido es digna de atención la siguiente partida Botvinnik-Keres del 20.0 campeonato de la URSS (Moscu, 1952):
l. d4 2 . c4 3 . Cc3 4. e X d5 S. Ag5 6. e3 7. Ad3 8. Dc2 9. Cge2
10. 0-0 11. Tabl
Cffi e6 d5 eX d5 Ae7 0-0 Cbd7 TeS Cf8 C6 Ad6?
Un error. Había que jugar 11. ... , Ch5, cambiando los alfiles de casillas negras.
12. Rh1 Cg6 13. f3l Ae7 14. Tbe1
Dia¡:rama núm. 6
Las negras han tenido que perder tiempo y regresar con el alfil a e7. Las blancas, por su parte, han renunciado a su primitivo plan de juego en el flanco de dama y ahora preparan el avance e4 para atacar por el centro.
14. 15. AX e7 16. Cg3 17. Df2 18. crs 19. AX fS 20. e4
Cd7 TX e7 Cffi Ae6 AXfS Db6
Tras minucioso aprontamiento para efectuar esta ruptura central, las blancas llevan adelante su plan estratégico.
20. 21. rx e4 22. eS 23. Ce4!
dX e4 Td8 CdS
El proyecto de las blancas se realiza con pleno éxito. Las fuerzas enemigas se estorban unas a otras y nada pueden hacer para oponerse al violento ataque que se les viene encima.
23. 24. Cd6 25. Ae4 26. Dh4l 27. AX dS 28. Tc1 29. Tc3
30. CfS!
Cf8 Dc7 Ce6 g6 eX dS Dd7 Tf8
El golpe de gracia, que fuerza inmediatamente la victoria. Si el caballo es capturado, sigue mate en 3 jugadas. La partida continuó todavía:
30. 31. Ch6+ 32. Dffi
Tfe8 Rf8 Cg7
17
33. Tcf3 34. e x n 35. DgS 36. Ch6 37. g4
TeS Tc6 CfS Dg7 abandonan
La idea de Botvinnik constituye un modelo de desarrollo en la apertura.
Es interesante observar que yo mismo tuve una vez la oportunidad de aplicarla . . . jcontra el propio Botvinnik! Sucedió esto en la quinta partida de nuestro match para obtener el titulo de campeón de la U RSS (20.0 campeonato, 1 9 5 2), en el que ambos compartimos exaequo los dos primeros puestos ( Moscú, 1 953) .
l. d4 2. c4 3. Cc3 4. Cf3 S. e3 6. Ad3 7. 0-0 8. a3 9. b X c3
10. eX dS 11. a4 12. Ac2 13. Del!
Cf6 e6 Ab4 eS 0-0 dS Cc6 AXc3 b6 eX d5 c4 Ag4
Esta continuación relativamente nueva le cogió de sorpresa a mi ilustre adversario y, según parece, gracias a ello lograron las blancas una considerable ventaja de apertura.
La posición merece un diagrama:
( Véase diagrama num. 8)
13. ••. TeS?
Es curioso que este mismo error se cometiera también en las partidas Tolush-Keres (Talhn, 1 945) y Taimanov-Bondarevski ( semifinal del 20.0 campeonato de la
18
Diagrama núm. 8
URSS). Se imponia jugar 1 3 . . . . , A X f3; 1 4. g X f3, Dd7. En tal caso, debido al carácter cerrado de la posición, los caballos negros pueden enfrentarse con éxito al par de alfiles enemigos. Después del movimiento del texto, a las negras se les van a plantear graves problemas.
14. Ch4l
Tolush habi a jugado aquí 1 4. Cd2 para, tras 1 5 . f3, e fectuar el avance e4. Pero Keres logró desbaratar este plan por medio de la maniobra ... , Ah5-g6! Mi continuación la hace ineficaz.
14 . ... Ab5
Bondarevski, en la partida arriba mencionadd, probó aquí un plan distinto: 1 4 . . . . , Ca5; 1 5 . f3, Ac8; 1 6 . Aa3, Cb3. Sin embargo, tampoco así consiguió igualar e l juego.
15. f3 16. e x g6 17. e4
Ag6 hX g6 dX e4
Necesario, pues de lo contrario sigue 1 8. eS con el ulterior avance del peón f3.
Ahora las blancas obtienen un fuerte centro de peones, lo que, junto con e l par de alfiles, les asegura la su� perioridad.
18. rx e4
Diagrama núm. 9
¡y he aqui realizado(por su adversario) el plan de Botvinnik! Las ne� gras se encuentran de nuevo en graves dificultades y ni siquiera el campeón del mundo es capaz de oponerse con eficacia al arrollador avance de los peones blancos.
18. ... Dd7
De nada le servia al negro 1 8 . . . . , C X e4; 1 9 . A X e4, C X d4 en vista de 20. De3!, Cc2; 2 1 . Df3!, T X e4; 22. D X e4, C X a l ; 23 . Ag5! con ventaja de material por parte de las blancas.
19. Ag5 Ch7 20. Ae3 Ce7
21. Tl3 f:5 22. e5 Cf8
Las negras no pueden jugar 22 . . . . , g5 a causa de 23. Dfl !
23. h4 Ce6 24. Td1 Dd5
No es posible 24 . . . . , CdS debido a 25 . hS!
25. Acl Tf8 26. Aa3 Tae8 27. Dg3
Esta partida ilustra claramente la superioridad del par de alfiles en su lucha contra dos caballos.
27. 28. A X e7 29. T X fS 30. A X f:5
g5 T X e7 T X fS Cf4
Después de 30. . . . , g X h4; 3 1 . D X h4 las amenazas de las blancas serian irresistibles.
31. D X g5 32. d X eS 33. Rh2 34. Ae6+ 35. AX c4 36. Ae6!
T X eS DXdl+ Dd2 Rh7 g6 abandonan
Otro interesante duelo de apertura tuvo lugar en mi partida del 27.0 Campeonato de la URSS contra Polugayevski ( Leningrado, 1 960):
l. d4 2. c4 3. Cl3 4. Da4+ S. Cc3 6. e4
d5 dX c4 Cf6 Cbd7 e6 c5
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A la sazón recordaba yo únicamente que esta jugada del negro daba ventaja a las blancas, pero no tenia una idea clara de las diversas continuaciones.
7. d5 !
Lo más fuerte. Es peor 7. A X c4, e X d4; 8. C X d4, Ac5; 9. Ae3, 0-0; 10. 0-0-0? (10. Cc2!) y las blancas, en una partida LOwenfisch-Suetin (1953), cayeron víctimas de un fortísimo ataque tras 10 . ... , Dc7; 11. Rb1, a6: 12. Db3, b5.
7. ... e X d5 8. eS d4
Sólo ahora, al parecer, se dio cuenta Polugayevski del peligro que encerraba la variante recomendada aqui por los manuales de aperturas, según los cuales las negras debían obtener ventaja: 8 . ... , b5; 9. D X b5, Tb8; 10. Da4, d4; 11. e X ffi, d X c3;12. A X c4, Tb4 (si 12 . ... , e X b2 sigue 13. A X f7+!) 13. Dc2, D X ffi.
De hecho, poco antes de nuestro encuentro, en 1959, había salido a la luz un análisis del maestro húngaro Negyessy donde se demostraba de manera convincente que, jugando 13. Dd1!, en lugar de 13. Dc2, las blancas consiguen una posición victoriosa. Por eso, en la partida que comentamos, el negro se abstuvo de continuar 8 . .... bS.
9. AX c4l 10. e X ffil 11. AgS 12. 0-0-01
dX c3 DXffi Dc6
(Véase diagrama núm. 10)
En este momento me senti feliz de poder efectuar este bonito sacrificio
20
Diagrama n lim. 10
de dama. Es claro que a 12. ..., D X a4 hubiera seguido 13. The1 + forzando la victoria. Tampoco se salvan las negras con otras respuestas.
12 . ... eX b2+
Si 12 . ... , Ae7, las blancas continúan 13. D X c6! (pero no 13. The1? a causa de 13 . ... , 0-0! 14. D X c6, A X g5+) 13 . .. . , b X c6: 14. A X e7, eX b2+; 15. RX b2, RX e7; 16. Thel+, Rd8; 17. Cg5; o 16 . ... , Rf8; 17. CeS con neta süperioridad.
13. RX b2 Ae7 14. The1 ffi 15. AbS Db6 16. Rcll
Ya no hay defensa. La partida siguió:
16. 17. AX d7+ 18. T X e7l 19. De4+ 20. AfS+ 21. DeS+
rx g5 Rf8 RX e7 Rd8 Rc7 Rc6
22. Td6+ 23. Db2+
Rb5 abandonan
El final de esta partida se ha jugado en el más puro estilo de los maestros antiguos, y durante mucho tiempo me sentí orgulloso de tan brillante victoria hasta que . . . , hasta que me entere de quP.ya en 1 934 -es decir, 26 años atrás- «mi>> sacrificio de dama babia sido recomendado por Hans Müller. Decididamente . . . «iNunca te acostarás sin saber una cosa más! ».
Para terminar, repetiremos que no es tan necesario acordarse de infinitos sistemas y variantes como penetrar en su esencia intima y tratar de asimilarla.
Por desgracia, actualmente la mayona de los jóvenes ajedrecistas se contentan con memorizar datos y mas datos, preocupándose sólo de seleccionarlos; o sea, reteniendo para si lo que se les antoja ütil e interesante y lo que corresponde a sus gustos.
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FUNDAMENTOS ESTRATÉGICOS DEL AJEDREZ
La fuerza practica de un ajedrecista depende de los siguientes factores: su capacidad para calcular variantes, para evaluar correctamente una posición y para elaborar un plan de juego que responda a las exigencias de la misma.
La aptitud para el cálculo de variantes entra de lleno en el campo de la táctica, mientras la correcta evaluación de las posiciones y lo referente al plan de juego pertenecen a la estrategia.
Estrategia y táctica forman un todo indisoluble. E l ajedrez moderno, caracterizado por un gran dinamismo y combatividad con frecuentes cambios de plan debidos a la tenaz defensa del adversario, le exige a cada jugador una sólida maestria tanto táctica como estratégica.
La experiencia demuestra, no obs-
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B. A. Zlotnik Maestro de Deportes, Profesor emérito del GTzOLIF K ( Instituto Central de Cultura Fisica de la Orden de Lenin)
tante, que muchos jóvenes de hoy, fascinados por el atractivo de las complicaciones tácticas, son a menudo incapaces de resolver satisfactoriamente los problemas más estratégicos que les plantea la partida.
El presente ensayo 'tiene por objeto indicarles a esos jóvenes ajedrecistas cómo han de trabajar personalmente para perfeccionarse en la estrategia.
En la primera parte se estudian los diversos elementos estratégicos cuyo dominio permite evaluar certeramente una posición.
En la segunda se consideran algunas posiciones ti picas del medio juego. Su examen atento es la mejor manera de abordar el problema de la elección de un plan correcto de batalla.
Al tocar esta o aquella cuestion es-
tratégica, atenderemos tambien, además de los casos y puntos de vista generales, a las «excepciones que confirman la regla», teniendo con ello por única meta una evaluación lo más fina posible de las posiciones. Cuanto más alta es la categoria del jugador y mayor su experiencia, tanto mas provecho saca de una gran amplitud de miras en el momento de apreciar los rasgos de la lucha que se desarrolla sobre el tablero. Por eso, el estudio de todo este material le ayudará al ajedrecista a salirse de una mentalidad y pensamiento estereotipados, así como a agudizar su «olfato» posicional. Hemos de añadir que, en el presente trabajo, se ofrecen por regla general no fragmentos de partidas aislados de su contexto, sino las partidas mismas en su totalidad, de modo que aparezca claramente la relacion que existe entre apertura, medio juego y, segun los casos, también el final. Salvo raras excepciones. dichas partidas reflejan la práctica de los mejores maestros del mundo.
l. ELEMENTOS DE ESTRATEGIA
El primer campeon oficial del mundo. Wilhelm Steinitz. fue el fundador de la teona cienufica en ajedrez. Su tesis basica reza así: «Todo plan que se elabore ha de ser congruo con el caracter de la posición. >> Sin embargo, antes de fmjar un plan es preciso hacer el recuento de los signos o indicios que permiten evaluar la posición. Steinitz definió por si mismo algunos de esos elementos. que le sirvieron para fundamentar su teona.
Pese a haber sido ésta elaborada en el siglo pasado. muchos de sus principios, con los que se ha enriquecido la practica del ajedrez moderno. siguen aun siendo validos.
Examinemos a continuación los principales factores posicionales o elementos estratégicos, como aquí los llamamos, que han resistido con éxito a los embates del tiempo:
A) Columnas y diagonales abiertas B) Estructura de peones, casillas
débiles C) Disposicion de las piezas D) Centro
El jugador que asimile bien estos elementos sera capaz de aprender a evaluar una posición. Tal evaluación, de carácter estático. constituye el punto de partida para ponerse a buscar la jugada correcta y calcular variantes.
Debemos hacer notar que, en la práctica actual de los torneos, tienen también gran importancia los factores o elementos dinámicos del juego posicional, pero de ellos no tratamos en este ensayo.
A. Columnas y diagonales abiertas
Hoy en dia, cualquier ajedrecista de nivel medio esta al tanto del importante papel que desempeñan en la partida las columnas abiertas. Su valor reside en el hecho de ser como grandes vías de comunicacion por donde las piezas atacantes pueden invadir el campo enemigo. No cabe duda de que quien las tenga bajo su dominio gozara de una incontestable ventaja posicional.
Con todo, cometeriamos un error valorando las columnas abiertas en abstracto, sin tener a la vez en cuenta otros elementos de la posicion. Por si sola una columna abierta no significa nada; su interés le viene de poderse utilizar para resolver determinados problemas estrategicos. Las piezas pesadas que ocupan una columna
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abierta deben actuar en armorua con las demas piezas de su bando.
La conquista de una columna abierta facilita la ganancia de espacio, una disposición mas armonica de las piezas propias, la creación en ella de avanzadillas o puntos de apoyo y un agrupamiento especifico de los peones.
Diagrama mím 1 1
La situacion de los peones en el diagrama precedente indujo a las blancas a enfilar su artillena en la columna «h», tras de lo cual resulta muy peligrosa la amenaza h X g5 . Ahora las negras deben o ceder a su adversario la columna «h» jugando l . . . . , Thy8, o efectuar ellas mismas el cambio l . . . . , g X h4 y quedarse asi con un peón muy débil en h6 . Las piezas blancas están idealmente colocadas para penetrar en el campo enemigo. A esa manera de disponer la artillería se le suele dar el nombre de Alekhine, por ser típica del antiguo campeon del mundo y sin duda también debido al gran efecto que produjo en una famosa partida jugada en
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San Remo, en 1 9 3 0, entre Alekhine y Nimzovich:
Diagrama núm. 12
En esta curiosa posicion, que surgió tras el movimiento 30. h4, las negras se vieron obligadas a abandonar: iLa parálisis de sus piezas ( zugzwang) es total!
A veces el mero dominio de una columna abierta basta para lograr el triunfo, pero en general éste se consigue invadiendo por ella el territorio enemigo con las piezas pesadas, que a menudo pasan a ocupar la séptima u octava fila ( segunda y primera del adversario respectivamente).
(Véase diagrama núm. 13)
La posición representada en este diagrama se dio en una partida Kotov-Steiner ( encuentro U RS S -USA, Moscú, 1 95 5 ). Para incrementar su presión en el flanco de rey, las blancas preparan l a apertura de la columna «g».
l. Tf3 Cd6
Diagrama nlim. 13
2. g4 Tf8 3. Rh l Rh8 4. Tgl Dd8 5. Tfg3 Td7 6. g51
La apertura de la columna en cuestión no puede ahora evitarse y las blancas, que han enfilado en ella las dos torres, no tardan en lograr una superioridad decisiva.
6. 7. A X f5 8. gXh6 9. Dg2
crs e X f5 gXh6
Y a tenemos a todas las piezas blancas ocupando triunfantes la columna abierta. Las negras no pueden defender al mismo tiempo los distintos puntos atacados (g8, g7, g6).
9. 1 0. Tg6 1 1 . Tg8+
Tdt7 De7 abandonan
Un ejemplo más complicado de dominio y explotación de una columna
abierta lo constituye el remate de la siguiente partida Botvinnik-Boleslavski ( 1 4.0 campeonato de la URSS, Moscu, 1 945).
Diagrama núm. 1 4
l. b4l
Las blancas siguen un plan caractenstico de estas estructuras de peones: efectuar los avances b4. c4 y eS , amenazando después ocupar con uno de los caballos la casilla d6 ( Cc4 y Cd6).
l . 2. Ab3
Ae6 T X d2
Las negras tienen que ceder a su adversario la columna abierta, pues el alfil de g7 está atado a la defensa del peon e5 .
3. D X d2 4. a X b3 5. c4 6. c5
A X b3 De6 Af6
Permite la invasión de la séptima fila y la ganancia de un peón.
25
6. 7. Dd7 8. D X b7 9. ex gs
10. D X a6 1 1 . Db7 12. Dd7 13 . Dd6 14. Cg4 15 . DXeS
Cc8 D X b3 AgS h X g5 Ce7 TeS Rf8 D X b4 TaS
Ganaba inmediatamente 1 5 . e x e5, D X e4: 1 6 . Df6, Df5 : 1 7 . Cd7+, etc.
1S . 1 6. Td7 17. Dd6+ 18. Dd4+
Db3 1 CgS Rg7
y las negras se rindieron pocas jugadas despues.
El dominio de una columna abierta en el centro tiene de particular que puede servir de excelente contrapeso para defenderse de un ataque enemigo por cualquier de ambos flancos, como lo confirma el clasico postulado estratégico: «Al ataque en un flanco conviene oponerse mediante una ruptura central. » Los ejemplos de este tipo de contraataque son numerosisimos. He aqui uno de los mas notorios:
A. Rubinstein A. Nimzovich San Sebastián, 1 9 1 2
(Defensa india antigua)
l. d4 2. c4 3. Cf3 4. Cc3 5. e4 6. Ae2 7. 0-0 8. Dc2 9. b3
26
Cf6 d6 Cbd7 eS Ae7 o.o TeS Af8 c6
En optmon de Em. Lasker, es mejor 9 . . . . , g6 seguido de 1 0 . . . . , Ag7 para luego . . . , eXd4 y . . . , CeS.
10. Ab2 ChS?
Diversión prematura en el flanco de rey. Lo correcto e ra 10 . . . . , a6 seguido de 1 1 . . . . . b5 .
1 1 . g3 Cb8 12. Tad1
Preparándose a abrir una de las columnas centrales.
12. 13 . Cbl ! 14. Tfel
Dffi Ah3 Cf4
Diagrama nitm. 15
15. d X eS
Esta jugada pone de relieve la fragilidad del ataque lateral de las negras.
15 . 16. C X eS !
d X eS T X e5
1 7. Afl Cd7 1 8. Dd2!
Varias piezas negras están ahora «en el aire».
1 8. 19. T X f1 20. Rg2 21 . f4 22. rx gS 23. D X d7 24. Tf2
A X fl Ch3 + CgS Dg6 T X e4 Te2+
y las blancas ganaron. Las diagonales abiertas tienen tan
ta importancia para los alfiles como las columnas para las torres. El siguiente ejemplo es caractenstico.
Diagrama núm. 16
A esta posición se llegó en una partida Spielmann-Henlinger (Viena, 1 929). Los alfiles blancos apuntan agresivamente al flanco de rey de las negras. Haciendo intervenir las piezas restantes en el ataque. las blancas no tardan en alcanzar la victoria.
l . DhS g6
No salvaban la partida ni 1 , . . . , h6; 2. A X g7! , R X g7; 3. Ce5+, e X 5: 4. C X 5 + con rápido mate, ni l . . . . , 5; 2. Ce X f5 , e X f5 ; 3. C X f5 , Cffi; 4. Dg5, g6: 5 . Tfe 1 . Ac5; 6. Te6, etc.
2. Cg4! Af6 3. CX f6+ CXf6 4. Dh6
Es peor 4. DeS a causa de 4 . . . . , Dd5!
4. TeS S. Tad1 De7 6. Tfel CeS 7. Cf5!
La irrupción de este caballo decide el juego. Su captura es imposible debido a la variante 7 . . . . , g X f5 ; 8. A X 5, ffi; 9. A X e6+, Rh8; 1 0. Td7.
7. 8. TeS 9. Ce7 +
DeS AdS abandonan
En efecto, si 9 . ...• D X e7 seguiría brillantemente 10. D X h7+!, R X h7; 1 1 . Th5 +, Rg8; 1 2. Th8++.
En los torneos actuales a menudo se emplean variantes de apertura cuya idea motriz es la lucha por la conquista de las diagonales para incrementar la actividad de los alfiles. En la defensa india de rey y en la variante del dragón de la defensa siciliana, por ejemplo, la pieza negra «de choque» no es otra que el alfil de casillas oscuras. Por su parte el alfil de rey blanco desempeña el mismo papel en las aperturas Réti e inglesa.
Para llegar a dominar una importante diagonal, que, dicho sea de
27
paso, puede ser utilizada también por la dama. es a veces necesario sacrificar un peon y hasta la calidad. He aqw una ilustración típica de esta idea:
R. Vaganian D. Velimirovich Ohrid, 1 972
(Defensa Benoni)
l . d4 Cf6 2. c4 eS 3 . dS g6 4. Cc3 Ag7 5. g3 0-0 6. Ag2 d6 7. Cf3 e6
En esta conocida posición. las blancas suelen jugar 8. 0-0, y después de 8 . . . . , eXd5: 9. cXd5, Cbd7 : 10. Cd2 ambos bandos vienen a tener iguales posibilidades. Con su siguiente jugada, las blancas emprenden un dudoso camino de adquisiciones materiales. a costa de empeorar la situacion de sus piezas.
S. dX e6? 9. gS
1 0. AXb7
AX e6 AXc4!
10. ... Cbd7
Ahora las blancas pueden ganar o la calidad o un peón, pero, como a menudo lo ha demostrado la práctica de esta variante. en ambos casos tienen las negras suficiente contrajuego.
1 1 . D X d6 h6 12. Cge4
Es mejor 1 2. Ch3. Tb8: 1 3 . Ag2. TeS: 14. 0-0. aunque también en este
28
Diagrama num. 1 7
caso la posicion d e las negras resulta muy prometedora.
12. 13. A X e4 14. 0-0
C X e4 TeS A X c3!
Fuerte jugada que les obliga a las blancas a aceptar el sacrificio de calidad, dejando que el negro domine la importante diagonal h l -a8.
15. A X aS 1 6. Dd1 17. D X d7
A eS D X aS Ad4
Ahora, en vista de la amenaza 1 8 . . . . . Ae6: 1 9. D a4. Ah3, las blancas tienen que devolver la calidad, lo cual. por otra parte. no debilita el ataque negro.
18. e3 19. RXfl 20. Da4 2 1 . Re2
AXfl Af6 Dhl + Te5
El ataque entra en su fase decisiva
y el circulo fatal empieza a estrecharse en torno del rey blanco.
22. Ddl 23. Ad2 24. Dgl 25. Tcl 26. Rel 27. Tc4
D X h2 Tf5 Dh3 Dg4+ Df3 A X b2
A 27 . . . . . Th5 seguina 28. Tf4.
28. g4 TeS 29. Dh2 DdS 30. Tc3 TeS 31. D X h6 Td8 32. Tc2 Ac3 ! 33. Abandonan
En la soberbia partida que sigue. las blancas sacrifican una torre para apoderarse de la diagonal a 1 -h8.
E. Geller D. Velimirovich La Habana, 1 97 1
( Defensa india de rey)
l . ef3 ef6 2. c4 g6 3. d4 Ag7 4. g3 0-0 S. Ag2 d6 6. 0-0 eS 7. ec3 ec6 8. d5 eas 9. ed2 eS
Mas frecuente es aqw 9 . . . . , a6 con la idea de 10 . . . . , Tb8 y 1 1 . . . . , b5.
10. e4 eg4
En una partida Geller- Langeweg (Amsterdam, 1 970) se hizo 1 0 . . . . . CeS, mas también en este caso, después de 1 1 . b3, f5 ; 1 2. e X f5. g X f5 ; 1 3 . Ab2. Cf6; 1 4. Dc2. Ad7; 1 5 .
Tae1 , a6; 1 6. Cd1 , b5; 1 7 . Ce3, Ch5; 1 8. Af3, Dg5; 1 9. A X hS!, D X h5; 20. f4, les fue imposible a las negras igualar el juego.
1 1 . b3 f5 12. e X f5 e4
Intento prematuro de asumir la iniciativa. Lo correcto era 1 2 . . . . , g X f5.
1 3. f6! ex f6
Diagrama núm. 18
14. Cd X e4! ! ...
Brillante sacrificio de torre. Despues de 1 4. Ab2, e3!; 1 5 . f X e3, Cg4, las negras tendnan un excelente juego.
14. 1S. e X e4 1 6. AgS 11. ex f6+ 18. Dal 1 9. Te1
e x e4 A X al Af6 T X f6 Rti
Pese a la falta de una torre, las
29
blancas son más fuertes en el sector donde se desarrolla el ataque, ya que al negro le es muy dificil poner en juego las piezas de su flanco de dama.
19. ... TbS
Como lo demostro más tarde el gran maestro l. Zaitzev, hubiera sido aqui mejor 1 9: . . . , Dh8, para después de 20. Dc3, b6: 2 1 . Te6, T X e6! ! ; 22. d X e6+ (a 22. D X h8? seguirla 22. . . .. Tel+; 23. Af l , T X fl+; 24. R X f l , Ah3+ y 25 . . . . . T X h8); 22. . . . , A X e6; 23 . Df3 +, AfS ; 24. DdS +, Ae6; 25. Df3+ forzar a las blancas a contentarse con tablas por jaque perpetuo.
Sin embargo, descubrir esa contracombinacion sobre el tablero es prácticamente imposible, lo cual justifica el riesgo aceptado por las blancas.
20. Te3 b6 2 1 . Tf3 Af5 22. g4 DhS 23. A X f6
Las blancas pasan a un final teóricamente ganado.
23. 24. D X ffi + 25. 8 x es 26. Te3 27. Te6+ 28. Af3 29. Rfl 30. Ah5 3 1 . TeS+ 32. Te7 + 33. TXb7
D X ffi R X ffi g X f5 Cb7 Rf7 TgS+ RfS Tg5 Rg7 Rh6
y poco a poco el blanco transformo su ventaja en victoria.
30
B. Estructura de peones, casillas débiles
El papel que a sumen los peones en la partida de ajedrez fue perfectamente descrito por Philidor con esta frase ya proverbial: «Los peones son el alma de la posición.» La cadena ideal de peones, que ambos jugad<r res poseen al sentarse ante el tablero. empieza a deformarse ya desde el primer movimiento. Su estructura en un momento dado de la batalla es sumamente importante para evaluar el estado de cosas.
Al examinar el esqueleto de pe<r nes hay que tener en cuenta dos elementos: la debilidad de los pe<r nes mismos y la debilidad de las casillas adyacentes. Por depender ambos factores de la e structura de los pe<r nes. los estudiaremos simultáneamente.
Llamase «casi l la débil» ( o «punto débil») aquella que puede ser ocupada por las piezas enemigas de manera estable. La doctrina sobre las casillas débiles constituye una de las partes mas importantes de la teona de Steinitz.
Desde sus primeros pasos en ajedrez, el jugador novel conoce por experiencia la debilidad tactica de la casilla f7 (o t2 ), que se encuentra junto al monarca y es defendida sólo por este.
A medida que v a adquiriendo mayores conocimientos estrategicos, el ajedrecista se percata de que tambien otras casillas se debilitan en el transcurso de la lucha.
Veamos, en los ejemplos que siguen, el modo p a rticular de aprovecharse del debilitamiento del punto c6.
En una célebre partida Botvinnik-Alekhine ( torneo A VRO. 1 938), 1as negras cometieron un error
de apertura que dejo débil esa importante casilla ( c6 ). Ello le permitió al blanco apoderarse de la columna abierta «c».
l . Cf3 2. d4 3. c4 4. Ce3 S . e X dS 6. e3 7. Ac4 8. e X d4 9. 0-0
1 0. Te1
d5 Cf6 e6 c5 ex d5 Ce6 e X d4 Ae7 0-0 b6?
Esta jugada tenia que haber sido precedida del cambio de caballos en c3. También era posible 1 0 . . . . ; Cf6 seguido de 1 1 . . . . , b6.
1 1 . C X d5 1 e X d5 12. Ab5 Ad7
Es mejor 1 2 . . . . , Ca5 .
1 3 . Da4 14. Af4 15 . DX b5 1 6. Da4 17 . A X d6 18. Tae1 1 9. De2!
Cb8 A X b5 a6 Ad6 D X d6 Ta7
(Véase diagrama núm. 1 9)
Nada pueden hacer las negras contra la ocupación de la columna «e» y su eventual dominio de la casilla critica c6. Los siguientes cambios, que quitan de en medio las damas y un par de torres, no les alivian la situacion. Sobre "el tablero se da el mismo caso de que antes hablábamo:; a propósito del dominio de las columnas abiertas; la victoria de las blancas es segura.
Diagrama núm. /9
19. 20. T X e7 21 . Dc7 22. T X e7 23. Rfl 24. TeS + 25. Tc3 26. Cel 27. h4 28. Tc7 29. Cf3 30. Cel 3 1 . Cd3
Te7 D X e7 D X e7 f6 Tf7 Tf8 g5 h5 Cd7 Tf7 g4 ffi f4
Es instructivo observar cómo Botvinnik va poco a poco reforzando la posición de sus piezas.
32. f3 33. g X f3 34. a4 35. Tc6 36. Rf2 37. b3 38. Re2 39. Tg6 40. CeS 4 1 . Tg7 + 42. Ce6
g X f3 aS Rf8 Re7 Tf5 Rd8 Cb8 Rc7 Ca6 ReS Tf6
3 1
43. ee7 + 44. e x dS 4S. TgS
Rb8 Td6 abandonan
La explosión de una casilla débil del adversario es también el tema de esta otra partida de Botvinnik, donde, haciéndose fuertes en el punto c6, las blancas obtienen una ventaja decisiva:
M. Botvinnik J. Donner Amsterdam, 1 963
(Apertura Réti)
l . c4 2. ef3 3. g3 4. Ag2 S . 0-0 6. b3 7. Ab2 8. e X dS 9. d4
1 0. d X eS !
ef6 e6 dS Ae7 0-0 b6 Ab7 e x dS eS
El plan de las blancas consiste en apoderarse de la casilla c6 .
1 0. 1 1 . ebd2 1 2. a3
A X eS ed7 eS f6?
Era preciso impedir la jugada siguiente de las blancas mediante 1 2. ...• aS.
1 3. b4 14. ed4! IS . R X g2 1 6. Db3 1 7. Tfc l 1 8. Df3
Ae7 A X g2 Dc7 Tfc8 Db7 + edS
Despues de 1 8 . . . . , D X f3+; 1 9 . e 2 X f3, Rf8: 20. ec6. Tc7: 2 1 . Tc2. Tac8: 22. Tac 1 con la amenaza 23.
32
e X e7, T X c2; 24. e X -c8, la ventaja de las blancas es también evidente.
19. e4 CS f6 20. bS ! a6 21 . ee6
Diagrama núm. 20
Las blancas han logrado el fin que se proponían y la posición de las negras es critica.
21 . 22. a4 23. a X b5 24. T X a l 25. Tdl 26. ee4 27. eS 28. Tal
Af8 a X b5 T X al Ta8 CeS CeS TeS
Ahora el negro no puede contestar 28 . . . . . Ta8 a causa de 29. TX a8. DX a8: 30. ee7 +. por lo que no h ay defensa contra la invasión de la torre blanca.
28. 29. Ta7
Tc2 D X a7
30. e X a7 3 1 . e x b6
T X a7 abandonan
La toma del punto c6 constituye asimismo uno de los motivos principales del ti pico sacrificio de pieza en d5 .
L Stein M. Tal Moscú, 1962
( Defensa sicil iana)
l . e4 2. ef3 3. d4 4. e x d4 S. c3 6. AgS 7. Ac4 8. Dd2 9. 0-0-0
10. Ab3
eS d6 e X d4 ef6 a6 ebd7 DaS e6 b5
Nada les reportan a a las blancas la continuacion 1 0. Ad5 , ya que después de 1 0 . . . . . b4!; 11. AX a8, bX c3. 12. b X c3, Cb6; 13 . Cb3! , Db5 ( no 13 . . . . , Da3+'!; 14. Rbl , CX a8; 15 . Dd4! con peligrosa iniciativa del blanco) no les quedan a cosa mejor que repetir jugadas: 14. Cd4. DaS: 15 . Cb3, Db5 .
1 0 . ... 1 1 . The l
Ab7 CeS
Esta variante lleva a un juego dificil para las negras. Como lo demuestra la práctica, es mas solido 11 . . . . , 0-0-0 o 11 . . . . , Ae7.
1 2. A X f6 13 . Df4 14. Dg4! I S . AdS
g X f6 Ae7 0-0-0
Cambiando el principal defensor de la casilla c6.
I S • ... b4?
Muy arriesgado. Era más fuerte 15 . . . . , Thg8; 16. Dh3, Tg7 con peor posición, pero defendible.
16. A X b7 + R X b7 17. CdSi
Diagrama núm. 21
Si ahora 17 . . . . , Thg8. las blancas gananan con la inesperada y elegante jugada 18. Cc6! Por eso hay que aceptar el sacrificio propuesto.
17 . ... 18. e X dS
e X dS Td7
Una defensa más tenaz sena 18 . . . . , Af8; 19. Cc6, Db6; 20. Dh5! (después de 20. C X d8+, D X d8; 21. D X b4+, Ra7 las negras tendrian cierto contrajuego), 20 . . . . , Td7, aunque también aquí la continuación 21. Rbl . amenazando 22. Te8, pondria al negro en situación dificil.
19. ec6 D X a2 20. D X b4+ Rc7
3 3
2 1 . eXe7 Tb8 22. Da3 Dc4
Tampoco 22. . .. , D X a3; 23 . b X a3 , Te8; 24. ec6 les dejaría a las negras la menor esperanza de salvacion.
23. ec6 24. DaS + 2S. Rbl 26. Td4 27. Rcl 28. Te3 1
Tb3 Tb6 ea4 e x b2 DeS
Ahora perece el caballo de las negras, por lo cual éstas abandonaron unas cuantas jugadas des pues.
La índole de la estructura de peones depende de la presencia, por una parte, de peones retrasados, aislados o doblados, y por otra de que haya o no peones pasados, sobre todo si tienen buen apoyo. Para deteriorar la estructura de peones del adversario, es a veces preciso recurrir a sacrificios de material.
D. Bronstein S. Tartakover
34
Torneo l nterzonal Estocolmo, 1 948
Diagrama mim 22
Pese a llevar un peón de ventaja, la posicion de las negras es peor, dada la clara debilidad de sus peones doblados en las columnas «e» y «g».
l . De4 1
Jugada característica. Las debilidades del esqueleto de peones se dejan sentir especialmente en el final.
l. 2. e x e4 3. Re2 4. Tad l S. T X d8 6. TO
D X e4 Ae7 Td8 0-0 T X d8 b6
Anticipandose a l a maniobra de las blancas ee4-f2-d3-c5 .
7. et2 TdS 8. ed3 Af6 9. eb4 TbS
Algo mejor era9 . . . . . Td6; 1 0. Td 1 , T X d1 ; 1 1 . R X d 1 , c5 .
1 0. a4 1 1 . e4 12. aS 13 . Tal 14. Rd3 lS . ea61
TeS b5 Ad8 Tc4 Ae7
Ahora en el campo de las negras se forma -sólo de momento, es ciertoun tercer par de peones doblados. Mas debil seria 1 5 . b3 , ya que des pues de 1 5 . . . . , T X b4; 1 6 . e X b4, A X b4 al negro le quedarían algunas posibilidades de tablas.
lS. 1 6. T X a4 17. eb8 18. b X a3 19. e X c6
Ta4 b X a4 a3 A X a3 A eS
20. Rc4 2 1 . RbS 22. Ra6 23. e x a7 24. g3 2S. c4 26. CeS 27. eS 28. Rb6 29. a6
Agl Rf7 Rf6 RgS Af2 Rf6 A X g3 Rf7 ReS abandonan
Los dinamicos metodos de lucha propios de nuestra epoca han enriquecido y en parte transformado el concepto de casilla y peones débile!. respecto al que se tenia en tiempos de W. Steinitz. Algunos sistemas modernos de apertura entrañan la creación, en el propio campo, de ciertas debilidades llamadas «dinamicas)), que se compensan con un activo juego de piezas.
Examinemos por menudo, a la luz de esta idea, el problema de los peones doblados.
He aquí lo que escribio a este propósito A. Nimzovich en su libro Mi sistema: «¿.En qué consiste la desventaja de los peones doblados? Cuando a la vez estan aislados, son faciles de capturar, o como mínimo su defensa resulta ardua; pero el problema no se agota con esto, pues dichos peones ofrecen tambien inconvenientes aunque sean compactos y puedan defenderse con facilidad ( entendemos por «compactos>> los peones doblados que forman cadena con otros peones) . . . La razon principal es que los peones doblados, al avanzar apretadamente en fila, dan pie a ciertos fenómenos de parálisis, bien conocidos>>.
A. Nimzovich ilustra su pensamiento mostrando la siguiente estructura de peones, tipica de la apertura de los cuatro caballos:
Diagrama núm. 23
Luego sigue diciendo: « Las negras. cuando su adversario juegue d3-d4, deben incitarlo a efectuar un nuevo avance en el centro: d4-d5 . Despues de esto. la debilidad de los peones doblados salta a la vista)).
Sin embargo, Nimzovich olvida en sus comentarios una importante cualidad de los peones doblados ( en particular, de la estructura representada en el diagrama), a saber, su excelente control de las casillas centrales. Ello permite en muchos casos aun aceptar su aislamiento, a fin de desarrollar ventajosamente las piezas propias o restringir la actividad de las contrarias. Nadie ha sabido mejor que Botvinnik explotar esta idea estrategica, evaluando con acierto el aspecto positivo de los peones doblados.
M.Botvinnik V. Panov ll.o campeonato de la URSS
Leningrado, 1 939 (Apertura de los cuatro caballos)
l . e4 eS 2. CfJ Ce6
35
3. Cc3 4. AbS S. 0-0 6. d3 7. b X c3 8. AgS 9. Te1
10 . d4 1 1 . Ac1
Cf6 Ab4 0-0 A X c3 d6 De7 Cd8 Ce6 c6
Según la teon a moderna es mas preciso 1 1 . . . . , Td8: 1 2. Afl . cS. pero aun asi las blancas pueden seguir el mismo plan que en la presente partida.
1 2. Afl Cd7 1 3 . g3 eS
Gracias a esta jugada de su adversario, las blancas disponen ahora del punto dS. La decisión del negro, no obstante, era prácticamente forzada a causa de la amenaza 1 4. A'a3.
1 4. d X eS ! 1S . Ch4!
d X eS
La idea de Botvinnik toma forma concreta en esta maniobra del caballo blanco.
1S . g6 1 6. Cg2 Cg7 1 7. Ce3 Cf6 1 8. Ag2 Ae6 1 9. c4
(Véase diagrama núm. 24)
Los peones blancos de la columna e reparten asi sus funciones: uno sirve para reforzar la pieza que ha de instalarse en dS. mientras el otro impide (en caso de necesidad) que las negras se instalen a su vez en la casilla homologa d4.
3 6
Diagrama núm.24
19. Tad8 20. De2!
Es importante hacer notar aqui el modo particular en que las blancas explotan la casilla debil del adversario: deben. en efe cto, asegurarse el dominio del punto d5 , pero no han de apresurarse a ocuparlo. Observese que la continuacion 20. Cd5 . A X dS: 2 1 . e X dS. Cd7 seguida de la maniobra . . . . Ce8-Cd3 dari a a las negras una cómoda posicion de bloqueo. Por eso. antes de apoderarse de la casilla d5 , las blancas toman sus precauciones para hacerlo con las debidas garantJas de éxito.
20. 2 1 . Ab2 22. f4 23 . Tad 1 24. Td2 2S. g X f4
Cd7 f6 Tde8 b6 e X f4 gS
A su vez las negras tratan de obtener para si la c asilla eS. pero no lo consiguen.
26. r x g5 27. eS 28. Cd5!
r x g5 Df7
En el momento mas propicio, ya que ahora no es posible el cambio arriba mencionado. La partida esta estratégicamente decidida. Aun siguió:
28. 29. Tfl 30. De4 3 1 . D X fS 32. e x f4 33. AdS + 34. e6+ 3S. T X f4 36. Tg2+ 37. Tg X g4+ 38. T X g4+ 39. Tg3 40. Ag7 1 4 1 . Af8!
Ch5 Cf4 DfS A X fS g X f4 Rg7 Cffi Rg6 Cg4 A X g4 RfS Tg8 Te7 abandonan
En la siguiente partida, donde las negras juegan la defensa Nimzoindia, M. Botvinnik emplea un método analogo de explotación de los aspectos positivos del peon doblado.
M. Bovitnnik V. Chekhover Leningrado. 1 938
( Defensa Nimzoindia)
l. d4 Cffi 2. c4 e6 3. Ce3 Ab4 4. Cf3 0-0
Mas preciso es 4 . . . . . c5; ya que la siguiente clavada del caballo negro resulta en este caso bastante desagradable.
5. Ag5 d6
6. e3 7 . Ae2 8. Dc2 9. 0-0
1 0. b X c3
De7 eS TeS A X c3
No es bueno 1 O. O X c3 a causa de 10 . . . . , Ce4 y las negras salen de todas sus dificultades.
10. h6 1 1 . Ah4 eS? !
Con esta jugada las negras, por un lado. refuerzan su presión sobre el centro blanco, pero por otro debilitan la casilla d5 . Mejor hubiera sido la inmediata 11 . ... , Ag4, y en caso de 1 2. A X f6, D X f6; 1 3 . De4, A X f3; 1 4. A X f3, Cc6; l S. De2, De7! el negro tendna una posicion muy sólida.
12. Tae1 Ag4 13 . A X ffi!
Eliminando al defensor de la casilla d5 .
13. 14. De4
D X ffi A X f3
Era mejor 1 4 . . . . . Ac8.
1S . A X f3 16. d X eS 17. Td1 18. TdS
Ce6 d X eS Tad8
(Véase diagrama núm. 25)
La posicion presente es ventajosa para !as blancas, por haber ocupado estas el importante punto central dS . Veamos ahora como aprovecha Botvinnik esta circunstancia.
18. 19. Tfd1
b6 Ca S
37
Diagrama núm. 25
20. h3 T X dS 2 1 . T X d5 !
Es peor 2 1 . e X d5 , Dd6 ( 2 1 . . . . •
Cb7?; 22 . Da4) seguido del traslado del caballo a d6, después de lo cual las negras obtendrían una posición muy prometedora.
2 1 . De7 22. Ag4 Db7 23. AfS !
Fuerte jugada que decide practicamente el destino de la partida, ya que ahora las negras no pueden impedir la irrupción de la torre enemiga en su 2.• fila.
23. ... Db8 24. Td7 Td8
Defendiéndose de 25 . Ah7+, Rf8; 26. Dd5.
38
25. D X eS ! C X c4 26. D X b8 T X b8 27. Ae4 !
L a variante 2 7 . T X a7, Cd6; 28.
Ad3, c4; 29. Afl , C b5 les dan a contrajuego a las negras.
27. 28. Ad5 29. e4 30. c4 3 1 . e X bS 32. eS 33. f41 34. Rf2
Ca3 Tf8 a S bS C X bS a4 Cd4
La intervención del rey blanco en el juego pone rápidamente fin a la batalla.
34. 35. g3 36. g X f4 37. Re3 38. fS 39. Te7 40. e6 4 1 . f X e6
gS g X f4 Ce6 c4 CeS Cd3 f X e6 abandonan
El peon e6 no puede ser detenido en su marcha triunfa l hasta la 8.3 fila.
En la praética actual de los torneos se dan bastantes partidas donde resulta aceptable para uno de los dos bandos dejarse debil i tar la estructura de peones doblando! os y aislandolos. Veamos un ejemplo:
L Portisch R. Fiseher Torneo interzonal
Sousse, 1 96 7 ( Defensa india de rey)
l . Cf3 2. g3 3. c4 4. d4 S. Ag2 6. Cc3 7. 0-0 8. e4
Cf6 g6 Ag7 0-0 d6 Cbd7 eS c6
9. h3 1 0. Te1 1 1 . dS 1 2. Tb1 13 . Ae3 14. A X eS? !
Db6 TeS CeS a5 De7
Mas a menudo se juega 14 . Cd2.
1 4. 1S . d X e6
d X eS b X e6
Por supuesto, no 1 5 . . . . . D X c6 a causa de 1 6 . Cd5 con ventaja de las blancas.
Diagrama núm. 26
He aqUI una posicion que, por su canicter, nos recuerda la surgida (con los colores cambiados) en la partida precedente Botvinnik-Panov despues de la 1 4.8 jugada. R Fischer procede ahora a trasladar su caballo a e6 ( ... , Ch5-g7-e6) «al estilo de Botvinnik».
1 6. Ca4 AfS 17 . Db3 Ch5 18. De3
A 1 8. Db6 las negras contestanan 1 8 . . . . , De7 seguido de 1 9 . . . . , Ta6, ya que no es posible 1 9. D X c6? a cau-sa de 1 9 . . . . , Ad7.
18 . ... , Da7 19. h4!
Preparando el cambio de los alfiles de casillas blancas. favorable al primer jugador en esta posición, y amenazando a la vez h5 si el caballo negro se va a g7.
19. 20. Rh2 2 1 . Ah3 22. R X h3
Cg7 ffi A X h3 Ce6? 1
Curiosamente, a esta misma posición. aunque con un tiempo de más para las blancas (Tbd1 ), se llegó en una partida Vaganian-Balashov(Vilna. 1 975), que sig\}io aqui: 23 . . . . , Tbd8; 24. Rg2, h5!; 25. T X d8, T X d8; 26. Cd2, Ce6: 27. Cb3, Tb8 con mejores posibilidades para el negro. Es claro que también en la posición del texto hubiera sido mejor 22 . . . . , hS , impidiendo la próxima jugada de las blancas.
23. h5 24. Th1 25. Rg2
g X h5 TadS Dg7
Defendiendo indirectamente el peon h5, pues a 26. T X h5? seguina 26 . . . . . Cf4+.
26. Rfl 27. Th4 28. De2 29. b3 30. Td1 3 1 . D X d1 32. De2
Dg4 Dg6 Ah6 Td7 T X d1 + TdS Ag5 !
39
Fischer encuentra a cada paso jugadas ingeniosas, pero aun asi no logra inclinar a su favor el platillo de la balanza.
33. ex gS 34. T X hS 35. Dg4
f X gS Td2
La variante 35 . D X d2, D X h5 : 3 6 . Dd7, Cd4 e s peligrosa para las blancas.
35. 36. Th2 37. Cc3 38. Cdl 39. Rg2
h6 Rg7 Td3 Dti Dd7
Las negras atacan el caballo enemigo y al mismo tiempo preparan una bonita celada: 40. Ce3?. T X e3! : 41 . f X e3 , Cf4+; 42. Rf3, Ddl +.
40. DfS T X d 4 1 . D X eS + Rg8?
Decision ambiciosa, que hubiera podido resultarle fatal a Fischer. Había que jugar 4 1 . . . . , Rg6; 42. Df5 +. Rg7: 43. DeS + con tablas por jaque perpetuo. lo cual es del todo conforme al estado presente de la partida.
42. T X h6 Cg7 43. Tg6?
Lamentable error. La continuacion 43. Db8+. Dd8: 44. D X d8 +. T X d8: 4S . T X c6, o43 . . . . , Rl7 : 44. eS brindaba a las blancas verdaderas probabilidades de triunfo.
40
43. 44. T X g7 + 45. DeS + 46. Dh5 + tablas.
g4! D X g7 Rh7 Rg8
Un rasgo esencial para definir globalmente la calida d de cualquier estructura de peones lo constituye tarobien la presencia de las llamadas «islas» o «islotes» ( grupos sueltos de peones e incluso u n solo peon) . El siguiente ejemplo. tomado de un final. ilustra mejor que n ada la debilidad que representan tales « islas».
P. Spielmann A. Rubinstein San Petersburgo, 1 909
Diagrama núm. 2 7
La posición d e las negras e s mejor por hallarse su rey mas cerca del centro, pero sobre todo por tener solamente dos islas de peones. mientras el blanco tiene cuatro.
Ahora podn an ganar inmediatamente un peon jugando l . . . . . Tb3 : 2 . Ta2. Td3. pero d e spués de 3 . a4. T X d4; 4. a5 las blancas activanan sus fuerzas.
l. Ta8! 2. Tc3 Ta4 3. Td3
La torre blanca, obligada a defender sus peones débiles, se encuentra ya en una posición pasiva.
3. Re7 4. Rg3 Re6 S. Rf3 RdS 6. Re2'? t
Ahora sena desventajoso para las negras 6 . . . . • T X d4 a causa de 7. Re3, tras lo cual el peón a3 se vuelve muy peligroso. Con todo, era mas preciso 6. h4. frenando el avance de los peones doblados del enemigo.
6. gS ! 7. Tb3 f6 8. Re3 Rc4 9. Td3 dS
1 0. Rd2 Ta8 1 1 . Re2 Ta7 12. Rd2 Te7!
Poniendo a las blancas en zugzwang.
1 3. Tc3 + 14. a4 IS . Ta3 1 6. Tal 1 7 . Re3?
R X d4 Ta7 Ta5 Rc4
La variante 1 7 . Tc1 +!, Rb4; 1 8 . Tbl +. R X a4; 1 9. Rd3. TeS; 20. Rd4. Tc2: 2 1 . Tb7, T X f2; 22. T X g7 les daba a las blancas posibilidades de tablas.
17 . ... d4 + 18. Rd2 Tf5
La torre negra. a diferencia de su contraria. desarrolla gran actividad.
19. Rel Rb4! 20. Re2 RaS 2 1 . Ta3 Tf4
22. Ta2 23. Rd3 24. R X d4 2S. Rd3 26. Te2 27. Re3 28. Tc2
Th4 T X h3 + Th4+ T X a4 Tf4 Rb6 Rb7 !
Las negras impiden el juego activo de la torre enemiga.
29. Tc1 Ta4 30. Thl Rc6 3 1 . Th7 Ta7 32. Re4 Rd6 33. RfS g6+ 34. R X g6 T X h7 3S. R X h7 ReS 36. Rg6 g4 37. abandonan
La siguiente partida constituye un modelo de tecnica en lo que se refiere a explotar la debilidad de las islas de peones.
T. Petrosian M. Botvinnik 5 .• partida del match
Moscu, 1 963 (Defensa Grunfeld)
l . c4 2. d4 3. Cc3 4. Cf3 S. e3 6. Ae2 7. A X c4 8. d5
g6 Cf6 d5 Ag7 0-0 d X c4 eS e6
Decision delicada. que concede a las blancas un final ligeramente favorable. Merecía considerarse 8. Ce8.
9. d X e6 D X di +
4 1
10. R X d l 1 1 . A X e6
A X e6 r x e6
Diagrama núm. 28
En la posición que acaba de surgir, las negras tienen una sola debilidad: el peon e6 . Comentando esta partida, T. Petrosian observaba que el intento de ganar ese peón estaba condenado al fracaso. No obstante, hacia hincapié en que la debilidad de un peón aislado no depende solo del peligro de su captura. Otro inconveniente, no menor, consiste en que la casilla o varias de las casillas que tiene delante pueden ser aprovechadas por el adversario como puntos fuertes para sus piezas. En atencion a esto, Petrosian juzgaba que la partida era aquí mejor para las blancas.
12. Re2 ec6 13. Tdl Tad8
Es más correcto 1 3 . .. . . Rf7 .
14. T X d8 T X d8 1 5. eg5 !
42
Fuerte jugada, gracias a la cual un caballo blanco pasará a ocupar una posición inexpugnable en el centro.
1 5. 1 6. ege4 11. ex e4 18. Tbl 19. Ad2!
TeS e x e4 b6 Cb4
Si ahora 1 9 . . . . . C X a2. seguiria 20. Tal , eb4; 2 1 . A X b4, e X b4; 22. T X a7. A X b2; 23. Tb7 con ventaja de las blancas.
19. Cd5 20. a4 TeS 21 . b3 Af8 22. Tcl Ae7
Era preciso 22 . . . . . Tc7; impidiendo la siguiente jugada del blanco.
23. b41 24. b5 25. Ac3 26. Tc2 27. T X c3 28. Tc2 29. ed2
c4 Rf7 Aa3 e x c3 Ab4 Re7 c3
Pasar aqw a un final de torres mediante 29 . . . . . A X d2; 30. R X d2, Td8+: 3 1 . Rc3 , Tdl les daba a las negras, según Petrosian, más posibilidades de defensa.
30. ee4 3 1 . Rd3 32. Rc4 33. e X c3 34. ee4!
Aa5 Td8 + Td l Th l
Las blancas devuelven el peón ganado. pero refuerz a n su posicion en el centro.
34 . . .. T X h2
3S. Rd4. Rd7 36. g3 Ab4 37. ReS
Con esta jugada las blancas inician la penetración del rey en las filas enemigas, lo que no tardará en decidir el resultado de la lucha.
37. 38. Rf6 39. Rg7 40. Tc61 4 1 . Rf7 42. Te6 43. Td6+ 44. ReS 4S. Tc6 46. CgS 47. Rf7 48. Rg8
ThS + Ae7 + eS Thl Tal Ad8 ReS Ac7 Tdl Td8+ Td7+ abandonan
C. Disposición de las piezas
Mucho tiempo ha transcurrido ya desde que el célebre gran maestro alemán S. Tarrasch proclamara, entre tantos otros, este conocido principio: «Cuando una pieza está mal, toda la partida está mal.» Semejante fórmula parece demasiado categórica, aunque también en las partidas de nuestros días pueden encontrarse no pocos ejemplos que confirman su veracidad. El aprovechamiento de la mala posición de las piezas del adversario es un tema frecuente en la práctica del ajedrez. Por ello, al aficionado que trata de perfeccionarse le es indispensable aprender a explotar ese tipo de desventaja.
U. Winter J. R. Capablanca Hastings, 1 9 1 9
(Apertura de los cuatro caballos)
l . e4 eS
2. Cf3 Cc6 3. Cc3 Cf6 4. Ab5 Ab4 S. 0-0 0-0 6. A X c6
Mas rico en posibilidades resulta 6. d3, d6; 7. Ag5 , como se jugó en la partida Botvinnik-Panov anteriormente mencionada.
6. 7. d3 8. AgS 9. Ah4 1 0. CdS?
d X c6 Ad6 h6 eS
A esta jugada se debe, de hecho, la pérdida de la partida. Era necesario hacer primero 10. A X f6, D X f6, y solo después 1 1 . Cd5, con igualdad.
1 0. l l . C X f6+ 1 2. Ag3 13 . b3 14. D X f3 1S. g X f3
gSI D X f6 Ag41 A X f3 D X f3 f61
Diagrama núm. 29
43
El alfil blanco esta ahora como encerrado en una jaula, de la cual le es prácticamente imposible escapar por hallarse los dos peones f2 y f3 privados de movimiento.
1 6. Rg2 17 . a4 1 8. Thl 19. h4
aS Rl7 Re6 Tfb
.8
Disfrutando en realidad de una pieza de más, las negras preparan una ofensiva en el flanco de dama.
20. h X g5 2 1 . b3 22. Ta2 23. Tha1
h X g5 c6 bS c4!
No, naturalmente, 23 . . . . , b4?, después de lo cual, la suerte del alfil negro no seri a mucho mejor que la de su contrario.
24. a X bS 2S. e X b3 26. Ta4 27. d4
e X b3 T X bS T X b3 TbS
Las negras tienen ya un peón de ventaja. El resultado de la partida no deja lugar a dudas.
28. Tc4 Tb4 29. T X e6 T X d4 30. abandonan
Tales ejemplos abundan en las partidas de J. R Capablanca. El encerramiento de una pieza enemiga en un lado del tablero, excluyendola asi del juego, seguido de un ataque en el flanco opuesto, era uno de los procedimientos más caracteristicos del ilustre ajedrecista cubano.
Veamos ahora dos ejemplos modernos. El gran maestro S. Furman
44
dio a la primera fase de la siguiente partida el nombre de apertura . . . id e un caballo!
S. Furman L Polugayevski 37.° Campeonato de la U RSS
Moscú, 1 969 (Defensa india de dam:i)
l. d4 2. c4 3. Cf3 4. Cbd2 S. e3 6. Ad3 7. 0-0 8. a3 9. b4
1 0. b X eS 1 1 . Tb1
Cf6 e6 Ab4+ 0-0 b6 Ab7 dS Ae7 eS b X eS Aa6
Esta jugada dificulta el desarrollo del flanco de dama de las negras. Era preferible 1 1 . . . . , Dc8.
12. CeS 13 . e X d4 14. Cdf3 IS. C X eS
e X d4 Cfd7 C X eS Af6?
Un error. Ahora las negras no consiguen romper el cerco que las oprime. La única posipilidad de continuar luchando consisiia e n sacrificar la calidad mediante 1 5 . . . . , A X c4; 1 6 . C X c4, d X c4; 1 7 . Ae4, Cd7.
(Véase diagrama núm. 30)
1 6. De2 h6 17. Tdl D eS
Tratando de simplificar e l juego. Sin embargo, despues del cambio de damas toda vi a resaltara con más fuerza el subdesarrollo del flanco de dama negro.
Diagrama núm. 30
1 8. e X dS 1 9. A X e2 20. Af4 2 1 . Aa41
D X e2 e X dS Td8
Cortándole el camino al caballo negro, que sigue sin poder moverse.
2 1 . Ae7 22. Tb3 g5 23. Ag3 f6 24. Cg61
Es importante cambiar el alfil de rey de las negras, principal defensor de su posición.
24. 25. A X d6 26. Ce7+ 21. crs 28. Te1
Ad6 T X d6 Rf7 Te6
Sin dejarse seducir por la ganancia de un peon, las blancas siguen disponiendo sus piezas de la manera mas eficaz posible. El negro no puede ahora impedir la invasión de las torres enemigas.
28. 29. h3 30. Te7 + 3 1 . Te3
hS h4 Rf8
Cambiando la unica pieza activa de las negras.
3 1 . 32. C X e3 33. TeS+ 34. e x dS
T X e3 Ad3 Rf7 abandonan
A veces, para excluir del juego una pieza enemiga, es necesario sacrificar uno o hasta dos peones.
D. Bronstein A. Belyavski 43.° Campeonato de la URSS
Erivan, 1 975 (Defensa Caro-Kann)
l . e4 2. d4 3. Ce3 4. C X e4 5. CeS !? 6. g4!?
e6 dS d X e4 AfS Db6 Ag6
Merecía atencion 6 . . . . . Ac8.
7. f4 8. De2 9. h4
10. fSI 1 1 . g5
e6 Ae7 hS e x rs
(Véase diagrama 3 /)
La idea de las blancas aparece con claridad: excluir del juego al alfil negro de g6, gracias al sacrificio de un peón y bloquear el naneo de rey enemigo. En este caso dos peones blancos bastaran para contener a cuatro del adversario. mientras el peón de
45
Diar:rama 1111 111. 3 /
mas que las blancas tienen en el naneo de dama les asegura la superioridad en el final. De momento, no obstante. la situacion general es muy tensa, pues las blancas l levan retraso en el desarrollo y su rey está mal protegido.
1 1 . Cd7 1 2. Cb3
Es netamente peor 1 2. C X d7, R X d7; 1 3 . Cf3, Ad6 y las blancas no conseguirían nada.
12. Dc7 13 . Ch3 0-0 1 4. Af4 Ad6 1S. Dh2 Cf8
Parece más correcto 1 5 . . . . , Cb6, y si entonces 1 6. 0-0-0, podna seguir 16 . . . . , Cd5 ; 1 7 . A X d6, D X d6. En tal caso, las blancas, para instalar e l caballo en f4, tendnan que debilitar su posición mediante c4.
1 6. 0-0-0 17 . A X d6
46
Ce6 T X d6
Nueva inexactitud. Dentro de tres jugadas, las negras mismas propondrán el cambio de damas. Por eso era mejor aquí 1 7 . . . . , D X d6.
18. Ac4 19. Cf4 20. D X f4 21 . D X c7 + 22. c3
Ce7 e x r4 Tdd8 R X c7 The8
Era digno de considerarse 22 . . . . , b6. impidiendo e l traslado del caballo blanco a la casilla clave f4 ( vi a c5). También parece interesante, e incluso de mayores perspectivas, 22 . . . . • b5 seguido de 2 3 . . . . , CdS .
23. CeS Cc8 24. Cd3 Cd6 2S. Ab3 Te3
No iguala la partida 25 . . . . . Te4 a causa de 26. Tdfl , Tg4; 27. Ad J . Tg3; 28. Cf4, Ce4; 29 . Af3 con mejor juego de las blancas.
26. Cf4 27. Thgl 28. Tdfl 29. Adl 30. Af3 31 . d X eS + 32. Cg2 33. Cf4
Tde8 T8e7 Ce4 Rd6 c5 R X eS Td3 Td8?
Había que regresar con la torre a e3. tras de lo cual les hubiera sido d ificil a las blancas reforzar su posicion.
34. Tdl 3S. T X d7 36. Td1 37. R X dl
Ted7 T X d7 T X di + Cd6
La estrategia de l as blancas ha tenido éxito. Práctic amente estan jugando con una pieza de mas.
38. Rc2 39. a4 40. Rd3 4 1 . Rd4
a5 Rb6 Rc7 CeS
Ahora el blanco, con paso firme, transforma su ventaja posicional en victoria:
42. b4 43. e X b4 44. aS 4S. g X f6 46. ReS 47. bS 48. b6
a X b4 Ce7 f6 g X f6 Af7 ReS abandonan
El tema de la disposición de las piezas entraña todavía otros aspectos. Por ejemplo, segun los distintos sistemas de apertura, puede variar la importancia o el papel que desempeña tal o cual pieza. En la defensa india de rey suele ser especialmente importante para las negras el alfil del fiancheto, mientras en la apertura española el primer violín de la orquesta de las blancas lo lleva su alfil de rey. el llamado «alfil español».
Es también tradicional la noción de «piezas malas». Asi, en la defensa india de rey el alfil blanco de casillas claras asume muchas veces un papel pasivo. y en la defensa francesa le ocurre lo mismo al alfil de dama de las negras. Naturalmente. esta division de las piezas en «buenas» y «malas» es algo convencional, lo que da mayor interes a los casos en que puede mostrarse lo contrario, es decir, a las excepciones.
Veamos, entrando un poco en detalles, la cuestion del alfil de dama negro en la defensa francesa. Se han hecho ya celebres algunos ejemplos que prueban la superioridad del caballo blanco sobre el alfil «malo» de
las negras en esta apertura. He aqUJ uno de ellos:
A. Gipslis R. Emma Lyon, 1 958
Diagrama núm. 32
En el diagrama aparece un final bastante caractenstico de la defensa francesa. La ventaja de las blancas reside en la superioridad de su caballo sobre el alfil negro y en la posibilidad de ocupar con sus piezas las casillas d4 y e5 .
l . 2 . a3 3. Cc3 4. TeS S. Ce2 6. Cd4 7. R X f2 8. Tel 9. R X el
1 0. Rf2
Ta6 Ta4 TaS Tac5 Tc2 T X f2+ Tcl T X el A eS
La mencionada superioridad d..:l caballo sobre el alfil enemigo es aho-
47
ra evidente y se apreciara todavw me
jor en las jugadas que siguen:
10. 1 1 . Cf3 12. Cg5 13 . Cf3 14. CeS 15 . Rg3 16. d4 17. Rh3 18. g5 19. Rh4 20. r x g5 2 1 . g6 22. Cg4 + 23. Rg5
Rf7 Re7 h6 Aa4 Ae8 Rf6 Re7 Aa4 Ad1 h X g5 + Ac2 Rf6 Re7 abandonan
Sin embargo. el papel del alfil en los finales como el que acabamos de ver no es siempre tan lamentable. Todo depende de los rasgos concretos de la posicion.
W. Kunert K. Oppenrieder Munich, 1 95 1
Diagrama núm. 33
A pesar de que cuatro de los seis peones negros se encuentran en casi-
48
llas del mismo color que su alfil, la ventaja de las negras no ofrece duda, debido a la presion que ejercen por la columna semiabierta «a» y sobre el punto d4. Como pro nto se verá, también le espera un buen futuro al propio alfil negro.
l . a3 2. Tac1 3. a X b4 4. Tc2 5. Ab5 6. A X c6 7. Tb1
Tfa8 b4 Ta2 T8a4 T X b4 A X c6 Rf7
Las piezas blancas estan atadas a la defensa de sus p eones debiles, por lo que la marcha d e l rey negro no tarda en decidir la partida.
8. Td2 AbS + 9. Rt2 h6
10. g4 Tb3 l l . Ce1 Rg6 12. Rg2 Rg5 13. h3 Rf4 14. Tt2+ Re4 1 5. Cf3 Te3 1 6. Tdl ? Ae2 17. abandonan
La puesta en j uego del alfil de dama negro constituye uno de los principales problemas de l a defensa francesa. El modo más senc i l l o de resolverlo es cambiar ese «alfil frances)). Por ejemplo: l . e4. e6: 2. d4, d 5 : 3. Cd2. C ffi : 4 . e5 . Cfd7: 5 . Ad3 . c5 : 6 . c3 . b6: 7 . Ce2. Aa6: o bien l . e4. e6: 2 . d4. dS : 3. eS . eS : 4.c3, Db6 : 5 . C f3 . Ad7 : 6 . Ae2. AbS . El inco nveniente d e este cambio es qu..: hacl.! perder tiempo. Por otra parte. los verdaderos paladines de la defensa francesa en modo alguno consideran m alo su alfi l de dama. creyendo en su brillante porvenir.
V. Kupreichik B. Zlotnik Kiev, 1 970
(Defensa francesa)
l . e4 2. d4 3 . eS 4. c3 S . Cf3 6. Ca3 7. e X d4 8. Ad2 9. A X b4
10. Ae2 1 1 . Dd2 12. h4?
12. 1 3 . 0-0-0 14. e X f6 I S . Ad3 16. Rbl 17. Cc2
e6 dS eS Db6 Ad7 e X d4 Ab4+ Cc6 ex b4 Ce7 0-0
Cbc6 f61 T X f6 Taf8 h6 A eS
Las negras intentan activar el alfil mediante ... , g6-f5.
18 . Tdfl ?
Lo correcto era 1 8. h5.
18. Cg6 19. Tdl Cf4 20. AO Ag6 21 . Ral Ae4
( Véase diagrama núm. 34)
El alfil «malo» se ha convertido en una pieza activa que mantiene vigilados ambos flancos del campo enemigo.
22. Ccel Cb4 23. a3
Dia¡:rama núm. 34
En caso de 23. Ce5 , TeS!; 24. Cd7. DaS ; 25. a3. Da4; 26. C X 10+, g X lo ; 27. Tc l , Db3!; 28. T X eS+. Rg7 . las negras gananan bril lantemente.
23. 24. De3? ! 2S. CeS 26. Td2 27. C X c6 28. Cd3 29. f3 30. g3 3 1 . D X d2 32. A X d3
Ce6 DaS Da4 TeS T X e6 Tc2 Ag6 T X d2 e x d3 D X d4
La actividad de las piezas negras se ha traducido por la ganancia de un peon y una clara ventaja posicional. Aun siguio:
33. Tdl 34. D X d3 3S. T X d3 36. h X gS 37. Rbl 38. Rc2 39. Rd2
A X d3 D X d3 gS h X gS Rl7 Re7 Rd6
49
40. Re3 eS 4 1 . b4 Th6 42. g4 Th3 43. Re2 Th2+ 44. Re3 d4+ 4S. Re4 Re6 46. Tb3 Te2+ 47. abandonan
En la partida siguiente. el alfil de dama negro entra en juego por d7-e8-h5 .
E s curioso ver cómo. gracias a esa maniobra, las negras obtienen una superioridad decisiva.
La impresion que produjo en su tiempo el proceder de las negras fue tal que toda esta variante empezo a considerarse como refutacion ideal del sistema de apertura adoptado por el blanco. No obstante, si las blancas juegan bien. al negro no le es posible igualar la partida.
J. Kupper T. Petrosian Tel-Aviv. 1 964
(Defensa francesa)
l . e4 e6 2. d4 dS 3. Cd2 Cffi 4. eS Cfd7 S. c3 eS 6. f4 Cc6 7. Cdf3 c4? !
Precisamente esta jugada sirve de preambulo al plan de bloqueo que han escogido las negras.
8. g4 9. g X hS
10. Ce2 1 1 . Cg3 12. b4?
hS Cb6 T X hS Th8
Error principal de las blancas. m o-
5 0
tivado a l parecer por e l deseo d e excluir del juego al «alfil francés» del adversario. A una lucha compleja con mejores posibi l idades para el blanco lleva 1 2. Dc2 amenazando 1 3 . fS. y si ahora 1 2 . . . . • g6. sigue el avance h4-h5 con destrozos en el flanco de rey de las negras. Tampoco es malo aquí 1 2 . b3 , manteniendo la tension en el ala d e dama.
12. 13. a4 14. bS I S . Aa3 16. A X f8 17. Del 18. Ae2 19. Adl 20. Ta2
Ad7 a5 Ce7 Cg6 C X fS Cg6 De7 0-0-0
Diagrama núm. 35
La presencia de peones debiles en a4. f4 y h2 les o bliga a las blancas a pasar a la defensa. Pronto se pondra de manifiesto que ni siquiera podrán llevar adelante su idea principal: restringir la actividad del alfil enemigo.
20. 2 1 . Tt2 22. 0-0 23. Tg2 24. Tff2 2s. e x h4 26. en
ffi Tdf8 fS I Ae8 eh4 T X h4 Ah S
Ahora se ve cómo el alfil activado de las negras es aquí, por lo menos, tan bueno como el de las blancas.
27. Ae2 Th8 28. Tg3 Rb8 29. Tfg2 g6 30. Tt2 Ra7 3 1 . Tfg2 Df8 32. TgS Dh6 33. T2g3 Ag4 34. Dd2 ed7 3S. Tg2 ef8 36. ee3 Af31
El alfil negro de casillas blancas se ha convertido en la pieza mas activa del ataque y la posición enemiga se viene inmediatamente abajo.
37. b6+ Rb8 38. Del A X g2 39. Da3 Dh7 40. Dd6+ ReS 4 1 . DeS + Rd8 42. A X fS T X h2 43. Dd6+ Dd7 44. Db8+ Re7 4S. Ae2 Af3 46. Tg3 T X c2 47. e x c2 Ae4 48. ee3 Th 1 + 49. Rt2 D X a4 SO. abandonan
En la variante l. e4, e6; 2. d4, dS ; 3. eS , eS; 4. c3, ec6; S . Cf3, Db6; 6. a3, c4 es caractenstico, para poner en juego el alfil de dama de las negras. el itinerario d7-a4.
Cuando el citado alfil negro se desarrolla por b7 y su diagonal esta obstruida por su peon d5, las blancas correrian peligro en subestimarlo, pues tarde o temprano este alfil acaba por entrar eficazmente en juego.
l. Boleslavski A. Ufimtzev Moscu, 1 944
(Defensa francesa)
l . e4 2. d4 3. ee3 4. e x e4 S. e X ffi+
e6 dS d X e4 effi g X ffi
Es arriesgado 5 . . . . , O X 10 a causa de 6. Cf3, Ad7; 7. Ag5, Dg6; 8. Ad3. 15 ; 9. h4 con ventaja de las blancas (Tarrasch- Lasker, Munich, 1 908). Por eso las negras. en lugar de 6 . . . . •
Ad7. han de perder tiempo con la jugada preventiva 6 . . . . , h6.
6. en b6 7. AbS + c6 8. Ac4 Aa6 9. Ab3?1
El cambio de alfiles dejaba a las blancas con una ligera superioridad.
9. Dc7 10. c4 ed7 1 1 . 0-0 0-0-0 1 2. De2 Ad6 13 . a4 Tdg8 14. aS eS
Preparándole el camino al Aa6 para que participe en el ataque contra el rey blanco.
15 . a X b6 D X b6 16. Ae3?
5 1
Erróneo. Después de 1 6. Aa4, e X d4; 1 7 . A X d7+, R X d7; 1 8. b4, las posibilidades de entrambos serian aproximadamente iguales.
1 6. 17 . d X c5 18. Ad1
Ab7! e x c5
A fin de reforzar el punto f3 .
18. 19. Dd2 20. DaS 2 1 . eel
Tg4 ee4! Thg8!
Si 2 1 . A X b6?, las negras darían elegantemente mate de esta manera: 2 1 . . . . . T X g2 +: 22. Rh l . T X h2+!: 23. e x h2. e x f2++.
Diagrama núm. 36
21 . 22. e x g2
T X g2+ ! ed2 ! !
S i ahora 2 3 . A X b6. las negras fuerzan el mate en tres jugadas: 23 . . . . . T X g2+ ! : 24 . Rh l . T X h2 + : 25 . Rgl . Th l + +.
5 2
23. Dd5
i Para obstruir la línea de ataque del «alfil frances» las b lancas tienen que entregar la dama! Tampoco se salvaban con la variante 2 3 . f3 , D X e3 +; 24. Tl2. e X 13 +: 25 . A X f3. A X 13.
23. 24. e X d5 25. A X d2 26. Af3 27. abandonan
A X d5 D X 62 D X al A X h2+!
D. C entro
La primera nocion estrategica que se 1.:: inculca al jugador d.:: ajedrez .::n cierne es la del papel y significado del centro. Es evidente que las piezas situadas en el centro ejercen ahí su máxima actividad. E n un santiamen pueden trasladarse a cualquier flanco y reforzar el juego en el sector mismo donde empieza a l ibrarse la batalla. A lo largo de toda la partida el ajedrecista debe tener presente la importancia del dominio de las casil las centrales, por mucho que le apasionen los acontecimientos que tienen lugar en los flancos.
Por «centro» se entiende, propiamente hablando, el cuadrado constituido por las casillas d4, d5, e4 y eS . Existe también un concepto mas amplio que incluye las casillas vecinas, formandose así un cuadrado de 1 6 .
(Véase diagrama núm. 3 7)
La toma de las casillas centrales puede efectuarse de dos maneras. Una consiste en ocuparlas con los propios peones ( «centro de peones»). La otra. en ocuparlas o ejercer presion sobre ellas con piezas ( «centro de piezas»).
Dada la extrema importancia del
Diagrama núm. 37
problema del centro. que rebasa con mucho el simple contexto de los elementos estrategicos, le prestaremos aquí especial atencion.
Cent ro de peones
La noción clásica del centro respondia a la imagen de un par ideal de peones: en d4 y e4 de blancas y dS y eS de negras. Este concepto es bien conocido de todos los ajedrecistas desde sus primeras lanzas rotas en el noble juego. En la apertura italiana (o «Giuoco Piano»), el gambito de rey y el gambito Evans, las blancas a menudo forman ese tipo de centro, aunque para ello les sea necesario sacrificar un peón.
E n muchas aperturas cerradas de nuestros di as. por ejemplo la defensa Tarrasch mejorada o la defensa Grünfeld, las blancas se constituyen un sólido centro de peones, mientras el negro trata de contenerlo y hacer presión sobre el con piezas para luego minarlo con los peones propios. En tales casos, la fuerza del centro blan-
co depende de su movilidad. Veamos cómo tod9 esto se realiza en las partidas de los jugadores más fuertes del mundo, sirviéndonos de ejemplo una determinada variante de apertura: la defensa Tarrasch mejorada del gambito de dama.
P. Keres R. Fine Ostende, 1 937
(Gambito de dama)
l. Cf3 2. d4 3. c4 4. Ce3 5. e X d5 6. e4
d5 Cf6 e6 c5 C X d5
Esta jugada tiene por objeto formar un centro de peones. Otra continuación posible es 6. e3.
6. 7. b X e3 8. e X d4
ex e3 e X d4 Ab4+
O bien 8 . . . . , Cc6; 9. Ac4, bS!? (Spassky-Fischer, match, 1 972).
9. Ad2 10. D X d2 l l . Ac4
A X d2+ 0-0 Cd7
En la partida Spassky-Petrosian que veremos más adelante ( Moscú, 1 969), las negras jugaron aqui 1 1 . . . . , Cc6.
12. 0-0 b6 13 . Tad1 Ab7 14. Tfel TeS 15 . Ab3 Cf6 1 6. Df4 De7 17. Dh4 Tfd8 18. Te3?!
5 3
Era mas fuerte 1 8 . e5, Cd7; 1 9. Cg5 , Cf8; 20. Ce4, A X e4; 2 1 . D X e4; o 1 8 . . . . , Cd5, 1 9 . Cg5 , h6; 20. Ce4, Cc3; 2 1 . Cf6+! con iniciativa de las blancas.
18. bS 19. Tdel aS 20. a4! b4?
Era necesario 20 . . . . , b X a4!; 2 1 . A X a4, h6 con juego complicado.
Diagrama núm. 38
Ahora las blancas llevan a cabo una importante ruptura en el centro.
2 1 . dS! 22. eS 23. CgS
e X dS ed7 ef8?
Esto hace perder la partida. Mejor defensa era 23 . . . . , h6! , aunque después de 24. e6, h X g5; 25. e X f7 +, R X f7; 26. Te7 + también hubieran tenido las blancas un ataque muy peligroso.
54
24. e x h7 ! e x h7 25. Th3 Del
26. D X b7 + 27. The3 28. Dh8+ 29. D X g7 30. Df6+ 3 1 . e6!
Rf8 d4 Re7 Tf8 ReS abandonan
En efecto, a 3 1 . . . . , d X e3 seguína 32. e X f7 + , T X f7; 33 . A X f7+, Rd7; 34. De6+ y las negras reciben mate o pierden la dama.
No menos bri l lante fue la victoria lograda por Keres 25 años más tarde en la siguiente partida, gracias también a un centro movil de peones.
P. Keres E. Geller M oscu, 1 962
(Gambito de dama)
l . d4 2. c4 3. en 4. ec3 S. e X d5 6. e3 7. Ae4
ef6 e6 dS eS e x dS ee6 e x c3? !
Dando le al adversario ocasión para formar un fuerte centro de peones. Mas prudente e ra 7 . . . . , e X d4; 8. e X d4, Ae7.
8. b X c3 9. 0-0
10. e4 1 l . Ab2 12. De2 13. Ad3 14. Tad1 15. e X d4
Ae7 0-0 b6 Ab7 e as TeS e X d4 Ab4?
Es mas fuerte 1 5 . . . . . Affi. Ahora vuelve a produci rse la. tematica ruptura central.
Diagrama núm. 39
16. d5 ! 17 . e X dS
e X dS De7
Las negras no tienen nada mejor. Después de 1 7 . . . . , A X d5: 1 8. DeS, ffi: 1 9. DhS: o 1 7 . . . . , Ac3; 1 8 . AfS ! . Tc4; 1 9 . CeS: o finalmente 17 . . . . , Te8: 1 8 . CeS con la amenaza 19 . A X h7+ . l a superioridad del blanco es obvia.
18. CeS 19. DhS 20. e x g6! 2 1 . A X g6 22. Td3 23. f4!
ffi g6 h X g6 Dg7 Ad6
El ataque de las blancas no puede ya pararse.
23. 24. Dg4 2S. Rh1 26. Ah7 +! 27. De6+ 28. Tg3 +
Dh8 AeS + Te7 Rf7 Rg7 abandonan
Las negras reciben mate en la siguiente jugada.
Ni siquiera el «impenetrable» T. Petrosian fue capaz de resistir a esta misma estrategia en la partida que sigue:
B. Spassky T. Petrosian 5 .0 partida del match
Moscu, 1 969 (Gambito de dama)
l . c4 2. Ce3 3. Cf3 4. d4 S. e X dS 6. e4 7. b X c3 8. e X d4 9. Ad2
10. D X d2 l l . Ac4
Cffi e6 dS eS C X dS C X c3 e X d4 Ab4+ A X d2+ 0-0
Hasta aqui la posicion es la misma que en la partida ya vista Keres-Fine. Ahora las negras desarrollan su caballo por otra casilla.
1 1 . Cc6 12. 0-0 b6 13 . Tadl
Variante especialmente preparada por B. Spassky para este encuentro. En la 1 8. • partida del match de desquite Alekhine- Euwe (Amsterdam, 1 937) �e jugo_ mas debilmenLI.!. 1 3 . Tfd l '? ! . Ab7: 1 4. Df4 y. despues d.: 14. . . . . CaS. las negras quedaron bien. Spassky hace de la ruptura central de dS el motivo principal de su juego. para lo cual es mejor que las torres blancas se situen respectivamcnl.! en di y e l .
13 . Ab7 14. Tfe l
5 5
Diagrama nzim. 40
14. . . . Tc8
l. Boleslavski recomendaba aqUI 14 . . . . , Ca5 ; 1 5 . Ad3, Dd6 para si 1 6 . d5 contestar 1 6 . . . . . eS . En una partida Polugayevski-Tal ( 3 7. o campeonato de la URSS, Moscu, 1 969) se hizo 1 5 . . . . , Tc8 en lugar de 1 5 . . . . . Dd6; pero después de 1 6. d5, e X d5; 1 7 . eS! l as negras fueron victimas de un fortísimo ataque: 1 7 . . . . , Cc4 ( era mejor 1 7 . . . . . De?) 1 8. Df4. Cb2; 1 9. A X h7+!. R X h7; 20. Cg5 +, Rg6; 21 . h4, Tc4; 22. h5 +, Rh6; 23 . C X f7 + con ventaja decisiva de las blancas.
La jugada del texto permite tambien el importante avance central.
15 . dS ! 16. A X dS 17. Df4 18. DfS 19. e X dS
e X dS CaS Dc7 A X d5
El peón pasado de las blancas decide ahora el tesultado de la lucha. ya que el negro no consigue defenderse con el principal método empleado
56
en estos casos: el b loqueo. Por ejemplo: 19 . . . . , Dd6; 20. Cg5 , Dg6; 2 1 . D X g6, h X g6; 22. d6, Cb7; 23 . d7, Tcd8; 24. Te7 , Cc5 ; 25. Td6; o 1 9 . . . . , Cc4; 20. Cg5 , g6; 2 1 . Dh3, h5; 22. Ce4, Cd6; 23. Cf6 + , Rg7 ; 24. Dg3 con ventaja c lara de las blancas en ambas variantes.
1 9. 20. Df4 21 . d6 22. d7
Dc2 D X a2 Tcd8
Este peón inmovi l iza las dos torres enemigas. La posición de las negras esta ya perdida. E l j uego siguio todavia.
22. 23. Df5 24. Tdcl 25. Tc7 26. Cd4 27. Tc8 28. Cc6 29. ex dS ! 30. Cc6!
Dc4 b6 Da6 bS Db6 Cb7 Cd6 e x rs abandonan
A raiz de la derrota que acabamos de ver. el propio Petrosian añadio este sistema de juego ( con las blancas) a su panoplia. Demostró ademas que el centro de peones ofrecia ciertas ventajas suplementarias, ideando un plan de ataque, nuevo en esta clase de posiciones. en el flanco de dama.
T. Petrosian M. Tal Moscu. 1 972
Las 1 2 primeras jugadas son las mismas que en la partida Keres- Fine. vista anteriormente.
Diagrama núm. 41
13 . a4
El npico ataque de minonas. posible aqui gracias a la posicion del caballo negro en d7.
1 3. 14. Tfe l I S . Ad3 16. aS
Ab7 TeS ebS ee6?!
Era mejor 1 6 . . . . . b X aS: 1 7 . T X aS . Cc6 .
17 . a X b6 e x d4
Un error. que da a las blancas ventaja decisiva. Habia que jugar 1 7 . . . : , D X b6. aunque tambien asi prefenble la posición blanca.
1s. e x d4 19. b X a7 20. Ta3 21 . h3 22. Tel
D X d4 TfdS A aS h6 Db6
Aqw no era posible 22 . . . . , A X e4'? a causa de 23. T X c8. T X c8: 24.
a8=D, T X a8; 25. T X a8, A X a8: 26. Ah7+, etc.
23. T X eS 24. Ta2 25. De3 26. Tal 27. Afl 2S. Da3 29. DaS 30. Da3 3 1 . Da6 32. Db5! 33. Da4 34. Tbl 35. DaS 36. eS 37. TbS 3S. Da3
T X c8 Te7 Db3 Td7 Db2 Db6 Db2 Db6 DeS Dd4 Dd6 TdS Rh7 Dd4 TdS abandonan
En suma, el bando que posee un centro movil de peones debe esfozarse o por crear un peon pasado o por atacar en uno de los dos flancos. La eleccion del plan dependera de las caractensticas concretas de la posición dada.
Los métodos mas eficaces de lucha contra un centro de peones son la contraofensiva o ruptura en el centro. el bloqueo y la presión por medio de piezas. En general, las simplificaciones son ventajosas para el bando que se defiende, ya que entonces aumenta la importancia de los peones laterales.
La partida siguiente ilustra bien el metodo de presión de piezas en el centro.
T. Petrosian R. Fiseher 8.a partida del match Buenos Aires, 1 97 1 (Gambito de dama)
l . d4 2. e4
effi e6
5 7
3. ef3 4. ec3 S. e3 6. a3 7. Dc2 8. b X c3 9. Ab2
10. Ad3 1 1 . 0-0 12. ed2
dS eS ec6 ee4 e x c3 Ae7 0-0 b6 e aS
Men:�cia atencion 1 2 . e X d5 . evitando el cambio de caballos.
1 2. 13. e x c4 14. A X c4 1S. e4 1 6. De2
d X c4 e x c4 b6 Ab7 TeS
La posicion esta mas o menos equilibrada. Ahora las blancas teman que haber parado la amenaza 1 7. . . . . e X d4: 1 8 . e X d4, A X e4 mediante 1 7 . Tac1 o 1 7 . Ad3 .
17. Ab3? bS I 18. f4 Db6 19. Rh1
Perdida de tiempo. Era mejor 1 9. fS.
19. 20. e X d4 21 . a X b4 22. dS?
e X d4 b4 A X b4
(Véase diagrama núm. 42)
Las negras estaban bien preparadas para contrarrestar este ataque l!n 1!1 centro. Por l!so aqUI no til!nl! el mismo efecto que en las partidas vistas precedentemente. Era más fuerte 22. Tf3, impidiendo la siguiente jugada del negro.
5 8
Diagrama núm. 42
22. 23 . A X e3 24. Ae2 2S. eS 26. Dd2 27. Tab1 28. Tf2
Ac3 T X c3 e X dS Te3 d4 Da6
No es mejor 28. D X d4, De2: 29. Tgl , Aa8 con fuerte ataque de las negras en vista de la amenaza 30 . . . . . Tg3!
28. 29. Rgl 30. A X e4 3 1 . h3
Td8 Ae4 T X e4 d3
Parece como s i se h ubieran invertido los respectivos papeles de ambos bandos. Ahora son las negras quienes tienen un peón pasado en el centro y el ataque al rey enemigo.
32. Tb3 33. Tb2 34. g3 3S. Rh2 36. Ta2
Dc4 Tdd4 TdS TbS Tb 1
37. g4 Te2 38. T X e2 d X e2 39. D X e2 D X f4 + 40. Rg2 Tb3 4 1 . abandonan
Efectivamente, si ahora 4 1 . Df2. seguina 4 1 . ... De4+: 42. Rh2. Tf3: 43. Dg2, Dg4+ y las negras ganan la dama.
Ademas del centro móvil del que acabamos de hablar, existen otras estructuras de peones centrales en las que no nos detendremos aquí, dado el caracter limitado de este trabajo.
Centro de piezas
Si la ocupacion del centro con peones no desempeña un papel decisivo en la lucha o si no hay peones disponibles para ese menester, cada uno de los dos bandos trata de dominar las casillas centrales con piezas. La batalla de piezas por el control del centro se caracteriza de ordinario por una extrema tensión. Son necesarias finas maniobras para asegurarse desde el principio la superioridad en el centro y poder así atacar sin riesgo en uno de los flancos.
El siguiente ejemplo nos muestra algunas peculiaridades de este tipo de lucha.
(Véase diagrama num. 43)
La po!>icion aqu1 representada pro \'icne de una partida Botvinnik- LiIientbal ( match-torneo. Moscu, 1 94 1 ).
Ninguna de ambas partes puede formarse un centro de peones. por lo que la batalla gira en torno al dominio de las casillas centrales con piezas. Las fuerzas negras estan ya bastante centralizadas y. a primera vis-
Diagrama núm. 43.
ta, su posicion parece solida. N o obstante, las blancas tienen la posibilidad de utilizar tambien sus peones del flanco de rey en la lucha por el control del centro y desorganizar asi la actual disposición de las piezas enemigas.
l. ... bS
Tratando de impedir el avance g4 del adversario. Pero la jugada del texto tiene el inconveniente de debilitar el propio flanco de rey.
2. Tael Dd7 3. Rb2 Rb7 4. Ag5
Para que el caballo de e2 participe a su vez en la batalla por el centro.
4. CeS 5. Cf4
Mas fuerte. como lo indico Botvinnik mismo. hubiera sido 5. Cd4. En tal caso. despues de 5 . . . . . Ad3: 6. Tgl , Cfg4+: 7. Rh l ! ( si 7 . h X g4? . seguina 7 . . . . . C X g4+: 8. Rh l .
5 9
A X d4, las piezas negras ocupanan posiciones precarias.
5. 6. A X f6 7. Ce4
c6 A X f6
Al paso que refuerzan su presion en el centro. las blancas preparan un ataque al debilitado llaneo de rey del oponente.
7. Ae7 8. Dc3 Dc7 9. Ce21
Abriendole camino al p.!on f2 para expulsar del centro al caballo enemigo. Las negras tenían ya que pensar en facilitarse la defensa mediante 9 . . . . . A X e4; 1 0. A X e4, Af6: 1 1 Dc2. 0!7.
9. 10. f4 1 1 . Cd4
Tad8 Cf7 Ch6
Por fin. tras dura lucha de maniobras, han afirmado las blancas su predominio en el centro. El golpe de gracia no se hace esperar.
12. Cg5 + abandonan
A 1 2 . . . . . A X g5 ; 1 3 . fX g5 , Cg8 sigue 1 4. C X f5 , g X f5 ; 1 5 . T X f5 con ataque decisivo al desamparado rey negro.
Una centralización «integral>> como la que acabamos de ver se da pocas veces. Mas a menudo hay que contentarse con centralizar una u otra pieza. Detengámonos a examinar este caso con mayor detalle.
El rico patrimonio que nos legaron los maestros del pasado ofrece no po-
60
cos ejemplos del modo de explotar la centralización de una pieza. Es upica, por ejemplo, l a estrategia de H. Pillsbury basada e n centralizar un caballo. He aqui uno de los primeros modelos de esa e strategia.
H. Pillsbury l. Hanem Nueva York. 1 89 3
(Apertura del peon d e dama)
l . d4 d5 2. e3 e6 3. Ad3 Cf6 4. f4 Ad6 5. Cf3 b6 6. 0-0 0-0 7. c3 eS 8. Ce5 !
Diagrama num. 44
Tenemos ante nosotros una upica «formación Pillsbury>> en la que el caballo de �s asume .!l principal papel. Ahora les convendria a las negras cambiar los alfiles de casillas blancas mediante 8 . . . . , A a6 .
8. 9. Cd2
1 0. Tf3 1 1 . Th3
De7 Cc6 Ab7 e X d4?
Lo correcto era 1 1 . . . . , g6.
1 2. A X h7 +1 13 . Dh5 14. D X h7 + 15. e X d4
e x h7 Tfe8 Rf8
y las blancas explotaron fácilmente su ventaja hasta convertirla en victoria.
Más tarde Pillsbury perfeccionó su idea, desarrollando el alfil de dama ( por g5) antes de formar la cadena de peones.
El mayor exito de su carrera - 1 .<'
premio en el torneo internacional de Hastings, 1 895- lo debio en gran parte a este sistema estrategico, con el que obtuvo toda una serie de brillantes triunfos.
También en las partidas modernas se ve con cierta frecuencia la «formacion Pillsbury)). Veamos un ejemplo:
V. Simagin Y. Razuvaev Moscú, 1 967
( Defensa Nimzoindia)
l . d4 2. c4 3. Cc3 4. e3 S. Cf3 6. Ad3 7. 0-0 8. e X d5 9. CeS
10. f4 1 1 . Ad2 1 2. Df3 1 3 . Dh3
Cf6 e6 Ab4 0-0 b6 Ab7 d5 e X dS Ad6 a6 eS Cc6 Ce7?
Diagrama núm. 45
Aquí siguió inesperadamente:
14. Cd7 1
Las blancas ganaron asi la calidad (si ahora 14 . . . . , D X d7, sigue 1 5 . A X h7 +, Rh8; 1 6. Af5 + ganando la dama) y la partida.
Resulta más dificil evaluar las posibilidades mutuas cuando el bando que centraliza una pieza de la manera que hemos visto ha de debilitar para ello la propia posición. A guisa de ejemplo, examinemos la formación estratégica con un caballo en d4 cuyo «pedestal)) lo constituye un peon aislado en c3 . Esta estructura aparece a menudo en las partidas del joven gran maestro O. Romanishin, oriundo de Lvov, quien, como si dijéramos, ha tomado en ella e l relevo de otro gran maestro no hace mucho fallecido, P. Keres. Éste la adoptó por primera vez en la siguiente partida:
6 1
P. Keres S. Flohr Semmering, 1 937
( Defensa Grünfeld)
l . d4 2. c4 3. CfJ 4. g3 5. Ag2 6. e X dS 7. 0-0 8. Cc3 9. b X c3
Cffi g6 Ag7 c6 dS C X dS? ! O-O C X c3 c5
Nos hallamos ante una posición teórica de la defensa Grünfeld, aunque con un tiempo de más por parte de las blancas.
1 0. Aa3 e X d4 11 .. e x d4t
Después de la jugada natural 1 1 . e X d4, las negras tendrían buenas posibilidades de igualar la partida mediante 1 1 . . . . • Cc6; 1 2. e3. Ae6.
Diagrama núm. 46
62
He aqw el comentario de Keres acerca de esta posición: « La última jugada de las blancas tiene por principal objeto ejercer presión en el flanco de dama. El c aballo ocupa un puesto dominante e n el centro, los alfiles blancos disponen de buenas diagonales y, por otro l ado, la debilidad del peón c3 no es muy importante en la práctica si se considera lo adelantadas que están las blancas en el desarrollo. El negro deberá hacer frente a graves dificultades. » Añadamos por cuenta nuestra que tampoco es despreciable la presión eventual de las blancas por las columnas «d» y «b».
1 1 . Dc7 1 2. Db3 Af6
Más lógico parece 1 2 . . . . , Ca6.
13 . Tfd 1 14. c4 15. Db4
Cd7 CeS Ce6?
La continuación 1 5 . . . . , Ca6; 1 6 . Db5, Tb8; 1 7. c5 , Td8; 1 8. e3, Ad7; 1 9 . c6, A X d4; 20. T X d4, A X c6; 2 1 . T X d8+ , T X d8; 22. A X c6, O X c6; 23 . D X c6, b X c6; 24. A X e7 desembocaría en un final favorable para las blancas, lo cual, no obstante, hubiera sido un mal menor.
1 6. CbS DeS 17. Tacl ! Td8
Aceptar el sacrificio de peon, 1 7 .
... , O X e2, era peligroso en vista de 1 8 . Cc3, D e5 ; 1 9 . Cd5 .
1 8. TdS 1 9. e X dS 20. Ca7 !
T X dS a6 Cd4
Tampoco salvan la partida otras continuaciones: 2 0 . . . . , T X a7; 2 1 .
T X c8+, Cf8; 22. Db6, Dd4; 23. Ac5; o 20 . . . . , Ad7; 2 1 . d X e6.
21 . T X eS+ 22. e x c8 23. h4 24. De4
T X c8 D X e2 ers abandonan
Resulta curioso encontrar casi la misma posición del diagrama precedente en otra partida, RomanishinSveshnikov (Cheliabinsk. 1 974) iniciada con una apertura distinta:
I . c4 2. g3 3 . Ag2 4. ef3 S. 0-0 6. d3 7. e4 8. Ce3 9. e X dS
10. e X d5 1 1 . d4 1 2. e x d4 1 3 . b X c3
e6 d5 g6 Ag7 e5 Ce7 0-0 b6 e X d5 e x dS e X d4 e x e3
Diagrama núm. 47
Comparemos esta posición con la del diagrama 46, de la partida Keres-Flohr. Faltan aquí los peones de rey, lo cual favorece más bien al blanco, ya que las negras no pueden atacar el caballo centralizado mediante .. . , eS . En cambio, en el caso presente le toca jugar al negro, y ello le permite impedir que su adversario saque el alfil de dama por a3.
1 3. ... DaS 14. Ae3
Tal vez sea más fuerte 1 4. Db3 para, a pesar de todo, desarrollar el alfil por a3 y llegar a la posición de Keres. Por ejemplo: 1 4 . . . . , Cc6; 1 5. C X c6, b X c6; 1 6. A X c6, Ae6; 1 7. Da3, D X c3; 1 8. D X c3, A X c3; l 9. A X h6, A X a l ; 20. A X f8 y las blancas quedan con un peon de más, aunque no será fácil hacerlo valer. Despucs de 14. Db3, tambicn es favorable al blanco la continuación 1 4 . . . . . Cd7?! 1 5 . Aa3, TeS; 1 6 . Ad5 .
14. ... Cd7?
Un error.' Tras 14 . . . . , D X c3; 1 5 .
Tcl , DaS; 1 6 . T X eS, T X eS; 1 7 . A X b7, Ca6; l S. Cc6, T X c6; 1 9. A X aS, TeS; 20. Ab7, TdS la posicion de las negras no es peor.
15 . Db3 Dh5 1 6. Af3 Dh3 17. Ag2 Dh5 18. h3 CeS 19. Dd1 1
Incluso en e l final, el juego más activo de las piezas blancas compensa la debilidad del peón c3.
1 9. 20. Tf X di 21. CbS
D X d1 Tb8 a6
63
22. ed6 23. f4 24. Ab6 25. Tae1 26. Ae7 21. e x b7 28. Rh2 29. Ae5 30. TeS 3 1 . A X g7 32. ed6
Ad7 ec6 A X e3 Ag7 Ta8 ed4 Tfe8 ee2 Ab5 R X g7
y las blancas ganaron en seguida. La fuerza de la formación que co
mer.tamos (caballo en d4 y peon en c3) reside en la excelente coordinación que existe entre la pieza centralizada y sus compañeras. La presion más molesta sobre el campo adverso la ejerce el alfil de casillas blancas desde g2. También merece atención la tentativa de demostrar la eficacia de esta estructura con el caballo en d4, desarrollando el alfil de rey por otra casilla.
O. Romanishin V. Tukmakov Odessa, 1 974
( Defensa Grunfeld)
l . c4 2. ee3 3. d4 4. eo 5. e X d5 6. Db3 7. b X e3 8. e3 9. Aa3
10. e x d41 1 1 . Ae2
effi d5 g6 Ag7 e x dS e x c3 c5 0-0 e X d4 Ce6 De7
Digna de considerarse era 1 l . . . . . Ca5 ; 1 2. Dc2 ( a 1 2. Db4 seguina 1 2 . . . . . e5) 1 2 . . . . . Ad7; 1 3 . 0-0. Tc8 y 1 4. . . . . Cc4.
64
1 2. 0-0 13 . Tab1 14. Tfd 1
Ad7 Tab8 Tfc8?
Grave error. E ra más fuerte 1 4 . . . . , Tfd8.
Diagrama núm. 48
15 . ebS !
Principio de operación forzada que deja a las blancas con ventaja.
15. .. Dd8 16. Ag4 e6 17 . T X d7 ! !
Bello golpe combinativo basado en la magnifica coordinación de las piezas blancas.
17 . 18. Td1 19. Cd6
D X d7 DeS e as
A 1 9 . . . . . Dd7 seguina 20. C X 17!
20. e x eS 21 . e x g7 22. e X e6
e x b3 h5 T X e3?
Era correcto 22 . . . . , h X g4; 23. Ad6, Ta8; 24. Cc7, T X c7; 25 . A X c7. Cc5 y a las blancas les habna resultado más dificil que en la partida hacer valer su superioridad.
23. a X b3 24. Cd4 2S. Ab2 26. Tal 27. h3 2S. g X h3 29. Rg2 30. b4 3 1 . Rf3 32. Cc6 33. Tcl 34. TeS 35. Re2 36. Ce7 + 37. Cd5 3S. e4 39. Re3 40. Cf6 41 . A X a3 42. f3
h X g4 aS TeS b6 g X h3 TaS bS TgS + a4 TeS ThS T X h3 + ThS Rf8 TdS TeS rs a3 Th3 + abandonan
Excelente ejemplo del modo de explotar la centralización de un caballo en d4 y de otras ventajas de este tipo de formación, en particular las columnas abiertas «d» y «b» y la diagonal a3-f8, disponibles gracias a la posición del peón aislado en c3.
Conviene hacer notar que no siempre es lo mejor centralizar una pieza. Tal sucede, sobre todo, en los casos en que dicha pieza, al centralizarse. se desconecta del resto de las propias fuerzas.
Comencemos por un ejemplo clasico:
R. Teichmann M. Chigorin Cambridge-Springs, 1 904
Diagrama núm. 49
A proposito de esta posicion, escribia M. Botvinnik: «Es paradójico que la principal desventaja de las blancas consista precisamente en su «fuerte» alfil situado en e5, en el cual, sin duda alguna, cifraban ellas todas sus esperanzas. Sin embargo, ese alfil no puede tomar parte en la defensa de su propio rey . . . »
La partida continuó:
l . Thgl De71 2. Tdfl
Para que. despues de 2 . . . . , Da3+; 3. Rd2 , b4 y eventualmente . . . , Aa4, no queden amenazadas a la vez la dama y la torre. Si 2. Rb2, Tb8; 3 . g4, b4; 4. c4, Cc3; 5. Tdfl , Ca4+; 6.
65
Ral , b3; 7. a X b3, Da3+; 8. Da2, T X b3! , las negras tienen un fortisimo ataque.
2. 3. Rd2 4. c4 5. Db1 6. Da1
Da3 + b4 Aa4 Cc3 Tad8
Útil jugada que, al impedir el avance d5 , mantiene al alfil enemigo de casillas negras alejado del campo de batalla.
7. g3 Ce4+ 8. Re2
Tampoco es satisfactoria la variante 8. A X e4. f X e4: 9. Db l . Dc3+: 10 . Re2, Ac2 y las negras ganan.
8. Cc5 1 9. Db1 e x d3
10. D X d3 D X a2+ 1 1 . Rf3 Ac2 12. Abandonan
Uno de los ejemplos más frecuentes de centralización erronea consiste en buscar así un bonito efecto estético, pero sin otro objetivo preciso.
B. Larsen J. Donner Bcverwijk, 1 960
(Véase diagrama núm. 50)
«Naturalmente las negras tienen buenos motivos para estar orgullosas de su caballo centralizado en d4, pero la excesiva atención que le prestan las pondrá en graves apuros. En general no conviene sobreestimar este tipo de posiciones. En el caso presente, también están ágiles los caballos blancos . . . » ( B. Larsen).
6 6
Diagrama 11úm. 50
Ahora las negras debían cambiar peones en f4, pero decidieron mantener el peón e5 en su puesto actual para que siguiera sirviendo de solido apoyo al caballo de d4.
l . 2. f X eS 3. Rhl 4. Tfl S. Tf2 6. Tdfl
Ae6? f X eS AdS Te6 Tf7
Las blancas han llevado sus piezas fuera del radio de acción del caballo negro centralizado. En este momento amenazan 7. g5.
6 ... 7. d X c4 8. T X f7 9. Dd l !
10. Dh5 1 1 . Ah3
A X c4 Ch6 C X I7 DaS Dc7 Th6?
Esta jugada alej a a la torre del centro de los acontecimientos. Era más fuerte 1 1 . . . . , Te7 con posibilidades de defensa.
1 2. Dg4 1 3. Dd1 14. Dbl l 15 . Db6!
Tg6 Da7 CgS
Atacando ahora por el otro flanco. fuera también del alcance del caballo enemigo.
15 . 1 6. C X gS 1 7. Dc7 1 8. Tbl
DaS T X gS h6 Rh7
y las negras abandonan.
Diagrama núm. 51
La posicion final constituye un mudo reproche al «orgulloso>> cabal lo de d4. No hay defensa contra 1 9 . Ag2 seguido de 20. Ae4+.
Sucede no pocas veces que, al moverse los peones para apoyar la pieza centralizada, se debilitan las casillas centrales. El siguiente ejemplo ilustra bien lo que queremos decir.
A. Lilienthal M. Botvinnik 1 4.0 campeonato de la URSS
Moscu. 1 945
Diagrama 1111111. 52
l. ... Ae6!
M. Botvinnik evaluó acertadamente la posición y, con la jugada del texto. provoca a su adversario para que lleve adelante su plan de centralizar el caballo en e5. Como no es bueno continuar de inmediato 2. CeS a causa de 2 . . . . , A X e5; 3 . d X e5 , Cg4; 4. f4, d4, las blancas preparan la centralización mediante:
2. Dc2
Ahora sigue:
2. 0-0-0 3. CeS
Jugada consecuente con el plan previsto, pero del todo incorrecta, ya que el caballo no hará aqui nada práctico. Era mas fuerte 3. Rbl seguido de 4. Tel . previniendo el avance negro . . . , cS .
3. Rb8 4. f4
67
Indispensable para reforzar la posicion del caballo en el centro. Sin embargo, ahora queda débil la casilla e4 de las blancas. La importancia de este hecho no tardará en ponerse de manifiesto.
4 . ... c5
Gracias a la centralizacion del caballo blanco en eS, esta jugada resulta excelente: en caso de S . d X eS, A X eS; 6. fX eS, Cd7; 7 . CbS , TeS o de S . CbS, c4! : 6. Da4, a6; 7 . C X d6, e X d3 las negras tienen ventaja.
S. Rb1 c4 6. AfS
No es mejor 6. Ae2, g6: 7. g4. h5 : 8. h3, h X g4; 9. h X g4, Th2 con posicion dificil para las blancas.
6 . ... 7. D X f5
A X fS Ab4!
Tratando de apoderarse de la casilla e4.
8. Dc2 Td6
Seria erro neo 8 . . . . , Ce4 a causa de 9 . C X d5 . T X d5. 1 0. 0 X e4. Thd8: 1 l . Te2. 16: 1 2 . a3.
68
9. Te2 A X c3 1 0. b X c3
Algo más fuerte era 1 0. D X c3 .
10. Ce4 1 1 . Ra1 Ta6 1 2. Del Td8 13 . Tc2 Tdd6 14. Cg4
Reconociendo por fin lo improcedente del anterior plan de centralizar el caballo. Las negras impiden ahora la jugada 1 S . Cf2.
14. Tg6 1S . h3 b5 16. CeS Tgb6 17. Cf3 Da3 1 8. Cg5
Tampoco resuelve nada el cambio inmediato de damas: 1 8. O X a3. T X a3; 1 9. Tdc l , Tbb3.
18. 19. D X a3 20. Tdc1 2 1 . e x n 22. CeS 23. g4 24. Td2 2S. Te1 26. Tcl
e x c3 T X a3 Cb5 T X e3 Rc7 C X d4 Ce2 Cc3
y las blancas abandonan. La colocación de una pieza en el
centro del tablero también resulta injustificada cuando ella misma o los peones que la sostienen pueden convertirse en obj etivos de ataque.
G. Timoshchenko Y. Razuvaev Vilna, 1 97 1
( Defensa C aro-Kann)
l . e4 2. d4 3. Cc3 4. C X e4 S. Cf3 6. e x f6 + 7. CeS
c6 d5 d X e4 Cd7 Cgf6 e x f6
Centralización prematura. La posición del caballo blanco en eS es pre-
caria, por lo que resultaba preferible la jugada usual 7. Ac4.
Diagrama núm. 53
7 . ... Ae61
Comienzo de un plan basado en una original idea de la que forma parte el desarrollo del alfil de casillas negras por g7. La jugada del texto prepara 8 . . . . , g6, que no puede hacerse inmediatamente a causa de 8. Ac4.
8. c3 9. Ad3
10 . 0-0 1 1 . De2 12. d X c5 13 . c6 14. Te1 15. Ac4 1 6. Ad3
g6 Ag7 0-0 eS ! Dc7 b X c6 Tab8 AdS
Las blancas debían haber cambiado alfiles en dS y retirado luego el caballo de la casilla eS .
16. eS 17. c4 Aa8
1 8. b3 19. De3 20. Ab2
ChS Tb61 Te6
La amenaza 2 1 . . . . , f6 obliga a las blancas a debilitar gravemente su posición.
21 . g4 Cffi 22. Dg3
22 . • .. C X g41
Salta a la vista que e l caballo centralizado en eS sólo es un estorbo para las blancas.
23. e x g4 24. Ch6+ 25. f3 26. D X f3
Dc61 A X h6 D X f3 A X f3
Las negras han salido de las complicaciones tácticas con dos peones de ventaja. La suerte está ya echada, y las blancas no tardaron mucho en rendirse.
69
11. POSICIONES TÍPICAS DEL MEDIO JUEGO
Pese a ser inagotables las posibilidades del ajedrez e infinitamente variadas las posiciones que pueden darse en el tablero, es factible clasificar las mas tlpicas de estas últimas de acuerdo con los determinados planes estratégicos que las caracterizan.
El factor mas corriente, aunque no el único, que suele servir de base a dicha clasificación lo constituye la estructura de los peones centrales.
Asi, las posiciones mas u picas podrian clasificarse como sigue:
l . Centro cerrado (cadenas de peones fijos en el centro). por ejemplo: peones en c4, d5 y e4 contra los del adversario en eS , d6 y eS .
2. Centro móvil ( peones centrales moviles de uno de ambos bando�. por ejemplo: en e4 y d4 contra un peon enemigo en d6).
3 . Centro abierto( sin peones), por ejemplo cuando están despejadas las columnas «e» y «d».
4. Centro estratégico ( con peones fijos y aislados), por ejemplo: un peón en d4 contra otro también en dS y ninguno en las columnas «e» y «e».
S . Centro dinámico ( peones de uno y otro bando que aún no han entrado en contacto mutuo), por ejemplo: un peón blanco aislado en d4 contra uno negro en e6 .
Las posiciones tipicas del medio juego nacen de sistemas muy determinados de apertura, y por eso el jugador que inicia la partida de esta o aquella m anera debe tener presente de antemano a que posiciones desea llegar y que planes estratégicos le son propios.
Es obvio, sin embargo, que el concepto de «posicion Upica» tiene gran
70
amplitud y no se agota con la mera estructura de peones en el centro. Asi, el arte de defenderse en posiciones restringidas o de explotar en provecho propio los puntos débiles del enemigo puede también, entre otros aspectos, incluirse útilmente en el estudio que nos ocupa. Para asimilar mejor el material propuesto, es aconsejable examinar a fondo las posiciones de un solo tipo en lugar de ver varios tipos paralelamente. Sobre la importancia del estudio de las posiciones ti picas escribía A. N imzovich lo siguiente en su l ibro Cómo llegué a ser gran maestro: «El analisis simultaneo de posiciones de naturaleza distinta sólo e ngendra confusión de ideas, mientras e l estudio serio de un solo tipo no defrauda nunca a quien a el se aplica, elevando el nivel de sus conocimientos posicionales. Si con todo tesón, querido lector, te dedicaras ahora al estudio, digamos, de las posiciones en las que un bando hace frente a un ataque por el flanco sirviéndose de una columna abierta en otra parte del tablero, no me extrañaría en absoluto q ue acabaras también por formarte un juicio clans imo en lo tocante, por ejemplo, a los finales. El proceso de aprendizaje de un tipo definido de posiciones tiene por objeto no sólo inculcar el conocimiento exclusivo de esas posiciones, sino mejorar e/ instinto posicional en su totalidad.» ( El subrayado es m1o. )
En nuestros días. el estudio de las posiciones ti picas es un método común de perfeccionamiento del ajedrecista, que adquiere así m ayor faci lidad para elaborar planes en el transcurso de la partida.
Examinaremos aquí por menudo dos tipos de posiciones. El primero. denominado estructura de Carlsbad, comprende una serie de posiciones concretas y bastante frecuentes cuyo
caracter se define por la estructura de los peones en el centro.
Mas adelante nos ocuparemos de las llamadas posiciones simétricas, donde la conformación de los peones centrales puede variar según los casos.
Observemos tambien que, si en el primero de esos dos tipos de posiciones uno y otro bando han de adoptar planes concretos en consonancia con la estructura del centro, en el segundo no existen planes fijos y por eso los métodos de juego sugeridos aquí sólo se aplican a los casos respectivos.
A. Estructura de Carlsbad
Diagrama mím. 55
Las posiciones de esta clase atrajeron la atención del mundo ajedrecístico a ratz del torneo internacional de Carlsbad, 1 923. El esqueleto de peones mostrado en el diagrama surge en algunas variantes del gambito de dama rehusado, la defensa Nimzoindia (l. d4, Cffi; 2. c4, e6; 3. Cc3, Ab4; 4. Dc2, d5; 5. e X d5, e X d5 ), la defensa Grünfeld ( l . d4. CfO; 2. c4. g6: 3.
Cc3, dS ; 4. Cf3, Ag7: 5 . AgS , Ce4; 6. e X d5, C X gS; 7 . C X gS, e6; 8. Cf3, e X d5) y otras aperturas. La misma configuracion puede también darse con los colores invertidos, como sucede en la variante del cambio de la defensa Caro-Kann ( l . e4, c6; 2. d4. d5: 3 . e X d5 . e X d5 . 4 . Ad3. Cc6; 5 . c3).
Algunos participantes del torneo de Carlsbad. deseosos de evitar en sus partidas la aguda defensa Cambridge-Springs ( l . d4, d5; 2 . c4, e6; 3 . Cc3 . Cf6: 4. Ag5 . c6 : 5 . d. Cbd7: 6 . Cf3, DaS?!). adoptaron con frecuencia la continuación 6. e X d5, dando lugar a la estructura de peones que nos ocupa. De ahi le viene su nombre.
Actualmente ese cambio de peones en el centro suele hacerse un poco antes, en este orden de jugadas: l. d4, dS ; 2. c4, c6: 3. Cf3, e6; 4. Cc3, CfO; 5 . e X d5 . Procediendo asi. las blancas evitan entrar en ciertas variantes muy agudas de apertura, como la de Merano (5 . e3, Cbd7; 6. Ad3, d X c4: 7. A X c4, b5) y la Antimerano o sistema de Botvinnik ( 5. Ag5, d X c4: 6. e4, h6; 7. Ah4, b5; 8. eS , g5).
Es preciso añadir que la estructura de Carlsbad había sido ya vista mucho antes del citado torneo. A final..:s del siglo pasado. el cclcbrcjugador norteamericano H. Pillsbury demostró ejemplarmente el modo de tratar uno de los planes ti picos de esa estructura. Mas adelante veremos la partida en que lo hizo.
Volvamos ahora al diagrama 55. Las blancas tienen a su disposición los siguientes planes:
1 .0 Ataque de mmonas mediante b4-b5-b X c6.
2 .0 A taque en el centro med1ante e4.
3 .0 Ataque en el naneo de rey en caso de enroque corto por ambas partes.
7 1
4.0 Ataque en el naneo de rey en caso de enroques diferentes.
A su vez las negras disponen de los siguientes métodos de defensa:
1 .° Contraataqu.: d.: p<!Olli!S ..:n �1 flanco de rey.
2.0 Ataque de p1ezas ..:n .:1 naneo de rey.
3 ." Mctodos poslclonalcs dc dcfensa, por ejemplo formando una barrera mediante . . . , b5 o dominando con piezas las casillas c4 y b5 .
4.0 Avancc o ruptura l!n ..!l cl!ntro. 5 .o Contraataque dirig1do al en
roque largo del enemigo. La elección de uno u otro método
defensivo depende del plan que hayan adoptado las blancas. Examinemos por orden las posibilidades enumeradas.
Ataque de minorías
Este plan es muy frecuente en la práctica y por ello lo estudiaremos con más detalle.
El ataque de minonas es un upico método estrategico que tiene por objeto crear un peon débil en las filas del adversario precisamente alli donde éste posee una mayoria de peones. Este procedimiento es aplicable a un sinnúmero y variedad de posiciones del medio juego ( véase, por ejemplo, mas arriba, en la sección Centro de peones, la partida Petrosian-Tal). Examinemos ahora una de las primeras partidas de torneo donde se dio la estructura de Carlsbad.
72
H. Pillsbury J. Showalter Nueva York, 1 898
(Gambito de dama)
l . d4 dS 2. c4 e6 3. Cc3 Cffi
4. AgS S. e3 6. Cf3 7. e X dS
Ae7 Cbd7 0-0
El esquema e stratégico preferido por H. Pillsbury y basado en la idea de centralizar un caballo hubiera surgido tras 7 . Tcl , b6; 8 . e X d5 , e X dS ; 9. Ad3, Ab7; 1 0. 0-0, eS; 1 1 . De2, c4; 1 2. Abl , a6; 1 3 . CeS , b5; 1 4. f4 ( Pillsbury-Janowski, Viena. 1 898). En esta partida, el jugador norteamericano va por otros caminos.
7. 8. Ad3 9. Dc2
10. 0-0
e X dS c6 TeS Cf8
Sólida defensa que todavia hoy se juega con muchí sima frecuencia.
1 1 . CeS
También aqw lleva Pillsbury el caballo a su casil l a favorita, pero esta jugada faci lita l a defensa de las negras. Más prome tedor resultaba 1 1 . Tabl seguido del avance del peón b2, o bien 1 l . Tac 1 preparando una ruptura central.
1 1 . ... Cg4
Reacción correcta. Los cambios de piezas menores favorecen a las negras.
12. A X e7 13 . e x.. g4 14. Tac l
D X e7 A Á g4 D f6
Más preciso e ra 14 . . . . . Tad8 segui-do eventualmente de . . . , Td6 y, se-gun el caso . . . , Th6 .
Diagrama núm. 56
15 . a4?!
Sorpresa psicologica, ya que la jugada precedente de las blancas inducía a creer que la intención de estas era atacar por el centro. Objetivamente, sin embargo, era mas fuerte 1 5 . b4. Ahora las negras debían haber replicado 1 5 . . . . , aS ! con buen juego.
1S . ... Te7 1 6. b4 Tae8
Era mas exacto 1 6 . . . . , a6.
17 . bS DgS 18. f41
Sin miedo a dejar débil el peon e3, puesto que a las negras no les sera facil explotar esa circunstancia.
18. 19. Dd2 20. aS 2 1 . A x rs 22. a6 23. e x bS
Dffi AfS Dg6 o x rs e X bS Dd7?
Lo correcto aquí era 23 . . . . , De6.
24. a X b61 a6
Seria malo 24 . . . . , D X b5? a causa de 25. Tab l ! seguido dc 26. b8=D.
25. Cc3 26. Tb1
D X b7 Dc6
Diagrama núm. 5 7
El ataque de peones llevado a cabo por el blanco ha dado sus frutos: dos peones débiles en el campo de las negras (a6 y dS ) y dos columnas abiertas a disposicion del primer jugador W.b» y «C» ).
27. Tfc1 Dd6
Por supuesto, no 27 . . . . , T X e3? a causa de 28. Ce4!
28. Cdl 29. g3 30. De2 3 1 . DhS 32. h X g3 33. TeS
Cg6 hS h4 h X g3 Cf8 Td8
7 3
34. Tbcl 35. Df3 36. TeS
g6 Ce6 Rg7?
Un error. Era bastante mas fuerte 36 . . . . . Tc7.
37. T X dS 3S. TeS 39. D X d5
ex dS Ce6
Ya ha crudo uno de los dos peones debiles. El resto es sencillo.
39. 40. Tcl 4 1 . Cf2 42. DeS + ! 43. D X ffi + 44. Ce4+
Db6 Db4 Dd2 ffi R X ffi
La lucha esta practica mente termida. Aun siguió:
44. 45. ex d2 46. d5 47. g X f4 4S. e X f4 49. Tc5 50. Cc4 5 1 . d6 52. Tc7
Rf5 g5 g X f4 ex r4 R X f4 Td7 Re4 Rd4 abandonan
(Véase diagrama núm. 58)
Estamos ahora ante un final característico de la estructura de Carlsbad, después de un ataque de minonas llevado felizmente a termino. La posicion proviene de una partida de Kotov ( Venecia, 1 950). Aquí lo mejor para las negras, que no tienen la defensa nada fácil, sena l . . . . , h5. P�ro continuaron:
1 . Rf6?
74
Diagrama núm. 58
A lo que el blanco replico:
2. g4l
Las blancas fijan así el peon h7, creando en el campo enemigo una segundo debilidad. Al no lograr defender satisfactoriamente ambos puntos débiles, las negras perdieron la partida. V e amos cómo procedió ésta:
2. Re6 3. Rg2 Tb7 4. TeS+ Te7 5. ThS f6 6. h4 Tb7 7. Rf3 Tf7 S. TeS+ Te7 9. TdS!
El blanco trata de llegar a un final de torres donde tomen consistencia más real sus posibilidades de victoria.
9. 10. CeS + 1 1 . TeS 1 2. d X cS
Ta7 Re7 A X eS Rd7
13 . Th8 1 4. Td81 1 S. Td6 1 6. gS I 17. h X gS 18. Rg3 19. f3 20. Rf4 2 1 . ReS 22. T X c61 23. R X dS 24. Re4 2S. f4 26. Tc7 + 27. T X h7 28. Tf7
Re6 Re7 Ta6 f X g5 Rf7 Re7 Ta3 Ta4 + Ta3 T X e3 + Td3 + Tc3 Tcl Rd8 T X eS abandonan
Consideremos ahora la posición siguiente:
T. Petrosian N. Krogius 26.0 campeonato de la URSS
Tiflis, 1 959
Diagrama num. 59
Es poco probable que aquí las negras lleguen a jugar l . . . . , e X bS , dejando aislado el peón dS y abriéndoles la columna «e» a las torres ene-
migas. Por otra parte, si no lo hacen, el blanco cambiará peones en c6 y dejará un peón débil en la citada columna semiabierta. ASI pues, la única posibilidad satisfactoria para las negras consiste en l . . . . , c5 (de inmediato o tras oportuna preparación).
E l juego de T. Petrosian en esta partida constituye un ejemplo clásico del modo de tratar tales posiciones.
l. Ca41
Previniendo l . . . . , eS y preparando el cambio 2. b X c6. Seria inexacto jugar inmediatamente l . b X c6, ya que después de l . . . . , b X c6; 2. Ca4, Tab8 las negras tendnan buenas posibilidades de igualar la partida, por faltarle a la dama blanca casillas convenientes de retirada.
l . Tab8 2. g31
He aquí una profilaxis típica de Petrosian. Las blancas se defienden de antemano contra el eventual contrajuego enemigo . . . , f5-f4.
2. ... Rh7 3. CeS Tfd8
Así se pierde un peón, pero tambien 3 . . . . , b6; 4. Cd3, e X b5; 5 . D X b5, Tfc8; 6. TX c8, T X c8; 7 . T X c8, C X c8; 8. DeS! daba ventaja a las blancas.
4. b X c6 S. Da4
b X c6
Es manifiesta la vulnerabilidad no sólo del peón c6, sino también la de su peón a7 . Ello es consecuencia del descuido de las negras al no impedir antes el avance bS mediante . . . , a6.
7 5
5. Df6 6. Rg2 Ta8 7. eb7 TeS 8. eas
Ahora no tiene defensa el peón c6, lo cual determina el resultado de la partida.
8. 9. h3
10. e x e6 1 1 . TeS 1 2. Dc2 1 3 . T X e6 14. e X f4 15 . g4 1 6. Dd2 17 . Tel 18. D X d5 19. e X e1 20. eo 2 1 . Te7 22. Db7 23. eb4
g5 DfS De4 f5 e x c6 f4 g X f4 A X d4 Ag7 Da4 T X el Tf8 Rh8 a6 Tg8 abandonan
Y a en este ejemplo pueden apreciarse algunos importantes rasgos estratégicos:
l . Para las blancas es esencial llevar a cabo el avance b5 en circunstancias tales que no permitan la replica . . . , c5 del negro. lo cual significa que han de controlar la columna «c» y particularmente la casilla c5.
2. A las blancas les es util cambiar su propio alfil de casillas oscuras por el caballo enemigo, ya que asi ganan algunos tiempos ( el alfil negro queda mal situado en fO) y pueden atacar con su caballo el peón c6 después del ataque general de minonas.
3. También es buena para el blanco la jugada g3 . formando una «sierra» ( término de A. Nimzovich) contra el posible avance del peon f enemigo.
4. A las negras les conviene jugar
76
. . . • a6, ya que, después de los avances blancos a4 y b4, cambian el pr<r pio peón a6 y dej an sólo una debilidad ( en c6) e n vez de dos.
5. En previsión del avance blanco b5, las negras deben preparar un contrajuego en el centro o el flanco de rey.
La partida que s igue es característica de la m anera de realizar el ataque de minorías en una posición con la estructura de C arlsbad e ilustra bien los factores estratégicos más importantes en la aplicación de este plan.
V. Smyslov P. Keres Match-torneo para el campeonato
del mundo La Haya - Moscú, 1 948
(Gambito de dama)
l . d4 2. c4 3. ee3 4. Ag5 5. e3 6. e X d5 7. Ad3 8. ef3 9. De2
10. 0-0 1 1 . Tab1
d5 e6 ef6 c6 ebd7 e X d5 Ae7 0-0 TeS ef8
Todo esta dispuesto para iniciar el ataque de minorías. Más adelante consideraremos otros planes posibles.
1 1 . ... eg6
Cortandole la retirada al alfil g5 . A menudo se juega aqui también l l . . . . •
Ce4.
1 2. b4 Ad6
Como mas arriba indicabamos, lo
correcto es 1 2 . . . . , a6 ( cf. punto 4 ), y sólo después de 1 3 . a4 continuar 1 3 . . . . , Ad6.
1 3. b5
Las blancas no deben diferir este avance. En una partida Gligoric-Robatsch (Beverwijk, 1 967) se jugó 1 3 . Tfe 1 , Ag4; 1 4. Ch4, AhS; 1 5 . h3, h6; 1 6. A X fO, D X fO; 1 7. Cf5, Ch4; 1 8 . C X d6, D X d6 con posibilidades aproximadamente iguales.
Diagrama núm. 60
La valoración del plan de las negras iniciado con 1 1 . . . . , Cg6 depende de la variante 1 3 . . .. , h6; 1 4. A X tO. D X f6; 1 5 . e4, Cf4!; 1 6. e5 . De6 y ahora nada logran las blancas por medio de 1 7 . e X d6, ya que la continuación 1 7 . . . . • Dg4; 1 8 . Ce l . T X e l favorece al negro. Tal vez fuera lo mejor para las blancas seguir 1 7 . Ce2, pero en cualquier caso toda esta variante requiere comprobación práctica. En la partida que comentamos, P. Keres jugo más débilmente:
13 . 14 . b X c6
Ad7 A X c6?
Erróneo. Era más fuerte 1 4 . . . . , b X c6; 1 5 . Af5, DeS; 1 6. A X d7, C X d7; 1 7 . e4, h6; 1 8. Ae3, Cb6 con posición defendible para las negras.
15 . Db3 Ae7 1 6. A X f61
Cambio importante ( cf. más arriba, punto 2). Si 16 . Ab5, Cd7; 1 7. A X e7, C X e7, las negras podrian defender su flanco de dama con gran número de piezas.
1 6. 17 . AbS 18. Tfc1
A X f6 Dd6 hS
Otra posibilidad era 1 8 . . . . , Ce7 seguido eventualmente de . . . • g5 .
19. Ce2 20. A X c6 2 1 . Da4
h4 b X c6 Ce7
Diagrama nzim. 61
7 7
Las blancas han logrado una posición ideal de ataque, y la captura de alguno de los peones negros sólo es cuestión de tiempo. Ahora resultaria fuerte 22. Da6! , impidiendo 22 . . . . , c6 ( véase más aróba, punto 1 ), seguido de 23. Tb7. Sin embargo, V. Smyslov subestimó el contrajuego de las negras y se apresuró a llevar su torre a la séptima fila.
22. Tb7? a5 23. b3
Si 23. Tcb l , Teb8; 24. T X b8+, T X b8; 25 . T X b8+ , D X b8; 26. D X aS, Dbl +; 27. Cel , CfS ; 28. Rfl, Cd6, a las blancas les seria dificil hacer valer su peón de ventaja.
23. 24. Teb1 25. T X b7
Teb8 T X b7 eS !
Deshaciéndose de su principal debilidad, después de lo cual el juego queda casi igualado.
26. TbS e X d4 27. Ce X d4 TeS?
Después de esta jugada las blancas vuelven a tener ventaja. Mucho más fuerte era 27 . . . . , Dc7; 28. Cb3, Dc6 con contrajuego.
28. Cb3 29. D X h4 30. g4 3 1 . Cbd4 32. e x d4
Ae3 Tc4 a4 A X d4 DeS?
El error definitivo. Aún brindaba posibilidades de defensa 32 . . . . , Cc6, tras de lo cual no es posible 33. Tb6? a causa d� 33 . . . . , e X d4!
7 8
33. Cf3 Dd6
34. TaS 35. T X a4 36. DhS 37. DfS 38. Ta7 39. Td7 40. T X d4 4 1 . a4
Te8 Cg6 Dffi De6 Tf8 d4 Ta8 abandonan
En esta partida se han dado todos los elementos enumerados en la página 76, a excepción del punto 3. Esto último se explica, en primer lugar, por el hecho de que el peón t7 negro ha estado casi todo e l tiempo bloqueado por su propio alfil ( en fO ), no siendo pues indispensable impedir su avance; y, en segundo lugar, porque las negras no han amenazado en ningún momento la casilla h2. Aparece también uno de los rasgos típicos del ataque de minorías: e l cambio de los alfiles de casillas blancas. En la partida que sigue asistimos igualmente a este cambio.
B. Shatzkes G. Ravinski Moscú, 1 965
Las l l primeras jugadas son las mismas que en la partida anterior Smyslov-Keres.
(Véase diagrama núm. 62)
12. A X ffi
Tratando de atraer el alfil negro a la casilla fO y, gracias a ello, ganar tiempo.
1 2. 13 . b4 14. Tfe1 1 5. Cd2 1 6. a4
A X ffi a6 Ag4 Ae7 TeS
Diagrama núm. 6:!
Impidiendo de momento 1 7. b5 a causa de 1 7 . . . . , e X b5; 1 8. a X b5 , a5.
17 . Af5!
Es preciso cambiar el alfil de dama negro para que no pueda reprimir desde d7 la ofensiva de las blancas.
17 . 18. D X f5 1 9. g3 20. bS 2 1 . Df3?
A X f5 Ad6 Te6 ee7
Más exacto era 2 1 . Dd3.
2 1 . 22. Tc2 23. a X bS 24. Ddl 25. Tal 26. Tacl
Aa3 e X bS aS Dc7 Ab4 Dd7
(Véase diagrama núm. 63)
De resultas de la inexactitud de las
Diagrama núm. 63
blancas en la jugada 2 1 , el negro ha logrado igualar la partida. A pesar de ello, B. Shatzkes -músico de profesión- encuentra el modo de proseguir «en tono mayor».
21. e x dS ! 28. e x e7 + 29. D X e2
T X c2 T X e7 D X bS
El carácter adquirido por la posición es en cierta manera típico del plan que estamos comentando (ataque de minorias): caballo contra alftl, peones centrales contra peones laterales.
30. dS g6?
Debilita sustancialmente la casilla f6. Había que jugar 30 . . . . , TeS o 30. . . . , h6.
3 1 . Ce4 32. Db2 33. T X c7
Db6 Tc7 D X c7
Ahora ya no es dificil demostrar la superioridad de la dama y el caballo
7 9
de las blancas contra la dama y el alfil contrarios, y ello a consecuencia de la jugada 30 . . . . , g6 .
34.\
Cf6+ 35. d61 36. Cd5 + 37. C X f6 38. Cd5 + 39. e x b4 40. D X b4 4 1 . Dc4 + 42. Dc7
Rb8 Dd8 f6 Rg7 Rl7 a X b4 b6 Rf8 abandonan
Todavía volveremos sobre la cuestion del cambio de alfiles de casillas blancas, pero examinemos ahora los métodos defensivos que se utilizan contra el ataque de minonas.
Métodos de defensa comra el ataque de minorías
1 ) Contraataque de peones en el flanco de rey
En los primeros tiempos de la estructura de Carlsbad, es decir, cuando ésta empezó a emplearse regularmente en las partidas de torneo. se pensaba que el unico contrajuego eficaz de las negras para oponerse al ataque de minonas consist.ta en lanzar una ofensiva en el flanco de rey. He aquí un ejemplo de este tipo de estrategia. procedente de aquellos años.
E. Bogolyubov A. Rubinstein
80
San Remo, 1 9 30 (Gambito de dama)
l. d4 2. Cf3 3. c4 4. Ag5 5. e3 6. Cc3 7. Tcl
dS Cf6 e6 Cbd7 Ae7 0-0 TeS
8. a3 a6 9. e X d5
Con esta jugada las blancas suscitan la estructura de Carlsbad. Conviene hacer notar, no obstante, que para la realización del ataque de minorias la torre blanca estaria mejor situada en bl . Por otro lado, los movimientos 8 . a3 y 8 . . . . , a6 resultan más bien favorables al negro en la lucha que se avecina. Por eso quizá debían las blancas haber jugado de otra manera, por ejemplo 9. c5 , restringiendo la l ibertad del enemigo en el flanco de dama.
9. 10. Ad3 1 1 . 0-0 12. Dc2
e X d5 c6 Cf8 Ch5?
Continuación popular por aquel entonces. Como posteriormente lo ha demostrado la práctica, ofrece mas perspectiva 1 2 . . . . . Ce4 o 1 2 . . . . , Cg6.
13. A X e7 D X e7
En una partida Alekhine-Taylor ( Nottingham, 1 9 36) se jugó: 1 2 . . . . . T X e7 ( faltaban los movimientos 8. a3. a6) 1 3 . b4. b5 ; 1 4. Ce5 , Ab7; 1 5 . Ce2, Te6; 1 6 . g4, Cf6; 1 7 . f4 con ventaja de las blancas.
14. b4 15 . Db2 1 6. a4
Ae6 Tad8 g5? !
( Véase diagrama núm. 64)
A rruz de la u lt imajugada de las negras se recrudece la lucha. que tiene ahora lugar en ambos flancos. Con todo, el ataque de las blancas se revela mas eficaz.
Diagrama núm. 64
17 . b5 1 8. a X b5 19. Cd2 20. Tfe1 21. Ca2 22. b X c6 23. Db6
a X b5 g4 Ac8 es Td6 b X c6
Las blancas tienen ya un objeto de ataque, mientras en el flanco de rey no se ve todavía nada real para las negras.
23. ... Ad7 24. Cb4 Cffi!
Defendiendo indirectamente el peón c6. Si ahora 25. C X c6, seguiría 25 . . . . , De6; 26. Ab5, Tc8 y las blancas perdenan una pieza.
25. Tc2 26. A X e4 27. Tec1 28. Db7
Ce4 rx e4 Dffi Te7
A. Rubinstein combina ingeniosamente la defensa del peón c6 con el contrajuego en el flanco de rey. pero
desde el punto de vista estratégico la posición de las negras es dificil.
29. DaS Tf7 30. Cfl h5 3 1 . Cg3 h4 32. Ch5 Dg5 33. Db8!
Llevaría a innecesarias complicaciones 33 . Cf4 a causa de 33. T X f4, etc.
33. Th6 34. Cf4 g3 35. C X c6?
¡Craso error! Despues de 35 . fX g3, h X g3; 36. h3 , el ataque de las negras se acaba. quedándoles en pie la debilidad del peon c6.
35. 36. R X f2 37. T X c6 38. T X c6
g X fl+ A X c6 T X c6 h3 !
De nuevo las negras hacen gala de ingerio. A 39. g3 sigue 39 . . . . , Dh5.
39. g X b3 40. Re1 4 1 . Tg6+ 42. Tg3 43. Rd2 44. DeS 45. Rel 46. Re2 47. Rfl 48. Dg4
Dh5 Df3 Rh7 Dhl + Dal ! Da2+ Dal + Db2+ Cg6 T X f4+!
Otra interesante decisión de las negras. Lo malo es que no siempre la táctica, por buena que sea, logra reparar los daños de una estrategia deficiente.
49. e X f4 Del +
8 1
50. Rf2 -51. De2 52. De3 53. Rfl 54. Re2 55. Rfl 56. Re2 57. Rdl 58. Del 59. R X el 60. Tg41
Dd2+ D X d4+ Db2+ Dal + Db2+ Da1 + Db2 + Dbl + D X 1 + e x f4
y las blancas ganaron el final. Como la práctica lo demuestra. el
método más eficaz de contrajuego 9Uele consistir en un ataque de piezas. Veamos el modo de proceder en tales casos.
2) Ataque de piezas en el flanco de rey
El siguiente ejemplo ilustra bien los peligros a que se exponen las blancas al subestimar el contrajuego de su adversario.
M. Taimanov R. Nedzmetdinov 2 1 .0 campeonato de la URSS
Kiev, 1 954
l . d4 2. c4 3. Cf3 4. e X d5 S. Ce3 6. AgS 7. Dc2 8. e3 9. Ad3
1 0. 0-0 l l . Tabl
dS e6 e6 e X dS Cffi Ae7 Cbd7 0-0 TeS Cf8 aS
Pequeña fineza. En comparacion con 1 1 . . . . , a6. las negras llegan a dominar antes la columna «a», lo cual puede tener importancia en el plano táctico.
82
12. a3 13. A X e7 14. b4 15 . a X b4 16. b5? 1
Ce4 D X e7 a X b4 Cg6
Prematuro. E ra más logico 1 6 . A X e4, d X e4; 1 7 . Cd2, f5 (o l 7 . . . . •
Af5) 18. b5 .
1 6. ... Ag4 17 . Cd2?
Esto es ya un claro error. Aquí era necesario 1 7 . A X e4, d X e4; 1 8 . Cd2 con lucha aguda. En caso de 1 7. Ae2. C X c3: 1 8 . D X c3, Ta3, las negras tendn an buen juego.
Diagrama núm. 65
17. 18. D X d2
C X d2 Ch41
Salta a la v ista que. debido a las amenazas 1 9 . . . . . Cf3+ y 1 9 . . . . , Ah3, la posición de las blancas es indefendible. Después de 1 9 . Ae2, Ah3! ; 20. g X h3, DgS + , al blanco le queda la desagradable opción entre recibir
mate o perder la dama (2 1 . Ag4, Cf3+). M. Taimanov toma una decisión prácticamente forzada: entregar de inmediato un peón para salvarse del ataque de mate.
19. f3 20. D X e3 2 1 . r x 84 22. b X c6
D X e3 + T X e3 T X d3 b X c6
Naturalmente, no 22 . . . . , T X c3? a causa de 23. e X b7, Tb8; 24. Tbc l , Tc4; 2 5 . T X c4, d X c4; 26. Tal y las blancas ganan.
23. Ce2 24. Ttl 25. Tbfl
Td2 h6 Cg6
Lo más sencillo era 25 . . . . , Taa2, forzando el cambio de torres y quedando con excelentes posibilidades de victoria. El resto de la partida no guarda relacion con el tema que nos ocupa. A titulo de curiosidad, mencionaremos que Taimanov llegó a una posicion de tablas en un final de torres con dos peones de menos, pero al fin la partida fue ganada por R Nedzmetdinov, aunque no sin tener que superar grandes dificultades.
S. Furman Y. Klovan Moscú, 1 964
Hasta la jugada 1 1 de las blancas. inclusive, la partida es idéntica a la que acabamos de ver. Ahora siguio:
1 1 . 12. b4 1 3. A X e7 14. Tfel?l
Cg6 Ce4 D X e7
Mejor que 1 4. Cd2, pero la jugada temática y más segura en esta posicion es con todo 1 4. A X e4.
14. 15. D X c3 1 6. Cd2
C X c3 Ag4 Tac8
Impidiendo 1 7. b5, a lo que podría seguir 1 7 . . . . , e X bS ; 1 8 . Db3, a6; 1 9. D X cl5, Ae6 con mejor juego de las negras.
17 . Tbcl Ch4 18. Afl
Es peligroso 1 8. f3 a causa de 18 . . . . , Ah3; 1 9 . g3, CfS; 20. Te2, Dg5; 2 1 . f4, Dg4 con fuerte ataque de las negras.
18. 19. Rhl
DgS Te6
Diagrama núm. 66
Ahora se ve claramente que las blancas se han retrasado en la ejecución de su plan b5. La iniciativa está ya en manos del negro.
20. e4?
Un error que resultara desastroso
83
para el bando blanco. Objetivamente, sin embargo, hay que hacer notar que la posición de las negras es aqui preferible de todas maneras, por ejemplo: 20. f3 , Ah3!; 2 1 . Te2, Tg6; 22. g3, A X f1 ; 23. T X f1 , CfS.
20. d X e4 21 . e x e4 Df4 22. CeS Cf3 ! 23. g3 Th6 24. h3 T X h3 +! 25. A X h3 Dh6 26. abandonan
A pesar de todo, si las blancas previenen a tiempo las amenazas de su adversario, no siempre resulta tan peligroso al ataque negro de piezas en el flanco de rey.
Y. Averbakh A. Konstantinopolski Moscú, 1 966
Hasta la jugada 1 1 de las blancas, los acontecimientos se desarrollan como en las partidas anteriormente vistas Smyslov-Keres y Taimanov -Nedzmetdinov.
(Véase diagrama núm. 6 7)
1 1 . 12. A X e7 13 . b4 14. a4 1 5 . bS 1 6. a X bS
Ce4 D X e7 a6 Cg6 a X b5 Ag4
Merecía atencion 1 6 . . . . , C X c3. como se hizo en la partida Furman-)( Klovan, examinada mas arriba.
17. A X e4 18. Cd2
84
d X e4 AfS?!
Diagra ma núm. 67
Mas aguda y de mayores perspectivas era la jugad a 1 8 . . . . , f5 .
1 9. b X c6 20. Ce2
b X c6 Ch4
Aqui es interesante 20 . . . . , Ac8!?; 2 1 . D X c6 ( después de 2 1 . Tfe l , Aa6; 22. Cc4, Ab5 las negras tienen buen juego) 2 1 . . . . , Aa6; 22. Tal , Tec8; 23. T X a6, T X c6; 24. T X a8+ , Cf8; 2 5 . Cg3 y, según el análisis de E. Vasiukov y B. Shatzkes, las blancas tienen suficiente compensación por la d ama entregada.
2 1 . Cg3
Seria arriesgado 22. D X c6 a causa de 22 . . . . , Ta2; 23 . Dc3, Ah3: 24. g X h3, T X d2 con juego confuso.
21 . ... Ag6?
Dudoso sacrificio de peon. Si 2 1 . . . . . Tac8; 22. T fc 1 ( a 22. f3 sigue 22. . . . • Dg5 ). las blancas es tan mejor, pero al negro le s i rve al menos de consuelo la igualdad de material.
Diagrama núm. 68
22. D X e6 23. DbS 24. Tbel 25. T X el
Tae8 f3 T X el f4
Lanzándose a un desesperado contraataque. . . cuya inC'orreccion demuestran las blancas con facilidad.
26. e X f4 e3 27. Db3 + Af7 28. D X e3 Db7 29. Cde4 Ag6 30. rs
Refutando la idea de las negras.
30. 3 1 . e X fS
e x rs T X e4
Perderia inmediatamente 3 1 . A X f5 ? a causa de 32. Cf6+.
32. Cd6 T X e3 33. r x e3 1
¡Precisamente así! Despues de 33. C X b7. Td3, las negras tendnan bastantes posibilidades de tablas.
33. 34. TeS+ 35. e x c8
Dd7 D X c8
y las blancas ganaron fácilmente el final.
Los jugadores de estilo posicional aficionados al gambito de dama no podían contentarse, llevando las piezas negras, con estos dos arriesgados métodos de contrajuego. Por eso empezaron a buscar sistemas de defensa mejor fundamentados desde el punto de vista estratégico. Veámoslos.
3) Métodos posicionales de defensa comra el ataque de minorías
Primero de todo, parece evidente que a las negras les conviene cambiar el alfil de dama, ya que, dada la configuración que adoptan sus peones, este alfil se convierte en «malo». A tal fin tiende una original maniobra de caballo.
P. Trifunovie V. Pire Torneo interzonal Saltsjobaden, 1 948 (Gambito de dama)
l . d4 2. c4 3. ee3 4. Ag5 S. el 6. Tel 7. en 8. De2 9. a3
10. e X d5
Cffi e6 d5 Ae7 0-0 Cbd7 e6 TeS a6
Como ya lo hemos observado, este cambio favorece a las negras cuando ambos bandos han jugado respectivamente Tcl y . . . • a6.
10 . .. . e X d5
85
1 1 . Ad3 Cf8 1 2. 0-0 g61
Esta jugada descubre la idea de las negras: cambiar su alfil de dama por medio de . . . , Ce6-g7-Af5.
13 . Ca4
Más lógico era 1 3. b4. 13. Ce6 14. Ah4 Cg7 1S. CeS Cd7 1 6. A X e7 T X e7 17. b4 Cb6 18. a4 AfS 19. Cd2 A X d3 20. D X d3 CfS
Diagrama núm. 69
Aquí entrambos contendientes acordaron tablas. Si las blancas juegan inmediatamente 2 1 . b5, entonces el negro, continuando 2 1 . ... , e X b5; 22. a X b5, a5, obtiene un fuerte peón pasado en la columna « a)). En caso contrario, las negras se proponen jugar 2 1 . . . . , Cd6 para asegurarse el dominio de la importante casilla
86
c4 y estar así en condiciones de obstruir la columna «e)).
Tan larga preparación para cambiar los alfiles de casillas blancas no deja, con todo, de suscitar ciertas dudas. El motivo de que las negras hayan igualado e l juego con facilidad reside más bien en las inexactitudes cometidas por e l blanco ( veánse las observaciones a sus jugadas 1 O y 1 3 ). Si las blancas tratan correctamente la apertura, pueden plantearle a su adversario dificiles problemas y, en particular, impedirle el cambio del alfil de dama.
M. Taimanov R. Persitz Hastings, 1 95 6
( Gambito d e dama)
l. d4 2. c4 3. Ce3 4. AgS S. e3 6. e X dS 7. Ad3 8. De2
d5 e6 Cf6 Ae7 Cbd7 e X dS e6 Cf8
Con esta jugada da principio el sistema del gran maestro sueco G. Stahlberg. Su idea consiste en cambiar el alfil de casillas blancas, como en la partida precedente, pero con la diferencia de que la m aniobra preparatoria del caballo se lleva a cabo antes del enroque.
9. Cf3 Ce6 10. Ah4 g6 1 1 . h31
El método de desarrollo relacionado con esta jugada asesto un rudo golpe al sistema de Stahlberg.
1 1 . ... Cg7
12. g4
Impide 1 2 . . . . • AfS y prepara un ataque directo contra el rey enemigo.
Diagrama núm. 70
12. ... 0-0
Las negras no se arriesgan a entrar en la variante 1 2 . . . . , hS ; 1 3 . CeS , h X g4; 1 4. A X g6, T X h4; 1 5 . A X f7 + , aunque sus consecuencias estan lejos de ser claras.
1 3 . 0-0-0 14. A X e7 15 . Tdg1 1 6. h4 17 . hS 18. CeS
Cfe8 D X e7 Cd6 f5 f X g4 AfS
Demasiado tarde, pues el ataque al rey negro se ha vuelto ya muy peligroso.
1 9. e x g4 20. D X d3 2 1 . CeS
A X d3 g X h5 Rh8
22. Tg2 De6 23. Tbg1
y las blancas ganaron en seguida. En esta partida las blancas incluso
renunciaron al ataque de minonas a fin de impedir el cambio de alfiles proyectado por el negro.
Ahora bien, si las blancas, deseosas de evitar las agudas variantes de los sistemas de Merano y de Botvinnik ( Antimerano), cambian peones en dS a la cuarta o quinta jugada, cuando el caballo dama negro no ha obstruido toda vi a la diagonal c8-h3, entonces el cambio del alfil de dama les resulta a las negras mucho mas fácil de forzar que en los dos ejemplos anteriores.
L. Polugayevski B. Spassky 3 I .o campeonato de la URSS
Leningrado, 1 963 (Gambito de dama)
l . c4 2. Cc3 3. Cl3 4. d4 5. e X dS 6. Ag5 7. Dc2
Cffi e6 d5 Ae7 e X d5 c6 g6!
De esta manera las negras resuelven el problema del desarrollo de su alfil de dama.
8. e3 9. Ad3
1 0. D X d3
Af5 A X d3 0-0?
Inexacto. Mas fuerte era 1 0 . ... , Cbd7, y si 1 1 . Ah6, Cg4; 1 2. Af4. 0-0; 1 3. 0-0, TeS; 1 4. h3, Cgf6; 1 5 . CeS , Cb6, las negras tienen bucnjucgo (Bobotzev-Petrosian, Lugano, 1 968).
87
1 1 . A X ffil 12 . b4 1 3 . 0-0
A X ffi Cd7
Merecía atención 1 3 . b5 , Cb6: 1 4. b X c6, b X c6: 1 5 . 0-0 con ulterior presión por la columna c.
1 3 . ... bS
Dia{!rama núm. 7 1
Las negras han conseguido una posición estratégicamente ventajosa: les ha sido posible cambiar el alfil de dama y frenar el agresivo avance del peón b4. Si ahora lograran instalar su caballo en c4. serian las blancas quienes tendrían que luchar por la igualdad. Claro esta que L. Polugayevski va a oponerse a este plan.
14 . a4 a6 1 5 . aS !
Es mas debil 1 5 . Ta2, Cb6: 1 6 . Tfa l y si entonces 1 6 . . . . . Tc8; 1 7 . a X b5 . a X b5 : 18 . Ta7, Te8. a las
88
blancas les resulta dificil sacar provecho de la columna abierta a, mientras el caballo negro se instala sin problemas en c4.
15 . 16. Ce2 1 7. Db3
TeS Ae7 Ad6
Esta casii ia es la mejor para el alfil de las negras, y a que desde ahí el peón b4 ataca y a la vez apunta a la fortaleza del rey blanco.
1 8. Cel g5 1 9. Cd3 g4 20. Cd2 Te6 2 1 . Tfe l Dg5 22. Ta2 Tae8 23. Tae2 Dh6 24. en AbS 25. CeS
Accediendo de hecho a la nulidad. Es cierto que no se ve modo alguno de reforzar aún más la posición del blanco.
25. 26. T X eS 27. De2 28. g3 29. DfS
C X cS Tg6 Tee6 Rg7 tablas
Así pues. el c ambio de alfiles de casillas blancas es favorable al bando negro si acierta a controlar los puntos b5 y c4, neutralizando de esta manera el avance del peon b4 enemigo: o tambien si logra levantar una barrera en el flanco de dama por medio de ... , b5, con tal que la debilidad resultante en c6 pueda defenderse adecuadamente. Para terminar con este tema. mostraremos cómo se realiza el ataque de minorí as en otra apertura.
V. Chekhover N. Riumin Leningrado, 1 936
(Defensa holandesa)
l . d4 e6 2. Cf3 fS 3. g3 Cf6 4. Ag2 Ae7 5. 0-0 0-0 6. c4 d5
Las negras han optado por el sistema stonewa/1 («muro de piedra»). cuya estructura de peones es análoga a la del gambito de dama (salvo por la posición del peón f5).
7. Cc3 8. Dc2 9. Ag5 !
c6 DeS
Refuerzo de V. Chekhover. Este plan es, a juicio de M. Botvinnik, sumamente eficaz contra el sistema stonewall. Resulta menos apropiado el avance inmediato b4-b5 . Si se pretende llevar a efecto el ataque de minorias, es bueno para el blanco cambiar su alfil de dama por el caballo de rey enemigo, como ya lo vimos también al tratar de la estructura de Carlsbad.
9 . .. . Dh5
Puede que sea más fuerte 9 . Ce4.
10. A X f6 1 1 . c X d5
A X f6 e X d5
«Lo más natural, pero, como a menudo sucede, las negras no tienen en cuenta el contrajuego de su adversario. ¿Quién creería , en efecto, que precisamente el punto c6 de las negras, orgulloso puntal de su posicion según todas las apariencias, constitu-
ye de hecho una seria debilidad?» (P. Romanovski).
12. e3 Cd7?
Un error. Era correcto 1 2 . . . . , Ae7, impidiendo de momento 1 3. b4. Podria entonces seguir 1 3 . Tab l , a5; 1 4. a3, Ae6; 1 5 . b4, a X b4; 1 6. a X b4, Cd7; 1 7. b5, g5 y la amenaza 1 8 . . . . , f4 les proporciona a las negras suficiente contrajuego.
13 . b4 Cb6 14. b5
Diagrama núm. 72
Las blancas han logrado ya cierta superioridad en «Su» flanco. En comparación con las posiciones análogas del gambito de dama, el blanco tiene aquí dos ventajas suplementarias: el alfil en fianchetto defiende sólidamente a su rey, al paso que impide el avance del peón c6, ya que entonces seria vulnerable el peón d5 . Además, el alfil negro de casillas claras desempeña un papel demasiado pasivo y
89
apenas si puede soñar en cambiarse por su colega blanco.
14. ... DeS
Capitulación psicológica. Más posibilidades les brindaba a las negras el avance 1 4. . .. , g5 para efectuar cuanto antes la ruptura . . . , f4, aun a costa de sacrificar algo de material.
15 . a4 1 6. aS ! 17 . b X e6 18. Cd2
Cc4 a6 b X e6 C X d2
Mejores perspectivas ofrecía 1 8. . . . , C X e3, recibiendo tres peones por la pieza entregada.
1 9. D X d2 Ta7 20. Tab1 Rh8 21 . Ca4 g5
Demasiado tarde. El contraataque de las negras no llega ya a tiempo.
22. CeS AdS 23. Cd3 h5 24. Tfe1 Th7?
Otro error, pero ya era muy dificil salvar la posicion de las negras.
25. A X d5 26. T X eS 27. TbbS 28. f X g3 29. CeS 30. e X f4 3 1 . ex d7 32. D X f4!
e X d5 h4 h X g3 Td7 f4 g X f4 D X d7 abandonan
A1aque en el centro por medio de e3-e4
Este plan de las blancas se presenta en dos formas diferentes. La prime-
90
ra consiste en crear un centro de peones mediante f3 s e guido de e4. La segunda en efectua r e l avance e4 sin haber hecho antes la jugada preparatoria f3, lo cual lleva de ordinario a una partida abierta.
Examinemos la primera posibilidad en el siguiente ejemplo:
A. Alekhine J. R. Capablanea 32.• partida del match
Buenos Aires, 1 927 (Gambito de dama)
l. d4 2. c4 3. Cc3 4. Ag5 5. e3 6. e X d5 7. Ad3 S. Cge2
d5 e6 Cf6 Ae7 Cbd7 e X d5 e6
El desarrollo de l caballo de rey por esta casilla deja móvil el peón f3 y les permite a las blancas formarse un centro de peones mediante e4. No obstante, la idea de Alekhine en la presente partida e s otra: atacar en el flanco de rey.
8 . ... 9. Cg3
0-0 CeS
Seria malo 9 . . . . , h6 a causa de 10 . h4!
10. h4 1 1 . Dc2 1 2. Cf5 13. A X f5 14. Ad3 15 . Af4
Cdf6 Ae6 A X fS Cd6 h6 TeS?
Para defenderse contra la principal amenaza de las blancas, 1 6. 0-0-0 seguido de 1 7 . Tdgl y 1 8 . g4, a lo
cual el negro replicaría 1 6 . . . . , c5 . Sin embargo, ahora es posible el avance inmediato del peón g2. Por eso hubiera resultado más fuerte 1 5 . . . . , Tfe8; 1 6. 0-0-0, efe4; 1 7 . e X e4, d X e4; 1 8. A X e4, e x e4; 1 9. D X e4, A X h4; 20. Ae5 , Af6 con posibilidades reciprocas.
1 6. g4! Cfe4
Las negras perderían la calidad después de 16 . ... , e X g4; 1 7. A X d6, A X d6; 1 8. AfS.
17. g5 1 8. A X e4 1 9. e x e4 20. D X e4 21 . Rfl 22. D X d5 23. Rg2
h5 C X e4 d X e4 DaS + Dd5 e X d5
y poco a poco las blancas hicieron valer su peón de más.
El plan consistente en crearse un centro de peones, como más arriba lo indicábamos, fue ideado por M. Botvinnik y aplicado por él mismo en la defensa Nimzoindia y el gambito de dam a ( véase el articulo de M. Taimanov, página 1 3 ). La reacción correcta de las negras contra dicho plan es atacar el centro enemigo mediante . . . , c5 .
M. Botvinnik E. Geller 22.0 campeonato de la URSS
Moscú, 1 95 5 (Gambito de dama)
l . c4 2. d4 3. Ce3 4. e X dS 5. AgS 6. e3
Cf6 e6 dS e X d5 e6 h6
7. Ah4 Af5 8. Ad3
Merece consideración 8. Df3.
8. 9. D X d3
10. Cge2 1 1 . 0-0 1 2. f3
A X d3 Ae7 Cbd7 0-0
Proyectando operaciones activas en el centro. Empero E. Geller, como vemos por el desarrollo ulterior de la partida, estaba bien preparado para refutar la maniobra favorita de Botvinnik
12. ... TeS 1 3. At2 eS!
Oportuna ruptura que da al traste con el plan de las blancas.
14. d X eS 15 . Tad1 16. Db5 17. D X b6
A X eS CeS Db6 a X b6!
Diagrama núm. 73
9 1
La apertura de la columna «a» compensa con creces la única insuficiencia de la posición negra: los peones doblados. Ahora las blancas deben defenderse de la amenaza 1 8 . . . . , ec4.
18. b3 Cc6 19. Cf4
Era más fuerte 1 9 . ed4.
19. ... Cb4 20. Cd3?
Erróneo. Habia que jugar 20. erx dS, er x d5; 2 1 . e x d5 . �
e X dS; 22. T X dS , T X a2! ; 23. e4, T X f2!; 24. T X f2, Ta8; 2S , T X eS, b X eS; 26. Tc2 con excelentes posibilidades de tablas. Después del movimiento del texto la posición blanca empeora a ojos vista!>.
20. 2 1 . e x a2 22. Tfe1
C X a2 T X a2 Ad6
Las negras han ganado ya un peon y conservan la iniciativa.
23. h3 24. Rfl 25. b4 26. Te2 27. Ael 28. g4 29. A X g3 30. Rg2
Tc2 Tc3 b5 Tb3 Ch5 Cg3 + A X g3
También tras 30. f4, Ah4 las actividades del blanco quedarian paralizadas.
92
30. Ad6 3 1 . Rt2 Tc8 32. Ted2 Tc4!
La situación es desesperada para las blancas. Aún siguió:
33. Ccl Tb X b4 34. T X d5 Tb2+ 35. Ce2 Ab4 36. Rfl Ac5 37. Cd4 b4 38. Td8+ Rh7 39. Tc8 Tc3 ! 40. Ce2 T X e3 4 1 . abandonan
Las negras deben reforzar bien la presión que eje rcen con sus peones sobre el centro enemigo. Si la afloj an para activar los peones del flanco de dama, el blanco obtiene generalmente ventaja efectuando su proyectada ruptura central.
M. Botvinnik B. Larsen Noordwijk, 1 965
( Gambito de dama)
l . c4 2. ee3 3. d4 4. e X d5 S. Ag5 6. e3 7. Dc2 8. Ad3 9. Cge2
e6 d5 Cf6 e X d5 c6 Ae7 0-0 Cbd7 h6
Inexacto, ya que las negras no sólo debilitan su tlanco de rey, sino que además empuj an al alfil enemigo hacia una mejor c as illa.
10. Ah4 Te8 1 1 . f3 c5 12. 0-0 a6 13 . Tad1 b5 14. At2 c4?
Error de principio. Ahora no puede impedirse el avance blanco e4. Por eso las negras tenían que haber seguido manteniendo la tensión en el centro.
15 . AfS eb6 1 6. eg3 Af8 17 . a3 Ab7 1 8. e4 g6 1 9. Ah3 aS
Diagrama nzím. 74
Las piezas blancas estan ya listas para el ataque, que comienza inmediatamente con el avance de la infanteria en el ala de rey. Por supuesto, al blanco no le interesa entrar en las complicaciones que se seguirian de 20. C X b5 , d X e.
20. e5 b4 21. ece2
Sólo así. La inclusión de las jugadas 2 1 . a X b4. a X b4 dejan a la columna «a» en manos de las negras.
2 1 . eh7 22. f4 Ac6
23. Tal 24. Dbl 25. a X b4!
Aa4 f3
La situacion ha cambiado, y ahora la columna «a» les pertenece a las blancas.
25. 26. e x f3 1 27. A X f3 28. Cg3 29. A X d7 30. Dg6+
a X b4 g X f3 De7 Ad7 e X d7 Dg7
Era mas fuerte 30. Rh8.
3 1 . Dc6 T X al 32. T X al
Resulta peor 32. D X d5 +, Df7 y las piezas negras se reactivan.
32. 33. Ta7 34. d X eS 35. D X e6 36. ers
Df7 e x eS De6 T X e6
y las blancas, habiendo recuperado la pieza entregada, ganaron gracias a su ventaja de material.
La práctica ha demostrado que e! plan de juego propuesto por M. Botvinnik es molesto para las negras. Por eso éstas suelen evitarlo adoptando un orden de jugadas que dificulta el desarrollo del caballo blanco por e2. Así Petrosian, en su match contra Botvinnik, respondió no pocas veces al gambito de dama como sigue: l . d4, dS; 2 . c4, e6; 3. ec3, Ae7 !? La idea de este movimiento, debido a V. Alatortzev, consiste en obligar a las blancas a jugar 4. Cf3. Botvinnik continuó en varias ocasiones 4. e X d5 , e X d5 ; 5 . Af4, c6; 6. e3, A f5 ; 7 . g4, pero no obtuvo especial ventaja.
93
Pasemos ahora a la segunda forma del plan de ataque en el centro. El avance e4, que provoca la apertura de la columna «e», se efectúa en este caso con el caballo de rey blanco situado en f3. Este plan es eficaz cuando las negras llevan retraso en el desarrollo y no pueden presionar suficientemente sobre el peón d4. Entonces las blancas pueden organizar con éxito un ataque directo al rey enemigo.
Tambien es posible combinar la ruptura central e4 con un ataque de minonas, sobre todo cuando las negras han jugado . . . • b5 .
A. Karpov B. Spassky 1 1 .• partida del match
Leningrado, 1 97 4 ( Gambito de dama)
l. d4 Cf6 2. c4 e6 3. Cf3 d5 4. Cc3 Ae7 5. Ag5 h6 6. Ah4 0-0 7. e3 b6 8. Ae2 Ab7
Ambos contendientes han jugado la variante V. Makogonov-1. Bondarcvski-S. Tartakover. Es obvio que también aquí puede surgir la estructura de Carlsbad. por lo que el siguiente movimiento de las blancas merece aprobación.
9. A X f6! 10 . e X d5 1 1 . 0-0 1 2. Tc1 1 3 . a3 1 4. b4 15 . Cel
94
A X f6 e X d5 Dd6 a6 Cd7 b5
Es más preciso, como indicó Botvinnik, 1 5 . C d2 seguido de 1 6. Cb3 para impedir el avance . . . , aS .
15. 16. Cd3
c6 Cb6?
Aquí las negras tenían que haber jugado 1 6 . . . . • a5, dejándole al adversario un peón débil en b4 y abriendo a su favor la columna «a». En tal caso,
\ una vez trasladado el caballo a c4, las negras lograrían una partida del todo satisfactoria.
17. a4!
Dia gra ma núm. 75
17 . . . . Ad8?
Otro error. E ra mejor 1 7 . . . . , Cc4; 1 8 . CeS, Tab8 con excelentes posibilidades de defensa. Oespues de la jugada del texto las blancas, con una nunima preparacion. abrirán el centro aprovechando la circunstancia de
que el alfil enemigo no les ataca ya el peón d4.
1 8. CeS 1 9. aS 20. g3 21 . e4 22. Te1 23. C3 X e4 24. Ah5 25. Df3
Ac8 Ae7 Cc4 Ah3 d X e4 Dg6 Dh7 f3
Ahora las piezas negras están desperdigadas y el blanco obtiene facilmente una superioridad decisiva. Una defensa más tenaz hubiera sido 25 . . . . , DfS.
26. Cc3 27. D X e6 28. Cd5 29. Te7 30. T X e7 3 1 . D X h6 32. T X f7 33. D X f4 34. De7 + 3 5 . Cf4
g6 g X h5 f4 Df5 Tae8 Tf7 R X f7 Te2 Rf8 abandonan
Examinemos a continuacion el plan de ruptura central introducido en la práctica de los torneos por el gran maestro norteamericano F. Marshall.
M. Tal R. Vaganian Moscú, 1 975
(Gambito de dama)
l . Cf3 2. d4 3. c4 4. Ce3 5. Ag5 6. e X d5 7. e3 8. Ad3 9. De2
d5 Cf6 c6 e6 Cbd7 e X d5 Ae7 0-0 Te8
10. 0-0 Cf8 1 1 . Tae1
Con esta jugada da comienzo el plan que se llevó por vez primera a la practica en una partida Marshall- Rubinstein (Moscú, 1 925).
1 1 . ... 12. A X e7 13 . A X e4 14. Cd2
Ce4 D X e7 d X e4
Ahora se aprecia la idea del plan de las blancas: provocar el avance debilitador 1 4 . . . . , f5 (no es bueno 1 4 . . . . , Af5 a causa de 1 5 . f3) y abrir luego el centro logrando así un juego activo.
14. 15. f3 t 6. e x f3 17. e4 18. T X e4
f5 e X f3 Ae6 r x e4 Tad8
Diagrama núm. 76
Posición muy conocida. La partida antes citada como fuente de este sistema prosiguió aqui 1 9 . TeS, h6;
95
20. ee4, Db4; 2 1 . a3, Dc4; 22. Df2 con mejor juego de las blancas. Era más fuerte para el negro, como lo señaló E. Bogolyubov, 20 . . . . , Dc7 seguido de 2 1 . ... , AdS .
19. Tfel 20. TeS 21 . De4
h6 Df7 Td6? !
Arriesgado. Mas solido es 2 1 . . . . , AdS; 22. e X dS, T X eS; 23. etO+!?, D X f6; 24. d X e5 con ligera ventaja de las blancas. Éstas obtienen, tras el movimiento del texto, un juego claramente mejor.
22. De3 Cd7 23. TaS Cffi 24. Df4 Ted8 2S. T X a7 Dd7 26. Ca4 CdS 27. Dg3 De7 28. CeS Ac8 29. CeS Tffi
Es mas debil 29 . . . . , Db6? a causa de 30. ec4!, D X a7; 3 1 . e X d6, D X a2; 3 2. ee8! con ataque decisivo de las blancas ( según M. Tal).
30. Ce4 3 1 . Cg6 32. e x r4 33. C X dS?
Tf4 Db6 D X a7
Las blancas conservaban su ventaja prosiguiendo 33 . chS ! . D X d4+: 34. Rh l , Rh8: 35 . eef6, gS; 36. e X dS, o 34 . . . . , Td7; 35. ed6. Ahora el juego queda igualado.
33 . 34. De3
96
D X d4 + tablas
Ataque en el flanco ae rey en caso de enroque corto
por ambas partes
Este plan d e las blancas se combina a veces con una ruptura en el centro. Veamos su modalidad más interesante, relacionada con el avance f4.
La siguiente partida t:onstituye un prototipo de la manera de realizar dicho plan.
N. Riumin l. Kan Moscú, 1 936
(Gambito de dama)
l . d4 2. c4 3. Ce3 4. Ct3 S. e X dS 6. Af4
Cffi e6 dS Cbd7 e X dS
N. Riumin prefería este desarrollo del alfil blanco y lo empleaba incluso con la estructura de peones en que el de dama queda aislado. Hoy en dia suele jugar así con cierta frecuencia T. Petrosian.
6. e6 7. e3 Ae7 8. Ad3 0-0 9. Dc2 TeS
10. h3 Cf8 1 1 . CeS
Esto indica que las blancas renuncian al ataque de minon as.
1 1 . 1 2. 0-0 13. A X eS
C6d7 C X eS Ad6
Diagrama nzim. 77 18. Tg1 19. g4 20. 0(2 21. h4 22. rs
Tae8 Ar7 Rh8 a6 eS
Demasiado tarde. Ahora las blancas hacen caso omiso del contrajuego enemigo.
23. Ce2 24. e X d4 25. Cf4 26. Tfg3 27. T X g1
e X d4 Db4 Te1 T X g1 + De7
Preparando un nuevo cambio para :;...-��--;,o,;--. _ _. simplificar la posicion.
Era mas preciso jugar previamente 1 3 . . . . , f6 y sólo después 1 4 . . . . •
Ad6.
14. f41
«Las negras subestimaron quiza esta jugada que da a su advesario excelentes posibilidades de ataque. El peón e3 retrasado constituye, por supuesto, un punto vulnerable en la posición de las blancas, pero al negro no el es facil explotar esa debilidad, mientras el inminente avance enemigo en el flanco de rey es una amenaza bien real» (N. Riumin).
1 4 . ... 15. A X d6 1 6. Tf3 17 . Rhl
ffi D X d6 Ae6 Te7?
Comienzo de un plan erróneo. El doblamiento de torres en la columna «e» no les reporta nada a las negras en este genero de posiciones. Merecía considerarse 1 7 . . . . • Tac8 seguido eventualmente de . . . , eS .
28. g5 29. h X gS
r x gS De3
Las negras han logrado su propúsito, pero . . .
30. D X e3 1
La decisión mas práctica. En el final que sigue, las negras quedan privadas de todo contrajuego. La partida continuo;
30. 3 1 . Rg2 32. Rt2 33. Te1 34. Rf3
T X e3 A eS Te7 Ac6
Dada la carencia de perspectivas de defensa por parte del negro, no tendría sentido entrar en variantes confusas del tipo 34. A X a6, Te4; 35. Ce2, Tg4, etc.
34. 35. Rg4 36. Ce6 37. fX e6
Tr7 Tc7 ex e6 Rg8
97
38. Rf5 39. ReS 40. Rd6 4 1 . A X a6 42. Ad3
Rf8 g6 Te7 Re8 abandonan
En la siguiente partida, el plan de ataque de las blancas con la jugada f4 se combina con la ruptura central e4.
M. Botvinnik V. Byvshev 20.0 campeonato de la URSS
Moscú, 1 95 2 (Gambito d e dama)
l . c4 2. Cc3 3. Cf3 4. d4 S. e X dS 6. Af4 7 . e3 8. Ad3 9. 0·0
1 0. h3 1 1 . Ah2 1 2. CeS 13 . A X eS
Cf6 e6 d5 Ae7 e X dS 0-0 c6 Cbd7 Te8 Cf8 Cg6 ex eS
Ha surgido una posición analoga a la de la partida precedente, con la única diferencia de que el caballo negro se encuentra en f6 (en vez de estar en f8).
1 3 . 1 4 . Ah2 15 . Dc2 16. A X d6 17 . Tae1
Cd7 Cf8 Ad6 D X d6
Renunciando al clásico ataque de minorias, el blanco se propone organizar una ofensiva en el flanco de rey.
1 7 . . . . Dh6?
9 8
Jugada s in ton ni son. Era mejor 1 7 . . . . , Ad7 seguido de 1 8 . . . . , Tac8, preparando el avance ... , c5 .
18. f4 Dd6 19. Dt2 Ad7
Las negras van retrasadas en el contrajuego, mientras M. B otvinnik acrecienta rápidamente la iniciativa del blanco a partir de su siguiente movimiento. Merecia atención 1 9 . . . . , fS , impidiendo el avance central d e las blancas y trasladando luego el caballo a e6 .
Diagrama núm. 78
20. e4
Forzando e l siguiente cambio que activa todavía más las piezas blancas.
20. 21 . ex e4 22. f5 23. a3
d X e4 Db4 f6 Db3
No es mejor 23 . . . . , Db6 a causa de
24. Cd6 con numerosas amenazas.
24. Dg3 2S. Cd6
RhS D X b2
Este sacrificio de calidad es lo que brinda más posibilidades prácticas.
26. e x eS 27. De3 28. T X e3 29. Tfe1 30. Te7 3 1 . Tcl
D X d4 + D X e3 + A X eS Ad7 bS
Era más fuerte 3 1 . Tt7 seguido eventualmente de Tee7.
3 1 . aS 3 2. Ae4 TeS 33 . Td1 ?
La jugada obvia 33. TeS seguida del avance del rey hacia el centro les prometía a las blancas una fácil victoria. Después del movimiento del texto, las negras acabaron por obtener tablas activando sus peones del flanco de dama.
Ataque en el flanco de rey en caso de
enroques diferentes
Uno de los métodos de ataque en el flanco de rey, cuando las blancas han efectuado el enroque largo, quedo ya visto más arriba, en la partida Taimanov-Persitz (véase la página 86 ).
En las posiciones con enroques distintos, las negras han de actuar enérgicamente y, sin pérdida de tiempo, abrir lineas en el flanco de dama. En el siguiente ejemplo, el maestro internacional Y. Klovan dispone bien las piezas negras con vistas al contraataque.
L. Polugayevski Y. Klovan 3 1 .0 campeonato de la URSS
Leningrado, 1 963 ( Gambito de dama)
l . c4 2. d4 3. Cc3 4. e X dS S. AgS 6. e3 7. Ad3 8. Cf3
Cf6 e6 dS e X dS Ae7 0-0 Cbd7
En una partida Antoshin-Klovan (Moscu, 1 964) se hizo 8. Dc2, Te8; 9. 0-0-0, Cf8; 10. Cge2, c6; 1 1 . h3, DaS; 1 2. Rb1 , Ae6: 1 3 . f4, Tac8 con buen juego de las negras.
8. e6 9. Dc2 TeS
10. 0-0-0 Cf8 1 1 . h4 Ae6 12. Rbl TeS 1 3. hS DaS
Diagrama núm. 79
99
Las negras 'han situado bien sus piezas y amenazan ... , c5 . Por su parte el blanco debe ahora tratar de simplificar el juego, ya que el ataque enemigo en el flanco de dama resulta más peligroso que sus propias amenazas en el ala opuesta.
1 4. A X ffi 1 5 . AfS 1 6. A X e6 17. Db2 1 8. Thel 1 9. De2
A X ffi eS r x e6 Da6 Cd7 Dc6?
El cambio de damas les daba de inmediato a las negras un excelente Juego. La jugada del texto le permite al blanco tomar la iniciativa.
20. b6 2 1 . e4 ! 22. Cb5 23. C X a7 24. d X eS !
g X h6 Cb6 Dd7 Ta8
y las blancas ganaron rápidamente. El avance . . . , c5 debe prepararse
bien, pues de lo contrario las blancas pueden cambiar ventajosamente de plan, jugando en el centro en vez de lanzarse al ataque directo en el flanco de rey.
T. Petrosian G. Ilivitzki Moscú, 1 964
( Gambito de dama)
l . c4 2. Ce3 3. d4 4. e X dS 5 . Af4 6. e3 7 . Ad3 8. Cf3 9. Dc2
e6 dS Ae7 e X dS e6 Cffi 0-0 Cbd7 TeS
10 . g4
1 00
El mismo motivo que en la famosa partida Botvinnik-Alatortzev ( Leningrado, 1 934 ).
10. .. . Cf8 1 1 . h3 Ae6 1 2. 0-0-0 TeS 13. Rbl eS?
Jugada dudosa. Era mejor previamente 1 3 . . . . , DaS, disponiendo las piezas como antes recomendábamos al hablar de l a partida de Klovan.
Diagrama núm. 80
14. AbS 15 . A X d7 16. d X eS 17. Dd3
Ad7 D X d7 T X eS
En esta posición la superioridad de las blancas es incontestable, en vista de la debilidad del peón d5 y del dominio del primer j ugador sobre las casillas centrales d4 y e5 .
1 7 . ... Td8
Era mas fue rte 1 7 . . . . , Tec8: 1 8.
Tc1 (a 1 8. gS? seguirla 1 8 . ... , T X c3!; 1 9. b X c3, Ce4 con juego poco claro) 1 8 . . . . , Ce6 con contrajuego de las negras.
1 8. ed4 19. ers 20. AeS 2 1 . A X c3 22. e x g7 1
Tcc8 Ab4 A X c3 De6
Habiendo logrado una clara ventaja posicional, las blancas fuerzan la victoria con un oportuno sacrificio de pieza.
22. 23. g5 24. D X dS!
R X g7 C8d7 abandonan
B. Posiciones simétricas
Como es bien sabido. la posicion inicial en el juego de ajedrez es simetrica. La cantidad de posiciones si· métricas que surgen en el transcurso de la partida no deja de ser considerable, lo que suscita, ya de prime· ras, una pregunta: «¿Que pasa si las negras buscan desde el comienzo la simetria e imitan las jugadas del blanco?».
Los dos ejemplos siguientes nos darán la respuesta.
A mediados de la década de los 30 despertó gran interés entre los aficionados al ajedrez la partida que ofrecemos a continuación, donde el equipo redactor de un conocido periódico moscovita se enfrentaba con sus lectores.
«Vecherniaia Moskva)) Lectores Moscú, 1 935
( Apertura de Jos cuatro caballos)
l . e4 eS
2. ea ef6 3. ec3 ec6 4. Ab5 Ab4 S. 0-0 0-0 6. d3 d6 7. AgS Ag4?
Nos hallamos ante una rara variante de esta antigua apertura. Las negras juegan arriesgadamente, pero al parecer la curiosidad de Jos lectoresajedrecistas por ver qué sucedí a pesaba aquí más que su cautela. Lo correcto en este momento era 7. . . . , A X c3 seguido de 8 . . . . , De7 y la maniobra . . . , Cd8-Ce6.
8. CdS 9. e x b4
10. Cd5
Cd4 e x bS Cd4
Diagrama num. 8 1
1 l . Dd2!
De pronto la posición de las negras se revela dificil. Por ejemplo. llevaría a la derrota 1 1 . . . . , Dd7 a causa de 1 2. A X f6, A X f3; 1 3. Ce7+, Rh8: 1 4. A X g7+, R X g7: 15 .
1 0 1
Dg5+, Rh8; 1 6. Dffi++ . Tampoco es satisfactoria, como veremos, la continuación de la partida. Relativamente mejor era 1 1 . . .. , c6, aunque también entonces las blancas tendri an un fortísimo ataque después de 1 2 . e X ffi+ , g X ffi; 1 3 . Ah4, A X f3 : 1 4. Dh6, ee2+; 1 5 . Rh1 , A X g2+: 16. R X g2, ef4+; 1 7 . Rhl , eg6; 1 8 . f4.
1 1 . 12. A X ffi 13 . Dh6 14. Rhl 1S . R X g2 1 6. ex f4 17 . Rh1 18. Tg1 19. T X g8+ 20. Tg1
A X t3 g X ffi Ce2+ A X g2+ Cf4 + e X f4 Rh8 Tg8 D X g8 abandonan
A veces el deseo de hacer tablas, conservando la simetría, aparece incluso entre los grandes maestros.
M. Botvinnik M. Tal 1 1 .• partida del match de desquite
Moscú, 1 96 1 (Defensa eslava)
l . d4 2. c4 3. Cc3 4. e X dS S. Ct3 6. M4 7. e3 8. AbS
Cffi c6 dS , e X dS Cc6 AfS e6 Ab4?
(Véase diagrama núm. 82)
La última jugada de las negras es errónea. Más valía continuar 8 . . . . , ed7, como se hizo, por ejemplo, en la
1 02
Diagram a núm. 82
primera partida del match SpasskyLarsen (Malmo, 1 968).
9. CeS DaS
Obviamente no puede mantenerse la simetría mediante 9 . . . . , ee4 debido a 1 O. es X c6.
10. A X c6 + 1 1 . 0-0 1 2. b X c3
b X e6 A X e3 D X e3
Es mas sólido 1 2 . . . . , Tc8.
13 . Del ! 1 4. Tf X el
D X el 0-0
Mejor era la réplica «asimétrica» 1 4 . . . . , ed7, manteniendo al rey en e l centro.
lS . f3 1 6. ex c6 17 . a4,-
h6 Tfe8
Diagrama num. 83
A pesar de la� �implilicaciones, la posición de las negras sigue siendo ardua, ya que casi todas las piezas enemigas estan mejor situadas.
17. Cd7 18. Ad6 Cb6 19. Ac5 Ad3
M. Tal sacrifica un peón. Despues de 1 9 . . . . , Cc8; 20. Ta3 seguido de Tb3 y Tb7 las blancas tendrian gran ventaja.
20. e x a7 21 . A X b6 22. aS 23. Ta3
T X a7 Ta6 Ac4 f6
Merecía atencion 23 . . . . , fS , impidiendo 24. e4.
24. e4 25. Rf2 26. Re3 27. Tac3 28. g4 29. h4 30. hS 3 1 . eS
Rf7 Taa8 Teb8 TeS Tab8 Tc6 Tbc8 g6
Aunque la apertura de la columna era inevitable, las negras debían abstenerse de provocarla con esta jugada.
32. h X g6+ 33. T3c2 34. d X eS 3S. Th2 36. Rd2 37. a6 38. a7 39. Tal 40. Ae3
R X g6 fX eS Th8 Tcc8 Ab3 Ac4 Th7 Ta8 Tb7?
Error debido a los apuros de tiempo antes del control, pero la partida de las negras t>ra ya insostenible de todos modos.
4 1 . T X h6+ Rg7 42. Tahl Tb2+
y las negras abandonaron. Claro esta que no siempre la ado¡r
ción de la simetna lleva a tan lamentables resultados. Existen algunas posiciones en que la simetria justifica enteramente su fama de tablas.
Veamos ahora en qué condiciones la simetria puede resultarle ventajosa al jugador que es mano. La experiencia nos indica las siguientes: si ello le permite
1 ) dominar una columna abierta; 2) establecer un puesto avanzado; 3) disponer activamente sus piezas. Examinemoslas por orden.
Dominio de una columna abierta
Como el lector ha visto en la seccion Elementos de estrategia, el dominio de una columna abierta constituye un importantísimo factor en orden a la victoria, y en no pocos casos basta incluso por si solo para ganar la partida.
1 03
A. Nimzovich S. Tarrasch Breslau, 1 925
(Apertura inglesa)
l . Cf3 2. c4 3. Cc3 4. e X dS S. d4
Cf6 c5 dS e x dS e X d4
Mas prudente es 5 . . . . . e6.
6. D X d4 7. e3 8. AbS 9. A X c6
10. CeS 1 1 . e x e6 12. C X d4 1 3 . Ad2
e6 Cc6 Ad7 A X e6 e x c3 D X d4 CdS
He aquí el comentario de A. Nimzovich a la posición representada en el diagrama: «Esta posición conriene, pese a lo inocente de su apariencia. mucho veneno. Las blancas amenazan con apoderarse de la columna «•e »; además, d isponen de una cómoda casilla ( e2) para su rey, mientras el monarca adverso no puede ocupar la casilla equi
'valente sin perder tiempo.
En semejantes casos el bando que se defiende ha de jugar con excepcio· na/ cautela ». ( El subrayado es mio.)
13 . . .. A eS
Era mas fuerte 1 3 . . . . , Ae7, y en caso de 1 4. e4, Cb6: 15 . Te l . O-O: 1 6 . Re2. Af6; l 7 . Ae3, Tfc8; 1 8. b3, A X d4: 1 9. A X d4, Cd7; o 1 9 . . . . ,
T X c1 : 20. T X c 1 , Tc8: 2 1 . T X c8+ . C X c8: 22. Rd3, fO : 23 .
Diagrama 1111111 84 Rc4, Rf7 : 24. RbS , a6+!: 25 . ReS , ��P-!�-�� Re7 las negras tendnan buenas posi
bilidades de tablas.
Tras las escaramuza� propias de la apertura. ha surgido una posicion simetrica. Dicho sea de paso. en esta partida se ve cómo una posicion simetrica no procede obligatoriamente de que un bando copie por sistema las jugadas del otro.
1 04
14. Cb3 I S. Tcl 16. A X b4 17 . Re2 1 8. Tc4 19. Thcl
Ab4 Td8 e x b4 Re7 Ca6 Td7
La posición de las negras es ya dificil, pues apenas si podran aprovecharse de la col u m na abierta de dama a rruz de las dos jugadas siguientes del blanco. El dominio de la columna e, en cambio. es mucho mas importante. como lo demuestra la continuación de la partida
20. f4! 21 . Cd4 22. a4 ! 23. f X eS 24. Cf3 2S . b4
Thd8 f6 eS f X eS Re6 b6
26. Tlc2!
Típica profilaxis al estilo de Nimzovich.
26. 27. h4 28. h5
h6 Td6
Fijando la debilidad de las negras en g7.
28. 29. Tg4 30. Tc6+ 3 1 . Tg6+ 32. T X g7 + 33. T X d6 34. T X a7 35. e x e5
Td5 T5d7 Td6 Re7 Rf8 T X d6 e x b4
y las blancas ganan sin dificultad gracias a sus dos peones de ventaja.
Este metodo de ocupar una columna abierta en posiciones simétricas se ve mucho en los torneos modernos.
V. Smyslov P. Benko Mónaco, 1 969
(Apertura inglesa)
l. c4 c5 2. ef3 ef6 3. g3 g6 4. b3 Ag7 5. Ab2 b6 6. Ag2 Ab7 7. 0-0 0-0 8. ec3 d5
Es mas preciso 8 . . . . , dó. y si 9. d4. e X d4: 10. e X d4. A X g2: 1 1 . R X g2. entonces 1 1 . . . . . d5 ! La posicion simetrica que surge despues de 1 2 . c X d5. e X d5 : 1 3 . Cdb5 . e x c3: 14 . D X d8. T X d8: 1 5 . A X c3. A X c3: 1 6 . e X c3. ec6 no
encierra peligro alguno para las negras. También era posible 8 . . . . , ea6, o bien 8 . . . . , e6.
9. e x d5 1 0. A X g7 l l . e X d5 1 2. d4
e X d5 R X g7 D X d5 e X d4?!
Algo ingenuamente, las negras juegan a cambiar material, esperando sin duda hacer rapidas tablas. A un juego mas interesante conducía 1 2. . . . , ea6, aunque el blanco habri a conservado una l igera iniciativa después de 1 3 . e4.
1 3 . D X d4+ D X d4 14. e X d4 A X g2 15 . R X g2
Diagramam núm. 85
La posicion que representa el diagrama no es facil para las negras. dada la situacion dominante del caballo blanco y la relativa sencillez con que pueden ser atacados los peones negros del naneo de dama. En pocas jugadas las blancas se apode-
1 05
ran de una de las dos columnas abiertas y la posición enemiga se vuelve critica. Es curioso que siete años más tarde apareciera esta misma posición en una partida Smyslov-eastro ( Biel, 1 976) y que tampoco alli acertaran las negras a superar sus dificultades. Ahora lo mejor de todo para ellas seria l S . . . . . Td8.
lS . 16. Tael 17. Tfdl 18. b4 19. ebS 20. T X el 21. a3 !
TeS ed7 CeS Ca4 T X el aS
El caballo negro ha quedado muy restringido en sus movimientos. mientras la torre blanca se dispone a irrumpir en la séptima fila.
21 . 22. Te7 23. Ca7 24. a X b4
TdS TdS a X b4 e6
Era mas tenaz 24. . . . , Rf6, por ejemplo: 25 . ec6, e6; 26. e4, Td2; 27. eS+ , Rg7: 28. ee7 . eb2 con contrajuego de las negras.
2S. Ce6 26. CeS 21. e x n
Td2 T X e2 hS
No es satisfactorio 27 . . . . , Rffi a causa de 28. g4.
2.8. Cg5 + Rf6 29. Rfl !
y las blancas ganaron.
1 06
Establecimiento de un puesto a va nzado
A veces ocurre que e l dominio de una columna abierta no basta para asegurarse la superioridad inmediata. Entonces la mejor medida suele consistir en establecer un puesto avanzado en dicha columna.
M. Botvinnik T. Petrosian Moscu, 1 964
( Apertura inglesa)
l . c4 2. Cf3 3. Ce3 4. g3 S. Ag2 6. 0-0 7. b3 S. e3 9. Ab2
10. e X dS
eS Cf6 e6 b6 Ab7 Ae7 dS 0·0 Cc6 e X d5
Parece más sólido 1 O . . . . . e X dS: 1 1 . e X dS , D X d5 ; 1 2. d4, Tad8; 1 3 . ee5 , Dd6; 1 4. d X eS, D X eS con juego nivelado.
1 1 . d4 TeS 12. Tcl TeS 13. Ah3
Aprovechándose de que la simetría no es total. las b lancas fuerzan el desplazamiento de la torre enemiga. Esto, por lo demas no va a influir mucho en el curso siguiente de los acontecimientos.
13 . 14 . Tel 15 . e X d4 16. T X eS+ 17. a3
TbS e X d4 Ab4 D X e8 Af8
Era mejor 1 7 . . . . , A X c3 seguido de 1 8 . . . . , Ce4. Ahora las blancas establecen un puesto avanzado en eS y logran asi cierta ventaja.
1 8. Dd3 g6 19. Te1 Dd8 20. CeS
Diagrama núm. 86
Las negras no pueden a su vez establecerse simetricamente en e4, ocupando esta casilla con su caballo, a causa de 2 1 . C3 X e4, C X eS; 22. Cf6+!, D X f6; 23. d X eS seguido de 24. e6 con ataque del blanco. El siguiente movimiento de las negras prepara 2 1 . . . . , Ce4, pero su adversario desbarata este plan adelantando un paso el peón f2.
20. Ag7 2 1 . f3 Ca5 22. Dd1
Naturalmente, no 22. b4 debido a 22 . . . . . Cc4!
22 . ... a6
23. Ca2 24. Ac3 25. Dd2 26. Ab2 27. Cc1 28. Afl 29. Ccd3 30. b4
Cc6 Dc7 aS Dd6 A eS Ae6 Ce7
Con esta jugada las blancas inician un plan cuyo objetivo es el dominio del punto c6.
30. 3 1 . a X b4 32. b5
a X b4 CeS ffi
Impide 33 . Cb4 seguido de 34. Cc6 y desaloja de su puesto dominante al orgulloso caballo blanco de eS . Con ello, no obstante, se debilita la posicion de las negras y adquiere mayor importancia la columna «e» donde la torre blanca hará de las suyas.
33. Cg4 Ad7 34. Ac3 CfS 35. Cf4 Df8
Por supuesto, no 3S . . . . , Ce7 a causa de 36. Ab4. Sin embargo, la jugada del texto acarrea la perdida de un peon, lo que predetermina el resultado de la partida pese a la obstinada resistencia de las negras.
36. ex dS 37. Ab4 38. Ce7 39. ex rs 40. dS 4 1 . Te4 42. Cf2
Rh8 Dt7 Ced6 ex rs TeS hS Td8
Algo más fuerte era 42 . . . . . Ah6 seguido de 43 . . . . , Ae3.
107
43. Ac4 44. d6 45. Tel 46. Ce4
Ac8 Dd7 Ab7 A X e4
Mal calculado, pero de todas formas la posición de las negras dificilmente podia ya salvarse.
47. T X e4 48. A X d6
C X d6 Af8
Al parecer se le escapo a T. Petrosian que, después de 48 . . . . , D X d6; 49. Te8+, perdía la torre.
49. Td4 50. A X f8 5 1 . D X d4 52. Afl
Rh7 D X d4 + T X d4
Los dos alfiles contra la torre enemiga les prometen a las blancas una facil victoria. La partida siguió:
52. 53. Aa3 54. Rf2 55. Ab4 56. g X h4 57. Ael 58. Rg3 59. Af2 60. Ac4 61 . f4 62. f X g5
gS Tdl Rg7 h4 Td4 T X h4 Td4 Tdl Td6 Rg6 f X g5
y las negras abandonaron, ya que no tienen defensa contra el traslado del alfil de rey blanco a c6.
Disposición actil•a de las piezas
Un ejemplo clasico de la explotación de este tipo de ventaja lo constituye la siguiente partida de A. Alekhine.
1 08
A. Alekhine E. Eliskases Buenos Aires, 1 939
(Defensa Caro-Kann)
l . e4 2. d4 3. e X d5 4. c4 5. Ce3 6. Cf3 7. e X dS 8. AbS +
e6 dS e X d5 Cf6
· e6 Ae7 C X dS
Con mayor frecuencia suele hacerse aqui 8. Ad3, que l leva a un juego mas complicado.
8 . ... 9. A X d7 +
Ad7 C X d7
A juicio de Alekhine, las negras tienen mas posibilidades tras 9 . . . . .
D X d7; 10. Ce5, C X C3; 1 1 . b X c3, DbS; 1 2. c4, DaS + ; 1 3 . Ad2, Ab4. Ahora deberan l uchar por las tablas en condiciones algo peores.
10. e x dS 1 1 . Db3 1 2. 0-0 1 3. Af4 14. A X d6
e X dS Cb6 0-0 Ad6 D X d6
(Véase diagrama núm. 8 7)
En la presente posicion, la dama y el caballo de las blancas ocupan lugares mas activos que las piezas homólogas de su adversario. atadas a la defensa del peon dS . No es nada facil hacer valer una ventaja tan pequeña. lo que prec isamente da mayor interes al juego de Alekhine en esta partida.
15. Tfe l Tac8 16. Tael h6
Dia�rama núm. 8 7
Era mejor 1 6 . . . . , Tc4. y e n caso de 1 7 . T X c4; d X c4; 1 8. DbS, a6 las negras no tendrian ya ningún problema. Con la jugada del texto el negro hace más dificil la posibil idad . . . , 10, ya que entonces quedaria debil el punto g6.
1 7. CeS 1 8. g3 19. T X c7 20. DbS
Tc7 Tfc8 T X c7 Cd7
Como indicó A. Kotov, mas posibilidades de tablas les brindaba a las negras 20 . . . . , Te7 seguido de 2 1 . . . . , 10, al no serie facil al blanco explotar la debil idad g6 en vista del escaso numero de piezas disponibles.
21 . e x d7 T X d7
Nos hallamos ante una posicion con piezas pesadas por ambas partes y en la cual aparecen rasgos propios tanto del final como del medio juego. E l dominio de la columna «e» y el puesto más activo que ocupa la dama de las blancas inclinan la balanza a favor de estas.
22. Te8+ 23. h4 24. De2 25. Te7 26. TeS
Rh7 a6 Td8 Td7 g6
Debilitación forzada del enroque negro, ya que 26 . . . . , Dg6; 27. h5, Dbl +; 28. Rg2, D X a2; 29. Dc2+, g6; 30. Dc8 les dana a las blancas un fortisimo ataque.
27. hS 28. De3 29. Db3 30. h X g6+ 3 1 . D X dS 32. TfS
Dffi Td6 Tb6 D X g6 T X b2 TbS?
Error que lleva a un final de torres perdido para las negras. Era más fuerte 32 . . . . , Rg7. aunque también así resultaba probable la victoria del blanco.
33. T X f7+! 34. Tffi+ 35. T X g6+ 36. Tb6 37. T X b7+ 38. Tb6 39. T X h6 40. Rg2
Rg8 T X dS Rh7 T X d4 Rg8 Ta4 T X a2
Con dos peones ligados contra uno solo en el ala opuesta, las blancas tienen el triunfo fácil.
40. 41 . Ta6 42. Ta7 43. g4 44. gS 45. Rg3 46. Rg4 47. Rf5 48. f4 49. Rffi
aS a4 a3 Rf8 Rg8 Tal Tgl + Tg2 a2 abandonan
1 09
En una de las defensas más agresivas, la india de rey, el primer jugador puede, si lo desea, refrenar los ímpetus de su contrincante adoptando una variante simetrica.
T. Petrosian D. Bronstein Amsterdam, 1 956
(Defensa india de rey)
I . c4 2. Ce3 3. g3 4. Ag2 S. Cf3 6. 0-0 7. d4 8. d X eS 9. Ae3
Cf6 g6 Ag7 0-0 bS Ce6 d6 d X eS Cd7
Las negras escogen un momento inoportuno para romper la simetna. Tampoco era muy bueno 9 . . . . , DaS en vista de 1 0. Ad2, Ae6; 1 1 . ea4, Dc7; 1 2. e X eS, A X c4; 1 3. Tcl , Ad5; 1 4. Da4, ed7; 1 5 . Af4 con ventaja de las blancas( Smyslov-Najdorf, Moscú, 1 956) . La teoria considera mejor aquí la respuesta 9 . . . . , Ae6.
10. Del
(Véase diagrama núm. 88)
Diagrama nlim. 88
caballo no puede mantenerse en d4. En cambio la casilla d5 caera en poder del adversario. Relativamente mejor era 1 0 . . . . , b6 seguido de 1 1 . . . . , Ab7 .
1 1 . Tdl 12. Ah6 13 . A X g7 14. Rh1
e5 Da5 R X g7
Defendiéndose de 1 4 . . . . , D X c3 seguido de 1 5 . . . . , e X e2+.
14. I S. Cd2 1 6. e3 17 . a4
Tb8 a6 Ce6
Impidiendo el avance 1 7 . . . . , b5 y dificultando asi el desarrollo del alfil
Es evidente que las piezas blancas negro. están mejor situadas y, tras la ocupa-ción de la columna «d» por una torre, 17. hS la dama negra no encontrará cómodo 18. h4 fS refugio.
1 0. ... Cd4?
Ésta y la siguiente jugada de las negras empeora su posición, pues el
1 1 0
ere_Jl nuevas debilidades, pero era de todo, punto necesario quitarles a las piezas blancas la casilla e4.
1 9. CdS Rh7
20. b3 TrT 2 1 . eo Dd8 22. Del Dh8 23. e4!
Privandole al negro de la posibilidad de jugar 23 . . . . , e4 y abriendo lineas de ataque.
23. 24. ed2
r x e4 Dg7
Claro esta que la apertura de la columna «f» mediante 24 . . . . , T X f2 favorecerla a las blancas.
25. e X e4 26. Td2 27. aS 28. b4 29. D X b4 30. Tad1 3 1 . Te1 32. Da3
Rh8 Tf8 ed4 e X b4 ers ed4 ec6
La posición de las negras no ofrece esperanza alguna desde el punto de vista estratégico. Sólo puede salvarlas un milagro . . . iy éste ocurre!
32. ed4 33. Tb2 ec6 34. Teb1 ed4 35. Dd6 ers 36. egS??
lncreible descuido. Triste fin de una de las mejores partidas de T. Petrosian.
36. ... e x d6 37. abandonan
El juego simétrico les ofrece a las negras una sola ventaja especifica: en tales posiciones no es raro que las blancas se encuentren en una especie de original zugzwang, pues a cada
movimiento se ven obligadas, en virtud de su iniciativa, a tomar una decision propia. . . que no siempre es acertada.
¿Qué puede aconsejarsele al segundo jugador en estos casos? La respuesta se impone por si misma: escoger el buen momento para desviarse de la simetna. Tal es el principal método de defensa en las posiciones simétricas. Veamoslo.
Ruptura de la simetría como método de defensa
L Forgacs A. Rubinstein San Petersburgo, 1 909
(Defensa francesa)
l. e4 2. d4 3. e X dS 4. ef3
e6 d5 e X d5 effi
Ya en este instante merecia atencion el desarrollo no simétrico 4 . . . . . Ad6 seguido de 5 . . . . , Cc6, 6 . . . . , Ag4 y de . . . , Cge7, . . . , Dd7, . . . , 0-0-0, etc.
S. Ad3 6. 0-0 7. AgS 8. ebd2 9. c3
1 0. Dc2 1 1 . Tfe1 1 2. h3 13 . T X eS+ 14. Te1
Ad6 0-0 Ag4 ebd7 c6 Dc7 Tfe8 Ah S T X e8
(Véase diagrama núm. 89)
Para seguir manteniendo una total simetria habia que jugar ahora 1 4 . . . . , h6; 1 5 . Ah4, pero A. Rubinstein estimó acertadamente que aqw era preci-
1 1 1
Diagrama núm. 89 Por ejemplo: 1 8. Cfl . Ce4; 1 9. Ac l . Ce6; 20. Cel , fS; 2 1 . Cd3 y la posición blanca es del todo defendible.
18. 19. Da4 20. Cfl 2 1 . g3?
g X ffi a6 Ce6
Debilitación i nnecesaria. Era mas logico 2 1 . Dc2 seguido del trac;lado de un caballo a d3.
2 1 . fS ! 22. Rg2 f4 23. g4 eS
Las negras atacan ahora en el flanco de dama. El blanco deben a defen
so dejar ya de imitar las jugadas del derse mediante 24. Dd l . blanco.
14. I S . C X el
T X el + Ag6
Ahora es como si la partida comenzara de nuevo, pero con menos material y con los colores invertidos: se tiene la impresión de que han iniciado el juego no las blancas, sino las negras.
1 6. A X g6 17 . Cef3
h X g6 Ct8
La posición de las negras es ya preferibie: dada la estructura de los peones. su alfil es mejor que el de las blancas. y la perspectiva de trasladar el caballo de f8 a f4 les asegura un juego mas activo que el de su adversario.
18. A X ffi?
Incrementa la ventaja de las negras. Aún no había motivo para asustarse. y era mejor conservar el alfil.
1 1 2
24. DeS + Rg7 25 . g5?
Esta jugada acarrea, de hecho, la perdida de un peón. Aun terna tiempo la dama blanca para regresar a su propio campo (25 . Da4 y 26. Ddl ).
25. 26. e X d4 27. DeS
e X d4 De7
Tampoco s alvaba el peon 27. D X e7. A X e7: 28. h4 a causa de 28 . . . . . 10: 29. g X f6+, A X g6 y el peon d4 queda sin defensa.
27. 28. C1 d2 29. h4 30. Cfl 3 1 . Dg4 32. hS
e x g5 Ab4 Ce4 Cd6 De4 ces
Las negras van reforzando sistematicamente la posicion de sus pie-
zas. La victoria no es ya para ellas sino cuestión de tiempo.
33. h X g6 34. a3 35. Cl d2 36. Dg5 37. Rgl 38. Rh2 39. ex n 40. Rgl 4 1 . Dg2
f X g6 Ad6 De2 Ce3 + Ddl + Cfl + D X f3 Dh3 !
A 4 1 . D X d5 seguirla 4 1 . . . . , f3; 42. Dg5, Rh7 y las blancas estarian en zugzwang.
4 1 . 42. R X g2 43. Cd2 44. Cb3 45. f3 46. Rf2 47. Rfl 48. rx g4 + 49. CeS
D X g2+ Ac7 Ab6 Rf6 g5 Rf5 g4 R X g4
Desesperación, pero ya no habla nada que hacer.
49. A X c5 50. d X c5 d4 5 1 . b4 d3 52. a4 f3 53. abandonan
Veamos ahora un ejemplo mas moderno. Jugando con las negras, Petrosian recurre con frecuencia a las posiciones simétricas. como los lectores habran podido ya apreciar por el material mismo de esta sección. Además de los métodos de ataque en tales casos. el excampeon del mundo conoce a fondo el procedimiento de defensa que estamos estudiando. De ello es ilustración la siguiente partida.
M. Filip T. Petrosian Amsterdam, 1 956
( Sistema indio)
l. Cf3 2. g3 3. Ag2 4. d3 5. 0-0 6. e4 7. Cbd2 8. a4 9. Cc4
Cf6 d6 e5 g6 Ag7 0-0 Cbd7 aS Cc5
Diagrama núm. 90
A continuación, los planes de ¡¡mbos adversarios difieren sobre e l porvenir de sus respectivos alfiles de dama.
Ahora merecía atención para las blancas 1 0. Ad2, b6; 1 1 . Del o 1 1 . Ch4.
1 0. Ae3 Ce6
Petrosian rompe a tiempo la simetna�a posición del alfil blanco en e3 no es buena, ya que da pie al avance del peón f7 negro y le quita al propio
1 1 3
caballo de c4 una importante casilla para maniobrar.
1 1 . b3?
Otra mala jugada que, además de perder tiempo, debilita el flanco de rey de las blancas. Mejor era, según M. Euwe, 1 1 . Cg5, tratando de adelantar el peón f2 antes que el adversario.
1 1 . ... 12. Dd2 13 . b3
b6 Aa6 Cb5
La ventaja esta ya practicamente de parte de las negras, por ser éstas las primeras en amenazar . . . , f5, importante avance en este género de posiciones.
14. c3 De7 15. b4
También aqui era mejor 1 5 . CgS.
15 . 16. e X fS 17 . Cg5 18. e x e6
fS g X fS f4 D X e6
En esta aguda posición disponen las blancas de muchas continuaciones, pero ninguna de ellas resulta satisfactoria. Por ejemplo: 1 9. A X aS. T X aS; 20. De2, D X h3; o bien 1 9. De2, A X c4; 20. A X aS, T X aS;
1 1 4
2 1 . D X h5 , A X d3; 22. Tfd l , Ac2; 23. Tdcl , Ag6; 24. Df3, e4; 25 . D X f4, a X b4 ( variante de Petrosian) con ventaja de las negras en ambos casos.
19. bS 20. b X a6 21 . R X g2 22. Ca3
f3 ! r x g2 d5 T X a6
La posición se ha aclarado. En las próximas jugadas, las negras reagrupan sus fuerzas para el ataque final.
23. De2 24. Rb2 25. Ce2 26. Tae1 27. Tgl 28. Dd2
Dg6 Taa8 Tae8 c5 Cffi d4
La superioridad de las negras salta a la vista. La partida continuo:
29. e X d4 e X d4 30. Ag5 Cd5 3 1 . Tg2 Tf3 32. Te4 Cc3 33. Tg4 b5 34. Tb4 T X d3 35. Del Tdl 36. Db2 Tbl 37. abandonan
En efecto. después de 3 7. Da3. Af8 las blancas pierden la dama.
2
LA MAESTRÍA TÁCTICA DEL JUGADOR DE AJEDREZ
EL CONTRAGAMBITO FALKBEER
Y. B. Estrin Ex campeón del mundo de ajedrez por correspondencia
PREFACIO
En sus primeros pasos hacia el perfeccionamiento, los jóvenes ajedrecistas acostumbran a prestar demasiada atención a los complejos sistemas posicionales e ideas de apertura más en boga. Lo cu:tl no nos sorprende: jasi juegan hoy todos los maestros y grandes maestros!
Dichos jovenes, no obstante. cometen con ello un grave error. Al adoptar tales aperturas. difícilmente pueden tener exito, pues el camino que conduce a esos profundos y enmarañados sistemas pasa por toda una serie de etapas intermedias, la primera de las cuales es el dominio del juego combinativo.
Quienquiera que desee calar a fondo en el arte del ajedrez debe recorrer por si mismo la totalidad de ese camino. sin omitir una sola de las etapas evolutivas de este noble y antiquísimo juego de la humanidad.
En las agudas posiciones propias de los gambitos, la lucha se caracteriza por la especial importancia del tiempo y por la creciente responsabilidad que implica cada nueva jugada. Esta circunstancia contribuye también a ampliar el horizonte imaginativo del joven ajedrecista, enseñándole a combinar y a llevar sistemáticamente a buen fin sus ataques, no siempre exentos de riesgo.
A este tema dedicamos el presente ensayo.
El ajedrez nos encanta por su mágica belleza, por su hondo e incomparable romanticismo. Y, naturalmente. al aficionado le atraen sobre todo las variantes de doble filo que surgen en el transcurso de la batalla y se prestan a las mas variadas combinaciones. i La combinación, como bien sabe-
1 1 7
mos, es el alma de la partida de ajedrez!
Tratando de asumir la iniciativa ya desde la apertura, las negras adoptan no pocas veces distintos sistemas de gambito que, a costa de un peon o hasta una pieza, les permiten agudizar el juego y crear complicaciones con el propósito de obtener ventaja para su propio bando ( la palabra italiana gambetto, de donde procede «gambito», significa literalmente «zancadilla», «mala pasada»).
Aquí es lógico preguntarse: ¿Le resulta útil al jugador de hoy estudiar los gambitos? S in la menor duda, muy útil, y vamos a ver por qué.
En primer lugar, el juego de gambito enriquece en el ajedrecista el acervo de ideas tácticas y favorece el desarrollo de su visión combinativa. Además, y esto es del todo esencial, contribuye a la formación de su carácter como jugador de ajedrez, ayudándole a comprender los aspectos dinámicos de la partida y a no tener miedo de sacrificar material cuando las circunstancias lo aconsejan.
Sólo si practica los gambitos, el ajedrecista llegará a comprender de veras que una posición activa y la posibilidad de combinar compensan el material entregado.
Los gambitos pueden ser aceptados, cuando el jugador a quien se le proponen decide enfrentarse con la idea de su adversario y captura el material que le ofrecen, o rehusados. Existen también los llamados contragambitos, donde a la oferta de material por parte del enemigo uno replicu con otra oferta, generalmente un peón.
E n este trabajo recomendamos a la atención del lector una de esas aperturas: el antiguo contragambito Falkbeer.
La práctica regular de los gambitos
1 1 8
contribuyen. como deciainos. a ensanchar el horizonte imaginativo del ajedrecista y a enseñarle a combinar ya desde la primera etapa de la partida.
El juego de gambito da origen a posiciones excepcionalmente agudas y por e l lo es de gran interés. Así . también hoy en día aparecen de vez en cuando en los torneos diversas aperturas de este tipo, cualquiera que sea la categona de los participantes.
Con todo. las explicaciones teóricas de los manuales modernos de ajedrez a proposito de los gambitos y aperturas análogas distan mucho de ser completas, lo cual no fomenta suficientemente su práctica en los campeonatos a que asistimos.
Para colmar hasta cierto punto esa laguna, le presentamos al lector un análisis detallado de las lineas de juego que se derivan del contragambito Falkbeer, abrigando la esperanza de que el estudio de sus variantes y posiciones de doble filo no solo familiaricen al aficionado con estos esquemas clásicos, sino que le faciliten tambien el desarrollo de las facultades combinativas.
Nuestro ensayo comprende tres grandes ramificaciones teóricas, al final de las cuales ofrecemos, como ejemplo, c inco partidas.
Los datos corresponden al estado de la teori a el 1 de abril de 1 98 1 .
Contragambito Falkbeer
l . e4 2. f4
e5
La segunda jugada de las blancas introduce el gambito de rey, venerable por su antiguedad y todavía empleado con éxito en el siglo pasado.
Incluso en nuestros di as, este «vetusto» gambito aparece en las partidas del excampeón del mundo B. Spassky, el gran maestro D. Bronstein y otros muchos jugadores ilustres.
2 . ... d5
Diagrama núm. 91
Las principales variantes del gambito de rey surgen tras 2 . . . . . e X f4 (gambito de rey aceptado) y 2 . . . . . AcS (gambito de rey rehusado). Mas estas continuaciones no entran en el tema de nuestro estudio, por lo que no las examinaremos aquí.
Con su inmediato contraataque en el centro(2 . . . . . dS), las negras pretenden hacerse con la iniciativa.
3. e X dS
Diagrama núm. 92
La continuación 3. e3, ef6; 4. fX eS , e X e4 traspone el juego a una de las variantes de la apertura vienesa; y en caso de 4. e X dS, e4 surge, por inversión de movimientos, una linea de contragambito F alkbeer. que veremos en seguida.
A 3 . ec3 pueden tambien responder 3 . . . . . d4; 4. ece2, Ag4; S . d3, Ad6. En una partida Milner BarryKeres ( Margate, 1 937) siguió aquí 6 . fX eS , A X eS; 7. Dd2!, Cc6; 8. ef3, A X f3; 9. gX f3, Dh4+: J O. Rd1 , f.S: 1 1 . Dg5 . D X g5; 1 2 . A X g5, h6 con posibil idades aproximadamente iguales.
En la posicion del diagrama precedente sejuega no pocas veces 3. Cf3, d X e4; 4. e X e5 . con lo que las negras no suelen tener dificultades. Por ejemplo: 4 . . . . , Ad6; 5. d4 ( es peor 5 . De2, e f6 ; 6. d4 a causa d e 6 . . . . , e X d4 a.p.! 7. C X d3+, Ae7 seguido de 8 . . . . . 0-0 y la posicion del negró merece preferencia) 5 . . . . , e X d4 a.p.; 6. A X d3, ef6: 7 . 0-0, 0-0; 8. ec3 . ebd7 con igualdad.
También se da 4 . . . . . ec6: 5 . Ab5.
1 1 9
Cf6! 6. C X c6, b X c6; 7. A X c6 +. Ad7; 8. A X d7+ ( perderia 8. A X a8'? a causa de 8 . . . . , Ag4!) 8 . . . . . D X d7 con excelente juego de las negras a cambio del peón.
En lugar de 6. C X c6, merece atención 6. De2, Ad7; 7. Cc3! ( a igualdad aproximada conduce 7. A X c6, A X c6! ; 8 . C X c6, b X c6: 9. Cc3, Dd4; 1 0. d3, Ab4), y si 7 . . . .. Cd4, entonces 8. C X d7! , C X e2; 9. Cd X f6+, Re7; 1 0. CfdS +, Re6: 1 1 . A X e2 con clara ventaja de las blancas.
Si 4 . . . . , AcS ; S . Cc3, Cc6: 6. De2. Cf6!, las negras tienen mejor juego. Una partida Ettinger-Janowski ( Nueva York, 1 898) continuó aqui 7. C X f7?, De7!; 8. C X h8, Cd4: 9. Dd l . Cf3+!, y despues de 1 0. g X f3 las negras dieron un elegante mate: 1 0 . . . . , e X f3 +; l l . Ae2, f2+; 1 2. Rfl , Ah3 ++.
Como respuesta a 4 . . . . , AcS es más fuerte S . Dh5 ! , y si ahora S . . . . , De7; no conviene 6. D X f7, continuación analizada por B ilguer, ya que despues de 6 . . . . , Cf6! 7 . Cd6+, Rd8; 8. D X eS, e X d6; 9. Df2, Tf8 las negras tienen una posicion activa por el peón entregado ( KúbartSchmidt, 1 940), sino 6. Ac4!, g6; 7. De2, h6; 8. Cc3, Cd7; 9. CdS. Dd6; lO. D X e4, 0-0; 1 1 . b4 con neta superioridad de las blancas ( Zelevinski-Ravinski, Moscú, 1 96 1 ).
La variante 4 . . . . , Cd7; 5 . d4, e X d4 a. p.; 6. C X d3, Cgf6; 7. Cc3, Cb6; 8. Ae2, Ad6 lleva a un juego equilibrado.
Por supuesto, es erroneo 3. f X eS? debido a 3 . . . . . Dh4+. En la partida Rigaud-Kupper (21 .8 olimpiada. N iza, 1 97 4) las blancas tuvieron que rendirse despues de 4. g3, D X e4+; S . Rf2, AcS + .
3. e4
1 20
Diagrama num. 93
En esta jugada radica precisamente la idea del contragambito Falkbeer. surgiendo ahora una compleja e interesante lucha de posibilidades reciprocas.
Tambien es aqw digna de interes la continuación de A. Nimzovich: 3 . ... , c6. Si entonces 4. d X c6, C X c6; S . d3, AcS, las negras quedaiian plenamente compensadas por el peón sacrificado.
La teoria considera que la respuesta mas fuerte es 4. Cc3, a lo que sigue 4 . . . . , e X f4; 5 . C f3 , C f6 ; 6. d4, Ad6; 7 . De2+, De7 ; 8 . D X e7+, R X e7; pero tambien en este caso las blancas han de jugar con exactitud. Por ejemplo. en una partida FiltzerNeustadt ( Moscú, 1 956), las negras quedaron mejor despues de 9. Ac4, Af5; 1 0. Ab3, e X dS; 1 1 . C X dS +; C X d5 ; 1 2. A X d5 , Cc6; 1 3 . c3, f6 ; 1 4. 0-0, g5; 1 5 . Ad2, Rd7; 1 6. Tfe l , Ce7; 1 7 . Ae4, A X e4; 1 8 . T X e4, Cg6.
El blanco debe proseguir 9. CeS ! , C X dS ; 1 0. C X d S +, e X d5 ; 1 1 . A X f4 con juego igualado.
En vez de 7 . De2+, es mas debil 7.
Ae2, C X d5 ; 8. C X d5, e X d5; 9. 0-0, pues continuando 9 . . . . , Cc6; 1 0. Ce1 , Dc7 : 1 1 . c3, Af5; 1 2. Af3, Ce7; 1 3 . Cd3, g5 !, las negras defienden sólidamente su peón de más y obtienen clara ventaja (Antoshin-Estrin, Moscú, 1 953) .
Si 8 . 0-0 ( en lugar de 8. C X d5) 8 . . . . . 0-0: 9 . C X dS, e X dS ; 1 0. CeS. lo mejor para las negras es seguir 1 O. . . . , fO!; l l . Cd3, g5 . En una partida Balashov- Sidor (Cuba, 1 975) se jugo 1 0 . . . . , g5; 1 1 . Ad3. f6: 1 2. DhS ( 1 2. A X h7+, R X h7: 1 3 . Dh5 + lleva a tablas) 1 2 . . . . , De7; 1 3 . Cg4, Cc6; 1 4. c3, Rh8 con posicion complicada.
En la partida Kellner-Estrin del 6.0 campeonato del mundo por correspondencia ( 1 968-70). las blancas, en respuesta a 6 . . . . . Ad6, optaron por 7. d X c6. C X c6: 8. Ab5 . pero despues de 8 . . . . . 0-0: 9. 0-0. Db6: l O. Rhl , Ag4 el negro obtuvo un juego excelente.
Obsérvese que a 4 . . . . , e X f4 las blancas pueden también contestar de inmediato 5. d4, lo que lleva a una simple trasposición de jugadas tras 5 . . . . , Ad6; 6. Cf3, CfO.
La tentadora jugada S . . . . , Dh4+ se vio en una partida Nikitin-Baranov ( Moscú, 1 958). donde después de 6. Re2, e X dS : 7. ef3. Ag4; 8. C X dS, A X f3 +; 9. gX f3, Ad6; 10 . Del , Dh6; l l . Rdl +, Rf8: 1 2. A X f4! . A X f4: 1 3. Db4+, Dd6: 14. D X b7 las blancas quedaron claramente superiores.
También suele jugarse 3 . ... , e X f4, que desemboca en variantes del gambito de rey tras 4. Cf3, Cf6; 5. Ab5+ o S . c4.
Es un error 3 . . .. , D X d5? a causa de 4. Cc3. De6: 5. fX eS. D X eS +: 6. Ae2 con gran ventaja de las blancas en el desarrollo. U na partida Tolush-Aiatortzev ( 1 6 .0 campeo-
nato de la URSS, Moscú, 1 948) siguió: 6 . . . . , Ag4; 7. d4, De6: 8. Dd3, c6; 9. Af4, Cf6; 10. 0-0-0, A X e2; 1 1 . Cg X e2, Ad6: 1 2. d5 ! , e X d5; 1 3 . e X d5, e X d5 ; 1 4. Dg3, A X f4+; 1 5 . e X f4, Dh6; 16 . Thel+, Rf8; 1 7 . Da3+, abandonan.
Después de 3. .. ., e4 surge la posición principal del cóntragambito, introducido por el maestro austriaco Falkbeer en 1 8SO. A cambio del peon sacrificado, las negras obtienen un peligroso ataque cuya valoración ha venido cambiando periódicamente.
Ernst Karl Falkbeer, maestro austriaco nacido en Brno en 1 8 1 9 y muerto en Viena en l 88S, estudio derecho en esta ultima capital. Con motivo de la revolucion de 1 848 abandono su prus. Vivió en Alemania hasta 1 853 y luego regresó a Viena. En 1 855 se trasladó a Inglaterra. donde logró su mayor ex ito ajedrecistico al ganar el segundo premio en el torneo de Birmingham, 1 858 (quedando detrás de Lówenthal, péro delante de Owen, Saint-Amant, Staunton, Bird, etc.).
En 1 864, Falkbeer volvió definitivamente a Viena, donde se dedicó al periodismo. Entre otras cosas, dirigia la revista Wiener Schaclzzeitung.
El celebre teórico L. Bachmann, en su libro sobre el torneo de TeplitzSchonau ( 1 922) caracteriza a Falkbeer como «un fuerte jugador de estilo brillante».
Según la posicion que sirve de punto de partida al contragambito Falkbeer. dispondremos el material de estudio como sigue:
Primera variante: 4. Ab5 +, c6: 5. d X c6.
A. 5 . . . . , b X c6 B. 5 • . . . , C X c6 l. 6. d4
II. 6. d3
1 2 1
Segunda variante: 4. Cc3, Cf6 A. 5. Ac4 B. 5. De2 l. 5 . . . . , Af5
11. 5 . . . . , Ae7! c. 5. d3
Tercera variante: 4. d3, Cf6 A. 5. De2 l. 5 . . . . , Af5
11. 5 . . . . , Ag4 B. S. Cd2 l. 5 . . . . , Af5
I I. 5 . . . . , AcS 111. S. . . . , e3 IV. 5 . . . . , e X d3
C. 5. d X e4, C X e4 l. 6. 11. 6. Ae3
Partidas ilustrativas.
PRIMERA VARIANTE
4. AbS +
De esta manera las blancas tratan de simplificar la posición, eliminando un par de piezas menores, o conservar su pequeña ventaja de material tras el cambio de peones en c6 Sin embargo las negras, en el segundo caso, obtienen suficiente contrajuego por el peón entregado.
Pueden aquí citarse también otra� continuaciones de las que el blanco no saca nada práctico:
4. c4, c6; 5. d4, ef6; 6. ec3, ( para 6. d X c6. véase al final la partida ilustrativa 1 : Tarasevich-Sudnitzyn) 6 . . . . , e X dS; 7. Db3, Ae7; 8. e X dS . 0-0; 9. ege2, ebd7; 1 0. eg3, eb6 con buen juego de las negras (Tartakover- Reti, Viena, 1 922).
4. d4, D X d5 ( es peor 4 . . . . , ef6 a causa de 5 . AbS +) 5 . a3, ef6; 6 . ec3, Dd8; 7. Ac4, Ae7 con posibilidades iguales para ambos bandos, segun analisis de l. Boleslavski.
La continuación 4. Ac4, er6; S .
1 22
ec3 será examinada en la «segunda variante».
4. ... c6
Es más débil 4 . . . . , Ad7 a causa de 5. A X d7+, e X d7 ( a S . . . . , D X d7 sigue 6. ec3, effi; 7. De2) 6. De2, egf6; 7. d3 con posibilidades algo mejores para las blancas. si inmediatamente 5 . De2, Cffi; 6 . ec3, podria seguir6 . . . . , Ab4!; 7 . e X e4, 0-0 con peligroso ataque de las negras.
S. d X c6
Aquí deben examinarse dos importantes respuestas del negro: A. 5 • ... , b X e y B. 5 • • • • , C X c6.
A
5. b X c6 6. Ac4
Diagrama nzim. 94
Más debil resulta 6 . Aa4, ya que en este caso el alfil b lanco queda situa-
do al borde del tablero y las negras asumen la iniciativa. Por ejemplo: 6. . . . , AcS; 7. Ce2, Ag4; 8. Cbc3, Cf6; 9. d4, e X d4 a. p.; 10. e X d3, 0-0; 1 1 . d4, Ab6; 1 2. 0-0, Te8 (Sovremennyi Debiut, Moscü, 1 940).
6 . .. . Cf6
La Enciclopedia de aperturas de ajedrez (tomo C, Belgrado, 1 97 4) recomienda en la posición del diagrama 6 . . . . , AcS; 7. A X f7+, Rf8 con compensacion, para las negras, por los dos peones sacrificados. No obstante, en vez de 7. A X f7 +, el blanco dispone de una continuación más fuerte: 7. Dh5!, De7; 8. A X f7+ con ventaja.
7. d4
El gran maestro P. Keres aconsejaba jugar aquí 7. d3, Ac5; 8. Ce2, Ag4; 9. Cbc3, e X d3; 10. D X d3. Db6; 1 1 . Ad2 con posibilidades algo mejores para el blanco. Pero, como indicó l. Glazkov, el juego de las negras puede reforzarse mediante 8 . . . . , e X d3! (en lugar de 8 . . . . , Ag4) 9. D X d3, De7; 10. Cc3, 0-0 con excelentes perspectivas.
En una partida Bird-Pillsbury ( Londres, 1 899) se jugó 7. De2, AcS; 8. Cc3, 0-0; '9. Dfl , De7; 1 0. Cd1 , aS; 1 1 . Ce3, Ca6; 1 2. a3 , Cc7; 1 3 . g3, Cd5; 1 4. h4. Tan artificial reagrupamiento de las piezas blancas no podi a menos de implicar una grave pérdida de tiempo; el blanco quedó muy atrás en e l desarrollo y, después de 1 4 . . . . , C X e3; 1 5 . d X e3 , Da7; 1 6. De2, Td8; 1 7 . Ad2, Ag4; 1 8. Df2, T X d2! ; 1 9. D X d2, A X e3, sucumbió a un irresistible ataque.
7 . .. . Ad6
Menos prometedor para las negras es 7 . . . . , Cbd7; 8. Ce2, Cb6; 9. A�3 •
Aa6; 10. c3, Ad6; 1 1 . h3, 0-0; 1 2. 0-0, Cc4 a causa de 1 3 . Ac2! seguido de 14. b3, como se vio en una partida Luniakov-Roginski ( 1 967). En este caso, el negro no tiene compensación suficiente por el peón.
8. Ce2 0-0
Una partida Chigorin-Pillsbury (Moscü, 1 902) continuó 8 . . . . , Cbd7; 9. Cg3, Cb6; 10. Ae2!, CbdS; 1 1 . 0-0, Dc7; 1 2. Cc3!, y despues de 1 2 . . . . , C X c3; 1 3 . b X c3, 0-0; 14. c4, eS; 1 5 . d5 las blancas obtuvieron ventaja.
Conforme a un análisis del gran maestro A. Lilienthal, las negras tenian que haber jugado 1 2 . . . . . C X f4; 1 3. Cc X e4, C X e4; 14. C X e4, C X e2+; 1 5 . D X e2, A X h2+; 16 . Rhl , 0-0: 1 7 . g3 , A X g3; 1 8. Tg1 ! , Ah4!; 1 9. Ah6, g6; 20. A X f8, R X f8 y el blanco no está sino un poco mejor.
Cualquier otra retirada del alfil negro (en vez de 1 8 . ... , Ah4) acarrea inmediatamente la pérdida de la partida. Por ejemplo:
18 . ... , Af4; 19 . Cf6+, Rh8; 20. T X g7! , Af5 (a 20 . ... , R X g7 sigue 2 1 . A X f4 y las negras no pueden jugar 2 1 . ... , D X f4 a causa de 22. Ch5 +, etc.) 2 1 . Dg4!, De?; 22. T X h7+, A X h7; 23. Dh4, Ah6; 24. A X h6, Ae4+; 25. Rg1 , Tg8+: 26. AgS+ seguido de mate. O bien 18 . ... , Ad6; 19 . Cf6+, Rh8; 20. DhS, g X f6; 2 1 . Ah6, Tg8; 22. T X g8+, R X g8; 23. Tg1 +, Ag3; 24. Dh4! y las blancas ganan.
9. 0-0 eS !
Es más débi1 9 . . . . , Ag4; 10. Cbc3, Cbd7; 1 1 . h3, A X e2, como se hizo en una partida Horwitz-Kolisch
1 23
( Londres, 1 862), ya que las blancas logran mejores posibilidades por medio de 1 2. D X e2!
10. d5 Cbd7
Diagrama nitm. 95
Una partida ehigorin-Pillsbury (Viena, 1 898) continuó aqtú 1 1 . Ab3, c4!; 1 2. A X c4, Ac5+; 1 3 . Rhl . eb6; 14 . Ab3, eg4; 1 5 . Del , e X d5: 1 6 . h3, ede3! con ventaja de las negras.
Era más fuerte 1 1 . Cec3 ! . eb6: 1 2. Ae2 con posibilidades aproximadamente iguales.
B
( l . e4, eS; 2. f4. d5 ; 3 . e X d5 . e4: 4. Ab5+, c6; 5 . d X c6)
S • .. . ex c6
Aunque con esta continuación las negras no atacan al alfil enemigo y por tanto no ganan tiempo, desarrollan no obstante una pieza y obtienen buen juego.
1 24
Diagrama n úm. 96
En esta posicion las principales posibil idades son: l. 6. d4 y 11. 6. d3.
Si 6. Cc3, Cf6: 7. De2. las negras. continuando 7 . . . . , A c5 ; 8. e X e4, OO y merced al sacrificio de un segundo peon, logran un fortísimo ataque (véase la partida n.o 2: Rosanes-Andersen).
También merece considerarse 7 . . . . . Ac7! 8 . c X e4, c X e4; 9 . D X e4. 0-0 con suficiente compensación por los dos peones sacrificados.
Si las blancas optan por 7 . ege2 (en lugar de 7 . De2), s igue 7 . . . . . A eS! 8. eg3 (o 8 . d4, e X d4 a.p.; 9 . D X d3. 0-0), Dd4 con clara superioridad posicional del n egro.
Después de 6. Ce:Z., Ac5 : 7. d4. e X d4 a.p. ; 8. D X d3, Db6; 9. ec3, se creyó durante mucho tiempo que las negras lograban v entaja mediante 9 . . . . , a6. A esto, s in embargo, puede seguir 1 O. ed5! , Dd8; 1 1 . Ae3 y son las blancas quienes e stán mejor. Por eso a 6. ee2 las negras deben responder 6 . . . . , ef6; 7. Cc3, Db6; 8. d4, Ab4!; 9. 0-0, 0-0, como lo hicieron en
una partida Tarrasch-consultantes (Nurcmberg, 1 895), y tras 1 0. A X c6, b X c6; 1 1 . fS, Aa6 surge una posición complicada donde el negro tiene suficiente 1:ontrajuego a cambio del peón sacrificado.
Si inmediatamente 6. A X c6+, b X c6; 7. d4, las negras. según S. Tartakover, logran una excelente partida mediante 7 . . . . , e X d4 a.p.! 8. D X d3, D X d3; 9. e X d3, Aa6.
6. d4 DaS +
Si 6 . . . . , Cffi, lo mejor para las blancas es reforzar su peón central por medio de 7. c3!. como ya lo propuso M. Chigorin.
7. Cc3 Ab4 8. Ad2 Cffi
Diagrama núm. 97
9. A X c6+!
Lo mas fuerte. en una partida Chi-gorin-Znosko-Borovski ( Kiev.
1 903) se jugó 9. a3, A X c3; 1 0. A X c6+, b X c6; 1 1 . A X c3, Dc7; 1 2. Ce2, Aa6 (es más preciso 1 2 . . . . . 0-0!, pues ahora, con 1 3. Ab4!, las blancas podían haber impedido el enroque corto del adversario y l levado el juego a una posición poco clara, a juicio de Chigorin, después de 1 3 • . . . , A X e2; 1 4. D X e2, D X f4; 1 5 . g3) 1 3 . Dd2, 0-0; 1 4. Aa5, Dd7; 1 5 . 0-0-0, e3! 1 6 . Del ; aquí las negras habrían obtenido ventaja continuando 1 6 . . . . , Cg4! 1 7 . Cc3, Tfe8!
En lugar de ! l . . . . , De?, merece también atención 1 1 . . . . , Dd5, como se hizo en una partida Glazkov-Soloviev ( Moscú, 1 9 7 1 ), Después de 1 2 . Dd2 (a 1 2. Ce2 puede seguir 1 2. . . . , Cg4; 1 3. Del , Aa6! con ventaja del negro) 1 2 . . . . , 0-0; 1 3 . 0-0-0, Da2; 1 4. b3 ( no es bueno 1 4. De3 a causa de 14 . . . . , AfS; 1 5 . h3, Cd5) 1 4 . . . . . D X a3+: 1 5 . Ab2. De7; 16. Ce2, e3! las negras quedaron igualmente superiores.
9 . . .. 10. Cge2
b X c6 O-O
N a da en limpio sacan las negras jugando de inmediato 1 O . . . . . Ag4, a lo que seguina 1 1 . h3!, A X c3: 1 2 . A X c3. Dh5: 1 3 . Rf2. Ac8; 1 4. Ad2! con mejores posibilidades para el blanco (Krause).
l l . 0-0 Ag4 12. Del !
Ahora 1 2. h3 no logra ya su objeto, pues las negras continuarían 1 2 . . . . . A X c3! 1 3 . A X c3 . Dh5; 1 4. Te l . A X h3!: 1 5 . g X h3, D X h3 con forusimo ataque. Por ejemplo: 1 6 . Tfl . Cg4: 1 7 . Tf2, C X f2: 1 8 . R X f2. e3+! 1 9. Rgl , Dg4+!: 20. Rfl , Tad8; 2 1 . Cgl , D X f4+ y el negro tiene una clara superioridad.
1 25
1 2. e3! 13 . A X e3
Diagrama nzím. 98
Prosiguiendo ahora 1 3 . . . . . A X e2; 1 4. D X e2, A X c3; l S . b X c3, D X X c3; 1 6. Dd2, Dc4!, las negras obtienen compensación más que suficiente por el peón que les falta.
11
( l . e4, eS ; 2. f4, dS ; 3. e X c15, e4; 4. AbS +, c6; S . d X c6, e X c6)
6. d3 effi
No es satisfactorio 6 . . . . , DaS +; 7 . ec3, Ab4; 8 . Ad2, e3? a causa de 9 . De2 con ventaja d e las blancas.
7. Cc3
Lo más frecuente. A 7. De2 siguió en una partida
ehigorin-Schiffers ( Viena, 1 898): 7 . .. . , DaS +; 8. ec3, Ab4; 9. Ad2, 0-0! 10 . A X c6, b X c6; 1 1 . e X e4,
1 26
e X e4; 1 2. d X e4, Aa6; 1 3 . A X b4, D X b4+; 1 4. c3 , Da4; 1 S . b3, DaS ; 1 6. Db2, Tae8; 1 7 . e S , f6; 1 8. 0-0-0, fX e5; 1 9. f X e5 , D X e5; 20. ef3, Df4+ con ventaja de las negras.
También se ha jugado 7 . . . . , Ag4; 8. A X c6+, b X c6; 9. ef3, D aS +; 1 0. Ad2, Db6; 1 1 . Cc3, D X b2; 1 2. 0-0, Ac5 +; 1 3 . Rh1 , 0-0; 1 4. d X e4, Tad8; 1 5 . e5, Tfe8; 1 6 . C a4, D X c2; 1 7 . e x c5, D X eS; 1 8 . Ae3, Da3 con partida complicada donde las posibilidades del negro no son peores ( ehigorin-Marco, Viena, 1 898).
No obstante a 1 1 . . . . , D X b2 las blancas podían haber replicado más fuertemente 1 2. C X e4! , D X al + ; 1 3 . Rf2 o 1 2 . . . . , Ae7; 1 3 . Ac3! con ventaja decisiva.
7 . ... Ab4
Merece también atención 7 . Af5!?, sugerido p o r P. Keres.
8. Ad2 Ag4 9. Cge2 0-0
Gracias al peón sacrificado las negras ejercen una fuerte presión sobre el campo enemigo y las blancas están a la defensiva.
La posición es digna de un diagrama.
( Véase diagrama núm. 99)
Sin duda alguna e l 0-0 es más fuerte que 9 . . . . , e X d6; 1 0. A X d3, Db6 a causa de 1 1 . h3 , A e6; 1 2. a3.
10. d X e4 l
Lo más natural, que les permite a las blancas salir de apuros. Sovremtnnyi Debiut examina tambien las siguientes continuaciones:
a) 1 O. 0-0?, Cd4!
Diagrama núm. 99
b) 1 O. A X c6, e X d3; 1 1 . e X d3, b X c6
e) 10. e X e4, A X e2; 1 1 . D X e2, ed4
d) 1 0. h3, A X e2; 1 1 . e X e2, A X d2+; 1 2. D X d2, e3!; 1 3. Del (pierde 1 3 . D X e3? a causa de 1 3 . . . . , DaS+; 1 4. ec3, TeS) 1 3 . . . . , DaS +; 1 4. ee3, edS; 1 S . A X c6, e X c3; 1 6. A X b7, Tab8!
e) 10. a3, e X d3! (es peor 1 0 . . . . , ed4; 1 1 . a X b4, e X bS a causa de 1 2. d X e4i, ed4; 1 3 . Ae3! y las negras tienen que luchar por la tablas) 1 1 . A X d3, A X c3; 1 2. A X c3, Db6! (propuesto por l. Glazkov; también es bueno 1 2 . . . . , ed5) 1 3. Db2, A X e2!
En todas. estas variante las negras quedan claramente mejor.
10. 1 1 . A X c3 1 2. D X d8 13 . 0-0
A X c3 e x e4 Ta X d8
Si 1 3 . A X c6, b X c6; 1 4. Ab4, eS , las negras tienen ventaja.
13. 14. A X e2 15. b X c3
A X e2 e x c3 Tfe8
Diagrama núm. 100
A esta posición se llegó en una partida Fuderer-Pirc (Munich, 1 9S4 ). Las posibilidades de ambos bandos son iguales.
SEGUNDA VARIANTE
( l . e4, eS ; 2. f4, d5; 3. e X d5 , e4)
4. ec3 effi
Antiguamente solía jugarse con cierta frecuendia 4 . . . . , 1'5, pero este movimiento no es acorde con el espitiru de la posicion, por lo que cayó poco a poco en el olvido. Salta a la vista que después de S. Ac4, ef6; 6. ege2, Ad6; 7. d4, 0-0; 8. Ae3, Rh8; 9. 0-0 las blancas están mejor (Morphy-Hay, partida a la ciega, Londres, 1 8S9).
1 27
Diagrama núm. 101
En la posicion del diagrama hay que estudiar las siguientes respuestas:
A. 5. Ac4, B. 5. De2 y C. 5. d3. No es aconsejable 5. d4, Ad6; 6.
Ac4, a lo que puede seguir 6 . . . . , 0-0; 7. Cg2, c6 ; 8. d X c6, C X c6; 9. Ae3, Ca5; 1 0. Ab3, Cg4 con buen juego de las negras ( Cordovil-Uitumen, 1 7 .a olimpiada, La Habana. 1 966).
Si 5. Ab5 +, la mejor réplica de las negras es 5 . . . . , c6!
A
5. Ac4 Ac5
Aqw merece igualmente atención 5 . . . . , c6!?, recomendado por la Enciclopedia de aperturas de ajedrez. En una panida Murphy-Palcial.lskas ( 1 . << campeonato de EEUU por correspondencia, 1 9 76/77) las negras obtuvieron una peligrosa iniciativa tras 6. De2, Af5; 7. d3, Ab4; 8. Ad2, 0-0. El juego continuó 9. e X e4, A X d2+ ; 1 0. D X d2, A X e4; 1 1 .
1 28
d X e4, e X e4; 1 2. De3, c X d5; 1 3 . 0-0-0, Db6! ; 1 4. D X b6, a X b6; 1 5 . A X d5, Cf2 y e l blanco perdió la calidad.
6. d4
Lleva sólo a u n a trasposición de jugadas 6. ege2, 0-0; 7 . d4.
6 . ... 7. ·o x d3 8. Cge2
e X d3 a. p. 0-0 c61
Menos enérgico es 8 . . . . . Te8, a lo que las blancas deben responder 9. h3! impidiendo 9 . . . . , eg4 y 9 . . . . , Ag4. Una partida Chigorin-Marshall ( earlsbad, l 907) prosiguió aquí 9 . . . . , eh5 ; l O. Df3, Dh4+; 1 1 . Rd1 , g6; ( también quedan mejor las blancas después de 1 1 . . . . , eto: 1 2. g3 , Dh5 ; 1 3 . D X h 5 , e X h5; 1 4 . g4, ef6; 1 5 . Ad2, C e4; 1 6 . e X e4, T X e4; l 7 . Ad3 : N ikolau-Teodorescu, Lodz, 1 96 3 ) 1 2. Ad2, ed7; 1 3 . g4, Cg7; 1 4. Ce4 con neta ventaja del blanco.
Otra posibilidad: 8 . . . . , Cg4; 9. Df3, Te8; l O. h 3 , Ce3. En una partida Spassky-Tumurbator(Leningrado, 1 960) las n egras, después de 1 1 . A X e3, T X e3; 1 2. Dfl !, Dh4+; 1 3. Rd2, Te8; 1 4. Rcl , Cd7, obtuvieron cierta compensacion por el peón entregado.
Si en lugar de 9 . Df3, las blancas continúan 9. Cd1 , TeS; 1 0. h3 , e l negro logra también un juego activo mediante 1 0 . . . . , Ch6!; 1 1 . Ce3, c6; 1 2. Cg4, Cf5; 1 3 . CeS , Cd6; 1 4. d X c6, e X c6. Por ejemplo: 1 5 . e X t7, e X t7; 1 6. A X t7 +, R X t7; 1 7 . Dc4+, Rg6!; 1 8 . D X eS , ed4 con ventaja (Andersen-Jakobstadt, Estocolmo, 1 93 4 ).
9. h3
A 9. d X c6 sigue 9 . . . , Db6 con multiples amenazas. Una partida Murphy-Suhobek ( 1 .•• campeonato de los EEUU por correspondencia, 1 976/ 1 977) continuó 9. Ae3, A X e3, bS ; 1 1 . Ad3, b4; 1 2. e34, e X dS; 1 3 . DeS y ahora 1 3 . . . . , Db6! les habria dado a las negras un juego excelente.
9. ... De7 Es menos prometedor para las ne
gras el cambio central 9 . . . . , e X dS; 1 0. e X dS, e X dS; 1 1 . A X d5 , Db6 e n vista de 1 2. Db3, Dc7; 1 3 . Ad2, De7; 1 4. Af3 (GorensteinAbramson, campeonato de Ucrania, I 9S4).
10. Ad2 b5 1 1 . Ab3 Aa6
Diagrama nlim. 102
Las negras tienen una clara superioridad. En una partida GorenstcinMiroshnichenko (campeonato de Ucrania, 1 9S4). el blanco perdio una pieza y la partida despues de 1 2. 0-0-0,
b4; 1 3 . Df3, b X c3; 1 4. e X c3, Ab7.
B
( l . e4, eS : 2. f4, dS ; 3. e X d5, e4: 4. Cc3. effi)
5. De2
Diagrama núm. 103
Aquí merecen consideración dos jugadas:
1. 5 . ... , Ars y 11. 5 . ... , Ae7 1 A S. • .. , Ag4 las blancas deben
contestar 6. De3! Es erróneo 6. DbS +, ebd7: 7. h3? a causa de 7 . . . . , a6!: 8. Da4, bS : 9. DaS . e X dS ! con ventaja decisiva de las negras ( Zubova-Konstantinova. Kaluga, 1 968).
S. AfS 6. h3
Si las blancas continúan 6. d3. entonces es posible 6. . . ., Ab4: 7 .
1 29
d X e4 ( o 7 . Ad2, A X c3; 8 . A X c3. 0-0) 7 . . . . , A X c3+; 8. b X c3, e X e4 con excelente juego de las negras.
6. ... hS 7. g3
Tambien puede hacerse 7. b3, a lo que sigue, segun la Enciclopedia, 7 . . . . , c6!; 8. ef3. e X d5; 9. ed4, Ad7: 1 0. Ab2, ec6: 1 1 . De3, Tc8; 1 2. 0-0-0, AcS; 1 3 . ea4, e X d4; 1 4. A X d4, A X d4 ( no es bueno 1 4 . . . . , A X a4? a causa de 1 S . A X eS, Dc7; 16 . d4, b6; 1 7. Aa6, b X eS; 1 8 . A X c8, AbS; 1 9. a4! con ventaja de las blancas) 1 S . D X d4, Dc7; 1 6 . DeS +; o bien 7 . . . . , h4; 8 . Ab2, eh5 ; 9 . e X e4, Ae7; 10 . g4!, h X g4 a . p.; 1 1 . Df3, D X dS ; 1 2. Ag2, ec6: 1 3 . ee2 con juego poco claro e n ambos casos.
7 . ... A eS
El gran maestro P. Keres examina aqui la continuación 7 . . . . , c6: 8. d3, e X d5 : 9. d X e4, d X e4; 1 0. Ad2, ec6, lo que despues de 1 1 . 0-0-0 lleva igualmente a un juego complicado y poco claro.
8. b4 Ab6
Por supuesto. 8 . . . . , A X b4'! hace perder una pieza tras 9. Db5 + .
9 . Ab2 ebd7
Es incorrecto 9 . . . . , 0-0: 1 0. Ag2, e X d5? a causa de 1 1 . e X d5, D X d5 : 1 2 . g4! , h X g4: 1 3 . h X g4 con ventaja decisiva de las blancas (Bager-Vasiliev, Leningrado, 1 957).
10. 0-0-0 1 1 . a3 12. ef3
1 30
De7 0-0-0 The8
Diagrama núm. /04
En esta complej a posición, las negras tienen buen contrajuego después de 13 . Tel , Df8; 1 4. e g5 , Ad4 ( partida por correspondencia PopovMuzychenko, 1 96 2/6 3 ).
11
{ l . e4, e5; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5. e4; 4. ec3, ef6; 5 . De2)
S • . . . Ae7 1
(Véase diagrama núm. JOS)
Lo mas fuerte, s egún la teoría m<r dema. Es peor 5 . . . . , Ad6 a causa de la variante indicada por A. Rubinstein: 6. d3! { para 6 . e X e4 véase la partida n.03 Gunsberg-Bardeleben) 6. . . . . 0-0: 7. d X e4, e X e4; 8. e X e4, Te8: 9. Df3!, f5 : 1 0. Ae3. f X e4: 1 1 . Dg3 con ventaja de las blancas.
6. e X e4
En una partida Khavski-Knyshen-
Diagrama 1111111. 105
ko ( campeonato de la Re p. F ed. Soc. de Rusia, 1 956) las blancas jugaron 6. d3, e X d3; 7. D X d3, pero después de 7 . . . . . Cd6; 8. a3, CeS; 9. Dd4, 0-0; 1 0. b4? (es mejor 1 0. Ae2) 1 0. . .. , Te8!; 1 1 . Cf3, Cce4; 1 2. C X e4, A X b4+! el negro logró un ataque decisivo.
Merece atención 6. b3 ! ?, C X d5 : 7. C X d5, D X dS; 8. Ab2, 0-0 y ahora 9. De3, Cd7; 1 0. Ac4, DaS: 1 1 . Ce2, Cf5; 1 2. Cc3, AfS conduce a un juego de posibilidades aproximadamente iguales.
6. ... 0-0
Tambien es bueno 6 . . . . . C X d5; 7. d3, 0-0; 8. Ad2, f5; 9. Cc3, Ah4+: 10 . Rd1 , Te8; 1 1 . Df3, Ae6; 1 2 Cge2, eS ! y las negras tienen amplia compensacion por el peon sacrificado. ( Suttles-Lengyel, Belgrado, 1 969).
1. e x f6+ 8. Df3
A X f6 TeS+
Con 8 . . . . . c6 ; 9. Ac4, Te8+ sólo se cambia el orden de jugadas.
9. Rdl
Más prometedor para las blancas es 9. Rf2.
9. ... c6 10. Ac4 bS
Lo más enérgico. En una partida Chigorin-Von Stamm ( torneo de la Gran Rusia, Kiev, 1 903) se jugó 10 . . . . . AfS ; 1 1 . d3 , Dc8; 1 2. h3, e X d5 ; 1 3. A X d5, Cc6; 1 4. A X c6, b X c6; 1 5 . Ce2, Tab8; 1 6. Cc3, Tb7; 1 7. Te l . y poco a poco las blancas consi¡;uieron simplificar la posición conservando su ventaja de material.
1 1 . Ab3 Ab7 12. Ce2 aS 13. a3 eS¡
Diagrama núm. 106
En la presente posición, las negras, a cambio de los dos peones sacrificados, gozan de una peligrosa iniciativa. Una partida Planinc-Vasiukov ( Wijk aan Zee, 1 973) siguio 1 4. d3,
1 3 1
a4; 1 5 . Aa2, Cd7; 1 6. Cc3, b4; 1 7 . Ce4, b3! y el negro quedó mejor.
e
( l . e4, e5 ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5 , e4. 4. Cc3, Cffi)
5. d3 Ab4
Naturalmente, no es bueno 5 . . . . . e X d3 a causa de 6 . D X d3 con ventaja de las blancas, pero merece atencion 5 . . . . , AfS. Después de 6. d X e4. C X e4; 7. De2, De7 ( resultan a erroneo 7 . . . . , Ab4? debido a S. Db5 +) S. Ad2, C X c3 : 9 . D X e7+, A X e7; 1 0. A X c3, A X c2, las posibilidades de ambos bandos son equivalentes (Bhend-Unzicker, Zurich, 1 959).
En vez de S . . . . , C X c3, las negras, en una partida Solosyi-Bilek ( campeonato de Hungría, 1 96 1 ), jugaron S . . . . , Cd7; 9. 0-0-0, 0-0-0, pero después de 1 0. g4, C X c3; l l . A X c3, D X e2; 1 2. A X e2 e l blanco conservó sin peligro su peón de ventaja.
En otra partida Nei-Kondratiev (Tallin, 1 940), en lugar de S. Ad2, se hizo S. Cb5, Dd7; 9. g4? ( a 9 . Cd4 seguiría 9 . . . . , Ac5 , pero merece consideración 9. C f3!, recomendado por P. Keres) 9 . . . . , Ac5! ; 1 O. g X f5 , 0-0; 1 1 . Ae3 ( a 1 1 . Cf3 sigue 1 1 . . . . , TeS: 1 2. CeS, Af2+; 1 3 . Rdl , D X d5 +; 1 4. Dd3, Cc3 +; y 1 5 . . . . , D X h l ) 1 1 . . . . , TeS; 1 2. 0-0-0, Cf2! con fortisimo ataque de las negras; ahora la captura forzada 1 3. A X f2 ( en la partida las blancas se rindieron tras 1 3. Cd4?, C X d i ) 1 3 . . . . , T X e2; 1 4. A X c5, D X b5 conduce a la posición siguiente:
(Véase diagrama núm. 107)
Aquí son posibles varias contiuuaciones:
1 32
Diagrama num. /07
a) 1 5. Aa3, T X c2+!: 1 6. R X c2. Da4+: 1 7. Rcl , D X f4+; I S . Rc2, De4+ o bien
b) 15. Af2 ( a 1 5 . Ae3 o 1 5 . Ae7 sigue 1 5 . . . . , DeS) 1 5 . . . . • T X c2+: 1 6 . R X c2, D a4 + ; 1 7 . Rd2, D X f4+, l S. Ae3, D e4; o finalmente
e) 15 . Ad4, O X d5 ; l 6 . A X e2 (a 1 6 . Af6 segui ri a 1 6 . . . . , Te l !; 1 7. T X e l , Cd7; y si 1 6. Ac3, es posible 1 6 . . . . , T X c2+ ; 1 7 . R X c2, De4+; l S . Td3, Cc6; 1 9. Cf3, Td8 con ventaja decisiva de las negras) 1 6 . . . . , D X h l ; 1 7. Af3, D X h2: I S. A X b7. Cc6; 1 9. A X c6, TdS con clara superioridad de las negras en todas las variantes ( anál is is de P. Kondratiev).
En vez de S . . . . , D d7, la Enciclopedia ofrece la contin uación S . . . . , g6!; 9. Ae3 , Ag7: 1 0. Ad4, 0-0; 1 1 . 0-0-0, Ca6; 1 2. g4, Ad7 y las negras quedan compensadas por el peón sacrificado.
Volvamos ahora a la variante del texto, des pues de 5 . . . . . Ab4.
(Véase diagrama núm. 1 08)
6. Ad2
Diagrama num. 108
A 6. De2, 0-0; 7. d X e4 las negras responden ventajosamente 7 . . . . , e x e4!
Es interesante 6. d X e4, e X e4, y ahora 7. Dd4, A X c3+: 8. b X c3, , 0-0 ( no 8 . . . . Dh4+? 9. g3 . e X g3 a causa de 1 0. h X g3 ! . D X h l : 1 1 . D X g7, Tf8; 1 2. Aa3 y las blancas ganan) 9. ef3. Te8; 1 0. Ae2 ( para 1 0. Ae3, véase la partida4: GossipSchiffers). Ahora despues de 1 0 . . . . ef6; 1 1 . c4, Ag4; 1 2 . Dd3. c6; 1 3 . OO. e X dS; 1 4. e X d5, e X dS; I S . h3 la posicion de las blancas es preferible ( Steinitz-MacDonnell. Londres. 1 866) .
Es mas prometedor para el negro 1 O . . . . , Ag4: 1 1 . 0-0. eS! ( la atractiva continuacion 1 1 . . . . . e X c3: 1 2. D X c3. T X e2 resulta peor a causa de 1 3 . Ab2. Df8: 1 4. ea4. Te4: 1 5 . Dd3. De7 : 1 6 . ee6! con clara superioridad de las blancas, Tarra�chWalbrodt, Leipzig, 1 894) 1 2. d X eS a.p., eb X c6: 1 3 . D X d8. Ta X d8 con buenas perspectivas.
En lugar de 9. ef3. una partida Glazkov- Sherman ( Moscu. 1 97S)
prosiguió 9. AbS, c6; 1 0. d X c6, b X c6; 1 1 . D X d8, T X d8; 1 2. Ad3, e X c3; 1 3 . Ab2, edS; 1 4. O-OO con mejores posibil idades para las blancas.
A la jugada 7. Dd4 lo mejor para el negro es responder 7 . . .. , De7!; 8 . Ae2, 0-0; 9. Ad2,• e X d2; 10 . D X d2, c6! ( si 10 . . . . , Ag4; 1 1 . 0-0-0, A X c3, como en una partida Hampe-Pitschel, Viena, 1 860, el blanco obtiene mejores perspectivas des pues de 1 2. D X c3! , A X e2; 1 3 . Te1 , De4; 1 4. Dd2!. D X g2; 1 S . e X e2) 1 1 . ef3, e X dS; 1 2. 0-0, ec6 con
juego satisfactorio. Una partida Bardeleben-Biackburne (Londres, 1 89S ) siguió aquí 1 3 . a3, DeS +: 1 4. Rh 1 , A X c3; l S . b X c3, Af5; 1 6 . Tab l , De7: 1 7 . D X d5, A X c2; 1 8 . Tbe l , Df6; 1 9. Dd2, Af5 con posibilidades aproximadamente iguales.
Diagrama núm. 109
6. .. . e3 !?
Esta inesperada continuacion fue introducida en la practica por P. Mor-
1 3 3
phy hace ya mas de 1 20 años. No da lugar a ninguna variante forzada; les permite simplemente a las negras ejercer cierta presion posicional sobre el campo enemigo.
Es malo 6 . .. . , C X dS a causa de 7. d X e4!, y a 6 . . . . , e X d3 sigue 7. A X d3, 0-0; 8 . Df3! con ventaja de las blancas en ambos casos.
Mas interes ofrece la jugada 6 . . • . , 0-0, que da suficiente contrajuego a las negras. Podna seguir 7. C X e4 (o 7 . d X e4, A X c3; 8 . A X c3. C X e4; 9. ef3. c6!; 1 O. d X c6, De7: 1 1 . De2, e X c6 con buena posicion del negro) 7 . . . . . Te8!; 8. A X b4. e X e4; 9. d X e4 ( a 9. Ae2 o 9. ec2 seguina 9 . . . . , Dh4+; 1 O. g3, e X g3 ) 9 . . . . , T X e4+ ; 1 0. Ae2, T X b4 y, según E. Falkbeer, las posibilidades de las negras son mejores.
Sin embargo, despues de 1 1 . ef3. T X f4; 1 2 . Dd2, Dd6, e l juego esta mas o menos equil ibrado. Una partida Spassky- Bronstein ( Moscu. 1 97 1 ) continuo 1 3 . 0-0-0 ( si 1 3 . 0-0. entonces también 1 3 . . .. , ed7! ) 1 3 . . . . , ed7: 1 4. ed4, a6; 1 5 . g3, Tf6; 1 6 . Thel , CeS; 1 7 . AhS , Ad7; 1 8 . De2. Te8 y ambos contendientes hicieron aqui tablas por mutuo acuerdo.
7. A X e3 0·0
A menudo suele tambien jugarse inmediatamente 7 . . . . . C X d5 ; 8 . Ad2. A X c3: 9. b X c3 y ahora 9 . . . . . 0-0. lo que por trasposicion de movimiento lleva a la variante que examinamos después de 9 . . . . . C X d5 ) .
8. Ad2 A X c3 9. b X c3
Si 9. A X c3, la mejor respuesta para las negras es 9 . . . . . Te8 +. 1 0. Ac2. Ag4: 1 1 . Dd2. C X d5 con buen juego.
1 34
9 . ... TeS+
Aqui también se juega 9. . . . .
C X d5 , con lo que tenemos la siguiente posicion:
Diagrama núm. 1 JO
La experiencia demuestra que a las blancas se les brindan buenas posibilidades de lograr ventaja. Por ejemplo:
a) 10. c4, TeS + ; 1 l . Ae2, Cf6 ( cs peor 1 1 . . . . . ee3 a causa de 1 2. A X e3 , T X e3; 1 3 . Rf2! y el blanco rechaza el ataque de su adversario, pues sena un error 1 3 . . . . . Dd4? debido a 14 . Cf3, D X f4; 1 5 . Del ganando: Petrov- Shumov, San Petersburgo, 1 862) 1 2. Cf3, De7; 1 3 . CeS . Cc6 y ahora, continuando 1 4. Ac3!. las blancas refuerzan su posicion y quedan mejor.
Mas debil sena 1 4. 0-0. C X eS; I S . f X eS, D X e5 ; 1 6 . Af3 a causa de 1 6 . . . . . eg4! 1 7 . A X g4, Dd4 + con ventaja de las negras ( Rodzdcstvenski- Estrin, M oscu, 1 943 ).
b) 10. Cf3, Te8 + : 1 1 . Ae2. De7 y
ahora 1 2. c4 lleva, después de 1 2 . . . . , Cf6; 1 3 . CeS, a la variante examinada precedentemente: si 1 2 . . . . , Ce3: 1 3 . A X e3, D X e3; 1 4. Dd2, las blancas también quedan superiores.
Otras continuaciones de las blancas dan, en cambio. mejores perspectivas al bando negro:
1 0. Df3, TeS+: 1 1 . Ce2, Cc6: 1 2. Tb1 , y aquí, despues de 1 2 . . . . . a6: 1 3 . Rd1 , f5 ; 14 . g3, bS : 1 5 . Ag2. Ae6; 1 6. Te 1 , Af7; 1 7 . a4, TbS; 1 8 . a X bS, a X bS; 1 9. Df2. Dd6, las negras lograron ventaja en una partida Moe- Hoen ( Estocolmo, 1 972 ).
1 0. Ae2, Df6!; 1 1 . Del , TeS; 1 2. c4 y, después de 1 2 . . . . , Cc3 . las blancas tienen un juego dificil.
Una partida Gruzman-Kimelfeld ( Moscú, 1 966) sigui o 1 3 . Db2 ( tampoco le saca de apuros al blanco 1 3 . Rf2. Cc6) 1 3 . . . . , C X e2; 14 . D X 10. g X f6; 1 5 . C X e2, Ag4; 1 6. h3, T X e2+!; 1 7 . Rd 1 , T X d2 +; 1 8. R X d2, Ae6 y las negras lograron la victoria.
10. Ae2 Ag4 1 1 . Rt2
Posiblemente la mejor defensa. A 1 1 . h3, recomendada por el gran maestro S. Furman, puede seguir 1 1 . . . . , D X dS ! ; 1 2. Rf2, A X e2; 1 3. C X e2, DeS +! con iniciativa de las negras.
En una partida Schulten-Morphy ( Nueva York. 1 857) se jugo 1 1 . c4?, c6! ; 1 2. d X c6. C X c6; 1 3 . Rfl . T X e2!; 1 4. C X e2, Cd4 y las negras ganaron facilmente.
1 1 . 12. C X e2 1 3. Tel
A X e2 D X dS Cc6
Diagrama 11/Ím. 1 1 1
La Enciclopedia estima que. despues de 14. Rgl , DeS +!; 1 5 . d4, Dd5, las negras tienen suficiente compensación por el peon sacrificado.
TERCERA VARIANTE
( 1 . e4, eS ; 2. f4, d5 : 3. e X d5 , e4)
4. d3
La continuación mas frecuente. Las blancas atacan sin demora el peón central del adversario, tratando de paralizar así su juego.
(Ver diagrama núm. 1 12)
4. Cffi
lo más fuerte. Es peor 4. . . . , D X d5 , a lo que las blancas pueden contestar S. Cc3, Ab4; 6. Ad2, A X c3; 7. A X c3 , e X d3: S.
1 35
Diagrama núm. J 12
D X d3, D X d3; 9. A X d3 con posibilidades claramente mejores ( Soloviev-Falk. Moscú, 1 888) .
Tampoco es suficiente4 . .. . , e X d3. En este caso al blanco le resulta posible elegir entre 5 . D X d3, Cf6: 6. c4, Ca6; 7. Ae3, Cb4: 8. Db3. Af5: 9. Ca3, aS ; 1 0. Ae2, Ad6: l l . Cf3, De7: 1 2. Cd4 (Alekhine-A. Rabinovich. Moscu. 1 9 1 8) y 5. A X d3, D X d5 ; 6. Cc3. De6+ ( pierde 6 . . . . . D X g2? a causa de 7 . Ae4) 7 . Cge2. Ch6; 8. f5 ! , C X f5: 9. 0-0. Ce3 ; 1 O. A X e3, D X e3+: 1 1 . Rhl . Ad6: 1 2. Cf4! ( Murei-Nikitnykh, campeonato de la sociedad deportiva «Trud», 1 97 1 ) con clara ventaja de las blancas en ambos casos.
En respuesta a 4 . . .. , Cf6, las blancas disponen de tres continuaciones dignas de atencion:
A. 5. De2; B. 5. Cd2; C. 5. d X e4.
A
5. De2
Propuesta por R Reti. Aqui hay
1 36
que examinar sobre todo dos jugadas de las negras: l. 5 . . . . , Af5 y 1 1. Ag4.
Es un error 5 • . . . . Ac5? debido a 6 . d X e4, 0-0; 7 . C c3 , TeS, y ahora las blancas obtienen ventaja por medio de 8. Cf3, C X e4; 9. C X e4, Af5; 10. Ce5, A X e4; 1 1 . D X e4, f6; 1 2. d6! , D X d6; 1 3 . Ad; A X e3; 1 4. Dc4+ ( Blackburne-Marco, Berlín, 1 897), o de 8. e S , C X d5; 9. Ce4, Ab6; 1 O. Ad2, C c6; 1 1 . 0-0-0, Cd4; 1 2. Dd3, AfS; 1 3 . g4, A X g4; 1 4. Ce2, Af3; 1 5 . Cg5 ( K. KrigorianRuderfer, Spartakiada, 1 967). También es convincente la continuación de S. Tartakover 8 . Dc4! , y si 8 . . . . , C X e4; 9. C X e4, A X g1 ; 1 0. T X g1 , f5 ( o 1 0 . . . . , Af5 ; 1 1 . Ad3, A X e4; 1 2. A X e4. b5 ; 1 3 . Dd3. fS ; 1 4. Ae3, T X e4: 1 5 . 0-0-0), sigue 1 1 . d6+. Rh8; 1 2 . d X c7, Dh4+: 1 3 . g3, D X h2; 1 4. Tg2, Dh l ; 1 5 . e X b7= D. T X b8 ; 1 6 . Rf2 con ventaja decisiva de las blancas.
Asimismo resulta dudoso 5 . ... , D X d5, a lo que puede seguir6. Cc3, Ab4: 7 . Ad2, A X c3; 8 . A X c3 con buenas perspectivas para el blanco. Por ejemplo:
a) 8 . . . . , Cbd7; 9 . d X e4, e X e4; 1 0. A X g7. Tg8; 1 1 . Td1 . De6 y ahora no 1 2. Ad4, como aparece en la Enciclopedia, s ino 1 2 . Ae5! . C X eS; 1 3 . D X e4; o 1 2 . . . . , fS ; 1 3 . Dh5 + con ventaja de las blancas.
b) 8 . ... , Ag4; 9. d X e4 ( es peor 9. De3 a causa de 9 . . . . , Cbd7 ) A X e2: 1 0. e X d5, A X f1 ; 1 1 . R X f1 ,
· C X d5; 1 2. A X g7 , Tg8; 1 3 . Te ! +, Rd7; 1 4. Td l . Rc6: 1 5 . Ad4, C X f4: 1 6 . Cf3, Cd7; 1 7. Ac3 , Ce6: 1 8 . Rt2 con mejores posibil idades para las blancas ( Réti- Spielmann. Goteborg, 1 920).
En vez de 9 . . . . , A X e2, una partida Rcti-Tarrasch ( Goteborg. 1 920) continuo 9 . . . . . D X e4: 1 0. D X c4 +. C X e4: 1 1 . A X g7. Tg8: 1 2. Ae5 .
ec6; 1 3 . Ad3, e X eS ; 14 . A X e4, ec3 , y ahora mediante 1 S . A X b7 o 1 S . b3 las blancas hubieran quedado con ventaja de material.
1
5 • • . . Af5
Diagrama núm. 1 13
6. d X e4
No es bueno 6. Cc3 a causa de 6 . . . . , Ab4; 7. Ad2 (a 7. d X e4 sigue 7 . . . . , A X c3+; S. b X c3, e x e4) 7 . .. . , O-O! con iniciativa de las negras.
En caso de 6. Cd2, las negras, por medio de 6 . . . . , Ab4!? 7. c3 , 0-0. pueden proponer el interesante sacrificio de pieza que examinamos mas abajo.
Después de S. e X b4, e X d3; 9. Df3 (o 9. Df2, TeS+: 1 0. Rdl , eg4) 9 . . . . , TeS+; 1 0. RJ2, eg4+, el blanco no puede evitar la perdida de material: y a S. e X e4 puede seguir S . . . . , e x e4; 9. d X e4 ( para 9. e X b4, TeS; 1 0. d X e4, T X e4 véase más abajo) 9 . . . . , AcS; 1 0. ef3, TeS; 1 1 .
eS , D X dS con excelente juego de las negras por el peon de menos.
6 . ... C X e4
Es peor 6. A X e4; 7 . ec3, De2; S. e X e4, e X e4; 9. ef3, ed7 a causa de 1 O. Ae3, 0-0-0: 1 1 . 0-0-0. cdf6; 1 2. g3, e x dS : 1 3 . Ah3 +, Rb8, y ahora no 14. The 1? a causa de 14 . . . . , eec3 ! , sino 1 4. Ad4! con superioridad de las blancas, que aventajan a su adversario en el desarrollo.
7. Cd2
La posicion resultante de 7. ec3 se analizará bajo la letra B.
7 . ... Ab41?
Diagrama núm. 1 14
Esta inesperada respuesta con la que las negras preparan un sacrificio fue recomendada por el autor de las presentes lineas ya en 1 94 1 .
8. c3
1 37
En su intento de refutar el citado sacrificio de pieza, P. Keres indicó posteriormente que las blancas debían jugar aquí S . DbS +, Cc6; 9. c3 ( a 9. d X c6, A X d2+; 1 0. Re2 seguina 1 0 . . . . , 0-0; 1 1 . D X fS , A X e l con ventaja decisiva de las negras). No obstante, el negro queda mejor despues de 9 . . . . , a6! , como lo demostre en la revista Shaklzmaty v SSSR ( 1 9S I , n.0 l ) :
a) 10. D X b7, Cd6!; 1 1 . D X c6+, Ad7 ; 1 2. D X aS, D X aS; 1 3 . e X b, 0-0i y las blancas se encuentran en posición muy dificil debido a su retraso en el desarrollo.
b) 1 0. De2, Cd4i (no 1 0 . . . . , D X dS? a causa de 1 1 . g4!, 0-0-0; 1 2. Ag2) 1 1 . e X d4. 0-0; 1 2. a3 . AaS; 1 3 . b4, Ab6; 1 4. C X e4, TeS; l S . Ae3, T X e4.
Aun puede seguir 1 6. Td l , De7; 1 7 . Rf2, Te8; 1 8. Td3. T X e3! y las negras ganan; o bien 1 6 . 0-0-0. De7; 1 7 . Td3, como en una partida Kaila-Ridala, Finlandia. 1 9SS , que continuo 1 7 . . . . • A X d4; l S . T X d4, T X e3: 1 9 . Df2, T X a3 : 20. Rb2, aS ; 2 1 . R X a3. a X b4+; 22. Rb3. Ta3 +; 23. Rb2. b3; 24. Ce2, Ta2+; 2S. Rc3, DeS + ; 26. R X b3. Dc2+; 2 7. Abandonan.
Si en lugar de 1 1 . e X d4 las blancas juegan 1 1 . Dd3 (pierde inmediatamente 1 1 . Dc4. Cc2+; 1 2. Re2 a causa de 1 2 . . . . . Cd6!, 1 3 . Db3, De7+). entonces sigue 1 1 . . . . , Cc2 +!; 1 2. D X c2, Dh4+; 1 3 . g3 , C X g3 ; 1 4. Da4+, bS; 1 S . A X bS + ( 1 5 . D X b4, C X h l + ; 1 6. Rd l , Cf2+; 1 7 . Re2, Cd3; 1 S. Dd4, 0-0 con ataque decisivo de las negras) 1 5 . . . . . a X b5 ; 1 6. D X aS + (o 16 . D X b5 +, Rd8! ) 16 . . . . , Re7; 1 7 . D X h8, C X h1 +: 1 8. Rdl , Cf2+: 1 9 . Re2. Ad3 +: 20. Rf3. Dg4+: 2 1 . R X !2 , Ac5 + y mate en tresjugadas.
e) 10. Dd3, De7! : 1 1 . De2 (en
1 3 8
caso de 1 1 . C X e4, A X e4; 1 2. De2, Cd4!, las negras ganan de inmediato, y a 1 2. De3 s igue 1 2 . . . . . A eS ; 1 3 . De2, A X d5 ; 1 4. D X e7 + R X e7 con clara ventaja del negro) 1 1 . . . . , 0-0-0; 1 2 . d X c6 (o 1 2. C X e4, Cd4!) 1 2 . . . . , Dh4+; 1 3 . g3 , C X g3; 1 4. h X g3, D X h l con ataque decisivo de las negras.
d) 1 0. Da4, De7; 1 1 . Ae2, CeS ; 1 2 . Dd l , 0-0-0i y el negro tiene un ataque victorioso.
e) 10. Dc4, b5 ! 1 1 . D X c6 + (es malo 1 1 . Db3? a causa de 1 1 . . . . , De7; 1 2 . Ae2, C eS ; 1 3 . Dd l , 0-0-0! , llegandose a la posicion del apartado precedente) 1 1 . . . . , Ad7; 1 2. D X aS, D X aS: 1 3. e X b4, D X d5; 1 4. C X e4, D X e4+ : 1 5 . Ce2, D X b4+; 1 6. Rf2, 0-0; 1 7 . a3.
La Enciclopedia evalúa esta posición como algo mejor para las blancas, con lo cual, sin embargo, es difícil estar de acuerdo. En efecto, despues de 1 7 . . . . , Db3; 1 8 . Cc3 ( a 1 8 . Cd4 sigue 1 8 . . . . . Dd l ) 1 8 . . . . . a5; 1 9 . Ae2. b4: 20. a X b4, a X b4 el juego de las negras merece preferencia.
8. .. . 0-0 9. e X b4
La continuacion 9 . C X e4, Te8; 1 O. e X b4, T X e4 solo cambian a el orden de jugadas.
9. . . . Te8 10. C X e4
Es mala la recomendacion de P. Keres 1 0. Cc4? a causa de 1 0 . . . . . Cc6!; 1 l . d X c6 , Dh4+ y las negras ganan.
10. 1 1 . Ae3 1 2. Rf2
T X e4 De7 Cd7
Diagrama num. 1 15
Posición critica de la variante que estamos examinando.
Una partida Steinsapir-Estrin ( Moscú, 1 949) prosiguió aquí 1 3. DhS, g6; 1 4. Dg5 y ahora las negras hubieran quedado mejor jugando sencillamente 1 4. . . . , T X e3; 1 5 . D X e7, T X e7. Por lo demás, lo que de hecho escogieron en la partida, 1 4 . . . . , D X b4; 1 5 . Tel , D X b2+; 1 6. Te2, Dc3 , les proporcionó un fuerte ataque.
Tampoco les saca de apuros a las blancas 13 . Tel . Una partida Keres-Estrin ( 1 94 1 ) jugada en una sesión de simultáneas continuó asi: 1 3 . . . . , CfO; 1 4. h3, TeS; 1 5 . Dd2, T X b4; 1 6 . Ad3, A X d3; 1 7 . D X d3, T X b2+; 1 8. Te2, Ce4+; 1 9. Rf3, Dh4!; 20. At2, D X t2+!!; 2 1 . T X t2, T X t2-a; 22. Rg4, T X g2+; 23. Rh4, Tg6!; 24. Th2, fS!; 25 . Abandonan.
La Enciclopedia les recomienda a las blancas jugar 1 3. Dd2, y si 1 3 . . . . , Te8, entonces 1 4. Ad4 (en caso de 1 4. Ad3, las negras pueden forzar ta-
bias por repetición de movimientos depués de 14 . . . . , T X e3; 1 5 . A X fS, OtO; 1 6. Dc2, Db6!; 1 7 . Rfl, Db5 +; 1 8 . Rt2, Db6) con excelentes posibilidades de defensa.
A eso responden las negras 14 . . . . . CfO!, con lo que surge la siguiente posicion:
Diagrama núm. 1 16
Ahora, después de 15. AcS, T X f4+; 1 6. D X f4, Ce4+; 1 7 . Rf3, Cg5, el negro fuerza las tablas. A 15. h3 puede seguir 1 5 . . . . , T X d4!; 1 6 . D X d4, e4+; 1 7 . Rf3, Dh4; 1 8. Ce2, Dh5+; 1 9. Re3, Dh4 (es malo 1 9 . . . . , Cg3+? a causa de 20. Rt2), y a las blancas no les queda otra cosa que acceder a la repetición de jugadas mediante 20. Rf3 o continuar 20. Rd3, Cg3+; 2 1 . Rd2, C X h 1 , en cuyo caso las negras recobran su pieta y conservan cierta iniciativa . Sin embargo, 15. Cf3 1 deja en mejor situación a las blancas.
1 39
II
( l . e4, eS ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5, e4; 4. d3, ef6; S . De2)
5 • . . . Ag4
Enérgica continuación que les brinda a las negras la posibilidad de luchar con éxito por la iniciativa. E l blanco deberá jugar con gran exactitud para mantener el equilibrio. Las variantes que siguen demuestran que las perspectivas de ambos bandos son más o menos iguales.
Diagrama núm. 1 1 7
6. Cf3
Soló así pueden las blancas disputarle a su adversario la iniciativa. En caso de 6. De3, el negro dispone de una serie de buenas respuestas. Por ejemplo:
a) 6 . .. . , C X d5; 7. D X e4+, Ae7; 8. fS , ef6; 9. D X b7, ebd7; 1 0.
1 40
Db5, 0-0; 1 1 . h3, c6; 1 2. D X c6, A X f5 y las negras, mucho más adelantadas en el desarrollo, tienen u n juego excelente, con amplia compensación por los dos peones sacrificados.
b)6 . . . . , D X dS ; 7 . ec3, Ab4; 8 . Ad2, A X c3; 9 . A X c3, Cbd7; 10 . d X e4, D X e4; 1 1 . D X e4, C X e4; 1 2. A X g7, Tg8; 1 3 . Ad4, 0-0-0 con posición activa de l as negras por el peón entregado.
c)6 . ... , Ab4+; 7 . c3 ( a 7. Ad2 siguió, en una partida por correspondencia Mikhalek-Murzeevski, 1 968, 7 . . . . , 0-0! 8. A X b4, e X dS; 9. DeS, Te8! con fortísimo ataque del negro) 7 . . . . . 0-0! 8. e X b4, e X dS; 9. Dg3, e X d3! y e l ataque de las negras, según un análisis de B. Persistz, es sumamente peligroso.
6 . ... D X d5
Menos prometedor para el negro es 6 . . . . , Ab4+; 7. c 3 , 0-0; 8 . d X e4, Te8 a causa de 9. eS , Aa5 ; 1 0. ea3, e X dS; 1 1 . Ad2, y las blancas conservan su peón de ventaja con posición sólida ( Filtze r- Shishov, Moscú, 1 958) .
En una partida Muchnik-Kuindzi ( Moscú, 1 970) se j ugó 6 . . . . , A X f3!?; 7. g X f2, e3; 8. A X e3, Ae7; 9. Cc3, 0-0; 1 0. 0-0-0, C X dS ; 1 1 . e X d5, D X dS; 1 2. Rb1 , ec6; concierta compensación para las negras por el peón sacrificado.
Solo que, en vez de 9. ec3, las blancas debían haber continuado 9. Ad4!, e X dS; 1 0. Tg1 !, e X f4; 1 1 . De4, Ce6; 1 2. A X g7 , Tg8; 1 3 . Ad4 con evidente superioridad.
7. Cbd2
Diagrama núm. 1 18
Es inferior 7. Cc3 a causa de 7 . . . . , Ab4!; 8. Ad2, A X c3; 9. A X c3, 0-0 con peligrosa iniciativa de las negras.
7 . ... A X f3
En una partida Knedzevich- Sokolov (Yugoslavia, 1 957) se hizo 7 •
... , e3; 8. D X e3 +, Ae7, y ahora, mediante 9. Ce4!. Ias blancas habnan reforzado Sil posicion y conservado sin peligro el peón de ventaja.
Tampoco es suficiente 7 . ... , AfS; 8. d X e4, C X e4 (o 8 . . . . , A X e4) debido a 9. Cg5 , Ab4: 1 0. c3 y las negras no tienen compensación por la pieza entregada.
Ofrece in te res la continuacion 7. . . . , Cc6; 8. d X e4, Dh5 (a 8 . . . . . DeS. como se jugo en una partida Auerbach-Capablanca. Pans. 1 9 1 3, lo mejor es contestar 9. c3 ). En una partida Cebauer-Serra ( 1 5 . a olimpi ada, Varna, 1 962). las negras obtuvieron una ventaja despues de 9. Db5.
0-0-0; 1 0. D X h5 , C X h5; 1 1 . Cc4, Cb4 ( no es bueno 1 1 . . . . , A X f3?; 1 2. g X f3 , Cd4 a causa de 1 3. Ad3, C X f3+; 1 4. Rf2 con ventaja del blanco) 1 2. Ca3, Ac5; 1 3 . Ad2, The8; 1 4. CeS, Cffi; 1 5 . Ad3, C X e4!; 16. A X e4, f6 .
En lugar de 1 2. Ca3, las blancas debieron seguir 1 2. Ad3!, C X d3+; 1 3 . e X d3, y si 1 3 . . . . , A X f3; 1 4. g X f3, T X d3, entonces, según el análisis de l. Glazkov, 1 5 . Ce5!, Td4 ( 1 5 . ... , Ab4+?; 1 6. Re2, Td4 les acarrea a las negras la pérdida de la calidad tras 1 7. Ae3) 1 6. Ae3, Tb4; 1 7 . C X f7, Tg8; 1 8 . 0-0-0! con clara ventaja y un peón de mas.
8. g X f3 e3 9. Ce4 Ae7
10. A X e3
También se ha jugado aqui JO. D X e3, Cbd7; 1 1 . Cc3, Dh5; 1 2. Ae2, Cc5 ; 1 3 . Ad2 ( Bhend-Farré, 1 3 .3 olimiada, Munich, 1 958), pero por medio de 1 3 . . . . , 0-0-0!; 1 4. 0-0-0, The8 las negras podian haber obtenido una excelente partida a cambio del peon sacrificado.
(Véase diagrama núm. 1 1 9)
Posición critica de esta variante. Despues de 10 . ... , 0-0; 1 1 . Tgl .
Ch5; 1 2. Cc3, Ah4+: 1 3 . Rd2, Dd8: 14 . f5 . TeS; 1 5 . Tg4. Cc6 Ias posibilidades de ambos bandos pueden considerarse aproximadamente iguales .
Las negras tienen compensacion por el peón de menos.
Tambien es posible continuar de inmediato 10 . ... , ChS; 1 1 . Cc3. Df5, y si 1 2. 0-0-0. entonces 12 . . . . . C X f4; 1 3 . Dd2, Cd5! (es peor 1 3 . . . . . Ce6 a causa de 14. f4: y a 1 3 . . . . . Ag5 pue-
1 4 1
Diagrama nlim. 1 19
de seguir 1 4. h4, Ah6; 1 5 . Ah3!, C X h3; 1 6. A X h6, g X h6; 1 7 . De3+, Rf8; 1 8. f4 con mejores perspectivas para el blanco) 14. C X d5 , D X d5; 1 5 . Rb1 , Cc6 con juego equilibrado.
B
( l . e4, e5 ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5, e4: 4. d3, Cf6)
S . Cd2
Con estajugada.se inicia el sistema de Keres, muy utilizado en los ultimos años.
( Véase diagrama 1 20)
us principales respuestas del negro son:
l. S • • • • , AfS. 11, S • • • • , AcS, 111. 5. ... , e3 y IV. 5 • . . . , e X d3.
Si 5 • • • • , Ag4, las blancas contestan 6. Ac2 con ventaja.
1 42
Diagrama Il iOn. 120
Es malo S . . . . • D X dS? . a lo que sigue 6. d X e4, C X e4: 7. Ac4, y ahora tanto 7 . . . . , DeS ; 8 . De2, f5 : 9. e X e4, fX e4; 1 0 . O X e4+, Ae7: 1 1 . ef3 ( Ketting-van Nuss, Rotterdam, 1 938) como 7 . . . . , Dd4: 8. De2, f5: 9. Cgf3, Db6; 1 0. C X e4, fX e4+ (de Grijf- Cuéllar, Bogota, 1 9S8) les proporcionan a las blancas una clara ventaj a.
1
S • • • • Af5 6. d X e4
La continuación 6 . De2, ahora o en la jugada siguiente, conduce a la posición del diagrama 1 1 3 , ya examinada.
6 • • • • C X e4
En caso de 6 . . . . , A X e4; 7 . e X e4; 8. Cf3, Ac5 ; 9 . De2, Af2+: 1 0. Rd1 , D X dS + ; 1 l . Cd2, fS ; 12 . DbS+!, D X bS : 1 3 . A X b5 + , ec6; (a 1 3 . . . . • c6 sigue 1 4. Ad3 , CeS; 1 S .
A X f5 , 0-0; 1 6. Ce4) 1 4. C X e4. f X e4; l S . Re2, Ab6; 1 6 . Ae3 la superioridad de las blancas es evidente.
7. Cgf3
Diagrama núm. 1 2 1
E n una partida Baretich-Troianescu (Bari, 1 97 1 ) las blancas jugaron 7 . AbS +, c6; 8. d X c6, b X c6; 9. De2, pero despues de 9 . . . . , Ab4!; 1 O. Cgf3. 0-0; 1 1 . Ac4, TeS; 1 2. CeS, T X eS! : 1 3. fX eS, Dh4+; 1 4. Rf1 , A X d2! el negro ganó fácilmente.
7 . ... A eS
Esta continuación, que en todos los manuales de aperturas aparece como principal, les brinda mejores posibilidades a las blancas.
Merece, no obstante, serio estudio 7 . ... , Ae7 ! , recomendada ya en 1 9S 1 por el autor de estas páginas, pero no verificada todavía en la práctica. En este caso, a 8. Ad3 las negras responden con ventaja 8 . . . . , D X d5; y si las
blancas optan por 8. AbS + o 8. Ac4, el negro asume la iniciativa tras 8 . . . . .
c6; 9. d X c6, C X c6. La tentadora jugada 7 . . . . , Ab4 no
es suficiente para igualar la partida. Lo mejor para las blancas es continuar 8. c3, De? y ahora 9. Da4+, como recomienda M. Euwe, o bien, según P. Keres, 9. CeS . Claramente inferior resulta 9. C X e4?, A X e4; 1 0. De2, Ac5; 1 1 . c4. Una partida por correspondencia GonzalvesDíaz ( 1 963) siguio aquí 1 1 . . . . , c6; 1 2. d X c6, e X c6; 1 3. Ad2, Cb4; 14. A X b4, A X b4+; y las blancas sucumbieron a un fortisimo ataque de su adversario.
Tampoco es aconsejable 7 . ... , c6, como se jugo en una partida por correspondencia Keres-Zirker ( 1 937). Siguió 8. Cd4! , Ag6 ( es malo 8 . . . . , e X d2; 9. C X fS, Ce4 a causa de 1 O. Ac4. A eS; 1 1 . Dg4!; y en caso de 8 . . . . . D X dS?; 9. e X fS, las negras pierden una pieza tras 9 . . . . , D X f5 ; 10 . Ad3 o 9 . . . . , C X d2; 1 0. Ce3!) 9. De2, Ab4: 10. c3 , 0-0; 1 1 . e X e4, A X e4; 1 2. e X b4. TeS; 1 3 . Ae3 con ventaja decisiva de material por parte de las blancas.
Es erróneo 7 . ... , D X d5? debido a 8. Ac4, DeS ; 9. De2, De? y aquí la inesperada continuación 1 0. A X f7 +!, que los teoricos no han tenido en cuenta, les proporciona ventaja a las blancas después de 1 O . . . . , R X f7; 1 1 . CeS + seguido de 1 2. e x e4.
8. Ad3 C X d2
Nada consiguen las negras me-diante 8 . . . . , Af2 + en vista de 9. Rfl ; y s i 8 . . . . , ef2; 9. De2+, De?; 1 0. D X e7+, R X e7; 1 1 . A X f5 , C X h l ; 1 2. Cb3, la superioridad de las blancas es obvia.
A 8 . . . . , 0-0 sigue, según un análi-
1 43
sis de P. Keres, 9. A X e4! , Te8; 1 0. Ce5, A X e4; 1 1 . C X e4 y las blancas quedan con una pieza de más. No es tan concluyente 9. C X e4, A X e4; 1 0. A X e4, Te8; 1 1 . De2, f5 ; 1 2. CeS , f X e4; 1 3. D X e4, como se jugó en una partida Petraev-Konovalov ( semifinal del campeonato de la Re p. Fe d. S oc. de Rusia, 19 57) donde las blancas quedaron solo con un peon de ventaja tras 1 3 . . . . , Cd7: 14. Ad2, Dh4+; 1 5 . g3, Dh5 .
9 . D X d2
Lo mejor. A 9. A X f5 puede seguir 9 . . . . , C X f3 + ; 1 0. D X f3 , 0-0; 1 1 . Ad2, Te8+; 1 2. Rd1 , Df6; 1 3 . Dd3, gt; 1 4. Ag4, D X b2; 1 5 . Ac3, Db6 con buen juego de las negras.
9. 10. D X d3 1 1 . Ad2 1 2. Rdl
A X d3 0-0 TeS+
Diagrama núm. 1 22
Pese a verse privadas del enroque, las blancas tienen mejores posibili-
1 44
dades gracias a su peon de véntaja y a la posición solida de que gozan. Una partida por correspondencia Khmelnitzki-Goldberg ( 1 95 3-55) continuo 1 2 . . . . , c6 ( era mejor 1 2 . . . . , h6, aunque también así las blancas quedaban superiores después de 1 3 . c4 seguido de 1 4. Rc2) 1 3 . Cg5 , g6; 14 . Ce4, Ae7; 1 5 . d6, Af8; 1 6. Ac3, Ag7; 1 7. A X g7 , R X g7; 1 8. Dd4+, f6; 19. Rd2 con ventaja del blanco.
11
( l . e4, e5 ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5. e4; 4. d3, Cf6; 5 . Cd2)
5 • . • • A eS
Dia!!rama núm. 1 23
Con c!.ta h nca la:, negras obtienen cierta compensacion por el peón entregado.
6. e x e4
No es bueno 6. d X e a causa de 6 . . . . . Cg4!
6 . ... De7
Merece también atención 6 . . . . , A X g1 ; 7 . T X g1 ( si C X f6+, O X f6; 8. T X g l , lo mejor ahora para las negras es 8 . . . . , 0-0!) 7 . . .. , 0-0: 8. Df3, Te8; 9. Ae2, C X d5 ; 10 . Ad2, Cc6. Como se puso de manifiesto en una partida JohannessenNiemela ( Riga, 1 959), después de 1 1 . c3, f5 ; 1 2. CeS, Cf6; 1 3 . Cb3, Oe7; 1 4. Rdl , Ae6; 1 5 . Tel , Tad8: 16 . Rc2, a5 las negras disfrutan de una posición activa a cambio del peón sacrificado.
Es peor6 . . . . , C X e4; 7. d X e4, OO a causa de 8. Ad3, c6; 9. d6!. A X d6; l O. Cf3 con posición sólida de las blancas (Kaila-Niemela. campeonato de Finlandia, 1 95 1 ).
7. De2 0-0 8. Ad2
También después de 8. C X c5, O X c5; 9. Ae3, O X d5 las negras tienen la iniciativa.
8. 9. e x f6+
10. 0-0-0
AfS 0 X f6
En una partida Lepshkin-Sukhanov (Moscú, 1 97 1 ) se jugo 1 O. Cf3?. a lo que las negras hubieran podido responder 1 O . . . . • O X b2! con ventaja.
10. Cd7 1 1 . Te1
Por supuesto. no 1 1 . Cf3 a causa de 1 1 . . . . , Tfe8.
1 1 . ... Od4
(Véase diagrama num. 1 24)
Ahora tras 12. Cf3, O X d5 las negras conservan la iniciativa a cambio
Diagrama núm. 124
del peon entregado. Es erróneo 12. c4 debido a 1 2 . . . . , Aa3! ; y si 12 . g4?, las negras logran ventaja prosiguiendo 1 2. . .. , O X d5 ! ; 1 3 . g X f5, O X h 1 ; 1 4. Cf3, Tfe8!
III
( l . e4, e5 ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5 , e4; 4. d3, Cf6: 5. Cd2)
5 • • • • e3
Esta continuación no les da a las negras suficiente contrajuego.
6. Cc4 e x dS
La unica respuesta correcta. Malo sena. naturalmente, 6 . . . . , O X d5�. ya que despues de 7. C X e3 las negras no reciben compensacion alguna por el peon que les falta. Con todo, también en la posicion del diagrama que sigue son mejores las posibilidades de las blancas.
(Véase diagrama núm. 1 25)
7. Df3!
1 45
Diagrama num. 125
La teona considera esa JUgada como la mas fuerte. Menos prometedor para las blancas es 7. C X e3, C X f4; 8. g3. aunque tambien asi logran cierta ventaja de desarrollo después de 8 . . . . , Cd5; 9. Df3, C X e3: 10. A X e3.
Asimismo en caso de 8 . . . . . Cg6; 9. Ag2, Ad6; 1 O. c3 ( mas debilmentc se jugo en una partida por correspondencia Keres-Stalda, 1 934: 1 0. Cf3, 0-0; 1 1 . 0-0, Cc6; 1 2. Rh l , f5! ; con posicion satisfactoria de las negras) 1 O . . . . • 0-0; 1 1 . Ce2, Cc6; 1 2. d4. Ce e 7; 1 3 . Dd3 las blancas tienen mejores perspectivas ( Bronstein-Kamyshov, campeonato de Moscu. 1 947).
7. 8. C X e3 9. A X e3
10. Df2!
Ae7 ex e3 0-0
Menos enérgico es 1 O. Ce2, Cc6; 1 1 . Cc3, como se hizo en una partida Damjanovic-Gligoric ( Zagreb, 1 965 ). Continuando 1 1 . . . . • Af6; 1 2. 0-0-0, TeS: 1 3 . Cd5 , Ad4; 1 4. c4, Ae6, las negras obtuvieron cierto contrajuego por el peon de menos.
1 46
1 0. 1 1 . Cf3 12. Ae2 13 . 0-0
Dd5 Cc6 TeS
Diagrama núm. 126
AqUJ las negras, por el peon sacrificado, no tienen suficiente compensacion. Si ahora 1 3 . ... , Affi; 1 4. d4, Cb4, el blanco responde 1 5 . CeS! con ventaja, ya que l as negras no pueden jugar l S . . . . , A X eS; 1 6. f X eS, C X c2? a causa de 1 7 . Ah5!
IV
( l . e4, eS ; 2. f4, eS ; 3 . e X dS , e4; 4. d3. Cf6 ; S. Cd2)
5 • • . • e X d3
Lo mejor, segu n la teoría.
6. A X d3
(Vease diagrama num. 1 2 7)
6 . ... 0 X d5
Diagrama nlim. 12 7
La continuacion 6. . .., Ag4; 7 . Cgf3, D X d5 sólo cambia e l orden de jugadas, y en caso de 6 . ... , e X d5: 7. Ce4, Cb4; 8. Ab5+, c6; 9. D X d8. R X d8; 10. Aa4, Af5; 1 1 . Cg5, Rc8 la balanza se inclina a favor de las negras.
7. egf3
R Spielmann recomendaba jugar aqui 7. Df3.
7. .. . Ag41
Este movimiento propuesto por K. Rausch les da a las negras suficiente contrajuego.
Si 7 . . . . , Cc6, lo mejor para el blanco es seguir 8. De2+, Ae2; 9. 0-0, 0-0 { merece atención 9 . . . . , Ag4 seguido de 10 . ... , 0-0-0, recomendado por M. Euwe) 1 0. Cb3, TeS; 1 1 . C'e5! con clara superioridad { Spielmann-Koomen, Amsterdam, 1 938).
Es un error 7 . . . . , Ac5? a causa de 8. De2+, De6; 9. CeS {véase la partida n.o 5 Keres-Petrov).
8. De2+
También es posible 8. h3, A X f3; 9. D X f3, y si ahora 9 . . . . , Cc6, sigue 1 O. Ce4 con perspectiva algo mejores para las blancas.
8 . ... 9. ee4
10. e x f6+ 1 1 . Ae4
Ae7 ec6 g X f6 De6
Diagrama ntim. 1 28
Despues de 12. h3, A X f3; 1 3. A X f3 , Cd4; 14. D X e6, C X f3+; 1 5 . Rt2, f X e6; 16 . R X f3 las posibilidades de entrambos bandos son iguales { partida por correspondencia Efremov-Abramson, 1 95 5-56).
e
{ l . e4, c5: 2. f4, dS ; 3 . e X dS , e4: 4. d3, Cf6)
5. d X e4 e x e4
( Véase diagrama núm. 129)
Las blancas disponen aquí de dos
1 47
Diagrama núm. 129
continuaciones dignas de estudio: l. 6. Cf3 y 11. 6. Ae3.
Es dudoso 6. De2, que les proporciona a las negras buenas posibilidades de contraataque. Si ahora 6 . . . . , D X d5: 7 . Cd2, f5 , las blancas se ven en apuros tanto despues de 8. g4, Cc6!; 9. c3, Ae7; 1 0. Ag2, Df7; 1 1 . C X e4, f X e4; 1 2. A X e4, Ah4+; 1 3 . Rfl, 0-0 con iniciativa del negro por el peón ( partida en consulta Bardeleben-Pillsbury, 1 902) como de 8. Ch3, Cc6; 9 . c3 , Ae6; 10 . C X e4, f X e4; 1 1 . Cf2, 0-0-0; 1 2. g3 , AcS: 1 3 . Ag2, (Janowski-Pillsbury, Viena, 1 898), ya que con 1 3 . . . . , e3! las negras obtienen una superioridad decisiva. Sin embargo, el blanco queda mejor continuando 8. C X e4, f X e4: 9. DbS +!
Después de 6 . De2, merece suma atención la respuesta recomendada por un grupo de ajedrecistas bulgaros, que entraña un sacrificio de piezas: 6 . . . . , Ab4+!? Ahora tras 7 . Ad2, 0-0: S. A X b4. TeS: 9. Rdl , Ag4!: 1 0. Cf3, Cc6; 1 1 . Ae l , D X dS +: 1 2. Rc l , TadS ( Tringov - Filchev, 1 962): o 7. c3, 0-0: S. e X b4. TeS: 9 .
1 4S
Cf3, Ag4 con peligroso atáque de las negras en ambos casos.
1
6. Cf3 A cS
Es peor 6 . . . . , A g4, ya que después de 7. Ad3, fS; S. De2, D X d5 ; 9 . Cc3, Ab4; 1 O. Ad2 las negras llevan mucho retraso en el desarrollo( Spielmann-Marshall, Mannhein, 1 9 1 4 ). A 6 . . . . , AfS las blancas responden ventajosamente 7 . Ae3, c6; S. Ac4, bS ; 9. Ab3, eS ; 1 O. d6!, como lo hicieron en una partida Alekhine-Tarrasch ( San Petersburgo, 1 9 1 4) .
7. De2 AfS
Es un error 7 . . . . , Af2+ (o 7 . . . . , D X dS; S. C fd2! ) 8 . Rd 1 , D X d5 +, lo que, despues de 9 . Cfd2, fS; 1 0. Cc3, les permite a las blancas ganar un peón ( Konradi- Estrada, 1 5 .8 olimpiada, Varna, 1 962).
La continuación 7. . . ., 0-0; 8. D X e4, Te8; 9. C e S , f6 les permite a las blancas conservar su ventaja tras 1 0. Ad3 o 10. AbS.
Después de 7 . . . . , De7, una partida Zuckennann-Reshevsky ( Natanía, 1 97 1 ) siguió 8 . Ae3!, Ca6; 9 . A X eS, Ca X eS ; 1 0. Cbd2, 0-0; 1 1 . 0-0-0, AfS; 1 2. Cd4, Df6; 1 3 . C X fS , D X fS; 1 4. C X e 4 , C X e4; 1 5 . Df3, Cd6; 1 6 . Ad3, D d7, y ahora con 1 7 . g4! las blancas habnan reforzado su superioridad y conservado el peón de más.
En una partida A lapin-Chigorin ( San Petersburgo, 1 906) se jugo 7 . . . . , f5; 8. Cbd2, 0-0: 9 . C X e4, f X e4: 1 0. D X e4, TeS: 1 1 . CeS, Cd7. Tras 1 2. Ad3, Cf6; 1 3 . Dc4, Dd6; 1 4. Ad2, Ag4: 1 5 . Rfl . las negras, con ti-
nuando 1 S . . . . , bS ! ; 1 6. D X bS, T X eS!; 1 7 . f X eS, Tf8!; 1 8 . Af4. Ce4!, alcanzaron una brillante victoria.
En vez de 1 2. Ad3 , es mas fuerte 1 2. Ad2!, Cf6; 1 3 . Dc4, Dd6; 1 4. 0-0-0, y si 1 4 . . . . , c6; 1 S . d X e+, A�6.
En vez de 1 2. Ad3, es mas fuerte 1 2. Ad2!, Cf6; 1 3 . Dc4, Dd6; 1 4. 0-0-0, y si 1 4 . . . . , c6; 1 5 . d X e+. Ae6, entonces las blancas ganan ni.pidamente por medio de 1 6 . e X b!. A X c4; 1 7 . A X c4+, Rf8; 1 8. Ac3 ( Sorokin-Basilevich, Kiev, 1 9 1 8).
8. Cc3
Seria un craso error 8. g4? a causa de 8 . . . . , 0-0!; 9. g X f5, TeS; 1 O. Ag2, Cf2; 1 1 . CeS, C X h 1 ; 1 2. A X h1 , Cd7! con ventaja decisiva de las negras ( Spielmann-Tarrasch, Moravska Ostrava, 1 923).
8 . ... De7
Ahora la continuación 8 . . . . , 0-0; 9. C X e4, Te8; 1 0. CeS, A X e4; 1 1 . D X e4, f6 es refutada mediante 1 2. d6! , D X d6 ( a 1 2 . . . . , e X d6 sigue 1 3 . Ac4+, Rf8; 1 4. Dd5) 1 3 . Ae3!, A X e3; 1 4. Dc4+, como sucedió en una partida Blackburne-Marco ( 1 897).
9. Ae31
(Véase diagrama núm. 130)
Lo tinico que les permite a las blancas obtener ventaja. Si 9. C X e4, A X e4; 1 0. c4, c6!, las negras quedan mejor.
De esta manera el blanco logra una posición superior.
9 • . . . A X e3
Diagrama num. 130
Si las negras, por medio de 9 . . . . , e x c3; 1 0. A X es , e x d2 (o 1 0. . . . , D X e2+; 1 1 . A X e2, C X e2; 1 2. R X e2, A X c2; 1 3 . Rd2! ) 1 1 . A X e7, C X f4, tratan de simplificar el juego y recobrar su peón, el blanco obtiene un fortísimo ataque continuando 1 2. Aa3!, Cd7; 1 3. 0-0-0, Ae4; 1 4. Cg5, A X d5; 1 5. g3!, A X h 1; 1 6. g X f4, como en una partida B ronstein-Tal ( Riga, 1 968).
También en caso de 1 2 . . . . , C X d5 (en vez de 1 2 . . . . , Cd7) 1 3 . 0-0-0, c6; 1 4. Cg5!, Cd7; 1 5 . Ac4, Ae6; 1 6. Thel las blancas logran una magnifica posición de ataque por el peón sacrificado ( Kuznetov-Podzarsk� espartakiada de la Rep. Fed. Soc. de Rusia, 1 963).
10. D X e3 C X c3 1 1 . D X e7 + R X e7 12. b X c3 A X c2
Si 1 2 . . . . , Ae4, las blancas pueden ventajosamente continuar 1 3. Cg5! ( seria malo 1 3. c4? a causa de 1 3 . . . . , A X f3; 1 4. g X f3, Cd7) 1 3 . . . . , A X d5; 1 4. 0-0-0, y si ahora 1 4 . . . . ,
1 49
Td8, su superioridad es manifiesta despues de 1 5 . c4, Ae6; 1 6. T X d8, R X d8; 1 7 . C X e6+, f X e6; 1 8. Ad3, h6; 1 9. Te1 , Rd7 ; 20. Te3! , Cc6; 2 1 . Tg3. En cuanto a 14 . . . . , Ae6, las blancas, en una partida por correspondencia Stukanovski- Shievek ( 1 97 1 -72}, consiguieron una nipida victoria mediante 1 5 . fS! , Rffi ; 1 6. C X e6, f X e6; 1 7 . f X e6. R X e6; 1 8. Ac4+, Rffi; 1 9 . Thfl +.
Sin embargo, como lo mostró P. Feres, en lugar de 1 5 . . . . , Rffi? las negras tenían que haber jugado 1 5 . . . . , A X fS!; 1 6. Ac4, Cc6 con posibilidades aproximadamente iguales. Sólo asi las negras pueden luchar por la igualdad en esta variante.
13 . Rd2 Aa4
Tampoco aligera la posicion de las negras 1 3 . . . . , Ag6, a lo que seguina 1 4. Te1 +, Rd8; 1 5 . Cd4, como en una partida Wheatcroft-Keres ( Margate, 1 9 39}, con ventaja de las blancas.
1 4. Te1 +
! 50
En la posicion del diágrama las blancas tienen una clara superioridad. El juego puede seguir: 14. . .. , Rd8; 1 5 . Te4, Ae8; 1 6 . Ae4, bS ; 1 7 . Ab3, Ca6; 1 8. The 1 ( Heuer- Kondratiev, Tallin, 1 946); o bien 1 4 . ... , Rd6; 1 5 . CgS , R X dS; 1 6. Te4, Ae8. 1 7 . Td4+. Rc6: 1 8. Ae2 (Bronstein - Weissmann. Sandomir. 1 976 ) con ventaja decisiva de las blancas en ambos casos.
II
( l . e4, eS ; 2. f4, d5 ; 3 . e X d5, e4; 4. d3, Cf6; S . d X e4, C X e4)
6. Ae3
Esta continuacion, de moda en otros tiempos, se ve poco hoy en di a, ya que con ella las blancas dificilmente pueden aspirar a un juego superior.
Diagrama n úm. 132
6 . ... Dh4+
Si 6 . ... , Cd7, c omo se hizo en una
partida Tolush-Ravinski ( Leningrado, 1 950}, lo mejor para e l blanco es contestar 7. Cf3. Despues de 6 . ... , c6; 7 . Ac4, Ad6; 8. Cf3. 0-0; 9. 0-0, b5 ; 1 0. Ab3, c5 ; 1 1 . c4, b X c4; 1 2. A X c4, no se les ve a las negras ninguna compensacion por el peón entregado ( Kopylov- Ravinski. Leningrado, 1 950).
Más posibilidades tiene el negro con 6 . ... , Ad6. Una partida Muchnik-Golubev (Moscú. 1 957) prosiguio 7 . Cf3, 0-0; 8. Ad3 ( en caso de 8 Ac4, Cd7; 9. 0-0, Te8; 1 0. Te l . Cef6, las negras obtienen suficiente contrajuego. Bronstein- Unzicker. I V olimpiada, Moscú, 1 95 6 ), 8 . . . . . TeS; 9. 0-0, Cf6; 1 0. CeS. Cbd7; 1 1 . Cc4. Cf8, y ahora mediante 1 2. Rh l las blancas habnan logrado mejores posibilidades.
7. g3 e x g3 8. Cf3
Es malo 8. h X g3?, D X h 1 ; 9. De2. a lo que las negras contestan. como lo hicieron en una partida Tal-Trifunivic ( La Habana, 1 963}, 9 . . . . , Ab4+!; 1 0. c3 (o 1 0. Cc3. A X c3+; 1 1 . b X c3, D X d5; 1 2. Ag2, Dd6; 1 3 . Td1 , De7 : Shaposhnikov-Aratovski, 2.o campeonato de la URSS por correspondencia, 1 954-55 ) 1 0 . .. . , Ad6; 1 1 . Ag2, Dh6: 1 2. Ad4+, Rd8; 1 3 . Cf3, Ag4; 1 4. Df2, Te8+; 1 5 . Rn , Cd7 y las blancas no tienen compensación por el material sacrificado.
8 . ... De7 1
Seria erróneo 8 . . . . , dh5?, ya que después de 9. h X g3, D X h 1 ; 1 0. De2 las blancas ganan un importante tiempo en comparación con la variante anterior.
9. h X g3 1 0. De2 1 1 . A X e2 12. Cc3
D X e3 + D X e2+ Ag4 Ab4
Diagmma nlim. 133
Una partida Spassky-Matanovic (Belgrado, 1 964) prosiguió aquí 1 3. CgS, A X�; 1 4. R X e2, A X c3; 1 5 . b X c3 con igualdad aproximada.
PARTIDAS ILUSTRATIVAS
Partida num. 1
V. Taracevich A. Sudnitzyn Moscú. 1 97 1
l . e4 2. f4 3. e X dS 4. c4 5. d4 6. d X c6
eS dS e4 c6 Cf6
1 5 1
Arriesgado. Las blancas conservan el peón de más, pero a costa de retardar su desarrollo y sufrir un peligroso ataque. Es mejor la continuación 6. Cc3, estudiada en la parte teórica.
6 . ... 7. dS
ex c6 AcS I
Correctisimo sacrificio de pieza, que las blancas no pueden aceptar, ya que después de 8. d X c6?, At2+!; 9. Re2, Ag4+ perderían la dama.
8. Da4 Cg4!
Por el peón de menos las negras tienen un desarrollo muy superior al de su adversario y la posibilidad de organizar un violento ataque contra el rey blanco. A las blancas les es ya muy dificil defenderse.
Diagrama núm. 1 34
El ataque negro se lleva a cabo sin obstáculos.
9. Ch3
1 5 2
Única manera d e defender el punto t2. A 9. d X c6? seguiría 9 . At2+; 1 0. Re2, Dd3 + +.
9. ... Ad7 1 0. Dc2
Si 10 . d X c6, A X c6; 1 1 . Dc2. las negras podrian continuar 1 1 . . . . , Dh4+: 1 2. g3 , DhS seguido de 1 3 . . . . .
0-0 y 1 4 . . . . , Tad8 con participación de todas sus piezas en el ataque. A pesar de todo, esto e ra mejor para las blancas que la jugada del texto, que las lleva a un desastre inmediato.
10. Cd4 1 1 . D X e4 + R f8 1 2. Rdl
Y a no hay defensa. Las negras amenazaban con ganar la dama por medio de 1 2 . . . . , A f5 .
1 2. 13 . Del 14. Rd2 15 . abandonan
Af5 Ac2+ A X bl
Si intentan salvar la dama mediante 1 5. Dg3. l as blancas reciben mate: 1 5 . . . . , Ab4+; 16 . Rd1 , Ac2++.
Partida núm.2
l. Rosanes A. Anderssen Breslau, 1 86 2
l . e4 2. f4 3. e X d5 4. Ab5 + 5. d X c6 6. Cc3 7. De2
eS dS e4 e6 C X c6 Cf6 A eS
Como se hace notar en la parte teó-
rica, aquí también es bueno 7 . . . . , Ae7!, lo que después de 8. C X e4, C X e4; 9. D X e4, 0-0 les deja a las negras con amplia compensación por los dos peones sacrificados.
s. e x e4 9. A X c6
10. d3
0-0 b X c6 TeS
Con la continuación escogida por las negras, estas han logrado igualmente un mejor desarrollo y un poderoso ataque contra el enemigo.
1 1 . Ad2 12. d X e4 13 . e5
e x e4 AfS Db6
El ataque negro procede ahora sin trabas, y las piezas blancas no llegan a tiempo para defender a su rey.
14. 0-0-0 Ad4 lS . c3 Tab8 1 6. b3 Ted8 17 . ef3
Diagrama nzim. 135
Después de 1 7. e X d4, D X d4 las blancas no tendnan defensa contra 1 8 . .. . , Dal .
17 . . .. D X b3 ! !
E l golpe de gracia. Con este sacrificio de dama las negras fuerzan el mate.
18. a X b3 T X b3 19. Acl Ae3+ 20. abandonan
Partida núm. 3
l. Gunsberg K. Bardeleben Hastings, 1 895
l . e4 eS 2. f4 dS 3. e X d5 e4 4. De2 effi S. Cc3 Ad6
Como ya se vio en la parte teórica, la continuación mas fuerte para las negras es aquí 5 . . . . , Ae7!
6. e x e4
Ahora la idea de las negras queda justificada. Las blancas debieron jugar 6. d3!, 0-0; 7. d X e4, C X e4; 8. C X e4, Te8; 9. Df3! , fS; 1 0. Ae3, fX e4; 1 1 . Dg3 con excelente posicion.
6. 7. e x ffi+ 8. Df3 9. d3
10. Rdl 1 1 . c3
0-0 D X ffi AfS Ab4+ ed7
1 5 3
Diagrama núm. 136
Las negras tienen dos peones de menos, pero es tan mucho mejor desarrolladas que su adversario y gozan de una posicion claramente superior. De ah! la logica del siguiente sacrificio de pieza.
1 1 . .. 1 2. b X c3
A X e3 1 D X e3
La precaria situacion del rey blanco y el retraso que lleva su bando en el desarrollo predeterminan el resultado de la partida.
13 . Tbl 1 4. Df2 15. Dg3
CeS e x d3 Tad8
La posicion de las blancas es desesperada.
1 6. A X d3 A X d3
Lo mas sencillo. A 1 6 . . . . , T X d5 las blancas respondenan 1 7 . Tb3.
17 . Tb2 T X d5 1 8. Td2 TeS! 1 9. abandonan
1 54
Se amenaza 1 9 . . . . , Ac2++. y si 1 9. Ab2, decide 1 9 . . . . , Ac2+.
Partida núm. 4
G. Gossip E. Sehiffers Breslau, 1 869
l . e4 e5 2. f4 dS 3. e X d5 e4 4. Cc3 Cffi 5. d3 Ab4 6. d X e4
La continuacion principal 6. Ad2 se estudia detalladamente en la parte teorica.
6. ... 7 . Dd4
C X e4 A X c3 +
Como ya se indico en la seccion teórica. aquí es mas fuerte 7 . . . . , Dc7!
8. b X e3 0-0 9. Cf3 TeS
10. Ae3
En una partida Steinitz- MacDonncll ( Londres, 1 866) se jugo 1 0. Ae2, Cffi (era mejor 1 O . . . . , Ag4; 1 1 . 0-0, c5 ! ) 1 1 . c4, A g4; 1 2 . Dd3 con posición solida de las blancas. E l mc:r vimiento del texto le planteara prc:r blemas al bando b l anco.
10. 1 1 . AbS 1 2. d X e6
D e7 c6 Cd6!
Las blancas tienen dos piezas amenazadas, por lo que no les queda mas remedio que entrar en la siguiente variante.
13 . e X b7
Diagrama núm. 13 7
Ahora las dos torres negras se encuentran a tiro del enemigo, pero Schiffers afronta audazmente la idea del blanco.
1 3 . .. . e x b5 ! 14. b X a8=D? . ..
Error decisivo. Lo correcto era 14. b X c8=C!!, después de lo cual la continuacion 1 4 . . . . , D X e3+; 1 5 . D X e3, T X e3 +; 1 6 . Rl2; o 14 . . . . .
T X c8; 1 5 . Dd2 daba un juego de posibilidades aproximadamente igua-les.
14 . ... 15 . e X d4
e x d4 D X e3 +
Las blancas han ganado material, pero su dama ha quedado lejos del campo de operaciones y el rey expuesto a un ataque irrefutable.
1 6. Rdl 17. Te1 18. T X e2 19. Rc1
Aa6 Ae2+ D X e2+ TeS
No existe defensa para el blanco. La partida siguió:
20. Cd2 Del + 21 . Rb2 D X d2 22. Tcl Dc3 + 23. Rbl Cd7 24. abandonan
Partida núm. 5
P. Keres V. Petrov 1 2 .0 campeonato de la URSS
Moscü. 1 940
l . e4 2. f4 3 . e X d5 4. d3 5. Cd2 6. A X d3 7. CgfJ
e5 dS e4 Cffi e X d3 D X dS A eS?
Como ya se vio en el analisis. esta mala jugada les da ventaja a las blancas. Lo mejor era 7 . . . . , Ag4!, aunque también pocha hacerse 7 . . . . , Ae7.
8. De2+ 9. Ce5
10. Ce4! 1 1 . D X e4
De6 0-0 e x e4 g6
Las negras es tan ya obligadas a defenderse. En caso de 1 1 . . . . . f5: 12 . De2, tambien experimentanan dificultades.
12. b4! 13. Ab2 14. 0-0-0
Ae7 Affi Cc6
Naturalmente, no 14 . . . . , D X a2 a causa de 1 5 . Ac4, Da4; 1 6. g4.
15. h4!
1 55
Las blancas han aventajado notablemente a su adversario en el desarrollo y ahora se lanzan a un ataque directo contra el rey negro.
15 . 1 6. g4 ! 17. f X eS
h5 A X eS D X g4
También tras 1 7 . . . . • h X g4: 1 8. hS el ataque de las blancas se conduciria con facilidad.
1 8. De3 e x b4 19. e61
A rruz de este avance, el alfil de dama blanco es dueño absoluto de la diagonal al -h8, debilitada por las ne-
Diagrama núm. 138
gras, lo cual le permitira al blanco 21 . Ac4 ! asestar a s u enemigo u n golpe deci-sivo. Inesperado y brillante. El triunfo
19. ... Cd5
Si 1 9 . . . . • e X d3+; 20. e X d2, A X e6; 2 1 . Dh6, f6; 22. Tdg l , las blancas tambien ganan nipidamente.
20. e X f7 + T X f7
1 56
ya no tarda en l legar.
2 1 . ... c6
Única defensa. Después de 21 . . . . . C X e3 o 2 1 . . . . . D X c4 las negras recibirian mate.
22. T X d5 1 D X c4
A 22. . . . , e X dS seguiria 23. De8+, Tf8; 24. A X dS + . Ae6; 25. A X e6 + con faci l victoria.
23. DeS+ abandonan
ÍNDICE DE PARTIDAS
Alekhine-Capablana, 90. Alekhine-Eliskases, 108. Averbakh-Konstantinopolski, 84. Bogolyubov- Rubinstein. 80. Boleslavski-U fimtzev, 51. Botvinnik-Alekhine, 30. Botvinnik-Aiexander. 15. Botvinnik-Boleslavski, 25. Botvinnik-Byushev, 98. Botvinnik-Capablanca, 1 3 . Botvinnik-Chekhoves, 3 7 . Botvinnik-Donner, 32. Botvinnik-Geller, 91. Botvinnik-Kercs, 16. Botvinnik-Larsen, 92. Botvinnik-Lilicnthal, 59. Botvinnik-Panov, 36. Botvinnik-Petrosian, 106. Botvinnik-Tal, 102. Bronstein-Belyauski, 45. Bronstein-Tartakover, 34. Chekhover- Riumin. 89. Filip- Petrosian, 1 13. Forgacs-Rubinstein, 111. Furman-Klovac, 83. Furman-Polugaycvski. 44. Geller-Velimirovich. 29. Gipslis-Emma, 47. Gossip-SchitTers. 154. Gunsberg-Bardeleben. 153. Karpov- Spassky. 94. Keres-Fine, 53. Keres-Fiohr. 62. Kercs-Geller, 54. Keres-Petrov. 155. Kotov-Stcincr. 24. Kunert-Oppenrieder. 48. Kupper- Petrosian, 50. Kupreichik-Zlotnik. 49.
Larsen-Donne• , 66. Lilienthal-Botvinnik, 67. Nimzovich-Tarrasch, 104. Petrosian- Botvinnik, 41. Petrosian-Bronstein, 110. Petrosian-Fischer, 57. Petrosian-II ivitzki. 100. Petrosian-Krogins, 75. Petrosian-Tal, 56. Pillsbury-Hanem, 60. Pillsbury-Showalter, 72. Polugayevski-Klovan, 99. Polugaycvski-Spassky, 87. Portish-Fischer, 38. Rinmin-Kan, 96. Romanishin-Sveshnikov. 63 . Romanishin-Tukmakov, 64. Rosanes-Anderssen. 152. Rubinstein-N imzovich, 26. Shatzkes-Ravinski, 78. Spielmann-Henlinger, 2 7. Simagin- Razuvaev. 61. Smyslov-Bcnko, 105. Smyslov-Kcrcs, 7L. Spassky-Petrosian, 55. Spielmann-Rubinstein, 40. S te in-Tal, 33. Taimanov-Ncdzmetdinov, 82. Taimanov-Polugayevski. 19. Taimanov-Persitz. 86. Tal-V aganian, 9 5. Taracevich-Sudnitzyn. 15 1. Teichman-Chigor n, 65. Timoshchcnko-Razuvacv. 68. Trifunovic-Pirc, 85. Vaganian-Velimirovich, 28. Vecherniaia Moskva- Lectores. 1 O l . Winter-Capablanca. 43.
! 5 7
COLECC IÓN ESCAQU ES
1 2
Finales de peones. - l. Maizel is. Finales de alfil y de caballo. - Y. Averbach.
3 Teorra de finales de torre. - Lowenfish y Smyslov. 4 Teoría de aperturas, tomo 1: Abiertas. - V. N. Panov. 5 Teoría de aperturas, tomo 1 1 : Cerradas. - V. N . Panov. 6 Defensa india de rey. - P. Cherta. 7 Táctica moderna en ajedrez, tomo l . - L Pachman. 8 Táctica moderna en ajedrez. tomo 1 1 . - L Pachma n. 9 Estrategia moderna en ajedrez. - Ludek Pac h m a n .
1 0 1 1 1 2 1 3
La trampa en la apertura. - B. Wei nstein. Aperturas abiertas. - L. Pachman. Aperturas semiabiertas. - ludek Pach man. Gambito de dama. - ludek Pachman.
1 4 Aperturas cerradas. - ludek Pachman. 1 5 E l arte del sacrificio e n ajedrez. - R . Spielmann. 1 6 Cómo debe jugarse l a apertura. - A. Suetin. 1 7 Teoría de los finales de partida. - Y. Averbach. 1 8 E l arte d e l a defensa. - l l ia Kan. 1 9 Táctica del medio juego. - l . Bonda rewsky. 20 La estructura de peones centrales. - B. Pers its. 21 La perfección en el ajedrez. - Fred Reinfeld. 22 El gambito de rey. - Pau l Keres. 23 Lecturas de ajedrez. - Yuri Averbach. 24 200 celadas de apertura. - Emil Gelenczei. 25 Defensa siciliana. Variante Najdorf. - P. Cherta. 26 Ajedrez de entrenamiento. - A. Koblenz. 27 J aque mate. - Kurt R ichter. 28 Combinaciones en el medio juego. - P. A. R o m a nowsky. 29 La defensa Pire. - G. Fridshtein. 30 El sentido común en ajedrez. - E. Lasker. 31 Ajedrez elemental. - V. N. Panov. 32 La apertura catalana. - Neudstadt. 33 El ataque y la defensa. - Hans Müller. 34 Defensa siciliana. Variante Paulsen. - P. C h e rta. 35 La psicología en ajedrez. - Krogius. 36 El arte del análisis. - Paul Keres. 37 Bobby Fischer. - Pablo Morá n.
38 Partidas decisivas. - L Pachman. 39 200 partidas abiertas. - D. Bronstei n. 40 El match del siglo: Fischer-Spassky. - L. Pac h m a n . 41 ABC de las aperturas. - V. N. Panov. 42 La batalla de las ideas en ajedrez. - A. Saidy. 43 Ataques al rey. - B. F. Baranov. 44 Capablanca. - V. N. Panov. 45 Los niños prodigio del ajedrez. - P. Morá n.
46 Tablas. - L. Verjovsky. 47 Leyes fundamentales del ajedrez. - l. Kan. 48 Ajedrez y matemáticas. - Fabel, Bonsdorff y R i ihimaa . 49 El laboratorio del ajedrecista. - A. Sueti n. 50 Cómo piensan los grandes maestros. - P. Schmidt. 51 Defensa siciliana. Variante d e l Dragón. - E. Gufeld y E. Lazarev. 52 Psicología del jugador de ajedrez. - Reuben Fine.
53 Los campeonatos del mundo. De Steinitz a Alekhine. - P. Morán. 54 Los campeonatos del mundo. De Botvinnik a Fischer. - G ligoric. 55 Viaje al reino del ajedrez. - Averbach y Beil in. 56 Anatoli Karpov. - Ángel Martín. 57 Alekhine. - Kotov. 58 300 Miniaturas. - Roizman. 59 Errores típicos. - Persits y Voronkov. 60 La defensa Alekhine. - Eales y Williams. 61 Finales a rtísticos. - Kasparian. 62 Diccionario de ajedrez. - Ramón Ibero. 63 Curso de aperturas. Abiertas. - Panov y Estrin. 64 Curso de aperturas. Semiabiertas. - Panov y Estrin. 65 Curso de aperturas. Cerradas. - Panov y Estrin. 66 Defensa siciliana. Variante Scheveningen. - A. N ikitin. 67 Práctica de las aperturas. - L. Pachman. 68 Práctica del medio juego. - L. Pachman.
69 Práctica de los finales. - L. Pachma n. 70 Ajedrez y computadoras. - Pachman y Kühnmund. 71 Técnicas de ataque en ajedrez. - R. Edwards. 72 El contraataque en ajedrez. - Damski. 73 El mundo mágico de las combinaciones. - Koblenz. 74 Problemas de ajedrez. - C. Seneca. 75 Tratado de ajedrez superior. - Y. B. Estrin. 76 De la apertura a l final. - E. Mednis. 77 Fundamentos estratégicos del ajedrez. - Estrin. 78 Kasparov, campeón del mundo. - Ángel Martfn. 79 Ajedrez práctico. - R . Edwards. 80 Ajedrez magistral. - Kopec y otros. 81 Ajedrez moderno. - B. Pandolfini. 82 Ajedrez por campeones . - B. Pandolfini. 83 Defensa siciliana. Variante Sveshnikov. - Adorjan.
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