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3D UNIVERSIDAD DE MEXICO
humano se recobrará y conciencia v existencia serán unasola y I~isma realidad. En unasociedad comunista el automatismo poético, lejos de ser unaparadoja, sería el estado normal de los hombres. El trabajo se convertiría, según laconocida frase de Lenin, enarte. Y a medida que la conciencia humana sometiese laexistencia a su voluntad, todosseríamos poetas porque todosnuestros actos serían poemas,es decir, creaciones" (pp. 245Y 246).
Extraordinario el libro deOctavio Paz. Le auguramosuna amplia resonancia polémica, porque muchos no estaránde acuerdo con sus enfoques,pero no podrán dejar de reconocer en el autor a uno delos poetas y ensayistas másaltos de nuestra española lengua.
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ficar al bestial y mercantilizado homo terrenalis que florece en nuestro tiempo.
El poeta es aquel que sí lepide peras al olmo. Así lo hanproclamado los su rrealist:ls."El surrealismo -sostieneOP- no le propone tanto lacreación de .poemas como latransformación de los hombres en poemas vivientes." Lospartidarios' de esta escuelapoética, por eso, han hechouna consigna de las famosasfrases de Marx y de Rimbaud.Por eso mismo, Octavio hallegado a sostener lo siguiente: "Apenas cesen las oposiciones de clase. se liquide elEstado y la dialéctica infernaldel esclavo y el señor se resuelva en una real comunidad,se acortarán las distancias entre el hombre y los hombres,el hombre y las cosas, el hombre y su conciencia. El ser
un alejandrino, y consideraque él mismo es lo novelable,lo pictórico, lo poetizable. Elarte gana en sinceridad, encalor humano, en comunicación emotiva, pero debe renunciar a lo perfecto, a lo clásico.Por esto los románticos handejado una obra informe, conmucho de bueno y de malo.Los temas, de tendencia sombría, la falta de humorismo ycierta teatralidad buscada, definen al romántico como undesmesurado.
Souto abarca el romanticismo en conjunto, más como unacorriente ideológica y estéticaque como U1~a lista de nombres, y estudia la personal,idadromántica a través de cuatrofiguras: Goethe, Scott, Byrony Hugo.
Goethe es el Jano bifronteque mira tanto al romanticismo como al clasicismo. "Enun siglo estéril fue el únicohacedor, el único poeta". Yaen los últimos años de Goetheencontramos la definición delromanticismo como un excesopatético, como algo enfermizo.
Por lo que se refiere a Walter Scott, ¿ cabe considerar :l
este abogado apacible y burgués como a un romántico?Si nos fijamos bien, Scott nohace más que aportar el, mundo novelesco tan caro al romanticismo, pero sus novelashistóricas no están escritas ala manera romántica, no expresan el )'0 del artista, condición sine qua nOn del romántico. En la obra de Scott"alternan belleza y folletín",
TOMÁS DÍAz BARTLETT, Condisplicencia de árbol. Poemas.Dibujos de Elvira Gascón.México, 1955. 64 pp.
Pocos han intuído como Tomás Díaz Bartlett la clave delquehacer poético. Pocos hansabido, como él, no llevar laspalabras más allá de la vivencia y utilizar sólo aque].Jos elementos que han nacido en launidad del poema. Elementosno surgidos para embellecerlosa posteriori de la idea.
Así estaré despiertoy más de pie que nunca;con displicencia de árboly la pupila de agua,de agua que no pregunta y que
(sucede.
o sea: renuncia. Se renuncia a la belleza que uno nocrea, a la belleza que está ynada más. Se busca otro camino, más difícil, un caminoque ha de abrirse en un mundocontrario, a veces hostil. Haypoemas que van diciendo cosasterriblrs con un sereno fluirpoético, sin alaridos, sin choques:
El mundo se ve así, desdeadentro. El poeta, sin embargo,no ha caído en imágenes crípticas. Habla de sí mismo.-¿ cómo no, siendo poeta?-
. pero da todo.Bartlett se distingue por ese
mundo trasparentado. La forma se adelgaza para hacer visible todo lo que le bulle y leinquieta; nunca para dolersede su interioridad -soledadpor fuera-; más bien par~afirmarla.
En el libro anterior ae DíazBartlett asistíamos al despliegue de un carácter senS'ualvertido sobre la naturaleza ysobre temas ic1íl,icos. Es decir,un mundo que ya es poético,pero de una poesía demasiadoexplícita, demasi~do espectacular qu.e lo muestra todo, que nos.e .deJa buscar, que no se justIfIca con un pequeño misterio."Tiene ojos para oír y sentimientos 'para mirar", decía,con una curiosa concepciónsinestésica, Carlos Pellicer en
. el prólogo a ese primer librode Bartlett, "Bajamar".
eon displicencia de árbolnos presenta a un poeta queha vuelto los ojos y el sentimiento a otro mundo, a unmundo que no es poético, perodel cual se va extrayendo lapoesía. Poesía que se crea deuna voluntad de fortalecerseen el dolor y la soledad, en lugar de destruirse en ellos. Intuición de las cosas, de su lenguaje oculto. Espera de lasrespuestas que ineludiblementevendrán:
No; aquí mejor, por dentro,y no saber siquiera si se inflama
(un rosal.si una estrella se fuga,si se marchita el viento.
A veces,cuando me acuesto a remontar mi
(sangrey veoque de mi árbol genealógicosoy la parte que duele,le digo a mi tri~teza
que soy de las paredes,que he de usar una muerte
(indi ferente,de esas que no trasciendanmás allá de mi cuerpo ...
El cuerpo es forma de lamuerte; no hay que llevar lamuerte más allá del cuerpo.
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dice Souto; más folletín quebelleza, creemos nosotros.
Byron es el romántico-tipo,tanto en obra como en vida:más pasión que intelecto ymenos contemplación que acción. Sus creaciones están saturadas del tono romántico:vaguedad, frustración vital,melancolía, luz y sombra.
Rugo es el atleta, el cantorde lo ép1co popular, y parecebuscar más la fuerza que labelleza; describe la titánicaformación de Notre Dame, losmovimientos de las multitudes,de los pueblos; lucha por lajusticia social, por el idealcristiano, y tiende al simbolismo.
Finalm~nte, el libro repasalos doculT)entos capitales en lamateria, estudia el ambientehistórico, hace una estupendarevisión de los temas románticos, termina con un cortopanorama del romanticismo enEspaña Y' México, y presentauna buena bibliografía.
J. de la C.
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en lo que a los asuntos nacionales se refiere (dada la altaestima de la individualidad).
De estas consideraciones pasa el autor al estudio propiamente del tipo brasileño, "elhombre cordial", como el mismo lo llama, el hombre llano ycortés (con cortesía nacida,no adquirida) hospitalario,generoso, que se encara conla vida sin ambages, y que lleva su cordialidad irrespetuosa(toda cordialidad es irrespetuosa) hasta el acercamientode tú a tú casi, en el terrenoreligioso. "Lo que representasemejante actitud -dice elautor- es una transposicióncaracterística, al dominio de loreligioso, de ese horror a lasdistancias que parece constituir, por lo menos hasta ahora,el rasgo más peculiar del espíritu brasileño." ... "una religiosidad de superficie, menosatenta al sentido íntimo de lasceremonias que a su coloridoy pompa exterior"... "un cuIta que sólo apelaba a los sentimientos y a los sentidos ycasi nunca a la razón y a lavoluntad". Nada extraña, después de esto, el apogeo del positivismo o la ausencia de unamoral sólida fundada en lareligión.
Concluye el libro con importantes ideas acerca de la Revolución brasileña. El autor seenfrenta aquí con la problemática que un movimiento socialasí, implica. Sugiere que la revolución no fué un suceso determinado y circunscrito en eltiempo y en el espacio, sinomás bien, un lento proceso demaduración nacional, de desarraigamiento de Portugal para ser más auténticamente Brasil, complejamente unido a losproblemas rurales, y a ciertorudimentario e incierto "Americanismo" aún no plasmadointeriormente en el hombrecomún.
El libro es, en resumen, sincero y atrevido, hace llegar lacrítica (siempre llena de sugerencias y posibles soluciones) a sinceridades dolorosaspero necesarias, indispensablesen nuestros países tan predispuestos naturalmente a la placidez de mentiras reconfortantes y grandezas ilusorias.
A. C.
ARTURO SOUTO ALABARCE, ElRomanticismo. Editorial Patria, México, 1955. 96 pp.
Este librito, aunque desti-nado a la divulgación de algulIas ideas generales sobre elromanticismo, aporta una visión propia del tema. Nosmuestra cómo el románticorompe con una estética queestablece un estilo ideal y universal. El romántico prefieregritar donde el clásico escribe
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Como no hay que llevar lapalabra más allá de la poesía.
Se advierte a veces, no unainfluencia, sino una sutil afinidad con Rilke. Hay esa misma quietud, ese mismo silencioelocuente de lo inanimado, delas habitaciones, de los momentos que no pasan. Existenpoemas que pecan de construccionismo, esa manera de ir haciendo por yuxtaposición, porensamble de metáforas e imágenes sobre el tema, en lugarde captar imágenes y metáforas en una síntesis sensitiva detodo aquello que el tema ofrece. Poemas constru idos sonlo'\" neCfros, Invierno. Detrásde la distancia. Los otros pre~ent;:lt1 una madurez. una DrofUl1rlidad y un sentimient(l' "nehablan de' uno de los mejorespoetas nuevos de México.
J. de la C.
CARLOS GUILLERMO KOPPE.
Cartas a la Patria (Dos Cartas Alemanas sobre el México de 183 O). Ediciones Filosofía y Letras. ImprentaUniversitaria. México, '1955.146 pp.
En 1835 se publicaba la sexta edición de unas cartas deviaje, de autor anónimo. Erancatorce cartas, de las cuales lasdos últimas se refieren a México. El autor, se supo mástarde, era Carlos GuillermoKoppe, diplomático alemánque residiera dos veces en estepaís y que además de sus famosas Cartas nos ha dejado sulibro 111exicanische Zustiinde(1830-1832) Y unas notas eruditas, sobre la conquista deMéxico.
Para la traducción de lasdos cartas sobre México que,precedidas de un Estudio Preliminar de Juan A. Ortega yMedina, constituyen el libroque comentamos, se ha utilizado la edición citada al comienzo de la presente nota.
La pri mera carta empiezacon el arribo de Koppe a Veracruz y a'gunas reminiscencias de su travesía desde Nueva York, así como de los peligros que encerraba la navegación de entonces. Muchas reflexiones respecto a la política y a las costumbres y algunasnoticias históricas ilustran esta carta, la menos extensa delas dos.
La segunda carta nos muestra al extranjero menos vueltala cara a Europa. Ahora se enfrenta más di rectamente almundo que pisa y que si bienlo deslumbra también le plantea sus problemas más inmediatos. Llegar a Puebla, primero, y después a México, estoda una aventura: "Lo quehe visto y experimentado hasta aquí, resulta sin lugar a dudas más rico en experiencias
PRETEXTOSPor Andrés HENESTROSA
MlfCHOS de los grandes escrito/'es mexicallos del siglo pasado, a pesar de las varias recopilaciones 'V
reediciones qlle se han !techo de sus cscritos, /'erlllO'necen en cierto modo desconocidos. Y es que fre
cllentemen/e escribieron el/. pe1'iódicos JI revista.s de corta vida,y en UII ambiente de 'inseguridad que no les perlllitió ni siquieracoleccionar sus escritos, ni que, pasados los años, pudie·ra. l'ncontrar esas publicac'iones quien se propusiera corregir tales olll:isiones. Nuestras bihliotecas que con frecuencia no han sido otra.cosa qttl' ml'ros depósitos de libros, más estorban y desazonan alque se proponga la tarea de ir salvando para tlUl'stra bib!io.orafía las producciones descrltlocidas del s'iglo pasado. Esta h.asido en gran proporción la sllerte de Guillermo P.r·ieto. A pesarr/n lo mncho que se ha rescatado de las publicacionl's del siglox IX de sus traba/os literar'ios, a1m queda 'III.ucho disperso enlas hojas periódicas publicadas en esta Capital y en algullasprovincias, sin ir 1·nás lejos recordem.os el caso de un pequeito7Iol'¡,¡¡nen publi.cado hace un cuarto de siglo con los artículos{irmedos por "Fidel", con el nombre de San Lunes, títulodI? annella co/tmma que escribiera en esta Cilldad de México.El edit01', al seiiala7' el pequeiio volumen COII/O tomo Ir>, etarcrncnte indicó que le seguiría otro u otros. Pues bien. nunca1nás se continu,ó la se1'ie. ¿Por qué!, es cosa que nad'ie sabea ciencia cierta, pero desde luego no fue por falta de materialpara integrarlas. Se dice que la persona encargada de la recopilación no encontró manera de integrOlr el material para eltO/1l.0 se,Qundo, por lo menos, y también se dice que la casaeditom desistió de aqttel e1·npeño en vista de su escaso éxitocomercial. Pudiera ser que las dos circunstancias concurrieYall a hacer fracasar el propósito, dejando así tantas buenascosas en la sombra. En el año de 1895 se publicó en la ciudadde México, bajo la dirección del p·eriodista Victoriano Pi'mentel, un setnanario de índole pedagógica. El niño mexicano,que tuvo, C011'W es regtúar que la tengan muchas publicacionesperiódicas, efímera vida. Muy viejo, en el ocaso de su largay trabajadCA vida, don Guillermo Prieto fué invitado pamcolaborar en 1<;1 niño mexicano. El r01nancero, el coplero sinqloria .'\1 sin fortuna como a él placía llal1wrse, aceptó en/u.~:asmado la invitación, siendo recibida su colaboración conlmá:1Í1ne aplauso.
Prieto escribió allí 11-11,0. sección titulada "Galería de Niiíos Antipáticos", dentro de aquella tendencia que dió origenGl libros como Los mexicanos pintados por sí mismos y Losniños pintados por sí mismos, de décadas anteriores. Esaspiezas debidamente seleccionadas pudieron constituír, acompariadas de otrOs de similar asunto y factum, un tom,o deobras no coleccionadas y casi del todo desconocidas del aut01~
de La musa callejera.He Ciquí la ,lista de los art'íc'uios de esa Galería y posible
índice de ese volumen que alguna vez habrá de publicarse.
l. Un niño mal educado.JI. Pomposo Fachunda.
IJI. Tragoya.
IV. Papucha.V. El jurado de las Ponzoñas,
VI. Chud1ito Tentori.
VII. Los Cascarrias.
De El niño mexicano se publicaron 39 números: del 15 deseptil'mbre ,de 1895 al 28 de junio del ailo siguiente. ¡,ascolabomciones de "Fidel" aparecen en los números 11, 17,19,27,27, 28, 32 Y 34.
No todos. los artículos tenían títulos; los que carecían deél los dedujo del contexto mi amigo, el librero ~I gustadorde nuestra literatura, don Manuel García.
Si otra cosa no ag"'egara a la f01na de Guillermo Prietoesta Galería, sí podría servir para mostrar que todavía envísperas de su muerte conservaba el autor todas aquellas cualidades y defectos que fue/'on insepambles de su pluma, desdeque apareció, siendo muy joven, en la brega periodística.
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y aspectos y quizás más atrayente, que todo lo que me haacontecido en no importa dónde."
La ciudad que más impresiona a nuestro viajero es Puebla, a la cual dedica su másentusiastas palabras de admiración: "en cualquier parte delmundo esta ciudad sería juzgada hermosa. Las calle secortan en ángulo recto, tienellexce~ente empedrado y cómodas banquetas como no se encuentran en ninguna ciudadeuropea."
Con la llegada de Koppe aMéxico terminan estas cartasque, romo apunta el autor. serían un prologo a la M e,r.·icau'ischl' Zustii'l1de.
A. L.
DR. FRAY AGOSTINO GEMELLT,
O. F. M. El Psicólogo Antelos Problemas de la Psiquiatría. Traducción y Nota Preliminar del Dr. Oswaldo Robles. Ediciones Filosofía yLetras, N" 2. Imprenta Universitaria. México, 1955. 98pp.
Gemelli considera ca 111 oprincipio común a las diversasescuelas psicológicas, el mayoro menor grado de oposición ala psicología atomista del período de \iVundt que, de acuerdo con la fisiología del siglopasado, trató de limitarla a unaserie de hechos, teorías y leyes, que descartaban "la signi ficación interior de la vidapsíquica".
La reacción tendería, parael psicólogo ita~iano: primero, en reconocer que el hombre es una unidad (punto, encierta forma, aceptado por todas las escuelas) ; y, segundo.en dar razón de tal unidad.Partiendo de lo anterior, propugna una investigación queabarque "todas las actividadesdel hombre y sus variadas manifestaciones, tanto individuales, C01110 sociales; normales,como pato'ógicas". Sin embargo esta investigación no deberá confundirse, dice, con elconductismo material ista delos primeros conducti 'tas am':'ricanos.
Todo el libro es una argu,mentación para probar la unidad somatopsíquica del serhumano, que. según el autor,no quiere reconocer la psiquiatría.
Por otra parte. sostiene quela vida mental del hombre, másallá de ~us fundamentos puramente biológicos, que no lo diferenciarían de los animales,tiene una personalidad: "unaunidad indisoluble que resultade la suma de una multipljcidad de partes y culmina en unaci ma, que las resume y las armoniza".
A.L.