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    S NTÍSIM CRUZ DE

    C R V C

    25

    presente

    esti n

    el tesoro de él; sin que se haya sa-

    bido visto ni

    oi o

    decir haya hecho un tan solo mi-

    lagro en

    algun

    tiempo. No sucede así con la Santísima

    Cruz de

    Caravaca ä

    quien por la muchedumbre de sus

    milagros y por lo singular de sus maravillas unos la

    llaman por

    antonomá.sia

    la Cruz de el Milagro y otros

    la apellidan la Cruz Milagrosa. Por más de 117

    arios

    que fueron los primeros que corrieron

    despues

    de su

    milagroso aparecimiento fueron en mayor abundancia los

    prodigios de esta Santísima Cruz siendo estilo en la pro-

    videncia divina

    á

    los principios de alguna cosa que pone

    en el

    jardin

    de su Iglesia soltar más copiosamente los

    raudales de su divina misericordia al modo que el hor-

    telano perito y sabio encamina

    á

    la planta

    recien puesta

    en su pensil más abundantes las aguas de sus fuentes

    y estanques.

    21

    No he podido rastrear cuales ni cuantos fue-

    sen los milagros primeros obrados por esta Santísima

    Cruz en aquellos recientes arios que fueron las estrenas

    de sus portentos aunque si he visto papeles antiguos

    manuscritos que aseguran fueron muchos sin declarar

    el número de ellos. Y por eso es muy calificada la queja

    que se tiene de los primeros pobladores de esta villa

    de

    Caravaca

    pues no tomaron la pluma para escribir

    desde su principio los milagros de esta Santísima Cruz

    privando

    ä

    todos de estas deseadas noticias

    6

    por mi-

    lagrosas

    6

    por primeras. Pero es coman decir en esta

    villa entre sus vecinos que la mayor grandeza de esta

    soberana Cruz

    està

    en no hacer aprecio de sus mila-

    gros para escribirlos; porque son tan continuados y

    co-

    mun

    el hacerlos esta soberana reliquia que se necesi-

    taba de muchos escritores para dejar los milagros por

    memoria. Discurro

    ä

    los vecinos de esta villa en aque-

    llos tiempos con las armas de

    dia

    y noche sobre sus

    hombros y que no

    tendrian

    tiempo para contarlos ni

    lugar para escribirlos

    contentändose con regular los pro-

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      6

     

    HISTORIA SAG

     RADA DE LA

    groses

    que tenian de los moros sus enemigós por medio

    de esta Santísima Cruz, de quien más se preciaban ser

    fieles custodios que escritores apasionados. Dice el Ilus-

    trísimo Palafox *) en la historia de la China, que

    España dió más d3 cinco mil batallas en tiempo que

    sacó pocos libros á luz, no haciendo falta los libros para

    estender su monarquia. Quiero dar otra razon de dis-

    culpa por los antiguos pobladores de Caravaca, es

    que habiendo comenzado á escribir desde sus principios

    personas que vinieron á ser testigos de vista de hs ma-

    ravillas

    prodigios de esta Santísima Cruz, como fue-

    ron Zamora coronista de el Santo rey D. Fernando,

    Oncala, Canónigo que fué de Avila; por mayor obliga-

    cion tuvieron los vecinos de Caravaca guardar de los

    moros, y aun tambien de los cristianos su Santísima

    Cruz, ejercitando las armas en defensa de la fé, y su

    pàtria,

    que ejercitar las plumas en referir sus milagros:

    dejando á los estrarios el cuidado de referirlos, porque

    fuesen más creidos en cuanto dijesen.

    2

    No entrando pues, en el número de milagros

    los que obró esta Santísima Cruz desde el ario de 1232

    en que fué aparecida en este castillo, hasta el de 1348

    por ignorarse: pondré solamente los que he averiguado

    y visto desde dicho ario hasta el presente de

    1721.

    Y

    de estos pondré solo los más raros y singulares; no por-

    que en todos ellos no se halle lo prodigioso, sino por

    hallar algun término á. tanta infinidad de prodigios. No

    se graduarán por su antigüedad de tiempo, sino se iran

    poniendo de suerte que unos llamen ä otros, para dar

    perfecta noticia de lo que resta saber de esta Santísima

    Cruz, en confirmacion de lo que ya dejo dicho y en

    que muchos han tropezado. Solo falta satisfacer de an-

    temano á una duda que algunos tienen de ser tan mila-

    grosa esta soberana Cruz, habiendo en el mundo otras

    * Palaf. in

    Hist. de la

    Chin.

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    C PÍTULO II.

    Que di razones bien

    conrincentes

    de ser esta ganeßima Cruz

    de Cavaran m as milagrosa que otra alguna

    o

    es de admirar se lleve la palma en

    órden á.

     

    _

     

    acer prodigios entre todas las demás cruces

    que la cristiandad venera, la Cruz Santísima

    de Caravaca,

    cuando concurre en esta la circunstancia

    que en ninguna de todas aquellas se encuentra. Qué

    Cruz, pregunto, de cuantas adora la

    devocion

    en el

    mundo, ha sido llevada al cielo

    vuelta

    ä

    bajar por

    los Ángeles á

    la tierra? No es

    facil que esta circuns-

    tancia tan singular se halle en alguna otra Cruz de

    cuantas reverencia la cristiandad, ni aun en el universo.

    Pues la excelencia que en ninguna otra cruz se halla,

    se encuentra en esta Cruz Santísima de

    Caravaca,

    que

    fué

    bajada de el cielo por ministerio de Ángeles

     como lo demuestra el portentoso milagro que sucedió

    en prueba de esta verdad, y se contará en su lugar)

      l corte de

    Caravaca,

    donde celebraba Misa

    Chiri-

    nos, como todo más largamente consta de autores que

    trataron de este punto, y de lo que

    queda probado.

    No es mucho pues, exceda en milagros

    á

    todas las de-

    más cruces, la que

    ä

    todas excede en

    esenciones y

    privilegios. Mas que todos, dice el

    Apostol

    de las Gen-

    tes, que trabajó:

    Abundantius omnibus laboravi

    Y no

    es mucho les excediese en el trabajo,

    *) cuando tuvo la

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    13ANTfilIMA

    CRUZ DE

    CARAVACA.

     

    29

    dicha de ser llevado al tercero cielo y bajado de él

    ä

    la tierra. Excede pues en obrar milagros la Cruz

    Santísima de

    Caravaca ä

    todas las demás Cruces, cuan-

    do ella sola

    fué

    feliz, y afortunada en ser conducida

    al cielo, y ser bajada de él

    á,

    esta villa de

    Caravaca.

    Dice la V. Madre

    Mariade Jesus

    de Agreda, *)

    que

    todos los Apóstoles asistieron al felicísimo transito de

    MARIA

    Santísima nuestra Señora. Al pié de el monte

    Olivete

    es venerada una piedra, donde el

    Apostol Santo

    Tomé recibió una cinta que nuestra Señora le arrojó

    desde lo alto de el cielo, obradora que

    fué

    de grandes

    milagros. **)

    Pues si una cinta por tenerla en sus manos

    MARIA

    Santísima nuestra Señora,

    ser bajada de el

    cielo

    á

    una piedra, hizo tan inmensos milagros, sobran

    las razones á

    la Cruz Santísima de

    Caravaca, para obrar

    mas prodigios que otras Cruces, por

    haberla

    tenido

    Cristo bien nuestro en sus espaldas,

    haber sido en-

    viada desde los cielos

    á,

    esta tierra de

    Caravaca.

    213

    En la provincia de

    Calabria

    está Soriano, al-

    dea pobre en los anales pero ya ilustre por el concurso

    de los fieles. Aquí pues, avisada de el cielo la esclare-

    cida

    Religion

    de predicadores fundó un Santuario para

    el refugio de pecadores y consuelo de afligidos.

    Poblá-

    ronle

    cuatro Religiosos, y

    ä

    uno de ellos, que era el

    que cuidaba del Templo, una señora acompañada de otras

    dos, en el silencio de la noche le ofreció un lienzo, di-

    ciéndole: «Di á,

    tu prelado, que este es Retrato de

    Guz-

    man

    Patriarca, que le coloquen en este sitio, y le ve-

    neren como

    traido

    de el cielo.» Tantos milagros ha hecho

      hace esta

    Imágen,

    y retrato, que si los de mi padre

    Santo Domingo se

    podian

    escribir, los de su

    imägen no

    se pueden numerar. Los demonios le temen, las enfer-

    medades huyen,

    103

    elementos se detienen

    las fieras

    se postran y rinden. Y esto no es lo mas, si que la

    ma-

     Madre

    Maria

    de Agreda p.

    3. 1. 8.

    c. 19.

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    230

     

    IISTORIA

    SAGRADA DE LA

    yor

    maravilla está, en que otras copias imperfectas

    de

    estampas de papel que imitan

    á

    aquella de Soriano, obran

    en virtud de este original los mismos milagros, de suer-

    te, que no solo la Imágen,

    sino la

    imágen

    de la

    imägen

    de el Santo Patriarca es

    milagrosisima.

    Toda esta vir-

    tud de hacer milagros la tiene por haber sido bajada de

    los cielos en manos de esta Señora, que

    fué

    la Reina

    de los Ángeles

    MARIA

    Santísima. Si esta Cruz de

    Ca-

    ravaca

    no solo recibió al Hijo de Dios vivo, y murió

    en ella,

    sinó

    que de los cielos la descendieron los Án-

    geles

    á

    esta tierra; qué mucho sea tan milagrosa, no

    sola ella,

    sinó

    también las imágenes de ella misma. Aquel

    Angel

    *)

    que descendió al horno

    á,

    refrenar el fuego,

    para que los niños no se abrasasen, advirtió el texto

    que era un retrato de el Hijo de Dios en su rostro. Y

    no es fin misterio el que este Angel vista la semejan-

    za de el Hijo de Dios cuando obra en el horno tan

    estupendo milagro. Al Hijo de Dios le conviene ser ima-

    gen de el padre,

    de la naturaleza divina, que dijo

    San Pablo. Con que si el Angel en su rostro trae la

    semejanza del Hijo de Dios,

    **)

    el Angel será

    irnágen

    de la

    imágen

    de Dios: y esta imagen es la que obra

    la maravilla y milagro de refrenar el fuego. Así no solo

    la Cruz Santísima, en que Jesucristo murió y se apa-

    reció en este castillo de

    Caravaca

    es la que ha de obrar

    continuos milagros, sino

    tambien

    las imágenes suyas he-

    chas

    á

    su semejanza de cuatro brazos.

    214

    Comparemos

    yá la Cruz venerable de

    Caravaca

    no con las demás cruces de todo el mundo, sino consi-

    go misma, y veremos más

    á,

    las claras como el ser tan

    milagrosa depende de haber estado en el cielo. Por más

    de 900

    arios estuvo en

    Jerusalen

    esta Santísima Cruz

    y

    ningun

    autor escribe hiciese milagro alguno por tan-

    tos siglos, menos el haberse repetidas veces ausentado de

     

    Daniel. cap.

    3.

    y

     

    92.

    ** Roman.

    cap.

    8.

    v 29.

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    SANTÍSIMA CRUZ DE CARAVACA.

     

    31

    el altar de su capilla, que tenia en la Iglesia de la

    pasion

    por otra parte vemos que ha hecho tantos pro-

    digios,

    y c d

    dia

    hace raras maravillas en

    Caravaca,

    como consta de la

    tradiccion,

    de lo público y de las his-

    torias. Pues

    ä

    qué causa hemos de atribuir tan mara-

    villosos efectos, sino al haber estado en el cielo? Al

    Eterno Padre pintan con una cruz sobre la

    ti r y

    con

    otra cruz sobre el globo de el universo, que tiene en

    su siniestra: Tengo éste por el mejor diseño de la Cruz

    Santísima de

    Caravaca,

    que se compone de dos Cruces.

    Y

    ftté

    decirnos con esta pintura, se excede tanto

    ä

    misma en prodigios y maravillas esta Cruz Santísima

    de laravaca

    estando en ella,

    cuando estuvo en Je-

    rusalen,

    como excede la que trairà

    Cristo nuestro bien

    cuando venga

    ä

    juzgar al mundo,

    ä

    las demás Cruces:

    (*)

    pues

    ä

    aquella la llama el sagrado texto un puro milagro,

    6

    signo y dice que

    serà

    aparecida:

    **)

    señales todas

    de esta Cruz Santísima de

    Caravaca;

    la cual no

    fué

    halla-

    da, ni

    fué

    ensalzada, sino solo aparecida. Mas es de re-

    parar, que deseando expresar la causa de ser tan mila-

    grosa la Cruz con que vendrá Cristo, añade el texto,

    que esa Cruz se verá en el cielo. Como quien dice: No

    fuera tan milagrosa esa Cruz, sino fuera vista bajar de

    el cielo

    á

    la tierra. Solo quede por asentado que en

    órden ä

    hacer milagros se lleva la corona entre todas

    las demás cruces, esta Santísima de

    Caravaca,

    por ser

    bajada de el cielo, para obrar portentos. Y pues es ya

    llegado el tiempo de que estos se refieran, doy principio

    por el que obró en abono suyo.

     e.=

    t.? C

    o

    _ jv-

     

    ö

    *- S.

    Math.

    24.

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    CAPÍTULO ILI.

    JVIilagro

    de la Santísima Cruz en apoyo de que fui bajada

    de el Cielo

    NTÍGUA

    cuestion

    ha sido más de la devocion que

    de las letras sobre si esta Sagrada Cruz fué

    traida de algun lugar 6 parte de la tierra 6 .

    firé bajada de el cielo. Queda dicho con el corriente de

    los autores que la tomaron de Jerusalen los ángeles de

    el pecho de el Patriarca Roberto que la traía por pec-

    toral. Mas resta saber si habiéndola tomado en Jeru-

    salen la trajeron inmediatamente ä Caravaca 6 si antes

    de traerla ä Caravaca subieron con ella al cielo de

    suerte que desde Jerusalen la subiesen al cielo y desde

    el cielo bajasen con ella ä Caravaca. Estuvo sin decidirse

    esta cuestion muchos siglos afirmando unos que si y

    otros que nó; hasta que el ario de

    1620

    la misma Cruz

    Santísima obró el siguiente prodigio en apoyo de sí mis-

    ma resolviendo la cnestion que tan fatigados traia á

    sus devotos y coronistas. Sucedió en el dicho año que

    pidiendo limosna un viernes para esta Santísima

    Cruz

    su mayordomo en un morrion como en aquellos tiem-

    pos era costumbre que duró por muchos arios: como fue-

    se de calle en calle y de casa en casa se encontró acaso

    en una de las calles de aquella villa con un forastero

    á quien por lo bien apersonado y no menos decente en

    el vestido le pidió limosna para el mayor culto y ve-

    neracion de esta preciosa reliquia: usó de las palabras

    más piadosas que pudo y para más obligarle á que diese

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    SANTÍSIMA CRUZ DE C R V C

    33

    alguna buena dádiva, que se prometía, le propuso en

    la peticion varios motivos, y asimismo el haber ba-

    jado de el cielo, diciéndole: «Señor mio, sírvase v. md.

    de dar una limosna para esta Santísima Cruz de Ca-

    ra

    y

    ara, que sobre lo milagrosa que es, tiene el esmalte

    precioso de ser bajada de el cielo por ministerio de

    Ángeles.» Detúvose el forastero, más con ánimo de dis-

    putar con el mayordomo, que con deseo de dar limos-

    na y así habiéndole oído, dijo: «De ninguna Cruz hecha

    de el santo madero he oído haya sido subida al cielo

    y bajada de él:

    así en ningun tiempo creeré, que

    esta Cruz de Caravaca, aunque en todas partes de el

    mundo tan afamada por sus milagros y maravillas, haya

    sido llevada desde Jerusalén al cielo, como unos dicen

    y traida desde el cielo ä Caravaca, como otros cuentan.»

    216

    Pues aunque de otras Cruces no haya oído, ni

    leido v. md. tal cosa, añadió el devoto mayordomo, de

    esta Cruz Santísima de Caravaca, no tiene v. m

    & que

    dudar, que los Ángeles la tomaron de el pecho de el

    Patriarca Roberto en Jerusalén, y habiéndola subido al

    cielo, la bajaron desde allí á esta villa. Así lo dicen

    personas doctas y religiosas: y así lo juzgamos los ve-

    cinos de Caravaca, por tradicion de padres

    à

    hijos y

    que los Ángeles que la trajeron, lo dijeron; y así pue-

    de . v. md. tenerlo por cosa cierta y muy asentada. Qué

    entendemos por asentado y cierto? instó el incrédulo

    forastero, cuya incredulidad nos aprovechó en su modo

    tanto como la incredulidad de Santo Tomás Apóstol

    en Orden ä la Resurreccion de Cristo. Creeré yo que

    los Ángeles la subieron y la bajaron de el Cielo, cuan-

    do vea que ese morrion, 6 casco que es de hierro, y

    en que vá pidiendo limosna, se convierta en plata. Oh

    singular prodigio de el Omnipotente brazo No bien aca-

    bó de pronunciar el forastero aquellas últimas claúsu-

    las, cuando el casco que todo era de hierro, se coevir-

    tió al punto en tersa y bruñida plata.

    2 7 Quedironse

    admirados el forastero y mayordomo,

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      4

     

    LISTORLt SAGRADA DE LA

    y otros que allí se hallaron,

    á vista de una maravilla

    tan singular, concurriendo mucha gente á ver tal pro-

    digio. Y subiendo todos al castillo,

    á dar las debidas

    gracias

    á

    Dios, por este milagro tan prodigioso, obrado

    en abono de esta Santísima Cruz; el forastero se ofreció

    por devoto suyo toda su vida, quedándose por algunos

    dias en esta villa, frecuentando el visitarla en su altar

    y dejándola al pronto una buena manda para sus ador-

    nos

    mayor culto. El mayordomo se esmeró cada

    dia

    más en servirla y festejarla; y creciendo en todos la

    devocion á

    este Celestial Madero,

    tan cierta de ha-

    ber sido bajada de el cielo por manos de

    paraninfos

    divinos. De este casco que debía conservarse engasta-

    do en perlas preciosas, se hicieron por

    órden de esta

    villa muchas cruces, que enviaron

    ä

    diversos prínci-

    pes y señores, y de ellas se conservan algunas, que

    tienen vecinos de Caravaca,

    con nombre de Cruces de

    el Casco, tan estimadas de quien las tiene, que apenas

    las dejan ver,

    ó

    porque no se las pidan,

    6

    por no

    verse en circunstancias de darlas.

    2 8

    No llegó á

    tener noticia de este prodigio un

    a u

    tor de nuestros tiempos, y así se arrojó

    á

    decir:

    *)

    que

    nadie presuma asegurar, definir y determinar de donde

    fué traida

    la Santísima Cruz de

    Caravaca;

    cuando

    le sobra

    äAsta haber sido traída por Ángeles, para

    grangearse

    de todo el inundo veneraciones

    cultos.

    Es verdad que son sobrados estos motivos para ser de

    todos muy estimada. Pero queremos no se le quiten

    los realces que la dió

    el cielo para robar los corazones

    de todos.

    **)

    Sabroso pan les fué á los hebreos el

    maná en el desierto, por haber intervenido los Ángeles,

    ó

    en amasarle,

    6 en trarle; mas el saber que era pan

    bajado de el cielo, les añadió nuevos sainetes

    sus

    ape-

    * Papebro.

    in vita.

    S .

    Ford. Regia.

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    SANTISIMA

    CRUZ bE CARAVACA

    35

    titos,

    y estiuíacion. *) Grandes veneraciones se conci-

    lia esta Santísima Cruz, por ser formada, y por ser traída

    de Ángeles, en que conviene con otras muchas cruces

    que hay en el mundo, como la que al Rey D. Alfon-

    so el Cado le fabricaron dos Ángeles, que en

    trage de

    peregrino

    de plateros le envió Dios para componerla;

    pero esta circunstancia tan singular y propia sola de

    la Cruz Santísima de Caravaca, con las demás que dejo

    dichas, la hacen tan apreciable en el mundo, que arras-

    tra á sí los corazones de el universo, **) desterran-

    do de ellos las culpas con aviscis eficacísimos, como se

    verá mas adelante en casos especiales que diré, y des-

    terrando tambien y expeliendo á los enemigos de nues-

    tra santa fé, para que no introduzcan errores con sus

    depravadas sectas y costumbres. Dice Fr. Jayme Bleda,

    tratando de la justa expulsion de los moriscos de Espa-

    ña; que para mostrar la venerable Cruz que ella fué la

    que arrancó de este reino á sus enemigos, en la última

    embarcacion que se hizo de los de A ragon en los Al-

    faques, apareció la noche antes en el cielo una hermo-

    sa Cruz de Caravac a blanca y resplandeciente. Tanto

    es el poder de esta Santísima Cruz, y tanta la devocion

    que así atrae, que muchos no contentos con venerar-

    la y envidiarla, han pretendido llevársela consigo, con

    singulares sucesos que á los agresores acontecieron.

    * Angelorum esca nutrivisti populum tuum, et paratus panem

    de

    codo

    prfflstitisti

    ** Zepeda

    lib. 3 e.

    1

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    13/217

    CAPÍTULO IV.

    gurbau

    la Cruz

    gantísima

    de *tranca, y se

    n ire

    t i su Ca pilla.

    UVO Cosroas

    rey de los persas, atrevimiento para

    hurtar la Cruz de Cristo de el monte calvario,

     

    llevársela

    á,

    Persia; y hubo

    t ambien

    m uc ho s

    C o sr o a s

    que hurtaron esta Santísima Cruz, Como tan

    una misma con la de Cristo. Si bien con sucesos encon-

    trados:. porque si aquella Cruz

    despues

    de catorce arios

    fué

    restituida por

    Heraclio

    Emperador

    á.

    su lugar de

    donde

    fué

    tomada; ésta de

    Caravaca

    se volvió ella mis-

    ma

    al sitio donde

    fué

    hurtada, sin necesitar de

    agenos

    brazos, la que se halla con cuatro.

    Fué

    costumbre en

    tiempos antiguos, quedase en guardia de la Santísima

    Cruz en su Capilla una persona honrada

    de conf ian za

    vecino que fuera de

    Caravaca

    quien toda la noche es-

    tuviese en vela hecho un argos en defensa de esta San-

    tísima Cruz: porque como en aquel desgraciado tiempo

    estaban los m oros granadinos tan

    á

    la puerta, necesitaban

    los vecinos de esta villa andar

    á

    todas horas con las ar-

    mas en las manos, ya para defender de ellos la villa,

    ya para seguridad de esta Cruz Santísima.

    Despues de

    tantos cuidados

    prevenciones, lo que no pudieron hacer

    los moros, llegaron á

    ejecutar los cristianos, debiendo ha-

    ber puesto los de esta villa mucho más cuidado en guar-

    dar esta

    S o b b r a n a

    Cruz de los fieles,

    que se tienen

    por tales, que de los moros, por más domésticos

    ca-

    seros, sabiendo sale en el monte quien le quema

    abrasa.

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    SANTÍSIMA CRUZ DE CARAVACA.

     

    8

    z obispo de Toledo

    l

    Cardenal D.

    Juan de

    Tabera, 4)

    que el venerable y sabio

    Cabildo de aquella Iglesia Pri-

    mada de las Espalas, procuró con celo santo y devoto

    posibles con los dos Cabildos Eclesiástico

    Secular de

    esta villa de Caravaca, y viendo cerradas todas las puer-

    tas al logro de sus deseos, determinó conseguir por mafia

    lo que no podia alcanzar de grado. Envió desde aquella

    imperial ciudad un personage de cuenta, como el caso

    lo requeria, que dicen era Canónigo

    dignidad de aque-

    lla Iglesia, quien sabiendo introducirse con sagacidad,

    y su trato con los vecinos de esta villa de Caravaca,

    buscase ocasion de coger la Santísima Cruz, y llevársela

    á Toledo para tenerla en aquel Templo magestuoso y

    rico, con la decencia que tan preciosa Reliquia pile. Lle-

    gado que fué á esta villa el Clérigo honrado, supo ganar

    tanto las voluntades de todos, que á poco tiempo le en-

    tregaron la sacristia de la Parroquial, que estaba entonces

    donde al presente se halla la Ermita de la Soledad, y

    despues viendo todos su ajustado proceder, le dieron el

    cuidado de la Capilla de la Santísima Cruz. Singulares

    tiempos debian de ser aquellos, pues de Canónigo de To-

    ledo se subia á ser sacristan en la villa de Caravaca.

    Pero qué no hará una mal regida pasion Ciega esta

    II

    los sugetos en quien se halla; y como llegue á lograr

    deseos, no reparará en abatimientos.

    22

    Ya contaba seis años de sacristan

    Capellan de

    la Santísima Cruz, cuando una noche le cupo ä Alonso

    Sanchez, vecino honrado de Caravaca, el velar la Santa

    Reliquia: fuéle preciso ausentarse de la Capilla por corto

    tiempo ä cierta diligencia que le instaba; y así suplicó

    al Clérigo con palabras cortesanas, se sirviese de quedar

    allí en guarda de la Santísima Cruz, mientras él volvia,

    que seria con brevedad. El buen Clérigo, que no nece-

    sitaba de tanta súplica, por estar deseando aquel lance,

    * Corbalan lib

    2 capit 3

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      38

     

    ISTORI S GR D DE L

    pareciéndole

    era aquella la ocasion mejor para lograr sus

    intentos por estar la Santísima Cruz tan ä mano que

    de ordinario estaba en una cajita sobre el altar de su

    Capilla alargó la vista por toda ella y hallándose solo

    se cercó al altar; estendió su mano sacrílega tomó la

    cajita con la Cruz Santísima; entróla en una rica bolsa

    que tenia prevenida; salióse al punto de la Capilla de

    el castillo y

    de la villa tomando el camino de la villa

    de Moratalla para la ciudad de Toledo. Llegó ä Almo-

    nacid y queriendo darse un alegron con ver el tesoro

    que llevaba abrió la caja y no halló en ella sino los

    papeles originales de su santo aparecimiento y milagros

    que nunca más se han vuelto á ver en esta villa.

     

    Cuando Alonso Sanchez volvió de su diligencia

    y echó menos la Cruz Santísima fité increible su senti-

    miento. Dió aviso de tan gran pérdida á la villa quien

    viendo no parecía por todo el lugar dicho Sacerdote le

    dieron por ladron de su gran Reliquia y se despacharon

    con toda la brevedad que pedia el caso personas de á

    caballo y de á pié por diferentes caminos para cogerle

    pero ninguno pudo hallarle. Entre tanta turbacion y

    desconsuelo como padecian todos los vecinos de esta villa;

    llegó un hidalgo que venia de la de Moratalla de donde

    era natural y viendo la tribulacion en que estaban to-

    dos les dijo acababa de ver á la Santísima Cruz entre

    dos lucidas antorchas en lo alto de la cuesta que hasta

    hoy llaman de las Cruces donde al presente se vé caida

    una Ermita de Santa Bárbara; y así que todos se con-

    solasen si la falta de su Soberana Cruz los tenia tristes.

    Alegre el pueblo con este aviso fueron el Cura

    rigos de esta villa y un Clérigo que habia estrangero

    en devota procesion cantando las letanias y los más

    vecinos de este lugar y hallaron en el sitio ya dicho

    la Santísima Cruz que tomándola el Preste en sus manos

    y continuando la procesion con mucho gozo y alegria

    de todos y no con pocas lágrimas; fué restituida á este

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    16/217

    7 zr-.

    SANTÍSIMA CRUZ DE

    C R V C

    39

    aquel mismo sitio en que la hallaron y fué frente de la

    dicha Ermita, mediando el camino que se lleva desde esta

    villa á la de Moratalla; brotó una helicona fuente, que

    duró por muchos arios franqueando aguas milagrosas y

    saludables, hasta que vino á secarse, por cierto desacato

    que allí mismo sucedió. Puso despues pleito esta villa de

    Caravaca ä el Cabildo de Toledo, pidiendo las escrituras

    y papeles originales que se llevó robadas el Clérigo, quien

    por no confesar delito tan feo, nunca los quiso entre-

    gar. Siguió este pleito Hernan Lopez, Clérigo natural de

    esta villa, año de 1554, y en dos arios que asistió á él

    en la Corte, que estaba entonces en Valle-dolid, puso

    el caso en tan buenos términos, que sino muriera por

    aquel tiempo D. Fernando Niño, Presidente de el Con-

    sejo, le hubiera concluido á favor de apesta villa. Tomó

    gustoso este trabajo, por ser muy devoto de esta San-

    tísima Cruz. á, quien hizo heredera de todos los bienes

    despues de sus dias, que fueron muchos, pues se los

    alargó el cielo por esta devotísima Cruz ä casi cien arios

    que vivió, en pago de los pasos que diö por ella.

    223

    Quién no vé yá en uno tantos milagros y pro-

    digios; ya de salirse esta Soberana Cruz de la caja en

    que se hallaba, y de la bolsa en que el Clérigo la

    llevaba; ya de volverse ella misma; ya de venir con

    luces celestiales que la alumbrasen; yá, de hacer brotase

    una cristalina fuente, donde se paró para que fuesen

    por ella? Tan milagrosa es esta Santísima Cruz, que

    no hace los milagros uno por uno, sinó- muchos á mu-

    chos, en prueba

    de

    el poder que la dieron tan grande

    para hacer toda suerte de maravillas. Solo se debe ad-

    mirar en este suceso, fuese tan piadosa con el Cléri-

    go, que al estender la mano para cogerla, no se la

    secase, como

    á Oza *) cuando estendió su brazo para

    detener el Arca de el Testamento. Pero adviertan cuan-

    tos intentaren semejante atrevimiento de

    llevarse hur-

      2

    Reg. 6

    v.

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    17/217

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    SANTÍSIMA CRUZ DE

    C R V C

    4

    decir alguno, y era mas natural sucediese, que viéndose

    esta villa sin los papeles originales de el milagroso apa-

    recimiento de esta Soberana Cruz, que con ella

    habian

    hurtado, se juntasen, y tomando por

    testimonio este

    hurto, con los dichos de las personas más ancianas de

    Caravaca en órden ä lo que habian oido

    de sus padres,

    abuelos y mayores, tocante al aparecimiento de esta Cruz

    Santísima y de sus milagros, y de todo eso formasen la

    relacion que hay auténtica desde el año de

    1554. Al

    modo que en tiempo de las comunidades, que tan perju-

    diciales fueron

    á

    toda España, faltaron en la ciudad de

    Cartagena los libros de sus primeros pobladores, y los

    anales de las hazañas de aquellos nobilísimos ciudada-

    nos, y para que no se perdiese tanta nobleza como

    habia

    en aquella ciudad, se hizo un

    padron

    de los caballeros

    hidalgos, *)

    que hoy viven descendientes de los primeros

    pobladores, tomando los dichos de las personas más an-

    cianas, de que se formó el

    Noviliario

    de aquella ciudad

     n

    25

    de Enero de

    1601

    por orden de el Rey Felipe

    III;

    con cuya traza se resarció tan crecida pérdida de pa-

    peles. Esto pues, que alguno podía decir, no pudo ser,

    como se dir

    à

     al capitulo quinto de el libro quinto.

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    CAPÍTULO V.

    Castes

    en un pastor que hurtó la Cruz de Carencia,

    y

    en un platero, que al engastarla hurtó unas partículas de ella.

    vigilantes pastores quiso ser en el portal de

    Belen venerado Cristo, *) dándole con los Án-

    geles repetidos parabienes de su feliz nacimiento;

    y de otro humilde pastor permitió su divina MageStad

    fuese adorada su Cruz Santísima de Caravaca de el modo

    que diré: Estaba esta preciosa Reliquia en su caja sobre

    el altar de su pequeña

    primitiva Capilla, y entró ä

    adorarla un pastor con su cayado y zurron, vestido de

    unas pieles. No sospechó el Capellan mayor al verle, cu-

    piese malicia alguna en quien por verle vestido de age-

    nas pieles podia presumirse cualquier engaño, como su-

    cedió á

    Jacob,

    que disimulando con el ropage de unos

    cabritos ya muertos, quitó el mayorazgo á

    Esau

    su her-

    mano. **) Franqueóle en fin la Capilla al que juzgaba sen-

    cillo por lo que mostraba de rústico, y hallándose este solo

    y señor de el sitio, se acerca con no medrosos pasos al

    Santa Sanctorum, donde estaba esta preciosísima joya,

    en vez de ofrecerla inciensos de oraciones y súplicas, la

    tomó de la caja en que estaba, la entró dentro de su zu-

    non, y con todo disimulo se salió de la Capilla con pasos

    lentos, procurando con diligencia no ser sentido: logrados

    ya sus deseos, salió por la puerta de el castillo,

    des

    Lun. cap.

    2.

    v.

    15 .

     

    Genes. c.

    27.

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    20/217

    S NifSIM

    CRUZ DE

    CARAVACA.

     

    43

    pues por una de las cercas de

    Caravaca, caminando ya

    como quien

    corria häcia

    la ciudad de Lorca: llegando

    ä

    la entrada de la heredad de Santa Inés, que de presente

    es de los Jesuitas, comenzó

    ä sentirse tan fatigado, que

    .y a

    le

    parecia

    ser la carga que llevaba muy superior

    á

    sus

    fuerzas:

    paróse ä

    reconocer la causa de su fatiga, qui-

    tándose el

    zurron

    que llevaba al hombro, le puso sobre la

    tierra, y al abrirle, ¡prodigio raro le halló lleno de pie-

    dras; la Cruz desapareció, volviéndose

    ä

    su Capilla, y el

    pastor reventó allí mismo, pagando eón la vida su atre-

    vimiento.

      6

    En memoria de este lamentable suceso, se puso

    en el mismo sitio una grande Cruz de madera, que duró

    hasta los arios de

    1530,

    y el pago más cercano al dicho

    camino se llama hasta nuestros tiempos el pago de la

    Cruz, *)

    en memoria de este suceso. Con semejante cas-

    tigo ejecutado en este miserable pastor, se volvió

    á

    su

    Capilla la Cruz Santísima, donde ya la

    habia

    echado Me-

    nos su

    Capellan

    mayor, que

    sospechándose

    el hurto de

    el pastor, se confirmó más en su

    dictämen

    por las no-

    ticias ciertas que le trajeron los que ya eran

    sabidores

    de semejante

    osadia,

    y quedando para adelante más avi-

    sado,

    fué

    más fiel custodia de esta preciosa Reliquia, pu-

    blicando tan singular acaecimiento, para que escarmienten

    otros en no atreverse

    á

    tocar con semejante deseo esta

    Soberana Cruz, que con tales demostraciones ha que-

    rido Dios darnos

    á

    entender eligió por su morada esta

    villa.

    (**)

    Este milagro quiere

    algun

    autor confundirle

    con el milagro de el Sacerdote; pero ni las personas, ni

    los sucesos, ni los tiempos, lo permiten.

    las personas;

    porque el primero sucedió

    á

    un Sacerdote, y el segundo

    ä

    un pastor; y si es impropio el imaginar tuviese el

    Sacerdote un

    zurron

    tan

    ä

    la mano para entrar en él

    á •

    la Sagrada Cruz; parece más natural tuviese como

     

    M ata libr. 2. c. 17.

    ** Corbalan.

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    21/217

     

    ISTORI S GR D DE L

    tenia, una rica bolsa prevenida, donde acostumbran los

    Sacerdotes tener sus sobrepellices, y más siendo como

    era Canónigo y dignidad de la Santa Iglesia de

    Toledo.

    N 6

    los sucesos; porque al pararse el Sacerdote cerca de

    Almonacid á

    abrir la bolsa rica donde llevaba la Cruz

    Santísima, ni reventó, ni murió en el sitio, sino solo

    halló, que la Santísima Cruz se había desaparecido, ha-

    llando solamente los papeles, que le sirvieron de testigos

    de su encargo para con el Cabildo Eclesiástico de Tole-

    do. Pero cuando el pastor quiso dejar el gran peso que

    • sen tia en el zurron,

    le halló lleno de piedras

    quedó

    allí muerto. Nó

    los tiempos, en fin; porque este segando

      milagro le refiere

    Oncala

    quien no

    habia

    escrito cuan-

    do sucedió el primer prodigio, con quien no pudo equi-

    vocar este segundo.

    227 Dos veces

    fué

    hurtada, como consta de lo dicho,

    y de el capítulo antecedente, esta Santísima Cruz, en

    que manifestaron los hijos de

    Caravaca el dolor y sen-

    timiento grande con que sus corazones fueron oprimidos:

    pues habiendo Dios

    dádoles

    libertad por , medio de ella,

    faltándoles tan precioso tesoro, pudieran temerse otros

    mayores trabajos. Maravillosamente se volvió, no dejan-

    do sin castigo

    á .

    los atrevidos, que tan sacrílego delito

    cometieron. En una y otra

    ocasion

    dieron gracias

    ä

    la

    Magestad

    soberana por lo misericordiosa y liberal que

    se mostraba con ellos. Todo el salmo setenta y tres lo

    compuso David

    (*) manifestando

    á Dios el sentimiento

    y dolor que su pueblo padecía

    despues de haberlo saca-

    do de tan penosa esclavitud en que se

    habia

    hallado

    per haberles faltado el arca de el Testamento.

    Resti-

    tuyósela

    Dios, y habiéndole dado gracias por tan singu-

    lar beneficio, pide David castigue el atrevimiento, levan-

    tando la mano de su poder y

    justicia. Restituyó Dios

    esta Santísima Cruz

    á Caravaca,

    donde

    habia

    tomado

    su asiento;

    y s

    al Sacerdote, que fue el primero que

     *) Pal. 33.

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    22/217

    SANTI

    SIMA CRUZ DE CARAVACA

    45

    se la llevaba le castigó con volverse á esta villa para

    que con toda solemnidad fuera llevada á su Capilla ; al

    pastor le sentó tambien la mano que como ä otro Oza

    que tuvo atrevimiento de tocar el arca misteriosa le

    quitó luego la vida.

      8

    Sentado por cosa cierta fueron dos distintos es-

    tos milagros causa mayores admiraciones que las ya di-

    chas los castigos que hace esta Cruz Santísima no solo

    en quien la hurta entera sino ä quien la usurpa al-

    guna cosa por mínima que sea. Gran testimonio nos dió

    de esta verdad el ario de

    1630

    Determinó esta villa

    esmerada siempre en los mayores cultos y aseos de esta

    Soberana Cruz engastarla en oro fino para su mayor

    decencia. Trajo á este fin de Murcia á Luis de Córdoba

    maestro primoroso de marzoneria para formar el engas-

    te en que brillase la maestría y el arte. Habiéndo este

    llegado á esta villa se le señaló de posada un cuarto

    que es la torre que llaman Chacona de este castillo;

    dando principio á su obra tomó con un compás las me-

    didas á la Santísima Cruz en que gastó mucho tiempo

    por ser propiedad de esta sagrada Reliquia hacerse unas

    veces mayor y otras menor no hallando punto fijo en

    cuantas medidas se le han tomado como sucede con la

    copa de el Cáliz en que Cristo Señor nuestro instituyó

    el Santísimo Sacramento

    se guarda en la ciudad de

    Valencia. Esta propiedad y maravilla que tiene esta Sa-

    grada Cruz de hacerse unas veces mayor

    otras menor

    si atendemos á la antigüedad dice Gervasio la tuvo el

    leño de que se formó. Este leño de que se formé la Cruz

    en que Cristo murió dice la antigüedad fué desprecia-

    do y arrojado como inepto para la fábrica de el Tem-

    plo que edificó Salomon; pues por diligencias que hicieron

    los artífices y maestros nunca pudieron ajustarlo aun-

    que tomaban las medidas

     

    ya por mäs largo ya por más

    corto. Caminaba la reina Sabit á ver á Salomón y vió

    en espíritu que en aquel madero ó palo despreciado ha-

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    246

     

    EMORIA SAGRADA DE LA

    dios se habia de acabar y destruir;

    visó de esto

    ä Sa-

    lomón, el que temeroso le escondió en lo Uds profundo

    que pudo de las entrañas de la tierra. Pero acercándose

    la venida de Cristo, y redencion de el género humano,

    se apareció este mismo leño nadando

    bailando las aguas

    de la Piscina que tantos milagros obraba; como los obra

    esta Santísima Cruz con el agua y vino, en que se ba-

    ria todos los arios en su festividad de tres de Mayo,

    con diversas aguas que muy frecuentemente se tocan á

    ella para enfermos de todai dolencias.

      9

    Tomadas en fin las medidas á esta Santísima Cruz

    como mejor se pudo, y habiéndose hecho el engaste-que

    salió muy precioso

    y

    hoy lo tienen los Excelentísimos

    Señores Duques de Montalto, por otro que dió en el ario

    de

    1711

    el Excelentísimo Señor D. Fernando de Aragón,

    y se dirá despues al poner en aquel engaste la Santísi-

    ma Cruz, cayeron sobre unos papeles blancos unas partí-

    culas pequeñas, que aun no llegaban al tamaño de los

    polvos que comunmente se buscan para cartas. Con la

    ocasion de haber sabido en Murcia ä lo que venia Luis

    de Córdoba ä esta villa de Caravaca, de donde era natu-

    ral, y tenía sus padres y parientes, de que hoy hay larga

    descendencia; le pidieron con grande encarecimiento mu-

    chos caballeros y personas principales de aquella noble

    ciudad, no se volviese sin llevarles alguna cosa propia

    de la milagrosa Cruz. Acordóse de estas encomiendas,

    deseoso de dar gusto á tantas personas nobles, tuvo mo-

    do de recoger algunas de aquellas partículas, aunque pe-

    queñas, en uno de los papeles que estaban sobre el Ara

    de el Altar, donde se hizo esta obra. Alzado ya dicho pa-

    pel con estas partículas, y teniéndole bien guardado, se

    retiró á, su cuarto que estaba, como queda dicho, y hoy

    permanece en la torre Chacona, donde trabajó dos meses,

     

    llegada la hora para dormir, se acostó sano

    bueno

    hallóse ä la media noche como embarado, sin ser señor,

    ni dueño de sus acciones ni persona, daba voces que in-

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    24/217

    SANTÍSIMA CRUZ DE CARAVACA

    7

    manifestaba lo grave de el accidente que

    maltrataba. Acudió

    á los lamentos el

    Capellan

    mayor

    sin habla, hizo llamar

    á

    sus padres, que

    conocidos

    los médicos de la villa

    á

    este castillo, y entraron en la torre Chacona,

    aplicarónle infinitos reme-

    no reconociendo la menor

    mejoria se les ofreció

    sus padres decirle: Mira Luis, mira hijo, si has toma-

    eliquia, Al

    oir   aquestas

    voces

    se hallaba sin esperanzas

    Pasmarónse

    todos los presentes de ver un caso

    partículas de este sagrado Madero, y llevándolas ä su Ca-

    pilla, las puso dicho apellan

    mayor en la caja de la

    Santísima Cruz, donde estuvieron por muchos arios, has-

    ta que descubriendo la madera de un brazo de esta Cruz

    milagrosa, se entraron,

    hoy se registran en el nuevo

    engaste dado por el Excelentísimo Sr. Duque de

    Montalto.

    23

    Es raro el modo con que Santa Rosa *) conser-

    va la integridad de su cuerpo, el que se halla incorrupto

    desde el

    dia

    seis de Marzo del ario de

    1256 que murió.

    Está en el convento de religiosas de la ciudad de

    Viterbo

    en el coro, en una cama riquísima de cristal: la visten, y

    mudan los hábitos, la lavan el rostro

    las manos, la ador-

    nan con sortijas y joyas; y en fin, en nada parece ca-

    dáver de difunta, y en todo una hermosura dormida, pero

    con sueño de Santa, que nunca reposa con mas quietud

    que cuandd tiene fijos en el cielo los ojos. Cela con tanto

  • 8/18/2019 3273632_2_085511_parte2

    25/217

    248

     

    isToita

    SAGRADA DE LA

    cuidado la entereza de su cuerpo

    6 ya

    cautelando peli-

    gros porque no sucedan en él desmanes

    6 ya cuando

    sucede alguno haciendo milagros para evitar otros mayo-

    res inconvenientes.

    stendida

    la fama de Santa Rosa de

    Viterbo ä

    reinos remotos; llamado de la voz de sus vir-

    tudes

    maravillas vino de Alemania

    ä

    visitar su cuerpo

    un caballero aleman

    muy poderoso vió

    su venerable

    ca-

    dàver

    y se

    fervorizó

    tanto en su

    devocion

    que deseoso

    de solicitar la

    extension

    de sus cultos quiso lograr al-

    guna considerable reliquia de su cuerpo. Conoció la difi-

    cultad de esta empresa pero animoso tomó la

    resolucion

    de ofrecer una gran cantidad

    ä la

    sacristana

    que era

    la guarda de el cuerpo si le hiciese gusto de darle aun-

    que no fuese mas que una uña. Quedó de primera ins-

    tancia confusa la monja puso la codicia el hilo de oro en

    las manos y saliendo de su

    confusion

    se determinó: arran-

    có de el dedo anular de la mano derecha de la Santa toda

    la uña

    diósela

    al caballero y cobró el sacrílego precio

    de su temeridad. El

    aleman

    contentísimo con haber lo-

    grado su intento puso la reliquia con decencia

    partióse

    ä

    Alemania donde

    ä espensas

    muy costosas labró una

    suntuosa Capilla y en ella colocó su Reliquia donde la

    Santa ha obrado innumerables maravillas.

    23

    La monja aunque bien pagada malcontenta por

    los remordimientos que tenia en su

    corazon

    acusada de

    su delito pasó

    ä

    registrar la mano de la Santa por ver

    si

    podia

    con arte ocultar su destrozo y

    vió

    que el dedo

    en que faltaba la uña se

    habia

    enconado y puesto mons-

    truoso y que el encono se iba participando no solo

    ä

    la

    mano sino es

    tambien

    al brazo. Los ojos que cegó su

    codicia abrió su peligro y se le representaba como en

    la realidad lo era

    torplsimo;

    pues se hallaba convencida

    de propietaria contra el voto de su pobreza de infiel en

    el dispendio de su depósito de sacrílega con la temeri-

    dad de haber puesto en venta una Reliquia de impía

    con el destrozo de un cuerpo difunto y tan venerable.

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    SANTÍSIMA CRUZ DE CARAVACA.

     

    49

    que por instantes era mas cierto el peligro de que se su-

    iese su pecado, en que perdía su crédito,

    quedaba odio

    i por la misericordia de Dios, no hubiera dado en el

    postrándose de3

    resplandeciente, que

    à

    la Abadesa, confesó de

    admirasen el milagro.

      3

    Al que se quedó con las partículas de la Santísi-

    le llegó tanto al corazon

    do, dijo ( ): que teniendo los dedos sus significacio-

    * Reduc.

    mor. V.

    dig.

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     5

    ISTORI S GR D DE L

    c i

    de el

    Omnipotente

    ,Dios,

    destrozarlo quitándole la uña

    fué

    grande temeridad; pero quedó mejorada con otra mas

    resplandeciente y milagrosa para que con Dios sea me-

    dianera. Braz os tiene esta Santísima Cruz y brazos

    esten-

    didos,

    que recibieron los brazos de Jesucristo; y si los

    brazos

    estendidos

    de que hace

    mencion

    Jeremías, eg

    ex -

    presan los muchos prodigios y milagros que por medio

    de ellos obró Dios; quedarse con las partículas de los

    brazos, era querer minorar sus milagros

    maravillas;

    pues lleve el la enfermedad hasta que restituya las par-

    tículas y desengañado hallará el remed io de su dolencia

    en los brazos de

    ta Santima

    Cruz. Las m onedas de Feli-

    pe Emperador,

    *)

    para m anifestar la liberalidad con que

    se ostentaba con sus vasallos,

    tenian

    la

    imägen

    de un

    brazo

    estendido

    y l m no

    abierta. Esta Santísima Cruz

    estendidos

    tiene sus brazos y las manos abiertas para

    recibir

    6,

    todos; disminuirle los brazos qued ándose con

    sus partículas, es querer minorarle su liberalidad, pues

    siéntele la mano con la enfermeda d para que restituye

    n

     

    dolas

    se conserve esta preciosa Cruz como de los cielos

    bajó sin que cosa alguna le falte.

    * Hierem.

    cap.

    32.

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    CAPÍTULO VI.

    EI

    bien que le Tino

     

    sparia y

    t

    todo el mundo

    coq esta

    antísima

    Cruz.

    ROFECÍA

    fué

    de los discípulos de el Apóstol San-

    tiago, que los agarenos habian

    de apoderarse en

    lo venidero de toda España, y que

    ä

    los cris-

    tianos solo

    habian

    de quedarles cuatro Templos, *) que

    les sirviesen de cuatro seguros puertos,

    ä

    los cuales se

    recogiesen escapando de el miserable naufragio y cruel

    tormento. }labia de ser uno de ellos el Templo de Zara-

    goza, donde ya era venerada nuestra Señora con el so-

    brenombre de el Pilar. Otro el de la Iglesia de

    Toledo

    en que es reverenciada la

    imágen

    de nuestra Señora de

    el Sagrario. Otro el Templo de Braga, donde es vene-

    rado el

    Proto-Mártir

    de España S. Pedro, que

    fué

    su

    primer Obispo. Y el cuarto, es el Templo de Compostela,

    en que descansan los huesos de el Apóstol y

    Patron

    de

    España Santiago. Estas cuatro

    firiniSiMES

    columnas les

    quedaron ä

    los cristianos para su amparo en la pérdida

    infeliz de España. A estas cuatro basílicas podemos aña-

    dir con muy bastante

    razon

    el quinto Templo en

    aqueste

    número

    no el de menos

    estimacion,

    por ser venerada

    de todo el universo la Cruz Santísima de

    Caravaca.

    Con

    esta celestial bandera empezó

    á

    resucitar España,

    á . quien

    unto

    ä Guadalete

    en

    Estremadura

    celebráron

    sus exe-

    quias los moros,

    despues

    de

    haberla

    ayudado por ocho

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    29/217

     

    ISTORI S GR D DE L

    dias ä

    agonizar. Con éste guion divino comenzó la con-

    valeciente España á recobrar sus invictas fuerzas anti-

    guas, que desde el ario de

    714

    tenia postradas. Porque

    luego que fué aparecida esta Santísima Cruz, se recobró

    este serenísimo reino de Murcia, la mayor parte de An-

    dalucía por el santo rey Don Fernando, y el reino de

    Valencia se ganó tambien por el rey Don Jaime el Con-

    quistador; y los descendientes de estos dos reyes fueron

    cada dia recuperando más

    más plazas, hasta que el rey

    Felipe III logró la última

    total expulsion de los moros

    de nuestra España, dicha que le tenia guardada el cielo.

    234

    Eligió esta Santísima Cruz quedarse en esta villa

    de Caravana, como en frontera que fué de moros por

    tantos siglos, para irlos enflaqueciendo con tan repetidas

    victorias como consiguieron de ellos, invocando su favor

    los reyes de Castilla, de Aragón, de Portugal y Nava-

    rra, poniendo el Dios verdadero y señor de los Ejércitos

    en este soberano Estandarte, *) como en la serpiente de

    metal, la salud de los cristianos, el aumento de los reinos

    de nuestra España, y la destruccion y ruina de el impe-

    rio de los miramamolines de Africa. Qué de veces se hu-

    biera vuelto ä perder España, si esta celestial divisa de

    la Santísima Cruz de Caravana no hubiera destrozado el

    desordenado orgullo de el sarraceno? Qué de ocasiones

    los bárbaros victoriosos hubieran amancillado la honesti-

    dad de las vírgenes, de las viudas y de las casadas, si

    esta divina serial no les hubiera enviado males ocultos,

    que les apartaran de semejantes atrevimientos, como ä

    Faraon le envió Dios accidentes singulares en su persona,

    porque no abusase de la hermosura de Sara? **) Cuántos

    mancebos, hombres y ancianos, defensores de la II, hubie-

    ran sido cautivos de los moros, si esta soberana Reli-

    quia no hubiera refrenado sus desenfrenados brios? Y

    cuántos perecieran á. manos de la sed

    necesidad, arro-

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    EANTNIKA

    CRUZ DE CARAVACA

    5

    jados

    en las obscuras mazmorras del otomano poder, si

    este celestial Pendon con singulares Portentos

    y mara-

    villas no los hubiera sacado de ellas á pesar de sus

    ardides y trazas?

    2,85

    Dígalo

    á

    VOÇES

    España, dígalo Francia, díganlo

    Italia, Alem ania, África, Am érica, la China, y díga lo por

    todos el universo m undo, donde resonaro n los ecos de la

    predicacion de los Apóstoles,

    y

    á donde llegaron las luces

    sagra das de el Evangelio: pues lleno el orbe todo de m i-

    lagros

    y

    m ara villas, ha dejado escritas ha sta en sus m ár-

    genes las innumerables m ercedes que D ios ha hecho,

    y ca

    d dia

    hace por medio de la invocacion de esta Cruz

    Santísima de Caravaca, por ser el amparo de los mayo-

    res trabajos. Viöse España cercada toda de enem igos, vió-

    se esta tierra y

    los reinos circunvecinos a com etidos de

    moros en una continua guerra, despues de haberse apa-

    recido esta Santísima Cruz, esparciendo iras contra los

    cristianos, fulm inando crue es manda tos de m uerte,

    jun-

    tando tropas de soldados para a com eter á fuego y sangre

    sus pueblos; á quien llamó en su ayuda? á quien im-

    ploró en su tribulacion? N o á otro, sí ä esta Santísim a Cruz,

    que desde los cielos le envió para que con las tropas

    auxiliares de su poder les defendiese en la guerr a . Vióse

    G edeon cercado de enem igos,

    y

    queriendo salir

    à

    campaña,

    invocó y llamó en su ayuda á Abiacer que se interpreta

    padre de el auxilio,

    6

    auxilio de el poder de Dios. *)

    Es esta soberana Cruz el auxilio que puso Dios en esta

    tierra pa ra la guerra contra los m oros, que con las tropas

    auxiliares de su amparo quedó asegurada

    y

    victoriosa.

      36

    Miraba Ca rava ca por todas partes, y viéndose cer-

    cada de enemigos mahometanos no teniendo contra tan

    numeroso ejército de moros quien la auxiliase, puso en

    esta victoria la Cruz como en su brazo su defensa. Y

    udiera Carava ca decir en aquella ocasion con Isaías: (**)

    * Numer.

    cap. 6.

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     5

    ISTORI S GR D DE L

    Miré ä una

    otra parte y no hallé quien m e defendiese;

    busqué y no tuve quien me ayudase,

    ibróme mi brazo,

    que es esta Santísima Cruz, por ser brazo de la Mages-

    tad Soberana, en quien puso todo su poder contra los

    enemigos de el nombre de Jesucristo. Cuando D avid daba

    gracias ä la magestad de Dios, *) porque libró ä los

    Israelitas de sus enemigos, le dice así:

    Redimis t i

    esto

    es, libraste ä tu pueblo con tu brazo. Esto mismo pu-

    diera decir toda esta tierra, dando gracias á la Mages-

    tad de Dios por los favores recibidos: Os las damos Señor,

    porque nos libraste de tantos enemigos por medio de esta

    Santísima C ruz, que es tu poderoso brazo y escudo fuerte,

    con que en la guerra nos defiendes de ellos. Es el escudo

    una de las armas con que se defiende el soldado de los

    golpes de el enemigo; y esta soberana Cruz, que de-

     

    ndió estos reinos, apareciéndose en e l aire muc has ve

     

    cas,

    como se dirá adelante de los asaltos de los moros;

    escudo fuerte es y poderoso. Oh cual pudiera exclamar

    toda España Es Señor, esta Santísima C ruz el escudo y

    la espada de tu mayor exaltacion

    gloria,

    escudo inex-

    pugnab le. Pues como dijo Gerio, aquel se llama escudo,

    que es el protector

    amparo en la mayor tribulacion; y

    siendo el amparo

    protector de estos reinos esta Santí-

    sima Cruz, ella ha de ser su escudo y su brazo poderoso.

    237

    O h que fortaleza dió el Om nipotente Dios al bra-

    zo de esta Santísima Cruz, pues le dió fuerzas para li-

    brar á toda España de sus enemigos Brazo es esta San-

    tísima Cruz de el Todo-poderoso, brazo, á quien le comuni-

    có su fortaleza y brazo de el

     

    mismo Dios para pelear

    defender ä los cristianos; porque su brazo no es poderoso

    por las fuerzas humanas, sino por las divinas comuni-

    cadas de D ios para los militares efectos; y así brazo es de

    D ios para abatir y avasallar sus enemigos. Hablando D ios

    con Job, le dice: Si tienes brazo como Dios, (**) levántate

    * Psal. 76

    v. 16.

     

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    SANTÍSIMA CRUZ DE

    C R V C

    55

    glorioso y triunfante, vence con tu furor

    ä

    los soberbios,

    y humilla

    ä

    los arrogantes. De suerte, que aquel que ven-

    ciere ä

    los soberbios, se puede gloriar tiene el brazo de

    el mismo Dios. Quién rindió al rey D. Vicente, para

    que se hiciera cristiano y

    entregära

    su reino

    ä

    los cató

    licos reyes? Quién

    despues

    venció

    ä

    los enemigos sober

    bios, que

    perseguian

    el nombre de Jesucristo? Quién si

    no es la Santísima Cruz, que es el brazo fuerte

    de el

    Omnipotente Dios? porque puso en ella todo su poder,

    para que como brazo de Dios le venciese

    librase de sus

    manos ä

    toda España, ä

    quien los enemigos

    querian

    ava-

    sallar. Oh como pudiera decir España

    ä

    esta Santísima

    Cruz, cuando el moro levantaba el brazo de su tirano

    poder contra los cristianos: Levanta, oh divina Cruz, el

    brazo del divino poder que tienes participado, y líbra-

    nos del enemigo

     

    y de su tiranía: porque concitadas sus

    armas pretenden nuestra ruina.

    *)

    Sed, oh vencedora Cruz,

    nuestro brazo, brazo que nos libre

    defienda de la

    tri-

    bulacion:

    pues tan grande te hallas delante de el mis-

    mo Dios.

    238

    Grande es delante de los hombres el que es pura-

    mente humano. Pero el que es divino por

    participacion

    y semejanza, como lo es esta Santísima Cruz, es grande

    delante de Dios. San Gabriel llamó al Bautista grande, y

    grande delante de Dios.

    **) Y

    dió

    la razón: porque la mano

    de el Señor estaba con él. Y explicó

    Cornelio: ***)

    que

    estaba con él la mano de su favor. A esta divina Cruz le

    dió

    el Señor mas mano que al Bautista: pues le

    dió

    su

    misma divina mano, que es su Hijo hecho hombre; para

    que sus manos en sus brazos se afirmasen. Y así le

    dió

    mas mano que al Bautista: porque si

    ä

    este le dió

    una ma

    no; ä

    nuestra Santa Cruz le

    dió

    las dos. Las manos acre-

    ditan el valor en la campaña: porque para engrandecer el

    Psal. 88

    v. 11. et

    22 .

     

    Luc. cap . 1, v. 43

     

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    ISTORI S GR D DE L

    valor de alguno, se dice: que es :hombro de manos, pues

    estas se hicieron para pelear y vencer. La palma es sig-

    no de la victoria, y la mano tiene palma, porque la palma

    de la mano es el instrumento para pelear. Solo se

    ven de

    los cristianos las victorias, porque se

     

    , ven las manos de

    esta Santísima Cruz;

    así se puede decir, que es Cruz

    de muchas manos, ylan valiente, que no cesó de defender

    á los cristianos de la tiranía de sus enemigos. Pero no hay

    que estratlarlo, que son muchos sus brazos, ä

    cada bra-

    zo una mano corresponde: levante los brazos está Santísi-

    ma Cruz

    quedarán los cristianos victoriosos. Cuanta

    verdad sea ésta, se colige bien de los siguientes milagros

    y maravillas. Y pues ya quedan referidos los que ha obra-

    do en apoyo suyo y en defensa de quien se atrevió ä lle-

    vársela de su Capilla: veamos los muchos prodigios que ha

    obrado en España y en todas las demas provincias de el

    mundo para consuelo de sus devotos.

      e

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    34/217

    CAPÍTULO

    VII

    Aparece m uchas veces esta gantisima Cruz

    ayudand o tí los cristianos contra

    os

    moros en sus batallas

    o bien sentó su pié en Caravaca esta Santísima

    Cruz, cuando al punto comenzó ä socorrer los

    cristianos qu e se h allaban o primidos de los m oros.

    experim entaron su am paro, despues de

    s de la ciudad de Baeza, por ser esta ciudad

    o

    el rey Abuceyt despues D. Vicente, 1

    a sepultado en su torre de el Aceyte)

    cobró cariño y amor sino tambien les mostré afecto

    ennam ad Zeyt, su primo quien habiendo dejado el rey

    m at el Verde por Gobernador de B aeza, se coronó

    a despues, apoderándose tam bien de

    Úbeda,

    Jaen

    ba.) Su am istad co n los cristiano s fué tan de ve-

    su voluntad al santo rey D. Fernando

    y viéndole sus vasallos tan cris-

    1225.

    Recelándose de

    el santo rey D. Fernando, donde se bauti-

    l lam ándo se D. Fernand o, por ser su padrino,

    ä

    lo que

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      8

     

    ISTORI S GR D DE L

    su hijo, los moros de aquella ciudad pusieron sitio apre-

    tado al Alcázar, por quitarsele ä D. Gonzalo Yanez de

    Novoa, maestre de Calatraba, que le tenia por nuestro rey

    de C astilla. Defendióle con gran valor con los cristianos

    que estaban dentro; mas viéndose oprimidos

    faltos de

    muchos víveres, siendo casi imposible el socorro, deter-

    minaron desamparar el Alcázar. Para esto herraron los

    caballos al revés, poniendo las herraduras vueltas, por-

    que por las huellas no los siguiesen,

    antes juzgasen

    los moros habia entrado socorro ä los cristianos en el

      lcázar

    24

    Llegada la noche encubridora de trazas y de ar

    dides, abrieron el postigo de el Alcázar, por el cual sa-

    lieron todos con gran silencio, por no ser sentidos de

    los moros sus enemigos. Media légua hab ian ya camina-

    do, con las priesas de quien huye y volviendo la vista

    hácia la ciudad, que dejaban ä las espaldas, vieron (raro

    prodigio ) sobre la puerta principal de el Alcázar la San-

    tísima Cruz de Caravaca cercada de hermosas luces y

    resplandores lucidos. Admirados de una maravilla tan

    singular, presägio de su dicha y felicidad, volvieron las

    riendas ä los caballos para restituirse al Alcázar de don

    de hablan salido, ya arrepentidos de lo hecho; deshe-

    rraron los caballos, por no ser necesaria la estratagema

    de que Ileväran

    l

    revés las herradura3 , poniendo toda

    su esperanza en el árbol de cuatro brazos,

    muchas lu-

    ces que registraban sus ojos, y se entraron por la ciu-

    dad en la fortaleza antes de reir el alba, con no menor

    alegría

    júbilo que bastimentos, que tomaron de un cor-

    tijo 6 casería que estaba en aquel campo. Despacharon

    al punto aviso al santo rey D. Fernando, de el aprieto

    en que les tenian los moros;

    sabidores éstos de que

    habian entrado en aquella noche grandes socorros de boca

    y gente

    it

    los sitiados en el Alcázar, llenos de temor

    espanto que infundió en ellos la Santísima Cruz que

    todavia estaba visible y resplandeciente en el mismo sitio)

  • 8/18/2019 3273632_2_085511_parte2

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    S NTI SIMA CRUZ DE CARAVACA 59

    la ciudad aquel

    dia

    pasándose á

    la de

    Úbeda

    dis-

    légua. No

    fué

    tanta la consternacion

    de

    ros que muchos de ellos no volviesen como vol-

    á

    abatir el Alcázar con ingenios diferentes de fue-

    todos sus soldados con

    tenian

    la

    endieron con gran valor hasta que llegó D. Diego

    de

    Haro

    con quinientos soldados veteranos de

    ór-

    o rey D. Fernando y entraron en el Al-

    dia

    de San Andrés de

    1232

    por la puerta que

    se llama de el Conde en memoria de

    rtante socorro. Animados con esta gente sa-

    contra los moros con tal denuedo que

    á m u-

    á

    muchos heridos y

    á

    los demás

    precipitada huida no parando hasta pasarse

    moro de Granada pidiendo los amparase.

    24

    Por esta insigne victoria que consiguieron en

    Bae-

    nuestros soldados contra los moros por medio de la

    antísima Cruz de Caravaca quedaron desde aquel dia

    devocion á

    este sagrado Madero que por medio

    servían de comitiva los llamaba y les

    huian para que volviesen contra sus

    á causa de que deseando el rey de Cas-

    se poblase de cristianos aquella ciudad escribió ä

    n órden

    tierras que dejaban los mo-

    segun los merecimientos de cada uno. Comenzando

    ejecutar esta real órden y deliberando entre los nuevos

    que armas tomarian para el sello de su re-

    levantando al cielo los ojos vieron entre dos

    Caravaca

    de grande res-

    campo rojo y bajo de ella dos llaves con cuya

    se determinaron á tomar por armas de su ciudad lo

    que acababan de ver para eternizar mas su agra-

    á

    tan grandes beneficios de la Cruz Soberana

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    260

     

    ISTORI S GR D DE L

    sa

    Cruz eia

    toda su defensa en sus mayores dudas y aho-

    gos, y las llaves puestas bajo de la Cruz, significaban,

    quiso Dios dar por defensa de

    Baeza

    aravaca

    esta San-

    tísima Cruz como ä

    dos fronteras de moros: pues por

    Bae-

    za

    poco despnes

    se ganaron de los moros Jaen, Übeda,

    Córdoba, Sevilla y otras muchas fortalezas; y por Cara-

    vaca se ganó

    despues todo el reino de Granada, nido últi-

    mo en que se encerraron moros por largos siglos.

      4

    No fué

    esta vez sola la que se apareció esta vic-

    toriosa Cruz ä

    los cristianos, para ampararlos contra los

    eneúligos

    de Cristo; porque el ario de

    1430

    Org ullosos los

    moros de Granada, llegaron dia

    de

    Resurreccion por la

    mañana seis de Abril que se contaban,

    *) ä la villa de

    Cieza, distante de esta de

    Caravaca

    nueve leguas ; la sa-

    quearon, cautivaron muchos cristianos, y poniéndola fue-

    go dieron vuelta ä

    sus tierras llenos de cautivos y despo-

    jos.

    Sabidores los de

    Caravaca de

    aquestas hostilidades

    avisaron

    ä

    los de Lorca, y juntos todos salieron al encuen-

    tro á

    los moros en el prado que llaman el Campillo de

    los Caballeros, por este feliz encuentro: tuvieron una san-

    grienta refriega, siendo grande el número de los moros

    y corto el de los cristianos: hallándose estos temerosos por

    verse inferiores en fuerzas; mas invocaron en aquel con-

    flicto á

    la Santísima Cruz de Caravaca,

    diciendo con im-

    periosa voz, como otro

    Josué

    al Sol, y

    á

    la Luna

    **)

    que

    se detuviesen en su carrera, para ayudar

    á

    su ejército,

    que peleaba en el valle de

    Ayalon contra cinco reyes muy

    poderosos: como estos lucidos astros se detuvieron hasta

    triunfar Josué

    todo su campo de sus contrarios; así se

    les apareció en el aire, donde estuvo detenida viendo des-

    de balcones de nubes la divina Cruz de

    Caravaca

    la re-

    ñida batalla que ya estaba comenzada en su nombre, entre

    cristianos y moros. Animados los católicos con tan celes-

    tial serial, cerraron de nuevo con los bárbaros con tanta

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    SANTÍSIMA CRUZ DE CARAVACA

    9

    furia y

    corage,

    que matando

    á

    muchos de ellos, volvieron

    los demás las espaldas y les quitaron todo cuanto lle-

    vaban. Alegres con tal victoria, dieron allí los cristianos

    repetidas alabanzas

    ä

    la divina Cruz, mejor

    Velona

    de

    las católicas armas, confesando todos

    à

    voces, que este

    triunfo singular les vino por el amparo de tan divino Es-

    tandarte, que muy de antiguo tiene el triunfar de sus

    enemigos y nuestros.

     43

    No

    fué

    de menos consecuencia lo que sucedió el

    ario de

    1440.

    Corriendo toda esta tierra de

    Caravaca

    los moros granadinos, ocasionaban en sus campos cre-

    cidos daños no menos de hacienda, que de personas:

    * )

    eran llegados

    á, Calasparra

    distante de

    Caravaca

    cuatro

    léguas.

    cuando noticiado de ello

    Garci-Lopez

    de Cárde-

    nas, Comendador que era de esta villa, avisó

    á

    Murcia,

    Lorca y demás fronteras.

    **)

    Llevaban

    loS

    de Lorca

    por su General y Alférez, que

    traia

    la seria de dicha

    ciudad,

    á,

    un esclarecido

    varon

    señalado en valentía, que

    llamaban

    Martin Fernandez Piriero,

    el de el brazo arre-

    mangado, el que era alcaide de el castillo de dicha ciu-

    dad de Lorca. Juntos todos con los soldados de Cara-

    vaca,

    caminando en busca de sus contrarios los mo-

    ros; luego que dieron con ellos, como el castizo lebrel

    que

    con la caza, vinieron

    ä

    las manos: pelearon con

    los granadinos en el término de

    Moratalla

    llamado el

    puerto de el Conejo, y los apretaron de suerte, que

    á

    seiscientos moros infantes y

    ä

    tres mil de

    á

    caballo, que

    era el grueso de su ejército, los vencieron y derrotaron,

    quitándoles el

    pillage

    que llevaban. Mas qué mucho ga-

    nasen tan inopinado triunfo, respecto de ser dos mil los

    cristianos, tres mil y seiscientos los moros; si se les apa-

    reció esta Cruz soberana de

    Caravaca, á

    quien invoca-

    ron humildes y reverentes, por cuya causa se llamó desde

    entonces aquel sitio, la Cariada de la Cruz, nombre que

    * Corbalan libr. 1.

    cap. 21.

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    ISTORI S GR D DE L

    hasta hoy conserva, por

    habérseles

    aparecido en su ma-

    yor aprieto que allí tuvieron los cristianos, esta Santí-

    sima Cruz, que era la que entonces daba, y ahora

    tambien las victorias

    ä los cristianos que peleando con-

    tra enemigos de el nombre de Cristo, invocan su santo

    nombre para la felicidad y desempeño de sus aprietos.

    244Al planeta Marte llamaron los antiguos planeta

    guerrero, por ser astro de color sanguíneo,

    é influir en

    las guerras

    ejércitos, dando alientos

    ä

    los militares.

    Y este Sacrosanto Madero, como divino Marte, influyó

    alientos en los cristianos en las guerras en que el ma-

    hometano levantó ejércitos, alistó soldados, afiló lanzas

    y desenvainó la espada contra ellos, y cuando ya se juz-

    gaban los cristianos con el cuchillo

    ä

    la garganta, apa-

    reciéndose esta Santísima Cruz con la influencia de su

    amoroso cuidado y el rayo de su valor, los defendió de

    su tiranía y los dejó rendidos. Peleaba Israel contra Ama-

    lec, con la espada en la mano, pero las victorias las

    gobernaban las manos de

    Moises: cuando éste las levan-

    taba,

    *) vencia

    la espada de Israel; cuando las bajaba,

    descaecía

    su valor. Formaba oises

    una Cruz con sus

    manos, cuando

    aparecia

    la Cruz, se aseguraba la vic-

    toria; porque todo el valor contra el tirano,

    está

    afianza-

    do en esta Santísima Cruz aparecida. De el planeta Mar-

    te se dice que es inobservable, por notar en él los As-

    trólogos celestiales laberintos, que hacen su curso invisible

    y sus luces impenetrables. Es este soberano Madero inob-

    servable, cuyas luces

    brillante curso es un dificultoso

    laberinto, que el discurso humano no puede comprender

    por lo inaccesible de sus rayos, y lo inexplicable de

    el camino soberano de su grandeza; pero invocado por

    los cristianos en sus mayores aprietos, se hace patente

    y perceptible

    ä

    su vista, para que queden de sus enemi-

    gos victoriosos, aunque el número de estos sea excesivo

    y el de los cristianos muy corto. Prometió Dios ä M oises

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    40/217

    SANTÍSIMA CRUZ DE CARAVACA

    63

    que para librar

    ä

    su pueblo de la

    6presion

    de sus ene -

    migos

    los de Egipto, que era un ejército numeroso, es-

    tendería su mano poderosa

    dejaría vencido

    ä Faraon

    con todo su numeroso ejército. Llegó el caso,

    vióse

    en

    aprieto,

    cuando

    Moises

    esperando las promesas divinas,

    aguardaba que Dios le sentase la mano,

    dejase libre

    y victorioso

    ä

    su pueblo; le manda que

    estienda

    él la suya;

    pues qué, es la mano de

    Moises

    la mano de Dios?

    *)

    que al

    estenderla

    apareció en ella la vara de Dios, que

    es la Santísima Cruz, y esa Cruz aparecida

    fué

    bastante

    para vencer ejércitos numerosos de enemigos, dejando al

    pueblo de D ios victorioso.

     

    Exod.

    c. 14.

    v.

    19 .

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    41/217

    CAPÍTULO

    VIII.

      isteriosos ataos

    que ha dado esta

    gantisima

    Cruz los

    cristianos por si misma.

    A

    famosa campana de

    Velilla mensagera de cosas

    grandes segun creen en

    Aragon fué tan obser

    vada en sus movimientos que cuando se tocaba

    ella misma quedaban persuadidos al

    oirla, sucedería pres

    to alguna pérdida de consecuencia.

    *) Entre las cuales se

    cuenta haberse ella tocado antes de la muerte de el rey

    católico D. Fernando profetizando

    á su modo con lo so

    noro de su lengua el infeliz acabamiento para España

    de este monarca. No le faltó esta singular circunstancia

    muy mejorada

    ä

    la Santísima Cruz de

    Caravaca,

    quien

    parece

    fué

    algo de aquellos árboles de quien se dice se

    juntaron para elegir rey que los gobernase y uno de

    aquellos árboles de las selvas que daban saltos de con-

    tento y

    alegria

    segun se colige de los casos que se

    siguen. Era costumbre antigua como ya queda dicho que

    un vecino de

    Caravaca

    velase de noche en su Capilla

    ä

    esta soberana Cruz así para defender su villa de los

    moros como para guardar de ellos esta preciosa Reliquia

    que la

    tenian

    en aquel tiempo en una caja sobre el Al-

    tar; la cual agradecida

    á

    este corto obsequio les pa-

    gaba este cuidado con velar ella sobre todos avisándoles

    con tiempo de los riesgos que amenazaban y de los pe-

    ligros que les

    venian.

    El modo cierto de saber esto era

    Narin. Aiio

    de

    1515.

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    SANTÍSIMA CRUZ DE CARAVACA.

     

    65

    observar el que se quedaba en vela, todos los movimien-

    tos de esta soberana Cruz, la cual si daba golpes dentro

    de la caja en que estaba era certísimo que los moros

    habian entrado por esta tierra,

    6

    que amenazaba algun

    grande mal;

    así luego al punto el que estaba en vela

    tocaba á rebato con la campana de esta Santísima Cruz,

    con cuya serial todos los vecinos de Caravaca se preve-

    nían de armas y salian contra los moros, cogiéndoles

    las más veces por descuidados desprevenidos; ó porque

    esta victoriosa Cruz así lo dispon:a. Era cosa maravi-

    llosa, que cuando las atalayas puestas á dos y tres lé-

    gua s de este castillo, hacian sus ahumadas en sus emi-

    nentes torres, dando aviso de que los moros eran entrados

    en esta tierra, ya los vecinos de Caravaca ó estaban

    en el camino, ó puestos sobre ellos

    à

    punto de pelear,

    los tenian apresados, volviendo siempre los moros con

    las manos en la cabeza. Misterio tan raro, que repa-

    rando muchos de los moros en él, fué ocasion de que se

    convirtiese no pequeño número de ellos: pudiéndose de-

    cir con gravísimos fundamentos, que el rey David habló

    en profecía de esta Santísima Cruz, cuando dijo, envia-

    ría Dios la vara de su poder desde Sion para que

    dominara en medio de sus enemigos: *) circunstancias, que

    bien atendidas todas, le competen ä esta Cruz divina,

    que envió Dios de el cielo por ministerio de Angeles,

    cuando estaban todas estas tierras pobladas de enemi-

    gos de nuestra santa fé.

      46

    Estos mismos golpes que sirven de aviso, ha dado

    el cuerpo de San Pascual Bailon, anunciando con ellos,

    ya algunas felicidades, 6

    ya infortunios que han de acae-

    cer. Está el cadáver y cuerpo de este Santo en una

    caja colocado; en cuya urna se oyen, y han oido fre.

    cuentemente muchos golpes, cuyos ecos se perciben ha-

    biendo gran frecuencia de el pueblo, y en muchas oca-

    siones asistiendo personas de grande autoridad y prelados,

    * Ps. 109. vers. 3

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    266

     

    ISTORIA SAGRADA DE LA

    COMO

    1

    refiere la Iglesia en su oficio en la leccion úl-

    tima de el dia octavo *) Conócese ser anuncio de

    alguna felicidad, cuando los golpes se perciben con sua-

    vidad; pero si con estrépito

    de prisa se oyen, anun-

    cian algun infortunio que ha de sobrevenir, como de hecho;

    así de lo uno, como de lo otro está esperimentado en

    muchas ocasiones. Otras veces con los golpes que daba

    esta Santísima Cruz dentro de su caja, anunciaba alguna

    traicion armada contra sí misma, 6 contra esta villa, como

    se colige de los siguientes sucesos.

    247

    Corria el ario de

    1430

    en que los moros de Gra-

    nada desengañados de que por medio de armas no podian

    apoderarse de Caravaca y de su Santísima Cruz, de quien

    decian les venian todos sus daños pérdidas; intentaron

    por medio de el oro plata conseguir lo que deseaban.

    Qué no hará hacer á algunos una grande hambre y sed

    de dinero? Que bien respondió el grande Alejandro ä los

    que le dijeron, que la Artilleria no podia subir

    à fu rz

    de brazos á lo alto de una montaña, para batir desde allí

    ä una plaza con ella: Como no ha de poder subir la Arti-

    llería, si puede subir el oro? Para conseguir sus intentos,

    tuvieron modo los moros de concertar con un vecino de

    Caravaca, cuyo nombre se calla por su descrédito y el de

    sus descendientes, de que habia de entregarles la villa,

    dándoles ellos una grande suma de maravedises, en que se

    concertó y le ofrecieron. Cerrado el trato y la venta, se

    llegó al dia aplazado, en el cual desde la mañana comen-

    zaron á oirse en la caja de la Santísima Cruz golpes ma-

    yores que otras veces, respecto de ser mayor la traicion,

    corno de mal hijo que puso en venta á su misma Madre:

    Oidos los golpes, tocó la campana el que por suerte es-

    taba de vela, *) con lo cual toda la gente de Caravaca

     menos el Judas) se puso en armas. A este tiempo dieron

    aviso las atalayas desde las torres nueva, vieja y de el

    * Breviar. Francisc.

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      SANTISIMA

    CRUZ DE CARAVACA.

    Horcajo que son los nom bres de las mas inmediatas que

    están

    est

    villa) no cesando de dar ahumadas, llamando

    ä

    los militares para que todos se prev iniesen; llegaron los

    moros cerca de

    Caravaca

    Viernes Santo, cuatro de Abril

    de el

    referido ario, y dándoles aviso el traidor vende-

    dor, de como toda la gente de

    Caravaca

    estaba à

    punto

    de pelear

    en espera suya, pasaron

    ä

    toda prisa los mo-

    ros ä Cieza,

    los cuales hubieran pagado con las vidas su

    atrevimiento, si el aleve traidor no les hubiera avisado

    que se pusieran en salvo.

     48

    Otro día, que fue el quince de el mes de M arzo de

    el ario de

    1474,

    tocó velar por la noche

    ä

    la Santísima

    Cruz ä Lorenzo de

    Barrionuevo,

    vecino de la ciudad de

    Baeza,

    dispensando con el el que

    nó lo era de ésta villa,

    donde era tenido por de procederes honrados, y

    sabian

    descendia

    de buenos,

    6

    por recelarse

    Juan de

    Haro,

    C o-

    mendador que al presente era de

    Caravaca,

    de algunos de

    los vecinos de

    aquesta

    villa, por la traición referida, quiso

    valerse de este honrado ciudadano y mas siendo herma-

    nas en sello y armas, como ya dejamos dicho,

    Baeza

    Caravaca.

    Fuese, en fin por lo uno,

    6

    por lo otro, velando

    el dicho la dicha noche, oyó g randes golpes que daba esta

    Santísima C ruz dentro de su caja:

    *)

    volvió la segunda,

    la tercera y la cuarta noche

    ä

    velar, llevando consigo otras

    personas que fuesen fieles testigos de este suceso,

    todos

    oyeron en aquellas noches los golpes que daba esta C ruz

    Santísima en su caja. Tocaron la campana aquellas cuatro

    noches, en que velaron los vecinos de la villa puestos en

    armas tachaban

    ä

    los centinelas de las atalayas

    torres

    porque no daban

    humadas, como

    debian en semejantes

    casos. Mas se llenaron de

    admiracion

    y espanto, cuando

    vieron llegar

    ä Caravaca un

    mensagero

    de parte de el

    señor

    Lope Vazque

    de Acuña y adelantado de el Estado de

    Cazorla,

    con cartas al dicho señor Juan de

    Haro,

    en que

    le

    decia:

    tenia averiguado po r cosa cierta, que unos

    trai-

    * Corbalan libr. 2.

    cap. 8.

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    268

     

    ISTORIA

    SAORADA 1 E

    LA

    dores habían hecho contrato con los moros de Granada

    de venderles á Caravaca y la fortaleza de su castillo, que

    tales y tales dias habia de ejecutarse la entrega, y que

    todo lo dejaba desvanecido. Creció mas la admiracion,

    viendo que aquella misma noche, que fi-té la quinta, en

    que vino el dicho propio con las cartas de este aviso

    tan importante, cesaron los golpes de la Santísima Cruz

    en su caja, por haber cesado tambien la causa de ellos.

    Parece hablaba Dios con Caravaca, cuando le dijo á Je-

    remias: enemigos tienes que te han de hacer guerra; y para

    prevenirle contra ellos, le pregunta: *) Qué es lo que

    vés? Y respondió : Una vara vigilante. Ponga esta vi-

    lla de Caravaca en esta vara que siempre está en vela,

    que es la Santísima Cruz, los ojos, y no tiene que temer

    los enemigos. Tan vigilante ha estado esta victoriosa Cruz

    en defensa de este reino, que con sus golpes daba avi-

    sos de las emboscadas de los moros, para que salieran

    á buscarlos ä campaña.

      49

    Pásmense

    otros de estos milagrosos golpes, mien-

    tras yo refiero como se mostró agradecida esta villa ä

    tan importantes avisos. **) Por los años de

    1366

    la lle-

    vaban en procesion numerosa los vecinos de Caravaca

    dia tres de Mayo, costumbre que en todos tiempos ha

    sido usada, desde que fué aparecida: cúpole por dicha

    llevarla aquel dia en sus brazos dentro de su caja á

    Juan de Pareja, mancebo de catorce años, y persona de

    calidad conocida. Caminaba la procesion por las calles

    acostumbradas, y llegando cerca de la ermita, que era

    entonces de el Apostol san Bartolomé, y despues fué co-

    legio de la compañía d2 Jesús, y ahora de honradas

    familias, por haberse mudado dicho colegio á sitio mas

    anchuroso; diö un grandísimo golpe

    6

    estallido, como si

    fuera nube, que al despedir de sí el rayo, les parece

      á los oidos se rasga. Asustóse el mancebo que la Ile-

    * Hierem.

    cap. 1 v. 11.

    ** Corbalan libr. 2 cap. 1.

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    SANTÍSIMA CEDE DE CARAVACA.

     

    69

    vaba

    y toda la gente que iba en la procesion quedó

    asombrada juzgando habia caido algun rayo segun fué

    el trueno que se oyó en medio de estar muy sereno el

    cielo; conociendo todos procedia tan espantoso trueno de

    la Santísima Cruz se la dieron en su caja ä Fernan-

    do Pereton jóven tambien casi de la misma edad que Pa-

    reja. Llegada la procesion á la Iglesia de el castillo co-

    mo entonces se acostumbraba no dejándola en la parro-

    quial hasta acabada la fiesta como ahora se acostumbra;