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LA EDUCACIÓN PRIVADA EN COLIMA
El caso del Instituto Cultural Colimense (1906 – 2005)
Acuña Cepeda M. E. y Preciado Cortés F.
Universidad de Colima
1. Torres Septién, Valentina (2004). La educación privada en México. 1903 –1976. El
Colegio de México, Centro de Estudios Históricos; Universidad
Iberoamericana. (1997, 1998, 2ª reimpresión 2004) México, p. 15.
2. Torres, 2004; 17, 18.
3. La legislación se
refiere a estas escuelas como “particulares”, sin embargo en este
trabajo se utilizarán los términos de escuelas particulares o privadas
Introducción
Esta investigación, sobre la escuela particular, Instituto
Cultural Colimense (ICC), se encuadra en la Historia de la
Educación Privada: “toda aquella que no sostiene el Estado.”1
Consideramos que es necesario incursionar en este campo,
ya que la historia de la educación privada o particular ha sido
muy poco estudiada:
no existe a la fecha un trabajo de reflexión y análisis que lo tenga como
objeto de estudio. No hay una investigación que haya emprendido el
esfuerzo para definir este fenómeno, describir su proceso, situar a sus
egresados geográfica y socialmente, delimitando sus alcances y
determinando su incidencia tanto cualitativa como cuantitativamente. 2
Asimismo, existe un vacío al respecto en la historia de
Colima que es preciso cubrir; además, es interesante estudiar
la propuesta curricular de esta escuela particular,3
entendiendo que lo que distingue a una escuela privada de
las públicas no radica en el contenido de los programas, que
1er Foro de Arqueología, Antropología e Historia de Colima
Juan Carlos Reyes G. (ed.)
D.R. © 2005
Gobierno del Estado de Colima
Secretaría de Cultura
como sinónimos.
4. Torres, 2004;18.
5. Ibid.
6. Velasco Murguía, Manuel (1988). La educación superior en Colima. La Escuela
Normal, antecedente de la Universidad. Universidad de Colima.
Colima. México. Vol. 1,
Cap. 7º, “Escuelas Normales Particulares”,
pp. 135 a 146. Cap, 8º, “Escuela Normal Mixta”, pp. 149 a 171;
p. 135 7. ° Hernández
Espinosa, Francisco (1961). Historia de la Educación en Colima.
2ª ed. Gobierno del Estado de Colima, Escuela de Artes y
Oficios de Colima, México; p. 263.
debe estar avalado por las autoridades educativas, tampoco
por el cobro de cuotas, pues algunas escuelas particulares
son gratuitas.
La distinción se fundamenta en la posibilidad que tienen de impartir una
serie de enseñanzas adicionales con enfoques muy específicos de
índole religiosa, cultural, deportiva y artística, las cuales se vinculan
estrechamente al sector social al que están dirigidas. 4
En ese sentido:
la educación particular puede definirse como aquella que es impartida por
entidades distintas de la oficial, con objetivos adicionales y propios. 5
Esta escuela particular (ICC) fue fundada el primero de
diciembre de 1906, este dato por sí mismo resalta la
importancia de estudiar su caso, pues ha sido una
“institución de larga vida dedicada a la educación de la niñez
y la juventud en Colima,”6 que en sus aulas “comprendió una
Escuela Primaria y una Escuela Normal para señoritas.”7
Situación que obliga a destacar algunos elementos, entre
ellos que haya laborado como escuela normal, cuando en
Colima ya había una y reconocida en el ámbito nacional;
ante la permanencia de esta institución la principal
interrogante es ¿cuál y cómo ha sido su colaboración en la
vida educativa de Colima? Específicamente en la formación
de las mujeres. Por ello, el objetivo del estudio es: Recuperar
la historia del ICC como institución de educación privada y
tratar de entender cómo ha contribuido a la educación de las
mujeres colimenses.
Al conocer su historia podremos explicar por qué al
llegar al siglo XXI, su propuesta curricular de formar madres,
esposas y educadoras cristianas, continua vigente, sin haber
sufrido modificaciones fundamentales a lo largo de un siglo;
durante el cual se han dado cambios profundos y la nación
8. Aceves Lozano, Jorge E. (1994). “Sobre
los problemas y métodos de la historia oral”, en: De Garay
Graciela (Coordinadora). La historia con micrófono.
Instituto Mora, México. 9. Ejemplo: los breves
capítulos en las obras Manuel Velasco Murguía y Francisco
Hernández Espinosa, o escasos artículos publicados en los
periódicos locales; para metodología Cfr.
Duhalde, Miguel Ángel
(2003) “El objeto de investigación”, en Blas Mejía José (compil.) La
investigación, la educación y las ciencias sociales,
Instituto Pedagógico de Estudios de Posgrado, Celaya, México.
ha pasado por periodos sumamente conflictivos. Para
presentar el trabajo, iniciaremos con el resumen
historiográfico del ICC, y acto seguido procederemos al
análisis del devenir histórico de esta escuela particular y
católica.
Dado que la índole del trabajo es histórica y la
temática que se aborda es educación y género, su
complejidad metodológica ha requerido la interacción y
conjugación de teorías pedagógicas, sociológicas, históricas
y de estudios de género; por lo que su abordaje ha sido
interdisciplinario. Por un lado, se incursionó en la historia oral,
recuperando los testimonios personales del ser individual que
pueden ser parte de una experiencia colectiva, en relación
con el pasado aun cuando las condiciones cambien, y que al
mismo tiempo, constituyen una percepción particular de las
cosas, es decir:
una versión personal de los hechos, eventos, acciones, etc., que,
tamizados por los flujos de la memoria y la experiencia reciente,
proporcionan texturas nuevas a los testimonios.8
Asimismo, se recurrió al análisis del discurso oral
trascrito y escrito, con ese fin, primero se integró una base de
datos con la información obtenida a través de las entrevistas,
en los archivos del propio ICC y la bibliografía encontrada en
relación con el caso en estudio.9
Historia del ICC
De Colegio del Sagrado Corazón a Colegio La Paz...
Hace un siglo, cuando el sacerdote don José de Jesús
10. Galindo, Miguel (1999). El alma
batalladora de Jesús Urzúa. AHMC. Impresión basada en la
edición del original publicado en 1932 por la imprenta El Dragón.
Colima. México. p. 39 11. Para mayor
información sobre el padre J. de Jesús Urzúa, Consultar: Galindo, 1999. Op. cit.
12. Galindo, 1999; 39
13. Archivo del Instituto Cultural Colimense
(ICC). Documento de divulgación, motivo: 75 aniversario, 1º de
diciembre 1981. En adelante, se citará Archivo ICC.
Urzúa (1872 – 1932) pensó en fundar un escuela, dirigida a la
formación de “mujeres dignas de un hogar verdaderamente
cristiano,”10 Colima no alcanzaba el radio actual, él nació en
el barrio del Charco de la Higuera, poco más allá del Pocito
Santo, como todavía hace pocos años se hablaba en
Colima.11
Para lograr el proyecto, en 1904 solicitó la anuencia
del señor obispo diocesano don José Amador Velasco, quien
aprobó la idea con entusiasmo y señaló que el personal
académico debía unir dos elementos indispensables:
adoración al Santísimo y apostolado educativo; requisito que
cumplían
las perpetuas devotas del Santísimo Sacramento, almas ardientes que
no han encontrado en la tierra amor igual al que sus corazones consume
y lo han ido a buscar en el cielo, que no han encontrado en el horizonte
visible un objeto digno de su afecto y lo han colocado en el horizonte
invisible.12
La escuela concebida por Urzúa, tendría que ser
fuente de educación cristina, y los objetivos que perseguía
consistían en: 1. Estimular en el alumnado el amor a Dios
sobre todas las cosas, 2. Defender los más grandes valores
humanos, 3. Desarrollar el espíritu crítico para saber discernir
los valores y anti valores del mundo que los rodea, 4.
Impulsar el ser más contra el ansia de tener más, 5. Formar
al hombre al servicio del hombre y no de la economía, 6.
Concienciar sobre los criterios cristianos de justicia social y
fraternidad humana, 7. Educar para el servicio y participación
en pro del bien común, 8. Formar líderes dispuestos a actuar
conforme a sus principios cristianos.13
Sin embargo, una escuela privada precisaba de la
aprobación civil; para lograrlo, Urzúa integró comisiones que
14. Ibid
15. Ibid
16. Velasco, 1998;135.
17. Galindo, 1999; 40-
42
18. Macedo Gregorio López (1966). “De los Portales a la Piedra Lisa”, en: Ecos de la Costa. Tomado de la
fotocopia del original,
en el Archivo del ICC.
19. Archivo ICC. Documento del 70 Aniversario.
presentarán su proyecto al gobernador de Colima, de quien
se expresó así: “don Enrique se distingue por ser un hombre
que abre las puertas a todo lo que significa progreso y orden,
el nos ayudará, tengo plena confianza en él [...] son años de
proyectos y planes;”14 lo apoyaron también, las “damas
voluntarias interesadas en la formación de sus propias hijas”
y “la asociación de „Damas de María Inmaculada‟ [...]
presidida por doña Mariquita Castro, esposa del gobernador,
don Enrique O. de la Madrid.”15
Se aprobó el proyecto, y el “Colegio del Sagrado
Corazón”, dependiente del Convento de las Adoratrices del
Sagrado Corazón (Velasco, 1998;135) ocupó “un espacioso
edificio ubicado en el no. 114 de la calle Aldama, de la ciudad
de Colima", contiguo al templo del mismo nombre. 16
La fundación de un Colegio que alcanzara los adelantos de los de la
capital, que venía a emular al magisterio colimense con progresos
desconocidos y formar mujeres instruidas, dignas del santuario y del
hogar, así como de la cátedra, fue mérito de Urzúa; dejando como
herencia su influencia en la cultura religiosa y profana, qué mejor que
unir el estudio de las ciencias en la formación de la mujer colimense [...]
poniéndola en condiciones de dedicarse al magisterio, de ir a construir el
centro de un hogar virtuoso [...] Para los católicos tiene el mérito de
haber educado a numerosas alumnas en los sentimientos de piedad y
moralidad de acuerdo con los sentimientos de sus padres.17
El 23 de noviembre de 1906, llegaron diez religiosas,
procedentes de México y de León, Guanajuato, y el l7 de
enero de 1907, la Profa. Ma. Guadalupe Melanche, una
“maestra mexicana y religiosa ejemplar que sería la primera
directora” hasta 1911,18 fecha en que la Profa. Josefina del
Río se integró al grupo; quien, “todavía en el 70 aniversario
estaba entre nosotros, ella junto con la madre Ma. del
Carmen Morales sostuvieron el impulso de esta gran obra.”19
Las adoratrices, conscientes “de su misión católica, estaban
20. Archivo ICC.
21. Galindo, 1999; 39, 40.
22. Macedo G., 1966.
preparadas para desarrollar la docencia, querían ingresar a la
diócesis de Colima, dispuestas a colaborar en la obra
educativa y en lo que fuera necesario”.20
La silenciosa monotonía de la vida colimense se rompió, muchos
corazones se llenaron de esperanza, primero con la noticia y luego con
la llegada de las virtuosas damas. Como el ferrocarril aún no llegaba
hasta Colima, sino hasta Ciudad Guzmán o a Tuxpan, gran parte del
camino se hacía a caballo, así que la llegada de los viajeros se hacía por
Quesería. Una multitud enorme se había apostado en los lados del
camino, la multitud llegaba casi hasta la puerta del Panteón, para ver la
llegada de las “adoratrices”, como se les dio en llamar, a aquellas
profesoras de instrucción elemental, que se habían hecho el propósito de
cuidar por turnos el templo, que nunca debería quedar solo, y por su
profesión de normalistas, se dedicarían a cuidar y educar a las niñas; lo
importante y trascendental para Colima fue la escuela que fundaron. 21
... cuya inauguración fue amenizada por la banda de música del
estado. 22
Pbro. J. Jesús Ursúa, que promovió la fundación del Colegio Sagrado Corazón, en 1906, actualmente ICC.
23. En adelante, el colegio será citado en
el texto, por las siglas de su nombre actual: Instituto Cultural de
Colima, ICC
24. Velasco, 1998; 15 136.
25. Ibid., p. 137.
26. Ibid., pp. 135, 136.
27. VC. Voz de mi
El Colegio,23 además de la formación de niñas y niños
en la enseñanza elemental, “inicio la formación de maestras
normalistas, y a los pocos años hubo de adaptarse a las
nuevas orientaciones y exigencias de la Escuela Normal
Mixta, fundada por el Gobernador y Comandante Militar Gral.
Juan José Ríos, el 28 de marzo de1916.”24
Entre los profesores que dieron cátedra cuando el ICC
fungió como escuela normal se pueden citar los siguientes:
Pbro. J. Jesús Urzúa, Psicología; Emilia L. Velasco, español,
matemáticas y francés; Rosa Llerenas Silva, labores
femeniles; Ma. del Carmen Gutiérrez, pintura y dibujo; Ma.
Encarnación Galindo, química y física; Fidencio Gutiérrez,
caligrafía; Ma. Luisa de la Mora de la Mora, psicología y
lógica; Aurora Morrill, inglés; Amalia Llerenas, geografía e
historia universal y de México y sociología; Ma. del Carmen
Ayala, matemáticas, trigonometría y geometría: Amparo del
Río y Sánchez, biología; Lucía Bayardo, solfeo, música y
canto; Ma. del Rosario Gutiérrez, psicología general y
psicología educativa, técnica general de la enseñanza y
técnica especial de la enseñanza; Beatriz Cortés, biología;
Salvador García Mendoza, cultura física; Ignacio Pamplona,
contabilidad; Luz del Río Sánchez, danza y Ma. Guadalupe Z.
Ramos Salas, latín y griego y raíces griegas y latinas.25
A lo largo de su vida, el ICC ha cambiado de nombres
de acuerdo al vaivén político, social o cultural de los tiempos;
en 1914, deja de llamarse Colegio del Sagrado Corazón y se
le denomina Colegio “La Paz”, quedando incorporado a la
educación oficial del Estado.26 El 25 de febrero de 1954, y
para conmemorar el Año Mariano, se bendijo la primera
piedra del nuevo edificio y se le dio el nombre de su fundador
Colegio. Revista
bimensual de alumnas y ex alumnas del “Instituto Cultural
Femenino de Colima, A.C.” (Colima; 15 de marzo de 1955; p.1).
Primer directora, honoraria más tarde, Martha Dueñas
González; Directora Silvia Santa Ana de la Torre; Administradora,
Martha Martínez Álvarez; Coordinadora, Profa. Enrique Maciel
del Río; Colaboradoras, Prof. Carmen Herdia y Alida Vogues Martínez;
Publicidad, Amalia Arreguín Ochoa y Sonia Santana. En la
primera época: Órgano mensual de las ex- alumnas del Colegio „J.
Jesús Urzua‟ 28. Archivo ICC.
Documento del 76 aniversario.
29. Fernández Velasco de Ochoa, Ma. Cristina (2004). Entrevista
grabada en su casa. Nació el 5 de diciembre de 1916, se casó con
Daniel Ochoa Palencia el 14 de octubre de 1939.
30. VC, 15 de agosto de 1955; p. 8
31. Archivo ICC. Documento del
resumen histórico 1976.
“J. Jesús Urzúa.”27 En 1971, recibe un nombre que deja la
connotación confesional, para convertirse en el “Instituto
Cultural femenino de Colima” y, en 1975, la sociedad de
padres de familia, presidida por el ingeniero Hugo García de
Anda solicitó que la escuela fuera mixta, por lo que se
denominó: “Instituto Cultural de Colima,”28 un hecho que
define la entrada de niños en las aulas de un Colegio que se
caracterizó por ser femenino, porque si bien, en sus primeros
años tuvo alumnos en la sección de primaria, estos acudían a
otro plantel, aledaño al templo de la Sangre de Cristo.29
La segunda directora del ICC, fue la profesora María
Gertrudis Carriedo Méndez.
en los días del ilustre maestro Justo Sierra; brilló tanto en sus actividades
en la capital de la República, como en los otros sitios donde tuvieron la
honra de conocerla [...] contó entre sus primeras y distinguidas alumnas
las mismas hijas del entonces general D. Venustiano Carranza, quien
siendo presidente de la República, a su paso por esta ciudad, en julio de
1914, acompañado de su Estado Mayor y del general Álvaro Obregón,
por la amistad que le unía con la maestra Carriedo, visitó el Colegio,
donde fue agasajado con una deslumbrante Velada literario – musical
que dejó altamente complacido al Supremo Jefe, que dando garantías al
Establecimiento sugirió llamarle Colegio de la Paz.30
La profesora Carriedo, egresada de la Escuela Normal
de México, logró la consolidación de la vida académica,
mediante la “reorganización del establecimiento y adaptación
del programa de estudios a los modernos adelantos
pedagógicos [...] desde que llegó se dedicó a trabajar para
que las alumnas más aventajadas obtuvieran un título de
profesoras, lo cual se logró al incorporar la sección de Normal
a la Dirección de Educación Pública,”31
se sujetó a los planes de estudio, programas de materias y libros de
texto y de consulta, a las disposiciones giradas por la Dirección General
de Educación Pública; sueldos del personal y supervisión de las
32. Velasco, 1998; 137.
33. Bravo Magaña, Javier C.(1992). 1836-
1916, Ochenta años de educación normalista en Colima. Una
reinterpretación.
Publicaciones del ISENCO, no. 1,
diciembre de 1992, Colima, México, p. 26.
34. Archivo ICC,
Reseña histórica, 1976. 35. Velasco, 1998; 159;
el gobernador y comandante militar de Colima era el general
Juan José Ríos y Basilio Vadillo el Director General de
educación. Las ideas de Vadillo no concordaban con las
del Colegio de La Paz; Vadillo, en 1920, como gobernador de Jalisco,
“emprendió el reparto de tierras aunque hubo casos en que los
campesinos, no preparados para ello, se resistieron a
recibirlas”, citado por Velasco, 1998; 158, 159.
36. Bravo, 1992; p, 21; Bravo piensa que este
hecho marca el fin del sistema lancasteriano en Colima.
autoridades educativas, independientemente de que los exámenes
recepcionales eran sustentados en la Escuela Normal de Maestros, con
el jurado designado para el efecto y la expedición y registro del título
expedido por el gobernador del Estado.32
Habrá que aclarar que ni la Escuela Normal ni los profesores privados
„titulaban‟ a sus graduados; por ley, era el gobierno de estado quien lo
hacía. De esta manera, no importaba el origen académico del candidato;
podía venir de una escuela oficial, de una particular, o de un preparador
de preceptores privado. En Tonila, Rafaela Suárez preparó doce
„señoritas‟ que luego terminaron sus estudios en Colima, y pasaron el
examen de rigor. 33
Bajo la dirección de Carriedo egresaron las dos primeras
generaciones (enero, 1915 y marzo, 1916), sumando un total
de 75 profesoras las que recibieron su título de manos del
gobernador. En 1916, homologó el programa con el de la
Normal del estado, a fines de ese año regresó a México y la
dirección quedo a cargo de “la virtuosa y distinguida señorita
Emilia L. Velasco, quien había obtenido el grado de profesora
en la Escuela Normal de Guadalajara.”34
Cabe mencionar que el sector educativo no estaba
descuidado, en 1916 se funda la Escuela Normal Mixta de
Colima,35 “con un plan de tres años y con muy diversas
materias que requerían maestros especializados,
entendemos que el sistema de „un maestro por grupo‟ había
dejado de existir. La Escuela Normal Mixta ya es
„moderna‟.”36
Profesora María Gertrudis Carriedo Méndez.
Primera Generación de profesoras normalistas que egresaron en 1915, del Colegio La Paz, ahora ICC. Ma. del Rosario Gutiérrez, Ma. Guadalupe Zamora, Ma. Guadalupe Ramos, Mercedes Betancourt, Felicitas García, Josefina Herrera, Angela Llerenas, Dolores Colina, María Montes, Julia
Magaña, Concepción Castillo, Abigail Dueñas y Adela Figueroa.
37. Archivo ICC, reseña histórica, 1976.
38. Galindo, 1999; 40.
39. Beatriz de Ávila, de Manzanillo, Colima.
Carta publicada en: VC. 26 de agosto de 1964; 10.
40. Orozco López de Olea, Esperanza (2004). Entrevista
videograbada. Nació el 13 de octubre de 1909, hija de José Orozco
Larios y Celerina López Rodríguez, a los 25 años se casó con el
De las egresadas del ICC, “muchas prestaron sus
servicios en distintos lugares de la República, en escuelas
estatales y federales, donde ocuparon puestos de gran
responsabilidad, al distinguirse por su buena formación y
excelente conducta”; entre ellas, Josefina Ruelas Michel
ocupó el cargo de inspectora del ICC, pero “todas con el
profundo sentido de responsabilidad en la formación de la
mujer, sembrando en ellas, sus alumnas”, una firme
educación.37
No es tarea fácil localizar alumnas que hayan cursado
sus estudios durante los primeros años de vida del ICC; no
obstante, la memoria de aquellas que se pudo entrevistar,
permiten asomarnos a la vida de aquella escuela, donde:
se impartía una enseñanza elemental y profesional igual a la de las
escuelas oficiales en México [...] pero agregando, naturalmente, la
enseñanza de los deberes religiosos católicos, para que los padres de
familia que lo desearan, pusieran a sus hijos en el Colegio.38
Beatriz recuerda que de las últimas generaciones de la
Normal, entre 1913 y 1933, egresaron diez profesoras:
Ma. Guadalupe Z. Ramos S., Ma. del Rosario Gutiérrez C., María
Montes, Ma. Mercedes Betancourt, Josefina Herrera y Felicitas García,
que en 1964 aún vivían, y Ma. Guadalupe Zamora, Ángela Llerenas S. y
Ma. Dolores Colina, que ya descansan en Nuestro Señor.39
Esperanza tenía de cinco años de edad en 1913,
cuando ingresó al ICC, para ella “el Colegio La Paz”; aún
recuerda los nombres de un buen número de profesoras y
compañeras, así como algunas de las actividades escolares
que se realizaban. Con la mirada alegre y el tono vivaz, hizo
memoria de las clases de piano y de costura para las “niñas”,
entre semana y por las tardes; con nostalgia recordó el
“oratorio festivo” que se celebraba algunos domingos y
“donde todo era cantar, orar y jugar.”40 Agrega:
señor don Wenceslao
Olea.
41. Ibid.
42. Archivo ICC, La
persecución.
43. Velasco, 1998; 141
... había una huerta, pero las niñas, nosotras no podíamos entrar ni a la
huerta ni al convento [...] Todas las tardes íbamos a rezar al templo del
Sagrado Corazón, ante el Santísimo, nos conducía el mismo Padre
Urzúa, él, cuando nos salíamos de la fila, acostumbraba jalarnos con el
gancho de su bastón, serio pero jugando con las niñas pequeñas [...]
pocas exalumnas de esa época sobreviven [...] los grupos eran de 20 a
25 niñas. 41
El año 1925 marca un parteaguas en esta historia,
quedan atrás los años de auge, cuando el Colegio del
Sagrado Corazón, después de La Paz, laboraba con el
reconocimiento oficial de las autoridades políticas del estado;
inicia una década de dificultades para la educación particular
confesional en el país, y de modo particular para el ICC, ya
que en Colima, el movimiento cristero tuvo una crudeza
notable, en comparación con otras entidades de la República
mexicana.
Movimiento cristero, crisis de la educación católica,
1926-1936
El conflicto entre Iglesia y Estado tuvo serias
repercusiones sobre las escuelas particulares, sobre todo las
católicas. El maestro Aniceto Castellanos aconsejó a la
directora, Emilia Velasco, la “suspensión de labores y
evacuar el colegio”, pensando en la seguridad de alumnas y
maestras.42 El 31 de agosto de 1925, el gobierno decretó la
expropiación del edificio, “ante esta situación, el Colegio de
La Paz, al que también se le retiró el reconocimiento oficial
para continuar funcionado, hubo de cambiar su domicilio en
varias ocasiones.”43
Así tuvimos que abandonar el edificio anexo al templo del Sagrado
Corazón, cuna de nuestra institución, lugar del cual nos alejamos para
siempre, pues al pasar la tormenta no pudimos recobrar el terreno, la
44. Archivo ICC,
documento: La persecución
45. Archivo ICC, documento sin título y
s/f, p.3
46. bid.
47. Velasco, 1998; 140.
principal razón es que se expropio, además había carencia de profesores
y el presupuesto con que se contaba era insuficiente a todas luces, y por
último, al estado no le interesaba que una escuela particular existiera y
ponía todo tipo de trabas para su reapertura.44
Algunas religiosas y un grupo de internas se
trasladaron a una casa particular de Guadalajara, y en
Colima, “Lupe Ramos nunca dejó de ejercer el magisterio.”45
[la...] luz de la verdad no se apagó [...] muchas maestras hicieron de sus
hogares un aula, y de una hacienda familiar una escuela [...] El colegio
continuó su labor educativa, sin títulos que avalaran los estudios que
impartían, pero con los firmes conocimientos que la ciencia y la virtud
dejaron huella imperecedera en sus vidas.46
En ese edificio se fundó “la Escuela Superior „Enrique
Rodó‟ cuya dirección le fue encomendada a la Profa. Ma. del
Carmen Llerenas, persona capaz y sumamente preocupada
por sus deberes que logró imprimir notable ascenso al nuevo
plantel de educación primaria.”47 Es interesante mencionarlo,
porque la profesora Llerenas estaba vinculada y de modo
bastante cercano con la planta académica del ICC.
Srita. Directora Profra. Emilia Velasco. 3ª directora. Bajo su dirección el colegio La Paz (ICC) vivió
la época de la contienda cristera.
48. Ibid., 141.
49. Ibid.
50. Sánchez Virgen de González de la Cadena
Ana María (2004). Entrevista grabada. Nació el primero de
septiembre de 1918, se casó el 18 de agosto de 1938 con el
ingeniero Edgardo Gutiérrez de la cadena, originario de Veracruz.
51. Velasco, 1998; 141.
52. Ibid.
53. Ibid.
Iniciaba para el ICC un periodo de inestabilidad y
trashumancia: el 5º año “pasó al local de Constitución y
Allende, donde fue, tiempo atrás, el Colegio de La
Purísima,”48 pronto emigraron, el 5º año y otros grupos a
Emilio Carranza 120, ahora Funeraria Topete. “No obstante,
todas las secciones: preelemental, primaria y normal,
concluyeron el año lectivo 1925 – 1926 en la finca de
Filomeno Medina no. 121.”49
por ejemplo [...] el primero lo termine en la casa de Ciria Castro, pero a
pesar de que tuve que repetir año, porque tuve tos ferina, las
compañeras fueron las mismas; pues las clases no eran regulares y los
años escolares se terminaban cuando se podía [...] lo mismo le pasó a
Mariano y Amador [Fernández...] el primero en párvulos y el segundo en
primaria. 50
Durante los años de 1926 a 1927, “a fin de continuar
con sus labores educativas, ocuparon la casa ubicada en la
calle Emilio Carranza 155.”51 A pesar de las clases
clandestinas y nómadas, funcionando de modo inseguro y
dividido, en el siguiente periodo aumentó su población y se
formaron grupos paralelos; el problema se resolvió
estableciendo comunicación a través de los patios interiores,
en Allende 224, y ampliando el local en E. Carranza del
número 155 al 169 y así continuó sus labores durante siete
años lectivos.52
los últimos dos se le otorgó reconocimiento oficial por la Dirección
General de Educación Pública, con el objeto de que se titularan las
generaciones de normalistas que habían concluido sus estudios, pero no
habían sustentado examen recepcional, así como para que se
legalizaran los estudios de los otros niveles educativos. La incorporación
le fue retirada definitivamente el 31 de agosto de 1934, con la
recomendación expresa de que no volviera a abrir sus puertas el Colegio
para alumnos de ningún nivel.53
Sin embargo, bajo la nominación de colegio “J. Jesús
54. Ibid., p. 142.
55. Fernández, 2004.
56. Sánchez, 2004.
57. Fernández, 2004.
58. Ibid.
Urzúa”, carente del permiso oficial pero sin ocultarse, volvió a
trabajar en los niveles de jardín de niños, primaria,
secundaria y comercio, en Aldama 332. 54
La memoria de dos exalumnas nos permite acercarnos
a ese momento. Cristina dice: “durante los años terribles de
1926 y 1927 finalizaba mi primaria.”55 Ana María estaba en
párvulos en 1924, comenta:
en julio de 1925... todavía pude hacer mi primera comunión [...] la noche
anterior dormí en el Colegio, en una especie de retiro de preparación [...]
junto a mi cama, la M. Carmen puso una imagen del Niñito Jesús... ¡era
un maravilloso modo de infundir amor al Divino niño!56
Esos años transcurrieron entre “los sustos por los
temblores y las enfermedades que a veces diezmaban las
aulas, enfermedades contra las que no había vacuna como la
tos ferina, difteria y otras”. Acudían a clases “vestidas con
blancos corpiños y „blumers‟, una blusita blanca que llevaba
las iniciales CLP, bordadas sobre la altura del corazón y
falditas rojas.”57
Cristina, revive la angustia, cuando al aviso del
inminente desalojo, madres, profesoras y alumnas, incluidas
las pequeñas, corrían del Colegio a la casa de las señoritas
Pamplona, que vivían enfrente, acarreando las cosas que era
indispensable poner a resguardo,
llorando [se le quiebra la voz, luego prosigue...] llorando, con aquellos
objetos corríamos de un lado al otro de la calle... con un doble luto, por
los sucesos que apenas entendía y por mi hermana Lucila, que en esos
días aciagos había fallecido, a los 18 años de edad... había sido alumna
del Colegio La Paz, lo mismo que mi hermano Amador, que iba con otros
niños a la sección del Colegio para varones, frente a la Sangre de
Cristo.58
…en ese edificio [el Seminario] se instaló el cuartel, durante los años del
movimiento cristero, y, en 1941 se rindió homenaje al soldado que de
guardia ante la bandera, no se movió un paso, a pesar de lo fuerte de
59 Ibid.; La familia
Fernández Velasco
vivía en esos años, frente al seminario, ubicado en la esquina
de las calles Guerrero y 27 de septiembre, ahora escuela Torres
Quintero; Sánchez, 2004, afirma: “fue donde mi tío, don Luis
G. Sánchez Ahumada, en 1870 [...] estudio hasta tonsura, su
padrino era el señor obispo Don Amador Velasco, que... hacia
1938 ya vivía retirado, por la calle Constitución, al otro
lado del Hospicio.”
60. Fernández, 2004.
61. Ibid.
62. Sánchez, 2004.
63. Fernández, 2004.
64. García Ahumada, María (2004,
entrevistada por Dra. Ma. de los Ángeles Rodríguez Álvarez).
Villa de Álvarez, Colima; Cfr. Velasco,
1998; 142 y 143, para
los nombres de las integrantes y de quienes dirigieron las
aquel sismo del 15 de abril que casi acabó con Colima... las cúpulas de
las iglesias cayeron, pero ese hombre no se movió del lugar que el deber
le impuso.59
Viviendo en la casa, frente al cuartel, en múltiples
ocasiones vivieron o presenciaron hechos que impresionaron
la mente infantil de Cristina -esos recuerdos darían pie a otro
trabajo- ella explica:
nunca vi que los soldados fueron agresivos con las Madres, pero si que
les quitaron todo lo que pudieron, por eso, ellas corrían con las cosas,
que las repartieron en varias casas, como en las de las señoritas
Pamplona, y también que tuvieron que dejar ese viejo y querido edificio
donde estaba el Colegio La Paz, y terminar en otras casas.60
En contraste con lo anterior, menciona con añoranza,
que cada ocho días se efectuaba una rifa de dulces entre las
más aplicadas, los horarios de clase de 9:00 a 12:00 y de
15:00 a 17:00 horas.61 Las actividades escolares “iniciaban
siempre encomendándonos al Divino Niño, todos los días.”62
En la tarde, al llegar íbamos a rezar al templo del Sagrado Corazón, por
la mañana sólo decíamos una breve oración en el salón [..] no nos
dejaban introducir comida a la clase, revisaban nuestras manos, para ver
que llevásemos las uñitas recortadas y limpias por ambos lados [...] Vale
la pena haber estudiado en el Colegio, las madres nos inculcaron
religión, moral, en fin valores que son las raíces que prolongan la
formación del hogar, ahora veo la diferencia entre aquellas niñas que se
educaron en el Colegio y las que no, la diferencia son esas raíces
morales que se notan en los actos más cotidianos.63
De algún modo, las alumnas del ICC, se involucraron
en la lucha del movimiento cristero, “en esa Escuela se
formaron las Brigadas Femeninas que apoyaban a los
cristeros en Colima ellas se encargaban de proveerlos de
armas, medicinas, ropa y lo que podían conseguir, cuando
los soldados no podían entrar en la ciudad.”64
La educación en el proyecto callista [...] no era compatible con las ideas
tradicionalistas de la Iglesia [...] La guerra cristera y las múltiples trabas
Brigadas femeninas.
65. Torres, 2004; 22
66. Ibid., 69;
Observamos similitud con caso en estudio que involucra a las
adoratrices “del Sagrado Corazón” en Colima.
67. Archivo ICC, Persecución.
68. Torres, 2004; 70.
impuestas a la educación particular crearon un clima de persecución que
duro varios años. Es la etapa de la clandestinidad para las escuelas
particulares [...] la Unión Nacional de Padres de Familia, más radical o
menos política que la misma Iglesia, quien mantuvo una posición
combativa en todo momento.65
El movimiento fue perdiendo fuerza, los ánimos se
calmaron, todo parecía volver a la tranquilidad. Pero faltaban
por recorrer los años del periodo cardenista en el país; la
reforma al artículo tercero constitucional volvería a ocasionar
dificultades para la educación privada y confesional. Sin
embargo, no se puede olvidar que:
Las mujeres religiosas también desarrollaron una importante labor
educativa a favor de la niñez femenina [...] Otras órdenes religiosas que
se dedicaron a la educación femenina por aquellos años fueron [...]
josefinas, guadalupanas, [...] Sagrado Corazón, con cinco escuelas en
México, Guanajuato, San Luis Potosí, Guadalajara y Monterrey.66
El lento retorno a la tranquilidad, 1937 - 1986
Pasada esa angustiosa época, numerosas familias
colimenses pidieron que el ICC volviera abrir sus puertas, lo
cual sucedió en 1937, con la señorita Lupe Ramos como
directora, pero sin lograr la incorporación a la Secretaría
Pública de Educación (SEP), ni recuperar su antiguo
edificio.67
Las escuelas de religiosos contaban, como era lógico, con el apoyo de
familias „muy católicas y practicantes‟, por lo que, en materia religiosa el
papel de estas escuelas se simplificó bastante y consistió en „profundizar
la fe que ya llevaban bien anclada‟. La práctica religiosa en todas ellas
consistía en una labor catequística, las oraciones de principio y fin de
clase, los „acordemos‟ de cada hora o media hora. También preparaban
a los niños para la primera comunión con retiros espirituales de tres días
y rosarios.” 68
69. Archivo del ICC, Persecución.
70. Torres, 2004; 20.
71. Velasco, 1998; 142.
72. Archivo ICC. Incorporación.
73. Ibid., Angélica
Escobosa Hass (madre
Celina) era la directora y fue auxiliada por las religiosas: Rosalva
Rodríguez, Matilde González Flor, Ernestina Fernández,
Delfina Santana y Ma. Enrique Maciel del Río.
74. Ibid.
al gobierno no le interesaba regular los estudios de un colegio particular
católico y menos con ese grado de superación, que competía con la
Normal del Estado [...] se consiguió legalizar los estudios de las alumnas
de 6º año, los cuales le fueron revalidados.69
Lo citado por Torres concuerda con las prácticas que
hemos observado se realizaban en el ICC en Colima.
También es cierto que era de interés para el gobierno que
esta escuela volviera a participar abiertamente en la vida
educativa de Colima, dada la situación económica que se
vivía en el país.
la intención de coadyuvar, a pesar de la postura limitante del Estado, a la
canalización de recursos adicionales a los sistemas educativos
nacionales con el fin de aliviar el problema presupuestal.70
En 1945, inicia la sección de comercio en un aula y
diez años después, logra “su incorporación a la educación
oficial del Estado,”71 contando con tres secciones: Jardín de
Niños, Primaria y Academia Comercial, 72
J. Jesús Urzúa, egresaran [...] Contadoras Privadas y Secretarias, que
por su competencia alcanzaron muy buenos puestos en comercios,
empresas y bancos.73
En ese tiempo, el director de la SEP del estado de
Colima, profesor Ricardo Guzmán Nava, quien:
se da cuenta de nuestra labor docente, y debido a su amistad con la
madre Escobosa Hass nos señala el camino a seguir para lograr la
incorporación a la SEP y así darles cause legal a los estudios impartidos
en el colegio J. Jesús Urzúa.74
De nuevo, las relaciones de amistad entre las
religiosas y personajes del gobierno propician la permanencia
del colegio. Además, observamos las mismas estrategias que
llevaron a cabo en otros lugares de la república como las
academias.
Las „academias comerciales‟ fueron otro recurso muy utilizado, ya que
entonces estos planteles sólo requerían de un mínimo de requisitos para
75. Torres, 2004;150-151.
76. Archivo ICC, Incorporación.
77. Velasco, 1998; 142.
ser autorizados. Las escuelas se protegían con nombres ficticios, como
„academias libres‟, en donde se decía se enseñaba arte, dibujo, lenguas
extranjeras, cocina, corte y confección, etcétera, aunque en realidad eran
secundarias, preparatorias o aun primarias superiores [...] Los estudios
comerciales fueron una tabla de salvación para varias de nuestras obras,
decían los maristas lo mismo en la ciudad de México que en Guadalajara
y Monterrey.75
La academia se clausuró en 1964, porque la
Secundaria, incorporada en 1956, requería un mayor
esfuerzo y dedicación por parte del profesorado, en 1961
inicia en el turno vespertino la secundaria gratuita, bajo la
dirección de Ernestina Fernández Velasco; la secundaria
gratuita llegó a tener grupos muy numerosos. 76
La incorporación al sistema estatal determinó la necesidad de que el
personal que laboró en este Colegio formado en su mayoría por
religiosas, se capacitara profesionalmente y así lo hizo no sólo en el nivel
de primaria, sino también en el de enseñanza media básica, para
garantía del servicio educativo que ha venido prestando, como es el caso
de la Profra. Enriqueta Maciel del Río, cuya actuación como directora se
ha caracterizado por un fiel cumplimiento de las disposiciones oficiales.
Fue sustituida un tiempo por las distinguidas Profras. Elba Castrejón
Araiza y Lucila Fernández Velasco. 77
A partir de ese momento, la vida el ICC volverá a
tomar el cauce normal de las actividades de un colegio de
educación privada y funcionará sujeto a los reglamentos de la
SEP tanto estatal como federal. El reto que se impone es la
construcción de un nuevo edificio donde establecerse.
Por esos años surge Voz de mi Colegio, publicación
del ICC que sirvió de enlace con las exalumnas, al divulgarse
por varios estados de la república y hasta en algunos de
Estados Unidos.
Sería bueno que insertaran noticias de personas radicadas aquí en
México, como en otros lugares donde naturalmente se distribuya el
periódico y sean de Colima, para ello sería conveniente elegir una
78. Archivo ICC, Correspondencia. Rosa
Liñón Gómez, México, 23 de mayo de 1955.
79. Velasco, 1998; 142; este edificio que se
encuentra en las calles Gutiérrez Najera, J. Sierra e I. Sandoval se
construyó a través del CAPFCE, en terreno donado por el Ing.
Víctor Manuel Moreno. 80. Archivo ICC. Soc.
de Padres de Familia; en ese momento la presidía el Ing. Javier
Rangel Hidalgo y la Sra. Yolanda Brun de Rangel.
81. Archivo ICC, Incorporación.
82. Archivo ICC, 70 Aniversario.
83. Archivo ICC, 75 Aniversario.
84. Archivo ICC, 1986.
85. Constituciones de
la Congregación de las Misioneras de la Eucaristía. Cap. 1,
inciso 5.
persona bastante relacionada con el círculo colimense en cada lugar. 78
En 1971, el gobernador de Colima, profesor don Pablo
Silva García, autorizó la construcción de la escuela
primaria;79 para ello contó con la aportación económica de la
Sociedad de Padres de Familia.80 En 1972 se pidió la
incorporación de un Bachillerato “único”, después de varios
intentos se negó su apertura y en su lugar se inició el curso
de “Formación familiar” que por falta de personal docente
capacitado sólo duró unos pocos años.81
Un año más tarde, en 1976, se festejó el vigésimo
séptimo aniversario. “Todo el año fue preparación para esa
fecha”; misas de acción de gracias, Conferencias, eventos
culturales.82 Hasta la fecha, el ICC buscará integrar a las
exalumnas y alumnas, mediante la celebración de los
aniversarios; en 1981:
el Cóbano se llenó con la Música y alegría de nuestra comunidad
educativa, fue el festejo que dejó huella en nuestros corazones, gracias a
la organización de las directoras de las secciones, la MM Ernestina
Fernández y Consuelo Ponce.83
Durante esos años aumentó el alumnado de tal
manera que la primaria duplicó sus aulas, a fin de dar cabida
a grupos dobles.84 De acuerdo con la filosofía, principios
ideológicos y criterios que fundamentan las Constituciones de
la Congregación de las Misioneras de la Eucaristía, ha
cumplido su misión:
Buscamos que el anuncio del mensaje evangélico lleve a los hombres a
cambiar su vida y las estructuras de su ambiente. Al educar, hacerlos
conscientes de su propia dignidad de hijos de Dios, y su deber para que
sean capaces de participar activamente en la vida económica social y
política.85
86. Galindo; 1999; 23, 26.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Una vez presentada la parte histórica analizamos
algunos puntos:
El ICC ha sido aceptado por la sociedad colimense
desde su fundación hasta el momento actual, así como su
propuesta de educación para las mujeres. Desde esa
perspectiva, su oferta de educación normal es aceptada a
pesar de haber otra escuela normal para mujeres.
para los que deseaban estudiar en Colima, en aquel tiempo no había
sino dos caminos al salir de la escuela elemental: el Magisterio o el
Seminario”, a donde acudían laicos y católicos.86
Su fundación se puede entender como un espacio de
educación formal, construido como una opción para defender
sus intereses, transmitir su capital simbólico y consolidar su
influencia social; tal como lo señala Bourdieu en su teoría de
los campos. La oposición entre Iglesia y Estado se pone de
manifiesta sobre todo en el campo de la educación; la cual
puede ser entendida en términos de una lucha por la
identidad en una sociedad.
Esa perspectiva podría aclarar por qué, a pesar de las
vicisitudes que ha vivido, el ICC ha permanecido; pero
mediante una continua adaptación al contexto histórico: Para
lograrlo ha precisado llevar a cabo ciertas estrategias:
algunas se perciben en los cambios de nombre del ICC, de
acuerdo al vaivén histórico; otras en el cumplimiento de los
programas oficiales, ya que requieren la aprobación por parte
del gobierno, en ese caso, no hay problema ya que la Iglesia
acepta como instancia educativa al Estado, así como la
familia, pero:
se adjudicaba el derecho de vigilar toda la educación de sus fieles, en
87. Torres, 2004; 39.
88. Ibid.
89. Arnaz , J. (1998)
“La planeación curricular”. 6ª reimpresión. Trillas,
México.
90. Torres, 2004; 18,19.
cualquier tipo de institución, ya fuera pública o privada, y no sólo
respecto a la educación religiosa, sino de cualquier tipo que se
impartiera.87
[al Estado] le tocaba proteger con sus leyes los derechos, tanto de la
familia como de la Iglesia, para impartir educación cristiana, y sólo debía
suplir a los padres cuando éstos estuvieran incapacitados para realizar
dicha función. También le correspondía impartir la educación cívica,
relativa al bien común, lo cual no se oponía a la doctrina de la Iglesia.88
Ante esta disyuntiva, aceptar los programas oficiales, y
cumplir con los mandatos eclesiásticos, el ICC como escuela
privada y católica, ha superado el problema estableciendo un
doble curriculum, o mejor dicho, de dos curricula, Entendido
el curriculum, como un conjunto interrelacionado de
conceptos, proposiciones y normas, estructurado en forma
anticipada a las acciones que se quieren organizar; se trata
de una construcción conceptual destinada a conducir
acciones que se desprenden evidencias que hacen posible
introducir ajustes o modificaciones al plan de estudios.89
El poder en aumento de la institución gubernamental logra una postura
cada vez más secular, lo que obligó a la jerarquía católica a proteger
espacios donde pudieran pervivir sus propios valores. La hipótesis
central de esta tesis pretende mostrar cómo los limites impuestos a la
acción educativa de la Iglesia promovieron una escuela que, aunque
inscrita dentro del proyecto oficial educativo laico, luchó por conservar
los objetivos religiosos que le dieron origen. En este sentido, la escuela
católica fue un proyecto distinto del de la educación pública y de otras
formas de educación particular.90
Debemos señalar que no se trata del currículo oculto,
sino de la coexistencia de dos formas de expresar su plan de
estudios y permanecer congruentes con su filosofía; de ahí
que ambos sean fundamentales, uno por su propia misión
educadora, el espiritual, y el oficial para lograr la validación
de sus estudios por el Estado. De ese modo, el ICC ha
91. Torres, 2004; 19.
92. Robles, 1992.
93. Torres, 2004; 38.
cumplido con el Estado y con la Iglesia.
Aceptando la existencia de ese doble currículum,
espiritual y oficial, que por otra parte ha estado avalado de
modo tácito por la sociedad colimense al confiarle la
educación de sus hijas a lo largo de una centuria,
consideramos que el ICC ha influido en términos más amplios
que los de la educación formal respecto a las mujeres
colimenses, lo cual se refleja en la preocupación en cada
detalle de la educación de sus alumnas, de modo en que las
llevan de la mano hacia su realización en la vida, como
esposas, madres, profesoras o futuras religiosas ellas
mismas.
Su función como transmisores de valores necesarios para reproducir
intergeneracionalmente a ciertos grupos sociales específicos,
identificados con formas de pensar y actuar que se podrían denominar
en conjunto como cultura católica [...]
La innovación de métodos pedagógicos y su relación con determinadas
tradiciones de excelencia académica.91
En lo que concierne al curriculum espiritual, su
fundamento se encuentra desde la fundación misma del ICC;
indirectamente en las religiosas del Sagrado Corazón, orden
aprobada por Pío VII en 1807;92 directamente, en Urzúa,
pues vemos que en sus postulados se mezclan lo espiritual y
lo material: formar al hombre para Dios y para el mundo; lo
anterior se sustenta en la encíclica Divini illius magistri.
en la que se puntualizaron todos los conceptos relacionados con la
educación católica, fijando claramente sus objetivos [...] „no puede existir
educación completa y perfecta sí la educación no es cristiana‟ [...] El
documento papal se divide en cuatro apartados: 1) a quién toca la misión
de educar; 2) quién es el sujeto de educación; 3) en qué ambiente debe
desarrollarse, y 4) cuál es el fin de la educación cristiana.93
Además, al involucrarse la esposa del gobernador y
damas “interesadas en la formación de sus propias hijas,
94. Galindo, 1999; 39-
40.
95. Torres, 2004;19.
96. Ibid.
cabe suponer la aprobación y apoyo de la élite colimense a
un proyecto que aseguraba una educación formal, a cargo de
“virtuosas damas” que “por su profesión de normalistas, se
dedicarían a cuidar y educar a las niñas,”94 plenamente
identificada con los objetivos de la escuela propuestos por
Urzúa.
Evidentemente, para cumplir el currículo oficial, se
pensó en profesoras normalistas, egresadas de las Normales
de Guadalajara y México; pero religiosas, a fin de cumplir con
el espiritual. Las Adoratrices llenaban ambos requisitos; las
tres primeras directoras, profesoras normalistas, dirigieron
sus esfuerzos en ambas direcciones y Carriedo Méndez
hacia el curriculum oficial. Ella fue preceptora de las hijas de
Carranza, es obvio que los vínculos entre las personas
influyen en la permanencia de una institución.
Relaciones de amistad se convierten en relaciones de negocios, que
posibilitan la entrada a organizaciones directivas, tanto públicas como
privadas, y que a su vez son resultado de una conciencia social y de
clase que tiene que ver con esta forma de educación.95
A través del curriculum espiritual, el ICC pudo influir en
la formación de las mujeres colimenses.
Su participación en la formación de cuadros específicos para satisfacer
las demandas de los sistemas económicos, políticos y aun religiosos, ya
que se ha observado que quienes recibieron educación en una escuela
particular conservan indeleblemente su marca.96
Cuando los objetivos del ICC se vieron enfrentados
directamente contra la ideología del Estado, en el contexto de
la contienda cristera, el curriculum espiritual se constituyó en
una sólida base sobre la cual se fincó su permanencia, aun
en situaciones bastante precarias y bajo el temor constante
de que el alumnado o el profesorado sufrieran atentados
físicos.
97. Fernández, 2004.
98. Torres, 2004; 21.
... los soldados entraron y como mi hermana Luisa estaba entre ellos y el
último de los cristeros, la sirvienta que veía la escena se asustó, porque
un soldado apuntando con su rifle al fugitivo, parecía que iba a matar a
mi hermana, ella gritó: ¡Van a matar a la niña Luisa, la van a matar...! Mi
papá que les mostraba el camino [de huida] a los cristeros, regresó a
defender a su hija... pero ya el general Martínez había gritado: ¡A la
mascotita no la toquen! La mascotita, así le decían los soldados a mi
hermana Queta, por pequeñita.97
De hecho, el ICC nunca cerró sus puertas, a salto de
mata continuó ejerciendo su acción educadora durante el
periodo que va desde agosto de 1925, al decretarse la
expropiación del edificio y perder el reconocimiento oficial,
hasta agosto de 1934, cuando “numerosas familias
colimenses” solicitaron que volviese a abrir sus puertas. Pero
la sección de Normal quedó en el pasado, posiblemente al no
contar con personal docente.
La libertad de enseñanza entendida a la manera constitucionalista
(educación sin religión) en torno de la cual se dieron las mayores
disputas fue como el Estado ejerció „democráticamente‟ un fuerte control
ideológico.98
En esa lucha, los colimenses protegieron al ICC, pues
no es posible que las autoridades civiles y militares ignoraran
que existía, sabemos que el ICC se vio en la necesidad de
cambiar su domicilio, algunas religiosas tuvieron que huir de
Colima, y otras dejar de vestir el hábito; sin embargo, el
alumnado se duplicó y continuaron inculcando los principios
católicos, durante los años más duros de la contienda.
Es importante destacar el papel del curriculum
espiritual, porque explica el apoyo de una sociedad cuyos
principios son cristianos y que aceptando un contenido oficial,
requiere para sus hijas una formación tradicional como la que
se imparte en las escuelas católicas. De acuerdo con
Galindo, el ICC brindaba a las colimenses, enseñanza
99. Archivo ICC,
Proyecto Educativo, 2004; p.1
100. Ibid. pp. 2-3.
elemental y profesional igual a la de las escuelas oficiales en
México, pero agregando la enseñanza de los deberes
religiosos.
Se puede afirmar que el ICC ha cumplido con la misión
que se ha impuesto, y la trascendencia del enfoque católico
de la enseñanza se refleja en la interiorización del mismo, en
las entrevistadas.
El currículo espiritual, a lo largo del siglo no sufre
modificaciones fundamentales, pero su redacción va en
consonancia el oficial:
Nuestra misión es humanizar, educar y liberar, transformándose cada
persona en agente de cambio de su propio ambiente para en todo amar
y adorar al Padre.99
La misión del ICC que es el deber y quehacer propios de la institución,
deriva su identidad, integrada por cuatro componentes [...] „cultivar la
inclinación de los hombres hacia la verdad‟ [...] concibe al hombre como
horizonte que integra el mundo de la naturaleza material y el mundo del
espíritu [... como ] Persona jurídica de derecho privado, sin ánimo de
lucro, para utilidad común de los colimenses, ceñida a la normatividad
estatal que regula el orden público educativo [...y] Persona jurídica de
derecho eclesiástico que asume la misión de las escuelas católicas,
diálogo entre fe y razón.100
En conclusión, en ambas curricula el discurso surge
desde lo masculino y patriarcal, y se impone en la formación
espiritual de las mujeres; llama la atención que en una
propuesta de formación para mujeres, ellas se hayan
invisibilizado, utilizando el genérico masculino en la
enunciación de los objetivos del ICC, que las percibe como
madres, esposas, educadoras o religiosas, de acuerdo con la
postura tradicional cristiana, aún vigente. Esto es explicable,
si pensamos que los objetivos han sido redactados primero
por el sacerdote Urzúa, y luego validados por las autoridades
eclesiásticas por un lado, y las gubernamentales por el otro.
101. ICC, Tríptico.
Ciclo escolar 1994-1995.
102. Ibid.
103. Duhalde sostiene que la interdisciplinaridad es
la clave para la construcción del objeto de estudio en
educación. Duhalde, 2003; 85.
Actualmente, el ICC afirma: la “Formación integral,
nuestro compromiso” enfatizando: “nació con el propósito de
formar a la mujer como elemento fortalecedor de la familia.
Desde entonces han egresado alumnos y alumnas que ahora
trascienden con éxito en nuestra sociedad”.101
No podemos permanecer como meros espectadores ante la pérdida de
valores, es por ello que el Instituto Cultural de Colima, renueva y
fortalece su compromiso con la sociedad de formar niños y jóvenes con
un alto nivel académico y bases cristianas firmes que les permitan ser
protagonistas en su quehacer futuro en la comunidad, en la familia, en
las empresas y alcanzar el nivel de excelencia y del mundo moderno.102
Antes de finalizar, y dada la complejidad y heterogeneidad
de esta investigación,103 pensamos que es importante
destacar dos elementos que ayudan a eliminar sesgos en el
análisis de la información y mantener la congruencia del
tema: a) La interdisciplinaridad e intergeneracionalidad de las
autoras ha posibilitado la conducción de la discusión por
derroteros que reducen el error de las interpretaciones de
modo considerable. b) Al comparar este trabajo con otra
investigación del mismo carácter, también permite superar
ese problema y además propicia la sistematización del
desarrollo y la experiencia de la educación privada en
México.
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