16. marro, katia - la organización de los trabajadores desocupados

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CUESTIÓN SOCIAL, REPRODUCCIÓN DE LA FUERZA DE TRABAJO Y POLÍTICAS DE ASISTENCIA

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  • CUESTIN SOCIAL, REPRODUCCIN DE LA FUERZA DE TRABAJO Y

    POLTICAS DE ASISTENCIA

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    CUESTIN SOCIAL, REPRODUCCIN DE LA FUERZA DE TRABAJO Y POLTICAS DE

    ASISTENCIA

    COMPILADORES: MANUEL W. MALLARDI LILIANA B. MADRID ANDREA A. OLIVA

    AUTORES: NORMA ALCNTARA BRIAN CAIZARES MARINA CAPPELLO GILMAISA COSTA

    MARTIN IERULLO SERGIO LESSA KATIA MARRO EDLENE PIMENTEL TAMARA SEIFFER ANATILDE SENATORE

    Publicacin de la Carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Humanas

    Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires

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  • Cuestin social, reproduccin de la fuerza de trabajo y polticas de asistencia / compilado por

    Manuel W. Mallardi Liliana B. Madrid Andrea Oliva 1 ed. Buenos Aires : Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires 168 p. ; 14,8 x 21 cm Cuestin Social Trabajo Social ISBN: 978-950-658-281-4

    Diseo de Tapa: CONTE MARIA ANGEL Diseo interior: CONTE MARIA ANGEL

    La reproduccin total o parcial de este libro, cualquiera forma que sea, Idntica o modificada, por sistemas de reproduccin mecnica o electrnica, viola derechos reservados. 1 Edicin, 2011 Impreso en la Argentina - Printed in Argentina Queda hecho el depsito que previene la Ley 11.723 ISBN: 978-950-658-281-4

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    Presentacin En presente libro incluye distintos trabajos recibidos a partir de la convocatoria

    abierta desarrollada por la Carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Dicha convocatoria tuvo como objetivo recopilar trabajos que discutan distintos aspectos vinculados al Trabajo Social, destinados a constituirse en material de lectura de los estudiantes de grado.

    Es importante remarcar la repercusin nacional y latinoamericana que la

    convocatoria tuvo, habiendo recepcionado trabajos de distintas unidades acadmicas del pas y tambin, principalmente, de Brasil. Al respecto, queda en evidencia la actualidad de la discusin terica en la profesin, la variedad de temas y problemas que se estn abordando en las investigaciones desarrolladas, como as tambin la profundidad y calidad de los trabajos desarrollados.

    En cuanto a la seleccin de trabajos, vale mencionar que incluimos un artculo

    del Dr. Sergio Lessa, cuya autorizacin a publicar en el presente libro agradecemos, como as tambin el aporte de la Mag. Silvina Cavalleri y el Dr. Gustavo Parra que autorizaron la utilizacin de la traduccin por ellos realizada; el resto de los trabajos ha sido evaluado por un comit de referato de docentes/investigadores de Trabajo Social, lo cual garantiza la calidad y pertinencia de los trabajos, considerando que se trata de una publicacin destinada a generar materiales de lectura en la formacin de grado.

    Manuel W. Mallardi Director

    Carrera de Trabajo Social FCH UNCPBA

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  • NDICE

    Presentacin .... 7

    Prologo Gisela Giamberardino . 9

    Captulo I

    El Proceso de produccin/reproduccin social: trabajo y sociabilidad Sergio Lessa 19

    Captulo II

    Expresiones de la cuestin social en Amrica Latina Edlene Pimentel Gilmaisa M. Costa Norma

    Alcantara ........................................................................................................... 33

    Captulo III

    La lucha de clases y la poltica de asistencia en Argentina, 2002-2007 Tamara Seiffer............... 49

    Captulo IV

    La organizacin de los trabajadores desocupados y el enfrentamiento de la cuestin social:

    Un componente de contrainsurgencia en la poltica social argentina? Katia I. Marro ......... 77

    Captulo V

    Cuestin Social/Cuestin Penal. Tensiones y debates de la intervencin profesional ante la

    criminalizacin de la pobreza Marina Cappello Anatilde Senatore .............................. 107

    Captulo VI

    Cuestin social y polticas asistenciales Anlisis del afianzamiento de las polticas de asistencia

    alimentaria como respuesta a la metamorfosis de la cuestin social Martin Ierullo ............ 127

    Captulo VII

    Cuestin social y responsabilidad social empresarial. Aproximacin a sus implicancias socio-polticas

    Brian Z. Caizares .............................................................................................. 149

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    Prologo Gisela Giamberardino1

    L intellettuale debe essere essenzialmente uno che combatte la mistificazione

    poiche le masse hanno diritto alla verita. Antonio Gramsci

    Los escritos seleccionados para el presente volumen evidencian una pasin

    crtica por parte de sus autores que, amalgamando inters terico con finalidades de tipo poltico ideolgicas, recupera aquellas categoras centrales que el Trabajo Social viene proponiendo en un fuerte intento por consolidar un proyecto profesional emancipador. En el actual contexto de difundidos eclecticismos, esta operacin, en apariencia simple enunciacin de estudios e investigaciones, puede descifrarse como una apuesta poltica que ante todo presenta batalla a aquellas concepciones conservadoras y fetichistas que han orientado (ms por su acomodaticia superficialidad que por su contundencia analtica o por su perfil tico) el debate de la disciplina y sus prcticas, en los recientes aos del oscurantismo neoliberal.

    La piedra roja de la provocacin se mueve por este caleidoscopio de papel. Cada uno de los autores, le da nueva forma, la completa con especificidades, le da un brillo aggiornado y nos la entrega, a nosotros, lectores, con la confianza de que sepamos, como intrpretes diestros, desentraar la esencia y renovar la bsqueda.

    Reconocemos que esa bsqueda no puede darse simplemente desde el voluntarismo de una mirada atenta, y reconocemos por tanto la necesidad de propuestas tericas y metodolgicas que definidas por el objetivo de la desmitificacin nos permitan acercarnos crticamente a la realidad. En el mbito del trabajo social y sus nociones terico disciplinares, han ganado espacio concepciones que negando la dinmica de la sociedad y su intrnseca contradiccin, proponen caracterizaciones fragmentadas de la realidad, con la inmediata consecuencia de propuestas de intervencin focalizadas y de tan corto plazo como de mnimo impacto en las biografas de los sujetos y las comunidades, considerados como meros receptores de un mezquino bienestar, supuestamente vehiculizado por las polticas sociales.

    1 Dra. en Sociologa, teora y metodologa del Trabajo Social (Universit degli studi di Trieste, Italia) - Docente de la carrera de Trabajo Social de la FCH UNCPBA, Tandil.

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  • El libro que presentamos posee la particularidad de recuperar la centralidad de la contradiccin capital-trabajo a partir de una concepcin ontolgica, permitiendo develar el entramado que relaciona a la cuestin social con las polticas de asistencia y a stas con el trabajo en tanto categora fundamental del modo de produccin y del modelo de acumulacin que estructura la sociedad actual.

    La imagen caleidoscpica que el libro conforma a partir de sus siete captulos (en cuyo interior cada uno representa una parte imprescindible del trazado completo a la vez que refleja cierto aspecto de los otros), se inicia con una fuerte llamada, dada por las reflexiones en torno a la categora trabajo.

    En el captulo con el que se inicia el recorrido de la piedra roja, Trabajo abstracto, cuestin social y reproduccin de la fuerza de trabajo, Lessa ofrece una contundente hiptesis acerca del trabajo como mediacin entre la naturaleza y el hombre y de esta relacin como productora de deshumanizacin, en una sociedad organizada a partir de la relacin capital-trabajo. En torno a ello analiza con claridad la gnesis del trabajo alienado, afirmando que con la produccin de excedente -posibilidad que tiene una sociedad a partir del aumento de la capacidad de las fuerzas productivas de producir ms de lo estrictamente necesario para la reproduccin del individuo- surge el trabajo alienado. Es esta caracterstica alienada del trabajo la que se instala como una marca fuerte en la organizacin social generando un proceso continuo de deshumanizacin socialmente producida, al mismo tiempo en que se producen las relaciones sociales de explotacin, lo que Marx y Lukacs han denominado Entfremdung, y que tambin se conoce como extraamiento. Con ello el trabajo deja de ser expresin de las necesidades del hombre en cuanto persona humana, para pasar a ser expresin de la necesidad de acumulacin de riqueza de una de las clases que conforma la organizacin social en la sociedad basada en la explotacin del hombre por el hombre, en la sociedad del capital. Si bien esta caracterstica del trabajo asalariado, contiene la de trabajo alienado por el capital, las luchas sociales, definen las diferentes formas que adquiere el trabajo alienado en cada poca histrica. Evidentemente Lessa reconoce la centralidad fundante del trabajo en la reproduccin de este mundo, sin embargo, se arriesga a ms y nos da clara evidencia de la existencia de relaciones sociales que van ms all del trabajo en cuanto tal. Entendiendo que el trabajo no es slo la relacin del hombre con la naturaleza, sino tambin la relacin de los hombres entre s en el contexto de la reproduccin social, propone y da prueba que su desarrollo exige el desarrollo concomitante de relaciones sociales, que a su vez, precisan de la mediacin de complejos sociales (como la ideologa, la filosofa, el arte, la educacin, la sexualidad, la alimentacin, el Estado, el Derecho, la poltica) que no se identifican con el trabajo, o bien se relacionan con este de manera indirecta, constituyndose en relaciones sociales que se distinguen de las relaciones

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    centrales por las distintas funciones sociales que ejercen en el proceso productivo.

    Los autores que definen la trayectoria de la piedra roja a partir del segundo captulo Expresiones de la Cuestin Social en Amrica Latina, retoman la centralidad de la contradiccin capital-trabajo reconociendo que ella se expresa en la cuestin social y analizando la heterognea realidad de los pases de Amrica latina. Piedra roja en mano, afirman que una poblacin de trabajadores excedentes es la condicin necesaria para la acumulacin y para la expansin de la riqueza capitalista. La originalidad del anlisis, no estara en el hecho de reconocer que este modo de produccin, en su base material crea concomitantemente riqueza y miseria, afirmacin ampliamente compartida, sino en la certeza de que esa contradiccin asume hoy, formas acordes al capitalismo mundializado y se reconfigura tambin en un sentido geopoltico y espacial: as, la contradiccin se expande, y su expresin es muchas veces desplazada de los grandes centros productores a los llamados pases perifricos (donde se hace posible la explotacin de la mano de obra con bajsimos costos econmicos). Si la cuestin social es la expresin de la contradiccin capital trabajo, constituye tambin la articulacin entre los determinantes de la acumulacin capitalista, la reaccin de los trabajadores contra la explotacin y las respuestas del Estado ante ello (ms orientadas a la contencin de conflictos sociales y a la conservacin del orden vigente que a brindar soluciones de fondo a las demandas de la clase trabajadora). Los autores nos enfrentan a partir de un particular anlisis de la situacin actual de los pases latinoamericanos, a la realidad de un extensivo e intensivo predominio de alienaciones. Un complejo dilogo con la teora lukacsiana les permite afirmar que bajo el capitalismo, el trabajador repudia el trabajo y en esta relacin en la que participa, en aparente libertad, su trabajo no es voluntario, sino forzado, un trabajo en el que no se satisface, pero se degrada, en el que no se reconoce, pero se niega, en la medida en que solo puede conservarse como sujeto fsico en calidad de obrero, y no en calidad de hombre: en este proceso los sentidos, fsicos y espirituales, son substituidos por la alienacin de todos ellos, por el sentido de tener. Por lo tanto, concluyen, las alienaciones ms importantes tienen una estrecha relacin con las actuales relaciones de explotacin. Los autores se resisten a dejar la piedra roja apoyada sobre el punto final de su escrito, y la lanzan conscientes de que solo el protagonismo de la resistencia de los trabajadores podr volverse un elemento decisivo para la superacin de los procesos sociales alienantes.

    En La lucha de Clases y la poltica de asistencia en Argentina, Seiffer, decide orientar el trayecto de la piedra roja, dentro de las fronteras nacionales, y decididamente la obliga a impactar contra la hegemnica visin liberal, que presenta la intervencin estatal como un factor externo al movimiento de

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  • acumulacin y la consecuente caracterizacin de que los problemas actuales de la clase obrera argentina se explican por la ausencia del Estado durante la dcada del 90 -cuestin que permite armar la falacia de que su presencia resolvera estos problemas-. Dichas afirmaciones, sostiene la autora, se apoyan en una visin voluntarista de la accin estatal, coherentemente relacionada con ideas contractualistas (aquellas que cuando no en clave romntica y si en estrategias manipuladoras, presentan la accin del Estado como expresin de los intereses generales de la sociedad y por ende actuando por el bien comn). Evidentemente ello resulta en la predominancia de anlisis finalsticos de las polticas sociales, que reducen su inters a aspectos normativos. La propuesta se concretiza en un tan rojo como exhaustivo estudio de la poltica asistencial a partir de la reconstruccin de las principales polticas de asistencia implementadas durante el perodo 2002-2007 ponindolas en su unidad con la evolucin de la lucha de clases. La piedra roja de Seiffer plantea un recorrido histrico y geogrfico de la resistencia obrera que va desde el Santiagueazo en la dcada del 90 indicado como un punto de inflexin en el movimiento de protesta- pasando por las distintas manifestaciones provinciales que evidencian una fase ascendente en la lucha de clases, hasta el Argentinazo y el Piquetazo. Cabe destacar, en este recorrido por las luchas del interior del pas, la recuperacin que realiza de la situacin vivida en Neuqun a mediados de los 90, en la cual el gobierno de la provincia sanciona la primera ley de asistencia que exige una contraprestacin laboral: un salario miserable por un trabajo precario, flexibilizado, en negro y sin derecho a la afiliacin sindical que estableca un nuevo mnimo de miseria para el conjunto del movimiento obrero. Acompaado de un importante bagaje de datos y de un lcido anlisis de los mismos, el trabajo logra evidenciar que represin y asistencia fueron dos formas en que los gobiernos de los distintos niveles respondieron a las demandas de los trabajadores en lucha. Para finalizar logra desarmar con brillante destreza terica los supuestos que estn detrs de las principales polticas de asistencia implementadas como el Plan Familias por la inclusin Social (PFIS) el Seguro de Capacitacin y Empleo (SCyE), el Plan Manos a la obra (PMO) y el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria El Hambre ms urgente (PHU). Seiffer nos obliga a buscar la piedra roja dentro de conceptualizaciones sobre la dinmica general de la sociedad argentina, mientras constata un pasaje de la sobrepoblacin relativa abierta (desocupacin) a la estancada, relacionando dicho cambio con el desarrollo de la poltica asistencial y entendiendo que no puede aprehenderse la ampliacin de la asistencia en dicho perodo, sin remitir a la lucha de esta porcin de la clase obrera por su reproduccin. La propuesta que recorre todo el trabajo es aquella del estudio de la poltica asistencial -y de la poltica social en general-, ligado al

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    examen del movimiento del capital y que evidentemente contenga un anlisis de la lucha de clases.

    En el cuarto capitulo, La organizacin de los trabajadores desocupados y el enfrentamiento de la cuestin social el trazado de la piedra roja marca un vrtice en el intento de recuperacin de la intervencin histrica recientemente protagonizada por movimientos de trabajadores desocupados, como una perspectiva de trabajo fundamental para el Trabajo Social. La autora deja planteado claramente el intento de de mostrar cmo las formas de lucha y resistencia de los trabajadores desocupados, ms que configurar una supuesta nueva cuestin social muestran al desempleo como una forma de existencia de las relaciones capitalistas de explotacin. El recuperar esas luchas como un momento de la reconfiguracin de las formas polticas del antagonismo de clases y de la redefinicin de la identidad de lucha de las clases subalternas, nos permite suponer un cambio (an en proceso) de la identidad obrera. En este sentido y en consonancia con los anlisis propuestos en el capitulo 3, la autora rescata imgenes de rebeliones que se suceden en el interior del pas, desde la segunda mitad de la dcada de 1990, y en las cuales, afirma, puede observarse el surgimiento de un nuevo sujeto social. En este sentido, arriesga que los trabajadores desocupados desnudan una expresin de la cuestin social de difcil resolucin y para la cual escasean mecanismos estructurados de intervencin pblica. Cuando afirma la consolidacin de un padrn social de asistencializacin del desempleo de las masas trabajadoras, Marro hace llegar la piedra roja hacia dos puntos, el primero choca y deja a la vista la funcionalidad de dicho proceso respecto de los cambios cualitativos en el rgimen de explotacin actual. Con el segundo impacto, la piedra roja de Marro evidencia que ese mismo proceso dise un perfil de poltica social con innegables contornos de contra-insurgencia. Esto es, la poltica social se vio llamada a responder a la insubordinacin de las clases subalternas, a la vez que imposibilitada de garantizar medidas sistemticas con cierta incidencia en la dinmica de explotacin del trabajo.

    La autora arroja aun ms en profundidad la piedra roja, sugiriendo un cierto desvo de las polticas de asistencia social respecto de su rol tradicional, al dejar al descubierto la centralidad que adquieren en este contexto histrico, los programas sociales para dar respuesta al desempleo, entendidas en el marco de la consolidacin paulatina de un padrn de asistencializacin del desempleo y de la explotacin, como va privilegiada de enfrentamiento de las desigualdades sociales por las clases dominantes argentinas. A travs de un recorrido por la historia reciente argentina impecablemente iluminado por fuertes contenidos tericos, la autora deja al desnudo la perversa funcionalidad poltica de los programas de asistencializacin del desempleo.

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  • En el captulo Cuestin Social/Cuestin Penal, las autoras evidencian las tensiones presentes en los debates acerca de la intervencin profesional ante los procesos que convergen en la criminalizacin de la pobreza; as la piedra roja rueda a los pies de los usualmente culpabilizados de lanzar piedras contra el sistema, y acompaa sin demagogias sus pasos, para develar una matriz jurdica que postulando igualdad ante la ley, esconde aquella desigualdad material constitutiva del propio sistema capitalista, la desigualdad producida por la apropiacin privada de lo socialmente producido.

    Capello y Senatore escriben con una piedra roja en forma de punta de lanza, al definir la cuestin penal como el entramado de prcticas, discursos, leyes y argumentaciones que abordan los problemas derivados de las contradicciones del desarrollo del sistema capitalista en clave penal e identifican la penalizacin de la pobreza, la criminalizacin de la protesta y la judicializacin de la vida cotidiana de los sectores ms vulnerables de la clase trabajadora como estrategias complementarias.

    El anlisis de la cuestin penal en relacin a la denominada cuestin social y en funcin del desarrollo del sistema capitalista, permite a las autoras dar cuenta de que son las consecuencias problemticas del orden burgus y no las individualidades sin moral- las que se abordan mediante el consenso y la coercin, dos estrategias a las que se corresponden el diseo e implementacin de polticas sociales y de polticas penales, respectivamente. Este inusitado anlisis de la cuestin penal, desentraa la historia del andamiaje jurdico-normativo desde la constitucin del Estado-Nacin en Argentina y sus cambios condicionados por la insercin del pas en la divisin internacional del trabajo, dejando al descubierto la centralidad de la relacin capital-trabajo.

    Respecto de la profesin, al considerar que la misma adquiere una existencia propia en virtud de la divisin del trabajo recuperan la relacin inmanente entre la criminologa y el trabajo social, dos disciplinas que segn el planteo de las autoras, anudan las estrategias de consenso y coercin. Desde esta perspectiva se reconstruyen las transformaciones que las diversas fases del desarrollo del capital han demandado a ambos campos de conocimiento sobre el problema de la criminalidad, dando origen a polticas pblicas y a nuevas demandas a las profesiones.

    Si las formas de enfrentar las refracciones de la cuestin social adquieren diversos aspectos, las autoras sostienen que en la actualidad se da una agudizacin en la implementacin de polticas penales entendidas como un tipo particular de poltica social. Por ltimo y a la pregunta acerca del rol que se le asigna al trabajador social en este contexto, la respuesta propuesta y compleja es aquella que sostiene que en este escenario, la demanda hacia el trabajo social refuerza el ideal resocializador y coloca al profesional ante una demanda

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    predictiva y teraputica. A travs de un artculo que nos interpela como categora, Capello y Senatore, apelan en todo el recorrido de la piedra roja lanzada a cuatro manos, a la capacidad crtica de los profesionales del trabajo social.

    Continuando con el recorrido en forma de espiral de esta inquieta piedra roja, el sexto captulo, Cuestin social y polticas asistenciales, propone un estudio de las polticas de asistencia alimentaria como respuesta a la metamorfosis de la cuestin social. Ierullo propone dicho anlisis a partir de la propuesta terica de la estructuracin de los riesgos en la sociedad actual y la relacin entre la trada familia-Estado-mercado en torno a la gestin de los mismos, a la vez que relaciona dichos insumos tericos con el proceso de consolidacin de las polticas de asistencia alimentaria, en nuestro pas, a partir de dimensiones como la continuidad en el desarrollo de las acciones, la instalacin de esta estrategia en los distintos niveles de gobierno (nacional-provincial-municipal) y el tipo de prestaciones de las polticas alimentarias. Evidentemente no todos los riesgos (identifica riesgos asociados al sistema de clase, a la trayectoria vital, a la transmisin intergeneracional, y al sistema de sexo- gnero) han revestido histricamente un carcter social o pblico. El reconocimiento de un determinado riesgo como social surge de complejos procesos a travs de los cuales se identifica la necesidad de atencin pblica de determinados cuestiones, lo que a su vez constituye la base para el desarrollo de polticas de atencin de los problemas sociales. Respecto de la atencin de las necesidades alimentarias, el autor marca tres periodos histricos, relacionados con la evolucin del modelo del Estado de Bienestar en nuestro pas, que signifc la asuncin por parte del Estado de la responsabilidad en la gestin de riesgos y en la atencin de necesidades considerados como sociales o pblicos. Sin embargo, llama la atencin acerca de que la relacin asalariada se constituy en una relacin fundamental, en tanto el empleo constitua el principal medio de inclusin social de los trabajadores y sus familias y a su vez una condicin esencial para el acceso a beneficios sociales. En este contexto se integraron dos tipos de intervenciones diferenciadas: por un lado el Estado que provea bienes y servicios para la atencin de determinadas necesidades, principalmente aquellas que resultaban ms onerosas para las familias (como por ejemplo el acceso al sistema educativo y sanitario); y por otro lado las familias se ocuparon de la satisfaccin de las necesidades materiales cotidianas (alimentacin, abrigo, etc.) a travs de la adquisicin de satisfactores en el mercado y de la generacin de relaciones de cuidado y reciprocidad al interior del ncleo familiar. Las caractersticas principales de este modelo de Estado continuaron vigentes hasta mediados de la dcada del 1970, cuando en el marco de una nueva crisis econmica mundial y de la irrupcin del golpe militar en 1976, se produce un quiebre en la orientacin de las polticas desarrolladas. En el campo de la atencin de las necesidades

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  • alimentarias, en primera instancia puede afirmarse que al igual que otras necesidades bsicas cotidianas, aparecieron bajo la responsabilidad de las familias. A partir de all, en nuestro pas se aplicaron progresivamente polticas de corte neoliberal que propendieron a la desregulacin y apertura de los mercados y a la eliminacin del dficit fiscal a travs del recorte del gasto pblico. Estos procesos fueron acompaados por una fuerte desindustrializacin y el establecimiento de medidas de flexibilizacin del mercado laboral. Sabemos que estas polticas que se comenzaron a implementar en Argentina en la dcada de 1970 se agudizan en la dcada de 1990, impactando en las condiciones de vida de la poblacin. En este contexto el autor identifica la expresin de la denominada nueva cuestin social, en tanto la precarizacin de las condiciones de trabajo y la flexibilizacin de las formas de contratacin ponen en cuestin el rol histrico que haba asumido el empleo en tanto medio para la inclusin social de las familias. Ierullo hipotiza un punto de inflexin en el campo de las polticas de asistencia alimentaria, a partir del Plan Alimentario Nacional (PAN) que alcanzando una cobertura de 1,34 millones de familias (20% de la poblacin total del pas) constituye una innovacin poltica en tanto el tipo de intervencin desarrollada en funcin de la problemtica nutricional y en tanto la masividad que adquiri. Aparece aqu la piedra roja dejando un signo importante cuando el autor afirma que el mismo no apunta a un cambio fundamental en la relacin Estado-familia-mercado en cuanto a la gestin de los riesgos vinculados a una inadecuada alimentacin y as se refuerza la idea que las familias constituyen la instancia de provisin y cuidado en cuanto a los alimentos. El fortalecimiento del proceso de familiarizacin del bienestar implica que la responsabilidad sobre la provisin de bienestar sobre cada uno de los miembros que integran la familia recae de manera creciente sobre las unidades familiares.

    Si bien el autor brinda datos que dan cuenta de la consolidacin de las polticas de asistencia alimentaria, l mismo confirma que la asuncin de responsabilidad del Estado sobre los riesgos que la situacin de pobreza supone en cuanto a la alimentacin es sumamente limitada, en tanto se interviene sobre los miembros con mayor grado de vulnerabilidad nios y ancianos- y en funcin de la comprobacin de la imposibilidad de las familias de gestionar esas dificultades. La destreza analtica de Ierullo se confirma al proponer que desde este tipo de acciones se reproduce un modelo de poltica social residual, por medio del cual el Estado interviene de manera limitada frente a las necesidades y riesgos a los que se ven expuestos los individuos. En este sentido y con estas caractersticas se desarrolla un tipo de intervencin cortoplacista que permite abordar solo las manifestaciones ms extremas del proceso de pauperizacin, siendo funcional en cuanto permite contener cierto aspecto de la conflictividad social.

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    Con el ltimo captulo, nuestra piedra roja llega a un mbito original pocas veces abordado desde una perspectiva crtica, aquel de la Responsabilidad Social Empresarial, sus implicancias y sus estrategias de intervencin sobre la Cuestin Social. Caizares plantea las tendencias actuales de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en nuestro pas, y toma como caso de estudio, las experiencias de la empresa El Tejar a travs de su unidad Compromiso con la Comunidad. La singularidad del trabajo, puede encontrarse en el anlisis de la implicancia socio-histrica de la RSE como parte de una estrategia de reestructuracin del capital que a su vez se relaciona con procesos de privatizacin y recorte de los servicios sociales. Afirma el autor que este nuevo tipo de servicio social trae consigo una serie de caractersticas que configuran su particularidad, a la vez que muestra claramente su tentativa de diferenciar su anlisis de la RSE y la intervencin privada de aquellos estudios provenientes del marketing, el managment y la gerencia social. En tal sentido evala las estrategias de la RSE como una forma particular de servicio social que deben ser comprendidas en el marco de la estrategia neoliberal de reestructuracin del capital y en funcin de una estrategia de clase, en tanto se constituyen en la reconfiguracin de las formas institucionales de respuesta a las refracciones de la cuestin social.

    Una interesante pista para orientarnos dentro del anlisis es la explicacin de que el fortalecimiento de este tipo de estrategias en nuestro pas se asocia al desarrollo del modelo neoliberal, iniciado a mediados de los 70, lo cual se relaciona con la reforma del Estado y la des-responsabilizacin estatal en mbitos tradicionalmente cubiertos por la poltica social pblica. A dichos procesos el autor suma los procesos de privatizacin (manifiestos y encubiertos) de los capitales pblicos nacionales y el socavamiento del sistema de seguridad social, para dar con ello posibilidad a la aparicin de las estrategias como la RSE. Tomando aportes de Lukacs, el autor seala las RSE como un complejo social, es decir, una modalidad de organizacin de las relaciones sociales que tiende a garantizar la reproduccin social vigente, imponiendo elementos que garanticen su reproduccin, tanto en un plano material como subjetivo. Caizares profundiza dicho anlisis sosteniendo que lo que se pone en juego a travs de la intervencin social de las empresas, es tanto la transmisin del imaginario burgus, como el establecimiento de mecanismos de control sobre las demandas histricas de la clase trabajadora. La intervencin de las empresas sobre la cuestin social guarda relacin con las mltiples formas de respuesta por parte del capital que implican tanto la atencin a las demandas de la clase trabajadora, como la reproduccin del modo capitalista.

    Por ltimo identifica los rasgos que caracterizan las intervenciones de las empresas con la RSE, entorno a caractersticas como su marcado carcter

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  • focalizador -en consonancia con el patrn de intervencin burguesa sobre la cuestin social- la negacin del carcter social de las problemticas abordadas, la fragmentacin -disociando las problemticas de sus causas histricas- y la moralizacin bajo la cual los valores juegan un papel central, por cuanto se comprende la desigualdad como producto de la ausencia de esfuerzo, sacrificio o inclusive falta de dedicacin al trabajo. En este sentido y retomando a Gramsci la RSE viene a dar respuesta, a la necesidad, por parte de la clase hegemnica, de la existencia de mecanismos que garanticen la reproduccin de esa hegemona.

    Luego de un intenso recorrido, la piedra roja ha llegado al fin de esta audaz trayectoria y queda latiendo en nuestras manos, a la espera de nuevos puntos donde impactar. Solo la realidad indicara los hasta hoy ignorados trayectos. Solo nuestras manos podrn asumir el riesgo de lanzarla.

    La necesidad de estas audacias presentadas como discursos, se refuerza al considerar la tarea del intelectual como un actor social atento a que las discusiones centrales de la formacin y del ejercicio profesional, no sean viciadas ni por idealismos pseudo conciliadores, ni por supersticiones conservadoras teidas de cientificidad. En este sentido no cabe ms que desafiar la afirmacin segn la cual el prlogo ms que una forma subalterna del brindis debiera ser una especie lateral de la crtica. Me permito acercarme a la crtica y debo desde all reconocer motivos de festejo ante la produccin de estos jvenes colegas, en quienes descubro pasin intelectual y con quienes comparto preocupacin militante.

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    Capitulo I

    El Proceso de produccin/reproduccin social: trabajo y sociabilidad*

    Sergio Lessa

    Introduccin

    Cul es la relacin entre los hombres y la naturaleza? Qu convierte al ser

    social distinto de la naturaleza? Por qu el trabajo es la mediacin entre ellos? Y finalmente, Por qu el trabajo se convierte en trabajo alienado?

    El objetivo de este texto es discutir y analizar estas cuestiones. Para comprender la relacin entre la sociedad y la naturaleza se debe,

    inicialmente, caracterizarlas. La naturaleza est compuesta por el ser inorgnico (mundo mineral) y por el ser orgnico (animales y plantas). As como las plantas se alimentan del reino mineral y los animales se alimentan de las plantas y de los minerales, los hombres apenas pueden existir en relacin con la naturaleza: comenzando por el hecho que sin reproduccin biolgica de los individuos no hay sociedad posible. Esto es de la mayor importancia: por ms desarrollada que sea una sociedad, ella siempre tendr una base natural. Sin la transformacin de la naturaleza por los hombres, y sin la reproduccin biolgica, no hay historia humana. Sin embargo, el ser social es distinto del mundo natural porque, en la esfera de la vida, la evolucin se hace por la desaparicin y surgimiento de nuevas especies de plantas o animales; la historia humana es el surgimiento, desarrollo y desaparicin de relaciones sociales.

    Es esto lo que va a distinguir el mundo de los hombres de la naturaleza, la historia humana es el desarrollo de las sociedades ms simples a las formaciones sociales cada vez ms complejas y desarrolladas. Desde las hordas y tribus ms primitivas hasta la moderna sociedad capitalista, lo que verdaderamente se alter fueron las relaciones sociales y no el animal biolgico homo sapiens.

    * Ttulo original: O Processo de produo/reproduo social: trabalho e sociabilidade. Publicado en: Capacitao em Servio Social e Poltica Social; Mdulo 2: Crise Contempornea, Questo Social e Servio Social, Brasilia, CEAD, 2000. Traduccin de Silvina Cavalleri y Gustavo Parra.

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  • I. Trabajo y Reproduccin social

    Por qu el ser social es tan diferente de la naturaleza aunque no pueda reproducirse sin ella?

    Para responder a esta pregunta es necesario examinar un hecho comn de la vida cotidiana de todos nosotros.

    Imagine que alguien tiene necesidad de quebrar un coco. Para ello hay varias alternativas posibles: puede tirar el coco al piso, puede construir un hacha, puede abrir el coco con los dientes, puede quemar la cscara del coco y as siguiendo. Para escoger entre las alternativas se debe imaginar el resultado de cada una o, en otras palabras, anticipar en la consciencia el resultado probable de las alternativas.

    Esta anticipacin en la consciencia del resultado probable de cada alternativa posibilita escoger aquella que es considerada como la mejor. Realizada la eleccin, el individuo la lleva a la prctica, es decir, objetiva la alternativa escogida.

    Vamos a imaginar que la alternativa escogida para quebrar el coco sea la de construir un hacha. Al construir un hacha, el individuo transform la naturaleza: el hacha era algo que no exista antes.

    Veamos lo que de hecho ocurri: 1) hay una necesidad: quebrar el coco; 2) hay diversas alternativas posibles para responder a esta

    necesidad (tirar el coco al suelo, construir un hacha, etc.); 3) el individuo proyecta, en su consciencia, el resultado de cada

    una de las alternativas, las evala y escoge aquella que juzga ms conveniente para responder a la necesidad;

    4) elegida la alternativa, el individuo acta objetivamente, esto es, transforma la naturaleza y construye algo nuevo. Este movimiento de transformar la naturaleza a partir de una previa ideacin2 es denominado por Lukcs, despus de Marx, como trabajo3 (Marx, 1983:149 y siguientes).

    El resultado del proceso de trabajo es, siempre, alguna transformacin de la realidad. Toda objetivacin4 produce una nueva situacin, pues tanto la realidad ya no es ms la misma (en alguna cosa ella fue transformada) como tambin el individuo ya no es ms el mismo, pues l aprendi algo al hacer aquella hacha.

    2 Previa ideacin o teleologa: la construccin, en la consciencia, del resultado probable de una determinada accin. 3 Trabajo: proceso compuesto por la previa ideacin y por la objetivacin. Resulta, siempre, en la transformacin de la realidad y, al mismo tiempo, del individuo y la sociedad involucrados. 4 Objetivacin: la transformacin de lo que fue previamente idealizado en un objeto perteneciente a la realidad externa al sujeto. Transformacin de la realidad en el sentido de la previa ideacin.

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    Cuando l haga la prxima hacha, l sabr utilizar la experiencia y la habilidad adquiridas en la construccin del hacha anterior. El podr tambin incorporar a la nueva hacha la experiencia de uso del hacha antigua (por ejemplo, un mango hecho con una madera es peor que hecho con aquella otra, esta piedra es mejor que aquella otra, etc.).

    Esto significa que al construir el mundo objetivo el individuo tambin se construye. Al transformar la naturaleza, los hombres tambin se transforman, pues adquieren siempre nuevos conocimientos y habilidades. Esta nueva situacin (objetiva y subjetiva, bien entendido) hace que surjan nuevas necesidades (un hacha diferente, por ejemplo) y nuevas posibilidades para atenderlas (el individuo posee conocimientos y habilidades que no posea anteriormente y, ms all de eso, posee un hacha para ayudarlo en la construccin de la prxima hacha).

    Estas nuevas necesidades y nuevas posibilidades impulsan al individuo a nuevas previas ideaciones, a nuevos proyectos y, luego, a nuevas objetivaciones. Estas, a su vez, darn origen a nuevas situaciones que harn surgir nuevas necesidades y posibilidades de objetivacin, y as continuando.

    Algunos aspectos de este proceso son decisivos para la comprensin de qu es el mundo de los hombres:

    1. El hacha es un objeto construido por el hombre y slo podra existir a travs del trabajo. La naturaleza puede producir maz, pero no puede construir hachas.

    2. Sin embargo, el hacha es una transformacin de un pedazo de la naturaleza. La madera y la piedra del hacha continan siendo un pedazo de la naturaleza. Si desarmamos el hacha, la piedra y la madera continan siendo piedra y madera. El hacha es la piedra y la madera organizadas segn una determinada forma y, esta forma, slo puede existir como resultado de trabajo. El trabajo, por lo tanto, no implica la desaparicin de la naturaleza sino su transformacin en el sentido deseado por los hombres.

    3. La previa ideacin es siempre una respuesta, entre otras posibles, a una necesidad concreta. Por lo tanto, ella posee un fundamento material ltimo que no puede ser ignorado: ninguna previa ideacin brota de la nada, ella es siempre una respuesta a una determinada necesidad que surge en una determinada situacin. Ella es siempre determinada por la historia humana.

    4. Como todo trabajo origina una nueva situacin, la historia jams se repite.

    5. Y, por ltimo, algo de mayor importancia: el hombre, al transformar la naturaleza, tambin se transforma. Cuando los hombres construyen la

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  • realidad objetiva, ellos tambin se construyen en cuanto individuos. Al hacer el hacha, el individuo tambin se desarroll, adquiri conocimientos y habilidades que antes no posea.

    II. La reproduccin social

    Hemos visto que la construccin de un hacha crea una nueva situacin. Ella

    modifica la realidad, produciendo un nuevo objeto y, tambin, modifica al individuo dotndolo de nuevos conocimientos y habilidades.

    Es preciso examinar ms de cerca este complejo proceso. Cuando el individuo, all en la prehistoria, decidi hacer el hacha, l tena un objetivo muy determinado: abrir un coco. Y eso, l consigui hacerlo. Sin embargo, de hecho, l hizo mucho ms que quebrar un coco. Al descubrir el hacha l dio un paso importantsimo en el desarrollo de las fuerzas productivas. Y este desarrollo, millones de aos despus, posibilit a los hombres la construccin de naves espaciales y viajes interplanetarios. Al hacer el hacha, aquel hombre primitivo estaba haciendo algo ms grande: estaba dando un paso decisivo en el desarrollo de las capacidades humanas para transformar la naturaleza en bienes necesarios para el desarrollo de la humanidad.

    De manera similar, al decidir construir el hacha l no poda saber anticipadamente qu nuevos conocimientos y habilidades l adquirira en el proceso. Sin embargo, estos nuevos conocimientos y habilidades inmediatamente tiles para la construccin de hachas, terminan por tener una utilidad mayor. Por ejemplo, el descubrimiento que las piedras negras son ms duras que las piedras rojas, significa un conocimiento mayor del reino mineral y puede servir, en otras circunstancias, para construir una casa de piedra o para un mayor conocimiento de la naturaleza en cuanto tal.

    As, a lo largo de los siglos, los conocimientos y habilidades que van siendo adquiridos en el trabajo terminan por dar origen a los conocimientos cientficos, artsticos, filosficos, etc., mucho ms sofisticados, complejos y bastante distantes de aquellos conocimientos ms primitivos que estn en sus orgenes.

    En pocas palabras: todo acto de trabajo, siempre dirigido para responder a una necesidad concreta, histricamente determinada, termina por remitir mucho ms all de s mismo. Sus consecuencias objetivas y subjetivas no se limitan a la produccin del objeto inmediato sino que se extienden por toda la historia de la humanidad.

    Es de este modo que, en las tribus primitivas, los actos aislados de recoleccin de alimentos terminaron por dar origen a las sofisticadas tcnicas de la caza y la pesca colectivas, que implican una organizacin y coordinacin mucho ms

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    desarrollada que los actos de cada individuo. Y, con la aparicin de la agricultura, que posibilita por primera vez en la historia a un individuo producir ms de lo que necesita para su sobrevivencia (produccin excedente), se vuelve lucrativa la explotacin del hombre por el hombre. El trabajo, ahora, no ser ms realizado por todos los miembros de la sociedad, sino que habr una clase social (la primera de ellas fue la de los seores de esclavos) que explotar el trabajo de la clase trabajadora (la primera de ellas fue la de los esclavos). Sobre este tema volveremos luego al tratar la relacin entre trabajo y alienacin. Ahora lo importante es que, en estas nuevas condiciones histricas, para que el trabajo se pueda realizar es necesario un ejrcito que obligue a los esclavos a trabajar, un Estado que forme y mantenga ese ejrcito, una ideologa que justifique la explotacin de los esclavos, en fin, para que el trabajo se pueda realizar es necesaria una serie de complejos sociales5 que no se relacionan con el trabajo sino de manera muy indirecta.

    Es as que, a lo largo de la historia de los hombres, el proceso reproductivo de las sociedades se complejiza en la medida en que ocurre el desarrollo de las fuerzas productivas. Si, en el estadio ms primitivo, el trabajo que convierte a la naturaleza en bienes necesarios a la reproduccin social era realizado por todos y de forma bastante directa, en las sociedades ms desarrolladas esta situacin se transforma radicalmente. Es as que, en las sociedades divididas en clases (esto es, en aquellas en que una clase social explota el trabajo de otra), el trabajo apenas se puede realizar si hay un poder que obligue a los individuos a producir y entregar el fruto de su trabajo a la otra clase.

    En otras palabras, sin dejar de ser el complejo a travs del cual la sociedad se reproduce materialmente, el acto de trabajo pasa a ser tambin (pero no apenas) una relacin de poder entre los hombres. Y, cuando eso ocurre, es imprescindible una serie de complejos sociales que sern los portadores prcticos de ese poder de algunos individuos sobre los otros. Es por eso que surgen, se desarrollan y se convierten cada vez ms importantes para la reproduccin social, complejos como el Estado, la poltica, el Derecho, etc.

    Aunque son decisivos para que la explotacin del trabajo se realice, estos complejos no se confunden con el trabajo en cuanto tal. Y esto, fundamentalmente, porque en el trabajo siempre tenemos la relacin de los

    5 Complejo social: es el conjunto de relaciones sociales que se distingue de las otras relaciones por la funcin social que ejercen en el proceso productivo. As, la funcin social del habla (expresar lo nuevo incesantemente producido por el trabajo tanto en la consciencia de los individuos como en la comunicacin indispensable entre ellos) es distinta de la funcin social del Estado (instrumento especial de represin de la clase dominante dirigido a la realizacin de la explotacin de la fuerza de trabajo de las clases dominadas). En este sentido preciso, el Estado es un complejo social distinto del habla.

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  • hombres con la naturaleza, en cuanto en el Derecho, la poltica, el Estado, etc., siempre tenemos la relacin de los hombres entre s. En el trabajo, el objetivo, siempre, es transformar la realidad material, mientras que en estos otros complejos sociales, el objetivo es promover una determinada organizacin de las relaciones sociales, una determinada organizacin de los hombres. Y esto es una enorme diferencia en la prctica concreta de cada uno, as como su relacin con la totalidad de la reproduccin social.

    En sntesis: todo acto de trabajo resulta en consecuencias que no se limitan a su finalidad inmediata. El tambin posibilita el desarrollo de las capacidades humanas, de las fuerzas productivas, de las relaciones sociales, de manera que la sociedad se vuelva cada vez ms desarrollada y compleja. Es este rico, contradictorio y complejo proceso que, fundado en el trabajo, termina dando origen a relaciones entre los hombres que no slo se limitan al trabajo en cuanto tal, que es denominado de reproduccin social.

    En la esfera de la reproduccin social, las nuevas necesidades y posibilidades generadas por el trabajo van a dar origen a nuevas relaciones sociales que se organizan bajo la forma de complejos sociales. El habla, el Derecho, el Estado, la ideologa (con sus formas especficas como: la filosofa, el arte, la religin, la poltica, etc.), las costumbres, etc., son complejos sociales que surgen para atender a las nuevas necesidades y posibilidades, puestas por el trabajo, para el desarrollo de los hombres.

    Estos nuevos complejos sociales no se confunden con el trabajo, aunque se relacionan con l constantemente. Mientras que el trabajo apunta a transformar la realidad para la produccin de los bienes necesarios a la reproduccin material de la sociedad, los otros complejos sociales buscan ordenar las relaciones entre los hombres. En esto son radicalmente diferentes.

    III. Trabajo y totalidad social Es posible ahora percibir en qu medida los hombres se distinguen de la

    naturaleza. Al contrario de esta, la historia de los hombres es la historia del origen y desarrollo de las formas de organizacin social. Estas formas surgen y se desarrollan porque todo acto de trabajo produce mucho ms que el objeto que de l resulta inmediatamente. El produce, en el plano objetivo, una nueva situacin histrica y, en el plano subjetivo, nuevos conocimientos y habilidades que se van convirtiendo cada vez ms socializados con el paso del tiempo.

    Con esto se desarrolla la capacidad humana de transformar la realidad (se desarrollan las fuerzas productivas, sus modos de organizacin social, la divisin de las nuevas tareas que van surgiendo se hace cada vez ms sofisticada y

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    compleja, etc.). La sociedad va dejando de ser aquella formacin ms simple del inicio de la historia humana, para adquirir una forma cada vez ms compleja, articulada y contradictoria.

    Pero no es slo eso. Tambin los individuos se van desarrollando. Pues, para vivir en situaciones sociales crecientemente complejas, para vivir en una sociedad cada vez ms sofisticada, contradictoria y desarrollada, los individuos tambin deben ser cada vez ms desarrollados. Ellos deben poseer conocimientos, habilidades, sensibilidades, etc., que no necesitaban antes. Por ejemplo, hace pocos siglos, saber leer y escribir era un lujo de las clases dominantes, hoy es una necesidad para cualquiera de nosotros. Antes, saber contar hasta diez era suficiente para vivir bien, hoy quien no sabe contar hasta los miles (por lo menos) no sabr vivir en nuestra sociedad. Y as siguiendo...

    Por lo tanto, es en el trabajo que los hombres se construyen como seres diferentes de la naturaleza. Es por el trabajo que ellos no apenas producen los bienes necesarios a la sobrevivencia, como tambin producen, al mismo tiempo, las nuevas necesidades y posibilidades, y las nuevas habilidades y conocimientos de los individuos que posibilitarn a la historia caminar en direccin a la construccin de sociedades cada vez ms complejas.

    Sin embargo, la sociedad de ningn modo se reduce al trabajo. Pues las propias nuevas necesidades producidas por el trabajo dan origen a complejos sociales que no forman parte del trabajo en cuanto tal. Un ejemplo de esto son las clases sociales. Ellas se desenvuelven a partir de las posibilidades de explotacin del hombre por el hombre dadas por el desarrollo de las fuerzas productivas (desarrollo, como vimos, que es generado por los nuevos conocimientos, habilidades, necesidades y posibilidades generadas en el propio trabajo). Sin embargo, la lucha de clases es algo mucho ms amplia que el trabajo, aunque ocurra tambin en esta esfera. La lucha de clases posee un componente poltico, ideolgico, cultural, posee formas de combate social (barricadas, huelgas, manifestaciones pblicas, revoluciones, etc.) que, de ningn modo, pueden ser reducidas al trabajo. As, si el trabajo distingue el hombre de la naturaleza (y, en este sentido, funda el ser social), de ningn modo podemos reducir toda la sociedad al trabajo. El conjunto total de las relaciones y complejos sociales que componen las sociedades en cada momento histrico, es denominado de totalidad social.

    IV. Trabajo y alienacin

    El desarrollo del mundo de los hombres, fundado por el trabajo, -con el inevitable aumento del conocimiento de los hombres sobre s mismos y de la

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  • naturaleza-, posibilit, a travs de un proceso histrico que no es posible ser explorado aqu, el descubrimiento de la agricultura y de la ganadera. Con la agricultura y la ganadera, por primera vez en la historia los hombres (individual y colectivamente) pasaron a producir ms de lo necesario para su sobrevivencia. Antes no tena sentido esclavizar a nadie. Su produccin era tan pequea que apenas permita la alimentacin del propio individuo. Era ms ventajoso transformarlo en comida y, por eso, durante muchos aos las sociedades primitivas conocieron la antropofagia.

    Con la produccin excedente (esto es, mayor de lo estrictamente necesario para la reproduccin del individuo), pasa a ser ms ventajoso transformar al prisionero (por ejemplo) en esclavo que devorarlo. Claro que esta transformacin implicaba un acto de fuerza sobre el prisionero: este slo trabajara como esclavo bajo la presin directa de la violencia. A partir de este momento histrico la sociedad estaba dividida entre dos clases: la que trabaja y produce la riqueza que ser apropiada por la otra clase. Con esto surge el trabajo alienado, o sea, el trabajo cuya razn de ser no es ms la necesidad del trabajador sino el desarrollo de la riqueza de la clase dominante.

    Con la alienacin6 del trabajo, la reproduccin social pasa a conocer una nueva categora, que no conoca anteriormente (por lo menos, no en esta forma ms desarrollada). El hombre pasa a producir relaciones sociales de explotacin, la vida social es cada vez ms basada en la violencia que posibilita que una clase viva del trabajo (y de la miseria, por lo tanto) de la otra; en sntesis, los hombres pasan a producir su propia deshumanizacin. La alienacin no es ms que esto: la deshumanizacin socialmente producida por los propios hombres.

    Ahora, una pausa para sacar algunas conclusiones importantes. Fue visto que, por la mediacin del trabajo, los hombres al transformar la

    naturaleza se transforman, tambin, a s mismos, dando origen a un complejo proceso de desarrollo de las capacidades humanas. Los hombres (tanto los individuos como las sociedades) aumentan su capacidad de producir los bienes materiales necesarios a su sobrevivencia utilizando un tiempo cada vez menor de trabajo con esta finalidad. Es lo que, de forma ms genrica, se denomina

    6 Alienacin: proceso social por el cual la humanidad, en su proceso de reproduccin, produce su propia deshumanizacin, su propia negacin en cuanto ser humano. Es la construccin social de deshumanidades por los propios hombres. Este concepto es objeto de alguna confusin, tambin, porque, en Brasil, l es denominado de varias maneras. Algunos autores, Ricardo Antunes, por ejemplo, prefieren el trmino extraamiento (estranhamento) para designar lo que denominamos alienacin. Jos Paulo Netto ha preferido el trmino alienacin (alienaao) en lugar de extraamiento. Lo importante es que el lector tenga en cuenta que ambos se estn refiriendo al mismo fenmeno social, y que apenas estn traduciendo de forma diferente el trmino Entfremdung utilizado por Marx y Lukcs para designar la produccin por los hombres de su propia deshumanidad.

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    desarrollo de las fuerzas productivas7. Estas, en su concepto ms amplio, estn compuestas por todas las potencias humanas empleadas en la produccin de los bienes indispensables a la reproduccin de una determinada sociedad (desde las tcnicas, las herramientas, la divisin social del trabajo, hasta los conocimientos, la ciencia, la ideologa, el derecho, etc., que eventualmente se introduzcan al proceso productivo-material). Este es el aspecto positivo del desarrollo social.

    Hay, sin embargo un segundo y negativo aspecto. El desarrollo de las fuerzas productivas ampla la capacidad de los hombres para producir deshumanizacin. En el lmite, y para citar un caso extremo (pero no por eso menos real), el mismo desarrollo de las fuerzas productivas que posibilit la eliminacin de la viruela de la faz de la Tierra -o la construccin de naves espaciales-, tambin posibilit que la humanidad construyese bombas atmicas y, con ellas, la posibilidad indita en la historia de la autodestruccin deliberada y planificada de la humanidad.

    En resumen, el desarrollo de las fuerzas productivas posee un aspecto positivo y uno negativo. El positivo es aquel que posibilita el desarrollo humano, tanto de los individuos como de las sociedades, hacia nuevos escalones. El negativo es el que potencia la capacidad del hombre de producir deshumanizacin, que puede ser cada vez ms intensa y englobar de forma cada vez ms completa las relaciones sociales. Este aspecto negativo compone el complejo social denominado de alienacin.

    V. Trabajo asalariado o trabajo alienado por el capital Con el desarrollo de las relaciones de explotacin del hombre por el hombre,

    tambin el trabajo se transforma. Y esta transformacin ocurre no slo porque se alteran la divisin del trabajo,

    el desarrollo de las tcnicas y mtodos de organizacin de la produccin, los conocimientos y aprendizajes de los trabajadores. Claro que todo eso tiene un papel importante en el surgimiento y desarrollo de formas nuevas de trabajo. Sin embargo, la transformacin ms importante del trabajo en cuanto tal es que, en la sociedad cuya reproduccin se basa en la explotacin del hombre por el hombre, l deja de ser la expresin de las necesidades del trabajador para expresar las

    7 Fuerzas productivas: todas las relaciones sociales que entran en el proceso de reproduccin material de la sociedad. Incluyen no slo la dimensin inmediatamente tcnica, los elementos materiales de produccin (herramientas, fbricas, etc.) sino tambin la divisin social del trabajo y los elementos de la ideologa, la poltica, el derecho, las costumbres, etc.

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  • necesidades de acumulacin de riqueza de la clase dominante. Este proceso alcanza su apogeo con la sociedad del capital8.

    Esta transformacin del trabajo provoca una ruptura en su propio interior. Antes, el trabajo expresaba la previa ideacin del trabajador. Ahora, el trabajador ejecuta las rdenes (previas ideaciones) de su patrn. El acto del trabajo deja de ser algo que, del inicio al fin, expresaba una determinada necesidad (por ejemplo, quebrar un coco), una determinada eleccin (por ejemplo, construir el hacha para quebrar el coco) de un individuo determinado -para ser expresin de una eleccin hecha por un individuo y llevada a la prctica por otro, con la finalidad de dar ganancia al patrn que no trabaj. Y el trabajador que ejecuta la orden del capitalista lo realiza como resultado de una coaccin: la nica forma del trabajador para sobrevivir bajo el capital es vender su fuerza de trabajo, a cambio de un salario, al burgus.

    El trabajo asalariado, por lo tanto, no puede dejar de ser un trabajo alienado, independiente del valor del salario. El implica la sumisin forzada del trabajador a las necesidades de reproduccin ampliada del capital9. Y como las necesidades de ampliacin del capital requieren que el trabajador sea cada vez ms explotado, no existe ninguna posibilidad que una sociedad pautada por la relacin capital/trabajo asalariado se transforme en una sociedad no-alienada, a no ser, claro, que supere al propio capital.

    En otras palabras, todo acto de trabajo en las sociedades dominadas por el capital es mediado por la contradiccin entre las clases burguesas y proletaria. Pues, ahora, hay dos momentos distintos del trabajo que son ejercidos por individuos diferentes, y que pertenecen a distintas clases sociales: al trabajar, el trabajador deja de lado sus necesidades en cuanto persona humana y se convierte en instrumento para la ejecucin de las necesidades de otro. l entra en el proceso productivo en cuanto cosa, en cuanto mera energa mecnica a ser gastada en el proceso productivo: en cuanto mera fuerza de trabajo. Sus necesidades humanas son completamente desconsideradas. Es as que el trabajo se convierte en trabajo asalariado/alienado por el capital.

    En resumen, en las sociedades de clase en general, pero en especial en el sistema del capital, el trabajo se convierte en un proceso en el cual el desarrollo

    8 Sociedad del capital: aquella cuya reproduccin social es dominada por la expansin del capital. Esta expansin se da tanto en el sentido del volumen de riqueza acumulado como tambin en el sentido geogrfico del trmino: el capital termina por convertirse en la forma bsica de relacin social en todo el planeta con el surgimiento y desarrollo del mercado mundial. 9 Capital: una relacin social que se caracteriza por la expropiacin de la riqueza producida por los trabajadores dando origen a una forma de propiedad privada que se distingue de otras formas anteriores por su necesidad intrnseca de expansin. Del capital es imposible cualquier reproduccin que no sea su reproduccin ampliada.

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    de las fuerzas productivas implica, tambin (por lo tanto, no slo), la produccin de la riqueza de la clase dominante y la miseria de los trabajadores.

    Observemos ahora otro aspecto de esta relacin alienada entre el capital y el trabajo.

    El capital se caracteriza por ser una forma de propiedad privada en la cual la riqueza producida por el trabajo es apropiada no por los trabajadores sino por individuos de otra clase social. En esto el capital no es muy diferente de las propiedades esclavistas y feudal. Sin embargo, a diferencia de estas ltimas, el capital es una forma de propiedad privada que no puede dejar de expandirse. Diferente de la propiedad feudal, o de la propiedad de esclavos, que podan permanecer por siglos sin alteraciones significativas, el capital es una forma de riqueza que apenas puede existir si sirve para hacer negocios cada vez ms lucrativos.

    Es lo que el sentido comn expresa al decir el dinero atrae el dinero. De hecho el capital slo puede existir expandindose a travs de nuevos negocios, caso contrario pierde rpidamente su valor. Este hecho hace que la nueva clase que surge como su propietaria, la burguesa, imponga al desarrollo social una gran novedad. La reproduccin de la sociedad se dar ahora en sentido opuesto a lo que ocurra en el feudalismo. Su objetivo no ser ms reproducir lo que ya exista, sino desarrollar a nuevos niveles lo ya existente. As, partiendo de un pequeo comercio en el interior de Europa, la burguesa expande incesantemente el comercio hasta que, con las Grandes Navegaciones en los siglos XV y XVI (con Pedro lvares Cabral, Cristbal Coln, Fernando de Magallanes y otros), ella hace surgir el mercado mundial. Y, con la acumulacin de capital que el comercio posibilita, la burguesa termina realizando la Revolucin Industrial (1776-1830) dando origen a la sociedad industrial que se conoce.

    No es posible detenerse en la historia de ese desarrollo histrico. Lo importante aqu es destacar que, tal como el trabajo es alienado al capital al convertirse en trabajo asalariado, tambin la reproduccin social pasa por un proceso de alienacin al identificarse con la reproduccin del capital. Por dos motivos. En primer lugar, porque el capital slo se puede expandir aumentando la explotacin de los trabajadores y, por lo tanto, aumentando la miseria. En segundo lugar, como las necesidades de la reproduccin ampliada del capital no se identifican con las necesidades humanas, cada vez ms la sociedad produce no lo que las personas necesitan, sino lo que da ganancia. En lugar de eliminar el hambre y la miseria, se gastan millones de millones de dlares fabricando bombas atmicas y realizando guerras! As, la produccin ampliada del capital es cada vez ms la produccin ampliada de deshumanidades, de alienaciones, por el propio hombre.

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  • VI. Nuevamente trabajo y totalidad social Los hombres, por lo tanto, se relacionan con la naturaleza a travs del trabajo.

    Sin embargo, diferente de lo que ocurre con los animales y las plantas, en los hombres la relacin con la naturaleza a travs del trabajo termina produciendo mucho ms que la finalidad inmediata del trabajo. Al producir un hacha, el hombre tambin est produciendo posibilidades y necesidades que son mucho ms amplias y ricas que la propia hacha. Para responder a estas nuevas necesidades a partir de las nuevas posibilidades, la sociedad va desarrollando sus fuerzas productivas, sus capacidades, en cuanto sociedad, para responder a las nuevas exigencias para su reproduccin social. Y, al mismo tiempo, este desarrollo social posibilita y requiere el desarrollo de los propios individuos en cuanto tales. Este desarrollo de los individuos es un momento del proceso ms global de desarrollo de la sociedad como un todo.

    Es as que, del trabajo, se desarrolla el rico proceso de reproduccin social. Para atender a las nuevas necesidades segn las nuevas posibilidades, el desarrollo social origina complejos sociales nuevos, diferenciados, que no pueden ser caracterizados en cuanto trabajo, aunque tengan su origen y se relacionen de algn modo con l.

    Es as que, por el desarrollo de las fuerzas productivas, no slo se obtiene el desarrollo del trabajo en cuanto tal. Este desarrollo tambin conduce a las sociedades de clase, aquellas que se fundan en la explotacin del hombre por el hombre. Estas sociedades, para reproducirse, exigen la presencia de innumerables complejos sociales como el Estado, el Derecho, la polica, el ejrcito, la burocracia, etc., que tienen por funcin social imponer a los trabajadores el dominio de la clase dominante. De este mismo modo, las luchas de clases, por ejemplo, determinan en gran medida la forma que asume el trabajo alienado en cada poca histrica y, sin embargo, no pueden ser caracterizadas como trabajo.

    La centralidad del trabajo, tal como es propuesta por Marx, nada tiene que ver con estas concepciones. Para el autor de El Capital, el trabajo es la categora que funda el desarrollo del mundo de los hombres como una esfera distinta de la naturaleza. Afirmar el trabajo como categora fundante significa slo y tan slo esto: el trabajo funda el mundo de los hombres. Sin embargo, la reproduccin de este mundo, su historia, apenas es posible por la gnesis y desarrollo de relaciones sociales que van ms all del trabajo en cuanto tal. Pues, como el trabajo no es slo la relacin del hombre con la naturaleza, sino tambin la relacin de los hombres entre s en el contexto de la reproduccin social, su desarrollo exige el desarrollo concomitante (aunque contradictorio) de las propias relaciones sociales. Y estas, a su vez, precisan de la mediacin de complejos

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    como la ideologa, la filosofa, el arte, la educacin, la sexualidad, la alimentacin, el Estado, el Derecho, la poltica, etc., para citar slo algunos.

    Es por eso que afirmar la centralidad del trabajo, para Marx, no significa desconsiderar la accin en la historia de los otros complejos sociales. Por el contrario, es slo siendo, en ltimo anlisis, fundados por el trabajo, que los complejos sociales distintos del trabajo pueden interactuar con l, consubstansiando el complejo proceso de desarrollo de los hombres que es la reproduccin social.

    Y tambin es por eso que los pensadores (y ellos no son pocos) que tienden a reducir el mundo de los hombres al trabajo (o, inversamente, tienden a generalizar el trabajo hasta transformarlo en la nica praxis social) terminan por producir teoras que no reflejan lo que el ser social posee de ms caracterstico comparado con la naturaleza: ser un complejo en el cual la centralidad del trabajo se afirma por la creacin, a lo largo de la historia, de complejos sociales que no se identifican con el trabajo. Es por eso, por ejemplo, que la libertad es una categora presente slo en el ser social, estando completamente ausente en la naturaleza. Slo por el desarrollo de las fuerzas productivas, fundado por el trabajo, podemos reducir el tiempo necesario a la reproduccin material de la sociedad y, de este modo, abrir espacio para un tiempo disponible a la libertad, en el cual realicemos -no las necesidades de reproduccin material- sino nuestras autnticas necesidades en cuanto individuos plenamente sociales.

    Es este conjunto de caractersticas que hacen del ser social algo tan radicalmente distinto de la naturaleza.

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    Capitulo II

    Expresiones de la cuestin social en Amrica Latina*

    Edlene Pimentel Gilmaisa M Costa

    Norma Alcntara Introduccin

    Hablar de Amrica Latina, de su carcter peculiar, considerando la delimitacin

    de su unidad en medio de la diversidad de pases componentes no es tarea sencilla. Son pases con variadas manifestaciones culturales, tnicas y lingsticas que se constituyen en objeto de investigacin con soluciones diversas en su interpretacin. Aqu, tomaremos como directriz el reconocimiento de que la unidad formadora del carcter histrico de esta parte del mundo con dimensin continental est inserta en una unidad mundial cuyo centro se encuentra originalmente en Europa en su proceso de expansin colonialista. Sin embargo, es necesaria la reflexin de Halperin Donghi cuando afirma que para Amrica Latina en su conjunto, el plural parece imponerse [...] para reflexionar contrastes desconcertantes hasta en pases relativamente pequeos, como Ecuador o Guatemala (1976: 7)10. O sea, la pluralidad constituye tambin su naturaleza, lo que le confiere a Amrica Latina un carcter uno y mltiplo en el que el desarrollo puede ser delineado por tres momentos: el colonialismo en el cual se inserta en una unidad mundial con centro en Europa, a travs del pacto colonialista; el agotamiento del pacto colonialista con la emancipacin y la afirmacin de un pacto neocolonial con metrpolis industriales y financieras; el desequilibrio y las tensiones causadas por la crisis del rgimen neocolonial con su decisiva insercin en el contexto mundial.

    Sin desconocer la diversidad de sus caractersticas geogrficas, culturales, lingsticas y tnicas, hay en el continente latinoamericano una herencia

    * Traduccin de Patricia Neyra y Estela Rosa Anijovich 10 DONGHI, Halpering. Historia de Amrica Latina. Ro de Janeiro, Paz y tierra, 1976. Este texto es fundamental porque trae un amplio y consistente anlisis del proceso histrico de Amrica Latina en sus races materiales y humanas, desde la herencia colonial, pasando por el rgimen neocolonial y su crisis en el siglo XX. Permite comprender los momentos de cada desarrollo del continente latinoamericano, de los diversos pases que le pertenecen, los avances y las crisis de sus economas inseridas en el contexto mundial del capitalismo.

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  • colonialista, comn a los diversos pases, cuya expansin secular le asegura alguna unidad histrica y una posicin en el plano econmico y poltico-social en el mundo moderno. Proceso siempre permeado por la relacin entre el continente latinoamericano y una metrpolis, originalmente Espaa para la mayora de los pases, y Portugal para Brasil, que someti pueblos con variados niveles culturales y de conocimiento al modelo de colonizacin, destruyndolos cuando era necesario y minando sus formas de resistencia siempre que desafiaban el status quo. En el proceso del desarrollo, lo esencial de esa relacin se traslada a Estados Unidos, pues este ltimo se transforma en el ms avanzado polo central del capitalismo en su expansin.

    Fundamentalmente, la riqueza de la tierra contribuy de modo decisivo para la prosperidad de las metrpolis capitalistas, generando concomitantemente una dependencia que se acenta gradualmente y permanece en la actualidad. Como dice Eduardo Galeano: Desde el descubrimiento hasta nuestros das, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, ms tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder (1984: 14). La tela de relaciones y de la produccin ah constituida envuelve recursos materiales y capacidades humanas, incorporndolas al engranaje capitalista mundial de un modo que nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de los otros: los imperios y sus caporales nativos (Idem, 14. Subrayado en la obra.). Esa ha sido histricamente la posicin de Amrica Latina en el contexto internacional, una posicin perifrica que le transfiere riqueza a los centros capitalistas, acumulando riqueza y pobreza en mayor o menor grado en sus pases, siempre expresadas en profundas desigualdades sociales, como le conviene al contradictorio progreso del sistema del capital y su modelo societario.

    I. Amrica Latina y cuestin social El continuo movimiento de la explotacin capitalista en Amrica Latina ha sido

    trasladado del continente europeo a Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial. En este proceso, medidas propias a la expansin capitalista repercuten fuertemente en los pases latinoamericanos y en la tentativa de adaptacin a las exigencias de crecimiento, o tambin de solucin de crisis11. Los efectos

    11 Por cierto, en la percepcin de Istvn Mszros: crisis de intensidad y duracin variadas son el modo natural de existencia del capital: son maneras de progresar ms all de sus barreras inmediatas y, de ese modo, extender con dinamismo cruel su esfera de operacin y dominacin (2002: 795, subrayado por el autor). En general constituyen crisis cclicas, de carcter temporario, que pueden ser solucionadas en el interior del sistema. Con referencia a la actual crisis mundial, este autor la

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    negativos siempre recaen sobre los trabajadores, especialmente agravando las condiciones de pobreza. Ejemplo patente de esta situacin en una dcada reciente es que, con el ajuste de Mxico mediante la liberacin y desreglamentacin de sus mercados monetario y financiero, bajo fuerte presin poltica interna y externa: El desempleo alcanz el 25% de la poblacin activa, mientras que los sueldos sufrieron una prdida de poder adquisitivo del orden del 55%, y dos millones y medio de personas ms cayeron por debajo del umbral de la pobreza absoluta. Fue ese el precio que los mexicanos pagaron por haberse adaptado al juego de los mercados financieros (CHESNAIS, 1996: 31-2). Situaciones semejantes vienen ocurriendo hasta el momento, de modo desigual y contradictorio en los diversos pases, a pesar de las tentativas de solucin en trminos de unificacin y fortalecimiento de la regin contra el dominio de los pases ricos. El desempleo constituye uno de los agravantes de la pobreza en el continente, llamando la atencin de gobiernos y de analistas cuanto a la ampliacin de este fenmeno, inclusive mediante la formulacin de polticas sociales y programas de combate a la pobreza, capitaneados por el Banco Mundial e implementados por los diversos pases con carcter peculiar. Al comentar el caso brasileo dice Coggiola, 2010:

    Un fantasma recorre el mundo... el fantasma de la Bolsa Familia. Los programas sociales compensatorios brasileos son citados urbi et orbi como ejemplo a ser seguido, sea para remediar la plaga del desempleo, que se abate sobre las economas ms desarrolladas en virtud de la crisis econmica mundial, sea para combatir el fantasma (de carne y hueso, ms hueso que carne) del hambre mundial, nunca superado en el perodo ureo de la economa de la abundancia, y recrudecido con el alta de los precios de los gneros de primera necesidad alimentar en 2007/2009: La situacin actual recuerda ms el aumento lento e impiedoso de una marea, gradualmente arrastrando a ms y a ms personas a las filas de los desnutridos, dijo un editorial del Financial Times de abril de 2009, sin preguntarse, entre tanto, sobre las causas y el origen de esa marea.

    denomina y la reconoce como una crisis estructural del capital que afecta a la humanidad en mltiples aspectos.

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  • En el cuadro trazado por Bernardo Kliksberg12 en su texto Amrica Latina: una regin de riesgo, pobreza, desigualdad e institucionalidad social, el aumento de la pobreza y sus impactos sobre las poblaciones en Amrica Latina constituyen el tema de atencin inclusive para organismos internacionales. Este cuadro ha sido considerado inquietante por el Director de la UNESCO en Brasil, al comentar que la cuestin social se presenta hoy en el centro del escenario histrico de la regin (2002: 7). Sobresalen datos del PNUD - Unin Europea, referentes a 1999 como:

    Son pobres el 75% de los guatemaltecos, el 73% de los hondureos, el 68% de los nicaragenses y el 53% de los salvadoreos. En los sectores indgenas las cifras pueden ser an peores. As en Guatemala es pobre el 86% de la poblacin indgena frente a los 54% de los no indgenas. En Venezuela, las estimaciones oficiales sealan que es pobre el 80% de la poblacin. En Ecuador se estima que el 62,5% de la poblacin est por debajo del umbral de pobreza. En Brasil se ha estimado que el 43,5% de la poblacin gana menos de dos dlares diarios y que 40 millones de personas viven en pobreza absoluta. En Argentina la tasa de pobreza de las provincias del noreste es del 48,8% y la de las provincias del noroeste, 46%. (KLIKSBERG, 2002: 16).

    A estos datos se le agregan los efectos nocivos sobre las familias, en las reas de educacin, salud y saneamiento, adems de que: se vincula tambin al desempleo y a la informalidad (Idem, p.7). De modo que el fenmeno de la pobreza afecta a familias enteras cuyo carcter integral tiene repercusiones sobre dimensiones sociales como su salud y su educacin, viviendo en condiciones objetivas en las cuales sobresalen problemas de saneamiento bsico.

    Los datos son, de hecho, preocupantes teniendo en cuenta que vidas humanas no tienen acceso a aquello que fue producido socialmente y sus efectos sobre diversos aspectos no permiten el desarrollo y el crecimiento personal de la totalidad de los individuos y de sus familias en el sentido omnilateral, a pesar de la inmensa capacidad productiva creada por el sistema en mltiples sentidos. Pero, por qu este cuadro aparece como inquietante y la regin latinoamericana como una regin de riesgo debido a la pobreza y a la desigualdad social?

    12 Autor de libros traducidos para diversas lenguas. Asesor a ms de 30 pases en gestin pblica, desarrollo y gerenciamiento social. Asesor, entre otros, de ONU, OIT, OEA, UNICEF, UNESCO, Director del proyecto Regional para Amrica Latina de Modernizacin Estatal de la ONU. Es Coordinador del Instituto Interamericano para el Desarrollo Social del BID (Washington).

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    Actualmente la pobreza y el desempleo son reconocidamente fenmenos de proporciones internacionales, cuando la absorcin de mano de obra industrial pasa a constituir una amenaza a la reproduccin del sistema. Una consecuencia de la reestructuracin productiva, particularmente activa a partir de mediados de la dcada de 1970, ante la cual, supuestamente, la industria fabril no constituye ms el modelo bsico de la organizacin capitalista como en su forma clsica. En la percepcin de Chossudovsky, profesor de economa de la Universidad de Ottawa y consultor de la OIT, el desempleo mundial se convierte en una palanca de la acumulacin global de capital que regula el costo de la mano de obra en cada una de las economas nacionales. La pobreza masiva regula el costo internacional de la mano de obra (1999: 70). De esta forma, estos dos elementos, desempleo y pobreza, estn acoplados al proceso contemporneo de reproduccin del capital, cuya lgica no incluye la preocupacin por los seres humanos. De tal manera que el pauperismo asume tambin proporciones mundiales con un doble movimiento de polarizacin de rendimientos, sea en el plano interno de cada pas con disparidades regionales, sea entre pases centrales y perifricos, estos ltimos denominados por el propio Banco Mundial como reas de pobreza y no ms pases en desarrollo.

    En realidad el binomio pobreza y desempleo contiene potencialmente un carcter explosivo, presente desde el surgimiento de la cuestin social cuando el desarrollo industrial y la ampliacin de los mercados en el siglo XIX, en su dinmica interna, afectan directamente las condiciones de vida y existencia social de la clase obrera emergente en trminos materiales y polticos. Marx, en su aprehensin de la esencia del capitalismo, va a revelar el real problema del nuevo pauperismo all emergente en la desigualdad de clases y sus races materiales como una consecuencia de la ley general de la acumulacin capitalista, tratando tambin de la vida de la clase obrera.

    Problema entendido en una perspectiva amplia, tanto en trminos de las diversas fracciones de trabajadores y localidades, como de los tormentos que afectaban a los trabajadores, derivados del propio trabajo y/o tambin de la falta de ste, consecuentemente, del desempleo. Esto porque una poblacin de trabajadores excedentes es la condicin necesaria para la acumulacin y para la expansin de la riqueza capitalista, pues con el desarrollo de la productividad del trabajo crece la fuerza del capital, y la masa de riqueza crece e impulsa nuevos ramos de produccin, en esos casos grandes masas humanas tienen que estar disponibles para ser explotadas, sin perjudicar la escala de produccin en los ramos ya existentes. La industria moderna y los nuevos mtodos de produccin dependen, por lo tanto, de la transformacin constante de una parte de la poblacin trabajadora en desempleados, el ejrcito industrial de reserva. La tendencia general de la acumulacin es producir ms con menos trabajadores. De

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  • este modo, el crecimiento del capital variable, por ende, el nmero de trabajadores ocupados est relacionado a fuertes fluctuaciones y a la produccin transitoria de superpoblacin, sea despidiendo trabajadores, sea dificultando la absorcin de stos.

    La superpoblacin relativa es clasificada por Marx en 3 formas continuas: flotante, latente y estancada. Su condicin de vida cae debajo del nivel normal medio de la clase obrera. No slo la masa de nacimientos y defunciones, sino tambin la magnitud absoluta de las familias se halla en razn inversa a la cuanta del salario, esto es, a la masa de los medios de subsistencia de que disponen las diversas categoras de obreros. Para l:

    La esfera del pauperismo cobija, por ltimo, al sedimento ms profundo de la poblacin relativa. Prescindiendo de vagabundos, delincuentes, prostitutas, en suma, del proletariado en harapos (lumpenproletariat) propiamente dicho, esta capa social consta de tres categoras. En primer lugar, personas aptas para el trabajo. Basta con mirar superficialmente la estadstica del pauperismo ingls para comprobar que la masa de esta categora se hincha a cada crisis y disminuye a cada reanimacin de los negocios. En segundo lugar: hurfanos e hijos de pobres. stos son candidatos al ejrcito industrial de reserva, y en tiempos de gran florecimiento como en 1860, p. e., se les recluta rpida y masivamente en el ejrcito de los trabajadores activos. En tercer lugar: personas degradadas, envilecidas, que sucumben por la inmovilidad debida a la divisin del trabajo, o los que sobreviven ms all de la edad normal de los trabajadores, y por ltimo, las vctimas de la industria mutilados, enfermos, viudas etc.. (MARX, 1983: 273).

    En el periodo correspondiente son creadas las Leyes de los Pobres en Inglaterra, y tambin instituciones como los Settlements. En Francia, Napolen se propona terminar con la pobreza mediante medidas e instrumentos legales13. Tanto es as que, segn Coggiola (2009):

    Los llamados programas sociales compensatorios son ms que seculares, si son incluidas en la histrica caridad pblica y privada. Su dimensin, funciones y financiacin actuales, entre tanto, son diferenciadas en relacin a perodos histricos precedentes. Su

    13 En Glosas Crticas Marginales al artculo El rey de Prusia y la reforma social. Por un prusiano, Marx reflexiona sobre cuestiones relativas a la poltica, a la pobreza de los trabajadores y a las tentativas estatales de eliminar la miseria con leyes y programas sociales.

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  • Cuestin Social, Reproduccin de la Fuerza de Trabajo y Polticas de Asistencia

    especificidad debe abordarse, por lo tanto, a travs del anlisis histrico y comparado, y de la consideracin de su contexto mundial.

    A pesar de los cambios entre el tiempo de Marx y el mundo actual en virtud del

    proceso de expansin y desarrollo capitalista, los aspectos esenciales del modo de produccin capitalista en relacin a los procesos contradictorios del desarrollo material y subjetivo de las capacidades humanas no desaparecieron. Este modo de produccin, en su base material crea concomitantemente riqueza y miseria y esa contradiccin se expresa hasta ahora en el capitalismo mundializado. Es decir, la contradiccin se expande y es muchas veces desplazada de los grandes centros productores a pases perifricos donde se hace posible la explotacin de la mano de obra barata.

    Ah se encuentra la base de la cuestin social y por eso no puede reducrsela simplemente a un concepto, o a un trmino. Bajo ese referencial cuestin social es una expresin de algo efectivamente existente: la necesaria y conflictiva contradiccin entre capital y trabajo, la extraccin de la plusvala como fuente de acumulacin del capital, la apropiacin privada de los medios y del producto del trabajo. La reaccin de los trabajadores en aquel momento original es tpica de la lucha de clases contra esa condicin de explotacin, porque, como dira Lukcs (1981), el hombre es un ser que responde, y si responde en el sentido de crear la propia existencia material tambin reacciona ante la realidad de sus condiciones de existencia social. De esa forma, entendemos que se puede configurar la cuestin social a partir de la articulacin entre los determinantes esenciales de la acumulacin capitalista, la reaccin de los trabajadores a travs de la lucha de clases contra la explotacin y las respuestas del Estado en el sentido de conservacin de la sociedad y en la contencin de conflictos entre clases sociales.

    Por eso, la cuestin social, originalmente manifestada en problemas sociales como precariedad de vivienda, salud, mendicidad, trabajo infantil, entre otros, constituye en realidad una consecuencia del empobrecimiento del trabajador, generando conflictos en las relaciones de trabajo. Sus bases reales estn en la economa capitalista, en su lgica interna bajo el aspecto de creadora de desigualdades sociales, que efectivamente son desigualdades de clase. Pasa a ser reconocida como problema en el plano poltico, a medida que los trabajadores, de forma organizada, ofrecen resistencia a las malas condiciones de vida y de trabajo a las cuales estn sometidos. Conducen sus luchas hacia el despertar de una consciencia de clase acerca del proceso de explotacin consecuente de la condicin de trabajadores para el capital.

    En el proceso de desarrollo capitalista, ms precisamente en la fase de los monopolios, en la cual se destaca la bsqueda de soluciones para una de sus

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  • crisis cclicas, el capital incorpora parte de esas pautas de lucha, mediante, por ejemplo, los derechos y garantas sociales, hacindose permeable a las presiones de los trabajadores. Se configura un nuevo momento en que el Estado ser llamado a intervenir en la cuestin social como rbitro en los conflictos oriundo de las relaciones de trabajo. Es, inclusive, en ese periodo configurado entre 1890 y 1940 que se forman las bases de la institucionalizacin del Servicio Social como profesin14.

    La intervencin estatal suele ser entendida como una concesin por la tendencia social demcrata, cuya apariencia es del establecimient