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INTRODUCCIÓN El conocimiento sobre el pasado de la Tierra y los seres que en ella viven y vivieron es un tema apasionante y de actualidad. A ello ha contribuido la gran invasión de Dinosaurios a la que nos han so- metido los medios de comunicación en los últimos años, a partir de proyectar en el cine o en televisión películas tales como “Parque jurásico”, “Dinosau- rios”, “En busca del valle encantado”, etc. que han popularizado no sólo estos grandes reptiles de la era mesozoica sino también temas paleontológicos co- mo la evolución y los fósiles (por ejemplo, comer- cializando juegos didácticos sobre fósiles). Todo ello ha servido para sensibilizar a la población so- bre el patrimonio geológico, sobre la necesidad de conservarlo e incluso, para desarrollar una nueva modalidad de turismo cultural basado en otros valo- res diferentes a los paisajísticos y que en España ha recuperado localidades y comarcas del interior (por ejemplo, Murero en Zaragoza o Atapuerca en Bur- gos). En esta línea, cabe destacar los recientes avan- ces científicos y la gran difusión que están teniendo los nuevos descubrimientos en el campo de la pale- ontología. Bien porque existe un mayor esfuerzo in- vestigador, o bien por esa sensibilidad social a la que antes aludíamos, lo cual permite que los descu- brimientos gocen de eco y tengan amplia difusión, como es el caso antes citado de Atapuerca. Ahora que parece remitir la invasión de “reptiles jurásicos” no está de más echar un vistazo retrospec- tivo a la historia de la vida de otros organismos sobre la Tierra y a su aplicación en la reconstrucción de tiempos pasados y predicción de tiempos modernos. Entre estos seres están los Foraminíferos, cuyo registro a lo largo del tiempo geológico, evolu- ción, complejidad y tamaño les confiere la catego- ría de “privilegiados” para el estudio del pasado y presente del planeta Tierra. Además, la abundan- cia de formas fósiles y de sus representantes ac- tuales, y la facilidad de observación con la simple ayuda de una lupa de campo (o aún sin ella) nos suministra una fuente de material ideal para prácti- 144 Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2001 (9.2) LOS FORAMINÍFEROS: PRESENTE Y PASADO Foraminifera: present and past Amelia Calonge (*), Esmeralda Caus (**) y Julián García (*) RESUMEN Los foraminíferos constituyen un grupo de organismos cuya abundancia en el registro fósil a lo largo del tiempo geológico, evolución, complejidad y tamaño los convierte en una herramienta privilegiada pa- ra estudiar el presente y pasado de la Tierra. Con objeto de conocer el grupo, se analizan las principales características del organismo vivo, su ciclo de vida y los condicionantes ecológicos. Pero, en cualquier estudio de tipo paleobiológico el elemento básico, y el único en estado fósil, para diferenciar los forami- níferos es la concha. Además, la concha refleja un conjunto de caracteres funcionales del organismo vivo y ayuda a comprender el éxito de ciertos foraminíferos en determinados ambientes y también sus tenden- cias evolutivas a lo largo de la historia de la vida. Por último, se describen algunos aspectos de interés derivados del estudio de este grupo, tales como su importancia como formadores de rocas, su aplicación a la hora de elaborar escalas temporales, solucionar problemas de tipo biológico o predecir el futuro. ABSTRACT Foraminifera is a group whose abundant fossil record through geological time, evolution, complexity and size makes it a superb tool to study both the present and the past time of the Earth. In order to better know this group, the live animal, its main features are first studied, as well as its ecological conditioning events and life cycle.On the other hand, when a paleobiological study is conducted, the basic element and the unique fossil that allows differentiating the Foraminifera are the shell. So, the shell constitute such a valuable information about the features of the living animal and help to understand the ecological success of the organism in specific environments and its evolutionary trends throughout the history of life. Several interesting features derived from the study of this group such as: its importance as rock forming mate- rials, its applicability to establish time scales, to solve biological problems or forecast the future, are des- cribed at the end. Palabras clave: Foraminíferos, estructura, ciclo vital, aplicaciones. Keywords: Foraminifera, features, life cycle, applicability. (*) Depto. Geología. Universidad de Alcalá. Alcalá de Henares 28871 (Madrid). E-mail: [email protected] (**) Depto. Geología. Universidad Autónoma de Barcelona. Bellaterra 08193 (Barcelona). E-mail: [email protected] Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2001 (9.2) 144-150 I.S.S.N.: 1132-9157

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INTRODUCCIÓN

El conocimiento sobre el pasado de la Tierra ylos seres que en ella viven y vivieron es un temaapasionante y de actualidad. A ello ha contribuidola gran invasión de Dinosaurios a la que nos han so-metido los medios de comunicación en los últimosaños, a partir de proyectar en el cine o en televisiónpelículas tales como “Parque jurásico”, “Dinosau-rios”, “En busca del valle encantado”, etc. que hanpopularizado no sólo estos grandes reptiles de la eramesozoica sino también temas paleontológicos co-mo la evolución y los fósiles (por ejemplo, comer-cializando juegos didácticos sobre fósiles). Todoello ha servido para sensibilizar a la población so-bre el patrimonio geológico, sobre la necesidad deconservarlo e incluso, para desarrollar una nuevamodalidad de turismo cultural basado en otros valo-res diferentes a los paisajísticos y que en España harecuperado localidades y comarcas del interior (porejemplo, Murero en Zaragoza o Atapuerca en Bur-gos).

En esta línea, cabe destacar los recientes avan-ces científicos y la gran difusión que están teniendolos nuevos descubrimientos en el campo de la pale-ontología. Bien porque existe un mayor esfuerzo in-vestigador, o bien por esa sensibilidad social a laque antes aludíamos, lo cual permite que los descu-brimientos gocen de eco y tengan amplia difusión,como es el caso antes citado de Atapuerca.

Ahora que parece remitir la invasión de “reptilesjurásicos” no está de más echar un vistazo retrospec-tivo a la historia de la vida de otros organismos sobrela Tierra y a su aplicación en la reconstrucción detiempos pasados y predicción de tiempos modernos.

Entre estos seres están los Foraminíferos, cuyoregistro a lo largo del tiempo geológico, evolu-ción, complejidad y tamaño les confiere la catego-ría de “privilegiados” para el estudio del pasado ypresente del planeta Tierra. Además, la abundan-cia de formas fósiles y de sus representantes ac-tuales, y la facilidad de observación con la simpleayuda de una lupa de campo (o aún sin ella) nossuministra una fuente de material ideal para prácti-

144 Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2001 (9.2)

LOS FORAMINÍFEROS: PRESENTE Y PASADOForaminifera: present and past

Amelia Calonge (*), Esmeralda Caus (**) y Julián García (*)

RESUMENLos foraminíferos constituyen un grupo de organismos cuya abundancia en el registro fósil a lo largo

del tiempo geológico, evolución, complejidad y tamaño los convierte en una herramienta privilegiada pa-ra estudiar el presente y pasado de la Tierra. Con objeto de conocer el grupo, se analizan las principalescaracterísticas del organismo vivo, su ciclo de vida y los condicionantes ecológicos. Pero, en cualquierestudio de tipo paleobiológico el elemento básico, y el único en estado fósil, para diferenciar los forami-níferos es la concha. Además, la concha refleja un conjunto de caracteres funcionales del organismo vivoy ayuda a comprender el éxito de ciertos foraminíferos en determinados ambientes y también sus tenden-cias evolutivas a lo largo de la historia de la vida. Por último, se describen algunos aspectos de interésderivados del estudio de este grupo, tales como su importancia como formadores de rocas, su aplicacióna la hora de elaborar escalas temporales, solucionar problemas de tipo biológico o predecir el futuro.

ABSTRACT

Foraminifera is a group whose abundant fossil record through geological time, evolution, complexityand size makes it a superb tool to study both the present and the past time of the Earth. In order to betterknow this group, the live animal, its main features are first studied, as well as its ecological conditioningevents and life cycle.On the other hand, when a paleobiological study is conducted, the basic element andthe unique fossil that allows differentiating the Foraminifera are the shell. So, the shell constitute such avaluable information about the features of the living animal and help to understand the ecological successof the organism in specific environments and its evolutionary trends throughout the history of life. Severalinteresting features derived from the study of this group such as: its importance as rock forming mate-rials, its applicability to establish time scales, to solve biological problems or forecast the future, are des-cribed at the end.

Palabras clave: Foraminíferos, estructura, ciclo vital, aplicaciones.Keywords: Foraminifera, features, life cycle, applicability.

(*) Depto. Geología. Universidad de Alcalá. Alcalá de Henares 28871 (Madrid). E-mail: [email protected](**) Depto. Geología. Universidad Autónoma de Barcelona. Bellaterra 08193 (Barcelona). E-mail: [email protected]

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2001 (9.2) 144-150I.S.S.N.: 1132-9157

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cas educativas en disciplinas tales como la biolo-gía, ciencias del medio ambiente, la geología o lageografía.

¿QUÉ SON LOS FORAMINÍFEROS?

Los foraminíferos son organismos constituidospor una única célula, que aparecieron a principios dela Era Primaria (Cámbrico) y cuyos descendienteshan llegado hasta nosotros, poblando los mares yocéanos actuales, desde las zonas litorales (hipo o hi-persalinas) hasta los fondos oceánicos, y desde el tró-pico hasta los fríos océanos Ártico y Antártico. Losforaminíferos constituyen uno de los pocos gruposde seres unicelulares que fijan su superficie celular,de manera permanente, mediante la construcción deun esqueleto mineral (la concha), que muchas vecesadquiere formas tan caprichosas como un platillo vo-lante, una linterna china o una pelota de rugby.

La masa protoplasmática que constituye la célu-la de un foraminífero es incolora pero puede conte-ner pequeñas cantidades de pigmentos orgánicos,material lipídico o compuestos de hierro que le dancolor. El color puede ser también debido a la pre-sencia de simbiontes. El protoplasma alberga en suinterior el núcleo (o núcleos) y los distintos “orga-nelos” (denominados así para diferenciarlos de losverdaderos órganos de los metazoos), entre los quedestaca el aparato de Golgi, que participa en la se-creción del material orgánico necesario para laconstrucción de una concha mineral. Es también ellugar donde se almacenan las substancias de reservay donde, en caso de tenerlos, se encuentran los sim-biontes. La masa protoplasmática está limitada ex-

teriormente por una membrana orgánica constituidapor láminas superpuestas de mucopolisacáridos. Elprotoplasma se extiende fuera de la concha a travésde una o varias aberturas y la recubre exteriormen-te, formando los pseudópodos, que son extensionesreticulares constituidas por haces de microtúbulosdispuestos en hileras más o menos paralelas. Esprecisamente, la presencia de esta concha minerallo que ha permitido que las formas extintas llegarana nosotros en forma de fósiles. Así, la concha cons-tituye el elemento básico para diferenciar los fora-miníferos, y el único en estado fósil. El proceso em-pleado en la construcción de la concha permitediferenciar tres tipos principales de foraminíferos:

1. Aglutinados (o arenáceos). La célula produceuna matriz orgánica que “aglutina” materiales, talescomo granos minerales, espículas de esponjas, dia-tomeas, etc., disponibles en el medio en que vive yrecolectados por los pseudópodos. Muchos forami-níferos son capaces de seleccionar el material paraformar su concha según su composición química,tamaño o forma, ya que las corrientes pseudopodia-les marginales que están en contacto con el subs-trato son capaces de reconocerlo. Algunos forami-níferos se han especializado en la selección degranos producidos biológicamente (p. ej. espículasde esponjas). La mayoría de foraminíferos aglutina-dos cementan los elementos exteriores con carbona-to cálcico, pero ante la falta de este compuesto pue-den hacerlo con cementos silíceos, ferruginosos,orgánicos, etc; este es el caso de los foraminíferosque viven en zonas profundas del océano, por deba-jo del nivel de compensación de la calcita (nivel pordebajo del cual el calcio no existe).

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Fig. 1. Esquema de un foraminífero viviente. El protoplasma y todos los “orgánulos” están encerrados en elinterior de la concha. El protoplasma sale al exterior y recubre la concha, formando los pseudópodos, estoshaces reticulados permiten al foraminífero construir nuevas cámaras, relacionarse con el medio, alimentarse(vease en el dibujo como los pseudopodos atrapan diatomeas que serán introducidas en el interior ydigeridas) y excretar las sustancias de deshecho

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2. Porcelanados. El aparato de Golgi produceagujas de calcita magnesiana, las cuales son trans-portadas y acumuladas en el exterior. Las agujaspueden ser el elemento de conexión (cemento) deelementos foráneos o pueden formar por sí solas unesqueleto externo.

3. Hialinos. La concha de estos foraminíferos seforma por un proceso de biomineralización que tie-ne lugar exteriormente al cuerpo protoplasmático.Este proceso es una mineralización “in situ” contro-lado por una “plantilla” orgánica (traducción de“organic template”) que permite el crecimiento decristales de calcita.

EL ESQUELETO MINERAL DE UN FORA-MINÍFERO: LA CONCHA

La concha mineral puede estar formada por unsolo compartimento, o cámara, que crece de maneracontinua, o por varias cámaras que se forman en su-cesivas etapas, en un sofisticado sistema de creci-miento discontinuo, y que consiste en añadir a laconcha previamente formada, y en los lugares pre-viamente determinados, nuevo material esquelético.Todos los elementos de una misma cámara corres-ponden a una única etapa de crecimiento. Este tipode crecimiento de un foraminífero, mediante la adi-ción de cámaras sucesivas, los hace únicos entre losseres unicelulares, permitiéndoles obtener un gran ta-maño y complejidad (p. ej., los Nummulites del perí-odo Eoceno pueden llegar a alcanzar los 10 centíme-tros de diámetro). El tamaño y la morfología final deun foraminífero depende de muchos factores; entreellos debemos destacar: la forma y dimensiones de lacámara embrionaria, el número de etapas de creci-miento hasta llegar al estado adulto (lo que es igualal número de cámaras de que dispone un foraminífe-ro), la forma de la cámara y sus modificaciones du-rante la ontogenia, y la disposición de las cámaras.

La forma y dimensión de la cámara embriona-ria depende de su origen, ya sea el producto de lareproducción sexual o asexual. La forma de la cá-mara y sus variaciones durante la ontogenia (desa-rrollo de un organismo) están controladas por lalongitud y disposición de las corrientes pseudopo-diales. Los pseudópodos, que son los responsablesde la formación de la membrana orgánica que pre-cede la concha mineral, salen de la cámara ante-rior por la abertura (o aberturas). Los foraminífe-ros, durante su ontogenia, realizan un control delcrecimiento y tamaño de las cámaras, lo cual esmuy importante para el mantenimiento de los pro-cesos celulares, ya que la cámara actúa como unbioreactor. En las formas grandes, con objeto demantener el volumen de las cámaras constante yno sobrepasar el tamaño óptimo, los foraminíferosadoptan estrategias de crecimiento particulares,que consisten en la división de la cámara en varioscompartimentos, las camarillas. Todas las cáma-ras y/o camarillas que forman la concha de un fo-raminífero están intercomunicadas, de manera queel protoplasma celular ocupa todas ellas. Además,las aberturas están dispuestas de tal manera que

aseguran el transporte y las funciones reguladorasentre el protoplasma del interior de las cámaras yel exterior.

La disposición de las cámaras depende de la po-sición de las corrientes pseudopodiales, lo cual de-pende, principalmente, de la situación de la abertura(o aberturas) en la cámara. La manera más sencillaes la disposición de las cámaras a lo largo de un ejerectilíneo, pero la más empleada por los foraminífe-ros es aquella en que las cámaras se disponen si-guiendo una espiral. En este caso, cualquier rota-ción alrededor de un eje reproduce, a cada etapa decrecimiento, la misma forma, mientras que el ángu-lo de rotación determina el volumen de la nueva cá-mara formada, de manera que refleja, por tanto, latasa de crecimiento.

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Fig. 2. Concha de un foraminífero planctónico delMioceno. Obsérvese la forma globosa de las cáma-ras para ayudar a la flotación, la superficie de lascámaras está cubierta por grandes poros, para unmejor intercambio de los gases, siendo las suturasel reflejo externo del septo. Es una concha enrolla-da planoespiralmente. Cada cámara está comuni-cada con la siguiente mediante una abertura, situa-da en la base de la cámara.

abertura

poros

suturas

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¿CÓMO Y DÓNDE VIVEN?

Entre los foraminíferos hay especies bentónicas,que viven sobre el fondo marino donde formanparte de la epifauna, o sobre plantas, en las cuales“reposan” como epifitos. Algunos han escogido lavida sésil y viven fijados a un substrato durante to-da su existencia. Unos pocos son incrustantes. Perola inmensa mayoría de foraminíferos bentónicos sedesplaza libremente sobre el substrato utilizando lospseudópodos, los cuales pueden llegar a tener unalongitud superior a dos veces el diámetro de la con-cha; la velocidad de desplazamiento es de alrededorde unos centímetros por hora y el tipo de movi-miento está directamente relacionado con la formade la concha y la posición de las aberturas (por don-de salen los pseudópodos). En oposición al tipo devida citado, hay foraminíferos que han escogido lavida planctónica y viven “flotando” en las aguas,donde forman parte del microplancton marino. Lamayor parte se localiza entre 0 y 300 m. de profun-didad en la columna de agua.

Los foraminíferos constituyen uno de los po-cos grupos de organismos, tanto fósiles como vi-vientes, que pueden encontrarse en todos los me-dios marinos: litorales, neríticos y los ambientespelágicos. Su distribución la condicionan diversosfactores, todos ellos interrelacionados (Arenillaset al., 2000). Hay especies que soportan grandes yfrecuentes cambios de temperatura mientras otrasmueren al mínimo cambio, por lo que la estructu-ra térmica de los océanos marca diferencias im-portantes entre las asociaciones de foraminíferos.La profundidad es también un factor determinanteen la distribución de los foraminíferos por su inci-

dencia directa en la penetración de la luz. La pre-sión, como factor ligado a la temperatura y pro-fundidad, interviene en la solubilidad del CO2, ypor tanto, en la secreción del carbonato cálcicopara formar las conchas; las asociaciones tienenrelación con la isoclina, situada a 3000-4000 m.en las aguas tropicales y casi aflorando en super-ficie en las agua árticas. El substrato es un factordeterminante en la distribución de las especiesbentónicas; p. ej.: el tamaño de las partículas delsedimento influye sobre la porosidad y el oxígenodisuelto entre los granos, o por su influencia en eltipo de vegetación que se desarrolla en el fondo, yen consecuencia en la distribución de las especiesepífitas (una vegetación perenne o estacional pue-de condicionar el ciclo de vida de los foraminífe-ros). La energía del agua es importante en zonaspoco profundas, porque actúa sobre el tipo desubstrato (duro o blando) y la distribución de lasnutrientes. La salinidad, turbidez de las aguas,pH, corrientes, tasa de sedimentación, presenciade oligoelementos y/o componentes orgánicospueden condicionar, a nivel local, la reparticiónde los foraminíferos.

EL CICLO DE VIDA

Los foraminíferos presentan un tipo de reproduc-ción alternante, sexual y asexual, aunque hay gruposque se reproducen solamente sexualmente (p. ej.: losforaminíferos planctónicos). Algunos foraminíferoscoordinan el ciclo de reproducción con el ciclo esta-cional, con objeto de optimizar la utilización de los re-cursos. La presencia de dos fases de reproducción dalugar a dos individuos adultos (gamonte –resultado de

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Fig. 3. Esquema que muestra el ciclo reproductivo de los foraminíferos.

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la reproducción asexual– y esquizonte –resultado de lareproducción sexual–) morfológicamente distintos. Eldimorfismo queda registrado en la concha del forami-nífero, lo que se resuelve en conchas de diferente for-ma y tamaño para una misma especie. El dimorfismode la concha de los foraminíferos es más acusado enlas formas de gran tamaño. En algunos casos se cono-ce la reproducción plastogámica y también la divisiónsimple. La regeneración es posible en los foraminífe-ros siempre que cada parte posea un núcleo.

El ciclo de vida de los foraminíferos suele ser depocos días o semanas, pero en las formas grandes elciclo de vida puede alcanzar los dos años. La dura-ción del ciclo de vida depende de la estrategia de vidaque los foraminíferos adopten. Las formas pequeñasy cuya concha presenta una morfología simple desa-rrollan una estrategia oportunista (estrategia r), perocontrariamente, las formas grandes y con una morfo-logía extraordinariamente compleja de la concha de-sarrollan una estrategia de vida “conservadora” (es-trategia k) muy poco común en los organismosunicelulares, la cual les permite mantener una densi-dad de población uniforme y un crecimiento lento.Este hecho nos indica el avanzado estadio de evolu-ción de un organismo formado por una única célula.

LOS FORAMINÍFEROS COMO INTEGRAN-TES DE LAS ROCAS.

Hasta ahora nos hemos referido a los foraminí-feros como “entes” biológicos; es decir, aquellosque pueblan nuestros mares y océanos y que, en lascercanías de la costa los podemos observar conunas simples gafas de buceo pegados sobre las ho-jas de plantas marinas o entre los granos del sedi-mento del fondo. Pero, sí ahora recogemos arena dela playa y la observamos, esta vez con la ayuda deuna simple lupa de campo, también vemos forami-níferos, pero su aspecto es diferente. Aquella multi-tud de pequeños organismos, que en el agua veía-mos coloreados y envueltos en una masa gelatinosa(los pseudópodos), se han convertido en pequeñasminiaturas grisáceas, blancas o transparentes que al

sumergirlas en el agua flotan. Son las conchas vací-as de foraminíferos como aquellos que observába-mos que, una vez muertos, han sido llevados y acu-mulados en la playa desde su hábitat natural por losmovimientos del mar.

Si fuéramos capaces de “caminar y descender”sobre el fondo marino, más allá de la autonomíaque nos da un tubo de buceo o unas botellas de oxí-geno y pudiéramos identificar cada foraminífero si-tuándolo sobre un mapa, veríamos que los foraminí-feros no están distribuidos al azar, sino que laspoblaciones son distintas según la profundidad. Pe-ro también veríamos que, a igual profundidad laspoblaciones que viven sobre substratos rocosos sondistintas de las que viven en fondos arenosos y es-tas, a su vez, distintas de las que viven en fondosarcillosos. Si en lugar de “andar sobre el fondo”,nos desplazáramos en un barco por un mismo meri-diano, desde el ecuador hasta los polos, y fuéramosanalizando el contenido de la columna de agua, en-contraríamos que, a lo largo del periplo, las pobla-ciones de foraminíferos planctónicos de las sucesi-vas muestras también difieren entre sí. En este caso,la repartición de los foraminíferos no depende de laprofundidad ni del tipo de substrato sí no de la tem-peratura y la circulación oceánica.

Este mosaico que forman las distintas poblacio-nes de foraminíferos en vida, se mantiene muchasveces más allá de la muerte, enterramiento y fosili-zación, y aunque generalmente diezmados (debería-mos tener aquí en cuenta el conjunto de procesos ta-fonómicos que actúan sobre los organismos despuésde muertos, los foraminíferos llegan hasta nosotrosen su forma fósil como “entes paleontológicos” in-tegrantes de las rocas sedimentarias. En algunos ca-sos, los foraminíferos son los componentes mayori-tarios de estas rocas, que forman la sexta parte delos materiales de la corteza terrestre, y que, a lo lar-go de la historia de la humanidad, se han utilizadoen la construcción de pirámides, catedrales, monu-mentos e incluso, en los mal llamados “mármoles”de nuestras cocinas. Las grandes pirámides de Egip-to, por ejemplo, están construidas con rocas quecontienen Nummulites (foraminíferos en forma delenteja), la erosión de las cuales, producida por unclima árido, ha “soltado” los foraminíferos, que seencuentran en grandes cantidades en el suelo. Hacemás de 2000 años, los romanos ya conocieron estosforaminíferos pero los consideraron las “lentejas pe-trificadas” que habían servido de sustento a los es-clavos que construyeron las pirámides.

La reconstrucción del “mosaico” de las pobla-ciones de foraminíferos, juntamente con las caracte-rísticas físicas de las rocas que los contienen, cons-tituye una herramienta fundamental para interpretardonde aquella roca se formó y bajo que condicionesde temperatura, salinidad, productividad primaria,etc.; es decir el paleomedio (medio del pasado).Así, el conocimiento de las distintas asociacionesde foraminíferos fósiles en cada época nos permitesaber, cómo era el perfil del fondo marino en cadaperíodo de tiempo, cual era la extensión de las pla-taformas continentales, qué régimen de vientos, co-

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Fig.4. Fotografía de campo que muestra un fondopetrificado marino, con restos fosilizados deforaminíferos hialinos del Eoceno.

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rrientes marinas, mareas ú oleaje dominaba en cadaocéano, y las variaciones relativas del nivel delmar; es decir, cuando y cómo tuvieron lugar lasgrandes subidas del nivel del mar que inundaronimportantes áreas costeras en los continentes y lasdramáticas bajadas que los dejaron al descubierto,permitiendo la actuación de los agentes geológicosexternos. En términos más geológicos nos han ayu-dado a identificar la evolución y distribución de loscontinentes y océanos en cada momento.

LOS FORAMINÍFEROS COMO RELOJESGEOLÓGICOS

Medir el tiempo geológico es asignar una edad acada roca. Así podemos decir que una roca tiene500, 100 o 50 millones de años: es una edad “abso-luta” basada en la desintegración radioactiva de loselementos. Pero, dar una cifra en millones de años osus decimales no siempre resulta fácil y es, además,costoso. Sin embargo, hay una manera de estimar,de forma mucho más simple esa edad pero en tér-minos relativos, mediante el estudio de los restosbiológicos (fósiles) representados en los estratos; esdecir, mediante métodos biostratigráficos. En estecaso, el mecanismo de datación se basa en los pro-cesos evolutivos, los cuales están “escritos” en lamorfología de las partes esqueléticas (y por tantofosilizables) de los organismos.

No obstante, al observar un material fósil nos da-mos cuenta fácilmente de que este no registra una his-toria completa sino únicamente pequeños fragmentosde la vida del pasado. El geólogo podría darnos dece-nas de razones para explicar las lagunas, pero noso-tros queremos solamente resaltar que, en la mayoríade los casos, ha sido necesario un conjunto de cir-cunstancias extraordinarias para que, de un organis-mo de otros tiempos, nos llegue “alguna cosa”, cuyoestudio permita al paleontólogo asignarle una edad.Pero una pregunta surge de inmediato ¿hay grupos deorganismos fósiles cuya aparición, evolución y desa-parición, puedan seguirse sin apenas lagunas? La res-puesta es sí, y los foraminíferos son uno de ellos.

Los foraminíferos constituyen un grupo de or-ganismos particularmente indicado como reloj geo-lógico porque presentan un registro fósil extraordi-nariamente completo, una rápida evolución, susconchas dejan al descubierto la ontogenia de cadaindividuo contabilizada en etapas de crecimiento y,además, la compleja morfología de sus conchas re-fleja su funcionalidad, lo cual permite utilizar laanatomía comparada en la identificación de estruc-turas análogas. Los numerosos representantes ac-tuales, a su vez, favorecen la comprensión del sig-nificado biológico de tales estructuras.

LA PREDICCIÓN DEL FUTURO

Un famoso geólogo escocés emitió en el sigloXIX una no menos célebre frase: “el presente es laclave del pasado”, con la que animaba a los geólo-gos del momento a observar los acontecimientosque tenían lugar en cualquier parte de la Tierra yevaluar los procesos que los habían producido yanalizar aquellos que habían tenido lugar en épocahistórica, al mismo tiempo que invitaba a los cientí-ficos a abandonar las teorías “catastrofistas” y“neptunistas” tan en boga durante los siglos XVIIIy XIX. Hutton, que así se llamaba el geólogo, con-cebía que los procesos que actuaron en el pasadotambién actuaban en la actualidad. Este principio,no obstante, no es más que una hipótesis de la in-vestigación, la cual plantea que el estudio de losprocesos actuales y de sus efectos nos ayuda a in-

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Fig. 5. Fotografía de una lámina delgada en lacual se aprecia gran cantidad de Nummulites,característico del periodo Eoceno. Esta muestraprocede de la denominada “Caliza de Girona” quees utilizada como piedra ornamental.

Fig. 6.

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terpretar los sucesos que ocurrieron en el pasado.Esta teoría, que en el siglo XIX fue considerada re-volucionaria, nos parece hoy día tan evidente quepasa, muchas veces, desapercibida en la enseñanzade la geología y la paleontología.

Sin embargo, no es sobre la teoría del actualismoen el sentido presente-pasado sobre la que nos referi-remos aquí, si no en el sentido contrario pasado-pre-sente, y es que la observación de los procesos geoló-gicos aporta datos de interés sobre el desarrollo futurode ciertos procesos que tienen lugar actualmente ypredecir sus consecuencias. Así, por ejemplo, hemosconocido por los periódicos que en la paradisíaca islaMauricio, la arena blanca de una parte importante desus magníficas playas desaparece y que, para mante-ner el potencial turístico, ésta es importada de Mada-gascar, donde el mismo proceso parece ya iniciado.La primera pregunta que surge es ¿de dónde viene laarena? Y a continuación ¿por qué desaparece? La res-puesta es muy simple. La arena no es más que el con-junto de pequeños organismos, entre ellos los forami-níferos, capaces de “producir” conchas de carbonatocálcico, los cuales vivían en las cercanías y las co-rrientes acumulan en las playas. La desaparición de laarena está ligada a la desaparición de los “producto-res” de carbonato, y ello es consecuencia, ni más nimenos, que de la contaminación de las aguas; en estecaso particular, el origen está en el nitrógeno y fósfo-ro que llega a la costa procedente del riego de lasplantas de caña de azúcar con excesivos fertilizantes.El resultado es “un desierto ecológico”.

Pero, ¿qué relación tiene el problema actual conel pasado? Este hecho, provocado en isla Mauriciopor el hombre, ocurrió de manera natural en el pa-sado. Así, a finales del período Cenomaniense, lapresencia de una alta tasa de elementos “contami-nantes” en el agua marina provocó la desaparición

de casi todos los organismos productores de carbo-nato, entre ellos los foraminíferos de gran tamaño.Aunque no vamos a entrar en detalles de como su-cedió, el resultado fue similar al que se está produ-ciendo actualmente pero a gran escala, y la conse-cuencia una gran extinción, conocida entre lospaleontólogos como Ce-Tu (extinción en el límiteCenomaniense-Turoniense).

Ahora, solo nos queda abrir un debate alrededorde la siguiente pregunta, ¿ocurrirá algo similar en unfuturo próximo o lejano? Con ello queremos incidiren el hecho que los foraminíferos como organismosno solo tienen un interés en ciencias tales como laGeología, la Paleontología, las Ciencias del MedioAmbiente o la Geografía de las que hablábamos aliniciar esta explicación, sino también en CienciasSociales ya que su estudio puede prevenirnos de de-sastres e incidir sobre la economía y, por tanto, so-bre la sociedad en un determinado momento.

BIBLIOGRAFÍA

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