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Como un buen bocata. Así sepinta un viaje de horizontesrectilíneos, parameras inter-minables y vistas increíblesmientras se pasa de un capí-tulo a otro en la visita a estaedición bicéfala de Las Eda-des del Hombre: cada una delas sedes sería el exquisito pande Valladolid y lo que quedaentre medias –el viaje que setercia entre la una y la otra–lo que se mete entre ambas.Y como para gustos no hay co-lores cada cual podrá escogersu relleno. Habrá quien noquiera más distracciones ysalte de una Medina a la otra(la De Rioseco o la Del Cam-po) por la vía rápida. Pero ha-brá también quien quiera pro-longar el banquete todo lo po-sible, tratando de aprovecharlas infinitas posibilidades quese ofrecen entre ambas, enfunción del itinerario escogi-do. A estos últimos puede queles interese seguir leyendo.En un sentido o en el inver-so estas son algunas de las pa-radas posibles en ese viaje deuna ‘Passio’ a la otra.

TORDEHUMOS. La mota so-bre la que perviven los restosde su castillo es un miradorde excepción sobre las llanu-ras casi infinitas de la Tierrade Campos y las elevacionescontiguas de los Montes To-rozos. Tanto, que su topóni-mo parece derivar de una to-rre de humos utilizada allípara comunicarse con seña-les luminosas y humaredasentre distintas fortalezas. So-bre ese balcón de vistas pri-vilegiadas aún perviven res-tos de murallas pertenecien-tes al castillo que en el sigloXII se levantara para reforzarla línea fronteriza en dispu-ta por los reinos de Castilla yde León. Entre los escasos res-tos de barbacanas y antiguosportillos, el paseo por el ce-

rro de Santa Cristina ofrecetambién un vistazo de cigüe-ña sobre la localidad, de cuyocasco urbano aún despuntantres de las seis iglesias con quellegó a contar en su momen-to de máximo esplendor. Lade Santa María alberga un va-lioso retablo renacentista ilus-trado con pinturas y escultu-ras. La de Santiago, tambiéndel siglo XVI, presume, ade-más de sus retablos, de coro,artesonado mudéjar y púlpi-to con yeserías. Pero uno delos orgullos de la localidad essu Ecomuseo. Ubicado en uncaserón reúne en su interioruna amplia colección de uten-silios, aperos, herramientasy enseres relacionados con lavida y oficios tradicionales enla zona.

VILLAGARCÍA DE CAMPOS.El gran edificio de Villagarcíaes su colegiata de San Luis,importante noviciado jesui-ta. Los trazos de su iglesia sonde Rodrigo Gil de Hontañónmientras que el diseño del al-tar mayor corresponde a Juande Herrera. Alberga, además,un interesante museo en elque, entre otras cosas, semuestran piezas curiosas,como la prensa de una im-prenta creada en 1730, unareproducción del cuarto en elque vivió y escribió el padreIsla o un bellísimo relicarioconstruido en 1660. A lasafueras, junto a la carreteraquedan los restos del que fue-ra el castillo-palacio en el quepasó su infancia Juan de Aus-tria, mucho antes de saberque era hijo del mismísimoemperador Carlos I.

URUEÑA. Esta poblaciónluce el recinto amuralladomejor conservado de toda laprovincia y uno de sus cas-cos urbanos más genuinos.Pero también una vida cul-tural tan intensa que su pro-grama de actividades empie-za a ensombrecer ya susotros atractivos monumen-tales o paisajísticos. La pri-

De ‘Passio’ a ‘Passio’Un viaje y nueve paradas entre las dos sedes deLas Edades del Hombre en la provincia de Valladolid

JAVIERPRIETO

RUTAS CON ENCANTO

‘PASSIO’

Vista primaveral del valle del Hornija visto desde Peñaflor de Hornija, en los Montes Torozos.

El caserío de Tordehumos visto

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mera Villa del Libro de Espa-ña atesora entre sus mura-llas nada menos que cincomuseos –Centro Etnográfi-co Joaquín Díaz, Colecciónde Campanas, Museo de laMúsica Luis Delgado, Museodel Gramófono, Centro e-LEA–, además de un ramille-te de librerías especializadashasta las que peregrinan nu-merosos amantes del libro,especialmente los fines desemana. A las afueras quedala joya de su ermita de LaAnunciada, con un estiloúnico en Castilla y León.

SAN CEBRIÁN DE MAZOTE.Un grupo de cristianos hui-dos de la Córdoba califal lle-gó al valle del Bajoz a princi-pios del siglo X. Y obra suyaes la hermosa basílica mozá-rabe que se alza en esta loca-lidad y que es resto de un ex-tinguido convento. Se tratade uno de los monumentosde este estilo más importan-tes de la Península.

LA SANTA ESPINA. Entre losmuros de su monasterio seconocieron los hermanosJuan de Austria y Felipe II.También se custodia una es-pina de la corona de Cristo

que Carlomagno se trajo deConstantinopla –al menos,eso dice uno de los dos cuen-tos que explican la historia deesa reliquia– y una colecciónde mariposas con más de

3.000 ejemplares de todo elmundo. Pero este poblado decolonización ofrece tambiénel atractivo Centro de Inter-pretación de la Vida Rural yuna Casa de la Naturaleza enla que aprender sobre todo loque se mueve en el entornonatural de la localidad. De eseentorno, la estrella induda-ble es un embalse pensadopara beneficio de la agricul-tura pero que se ha acabadoconvirtiendo en un destaca-do enclave de vida silvestre.

WAMBA. Es la única locali-dad española cuyo topónimocomienza por ‘W’. Pero si me-rece un alto en cualquier via-je por los Torozos se lo debe asu iglesia de Santa María, unade las más antiguas de toda laprovincia. Aunque con mar-cas de casi todos los estilos,predomina en ella el románi-co-ojival y el mozárabe. Fueun monasterio de gran im-portancia en el pasado, muyrelacionado con la realeza leo-

nesa, y, desde 1140, propie-dad de la influyente Ordende los Caballeros de San Juande Jerusalén. Su osario, unode los más nutridos de todala Península, constituye unespectáculo inolvidable.

TORRELOBATÓN. Su casti-llo sirvió de fondo para queCharlton Hesto, en su encar-nación del Cid, perdonara lavida al rey moro que acaba-ba de apresar. Pero si Torre-lobatón y su castillo entra-ron en la historia es porquede esa fortaleza partieron lastropas comuneras hacia Toroantes de caer batidas en lascampas de Villalar. Hoy al-berga el centro de interpre-tación del Movimiento Co-munero, donde se explica latranscendencia para Europade esta revolución social.

TORDESILLAS. La visita aesta localidad da para una jor-nada completa, así que bienvale planificarla bien. En

ningún caso debe faltar el re-corrido guiado por el RealMonasterio de Santa Claraedificado sobre el que fueralujoso palacio de Alfonso XI.Su interior –y un trozo de sufachada– alberga muestrasdel mejor mudéjar de Casti-lla y León y unos baños ára-bes sin igual en estas tierras.Muy cerca quedan las Casasdel Tratado y el museo quealberga la iglesia de San An-tolín. Además de las iglesiasde San Pedro y Santa Maríaaún quedarían por visitar elMuseo del Encaje y el de laRadio. La plaza Mayor es eleje porticado que articula elcasco urbano tradicional dela localidad.

RUEDA. Es la capital de unacomarca cuya denominaciónde origen vitivinícola presu-me de un amplio reconoci-miento internacional. Por esobuena parte del patrimoniomás querido de la poblaciónse localiza en el laberinto detúneles que conforman susbodegas más tradicionales.Pero no lo hacen en secreto:varias de ellas ofrecen visi-tas guiadas. Más a la vista–junto a la antigua carreterageneral– quedan sus viejascasonas nobiliarias, la rara er-mita del Santo Cristo de lasBatallas o la iglesia de SantaMaría de la Asunción, mag-nífico ejemplo del barroco va-llisoletano.� info@javierprietogallego.com

desde los restos de su castillo. :: REPORTAJE GRÁFICO DE JAVIER PRIETO

Soportales de la plaza Mayor de Tordesillas.

La villa de Urueñaluce el recintoamurallado mejorconservado de todala provincia

El castillo de la Mota, del siglo XV, en Medina del Campo.

Torre del homenaje del castillo de Torrelobatón.

Osario de la iglesia de Santa María, de Wamba.