11. la crisis del antiguo régimen · primera fase en la que se da la crisis del antiguo régimen,...

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Tras el fallecimiento de Carlos III, asciende al trono de España su hijo Carlos IV (1788-1808), que abandona la política de reformas del Despotismo Ilustrado por el estallido de la Revolución Francesa (1789). Su gobierno se caracteriza por: 1. El gobierno de un valido. Manuel Godoy, ajeno a la aristocracia influyente, provenía de la guardia de corps (guardia real) y estaba enrollado con la reina, María Luisa de Parma. Este sistema del valimiento, tan popular en el siglo XVII con nombres como el Duque de Lerma o el Conde Duque de Olivares, se consi- deraba en el siglo XVIII algo anacrónico. 2. La influencia de la Revolución Francesa. Esta supuso el referente mundial para la oposición al Antiguo Régimen. En España, Floridablanca intentó evitar cualquier contagio revolucionario controlando las publicaciones y personas que cruzaban la frontera. Aun así, muchos vieron con buenos ojos el proceso, aun- que sin los excesos que presentó en la etapa jacobina. España, además, se vio inmersa en los conflictos desatados por Napoleón. 3. Creciente dependencia de Francia. A pesar de la entrada en guerra contra Francia después de que los revolucionarios guillotinaran a Luis XVI en 1793, muy pronto (Paz de Basilea en 1795) España retorna a la tradicional alianza con el vecino francés frente al enemigo de ambos, Gran Bretaña. El acercamiento (Tratados de San Ildefonso de 1796 y 1800) fue favorecido por Godoy a través de alianzas con Francia, pero que aislaban a España del resto de Europa y conver- tían a la monarquía española en su satélite, poniendo a su disposición dinero y flota. Gran Bretaña respondió sometiendo a España a un bloqueo marítimo que perjudicó los intereses españoles en América. Además, en 1805 la armada hispanofrancesa sufrió la fatal derrota de Trafalgar frente a las costas de Cádiz. Dos años después, mediante el Tratado de Fontainebleau, España accede a que tropas francesas crucen la Península para someter Portugal, aliado de Gran Bretaña. 4. Graves problemas de la hacienda estatal. Las deudas heredadas del rei- nado anterior y las constantes guerras contra los británicos hicieron que España estuviera al borde de la bancarrota. Para enfrentarla, Godoy recurrió a una de las primeras desamortizaciones de bienes de la Iglesia. 5. Un gran malestar social. Las epidemias, los motines por la carestía y las subidas del precio del pan fueron constantes y perjudicaron a los grupos más populares. 6. La oposición política creciente. El grupo de opositores a la política del odiado Godoy reunía a aristócratas, clero e ilustrados marginados por el monar- ca, liderado por Fernando, hijo y heredero de Carlos IV. Este sector encabezaría dos sublevaciones, una sin éxito en 1807 y otra triunfante, el Motín de Aranjuez (marzo 1808), que concluye con el encarcelamiento de Godoy y la abdicación forzosa de Carlos en su hijo, a partir de entonces Fernando VII. Ante este panora- ma político descompuesto, Napoleón, que ya había introducido tropas en España, quiso hacer del estado español una monarquía satélite de Francia como ya había hecho en otros lugares; sin embargo se encontrará en la respuesta armada de España, que genera la Guerra de la Independencia (1808-1814). 11.1. La crisis de 1808: la Guerra de Independencia y los comienzos de la revolución liberal Este tema da comienzo a la historia política del siglo XIX español y es la primera fase en la que se da la crisis del Antiguo Régimen, que proseguirá durante el reinado de Fernando VII, mientras que en el siguiente reinado, el de Isabel II, se producirá la difícil construcción del Estado liberal, cu- yas bases fueron enunciadas por las Cortes de Cádiz y su Constitución de 1812, primer marco legal español y base del liberalismo posterior. Aho- ra, con la crisis de 1808 en la que abdican Carlos IV y su hijo Fernando VII en el hermano de Napoleón, y tras la invasión, una sublevación popular y una guerra fraticida contra los franceses (1808-1814). El pintor romántico Francisco de Goya (1746-1828) realizó entre 1810 y 1815 su serie de grabados más famosa: Los desastres de la guerra, compuesta por 82 estam- pas (la de arriba se titula ‘Esto es peor’) que muestra, con mirada de reportero gráfico, la crueldad de ambos bandos en esta guerra. En 1814, Goya, a la vez afrancesado y patriota, realizará para el retorna- do Fernando VII sus dos célebres cuadros del 2 y 3 de mayo. 11. La crisis del Antiguo Régimen

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Tras el fallecimiento de Carlos III, asciende al trono de España su hijo Carlos IV (1788-1808), que abandona la política de reformas del Despotismo Ilustrado por el estallido de la Revolución Francesa (1789). Su gobierno se caracteriza por:

1. El gobierno de un valido. Manuel Godoy, ajeno a la aristocracia influyente, provenía de la guardia de corps (guardia real) y estaba enrollado con la reina, María Luisa de Parma. Este sistema del valimiento, tan popular en el siglo XVII con nombres como el Duque de Lerma o el Conde Duque de Olivares, se consi-deraba en el siglo XVIII algo anacrónico.

2. La influencia de la Revolución Francesa. Esta supuso el referente mundial para la oposición al Antiguo Régimen. En España, Floridablanca intentó evitar cualquier contagio revolucionario controlando las publicaciones y personas que cruzaban la frontera. Aun así, muchos vieron con buenos ojos el proceso, aun-que sin los excesos que presentó en la etapa jacobina. España, además, se vio inmersa en los conflictos desatados por Napoleón.

3. Creciente dependencia de Francia. A pesar de la entrada en guerra contra Francia después de que los revolucionarios guillotinaran a Luis XVI en 1793, muy pronto (Paz de Basilea en 1795) España retorna a la tradicional alianza con el vecino francés frente al enemigo de ambos, Gran Bretaña. El acercamiento (Tratados de San Ildefonso de 1796 y 1800) fue favorecido por Godoy a través de alianzas con Francia, pero que aislaban a España del resto de Europa y conver-tían a la monarquía española en su satélite, poniendo a su disposición dinero y flota. Gran Bretaña respondió sometiendo a España a un bloqueo marítimo que perjudicó los intereses españoles en América. Además, en 1805 la armada hispanofrancesa sufrió la fatal derrota de Trafalgar frente a las costas de Cádiz. Dos años después, mediante el Tratado de Fontainebleau, España accede a que tropas francesas crucen la Península para someter Portugal, aliado de Gran Bretaña.

4. Graves problemas de la hacienda estatal. Las deudas heredadas del rei-nado anterior y las constantes guerras contra los británicos hicieron que España estuviera al borde de la bancarrota. Para enfrentarla, Godoy recurrió a una de las primeras desamortizaciones de bienes de la Iglesia.

5. Un gran malestar social. Las epidemias, los motines por la carestía y las subidas del precio del pan fueron constantes y perjudicaron a los grupos más populares.

6. La oposición política creciente. El grupo de opositores a la política del odiado Godoy reunía a aristócratas, clero e ilustrados marginados por el monar-ca, liderado por Fernando, hijo y heredero de Carlos IV. Este sector encabezaría dos sublevaciones, una sin éxito en 1807 y otra triunfante, el Motín de Aranjuez (marzo 1808), que concluye con el encarcelamiento de Godoy y la abdicación forzosa de Carlos en su hijo, a partir de entonces Fernando VII. Ante este panora-ma político descompuesto, Napoleón, que ya había introducido tropas en España, quiso hacer del estado español una monarquía satélite de Francia como ya había hecho en otros lugares; sin embargo se encontrará en la respuesta armada de España, que genera la Guerra de la Independencia (1808-1814).

11.1. La crisis de 1808: la Guerra de

Independencia y los comienzos de la revolución liberal

Este tema da comienzo a la historia política del siglo XIX español y es la

primera fase en la que se da la crisis del Antiguo Régimen, que proseguirá

durante el reinado de Fernando VII, mientras que en el siguiente reinado,

el de Isabel II, se producirá la difícil construcción del Estado liberal, cu-

yas bases fueron enunciadas por las Cortes de Cádiz y su Constitución

de 1812, primer marco legal español y base del liberalismo posterior. Aho-

ra, con la crisis de 1808 en la que abdican Carlos IV y su hijo Fernando

VII en el hermano de Napoleón, y tras la invasión, una sublevación

popular y una guerra fraticida contra los franceses (1808-1814).

El pintor romántico Francisco de Goya (1746-1828) realizó entre

1810 y 1815 su serie de grabados más famosa: Los desastres de la guerra, compuesta por 82 estam-pas (la de arriba se titula ‘Esto es

peor’) que muestra, con mirada de reportero gráfico, la crueldad de

ambos bandos en esta guerra. En 1814, Goya, a la vez afrancesado

y patriota, realizará para el retorna-do Fernando VII sus dos célebres

cuadros del 2 y 3 de mayo.

11. La crisis del Antiguo Régimen

Las causas de esta guerra se explican a partir de las ansias imperialistas de Na-poleón, si bien el acontecimiento desencadenante fueron las renuncias de Bayo-na, ciudad francesa en la que Napoleón obliga tanto a Carlos IV como a Fernan-do VII a renunciar al trono español, que entregaría a su hermano José Bonaparte. Por ello, estalla un motín popular el 2 de mayo de 1808 en Madrid, pero el eco de la revuelta se extiende por toda la Península y desembocará en un levantamiento general. Comienza así un suceso complejo con tres grandes vertientes: conflicto internacional en la que no sólo se ven inmersas Francia y España, sino también Portugal y Gran Bretaña, tradicional enemiga que en esta ocasión apoyó a los españoles sublevados con tropas que incluyeron militares de la talla del duque de Wellington; fue también una guerra civil entre españoles, por un lado los colabo-racionistas o afrancesados (élite ilustrada), y por otro los sublevados que consi-deraban a los franceses como invasores; y finalmente fue una revolución liberal (Cortes de Cádiz) por una crisis política causada por el vacío de poder.

La guerra se desarrolló en 3 etapas:

1) mayo / noviembre 1808. Francia pierde en Bailén (julio), batalla que impidió la ocupación francesa de Andalucía y creó tal alarma que José I se trasladó a Vitoria. Los sublevados pusieron las bases para coordinar sus operaciones a través de juntas locales que luego se integrarán en juntas supremas provinciales y finalmente estas a su vez en una junta suprema central.

2) noviembre 1808 / julio 1812. Francia reacciona y hace gala de su hegemo-nía militar encabezada por Napoleón liderando su célebre “Gran Armada” entre noviembre 1808 y enero 1809, frente a la cual España respondió con una guerra de guerrillas en la que sobresalen Espoz y Mina y El Empecinado, y resistiendo al sitio de ciudades claves como Zaragoza o Gerona.

3) julio 1812 / 1814. El mantenimiento de dos frentes, el español y el ruso, favoreció una gran ofensiva aliada iniciada en Arapiles (julio 1812) que condujo finalmente a la derrota francesa y el reconocimiento de Fernando VII como rey de España en el Tratado de Valençay (diciembre 1813)

Además de los conflictos armados tuvo lugar el enfrentamiento de dos modelos políticos: el reformista francés de José Bonaparte en la España colaboracionis-ta y el liberal español en la España sublevada, gestado en las Cortes de Cádiz (1810-13), y plasmado en la Constitución de 1812.

Las consecuencias del conflicto fueron terribles: más de 300.000 fallecidos, la paralización de la casi inexistente revolución industrial en el país, el destrozo agrícola y ganadero, el expolio artístico y el incremento de una debilidad política que facilitará la pronta emancipación de las colonias americanas. España, que en esta guerra afianzó su unidad nacional, pasa de tercera potencia mundial a nación de segunda fila tutelada por Francia e Inglaterra (de ahí que se mantenga neutral en guerras internacionales del XIX y XX).

Además, a medio y largo plazo supone el punto de inflexión para hablar del paso del modelo absolutista al modelo liberal enunciado en Cádiz donde se consagran derechos civiles y políticos, como la soberanía nacional, el sufragio universal indirecto, la división de poderes o la supresión de derechos feudales.

Durante los reinados de Carlos IV (1788-1808) y de José I (1808-14), España varió su relación con Fran-

cia. Comenzó siendo aliada hasta la decapitación en 1793 del rey Borbón

Luis XVI, primo de Carlos IV.

De 1793 a 1795, España se enfrenta a la Convención francesa pero es

derrotada, ocupando Francia parte de Cataluña y País Vasco.

Tras la Paz de Basilea (1795), Es-paña vuelve a ser aliada de Francia hasta 1808. En esta fase se distin-guen varios tratados con Francia:

*Tratados de San Ildefonso (1796 y 1800). Por el 1º, la escuadra

española pierde contra Inglaterra en el cabo de San Vicente. Por el

2º, estalla la Guerra de las Naranjas contra Portugal (1801) y la gravísima

derrota de Trafalgar (1805).

*Tratado de Fontainebleau (1807), por el que España deja pasar tropas

francesas para invadir Portugal.

*Renuncias de Bayona (mayo de 1808). Esta doble abdicación se

produce tras el Motín de Aranjuez (marzo de 1808), encabezado por

un grupo de nobles hartos de Godoy y liderados por Fernando VII para

derrocar a su padre Carlos IV, que abdica en su hijo. En Bayona, Napo-

león obliga a Fernando VII a devolver el trono a su padre, Carlos IV, que

previamente había renunciado a sus derechos a favor de Napoleón. A su

vez, éste entrega la Corona de Espa-ña y las Indias a su hermano José.

Este rey (odiado por francés y apodado Pepe Botella o Plazuelas) convoca a una asamblea de nota-

bles para que redacten una consti-tución, la reformista Carta Otorgada

del Estatuto de Bayona (1808), que reconocía ciertos derechos indivi-duales, suprimía los gremios y la

Inquisición, además de las torturas a los detenidos, pero afirmaba como

única religión permitida la católi-ca, mantenía algunos privilegios

estamentales y reservaba al rey la práctica totalidad de los poderes.

Si la Guerra de la Independencia (1808-14) tiene la doble vertiente de guerra y revolución, a ésta última nos refereimos a la revolución política que supusieron las Cortes de Cádiz: tres años (1810-13) que cristalizan en la Constitución de 1812, la primera de España (tras la Carta Otorgada del Estatuto de Bayona de 1808) y punto de arranque del liberalismo español. Fue un texto constitucional muy adelantado a la época e influenciado por la Revolución Francesa y su Cons-titución de 1791. En Cádiz se pusieron en papel conquistas como la división de poderes, la soberanía nacional, las libertades del individuo y la enunciación de una sociedad más meritocrática y basada en el dinero, no sólo en la cuna y el prestigio de tu estamento social, típico del Antiguo Régimen. Durante la Guerra de la Independencia, se enfrentan en España no solo dos ejércitos, sino también dos modelos políticos:

a) El Reformismo francés encarnado por José Bonaparte. El hermano de Na-poleón, alzado por este al trono de España tras las forzadas renuncias de Carlos IV y Fernando VII en Bayona (mayo 1808), intentó sin éxito desligarse de Francia e iniciará su andadura rodeándose de ilustrados y afrancesados españoles para dar a su reinado una mayor sensación de legitimidad. En su gobierno optó por una vía a medio camino entre el absolutismo y un estado constitucional: aprueba una carta otorgada, el Estatuto de Bayona (julio de 1808), en el que si bien se reconocen algunos derechos individuales y libertades económicas, proclama el catolicismo como religión oficial y establece unas cortes estamentales. José I intentó aplicar una serie de reformas en la línea del despotismo ilustrado que a veces resultaron inaplicables en una España en guerra, tales como la abolición de los derechos señoriales, la eliminación de la Inquisición, la supresión de las órdenes militares y algunas órdenes religiosas y la continuación del proceso des-amortizador. Todas fueron suspendidas por Fernando VII a su vuelta.

b) El Liberalismo español. Mientras se va gestando en la España que resiste y no apoya ni colabora con José I una auténtica revolución política a través de una serie de pasos. En primer lugar, se establecen organismos de carácter local y provincial compuestos por clérigos, ilustrados y militares: las juntas supremas provinciales. Estas juntas se reunirán en una Junta Suprema central con sede inicial en Aranjuez que, por el acoso del ejército francés, se trasladará a Cádiz para convertirse en un Consejo de Regencia, que decía actuar en nombre de Fernando VII. En esta ciudad andaluza decidirán la convocatoria de unas Cortes Constituyentes (no estamentales, como querían los absolutistas) que se reunirán entre dos septiembres, del de 1810 al de 1813.

Los diputados que compusieron estas Cortes, entre 100 y 223 a lo largo de sus tres años de duración, pertenecían a distintos grupos sociales e ideológicos. En lo social había clase media urbana (clérigos, abogados, funcionarios, militares) que excluye a artesanos, trabajadores urbanos y campesinos. Con respecto a las posiciones ideológicas, hubo 3 facciones:

*Grupo de izquierda, liberales o doceañistas: defendían las posiciones más ra-dicales, como la soberanía nacional. Son los grandes triunfadores de las Cortes. Destaca Agustín de Argüelles.

11.2. Las Cortes de Cádiz y la Constitu-

ción de 1812

El Antiguo Régimen (organización política -absolutismo-, social -esta-

mentos- y económica -agraria y poco productiva- típica de la Europa de la

Edad Moderna) fue derribado por las revoluciones del Ciclo Atlántico y Europeo, además de por consti-tuciones, siendo la norteamericana

(1787), la francesa (1891) y la española (1812) las 3 primeras más

importantes.

¿Qué es una Constitución?

*Definición:

Es la norma suprema entre todas las normas, el texto normativo funda-

mental de un país.

*5 Características:

1) Regula el compartamiento jurídico del Estado, sus instituciones y sus ór-ganos, así como de las personas que lo ejercen (el ‘cómo debe gobernarse

un pueblo’).

2) Representa una filosofía política, social y económica.

3) Tiene validez jurídica, ética y moral, y aspira a durar.

5) Es un marco asistencial y una garantía contra la extralimitación de

los poderes estatales.

6) Asegura libertades públicas y derechos ciudadanos, individuales y

colectivos, así como obligaciones.

*Grupo de centro, jovellanistas: en torno a este gran ilustrado, Jovellanos, ha-blaban de promover un acuerdo entre el rey y la nación y mantener las cortes esta-mentales (con reuniones por separado y voto por estamento en vez de nominal).

*Grupo de derecha, absolutistas o serviles: bautizados por los liberales como “serviles”, son tradicionales y defensores de las principios del Antiguo Régimen: monarquía absoluta y sociedad estamental.

Estos diputados sacaron una ingente labor legislativa: la Constitución de 1812 y las leyes socio-económicas complementarias.

1. La Constitución de 1812: fue promulgada el 19 de marzo de 1812, día de San José (de ahí que se llame la “Pepa”). Se trata de un corpus legislativo fundamen-tal que establece las bases del programa liberal, teniendo como referentes más inmediatos el primer texto constitucional de la Revolución Francesa (1791) y el de la Americana (1787). Aprobada por un Parlamento nacional, supuso el primer intento serio y por vía legal para desmantelar los pilares del Antiguo Régimen. Para lograr este fin aprobará medidas tan revolucionarias como estas seis:

–La soberanía nacional, frente a la tradicional consideración del gobierno de la nación como un legado de Dios al Rey sin contar con el pueblo gobernado.

–La división de poderes: siguiendo el modelo diseñado por el ilustrado francés Montesquieu se establece un poder ejecutivo en manos del rey, un legislativo con unas cortes unicamerales al frente y un judicial a cargo de los tribunales.

–Una monarquía parlamentaria, régimen político caracterizado por la limitación del poder del monarca, que será responsable ante las Cortes.

–El reconocimiento de derechos individuales como la libertad de propiedad, la igualdad jurídica y fiscal, la inviolabilidad del domicilio, las garantías penales, la libertad de expresión y de imprenta. Curiosamente no se acometió el problema religioso con el mismo talante liberal y el resultado fue el establecimiento de la re-ligión católica como única y oficial de un Estado que seguiría siendo confesional.

–El sufragio universal masculino indirecto, pilar del nuevo sistema electoral.

–La creación de una Milicia Nacional, un cuerpo militar de ciudadanos civiles armados para defender el nuevo régimen liberal.

2. Medidas económico-sociales complementarias: las Cortes de Cádiz tam-bién promovieron una serie de medidas complementarias económico-sociales:

–La abolición del régimen feudal (1811) y de la trasnochada Inquisición.

–Un nuevo proceso desamortizador (1813) sobre las propiedades de afrance-sados, clero y órdenes militares cuya venta en pública subasta generaría unos ingresos dirigidos a paliar la deuda pública del Estado.

–La supresión de las aduanas internas y de los gremios, en un intento por romper con el modelo económico tradicional y tender hacia el librecambio y la regulación del mercado a partir de la oferta y la demanda.

Al tratarse de tiempos de guerra, mucho de lo acordado en Cádiz no pudo aplicar-se, y Fernando VII, a su vuelta en 1814, derogó toda su obra. Pero las Cortes de Cádiz fijan el programa liberal español que va a implantarse a lo largo del siglo XIX (los moderados querrán refrenarla y los progresistas llevarla más allá). Se trata de un referente imprescindible para entender la política española, estando presente su debate en cualquier gobierno y texto constitucional de estas dos centurias.

¿Cuándo estuvo operativa la Pepa? La Constitución de 1812

estuvo vigente en parte de España en guerra hasta 1814, año en el que Fernando VII retorna y de-

clara nula esta ley de leyes y sus medidas complementarias. Volvió a estar vigente durante el Trienio Liberal (1820-23) y varios meses entre 1836 y 1837, tras el Motín de la Granja promovido por los

liberales progresistas.

¿Qué supuso la Pepa? La Constitución de 1812 fijó la idea

de la nación (representada por los diputados electos) y de un Estado

mucho más unitario.

Además, fue un paso adelante en el proceso de centralización po-

lítica y administrativa emprendida por los primeros Borbones: quiso

terminar con la sociedad estamen-tal basada en los privilegios y las

exenciones fiscales, declarando la igualdad jurídica y fiscal de todos

los ciudadanos y fijando una buro-cracia centralizada, una fiscalidad común, un Ejército nacional y un

mercado más unificado al liberarle de las aduanas interiores.

Tras la victoria española en la Guerra de la Independencia, en 1814 Fernando VII regresa de su dulce cautiverio en el castillo francés de Valençay, ignorante de lo sucedido en España durante su ausencia. Es un país devastado y con un pueblo que ha adquirido conciencia de nación. El regreso del monarca plantea un pro-blema ya que había abandonado España siendo un rey absoluto y debía regresar como monarca constitucional. Su llegada a España supone el fin de la experiencia radical que habían representado las Cortes de Cádiz. Desde 1813 los absolutistas y los liberales le habían estado esperando, por lo que se le conoció como “El De-seado”. Al llegar a España, se dirige a Valencia, donde le esperan los absolutistas, que le entregan un escrito (Manifiesto de los Persas) en el que le piden suprimir la labor de Cádiz y restablecer el absolutismo con las Cortes estamentales. Así lo hace: da un golpe de Estado que condena, rechaza y declara nula la Constitución. Además, los diputados son declarados traidores a la monarquía, por lo que son perseguidos, encarcelados o forzados al exilio. Se restablecen los Consejos, la Inquisición y se vuelve al Antiguo Régimen: al absolutismo regio de orden divino típico de los siglos XVI y XVII que divide la sociedad en estamentos privilegiados (alta y baja nobleza y clero) y no privilegiados (Tercer Estado o Estado llano: bur-gueses, funcionarios, artesanos y una mayoría de campesinos, casi un 80%).

Fernando VII se verá respaldado por los los absolutistas españoles y por el nuevo contexto europeo surgido tras la derrota del imperio napoleónico, y simbolizado por el Congreso de Viena y la creación de la Santa Alianza (1815), para ayudar a restablecer las monarquías absolutas. En este Congreso, España (cuya guerra de guerrillas contribuyó en la victoria contra Napoleón) sólo será invitada. Las po-tencias dirigentes serán Austria, Prusia, Rusia e Inglaterra. Incluso la Francia de Luis XVIII (en teoría vencida) tendrá más peso en el Congreso que España, que tras la cruenta guerra pasa de 3ª potencia europea a nación de 2ª fila, tutelada por Francia e Inglaterra durante todo el siglo XIX.

El reinado de Fernando VII se divide en 3 etapas:

1) Sexenio absolutista (1814-20): Políticamente es la vuelta a la situación anterior, pero los nobles pierden privilegios y el poder de la corona se fortalece. La crisis económica, agraria y la quiebra de Hacienda se agudizaron durante este periodo, y la corona fue incapaz de ofrecer soluciones a los problemas de fon-do. Tampoco hubo un programa de gobierno adecuado a la crítica situación que vivía España. La camarilla (hombres de confianza del rey: aristócratas, clérigos y consejeros reaccionarios), se encarga de formar gobiernos que duran poco y no solucionan la crisis. Se rechaza cualquier reforma con tal de mantenerse en el poder y asegurar la supervivencia del régimen. ¿El resultado? 6 años caóticos en los que los problemas políticos, económicos y sociales se van agravando y acabarán por dar al traste con el régimen absolutista. Además, la emancipación de las colonias españolas, apoyadas por Inglaterra y EEUU, supone más gasto para la Hacienda, ya que se envían tropas para sofocarlas. También se reprime a los liberales, que solo tenían dos opciones: exiliarse o convertirse en clandes-tinos. Por ello, en España se inaugura una forma conspiratoria conocida como el pronunciamiento para hacerse con el poder. El ideal liberal va a propagarse a través de sociedades secretas como la masonería.

Durante este período se dan una serie de levantamientos sin éxito. Finalmente triunfa el pronunciamiento de 1820 comandado por el general Rafael del Riego, que en vez de enrolarse a la América sublevada se levanta contra el régimen ab-

11.3. Fernando VII: absolutismo y libe-ralismo. La eman-

cipación de la América española

El reinado de Fernando VII (un mes en 1808 y de 1814 a 1833) supuso el final del absolutismo en Espa-ña. La Edad Contemporánea está marcada por la construcción del

Estado liberal, que en España se da en el siguiente reinado, el de Isabel

II (1833-1868), pese a los intentos anteriores (Cortes de Cádiz -1810/13-

y Trienio Liberal -1820-23-).

COMODÍN PARA ESTOS 3 TEMAS:

Las revoluciones liberales (1775 a 1848) derribaron el edificio del Antiguo Régimen y construyeron el Estado Li-beral. Este es el tránsito de la Edad

Moderna a la Contemporánea: El paso de una sociedad estamental sin derechos y libertades a una sociedad

de clases con ellos / de una monar-quía absolutista (o despotista ilustra-

da) a una monarquía parlamentaria (o constitucional) / de una aristocracia de cuna a una aristocracia de dinero más

meritocrática (basada en el mérito) y con más movilidad social / de unos principios de solidaridad mecánica

(no elegidos) a otros de solidaridad orgánica (elegidos, esta idea es del sociólogo Durkheim) / de una men-

talidad ilustrada a otra moderna que fue matando la idea de Dios con las teorías evolucionistas de Darwin, el

comunismo de Marx o el psicoanálisis de Freud.

Rey

CleroNobleza

Tercer Estado

solutista proclamando la Constitución de 1812 y dando comienzo al trienio liberal.

2) Trienio liberal (1820-23): La insurrección se generaliza por España y el rey jura la constitución de 1812. Se forma un nuevo gobierno que proclamó una am-nistía y convocó elecciones a Cortes. Se inicia una segunda experiencia revolu-cionaria con una importante obra legislativa, nace la opinión pública y va a surgir una cultura política liberal gracias a las Sociedades Patrióticas (clubs de debate y discusión). Así, el liberalismo se convierte en una ideología que cuenta con un gran apoyo social ante la inoperancia del absolutismo. Y en el liberalismo apare-cen dos tendencias (todavía no partidos) que se va a ver reflejadas en las Cortes:

–Moderados o “doceañistas”: Buscan el pacto con sectores pudientes del ab-solutismo; eran partidarios del respeto a la propiedad y libertad personal. Creían en la Constitución de 1812, pero frenando sus aspectos más revolucionarios.

–Exaltados o “veinteañistas”: Son jóvenes seguidores de Riego, defensores acérrimos de la Constitución de 1812 y pensaban que la única forma de acabar con el Antiguo Régimen era radicalizando aún más los artículos de la Pepa.

En el Trienio se reforma la legislación: se suprime la inquisición, los mayorzgos y el régimen señorial, vuelve la desamortización, se liberaliza la industria y el comer-cio, se articula el mercado interior y se crea la Milicia Nacional (para defender la Constitución) además del primer Código Penal. Todas estas reformas hacen que Fernando utilice el veto suspensivo para boicotear la labor legislativa de las Cortes, mantenga correspondencia con la Santa Alianza y apoye a los absolutistas para que se opongan al régimen liberal protagonizando conspiraciones y levantamientos. Como no da resultado, acepta la intervención extranjera para derrotar al régimen liberal. En 1823, la Santa Alianza manda a los Cien mil Hijos de San Luis (ejército francés bajo el mando del Conde de Angulema) que entran en España y acaban con el régimen liberal, restaurando al rey en el poder absoluto.

3) Década ominosa (1823-1833): España vuelve al absolutismo. Se declaran nu-las todas las acciones del trienio, y se persigue más a los liberales. Los gobiernos absolutistas realizan reformas muy tímidas, que no alteran los fundamentos del Estado sino que tratan de salvarlo de la quiebra final: centralización y racionaliza-ción de la economía (código de comercio, Bolsa, Banco de España...).

De las filas absolutistas saldrá un nuevo grupo muy radical que no quiere hacer ninguna reforma. Serán los ultrarrealistas o carlistas, que quieren que sea Carlos Mª Isidro, hermano de Fernando VII, quien le suceda, y no su hija Isabel. Para que ésta pueda reinar, Fernando VII promulga la Pragmática Sanción, que deroga la Ley Sálica, por la que las mujeres no pueden reinar. A causa de esta cuestión, se abre una grave crisis dinástica entre los partidarios de Isabel II (liberales moderados y exaltados) y los que apoyan a Carlos María Isidro (ultraconservadores carlistas).

**Uno de los procesos más importantes durante el reinado de Fernando VII fue la emancipación de las colonias americanas. Fue un proceso largo, complejo e internacional (Inglaterra y Estados Unidos lo apoyó para poder comerciar con los nuevos países), que se dio entre 1808 y 1825, en etapas vinculadas a la política de la metrópoli. En verdad fueron varios procesos de independencia desconec-tados entre sí, y también guerras civiles entre realistas (peninsulares) y patriotas (criollos). Los virreinatos más antiguos (Nueva España y Perú) fueron más fieles a la metrópoli que los más jóvenes, Nueva Granada y Río de la Plata, que se independizaron antes. Esto es así porque en estos virreinatos (más antiguos porque allí estaban las mayores minas de plata: Potosí en Perú y Zacatecas en

Liberalismo español

‘Liberal’ es una de las palabras clave para entender el siglo XIX europeo y nació en

Cádiz... Así que, ¡viva la Pepa!

En las Cortes de Cádiz los primeros libe-rales ya disentían pero aun no había facciones

definidas

Estas aparecen en el Trienio Liberal (1820-

23) entre los doceañis-tas (¡viva la revolución del 1812 y ya!) y los

venteañistas (¡no, la de 1812 bien pero que-remos más!). Estas 2

facciones dieron lugar a los dos partidos libera-les que protagonizaron

la política de 1833 a 1875. Después, en la Restauración (1875-1931), más de lo mis-

mo, aunque cambien de nombre: mismo perro,

distinto collar.

Partido liberal progresista

Partido liberal

Partido liberal moderado

Partido conservador

Durante el reinado de

Isabel II

Durante la Restauración

borbónica

México) hubo revueltas sociales al haber más población indígena (Tupac Amaru en Perú y la de los curas Morelos e Hidalgo en México).

La cronología independentista vive dos etapas. La 1ª de 1808 a 1815 coincide con la Guerra de la Independencia en España. En América también se forman Juntas tras el vacío de poder, y en 1810 algunas se proclaman autónomas. La 2ª etapa va de 1815 a 1825 y sus independencias ocurren así en los 4 virreinatos:

–RIO DE LA PLATA: Paraguay (1811), Argentina (1816), Chile (1818), Urug. (1828). Fue el caudillo José San Martín quien protagonizó estas independencias.

–NUEVA GRANADA: Gran Colombia (1819, formada por Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá pero que en 1830 se separan). Protagonista el liberal Simón Bolívar, cuyo sueño era crear unos Estados Unidos del Sur.

–PERÚ: Perú (1821), del que se desgaja Bolivia en 1825, se emancipó tras la pinza de los ejércitos de San Martín por el sur y de Bolívar por el norte.

–NUEVA ESPAÑA: La independencia de México fue aparte. En 1821, alertado por el Trienio Liberal español, el conservador Iturbide comanda una revolución que culmina en la independencia tras firmar con el clero y los criollos el Pacto de Iguala, que asegura un nuevo México independiente, unido y cuyos pilares sean la defensa de la religión católica y de la propiedad privada.

Las CAUSAS de la emancipación fueron variadas: 1) El reformismo borbónico, que había rebajado el poder del clero americano además de combatido la corrup-ción y reformado la administración con más peninsulares, además de reforzar el pacto colonial, que establecía un monopolio comercial de España con Indias. 2) El vacío de poder causado por la Guerra de Independencia, que demostró que las colonias estaban maduras para el autogobierno. 3) Los valores de la Revolución Francesa y, sobre todo, de la Revolución Americana, ya que las 13 colonias se habían separado de Inglaterra con una revolución conservadora que no eliminó la esclavitud. Y los ideales de la Revolución Francesa eran temidos por casi todos los criollos, sobre todo la igualdad, que daba al traste con sus privilegios y su hege-monía económica como dueños de minas de plata y haciendas de azúcar, cacao, café o algodón, trabajadas por esclavos negros o semiesclavos indígenas. 4) La oligarquía criolla también temía que una España en bancarrota vendiera territorios americanos, como hizo con Luisiana, Florida y Santo Domingo a Francia y USA.

Las CONSECUENCIAS fueron también variadas. Para la exmetrópoli española supuso la pérdida de su gran imperio colonial con lo que le hizo perder las reme-sas de plata que llegaban desde el siglo XVI así como su ya debilitado prestigio internacional, convertida en nación de 2ª tutelada por Francia o Inglaterra. Este prestigio intenta redimirse con la participación en el reparto europeo de África (guerreando en Marruecos) y con la feroz resistencia a la pérdida de Cuba (hubo 3 guerras hasta su independencia en 1898). Esta pérdida de poder hizo que España, para no agravar su dependencia, se mantuviera nuetral en conflictos internaciona-les (1ª y 2ª Guerra Mundial). Para las excolonias americanas, la emancipación no trajo cambios sustanciales en las estructuras sociales. La oligarquía criolla aumen-tó su poder económico al no ser controlada por autoridades coloniales, y asumió el político, que se dio en torno a caudillos militares entre golpes de Estado y guerras civiles y fronterizas. Además, se consiguió la independencia política (nacieron 20 países) pero no la económica, ya que pasaron a depender neocolonialmente de Estados Unidos (la doctrina Monroe: “América para los americanos”).

1821

1823

1898

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1819

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De 1819 a 1830, Colom-bia, Venezuela, Ecuador

y Panamá formaron la República de la Gran

Colombia.

Fechas de la independencia de las colonias americanas de Espa-

ña (salvo la francesa Haití -1804- y la portuguesa Brasil -1822-).