100 kilogramos de barro
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100 KILOGRAMOS DE BARRO
100 KILOGRAMOS DE BARRO
JUAN ETCHEGOYEN MIRTA TROCHE
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DEDICATORIA
A mis padres
Oscar y Maria Ester por lo que fueron
A mi mujer
Emilce por lo que es
A mis Hijos
Emilio y Julia por lo que son y
seran
y a todas las gordas porque las amo
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PROLOGO
GARAYCOCHEA
Cuando Etchegoyen me invitó a participar en
este prólogo de su libro 100 Kilogramos de
Barro me pregunté, ¿Quién quiere escribir un
libro sobre gordas? Sector femenino
desprestigiado, marginado y generalmente
utilizado más para la comedia que para el
drama. Pero como los artistas son seres
especiales que miran naturalmente un poco
más allá que los demás, Etchegoyen logra
mostrarnos la otra cara, y como de la galera
de un mago, aparecen imágenes que las
devuelven humanas, sensibles, seductoras, y
hasta apetecibles, lo que no es poco.
Después de todo, ¿Cómo sabemos si, cuando
Dios creó al hombre y a la mujer con barro no
se quedó corto con la materia prima, y la
verdadera proporción es la que asoma de una
manera traviesa en este libro?
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PROLOGO 2
ENRIQUE GARCIA VERDE
Contemplando las ilustraciones de MIRTA
TROCHE y leyendo los poemas de JUAN
ETCHEGOYEN, cualquiera puede descubrir
o mejor dicho redescubrir que el erotismo no
responde a formas anatómicas sino, a los más
elevados sentimientos del hombre.
En este mundo de siliconas, anoréxicas y
neuróticos asexuados, las gordas emergan
pletórica y adiposamente triunfantes de la
intolerancia y la superficialidad, y nos
describen un erotismo voluptuoso como ellas.
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UNO
a la sombra de monstruosas
carnes,
se cobija la insensatez
de abrazos abortados,
el odio.
Deseos fálicos inconclusos,
entrada en carnes
mortecinas
a falta de amor.
Vagina y ubre,
grasa y pelo,
nalgas sin tours alguno,
mi gorda!!
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DOS
Veinte años
de soledad y angustia.
La seguridad al abordaje
y a la seducción
que dan
muchos kilos de mas,
el cinturón de castidad
natural del impedimento.
As¡ y todo
alguien se atreverá
alterar su mundo,
su santo y carnoso mundo
con promesas infinitas,
saliva y besos,
con un suspiro grande
que envilecen su imagen,
su cuerpo sus rollos,
su sangre sus nalgas,
su adolescencia
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TRES
Dedos regordetes
muestran la sensualidad de mis gordas,
acariciando verdes sueños.
Manos pesadas
que hacen sentir su verdad.
kilogramos de amor en movimiento
abrazos paquidermicos.
Ama gorda!,
sintiendo que alguien
planta bandera
en la cima del goce,
Everest carnilineo,
montaña de placer,
Todo arrancado a capa y espada.
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CUATRO
Sobre una silla descansa
toda su vida.
culo, sol,
faldas enormes
piernas abiertas,
ocultando su verdad
entre pergaminos ajados.
Silla, sol, sueños
de alguna juventud lejana
( setenta kilogramos menos )
amor ?
su marido,
cada tanto una excursión punitiva.
Silla mojada
humedad delictiva,
flatulo al sol.
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CINCO
Un espejo
desnudarse frente a el
reconocer cada parte
un pecho,
contemplarse
cada zona
tocarlas,
el otro pecho,
la entrepierna,
entornar los ojos
entre abrir la boca,
un escalofrío
soñarse deseada,
atacada, violada.
Cien kilogramos de sexo
aguardando,
sin que nadie recoja el guante.
Todo un reto.
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SEIS
Sentir mis manos
ir y venir
amasando las carnes,
como un panadero
que hace pan de su sudor.
Dormir en la quebrada
de tus gloriosos senos
faros morados,
guiando al amor
por camino seguro.
En un ‚éxtasis
amasar tu prominente abdomen
recorrer
tus piernas, tus nalgas,
toda vos,
con el sabor que deja
saber que nunca
serás totalmente mía
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SIETE
Alguien se atrevió a imaginarse dos gordas
lesbianas?
inmenso amor frustrado,
envilecido,
como amarse a si mismas,
montaña de sexo ,
bocas, brazos, piernas,
en movimiento
carne ondulante
tormenta en las sabanas.
Extasis antediluviano,
con un nexo fálico
de litro y medio.
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OCHO
En cada rincón de tus kilos
recuerdos.
En tus brazos
el sueño avergonzado de aquel debutante,
en tu vientre,
tanta visita y ningún regalo.
Tus piernas
donde encerrastes sueños ajenos,
tantos miedos,
tanto esfuerzo para abrir paso.
En tu espalda
malones de besos
allí tirados.
Tus labios, tu boca,
tanta vida succionada.
Tus ojos tu mirada,
toda la vida que pasa
a tu lado
dejando solo unos pesos.
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NUEVE
Tarde de siesta y calor,
ella,
toda humedad,
respiración entrecortada,
Pide amor y más amor.
El, temeroso
ante la voluminosidad,
estudia,
proyecta como abordarla,
como escalarla,
harto de tanta grasa y músculo.
Pero ataca
porque es su deber,
pereciendo ,en ese alud,
con la ballesta quebrada,
entre sus apergaminadas carnes.
Una vez mas,
el papel pudo a la pluma.
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DIEZ
Mansedumbre de carne
casi amorfa,
cuantitativo amor
mas que cualitativo.
como penetrar la roca sacra
ya cristalizada por toneladas,
sin malabares
u otros trucos no aprendidos?
Inútil es que abras
tus canales,
tus pilotes,
la lanza nunca llegara
al corazón.
Tu corazón
añorara toda la lanza.
Y este juego se multiplicaría
por dos,
si yo también cargara
mas de cien kilogramos de barro
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ONCE
He visto a mis gordas
con enorme desenvoltura
ponerse en puntas de pies
girando en un canto al sol,
desnudas,
aleteando nalgas, senos,
vientre y papada,
salivando cansancio,
sus manos regordetas al aire,
sus gordos brazos,
todo marcando el compás,
vertiendo gracia
a quien quiera verla,
canturreando bajo,
pensando en la eterna
dieta del lunes.
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DOCE
Parto en mi nave de sueños
a recorrer el cuerpo de mi amada,
investigar,
palpar,
lamer cada gramo de su adiposidad.
Me embarco en un juego mojado
de sabanas,
de rollos y estrías.
Apocalíptica lluvia,
tormenta de sudor,
lascivia,
una vagina casi eterna,
un agujero en el espacio
donde mi barca naufraga
con su mástil roto,
ahogado en grasa, flujo y lagrimas.
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TRECE
Carne de cañón,
imagen santa
Canción infinita
gran manzana al sol,
quien puede resistirse
tanta lujuria en desborde,
sin maltratar la naturaleza,
de tus carnes,
con la espada
en tu vaina,
matando y muriendo.
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CATORCE
Tus ancas salvajes enardecen.
Quien es capaz de iniciar un malón
sabiendo
que es tan profundo el territorio.
La canalla sabemos
atacaría con violencia
sin respiro,
sin respeto.
Yo te veo
y temo,
pero la sangre
tira mas que cien bueyes.
Allá voy!,
hacia el desfiladero
a des- colon - nizar,
a morir abrazando las laderas,
apretando los pilares,
al grito de
Huinca matando!!
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DE LOS POEMAS
MARIA EMILCE MACRI
Aquí¡ se pronuncia Juan Etchegoyen - poeta,
duende, trovador- embriagado de imágenes
sensoriales, audaces; todas ellas colmadas de
exóticas fragancias que nos invitan a
disfrutar, degustar un mundo sediento,
gelatinoso, voraz.
Poco a poco, el lector no puede evitar
sumergirse en las profundidades de cuerpos
femeninos, fellinescos. Perfiles neorrealistas
nos conducen a una imagen de una Venus
desbordada y a la manera de un travieso
Cupido, el duende poético nos hiere con
flechas letales de pasión en cada palabra.
En sus estrofas está presente un espíritu
histriónico que nos revela laberintos
insospechados. Tal vez, en la poesía de Juan
Etchegoyen nos encontremos con la presencia
de un adelantado posmoderno, solitario que
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nos guiar hacia extravagantes e inhóspitos
confines ej. Poema número dos
"así y todo
Alguien se atrever
alterar su mundo,
su santo y carnoso mundo"
Y más adelante, en el poema número doce el
mismo yo-poético se define como un viajante
hacia las geografías oníricas de su bien
amado.
"parto en mi nave de sueños
a recorrer el cuerpo de mi amada,
investigar, palpar, lamer cada gramo
de su adiposidad
me embarco en un juego mojado
de sabanas, de rollos y estrías"
Advertimos en estos personajes ( ser-gorda )
la permanente presencia de la naturaleza
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madre que nos ofrece todo su esplendor y
abundancia.
“como penetrar la roca sacra..." Poema
número diez
"gran manzana al sol..." Poema número trece
Además, es elocuente la fuerza del imperativo
en los siguientes versos. Poema numero tres
"abrazos paquidérmicos
¡AMA GORDA!
sintiendo que alguien
planta bandera
en la cima del goce
Everest carnilineo
montaña de placer"
Entre el juego de la seducción la barrera de lo
prohibido; entre tú y yo: la zona de exclusión
"la seguridad al abordaje
y a la seducción
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que dan
muchos kilos de más
el cinturón de castidad
natural del impedimento" Poema número
dos.
Sin embargo, el poeta también nos abre la
propuesta de navegar sin miedos esa zona; a
descubrir la sensualidad "de lo no deseado".
Permanentemente percibimos mundos
contrastados,
es decir que a estos personajes podríamos
subdividirlos en dos grandes grupos. En el
primero, nos enfrentamos a seres que
subsisten reclutados en la opacidad de la vida.
Solitarias figuras que funcionan como
espectadoras. Así leemos en el poema ocho:
"tus labios, tu boca
tanta vida succionada
tus ojos, tu mirada
toda la vida que pasa
a tu lado
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dejando solo unos pesos"
Y en contracara el segundo grupo lo
conforma otros seres que nos iluminan con
sus destellos de color, poema once:
"He visto a mis gordas
con enorme desenvoltura
ponerse en punta de pie
girando en un canto al sol"
Finalmente estos personajes proponen una
nueva manera de amar. Inquietantes desafían
con su redondez y su humanidad a los
amantes que se creen avezados en estos
temas.
"¿como penetrar la roca sacra
ya cristalizada por toneladas
sin malabares
u otros trucos no aprendidos? Poema número
diez.
“El, temeroso
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ante la voluminosidad
estudia
proyecta como abordarla,
como escalarla”. Poema nueve.
Entonces... ¿Quien tendrá la llave para abrir
singular tesoro? Todo es exuberancia: la
geografía de los cuerpos, la voluptuosidad de
los recursos poéticos ya que, la hipérbole
subyace enérgicamente en los cimientos
estructurales. Es interesante lo original del
lenguaje metafórico, " apocalíptica lluvia..."
"tormenta en las sabanas".
También se destaca el paralelo que se
establece en los mundos comparativos:
"amasando las carnes,
como un panadero
que hace pan de su amor"
Por lo tanto, un imaginario poderoso impulsa
al escritor (cofundador del taller literario
Contraluz) junto con Mirta Troche y otros -al
igual que los juglares de antaño- a generar un
movimiento llamado "artenlacalle" que
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consistía en convocar el arte en todas sus
manifestaciones: teatro, música, pintura,
recitado de poesías, etc. para luego en forma
itinerante llevarlas por distintas plazas del
cono urbano.
No falto el reconocimiento de sus pares (1990
- 1991) 1er premio cuento corto CACYF. 1er
premio compartido cuento breve CACYF
1er premio poesía concurso Julio Cortázar
FOETRA
Finalmente llegamos a la feliz conclusión
¿quién dijo que todo está perdido? Juan
Etchegoyen nos entrega... su poesía.
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DE LAS ILUSTRACIONES
MARIO ORLANDO
Condenados a la imperfección, al dolor y la
finitud los hombres no tenemos alternativa
que convertir en belleza nuestra agonia o
transformar en risa la inexplicable angustia,
Lo trágico y lo ridículo así nacen enlazados
uno con otro como dos mitades de un mismo
cuerpo fundamental.
El artista extrae del fondo de ese abismo las
formas que dan cuenta de las verdades ocultas
y entonces es cuando el espíritu desnuda su
grandeza y asombra. Vivimos unos tiempos
en los que el arte se ha degradado en juego y
este sentido trascendente naufraga junto al
corazón del hombre.
La obra de MIRTA TROCHE es casi un grito
trágico y grotesco que cruza tanta hipócrita
elegancia y tanta vanidosa transgresión. Sus
gordas son una puerta abierta a ese mundo
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donde los hombres se convierten en payasos
que ríen ente sus propias lagrimas. Como los
verdaderos rostros que las cirugías y siliconas
tratan de ocultar, estas gordas mustran esa
grosera condición del hombre capaz de toda
irreverencia, la soledad, y el vacio de nuestros
días y nos recuerdan qué sensuales, torpes y
orgullosos somos, al fin de cuentas, apenas
sombras de un dios que alguna vez hemos
soñado.
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Diseño Gráfico del libro: UGO RIVERÓN
MAITéN Ediciones
ISBN: 987-99417-5-6
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