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Argentina Rebelde Crónicas y enseñanzas de la revuelta social DANIEL PEREYRA El Viejo Topo

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HISTORIA DE ARGENTINA

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Argentina Rebelde Crnicas y enseanzas de la revuelta social DANIEL PEREYRA E l Vi ej oT opo Dedicado a los protagonistas annimos de la historia, Mujeres y hombres piqueteros, asamblestas, sindicalistas clasistas. Y a todos los luchadores que creen que OTRO MUNDO ES POSIBLE! Primera edicin: febrero 2003 Daniel Pereyra Edicin propiedad de Ediciones de Intervencin Cultural/El Viejo Topo Diseo e ilustacin portada: Miguel R. Cabot ISBN: 84-95776-47-2 Depsito legal: B-2.122-2003 Imprime: Novagrfik Impreso en Espaa Printed in Spain Mi agradecimiento a Roberto Calle Jaime Pastor Juanita Perelstein Y a los dems amigos y compaeros que me facilitaron ideas, materiales y la experiencia viva de la rebelin. -II- INTRODUCCIN LOS ANNIMOS PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA Por primera vez en muchos aos los protagonistas principales de la escena poltica argentina no fueron los polticos corruptos ni los burcratas sindicales ni los militares genocidas, sino los hombres y mujeres de todas las edades que espontneamente se lanzaron a la calle a decir: Basta! La noche del 19 de diciembre miles de cacerolas atronaron la noche portea y durante la madrugada y todo el da 20, decenas de miles de argentinos y argentinas llenaron las calles de Buenos Aires en unaverdadera rebelin, popularmente llamada Argenti- nazo. Y resistieron valientemente la represin que se cobr mas de 30 muertos. Fernando De la Ra abandon vergonzantemente la Casa de Gobierno en helicptero: el pueblo haba derrocado aun presi- dente elegido por el voto popular pero culpable de una poltica hambreadoray represiva. Algohaba comenzado a cambiar en Argentina.Las polticas neoliberales que se aplicaban sin una fuerterespuesta social, hoy -12--5- con sus reclamos en cuarteles, juzgados e iglesias. Eran los acti- vistas sindicales quemantenanal menos unmnimo de or- ganizacin, muchas veces contra las direcciones burocrticas. Y eran tambin los militantes de izquierda que sobrevivieron a la represin, dispersos y aislados, en total clandestinidad. Ya retirados los militares del gobierno, la organizacin HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silen- cio) y la Asociacin de ex Detenidos-Desaparecidos continuaron con las denuncias por el genocidio y reclamaron el fin de la im- punidad, que los gobiernos radical y peronista se encargaron de mantener. As perdur el delgado hilo de la memoria, que une las luchas de ayer con las de hoy. Cumplidossus objetivos fundamentales losmilitares ya no eran la cara mas presentable para el gran capital. Tuvieron que ceder el paso a lospolticos tradicionales, ylo hicieron con el desprestigio por los crmenes cometidos, y con la ignominia de su derrota en Malvinas, en la que demostraron ineptitud y cobar- da. Los gobiernos civiles que sucedieron a la dictadura se ocupa- ron de blanquear a los genocidas. Mediante las leyes de Obedien- cia Debida y Punto Final, dictadas por el radical Ral Alfonsn, y el decreto de Indulto firmado por el peronista Carlos Sal Menem, todos los militares quedaronlibres de culpa y cargo, y en condiciones de volver a ocupar cargos propios de su especiali- dad: la represin. As se estableci la impunidad para los respon- sables de gravsimos crmenes. Esos gobiernos civilescontinuaron y agudizaron la lnea eco- nmica de ladictadura, lo quesupuso aumentar an ms la deuda externa, con la privatizacin de todo el patrimonio del Es- tado y conla destruccindel tejidoproductivo. Argentina se convirti en el alumno dilecto del FMI, ejemplo para otros pa- son cuestionadas por las grandes mayoras. La resistencia se ha generalizado. Han surgido nuevos movimientos sociales. Las for- mas de representacinpoltica tradicional estn cuestionadas. Las nuevas generaciones han logrado superar el miedo y el terror que dejaron como herencia los siete aos de la ltima dictadura militar. Veintisis aos atrs la dictadura militar arras todas las for- mas organizadas de la clase obrera, de la izquierda y de la cultu- ra. Hizo desaparecer a 30.000 luchadores, a 30.000 obreros, es- tudiantes,intelectuales, activistas barriales y defensores de los Derechos Humanos. Provoc la partida al exilio a centenares de miles y oblig a dejar el trabajo a otros tantos. Con esapoltica de tierra arrasada abri paso a las medidas econmicas del neoli- beralismo,al gran capital extranjero y nacional, al FMI, al Banco Mundial y a la Organizacin Mundial del Comercio. Los gran- des capitales nacionales secundaron firmemente esa poltica, de la que sebeneficiaron estrechando sus vnculos con el capital multinacional. El endeudamiento externo del pas se profundiz drsticamente y se extendieron la destruccin de la industria, la ruina de la sanidad y la enseanza, el empobrecimientodela mayora nacional. Y ms grave an, con las desapariciones y tor- turas y una represin brutal a todo tipo de protesta, instaur una sensacin de terror cuyos efectosseprolongan hasta nuestros das. Los objetivos de la dictadura, liquidar la resistencia obrera y popular y abrir el camino al capitalismo neoliberal, fueron logra- dos a lo largo de varios aos. No obstante, en aquella noche negra de la dictadura haba una lucha. Dbil, fragmentada, aislada pero que mantena viva la lla- ma de la resistencia. Eran las Madres y Abuelas de la Plaza de Ma- yo y los dems organismos defensores de los Derechos Humanos -14--6- Esta situacin de creciente opresin y angustia gener focos de resistencia: comenz en los pueblos fantasma, destruidos por las privatizaciones,como Plaza Huincul o Tartagal, vctimas de la voracidad de la multinacional espaola Repsol que despidia miles de trabajadores petroleros, al igual que otros capitalistas extranjeros hicieron con las empresas privatizadas que adquirie- ron. De experiencias como esa surgieron los primeros ncleos de piqueteros. A medida que la situacin empeor, los focos se exten- dieron. Otros pueblos protestaron, luego se sumaron ciudades del interior del pasy finalmente la resistencialleg al Gran Buenos Aires, la aglomeracin humana mas grande del pas. De esta resistencia molecular surgi el mas grandey combativo movimiento social creado en Argentina despus de muchos aos: la organizacin de los desocupados, los piqueteros. Estas formas de lucha se han ido relacionando y coordinando, dentro de la he- terogeneidad y pluralidad del movimiento. Los cortes de rutas y de callesse convirtieronenuna forma de protesta impactante que en muchos casos fuesalvajemente reprimida por las fuerzas policiales, y que suelen emplear los trabajadores sin trabajo para impedir la circulacin de las mercancas. Ademsde esos cortes de carreteras y calles los piqueteros innovaron con nuevas formas de lucha yorganizacin, largasmarchas de miles de personas hacia edificios gubernamentales, ollas populares para compartir un plato caliente, pequeas cooperativas de trabajo, etc. En algu- nos casos, conjuntamente con Asambleas populares y con orga- nizaciones sindicales. El deterioro de la situacin econmica, el aumento incesante de la deuda externa, y una recesin que ya dura cuatro aos, mos- traron una vez ms el fracaso de la poltica neoliberal. Una enor- me fuga de capitales, cercana a los 130.000 millones de dlares, se produjo en el curso de los ltimos aos, amparada por la liber- ses. Las bondades del mercado, de la apertura de las aduanas, de la flexibilizacin laboral,fueron proclamadas a los cuatro vien- tos. Igualmente se mostraron las ventajas de la administracin privada para regir las empresas pblicas. Y tambin los gobier- nos se vanagloriaron de la entrada de millones de dlares de capi- tal extranjero, con los que adquirieron a precio vil las empresas pri- vatizadas Aerolneas, YPF, los ferrocarriles, el Subterrneo, Gas del Estado,los bancos, las elctricas, etc, mostrando comoun xitonacional lo que era un autntico latrocinio, con suculentos beneficios para los polticos corruptos y gestores interesados. Del coste de tales medidas poco se comentaba: eran inconve- nientes colaterales necesarios para alcanzar la supuesta prosperi- dad y que Argentina ingresara en el ansiado Primer Mundo. Me- nem hablaba de la Revolucin Productiva y de la Argentina Potencia. El coste fue el crecimiento acelerado del nmero de pobres, indigentes y parados. Poco a poco desaparecan los hospitales y las escuelas, se empobrecan las provincias, se deterioraban los servicios pblicos y las prestaciones a los jubilados, se extinguan las fuentes de trabajo. Aumentaban el analfabetismo y la morta- lidadinfantil. Los nios sonsin duda las vctimas ms castigadas por el neo- liberalismo. Hoy, cuandolos peridicos y las televisiones se lle- nan de las noticias de los nios que mueren de hambre en Tucu- mn y Misiones, hay querecordar que el mal viene de lejos. Los polticos que se rasgan lasvestiduras buscando al presunto culpa- ble de este genocidio, olvidan fcilmente que ellos son los respon- sables, ya que votaron todos los planes econmicos que llevaron a esta situacin trgica. Y que no se trata slo de los funcionarios que roban, sino de toda una poltica que hunde en la miseria a pro- vincias, pueblos y a los sectores ms pobres de la sociedad. -7--17- En cuanto a los trabajadores con trabajo, enfrentados a la bru- tal ofensiva capitalista de la baja del salario, el aumento de las horas de trabajo, la prdida de conquistas histricas y la amena- za permanente del despido, an no se han unido como clase a la lucha. La presencia de la burocracia sindical, aliada a la patronal y los gobiernos de turno, constituye un freno adicional a su in- corporacin a la pelea. Participan sectores minoritarios combati- vos y trabajadores como ciudadanos, en sus barrios y pueblos, pero continan sin hacerlo los grandesdestacamentosorganiza- dos de la clase obrera, como losque protagonizaron los sucesos histricos delCordobazo en 1969- Enesa oportunidad los sin- dicatos clasistas, acompaados por los estudiantes y amplios sec- tores de la poblacin, protagonizaronuna huelga general de varios das, de caractersticas semi insurreccionales, enfrentando a ladictadura del general Ongana, quefuereprimida por el Ejrcito. Estaausencia de la clase obrera ocupada es uno de los mayores dficits de la situacin actual. En cuanto a la izquierda revolucionaria, su fragmentacin y el sectarismo que la caracteriza contrarrestan el rol dinamizador de sus militantes en las luchas en curso. El reto pendiente de esta izquierda es la posibilidad de construir una organizacin polti- ca ala altura de las circunstancias. Una organizacin que luche por la unidad de accin de trabajadores ocupados y desocupados, de asamblestas y vecinos, tras un programa asumidopor todos ellos. El gobierno deDuhalde no ha hecho ms que seguir con la misma poltica. "No se puede hacer otra cosa", declama da tras da. Ruega al FMI, se alinea con Estados Unidos contra Cuba co- mo ayer lo hizo Menem contra Irak, y como casi siemprelos go- biernos argentinos estn dispuestos a acompaar cualquier aven- tura blica de la potencia del Norte. Promete soluciones a los tad de movimientos del dinero. De ella participaron los inverso- res extranjeros y buena parte de los capitalistas locales; en muchos casos estos ltimosingresan sus capitales en el pas para realizar inversiones especulativas, pero apareciendo como extranjeros. El gobierno, abandonado por el FMI que le exiga ms sacrificios para quesiguiera pagando la deuda, apel ados remedios extremos: Confiscar los ahorros de la clase media mediante el "corralito" y devaluar el peso. Con elloempobreca al conjunto delpas y prcticamente declaraba la quiebra. Reconoca que el dinero de los ahorristas haba desaparecido, que entre los bancos y el go- bierno se haban adueado de miles de millones de dlares, apli- cados a pagar las deudas y a enriquecer al gran capital. La resultante fue el estallido de la clase media urbana, los cace- rolazos y manifestaciones que acabaron con el gobierno del radi- cal De la Ra, y el surgimiento de otro nuevo movimiento social espontneo, las Asambleas populares, donde los vecinos delibera- ban y decidan cmo actuar colectivamente. De esta forma el rgimen perdi la slida base socialque le permiti gobernar y aplicar las recetas del gran capital. La mayo- ra de la clase media que durante aos obtuvo beneficios de esa poltica fue expropiada y ha cado o se desliza hacia una situacin de pobreza. Son los nuevos pobres de Argentina. Aunque distan de sufrir los padecimientosde los trabajadores desocupados, la brusquedad de la cada de su nivel de vida los hace ser muy cr- ticos con el gobierno yms sensibles y solidarios con aquellos que llevan aos hundidos en la miseria.Durante mucho tiempo la clase media vea como distantes las protestas y cortesde los piqueteros, incluso muchas veces como algomolesto, pero la nueva situacin abre laposibilidad de una alianza de estos dos sectores sociales, en defensa de sus derechos mas elementales y en contra de las polticas oficiales. -18--8- quierda y de los movimientos sociales. Qu tipo de programa sintetizara las aspiraciones populares? Qu objetivos y reivindicaciones pueden movilizar alcon- junto de los trabajadores y el pueblo? Cmo se puede avanzar hasta derrotar al capital explotador? Qu formas de organizacin y de lucha social y poltica son las ms convenientes? Cmo se puede avanzar en la coordinacin y la unidad de ac- cin de la izquierda y los movimientos sociales? Cmo enfrentar la convocatoriaelectoralpara derrotar ios planes del gobierno? Cmo concretar la consigna popular: Que se vayan todos!? Las respuestas a stas y otras preguntas surgirn de la delibe- racin democrtica de las organizaciones populares y de su expe- riencia cotidiana. De los movimientos sociales y de las organiza- ciones de izquierda. No se pueden saltar etapas en el avance de la conciencia. Esta debe emanar de la experiencia viva de la lucha de clases, de la confrontacin con elgran capital nacional y ex- tranjero y los gobiernos a su servicio. La rebelinpopular de diciembre abri el camino para avan- zar. La clase obrera y otros sectores tendrn que incorporarse a la lucha, en defensa de sus propios intereses y en solidaridad con el resto de los trabajadores y el pueblo. Si una tarea debieran asumir las organizaciones revoluciona- rias, es facilitar y acompaar esa experiencia, sin sectarismos, po- niendo los intereses de la clase obrera y el pueblo por encima de cualquier inters partidario. Es preciso respetar la pluralidad de los nuevosmovimientos sociales, darlesel tiempo necesario, acompaar sus luchas. El camino hacia una sociedad sin explotados ni explotadores, una sociedad socialista democrtica, justa ysolidaria, slo puede desocupados que incumple sistemticamente. Maniobra para ga- nar tiempo y tratar de cansar al movimiento popular. Y cuando todo esto no da resultado, apela a la represin. Como la ya utilizada por De la Ra el 19 y 20 o la empleada incluso antes por Menem contra los piqueteros del interior. Tambin aparecen los mtodos .de las siniestras AAA de la poca de Isabel Pern, con policas de civil actuando annimamente. El gobier- no hostiga y reprime a los movimientos sociales de forma siste- mtica, llegando incluso hasta la muerte, como sucedi con los dos piqueterosasesinados en el Puente Pueyrredn de Avella- neda y otros cados en barrios y pueblos del Gran Buenos Aires y del interior del pas. El cuadro de situacin actual se muestra sumamente complejo. Porun lado tenemos un gobierno dbil, cuestionadointerna- mente por distintas fracciones partidarias y del capital, y con una actitud reticente por parte del FMI. Pero un gobierno que se sos- tiene gracias a un cierto vaco poltico y que detenta la fuerza de la represin. Por otra parte est el movimiento popular que, pese a su com- batividad, no ha logrado an alcanzar una unidad de accin en torno a las reivindicaciones mas sentidas por las grandes mayo- ras, y desarrollar unas luchas de conjunto que posibilitaran ha- cer retroceder al gobierno. Esta situacin de relativo impasse no puede mantenerse indefinidamente: o las masas consiguen avan- zar con sus luchas, o el gobierno sigue aplicandosu poltica y eso llevar al desnimo a las organizaciones populares. Por ahora las reservas de combatividad delos trabajadores desocupadosy de las asambleas se mantienen y nuevas luchas aparecen en el hori- zonte. Estn planteados numerosos interrogantes, ms preguntas que respuestas, que hoy se debaten en Argentina enel senode la iz- -9--21- primera vuelta del coronel Lucio Gutirrez,ola arrolladura victoria de Lula en Brasil,son parte de la movilizacin popu- lar. El acercamiento de las luchas y la solidaridad de los pue- blos latinoamericanoses un arma fundamental para enfrentar al gran capital encabezado por Estados Unidos, que tiene en el FMI y el BM sus avanzadillas financieras, as como el Plan Co- lombia ylas bases norteamericanas en Latinoamrica sonsu vanguardia militar. La solidaridad de lospueblos de los pases centrales es tambin fundamental. La propuesta de no pagar la deuda externa yde desprivatizar las empresas vendidas al capitalmultinacional, que es esencial para que elpassalga de la crisis,debiera contar con el respaldo de los pases con intereses en Argentina. El pueblo del Estado Espaol tendra que cuestionar las polticas explota- doras de empresas como Repsol, que se adue de YPF a un pre- cio ridculo, gracias a la corruptela de la dirigencia argentina. Y exigirles al BBVA, SCH, Telefnica, Aguas Argentinas, Endesa, INDRA, Gas Natural y otras empresas espaolasque devuelvan a Argentina los capitales sacados del pas, para poder pagar a los argentinos cuyos ahorros fueron confiscados. Tambin se debiera rechazar intervenciones como las del Mi- nistro de Exteriores Josep Piqu en nombredel gobierno espa- ol y del dirigente del PSOE FelipeGonzlez,que viajaron a Argentina reclamando losderechos de los capitales espaoles, cuando arreciaba la presin del FMI y era evidente la estafa su- frida por los ahorristas. Un nuevo avance de las luchas del pueblo argentino frenara los planes del gobierno y del gran capital nacional y extranjero, dara a su vez un impulso formidable a los pueblos de Amrica Latina y generara, sinduda, un efecto domin en el patio trase- ro de Estados Unidos. Ese avance est en las manos de los traba- recorrerse con la activa participacin consciente de la gran mayo- ra de la poblacin. No puede ser la obra de una minora. La situacin argentina no puede comprenderse cabalmente sin ubicarla dentro del contexto internacional. Los padecimientos de la poblacin argentina son los mismos con diferencia de gra- dos que sufren otros, pueblos del mundo. La causa estambinla misma: esel capitalismo denuestro tiempo, el neoliberalismo, que arrasa a las personas y a la natura- leza, en busca de mayores beneficios. Tambin en otros pases una resistencia creciente se opone a la explotacin y a la exclusin que condena al hambre a la mayora de la humanidad. Resistencia presente en las luchas obreras por el salario y el tra- bajo, en los combates campesinos porla tierra, en las demandas ciudadanas por los derechos humanos y en defensa del medio am- biente. Luchascomo las desarrolladas en Seattle, Praga, Gnova, Barcelona o Florencia; nuevas organizaciones plurales como el Foro SocialdePorto Alegre, el Movimientoantiglobalizacin o VaCampesina. Todo esto y mucho ms desarrollando luchas a nivel internacional, con el ejercicio de una naciente solidaridad entre los pueblos. En Argentina las luchas populares del ltimo ao son el testi- monio de queel pas estimplicadoen ese proceso que tiene importantes muestras en el Continente, como la exitosa reunin del Foro Mundial en Buenos Aires y las manifestacionesde ma- sas en Brasil contra el ALCA. Las luchas desarrolladas reciente- mente en Colombia,Ecuador, Venezuela, Brasil, Paraguay, Per y Bolivia son muestras contundentes de esa voluntad de lucha. Las movilizaciones de masas en la calleyavances electorales como el de Bolivia con el segundo puesto alcanzado por el diri- gente cocalero Evo Morales, o el de Ecuador con el triunfo en la -10- -23- jadores con y sin trabajo, de los piqueteros, de los campesinos, de los asamblestas, de las mujeres y los hombres que se enfren- tan diariamente con el capital en defensa del derecho a la vida. De los annimos protagonistas de la historia. CAPTULO I LAS RECETAS DEL NEOLIBERALISMO Un cuarto de siglo ha sido tiempo suficiente para que Argen- tina sufriera un retroceso brutal en el conjunto de las naciones, siguiendo el camino de todos los pases dependientes y menos desarrollados del llamado Tercer Mundo. Los argentinos, que siempre se consideraron ms europeos que latinoamericanos, constatan que el pas se parece cada da ms a las naciones hermanas del continente y que incluso es superado por muchas de stas en los ingresos per cpita. En ese cuarto de siglo Argentina no sufri ninguna gran cats- trofe natural, como los terremotos queasolaron Centroamrica daando gravemente susinfraestructuras bsicas. Tampoco pa- deci los efectos de alguna guerra que causara la muerte de parte de su poblacin o destruyera su aparato productivo, como las de Yugoslavia. Lo que s sufrieron losargentinos son los efectos letales de la aplicacin de unos planeseconmicos tendientes a derivar sus ri- quezas hacia el exterior, en beneficio de los grandes capitales in- ternacionales. -11- CAPTULO III ESTALLA EL ARGENTINAZO El dbilsimo gobierno del radical De la Ra, presionado por las exigencias del FMI y hostigado por las demandas crecientes de la poblacin, lleg a su fin en una suerte de suicidio poltico, cuando decidi expropiar a los pequeos ahorristas. Luego de adoptar todas las medidas de ajuste que le parecieron necesarias, el 30 de noviembre el ministro Cavallo tuvo que reco- nocer el fracaso: ya no haba dinero en los bancos ni para pagar los depsitos de los ahorristas. Tngase en cuenta queslo en 2001 se haban fugado del pas unos 18.000 millones de dlares, con lo que la cantidad de dinero de argentinos existente en el exterior se calculaba en unos 130.000 millones de dlares. Cavallo anunci que no se podra sacar de los bancos ms de 1.000 dlares por mes y que los depsitos a plazo fijono se podran cobrar, sino que se renovaran automticamente. Entretanto, se facilitaron las cosas a las grandes empresas, como permitirles pagar sus deudas con el Estado con acciones de las propias empresas y no con dinero, o pagar los prstamos de los bancos con bonos de la deuda (que -12- cotizan al 30 % de su valor) que luego estos pasaran al Estado a la totalidad de su valor. Es decir, que las deudas de las grandes empresas se socializaron y pasaron a ser deudas de toda la socie- dad, del pas entero, como ya se haba hecho en anteriores oca- siones. Esta medida,que ya comenzaba a llamarse popularmente "corralito", estaba pensada y dirigida a la clase media, la tpica ahorrista, en la creencia oficial de que por su nivel de vida alto o medio, y por su nula capacidad de movilizacin, entre promesas y postergaciones se ira cansando y que finalmente aceptara la medida, cuyo realsignificado todava no era claro, pero que a la postre significara unaprdida de entre un 50 y un 60 % de los ahorros depositados en los bancos.Realmentelos primerosdas no pas nada, a lo sumo quejas y protestas ante los cajeros auto- mticos, gestiones en las entidades financierasde cada uno pro- curando soluciones personales, pensando que ya fuera por enfer- medad o cualquier otra causa mso menosjustificada, se hara una excepcinalcorralitoy queuna solucin definitiva no demorara demasiado. Otro sector, realmente necesitado, aunque sin tener ni cuentas bancadas, ni tarjetas de crdito, ni dinero, sufri de inmediato la falta de efectivo generada por la restriccin de retiro de fondos. Elsector informal,los que realizan chapuzas,los vendedores ambulantes, los trabajadores autnomos ytodos los pequeos comerciosque venden al contado,los recolectores de cartn, todos los millones de personas quesobreviven al da percibiendo pequeas sumas de dinero en una autntica economa de subsis- tencia, se vieron de repente privados de esos ingresos con loscua- les coman, por la falta de metlico. Igualmente se vieron afectadosmillonesde asalariados a los que las respectivas empresas dejaron depagar sus haberes, ale- gando falta de liquidez por la situacin de los bancos. El editorialista del conservador peridico La Nacin, Joaqun Morales Sol, critic de manera demoledoralos efectos de las medidaseconmicas:"...muy pocas vecesen la historia una medida oficial paraliz a la economa como las ltimas decisiones financieras. Amput en pocas horas a la economa informal, que es casi el 40 % del total de la economa, y dej a la formal en estado vegetati- vo." La sptima Huelga General sufrida por el gobierno De la Ra se llev a cabo el 13 de diciembre, convocada por la CGT oficial y su vertiente disidente, as como por la CTA,en protesta por la polticaeconmica, agravada por losefectos del corralito;el movimiento tuvo un seguimiento masivo. Hubo diversos inci- dentes, en especialenNeuqun, donde se produjeron violentos enfrentamientos de la polica con desocupados. Tanto all como en otras localidades se efectuaron saqueos, en particular en las provincias de Entre Ros, Saltay Mendoza.El 17 la ola de sa- queos lleg a Rosario, donde un grupo de vecinos fue brutal- mente reprimido, contabilizndose 20heridos con balas de go- ma. Y en el sur del Gran Buenos Aires,en la ciudad de Quilmes, miles de personas bloquearon varios supermercados en demanda de comida, organizados por la CTD Anbal Vern. Una asamblea acept el reparto de 3.000 bolsas de alimentos ofrecida por los gobiernos nacional y provincial y los supermercados Makro, Au- chan, Vital y Carrefour. El gobierno ofreci abonar en la semana los pagos atrasados de los Planes Trabajar. Mientras el gobierno era tan renuente en acudir en ayuda de los necesitados, pag puntualmente 720 millones de dlaresque vencan de Letras del Tesoro, segn anunci Cavallo, con lo cual se redujo nuevamente la cantidad de dinero del pas, achicando aun ms el margen de maniobra ante la crisis. -13- Todoesto llevdirectamente a un recrudecimiento delos saqueos. Conjuntamente con este agravamiento de las tensiones sociales, con la huelga general y los saqueos,se producala Consulta Popular, convocada por el FRENAPO, para establecer un subsidio a los jefes de familia desocupados. Para sorpresa de los mismos organizadores, que haban dispuesto 20.000 urnas en 522 centros urbanos de todo el pas, la consulta que no era vi- nculante tuvo un xito total, ya que votarona favor ms de 2.700.000 personas. Es evidente quetan alto grado de participacin slo puede explicarse por la situacin que se viva esos das en Argentina, agravada al mximo porla instauracin del corralito. De Ana manera indirecta la Consulta vino a dar legalidad a las protestas y luchas que desarrollaban simultneamente numerosos colecti- vos, que pudieron comprobar que no eran sectores minoritarios, sino millones de personas entodo el pas oponindose a lapol- tica oficial. La suma de todos estos factores, la Huelga General de los trabajadores activos, lasmovilizaciones, cortes y saqueos de los desocupados, yla Consulta, trazaron el marco en el que se inscribi el fin del gobierno de De la Ra y Cavallo. Todos los sectores socialesafectados expresaron su protesta a travs de dis- tintas formas de lucha, acorde a su nivel de necesidad y de con- ciencia. Llegados a estepunto, la situacin del gobierno era insostenible, su desprestigioeratotal.Unempujn bastaba para derribarlo.Y el empujn se materializ en el sonar de miles de cacerolas y la salida combativa a la calle de decenas de miles de personas queno se dejaron intimidar por la represin a que apel el gobierno. LOS DOS DAS MAS LARGOS DE DE LA RA El 19 de diciembre se generalizaron los saqueos, el bloqueo a los supermercados, las protestas de trabajadores y ahorristas, el cierre masivo de comercios, con la gente en las calles. Todo esto ocurra en Buenos Aires y el conurbano, pero tambin en Cr- doba, donde los trabajadores municipales protestaban por la falta de pago de salarios atrasados y destrozaron el edificio de la Mu- nicipalidad, o en La Plata, donde una manifestacin de estatales fue brutalmente reprimida por la polica, y en muchos otros lugares del interior del pas, como Santa Fe, Ro Negro, Corrien- tesrChubut y Neuqun, donde se produjeron saqueos, manifes- taciones y choques con la polica. La respuesta de De la Ra, insistiendo en su ceguera poltica, fue aparecer en TV e implantar el estado de sitio, sin ofrecer nin- guna solucin alos cruciales problemas que afrontaban las gran- des mayoras del pas. La rplica popular en Buenos Aires fue el cacerolazo. Haciendo caso omiso del estado de sitio, la obvia prohibicin de reuniones pblicas y la violenta represin policial, una verdadera multitud comenz a hacer sonar sus cacerolas y se volc a las calles, diri- gindose a la Plaza de Mayo. Existen numerosos relatos sobre esas primeras horas de autn- tica rebelin popular: "...estbamos reunidos (19 de diciembre) cuando De la Ra anuncia el Estado de Sitio como nica respuesta a la situa- cin. Casi deinmediato se empez a escuchar en Caballito, donde nos reunimos habitualmente, el ruido de cacerolas, ruido que fue creciendo. Nos decidimos a salir a la calle y nos encontramos a vecinos con sus sartenes, cacerolas, etc, haciendo un golpeteo estruendoso. Nos sumamos, nos ani- -14--101- mamos a ponernos en medio de Rivadavia y los vecinos nos siguieron a cortar la avenida (...) era una marea humana que puteaba a Cavallo y De la Ra y empezaba la consig- na de 'que boludo, que boludo, el Estado de Sitio se lo me- tenen el culo'. La televisin mostraba que haba gente en Plaza de Mayo, la idea corri como plvora, la gente se em- pez amover ynosotros tambin (...) caminamos las40 cuadras (...) el Congreso estaba ocupado por una multitud (...)todos estbamos asombrados por la potencia de la mo- vilizacin y lo espontneo de la misma.Pronto se encami- n hacia Plaza de Mayo, donde se haba empezado a repri- mir. La gente se retiraba de la Plaza ante los gases y volva y no era la vanguardia organizada ni activistas dirigiendo, era pura espontaneidad. As fue hasta las 2 o 3 de la maa- na, que el grueso de la gente empez a retirarse..." Otro testimonio expresaba que: "...termin el discurso (de De la Ra implantando el Es- tado de Sitio) einmediatamente comenz el cacerolazo en todo el barrio (La Boca) y en todos losbarrios. Absoluta- mente espontneo y atronador (...) la gente sali conlas cacerolas a las calles y march a Plaza de Mayo, y alCon- greso, y a la casa de Cavalloy a la quinta presidencial de Olivos (residencia oficial de los presidentes). As hasta altas horas de la noche..."1 Toda la ciudad de Buenos Aires era un enorme corte, un mul- titudinario piquete con centenares de barricadas de neumticos ardiendo, con semforos por los suelos, con grupos de gente pro- 1. Viento Sur, N 60, Daniel Pereyra, diciembre 2001, Madrid. testando ante bancos, empresas multinacionales y edificios p- blicos. Esa madrugada a la 1, el super ministro de Economa Do- mingo Cavallopresent su renuncia, mostrando la impotencia absoluta de un gobierno que se caa en pedazos. Al da siguiente la polica intent con todos los medios a su alcance controlar la situacin. El centro de Buenos Aires fue to- mado por la Polica Federal y se produjeron enfrentamientos durante todo el da y la noche con decenas de miles de personas que intentaban entrar a la Plaza de Mayo y eran rechazados vio- lentamente. El uso de gases lacrimgenos y balas de goma se generaliz, particularmente por la noche, y desde coches y motos la polica utiliz todo su armamento, causando numerosos muer- tos. En pleno centro seutilizarontanquetas policiales, carros hidrantes y caballera. Un periodista relata as escenas de la represin: "...vimos como un polica se bajaba de unpatrullero, pela- ba la(escopeta) Itaka y le disparaba a quemarropa aun manifestante que le haba arrojado una piedra. La agilidad del muchacho y el instinto de sus 17 o 18 aos lo salvaron del impactoen laespalda desnuda. (...) llegamos a ver que el hombre que bajaba sentado las escalinatas del Congreso, como si tuviera miedo a pararse por la granizada de balazos que sonaba a sus espaldas, est herido. Malherido. Cuando se desplom, su pecho se alzaba y bajaba por el shock y las ansias de la agona. Ms tarde, en casa, por la tele, supimos que haba muerto, desangrado.Como un smbolode la ciudadana, inmoladoen la escalinata de un edificio vaco de contenido histrico y humano; habitado diz que por los representantes del pueblo de la Nacin Argentina"2 2. Pgina/12, Miguel Bonasso,21/12/01, Buenos Aires. -15- La respuesta popular fuemuy combativa. Lanzaba piedras, avanzaba sobre los efectivos policiales, retroceda, se evada por calles laterales, pero siempre volva a avanzar. Finalmente, luego de dos das de protestas y caos absoluto, habiendo causado ms de 30 muertos y numerosos heridos, el presidente De la Ra se vio obligado a dimitir ante el Congreso, tras intentar un gobierno de coalicin con el peronismo, que se neg a compartir la situacin desbordada. En un helicptero em- prendi la huida desde la Casa Rosada, hostigado por los mani- festantes y con el peso de las vctimas sobre sus espaldas. INTENTOS CONTINUISTAS Y CLAMOR POPULAR: QUE SE VAYAN TODOS! Ante la huida de De la Ra, el peronismo se aprest a tomar las riendas del gobierno, designando el Congreso a Adolfo Ro- drguez Sa como presidente. En medio de la continuada agita- cin popular, intent un discurso populista, ofreci crear un mi- lln de puestos de trabajo y dejar de pagar la deuda externa, pero no dio ninguna solucin concreta a los problemas cotidianos del pas. Carcomido por las contradicciones delperonismo y hosti- gado por lasmovilizaciones, su mandatodur un suspiro, unos pocos das, yfue reemplazado por EduardoDuhalde, luego de arduas negociaciones entre las distintas familias y caciques pro- vinciales, sobre las tajadas de la tarta que cadauno pretenda aduearse. El diputado izquierdista Luis Zamora,del movimiento Au- todeterminacin y Libertad, fue el nicolegislador que denun- ci la farsa de nombrar a un presidente a espaldas de la voluntad popular e impugn la resolucin del Congreso, interpretando as un sentimiento popular muy extendido. El grito "Que se vayan todos" tambin tiene relacin con el hecho de que los presuntos representantes del pueblo, los legisladores, se arrogaban un dere- cho que no les corresponda: el de nombrar un nuevo presidente haciendo caso omiso de las reclamaciones populares. Ante las puertas del Congreso, una multitud protestaba por ese intento el da 22 de diciembre. En esa ocasin, varios organizacio- nes de izquierda dieron un comunicado conjunto, sumndose a esos reclamos. Es interesante transcribirlo, porque se trata de una de las escasas oportunidades en que se produjo una unidad polti- ca concreta de la izquierda en toda esta profunda convulsin. "El pueblo y los trabajadores argentinos en las calles han demolido el gobierno de De la Ra y Cavallo. Es una gi- gantesca victoria popular ante una crisis que toc fondo con el secuestro de los salarios, la incautacin de los aho- rros del pueblo y la bancarrota generalizada de las finanzas pblicas. Los Dela Ra y Cavallo, los Menem y Duhalde, los Ruckauf, Puerta y Rodrguez Sa son responsables de la catstrofesocialydeladesorganizacin econmicaque est arrasando con la vida misma de millones de argenti- nos. Los partidosque dominan la Asamblea Legislativa son ] corresponsables deeste desastre.No tienen capacidad ni j autoridad para formar un gobierno y menos an para llevar adelante la fase final del plan Cavallo. Es contra esto queselevant el pueblo,ganandolas calles,cortando las rutas, ocupando los lugares de trabajo, marchando a las sedes mismas del poder. Por esto mismo, repudiamos yrechazamos la continuidad del estado de si- tio y el intento de continuar la sangrienta represin contra el pueblo en lucha, exigiendo el castigo de los culpables y la libertad de todos los detenidos. -16- -105- desocupados, movimientos piqueteros, sectores combati- vos, partidos de izquierda y de todos los que se enfrentan al actual sistema econmico, social y poltico. Un requisi- to ineludible para estructurar un poder que se levante fren- te a la descomposicin del poder vigente. Otra Argentina: ni la del PJ ni la de la Alianza, ni la de los fracasados seudo progresistas, la Argentina de los trabajadores, la que expro- pie a nuestros eternos expropiadores. POR UN GOBIERNO OBRERO Y POPULAR. No al go- bierno del PJ y las variantes cmplices del sistema. ABAJO EL ESTADO DE SITIO EN LA NACIN Y EN LAS PROVINCIAS. NO AL FMI. NO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA. REESTATIZACION DE LAS AFJP APOYO A TODAS LAS LUCHAS DE LOS TRABAJADORES. POR UN PLAN DE LUCHA NACIONAL PROGRESIVO Y ESCALONADO HASTA DERROTAR ESTE SISTEMA. LIBERTAD A TODOS LOS DETENIDOS EN LAS JORNA- DAS DE LUCHAPOPULAR. LIBERTADA ALI,CASTELLS Y DEMS PRESOS. DESPROCESAMIENTO DE LOS LUCHADORES. Organizaciones firmantes: Partido Obrero Izquierda Unida (Partido Comunista-Movimiento Socialista de los Trabajadores) Liga Socialista Revolucionaria Frente Obrero Socialista. Buenos Aires, 23 de diciembre de 2001" La Argentina de la banca y el gran capital est fundida; nos encontramos en el ao de la mayor cosecha de la histo- ria y con multitudes de hambrientos, con un aparato pro- ductivo parado y una masa sin precedentes de desocupados. Es el estado terminal de un sistema de explotacin, de una organizacin econmica, socialy poltica. Basta! Las organizacionesabajo firmantes declaramos que hay una salida; pero esta salida es incompatible con los que promueven el caos a favor de la entrega, del capital finan- ciero, del monopolio capitalista nacional o extranjero. Este es el punto. Nila dolarizacinni la devaluacin promovi- das por los sectores dominantes nos sacarn de esta penu- ria sin fin. Son variantes de una nueva vuelta de tuerca a la confiscacin denuestro trabajo. Tienen que irse todos. Tenemos que terminar no solo con los De la Ra-Cavallo sino tambin con los Rodrguez Sa, los partidos y gobernantes cmplices que buscan el acuer- do con los saqueadores del FMI. Ellos tienen que pagar la crisis: los banqueros, las corporaciones del gran capital, los monopolios privatizadores quese han adueado del patri- monio estatal. Es necesario nacionalizarla banca,liberar todos lossueldosy depsitosdel trabajador y an del pequeo productor ycomerciante y congelar los fondos millonarios de los grandes ladrones que ya tienen 150.000 millonesde dlares fuera delpas. Hay que reestatizar todos los servicios privatizadosy dejar ya mismo de pagar la deuda externa. Sobre esta base hay que poner as en mar- cha la produccin paralizada. Para esto necesitamos que en medio de la lucha el pue- blo delibere yseorganice. Llamamos a marchar a una asamblea o encuentro nacionalde trabajadores ocupados y -106--17- Esta declaracin, formulada al calor de las luchas en la calle, presenta un programa comn, que si bien muy general, daba la oportunidad para avanzar en otro ms concreto y ligado a las aspiraciones populares. Y lo mas importante, mostraba una vo- luntad de unidad de organizaciones de izquierda, que no se haba vistodurantelas ltimaselecciones.Lamentablemente, esta voluntad no se reiter y por el contrario prosiguieron las actua- ciones separadas y muchas veces enfrentadas, incluso a nivel de los nuevos movimientos sociales que se venan desarrollando y de los que surgieron en los das sucesivos. En cuanto a los intentos delsistemapor restaurar elorden y dotarse deun gobierno creble, el pHmero de Rodrguez Sa fra- cas a los pocos das al carecer del sustento de su propio partido, el peronista, dividido entre sectores provinciales, buscando cada uno aduearse de la mayor parte posible del poder. Rodrguez Sa fue nombrado presidente el 23 de diciembre apoyado por la buro- cracia sindical, pero no consigui elrespaldodelpueblo, muy cansado de promesas, y en un ambiente sumamente crispado por el cierrede los bancos y la falta de liquidez. Miles de personas hacan colas ante las entidades bancadas. El 31 de diciembre, en una situacinsocial insostenible, renunci a su cargo ante una reunin de gobernadores de su partido.Esto oblig a Duhalde, que intentaba reservarse para unas hipotticas elecciones a cele- brar en pocos meses, a intervenir y postularse para la Presidencia. Incluso ese nombramiento estuvo plagado de obstculos, ya que la pugna de caudillos provinciales continu sin tregua, poniendo condiciones a Duhalde y recortando su autonoma. Mientras tanto la realidad continuabaimparable. Por un lado, los sectores aplastados por la crisis continuaban luchando por la supervivencia, multiplicando los cortes de rutas, las huelgas, las manifestaciones. Y por otro, el FMI prosegua implacable con su presin por un mayor ajuste y por garantizar el pago de la deuda externa, sin concesin alguna al atribulado gobiernodeturno, que no podacomprender que los amigos delNorte fueran tan crueles con Argentina. LA REBELIN POPULAR Y SUS CARACTERSTICAS Lossucesosde diciembre de 2001 constituyeron una rebelin popular contra el gobierno y sus polticas. Marcaron un cambio de tendencia en la lucha de clases; se dej atrs el largo perodo de retroceso que se inici con la dictadura militar, para entrar en uno nuevo, cuya caracterstica principal es la movilizacin popu- lar y la oposicin activa a las polticas de las clases dominantes, sin que stas hayan cesado de aplicarse. Tuvieron un carcter espontneo, en el sentido deque no estu- vieron preparados ni organizados por ninguna fuerza poltica ni movimiento social o sindical. Sin embargo este carcter espont- neo debe ser matizado, ya que surge deuna largaacumulacin de fuerzaspopulares, fogueadas en innumerables enfrentamien- tos con la poltica gubernamental. De esa acumulacin surgieron dirigentesy organizaciones de base, pero no una fuerza centrali- zada capaz dedotar de un programa y de una direccin al movi- miento. Laenormecombatividad de los manifestantes, la resistencia prolongada a la represin policial, los niveles de solidaridad que se establecieron entre los participantes de la movilizacin, tienen que ver con la elevada participacin juvenil, y con activistas sin- dicales, estudiantiles y barriales, as como miembros de organi- zaciones de izquierda y de derechos humanos, que aportaron su experiencia a la lucha popular. Esta es la fundamental matizacin -108- -18- de Brecha: "Sesenta piqueteros del barrio alquilaron un mnibus que los dej a pocas cuadras de Plaza de Mayo..."3 Ante todo porque sus organizaciones no convocaron, y adems de los problemas de transporte, porque existi toda una poltica oficial, instrumentada a travs de la Polica de la Provincia de Buenos Aires. Una investigacin posterior revel que se permi- tieron los saqueos a los pequeos y medianos comercios, para sal- vaguardar a los supermercados y, adems, para evitar la concen- tracin de manifestantes en la Capital. Adems se sospecha que existi una poltica por parte de Duhalde, que era gobernador de la Provincia de Buenos Aires, tendientea desprestigiar a De la Ra y precipitar su cada. La participacin piquetera en estos he- chos se dio fragmentadaen sus respectivos distritos,pero en general no lleg al centro de Buenos Aires. El iniciador de la rebelin fue la declaracin del Estado de Sitio y la falta de medidas oficiales para paliar los efectos del corrali- to, verdadera provocacin a una poblacin harta de una situacin econmica intolerable. Elcacerolazo fuelaseal colectivay comenz inmediatamentede terminar DelaRa sumensaje televisivo. El "corralito" fue a su vez el detonante retardado del estallido de los sectoresmedios, que se gest durante todo el mes de diciembre, y queculmin el19 porla creciente conviccin de que se estaba ante una verdadera estafa por parte de los bancos y el gobierno. Los ahorristas fueron tomando conciencia da a da de la gravedad de la expropiacin que sufran a medida que se derrumbaban susesperanzas. Losniveles de corrupcin alcanzados por la clase poltica, tanto 3. Ral Zibechi, Brecha, Uruguay, 19 abril 2002. que establecemos al carcter espontneo de los acontecimientos de diciembre. La carencia de un programa central se materializ en la consig- na "QUE SE VAYAN TODOS", expresando el rechazo a las polticas y gobernantes existentes, pero tambin la ausencia de una opcin definida. Como lo expres Eduardo Lucita el 23 de diciembre en su nota Rebelin Popular en Argentina: "El movimientode lasmasas en accinavanz as con conocimiento de lo que no quiere, de lo que no acepta y re- chaza,pero ansin conciencia de lo que efectivamente quiere. Deja as un vaco que una vez ms ser cubierto por cualquiera de las variantes que expresan los intereses de las clases dominantes. No obstante estos lmites y carencias, se ha abierto una nueva situacin. Nuevas formas de la repre- sentacin poltica; nuevas relaciones entre representantes y representados, la puesta en escena de la capacidad colecti- va de pensar, de decidir y de hacer porsu propia cuenta, estn en debate y discusin". Estas movilizaciones tuvieron un componente social muy amplio, sin que ningunaclase o sector de ella estuviera presente como tal. No particip laclase obrera a travs de sus organizaciones sindicales, ni estudiantes, profesionales, comerciantes o inte- lectuales agrupados como tales. Se trat de un movimiento po- pular, abarcando todos los estratos socialesbajos y medios de la ciudad de Buenos Aires, con un componente altamente juve- nil. Por diversas causas tampoco particip el movimiento pique- tero organizado salvo excepciones en los sucesos del19 y 20 de diciembre. Entre los que s participaron haba un grupo de piqueteros del MTD de Solano, segn cuenta un periodista -110--19- representa el fin del imperio del miedo, presente desde la dicta- dura militar, como lo simboliz el enfrentamiento de los mani- festantes con las tanquetas de la polica. Por otra parte facilit el surgimiento o la expansinde nuevos movimientos sociales y nuevas formas de lucha de los sectores populares y tambin un creci- miento y mayor participacin de las organizaciones de izquier- da. Igualmente dio paso al acercamiento de los distintos sectores populares, hasta ese momento separados en compartimentos es- tancos. Y la presencia activa de la movilizacin popular acentu la inestabilidad que ya viva el pas y los roces entre los distin- tos sectoresde las clases dominantes, en busca de una nueva dis- tribucin del poder. Esa inestabilidad ser la nota dominante en los meses posteriores, que se manifestinicialmente con elrele- vo de cinco presidentes en diez das. Desde que los militares abandonaronel gobierno se ha produ- cido una lenta acumulacin de fuerzas populares, de experiencias, de surgimiento de formas de coordinacin y organizacin inditas, de mtodos de lucha nuevos o rescatados de la historia misma del movimiento obrero, como son los piquetes y las barricadas.Toda esa acumulacin es la quehapermitido a las clases populares librar esta batalla y obtener la primera victoria en muchosaos: derribar a un gobierno civil elegido en las urnas y plantar cara a un plan econmico que se viene aplicando desde hace 26 aos, el plan neoliberal. Seha producido una crisis de representatividad que abarca a todas las instituciones del Estado desde el Presidente hasta los legisladores, gobernadores, alcaldes y que alcanza al poder ju- dicial, Corte Suprema incluida. No slo porque a todas alcanza la evidencia de corrupcin, sino porque los representantes han dejado de representar a susmandantes,y esta crisis de represen- tatividad se extiende a los partidos polticos. La consignaQUE peronista como radical, causaron una profunda crisis moral en el sistema. La exhibicin impdica de la riqueza frente a la miseria extrema de millones de personas, de desocupados, de jubilados, cal muy hondo en la conciencia de las grandes mayoras popu- lares y contribuy a la profundidad de la crisis, que,insistimos, no es slo econmica, sino poltica y moral. Las organizaciones polticas de izquierda fueron inicialmente sorprendidas por la rebelin, y en general parece que no partici- paron como tales en los sucesos; en cambio s lo hicieron muchos de sus militantes. La divisin existente en la izquierda, como ya se haba mostrado en las eleccionesde octubre, tambin le rest eficacia y credibilidad a la hora de tener un protagonismo im- portante en la calle. En las movilizaciones del19 y 20 del centro de Buenos Aires participarondirectamente varias decenas de miles de personas. En los cortesde los barrios, en los cacerolazos, particip una can- tidad mayor y esos hechoscontaron conuna ampliasimpata popular. Noobstante, los sectores realmente implicados consti- tuyeron una importante minora, muy motivada y activa, que se fue organizando en los das sucesivos, a medida que aument el descrdito del gobierno y de los polticos profesionales. Pese al protagonismo de Buenos Aires, la rebelin tambin se produjo en algunas ciudades del interior del pas, confiriendo un carcter nacional al movimiento. Este obtuvo una amplia victoria, ya que produjo la cada del gobierno Dela Ra y de su ministro de Economa, y oblig a su sucesor a levantar el Estado de Sitio, cuya vigencia fueefmera. El triunfo popular no obstanteno fue suficiente para frenar la aplicacin de la poltica neoliberal y de los intentos de seguir so- breexplotando a los trabajadores. Esta victoria implica otros avances considerables.Ante todo 20 SE VAYAN TODOS! es la expresin que sintetiza la crisis de las formas de representacin que estaban consagradas por el uso y por las leyes. -21- CAPITULO VI NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES: TRUEQUE, INICIATIVAS PRODUCTIVAS DE TRABAJADORES, ASAMBLEAS Y PIQUETEROS El vasto movimiento social de resistencia creado en los lti- mos aos e incrementado en el curso de los aos 2001 y 2002, no se limit al surgimiento de nuevas formas de organizacin y lucha, como es el caso del movimiento de piqueteros y de asam- bleas barriales. Una poderosa iniciativa popular fue construyendo distintas formas de produccin yde cooperacin en diversos aspectos, tendiente a enfrentar la miseria y las demspenurias que sufre el pueblo. La solidaridad y la ayuda mutua han ido ganando terreno al individualismo que invada a la sociedad argentina.La depen- dencia del mercado ha comenzado a ser desplazadapor formas sociales de produccin yde distribucin de productos y servi- cios. As como los cortes de carreteras interrumpen la libre circu- lacin de las mercancas,estas formas comunitariasde produc- cin y distribucin sustraen del mercado franjas importantes de consumidores, liberndolos del coste dela intermediacin y -22- -175- haciendo un poco ms rentables sus escasos recursos. La iniciativa del trueque constituye un autntico fenmeno de masas, ya que suman millones las personas que participan del mismo, sin utilizar dinero, produciendo y consumiendo para un mismo circuito de produccin y cambio, sin intermediarios. Es el lugar donde los ms pobres, aunque no slo ellos, pue- den satisfacer alguna necesidad imperiosa sin contar con dinero, ya que pueden ofrecer objetos o trabajo personal a cambio del producto que necesitan. La ocupacin por lostrabajadores de empresas quebradas y abandonadas por susdueos,genera una prctica de gestin obrera, que comienza a extenderse, en defensa de los puestos de trabajo y como fruto de conflictos aparentemente sin solucin. La relacin entre estas empresas, el intercambio de experien- cias y de productos, est comenzando a construir un sector eco- nmico nuevo, productivo, que existe fuera de las leyes capita- listas dela bsqueda del beneficio, para colocar como objetivo fundamental la defensa del puesto de trabajo a travs del funcio- namiento de una empresa abandonada por la patronal. El reciclado de productos desechados, que estaban destinados al usufructo de empresas concesionarias de la gestin de la basu- ra, ha pasado en buena parte al manipulado por parte de "carto- neros" que han encontrado all un trabajo, muy duro por cierto, una fuente de recursos e incluso de alimentos. Son ya centenares de mileslas personas que se dedican a esta actividad queimpli- ca un nuevo comportamiento colectivo. Igualmente han surgido numerosas iniciativas en el terreno de los servicios, en cuestiones tan esenciales como el correcto fun- cionamiento de la sanidad y la educacin, procurando implicar a toda la comunidad en su gestin. En particular las Asambleas Barriales desarrollan iniciativas en este sentido, creando come- dores, realizando tareas de salud preventiva, desarrollando acti- vidades ldicas, facilitando la labor de los cartoneros y, por tan- to, creando lazos de solidaridad entre los sectores ms pobres y la clase media. Estas prcticas estn influyendo colateralmente en empresas fabricantes y distribuidoras, que han variado calidades, formatos y tamaos de los productos, paratratar de retener un mercado que corren el peligro de perder ante la defensa de los consumi- dores, que buscan los precios ms bajosytratan deeludir al mximo la intermediacin. Al calor de las luchas sociales de los ltimos aos ha surgido un sector econmico alternativo, una verdadera economa social, que haciendo alardede imaginacin y creatividad,ha logrado poner en marcha iniciativas que ni el gobierno ni las patronales pudieron niquisieron generar. No es unpequeo logro en un pas devastado por la crisis del sistema y constituye una muestra de cmo, sin basarseen las leyes del mercado sino en lasautn- ticas necesidades y aportaciones populares, se puedeen muchos casos obtener productos y servicios esencialessin ayuda guber- namental ni de los bancos ni de la patronal. En 2002 se han dado importantes pasospara coordinar esta economa alternativa. En septiembre se ha reunido el Movimiento Nacional de Em- presas Recuperadas (MNER), surgido en 2001y que da trabajo a unas 10.000 personas en todo el pas, segn un vocero del Mo- vimiento. Cont con el respaldode organizaciones piqueteras como la Coordinadora Anbal Vern y la CCC, y de sectores sin- dicales combativos. Tambin existe el proyecto de crear un Mercado CentralPi- quetero en Buenos Aires, donde las distintas empresas alternati- vas puedan ofrecer e intercambiar sus productos. Segn el Movi- -23--177- miento Teresa Rodrguez este Mercado podra ser utilizado por fbricas tomadas, cooperativas, pequeas iniciativas productivas, piqueteros y productores agrarios medianos y pequeos. LOS CLUBES DE TRUEQUE Posiblementela forma ms antigua de intercambio, el true- que, esten el centro de la extensin nacional de la economa informal,que funciona en todo el-pas al margen de los merca- dos, sin utilizarla moneda oficialmente establecida, y con una magnitud que los tcnicos del sistema no han logradomedir. Estudios de investigadores particulares cifran,a mediadosde 2002, en8.000la cantidad de clubes o nodos de trueque exis- tentes enel pas, y en 2.500.000el nmero de sus asociados, aunque los participantes en las operaciones de trueque se calcu- lan en 10millones. No son precisamente personas que se van del mercado oficialal informal, conservandosu poder de compra. Por el contrario, es gentecuyo poder adquisitivo se vio fuerte- mente afectado y por ello se ve obligada a recurrir a fuentes ms accesibles a su devaluada economa. La primera red de trueque surgi en 1995 en torno ala empre- sa textil La Bernalesa y su zona de influencia (el surdel Gran Buenos Aires), y en el ao 2000 contaba con mas de300.000 asociadosen unos 400 nodos, ubicados en variasprovincias y la Capital Federal. Pero la gran expansin se produjo a partir del corralito y la devaluacindel peso, afinales de 2001, que es cuando la crisisse extiende a nuevos ncleos de la poblacin. Esta iniciativa surgi probablemente de sectores declase me- dia, que antelacada en picado de sus economas, por la prdi- da del empleo o por la baja de los salarios fruto de la devalua- cin, se vieron de pronto privadosde acceder al mercado con- vencional para proveerse de productos y servicios. Lo que ante- riormente era la predileccin por los "productos de marca" se ha transformado para muchos en la bsqueda de precios ms bara- tos y en cantidades menores. Poco tard estainiciativa en extendersea los sectores mas pobres de la poblacin: todo el que tiene algo para cambiar o un trabajo que puede realizar, lo ofrece en trueque por los produc- tos que necesita. Poco importa el nivel del trueque, siendo lo importante el sis- tema creado. Esto va desde el profesional mdico, profesor hasta la seora que elabora pancasero o el trabajador que ofrece horas de su oficio. Cmofuncionan losclubes detrueque? No seusa dinero corriente;los intercambios se realizan en una moneda que cada club emite, los llamados "crditos", unos bonos que sirven slo en ese club, y cuya posesin o algn objeto para trocar es imprescindible para poder operar all. A cada producto o servi- cio se le fija un precio en esos bonos y cada persona concurre al club a ofrecer loque posee, producto o trabajo. El Club del Trueque,una especiede central de esta actividad ha establecido prstamos en "crditos" para pequeas empresas y para personas de muy bajos ingresos,hasta que pueden valerse por s mismos y poder ofrecer algn tipo de producto para incor- porarse al trueque por derecho propio. Como era lgico, estemercado informal gener la picaresca, y se han detectado y la polica ha detenido a varias bandas de fal- sificadoresde "crditos" que causaron la subida de preciosde muchos de los productos ofrecidos. Esta nueva actividad, fruto de los tiempos de crisis, ha encon- trado tambin una denominacin. Se trata de la palabra "prosu- -178--24- mayor y la venta minorista, la existencia de zonas mejor o peor situadas, y la presencia de mafias, incluso policiales, que se bene- fician de sus servicios de "proteccin". Por fuera del mbito de las ferias,ubicadas generalmente en edificios abandonados, se agre- gan otras ms pobres, peor instaladas, ms marginales si cabe. Se calcula que en el Gran Buenos Aires funcionan unas 40 de estas grandes ferias, as como en ciudades del interior del pas y sin duda responden a las necesidades de los sectores de ms bajos ingresos, los ligados a la actividad informal, que estn por deba- jo del salario mnimo y que encuentran en esas formas econmi- cas marginales un sistema precario de subsistencia. ORGANIZACIN PRODUCTIVA DE LOS PIQUETEROS El gobierno ha dejado que el drama de la desocupacin crezca en forma desmesurada, desentendindose del problema. Sures- puesta en los aos anteriores fue asistencialista: o bien dar bolsas de alimentos cuando en un barrio estallaba la clera de los veci- nos, oconceder los Planes Trabajar, una ayuda econmica mse- ra, que alcanzaba a una mnima parte de los desocupados. Ms recientemente, enmayo de 2002, el gobierno Duhalde ha decretado una ayuda para todos los Jefes y Jefas de familia sin trabajo, que tambin esmnima, de 150 pesos mensuales(40 euros) cuando el Instituto Nacional de Estadsticas considera po- bre a la familia que gana menos de 626 pesos mensuales (170 euros). No se puede dejar de observar la similitud entre esta cicatera medida del gobierno con lo demandado por la Consulta Popular delFRENAPO (Frente Nacional contra la Pobreza) que pocos das antes del Argentinazo logr reunir unos 3 millones de vo- midores", mezcla de las dos actividadesque caracterizana los que ejercen el trueque, la de productor y la de consumidor. Se comprende que los sociosdel trueque son ambas cosas a la vez, y como tal acceden a los clubes: producen y entregan, y a la vez como consumidores reciben productos a cambio. Esta palabra tuvo su origen hace varios aos; ya en una obra de 1986 se la mencionaba. "El 'prosumo' o trueque simple, por me- dio del cual los individuos, las familias y los grupos pequeos proporcionan bienes y servicios a travs de transacciones autosu- ficientesy no basadas en el dinero".1 LAS FERIAS POPULARES La extensin de la pobreza, la reduccin de los ingresos de los sectores populares, el alejamiento de importantes sectores pobla- cionales de las lneas normalesdel mercado, cuyos precios les re- sultan inaccesibles, ha dado lugar al surgimiento de nuevos centros de distribucin y venta, un mercado de consumo muy particular, las "ferias" populares. Originariamente creadas enlos aos 90 por inmigrantes boli- vianos, paraguayos y coreanos, en ellas sepueden obtener artcu- los y servicios de muy bajo precio, adaptados a las necesidades de los sectores de menor poder adquisitivo. Los productos ofrecidos en las ferias llegan atravs de impor- taciones e incluso del contrabando, o son producidos en talleres informales o clandestinos. Hay toda una actividad ligada alas ferias que incluye la fabri- cacin de productos especialmente destinadas a stas, la venta al 1. Las utopas postindustriales, Boris Frankel, Edic. Nueva Visin, 1986, Buenos Aires. -25- -181- tos, pidiendo una ayuda para todos los Jefes de familia desocupa- dos, en lo que fue una inesperada respuesta popular a la situacin de miseria creciente. Lo positivo de la medida del gobierno es que se hace extensiva a todos los Jefes y Jefas de Hogar, en vez de tra- tarse de cupos reducidos y por tanto sumamente manipulables. Lo negativo, hasta extremos realmente injuriosos, es el monto de la subvencin por familia, como ya hemos visto. Y que pese a tra- tarse de una Ley, no se cumple puntualmente, ya que a menudo se postergan los pagos o se suspenden con distintos pretextos. Las organizaciones piqueterasreclamanque esas ayudas se transformenen trabajosgenuinos, y que estn pagados digna- mente, reivindicando su condicin de trabajadores, aunque estn sin ocupacin. Y que el reparto de esos planes no est en manos de los "punteros" o caudillos peronistas o radicales, sino en las propias organizaciones de los piqueteros. Consecuentes con estos criterios, los piqueteros han desarrolla- do mltiples actividades productivas, contribuyendo con su tra- bajo y modestos aportes de los que estn en condiciones de ha- cerlos. De esta forma han logrado poner en pie mltiples activi- dades, buscando ante todo satisfacer las necesidades mas elemen- talesde susintegrantes. Ases como han surgido panaderas, roperos donde se repara ropa usada, fbricas de bloques de cemen- to para construir viviendas (en uno de ellos trabajaba el asesinado Daro Santilln), peluqueras,criaderosdegallinas y conejos, talleres metalrgicos donde se elaboran materiales para las otras actividades, huertasy, en fin, un sinnmero de actividades. En esas iniciativas trabajan desocupados de la zona yreciben una compensacin econmica, generalmente en bonos o en productos. Sin duda que, adems de lo que significa esta actividad como fuente de productos y servicios, lo fundamental es que permite a personas que llevan aos sin trabajar, o a jvenesque no han conocido su primera actividad, recuperar la dignidad del traba- jo, sentirse tiles, ayudar a su familia a sobrevivir. "Muchos chicos aqu no saben lo que es una fbrica. No sa- ben lo que es un horario.Por eso nosotros le damos mucha importancia al cumplimiento de los horarios para ejecutar los trabajos. Queremos seguir sosteniendo lacultura del trabajo".2 Esta declaracin de un miembro del MTD Anbal Vern rati- fica lo que decimos. Hay que destacar adems la actitud de la Asamblea de un barrio de Buenos Aires que envael llamado pidiendo materiales para los trabajos productivos de este sector piquetero, actitud por otra parte muy extendida de solida- ridad deasambleas con piqueteros y cartoneros, como hemos citado en otros captulos. La financiacin para estas actividades productivas surge de los aportesque hace cada beneficiario de los Planesdel gobierno, que varan entre una cuota voluntaria y los10 pesos mensuales. Ademsde las donaciones que reciben de sus miembros y ami- gos de las organizaciones piqueteras. Algunas de stas se plantean el objetivo,atravs de sus acti- vidades productivas, de llegar a independizarse de las ayudas gu- bernamentales, en las que ven un peligro. Ante todo porque en cualquier momento sepueden cortar, comoocurrefrecuente- mente, obligando a constantes movilizaciones slo paralograr que se reanude la ayuda. Yadems porque nodeja de seruna fuente de presiones e influencia por parte del gobierno. De todas formas, estos trabajos genuinos creados por los pi- 2. Asamblea de Scalabrini Ortiz yCrdoba, e-mail, Llamado para el MTD Anbal Vern. 28 agosto 2002. -26- -183- En septiembre de 2002 sa es la cantidad de cartoneros que trabajan por las noches slo en la ciudad de Buenos Aires, de los cuales 25.000 llegan desde las villas y asentamientos ubicados fuera de la ciudad, ya sea en los famosos "trenes blancos" o por sus propios medios: andando, en carros tirados por caballos, en viejos camiones compartidos por varios cartoneros. En julio de 2002 el INDEC (Instituto Nacional de Estadsti- cas y Censos) estim que existenen todo el pas 155.000 perso- nas que son cartoneros oque venden diversos artculos en la calle y87.800 personas quetrabajan fabricando productos caseros para losclubes de trueque. En resumen, "el 56,9 % de los que trabajan tienen empleosprecarios,improductivos, temporarios, de baja calificacin o "en negro".4 Esta actividad, completamentepersonal,o a lo sumo familiar, ha logrado sin embargo organizarsepara enfrentar la persecucin policial y gubernamental y para resolver el problema deltrans- porte desde sus alejados domicilios hastael centro de Buenos Aires. As lograron que una empresa ferroviariafletara trenes dedica- dos a efectuar el transportede milesde cartoneros con sus respec- tivas carretas,el llamadoTren Blanco. Viajes que por supuesto la empresa cobra como a cualquier viajero, pese a las condiciones de extremo deterioro de los vagones, sin asientos ni luz ni cristales. Pero lo ms importante es que, luego desufrir constantes de- tenciones de parte de la polica, sta llegaba a retenerles las ca- rretas. La delegada cuenta en el artculo citado que "nos retenan las carretas, nos sacaban la mercadera (...) hay policas que a varias personas les pidieron plata". Tambin relata sus enfrenta- mientos con las autoridades: "Hace poco el Sr. Scioli, secretario 4. Clarn, 26 julio 2002. queteros son fuente de orgullo para el movimiento, quecom- prueba que puede generar trabajo y contribuir a crear autoesti- ma entre sus miembros. En torno a la cuestin de las ayudas gubernamentales, se pue- de decir que existen en el movimiento de los desocupados tres actitudes bien diferenciadas: 1) Aquellos que se limitan a conseguir los subsidios, de- sarrollando una actividad bsicamente asistencial, con lo que su actitud se asemeja a la labor oficial de la Iglesia, y que es por tanto muy sensible a las relaciones con el poder del Estado. 2) Las que procuran satisfacer las necesidades de los ba- rrios, en materia de vivienda, alimentacin y guarderas escola- res. Su accin tambin se basa, como el grupo anterior, enla ob- tencin de los recursos para la instalacin y sostenimiento de nuevas actividades. 3) Algunos nuevos movimientos que desarrollaniniciati- vas tendientes a lograr formas de autosustentacin y autonoma, aunque tambin dependen de los subsidios. LOS CARTONEROS As se llama a las personas que sobreviven juntando cartn, y tambin vidrio, metal, o cualquier otro residuo que encuentran en los cubos de basura de las grandes ciudades. Para tener idea de la magnitud de este emprendimiento basta la siguiente cita: "El antroplogo socialFrancisco Surez, de la Universidad NacionaldeGeneral Sarmiento, estima que en 1999 unas 100.000 personas vivan del cartoneo".3 3. Francesc Relea, El Pas, 25 agosto 2002, Espaa. -27- -185- de Turismo de Buenos Aires, sali diciendo que no nos quiere por el asunto del turismo, que le da vergenza y que afea la ciu- dad. Yo le contest que eso lo tenan que haber pensado antes de fundir a la Argentina". Gracias a esa organizacin los cartoneros pueden trabajar en la ocupacin que ellos mismos han creado, y lograr unos ingresos para poder sobrevivir con sus familias. No obstante han surgido mafias que operan como intermedia- riascon las grandes empresaspapeleras y con las autoridades policiales, ocupndose de percibir comisiones que sustraen de los escasos recursos de los cartoneros y de pagarla "proteccin" de los funcionarios corruptos. Tambin se han creado cooperativas de cartoneros, a partir de la Cooperativa El Ceibo, que se ocupa denegociar los mecanis- mos legales que amparen estaactividad, y que constituyen un medio para liberarse de intermediarios y protectores, que no son sino explotadores de los sectores ms pobres y sufrientes de la poblacin. sus dueos, como es el caso de las fbricas quebradas que sus tra- bajadores ponen en marcha. Hay un ejemplo de lo que decimos, ocurrido en septiembre de 2002, que por su singularidad merece ser conocido. La Asamblea 20 de Diciembre junto con la Asamblea Plaza de los Periodistas, del barrio de Flores, estaba interesada en conseguir un local, y se inform de que la Clnica Portuguesa estaba abandonada desde haca varios aos, por lo que procedieron a ocuparla. Cualno sera su sorpresa al encontrar en sus varias plantas un equipamiento prcticamente integral delaclnica:Quirfano, equipo de radiologa completo, sala de terapia intensiva con sus ca- millas y respiradores, y otros medios de una instalacin sanitaria. Con la ayuda de mdicos inventariaron el material, registraron todo mediante notario, y se dedicarona limpiar y acondicionar el local. Como dijo uno de los asamblestas: "Nuestra idea inicial apun- taba simplementea recuperar unespaciopara desarrollar acti- vidadesen el barrio desde la asamblea. Y daba vueltas una cierta intencin de armar una sala de salud"5. "Con el correr de los das pasaron por all varias asambleas ycooperativas (...) Y casi natu- ralmente naci el proyecto de la obra social (...) con el exceden- te delas fbricas recuperadas se va a constituir el capital inicial (...) losbeneficiarios seran los trabajadores de unas 60fbricas autogestionadas, alrededor de 8.000 personas, quienes estn ex- cluidosde una cobertura de salud adecuada. Para la gente del ba- rrio se piensa en un servicio de medicina preventiva", agrega el representante de otra asamblea de la zona. Ademshan iniciado conversaciones conla direccin de un hospital cercano, para poder coordinar lastareas. 5. Pgina/12, Irina Hauser, 1 6septiembre 2002. AUTOGESTIN DE LAS ASAMBLEAS Yahemosvisto que las AsambleasBarriales han ocupado locales y terrenos abandonados, destinndolos a diversos usos sociales, entre otros para garantizar elpropio funcionamiento de la asamblea, que no puede desarrollar sus actividades al aire libre. Esta iniciativa cuestiona de hecho la propiedad privada y salta por sobre la legalidad vigente, pero reivindica en cambio la pro- piedad social, el usufructo por la comunidad de bienes que son imprescindibles y que, en muchos casos, fueron abandonados por -28--187- miento de las fbricas y talleres, incluso mejorando el rendimien- to de su trabajo. Esta experiencia es muy peligrosa para el sistema, ya que jus- tifica todos los planteos a favor del control obrero de las empre- sas en casos de vaciamiento, quiebra o lock out patronal. Adems este tipo de iniciativas desarrolla los lazos de solidaridad entre el personal y con otras empresas y organizaciones populares cerca- nas,Por parte de los sindicatos, se han producidoactitudes muy dispares. Algunos, cuando la empresa cierra y por tanto el per- sonal es despedido, simplemente se desentiendende la cuestin: desde el punto de vista sindical la empresa deja de existir y sus trabajadorestambin.Son completamente abandonados a su suerte. Otros sindicatos, por el contrario, impulsan la ocupacin en nombre de la defensa de los puestos de trabajo. Desde 2001 se ha formado el Movimiento Nacionalde Em- presas Recuperadas (MNER), que cuenta con msde 100 empre- sasque estn funcionando bajocontroldesus trabajadores. Funciona enla antigua fbrica metalrgica IMPAydesarrolla, ademsde las actividades productivas, otras de carcter cultural y asistencial. Tienen un convenio con el cercano Hospital Du- rand por el cual el personal de ste atiende un centro de salud en el barrio donde est dicha fbrica. El MNER brinda a las fbricas recuperadas asistencia legaly tcnica, y recoge y transmite las experiencias de esta nueva forma de economa social. En lneas generales la situacin legal de las empresas recuperadas es incierta. En algunos casos la patronal, al ver que funcionaban, volvi para reclamar sus"derechos", apo- yada por jueces e incluso por el Ministerio de Trabajo. Los tra- bajadores han resistido, procurando mantener laocupacin y la produccin cuando ello es posible. En torno a esta iniciativa se han sumado muchos otros prota- gonistas: los trabajadores de Brukman que ofrecen elaborar la ro- pa de cama,mdicos que ofrecen susservicios gratuitamente, varias asambleas y otras fbricas recuperadas que ofrecen sus pro- pios productos. Y todos deseosos de poder aprovechar un servi- cio de salud realmente popular, ante la gravsima situacin de la sanidad pblica, devastada por el Estado. Este tal vez sea el mayor logro: unir en una iniciativa a varios sectores y movimientos sociales, todos ellos vctimas de la pol- tica social, mostrando que es en elcamino de la unidad popular donde se pueden obtener resultados realmente valiosos. Y como apostilla uno de los asamblestas: "Ahora, en conjun- to, vamos a demostrar que la salud manejada por los trabajado- res no es tan cara como dicen". EMPRESAS OCUPADAS BAJO GESTIN OBRERA Muchas empresas hanquebrado, otras han sido lisa y llana- mente vaciadas y abandonadaspor sus dueos, dejando a sustra- bajadores en la calle, sin ocupacin ni ingresos,y en la mayora de los casos adeudndoles meses de salario. En algunas de esas empresas su personal ocup las instalacio- nes para evitar que la patronal se llevara las maquinarias y mate- rias primas. A continuacin se plantearon porqu no hacerla funcionar por s mismos, ya que se sentan capaces de hacerlo: ellos hacan todo el trabajo y los patrones slo sellevaban los be- neficios. De tal forma se cuestionaba el rolde la burguesa en la pro- duccin e incluso en la gestin de la empresa. Los trabajadores y tcnicos demuestran sus conocimientos para lograr el funciona- -29--189- Hay algunas de ellas, como la Cermica Zanon de Neuqun y la empresa de confecciones Brukman en Buenos Aires, que lle- van ocupadas muchos meses. Esta ltima fue objeto en diciem- bre de 2002 de una tentativa policial de desalojo, que se frustr por la firme actitud del personal y la solidaridad de vecinos y activistas. Un nuevo avance en este camino La presinconstante de los trabajadores de fbricas ocupadas obtuvo un pequeo triunfo al lograr que la Legislatura de la Ciu- dad de Buenos Aires expropiara a dos de ellas. Las empresas expropiadas reabiertas adoptan forma de coope- rativas que abre el camino a una forma embrionaria de control obrero. En la Argentina hay aproximadamente un centenarde empresas enpoder de los trabajadores que las hacen funcio- nar. Enla sesin del jueves 12 de setiembre, la Legislatura portea aprob dos proyectos de ley para declarar "de utilidad pblica" y expropiar dos empresas reabiertas por sustrabajadores, conver- tidas en cooperativas. Adems de los obreros de las Cooperativas Vieytes y Chilavert, en la sesin estuvieron la Asamblea Vecinal de Pompeya y los trabajadores de la Cooperativa Lavaln de Ave- llaneda,quienes festejaron la votacin favorable.Aunque hay antecedentes en la provincia de Buenos Aires, es la primera vez que en la Capital se aprueban proyectos de expropiacin de f- bricas. Segn ambas leyes, la Ciudad expropiar los inmuebles en forma transitoria y lasmaquinarias en forma definitiva para asegurarla continuidad de la produccin. LadiputadaVilma Ripoll (MST-Izquierda Unida) es la au- tora delprimer proyecto de expropiacin aprobado. Corres- ponde ala Cooperativa Vieytes, formada por los45 operarios de la ex Ghelco S.A. Dicha empresa produce insumos para heladeras y fue declarada en quiebra en febrero. Ripoll sea- l: "Para m es un orgullo haber contribuido a esta expropia- cin, la primera que se hace en la Ciudad. Estees un gran triunfo delos compaeros de Ghelco y sus familias, de su abogado Luis Caro y las asambleas, trabajadores, estudian- tes y dems sectores que apoyaron esta lucha. Mientras los empresarios las vacan con el aval del gobierno, los que estn reabriendo las fbricas de este pas son los propios trabaja- dores. Esta ley significa un gran aliento para otros trabajado- res que estn peleando por mantener su fuente de trabajo. Tras varios meses de lucha, los obreros de Ghelco lograron su reapertura, han comenzado a producir e incluso tienen pedidos de exportaciones. Del segundo proyecto aprobado son autoras las diputadas Beatriz Baltroc y Delia Bisutti (ARI) y corresponde a la Cooperativa Chilavert, que agru- pa a 8 trabajadores de la ex Imprenta Gaglianone. All se han impreso libros de alta calidad de pintores argentinos y tambin, desde hace aos, la folletera del Teatro Coln. Si bien la forma elegida es la Cooperativa, la presencia de los trabajadores en la direccin empresarial, lasacerca al con- trol obrero."6 La enseanza para la clase obrera es fundamental: el patrn no es imprescindible para hacer funcionar una empresa, bastacon los trabajadores y tcnicos. Adems estas iniciativas cuentan generalmente con elrespal- do activo de los vecinos yotras organizaciones del entorno.Un 6. Argenpress,13 septiembre 2002. -30- -191- ms de 1.000 personas, evit una orden de desalojo judicial. Es innegable que estas experiencias representan, ante todo, la defensa de sus ocupaciones por parte de los trabajadores y en tal sentido, deben ser defendidas e impulsadas. Adems constituyen, como hemos visto, una experiencia inva- lorable en el terreno de la socializacin del trabajo y la solidari- dad de la poblacin con los trabajadores. Por parte del gobierno, ste tratar en todo caso de influir y dirigir esas iniciativas, coop- tndolas en su beneficio, hacindolas suyasy apareciendo como aliado de los trabajadores, cuando ha sido el responsable ltimo de la quiebra de las empresas. Estasactividades plantean un sinnmero de interrogantes sobre sus posibilidades y lmites en el marco de la sociedad capi- talista. Las dificultades para sobrevivir frente a la competencia de grandes empresas,sin fuentes de financiacin propias y con serias dificultades para el abastecimiento, renovacin del equi- pamiento, y un largo etctera. Esto sin cuestionarla utilidad de tales iniciativas, ante todo dirigidas a satisfacer necesidades bsicas de los ms pobres, aun- que algunos grupos difieren sobre lo correcto de esa actividad. Sobre los interrogantes planteados, un conocido dirigente del MTR razona as: "Nuestros emprendimientos tienenquever con nuestras necesidades mnimas de subsistencia:alimentos, calzado, vestimenta, salud, educacin (...) tenemos dos huertas (...) y panaderas que ya producen para la venta fuera del barrio. Todo esto implica el desarrollo de una economa solidaria, paralela a la del mercado. Pero la pregunta quenos hace- mos es podemos sobrevivir como isla enun mercado capi- talista? Nosotros pensamos que es muy improbable, y esto coloca un lmite al desarrollo de emprendimientos produc- caso ilustrativo de esta cooperacin entre vecinos y trabajadores es relatado por uno de sus protagonistas: "Algo ms de un centenar de personas acudieron el 10 de agosto a la convocatoria de los trabajadores de la Pani- ficadora Grissinpoli, ocupada desde hace ms de 2 me- ses (...)Asesorados por un abogado iniciaron los trmites para formar una cooperativa (...) pero la jueza les inform que erainminente la entrega de la empresa a un grupo de abogados (...) Una representante de los trabajadores dijo que 'la justicia nos defraud, comoobreros estamos humi- llados, pero como seres humanos hemos crecido, hoy sabe- mos el valor de la solidaridad detodos ustedes, nuestra decisin es resistir el desalojo, no permitir el cierre defini- tivo de la fbrica y poner todo el esfuerzo en volver a pro- ducir' (...) Los trabajadores de Grissinpoli estn decididos a resistir la voracidad del capital financiero y los vecinos tambin" (Eduardo Lucita,Integrante de la Asamblea de Chacarita/Colegiales/ V. Ortzar).7 En este caso, los vecinos han creado una comisin que man- tiene una guardia permanente para movilizar al barrio y acudir en caso de intento de desalojo. Casi en forma generalizada se produce un movimiento de soli- daridad delas asambleas barriales y las empresas tomadas por su personal. As como hemos visto enel caso de Grissinpoli, los trabajadores de Brukman cuentan con el apoyo permanente de las asambleas de Almagro Balvanera y la de San Cristbal entre otras muchas. Ese apoyo, materializado con la presencia activa de 7. Pginall2, 16 agosto 2002. -31- tivos, y creemos que la nica forma de sostenerlos es la de consolidarunaconstruccin poltica. Esta construccin pasa, hacia adentro de nuestra organizacin, por la educa- cin de los compaeros, lo que nos permitir fortalecer un nuevo poder desde lo local. Y hacia fuera de nuestra orga- nizacin, esa construccin pasa por nuestra participacin en la lucha general del pueblo, para construir lo que llama- mos una 'Repblica de Cabildo' (...) se requiere construir una gran fuerza nacional, a travs de un gran arco de alian- zas (...) estas alianzas deberan incluir tanto al Movimiento de Desocupados de Solanocomo a los del Bloque Pique- tero, que tambin buscan construir un nuevo poder desde lo local". Este dirigente valora la utilidad de las iniciativas productivas, pero se cuestiona su viabilidad si noes como parte de un pro- yecto poltico integrador, evidentemente dirigido a la construc- cin de otro tipo de sociedad. Sin duda que todas estas iniciativas, producto deuna impe- riosa necesidad, ladefensa del puesto de trabajo, son parte del vasto movimiento social que ha surgido en Argentina en los lti- mos tiempos.Y como tal, deben ser defendidos y desarrollados. Pero tambin es cierto que su futuro est ntimamente ligado al de todo el movimiento. Un retroceso de las luchas populares ais- lara y finalmente hara desaparecer estas valiosas iniciativas. Por el contrario, un avance delos trabajadores impulsara el sector econmico alternativo, que entrara en abierta competencia con la economa capitalista, extendindose a miles de empresas hoy abandonadas,mientras se desarrollara la lucha poltica de fondo entre los dos sistemas. La decisin de esta batalla condicionara el destino de los brotes alternativos nacientes.