!09 de marzo de 2000 consejo de seguridad n0033552

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00-33552 (S) La presente acta contiene la versión literal de los discursos pronunciados en español y de la interpretación de los demás discursos. El texto definitivo será reproducido en los Documentos Oficiales del Consejo de Seguridad. Las correcciones deben referirse solamente a los discursos originales y se enviarán firmadas por un miembro de la delegación interesada e incorporadas en un ejemplar del acta, dentro del plazo de una semana a contar de la fecha de publicación, al Jefe del Servicio de Actas Literales, oficina C-178. Naciones Unidas S/PV.4109 (Resumption 1) Consejo de Seguridad Provisional Quincuagésimo quinto año 4109 ª sesión Jueves 9 de marzo de 2000, a las 15.45 horas Nueva York Presidente: Sr. Azad ........................................ (Bangladesh) Miembros: Argentina ....................................... Sr. Listre Canadá ......................................... Sr. Fowler China .......................................... Sr. Wang Yingfan Estados Unidos de América ........................... Sr. Holbrooke Federación de Rusia ................................ Sr. Lavrov Francia ......................................... Sr. Dejammet Jamaica ......................................... Sra. Durrant Malasia ......................................... Sr. Hasmy Malí ........................................... Sr. Ouane Namibia ........................................ Sra. Ashipala Musavyi Países Bajos ..................................... Sr. Hamer Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte ........... Sr. Eldon Túnez .......................................... Sr. Ben Mustapha Ucrania ......................................... Sr. Yel’chenko Orden del día Mantenimiento de la paz y la seguridad: aspectos humanitarios de las cuestiones que tiene ante sí el Consejo

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00-33552 (S) La presente acta contiene la versión literal de los discursos pronunciados en español y de lainterpretación de los demás discursos. El texto definitivo será reproducido en los DocumentosOficiales del Consejo de Seguridad. Las correcciones deben referirse solamente a los discursosoriginales y se enviarán firmadas por un miembro de la delegación interesada e incorporadas en unejemplar del acta, dentro del plazo de una semana a contar de la fecha de publicación, al Jefe delServicio de Actas Literales, oficina C-178.

Naciones Unidas S/PV.4109 (Resumption 1)

Consejo de Seguridad ProvisionalQuincuagésimo quinto año

4109ª sesiónJueves 9 de marzo de 2000, a las 15.45 horasNueva York

Presidente: Sr. Azad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (Bangladesh)

Miembros: Argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. ListreCanadá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. FowlerChina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. Wang YingfanEstados Unidos de América . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. HolbrookeFederación de Rusia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. LavrovFrancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. DejammetJamaica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sra. DurrantMalasia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. HasmyMalí . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. OuaneNamibia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sra. Ashipala MusavyiPaíses Bajos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. HamerReino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte . . . . . . . . . . . Sr. EldonTúnez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. Ben MustaphaUcrania . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. Yel’chenko

Orden del día

Mantenimiento de la paz y la seguridad: aspectos humanitarios de las cuestiones que tiene ante sí el Consejo

Consejo de Seguridad 4109ª sesión (Resumption 1)Quincuagésimo quinto año 9 de marzo de 2000

Se reanuda la sesión a las 15.45 horas.

El Presidente (habla en inglés): Desearía informar alConsejo de que he recibido una carta del representante dela República Islámica del Irán en la que solicita que se leinvite a participar en el debate sobre el tema que figura enel orden del día del Consejo. Siguiendo la práctica habitual,desearía proponer que, con el consentimiento del Consejo,se invite a ese representante a participar en el debate sinderecho a voto, de conformidad con las disposicionespertinentes de la Carta y el artículo 37 del reglamentoprovisional del Consejo.

Al no haber objeciones, así queda acordado.

Por invitación del Presidente, el Sr. Nejad Hosseinian(República Islámica del Irán) ocupa el asiento que sele ha reservado a un lado del Salón del Consejo.

El Presidente (habla en inglés): El siguiente orador esel representante de Portugal, a quien invito a tomar asientoa la mesa del Consejo y a formular su declaración.

Sr. Monteiro (Portugal) (habla en inglés): Tengo elhonor de hablar en nombre de la Unión Europea. Los paísesde Europa central y oriental asociados con la Unión Euro-pea —Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Leto-nia, Lituania, Polonia, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia—y Chipre y Malta en calidad de países asociados, al igualque Islandia y Liechtenstein, países que pertenecen a laAsociación Europea de Libre Comercio y son miembros delEspacio Económico Europeo hacen suya esta declaración.

La Unión Europea acoge con beneplácito la iniciativade Bangladesh de organizar un debate abierto en el Consejode Seguridad sobre este tema importantísimo, que conside-ramos está vinculado a la cadena de debates temáticosorganizados en meses recientes, todos los cuales tuvieronpor objeto examinar el grave problema de las consecuenciashumanitarias de los conflictos y las luchas internas. Nossentimos particularmente honrados de verlo a usted, Sr.Ministro de Relaciones Exteriores, presidir esta sesión.

A nuestro juicio, estos debates deberían considerarsecomo avances importantes para determinar posibles accionesque pueda emprender el Consejo destinadas a prevenir laviolencia dirigida contra poblaciones civiles o contra elpersonal humanitario encargado de prestarles asistencia, y,cuando sea necesario, a ponerle fin. En la declaraciónpresidencial de 12 de febrero del año pasado, este órganomanifestó su voluntad de responder a dichas situaciones.Esperamos que los resultados y las conclusiones de la labor

realizada hasta el momento posibilite que el Consejo adoptedecisiones sobre las medidas necesarias para disuadir lasgraves violaciones al derecho internacional humanitario ydel derecho relativo a los derechos humanos y para promo-ver lo que el Secretario General denominó una “cultura deprevención” en su última Memoria sobre la labor de laOrganización.

La Unión acogió con beneplácito el informe delSecretario General sobre la protección de civiles en losconflictos armados (S/1999/957). Es necesario que seexaminen con urgencia las recomendaciones pertinentes delSecretario General. Se espera que en abril el Consejo deSeguridad brinde su primera respuesta al informe delSecretario General. Esto ofrecerá al Consejo la oportunidadde debatir los problemas de forma concreta y de formularpropuestas sobre la manera de mejorar el sistema de lasNaciones Unidas para hacer frente con mayor eficiencia alas amenazas a la paz y a la seguridad internacionales.

No obstante, debemos tener presente que la asistenciahumanitaria no puede resolver los conflictos que, enesencia, tienen origen político. Esa es la razón por la cuales tan importante examinar las causas originarias de losconflictos. La promoción del desarrollo económico y socialy el establecimiento y la consolidación de la democracia, labuena gestión pública y el imperio del derecho, así como laplena adhesión a los derechos humanos y al derechointernacional humanitario y su aplicación son de granimportancia en la prevención de conflictos.

El Consejo de Seguridad, mediante una respuestapronta, tiene un deber y una función irreemplazables quedesempeñar en la prevención de conflictos y crisis. Cuandosea necesario, el Consejo debe considerar rápidamente undespliegue preventivo u otra presencia preventiva de lasNaciones Unidas. El Consejo tiene un papel importante quedesempeñar en la prevención de conflictos violentos y estaperspectiva debería ser una característica natural delprograma del Consejo. En el caso de abusos masivos enmarcha quizá sea también necesario que el Consejo deSeguridad considere acciones coercitivas adecuadas basadasen criterios claros e identificables.

Las violaciones masivas y sistemáticas del derechointernacional humanitario y del derecho relativo a losderechos humanos pueden constituir una amenaza a la pazy a la seguridad y, en consecuencia, exigir la atención y laacción del Consejo de Seguridad. De hecho, este órgano yaha aprobado una serie de resoluciones tras las violacionesmasivas de derechos humanos y del derecho internacionalhumanitario, que consideró amenazas a la paz y a la

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seguridad. Existen varios ejemplos en los que la comunidadinternacional dejó de lado sus diferencias y se unió paraejercer presiones contra los transgresores del derechointernacional humanitario y del derecho relativo a losderechos humanos. Esperamos que esto se convierta ennorma en el futuro.

Un número cada vez mayor de civiles, entre ellosmujeres y niños, han sido concretamente tomados comoblanco y utilizados como instrumentos directos de guerra.El incumplimiento de las partes beligerantes de obligacionesvinculantes de acuerdo con el derecho internacional se hatransformado en la norma en los conflictos actuales. LaUnión Europea se siente alarmada por la gravedad de lasituación y deplora las violaciones constantes del derechointernacional humanitario y del derecho relativo a losderechos humanos. Evidentemente, esta situación se veagravada por la falta de mecanismos de imposición de la leya los que la comunidad internacional pueda recurrir cadavez que se cometa una transgresión grave a dichas normasy principios.

En la lucha contra la impunidad, la Unión Europeadesearía recalcar la importancia de la activación de la CortePenal Internacional y su importante papel futuro tanto paradisuadir graves violaciones del derecho internacionalhumanitario y del derecho relativo a los derechos humanoscomo para enjuiciar a los responsables de haber cometidoesos crímenes. Instamos a todos los que todavía no hayanfirmado el Estatuto de Roma a que lo hagan y urgimos atodos los Estados a que procedan a ratificarlo lo antesposible.

Es un principio bien establecido del derecho interna-cional humanitario que los Estados tienen la responsabilidadprimordial de proteger de la violencia a las poblacionesciviles. Un requisito previo de toda operación humanitariaconsiste en asegurar que todas las víctimas de conflictosarmados tengan acceso seguro a la asistencia humanitaria.Los Estados y las partes no estatales en un conflicto estánobligados a facilitar la provisión de ayuda humanitaria ydeben cooperar plenamente para ello. Existe también laresponsabilidad de la comunidad internacional de facilitar laprestación de ayuda humanitaria en casos en que no secumpla esta obligación. Deben condenarse en toda circuns-tancia la negación del acceso a civiles necesitados, encontravención del derecho internacional, así como el hechode tomar como blanco a poblaciones civiles, que confrecuencia son utilizadas como instrumentos de guerra.

La Unión Europea desearía alentar al Consejo a que dénuevos pasos en relación con la voluntad manifestada en la

declaración presidencial emitida al final del debate del mespasado (S/PRST/2000/4) y a que se prepare para adoptartodas las medidas adecuadas que pueda a fin de garantizarla seguridad y la protección de las misiones de asistenciahumanitaria y de su personal, entre ellas la inclusión enacuerdos de paz de disposiciones relativas al acceso seguroe irrestricto para el personal humanitario y los suministros,así como la aprobación de resoluciones que destaquen eseimperativo.

El Secretario General propuso en su informe sobre laprotección de civiles en los conflictos armados que elincumplimiento de esas obligaciones debería tener comoresultado la imposición de sanciones de orientación biendefinidas. La Unión Europea desearía alentar al Consejo aque elabore normas y medidas encaminadas a reducir almínimo el impacto humanitario de las sanciones.

La Unión Europea desea subrayar la necesidad deasegurar el acceso seguro e irrestricto del personal humani-tario de las Naciones Unidas y de otro personal que prestaasistencia humanitaria a todos los que la necesiten. LaUnión Europea desea reconocer en esta coyuntura el papelaltamente significativo que desempeñaron las NacionesUnidas y otras organizaciones humanitarias —en especial elComité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y las organi-zaciones no gubernamentales— en la prestación de asisten-cia humanitaria a las poblaciones que la necesitaban.

Se ha dicho mucho sobre la índole cambiante de losconflictos y sobre el hecho de que la mayoría de las bajasson civiles inocentes, que con mucha frecuencia se utilizancomo instrumentos en la dinámica compleja de los conflic-tos. En este contexto, la Unión Europea desearía alentar alSecretario General a recurrir con mayor frecuencia a laprerrogativa que se le ha conferido en el Artículo 99 de laCarta, en la que se le invita a señalar a la atención delConsejo de Seguridad toda cuestión que a su juicio puedaamenazar el mantenimiento de la paz y la seguridadinternacionales. Para ello, somos de la opinión de que seríaindispensable mejorar y utilizar la capacidad de la Secretaríaa fin de permitir que el Consejo de Seguridad examineformas por medio de las cuales pueda vigilar con regulari-dad las potenciales situaciones de conflicto o de violaciónde derechos humanos y del derecho humanitario, ya seamediante el uso de mecanismos existentes, como la Comi-sión Internacional de Encuesta, o por otros medios.

Se ha determinado otro conjunto de medidas quepodrían ayudar a mitigar el sufrimiento de estas infortuna-das poblaciones. Sin duda, una de estas medidas consiste enlimitar la acumulación excesiva e incontrolada de armas

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pequeñas y armas ligeras y su diseminación, habida cuentade su potencial en lo que respecta a aumentar la violenciacontra civiles, incrementar el sufrimiento de los afectados,obstaculizar los esfuerzos de reconstrucción y reducir lasperspectivas de desarrollo sostenible. La Unión Europeaalienta al Consejo de Seguridad a considerar la utilizaciónde sus facultades de forma más decisiva para imponerembargos de armamentos en las etapas iniciales de las crisisemergentes.

En cuanto a la utilización de minas terrestres antiper-sonal, la Unión Europea desea una vez más hacer hincapiéen la importancia que le asigna a la aplicación plena yrápida de la Convención sobre la prohibición del empleo,almacenamiento, producción y transferencia de minasantipersonal y sobre su destrucción. Nos sentimos especial-mente alarmados por el nuevo sembrado de minas quese lleva a cabo en diversos conflictos. La Unión Europeaurge a todas las partes afectadas a que pongan fin a estapráctica.

Todos los Estados partes en los Convenios de Ginebratienen la obligación de enseñar y difundir el derechohumanitario entre sus fuerzas militares y, a su vez, esasfuerzas tienen la obligación de respetar dichos principios yleyes.

La Unión Europea reconoce el valor de incluir ladimensión humanitaria en las operaciones de mantenimientode la paz multidimensionales. Las tareas de derechoshumanos y de asistencia humanitaria, así como otroscomponentes pertinentes para la prevención de conflictos yla consolidación de la paz, si han de ser incluidos en losmandatos del Consejo de Seguridad, deben integrarseplenamente en la planificación de las operaciones demantenimiento de la paz y sus funciones deben indicarseclaramente desde un principio. La coordinación de estos yotros componentes en operaciones de mantenimiento de lapaz y la atribución de los recursos necesarios disponiblespara lograr los mandatos dados son requisitos indispensablespara el éxito.

Esperamos con interés el estudio completo sobreoperaciones de mantenimiento de la paz que el SecretarioGeneral recién ha encargado.

La Unión Europea desea alentar al Consejo a que sigaconsiderando modalidades para la aplicación de medidasdirigidas a separar de manera eficaz a los combatientes delos civiles en los campamentos destinados a las personasinternamente desplazadas o a los refugiados. Es fundamentalque se desplieguen esfuerzos a nivel internacional para

garantizar la índole humanitaria de dichos campamentos. Deigual importancia es que los refugiados y las personasdesplazadas internamente sean situados a distancias razona-bles de las zonas de conflicto o de las fronteras. En estesentido, la Unión Europea desea apoyar una utilización másgeneralizada de los Principios Rectores de los Desplaza-mientos Internos, así como la inclusión de sus disposicionesen los mandatos de las operaciones de las Naciones Unidas.

También deseamos alentar al Secretario General a quecontinúe tratando activamente de garantizar que los dere-chos del niño y su bienestar reciban una alta prioridad enlas negociaciones de paz y en todo el proceso de consolida-ción de la paz después de los conflictos. La Unión Europeaencomia la inclusión de los problemas de los niños en losprogramas de paz que ya se han adoptado o que se estánestudiando para Burundi, el Sudán y Sierra Leona. LaUnión Europea también desea destacar la reciente concerta-ción del Protocolo adicional a la Convención sobre losDerechos del Niño relativo a los niños soldados, que haelevado a 18 años la edad de participación en conflictosarmados.

El Secretario General ha sugerido la creación decorredores de seguridad o zonas de seguridad para laprotección de civiles, y el envío de asistencia en el caso desituaciones caracterizadas por la amenaza de genocidio,crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra. Quisié-ramos alentarlo a que siga desarrollando modalidades parala aplicación de esta recomendación.

En lo que respecta al fomento de la confianza, esfundamental disponer de información eficaz. Las NacionesUnidas en consecuencia deberían mejorar sus capacidadesde información pública a nivel del terreno, es decir, median-te la inclusión de componentes de información pública enla fase de planificación de las operaciones de mantenimientode la paz y de consolidación de la paz. En ese sentido estambién de fundamental importancia impedir que los mediosde comunicación sean utilizados como herramienta deconflicto.

Algunos acontecimientos recientes han favorecido unamejor coordinación de la asistencia humanitaria para hacerlamás compatible con el programa general de las NacionesUnidas para la paz y el desarrollo. Un ejemplo es eldesarrollo constante de un enfoque del marco estratégicodiseñado, en parte, para garantizar que la asistencia humani-taria fortalezca todas las actividades generales de consolida-ción de la paz.

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La coordinación estratégica de los agentes humanita-rios sobre el terreno debería ampliarse e incluir una mejorarticulación de las responsabilidades tanto de los coordina-dores humanitarios residentes como de los representantesespeciales del Secretario General. Un acontecimientoreciente positivo sobre este tema ha sido la elaboración deuna Nota de Orientación que tiene como objetivo establecerrequisitos más claros de presentación de informes y líneasde autoridad, así como asegurar que la asistencia humanita-ria de las Naciones Unidas sea compatible con las activida-des más amplias de las Naciones Unidas en lo que serefiere a la paz y el desarrollo.

El proceso de llamamientos unificados es una herra-mienta de planificación estratégica importante que facilitala promoción de la transición del socorro al desarrollo. Eneste sentido, la Unión Europea desea alentar a los departa-mentos pertinentes de la Secretaría para que refuercen susvínculos entre este proceso de llamamientos unificados y elMarco de Asistencia de las Naciones Unidas para elDesarrollo (MANUD) en el caso de que ambos seanutilizados conjuntamente, puesto que esto mejoraría lacooperación y la planificación conjunta entre las entidadesde socorro y las de desarrollo.

Permítaseme terminar diciendo que ya hemos hechouna gran parte del trabajo que se requiere a fin de identifi-car las acciones que son necesarias para impedir el injustifi-cable sufrimiento humano. Lo que nos ha faltado ha sido elvalor político para adoptar las decisiones correspondientes.Se necesita un esfuerzo inmenso para vencer los hábitosarraigados, pero eso no debería desalentarnos a la hora deemprender esta lucha en favor de la humanidad.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco el Repre-sentante de Portugal sus amables palabras de bienvenida. Elsiguiente orador inscrito en mi lista es el Representante deSudáfrica, a quien invito a tomar asiento a la mesa delConsejo y a formular su declaración.

Sr. Kumalo (Sudáfrica) (habla en inglés): Es una granalegría verlo en ese lugar, Sr. Presidente, y estoy encantadode que haya venido hasta aquí para presidir esta reunión.Quiero que sepa que los integrantes del Movimiento de losPaíses No Alineados están muy satisfechos con lo que haestado haciendo su delegación en el Consejo de Seguridad.Está realizando una tarea tan excelente que algunos denosotros hasta pensamos en no unirnos al Consejo de Seguridad.

Esta reunión se celebra en un momento muy importan-te. Si bien el tema no es muy pertinente, nuestra solidaridadestá con nuestros vecinos de Mozambique y Zimbabwe,

países devastados por las inundaciones que han ocurrido enesa parte del mundo. Nuestros corazones están con ellos. Nopuedo dejar pasar esta oportunidad de mencionarlos, aunqueel tema que se trata hoy aquí sea un tanto diferente.

En el pasado el Consejo de Seguridad ha visto confrecuencia cómo el quebrantamiento de la paz y la seguri-dad en muchos países invariablemente lleva a una crisishumanitaria. Estas crisis humanitarias a su vez puedenalimentar la inestabilidad y deteriorar las condiciones deseguridad.

Una de las cosas que se puede decir del Consejo deSeguridad es que tiene un papel innegable que desempeñaren materia de respaldo a las actividades humanitarias. ElConsejo ya se ha referido a las situaciones humanitarias ensus decisiones y comunicaciones sobre las situaciones deconflicto en todo el mundo. Estas referencias destacan lasdificultades humanitarias y añaden autoridad política a losesfuerzos que se hacen para encararlas.

Si bien el Consejo tiene un papel que desempeñar enlas actividades humanitarias, consideramos que sus accionesno deberían debilitar de manera alguna los principios deimparcialidad que se relacionan con la asistencia humanita-ria.

En el Artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas sedeclara que el propósito de las Naciones Unidas es, entreotros,

“Mantener la paz y la seguridad internacionales,y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces paraprevenir y eliminar amenazas a la paz.”

Y se añade:

“Realizar la cooperación internacional en lasolución de problemas internacionales de caráctereconómico, social, cultural o humanitario.”

Sudáfrica considera que el papel del Consejo deSeguridad con respecto a las actividades humanitarias esdoble.

El primero que ya desempeña, es concentrar laatención en los aspectos humanitarios que son resultado delas situaciones de conflicto. Al respecto, consideramos quela dimensión humanitaria también se debe incorporar en lasprimeras etapas de la formulación de los mandatos demantenimiento de la paz. Hay que preocuparse de hacer una

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distinción clara entre las actividades de mantenimiento dela paz y las actividades humanitarias.

El otro papel del Consejo, que a nuestro juicio sepodría fortalecer, subraya la necesidad de abordar el temade la seguridad y la protección del personal humanitario.Evidentemente, con el aumento de los conflictos internos delos Estados la presión sobre las Naciones Unidas para queproporcionen asistencia humanitaria es mayor que nunca.Sudáfrica participó en el debate que el Consejo celebrósobre este tema en febrero de 2000. Seguimos pensando quese necesita una acción más firme en este campo, porquetodavía no se han detenido las actividades criminales contrael personal humanitario.

Sudáfrica por lo tanto apoya tres recomendacionesconcretas que a nuestro juicio podría aplicar el Consejo. Laprimera sería realizar esfuerzos más concertados para lograrel compromiso de permitir un acceso sin obstáculos a lapoblación civil en las situaciones de conflicto. La segundasería establecer un sistema de vigilancia de este acceso y delas actividades criminales contra el personal humanitario.Proponemos que el Consejo invite a los órganos pertinentesde las Naciones Unidas a presentar informes trimestrales, ensesiones públicas, sobre las cuestiones humanitarias. Porúltimo, el Consejo debería elaborar medidas más estrictas ymecanismos confiables para castigar a las partes que enforma constante y con impunidad cometen crímenes contrael personal humanitario.

Sudáfrica considera que el Consejo también puededesempeñar un papel positivo en la tarea de pedir a lacomunidad internacional que suministre recursos para lasactividades humanitarias. Al concentrar la atención sobre lascrisis humanitarias que han sido resultado de situaciones deconflicto, el Consejo puede inspirar a la comunidad interna-cional a que suministre los recursos que se necesitan conurgencia.

Finalmente, el Consejo de Seguridad debería, a nuestrojuicio, promover un ambiente de trabajo más seguro para elpersonal humanitario, y cuando sea necesario debe propor-cionar apoyo a las actividades humanitarias.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco al repre-sentante de Sudáfrica sus cálidas palabras de bienvenida.Sus recomendaciones concretas son muy importantes ydeben ser tenidas en cuenta.

El siguiente orador es el representante de Noruega. Loinvito a tomar asiento a la Mesa del Consejo y a formularsu declaración.

Sr. Lunde (Noruega) (habla en inglés): Noruegacelebra la iniciativa de Bangladesh de organizar un debateabierto en el Consejo de Seguridad sobre el tema de laacción humanitaria. Este debate sin duda será una continua-ción muy útil de las deliberaciones temáticas del Consejosobre las consecuencias humanitarias de los conflictos.

La acción humanitaria no impide que se repitan lossufrimientos masivos y no puede reemplazar a la acciónpolítica. El mejor remedio para reducir los conflictos y laviolencia siempre será la prevención. Por eso Noruegaapoya plenamente el énfasis que ha puesto el Consejo en lasmedidas preventivas. Esperamos que eso aumente lacapacidad de impedir la violencia contra los civiles y contrael personal humanitario. Se debe inculcar lo que el Secreta-rio General llama la “cultura de prevención”.

Por lo tanto, el Consejo de Seguridad en formacuidadosa y consecuente, debe considerar medidas talescomo el despliegue preventivo u otras formas de presenciade las Naciones Unidas sobre el terreno. Instamos alSecretario General a aprovechar plenamente el Artículo 99de la Carta, en virtud del cual puede señalar a la atencióndel Consejo todo asunto que a su juicio pueda ser unaamenaza para el mantenimiento de la paz y la seguridadinternacionales. Esto requiere el establecimiento de meca-nismos de alerta temprana a fin de que haya tiempo yposibilidades para una diplomacia preventiva efectiva y parauna mediación que impida un conflicto. La perspectivaregional debería formar parte integrante de este tipo deesfuerzos.

La guerra interna en general proviene de una brechacreciente en la participación política y en la distribución delos activos económicos. Por lo tanto, el establecimiento deuna gestión que promueva la tolerancia y que garantice lanegociación y la avenencia es la mejor manera de impediruna recurrencia de la violencia en sociedades frágiles queestán en transición de la lucha civil a la paz. Al satisfacerlas necesidades humanitarias también tenemos que tratar lascausas subyacentes de la pobreza y la desigualdad. Para ellodebemos considerar nuestra participación humanitaria enrelación con nuestros esfuerzos en favor de la paz, losderechos humanos, la democracia y el desarrollo. Estoimplica el fortalecimiento de sistemas de gestión que seantransparentes y en los que se rindan cuentas y se promuevala participación de una sociedad civil activa.

Las violaciones graves de los derechos humanos, lasviolaciones graves del derecho internacional humanitario,los crímenes de lesa humanidad y los actos de genocidiopueden ser una amenaza para la paz y la seguridad interna-

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cionales y requieren la atención y la acción del Consejo deSeguridad. Hay una sensibilización cada vez mayor de laopinión pública acerca de la relación vital que existe entrela protección de los derechos humanos a nivel internacionaly las medidas destinadas a mantener o restablecer la paz yla seguridad internacional. El Consejo debe estar preparadopara contribuir a poner fin a la violencia contra los civilesy contra el personal humanitario mediante una accióncoercitiva apropiada. Esto ya se ve en las respuestas delConsejo ante los conflictos de la ex Yugoslavia, Somalia,Rwanda y Timor Oriental, en donde el Consejo ha invocadoel Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas pararesponder a estas situaciones. La amenaza o el uso de lafuerza en las relaciones internacionales tiene que tener unabase jurídica en la Carta de las Naciones Unidas. Unasituación humanitaria difícil puede ser parte de la evalua-ción que efectúe el Consejo para establecer si una situacióndeterminada puede constituir una amenaza para la paz y laseguridad internacionales. Sin embargo, en sí, no es unabase jurídica suficiente para la amenaza o el uso de lafuerza.

Las Naciones Unidas deberían elaborar un enfoqueunificado ante las violaciones de los derechos humanos ylas crisis humanitarias. Esto les permitiría responder a laspreocupaciones humanas inmediatas, promover la credibili-dad general de la Organización y disuadir a los futurosposibles perpetradores de cometer acciones premeditadas ode actuar con indiferencia. Una comprensión o una normacomún de carácter internacional permitiría que las NacionesUnidas respondiesen a las violaciones de los derechoshumanos y a las crisis humanitarias de manera oportuna yapropiada.

Al responder con medidas adecuadas y garantizar elseguimiento judicial de los crímenes de lesa humanidad, delgenocidio y de las violaciones del derecho internacionalhumanitario, las Naciones Unidas pueden aportar unelemento de disuasión contra una acción díscola y aumentarla protección de los civiles, del personal de socorro y delpersonal militar. Debemos garantizar que los responsablesde crímenes de guerra y de lesa humanidad sean sometidosa la justicia. La aprobación del Estatuto del Tribunal PenalInternacional, que tuvo lugar en Roma en el verano de 1998fue un gran logro. Ahora hay que concentrarse en tratar delograr que ese documento entre en vigor y se apliquerápidamente. Noruega espera que esta nueva institución seaobjeto de la más amplia aceptación posible por parte de losEstados.

La protección de los civiles es una obligación nacional.Por lo tanto, los Estados tienen la responsabilidad común de

dar nueva vitalidad a un compromiso universal con losprincipios del derecho internacional humanitario. El Consejodebe tomar todas las medidas apropiadas para garantizar elacceso seguro y sin obstáculos a los necesitados y paraproteger a todo el personal que se ocupa de la asistenciahumanitaria. Las recomendaciones del Secretario Generalque figuran en el informe sobre la protección de los civilesen los conflictos armados (S/1999/957) deben ser examina-das en el Consejo de Seguridad lo antes posible.

Una diseminación ilícita y sin control de mortíferosinstrumentos de guerra tales como las armas pequeñas y lasminas antipersonal aumenta el horror de los conflictos. Elefecto parece ser que hay cada vez más violencia en lacomunidad en general. El Consejo debe buscar mediosadecuados para detener la diseminación ilícita de armaspequeñas. La cooperación internacional entre las diferentesorganizaciones internacionales, gubernamentales y nogubernamentales que se ocupan de la acción humanitaria esimportante, y puede mejorar mucho. Una organizaciónuniversal como las Naciones Unidas tiene una responsabili-dad especial al respecto. El mejoramiento de la cooperaciónes muy importante también para que haya una relaciónsistemática entre la acción humanitaria y la asistencia parael desarrollo a largo plazo y un proceso de consolidación dela paz efectivo y democrático. Se necesita coherencia en laacción humanitaria internacional y en los esfuerzos en prode la consolidación de la paz y del desarrollo a largo plazo.

Las sanciones internacionales son muy complejas yestán preñadas de dilemas. El Consejo debe seguir buscandosanciones más eficaces tratando de lograr mayor precisiónen cada caso y al mismo tiempo de reducir al mínimo elefecto humanitario de las sanciones. Las sanciones discrimi-nadas deben aplicarse también como elementos de unaestrategia general para resolver los conflictos.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco al repre-sentante de Noruega las amables palabras que me hadirigido a mí y a mi país.

El siguiente orador inscrito en mi lista es el represen-tante de Colombia, a quien invito a tomar asiento a la mesadel Consejo y a formular su declaración.

Sr. Valdivieso (Colombia): Quisiera darle las gracias,Sr. Ministro, por encontrarse con nosotros presidiendo eneste día la sesión del Consejo con motivo del debate abiertosobre los aspectos humanitarios vinculados a la labor delConsejo de Seguridad. Igualmente, quiero agradecer alSecretario General la presentación que nos hizo al inicio deesta sesión.

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La realización de debates abiertos con la participaciónde países no miembros del Consejo es algo que mi paísvalora, por cuanto permite al Consejo conocer la opinióndel mayor número de miembros de las Naciones Unidas. Elbeneficio de los debates es aún mayor si los temas que seanalizan guardan estrecha relación con las funciones propiasde este Consejo.

Reconocemos y compartimos la legítima preocupacióndel Consejo y de la comunidad internacional por la magni-tud y la frecuencia de las emergencias humanitarias recien-tes. Algunas emergencias han sido el resultado de profundosconflictos sociales y otras han sido el origen de conflictosque han ocupado la atención del Consejo en diversasoportunidades en su función de mantenimiento de la paz. Encualquiera de estas circunstancias, las emergencias humani-tarias representan un reto a la solidaridad humana y exigenrespuestas adecuadas.

Sin embargo, es nuestro convencimiento que elConsejo no podrá desempeñar con propiedad su función depreservar la paz y la seguridad internacionales si asume—al margen de la Carta— la función de orientar la respues-ta de todo el sistema de las Naciones Unidas frente a lasemergencias humanitarias. La atención de emergenciasvinculadas a cualquier conflicto debe ir más allá de lasoperaciones de mantenimiento de la paz que dispone elConsejo de Seguridad. Esa atención debe abarcar ademásacciones tendientes al desarrollo social y económico de lapoblación propias de otros órganos del sistema de lasNaciones Unidas, en particular la Asamblea General y elConsejo Económico y Social.

Todo acto humanitario es, en esencia, una respuestaindividual o colectiva ante el sufrimiento humano. Por ellomismo, existen diversas respuestas frente a las emergenciashumanitarias. Algunas provienen de los propios Estados,otras de las Naciones Unidas, de la Cruz Roja Internacionalo de diversas organizaciones de carácter humanitario. Encuanto a las Naciones Unidas, la resolución 46/182 de laAsamblea General refleja claramente el ideal de asistenciahumanitaria de la Organización, donde se enuncian loscriterios de humanidad, neutralidad e imparcialidad, asícomo el consentimiento previo de los Estados receptores deasistencia.

Es preciso insistir en que la atención de las emergen-cias humanitarias requiere tanto del consentimiento como dela cooperación del Estado afectado. Por tanto, la actuacióndel Consejo a través de las operaciones de mantenimientode la paz debería tomar en cuenta varios factores. Elprimero, examinar cada caso en forma separada. El segun-

do, comprobar si las circunstancias son atribuibles al Estadomismo o a actores no estatales. Y el tercero, hacer una claradistinción entre Estados que cooperan con la comunidadinternacional, siendo partes de la solución en la superaciónde la crisis humanitaria, y los que no lo hacen y son, portanto, parte del problema.

También debemos preguntamos si cabe una responsa-bilidad especial a la comunidad internacional cuando semuestra indiferente ante emergencias humanitarias claras,aun existiendo el consentimiento de un Estado para actuar.Algunas emergencias parecen captar mayor atención yrecursos que otras, no siempre en función de la magnitud dela situación humanitaria, sino quizá de la región o delcontinente donde ocurran o del despliegue que reciban enlos medios de comunicación.

Para fortalecer los mecanismos actuales de respuestaa las emergencias es preciso conducir el debate en unámbito en donde participen todos los Miembros de lasNaciones Unidas. De lo contrario las acciones del Consejopodrían generar confusión a los Estados Miembros y a otrosórganos del sistema e incluso avivar los conflictos existen-tes. Recordemos, por ejemplo, el debate que viene dándosesobre las consecuencias humanitarias de las sancionesimpuestas por este Consejo.

Para terminar, Sr. Presidente, permítame reiterar misagradecimientos por la oportunidad de participar en estedebate. Asimismo, quiero volver a expresar el deseo de midelegación de debatir el tema en el seno de la AsambleaGeneral, donde todos los países Miembros obrando enconjunto podemos dar a la acción humanitaria la direcciónjusta que requiere en la actualidad.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco al repre-sentante de Colombia las amables palabras que me hadirigido a mí y a mi país.

El siguiente orador inscrito en mi lista es el represen-tante del Pakistán, a quien invito a tomar asiento a la mesadel Consejo y a formular su declaración.

Sr. Ahmad (Pakistán) (habla en inglés): Sr. Presiden-te: Ante todo, quisiera expresarle nuestro agradecimientopor haber convocado este debate sobre los aspectoshumanitarios del papel del Consejo de Seguridad en elmantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Noscomplace en especial que, como Ministro de RelacionesExteriores de un país importante de nuestra región, ejerzala Presidencia de esta importante reunión sobre un tema de

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importancia mundial y que tiene pertinencia directa paranuestra región.

La violencia es una consecuencia desafortunada einaceptable de las guerras y los conflictos armados. En susinformes, el Secretario General ha señalado repetidamentea la atención de los Estados Miembros de las NacionesUnidas las consecuencias humanitarias de los conflictos quehan estallado en varias partes del mundo. Sus informes ylos numerosos debates en el Consejo de Seguridad sobre eltema han subrayado la magnitud del problema y la amenazaque plantea para la paz y la seguridad internacionales. Esnuestra responsabilidad colectiva garantizar el respeto delderecho internacional humanitario con miras a aliviar elsufrimiento de los pueblos en conflicto y fomentar unentorno mundial de paz y la seguridad.

Creemos que el método más prudente y experimentadopara resolver los conflictos es recurrir a la diplomaciapreventiva, como se detalla en el Capítulo VI de la Carta delas Naciones Unidas. El Pakistán cree que prevenir es mejorque curar. Esto lo describió acertadamente el SecretarioGeneral en la conferencia que pronunció en el BancoMundial en octubre pasado, cuando dijo que los costos dela prevención debían pagarse en el presente para cosecharbeneficios en el futuro evitando guerras y desastres.

A nuestro juicio, es imperativo que la comunidadinternacional, en especial el Consejo de Seguridad, abordelas causas fundamentales de los conflictos y de las contro-versias y no intente meramente tratar los síntomas. Sóloentonces podrá la acción preventiva dar los resultadosdeseados.

En la era posterior a la guerra fría, la naturaleza de losconflictos ha cambiado de manera importante, tanto enconflictos que tienen lugar dentro de los Estados como enconflictos entre Estados. Es una realidad dolorosa que todoslos años mueran más de 1 millón de personas en zonas deconflicto en todo el mundo. Durante el pasado decenio hanmuerto 2 millones de niños como resultado de conflictosarmados y 12 millones más han quedado sin hogar en 30situaciones de conflicto.

Otra consecuencia lamentable de los conflictos es queen el mundo hay más de 30 millones de refugiados. Elpropio Pakistán acogió a más de 4 millones de refugiadosafganos durante más de un decenio durante la guerra delAfganistán contra la ocupación extranjera. En la actualidadcontinuamos soportando la carga de 1,5 millones derefugiados afganos.

Cualquier estudio de las guerras y los conflictosmuestra claramente que la pobreza y el subdesarrollo hanacentuado los conflictos. Esto ha sido cierto en los conflic-tos de la era posterior a la guerra fría. Es una opinióngeneralizada que en los conflictos de hoy la mejor manerade promover la adhesión a los derechos humanos universal-mente acordados es mediante la aplicación del derecho aldesarrollo y mediante la erradicación de la pobreza. Tam-bién es necesario emprender estrategias a largo plazocreando un entorno económico internacional facilitador a finde lograr el objetivo de la erradicación de la pobreza.

El Secretario General ha abogado por una accióninternacional preventiva en todas las emergencias humanita-rias causadas por guerras y conflictos. Debemos ser clarosy estar seguros sobre los objetivos, el ámbito y la legitimi-dad de esa empresa. Las perspectivas de una acción preven-tiva se deben estudiar dentro de algunos parámetros funda-mentales.

Primero, deben respetarse los principios de la sobera-nía estatal, la no injerencia y la no intervención en losasuntos internos de los Estados. Sin embargo, este principiono puede aplicarse a situaciones en las que los pueblos bajogobierno colonial u ocupación o dominio extranjeros luchanpor su derecho inalienable a la libre determinación.

Segundo, a fin de que la acción humanitaria cuentecon una aceptación general, tiene que ser legítima en virtuddel derecho internacional. Esa acción debe cumplir plena-mente las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidasy realizarse sólo con la autorización explícita del Consejode Seguridad una vez se haya establecido que se ha produ-cido una ruptura clara de la paz y la seguridad internacio-nales o que existe una amenaza de que se produzca.

Tercero, es necesario mantener una distinción claraentre, por una parte, las crisis humanitarias como resultadode guerras, conflictos o controversias que por su propianaturaleza constituyan amenazas a la paz y la seguridadinternacionales y, por la otra, otras cuestiones relativas a losderechos humanos. Estas últimas caen dentro del ámbito decompetencias del sistema de derechos humanos de lasNaciones Unidas y no del Consejo de Seguridad.

Cuarto, se debe mantener y fortalecer el papel centralde la Asamblea General como único órgano con representa-ción universal en el sistema de las Naciones Unidas. ElConsejo de Seguridad tampoco debe menoscabar el papel deotros órganos de las Naciones Unidas. El Consejo deSeguridad debe actuar estrictamente dentro de su mandato.Los principios deben preceder a la conveniencia.

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Quinto, el Secretario General debe continuar desempe-ñando un papel activo de conformidad con las responsabili-dades que le confiere la Carta.

La acción humanitaria internacional como medida deprevención sólo será creíble si se aplica sin discriminaciónen todas las situaciones. Deben existir criterios uniformespara la intervención de las Naciones Unidas. Se deben basaren el principio de justicia igual para todos. La selectividaderosionará la confianza de la comunidad internacional en lasNaciones Unidas.

El Consejo de Seguridad, que tiene la responsabilidadprimordial del mantenimiento de la paz y la seguridadinternacionales, no siempre ha actuado sobre la base de losrequerimientos objetivos de una situación. Por ejemplo, noha abordado de manera oportuna y efectiva conflictos delarga data en los que se han producido masivos sufrimientoshumanos y violaciones sistemáticas del derecho internacio-nal humanitario.

Esto ha sido cierto en los conflictos en Bosnia yHerzegovina, Kosovo, Rwanda y Jammu y Cachemira, ytambién en otras partes. En el caso de Jammu y Cachemira,que no es una controversia sobre un territorio sino queconcierne al destino de 12 millones de personas, la Indiacontinúa utilizando una fuerza brutal para suprimir la luchaautóctona y legítima de los habitantes de Cachemira por suderecho a la libre determinación, que se les prometió en lasresoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad. Más de650.000 efectivos de la India mantienen a Cachemirasojuzgada. Según la Conferencia Hurriyet de todos lospartidos, representante único del pueblo de Cachemira,durante el último decenio más de 70.000 ciudadanos deCachemira han muerto, 15.000 mujeres y niñas han sidovioladas como estrategia de guerra, cientos de personas hansido torturadas y miles más languidecen en las cárceles. Lasmuertes en detención, las ejecuciones sumarias y lasdesapariciones son actos rutinarios. La represión india y elterrorismo patrocinado por el Estado contra hombres,mujeres y niños inocentes de Cachemira encuentran pocosparalelos en los anales de la historia reciente.

La selectividad en la aplicación de las resoluciones delConsejo de Seguridad también plantea graves interrogantessobre la credibilidad del Consejo. Todas las resoluciones delConsejo deben tener igual importancia y deben aplicarse sinninguna discriminación. Las resoluciones del Consejo sobreJammu y Cachemira siguen sin aplicarse desde hace más demedio siglo. El progreso logrado en Timor Oriental debeservir como modelo para resolver la controversia sobreJammu y Cachemira de conformidad con los deseos del

pueblo de Cachemira. No puede haber criterios distintospara la participación de las Naciones Unidas en situacionessimilares o idénticas.

Con frecuencia, las Naciones Unidas se han vistosometidas a fuertes críticas por no haber podido respondercon eficacia a situaciones de crisis. Esta falta de respuestase ha debido a diversas razones, entre ellas la falta dedeterminación de los miembros del Consejo de Seguridad,la ineficacia de los mecanismos de alerta temprana, laescasa fiabilidad de las fuentes de información, las condi-ciones restringidas para el acceso a las zonas de conflicto yel carácter inadecuado de los preparativos en cuanto adisponibilidad de recursos y personal. Por lo tanto, debemoselaborar una estrategia uniforme y fortalecer la capacidad delas Naciones Unidas no sólo para prevenir crisis y resolverconflictos sino también para dar una respuesta temprana yeficaz a situaciones de crisis, independientemente de suubicación geográfica, estrictamente de conformidad con laCarta.

En años recientes, el Consejo de Seguridad ha sidorelegado debido a que no ha cumplido con su responsabili-dad principal a raíz de las diferencias de criterio que existenentre sus miembros respecto del curso de acción apropiadoque se debe seguir en respuesta a quebrantamientos gravesde la paz y la seguridad internacionales o de situaciones queles pongan en peligro. El año pasado, la Organización delTratado del Atlántico del Norte (OTAN) se vio obligada atomar medidas unilaterales contra la República Federativade Yugoslavia con el fin de impedir violaciones masivas ysistemáticas de los derechos humanos en Kosovo. Esteacontecimiento también ha generado llamamientos en favorde una racionalización de las prácticas de trabajo delConsejo de Seguridad.

La credibilidad del Consejo de Seguridad se vesocavada cada vez que hace caso omiso de un conflicto ydeja que las partes lo resuelvan, o cuando se pide a organi-zaciones regionales que se desplieguen en lugar de lasNaciones Unidas. Si bien la cooperación entre las NacionesUnidas y las organizaciones regionales debe mejorar,estamos convencidos de que las organizaciones regionalespueden desempeñar un papel limitado en la prevención delos conflictos armados, de conformidad con el Capítulo VIIIde la Carta de las Naciones Unidas. A nuestro juicio, lasNaciones Unidas deben desempeñar un papel más activo enla solución pacífica de las controversias y de los conflictosque causan sufrimiento humanitario y destrucción masiva.

Deseo terminar expresando la esperanza de que eldebate de hoy contribuya a que el Consejo de Seguridad

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adopte enfoques eficaces en el cumplimiento de su respon-sabilidad primordial relativa a la paz y la seguridad interna-cionales, según se contempla en la Carta de las NacionesUnidas.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco al repre-sentante del Pakistán las amables palabras dirigidas a mipaís y a mi persona.

El siguiente orador es el representante de Austria. Loinvito a tomar asiento a la mesa del Consejo y a formularsu declaración.

Sr. Pfanzelter (Austria) (habla en inglés): Deseoexpresar el agradecimiento de mi delegación a Bangladeshpor esta iniciativa tan positiva de celebrar, durante el mesen que ejerce la Presidencia del Consejo de Seguridad, estedebate sobre los aspectos humanitarios de las cuestiones quetiene ante sí el Consejo. Como han señalado oradoresanteriores, huelga decir que es un privilegio muy especialpara un Representante Permanente en Nueva York hacer usode la palabra bajo la Presidencia del Ministro de RelacionesExteriores de Bangladesh.

En nombre de la delegación de Austria deseo manifes-tar que, naturalmente, estamos plenamente de acuerdo conla declaración formulada por la Presidencia de la UniónEuropea. No obstante, puesto que Austria es Presidente enejercicio de la Organización para la Seguridad y la Coope-ración en Europa (OSCE), quiero hacer algunas observacio-nes adicionales.

Existe un consenso en torno a esta mesa respecto a queuno de los retos más graves con que nos enfrentamos hoyes cómo actuar ante emergencias humanitarias. Existetambién una convergencia de opiniones en el sentido de quese necesita un enfoque amplio, que abarque todos losinstrumentos de política. Este enfoque debe incluir la alertatemprana, la diplomacia preventiva y los medios eficacespara abordar las causas fundamentales de los conflictos.Como ya se ha señalado, como resultado de todo ello elconcepto de paz y seguridad se ha centrado más en el serhumano. En consecuencia, el bienestar de las personas y delas comunidades debe estar en el centro de nuestras accio-nes.

Por consiguiente, la conducción eficaz de las activida-des humanitarias debe constituir una prioridad fundamentalpara los Estados Miembros. Las organizaciones internacio-nales deben estar en condiciones de salvar la distancia quesepara la alerta temprana de la acción temprana. La cumbreque la OSCE celebró el año pasado en Estambul se centró

en la necesidad de examinar los retos humanitarios rápiday eficazmente.

Como saben los miembros del Consejo, la OSCEdesempeña un papel importante en la alerta temprana, lagestión de las crisis y la rehabilitación posterior a losconflictos. Su estrategia global permite hacer frente a lascausas fundamentales de las crisis humanitarias con mirasa desarrollar soluciones creativas, orientadas al futuro.Austria, como Presidente en ejercicio de la OSCE, ha hechohincapié en temas clave tales como la proliferación dearmas pequeñas, las repercusiones de los conflictos armadosen los niños y los problemas de los desplazamientosinternos. La integración de los Principios Rectores de losDesplazamientos Internos en la labor de la OSCE constituyeuna de nuestras prioridades.

Una iniciativa muy importante para salvar la distanciaque separa la alerta temprana de la acción temprana es elprograma de los equipos rápidos de asistencia de expertosy cooperación (REACT), de la OSCE. REACT es unmecanismo para identificar, seleccionar y desplegar rápida-mente a expertos civiles con el fin de ayudar a los Estadosen la prevención de conflictos, la gestión de crisis y larehabilitación posterior a los conflictos. Se ha establecidoun grupo de tareas para que el programa pueda estar enfuncionamiento para finales de este año.

La OSCE está participando cada vez más en activida-des destinadas a permitir que las organizaciones internacio-nales y las organizaciones no gubernamentales puedansuministrar asistencia humanitaria a personas necesitadas deasistencia y protección y a proporcionar asistencia para elretorno de refugiados y personas desplazadas a sus hogares.Con el fin de mejorar la cooperación entre los organismoshumanitarios, la Presidenta en ejercicio de la OSCE sereunió recientemente con el Presidente del Comité Interna-cional de la Cruz Roja y con altos funcionarios de laOficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas paralos Refugiados (ACNUR) con el objetivo de mejorarla cooperación y la rápida adopción de medidas en casosde emergencia humanitaria en la región de la OSCE.El ACNUR participa en la labor del Consejo Permanente dela OSCE, en Viena.

La OSCE también acoge con beneplácito el importantepapel que desempeñan las organizaciones no gubernamenta-les como interlocutores esenciales de los gobiernos y de lacomunidad internacional en la esfera humanitaria. Para darun ejemplo, la OSCE acaba de abrir un centro de recursospara el desarrollo de organizaciones no gubernamentales enKosovo. Además, tenemos la intención de fortalecer y

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profundizar el diálogo con la sociedad civil con ocasión delas reuniones y seminarios de la OSCE que se celebraránpróximamente.

Permítaseme abordar otro aspecto: la cooperación entreorganizaciones internacionales en la esfera de las accioneshumanitarias. Ejemplos recientes han demostrado que unacooperación estrecha entre organizaciones internacionalespuede ser mutuamente beneficiosa y realzar los efectos quepuedan tener las iniciativas. La actual cooperación entre laOSCE y las Naciones Unidas en lugares como Kosovo,Tayikistán, Georgia y Bosnia son un buen ejemplo. Unasola organización no puede resolver por sí sola el elevadonúmero y la compleja índole de los problemas que enfrentala comunidad internacional en Kosovo.

La Presidenta en ejercicio de la OSCE, nuestraMinistra de Relaciones Exteriores, Sra. Benita Ferrero-Waldner, está realizando esfuerzos para fortalecer laestrecha relación existente entre la OSCE y las NacionesUnidas. Ha visitado recientemente Kosovo y pronto vendráa Nueva York para identificar nuevas posibilidades deampliar la cooperación entre ambas organizaciones, espe-cialmente en la esfera de las acciones y la asistenciahumanitarias.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco al repre-sentante de Austria las amables palabras que ha dirigido ami país y a mi persona.

El siguiente orador es el Sr. Jenö Staehelin, Observa-dor Permanente de Suiza ante las Naciones Unidas, a quienel Consejo ha cursado una invitación. Lo invito a tomarasiento a la mesa del Consejo y a formular su declaración.

Sr. Staehelin (Suiza) (habla en francés): Sr. Ministro:Ante todo, deseo darles las gracias a usted y a la delegaciónde Bangladesh por haber organizado este debate abiertosobre los aspectos humanitarios de las cuestiones que tieneante sí el Consejo de Seguridad en el contexto del manteni-miento de la paz y la seguridad. La cantidad de declaracio-nes formuladas hoy en este Salón, comenzando con la delSecretario General, subraya la vigencia y la pertinencia deeste tema.

Actualmente, una intervención armada de las NacionesUnidas es a veces la única solución posible para poner fina violaciones masivas, repetidas y deliberadas de losderechos humanos y del derecho internacional humanitario.Suiza considera que el Consejo de Seguridad debe ser capazde asumir plenamente las funciones y responsabilidades quese le asignan en la Carta de las Naciones Unidas. Si bien en

general se reconoce que este tipo de operación internacionaltiene un componente humanitario, ese componente no puedeni debe confundirse con los aspectos militares y políticos deun mandato.

La acción humanitaria no puede reemplazar la acciónpolítica. Además, sin una solución política como base paraun futuro estable y pacífico, se corre el riesgo de que laacción humanitaria sólo pueda proporcionar respuestasinmediatas y provisionales y no pueda lograr su plenopotencial estabilizador y de integración para reconstruir lassociedades afectadas por los conflictos. Por este motivo,también, todos los actores que están presentes durante unconflicto y después de que haya finalizado deben estardispuestos a hacerse cargo de la transición de una fase deemergencia al período de reconstrucción y rehabilitaciónque, como todos sabemos, siempre es delicado y frágil.

Mi delegación opina que para garantizar un enfoqueamplio que tome en consideración los diversos aspectos deuna crisis, la dimensión humanitaria debe integrarse desdeel comienzo mismo de la planificación y el montaje de unaoperación de mantenimiento de la paz. Suiza seguirá coninterés las discusiones sobre este tema.

Con relación a los actores humanitarios, se necesitauna mejor coordinación, pero la coordinación también esesencial entre los actores humanitarios y los actores políti-cos. La elaboración de marcos estratégicos tales como elque fue adoptado para el Afganistán responde a estanecesidad y nos parece un buen instrumento. Estos esfuer-zos deben continuar.

Además, la atención y los recursos de la comunidadinternacional deben movilizarse en términos comparables nosólo en situaciones de crisis, sino también durante elperíodo de transición hacia la reconstrucción sólida ysostenible de las sociedades afectadas por un conflicto. Elmecanismo de llamamientos unificados es un importanteinstrumento de planificación. Por su parte, Suiza hace todolo posible por garantizar una asignación equitativa de losrecursos y medios que aporta las distintas fases de unacrisis. Del mismo modo, Suiza trata de garantizar unadistribución regional equilibrada de estos recursos y medios.

La acción humanitaria es necesaria, ante todo debidoa las graves violaciones del derecho internacional humanita-rio de que somos frecuentes testigos a través de los mediosde información. Suiza, como depositaria de los Conveniosde Ginebra y de sus Protocolos Adicionales, concede unaespecial importancia al respeto de este derecho.

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Con una frecuencia cada vez mayor, las personasafectadas por los conflictos pertenecen a la población civil,especialmente mujeres y niños. La proporción de civilesentre los afectados aumenta constantemente, y en algunosconflictos recientes ha alcanzado cifras alarmantes de másdel 90%. Dado el gran número de conflictos no internacio-nales, Suiza quisiera recordar ahora que los Convenios deGinebra también contienen algunas disposiciones que seaplican a este tipo de conflicto.

Además, es indispensable buscar nuevos medios yarbitrios para ejercer una mayor presión sobre las partes enun conflicto para impedir que se produzcan violaciones delderecho humanitario y para combatir la impunidad de losperpetradores. En ese contexto, Suiza hace un llamamientoa los Estados partes en los Convenios de Ginebra y en susProtocolos Adicionales para que asuman plenamente susobligaciones respecto de la represión de dichos crímenesa nivel nacional. Los insta a cooperar plenamente con losTribunales Penales Internacionales para la ex Yugoslavia ypara Rwanda. Suiza espera que pronto entre en funciones laCorte Penal Internacional.

El respeto integral de los principios de humanidad,imparcialidad, neutralidad e independencia es una condiciónnecesaria para que la asistencia de emergencia llegue a laspersonas que la necesitan, ya se trate de heridos, de pobla-ciones civiles o de prisioneros. Es imperativo que todas laspartes en un conflicto, sea este de carácter interno ointernacional, autoricen un acceso sin obstáculos a lasvíctimas y garanticen la seguridad del personal de lasorganizaciones humanitarias. La negación del acceso a laayuda humanitaria en violación del derecho internacional esinadmisible. Sin un acceso seguro, inmediato y completo alas víctimas, la asistencia humanitaria corre el riesgo de sermanipulada o simplemente de no poder suministrarse.

Suiza está convencida de que una amplia difusión delderecho y de los principios humanitarios puede aportar unacontribución tangible y positiva a la promoción de unacultura de paz, de reconciliación y de comprensión entre laspersonas y entre los pueblos.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco al Obser-vador Permanente de Suiza las amables palabras que nos hadirigido a mí y a mi país.

El siguiente orador que figura en mi lista es el repre-sentante de la India, a quien invito a tomar asiento a lamesa del Consejo y a formular su declaración.

Sr. Pal (India) (habla en inglés): Sr. Presidente: Espara mí un gran placer verlo presidir el Consejo. Porsupuesto, es una pena que no pueda hablarle en la lenguamaterna que compartimos. Como esta es la primera vez quemi delegación hace uso de la palabra en el Consejo esteaño, permítame felicitar a su delegación, así como a lasdelegaciones de Jamaica, Malí, Túnez y Ucrania por habersido elegidos miembros del Consejo.

Hasta esta mañana, pensábamos que se nos habíainvitado a hablar sobre el “Mantenimiento de la paz y laseguridad: la acción humanitaria y el Consejo de Seguri-dad”. Esa era la tercera vez que se cambiaba el tema. Hoyvemos que ha habido un nuevo cambio, y que el Consejo enrealidad está examinando el “Mantenimiento de la paz y laseguridad: aspectos humanitarios de las cuestiones que tieneante sí el Consejo”. El hecho de que los 15 miembros delConsejo en forma tan evidente no hayan podido ponerse deacuerdo ni siquiera en el título del tema que se iba aexaminar demuestra cuán polémico es el concepto subya-cente. La acción humanitaria parece haberse convertido, enel Consejo, en un amor innombrable.

Aunque impreciso, el tema plantea no obstante unapregunta a la que no se ha respondido. En casi todos losasuntos relacionados con los seres humanos debe haber unaspecto humanitario, pero, ¿acaso eso permite que elConsejo emprenda una acción humanitaria? Nadie hadefinido lo que es la acción humanitaria, y el jurado no hadecidido si las acciones descritas por los actores comohumanitarias han sido útiles. Algunas acciones, motivadassólo por razones humanitarias, han tenido consecuenciasdesastrosas: el camino que lleva al infierno está lleno debuenas intenciones. Otras acciones, esencialmente egoístas,han producido algunos beneficios en la esfera humanitaria,por lo que se hicieron pasar como acciones humanitarias.De hecho, muchas de esas acciones podrían describirsecomo cuestiones que tienen aspectos humanitarios.

El Consejo de Seguridad es una creación de la Cartade las Naciones Unidas. La Carta, que en el Artículo 24confiere al Consejo de Seguridad la responsabilidad primor-dial respecto del mantenimiento de la paz y la seguridadinternacionales establece con cierto detalle en los CapítulosVI, VII, VIII y XII lo que el Consejo puede hacer paracumplir con su mandato. En ningún lugar habla de acciónhumanitaria ni de aspectos humanitarios. Por supuesto,puede argumentarse de inmediato que tampoco se mencionaen la Carta el mantenimiento de la paz, aunque eso constitu-ye ahora el multiforme pan de cada día de la labor delConsejo. La diferencia fundamental es la siguiente: en elArtículo 24 también se indica claramente que el Consejo de

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Seguridad actúa en nombre de todos los Miembros de lasNaciones Unidas, y estos Miembros convinieron en que seestableciera el mantenimiento de la paz como instrumentopráctico. Con respecto a lo que es la acción humanitaria ya la posibilidad de que el Consejo cumpla una función enella, no existe tal acuerdo; el debate que se llevó a cabo enla Asamblea General el año pasado lo puso de manifiestoclaramente.

También quedó claro por lo que se dijo en ese debate,y por lo que hemos oído hoy en el Consejo, que los quepromueven la acción humanitaria piensan que debe recurrir-se a ella en tres casos generales: para poner coto a lasviolaciones en masa del derecho internacional humanitario,para detener violaciones graves y generalizadas de losderechos humanos, y para proporcionar alivio a sufrimientoshumanos agudos. ¿Es que el Consejo tiene en eso un papelque desempeñar?

Las leyes humanitarias están codificadas en losConvenios de Ginebra de 1949. Si bien se aprobaron pocodespués de que se crearan las Naciones Unidas, no semenciona en ellos a las Naciones Unidas ni se habla de quehaya ningún papel para ninguno de sus órganos. Eso no fueasí por casualidad. Somos signatarios de los Convenios, losacatamos, y creemos que deben respetarse universalmente.Es cierto que se han cometido terribles violaciones, entreellas en 1971, Sr. Presidente, en el territorio de su país,Bangladesh. Por lo tanto, usted debe de haber escuchadocon asombro las jactanciosas palabras del RepresentantePermanente del Pakistán sobre las violaciones de losderechos humanos. Pero los Convenios tienen disposicionesincorporadas para tratar las contravenciones y las violacio-nes. En ninguna de esas disposiciones se establece que debaactuar el Consejo de Seguridad

Además, los derechos humanos están cada vez máscodificados. Empezando por la Declaración Universalde derechos Humanos, pasamos a los dos Pactos Internacio-nales y a las numerosas convenciones y protocolos queahora protegen los derechos humanos y establecen losprocesos que deben seguirse para enfrentar las violaciones.En ninguno de esos instrumentos, que son jurídicamenteobligatorios para los Estados partes —que son la mayoría—,se pide que actúe el Consejo de Seguridad, ni siquiera enlos casos de violaciones graves de sus disposiciones. Losderechos humanos siguen evolucionando, pero la declara-ción más autorizada, reciente y completa sobre la posicióncolectiva de la comunidad internacional es la Declaración yel Programa de Acción de Viena, que se aprobó en laConferencia Mundial de Derechos Humanos, celebrada enViena en 1993. En el proceso preparatorio de la Conferen-

cia se debatió específicamente la existencia de un posiblevínculo entre los derechos humanos y el mantenimiento dela paz, y el resultado fue negativo.

Debido a que no hay un marco jurídico comparablepara el socorro humanitario, podría parecer que es una zonamás gris, pero es el derecho soberano de un Estado determi-nar si necesita o no la asistencia humanitaria. Si decide queno, difícilmente pueda el Consejo o cualquier otro órganoforzarlo a que la pida o a que la acepte. La coerción o eluso de la fuerza contravendría el derecho y sería unaviolación del párrafo 7 del Artículo 2 de la Carta. Elderecho internacional, tal como es ahora, es claro. No hayen él ninguna disposición sobre la intervención humanitaria,que es la forma abreviada de decir el derecho a emprenderuna acción humanitaria. Como ejemplos, ofrezco lossiguientes.

En la Declaración de 1970 relativa a las RelacionesAmistosas se prohíbe todo uso de la fuerza entre losEstados no permitida explícitamente en la Carta de lasNaciones Unidas, así como la intervención en la jurisdiccióninterna de un Estado, independientemente del motivo.

En el caso de 1986 relativo a Nicaragua, la CorteInternacional de Justicia determinó que la Declaraciónrefleja la prohibición del uso de la fuerza en virtud delderecho internacional consuetudinario y rechazó lo que enefecto se reclamó como el derecho a la intervenciónhumanitaria.

En el Acta Final de Helsinki de la Conferencia sobrela Seguridad y la Cooperación en Europa, de 1975, losEstados participantes aprobaron una Declaración de Princi-pios, en la que resolvieron abstenerse, en sus relacionesbilaterales e internacionales, de la amenaza o el uso de lafuerza, recalcando que

“no puede invocarse ninguna consideración parajustificar la amenaza o el uso de la fuerza en contra-vención de este principio.”

El derecho internacional, como cualquier otro derecho,cambia y evoluciona. En su estado actual, sin embargo, siel Consejo de Seguridad emprendiera una acción humanita-ria, estaría violando —no ampliando— el derecho interna-cional, Además, hay dos razones importantes por las cualesdebe desalentarse al Consejo de que siga este camino.

Primero, cuando el Consejo actúa en virtud delCapítulo VII, todos los Estados Miembros tienen querespetar sus decisiones. Incluso una acción ilegal según el

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derecho internacional quedaría legitimada si el Consejo laautorizara. Los Miembros de las Naciones Unidas, en cuyonombre actúa, podrían no estar de acuerdo, pero no podríanhacer nada para remediar el daño infligido al derecho. ElConsejo, por lo tanto, no debe actuar en una forma quepueda cambiar, socavar o buscar ampliar el derecho interna-cional; esa no es su función, y la Carta no le ha dado esepoder.

Segundo, si decide autorizar o emprender una acciónhumanitaria, el Consejo diría que actúa en nombre de lacomunidad internacional. Sin embargo, los miembros delConsejo no son representativos, y en sus métodos de trabajono acogen con beneplácito ni aceptan las opiniones de losMiembros de la Organización en general. Estos son proble-mas que se están debatiendo en otros foros. Habría temoresbien fundados de que el Consejo estaría actuando no porrazones humanitarias, sino por razones menos nobles.

Se nos dice que estaba muy bien que aquí, en lacomodidad de Nueva York, deliberemos sobre los aspectosmás minuciosos del derecho, pero que cuando existe unsufrimiento humano intolerable la comunidad internacionalno puede quedarse de brazos cruzados; tiene el derecho deemprender una acción humanitaria para salvar vidas yaliviar el dolor. Como todas las sociedades están de acuerdoen que los derechos y los deberes van de la mano, entoncesdebe existir el deber de tomar medidas humanitarias, y nosolamente en el Consejo.

Simplemente como ejemplos: el objetivo de dedicar el0,7% del producto interno bruto a la asistencia oficial parael desarrollo fue aceptado por los países desarrolladosporque convinieron en que era esencial para ayudar a aliviarlos terribles sufrimientos humanos que traen aparejados elsubdesarrollo y la pobreza. ¿Acaso el Consejo exigirá, envirtud del Capítulo VII, que los Estados que aceptaron esecompromiso lo cumplan?

Un Estado cuyas cosechas se perdieron y que encarala hambruna debería poder atacar a un vecino y robarsus graneros, argumentando que tenía el deber de tomar me-didas humanitarias para proteger la vida de sus habitantes.

El Consejo cree que el SIDA es una amenaza parala seguridad. Treinta y cinco millones de personas estáninfectadas, y decenas de miles mueren todos los días.Las empresas farmacéuticas que tienen el monopolio deltratamiento mantienen los precios inalcanzablementeelevados, escudándose en el Acuerdo sobre los Aspectos delos Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados conel Comercio para proteger sus ganancias. ¿Acaso un Estado

asolado por el SIDA tiene el derecho de tomar esos medica-mentos por la fuerza, si puede, diciendo que tiene el deberhumanitario de proteger a sus ciudadanos? ¿Acaso decidiráel Consejo de Seguridad, en virtud del Capítulo VII, que eseAcuerdo no se aplica a los medicamentos para el tratamien-to contra el SIDA?

No es necesario que siga explayándome sobre estacuestión. Esta es una receta para el caos y la ilegalidad enlas relaciones entre los Estados. Podría destruir el edificiode las relaciones internacionales, que se construyó sobre elcimiento del respeto de la soberanía de los Estados y de lano injerencia en los asuntos internos de los Estados. Dehecho, nos haría volver a la práctica de la libertad desaqueo, que con la creación de las Naciones Unidas debíaterminar. Y, en las relaciones internacionales, al igual quedentro de los Estados, cuando se fuerza al derecho, los másperjudicados son los más débiles.

Entonces, ¿qué ha sucedido con las acciones que ya hatomado o autorizado el Consejo de Seguridad, y a las quese ha calificado de humanitarias? Se cita a Kosovo como unejemplo, pero el año pasado los bombardeos a Kosovofueron calificados de acción humanitaria. El Consejoempezó a actuar después de que terminaran los bombardeosy estableció la Misión de Administración Provisional de lasNaciones Unidas en Kosovo (UNMIK). Seis meses después,el Relator Especial sobre derechos humanos en la RepúblicaFederativa de Yugoslavia informó de que el único cambiohabía sido que ahora se violaban en masa los derechoshumanos de una serie diferente de minorías.

De hecho, existe un patrón muy preocupante quegeneralmente no se tiene en cuenta o no se reconoce. Envarios países, debido a la sospecha que existe ahora de quela asistencia humanitaria se basa en motivos políticos y deque los que emprenden acciones humanitarias también sonparciales, las partes en un conflicto toman como blanco alos trabajadores humanitarios o a aquellos para quienestrabajan, o le niegan el acceso. Estos temores sólo puedeneliminarse si la asistencia humanitaria vuelve a sus raíces ysi se considera que la acción humanitaria es apolítica yneutral y que se ofrece a pedido, de conformidad con losprincipios rectores que se enuncian tan claramente en laresolución 46/182 de la Asamblea General. Cuanto mástrata el Consejo de Seguridad, quizás con las mejoresintenciones, de arrogarse el papel de proteger y promoverla acción humanitaria, tanto más probable es que perjudiquelos mejores intereses de las poblaciones civiles que están enpeligro. La primera de esas acciones humanitarias posterio-res a la finalización de la guerra fría, en Somalia, terminó

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desastrosamente, con repercusiones que no necesito recordaral Consejo.

El Secretario General ha dicho con frecuencia que lacomunidad internacional no responde en forma coherente alas emergencias humanitarias. En 1998 las catástrofeshumanitarias causaron pérdidas que se calculan en más de90.000 millones de dólares; enfermedades que se puedenprevenir y curar mataron a millones más que la violencia.Y, sin embargo, los medios de difusión insisten en lomacabro, a menudo arbitrariamente, a veces con motivospolíticos, impulsando decisiones en torno a los desastres alos que el mundo y este Consejo deben prestar atención yal momento en que deben hacerlo. Los medios de difusiónno son objetivos; arman los acontecimientos, escogen quéaspectos van a resaltar y relegan otras cuestiones a lassombras. Seleccionan y crean “hechos” y descartan otros.Hacen aparecer realidades políticamente convenientes.Hemos visto esto en sucesivos teatros de conflictos: losmedios de difusión independientes son esclavos del poder.

El informe que el Secretario General presentó a laAsamblea General en su quincuagésimo cuarto período desesiones el año pasado inició un vivo debate sobre laintervención humanitaria. Los Ministros de RelacionesExteriores del Movimiento No Alineado fueron categóricosen el comunicado que publicaron después de su reunión de23 de septiembre de 1999: dijeron que no existía el derechoa la intervención humanitaria. Esta fue la opinión colectivade los países que representan a dos tercios de los Miembrosde las Naciones Unidas. El Consejo de Seguridad, cuyomandato es actuar en nombre de la totalidad de los Miem-bros, haría bien en escuchar su voz.

Pero, ¿acaso podemos dejar que la gente se muera—preguntan los que propugnan la intervención humanita-ria— sólo porque el derecho internacional no nos permiteintervenir? Dicho de esta forma, nos crea un agudo dilemamoral. Pero esa no es la pregunta adecuada. Al encarar lascrisis humanitarias, la comunidad internacional naturalmentese concentra en el problema inmediato, no en las conse-cuencias a más largo plazo. El mayor poderío en materia dearmas, autorizado por el Consejo, podría detener lasmigraciones forzosas, desbloquear la ayuda alimentaria oponer fin al genocidio provocado por camarillas paramilita-res, pero, a menos que se estipulen condiciones para quepueda haber una cierta medida de estabilidad y prosperidad,esos males tienden a volver a aparecer. Esta consecuenciaa más largo plazo de las acciones humanitarias emprendidaspor el Consejo de Seguridad implicaría que las NacionesUnidas deben esperar hasta que una sociedad dividida secure a sí misma. Pero, como sucedió con el mantenimiento

de la paz a principios del decenio de 1990, el número, ladimensión, la complejidad y la duración de una acciónhumanitaria sostenida pronto agotaría las arcas de lasNaciones Unidas, forzándolas a una retirada súbita. Esoempeoraría las cosas, tanto para las poblaciones afectadascomo para las Naciones Unidas.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco al repre-sentante de la India las amables palabras que nos dirigió ami país y a mí.

El siguiente orador es el representante de Bulgaria, aquien invito a tomar asiento a la mesa del Consejo y aformular su declaración.

Sr. Dimitrov (Bulgaria) (habla en inglés): Le expresomi más profundo agradecimiento, Excelentísimo Sr. AbdusSamad Azad, Ministro de Relaciones Exteriores de Bangla-desh, por dirigir esta reunión del Consejo de Seguridad demanera tan eficiente. Expreso también mi reconocimiento alEmbajador Anwarul Chowdhury y a sus colaboradores porsu importante papel en la iniciación de este debate públicosobre los aspectos humanitarios de las cuestiones que tieneante sí el Consejo de Seguridad.

También agradezco al Secretario General sus lúcidasobservaciones iniciales y sus esfuerzos constantes porfortalecer la respuesta a las crisis humanitarias como unelemento esencial de la labor de las Naciones Unidas. Aeste respecto, Bulgaria encomia su oportuna iniciativa deemprender un examen de gran alcance de las operaciones depaz de las Naciones Unidas que, a nuestro juicio, cubriráalgunos aspectos importantes de la asistencia humanitaria.

Bulgaria se ha sumado a la declaración que formuló elEmbajador de Portugal en nombre de la Unión Europea. Porello, mi declaración se limitará a algunas observaciones queson de especial importancia para mi delegación.

La cuestión de la cooperación internacional en lasolución de los problemas de carácter humanitario no esnueva para las Naciones Unidas. Desde la entrada en vigorde la Carta de las Naciones Unidas y las primeras medidasprácticas que adoptó la Organización, las actividadeshumanitarias han sido uno de sus principales propósitos yresponsabilidades. Una serie de disposiciones de la Carta,comenzando por el Preámbulo y el Artículo 1, subrayan lavoluntad de las Naciones Unidas de adoptar medidascolectivas eficaces para enfrentar los problemas de carácterhumanitario.

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Por lo tanto, desde el punto de vista jurídico, lasactividades de asistencia humanitaria, de ser necesarias,representan una de las principales razones de ser de lasNaciones Unidas. Sin embargo, considerados desde laperspectiva histórica de los 50 últimos años, los progresosrealizados hasta la fecha en el desarrollo del derechointernacional humanitario, del refugiado y de derechoshumanos, así como en la evolución de la base normativapara la protección del personal de asistencia humanitaria yel personal asociado, parecen ser insuficientes para enfrentarlos diversos desafíos que plantean el número y la compleji-dad cada vez mayores de las situaciones de crisis humanita-ria. Estamos convencidos de que la Asamblea General y elConsejo Económico y Social, así como el proceso deadopción de instrumentos jurídicos adicionales, contribuiránde manera significativa a corregir las deficiencias existentes.

Como el órgano principal de las Naciones Unidas alque incumbe la responsabilidad primordial del manteni-miento de la paz y la seguridad internacionales, el Consejode Seguridad debe evaluar las dimensiones humanitarias delas crisis y las consecuencias conexas para la estabilidadregional al debatir y contemplar la respuesta eficaz a losconflictos. Además, no debemos subestimar el importantepapel de prevención y, de algún modo, de disuasión quedesempeña la asistencia humanitaria cuando se presta atiempo. En estos casos, la asistencia humanitaria debe serparte integral de los acuerdos de paz y considerarse no sóloun medio de reducir o aliviar el sufrimiento humano, sino,en un sentido más amplio, un requisito previo para larehabilitación, la reconstrucción y el desarrollo. De locontrario, la exacerbación de la situación humanitaria en unpaís o una región determinados podría tener consecuenciasimpredecibles, incluido el deterioro de la situación políticay la reanudación del conflicto.

Un ejemplo son los recientes acontecimientos acaeci-dos en Kosovo, que demostraron la necesidad de que lacomunidad internacional se dedique en forma plena,persistente y adecuada a fortalecer la transición de unasituación humanitaria urgente a un proceso estable derehabilitación y reconstrucción. El Consejo debe enviar elfirme mensaje político a las partes en el conflicto de querespeten los derechos de todas las personas, con especialatención a la protección de las minorías y otros gruposvulnerables.

En los decenios pasados se han puesto de manifiesto,entre otras cosas, los problemas de la coordinación ineficaz,la selectividad de las respuestas, la precaución excesiva, lafatiga de los donantes y el fenómeno de las situaciones deemergencia olvidadas. Habida cuenta de esto, así como de

la complejidad de la asistencia humanitaria, estamosfirmemente convencidos de que son indispensables lacooperación estrecha y la coordinación fortalecida entre elConsejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, losorganismos y órganos especializados de las NacionesUnidas, las organizaciones regionales y las organizacionesno gubernamentales nacionales e internacionales. A esterespecto, tienen una importancia especial los principiosrectores de las Naciones Unidas para la coordinación de laasistencia humanitaria de emergencia, aprobados en 1991,así como las conclusiones convenidas del Consejo Económi-co y Social del año pasado.

Para concluir, deseo exhortar al Consejo de Seguridady a sus miembros a que continúen forjando vínculosoficiales y oficiosos más estrechos con el Consejo Econó-mico y Social. Al tiempo que se revalúan y examinan losmétodos de trabajo del Consejo de Seguridad, mi país opinaque la aplicación del Artículo 65 de la Carta de las Nacio-nes Unidas puede proporcionar formas concretas de coope-ración entre el Consejo de Seguridad y el Consejo Económi-co y Social. La mayor interacción entre estos dos órganosprincipales de las Naciones Unidas también puede incluir lapresentación de información y las reuniones de informaciónperiódicas.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco al repre-sentante de Bulgaria sus amables palabras dirigidas a mí ya mi país.

El siguiente orador es el representante del Brasil, aquien invito a tomar asiento a la mesa del Consejo y aformular su declaración.

Sr. Fonseca (Brasil) (habla en inglés): Sr. Presidente:Su presencia entre nosotros es una clara señal de laimportancia que su Gobierno otorga al alivio de la difícilsituación de quienes se encuentran en medio de crisishumanitarias. Estamos agradecidos y es para nosotros unhonor verlo presidir hoy el Consejo de Seguridad.

Es una trágica verdad el hecho de que las crisishumanitarias se repiten con demasiada frecuencia en estosdías. Frecuentemente derivan de opciones humanas irracio-nales y resumen el predominio de la violencia en lugar deldiálogo, el triunfo de los conflictos en lugar de las negocia-ciones. La historia de las crisis en lugares tales comoSomalia, Sierra Leona y la República Democrática delCongo es bien conocida.

La sombría situación en la que se hace caso omiso delos derechos básicos y la negligencia absoluta que caracteri-

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za tantos casos de emergencia humanitaria podrían suscitarmucho pesimismo en aquellos a quienes les preocupan talestragedias. Aunque muchas situaciones son realmentedesalentadoras, por no decir algo peor, hay un generosomovimiento de organizaciones no gubernamentales y otrasorganizaciones que no ha perdido su impulso.

Las características complejas de la prestación deasistencia a las personas que se encuentran en situaciones deconflicto son tan desalentadoras que es preciso ir más alláde la labor espontánea y —recalco— encomiable de lasorganizaciones no gubernamentales. Las Naciones Unidasdeben desempeñar el papel de un catalizador de la solidari-dad internacional, a fin de traducir la espontaneidad en unesfuerzo amplio y coordinado para aliviar el sufrimiento delos afligidos y desesperados.

Debemos plantearnos dos interrogantes. Primero,¿cómo pueden las Naciones Unidas en su conjunto aumentarla eficacia de la asistencia humanitaria? Segundo, ¿cuál esel papel del Consejo de Seguridad en este contexto, y cuálesson los límites y las restricciones del Consejo al actuar enesta esfera?

A fin de responder al primer interrogante, debemosreconocer que toda emergencia compleja es un fenómenopolifacético. En una especie de círculo vicioso, las crisishumanitarias no sólo son consecuencia de los conflictosarmados, sino que también contribuyen a aumentar latensión que es terreno propicio para más violencia. Lascorrientes de refugiados y personas internamente desplaza-das son, en gran medida, consecuencia de una combinaciónde factores interrelacionados: el desacato del derechohumanitario y de derechos humanos, la pobreza extrema, eldeterioro de la trama social y la falta de instituciones delEstado y de servicios públicos básicos. Esta lista demuestrael motivo por el cual tales situaciones se denominanemergencias complejas. La superposición de una ampliagama de problemas exige la coordinación de los esfuerzosque emprenden las Naciones Unidas.

Los esfuerzos en pro de la solución de conflictosdeben ir acompañados de la asistencia de socorro a cortoplazo, la rehabilitación y los programas de desarrollo alargo plazo. Los requisitos previos para la cooperación entretodos los órganos y organismos de asistencia humanitariason la existencia de objetivos claros y la coordinacióneficaz. De igual manera, la interrelación entre los asuntoshumanitarios y las cuestiones de seguridad no debe entrañarla participación automática del Consejo de Seguridad.

Por consiguiente, la respuesta a mi primera preguntapodría resumirse en una palabra: coordinación. La segundapregunta requiere una respuesta más cautelosa, que seríadifícil resumir en una palabra.

La base de la acción del Consejo de Seguridad es,sobre todo, el reconocimiento de que las violacionesflagrantes, graves y sistemáticas de normas universalmenteaceptadas del derecho internacional humanitario y delderecho de los derechos humanos pueden plantear unaverdadera amenaza a la paz y la seguridad internacionales.Las operaciones establecidas por mandato del Consejo deSeguridad pueden contribuir a mejorar la seguridad delpersonal humanitario, pero el personal de mantenimiento dela paz y la policía civil no pueden sustituir a los organismosde asistencia humanitaria.

Cada vez que se invoca la palabra “humanitario” nodebemos olvidar los principios de humanidad, neutralidad eimparcialidad, que son los pilares de la asistencia humani-taria. El Consejo tiene la responsabilidad de abordar elaspecto político de los conflictos y, al hacerlo, debe te-ner presentes los aspectos humanitarios relativos a losconflictos.

Una posible respuesta a mi segunda pregunta deberíatener en cuenta algunas cuestiones. En primer lugar, elpapel del Consejo de Seguridad es sumarse a la labor de laAsamblea General, el Consejo Económico y Social, laOficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, elPrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo, laOficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas paralos Refugiados, el Programa Mundial de Alimentos y otrosorganismos y órganos, sin tratar de reemplazarlos.

En segundo lugar, la convocación de debates abiertoscomo el de hoy es útil y puede constituir una oportunidadde movilizar la opinión pública en los países donantes ycrear una sinergia entre los organismos de asistenciahumanitaria. A este respecto, esperamos que la atencióninternacional sea un medio de obtener más fondos para elsocorro, la reconstrucción y el desarrollo de los países quesufren a raíz de las crisis humanitarias.

En tercer lugar, el Consejo debe tomar medidas sóloen casos extremos que planteen amenazas reales para la pazy la seguridad internacionales, algo que, lamentablemente,es bastante frecuente. Es claro que sólo el Consejo deSeguridad puede permitir el uso de la fuerza, de conformi-dad con la Carta de las Naciones Unidas.

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En cuarto lugar, las decisiones del Consejo puedencontribuir a mejorar el clima para la asistencia humanitaria,pero la Asamblea General y el Consejo Económico y Socialsiguen teniendo la responsabilidad primordial de brindarorientación en materia de políticas para los esfuerzos quedespliegue el sistema.

En quinto lugar, para que el Consejo mantenga lacredibilidad al abordar las cuestiones humanitarias, espreciso que evite la selectividad. No es el grado en que losmedios de comunicación difundan una cuestión, sino laverdadera situación humanitaria y de seguridad imperantesobre el terreno, lo que debe determinar en qué debe centrarel Consejo sus decisiones.

Finalmente, las decisiones del Consejo de Seguridaddeben tener en cuenta la necesidad de preservar la neutrali-dad y la imparcialidad de la asistencia humanitaria. Hapreocupado a muchas organizaciones la posibilidad de queel uso de las fuerzas armadas para las actividades deasistencia humanitaria, en especial en el contexto de lasoperaciones del Capítulo VII, afecte su capacidad de prestarasistencia a las víctimas de todas las partes en el conflicto.

Dicho esto, permítaseme subrayar algunas manerasconcretas en que el Consejo contribuye a resolver losproblemas humanitarios acuciantes.

Mediante la diplomacia, el Consejo puede convencera las partes beligerantes de que acepten en la práctica elprincipio del acceso sin trabas y en condiciones de seguri-dad a todos los necesitados. Cuando la diplomacia y lasnegociaciones no son eficaces, el Consejo tiene a sudisposición las medidas de disuasión, como la de indicar laposibilidad de enjuiciar a los responsables de transgresiones.Los Tribunales para Rwanda y para la ex Yugoslavia sonejemplos pertinentes. El establecimiento de la Corte PenalInternacional será un avance en la lucha contra la impuni-dad de quienes cometan delitos como los que se encuentranen el centro de las crisis humanitarias actuales.

Como último recurso, el Consejo puede adoptarmedidas coercitivas, como los embargos de armas. Esesencial que el Consejo establezca mecanismos dignos decrédito con miras a vigilar la corriente de armas a lasregiones asoladas por conflictos armados. El desarrollo delas sanciones “discriminatorias” es también una importantealternativa que no debe descartarse. Por definición, dichassanciones van dirigidas a los individuos directamenteresponsables de delitos.

Podría continuar y hacer referencia a otras esferas,como el uso de las fuerzas armadas o de la policía militarpara evitar que la asistencia se desvíe para utilizarse confines políticos o militares, pero no es necesario que mideclaración sea exhaustiva. Lo importante es considerar losfundamentos lógicos de esos ejemplos. Las medidas delConsejo pueden contribuir a crear un clima de cumplimientode las obligaciones humanitarias internacionales y de lasobligaciones relativas a los derechos humanos, lo quetendría una obvia repercusión positiva en la situaciónhumanitaria.

El principal desafío para el Consejo de Seguridad esadoptar medidas, dentro del alcance de su mandato, paraque la terrible realidad de los conflictos modernos seacerque más a los elevados ideales consagrados en elderecho internacional humanitario y en el derecho de losderechos humanos.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco al repre-sentante del Brasil las amables palabras que ha dirigido ami país y a mí en forma personal.

El siguiente orador es el representante de la RepúblicaIslámica del Irán, a quien invito a tomar asiento a la mesadel Consejo y a formular su declaración.

Sr. Nejad Hosseinian (República Islámica del Irán)(habla en inglés): Sr. Presidente: Me complace verlopresidir nuestro debate como Ministro de RelacionesExteriores de un país que es amigo de la República Islámicadel Irán. Permítame también expresar mi reconocimiento ydar las gracias al Sr. Chowdhury y a sus colegas por haberorganizado este debate abierto sobre el tema tan importanterelativo a los aspectos humanitarios de las cuestiones quetiene ante sí el Consejo de Seguridad.

En 1999, varias crisis humanitarias, en especial la deKosovo y la de Timor Oriental, contribuyeron a intensificarel debate sobre el modo en que la comunidad internacionaldebería abordar las catástrofes humanitarias. Ante muchasde tales crisis, existe un consenso acerca de la necesidad deque se tomen medidas de inmediato para poner fin a losdelitos graves, como la “depuración étnica”. Tambiénconsideramos que la comunidad internacional no puedemantenerse inactiva y dejar que miles de personas sufrandebido a violaciones graves y sistemáticas de sus derechosfundamentales.

Después de habernos pronunciado a favor de lasmedidas resueltas contra quienes cometen delitos durante lascrisis humanitarias, consideramos que las medidas interna-

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cionales, en especial el uso de la fuerza, deben proceder delConsejo de Seguridad como el órgano al que incumbe laresponsabilidad primordial respecto del mantenimiento de lapaz y la seguridad internacionales, siempre y cuando actúeen estricta conformidad con la letra y el espíritu de la Cartade las Naciones Unidas.

Sin duda, la comunidad internacional no tiene otra basejurídica universalmente aceptada que no sean las NacionesUnidas para responder a los injustificables actos de violen-cia que plantean una amenaza para la paz y la seguridad. Enesta Organización debemos superar las limitaciones políticaspara poder adoptar medidas dentro del marco de la Carta.Un factor clave a este respecto son las medidas de preven-ción rápidas y tempranas para garantizar que la mayoría delas crisis reales o posibles se encaren por medios pacíficos.Las Naciones Unidas deben optar por resolver los conflictosantes de que surja la necesidad de recurrir a las medidas defuerza.

Es evidente que sólo puede ponerse fin a las violacio-nes del derecho internacional humanitario mediante laadopción de medidas que estén de acuerdo con la Carta. Lailegalidad sólo puede eliminarse utilizando métodos legales.Si aceptamos las intervenciones fuera del marco de lasNaciones Unidas podemos estar abriendo una caja dePandora, ya que siempre habrá algunas tendencias a ocultarlos designios siniestros de expansión mediante el uso de lafuerza bajo el pretexto del humanitarismo y de la protecciónde las minorías y de los grupos étnicos.

Aquí, desearía recalcar que no deberíamos dejarnosllevar a destruir la base jurídica de lo que conocemos comoel estado en el proceso de promoción de las causas humani-tarias. Por consiguiente, debemos seguir vigilantes ante unatendencia creciente a socavar el principio de la soberaníanacional, uno de los principios sobre el que se fundaron laspropias Naciones Unidas.

En la Carta de las Naciones Unidas se proporcionanlos criterios y mecanismos básicos para responder a lasamenazas a la paz y a la seguridad internacionales. Comoúltimo recurso, la comunidad internacional puede aplicarmedidas coercitivas, incluido el uso de la fuerza militar,pero sólo pueden aplicarse en virtud de la Carta y deconformidad con una decisión del Consejo de Seguridad.Consideramos que las acciones coercitivas que carecen dela autorización del Consejo de Seguridad y que hacen casoomiso de la Carta tienden a socavar el actual sistema deseguridad internacional. La experiencia de Kosovo —en laque el Consejo no llegó a un acuerdo sobre las medidasnecesarias y fue sólo un espectador de la acción no aproba-

da de una organización regional— socavó los principiosbásicos de las relaciones internacionales, y la comunidadinternacional debería esforzarse por impedir que se repita.

Sobre la base de esta perspectiva, tomamos nota deque el Consejo está dispuesto a examinar, dentro de losparámetros de la Carta y en el marco de sus propiasobligaciones, las situaciones en las cuales se toman a civilescomo blanco o en las que se obstaculiza en forma delibera-da el acceso a la asistencia humanitaria. Sin embargo,debemos tener presente que el Consejo tiene que desempe-ñar sus funciones dentro del marco de las obligaciones quele incumben en virtud de la Carta; es decir, debe interveniren los casos que representan una amenaza para la paz y laseguridad internacionales.

En este sentido, desearía reafirmar la necesidad quetenemos de librarnos de la dualidad de criterios al defenderel derecho humanitario internacional. La comunidadinternacional debe prestar igual atención a todas las situa-ciones de conflicto que conduzcan a la pérdida de vidas oa catástrofes humanitarias, independientemente del lugardonde se produzcan o de las consideraciones políticas de losdiversos países. Nos inquieta el hecho de que el Consejo deSeguridad a veces ha respondido con demasiada lentitud alos conflictos en África y en algunas otras regiones y no seha comprometido adecuadamente en relación con lasmedidas y los recursos que ha autorizado para enfrentaresos problemas. Despierta gran preocupación la amenaza deque consideraciones financieras puedan influir en la adop-ción de decisiones con respecto a cómo y cuándo respondera evidentes amenazas a la paz y a la seguridad. Tal prácticapuede debilitar la autoridad del Consejo y la del SecretarioGeneral en lo que se refiere a la planificación y la ejecuciónde las operaciones de mantenimiento de la paz. Existe laimpresión generalizada de que no existe una norma unifor-me para responder al estallido de conflictos en diferentespartes del mundo.

Un Consejo de Seguridad más representativo yconfiable estará mejor facultado para cumplir su enormeresponsabilidad. El Consejo debería ser más transparente,más democrático y más responsable ante los miembros engeneral. No debería permitirse que continúe la situaciónactual, en la que los países en desarrollo no tienen un niveladecuado ni apropiado de representación en el órgano al quelos Miembros de las Naciones Unidas han encomendado laresponsabilidad primordial del mantenimiento de la paz y laseguridad internacionales. En este contexto, deberándesplegarse más esfuerzos para racionalizar el proceso deadopción de decisiones en el Consejo, a fin de evitar la

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parálisis que, con frecuencia, resulta de las divergenciasentre los miembros permanentes.

El Presidente (habla en inglés): Agradezco al repre-sentante de la República Islámica del Irán las amablespalabras que ha dirigido a mi persona, a mi país y alEmbajador Chowdhury.

No hay más oradores inscritos en mi lista. Me propon-go levantar ahora la sesión. El Consejo seguirá examinandoel tema que figura en el orden del día en una reunión quetendrá lugar inmediatamente después de que se levante lapresente sesión.

Se levanta la sesión a las 17.45 horas.

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