05.jaime nubiola, filosofía desde la teoría casual de la referencia

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FILOSOFÍA DESDE LA TEORÍA CAUSAL DE LA REFERENCIA* JAIME NUBIOLA Through a 'fuzzy' grammar of identity it is possible to link the causal theory of reference with bioethics. Some argumente on abortíon den ved from the theory of natural kind terms point to a post-modernism in analytical philosophy. La teoría causal de la referencia -desarrollada originariamente por Saúl Kripke, Hilary Putnam y Keith Donellan a principios de los 7 0 - ha producido una notable conmoción en la filosofía anglo- americana. Tiene en su favor tanto su marcado carácter intuitivo como una simplicidad expositiva que la hace especialmente atrac- tiva; al mismo tiempo, es particularmente eficaz para la resolución de algunas paradojas semánticas. Pero además, el desarrollo de esta nueva semántica ha supuesto la irrupción del esencialismo y del realismo en la filosofía en lengua inglesa. En la filosofía, como en todo lo demás -indicaba en 1983 Hilary Putnam 1 -, estamos en el comienzo de un postmodernismo. Agota- dos ya tanto el modernismo optimista (rechazo de todo lo 'tradicional' y esperanza de que al rechazar la tradición se haría posible un futuro utópico para el hombre) como el modernismo quietista (oposición al cientismo y al progresismo), se advierte un anhelo de integración que otorgue a la reflexión filosófica el sen- * Debo gratitud a los Profs. A. d'Ors, A. Dufour, J.M. Martínez Doral y J. Vicente por sus sugerencias sobre versiones anteriores de estas páginas -aparentemente deshilvanadas- en las que intento poner en relación cuestiones tan dispares como la teoría de la referencia y la bioética a través de una gramática 'borrosa' de la identidad. 1 H. PUTNAM, Realism and Reason: Philosophical Papers III\ Cambridge University Press, Cambridge, 1983, 302-3. Anuario Filosófico, 1991 (24), 153-163 153

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  • FILOSOFA DESDE LA TEORA CAUSAL DE LAREFERENCIA*

    JAIME NUBIOLA

    Through a 'fuzzy' grammar of identity it is possible to link the causaltheory of reference with bioethics. Some argumente on aborton den vedfrom the theory of natural kind terms point to a post-modernism inanalytical philosophy.

    La teora causal de la referencia -desarrollada originariamentepor Sal Kripke, Hilary Putnam y Keith Donellan a principios delos 70 - ha producido una notable conmocin en la filosofa anglo-americana. Tiene en su favor tanto su marcado carcter intuitivocomo una simplicidad expositiva que la hace especialmente atrac-tiva; al mismo tiempo, es particularmente eficaz para la resolucinde algunas paradojas semnticas. Pero adems, el desarrollo deesta nueva semntica ha supuesto la irrupcin del esencialismo ydel realismo en la filosofa en lengua inglesa.

    En la filosofa, como en todo lo dems -indicaba en 1983 HilaryPutnam1-, estamos en el comienzo de un postmodernismo. Agota-dos ya tanto el modernismo optimista (rechazo de todo lo'tradicional' y esperanza de que al rechazar la tradicin se haraposible un futuro utpico para el hombre) como el modernismoquietista (oposicin al cientismo y al progresismo), se advierte unanhelo de integracin que otorgue a la reflexin filosfica el sen-

    * Debo gratitud a los Profs. A. d'Ors, A. Dufour, J.M. Martnez Doral y J.Vicente por sus sugerencias sobre versiones anteriores de estas pginas-aparentemente deshilvanadas- en las que intento poner en relacin cuestionestan dispares como la teora de la referencia y la biotica a travs de una gramtica'borrosa' de la identidad.1 H. PUTNAM, Realism and Reason: Philosophical Papers III\ Cambridge

    University Press, Cambridge, 1983, 302-3.Anuario Filosfico, 1991 (24), 153-163 153

  • JAIME NUB101A

    tido que la filosofa analtica, en cuanto filosofa fragmentaria, eraincapaz de ofrecer.

    I

    Es bien conocido el primero de los dos dogmas que Quine iden-tific hace ya cuarenta aos como condicionantes del empirismomoderno de la tradicin angloamericana: la distincin entre ver-dades analticas y verdades sintticas. El dogma segundo -muchomenos citado, pero no menos influyente que el primero- es el re-duccionismo: "la creencia en que todo enunciado significativo esequivalente a alguna construccin lgica en trminos que refierena la experiencia inmediata. Ambos dogmas estn mal fundamenta-dos. Una consecuencia de abandonarlos es borrar los supuestos l-mites entre la metafsica especulativa y la ciencia natural"2.

    Quine sostena ya en 1951 que la ciencia es una continuacindel sentido comn: desde un punto de vista epistemolgico, tantolos objetos fsicos como los dioses homricos o los nmeros sonmitos a un mismo nivel, ni mejores ni peores, salvo diferencias degrado en su capacidad de habrselas con las experiencias sensi-bles3. Lo mismo defenda Quine en nuestro pas en 1987: "No re-conozco ninguna divisin epistemica entre la ciencia y el sentidocomn, y no concedo la prioridad ni a aqulla ni a ste"4. El ca-rcter unitario del saber, de la cultura occidental y de la filosofa yla ciencia mismas queda bien reflejado en la imagen quineana de lamasa del conocimiento humano: "La totalidad de nuestro conoci-miento o de nuestras creencias, desde las cuestiones ms casualesde geografa e historia hasta las ms profundas leyes de la fsicaatmica o incluso de la matemtica pura y de la lgica, es unaconstruccin hecha por el hombre que no est en contacto con laexperiencia ms que a lo largo de sus bordes". Citando a EmileMeyerson en francs, afirmar Quine que "l'ontologie fait corpsavec la science elle-mme et nepeut en tre spare"5.

    2 W.V. QUINE, From a logical point of view, Harvard University Press,

    Cambridge, 1953, 20.3 Ibid.,45.

    4 "Respuesta a Calvo", en J.J. ACERO (ed.), Symposium Quine, Universidad

    de Granada, 1987, 69.5 E. MEYERSON, dentit et ralit, F. Alean, Pars, 1908, 41932; W.V.

    QUINE, From a logical point ofview, 42 y 45.154

  • FILOSOFA DESDE IA TEORA CAUSAL DE LA REFERENCIA

    Esta concepcin unitaria del saber hunde sus races en el afngeneralizador y unificador propio del hombre y se advierte conprecisin en la mediacin universalizadora del lenguaje: los recur-sos semnticos para adentrarnos en la descripcin de la fisin nu-clear son grosso modo las mismas palabras que las empleadas paradefinir la naturaleza de la identidad. Es cierto que en cada rea es-pecializada de saber hay una jerga profesional, un idiolecto, quehace ms fcil y cmodo el manejo de unas nociones o la referen-cia convencional a unas entidades. Se trata de la divisin lingisticadel trabajo que expuso con maestra Putnam6 y que no altera lafundamental unidad lingstica y epistemolgica del conocimientohumano, como no la altera el que yo no sepa usar con exactitud laspalabras 'olmo' y 'haya', pero s sepan usarlas los jardineros.

    II

    Es frecuente -particularmente en el rea de la Antropologa-hallar descripciones del comportamiento humano, realizadas desdediferentes perspectivas epistemolgicas, que vienen a ser como unareflexin calidoscpica -en expresin de Alejandro Llano-. Enesos casos se observan con detenimiento y escrupulosa atencinunos pocos elementos; una vez estudiados stos, se da un tercio devuelta al caleidoscopio y los mismos elementos vuelven a aparecerformando otra figura. Cada tercio de vuelta puede ser asimilado aun rea especfica del saber desde la que se estudia el fenmeno encuestin, pero, en verdad, por muchas vueltas que demos al calei-doscopio, nuestro conocimiento no habr ganado nada realmentevalioso: es necesario, primero, destripar el caleidoscopio y estu-diar los espejos y cristales de colores que contiene en su interior y,segundo, contextualizar el caleidoscopio, es decir, advertir que noes ms que un juego infantil y que slo en ese contexto tiene supleno sentido.

    Esta metfora puede ser til para ilustrar la desazn y perpleji-dad que produce a veces la creciente superespecializacin de la fi-losofa acadmica, que la hace, en ocasiones, incluso difcilmenteasequible a quienes no estn implicados directamente en el rea deinfluencia personal de los autores. El lema en el que Wittgenstein

    6 H. PUTNAM, Mind, language and reality: Philosophical Papers //, Cambridge

    University Press, Cambridge, 1975, 227-9.155

  • JAIME NUBIOLA

    aspiraba a resumir el sentido del Tractatus: "lo que puede decirse,puede decirse con claridad, y sobre lo que no podemos hablar de-bemos pasar por alto en silencio"7, resulta un estmulo permanentepara una ganancia en claridad.

    En el mbito de la filosofa analtica se sostuvo -quiz con unanotable dosis de ingenuidad- que la reflexin filosfica sobre ellenguaje ordinario poda ser la clave teraputica que disolviera enbuena medida los problemas filosficos. Pero el tiempo ha mos-trado que el lenguaje no es la solucin, sino, por as decir, buenaparte del problema, porque nos las habernos con las cosas, con losdems hombres y con nosotros mismos a travs del lenguaje. Re-sulta casi tpico recordar una vez ms el carcter instituyeme dellenguaje8: nos topamos con una realidad conformada lingstica-mente por la sociedad humana y, en cierta medida, por cada unode nosotros, y, por supuesto, nuestro lenguaje es a su vez confor-mado por el mundo, la sociedad y la tradicin.

    Frente a los defensores a ultranza del lenguaje ordinario, Ber-trand Russell, en su vieja polmica con Strawson, aduca que hastala lgica sujeto-predicado a la que tan acostumbrados estamos de-pende del hecho de que a las temperaturas usuales en la tierra haycosas aproximadamente 'permanentes1: "Esto no sera verdadero ala temperatura del sol y slo es aproximadamente verdadero a lastemperaturas a las que estamos acostumbrados"9. El argumento deRussell Hsin duda falaz- es ilustrativo sin embargo de la posicinaqu defendida en favor de la efectiva interpenetracin de lenguajey realidad. La herencia kantiana resulta siempre esclarecedora: elhombre constituye los objetos en cuanto unidades de conocimientoy les confiere un nombre o cuando menos una conexin con todoel sistema lingstico.

    Muchas cualidades de los objetos, de las cosas y de los hombressuelen admitir ms o menos, se dan en la realidad gradualmente.As ser (o estar) caliente, culpable, desordenado, distante, diver-tido, enterado, esquizofrnico, evidente, firme, fluido, frgil,grande, honesto, hmedo, inflamable, irrelevante, justo, libre,objetivo, oscuro, pesado, pobre, profundo, rgido, sabio, secreto,txico, tranquilo, transparente, urbano, etc., etc. -todos ellos sonejemplos que aporta Rayme Engel en su reciente defensa de la7 L. WlTTGENSTEIN, Tractatus logico-philosophicus, Preface.

    8 F. MONTERO, Objetos y Palabras, F. Torres, Valencia, 1976.

    9 B. RUSSELL, "Mr. Strawson on referring", My philosophical development,

    Alien & Unwin, London, 1959, 243.156

  • FILOSOFA DESDE LA TEORA CAUSAL DE LA REFERENCIA

    gradualidad10- son propiedades que se refieren a materias suscep-tibles de gradacin o modulacin. En algunos de estos casos, sloes posible distinguir con nitidez diferentes grados en aquelloscampos para los que poseemos medidores cuantitativos, como es elcaso de la temperatura, el tamao o la humedad, pero es clarotambin que un gas puede ser ms o menos inflamable, un chistems o menos divertido y una accin ms o menos libre. Con fre-cuencia, la reflexin lgico-filosfica ha pasado por alto esta ca-racterstica prcticamente ubicua de la gradualidad, quiz porqueesas diferencias de grado se revelan slo muy tenue y aproxima-damente en las intuiciones semnticas. "Tomarse en serio los gra-dos -enfatiza Engel u - proporcionara una perspectiva ms equi-librada, que invitara menos a falsas dicotomas o a dualismos in-sostenibles".

    III

    "La verdad, toda la verdad y nada ms que la verdad" es unideal ilusorio -argumentaba John Austin12-, es una abstraccinprovocada por la falacia descriptiva denunciada enrgicamente enHow to do things with words. El principio lgico de que "todaproposicin debe ser verdadera o falsa" ha operado habitualmentecomo la forma ms simple y persuasiva de esta falacia que otorgala primaca al modelo enunciativo para interpretar el lenguaje. Porel contrario, "en la vida real, en cuanto opuesta a las situacionessimples previstas en teora lgica, no puede responderse siemprede un modo simple si (un enunciado) es verdadero o falso". Este esel caso de 'Francia es hexagonal' o 'Napolen gan la batalla deWaterloo1: el anlisis de enunciados como stos muestra que'verdadero' o 'falso' no designan algo simple, sino que "sloapuntan a una dimensin general de evaluacin de lo que es co-rrecto o apropiado decir en determinadas circunstancias, a unadeterminada audiencia, con unos propsitos o intenciones determi-

    10 R.E. ENGEL, "On degrees", Journal ofPhilosophy, 1989 (86), 23-37.

    H Ibid., 29.12

    J. AUSTIN, "Truth", Philosophical Papers, Oxford University Press, 21970,130.

    157

  • JAIME NUBIOIA

    nados"13. Incluso puede haber mejores trminos que 'verdadero1 o'falso' para evaluar enunciados: un enunciado puede ser ms omenos preciso, impreciso, aproximado, exacto, vlido para de-terminados propsitos, etc. "A lo largo de los aos se han aducidorazones (para atacar la dicotoma clsica verdadero-falso) que vandesde algunas nada interesantes -explicaba Quine en 1970- hastaotras mejores. La peor de todas es la que proclama que las cosasno se limitan a ser blancas o negras, sino que hay gradaciones"14.El ataque ms furibundo lanzado tradicionalmente en esta direc-cin consiste -seala festivamente Benson Mates15- en culpar a lafrmula 'p o no/?' de implicar "que toda cosa es o blanca o negra,mientras que de hecho (como cualquier no lgico sabe) algunascosas son grises".

    De modo semejante, la concepcin de la identidad en boga en lalgica contempornea puede ser acusada de abstraccin. Al pare-cer fue Frege quien consider por vez primera a la identidadcomo una nocin lgica, adoptando en la Begriffsschrift el signo'=' como smbolo primitivo de la lgica cuantificacional, y desdeentonces ha sido tratada habitualmente como una constante l-gica16. Como es bien conocido, el propio Frege sostuvo inicial-mente que la identidad era una relacin entre nombres, mientrasque en Uber Sinn und Bedeutung pas a mantener -al menos en miinterpretacin- que la relacin que representa el signo '=' no esuna conexin entre diversos nombres, sino que primariamente re-presenta la mismidad ontolgica del objeto designado17.

    Al considerar la identidad como una nocin lgica -"no entitywithout identity", dice uno de los lemas quineanos-, parece conce-birse la identidad como el recurso prctico que acredita a los entesadmisibles en el discurso cientfico y que ahuyenta a los entes po-sibles no actualizados. Los venerables enigmas del barco de Teseo,del ro de Herclito o el ms moderno de la identidad personal "nodependen de la naturaleza de la identidad, sino de lo que decida-

    13 J. AUSTIN,//dm> to do things with words, Oxford University Press, 1962,

    142; J. NUBIOLA, "J.L. Austin: Anlisis y verdad", Anuario Filosfico, 1977(10), 211-4.14

    W.V. QUINE, Philosophy of Logic, Prentice Hall, Englewood Cliffs, NewJersey, 1970, 85.15

    B. MATES, Elementary Logic, Oxford University Press, 21972, 151-2.16

    M. DUMMETT, Frege. Philosophy ofLanguage, Duckworth, London, 1973,542.17

    J. NUBIOLA, El compromiso esencialista de la lgica modal, Eunsa,Pamplona, 1984, 196-205.158

  • FILOSOFA DESDE LA TEORA CAUSAL DE LA REFERENCIA

    mos considerar como un barco, un ro o una persona. Las palabrasson instrumentos y su vaguedad es tolerable mientras no perjudi-que su utilidad"18.

    Lo que aqu quiere afirmarse -rememorando a Aristteles ytambin al Diccionario de la lengua espaola- no es slo que'identidad' e 'idntico' son trminos vagos, sino que la identidadno es primariamente una nocin de la lgica o una nocin lgica:es analgica. En castellano, el sentido no filosfico de 'idntico' esprecisamente el de 'muy parecido': as, suele decirse que dos her-manos son idnticos cuando se parecen mucho -incluso aunque nosean gemelos-, o de dos coches que son idnticos cuando son delmismo modelo y color19. En el campo semntico d la identidadnos las habernos con los problemas filosficamente enmaraadosde la identificacin, la mismidad, la igualdad, la coincidencia, lacontinuidad espacio-temporal, as como con la distincin originalaristotlica entre identidad numrica, genrica y especfica y lamultiplicidad de sentidos en los que puede decirse de algo que 'eslo mismo que...'20. Mientras que la identidad de la lgica es la re-lacin reflexiva de un objeto consigo mismo, es una relacin in-terna21, la teora analgica de la identidad se construye sobre laconstatacin de que hay grados de identidad que se reflejan -a ve-ces toscamente- en nuestro abigarrado lenguaje sobre la semejanzay la mismidad.

    En la filosofa analtica ms reciente, esta cuestin de la vague-dad de la identidad es un tpico de la mxima atencin. Analysisha dedicado su volumen de junio de 1989 a la discusin de los ob-jetos vagos y su identidad. Considero con Sainsbury22 que al ha-blar de vaguedad en los objetos lo que se tiene en mente es la va-guedad en su individuacin y esto explica que se piense que la va-guedad de los objetos implica la vaguedad de su identidad.

    1 8 W.V. QUINE, "Identity", Quiddities, Harvard University Press, Cambridge,

    1987, 91.1 9

    En ingls hay un uso similar. Ibid., 89.2 0

    M.L, COUTO-SOARES, "Aristteles. De la identidad absoluta a la relativa (delos Tpicos a la Metafsica)"

    % Anlise, (en prensa).2 1

    S. KRIPKE, Naming and necesity, Blackwell, Oxford, 1980, 3.2 2

    R.M. SAINSBURY, "What is a vague object?", Analysis, 1989 (49,2o) , 101.159

  • JAIME NUBIOLA

    IV

    Fue en 1977 cuando por primera vez se puso en relacin la teo-ra causal de la referencia con la discusin tica, jurdica y, en l-tima instancia, genuinamente filosfica acerca de la legitimidadmoral del aborto. Lloyd Reinhardt en la reunin anual de la Ame-rican Philosophical Association (Eastern Divisin) present untrabajo con el ttulo Naming and Aborting en el que arribaba a laconclusin de que si la semntica de Kripke y Putnam es correcta,entonces el feto debe considerarse un ser humano desde suconcepcin: "si las tesis acerca de los nombres de clases naturales(natural-kind words) que tienen su origen en el trabajo de SalKripke y Hilary Putnam son verdaderas, de ah se sigue clara-mente que el aborto es, en la mayor parte de los casos, la destruc-cin deliberada de un ser humano por la propia conveniencia"23.Frente a Lawrence Becker -quien haba presentado un argumentoen 1975 contra la tesis de que 'x es un ser humano1 pueda aplicarseverdaderamente a un embrin o a un zigoto24-, Reinhardt defendaque 'ser humano1 es nombre y, por tanto, debe aplicarse rgida-mente a esas entidades, si la teora causal de la referencia es co-rrecta.

    En la perspectiva de la nueva semntica puede entenderse quetrminos de clases naturales como 'perro', 'tigre', 'olmo' u'hombre' (en su acepcin de 'ser humano') son nombres que de-signan rgidamente no a individuos, sino a la clase a la que el in-dividuo pertenezca. La efectiva pertenencia de un individuo de-terminado a una clase estriba en que dicho individuo posea -encomn con los otros miembros de la clase- la naturaleza o esenciade esa clase25. Un trmino como 'hombre' no designa un conjuntode propiedades descriptivas (de cuya conjuncin 'hombre' fuerauna abreviacin), sino que expresa que los objetos de los que sepredica son hombres. Decir que a es un hombre es, por tanto,afirmar que a posee lo que constituya la esencia humana. Descu-brir qu sea esa esencia es una tarea cientfica, competencia de los'expertos en humanidad'. La teora causal de la referencia y la

    2 3 LL. REINHARDT, "Naming and Aborting", (Abstract), Journal of

    Philosophy, 1977 (74), 636.2 4

    L. BECKER, "Human Being: The boundaries of the concept", Philosophy andPublic Affairs 1975 (4), 334-59.2 5

    J.A. NELSON, Abortion and the causal theory of ames, Ph. D. 1980,University Microfilms International, 53.160

  • FILOSOFA DESDE LA TEORA CAUSAL DE LA REFERENCIA

    tradicin aristotlica coinciden tanto en esta caracterizacin delconocimiento cientfico en cuanto dilucidacin de la naturalezaesencial de los objetos, como en la consideracin de que el uso delos trminos para especies naturales alude a la esencia o estructurabsica de los individuos de cada especie. "La filosofa y la ciencia-explica Quine26 en un contexto bien diverso- constituyen uncampo con dos polos, uno terico y uno emprico. La teora es unartefacto humano moldeado bajo restricciones impuestas por losdatos empricos".

    El inters de esta perspectiva para las cuestiones otitolgicas quesubyacen en el debate acerca del aborto es evidente. Toda concep-cin desarrollista acerca del feto -esto es, que sostenga que el fetose convierte en un ser humano a partir de un cierto estadio de sudesarrollo embrionario (Becker, Brody)- no ser consistente conla teora causal. Si 'hombre' designa rgidamente a la clase de loshombres en todo mundo posible, no puede haber un momento dela historia de dichas entidades en que, siendo ellas mismas, nopertenezcan a esa clase, esto es, no posean la naturaleza humana."Si la nueva semntica proporciona una explicacin precisa de lareferencia de los nombres de clases naturales, entonces la concep-cin -concluye Nelson27-, es el punto de entrada en la especie hu-mana". De hecho, el segundo ejemplo de propiedad esencial queSal Kripke aporta en Naming and necessity es, precisamente, eltener un origen determinado. Tomando pie de una discusin deSprigge a propsito de las propiedades esenciales de la Reina deInglaterra, Kripke concluye que es imposible imaginar que IsabelII fuera esa misma mujer si procediera de unos gametos masculinoy femenino distintos de los que de hecho procede28.

    Es claro que una argumentacin semntica no puede ser enten-dida como un argumento definitivo sobre el aborto. Siguiendo lasugestiva argumentacin de Don Marquis, el camino ms certeropara explicar la malicia del aborto arranca de la misma razn porla que es malo matar a un adulto. Con toda radicalidad, por ques malo matar a un hombre? Su malicia radica en su efecto en lavctima: la prdida de la vida es la mayor que puede sufrirse, por-que priva al individuo de todas sus experiencias, actividades yproyectos que habran constituido su valioso futuro. "Como esta

    2 6 W.V. QUINE, "Respuesta a Julin Garrido", Symposium Quine, 83.

    2 7 J.A. NELSON, Abortion and the causal theory of ames, 54.

    2 8 S. KRIPKE, Naming and necessity, 110-3.

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  • JAIME NUBIOLA

    razn, que es suficiente para explicar por qu es malo matar sereshumanos despus de su nacimiento, es una razn que tambin seaplica a los fetos, se sigue que el aborto es prima facie seriamentemalo moralmente"29.

    Esta argumentacin -advierte Marquis- no descansa en la infe-rencia invlida de que, como es malo matar personas, tambin esmalo matar personas potenciales. Quienes argumentan que los fe-tos tienen derecho a la vida y, por ello, les llaman 'personas1 utili-zan la categora de persona para establecer la conclusin en vez deproporcionar la argumentacin de su anlisis. En este contexto,Graeme Forbes ha identificado los predicados 'persona1 o'portador del derecho a la vida' como casos de predicados que seaplican claramente a los adolescentes y que claramente no se apli-can a los embriones; su aplicacin -sostiene Forbes- requierecierta 'tolerancia', pues pequeos grados de desarrollo biolgico opsicolgico no pueden constituir la diferencia entre un caso en elque ambos predicados se apliquen y otro en el que no se apliquen:slo grandes grados de desarrollo han de constituir tales diferen-cias30. En contraste, resulta cuando menos reconfortante advertirque, desde una aproximacin jurdica en la que se admita la dudaacerca de la condicin humana del embrin, bastara esa duda"para excluir toda intervencin destructiva o instrumentalizante-nunca se debe admitir y autorizar el riesgo de matar a un hom-bre-, del mismo modo que uno debe abstenerse de golpear o dedisparar en la oscuridad a una figura que no se distingue bien,pero que pudiera ser un hombre"31.

    El revuelo originado en los medios de comunicacin social araz de los xitos de la fecundacin humana in vitro, ha involu-crado argumentos cientficos y religiosos, pero no ha removidorealmente las aguas de la discusin filosfica. Que el nacimiento apartir de 1978 de varios miles de nios-probeta no haya suscitado

    2 9 D. MARQUIS, "Why abortion is immoral", Journal of Philosophy, 1989

    (86), 192.3 0

    G. FORBES, The metaphysics ofmodality, Clarcndon Press, Oxford, 1985,167.31

    F. SANCHO REBULLIDA, "Informe sobre aspectos jurdicos de la fecundacinin vitro...", Cizur Mayor, 1985, 9.162

  • FILOSOFA DESDE LA TEORA CAUSAL DE LA REFERENCIA

    la pblica reflexin de los filsofos quiz pone de manifiesto lamiseria del academicismo: una escasa sensibilidad ante la investi-gacin mdica que afecta a la vida de embriones humanos pone encuestin la afirmacin de que la filosofa de nuestros das, trascen-diendo el dogma del reduccionismo epistemolgico en boga en lasltimas dcadas, se ha abierto a los problemas reales de los hom-bres.

    La discusin en torno a la legitimidad tica de la fecundacin invitro podra haber sido un caso ms en ese proceso de apertura.Pero no ha sido as por ahora, a pesar de constituir una cuestinnuclear que afecta al propio concepto que la especie humana tienedel modo de su reproduccin y del status de sus especmenes. Enesta perspectiva, es fcil advertir la extraordinaria capacidad su-gestiva de la personal versin del realismo metafsico defendidapor Hilary Putnam32: "Lo que me pareca seductor del realismometafsico es la idea de que el modo de resolver problemas filos-ficos es construir una mejor imagen cientfica del mundo (...)Todo lo que el filsofo ha de hacer es, en esencia, ser un buen fu-turista, anticiparnos cmo la ciencia resolver nuestros problemasfilosficos". La teora causal de la referencia es el marco semn-tico que proporciona actualmente, desde un punto de vista filos-fico, la mejor imagen de la interpenetracin de lenguaje y mundoen la que encuentra su raz esta filosofa futurista: la reflexin so-bre las dimensiones ticas de la investigacin mdica es campoprivilegiado para su ejercicio.

    Prof. Dr. JAIME NUBIOLADpto. de Lgica y Filosofa del LenguajeUniversidad de NavarraPamplona (Espaa)

    3 2 H. PUTNAM, Representation and reality, The MU Press, Cambridge, 1988,

    107.163