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ROUSSEAU

“No cabe la menor duda de que Rousseau es una figuraclave en el desarrollo del pensamiento democrático. Es élquien desarrolló el concepto de soberanía popular y elque insistió por primera vez en el derecho y aptitud de lagente común para participar en el sistema político comociudadanos de pleno derecho.”

Ian Adams

“Lo que convierte verdaderamente a la RevoluciónFrancesa en la primera revolución fascista fue su esfuerzode convertir la política en una religión. En esto, losrevolucionarios fueron inspirados por Rousseau, cuyoconcepto de la voluntad general divinizaba al pueblo,mientras que hacía del individuo una idea secundaria.”

Jonah Goldberg

Bio

Nace en Ginebra (1712 – 1778), Suiza. Nueve días después de dar a luz su madre, Suzanne, fallecey el pequeño Rousseau considerará a sus tíos paternos como sus segundos padres, debido a quedesde muy pequeño pasó mucho tiempo con ellos y fueron los que lo cuidaron. Cuando Rousseautenía 10 años (1722), su padre, un relojero bastante culto, tuvo que exiliarse por una acusacióninfundada y su hijo quedó definitivamente al cuidado de su tío Samuel. Vive una infancia que éldescribe como feliz al cuidado de sus tíos. Recibe una educación algo desordenada, donde aprendeel oficio de relojero y grabador. A los 16 años (1728) empieza a vagabundear y abandona su ciudadnatal. Tras estar peregrinando un tiempo y desempeñando los oficios más dispares, al borde deentrar en la marginalidad, abjura del calvinismo y abraza el catolicismo, del que más tarde tambiénrenegará (en el futuro expondrá sus ideas deístas sobre una religión natural en su Profesión de fe delvicario saboyano) y se establece en Annecy, siendo tutelado por Madame de Warens, una damacatólica ilustrada sin hijos, trece años mayor que él, que le ayuda en su discontinua educación y ensu afición por la música, y además le fue buscando distintos trabajos. Además, de comportarsecomo su madre, llegado el momento será su amante.

En 1742 se traslada a París donde traba amistad con algunos de los principales intelectualesilustrados de la época, en especial con Diderot, que le encarga la redacción de algunas entradas de laEnciclopedia. En 1745 y ya con 33 años, vuelve a París, donde convive con Thérèse Levasseur, unamodista analfabeta con quien tiene cinco hijos y a quien convence para entregarlos al hospicioconforme van naciendo.

Cuando la Academia Francesa, en 1750 propone un dilema como concurso “¿Contribuyen las artesy las ciencias a corromper al individuo?”, Rousseau resulta vencedor con un ensayo que respondeque si. A partir de aquí se convierte en un personaje famoso, pero no por mucho tiempo. Durante untiempo trabaja como copista de partituras, publica obras de teatro, óperas y es secretario de una talMadame Dupin. Es por esta época que se enemista con Voltaire por cuestiones principalmenteintelectuales, aunque luego también serán personales. En esta época se relaciona sentimentalmentetambién con madame d'Epinay, aunque sin dejar de vivir con Therese, y durante un tiempo vive enuna casa que le proporciona ella. Más tarde, en 1757 se enamora apasionadamente de madameSophie d'Houdetot, aunque esta relación no pasa de ser platónica.

En el mismo año, 1762, publica Pygmalion (obra de teatro muy original), El contrato social y elEmilio, pero estas últimas fueron condenadas a la hoguera al mismo tiempo y por partida doble: enFrancia y en Ginebra. ¿Qué tenían de subversivas esas dos publicaciones de Rousseau? La primeraera un ataque a la pedagogía y religión tradicional, la segunda a los pilares del poder absolutista.

Es desterrado a Suiza y allí también es perseguido e incluso su casa es apedreada. Es por esta épocaque Voltaire publica un panfleto anónimo contra Rousseau, El sentimiento de los ciudadanos1. Esexpulsado de diferentes ciudades suizas e incluso una isla en un lago donde se refugió y al finalhuye a Inglaterra junto con Therese para vivir con Hume, que lo acoge, aunque tras un tiempo sepelean, principalmente por la paranoia y extravagancia de Rousseau. Por ejemplo, vestía siemprecon un extravagante traje tradicional armenio.

Termina siendo perdonado y regresa a Francia, donde sigue escribiendo (aunque lo tenía prohibido)y no llega a conocer la Revolución Francesa de la que será un precursor, porque muere a los 66 deun paro cardíaco. Sus restos descansan en el Panteón de París a pocos metros de Voltaire y el sitioexacto está marcado claramente por un busto conmemorativo.

Fue maestro de muchas disciplinas: escritor, pedagogo, filósofo, músico, botánico, naturalista, etc.Y se le suele definir como un ilustrado, aunque tiene importantísimas diferencias con la Ilustración(de ahí su enemistad personal e ideológica con Voltaire)

ANTROPOLOGÍA + POLÍTICA

Crítica a la civilización y a la sociedad

Rousseau afirma que el ser humano es bueno por naturaleza, (visión muy diferente a la deHobbes, que sostenía que el hombre, en estado natural, es un peligro [lobo] para el hombre -“Homo homini lupus”). Si allí donde miremos sólo vemos hombres malos es porque la civilizacióny la cultura lo han corrompido. La civilización sólo ha contribuido a fomentar la desigualdadhumana y la degeneración moral. El hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que locorrompe

“Todo está bien al salir de las manos del autor de las cosas; todo degenera enmanos de los hombres.”

Este paso de la naturaleza a la sociedad es el que ha provocado la decadencia del ser humano.

“Que admiren cuanto quieran la sociedad humana, no por ello será menos ciertoque conduce a los hombres a odiarse mutuamente en la medida en que colisionansus intereses, a prestarse recíprocamente servicios aparentes y a infligirse todotipo de males imaginables. ¿Qué puede pensarse de un trato donde la razón decada particular le dicta máximas directamente contrarias a las que la razónpública predica al cuerpo social y donde cada cual saca beneficio del mal ajeno?Quizá no haya un solo hombre acomodado a quien ávidos herederos e incluso suspropios hijos no deseen en secreto la muerte, ni un barco en el mar cuyonaufragio no supusiera una buena noticia para algún comerciante, ni un puebloque no se regocije con los desastres de sus vecinos. Así es como hallamos nuestro

1 Le acusa de tener sífilis, de haber abandonado cinco hijos, de no poder mantenerse económicamente, de habermatado a la madre de su amante, de insultar a la religión tradicional, de inmodestia, etc. Rousseau se tomó lamolestia de rebatir con informes médicos su presunta sífilis y el infundio de haber matado a la madre de su amante,republicando el folleto anónimo con sus notas en París, pero ocultando sin embargo la verdad del abandono de sushijos.

provecho en el perjuicio de nuestros congéneres y como la pérdida de unosignifica casi siempre la prosperidad del otro. En cambio, el hombre salvaje,cuando ha cenado, está en paz con toda la naturaleza y es amigo de todos sussemejantes. Comparad sin prejuicios el estado del hombre civilizado con el delhombre salvaje e indagad, si podéis, cuánto ha contribuido el primero a abrirnuevas puertas al dolor y a la muerte merced a sus necesidades y miserias, almargen de su maldad”

En ese discurso con el que se hace famoso sostiene que las letras, las artes y las ciencias sonresponsables de la degradación moral de los individuos, provienen de diferentes vicios, laastronomía de la superstición sobre los astros, la aritmética de la avaricia, la física de la curiosidadvana, etc. Las artes, según Rousseau, traen el conocimiento que hace al individuo comportarse deuna manera para "ser de agrado a los demás", y no es un comportamiento natural; en vez de crearuna unión entre seres humanos, crean la desigualdad entre ellos. Se crea una esclavitud a ellas y unaesclavitud entre los hombres, se explica con su famosa cita:

"las ciencias, las letras y las artes, menos despóticas y más potentes acaso,tienden guirnaldas de flores sobre las cadenas de hierro de que están cargados,sofocan en ellos el sentimiento de esa libertad original para la que parecíanhaber nacido"

La corrupción del ser humano

Para Rousseau, las causas fundamentales que han propiciado la corrupción del ser humano son:

– La propiedad privada, causante de las desigualdades económicas que existen en lasociedad.

– El poder arbitrario y despótico, que es ilegítimo y causa la falta de libertad.

Y por ello sostenía que

“Si se investiga en qué consiste precisamente el mayor bien de todos, el que debeser el fin de todo sistema de legislación, se hallará que se reduce a estos dosobjetivos principales: la libertad y la igualdad”

Rousseau y la propiedad privada

Uno de los muchos clichés o estereotipos que circulan sobre Rousseau le hace pasar por unprecursor del comunismo, al querer abolir la propiedad, en la estela de Platón o Tomás Moro,cuando en realidad Rousseau lo único que quería era reducir su exceso, es decir, impedir laacumulación de propiedades que propicia los monopolios y los abusos por acapararlo todo:

“Mi idea -escribe Rousseau- no es destruir la propiedad particular, porque eso esimposible, sino encerrarla en las más estrechas lindes que sea posible”

Para erradicar la opulencia y la indigencia, simultáneamente, recomendaba gravar todo cuanto fueselujoso y limitar la industria, a la vez que se potenciaba la agricultura. Eso es lo que recomienda a loscorsos cuando redacta un Proyecto de constitución para Córcega, en el que advierte que talesmedidas les harán más ricos que el propio dinero, por ser el dinero algo que solo incentiva elcomercio internacional y el crecimiento artificial. En efecto, lo más deseable sería tender a laautarquía.

Veremos más adelante que culpará al surgimiento de la propiedad privada de ser el origen de losproblemas sociales.

EL CONTRATO SOCIAL: del estado de naturaleza a la libertad en sociedad.

A través de su El contrato social, hizo surgir una nueva política. Esta nueva política está basada endos conceptos clave: la voluntad general, y en el pueblo como depositario de la soberanía. Rousseauestablecerá que la sociedad es el resultado de un contrato y, al igual que otros pensadorescontractualistas2 como Locke y Hobbes3, su teoría se refiere, por un lado a un estado de naturalezay, por otro a la necesidad de establecer ese contrato social.

Estado de naturaleza4

A Rousseau no le parece nada liviana la empresa de discernir lo que hay de originario y de artificialen la naturaleza actual del hombre. Así las cosas, decide dejar a un lado todos los libros científicos,que solo enseñan a ver a los hombres tal como ellos se han hecho, y encuentra que originalmente elser humano es movido por dos sentimientos: el amor a sí mismo (que conduce al instinto deconservación) y la compasión por el prójimo (la repugnancia natural que nos inspira ver sufrir acualquier ser sensible y particularmente a nuestros semejantes). De la combinación de ambosprincipios podrían derivar todas las reglas del derecho natural

Todo el pensamiento rousseauniano surge en torno a este par de sentimientos que constituyen susejes fundamentales de su doctrina política: el amor hacia uno mismo y el sentimiento derivado deeste amor, que sería la compasión es decir, la repugnancia natural a ver sufrir a los demás y elinterés por nuestro propio bienestar.

2 El contractualismo (término derivado de la palabra contrato) es una corriente moderna de filosofía política y delderecho, que piensa el origen de la sociedad y del Estado como un contrato original entre humanos, por el cual seacepta una limitación de las libertades a cambio de leyes que garanticen la perpetuación y ciertas ventajas del cuerposocial. El contractualismo fue causa y consecuencia de un cambio de percepción de la sociedad (o en todo caso desus élites) respecto del poder y su naturaleza. Hasta el siglo XVII predominaba la idea de que el poder se justificabade manera natural o apelando a instancias religiosas, de forma que más allá de todo cambio circunstancial, los sereshumanos vivían en sociedades ordenadas y reguladas conforme a ciertas reglas que excedían su capacidad dedecisión. Así, el rey lo era por gracia de Dios (como se afirmaba desde las concepciones monárquicas) o los esclavoslo eran por naturaleza (como proclamara Aristóteles). A raíz del contractualismo, se comenzará a pensar la sociedadcomo el resultado contingente de un pacto, la legitimidad del orden social ya no estará en Dios o el Rey, sino en queel pacto sea bueno y beneficioso.

3 Sobre Hobbes dice Rousseau:“El error de Hobbes no es establecer el estado de guerra entre hombres independientes ahorasocializados, sino presuponer este estado natural en la especie, y haberle dado como causa losvicios de los que él es el efecto. Pero, aun cuando los hombres se vuelvan desdichados y malvadosal hacerse sociables, esforcémonos por extraer del mal mismo el remedio que debe curarlo.Mediante nuevas asociaciones, corrijamos, si es posible, el defecto de la asociación general. Quenuestro interlocutor juzgue por sí mismo el éxito de una mejor constitución de las cosas.”

4 Para Rousseau, el estado de naturaleza es tan solo una mera hipótesis o experimento mental, una construcciónteórica, que le permite llevar a cabo y armar la estructura de su reflexión. A su juicio, al examinar los fundamentosde la sociedad, todos los filósofos habrían sentido la necesidad de remontarse hasta el estado de naturaleza, pero lohabrían hecho transfiriendo al estado de naturaleza ideas propias de la sociedad, atribuyendo al hombre salvaje losrasgos propios del hombre civilizado, a saber, necesidad, avidez, opresión, deseos y orgullos, tal como señala en suDiscurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres. El reto consistiría en ver al hombreexactamente como lo ha formado la naturaleza, a través de todos los cambios producidos en su constitución original.Por lo tanto, el paso del estado de naturaleza a la sociedad es sólo una construcción teórica , Rousseau no creeque históricamente se haya dado esa situación, lo utiliza como supuesto para su teoría política. Es una hipótesisno histórica que sirve como un espejo en el que mirarse para ver los fallos de la sociedad. Este estado de naturalezano existe ni es posible volver a él, pero sí es posible reformar la sociedad actual para corregir sus fallos.El propio Rousseau lo reconoce, hay que conocer ese estado de naturaleza, pero es:

“un estado que ya no existe, que acaso no haya existido jamás, que probablemente nunca existiráy del que, pese a todo, hace falta tener nociones justas para juzgar nuestro estado presente”

“Todas las reglas del derecho natural parecen derivarse no de la razón, sino delconcurso y de la combinación que nuestro espíritu está en disposición de hacer deambos principios, sin que sea necesario hacer entrar en juego a la sociabilidad”

Al introducir la sociedad en el contexto anterior, el instinto de conservación deviene amor propio ycada cual se toma por el centro del mundo. El papel de la piedad resulta entonces aún más capital.

“Es la piedad quien, en lugar de esta sublime máxima de justicia razonada: «Haza los demás lo que quieres que se te haga a ti», inspira a todos los hombres estaotra máxima de bondad natural que, si bien menos perfecta, acaso sea más útilque la precedente: «Procura tu bien con el menor mal ajeno que sea posible»”

Eso dictamina Rousseau en su discurso sobre la desigualdad. La piedad es una condición deposibilidad para vivir en sociedad, al permitir a la razón argumentar en contra de sí misma. Sinempatía, la cohesión social se desvanece y por eso resulta tan oportuno releer a Rousseau ennuestros días, cuando dicha empatía brilla por su ausencia, eclipsada por una feroz competitividadindividualista.

En ese estado de naturaleza, imperaba la bondad humana. Todos los individuos vivían aislados, enigualdad, independientes y libres, en el estado de naturaleza

“los altercados eran tan raros y las ayudas mutuas tan frecuentes que de esecomercio libre debió desprenderse más benevolencia que odio, disposición quejunto al sentimiento de conmiseración y piedad que la naturaleza ha grabado entodos los corazones debió hacer vivir a los hombres bastante apaciblemente”

Nos presenta así la imagen de lo que sería conocido como “el buen salvaje”, la idea de que antes dela sociedad, cuando vivíamos en contacto directo con la naturaleza, al margen de los condicionantessociales, las luchas y demás. Esta idea surge en el siglo XVIII como nostalgia por un idílico estadonatural, puro y pacífico frente al surgimiento del industrialismo y las complicaciones de lasofisticada vida social urbana europea5. Y para Rousseau, el ser humano es independiente pornaturaleza y no es apto para vivir en sociedad. En sus palabras

“Entre todos los animales, los hombres son los menos aptos para vivir en rebaño.Si fueran apiñados como ovejas, perecerían en corto tiempo. El aliento delhombre es fatal para sus semejantes.”

En realidad, en el estado natural no habría familias siquiera. Rousseau imagina que los niñosabandonarían a sus madres tan pronto como pudieran valerse por su cuenta y que no habría uniónpermanente entre hombre y mujer.

El salvaje no tiene ningún deseo de poder. Hobbes definió el poder como “los medios presentespara satisfacer futuros deseos”. Sin embargo, para Rousseau el salvaje tiene poca capacidad

5 Muchos han criticado después esta imagen del buen salvaje como un mito:“The Maori of New Zealand committed massacres regularly. The dyaks of Borneo wereheadhunters. The Polynesians, living in an environment as close to paradise as one can imagine,fought constantly, and created a society so hideously restrictive that you could lose your life ifyou stepped in the footprint of a chief. It was the Polynesians who gave us the very concept oftaboo, as well as the word itself. The noble savage is a fantasy, and it was never true. Thatanyone still believes it, 200 years after Rousseau, shows the tenacity of religious myths, theirability to hang on in the face of centuries of factual contradiction.”

Michael Crichton, “Environmentalism as Religion”

para prever las cosas y apenas puede anticipar sus deseos futuros y aún menos buscar losmedios para satisfacerlos. Rousseau equipara el salvaje al caribeño de su tiempo que, dice,

“vende por la mañana su lecho de algodón, y viene llorando por la tarde paravolverlo a comprar, por no haber previsto que lo necesitaría para la nochepróxima”

Consecuentemente, todos los impulsos que según Hobbes conducen a la guerra —los deseos deganancia, seguridad y reputación— se hallan o bien difusos o bien ausentes en el estado denaturaleza de Rousseau. En Estado de naturaleza hay paz.

Del Estado de Naturaleza a vivir en sociedades

Con todo, a pesar de su carácter relativamente pacífico, el estado de naturaleza de Rousseau noparece ofrecer una perspectiva demasiado atractiva. Puede que el salvaje de Rousseau llegue aser el rey de las bestias, pero tal como lo ha pintado apenas se distingue de los otros animalessalvajes. El salvaje, dice Rousseau, es un “animal menos fuerte que unos, menos ágil que otros,pero en conjunto está organizado más ventajosamente que cualquiera de ellos”.

¿Por qué debería Rousseau lamentar que hubiésemos pasado a una edad más civilizada?

La clave está en la idea de que los seres humanos, a diferencia de las bestias, tienen dos atributosespeciales: la voluntad libre, y la capacidad de mejorarse a sí mismos. Según Rousseau estacapacidad es la fuente de todos los progresos y de todas las desgracias humanas.

Mediante el ejercicio de la capacidad de automejoramos, iniciamos el camino hacia lacivilización: el desarrollo de herramientas en la lucha por la supervivencia, lucha ocasionada —especula Rousseau— por el aumento de la población. Es interesante observar que para Rousseaula respuesta primaria frente a la escasez es la innovación y no la lucha y la competenciahobbesiana. Es probable que aquí Rousseau piense que puesto que los salvajes tienen una aversiónnatural a dañar a otros (por el sentimiento de empatía natural), la mayoría de ellos preferirá obtenerlo que necesita trabajando para conseguirlo antes que quitándoselo a otros. Y la innovación parahacer el trabajo más fácil —la elaboración de herramientas— es lo que despierta en primer lugar elorgullo y la inteligencia del hombre.

Otro avance es la idea de cooperación: la existencia de intereses mutuos estimula la persecuciónde objetivos colectivos, tal como sucede, por ejemplo, en los grupos de caza. De esta forma, sehacen patentes las ventajas de vivir en grupo y hacer chozas y refugios comunes, y el hábito de viviren estas nuevas condiciones “hizo nacer los más dulces sentimientos que hayan conocido loshombres, el amor conyugal y el amor paternal”.

En tales circunstancias, surgió otra novedad: el tiempo libre. La cooperación y la elaboración deherramientas vencen la escasez con suficiente margen como para crear unos bienes que van más alláde lo estrictamente necesario para la supervivencia. De esta suerte, ahora el salvaje empieza acrear bienes de comodidad o de lujo, desconocidos para las anteriores generaciones. Sinembargo,

“éste fue el primer yugo que se impusieron sin darse cuenta, y la primera fuentede males que prepararon a sus descendientes”

¿Por qué? Pues porque el hombre empezó a desarrollar lo que podríamos llamar “unas necesidadescorruptas”. Su posesión nos da poco o ningún placer, pero el hecho de no poseerlos nos deja

hundidos —aunque existió un tiempo en que podíamos vivir perfectamente sin ellos.

El contrato social

La obra rousseauniana argumenta que esta asociación de los hombres no es algo natural. ¿Por quéentonces tuvo que organizarse el ser humano para vivir en sociedad? Para Rousseau, el ser humanonecesita asociarse con otros hombres para protegerse de los peligros que le acechan en la vidanatural. Por lo tanto, la formación de la sociedad surge como una necesidad, sin embargo, lacivilización ha convertido en malo al ser humano, por la aparición de intereses contrapuestosderivados de la propiedad privada y por la tiranía.

“El primero que, tras haber cercado un terreno, se le ocurrió decir “esto es mío”y encontró gente lo bastante simple para creerle, fue el primer fundador de lasociedad civil. Cuántos crímenes, guerras, asesinatos, miserias y horrores nohubiese ahorrado al género humano quien arrancando las estacas hubiesegritado a sus semejantes: «Guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidossi olvidáis que los frutos son de todos y la tierra no es de nadie»”

Pero la propiedad privada conduce a la dependencia de unos respecto de otros, los celos, ladesigualdad, la esclavización del pobre. Al final:

“... a la igualdad rota siguió el más horroroso desorden; así fue como lasusurpaciones de los ricos, los bandidajes de los pobres, las pasionesdesenfrenadas de todos, ahogando la piedad natural y la voz aún débil de larazón, volvieron a los hombres avaros, ambiciosos y malvados. Entre el derechodel más fuerte y el derecho del primer ocupante se alzaba un conflicto perpetuoque no terminaba sino mediante combates y asesinatos. La sociedad naciente diopaso al más horrible estado de guerra.”

Y de esta forma llegamos a la guerra, pero no a una guerra que es parte del estado inicial deinocencia (como en Hobbes), sino a una guerra que es resultado de la creación de las primerassociedades rudimentarias. En este punto,

“el rico, acuciado por la necesidad, concibió finalmente el proyecto másmeditado que jamás haya entrado en mente humana: emplear en su favor lasfuerzas mismas de quienes lo atacaban”

Se han creado desigualdades, se ha transformado el sentimiento de amor por uno mismo(sentimiento positivo) en egoísmo y ha arrinconado sus sentimientos compasivos por los demás.Los ricos6 llevan esta desigualdad al máximo, se agrupan y encubren las ventajas que les reporta elderecho de propiedad y las revisten con la apariencia de una convención que es ventajosa paratodos. Se dicen entre ellos:

“Unámonos para preservar la opresión sobre los débiles y contener a losambiciosos”

Así, traman un plan para instituir reglas sociales de justicia para asegurar la paz: reglas que

6 Los ricos se comportan, según Rousseau, como si dijesen:“Vosotros necesitáis de mí porque yo soy rico y vosotros pobres: permitiré que tengáis el honor deservirme, a condición de que me deis lo poco que os queda, a causa del trabajo que me tomarépor mandaros”

obligan a todos en la misma medida, pero que son enormemente beneficiosas para los ricos, yaque al fin y al cabo es su propiedad la que hay que proteger. Así fue cómo nacieron lasprimeras sociedades civiles —sociedades con leyes y gobiernos—.

Así se inventa el Estado.

Han surgido la desigualdad y la tiranía y hemos perdido la libertad y la igualidad originarias,lamenta Rousseau. Sin embargo, la existencia de la sociedad es ya inevitable, es decir, volver aese Estado de Naturaleza (que de todos modos, dijimos, Rousseau ni siquiera cree que existierarealmente) es imposible, la vida en sociedad ya nos ha cambiado para siempre. Por ello, lo que loúnico que podemos hacer es reformar la sociedad actual y asentarla sobre una nueva base, hay quepropugnar un nuevo contrato social7 que permita al ser humano vivir en libertad y conforme a suauténtica naturaleza.

“Pero, aun cuando los hombres se vuelvan desdichados y malvados al hacersesociables, esforcémonos por extraer del mal mismo el remedio que debe curarlo.”

El contrato social rousseauninano (que en realidad estaba pensado para pequeñas comunidades devecinos, como su Ginebra natal, y no para estados con millones de habitantes) consistevoluntariamente renunciar a los derechos del estado natural para someterse a las reglas de lasociedad, a cambio de beneficios mayores inherentes al intercambio social. Este consentimientovoluntario se materializa a través de un contrato, "el contrato social" en este caso. Las cláusulas de ese contrato se reducen a lo siguiente:

“Todo individuo se enajena, con todos sus derechos a favor de la comunidad;porque, dándose cada uno por entero, la condición es la misma para todos loscontratantes, y dándose a la comunidad la comunidad por acto reciproco delcontrato se da a cada uno de los individuos. Cada uno se entrega a nadie enparticular, y en este cambio se gana el equivalente de todos lo que se pierde, yuna fuerza mayor para conservar lo que se tiene.8”

Y este contrato será eficaz, como veremos después, a través de la eliminación de los egoísmosindividualistas mediante la sumisión de cada ciudadano a la voluntad general ("volonté génerale")unánime y asamblearia. Sobre este concepto de voluntad general se edifica el nuevo contrato social.

La voluntad general

Rousseau considera que el Estado va a ser necesario tras el nuevo contrato social, no es unanarquista, pero este Estado solo tiene legitimidad cuando es capaz de restaurar la libertad y laigualdad9 que existían en el estado de naturaleza. La intención de Rousseau, en parte, esparadójica, va a aspirar a crear un sistema en el que el ser humano goce de la misma libertad que

7 El anterior, claro está, es el que habían propuesto los ricos y poderosos, para fundar una sociedad a su medida.8 Gran part del texto de la Evau va de esta parte. Poner un ejemplo con un grupo de estudio. 9 Algo que repugnará a Nietzsche:

“Pero, ¿a dónde —vuelvo a preguntar— quería volver Rousseau? Al odiar a Rousseau odiotambién la Revolución, porque ésta es la manifestación, en el ámbito de la historia universal, deesa duplicidad de idealista y de chusma. Me importa poco su «inmoralidad», la farsa sangrientacon que se representó esa Revolución; lo que odio es su moralidad rousseauniana, las llamadas«verdades» de la Revolución, que todavía siguen influyendo y atrayendo a todos los superficialesy mediocres. ¡La doctrina de la igualdad! Y, sin embargo, no hay veneno peor que ése, puesparece que es la justicia quien la predica cuando en realidad representa el fin de la justicia. Laverdadera justicia lo que dice es: «igualdad para los iguales, desigualdad para los desiguales»; yde ahí se deduce su corolario, «no se debe igualar nunca a los desiguales»”

cuando era un ser autónomo y aislado, pero ahora viviendo en sociedad. Esto se hará siguiendo lavoluntad general, de tal modo que será posible:

“encontrar una forma de asociación capaz de defender y proteger, con toda lafuerza común, la persona y los bienes de cada uno de los asociados, pero demodo tal que cada uno de estos, en unión con todos, solo se obedezca a sí mismo,y quede tan libre como antes”

Una de las principales preocupaciones de Rousseau consiste en encontrar la fórmula de unión quepermite mantener la máxima libertad individual y, a la vez, la máxima libertad colectiva, operaciónmediante la que se logra el mayor rendimiento político, su principal fundamento. Solo en virtud dela voluntad general será posible superar las disputas entre arbitrios individuales de la mano de unaautoridad superior e inapelable, al adoptar un punto de vista inalcanzable para la perspectivasiempre miope y egoísta de individuos, así como de estamentos y agrupaciones reunidos en torno alos mismos intereses. Las voluntades particulares concentradas sobre el amor excluyente ycomparativo del propio bienestar en la relación social no encuentran ninguna conciliaciónperentoria, toda vez que “interés particular y bien común se excluyen el uno al otro en el ordennatural de las cosas”, tal como escribe Rousseau en el Manuscrito de Ginebra (la primera versiónde "El contrato social”).

La voluntad general tendería siempre a la igualdad, mientras que la voluntad particular, por suíndole, tiende a las preferencias arbitrarias. Esta voluntad general, en ese silencio de las pasionesque sabe aprovechar nuestra conciencia, hace oír su voz simultáneamente individual y colectiva.Por el contrario, la voluntad de todos sería una suma de voluntades particulares orientadas porun interés privado, mientras que la voluntad general solo contempla el bien público. En elcapítulo III del libro IV de El contrato social se distingue así entre la voluntad general y unapresunta voluntad de todos:

“Con frecuencia hay mucha diferencia entre la voluntad de todos y la voluntadgeneral; esta solo mira al interés común, la otra mira al interés privado, y no esmás que una suma de voluntades particulares; pero quitad de estas mismasvoluntades los más y los menos que se destruyen entre sí, y queda por suma de lasdiferencias la voluntad general”

El contrato social, por lo tanto, es un acuerdo entre voluntades libres y el conjunto de voluntadeslibres constituye la voluntad general.

– La voluntad general emana directamente del pueblo, pero no es la suma aritmética de lasvoluntades de los miembros de la comunidad: la voluntad general se identificaexclusivamente con el interés común, con las leyes y los actos que promueven laigualdad entre los individuos y hace a cada uno de ellos libre. La voluntad de todospodría estar, a veces, en contra de la voluntad general, por ejemplo, cuando sepromueven leyes injustas que someten a parte de los ciudadanos. Si los ciudadanos estáncorrectamente informados y no hay manipulación y se suprimen los grupos de interés dentrodel Estado, el voto de la mayoría expresará inevitablemente la voluntad general.

– La voluntad general es la depositaria de la soberanía10, que en ningún caso puede cederse aun individuo en particular. El soberano es el pueblo constituido en asamblea y movidopor esa voluntad general. Entregar la soberanía a una persona sería lo mismo que renunciara la responsabilidad pública. Esta noción se opone a a la democracia representativa. Nopuede haber representantes que se atribuyan la capacidad de adivinar cuál es la voluntadgeneral, ni que identifiquen sus propios intereses con dicha voluntad. Para Rousseau, el

10 Este punto lo tratamos más en profundida más adelante

poder político debe ser ejercido por todos los ciudadanos, que se convierten al mismotiempo en soberanos (promulgan sus leyes11) y súbditos (tienen que cumplirlas).

– La voluntad general supone que, para lograr la auténtica libertad, hay que renunciaral egoísmo, a los propios intereses, en beneficio de la comunidad y del interés general.Y, sin embargo, como la voluntad general busca el mayor beneficio para cada persona, lamejor alternativa para el individuo será obedecer dicha voluntad, o sea, obedeciéndola, diceRousseau, se está uno obedeciendo exclusivamente a sí mismo. Libertad social significaobedecer las leyes impulsadas por la voluntad general y que, por lo tanto, cada uno de losciudadanos ha aprobado. Y si algún asociado intentase resistir la voluntad general, se veráobligado por el cuerpo social a obedecerle.

Definiciones de la voluntad general de Rousseau

“La voluntad general es en cada individuo un acto puro del entendimiento querazona en el silencio de las pasiones sobre lo que el hombre puede exigir de susemejante, y lo que su semejante tiene derecho a exigir de él.”

Jean-Jacques Rousseau, Manuscrito de Ginebra.

“La voluntad general es siempre recta y siempre tiende a la utilidad pública; perono se sigue que las deliberaciones del pueblo tengan siempre la misma rectitud.Con frecuencia hay mucha diferencia entre la voluntad de todos y la voluntadgeneral; esta solo mira al interés común, la otra mira al interés privado, y no esmás que una suma de voluntades particulares: pero quitad de estas mismasvoluntades los más y los menos que se destruyen entre sí, y queda por suma de lasdiferencias la voluntad general.”

Jean-Jacques Rousseau, El contrato social.

El gobierno legal

La única forma de gobierno legal será aquella de un Estado, donde todo el pueblo legisle. MedianteEl Contrato Social, Rousseau le abre paso a la democracia, de modo tal que todos los miembrosreconocen la autoridad de la razón para unirse por una ley común en un mismo cuerpo político, yaque la ley que obedecen nace de ellos mismos. Esta sociedad recibe el nombre de república y cadaciudadano vive de acuerdo con todos.

Por lo tanto, el modelo político idóneo propuesto por Rousseau sería la democracia directa, oasamblearia. Aunque esto puede ser problemático. Para estados grandes y ricos, Rousseau entiendeque una democracia asamblearia directa es imposible y plantea que puede haber soluciones comouna aristocracia siempre que esta sea la expresión de la voluntad popular12. Rousseau da granimportancia al tamaño del Estado, debido a que una vez la población del Estado crece, entonces lavoluntad de cada individuo es menos representada en la voluntad general, de modo que cuantomayor sea el Estado, su gobierno debe ser más eficaz para evitar la desobediencia a esa voluntadgeneral.

11 “Toda ley que el pueblo no ratifica, es nula y no es ley”12 «Para descubrir las mejores reglas de sociedad que convienen a los hombres, haría falta una inteligencia superior

que viese todas las pasiones de los hombres y no sintiese ninguna, que no tuviera ninguna relación con nuestranaturaleza y que la conociese a fondo, que su felicidad fuera independiente de nosotros y que, sin embargo, tuvieraa bien ocuparse de la nuestra; en definitiva, harían falta dioses para dar leyes a los hombres».La soberanía, como principio de legitimidad del poder, recae tan solo en el pueblo y el pueblo, una vez constituido,escoge la forma de su gobierno, siendo así que, como ya sabemos, la democracia sería más bien un sistema propiode dioses, ya que un gobierno tan perfecto difícilmente casa con los hombres. La democracia será conservada comoforma de soberanía, sin dejar de resultar rentable funcionalmente una «aristocracia» o élite de sabios y magistradosvirtuosos. Ese gobierno no haría las leyes, solo las ejecutaría y administraría la sociedad. Las leyes no se harían enese parlamento, sino en asambleas populares.

Soberanía popular

El concepto de soberanía cambió para siempre con la obra de Rousseau introduciendo el conceptode soberanía popular. Para entender bien esto tendremos que contestar a dos preguntas:

– ¿Qué significa soberanía?– ¿Cómo se entendía y qué cambio introduce Rousseau?

Etimológicamente, la palabra soberanía proviene de la voz latina “super omnia”, que significa"sobre todo" o "poder supremo". Soberano es quien tiene el poder de decisión, de dar las leyes sinrecibirlas de otro, es decir, aquel que no está sujeto a leyes escritas. También la palabra soberanía seconceptualiza como el derecho de una institución política de ejercer su poder. En resumen, lacuestión de la soberanía trata de una cuestión fundamental: ¿de dónde surge el poder? ¿Por quéalguien tiene derecho a mandar sobre los demás? ¿Por qué alguien puede decidir las leyes que rigensobre los demás y los castigos para los que infrinjan las leyes? ¿Qué hace que sea legítimo quealguien lleve a cabo esa tarea?

Clásicamente ha habido varias visiones al respecto del origen del poder y la debida obediencia. Porejemplo, Jean Bodin (1576) decía: “si decimos que tiene poder absoluto quien no está sujeto a lasleyes, no se hallará en el mundo príncipe soberano, puesto que todos los príncipes de la tierraestán sujetos a las leyes de Dios y de la naturaleza y a ciertas leyes humanas comunes a todos lospueblos”. El poder, en última instancia, remite a Dios o a las leyes naturales.

Otro autor, Thomas Hobbes suprimió la dependencia de la ley natural que Jean Bodin trazaba en sudefinición de soberanía y constituyó al soberano en única forma de poder. De este modo, en sutratado más famoso, Leviatán, publicado en 1651, justifica filosóficamente la existencia delautoritarismo estatal.

Jean-Jacques Rousseau retomó la idea de soberanía pero con un cambio sustancial. Para JeanJacques Rousseau el soberano es el pueblo, que emerge del pacto social, y como cuerpo decretala voluntad general manifestada en la ley. El soberano, aquel que tiene el poder político y decidelas leyes es ahora la colectividad o pueblo, y esta da origen al poder cediendo sus derechos a favorde la autoridad. Es el pueblo, mediante la ratificación de la voluntad general, el único calificadopara establecer las leyes que condicionan la asociación civil. Cada ciudadano es soberano ysúbdito al mismo tiempo, ya que contribuye tanto a crear la autoridad y a formar parte de ella, encuanto que mediante su propia voluntad da origen a esta, y por otro lado es súbdito de esa mismaautoridad, en cuanto que se obliga a obedecerla.

Por lo tanto, con Rousseau, en un periodo de monarquías absolutistas bien apoyadas por el poder dela Iglesia, aparece la idea de que el origen del poder está en el pueblo. Es por el pueblo que haypoder para poner leyes y castigos, por los acuerdos que del pueblo surjan, por su propia y librevoluntad. Este cambio, junto a la idea de soberanía nacional13 contribuirían a provocar el espírituque llevaría a la Revolución Francesa, una más revolucionaria, en la que el pueblo, consideradocomo un conjunto de individuos, ejerce el sufragio universal (la soberanía popular); otra más

13 El abate Sieyès postuló que la soberanía radica en la nación y no en el pueblo, queriendo con ello expresar que laautoridad no obrara solamente tomando en cuenta el sentimiento mayoritario coyuntural de un pueblo, que podía serobjeto de influencias o pasiones desarticuladoras, sino que además tuviera en cuenta el legado histórico y cultural deesa nación y los valores y principios bajo los cuales se había fundado. Además, el concepto de nación contemplaría atodos los habitantes de un territorio, sin exclusiones ni discriminaciones. Sieyès indica que los parlamentarios sonrepresentantes y no mandatarios, ya que estos gozan de autonomía propia una vez han sido electos y ejercerán suscargos mediando una cuota de responsabilidad y objetividad al momento de legislar; en cambio los mandatariosdeben realizar lo que su mandante le indica, en este caso el pueblo.

conservadora, que reside en un parlamento de voto censitario (la soberanía nacional).

Educación

La educación será una preocupación para Rousseau, pero no sólo como una forma individual deformarse, sino, como en Platón, como una cuestión política. Platón sostenía que la actividad degobernar requiere un tipo de entrenamiento o educación especial y esto Rousseau no lo cuestiona,pero niega que los beneficiarios de esa educación hayan de ser sólo unos pocos. Es mucho mejorque cada persona adquiera las habilidades apropiadas y luego participe activamente —democráticamente— en el gobierno en cuanto parte del “soberano” (el término que empleaRousseau para referirse al cuerpo de ciudadanos que actúa colectivamente con autoridad sobre símismo). Consecuentemente, a un estado democrático le debería importar mucho la educaciónde sus ciudadanos.

Rousseau se ocupará de este problema en su obra Emilio. Se trata de generar una educación quepermita mantener la bondad natural del ser humano en vez de corromperle para poder teneruna comunidad de buenas personas. Repitiendo una cita anterior:

“Todo está bien al salir de las manos del autor de las cosas; todo degenera enmanos de los hombres.”

Se tratará, pues, de dejar actuar a la naturaleza14, de intentar desarrollar los sentidos y lossentimientos antes que la razón, de una especie de sistema “negativo” (o sea, que no estropee) quedeje a salvo la inocencia natural de los seres humanos, una educación flexible y abierta queincentive la espontaneidad y la conciencia crítica, así como la empatía y la capacidad paracooperar con los demás. Se tratará siempre de dar una primacía al sentimiento, frente a la razón(que como vimos, ha fundamentado sistemas que han sido la causa de la corrupción humana). Setrata de formar individuos capaces de reprimir su individualismo y de pensar en términoscolectivos, de formar ciudadanos que reconozcan y promuevan la voluntad general.

EXTRAS

Rousseau misógino

Arte

“A las mujeres, en general, ni les gusta ni aprecian el arte, y no tienen ningúntalento. Pueden alcanzar el éxito en labores insignificantes que solo requierensuperficialidad y un poco de gusto, y, a veces, lógica... Sus escritos son tan vacíosy bellos como ellas mismas y contienen el ingenio que uno quiera ponerles, perocarecen por completo de profundidad. No saben cómo describir o sentir elamor”.15

"Las mujeres, en general, no aman ningún arte, no son inteligentes en ninguno yno tienen ningún genio. Basta observar, por ejemplo, lo que ocupa y atrae suatención en un concierto, en la ópera o en la comedia; advertir el descaro conque continúan su cháchara en los lugares más hermosos de las más grandesobras maestras".

14 Como curiosidad, Rousseau dice que Emilio solo tendrá un libro de cabecera en su pubertad: Robinson Crusoe, «elmás logrado manual de educación natural». «Este libro será el primero que leerá mi Emilio y el único quecompondrá durante largo tiempo su biblioteca, donde siempre tendrá un lugar destacado.»

15 Carta a D'Alembert sobre los espectáculos, también la siguiente

Educación

“La educación de las mujeres debe estar en relación con la de los hombres.Agradarles, serles útiles, hacerse amar y honrar por ellos, educarlos cuandoniños, cuidarlos cuando mayores, aconsejarlos, consolarlos, hacerles grata ysuave la vida son las obligaciones de las mujeres en todos los tiempos, y esto es loque, desde su niñez, se les debe enseñar.”16

“El hombre y la mujer no deben tener una constitución semejante detemperamento y carácter, no deben educarse de la misma manera”.

“Toda su vida debían de estar sujetas a la restricción más severa y constante, quees el decoro”.

“La primera aptitud y la más importante de una mujer es la buena conducta osuavidad de carácter”.

“Todas las reflexiones filosóficas de las mujeres deben tender, en lo que no atañede modo inmediato a sus deberes, al estudio de los hombres o a los conocimientosagradables que sólo tienen el gusto por el objeto, porque en lo tocante a las obrasde genio, éstas superan su capacidad; tampoco tienen suficiente precisión yatención para triunfar en las ciencias exactas, y, en cuanto a los conocimientosfísicos, ve más objetos aquel de los dos que es más activo, el más emprendedor,aquel que tiene más fuerza y que la ejerce más juzgando las relaciones de losseres sensibles y las leyes de la naturaleza. La mujer, que es débil y que no venada fuera de sí misma, aprecia y juzga los móviles que debe poner en prácticapara suplir su debilidad, y esos móviles son las pasiones del hombre […] Espreciso que con sus palabras, con sus acciones, sus miradas, sus gestos, ella sepadarle los sentimientos que a él le agradan sin que parezca que ni siquiera piensaen ello.”

“La mujer está hecha especialmente para agradar al hombre; si el hombre debeagradarle a su vez, es una necesidad menos directa; su mérito está en supotencia, agrada por el sólo hecho de ser fuerte. Convengo que no es ésta la leydel amor, pero es la de la naturaleza, anterior al amor mismo.”

“…el mejor antídoto contra la degradación moral es el atractivo de la vidadoméstica […]. Cuando la familia es viva y animada los quehaceres domésticosresultan lo más querido para la mujer y el más delicioso entretenimiento para elmarido.”

Dificultades que plantea la Voluntad General del sistema de Rousseau

La voluntad general, se supone, es algo que todos los ciudadanos reconocen cuando piensan en elinterés colectivo, y que, como las leyes rigen a la vez sobre todos los ciudadanos, y no sólo sobreunos pocos particulares, todos entenderán que lo que beneficia al resto les beneficia a ellos.

Pero ¿cómo es esto posible —nos podríamos preguntar—? Algunas personas son ricas, otras,pobres. Algunas son empresarios, otras, empleados. ¿Cómo podría la ley afectarles por igual? Lasdiferencias de clase comportan indudablemente intereses distintos e incluso opuestos. El hecho de

16 Emilio, o De la educación, también las siguientes

que la ley no distinga a nadie en particular no prueba en absoluto que la ley tratará a todo el mundodel mismo modo. Esto da lugar a dos líneas de escepticismo. ¿Por qué deberíamos creer siquieraque existe una voluntad general —una política que nos afecta a todos por igual—? La segunda líneade escepticismo subraya que aun cuando hubiera una, no sería nada fácil determinar en quéconsiste.

Rousseau previó ambas dificultades y ofreció una solución radical para las dos. Para que su sistemasea practicable, dice, es preciso que no haya grandes desigualdades.

“Que ningún ciudadano sea lo bastante opulento para poder comprar a otro, yninguno lo bastante pobre para ser constreñido a venderse.”

Si las diferencias de clase impiden la formación de la voluntad general, entonces las clases tienenque ser suprimidas. Todo el mundo debe estar en un mismo pie de igualdad. Cuando menos, nadiedebería ser tan rico como para poder comprar los votos de otras personas, ni tan pobre como paracaer en la tentación de vender el propio. Rousseau no se detiene en los detalles sobre cómoconseguir y mantener esta igualdad, pero deja bien claro que una sociedad sin clases tiene muchasventajas desde el punto de vista de la democracia. En una sociedad así habrá muchas másprobabilidades de que una misma ley afecte a cada uno del mismo modo y, además, las dificultadespara averiguar cuál es la mejor ley serán mínimas.

Por supuesto, Rousseau reconoce que algunas personas, aun actuando de buena fe, cometeránerrores, pero

“los más y los menos... se destruyen entre sí, y queda por suma de las diferenciasla voluntad general”

Con todo, esto todavía no explica por qué los ciudadanos votarán a favor de la voluntad generalantes que a favor de sus propios intereses particulares. La solución principal de Rousseau a esteproblema es sostener que hay que conseguir que los individuos se identifiquen muy estrechamentecon el grupo en general. Para lograr este fin, Rousseau dispone de toda una serie de medios. El másobvio de todos ellos ha aparecido ya antes y consiste en educar para la virtud cívica. Es precisoeducar a la gente del modo apropiado a fin de que cada uno aprenda a “cuidar del otro como si deun hermano se tratara”. De esta forma se fortalece el vínculo social y se amplía la perspectiva decada individuo de tal forma que todos ellos se interesan por el estado en general y se preocupannaturalmente por realizar la voluntad general.

Alguien podría pensar que la idea es algo siniestra. A pesar de la obsesión de Rousseau por protegerla libertad de los individuos, el asunto huele a adoctrinamiento; además, algunos críticos hanpercibido en el pensamiento de Rousseau un cierto tono totalitarista y fascista. Las personas tienenque ser moldeadas por la educación de tal forma que se olviden de sí mismas y se concentren en losintereses del estado. Rousseau supone que el estado necesita un «censor oficial» cuya función seaalentar a la gente a actuar de acuerdo con la moral popular. Rousseau no habla de la censura en elsentido moderno de reprimir la expresión de palabras o imágenes, aunque eso indudablementeformaría parte de la función del censor. La principal preocupación de Rousseau es alentar ydesalentar tipos de conducta. Esencialmente, la función del censor consiste en ridiculizar y por tantodesalentar determinados tipos de conducta antisocial.

Además, para fomentar la creación de vínculos sociales, Rousseau consideraba que todos losciudadanos debían seguir alguna religión (no se podía ser ateo), valían todas las religiones no-intolerantes y además se había de seguir una religión civil17. Y si alguien solo finge seguir estas

17 Esta religión tendrá artículos “no precisamente como dogmas de religión, sino como sentimientos de sociabilidad,

religiones

“Si alguien, tras haber reconocido públicamente estos mismos dogmas [de lareligión civil], se conduce como no creyendo en ellos, que sea condenado amuerte; ha cometido el mayor de los crímenes, ha mentido ante las leyes.”

Curiosamente, Rousseau considera que, aunque el pueblo se reúna regularmente, no será llamadomuy a menudo para tomar decisiones. Un buen estado precisa de pocas leyes.

sin los cuales es imposible ser buen ciudadano ni súbdito fiel”.

CAPÍTULO VI. Del pacto social.

Supongo a los hombres llegados a un punto en que los obstáculos que perjudican a su

conservación en el estado de naturaleza logran vencer, mediante su resistencia, a la

fuerza que cada individuo puede emplear para mantenerse en dicho estado. Desde este

momento, el estado primitivo no puede subsistir, y el género humano perecería si no

cambiase de manera de ser.

Ahora bien; como los hombres no pueden engendrar nuevas fuerzas, sino unir y dirigir

las que existen, no tienen otro medio de conservarse que formar por agregación una

suma de fuerzas que pueda exceder a la resistencia, ponerlas en juego por un solo móvil

y hacerlas obrar en armonía.

Esta suma de fuerzas no puede nacer sino del concurso de muchos; pero siendo la fuerza

y la libertad de cada hombre los primeros instrumentos de su conservación, ¿cómo va a

comprometerlos sin perjudicarse y sin olvidar los cuidados que se debe? Esta dificultad,

referida a nuestro problema, puede anunciarse en estos términos:

“Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja de toda fuerza común a la

persona y a los bienes de cada asociado, y por virtud de la cual cada uno, uniéndose a

todos, no obedezca sino a sí mismo y quede tan libre como antes”. Tal es el problema

fundamental, al cual da solución el Contrato social.

Las cláusulas de este contrato se hallan determinadas hasta tal punto por la naturaleza

del acto, que la menor modificación las haría vanas y de efecto nulo; de suerte que, aun

cuando jamás hubiesen podido ser formalmente enunciadas, son en todas partes las

mismas y doquiera están tácitamente admitidas y reconocidas, hasta que, una vez

violado el pacto social, cada cual vuelve a la posesión de sus primitivos derechos y a

recobrar su libertad natural, perdiendo la convencional, por la cual renunció a aquélla.

Estas cláusulas, debidamente entendidas, se reducen todas a una sola, a saber: la

enajenación total de cada asociado con todos sus derechos a toda la humanidad; porque,

en primer lugar, dándose cada uno por entero, la condición es la misma para todos, y

siendo la condición igual para todos, nadie tiene interés en hacerla onerosa a los demás.

Es más: cuando la enajenación se hace sin reservas, la unión llega a ser lo más perfecta

posible y ningún asociado tiene nada que reclamar, porque si quedasen reservas en

algunos derechos, los particulares, como no habría ningún superior común que pudiese

fallar entre ellos y el público, siendo cada cual su propio juez en algún punto, pronto

pretendería serlo en todos, y el estado de naturaleza subsistiría y la asociación advendría

necesariamente tiránico o vana.

En fin, dándose cada cual a todos, no se da a nadie, y como no hay un asociado, sobre

quien no se adquiera el mismo derecho que se le concede sobre sí, se gana el

equivalente de todo lo que se pierde y más fuerza para conservar lo que se tiene.

Por tanto, si se elimina del pacto social lo que no le es de esencia, nos encontramos con

que se reduce a los términos siguientes: Cada uno de nosotros pone en común su

persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, y nosotros

recibimos además a cada miembro como parte indivisible del todo.

Este acto produce inmediatamente, en vez de la persona particular de cada contratante,

un cuerpo moral y colectivo, compuesto de tantos miembros como votos tiene la

asamblea, el cual recibe de este mismo acto su unidad, su yo común, su vida y su

voluntad. Esta persona pública que así se forma, por la unión de todos los demás,

tomaba en otro tiempo el nombre de ciudad y toma ahora el de República o de cuerpo

político, que es llamado por sus miembros Estado, cuando es pasivo; Soberano, cuando

es activo; poder, al compararlo a sus semejantes; respecto a los asociados, toman

colectivamente el nombre de Pueblo, y se llaman en particular Ciudadanos, en cuanto

son participantes de la autoridad soberana, y Súbditos, en cuanto sometidos a las leyes

del Estado. Pero estos términos se confunden frecuentemente y se toman unos por otros;

basta con saberlos distinguir cuando se emplean en toda su precisión.

CAPÍTULO VII. Del soberano. Se ve por esta fórmula que el acto de asociación encierra un compromiso recíproco del

público con los particulares, y que cada individuo, contratando, por decirlo así, consigo

mismo, se encuentra comprometido bajo una doble relación, a saber: como miembro del

Soberano, respecto a los particulares, y como miembro del Estado, respecto al

Soberano. Mas no puede aplicarse aquí la máxima del derecho civil de que nadie se

atiene a los compromisos contraídos consigo mismo; porque hay mucha diferencia entre

obligarse con uno mismo o con un todo de que se forma parte.

Es preciso hacer ver, además, que la deliberación pública, que puede obligar a todos los

súbditos respecto al soberano, a causa de las dos diferentes relaciones bajo las cuales

cada uno de ellos es considerado, no puede por la razón contraria obligar al Soberano

para con él mismo, y, por tanto, que es contrario a la naturaleza del cuerpo político que

el soberano se imponga una ley que no puede infringir. No siéndole dable considerarse

más que bajo una sola y misma relación, se encuentra en el caso de un particular que

contrata consigo mismo; de donde se ve que no hay ni puede haber ninguna especie de

ley fundamental obligatoria para el cuerpo del pueblo, ni siquiera el contrato social. Lo

que no significa que este cuerpo no pueda comprometerse por completo con respecto a

otro, en lo que no derogue este contrato; porque, en lo que respecta al extranjero, es un

simple ser, un individuo.

Pero el cuerpo político o el soberano, no derivando su ser sino de la santidad del

contrato, no puede nunca obligarse, ni aun respecto a otro, a nada que derogue este acto

primitivo, como el de enajenar alguna parte de sí mismo o someterse a otro soberano.

Violar el acto por el cual existe sería aniquilarlo, y lo que no es nada no produce nada.

Tan pronto como esta multitud se ha reunido así en un cuerpo, no se puede ofender a

uno de los miembros ni atacar al cuerpo, ni menos aún ofender al cuerpo sin que los

miembros se resistan. Por tanto, el deber, el interés, obligan igualmente a las dos partes

contratantes a ayudarse mutuamente, y los mismos hombres deben procurar reunir bajo

esta doble relación todas las ventajas que dependan de ella.

Ahora bien; no estando formado el soberano sino por los particulares que lo componen,

no hay ni puede haber interés contrario al suyo; por consiguiente, el poder soberano no

tiene ninguna necesidad de garantía con respecto a los súbditos, porque es imposible

que el cuerpo quiera perjudicar a todos sus miembros, y ahora veremos cómo no puede

perjudicar a ninguno en particular. El soberano, sólo por ser lo que es, es siempre lo que

debe ser.

Mas no ocurre lo propio con los súbditos respecto al soberano, de cuyos compromisos, a

pesar del interés común, nada respondería si no encontrase medios de asegurarse de su

fidelidad.

En efecto, cada individuo puede como hombre tener una voluntad particular contraria o

disconforme con la voluntad general que tiene como ciudadano; su interés particular

puede hablarle de un modo completamente distinto de como lo hace el interés común;

su existencia, absoluta y naturalmente independiente, le puede llevar a considerar lo que

debe a la causa común, como una contribución gratuita, cuya pérdida será menos

perjudicial a los demás que oneroso es para él el pago, y considerando la persona moral

que constituye el Estado como un ser de razón, ya que no es un hombre, gozaría de los

derechos del ciudadano sin querer llenar los deberes del súbdito, injusticia cuyo

progreso causaría la ruina del cuerpo político.

Por tanto, a fin de que este pacto social no sea una vana fórmula, encierra tácitamente

este compromiso: que sólo por sí puede dar fuerza a los demás, y que quienquiera se

niegue a obedecer la voluntad general será obligado a ello por todo el cuerpo. Esto no

significa otra cosa sino que se le obligará a ser libre, pues es tal la condición, que

dándose cada ciudadano a la patria le asegura de toda dependencia personal; condición

que constituye el artificio y el juego de la máquina política y que es la única que hace

legítimos los compromisos civiles, los cuales sin esto serían absurdos, tiránicos y

estarían sujetos a los más enormes abusos.

E.Rousseau. Del Contrato Social, Caps.6-7