© 2015 karen booth · camino del ático de adam mientras él le deslizaba sabiamente la mano bajo...
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EditadoporHarlequinIbérica.UnadivisióndeHarperCollinsIbérica,S.A.NúñezdeBalboa,5628001Madrid
©2015KarenBooth©2015HarlequinIbérica,unadivisióndeHarperCollinsIbérica,S.A.LanochedeCenicienta,n.º2076-diciembre2015Títulooriginal:ThatNightwiththeCEOPublicadaoriginalmenteporHarlequinEnterprises,Ltd.
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Índice
PortadillaCréditosÍndiceCapítuloUnoCapítuloDosCapítuloTresCapítuloCuatroCapítuloCincoCapítuloSeisCapítuloSieteCapítuloOchoCapítuloNueveCapítuloDiezCapítuloOnceCapítuloDoceSitehagustadoestelibro…
CapítuloUno
Las mujeres habían hecho algunas locuras para llegar hasta AdamLangford, peroMelanie Costello iba a por el récord delmundo. Adamobservó por la cámara de seguridad cómo cruzaba con el coche por lapuertabajo la lluviamáspertinazquehabíavistoen loscuatroañosquellevabaensufincadelamontaña.–Quemeaspen–murmurósacudiendolacabeza.Resonóuntrueno.Superro,Jack,lepusoelhocicoenlamanoygimió.–Yalosé,amigo.Hayqueestarlocoparaconducirhastaaquíconeste
tiempo.Seleerizóelvellodelbrazo.LaexcitacióndevolveraveraMelanie
porsegundavezensuvidaleteníaunpocodescentrado.Unañoatráslehabía dado la mejor noche de pasión que recordaba, y luego se habíamarchadopor lapuertaantesdequeélsedespertara.Ningunadespedidasusurradaaloído,ningúnbeso.Loúnicoqueledejófueunrecuerdodelquenopodíaliberarseymuchaspreguntas.Laprincipalerasivolveríaahacerlesentirtanvivodenuevo.Adamnisiquierasuposuapellidohastahacíaunasemana,aunquehabía
intentado averiguarlo por todos los medios cuando ella desapareció.Había hecho falta una pesadilla de proporciones monstruosas para queMelanieCostellovolvieraasuvida.Unescándaloquelaprensasenegabaa dejar morir. Ahora ella estaba allí para salvarle el trasero de loscotilleos, aunque Adam dudaba que alguien pudiera conseguirlo. Si lehubieran dado aquel trabajo a cualquier otro relaciones públicas,Adamhabríaencontrado lamaneradezafarse.Peroaquellaerasuoportunidadparaintentarconseguir loimposible.Noteníaintencióndedejarlapasar.AunquetampocoqueríahacerlesaberaMelaniequeseacordabadeella.SonóeltimbreyAdamseacercóalachimeneaparaazuzarlostroncos.
Se quedó frente a las llamas,mirándolas fijamentemientras apuraba loque le quedaba debourbon. Sintió una punzada de culpabilidad al saberque Melanie estaba fuera, pero podía esperar para empezar con larenovación de su imagen pública. Ella había tenido mucha prisa pordejarlesoloensucama;asíquepodíaaguardarunosminutosantesdequelahicierapasar.
EratípicodeMelanieCostelloterminarlamentandoelmejorsexodesuvida.Hastahacíatansolounasemana,suúnicanocheconAdamLangforderasudeliciososecreto,unrecuerdogozosoqueleprovocabaaleteosenelpechocadavezquepensabaenello,ylohacíaconmuchafrecuencia.LallamadadeteléfonodeRoger,elpadredeAdam,queleexigióunacuerdode confidencialidad antes de pronunciar una sola palabra, puso fin aaquello.Melanie aparcó el coche alquilado en la entrada circular del enorme
refugio de montaña de Adam Langford. Escondida en una gigantescaparcela situada en la cima de una montaña a las afueras de Asheville,CarolinadelNorte,lamansiónrústicadealtostechosyarcosrojosestabailuminadadeunmodoespectacularcontraelcielodelanoche.Melaniesesentíaintimidada.El frío le golpeó en la cara mientras lidiaba con el paraguas y los
zapatos le resbalaban por el suelo de adoquín. Llevaba unos tacones dediezcentímetrosenmediodeunmonzón.Searrebujóenelimpermeablenegro y subió unos escalones de piedra. Las heladas gotas de lluvia lebombardeaban los pies y le ardían las mejillas por el viento. Unrelámpagocruzóelcielo.Latormentaeraahoramuchopeorquecuandosalió del aeropuerto, pero el reto más importante de su carrera comorelacionepúblicas, reconstruir la imagenpúblicadeAdamLangford,nopodíaesperar.Subiólasescalerasagarrándosealpasamanos,haciendomalabarescon
elbolsoy labolsadeviajecargadade librossobre imagencorporativa.Miróhacia lapuertaexpectante.Sindudaalguienacudiría rápidamenteaabrir para sacarla del frío y la lluvia. Alguien había abierto la puerta.Alguienteníaqueestaresperando.Noparecíahaberuncomitédebienvenidatraslapuertademadera,así
que tocó el timbre.Cada segundoquepasabaparecíauna eternidad.Lospies se le convirtieronencubosdehieloy el frío le atravesóel abrigo.«Notiembles».Imaginarse al propio Adam Langford esperando por ella hacía que
estuvieramás convencida de que si empezaba a temblar, no pararía. Lesurgieron recuerdos, el de una copa de champán, y luego otramientrasobservaba aAdamal otro lado de la abarrotada suite del ParkHotel de
Madison Avenue. Llevaba una perfecta barba incipiente y un traje grisajustadoquemarcabasuesbeltacomplexiónyhacíaqueMelaniequisieraolvidartodaslasleccionesdeetiquetaquehabíaaprendido.LafiestahabíasidolamásimportantedeNuevaYork,ysellevóacaboparacelebrarellanzamientode laúltimaaventuradeAdam,AdLab,undesarrolladordesoftware.Elgenial,prodigiosoyvisionarioAdamhabíarecibidomuchasetiquetasdesdequeconsiguiósufortunaconlapáginasocialChatterBackantes incluso de graduarse summa cum laude en la Facultad deEmpresarialesdeHarvard.Melaniehabía conseguidouna invitaciónconla esperanza de contactar con potenciales clientes. Pero lo último queimaginófuequeacabaríayéndoseconelhombredelmomento,queteníaqueañadirunaetiquetamásimportanteasucurrículum:ladereconocidomujeriego.Adam fue muy delicado en el acercamiento, primero provocó fuego
conelcontactovisualantesdecruzarlaabarrotadaestancia.Cuandollegóaella,laideadepresentarseresultabaabsurda.Todoelmundosabíaquién.Melanie era una completa desconocida, así que Adam le preguntó sunombreyellarespondióquesellamabaMel.NadielallamabaMel.Adam le estrechó la mano y la retuvo unos instantes mientras
comentabaqueellaeralamásdestacabledelafiesta.Melaniesesonrojóyfue inmediatamente abducida por el torbellino de Adam Langford, unlugardondereinabanlasmiradassensualesylasbromasinteligentes.Losiguiente que supo fue que estaban en la parte de atrás de su limusinacamino del ático de Adammientras él le deslizaba sabiamente la manobajoelvestidoylerecorríaelcuelloconloslabios.Ahora que iba a estar otra vez en presencia del hombre que la había
electrificado de la cabeza a los pies, un hombre que provenía de unafamiliaricadeManhattanyaquiennolefaltabannidinero,nibellezaniinteligencia, Melanie no podía evitar sentirse inquieta. Si Adam lareconocía, la «absoluta discreción» que su padre exigía saldría volandopor laventana.Nohabíanadadediscretoenacostarseconelhombrealqueteníaquecambiarlaimagenpúblicadechicomalo.LareputacióndeAdam de tener aventuras de una noche había contribuido sin duda alescándalo de la prensa.Melanie se estremeció al pensarlo. Adam habíasidolaúnicaaventuradeunanochedetodasuvida.Le parecía demala educación volver a llamar al timbre por segunda
vez, pero se estaba congelando.Cuanto antes terminaranAdamy ella la
primerapartedeltrabajoaquellanoche,antesestaríaenpijama,calentitaycómodabajoeledredóndesuhotel.Volvióapulsareltimbrejustocuandosedescorríaelcerrojo.Adam Langford abrió la puerta vestido con una camisa de cuadros
blancos y azules y las mangas subidas, mostrando los musculososantebrazos.Unosvaqueroscompletabanelconjunto.–¿La señorita Costello, supongo? Me sorprende que haya logrado
llegar. ¿Tomó usted una canoa en el aeropuerto? –mantuvo la puertaabiertaconunamanomientrassepasabalaotraporelpelocastaño.Ellaserionerviosa.–Optéporunhidrodeslizador.A Melanie le latía el corazón con fuerza contra el pecho. Los ojos
azulesyfríosdeAdam,bordeadosporunaspestañasnegrísimas,lahacíansentirseexpuestaydesnuda.Élsonrióylainvitóaentrarconunainclinacióndecabeza.–Siento haberla hecho esperar. Tuve que meter a mi perro en la
habitación.Sinolaconoceselanzarásobreusted.Melanieapartólamirada.Nopodíaseguirsosteniendolasuya.Extendió
lamano.–Mealegrodeverle,señorLangford.Secontuvoparanodecir«mealegrodeconocerle»,porqueesohabría
sidounamentira.Cuandoaceptóaqueltrabajo,pensóqueAdamconocíaamuchísimasmujeres.¿Cómoibaarecordarlasatodas?Además,sehabíacortadounpocoelpeloyhabíapasadodelrubioapagadoaldoradodesdesuencuentro.–LlámameAdam,porfavor–Adamcerrólapuerta,dejandoporsuerte
elfríoatrás–.¿Tuvisteproblemasparaencontrarestesitiobajolalluvia?Adamlaestabatratandoconlaeducaciónreservadaalosdesconocidos,
yporprimeravezdesdequeleabrió lapuerta,Melaniesintióquepodíarespirar.«Nomerecuerda».Talvezpodíavolveramirarlealosojos.–Oh,no,ningúnproblema.Lacomplejidaddesusojosladejóparalizada,atrapadaenelrecuerdo
deloquehabíasentidolaprimeravezquelamiró,cuandoparecíadecirlequeloúnicoquequeríaeraestarconella.–Porfavor,dameelabrigo.–Ah, sí. Gracias –Melanie se desabrochó con cierta ansiedad los
botonesysequitóelabrigo–.¿Notienesservicioaquíenlamontaña?
Adamlecolgóelabrigoenelarmarioyellasetomóunsegundoparapasarselasmanosporlospantalonesdevestirnegrosyretocarselablusadesedagris.–Tengoamadellavesycocinera,perolasenvíeacasahacehoras.No
queríaquesalieranacarreteraenestascondiciones.–Sé que llego unas horas tarde, pero tenemos que ajustarnos al
programa. Si esta noche acabamos con el plan de los medios, mañanapodemosdedicareldíaenteroalapreparacióndelasentrevistas–Melanieagarrólabolsaysacóloslibrosquehabíallevado.Adamdejóescaparunsuspiroylosagarró.–Elaborarunaimagenparaelmundocorporativo.¿Enserio?¿Lagente
leeesto?–Esunlibrofabuloso.–Pareceapasionante–Adamsacudió lacabeza–.Vayamosalsalón.Me
vendríabienunacopa.Adamlaguioporelpasillohastaunaenormesalaconvigasdemadera
en el techo. Había una zona de estar con sillones de cuero tenuementeiluminadaporunalámparadearañayelfuegodelachimenea.Enlapareddelfondo,losventanalesparecíanvivosconlasgotasdelluviaquecaían.–Tienesunacasa impresionante.Entiendoquehayasvenidohastaaquí
paraescapar.–MeencantaNuevaYork,peronohaynadacomolapazyelairedelas
montañas.Esunodelospocoslugaresenlosquepuedodarmeunrespirodeltrabajo–Adamsefrotóelcuello–.Aunquealparecer,eltrabajoselashaarregladoparadarconmigo.Melanieforzóunasonrisa.–Notelotomescomountrabajo.Vamosasolucionarunproblema.–Noquieroinsultartuprofesión,pero¿noesunpococansadopasarte
el día preocupándote por lo que piensan los demás? ¿Moldeando laopinión pública? No sé para qué te molestas. Los medios dicen lo quequieren.Nolesimportanadalaverdad.–Yoloveocomopelearfuegocontrafuego–ellasabíaqueAdamibaa
seruncasodifícil.Odiabaalaprensa,loqueconvertíaelescándaloahorallamado«delaprincesajuerguista»enalgomuchomáscomplicado.–Sinceramente,todoesteasuntomepareceunamonumentalpérdidade
dinero,porqueestoysegurodequemipadreteestápagandomuchoporesto.
«Menosmalquenoqueríasinsultarmiprofesión».Melanieapretóloslabios.–Tupadremepagabien.Esodeberíaindicarteloimportantequeesesto
paraél.PormuchoquelemolestaraelcomentariodeAdam,elanticipoquele
habíadado supadreera superior a loqueganaríaenaquelmescon losdemásclientes.RelacionesPúblicasCostelloestabacreciendo,pero talycomohabíacomentadoAdam,eraunnegociobasadoen lasapariencias.Esoimplicabaunaoficinaeleganteyunguardarropaimpecable,yesonoresultababarato.Seescuchóunladridoalotroladodelapuerta.Adammiróatrás.–¿Tegustan losperros?Lohedejadoenelzaguán,peroaél legusta
estardondeestálaacción.–Claro–Melaniedejólascosasenunamesitaauxiliar–.¿Cómosellama
tuperro?Yaconocíalarespuesta,ytambiénqueelperrodeAdameraenormey
cariñoso,uncrucedemastínygrandanés.–Se llama Jack. Tengo que advertirte de que impone un poco, pero
cuando se acostumbre a ti ya no pasará nada. El primer encuentro essiempreelmásdifícil.Jackvolvióa ladrar.Adamabrió lapuerta.Elperropasóa todaprisa
pordelantedeélendirecciónaMelanie.–¡Jack,no!–gritóél,peronohizoamagodedetenerlo.JackseacercóaMelanieyempezóalamerlelamanomientrasagitaba
lacola.NohabíacontadoconqueelperrodeAdamrevelarasupasadocomún.–Esmuyamigable.Adamentornólosojos.–Esto es muy extraño. Nunca había hecho eso con alguien que no
conociera.Nunca.Melanieseencogiódehombros,apartólamiradayacaricióalanimal
detrásdelasorejas.–Talvezhayapresentidoquemegustanlosperros.«O tal vez Jack y yo estuvimos juntos en tu cocina antes de que me
marcharadetuapartamentoenmitaddelanoche».LoúnicoqueescuchóMelanieeranlosjadeosdeJackcuandoAdamse
leacercómás,sindudaobservándola.Sepusotannerviosaquetuvoquedeciralgo.–Deberíamos empezar. Seguramente tardaré bastante en regresar al
hotel.–Todavía no entiendo cómo conseguiste llegar hasta arriba de la
montaña,peronovasaregresarpronto–Adamseñalólosventanalesconla cabeza. El agua caía en ráfagas laterales–. Dicen que hay pequeñasriadasalospiesdelacolina.–Soyunabuenaconductora.Nomepasaránada.–No hay coche que pueda superar una riada. Tengo espacio de sobra
paraquetequedes.Insisto.Quedarse era el problema. Cada momento que Adam y ella pasaban
juntos era otra oportunidad para que él la recordara, y entonces tendríaquedarlemuchas explicaciones.Talvez aquellano fueraunagran idea,peronoteníaopción.–Esosupondríaunacosamenosdelaquepreocuparme.Gracias.–Teacompañaréaunodeloscuartosdeinvitados.–Preferiríaquenospusiéramosatrabajar.Asípodríaacostarmepronto
y empezar fresca por lamañana –sacó un par de carpetas de la bolsa–.¿Tienesundespachoenelquepodamostrabajar?–Estaba pensando en la cocina. Abriré una botella de vino –Adam se
acercóa la islade lacocinaysacóunascopasdevinodelarmaritoquehabíadebajo.Melanie dejó el material sobre la isla de mármol del centro y tomó
asientoenunodelosaltostaburetesdebar.–Nodebo,perogracias–abrióunadelascarpetasydejó laotraenel
taburetedeallado.–Tú te lo pierdes. Es un Chianti de una bodega muy pequeña de la
Toscana.Nopuedesconseguirestevinoenningúnsitioquenoseaenelsalóndeldueñodelviñedo–Adamsedispusoaabrirlabotella.Melaniecerrólosojosyrezóparapedirfuerzas.BebervinoconAdam
lehabíallevadounavezauncaminoquenoqueríavolverapisar.–Probaré un poco –le detuvo cuando le llenó la mitad de la copa–.
Gracias.Asíestáperfecto.El primer sorbo que dio le provocó una oleada de calor por todo el
cuerpo. Una reacción negativa teniendo en cuanta con quién estababebiendo.
Jackseacercóaellaylecolocólaenormecabezaenelregazo.Adamdejólacopayfruncióelceño.–Hayalgoentiquemeresultamuyfamiliar.
CapítuloDos
–Lagentedicequetengounrostromuycomún–lavozdeMelanieteníaun tono nervioso. Se dio la vuelta y prácticamente hundió la cara en lacarpeta.Adamseconsiderabaunexpertoendescifrarelmensajeocultoen las
palabrasdeunamujer,sobretodoenelartedeldespiste.«Nopuedocreerquevayaaintentarocultarlo».–¿Hastrabajadoalgunavezparamí?Ellaseencogiódehombrosyclavólamiradaensuagenda.–Meacordaría.Habíallegadoelmomentodesubirlatemperatura.–¿Hemostenidounacita?Melanievaciló.–No,nohemostenidoningunacita–señalóconeldedounapáginadela
agenda–.Entonces,lasentrevistas…Adam se acercó y observó la página. Se perdió en la confusión de
nombresdepublicaciones.–Nomeextrañaquemiasistenteentraraenpánicoestatarde–pasólas
páginas–.Normalmentetrabajodieciochohorasaldía.¿Cuándosesuponequevoyaencontrartiempoparaesto?–Tu asistente dijo que te reorganizaría la agenda. La mayoría de las
fotosylasentrevistasseharánentucasaoenlaoficina.Yomeasegurarédequetengastodoloquenecesitas.En aquelmomento, lo quemás necesitaba era buscar consuelo en un
segundobourbonencuantoacabaraconelChianti.Continuarconaquellafarsanoleapetecíanada,ylanegativadeMelanieareconocersupasadocomún le resultaba muy frustrante. Necesitaba una respuesta para lapregunta que le había rondado la cabeza durante el año pasado. ¿Cómopodíaunamujercompartirunanochetanextraordinariadepasiónconélyluegodesaparecer?–Por el momento, la entrevista más importante es la de la revista
MetropolitanStyle –continuóMelanie–.Van a hacer también fotos en tucasa.Voyallevaraundecoradorparaasegurarmedequeelambienteseaperfecto para las fotos. Jack tendrá que ir a la peluquería, pero yo meocupodeeso.
–Jack odia a los peluqueros. Tendrás que contratar al suyo, perosiempretienetodaslashorasreservadassemanasantes.–Haré lo que pueda, pero si no está disponible tendré que contratar a
alguien.Jackesimportante.Alagenteleencantanlosperros.–¿Cómosabíasqueteníaperro?Melanieseaclarólagarganta,–Selopreguntéatuasistente.Teníaunarespuestaevasivaparatodo.–Ysinohubieratenidoperro,¿quéhabríashecho?–Hago todo loque seanecesarioparaquemis clientesdenunabuena
imagen.–Perotodoesmentira.Lasmentirasseacabandescubriendo.Melanie dejó el bolígrafo y aspiró con fuerza el aire. Se subió las
mangasdelablusacongestodecidido.–El decorador es una pérdida de tiempo –aseguró Adam–. Mi
apartamentoestáperfecto.–Tenemosquehacerqueparezcaunhogarenlasfotos,nolaguaridade
unsoltero.Adam vio allí su oportunidad. Ella sabía cómo era su apartamento,
porquelahabíaseducidoallí.–Entonces tendréque librarmede lacoleccióndeetiquetasdecerveza
deneón, ¿verdad?Estánpor todaspartes–no tenía semejantecosa,peronovacilóeninventárseloparapillarla.Melanieapretóloslabios.–Yahablaremosdeesomástarde–afirmócontonofrustrado.–No,quierosolucionarloahora–Adamestabadispuestoapasarsehoras
inventandotonterías–.Haygrifosdecervezaenlacocina,ynecesitosabersivanafotografiarmidormitorio.Tengounacamaredonda.–Esoesridículo.–Muchoshombrestienencamasdeeseestilo.–Perotúno–leespetóella.Sequedópálida.–¿Túcómolosabes?–lepreguntó.Melaniesepusomásrectaenlasillaytratóderecomponerse.–Eh…–Estoyesperando.–¿Quéesperasexactamente?
–Estoyesperandoaoír laverdaderarazónpor laquesabesque tengoperroycómoesmiapartamento.Estoyesperandoaquelodigas,Mel.Melaniedejócaerloshombros.–Teacuerdasdemí.–Porsupuesto.Yonuncaolvidoaunamujer.Tehascambiadoelpelo.Aellaseleaceleróelpulso.–Sí,melohecortado.–Yelcoloresdiferente.Lorecuerdoextendidoen laalmohadademi
cama–Adamsepusodepieyvolvióalaisladelacocinaparallenarselacopa.Alparecerestabaenfadado,porqueaellano leofreciómás–.¿Deverdadno te pareció unproblema aceptar este trabajo sabiendoquenoshabíamosacostado?Supongoqueesonoselocontaríasamipadre.Adamteníatodalarazón,peronecesitabaeldinero.Suantiguosociose
había marchado dejándola a cargo de un crédito astronómico. La peorparteeraquetambiénfuesunovio,yquesehabíaidoporqueseenamoródeunadelasclientas.–Espero que podamos ser discretos con esto. Creo que es mejor
reconocerquefuealgopuntualynopermitirqueafecteanuestrarelaciónlaboral.–¿Algo puntual? ¿Eso fue? No me pareces una mujer que vaya por
Manhattanyéndoseconhombresquenoconoce.¿Yquéhaydelcontratoque te hizo firmar mi padre, la cláusula de no confraternizar con elcliente?–Esoesexactamenteporloquepenséqueseríamejorignorarnuestro
pasado. Necesito este trabajo y tú necesitas limpiar tu imagen. Los dossalimosganando.–Asíquenecesitaseltrabajo.Estoesunacuestióndedinero.–Sí, lonecesito.Tupadreesunhombremuypoderosoyesto seráun
granimpulsoparamiempresa.–¿Ysitedigoqueyonoquierohaceresto?Melanie tragó saliva. Adam no paraba de ponerle obstáculos en el
camino.–Mira,entiendoqueestésenfadado.Elescándaloesterribleyyonohe
mejorado las cosas al confiar en que nome reconocerías. Ha sido unaestupidezpormiparteylosiento.Perosiestásbuscandounarazónparaseguir con esto, solo tienes que pensar en tu padre. No solo estápreocupadoporsuempresaylareputacióndesufamilia,sinoporti.No
quiere que tu talento quede ensombrecido por las historias de losperiódicossensacionalistas.Sehizoelsilencio.Adamparecíaestarreflexionando.–Teagradezcolasdisculpas.–Gracias por aceptarlas –Melanie aspiró con fuerza el aire y deseó
haberpuestofinalasituación.Entonces se volvió a hacer el silencio y a Melanie le rugió tanto el
estómagoqueAdamabriólosojosdeparenpar.–Eseruidoesmuyinquietante–sedirigióalaneveraysacóuncuenco
tapado–. Mi cocinera hizo una salsa marinera antes de irse. Solo mellevaráunosminutoshacerunapasta.–Déjameayudarte–lepidióella.Deseabadesesperadamentehaceralgo
paradistraerse.–¿Ayudarmeaqué?¿Aponeraguaahervir?–Adamllenóunacacerola
altaconaguaylapusoenlavitrocerámicadeseisfuegos–.Podríahabertepreparadomisfamososhuevosrevueltossiaquellanocheno tehubierasmarchadoaescondidascomoCenicienta.Aquel hombre no tenía miedo a tocar temas incómodos. ¿Qué se
suponíaquedebíadecirella?–¿Notienesnadaquedecir,Cenicienta?–Losiento–Melanieseaclarólagarganta–.Nopodíaquedarme.Adamechólasalsaenunasarténysacudiólacabeza.–Esaesunaexcusaterrible.Excusa o no, no podía quedarse de ningunamanera.No podría haber
soportadoel rechazodeAdama lamañana siguiente.Oírledecirque lallamaríacuandosabíaqueno loharía.Yahabía sufridounmenospreciodolorosoaquelmes,ydelhombreconelquecreíaquesecasaría.–Losiento,peroeslaverdad.Salíavapordelacacerola,yelaromadelasalsainundabaelaire.Adam
echólapastafrescaenelagua.–Solomepreguntoporquénotequedastecuandohayunaquímicaasí
con alguien. O almenos despedirte, o dejar una nota. Ni siquiera sabíacómoteapellidabas.Unmomento, ¿había dicho química?Melanie pensaba que había sido
solocosasuya.Adamclavólamiradaenlasuyayentornólosojos.–Talvezalgúndíamedigaslaauténticarazón.
No,esonoibaaocurrir.Adamagarrólasasasdelacacerolaconuntrapodecocinayvacióel
contenidoenuncolador.Luegovertiólapastaenlasarténconlasalsaylaremoviócongarbo.Elhombremásbrillantedelmundodelosnegociosde los últimos tiempos, el hombreque le había dado lamejor nochedepasióndesuvida,estabacocinandoparaella.Adamdividiólapastaendoscuencosypusoquesoparmesanorallado
porencima.Dejóunodeloscuencosdelantedeellaylevolvióallenarlacopadevinoantesdehacerlomismoconlasuya.–Salud–dijosentándoseasuladoyentrechocandolascopas.–Gracias. Esto tiene un aspecto increíble –comió un poco y luego se
limpiólabocaconlaservilleta–.Estádelicioso.Bueno,ahoraquehemosarreglado las cosas, ¿te parece bien que empecemos a trabajarmañana?Necesitamosenterrarelescándalodelaprincesajuerguista.–¿Nopodemossencillamenteignorarlo?Sinosponemosaladefensiva,
¿noestaremosalimentandoelfuego?–Si tuviéramos un año o más, eso podría funcionar. Pero con la
enfermedaddetupadre,nocontamosconesetiempo.Sientodecirloasí.Adam dejó escapar un suspiro y puso el tenedor en lamesa.Melanie
sintiólástimaporél.Nopodíani imaginarporloqueestaríapasandoalencontrarse a puntode ascender al puesto con el que soñabadesdeniñodebidoalcáncerterminaldesupadre.–Sí. Me lo contó en secreto. Creo que necesitaba que entendiera lo
urgentequeesesto.Escrucialque la juntadedirectores teveabajounamejorluzyasíapruebentucandidaturaalapresidencia.Elescándalotieneque serun recuerdodistante cuando seanuncie formalmente la sucesiónenlagaladelaempresa.Yparaesosolofaltanunassemanas.–Lajuntadedirectores.Buenasuerte–Adamsacudiólacabeza.Enaquel
momentolesonóelmóvil–.Losiento,tengoquecontestar.Adam se levantó del asiento y se acercó a la zona del salón.Melanie
agradeció el descanso. Aunque él cooperara, la presión de cambiar lapercepciónde lagente en el plazodeunmes resultabamonumental.Noestabamuyseguradepoderconseguirlo,peroteníaquehacerlo.–Losiento–dijoAdamcolgando–.Problemasconellanzamientodela
nuevaaplicación.–Notedisculpes,loentiendo–Melaniesepusodepieyllevóelplatoal
fregadero.Loenjuagóantesdemeterloenel lavaplatos–.Tú terminade
cenar.Yovoyabuscarmimaletayadescansarunpoco.Simedicesdóndeestálahabitacióndeinvitados…–Llámame anticuado, pero creo que ningunamujer debería salir a la
lluviaabuscarunamaleta.Yoloharé–alzóundedoalverqueellaibaaprotestar–.Insisto.Melanie vio desde el umbral cómo salía al viento y a la lluvia sin
chaqueta.Cuandovolvióaentrarteníaelpeloylacamisaempapados.–Tuhabitaciónestáarriba.Lasegundapuertaaladerecha.Adamfuetrasellasmientrassubíaporlaenormeescalera.–¿Esta?–preguntóMelanieasomandolacabezadentro.Adam pasó por delante de ella y encendió la luz, iluminando un
dormitorioequipadoconunapreciosacamadematrimonio,chimeneadepiedraysupropiazonadeestar.–Esperoqueestésagustoaquí–Adamentróypusolamaletasobreun
soportealladodeunapreciosacómoda.–Esperfecto–Melaniesegiróparamirarle,supresenciafísicaejercía
sobre ella una influencia injustificada. Su cerebro no tenía muy clarocómoreaccionarasuamabilidad,perosucuerposabíaperfectamente loquepensaba.Volvióasentirunaleteoenelpecho–.Graciasportodo.Porlahabitación.Porsubirmelamaleta.–Sientodecepcionarte,peronosoyelsinvergüenzaqueelmundocree
quesoy–pasópordelantedeellaysedetuvoenelumbral.Melanie no estaba muy segura de cómo era Adam, de dónde estaba
realmentelaverdad.Talvezloaveriguaraaquelfindesemana.Otalveznunca.–Eso está bien. Eso hará que sea mucho más sencillo mostrarle al
mundolamejorpartedeAdamLangford.UnasonrisapícaralecruzóelrostroaAdam.–Mehas visto desnudo, así que sabes perfectamente cuál esmimejor
parte.Melaniesintióqueleardíanlasmejillas.–Buenasnoches–dijoAdamdándoselavueltaparamarcharse.
Melanieestabasentadaenlacama,mediodormida,conlasuavecolchasubidahastaelpecho.Lanocheanteriornohabíasalidosegúnsusplanes,peroenmuchossentidos,eraunalivioquetodohubierasalidoalaluz.
Había tardadomuchashorasendormirse.QueAdamlerecordaraquele había visto desnudo había servido para afianzarla en su idea dedescubrircuálerasumejorparte.Lástimaquenopudieravolveraverleasí.Retiró las sábanasymiróhacia fuera,haciael terrenoque rodeaba la
casa.Unarroyodiscurríaentre losarreglados jardinesy losaltospinosenmarcabanlavisióndelasmontañasquehabíaatrás.Eraunnuevodía,latormentaquedabaatrás.Horadeempezardecero.Sacó la bolsa demaquillaje y se dirigió al bonito baño de invitados.
Tras una ducha rápida, se puso base demaquillaje y un antiojeras paraocultar la falta de sueño. Un toque de colorete, raya de ojos y rímel.Arreglada,peronodemasiado.Rematóconunpocodebrillodelabiosentonomelocotónyluegose
atusó el pelo con el corte estilo Campanilla. Cortárselo y cambiarse elcolorparaolvidarsede sumentirosoexhabía sidounamedidadrástica,peronohabíafuncionado.TodavíanohabíasuperadoqueJoshsehubieraidoconotramujer,dejándolaaellacargandoconelcrédito.No, talvezparecieradistintaporfuera,peropordentroeralamismaMelanie,herida,solitariaytambiéndecididaanoabandonarnunca.Sepusouna camisetablanca, chaquetanegrayvaqueros ajustados.Se
calzóunasbailarinasplanasycorrióescalerasabajo.Delacocinasalíaeloloracafé,ysesentíallenadevigoryrenovada.EntoncesvioaAdam.Noestabapreparadaparaversupechodesnudo.Nisuvientredesnudo.
Nielestrechofilodevellobajosuombligo.Niversucuerpoperladoporelsudor.–Buenosdías–Adamestaba en la cocina consultandoel teléfono–.He
preparado café. Déjame servirte una taza –se dio la vuelta, abrió unarmarito y sacó una taza. Un comportamiento muy educado mientrasmostraba los esculpidos contornos de los hombros y los definidosmúsculosdelaespalda–.¿Azúcar?¿Leche?–Las dos cosas, por favor –Melanie sacudió la cabeza para intentar
pensarconclaridad–.Yoloharé.–Sírvetetúmisma.¿Hasdormidobien?Melaniesesirvióelazúcarycentrólaatenciónenlahumeantetazade
café.–Sí,gracias.Estoylistaparatrabajarcuandotúdigas.Hoytienesmucho
quehacer.
–Yaheentrenado.–Ya lo veo –Melanie se dio la vuelta, pero incluso una fracción de
segundo era demasiado tiempo para mirar a Adam en aquel momento.Desvió la mirada por toda la cocina, desesperada por encontrar algodesagradablequemirar.–¿Pasaalgo?–No.Pero…¿nopodríasponerteunacamiseta?–¿Porqué?¿Temolesta?Nopuedoevitar tenercalor–Adamsonrióy
sepasóunamanoporelvientrelisoydesnudo.–Esunpocodifícilmantenereltonoprofesionalsitepaseasporlacasa
mediodesnudo.Además,¿noesdebuenaeducaciónponerseunacamisaparadesayunar?–Asíes.Mipadre siempremeobligabaaponérmelacuandoeraniño.
También me dijo que usara hilo dental a diario y que me cambiara decalzoncillos.Hoyhehechodosdetres.Nadieesperfecto.Sabíaloqueestabahaciendo.Laestabavolviendolocaporquepodía.–Mira, tenemos muchísimo trabajo. Te sugiero que te des una ducha
paraquepodamosempezar.–Seríamásrápidosialguienmeenjabonaralaespalda.–Adam, por favor. ¿Recuerdas el contrato que firmé? Nada de
relacionespersonales.Yome tomoestascosasmuyenserioy séque tupadretambién.–Eh,erestúquienhasugeridolodeladucha,noyo.Melaniedejóescaparunsuspirodedesesperación.–Las cosas seríanmás fáciles si colaboras. ¿Por qué tienes que hacer
bromasdetodo?–Porqueessábadoytrabajocomounburrotodalasemana.Preferiría
leer un libro o ver un partido que practicar preguntas y respuestas paraunaentrevista.–Séqueodiasesto,pero tenemosqueponer finalescándalo–sonóel
teléfonodeMelanie–.Disculpa, tengoquemiraresto–elmensajenoeraunabuenanoticia–.Hasalidoalgonuevoen losperiódicosestamañana.Un reportero ha conseguido una entrevista con tu exprometida. Por esometienesquedejarhacermitrabajo.
Adam se desató las zapatillas de deporte mientras sostenía el móvil
entrelaorejayelhombro.Sumadrerespondióenseguida.–Hola,mamá.¿Estápapáporahí?–¿Noquiereshablarconmigo?–Claro que sí, pero quería saber qué tal está papá –se quitó los
calcetinesyloslanzóalcubodelaropasucia.–Tu padre está bien.Le controlo las llamadas. Si no lo hago contesta
llamadasdeltrabajodurantetodoelfindesemanaynuncadescansa.Ylonecesita.–¿Estácansadoahora?–Sí.Losvierneseselpeordía.Noséporquésigueempeñadoenira
LangTeltodoslosdías.LangTeleralaoperadoratelefónicaquesupadrehabíafundadoenlos
añossetenta.Adamcreciócomosuheredero,perocuandofueaHarvardsediocuentadequenuncaestaríacontentoasumiendoelimperiodeotrapersona.Queríaconstruirelsuyopropio,yporesoprecisamentefundósuprimera empresa cuando todavía estaba en el instituto. Consiguió suprimera fortunaantesdecumplir losveinticuatro.Perode todas formas,cuandosuspadreslepidieronqueseocuparadeLangTelentrebastidorestras laenfermedaddesupadre,cumplióconsudeber familiar.Enaquelentonces no estaba muy claro el diagnóstico de Roger Langford y noqueríanqueparecieradébilportemoraunacaídabursátildelaempresa.Sesuponíaquesoloibaaserunensayo,yAdamlopasóconnota,pero
fue el peor año de su vida al tener que preparar el lanzamiento de suempresamientras dirigíaLangTel.Elmomentonopodía ser peor, justodespuésdequesuprometidaacabaraconsurelacióndedosaños.–En algún momento –continuó Adam–, vamos a tener que decirle al
mundoquesucáncerespeordeloquetodoscreen.–Estoydeacuerdo,pero tupadrenoquieredecirniunapalabrahasta
quetúhayassolucionadolascosasconlaprensa.Sumadrenofuecapazdepronunciarlapalabra«escándalo»yAdamse
lo agradeció. Al menos solo se había tratado de unas fotografías quealguieninfiltróynoalgopeor,comounvídeosexual.Adammiróelrelojqueestabaencimade lacómoda.Erancasi lasnueveymediayMelaniehabíadejadoclaroqueestabalistaparaponerseatrabajar.Se quitó los pantalones cortos y los calzoncillos y los lanzó hacia la
cesta.–Hablaré con papá de esto cuando vuelva a la ciudad. Tal vez pueda
regresareldomingoporlatarde.–Peroasegúratedellamarprimero.Todavíahayfotógrafosacampados
en la puerta de tu edificio. Tal vez tengas que entrar por la puerta deservicio.–Deacuerdo–Adamsepusoelalbornoz.–Siquieresquedarteacenarpodemosinvitaratuhermanatambién.Atu
padreleencantaría.–Eso suena estupendo.Anna y yo podemos intentar convencer a papá
paraquesepiensemejorlodelasucesióndeLangTel.Losdossabemosqueellaharíauntrabajoincreíble.Centraba su atención en que su padre le diera a su hermana la
oportunidadquequeríaymerecía.–Tupadre nuncadejará que tu hermanadirija la empresa.Quiere que
Annaseocupedeunmarido,noquesesienteenunajuntadirectiva.–¿Porquénopuedehacerambascosas?–Estoy a punto de perder a tu padre, ¿y ahora no quieres que tenga
nietos?Tú no tendrás hijos hasta que encuentres a lamujer adecuada, yDiossabecuándoocurriráeso.Yaestabaotravez.–Mira,mamá, tengo que irme. Tengo una invitada en casa y necesito
darmeunaducha–entróenelbaño.–¿Unainvitada?Adamabrióelgrifo.–Sí,MelanieCostello, lamujerquepapáhacontratadoparaesta inútil
campañaderelacionespúblicas.–Noesinútil.Tenemosquepreservarellegadodetupadre.Cuandoél
noesté tú serásel cabezade familia.Es importanteque seas reconocidoportutalento,noporlasmujeresdelasqueterodeas.Adamsuspiró.Nolegustabaquesumadrelevieradeaquelmodo.–Ydime,¿esguapa?Adamnopudoevitarreírse.–Mamá,estonoesunacita.Estrabajo.Nadamás–losespejosdelbaño
empezaron a empañarse–.Tengoque irme.Dile a papá queme llame sipuede.Estoypreocupadoporél.Adam se despidió y dejó elmóvil sobre la cómoda demármol.Dejó
caerelalbornozalsueloysemetióbajoladucha,deseandoqueelaguacalientesellevarasupreocupaciónporsupadreaunquesolofueradurante
uninstante.Pormuydesgarradoraque fuera laenfermedaddesupadre,nopodía
hacernadaalrespectoexceptoasegurarsedequesusúltimosmesesfueranfelices.EsaeraunadelasrazonesporlasqueAdamhabíaaccedidoalacampañaderelacionespúblicas.ConloquenocontabaeraconMelanie.
CapítuloTres
–¿Has visto mis carpetas? –preguntó Melanie mirando detrás de loscojinesdelsalón.Adam,queestabaocupándosedelfuego,seincorporóysesacudiólas
pernerasdesusimpecablesvaquerosmientrasnegabaconlacabeza.Melaniesiguiórebuscandoyporfinlasviodetrásdeunadelasbutacas
decuero.–¿SelashasdadoaJackparaqueselascomiera?–¿Eh?Claroqueno.Silasdejasteenlamesita,lashabráagarrado.Solo
tienetresaños,masticatodoloqueseencuentra.Melanie pasó las hojas de sus agendas. Una tenía la marca de los
enormesdientesenlasesquinas,ylaotrateníaellomoretorcido.–Espero que haya disfrutado de su aperitivo. Bueno, deberíamos
centrarnosenlapreparacióndelasentrevistas.Vasanecesitarayuda.–No lo dirás en serio. Soy imperturbable –Adam tomó asiento en el
sofáysepasólasmanosporelpelo.–De acuerdo, señor imperturbable –Melanie se sentó frente a él–.
Haremosunaentrevistafalsayveremoscómotedesenvuelves.–Bien.Deacuerdo.Melanieestabaal tantode las técnicasque losperiodistasusaríanpara
ponerlenervioso.–Señor Langford, hábleme de aquella noche de febrero con Portia
Winfield.Adamsonriócomosiestuvieranjugando.–De acuerdo. Salí yme encontré con Portia.Nos habíamos conocido
unosmesesantesenunafiesta.Bebimosdemasiado.–Nodigascuántobebiste.Tehacequedarmal.–¿Porqué?Esteesunpaíslibre.–Nodigasnuncaqueesteesunpaíslibre.Esunaexcusaparahacerlo
que te venga en gana sin atenerte a las consecuencias. Vamos, inténtalootra vez –lo animó, ignorando su gesto torcido–. Háblame de aquellanochedefebrero.–Yatehecontestadoconlaverdad.Ahoranosénipordóndeempezar.–Esos periodistas son expertos en el arte de confundir a la gente.
Quierenquedigasalgovergonzosooquetevengasabajo.Quierenalgo
jugoso.Tu trabajo es controlar la conversación.Hacer que el escándaloparezcaexactamenteloquetúquieres.–¿Yquéquieroqueparezca?–Dímelotú–Melaniejugueteóconelbolígrafosinapartarlavistadeél.–Nofuialadiscotecaconella.Melaencontré.–Eso hace que parezca que estabas allí para ligarte a alguna mujer.
Céntrateenlopositivo.Adamapretóloslabios.–Había estado trabajando como un loco en un nuevo proyecto y
necesitabasoltarunpocodepresión.–Losiento,peroeso tampoco funciona.Lodel trabajoestábien,pero
soltar presión hace que parezcas un hombre que utiliza el alcohol paradivertirse.–Claro,asíes–Adamsereclinósobreloscojines–.Creoquenovoya
poderhaceresto, ¿sabes?Micerebrono funcionaasí.Lagentemehaceunapregunta,yocontestoysigoadelante.–Séqueestoesdifícil,pero loconseguirás.Te loprometo.Solohace
faltaendulzarunpocotusrespuestas.–¿Porquénomedemuestrasaquéterefieres?Encasocontrariovamos
aquedarnosaquísentadosdurantedías.–Deacuerdo.Enprimer lugar tienesquedejar claro cómoempezó tu
relaciónconlaseñoritaWinfield.Algotipo:«ConozcoaPortiaWinfielddesdehaceunosmesesy somosamigos.Esunamujer encantadora, congranconversación».Adamalzóunacejaysonrió.–Tú ya sabes que no es la herramienta más afilada del cobertizo,
¿verdad?–Loúnicoquehedichoesqueesdivertidayhablamucho.UnaexpresióndeadmiracióncruzóelrostrodeAdam.–Continúa.Melaniesepensóloqueibaadeciracontinuación.Nolegustabalaidea
dequeAdamestuvieraconotramujer.Sentiresoerairracional.Noteníaningúnderechosobreél,ylareputacióndeAdamsugeríaquepodíaestarconcualquiermujerquequisiera.Elañoanteriortuvounbreveromancecon laactriz JuliaKeys justodespuésdequeella fueraelegida lamujermás bella delmundo.Melanie recordabamuy bien que ella estaba en lacoladelsupermercado,viendolacaraperfectadeJuliaenlaportadadela
revistaysintiendoenvidiaalsaberquelaactrizsalíaconelhombrequeellasolopudotenerunanoche.–Podrías decir que os tomasteis una copa juntos –dijo Melanie
volviendoalmomento.–Fueronmásdetres,yellayaibacargadacuandonosvimos.–Pero es cierto que en algúnmomento de la noche os tomasteis una
copa,¿verdad?–Claro.–Ahílotienes.Adamsonrió.–Sigue,porfavor.–Ahí es donde me atasco, porque no entiendo cómo acabasteis
besándoosyellaconelvestidometidoenlacinturilladelasbraguitas.Lasfamosasbraguitasdesaparecidas.Adamsuspiróysacudiólacabeza.–¿Tienesideadeloestúpidaqueestodaestahistoria?–Vasatenerquedescribírmelo.Adamsecruzódebrazossobreelpecho.–Labesé,yfuealgomásqueunpiquitoenlaboca.Esoescierto.Pero
enseguidamedicuentadeloborrachaqueestaba.Noibaairmásallá.Nosabíaqueleestabaenseñandoeltraseroatodoelbar.Acababadesalirdelbaño.Ytampocosabíaquealguienestabatomandofotosconelmóvil.A Melanie se le había enganchado más de una vez la falda en la
cinturilla de la braguitas por accidente, así que sabía que era unaexplicaciónplausible.–¿Y luego qué? –sentía curiosidad a pesar de que la historia la hacía
sentiruntantoincómoda.–Ledijequemeparecíabuena ideaacompañarlaal cocheparaqueel
chófer la llevara a casa.Me senté en un taburetemientras ella volvía albaño.Laacompañéfuera,peroellaapenaspodíaandaryseagarrabaamí.Selecayóelmóvilenlaacera,seagachópararecogerloperoyoseguíarodeándolaconelbrazo.Ahífuecuandoleenseñóatodoelmundosu…yasabes.–Ah,sí.LaimagenquehaprovocadounmillóndebromasenInternet.–Tedigoqueyonoteníaniidea.–Yapartirdeahí, todoelmundodioporhechoque tú lequitaste las
braguitasenladiscoteca.
–Sí,peroesonofueloquepasó.Notengoniideadequéhizoconellasniporquéselasquitó.Yoestabaintentandoportarmebien.–Larealidadesquealaprensaleencantapillaralosfamososhaciendo
tonterías,perolamalapublicidadnoleafectaaellacomoteafectaati.Loúnico que hace ella es pasarse el día dando vueltas en una limusina yyendo de compras. Si acaso, esto la hace más interesante para susseguidores.–Nuncadebíinvitarlaaunacopa.Nitampocobesarla.Melanie casi sintió lástima por él. No había hecho nada malo. Todo
habíasalidomal.–¿Vasadecirmeloquemiexdijoenelperiódicosobreesteescándalo?
Nocreoquepuedaleerloyomismo.Melanie se estremeció porque sabía que era algomuymalo. Si su ex
hubieradichoalgotanhorribledeellaalgunavez,seguramentesehabríamuerto.–Nocreoquedebamospreocuparnosporeso.–No,quierosaberlo.Cuéntamelo–aseguróAdamconfirmeza.–Recuerda que tú lo pediste –Melanie buscó el artículo en elmóvil y
aspiróconfuerzaelaire–.Diceasí:«Meencantaríadecirqueestoesunasorpresaparamí,peronoloes.Adamsiemprehasentidograndebilidadpor las chicas guapas. No sé si es capaz de tomarse a algunamujer enserio.Desde luego,creoquenoescapazdeamar.Siento lástimaporél.Espero que algún día aprenda a estar con una mujer y a entregarse deverdad».Adamselevantódelsofádeunsalto,seacercóalachimeneayempezó
aremovernerviosolostroncos.–Séqueestásenfadado,peroquemar lacasano servirádenada–dijo
Melanie.–¿Tienesideadelodolorosoqueesesto?¿Quenosoycapazdeamar?
Ellaeramiprometida.Íbamosacasarnosyatenerhijos.–Parecequelaqueríasmucho.–Laquería.Enpasado–siguió atizando el fuego–.En cuantomedejó
supequeellanuncamehabíaamadoenrealidad.Melanie se preguntó si sería verdad, si Adam supo al instante que
aquellonohabíasidoamor.EllatardómesesenaveriguarlocuandoJoshsemarchó,yenmuchossentidos,aquellohizoqueeldolorfuerapeor.–¿Porquétedejó?Sinoteimportaquetepregunte–lacuriosidadera
demasiadogrande.–Dijoqueestabademasiadocentradoeneltrabajo–Adamseencogióde
hombros–.Siquieressabermiopinión,creoquesedesilusionóalverqueno quería dilapidar la fortuna de los Langford en fiestas y viajes. Esridículo. Trabajo duro porque así me criaron. No sé hacerlo de otromodo.–Trabajarduronoesnadavergonzoso.–Por supuesto que no, pero yo no conté mi parte de la historia a la
prensa.Tuvequeaceptarlascosasterriblesqueelladijosobremí.–Lo siento.Séque esdifícil que tuvidapersonal esté expuestade esa
manera.–Yonosoyeltipodeesasfotos.Eresconscientedeello,¿verdad?–Desgraciadamente,alagenteesloúnicoqueleinteresa.Adamsacudiólacabezadisgustado.–Todo esto es ridículo. ¿No podemos volver a mi plan original e
ignorarlo?–Sinoquieresqueloprimeroquepienselagentealescuchartunombre
seaenlasbraguitasdePortiaWinfield,no.Adamgruñóyvolvióadejarsecaerenelsofá.–Entoncessigamos.Melaniecerrólaagendayladejósobrelamesita.Teníaquecambiarde
temaporelbiendelosdos.–Hablemos del vestuario. Para las sesiones de fotos,me gustaría que
aparecieras arreglado pero informal. Buscaremos un traje para laspublicacioneseconómicas,peroparalasrevistasdeestiloestoypensandoenvaquerososcurosycamisadevestir.Sincorbata.Megustaríaverteconunacamisa lavanda.Te resaltará losojos,y lasmujeres reaccionanbienanteloshombresquenotienenmiedoallevarcoloresmássuaves.–Debes estar de broma. Yo voy de azul, gris y negro. Ni siquiera sé
cómoeselcolorlavanda.–Noteestoypidiendoqueescojaselcolordeunacajadeceras.Solote
pidoquelolleves.–Deningunamanera.Nadadelavanda.Melanieapretóloslabios.Nopodíaganartodaslasbatallas.–Entonces que sea azul.Azul claro.Nadademasiadooscuro.También
tendrás que maquillarte, sobre todo para las apariciones en televisión,peronotendrásquehacernadamásquesentarteahíydejarqueseocupen
deello.Noduele.–¿Dóndeaprendistetodoesto?–Estudiéenlauniversidad.–No.Esascosassobreelcolorlavandaylasmujeres.–Digamosquecrecíenunafamiliaenlaquelasaparienciaseranmuy
importantes–aquello eraquedarse corto, perono estabapor la labordeabriraquellacajadegusanosenparticular.–¿Ah,sí?¿Aquéterefieres?Melaniehizoungestodespectivoconlamano.–Esmuyaburrido,créeme.–Mira,necesitounrespirodespuésdelafalsaentrevistaydeloqueme
hasleído.Asíquecuéntame.Melanienoquisorechazarle,sobretodoporqueodiabacuandoélselo
hacíaaella.Talvezbastaríacondarleunascuantaspinceladas.–Para mis padres eran muy importantes las apariencias, aunque mi
madremuriócuandoyoeramuypequeñaynolarecuerdomuybien.Perosírecuerdoamipadre.Adamfruncióelceño.–¿Quétedecía?Melanie se encogió de hombros y semiró el regazo. Se había dicho
muchas veces que no permitiría que esos recuerdos la hicieran sentirpequeña,peroasíera.–Meordenabaponermeunciertovestido,opeinarmemejor,parecerme
más a mis hermanas. Soy la pequeña de cuatro chicas y era un pocochicazo de niña. Todas participaban en concursos de belleza.Mimadreganómuchosde joven, pero ella era impresionante.Yo sabíaquenuncaestaríaalaaltura.–¿Porqué?Eresmuyguapa.Melaniesesonrojó.Parecíaunatontería,perolegustóescucharaAdam
decirqueeraguapa.–Noessoloeso.Tienesquesubirteaunescenario,sonreírdeunmodo
impecable, saludar de una manera determinada y seguir un millón denormasquealguiendecidióenalgúnmomento.Yonopodíahacerlo.Nopodíaseresachicadeplástico.Adamserascólabarbilla.–Y sin embargo, escogiste una profesión que implica un montón de
humoydejuegodeespejos.
Melanienuncalohabíavistoasí.–Peropuedohacerlascosasamimaneracuandoquiero.Esuntrabajo
creativoydeestrategia.Meencantaesaparte,ynuncameaburro.–¿Participasteenalgúnconcursodebellezadeniñaofuisteunarebelde
desdeelprincipio?–Soloenuno.Dehechologané,peroparamífuesuficiente.–¿PequeñaMissVirginia?PorqueeresdeVirginia,¿verdad?–Sí,delaVirginiarural.Delasmontañas.Ynopuedodecirtequétitulo
ganéporqueeshumillante.–Ahora tendrásque contármelo.Nadiepuede apartarsedemi lado sin
habercompartidoalmenosunahistoriahumillante.Ellasacudiólacabeza.–No. Lo siento. Estamos hablando de trabajo. Volvamos al tema del
vestuario.–Vamos,¿ysiteprometoquemepondréunacamisalavanda?–Vale, de acuerdo. Fui coronadaPequeñamiss Suero deLeche.Tenía
cincoaños.Adamsoltóunarisilla.–NopuedocreerqueganaraselcodiciadotítulodePequeñamissSuero
deLeche.Melanie se inclinó hacia delante y le dio una palmada en la rodilla.
Nuncalehabíacontadoaningúnhombreaquellaestúpidahistoria.–Yaqueteinteresa,tediréquecreoqueloganépormitalento.Erauna
excelentebailarinadeclaqué.–Nomecabeningunaduda.Tehevistolaspiernas,Melanietragósalivaysecolocóunapiernadebajodelaotra.Adamse
aclarólagarganta.–Seguramentetuspadresteobligaronahacercosasquenotegustaban
cuandoerasniño.–Sí. A mis amigos sus padres les regalaban guantes de béisbol por
Navidad. Amíme regaló unmaletín. Pero quieromucho ami padre –murmurócontristeza.–Esa fue la razón por la que me dejaste venir. Para hacer feliz a tu
padre.–Esaesunadelasrazones.
***
Melanieyélllevabanhorashablandodeentrevistasyvestuario.Habíanprofundizadoenlosdetallesdesupasadoenlosquedebíancentrarseylosque debían evitar. Melanie le había reprendido por enfrentarse a losfotógrafos cuando se ponían pesados. Adam lo había hecho en unaocasión,peronoestabasegurodepoderprometernadaalrespecto.AdmiróaMelaniemientrasellaconsultabaelrelojporterceraocuarta
vez. Estaba especialmente bella bajo la débil luz del día, con un brillorosadoenlasmejillasquelehacíajuegoconeldelaboca.–¿Tienesqueestarenalgúnotrositio,SuerodeLeche?–Si vas a llamarme así, al menos enciende la televisión para que
podamosverelbaloncesto.Estájugandomiequipo–Melaniesonrió.–Sí, por supuesto –Adam agarró el mando y encendió la televisión–.
Peroespera,laNBAnoempiezahastajunio.–Estoy hablando del equipo universitario –ella sacudió la cabeza y le
miróconaquellosojosazulestanmágicos.–Tusdeseossonórdenesparamí–Adambuscóentreloscanaleshasta
que encontró el partido–. A mí me gusta más la NBA que la ligauniversitaria,peroestoydispuestoavercualquiercosa.Melanie se acercó al extremo del asiento y observó con atención la
pantalla.–Laligauniversitariaesmuchomejorquelaprofesional–noapartólos
ojos de la televisión–.No puedo soportar un partido con un puñado demillonariosdandovueltassinjugaraladefensiva.–Esosuenaalamayoríadelasfiestasalasqueyovoy.–Apuestoaquesí.LaintencióndeAdamhabíasidohacerlareír,peroalpareceraquelera
unasuntoserioparaMelanie.–¿Tienescerveza?–levolvióamirarysonrióconexpresiónbeatífica–.
Siperdemosmemuero.Adamselevantódelsofá.–Marchandouna cerveza–entró en la cocina, sacódos cervezasde la
nevera,agarróunabolsadepatatasdeladespensayvolvióalsalón.–Gracias –Melanie alzó la vista para mirarle y sus dedos se tocaron
cuandoagarrólabotella.Teníalosojosabiertosdeparenpar.Sepodríapasarlavidaobservandosusprofundidades.Ellalehizoungestoparaqueseapartarayestiróelcuello.
–¿Puedesquitarte?Noveo.Adam obedeció y se acomodó a su lado, dejando una distancia
prudencial y deseando que pudieran sentarse cadera con cadera. ¿CómoseríavolverapasarunanocheconMelanie, tenerlaacurrucada,besarla,deslizarlelosdedosporlamandíbula?Cuando Melanie cruzó por aquella puerta veintidós horas atrás, no
estabamuy seguro de qué esperaba exactamente, aunque sí sabía lo quequeríaquesucediera.Queríaescucharlaconfesarquedejarleenmediodelanocheeraladecisiónmásestúpidayprecipitadaquehabíatomadoensuvida, que esperaba que Adam la perdonara, que quería una segundaoportunidad.Nosehabíaacercadoniporasomoaello.Siendo imparcial, entendía
sus razones aunque le resultaran decepcionantes. Así que en lugar dedisfrutardeotroapasionadoencuentrosexual,seteníaquelimitaraverelbaloncestoytomarcervezaconella,unamujerinteligenteysexy.Podríahabersidopeor.TalvezMelanieesperaraqueélvieratambiénelpartido,peronopodía
dejarpasar laoportunidaddeobservarla.Separecíamuchoa laprimeravez que la vio en la fiesta del ParkHotel. Se fijó en ella porque estabahablandoconunodesusmayoresrivalesenlosnegocios.Surisamusicalllenaba el abarrotado espacio, elevándose por encima de lasconversaciones, y le despertó la curiosidad. Mientras escuchaba áridascharlas sobre inversiones y empresas, Adam hizo un esfuerzo pormantener los ojos apartados de ella. Todo su ser cobraba vida cuandohablaba.Eraunfaroenmediodeunmardeaburrimiento.Noventa minutos más tarde, tras la montaña rusa de emociones de
Melanieentreeljúbiloylarabiaporelpartido,suequipoibaperdiendoporunpuntoyquedaban solodoce segundos.Dejóclara su resignacióndurantelapausacomercial.–Tendría que haber imaginado que era demasiado bueno para ser
verdad–segiróhaciaélconexpresiónvulnerable.AAdamlecostó trabajo lidiarcon ladecepcióndesu tonodevoz.Si
Melanie fuera suya, no dudaría en estrecharla entre sus brazos. Quédiablos,inclusohabríapagadoalárbitroparaqueganarasuequipoyellafuerafeliz.–Nuncasesabe.Haytiempodesobraparahacerunbuenlanzamiento.–Sí,claro.Esonovaapasar.
Volvió el partido.Unode los jugadores del equipo deMelanie estabaesperandoparalanzarlapelota.Melanieselevantódelsofádeunsalto.–Nopuedomirar –se balanceó sobre los talones y sacudió lasmanos
comosiselehubieranquedadodormidas.Adam no tuvo más remedio que admirar el atractivo de su trasero.
Deseabavolveraacariciárselo.–¡Lánzala!–gritóella.Eljugadortiródesdelalíneadetrespuntos…yencestó.Melanieempezóadarsaltosconlosojoscomoplatos.–¡Haencestado!–selanzóalosbrazosdeAdamylodevolvióalsofá–.
¡Oh,Diosmío,Adam,hemosganado!–afirmósinaliento–.Teníasrazón.Éllarodeóinstintivamenteconlosbrazosyaspiróeldulcearomadesu
pelo.–Sí, eso parece. Es maravilloso –aunque no tan maravilloso como
aquello.–Lo siento–Melanie se apartóunos centímetros y sacudió la cabeza–.
Nohabíamosganadouncampeonatodesdequeyoeraniña.–Nolosientas.Estoeslomejorquemehapasadoentodalasemana–
Adam le deslizó los dedos por la espina dorsal mientras Melanie seinclinabasobreél.Losdosestabantodavíasentados,peroinclinados.–Notendríaquehaberteabrazado.Hasidopocoprofesional.–Creíquenoshabíamosdadounrespirodeltemaprofesional.Ellalemiróalosojos.–¿Novasasoltarme?–Túmeestássujetandotambiénamí.Melaniepusolosojosenblanco.–Estoytratandodemantenermerecta.Adam escuchó cada palabra que dijo, pero sus labios resultaban
demasiadotentadores.–Puesdejadeestartanrecta.AntesdequeMelaniesupieraquéestabapasando,Adamlabesó.Yella
lecorrespondiócomounatonta.DiosSanto…suboca,susmanos,sucuerpo…eralatentaciónservida
en bandeja de plata. Era el combustible para su fuego, los cuerpospegados,supesocontraelsuyo,loslabiospidiendomás.Elfuegodesuinteriorfinalmenteteníaloquenecesitabaparaseralimentado.Loslabios
de Adam eran increíblemente suaves aunque no quedaba duda de susintenciones poderosamente viriles. La deseaba. Él estaba al mando.Melanielosentíaencadarocedesusmanosbajoelsuéter,agarrándolelacintura,losfuertesbrazostumbándolasinesfuerzo.Labesóenlamejilla,deslizándosehastalamandíbulayeldelicadopuntodetrásdelaoreja,elpuntoqueleprovocabaescalofríosenlaespinadorsal.Melaniesearqueócontraél,cerrólosojosydejóquesumentevagaraentreelpresenteyelpasado.LanochequehabíacompartidoconAdamnohabíasidounsueño.No
lohabíaconstruidotodoensumente,besarlenoeracomparableabesaraningúnotrohombre.Eraunmomentodeplacersublimeeinterminableenelquepoderhundirse.Adamerareal.Elbesoerareal.Perfecto.Nohabíapasadoelúltimoañosinrumbo.Lohabíapasadoechandodemenosaquelbeso.LapiernadeAdamapretabalassuyas,unafriccióncálidaenelsitioperfecto.Adameraelúltimohombreque lahabía tocadoallí,quehabíacolmadotodossusdeseos.Eraelúltimohombrealquehabíadeseadodeaquel modo. Era casi perfecto. ¿Podrían retomarlo donde lo habíandejado?¿Olvidarelúltimoaño?¿Borrarlo?–He querido hacer esto desde que entraste anoche por la puerta –
murmuró desabrochándole la blusa–. En cuanto volví a verte, tenía queposeerte.Melanie disfrutó de aquellasmaravillosas y posesivas palabras, de su
manofuertedeslizándoseporsuvientre.Ellatambiénteníaqueposeerle.Estaban en el mismo barco, aunque parecía que Adam iba por delante.Todoloquehacíaeraexactamenteloqueelladeseaba.Ledeslizóundedoporelbordedeencajedelsujetador,rozándoleligeramentelapielbajolatelaydevolviéndoselaalavida.«Nopuedes hacer esto.Necesitas este trabajo». ¿No te pasaste todo el
año pasado prometiendo que nunca permitirías que un hombre tuvieraoportunidaddedestrozarteelcorazónyeltrabajodeunatacada?«Pero lo deseo. He esperado un año por él. Nadie tiene por qué
saberlo».«Perotúlosabrías».TeníalamanodeAdamenlaespalda,eneltirantedelsujetador.–Para, Adam. No podemos –esperaba que gimiera frustrado, incluso
quelaapartaradesícondisgusto.Peronolohizo.–¿Estás bien? ¿Quéocurre? –le sostuvo la cara y le deslizó el pulgar
porlamejilla.–Losiento.Losientomucho,peronopodemos.Nopodemoshaceresto
–Melanie cerró los ojos. Necesitaba un respiro del encanto de su boca,sobretodocuandolarespiracióndeAdamlerozabaloslabios.Teníaquerecomponerse–.Nodebíahaber llegadotan lejos.Essoloque…Guardósilencio. Cuanto más se explicara, más estúpida sonaría. Y a la largatendríaqueadmitirquesisospecharaqueAdamqueríaconellaalgomásqueunaaventura,enaquelmomentoestaríanarribaenlacama.–¿Essoloqué?–preguntóél–.¿Hehechoalgomal?¿Cómo podía estar tan calmado? Lo sentía contra la pierna, fuerte y
preparado,ysinembargolepreocupabahaberhechoalgomal.–Losiento,esquenoestábien.–No lo entiendo. ¿Tienes novio? Porque de haberlo sabido no habría
dadoniunpaso.–No,notengonovio.Peroestonoestábien.Firméuncontrato.Seríaun
error.–Un error –Adam se incorporó y se apartó de ella, creando una
distancia fría e insalvable. Tal vez fuera mejor así, aunque no se loparecía–. Menuda forma tienes de decir las cosas cuando no está pormediotutrabajoderelacionespúblicas.Melaniesepusoaladefensiva.–Penséquetemerecíaslaverdad.–No sé qué me merezco, pero ahora mismo siento que estoy siendo
castigadoporalgoquenopuedoevitar.Melaniesepusodepieyseabrochólablusa.NopodíacreerqueAdam
estuvierautilizandoesocomoexcusa.–Lo sientomucho –señaló hacia la entrepierna deAdam–.Una ducha
fría te podría ayudar.Mira, lo siento.Creo que deberíamos despedirnosporestanocheyolvidarqueestohasucedidoalgunavez.Adamsacudiólacabezasinmirarla.–Loquetúdigas.Melanie se sintió como si no existiera. Lo único que quería era
esconderse. Corrió escaleras arriba y cerró la puerta del cuarto deinvitadosalentrar.Seacurrucóenlacamacomounovilloyselellenaronlosojosdelágrimas.¿Cómo iba a hacer su trabajo? ¿Cómo iba a salir bien aquello? No
podíapasarsedíatrasdíaenseñandoaAdamahacerentrevistasysesiones
defotos.Nuncaloconseguiría,ledeseabademasiado.Se secó las lágrimas. Tenía que superar aquello, en caso contrario
fracasaría y eso nopodía pasar. Solo necesitaba encontrar lamanera dequitarseaAdamdelacabeza.Necesitabaunplan.
CapítuloCuatro
Antesde lanocheanterior,¿cuándofue laúltimavezqueAdamhabíasidorechazado?Nolorecordaba.PeroelhechodequevinieradeMelaniey que hubiera esperado un año entero para tener otra oportunidadempeorabalascosas.¿Tanequivocadoestabarespectoasuquímica?Cuando se apretó contra él en el sofá, Adam solo tenía una cosa en
mente:laelectricidadhabíavuelto.Lasentíaencadaátomodesucuerpo.¿Cómo podía ser solo por su parte? ¿Cómo podían dos personas creartantocalorsisolounapersonalosentía?Melaniebajóporlasescalerastirandodelabolsa.–Te la podía haber bajado yo si me lo hubieras pedido –dijo Adam
sacandolachaquetadelropero.–Puedohacerloyomisma.–Estoysegurodeello–Adamsecruzódebrazos.Melanieaspiróconfuerzaelaireporlanarizyevitócualquiercontacto
visual.–Necesitopedirteunfavor.Acaboderecibirunanotificacióndelalínea
aérea.Mivuelotieneoverbooking.Mehandejadoentierra.–¿Y? –se estaba imaginando lo que iba a venir. Pero quería oírselo
decir.–Mepreguntabasihabríaespacioeneljetdetuempresa.–Nolosé.Jackprefiereocupardossitios.Esunchicomuygrande.–¿Tanenfadadoestásporlodeanoche?Túsabesigualqueyoquenoes
buena idea que suceda nada entre nosotros. Sería una tontería, un granerror.Adamdeseóquedejaradeutilizarlapalabra«error».–Sí,por supuestoquepuedesvenir conmigoenel aviónde regresoa
NuevaYork.–Ah,deacuerdo.Gracias.–Denada,SuerodeLeche.
Unahoraymediamástardeestabanabordodelaviónlosdossolos,elpilotoy,porsupuesto,Jack.NormalmenteJackse tumbabaenelsueloalos pies deAdam.Aquel día se colocó al lado deMelanie y le puso la
cabezaenelregazo.«Traidor».–Adam,necesitohablarcontigodealgo.–Teescucho–Adamestabaleyendouncorreoenelmóvil.–Estaba pensando que parece que las mujeres son tu problema, pero
tambiénpodríansertusalvación.–A juzgar por lo sucedido anoche,me gustaría saber adónde quieres
llegar.–Penséqueestábamosdeacuerdoennohablardeanoche.–Yonohedichoqueestuvieradeacuerdoconnada.Melaniesacudiólacabezacomosinopudieraestarmásfrustrada.–Unadelascosasqueheaprendidodelasrelacionespúblicasesquela
malaimagendeunapersonapuedereemplazarseporotramáspositivayterminaolvidándoselamala.Adamalzólavistadelmóvilyentornólamirada.–¿Aquéterefieres?¿Imágenesdemíenuncomedorparapobres?–No. Estaba pensando en algo extremadamente creíble. Tú con una
mujer. Ahora mismo, el mundo cree que solo eres capaz de teneraventuras sin importancia, la imagen que a tus padres y la junta dedirectoreslescuestatrabajoaceptar.Adamtosió.Sihubieraqueridopodríahaberse lanzadoa layugulary
recordarlequeellossehabíanconocidoenunaaventuradeunanoche.Pormucho que los eventos de la noche anterior le hubieran dejado el egotocado,nopodíahacerlo.Nunca laconsideróunaaventuradeunanocheaunquesolohubierancompartidounascuantashorasjuntos.–Quieresqueempieceasalirconmujeresdemásclase.–Con una mujer. En singular. Básicamente, necesitas una novia. Una
noviaenserio.Tienesqueencontrarunamujeryqueteveanconella.Aserposible,durantelassemanaspreviasalagaladeLangTel.Luegotelallevas a esa fiesta, tu padrehace su anunciodel plande sucesiónyparaentoncesyahabrássalidoenrevistasyenprogramasdetelevisión.SeráeldescubrimientodelnuevoAdamLangford.Adammascullóentredientes.–Estupendo.Mibailededebutante.–Yasabesaquémerefiero.–¿Vasabuscarmeunanovia?–Esapartelatendrásquehacertú.Perotengoalgunasideas.
–Estoydeseandooírlas.Melanieseaclarólagarganta.–Debeserguapa,porsupuesto.EresAdamLangford.Nadiecreeráque
estásconalguienquenoseaimpresionante.Jack alzó los ojos y le lanzó una mirada a Adam, y luego volvió a
colocarlacabezaentrelaspatas.–También debe ser alguien conocida –continuó Melanie–. Pero debe
tener una reputación inmaculada. No más chicas juerguistas. Tambiéndebería ser alguien acostumbrada al microscopio de los medio decomunicación.Yasabesloduroquees.–¿Yquétengoquehacerconestapersona?–Salir a cenar. A tomar un café. A pasear a Jack. Solo tienes que
decírmelocontiempoparaquepuedaavisaralaprensa.–Nosésiestovaafuncionar.Nosoybuenofingiendo.Losfotógrafos
sedaráncuentasinoesreal.Melanielemiróconaquellosojosazulessuyos.–Puestendrásqueserbuenofingiendo.Esonoibaapasar.Yaerabastantetrabajoestarallísentadoyhablarde
otramujer.–¿Yquépasasimeenamoro?Despuésdetodoestoysoltero,yapesar
deloquepiensesdemí,notengointencióndequedarmeasíeternamente.–Esoyaescosatuya.–Porsupuesto–¿eraaquellalamaneraqueteníaMelaniedelibrarsede
él?¿Arrojarloenbrazosdeotramujer?–¿Tienesaalguienenmente?–aMelanieselequebróunpocolavozal
final,comosihubieraforzadoeldesinterésdelarespuesta.–Laverdadesquesí.Creoqueconozcoalamujerperfecta.
Lemirómientrasavanzabanconlalimusinaderegresoalaciudad.Nopudoevitarpensar encómosería aquelmomento siAdamyella fueranpareja.Sipasaranunimposiblefindesemanarománticoenlafincadelamontaña.Seguroquepasaríanmuchashorashaciendoelamor,sinsalirdela cama, excepto tal vez para bajar a comer algo de puntillas. Seacurrucarían frente a la chimenea y se dormirían abrazados. Seríaperfecto.AdamestabahablandoconsupadreporteléfonodeLangTeldesdeque
habían aterrizado. Ella también había quedado para hablar con RogerLangfordaldíasiguienteporlamañana.¿Lepreguntaríasihabíapasadoalgo entre Adam y ella? Y en ese caso, ¿qué contestaría ella? Habíacruzadolalínea.La vergüenza de la escena del sofá el sábado por la noche todavía la
reconcomía.¿Cómopodíaunhombretenertantainfluenciasobreella,sumenteysucuerpo?Nisiquierasuexhabíasidocapazdehacerleperderelpudordeaquelmodo.Adam se despidió de su padre y empezó a pasar los contactos de su
móvil.–Estaba pensando en que debería lanzar la bola de la nueva novia.
Ahoraesunmomentotanbuenocomocualquiera.–Noviafalsa.–Ya te dije que no seme da bien ser falso. Tengo que creérmelo un
pocoonofuncionará.Melaniecontuvounsuspirodefrustración.–Loquetengasquehacer.–Perorecuerda–Adamalzóunaceja–.Simeenamoroseráculpatuya.Melanie sintió deseos de darle una bofetada. Ahora era culpable de
perderlamoralidadydejaraAdamconunbultoenlospantalones.–Loúnicoquemeimportaesquesigasmisdirectrices.–Aquíestá–Adamdiountoquerotundoenelmóvil–.LaadorableJulia.AMelanie se lepuso el estómagodel revés. ¿Julia? ¿JuliaKeys? ¿De
verdadibaAdamaescogeraunaexnoviayunadelasmujeresmásbelladelahistoriadelahumanidadparaquefuerasufalsanovia?–Julia,soyAdam.¿Quétalestás,guapa?Melaniesuspiró.Seguramentesemerecíaelcastigodeescucharaquella
conversación.Desesperadaporencontrarunadistracción,sacóunarevistadelabolsayempezóapasarlaspáginas.–HeoídoquehasvueltoaNuevaYork,ypenséquepodríamosvernos.
Tengo algo que proponerte –Adam se inclinó hacia atrás y acarició elasiento de cuero negro con la mano–. Esperaba poder decírtelo enpersona.Digamosquetengounnuevopapelpara ti,yqueimplicaráquepasemosmuchotiempojuntos.Melanie apretó los labios y se recordó que Adam estaba haciendo
exactamente lo que ella le había pedido. Entonces, ¿por qué estaba tanenfadada? Ah, sí. Porque confiaba en que Adam escogiera a alguien
adecuado y poco más. No contaba con que eligiera a una mujer quepersonificaba el ideal de belleza femenina, alguien de quien podríaenamorarse.–¿Tevendríabiencenarelmartesporlanoche?Lepediréamicocinera
quepreparealgoenmicasaparaquepodamoshablarenprivado.Siestásdeacuerdoconmiplanpodemossaliracenarotrodíadelasemanasituagendalopermite.AdamserioantealgoqueJuliadijo.Estupendo.Asíqueeraguapa,inteligente,solterayalparecergraciosa.
Melanie miró por la ventanilla. Solo estaban a una manzana delapartamentodeMelanieenGramercy,graciasaDios.Elfinalestabaalavista.NopodíasoportarunminutomásdelallamadatelefónicadeAdam.Guardólarevistaenlabolsayseinclinóhaciadelanteparahablarconelconductor.–Esaquímismo,alaizquierda.–Sí,señora–elconductorsedetuvoalaentradadesuedificio.MelaniesegiróhaciaAdamcuandoelconductorabriólapuerta.Adamasentíaysonreíacomounidiota.Lepusolamanoalmóvilpara
taparelaltavoz.–¿Algomás?MelanietratóderecordarqueaqueleraalauténticoAdamLangford,el
playboy en el coche caro haciendo lo que le venía en gana. No estabahechoparasernoviodenadie.Erasucliente,puntofinal.–Eso es todo. Hablaremosmañana –Melanie salió del coche antes de
deciralgunatontería.Buscó las llaves del portal. ¿Por qué seguía allí el coche? Sentía los
ojos de Adam clavados en la espalda. Finalmente giró la llave en lacerradura, cruzó la puerta y la limusina se marchó. Esperaba sentirsealiviada,perosolosesintióconfusaydecepcionada.Llegóalapuertadesucasa.Suvecino,Owen,bajabaporlasescaleras
desdelaterceraplantavestidoparacorrer.–Has vuelto de tu viaje –Owen sonrió y se puso a trotar en el sitio,
comosiquisierarecordarlequeestabaenexcelenteforma.Lástimaquesuperfecto cuerpo no despertara nada en ella. Lo que necesitaba era uncompañero.Melanieselasarreglóparasonreír.Owenerainofensivo.–Sí,ahoramismo.
–Me alegro. Este edificio está demasiado tranquilo sin ti. Tal vezpodríamosiralcineestefindesemana.–Eh… ya veremos –contestó ella abriendo la puerta–. Tengo mucho
trabajo –se despidió de Owen agitando la mano y cerró. Agotada, seapoyócontra lapuerta.El apartamentono leparecíaaqueldía suhogar.Sololeparecíavacío.
CadavezqueMelanieabríalaspuertasdeRelacionesPúblicasCostello,losrecuerdoslagolpeabanenlacara.Eltiempohabíacalmadoeldolor,pero seguía allí.La traicióndel hombre al queunavez amó, el hombrequelahabíadejadoatrapadaconaquelcréditoinfernal.Melanienoqueríavolverapasarlotanmalnuncamás.Eraagotador.Seacercóalmostradorde recepción.Hacíamesesquenopodía tener
contratadoanadie.Porelmomentoeramejorseguirampliandolalistadeclientes.AquellaeralarazónporlaquehabíaaceptadoeltrabajodeAdamLangford.Melaniesesentóenelmostradoryrecordóquenohabíahechocafé.Se
levantó.Cuandolohizoytuvounatazahumeanteenlamano,searmódevalorparallamaraRoger,elpadredeAdam.–Señorita Costello –dijo la voz de Roger al otro lado de la línea–.
Sinceramente, cuando la contraté estaba seguro de que esta sería lallamadadeteléfonoenlaquetendríaquedespedirla.Melanietragósaliva.–¿Señor?–Yasabe,elprimer informequemediera trasempezara trabajarcon
Adam.–Elfindesemanahaidomuybien,señorLangford,seloaseguro.–Espero que sea completamente sincera conmigo, señorita Costello.
Quieromucho ami hijo y es la persona en la quemás confío para losnegocios,peronotienemuchacabezaparalasmujeres.Confíoenqueseciñaanuestroacuerdo.¿Cómo iba a responder a aquello?No tenía opción. Necesitaba aquel
trabajoysepodíadecirquesolohabíacometidounerror,besaraAdamenelsofáyperderelsentidodeltiempoydelespacio.–MemantuvealejadadeldormitoriodeAdam,siesoes loquequiere
saber –era la verdad, pero se sintió culpable. Si los labios de Adam se
hubieranmovidoalgomásdeprisa, siellahubiera tenido laoportunidaddeacariciarleelpecho,nohabríahabidovueltaatrás.–Perdónemeporpreguntarlo.Esimportanteparamíquelascosasestén
claras –Roger se aclaró la garganta–. No la entretengo más, señoritaCostello.HehabladoconAdam.Estámuyimpresionadoconsutrabajo,yesoes algoquenoesperabaoír.Se resistiómuchoaquecontrataraunarelaciones públicas, aunque se suavizó un poco cuando apareció sunombre.Cuando investigó sus antecedentes dijo que sí. Supongo que sureputaciónlaprecede.AMelanielefuncionabalamenteatodaprisa.SabíaqueAdamsehabía
resistido a la campaña de relaciones públicas, él mismo lo habíamencionado.Loquenomencionóeraquehabíacambiadodeopiniónalsaberquelahabíancontratadoaella.Investigarsusantecedentes…sufotoestabaenelcentrodelapáginaweb.–AdammehacontadolodetuplanconJulia–continuóRoger–.Esuna
auténticagenialidad.La señoraLangfordyyo laadoramosdesdeque laconocimos.Suromancefuemuycorto,perotalvezahoraquevanapasartiempo juntos se den cuenta de su error.No hay nada como la cercaníaparareavivarlallamadelamor.¿Reavivar la llama del amor? AMelanie se le puso el estómago del
revés.¿Cómoibaasobreviviralassiguientessemanas?–Laprensaselotragará,señor.–Absolutamente excelente, señorita Costello. He visto la agenda de
entrevistasdeAdamymegustaríaquemeavisaradecuándovaahacersuapariciónenMidnightHour.Estoydeseandoquellegueeldía.Melanie se dijo que debía volver a llamar al productor de Midnight
Hour, conscientedeque la respuesta sería algoasí como«yaveremos».Teníanlaprogramacióncerradaconvariosmesesdeantelación.–Sí,señor,estoyenello.–Bien, siga trabajando así. He hablado con mi asistente. Su próximo
chequevadecamino.Melanie suspiró. Dinero. Aquella era la razón por la que estaba
haciendotodo.–Gracias,señor,lemantendréinformado.Eranpocomásdelasnueveymediacuandosedespidió,peroMelanie
sentíaquellevabadíasenlaoficina.Café.Máscafé.La próxima hora la pasó poniéndose al día con otros clientes. Tras
terminarselasegundatazadecafé,revisóelcorreo:facturasdelalquiler,de losmuebles,deInternet,de losviajes.Todosumaba.¿Cuándodejaríadesentirquedabaunpasoadelanteydosparaatrás?Eraunaluchadoraynoserendiría,peronoteníagraciaestarsolaantetodo.Sonóelteléfonodelaoficina.Melanieodiabaqueesosucedieraporque
significabaqueteníaquefingirserlarecepcionista.Habíaacostumbradoala gente a llamarle al móvil y la mayoría de los clientes preferíacomunicarse por correo electrónico, pero sus hermanas seguíanllamándola a la oficina cuando necesitaban que Melanie lidiara con sucomplicadopadre.–RelacionesPúblicasCostello–contestó–.¿Conquiéndeseahablar?–Melanie,¿erestú?La cálida y familiar voz de Adam le produjo un efecto extraño, una
mezcladeemociónynerviosismo.–Espero que tu recepcionista haya salido a tomar un café. La jefa no
deberíacontestarnuncaelteléfono.–Nomeimportahacerlodevezencuando–cómoodiabamaquillarsus
respuestas–.¿Hasperdidoelnúmerodemimóvil?–Supongo quemarqué el número de la oficina sin pensar. ¿Prefieres
quetellamealmóvil?–Quieroasegurarmedeestarsiemprelocalizable.–¿Hashabladoconmipadre?–Sí. Hace aproximadamente una hora –Melanie se preguntó si debía
contarle que su padre le había preguntado específicamente si se habíanacostado juntos. Pero seguramente Adam no se sentiría muy bien alcomprobarlapocaconfianzaqueteníasupadreenélenaquelcampo.–LecontélodeJulia.–Sí,esomedijo.Estámuyemocionado.–Ya,losiento.Supongoquetendríaquehaberteavisado.Estáencantado
conlaideadequepasetiempoconJulia.Peronotepreocupes,lehedadoelcréditoaquienselomerece.Todohasidoideatuya.–Gracias,teloagradezco.–QueríadecirtequeyahehabladodetodoconJulia.Hemostomadoun
caféestamañana.–¿En lugar de cenar esta noche? –al parecer no podía esperar para
empezarapasartiempoconella.–No. Vamos a cenar esta noche también. Por eso te llamo. Quería
decirteadóndevamosairyaquéhora.–Ah, entiendo –Melanie recuperó la compostura.Aquella iba a ser su
realidaddurantelaspróximassemanas,tantosilegustabacomosino.–Asíescomofuncionaesto,¿verdad?Melaniesacudiólacabezaparalibrarsedeaquellospensamientospoco
halagüeños.–Sí,asíes–agarróunbolígrafo–.Adelante,teescucho.–VamosaestarenMilano.Lareservaesalasocho.Nadamenosqueelrestaurantemásrománticodelaciudad.–¿YelagentedeJuliaestádeacuerdoconesto?–Sí. Julia no tiene la próxima película hasta dentro de un año. Hará
cualquiercosacontaldesalirenlaprensaparaquelosproductoresylosdirectores no se olviden de ella. Pronto cumplirá treinta años. Eso esmuchoparaunaactriz.Ysinembargoseguíasiendoimpresionantementebella.–Deacuerdoentonces.Selofiltraréaalgunosfotógrafos.–¡Estupendo!Gracias,Melanie.–YAdam,porfavor,no teenfrentesaningúnfotógrafo–se lequebró
unpocolavoz.–¿Noconfíasenquehagalocorrecto?Llegadosaaquelpunto, laúnicapersonaen laquenoconfiabaeraen
ellamisma. Impresionar aRogerLangford y tratar almismo tiempodeevitarqueAdamfueraunatentaciónleestabaprovocandounagujeroenelestómago. Cada vez que pensaba en ello se sentía incómoda. Pero teníaquecentrarseeneltrabajo.–Soloesunrecordatorio.Melaniecolgóelteléfonoysereclinóenlasillasecándoselafrente.Si
eratanbrillante,¿porquésesentíalamayortontadelplaneta?
***
Adamtecleabaconfuerzasuordenadorportátiltratandodeexpresarlasideasparalanuevaaplicaciónquequeríaquesuequipodesarrollara,peroestabadandovueltasencírculo.Apoyóloscodosenelescritorioysepasóunamanoporelpelo.Todalajornadalaboralhabíasidounapérdidadetiempo.NopodíaquitarsedelacabezaaMelanie.¿CómoibaaconseguirquelodeJuliaparecierareal,ycómoinfluiría
eso en su relación con Melanie? No podía por menos que admirar sutenacidad,sudedicaciónaltrabajobienhecho.Suasistente,Mia,estabaapoyadaenlapuertadesudespacho.–Sonlasseisymedia,señorLangford,Sesuponequedeberecogerala
señoritaKeysalassieteyelcocheleestáesperandofuera.–Gracias.Creoqueserámejorquemecambie.«Ytambiénnecesitounacopaantesdemiprimeraapariciónpúblicacon
Julia».Adamcerró la puerta del bañoprivadode sudespachoy sepusouna
camisa limpia. Agarró la chaqueta del traje que estaba colgada de unganchodetrásdelapuertayluegosepusounacorbataderayasnegrasygrises.NoestabanerviosoporveraJulia.Habíantomadouncaféytodohabía
salidobien.Lociertoeraquesurupturahabíasidotodoloamigablequepodía ser.Despuésde tres citas, Julia le tomóde lamanoen lapartedeatrásdelalimusinaydijo:–Aquínohaynada,¿verdad?Adam se sintió inmensamente aliviado. Se caían bien. Se hacían reír.
Peronohabíaningunaquímica.Sobreelpapelhacían laparejaperfecta,perolarealidaderamuydistinta.Loquelepreocupabadeverdaderaquepudieranhacercreíblelafarsa
deunarelaciónromántica.Seguroquelagentelesveríajuntosysedaríacuentadequenoestabanrealmentejuntos.Pero Adam tenía que cumplir con su trabajo por mucho que eso
contradijera sumodo de vida.Le convenía que el escándalo se olvidaraparaquesupadrepudierapasarsusúltimosdíassabiendoconcertezaquela integridad del apellido Langford estaba intacta. Tenía que funcionarpara hacer además feliz a Melanie, porque gran parte de su trabajodependía de aquel éxito.Al final, si tenía suerte, provocaría uno de dosefectos en ella: o se pondría tan celosa que se daría cuenta de que lodeseabaolaayudaríaaverqueeraunhombrebueno.Aquellapodíasersupruebadefuego,laoportunidadparademostrarleaMelaniedequépastaestabahecho.La limusina llegóalapartamentodeJuliay trasveinte largosminutos
de charla banal en el coche, llegaron al Milano. Como Melanie habíaprometido,habíaunpuñadodefotógrafosenlapuerta.–Julia,aquí–gritóunodeellos.
Los flashes de las cámaras se dispararon mientras ella le rozaba lasyemas de los dedos con las suyas. Julia sabía cómo manejarse en lasituación,sonriendoparalafotoperosinparecerforzadaycaminandoalavelocidadjustaparaquepudieranconseguirlaimagen.Una de las ventajas de escoger a Julia como falsa novia era que ella
ocuparíaelpapelprincipal.Surostro llevabaañosenlasportadasdelasrevistas.Entraron en el restaurante. Se escuchaba el suave repiqueteo de la
cuberteríadeplataylascopasdecristalporencimadeunasuavemúsicadejazz.Elmaîtreleshizounaseñaparaqueseacercaranalamesadelaesquina.Todoelrestauranteempezóamurmurar.Juliaconsultólacarta.–Y dime, cariño –le miró de reojo–. ¿Qué te apetece cenar? –una
enormesonrisaleasomóaloslabiosyladeólacabeza,permitiendoquelaonduladamelenalecayeraporloshombros.Cualquier otro hombre estaría babeando a sus pies. Adam no sintió
nada.–¿Cariño?–susurró–.Nocreoquemellamarasasícuandosalíamos.Juliadeslizóundedoporelmantel.–Si vamos a interpretar un papel, tenemos que hacerlo bien.
Necesitamosmotescariñosos.Adamasintió.–Ah,deacuerdo–ibaatardaruntiempoenacostumbrarse.El camarero se detuvo a su lado y les tomó nota de las bebidas, un
martinisecoparaJuliaybourbonsoloparaAdam.Élvolvióarepasarelmenú.–Creoquetomarélacostillaalatoscana.–Suenaestupendo,cariño–aseguróJulia–.Yotomarélaensaladacésar
conlangostinos–Juliacerrólacartaypusolamanosobrelamesa.LuegodioungolpecitoenlamesaymiróaAdam.Ah, de acuerdo. Le tomó lamano en la suya, pero no se sintió bien.
Aquellanoeralapersonaconlaquedeberíaestar.Esosí,lapersonaconlaquequería estar eraquien lehabía colocadoen aquella situación.Asíque talvez fueramejorcallarse,continuarcon la farsayconfiarenquetodosalierabien.ApenasfaltabantressemanasparalagaladeLangTel,yallí terminaría el trabajo de Melanie. Podría intentarlo entonces. Yseguramentevolveraserrechazado,peropodíaintentarlo.
–Deberíamos ponernos de acuerdo con la historia –dijo Julia–. Yasabes,cómovolvimos.Lagentevaahacerpreguntas.Necesitamostenerrespuestasonoserácreíble.–¿Porquénoempiezastú?Juliaestirólaespaldaysonrió.–He pensado un poco en ello hoy. Podemos decir que me llamaste
cuando supiste que me mudaba a Nueva York. Tu vida estaba hechajirones,porsupuesto.Quierodecir,quehabíastocadofondo.Adamparpadeóapesardequesabíaqueestabadiciendolaverdad.–Sí,yalohepillado–cambiódeposiciónenelasiento.–Hablamos durante horas por teléfono aquella noche y yo accedí a
regañadientesadejarteiramiapartamentocuandoestuvieraenlaciudad.–¿Porquéaregañadientes?–Seamosserios,Adam.Porsupuestoquehevistoesashorriblesfotos.
EstánportodoInternet.¿Quémujernosospecharíaunpocodeti?AAdamselecayóelalmaalospies.Aquellapodíasertambiénladuda
deMelanie.Habíavistolapeorpartedeél.–Supongoquetienesrazón.–Me trajiste flores, rosas blancas. Son un símbolo de buenas
intenciones.–Creíaquelasrosasblancassignificabandisculpas.–Bueno,rompisteconmigo.–Lodecidimoslosdosdemutuoacuerdo.Ynadiesevaacreerqueyo
rompícontigo.Esoesabsurdo–Adamsacudiólacabeza.Dehecho,todaaquellaconversacióneraabsurda.–Muybien,deacuerdo.Rosasrojas.Pasión–Julialeguiñóunojo.Adamnodijonada.Selimitóadarleotrosorboasubourbon.–Las chispas saltaron en cuanto nos vimos –continuó ella–. Supimos
queteníamosquevolveraestarjuntos.Adamseinclinóhaciadelante.–¿Quédecimosdentrodeunmes,cuandorompamos?–Oh,lohabitual–Julialediounsorboasucopadevino–.Dospersonas
dedicadasasutrabajoquenoencontrarontiempoelunoparaelotro.Esoescreíble,¿verdad?AAdamseleescapóunsuspiroentreloslabios.–Másdeloquecrees,cariño.Másdeloquecrees.
CapítuloCinco
Las fotos deAdam y Julia en la puerta del restaurante en su primera«cita» eran una cosa. Le dolía verlas, pero resultaba tolerable. Lasimágenesdelosdostomandocaféunosdíasmástardeeranalgodistinto.Melaniesintióunaopresiónenelpecho.En las fotos salíandadosde lamano.Había sonrisas.También loque
podíanconsiderarsemiradasrománticas.Erasuficienteparaqueunachicaperdiera toda esperanza, algo a lo que Melanie prácticamente habíarenunciado ya por el bien de su negocio. Pero aquel día Adam estabamirandoeltraserodeJulia.¿Cuántoseríacapazdeaguantar?Melanie se revolvió incómoda en la silla de la sala de espera del
despachodeAdamypasólashojasdelperiódico,forzándoseamirarlasfotosdeJuliayAdamcorriendoporCentralParkconJack.Parecíanestartanbien juntos,sonriendoycorriendo.Ledolía todoelcuerpo.Despuésdetodo,¿quiénsonreíaalcorrer?Sololagenteenamorada.Adam y Julia eran la pareja perfecta, todo lo bella que se podía ser.
Adam, en particular, estaba guapísimo. Todas las mujeres de la ciudadbabearían al ver aquellas fotos. Tenía la camiseta gris estirada por elpechoyelvientre,tantoqueselemarcabanlosabdominales.Oh,cuántosbesoshabíadepositadoenaquelmaravillosovientre.Peroahoraaquellosabdominalesestabantanfueradesualcancecomolatartadequesoenunadieta.Lafotomásdolorosaeraladedespuésdecorrer.Julia,vestidaconunas
mallasnegrasajustadasycamisetaajuego,estabainclinadahaciadelantetocándose los dedos de los pies.Adam le estabamirando el trasero condisimulo.Aquellanoeraformadeempezareldía,ymenoscuandoestabaapunto
de pasar las próximas dos horas con Adam. En cualquier momento lallamaría para que fuera a su oficina y le ayudara en una conferencia deprensaonlineenlaqueAdamibaahablarconunadocenaderevistasdetodo el mundo por videoconferencia. Aquel día no se trataba delescándalo. Se trataba de poner el foco en el negocio de Adam, deimpresionaralajuntadedirectoresdeLangTel.Melanieconsultóelreloj.Adamyaibacincominutostarderespectoal
horarioque lehabíadado.Por suerte ella sehabíaanticipadoy lehabíadadomástiempoapropósito.–SeñoritaCostello,elseñorLangfordquiereverlaahora–dijoMia,la
asistente de Adam, apareciendo en una puerta adyacente al espaciosovestíbulo.Melanie la siguió por la puerta y después por un ancho corredor
mientrasunflujoconstantedeempleadospasabadeunespaciodetrabajoabierto al otro. La oficina entera estaba llena de gente, un ejércitoinnumerableescogidoporAdam.Mia llamó a una puerta con los nudillos y la abrió paraMelanie. El
despachodeAdammedíafácilmenteeldobledelapartamentodeMelanie.Igual que el propio Adam, era un espacio moderno, bonito eimpresionante. Él estaba sentado detrás de un escritorio de brillantematerialnegrodándolelaespalda.–Tenemoselordenadorylosmonitorespreparadosparalasentrevistas
–Mia señaló hacia la mesa de conferencias situada al fondo de lahabitación.–Estupendo.Gracias–susurróMelanie,quenoqueríamolestaraAdam.
Seestabasentandocuandoélhabló.–Hola.Melanie le miró. En cuanto sus ojos conectaron supo que tenía un
problema.Leprovocóunaoleadade atracción, y teniendo en cuenta lasfotosdelperiódico,sesintiómolesta.–Hola a ti también –deseó haber sabido disimular el tono amargo de
voz,peroleresultóimposible–.Estonodeberíallevarnosmásdenoventaminutos –encendió el ordenador que tenía delante–. Tiene cámara web,¿verdad?–Por supuesto. Es de última generación. ¿Qué ordenador no tiene
cámaraweb?–Losiento.Noeramiintencióninsultaralequipamientodetuoficina.–¿Estás bien? Pareces agitada –Adam agarró el periódicomatinal del
escritorioy se lopasó–.Hasvisto esto, ¿verdad?Esexactamente loquebuscabas,¿noesasí?Todoelmundoenlaoficinahablabadeellocuandollegué al trabajo. Mi padre me ha llamado para decirme que estáencantado.Melaniesecruzódebrazos.–Sí,lohevisto.Bienhecho.Lapróximaveztalvezestaríabienqueno
tepillaranmirándoleeltrasero.–¿Poresoestásasí?Notehagustadoverlo,¿eh?–Adamsonrióytomó
asientoenunasillaasulado–.¿Estáscelosa?Melanieentornólosojos,estabamuyperturbadaporlacuestión.–Lo único que intento es hacer que parezcas menos mujeriego, nada
más.–Oh, vamos –Adam sacudió la cabeza y se rio–. No puedes estar
hablandoenserio.Cualquierhombredelmundohabríahecho lomismoqueyo.Juliatieneuntraseroespectacular.Notienenadademalomirar.Elladejóescaparunprofundosuspiro,aunquenoqueríaqueAdamse
diera cuenta de lo mucho que le molestaba. ¿Por qué tenía que usar lapalabra«espectacular»?Eracomounpuñetazoalestómago.–Sabía que utilizarías esa defensa. Los hombres sois a veces muy
predecibles.Veisunacarabonitaynopodéiscontrolaros.–Ountraseroparticularmenteatractivo,comoeselcaso.Adamsereclinóhaciaatrásyarqueóambascejas.Senotabaqueselo
estabapasandoengrande.–Tienesunaentrevistadentrodeunminuto.Nopodemosestarhablando
deestoahoramismo.–Claroquepodemos.Puedenesperar.Quierosaberporquétemolesta
esto.–Ynomeimportahablardeello.Terminastesaliendoenlosperiódicos
conJulia.Esoesloúnicoquemeimporta.Lapantalladelordenadorcobróvidayaparecieronunadocenadecaras
desconocidas.Elhombresituadoen laesquina superiorderechaagitó lamano.–Hola,señorLangford,señoritaCostello.Yovoyamoderarelchathoy.
Empezaremosdentrodeunosminutos.–Estupendo. Estamos preparados –Melanie colocó sus notas y el
bolígrafocuidadosamente.–Lo cierto es que vamos a necesitar otros cinco minutos, si no le
importa.Elmoderadoralzólavista.–Eh…claro,señorLangford.Peroquenoseamás.Losperiodistasque
sevanaunirhoyanosotrostienenlaagendamuyapretada.–No se preocupe. No los entretendré –Adam le quitó el sonido al
ordenador–.Quiero saber por qué temolestan tanto las fotos. ¿O tengo
querecordartequefueideatuyaliarmeconJulia?Hacía una semana que no estaba tan cerca deAdam, y sumente y su
cuerpoestabantodoloturbadosquepodíanestar.Todolorelacionadoconsupresenciafísica,suaroma,supelo,susmanos,lahacíadesearmetersedentrodesucamisa.–Por favor, deja de recordarmeque esto fue ideamía.Mi cerebrono
puedeprocesartantascosasalavez.–¿Qué cosas? ¿El trabajo? ¿Las fotos? ¿Julia? –Adam agarró un
bolígrafoyjugueteóconélentrelosdedos.–Vamosacentrarnosenlaentrevista.Noquieressaberquépasapormi
cabezaenestosmomentos.–Lo cierto es que pagaría por saber qué pasa por esa cabecita tuya.
Podemos empezar con el comentario de que los hombres son todosiguales.¿Hayalgúntipoimbécilentupasado?Quierodecir,megustaríapensar que todo esto es pormí, pero ahoramepregunto si ocurre algomás.Melanie no estaba dispuesta a adentrarse en el tema de su ex y de su
desastrosavidaamorosa.–Lo único que pasa es que estoy intentando hacer mi trabajo y tú te
dedicasaboicotearlo.Escomosimepasarahorasponiendolamesaparalacenaytúpasarasalladodándolelavueltaalostenedores.Adamalzóunaceja.–Nomegustanlascosasfalsasyfingidas,nadamás.Estabapasandoun
ratoconJulia,seagachóylemiréeltraseroporquelotienebonito.Findelahistoria.Nohaymás.Melaniealzólavistayvioalmoderadoragitandolasmanosconfuerza.
Encendióotravezelmicrófonootravez.–SeñorLangford,señoritaCostello,tenemosqueempezar.–Sí,porsupuesto–dijoMelanie–.Sientoelretraso.Adamseaclarólagarganta.–Sí,empecemos–entoncesescribióunanotaenuntrozodepapelyse
lopasóaMelanie.
Si tú te inclinasconesa faldaque llevas, estaréencantadodemirartetambiéneltrasero.
AdamentróenelapartamentodesuspadresenParkAvenue,ellugarenel que había vivido de niño. Estaba lujosamente decorado, un pocorecargadoparasugusto,peroseguíasiendosuhogar.–Adam, cariño –su madre cruzó el vestíbulo llevando su atuendo
habitual,negrodelacabezaalospiesyunbrillantepañueloalcuello.Adamnorecordabahaberlavistonuncavestidadeotromodo.–Estásguapísima,mamá–labesóenambasmejillasysediocuentade
que había perdido. El estrés de cuidar a su marido enfermo le estabapasandofactura–.¿EstáAnnaaquí?–Está en el baño. Saldrá en cualquier momento. Cenamos dentro de
quince minutos. Margaret está preparando tu plato favorito, terneraWellington.–Suena estupendo. ¿Y papá? –Adam y sumadre recorrieron el ancho
vestíbulodemármol.–Estáviendolatelevisión.Ahoralegustaelbaloncestouniversitario.Es
curioso,antesnuncaloveía.Adam sonrió al pensar enMelanie aquella noche en lasmontañas. A
pesar del modo en que todo había terminado, daría cualquier cosa porvolveraaquelsitioyaquellugar,losdossolosylejosdelmundo.–Adam,hijomío–Rogerintentólevantarsedelasilla.Adamsabíaquenodebíadetenerle,nipeortodavía,ofrecerleayuda.Su
padreeramuyobstinado.Leabrazóylesintiófrágilentrelosbrazos,perotodavíafuecapazde
darleunafuertepalmadaenlaespalda.–Papá,quéalegríaverte–siempreque leveíasepreguntabasiaquella
seríalaúltimavez.Eraunpensamientodemasiadodoloroso.Queríacreeralosmédicos,queasegurabanqueaRogerlequedabantodavíadosotresmeses.–Ycontanbuenosauspicios.Nopodríaestarmáscontentoconcómoha
idolacampañaderelacionespúblicas.Eseldineromejorinvertidodemivida.–LaseñoritaCostellotienemuchotalento.Deesonocabeduda.Annaentróenlasala.Llevabaellargoynegrocabellorecogidoenuna
coleta alta.Siempreprofesionalypulcra, ibavestida conun trajegris yblusa crema. Acababa de regresar de su trabajo como directora de unaempresaquefabricabaropadetrabajoparamujeres.Anna le dirigió a Adam una sonrisa incómoda. Estar con su padre
resultaba difícil para ella. Era fuerte e independiente, con una mentebrillanteparalosnegocios,perosupadrelaveíaenelcontextofamiliar:laúnicaniña,lavivaimagendesumadre,unapreciadaposesiónalaquehabía que preservar de la cruda realidad de las reuniones de la juntadirectivaydelosinformesdepérdidas.RogerLangfordnuncapermitiríaque su hijita dirigiera LangTel por mucho que ella ansiara tener laoportunidaddehacerlo.–Papá–murmuróAnnaabrazandoasupadre–.Tienesbuenaspecto.Las
mejillassonrojadas.–Eso es porque estoy contento.Adamy yo estábamos hablando de lo
bien que va la campaña de relaciones públicas.Tumadre y yo vamos acenarcondosdenuestrostreshijos.Ahoraagradezcocadapequeñacosaquemepasa.–HetenidonoticiasdeAiden–dijoAnnarefiriéndoseasuhermano,el
mayordeloshermanosLangford–.EstáenalgúnlugardeTailandia.Nosémuchomás.Solofueronunaslíneasporcorreoelectrónico,ydeestohacesemanas.Supadresacudiólacabezacondisgusto.–Parecequealchicolecuestallamaratumadreydecirlequeestávivo.Asumadreseleentristeciólamirada.–Tienequedejardeevitarlaenfermedaddesupadreyvolveracasa.–Yasabesqueesonovaapasar–dijoAdam.Aidennoibaavolveracortoplazo,nodespuésdelaúltimapeleaque
había tenidocon supadre.Nadie se atrevía ahablarde ello, peroAdamsospechaba que se debía a queAiden nunca había sido considerado unaopciónparadirigirLangTelysololehabíandejadounascuantasaccionesdelaempresa.AidenhabíacrecidodeunaformamuydistintaaAdamyAnna.Tenía
seisañosmásqueAdamlehabíanenviadoaun internadocuandoAdamtenía dos años y Anna era un bebé. Adam seguía sin saber por qué suhermanayélhabíanidoencambioauncolegioprivadodeNuevaYork.Solo sabía queAiden semetió enmuchos líos en el internado, y que aAdam le trataron desdemuy pequeño como si fuera el primogénito. Enmuchos sentidos era como siAiden no existiera, almenos a ojos de supadre.AAdamyaAnnalesentristecíanoestarmuyunidosasuhermano,peroélparecíasatisfechomanteniendolasdistancias.–Anna,¿tetraigoalgodebeber?–lepreguntóAdam.
–Porfavor.Hetenidoundíabrutal.Adamseacercóalmueblebarquehabíaenlaesquinaylepreparóasu
hermana un gin tonic. Ella le siguió. A juzgar por el sonido de latelevisión, alguien había marcado un buen tanto en el partido debaloncesto.–Maldición –su padre volvió a su asiento–. Siempre me pierdo las
jugadasimportantes.Sumadreconsultóelreloj.–Iréavercómovalacena.–¿De verdad has sabido algo de Aiden? –le preguntó Adam a Anna
bajandoeltonodevoz.–Nomedijograncosa,perotengoclaroqueprefierecontagiarsedela
pestequevolveracasayenfrentarseapapá.–Estaríabienquedejarandepelearse–Adamsacudiólacabezaylepasó
asuhermanalacopa–.Ydime,¿cuáleselplandeestanoche?¿Vamosahablarconpapá?–Sinceramente, no sé si tengo fuerzas. Si me va a tocar escuchar un
discursosobrequedebobuscarmaridoypensaren laeducacióndemisfuturoshijos,meechoallorar.Entremipadreymiactualtrabajo,tengolasensacióndequemepasolavidadándomecabezazoscontralapared.Adamaspiróconfuerzaelaire.Eraunmilagroqueaquel temanoles
hubieraproducidounaúlceraasuhermanayaél.LediounapalmadaenlaespaldaaAnna.–Yoteecharéunamano.Tenemosqueseguirintentándolo.Margaret, la cocinera de toda la vida de la familia, apareció en el
umbraldelapuerta.–Lacenaestálista,niñosLangford–sonriódeorejaaorejacomoMary
Poppins.
Despuésdelacena,Adamsiguióasupadreasudespachoagitandosucopa de bourbon. Desde que a su padre le diagnosticaron cáncer, habíadejado el alcohol. Roger ocupó su lugar tras el enorme escritorio decaobaquehabíasidoherenciadesuabuelo.–DimecómovanlascosasconJulia.Séquenoqueríashablardeello
delante de tumadre, pero a tu viejo se lo puedes contar.Ahora estamosdeseando ver tu foto en el periódico –se rio entre dientes–. Eso es una
granmejoríaconrespectoalmespasado.Adamnoestabaconvencidodequelascosashubieranmejoradoparaél,
al menos personalmente. Desfilar por Manhattan con su novia falsa lehacíasentirseunamarionetahumana,yesonolegustaba.Seacomodóenunadelasbutacasdecuerofrentealescritoriodesupadre.–Papá,ya tedijequeestonoes real.Fue ideade la señoritaCostello,
¿recuerdas?–Yoséloquevienesasfotos.Soisfelicesjuntos–Rogerrecolocóunos
sobresencimadelescritorio–.Avecesunhombrenecesitaabrirlosojosante loque tienedelante.Seríasun idiota sidejarasescaparaunamujercomoJulia.AdamsolopudopensarenquelamujerqueteníadelanteeraMelanie.Y
ellanoqueríatenernadaconél.–Juliaespreciosayfamosa,Adam.Eslaclasedemujerqueatumadre
yamínosgustaríavercontigo.Túeresunhombre.Ellaunamujer.Noveodóndeestáelproblema.«Elproblemaesquenosientonadacuandoestoyconella».Adamledio
unsorboasucopa.Supadreestabaacostumbradoaconseguirtodoloquequería. Adam no quería negarle nada a un moribundo, pero no podíamentir.–Necesitoquemamáytútengáislospiesbienpuestosenlatierra.Entre
Juliayyonohaynada.–Entoncesdéjamedecirtealgo.Mequedapocotiempoenestemundo,y
loúnicoquequieroesquetuhermana,tumadreytúestéisbiencuandomehayaido.Necesitosaberquetendréislavidaquequeréis.Esosignificaunmaridoparatuhermanayunaesposaparati.EsosignificaunahabitaciónllenadenietosenNavidadparatumadre–asupadreselequebrólavozyseleresbalóunalágrimaporlamejilla.Adamaspiróconfuerzaelaire.Solohabíavistollorarasupadreuna
vez,eldíaquemuriólaabuelaLangford.Adamsabíaquesupadreteníauncorazónenormeaunquefueraexigenteyestricto.–No deberías preocuparte por nosotros. Vamos a estar bien. Y debes
dejardedarporhechoquenoestarásaquícuandopasentodasesascosas,porquenuncasesabe.–Solo quiero que sepas que vosotros tres sois lomás importante del
mundo paramí. Sois en lo único que pienso cuandome levanto por lamañana.
–Papá, ya sabes que tenemos que hablar de Anna y de LangTel. Hasheridosussentimientosdurantelacena,ynoentiendoporquéteniegasavereltrabajotanincreíblequeharía.–Yonocuestionosushabilidades.Lapusealmandodelaorganización
delagala,¿no?–Esenoeraelencargoqueellaanhelaba.–Esunachicalista,peroparahacermitrabajohayqueserapruebade
balas,ynoestoydispuestoacolocaraminiñaenesaposición.Mitrabajoesprotegerla.Adam estaba empeñado en demostrar que su padre se equivocaba en
aquelpunto.Ynoestabamotivadoúnicamenteporrazonesegoístas.Nosetrataba solo de su falta de entusiasmopara dirigirLangTel. Suhermanahabía crecido a la sombra de Adam, y él lo odiaba. Era tan inteligentecomoél,talvezinclusomás,rápidaycreativa.–Annaestanfuertecomocualquierhombre.Talvezmás.Ellameayudó
mucho cuando me pusiste al mando durante tu operación y la primeratandadetratamientos.Noentiendoporquénoledasunaoportunidad.–Acabasdedecirlo.Teayudó.Laveoenunpapelsubordinado.Talvez
comoasistentededirecciónoalgoasí.Túestarásalfrente,comosiempresoñastedesdequeeraspequeño.Adamnopudocallarse.–¿YsiyonoquierodirigirLangTel?Supadrepusocaradeterror.–Nodejesquelosdeseosdetuhermananublenelasunto.Porsupuesto
quevasadirigirLangTel.Esehasidoelplandesdeeldíaquenaciste,ynovoyacambiarloahora.Findeladiscusión.–Soyunhombreadulto,papá.Tengomipropiaempresa.Túmejorque
nadie deberías apreciar que quiera vermi sueño hecho realidad.Quierotriunfarconmispropiosplanes.Rogerlediounpuñetazoalescritorio.–LangTeleseltrabajodetodamivida,ylaseguridadfinancieradetu
madre, y tú eres la persona en la que confío. Así que, te guste o no,necesitoqueacepteselhechodequenacisteparahacerestetrabajo.Punto.Adam se reclinó en la silla. ¿Cómo iba a discutir con su padre si se
estabaenfrentandoalamuerte?Nopodía.
CapítuloSeis
Lamayoríadeloseditoresderevistaserandadosacambiosdeúltimahora, y Fiona March, editora jefa de Metropolitan Style, no era unaexcepción.LaaparicióndeAdamenlaportadadelarevistasemanaleraunodelosobjetivosdelacampañadeMelanieysumayorlogro.Asíquecuando Fiona la llamó la noche anterior y le pidió que Julia estuvierapresenteenlaentrevistadeAdamyenlasesióndefotos,Melanienotuvoelección. Además, Fiona había decidido hacer ella misma la entrevista,algoquesolohacíaunpardevecesalaño.Dejóescaparunsuspiroymirólosnúmerosquehabíasobrelapuerta
delascensor.Pensóenpulsar laalarma.Lasirenaretrasaríaalmenossullegada al ático de Adam y supondría una distracción. Pero no tuvo elvalor de pulsar el botón rojo, y las puertas se abrieron al llegar alapartamentodeAdam.Aquellaeralaprimeravezqueestabaallídesdelanochequepasaronjuntos,yyaselecruzabanimágenesporlamente.Paraempeorarlascosas,supaseoporelcaminodelosrecuerdosseríatambiénsuprimerencuentroconelnuevo«interésamoroso»deAdam,Julia.Laúltimavezqueestuvoen sudormitorio estabamediodesnuda.Las
manosdeAdamlerecorríantodoelcuerpomientrasellaledesabrochabafrenéticamentelacamisaylebajabalacremalleradelospantalonesantesdetropezarsevergonzosamenteconsupie.Adamlatomóenbrazosylemurmuróaloído:–Yanotienesqueandarmás.UnminutomástardeteníaelpelodesparramadoporlacamayAdamle
estaba cubriendo el cuerpo de besos hasta el vientre. Elmero hecho depensarenelloleprovocabaoleadasdecalorplacentero,yacontinuaciónunvacío.Aquellanoche lehabíanecesitadodesesperadamente. Igualquelanochedelamontaña.¿Porquéprovocabaaquellarespuestaenél?Un fotógrafodelMetropolitanStyle estabaocupadocaptandoel salón
abierto de techos altos, suelo de madera oscura y muebles de cueromarrón. También había ahora más toques femeninos: una manta decachemir, velas decorativas y objetos de arte en lamesita auxiliar, todoañadido por un decorador contratado por Melanie y por lo que Adamhabíaprotestado.AunquenolehacíaningunailusiónconoceraJulia,necesitabaestarallí
para asegurarse de que la entrevista fuera perfecta. Necesitaba hacerleseñasaAdamsitomabaelcaminoincorrectoensusrespuestas.EscudriñólasalayvioaAdamapoyadoenuntaburetealtodemaderaenunaesquinaconJackasulado.Melanie se acercóa todaprisay admiró la camisa azulheladoque le
habíaconvencidoquesepusiera.Noeralavanda,peroalmenoslostirosibanporahí.Estabaabsurdamenteguapovestidoentonosclaros,aunquelaexpresióndesurostroeradeangustia.–Sepuedesonreír,¿sabes?–dijoella.ElmaquilladorqueestabatrabajandoconAdammiróaMelanie.–Terminaréconélenunminuto.Creoquenoloestádisfrutando.–Solo quiero terminar con esto –murmuró Adammientras le ponían
corrector en la comisura de los labios–. He recibido una docena decorreos importantesen losúltimoscincominutos.Estoes loúltimoquemegustaríaestarhaciendoenestosmomentos.–Le he obligado a dejar el móvil –comentó el maquillador–. Estaba
arrugandolafrente,yasínopuedotrabajar.Melanieescuchóunavozdemujervagamentefamiliarasuespalda.–Yocreoqueestántanguapocomosiempre.Melaniesediolavueltayseencontrócaraacaraconlapesadillamás
impresionantementebellaquehabíavistoensuvida.–TúdebesdeserMelanie.YosoyJulia–letendiólamanoyledirigió
una sonrisa que había visto docenas de veces en las revistas. El cabellocastañoylargolecaíaporloshombrosyteníaunmaquillajemínimo.Yluegoestabalaropaquellevaba.Juliasoltóunacarcajada.Susimpresionantesojosrojosseabrieronde
parenparporlasorpresa.–Oh,Diosmío,llevamoselmismovestido.¿NeimanMarcus?Si Melanie hubiera podido hacer algo en aquel momento, habría
aprovechadolaoportunidaddepulsarlaalarmadelascensor.–Vaya.Oh.Sí.–Qué casualidad –Julia se puso el pelo detrás de la oreja. La voz de
Julia tenía un tono dulce que hacía sentir cómodo a todo el mundo alinstante.Pero Melanie se negaba a estar cómoda. Estaba demasiado ocupada
sintiendolamiradadeAdamenellas.–Date la vuelta para que puedamirarte –Julia hizo un círculo con el
dedoenelaire.AMelanie se le cayó el alma a los pies cuando vio la expresión de
Adam. Aquello se parecía demasiado a las cosas que su padre solíaobligarla a hacer: girar con un vestido bonito para que lo vieran losvecinos, estar guapa para la gente. Las hermanas de Melanie siempreestabanmásguapasqueella,igualqueJuliaenloquesereferíaamostrarlassublimeslíneasdelvestidodelananegra.–Teloprometo,noteestásperdiendonada–Melanierezóparadejarde
serelcentrodeatención.Sobretodoporqueestabaal ladodeunamujercon un cuatro por ciento de grasa corporal y sin un solo centímetro demás.–Tevoyadecirunacosa,llenaslafaldamuchomejorqueyo–Juliase
apoyóenelrespaldodelsofádecuerodeAdam.–Estáfantástica,¿verdad,Jules?–intervinoAdam.–Perfecta–Juliacruzósuskilométricaspiernas.Melanie estaba algo confundida. Tal vez fuera fácil ser generosa en
cumplidos cuando siempre se era la mujer más bella de la sala fueradondefuera.ElascensordelapartamentodeAdamseabrióyFionaMarchhizosu
entradaconsucabellocortoynegro.Llevabaunbolsograndedediseñoyunabotellaenormedeagua.–Melanie,mealegrodequeyaestésaquí.Sientollegartarde.Melanie se acercó a toda prisa a ella. Fiona era uno de sus contactos
másimportantes.–Túnuncallegastarde.Hasllegadojustoatiempo.–Eresunencanto–respondióFiona–.Peromientesfatal.MelanieserioyguioaFionaatravésdelasala.–DéjamepresentarteaAdamyaJulia.Los tres intercambiaronsaludos,peroAdamparecíadistante, comosi
hubieraalgoquelemolestara.Melanieselollevóaunapartemientraselcámaraajustabalaluzparalasfotos.–¿Teencuentrasbien?–lepreguntóalzandolavistaperointentandono
mirarlealosojos.Adamesbozóunamediasonrisapícara.–Cuandoquiereseresunencanto.–Solo quiero asegurarme de que estás preparado. Eres mi cliente y
necesitoqueestésbien.
–Ah,asíqueesoes loquetepreocupa.Si tuclientevaahacerbienlaactuacióndehoy.–Noexactamente.Mepreocupadeverdad–Melanieleseñalólafrente–.
Elmaquillador tenía razón. Se te forma una arruga en la frente cuandopiensas demasiado–le tomódel codo–.Si necesitasmás tiempodímelo,¿deacuerdo?Noquieroqueteveasatrapadoenunasituaciónincómoda.
Adam bajó la vista al brazo que Melanie le estaba sosteniendo conternura.Sudulcearomaseapoderódeél, lascurvasmarcadasporaquelvestido negro le atraían, recordándole dónde se ajustaban mejor susmanos,loslugaresdondelegustabaseracariciada.–Lovasahacerdemaravilla,notepreocupes–letranquilizóMelanie.Adamfingióunasonrisa.Paraélsuponíauntormentoverlaenaquella
sala, en su apartamento, sabiendo las cosas que habían compartido laprimera vez que ella estuvo allí. Tenía aquellas horas grabadas en lamemoria.Melanie lehabíahechoreír, lehabíahechogemirdedeseo, lehacía sentir algo fuerte y real. Nunca había tenido una química tanpoderosa con nadie, ni siquiera con su exprometida, y eso que estuvoprofundamente enamorado de ella. La lógica le decía que podría teneralgo así conMelanie, pero hacían falta dos para bailar un tango y ellahabíademostradoquenoteníaningúninterésenbailar.Todavía recordaba las palabras que le dijo Melanie la noche que
pasaron juntos, cuando le enredó las piernas alrededor de la cintura, suhúmedo calor invitándole a entrar por primera vez. Melanie arqueó laespalda,introdujosucuerpoenelsuyo,seleagarróalcuelloconambasmanosymurmuróconlavozmássexyqueAdamhabíaoídojamás:–Erescomounsueño.SiAdamcerrabalosojostodavíapodíaoíraMelaniedeciraquelloyel
cuerposeleponíatirante.–Adam–dijoMelanie–,Fionaestálistaparaempezarlaentrevista.Adamforzóunasonrisa.Habíallegadoelmomentodelaactuación.En
loúnicoquepodíapensaralsentarsefrenteaFionaeraenquecuandolepreguntarapor su relacióncon Julia, todo sevolvería real, almenosdecara al mundo. Las fotos de las revistas solo eran conjeturas. Esto loconvertiríaenauténtico,yesolellevabaadesearponersedepieydecirleatodoelmundoquesefueraexceptoaMelanie.
–Bueno,Adam–Fiona se inclinóhaciadelantey apoyó lamanoen larodilla–.HáblamedeturenovadoromanceconJuliaKeys.Oshemosvistojuntos,yestoyseguradequeanuestroslectoreslesencantaríasabermássobrelaparejamássexydeManhattan.Adamse aclaró lagarganta,divididoentre loqueMelaniequeríaque
dijerayloqueélqueríadecirsituvieralaoportunidaddehacerlo.–¿Qué puedo decir? Julia es una mujer adorable y nos lo estamos
pasandomuybienconestereencuentro.–¿Puedescontarnoscómovolvisteis?–preguntóFiona.Adam se revolvió en el asiento y se tiró del cuello de la camisa,
recordandoelguionqueJulialehabíadadoenelrestaurante.–Bueno,supequeJuliaibaavolveraNuevaYorkyqueríaverla,asíque
la llamé –vio por el rabillo del ojo cómo Melanie se fijaba en cadapalabraquedecía.¿Estaríahaciendoloqueellaquería?Esperabaquesí–.Accedió a verme en su nuevo apartamento cuando llegó a la ciudad.Aquellofueelcomienzo.–No olvides lo de las rosas –intervino Julia acercándose–. Siento
interrumpir, pero es que Adam es muy romántico aunque no quierapresumirdeello.–Cuéntamemás–dijoFiona–.Si a ti teparecebienmeencantaríaque
Juliaseunieraanosotrosenlaentrevista.AdammiróaMelanie.–TalvezdeberíamospreguntárseloalaseñoritaCostello.Melanieasintió.–Claro.Porsupuesto.Loquetúdigas,Fiona–lavozletemblóunpoco
alhablar.–¿PodemostraerunasillaparaJulia,porfavor?–preguntóFiona.Julia se inclinó sobre la silla de Adam y le pasó los brazos por los
hombros.–Notepreocupespormí.Estoymuybienasí–seapretócontraélcon
unarisita–.Sí,Adammellevóunadocenaderosasaquellanoche.Fuetanrománticoquetuvequedecirlequesí,queyotambiénqueríavolverconél.Desdeentoncestodohasidocomounsueño.Exceptoquenoeraunsueño.Eraunaenormementira.Además,Melanie le había dicho a él que era un sueño, y aquel era el
únicocontextoenelquequeríavolveraescucharaquellapalabra.
El buzón de voz de Melanie y su correo electrónico se habíanconvertidoenelespectáculodeJuliayAdam,yellaeralacoreógrafa.Todoelmundoteníapreguntas.¿HabíasentadoporfinAdamlacabeza?
Su familia parecía estar convencida de que sí. Roger Langford habíallamado a Melanie para darle de nuevo las gracias por su plan. ¿SeríacapazJuliadedomarle?Melaniegruñóalleeraquellapregunta.DomaraAdamLangford.Comosiaquellofueraposible.Lesonóelteléfono.EstuvoapuntodenocontestaralverqueeraAdam.
Noestabadehumorparahablarconél,peroteníaquehacerlo.–Hola,Adam.–Voycaminodetuoficina–seescuchabaelruidodecláxonesdefondo.–¿Qué?¿Dóndeestás?–Melaniecerrólosojosyseapretóelpuentede
lanariz–.¿Porqué?–Cuántas preguntas.Estoy en el coche, atrapado en un atasco, y llego
tardealaentrevistaconesarevistatécnica.Estamosaunamanzanadetuoficina.Lehepedidoamiasistentequellamealperiodistayledigaquenosencontremosallí.Aéllevieneinclusomejor.Melanieobservóeldesastrosoescritorio.Lazonadelvestíbuloestaba
bastanteordenada,perofaltabaunacosaimportante,alguienqueatendieraelmostradorderecepción.¿Cómoibaallevarunaempresaderelacionespúblicasimportantesinpersonal?Seapresuróaponerunacafeterayaprepararunespacioadecuadopara
laentrevistaenlazonaderecepción.AcababadecolocarelúltimocojínenelsofácuandoAdamentró.–Lo siento. Llevo un día de locos –dijoAdampulsando una tecla del
móvilyguardándoloenelbolsillodelanterodelacamisa.Ibavestidoconunos impecables pantalones grises, camisa de vestir negra remangada ysincorbata.Teníaelpeloalborotadoyestabatremendamentesexy.Adamescudriñólazonaderecepción.–¿Dóndeestátodoelmundo?–¿Todoelmundo?–Melaniesegiróytuvoquehacerunesfuerzopara
noacercarsemásaéltrasaspirarsuaroma.–Elpersonal.Recepcionista.Asistentes.Empleados.Tulistadeclientes
esmuylarga.Antesera todavíamás larga,cuandoJoshestabaallí.Cuandoestabaél
había muchas cosas: alguien con quien compartir la carga del trabajo,
alguienconquienhablardesusproblemas,alguienquelaabrazaraalfinaldeldíayledijeraquetodoibaasalirbien.Susistemadeapoyo,sureddeseguridad,habíandesaparecido.Noteníafuerzasparaseguirmintiendo.Ponerunpocodebrilloatodo
loqueAdamdecíaeraagotador.Resultabamuchomásfácilsersincera.–Ahoramismoestoyyosola.Lascosassonasímássencillas.–Ah, de acuerdo –Adam parecía escéptico a pesar de sus palabras y
frunció el ceño–. Pero, ¿quién lleva la oficina? ¿Quién compra lossuministros y arregla los ordenadores? ¿Y quién organiza tus viajes, tuagendaoseencargadellevarlaropaalatintorería?Dichoasísonabaimposibleyabsurdo.–Talvezmividanoseatancomplicadacomola tuya.Trabajotodoel
día,vuelvoacasaymeduermo.Yaldíasiguientelomismo.–Suenaaburrido.Loera.–Ypocosatisfactorio–tuvoelvalordedecirAdam.–Eso no es verdad, gracias.Y también hace queme resultemuy fácil
mantenermealejadadelaprensasensacionalista.Sehizounincómodosilencio.–Uy.Melaniesesintióterriblementemal.–Losiento.Esonoveníaalcaso.–Solodigoquetendríasmásclientesymásimportantessicontarascon
personal que se ocupara de las cosas pequeñas. Necesitas delegar paratriunfar.Alparecer,Adamnoqueríadejareltema.–Sígueme.Oshepreparadouncafé.Amenosqueprefierasagua.–Café,sinduda.Necesitoalgoquemedespierte.Melanie entró en la moderna cocina. Sacó una bandeja lacada del
armarito, puso unmantelito de lino blancoy colocó el azucarero y unajarritaconleche.Añadiódoscucharitasdecafé.–¿Queréis algo para mojar? Tengo varios tipos de galletas en la
despensa.Opodríabajaralapanaderíaaverquépastastienen.–¿Lo ves? A eso me refiero. No deberías estar haciendo estas cosas.
Eresunamujerdenegociosinteligenteymuycapazytrabajasmucho.Nodeberías andar preocupándote por las pastas y las galletas para losclientes.
Melaniellenódostazasdecafé.–¿Algomás,señoradivino?¿Deberíaestartomandonotas?–Señor adivino.Muygracioso.Solo te estoydandounconsejogratis.
Sé de lo que hablo –agarró una de las tazas de café de la encimera yañadióunchorritodeleche–.Hicemiprimermillónenlauniversidad.Sécómohacercrecerunaempresa.–Sabes cómohacer crecer tu empresa.Tenemos dos líneas de trabajo
muydiferentes.Créeme,yosécómohacercrecerlamía.Sí, estaba claro que podría conseguir más clientes si no tuviera que
preocuparsedemáscosas,comopasarlaaspiradora.–Deacuerdo–Adamsaliódelacocinayvolvióalazonaderecepción–.
Yahablaremosdeesomástarde.Tellevaréatomarunacopadespuésdelaentrevista.Unodemisbaresfavoritosdelazonaestádoblandolaesquina.–¿Una copa? –justo lo que necesitaba. Una nube de licor en su ya
cuestionablefuerzadevoluntad.–Sí.Yaséquesesaledelesquemadeirdeltrabajoacasa,perocreoque
tedivertirás.Nohemospasadotiempojuntosapartedeltrabajo.–Vamosaseguirhablandodetrabajo.Creoqueesocuenta.–Algomedicequetocaremosotrostemas.Otros temas. Melanie no quería hablar de su familia ni de su vida
amorosa. ¿Qué otros temas había? ¿El tiempo? Pensó en consultar eltiempoenInternetmientrasAdamhacíalaentrevista.TalvezhablaradelaNBA,porquesabíaqueAdameraseguidordelosKnicks.Cualquiercosacontaldedesviarlaconversación.SillevabaaJulia,Melaniequeríaestarpreparadaparacambiardetemaalinstante.Llamaronalapuertayunhombredelgadolaabrió.–Creo que estoy en el lugar adecuado. Estoy buscando a Adam
Langford.–Sí, está en el lugar adecuado –respondió Melanie con una sonrisa
cruzando la estancia para estrecharle lamano–.Adelante, por favor.Hepreparadocafé.
CapítuloSiete
Aquello era lomás cercaquepodía estarAdamde teneruna cita conMelanie,almenosmientrastuvieraunarelaciónfalsaconotramujer.Yalmenos mientras Melanie le siguiera poniendo obstáculos y lanzándoleseñalescontradictorias.AbriólapuertadelpubFlaherty’sparaella.–Lasdamasprimero.Melanietorcióelgestoalmirarelpocoiluminadobar.–Algomedicequeaquínomevanaprepararunmojito.–Losiento,SuerodeLeche.Ella le lanzó una mirada acusadora y apretó los labios, pero Adam
captóunamagodesonrisa.–Yasabesloquepiensodeesemote.Éllaurgióaentrar.–Ya, pero es que te cuadra perfectamente. Un poco dulce, un poco
amargo.Lamayoríadelasvecesnosemeocurreunnombremejorparati.–Adam Langford, tienes suerte de que necesite tan desesperadamente
unacopa.SubarfavoritodeManhattaneratodolooscuroquepodíaser.Melanie
seapretóelbolsocontraelpecho.–Estonoesloqueimaginécuandodijistequemeibasallevaratomar
unacopa.Adamsacudiólacabezaylepusolasmanosenloshombros.–Relájate. ¿No confías en mí? Llevo viniendo aquí desde que era
adolescente.Me encanta. No se parece a ningún otro sitio que conozca.Mispadressellevaríanundisgustosilosupieran.Jones,elcamarerodepelogris,sepusountrapoalhombroylesaludó
conunainclinacióndecabeza.–Miraquiénestáaquí.Elhijopródigohavuelto–murmuró.AdamserioylepasóaMelanielamanoporlacintura.–Vamos –le dijo en voz baja. Aunque Melanie parecía fuera de su
elemento,lesiguió.AdamleestrechólamanoaJones.–¿Cómoestás,amigo?¿Quétalvaelnegocio?
Jonessesubiólasgafasdepastanegraporelpuentedelanariz.–Tengoatodaslascervecerasdelpaístratandodevendermesucerveza,
peropor lodemásnomepuedoquejar–limpióunamanchade labarracon el trapo–. ¿Dónde están tus modales? ¿No vas a presentarme a laencantadoradamaquehastraídoamieleganteestablecimiento?Adam asintió. Lo que más le gustaba de Flaherty’s era que nadie se
tomaba nada demasiado en serio.Nadie especulaba sobre él ni sobre sucarácter. Nadie sabía quién era en realidad ni qué se decía de él en losperiódicos sensacionalistas. A Jones en concreto solo le interesaban laspáginas de deporte y poco más. Allí podía ser solo Adam Langford yllevaraMelanieatomarunacopa.–Sí, por supuesto. Esta es Melanie Costello. Su oficina está a una
manzanadeaquí.Mesorprendequenooshayáisvistoantes.Melaniesonrió.–Seguramentetendremoshorariosdiferentes.–Jones, necesito que le prepares a Melanie una bebida especial. Le
encantanlosmojitos.¿Tienesalgoqueseparezcaaeso?Jonesresopló.–¿Estásdebroma?VivídosañosenPuertoRico.Hagoelmejormojito
delmundo,mimujercultivalamentaquelepongo.Melanie se subió a uno de los taburetes de la barra y cruzó sus
espléndidaspiernas.–Esosuenamaravilloso.Háblemedesumujer.¿Llevanmucho tiempo
casados?–Se llama Sandy, y llevamos casados veintisiete años –Jones sacó un
vasodecristalymezclómentayazúcarenelfondodeunacoctelera.–Nuncaimaginéquesupierashacermojitos–comentóAdam.–Talvezporquenuncahaspedidomásquebourbonocerveza.Ytalvez
porquelaencantadoraMelanieeslaprimeramujerquehastraídoaquí.EllaapoyóelcodoenlabarraysegiróparamiraraAdam.–Laprimeramujer.Mesientomuyespecial.Adam sabía que estaba siendo sarcástica, pero le gustaba sacar aquel
lado de Melanie, el coqueto y pícaro. Le ponía todo el cuerpo duro,especialmentedebajodelcinturón.Optópornosentarseasuladoypasóelbrazoporelrespaldodeltaburetedelbar.Allí,enaquellugarenelqueera anónimo, podía dejar que su mente vagara imaginando cómo seríaestarconMelanie.Quefuerasunovia,oalgomás.Enesemundopodría
lidiarconsusproblemasdeunmodomássencillo.Si tuvieraaMelanie,ella entendería su estrés laboral. Entendería almenos parte de su estrésfamiliarporqueellahabíalidiadoconcosassimilares.Yademásmirarlaseríaunremansodepazparasusojostrasunlargodía.Jonesterminódeprepararlasbebidas.–Latuyalaapuntoentucuenta,Adam.AMelanielainvitalacasa–dijo
guiñándoleaellaunojo.AAdamnolesorprendíaelintentodecoqueteodeJones.¿Cómonoiba
a sentirse cualquier hombre atraído por ella? Aparte de su belleza, susojos azules, los labios rosadosy las curvasde su cuerpo,había algoenellaqueresultabasencillamentemagnético.Porunladoestabasuespírituindependiente y su amor al trabajo, pero también tenía una granvulnerabilidad.Dentrodeellahabíatambiénunamujercariñosaydulce.Melaniemetióunapajitaenelvaso.–Estoestádelicioso,Jones.Eselmejorquehetomadojamás,yesoque
heprobadomuchos.AdamdisfrutódelavisióndeMelanierelamiéndoselacomisuradelos
labioscongestosatisfecho.–Vamosasentarnosenlamesadelaesquina–sugirióél.–¿Laquieressoloparati?–preguntóJones.–Nosoyidiota–replicóAdamretirandosubebidadelabarra.Seacomodaronen lamesitade laesquina.Melaniecolocósuenorme
bolsoentreellos.Maldición.Adamcontabaconlaposibilidaddeacercarseunpocomása
ella.–HáblamedeRelacionesPúblicasCostello.Quierosabercómopuedes
llevarlotodotúsola.Ynomedigasquelohacesporqueesosimplificalascosas.Nomelocreo.Melanieladeólacabeza.–¿Quétienederaro?Soycapazdehacermuchascosas.–Nunca he dicho lo contrario. Solo digo que llegarías más lejos si
tuvieraspersonalde apoyo.Debesestar ingresando suficientedinero.Sécuántotepagamipadreyesunacantidadimportante.Melaniedejóescaparunsuspiroresignado.–Digamosque tengopendiente todavíauncréditopor laoficinayque
sigopagandolosmuebles–Melaniesacudiólacabezaylediootrosorboa su mojito–. Si quieres saberlo, esa es la razón por la que no tengo
personal. No puedo permitírmelo. Todavía –puso un dedo en la mesa–.Algúndíapodré.–¿Porquénecesitas tantodineroparalaoficina?Seguroqueteníasun
plandenegocios,unpresupuestoparalosprimerosaños.–Fueideademiantiguosocio.–Puesdemándalo.Melanie hizo una breve pausa antes de contestar, como si estuviera
calculandoquédecir.–Noestansencillo.–Claro que sí. En estos casos hay que ser despiadado. Solo son
negocios.–Esalgomás–Melanievolvióadarleotrosorboasubebida–.Esalgo
personal.Muypersonal.Ademásdepersonal,estabaclaroquesetratabadeuntemadelicado.Tal
veznolegustarahablardetrabajoensutiempolibre.NoeraintencióndeAdam arrastrarla a una conversación que no le agradara, especialmenteahoraquepor fin tenía laoportunidadde salir con ella, peronecesitabasaberlo.–Teescucho.Cuéntamelotodo.–Prefieronohablardeello.Adamluchócontraladecepciónqueleproducíaquenoconfiaraenél,
peroteníaqueseguirintentándolo.–Porfavor,notengasmiedodeconfiarenmí.Solointentoayudarte.No
voyajuzgarte.Melanielemiróalosojos,suspiróyfinalmentedejócaerloshombros.–Mi socio era también mi novio, yo creía que se convertiría en mi
prometidoperonofueasí.Tuvounaaventuraconunadenuestrasclientasmientrasvivíaconmigoyhablábamosdematrimonioydetenerhijos–lavoz se le quebró, pero continuó hablando–. Se marchó con ella a SanFrancisco.Ydesgraciadamente,yoconfiabaenélyminombreeselúnicoquefiguraenelcrédito.Atodoslosefectos,RelacionesPúblicasCostelloestodomío.Parabienoparamal.Adamsintióunaoleadaderabiayelimpulsodepegarleunpuñetazoal
exdeMelanie.–Losientomucho.Menudosinvergüenza.Intentó tomarle lamano por encima de lamesa, pero ella la retiró y
apuróloquelequedabademojito.
–Una aventura con una clienta.Es horrible –y entonces cayó.Ademásdelcontratoconsupadre,habíaotrarazónparamantenerloaraya.Adamquisodecirlequesuexerauncobarde.–Tuexlohizomal,notendríaporquéhabersidoasí.Sidospersonas
se sienten atraídas la una por la otra pueden esperar a que termine surelaciónlaboralparainiciarunarelaciónromántica.–Pero esas dos personas tendrían que ser libres, no tener ningún
compromiso–estabaclaroquesereferíaaJulia,aunquenolanombró–.Ylas dos tienen que ser capaces de comprometerse. Porque yo no tengorelacionesesporádicas.Novaconmigo.¿Significabaesoqueestabainteresada?¿Podríaempezarélunarelación
así? Normalmente se dejaba llevar sin implicarse demasiado, peroMelaniesemerecíamuchomás.El móvil de Adam emitió el sonido de un mensaje. Maldición. Justo
cuandoempezabaahaceravancesconMelanie.–Losiento.Deberíahaberlopuestoenvibración.–Nopasanada,loentiendoAdamseestremecióalleerelmensajedeJulia:«Tenecesitoparacenar.
Elsábado.Directorenlaciudad».Resultó que aquella falsa relación beneficiaba a Julia más de lo que
Adampensóenunprincipio.IbanaofrecerleungranpapelcomoesposadeunmafiosodeLongIsland,algoquesegúnsuagentenuncalehabríanofrecidosinohubieraestadosaliendoconunhombre tancontrovertido.Julia estaba convencida de que era su oportunidad para conseguir unpremiodelaacademia.Elmensajeeraundesagradablerecordatoriodeloqueleesperabafuera
de Flaherty’s: obligaciones relacionadas con las necesidades de otraspersonas que lemantenían alejado deMelanie, y justo cuando la estabaconvenciendoparaqueseabrieraunpoco.Ellasabíamuchascosassobreél, incluso las malas. Adam no sabía mucho más aparte de lo de MissSuerodeLecheylodelmalnacidodesuex.–¿Crisisenlaoficina?–preguntóMelanie.Adamapagóelmóvilyseloguardóenelbolsillo.–No,soloalgoquetendráqueesperar–sonrióyagradeciólavueltaala
conversaciónconMelanie–.¿Pordóndeíbamos?–Porningúnsitio.Megustaríacambiarde tema–miróhaciaatrás–.O
ponerunacanciónen lagramola–rebuscóenelbolso–.Vaya,no tengo
cambio.–Lamáquina admitemonedasdeveinticincocentavos.Se lospediré a
Jones.–Yotracopa–Melaniealzósuvasoyloagitó.Adamserioentredientes.Adorabasuladojuguetón,sobretodoporque
no lo mostraba con frecuencia. Melanie se levantó y se dirigió a lagramola. Adam consiguió cambio y otra ronda de bebidas mientrasobservaba el balanceo de las caderas de Melanie avanzando hacia lamáquina.Habría dado cualquier cosa con tal de tener la oportunidad deacercarseaellapordetrás,rodearlelacinturaybesarlaenelcuello.–Yaerahora–dijoellacuandoAdamseleacercó.Lequitólasmonedas
delamanoyluegoseleccionóvariascancionesenlagramola.–¿Yonopuedoescogerninguna?–Adamseacercóaellahastaquetuvo
lacaderaprácticamentepegadaalasuya.Melaniepulsóotronúmero.–Deacuerdo,puedeselegirunacanción.Peromástevalequeseabuena
–Melanierevolviólabebidaconlapajita–.Podríatomarmesietedeestos,perotendríasquemetermeenuntaxiporqueomequedaríadormidaomepondríamuytonta.–Noquieroquebebastanto,peroestanocheharétodoloquetúquieras.Melaniesonrióconpicardía.–¿Estássegurodeloquedices?Porquequierobailar.–Estenoeslugarparabailar.–Talvezhayaquecambiareso–Melanieleagarrólamanoyselapuso
enlacadera.Adamletomólaotramano,entrelazólosdedosconlossuyosytiróde
ellaconungolpeseco.–¿Ysitedigoquenosébailar?–ledeslizólamanohacialapartebaja
delaespaldaycomenzóamoverseacompasadamenteenla improvisadapistadebaile.–Tecontestaríaqueeresunmentiroso–murmuróMelaniesiguiéndole
elpaso.Eralamenordelasrendiciones,peroAdamaprovecharía todoloque
pudierarecibirdeella.Hastalaúltimagota.–Laverdadesquenomegustabailar,peroestosímegusta.Mucho.Al
menospuedotenerteentremisbrazos.–¿Tellegacontresminutos?Esoesloqueduraunacanción,¿verdad?
–Hemos metido dos dólares. He comprado veinte minutos, si losnúmerosnomefallan.–Sijuegasbientuscartas,mequedaréesetiempo.Adamserioenvozbaja.–Atiyamísenosdamuybienhablardandorodeos.Melanielemiróalosojossinningúntemor.–Puesdime,Adam.Dimequéestáspensando.Tal vez los mojitos le hubieran dado valor, y él tenía que estar a la
altura.Aspiró con fuerza el aire y se preparó, confiando en que aquello no
supusiera un obstáculo todavía mayor entre ellos. Eso fue justo lo quesucediólaúltimavezquefuesincerorespectoasussentimientos.–Estoypensandoenqueeresguapa,inteligente,sexyydivertida.Estoy
pensandoquehacefaltaserunimbécilparadejaraalguiencomotú.EstoypensandoquetalvezyotambiénloseaporpasartiempoconJuliacuandopodríaestarintentandoconstruiralgocontigo.Melanieparpadeóvariasveces,comosiestuvieraintentandoasimilarlo
quelehabíadicho.–Vaya.–¿Esdemasiado?–Eh…no–Melaniesacudiólacabeza–.Soloestoysorprendida.–¿Qué parte te sorprende? Sin duda sabes lo que siento por ti.Y que
aprovecharíacualquieroportunidadcontigoquesemepresentara.–¿Yconquéfin?¿Paraquepodamossalirunasemanaodosyluegote
aburrasdemí?AAdamlelatíaconfuerzaelcorazón.Siseaburríadelasmujeresera
porquenoveníanconelpaquetecompleto.NoerancomoMelanie.–Nuncapodríaaburrirmedeti.Nunca.–¿Cómoquieresquemecreaeso,Adam?Nisiquieraestandoprometido
fuistecapazdeconservarelinterés.
CapítuloOcho
RogerLangford le estabapagandoaMelanieuna importante sumadedinero,peroel trabajono incluíaplanear fiestas.Aceptóel trabajoextraporque la gala anual de LangTel incluía recaudar dinero para obrasbenéficas.LaotrapartedelaecuacióneraquetodosutrabajoconAdamdesembocaba en aquella noche. Tenía que ser perfecta. Haría todo loposibleparaqueasífuera.Melaniellegóunosminutostardeyconuntremendodolordecabezaal
salón de baile en el que se iba a celebrar la gala. Anna, la hermana deAdam,yaestabaallí.AnnasonrióyleestrechólamanoaMelanie.–Gracias por reunirte conmigoy ayudarme.Me siento fuera de lugar
conestetipodecosas.Llevabalalargamelenacastaña,delmismocolorque Adam, recogida en una coleta. Su actitud exudaba elegancia yprofesionalidad.–Noesningúnproblema.Tengomuchaexperienciaorganizandofiestas
paraclientes.PensarenlagalaponíatristeaMelanie.Aquellanochesignificabaelfin
deltrabajoconAdam.Élvolveríaasuvidayellaalasuya.Lasdosmujeresavanzaronporelopulentoespaciorepasandolasnotas
queleshabíadadoelasistentedeRogerLangford.Losmantelesdelino,ladecoraciónyelmenúsehabíandecididomesesatrás.MelanieyAnnasoloteníanquehablardelostiemposdelafiesta,yaqueRogerharíaentoncessugrananuncioyAdamseencargaríadeloscomentariosfinales.–Creo que una hora será suficiente para el cóctel –dijoMelanie–.Me
aseguraré deque losmedios estén situados enunbuen lugar para verlotodo.Luegotupadrepronunciarásudiscurso,queesperoseacorto.SonóelmóvildeMelanie,peroelladejóquesaltaraelbuzóndevoz.Annadejóescaparunsuspiroquedabaaentenderquenoloencontraba
gracioso.–Yonoapostaríaporello.Amípadreleencantaelsonidodesupropia
voz.–Todavía tengo que trabajar en el discurso deAdam, así que ayudaré
tambiéna tupadre.Si se extiendedemasiado las televisiones cortarán laemisión. Después de eso, Adam se subirá al escenario, dirigirá unas
palabras,brindaremosyseservirálacena.–El rey habrá subido al trono. Es como una especie de coronación –
murmuróAnna–.MipadrellevaesperandoestemomentodesdequeAdamnació. Pero todos creíamos que esto sucedería cuando mi padre sejubilara, nunca imaginamos que tendría lugar porque se estuvieramuriendo.MelaniesintiólástimaporAnnaytambiénporAdam.Verapagarseasu
padredebíaseralgomuydifícil.–Nopuedoni imaginar loduroquedebe serparavosotros–volvió a
sonarleelteléfono,perodejódenuevoquesaltaraelcontestador.–Gracias–dijoAnna–.Noestoymuyseguradeporquémipadremeha
puestoalmandode losdetalles finalesde la fiesta, aunque supongoquequisoarrojarmeunhueso.–¿Arrojarteunhueso?Annamiróaltecho.–MesorprendequeAdamno te lohayacontado.Heestadoesperando
paraocuparellugardeAdamdesdeantesdequemipadreenfermara.Megustaría ser yo quien cumpliera su sueño para LangTel.Desgraciadamente, la lógica de mi padre está anclada en los añoscincuenta.Creequelasmujeresdebendedicarseairdecompras,noalosnegocios.MelanienopudoevitarsimpatizarconAnna.–Mi padre me trata igual. Está esperando a que caiga para poder
decirmequeyameloadvirtió.Porsupuesto,esomellevaatrabajarmásduroparademostrarlequeestáequivocado.Annasonrió.–Exacto. ¿Sabes lo duro que trabajé en Harvard para sacar mejores
notasqueAdamydemostrarleamipadrequesoyigualdecapazqueél?–Meloimagino.Tuhermanoesuntipomuyinteligente.ElteléfonodeMelaniesonóporterceravez.–Hayalguienquequiereponerseencontactoconmigoatodacosta.Lo
sientomucho.–Nopasanada.–Hola,soyMelanie–contestó.–SeñoritaCostello,soyBeth,unadelasproductorasdeMidnightHour.
Hemos tenido una cancelación de última hora para el programa de estanoche.Unodenuestrosinvitadossehapuestoenfermo.¿Siguedisponible
AdamLangford?Nosencantaríacontarconél.Melanieconsultósureloj.–¿Aquéhora?–¿Podríaestaraquídentrodeunahoraparamaquillajeypeluquería?–Sí,porsupuesto.Allíestaremos.
Dos horas después de que Adam recibiera la frenética llamadatelefónica de Melanie ya estaba preparado para ponerse delante de lascámarasdeMidnightHour.Casipreparado.–Noséquémepasa.Nodejodesudar.Melanieagitóunarevistafrenteasucara.–Vasatenerqueencontrarlamaneradeparar.Confuerzadevoluntado
algoasí.Ajuzgarporsuexpresión,estabatanhorrorizadacomoélporsuestado
físico.–Talvezsimehubierasavisadoconmástiempo…–lamentósonartan
molesto,pero seguíaenfadadopor lascosasqueMelanie lehabíadichounascuantasnochesatrásenFlaherty’s.Sí, había cometidoerrores cuando seprometió.Ahora eramás sabio,
aunque nadie parecía creerlo.Y la sugerencia deMelanie de que podríallegar a aburrirse resultaba absurda. En parte se sentía tan atraído haciaellaporquenuncaleaburría.–Relájate–dijoMelanieintentandocalmarle–.Todovaasalirbien.–No lo entiendes. Yo nunca me pongo nervioso –Adam se pasó una
manoporelpelo.–Dejaderevolverteelpelo.Adamgimióentredientes.–¿Tedascuentadequevoyasalirenunprogramaquevenmillonesde
personas? Personas que esperan que los invitados sean divertidos,inteligentesyencantadores.Yyonoséactuarsimedanórdenes.Melaniesonrió.–Nomegustavertepasarlomal,perosímegustaverunaabolladuraen
la armaduradevezencuando–lepuso firmemente lasmanos sobre loshombros–.Enprimerlugar,tienesquehacerdiezrespiracionesprofundas.En segundo lugar, necesitas otra camisa. No voy a dejarte salir entelevisión con esa que llevas –se acercó al perchero del minúsculo
vestidoryescogióladerepuesto–.Quítatelacamisa.Adam se la desabrochó y se distrajo con la visión deMelanie. Cada
centímetro de su cuerpo acariciaba la idea de hacer aquellomismo conella,desnudarsedeverdad.Ensufantasíaeraellaquienledesabrochabalacamisa. PeroMelanie no le tomaba en serio sentimentalmente hablando.Sutrabajoysuempresaeransuprioridad.Melanieagarróundesodorantedelacómodayselolanzó.–Esto me recuerda que debemos decidir qué vas a llevar en la gala.
Necesitamosalgoquequedeperfectoenlasfotosyentelevisión.Podemosverlomientrasrepasamostudiscurso.–Eh…sí,claro.–¿Señor Langford? –la regidora entró en el vestidor portapapeles en
mano–. Cinco minutos para entrar –entonces pareció darse cuenta delproblema–. Tiene treinta segundos para ponerse esa camisa. Maquillajevieneencaminoparalosúltimosretoques.Melanieletendiólacamisa.–Yoteabrocholapecheraytúlospuños.Lamaquilladoraentróatodaprisa.Lepusodospañuelosdepapelenel
cuelloylepasóunaesponjacosméticaporlacara.–Estáustedsudando–afirmóapretandoloslabios–.Tienequedejarde
hacerlo.–Todo va a salir bien –intervinoMelanie ladeando la cabeza–. Es tan
guapoquelacámaraleadoraráaunquesudeachorros.Adam sabía que solo estaba tratando de distraerle, pero sintió el
corazónmásligeroalescucharledeciraquello.Nopudoevitarlo.Lamaquilladoralequitólospañuelosdepapeldelcuello.–Estoeslomáximoquepuedohacer.Melanieleestirólacamisa.–Dicesqueestásnervioso,peroenrealidadnoloestás.Tengoclientes
queseponenmuchopeorquetú.Lovasahacerdemaravilla,teconozco.Telosvasameterenelbolsilloatodos.¿Cuándofuelaúltimavezquealguienledijoalgoasí?–Eresincreíble.Creoquenadietieneconmigotantapacienciacomotú.–Confíoplenamenteenti.Nuncahedudadodetuhabilidadparahacerlo
quetepropongas.Adamseinclinóhaciadelante,laagarrósuavementedeloscodosyla
besóenlasien.
–Gracias.Laregidoraasomólacabezaenelvestidor.–SeñorLangford,yaeslahora–losguioporunpequeñopasillohasta
laentradadelplató.Adam aspiró con fuerza el aire. Si no dejaba de pensar en Melanie
tendríaqueexplicaralgomásqueunescándalosexualentelevisión.Tratóde conjurar pensamientos desagradables para cortar lamarea de sangrequelellegabaalaentrepierna.
Melaniesehabíapreparadoparalopeor.Quépérdidadetiempo.En cuanto Adam estuvo bajo las luces del plató, puso en marcha su
irresistibleencantoyelmundoenterocayóbajosuhechizo,oalmenostodoslosqueestabanenelplató.MelaniesabíamuybienloqueeraverseengullidoporAdam.Laaudiencianoteníaningunaposibilidad.Elpresentador,BillyDanville,nodudóenusar lacartade labromay
empezó la entrevista colocándose en la cabeza una tiara con la palabra«princesa»escritaenbrillantescuentasdecolores.–Bueno,Adam,tengoentendidoquehahabidounescándalo.Tressemanasatrás,Adamnohabríasoportadolabroma.Habríapuesto
losojosenblancoylehabríadichoaBillyqueseocuparadesuspropiosasuntos.Peroahorano.Adamnoseinmutó.Serecostóenlasillaconunasonrisairónica.–¿Ah, sí?He estado tanmetido en la liga de baloncesto universitario
quenomeheenterado.Elpúblicoserio.Elpresentadortambién.YMelanie.–No,enserio–Billysequitóafortunadamentelatiara–.Parecequehas
dejadoelescándaloatrás.Hemostenidolaoportunidaddeconocerteporlas entrevistas que has dado estas últimas semanas, y eso es estupendo.Ahora ya sabemos que no solo eres unmago de la informática guapo,sinoquetambiéntegustamirarleeltraseroatunovia.–Elmayorpasatiempoamericano–respondióAdam.Elpúblicovolvióareírse.–Bueno,háblanosde tu relacióncon JuliaKeys–continuóBilly–.Los
periódicos lopintanmuyserio.¿Escucharemoscampanasdebodaenunfuturo?¿Campanas de boda?Melanie contuvo el aliento. No sabía qué iba a
responderAdam,niquéqueríaellaquerespondiera.Adamcambiódepostura.–No.Nadadecampanasdebodaapesardeloquedigalaprensa.–Pero,¿vatodobien?–Oh,sinduda.Todovaperfectamente.¿Quépuedodecir?Juliaesuna
mujer preciosa, inteligente y con talento. Cualquier hombre seríaafortunadodepasartiempoconella.Billyasintióvigorosamente.–Porsupuesto.Puedesdarleminúmeroporsisecansadeti.Adamsiguió esquivando losgolpes, aceptando lasbromasa su costa,
manejandotodoslostemassensibles,yhubomuchos,incluidaslascosasquesuexprometidahabíadichosobresuincapacidadparaelcompromiso,yfinalmente,lapreguntasobrelasaluddesupadre.Billyordenólasfichasdeguionqueteníaentrelasmanos.–Odio tener que sacar este tema, pero corre el rumor de que la
enfermedaddetupadreesmuchopeordeloquesenoshadicho.Adamapretóloslabios.–Mipadreestárecibiendountratamientomédicoexcelente.Estáenmuy
buenasmanos.Esobstinadocomounamulaysigueyendotodoslosdíasalaoficina.Todo era cierto. Y ocultaba la realidad que los Langford no querían
hacer pública. Adam había aprendido a manejar las preguntas duras deformaimpecable.–¿YenquémomentoteharásconladireccióndeLangTel?–preguntó
Billy, que no parecía haberse dado cuenta de que Adam no habíarespondidoenrealidadalapregunta.–Todavía falta mucho para eso, si es que llega a ocurrir. Intento no
pensardemasiadoenello.Cuando Adam salió del plató, Melanie sintió como si le hubieran
quitadounenormepesodeencima.SuapariciónenMidnightHourhabíasidounéxito.Nopodíaestarmásorgullosa.–¿Ybien?No lo he hechomal, ¿verdad? –preguntó.La sonrisa de su
caraindicabaquesabíaquelohabíahechomuchomejorquebien.–Espectacular.Esaeslapalabra.–Estohayquecelebrarloconchampán–dijoAdamentrandoconellaen
elvestidor–.Podríamostomarloenmiapartamento.Solounacopita.Serádivertido.
–Estarde.Mañanatrabajas,yyotambién.–Yqueyosepa,hemosestadotrabajandotodalanoche.Necesitamosun
descansoyunacelebración.Teprometoqueseréunperfectocaballero.
LasburbujasbrotaronespumosascuandoAdamllenólasdoscopas.Talvez fuera el subidón por haber triunfado en su aparición en MidnightHour, pero notaba todos los sentidos agudizados.O tal vez se debiera ateneraMelanieensuapartamentoasolas.Melanie entrechocó la copa con la suya. Ella bebió, le brillaban los
ojos.Laexpresióndesurostroleresultabafamiliar,eradecoqueteo,deinvitación.Le llevó aquerer intentarlootravez, aunque sabíaquepodíaterminar con las manos de Melanie en su pecho pidiéndole que nosiguiera.–Estanochehasestadorealmenteespectacular,deverdad–afirmóella.Adam se desabrochó los puños de la camisa y se la remangó,
sintiéndoseenlacimadelmundo.Melanieyélhabíantriunfadojuntos.–Gracias, pero todo el mérito es tuyo. Si no me hubieras asesorado
antes,habríametidolapata.–Sabíaqueloibasahacerdemaravilla–Melanieignorósuhalagoyse
apoyó en el marco de uno de los ventanales. Las luces de la ciudad sereflejabanenellaconbrillosingular.–¿Ysi tedigoqueahora tevoyabesar?–lepreguntóél–.¿Creesque
esotambiénloharédemaravilla?–Adam,porfavor.–Pero quiero hacerlo. No puedo pensar en otra cosa desde que
estuvimos enFlaherty’s.Y ahora, al verte con la luzde la luna, con esevestido,recordandocómoseajustanmismanosalacurvadetuespalda…–Esosuenaabastantemásqueunbeso.–Silohacemosbien,entoncessí.Melaniemantuvolamiradafijaenlaciudad.–¿YquépasaconJulia?–Ellanoesloquequiero.Melanieserioenunsusurro.–Voy a necesitar más champán para creerme eso. Tú mismo lo has
dichoestanoche.Cualquierhombredaríaloquefueraporestarconella.Adamsacudiólacabeza
–No.Hedichoquecualquierhombreseríaafortunadodepasartiempoconella.Noeslomismo.–Hasaprendidomuybienelartededarlelavueltaalascosas.Adamlepusolamanoenelhombro,obligándolaamirarle.–Porfavor,dimequesabesqueestonoesreal.Fueideatuya.Estuplan.Ellasediolavueltayleobservóelrostrocomosibuscaralarespuesta.–Túmismo lo has dicho.No se te da bien fingir. Os he visto juntos.
Parecereal.–Las fotos son todo lo reales que las revistas quieren que sean. Tú
deberíassaberlomejorquenadie.–Lo sé –asintió, pero sus ojosmostraban todavía duda–. Pero es que
resultamuyconvincente.Adamsacudiólacabeza.¿Cómopodíaconseguirquelecreyera?–Todo es obra de Julia.Yo solo sigo sus pistas.No es a ella a quien
deseo.Esati.Melanieletomólamano.Parecíacomosilatierrasehubieradetenido.–Tal vez no me baste con palabras. Tal vez necesito que me lo
demuestres.Adamlequitólacopadechampándelamanoyladejósobrelamesa
sinapartarenningúnmomentolosojosdeella.–Heestadoesperandoparademostrártelo.Esloúnicoquequierohacer
–le sujetó la cara con ambas manos mientras la miraba a los ojos. Lasangre le recorría el cuerpo comoun río salvaje.Si había justicia en elmundo,Melanieseríasuya.Eraeldeseomás innegablequehabía tenidoensuvida–.Déjamedemostrártelotodalanoche.
Melanie contuvoel aliento cuandoAdambajó la cabezay labesó.Lasensacióndesubocasobrelasuyaresultabaarrebatadora.Nocabíadudade que la deseaba. Y ella necesitaba tenerlo cerca, ansiaba su calor. Searqueócontraélyuniólalenguaalasuya.Semanasdecontenciónlahabíanllevadoallímite.Queríasaborearcada
caricia,yalmismo tiempo todo ibademasiadodespacio.Ledesabrochóconfrenesílacamisa.–Verte cambiarte esta noche ha sido una tortura –le deslizó los dedos
por el plano vientre y los abdominales hasta llegar a los hombros ydejarlecaerlacamisaalsuelo–.Soloqueríatocarte.
–Estarcercadetiesunatortura.Lamitaddel tiemponopuedopensarconclaridad.Adam la estrechó entre sus brazos y la sostuvo con fuerza. Melanie
disfrutódelcalorquesalíadesupieldesnuda.Estabaexactamentedondequeríaestar.Sintióunaoleadadealivioydedeseoenelvientre.Porfiniba a tener lo que deseaba, lo que había pasado todo el año pasadoanhelando:aAdam.Labesóenelcuelloylebajólacremalleradelvestido,deslizándoselo
porloshombros.Melanielodejócaeralsueloyempezóadesabrocharleelcinturón.Adamladetuvoconlasmanos.–Aquí no –murmuró jadeando–. Quiero tenerte en mi habitación. He
esperadomuchotiempoparahacerteelamor.Quieroqueseaperfecto.La tomóde lamanoy la guio a través del salón por un pasillo hasta
llegarasudormitorio.–Muchomejor–murmurótomándoladelacinturaconlasdosmanosy
tumbándolasobrelacama–.Necesitomirarte–lapálidaluzdela lunasefiltrabaporlaventana,arrojandounbrillosobreellos.Adamledeslizólamiradaporelcuerpo–.Erespreciosa.Melanietampocopodíaapartarlosojosdeél.Lacinceladabarbilla,el
pechodefinido.Queríarecorrerleenteroconlasmanosyqueríasentirloensuinterior.–Basta de mirar, Langford. Te necesito ahora –Melanie se acercó al
extremodelacama,sesentóylequitóelcinturónylospantalones.Estaba duro como una roca, sobre todo en la parte que tenía justo
delante.Lebajólosboxerporlascaderasylerodeólavirilidadconlosdedos.Adam cerró los ojos y gimió, agarrándola de los hombros y
tumbándolaotravezsobrelacama.Setumbóasuladoyledesabrochóelsujetador.Se introdujounpechoen labocay le succionósuavementeelpezónmientrasledeslizabalasbraguitasporlascaderas.AMelanieselepusolapieldegallinaalpresentirloqueibaasuceder.Nadaseinterponíaentreellos.Teníanlaspiernasentrelazadasylascaderasunidas.Losbesosseibanhaciendomásrápidosyapasionados.–Déjameponermeunpreservativo–dijoAdamsinalientoabriendoel
cajóndelamesilla.–Yo te lo pongo–Melanie quería disfrutar de todas las oportunidades
quetuvieraparatocarlo.Adamselopasó.–¿Tehedichoyaqueeresperfecta?–No –Melanie se colocó a horcajadas sobre él, disfrutando de su
expresióndeplacermientrasseocupabadelasunto–.Asíquedímelo.Adamserioentredientes.–Creí que habíamos quedado en que te lo iba a demostrar –Adam la
atrajohaciasíylabesócomosiquisierarecuperareltiempoquehabíanperdido–.Necesitosentirmelomáscercaposibledeti.Melaniealzólascaderasymetiólamanoentrelaspiernas,ocupándose
deél con lamano,guiándolehacia el interior.Enaquel instante losdoscontuvieron el aliento,Adam la llenómientras ella se hundía en él y sucuerpo lo rodeaba. Cuando ambos respiraron ya eran uno, y no teníansuficienteelunodelotro.Los besos llegaron al máximo de pasión mientras se movían hacia
delanteyhaciaatrásenritmoperfecto.ElplacerseapoderódeMelanie.Elmodo en queAdammovía las caderas fue acrecentando la presión a unritmo que su cuerpo trataba de seguir. Supo que el éxtasis llegaría contotalintensidad.Habíaesperadomuchoparaestemomentoyporfinestabasucediendo. Adam prendió fuego a cada fibra de su ser, como hizo laprimeravez,soloqueenestaocasióneramuchomejorporqueahoraloconocíaaunnivelmásprofundo.Teníanunahistoriaencomún.Adamlacolocódeladoyledeslizólosdedosentreelpelo,besándola
suavementemientraslapenetrabaconlargosylentosembates.Ellalepasóunapiernaporlacadera,acercándolomásasí.–Eresmaravillosa–murmuróAdamentrebesos.Ledeslizó los labios
porlamandíbulayporelcuello,deteniéndoseenelseno,sosteniéndoloyapretándolo.Lolamióylosuccionó,llevándolahacialacima.Susrespiracionessevolvierontodavíamásagitadas.Melanieestabaal
borde.Lapresaestabaapuntoderomperse.Adamredoblósusesfuerzoshastaqueellaechólacabezahaciaatrásysedejóllevarporlasoleadasdegozo.Adam la siguió casi al instante, gritando mientras su cuerpo se
paralizaba antes de estremecerse con su propio orgasmo. Estrechó aMelanie entre sus brazosmientras recuperaban el aliento. La besó en lafrentecondulzuraunayotravez.¿Aquelloerareal?¿Setratabadeunsueño?Melanieseentregóalcalor
delcuerpodeAdamyaladulzuradesusinolvidablesbesos.–Hasidoincreíble–dijoAdam.–Espectacular –replicó ella besándole y deslizándole los dedos por el
pelorevuelto.–Tengoquedecirunacosaparaquenohayamalentendidos.AMelanielediounvuelcoalcorazón.–¿Sí?–Novasa iraningunaparte.Noquieroque temarchesdespuésde lo
quehemoscompartido.Necesitoquetequedesapasarlanoche.Melanie volvió a sentirse feliz. Adam quería que se quedara. Pero
enseguidacayóenlacuentadelasimplicaciones.–¿Estássegurodequeesunabuenaidea?Podríahaberfotógrafosenla
puerta del edificio. No estaría bien que me vieran salir de aquí por lamañana.–Entonces ya veremos qué hacemos.No voy a perderte de vista. Esta
nochetequedasaquí.Conmigo.Todalanoche.¿Deacuerdo?¿Cómoeraaqueldichodeecharletodalacarnealasador?Ellayahabía
hecholoquehabíajuradoquenuncaharíayhabíavalidolapena.Sialgosalíamal,Adamyellalidiaríanconlasituaciónjuntos.Porelmomentoseteníanelunoalotroytodalanochepordelante.–Porsupuestoquemequedaré.Todalanoche.
CapítuloNueve
Melanie se despertó sintiendo como si flotara en un sueño. ¿Habíasucedidodeverdadlodelanocheanterior?Elsoldelamañanasefiltrabaa través de las ventanas del dormitorio de Adam. Melanie se subió lasábanaalpecho.LasábanadeAdam.LacamadeAdam.Seescuchóelinconfundiblesonidodeunaspatasenelsuelodemadera
yJackaparecióporlapuerta.Encuantolavio,seacercóaella.–Buenosdías,amigo–Melaniesepusodeladoparamirarle.Elperrobajólacabezaparaqueleacariciaradetrásdelasorejas,yella
asílohizo.–Menudaparejahacéis–dijoAdamasuespalda.Melaniemiróatrás,atraídaporsutonodevozsoñoliento.Sequedósin
respiraciónalverloconaquellospantalonesdepijamagrisesysincamisa.Llevabadostazasdecaféenlamano.–Buenosdías–Melanienopudoevitarsonreíralverlotansexy.Adamapoyólarodillaenlacamayseinclinóparadarleunbesoenla
frente.–Buenos días, preciosa –le pasó una taza–. Leche y una de azúcar,
¿verdad?Ellaasintiósindarcréditoaqueseacordara.Soplósuavementeelcaféylediounsorbito.Sesentíabien,peroalgo
turbada.Lanocheanteriorhabíasidoabsolutamentemaravillosa,lehabíaencantadorendirseporfinaél,peronocabíadudadequesehabíatratadodeunmomentodedebilidad.Loquemáslepreocupabaeraelcontratoqueteníaconsupadre.Había
hechounpactoconsigomismaparahonraraquelacuerdo,ylohabíaroto.Odiabatenerqueponerexcusas,peroeralaúnicamaneradelidiarconloquehabíahecho.–Ojalápudiéramospasar lamañanaenlacama–Adamdejóla tazade
caféen lamesillay semetióbajo las sábanasconella–.Pero tengounatoneladadereunionesqueempiezanalasnueve.–Reuniones–aMelanie le latióelcorazónconfuerza–.Oh,Diosmío,
¿quéhoraes?–Pocomás de las siete.Nome digas que llegas tarde a algo, esmuy
temprano.
–Yo también tengo una reunión a las nueve en punto. Pero tengo quellegaramiapartamento,ducharme,cambiarmey luego ir a laoficinayprepararcafé.Sinomevoyahoramismonollegaré–Melanieapartólassábanas y se dio cuenta al instante de que estaba desnuda. Agarró unaalmohada y se cubrió el cuerpo, escudriñando el suelo en busca de lasbraguitasyelsujetador.–Esunpocotardeparaelrecato,SuerodeLeche.Noquedaentucuerpo
unsolocentímetroquenohayaexploradoanoche.–¿Puedes,porfavor,ayudarmeaencontrarmiropainterior?Adambuscóensuladodelacamaysacólasprendas.–¿Nomepuedoquedarestoderecuerdo?Ellaselasquitódelamano.–Muy gracioso –se sujetó la almohada en el pecho con la barbilla y
agarrólaropainterior.NosabíamuybienporquénoqueríaqueAdamlavieradesnudaahora.Talvezsesentíaculpable–.Tengoqueencontrarmivestido.Dejó aun lado la almohaday corrió al salón.Adam la siguió.Ver el
vestidoyloszapatostiradosenelsuelohizoquerecordaratododegolpe,elcalordesumanoenlaespaldadesnuda,susbesos,elgloriosomodoenquelahabíallenado.–Esperaunmomento–lepidióAdammientrasellatratabadeponerseel
vestido–.PorelamordeDios,dejaqueteayudeconlacremallera.Dimequétepasa.Séquetienesmiedo,ynecesitosaberporqué.Nocreoqueseaporesareunión.Al escuchar su voz, el cuerpo de Melanie solo quería estar desnudo
juntoalsuyotodoeldía,sobretodocuandoelcálidoalientodeAdamleacariciabalaoreja.Perosucerebroestabaaladefensiva.–Yo…–Melanieaspiróconfuerzaelaire.–¿Tú qué? ¿Estás preocupada? ¿Crees que lo que hicimos anoche no
estábien?Ellaexhaló.–Sí–nohabíanadamásquedecir.Adamlagiróylaestrechóentresusbrazos.–Lo entiendo –murmuró acariciándole la espalda en gesto
tranquilizador–. Escucha, los dos sabemos que esta no es la situaciónideal, pero no tenemos nada de qué avergonzarnos. Yo te deseo, tú medeseas.Esasídesimple.
–Perotupadre…Elcontrato…Adamlaestrechótodavíaconmásfuerzaentresusbrazos.–No te preocupes por mi padre. No se va a enterar –la besó en la
frente–.Yahoradéjamequeteacompañeabajoa tomaruntaxiparaquenolleguestardeatureunión.Melanienegóconlacabeza.–¿Ysihayalguienenlapuertadeledificio?¿Fotógrafos?–Llamaréalportalparaasegurarmedequenohaymorosen lacosta.
Losporterossonmuyprofesionales.–Túllama,perobajaréyosola.Esmásseguroasí–elestómagoledio
unvuelco.Nolegustabalaideadetenerqueandarescabulléndose.–¿Quéclasedecaballeroseríayosinoteacompañoabajo?Tedirélo
que haremos. Te acompañaré hasta el vestíbulo. Y no acepto un no porrespuesta.MelanierecogiósuscosasmientrasAdamhacíalallamada.Luegoélse
pusounasudaderayunaszapatillasdedeportesinatarseloscordones.Semetieron en el ascensor sin hablar, peroAdam le tomó lamanoy se laacariciósuavementeconelpulgar.AMelanieledabavueltaslacabeza.¿Quéestabanhaciendo?¿Estoera
cosa de una noche? Eran preguntas que necesitaban respuestas, pero nohabíatiempo,almenosaquellamañana.Yencualquiercaso,AdamteníaquecontinuarlafarsaconJuliaalmenoshastalagala.Nohabíanadaenaquellasituaciónquepresagiaraunarelaciónauténtica
yduradera.Yaveíaasushijospreguntándolescómosehabíanconocido:«Bueno, papá tenía una novia falsa porque mamá le dijo que eso leserviríaparaobtenerbuenapublicidad,y tuabuelonoqueríaniquenosacercáramos,asíquepapáymamácayeronen la tentación, tuvieronunaaventurasecretaytórridaymintieronatodoelmundo».El móvil de Adam emitió un sonido y se lo sacó del bolsillo de la
sudadera.Sonriómirandolapantalla.–Esmipadre,mefelicitaporMidnightHour.Laspuertasdelascensorseabrieron.–Estuvisteincreíble–dijosaliendoalvestíbulomientrasAdamsostenía
laspuertas–.Estoyseguradequehoyvasarecibirmuchasfelicitaciones.El teléfonodeAdamvolvióa emitirun sonido.Estavezno sonrióal
leerelmensaje.Sequedópálido.–Eh,Carl–legritóalporterocontonodepánico–.Consígueleuntaxia
laseñoritaCostelloahoramismo.–¿Quéocurre?–preguntóMelanieangustiada.–Tienesque irte–leespetóAdampulsandoelbotóndelascensor–.Mi
padrevienedecamino.Laspuertassecerraron.«Oh,Diosmío,no».ElporterosacórápidamenteaMelaniefuera,pero
fuedemasiadotarde.EstuvoapuntodetropezarseconRogerLangford.–Hola,señoritaCostello–dijoRogermirandoa travésde lapuertade
cristalhaciaelvestíbulodeledificiodeAdam–.¿EstabaustedreunidaconAdam?–Eh…sí.Sí,señor–sesintiófatal–.Hahabidounagranrespuestaala
entrevistadeanoche.Soloqueríaasegurarmedesacarleelmayorpartido.Asegurarmedequetodoslosmedioshablendeello.Adamyyoestábamosrepasandoalgunascosas.«Dejadehablar.Estáscavandotupropiatumba».–Esoesloquemegustadeusted,señoritaCostello.Siemprepensando,
siempretrabajandodurosindejarpasarningunaoportunidad.AhoraMelaniesesintiómilvecespeor.–Gracias,señor.ElporteroconsiguióporfinpararuntaxiylehizounaseñalaMelanie.Ellaestabadesesperadaporescapardeallí.–Tengoqueirme,señor.Meesperaunareuniónenlaoficina.–Claro,claro–asintióRoger–.Quetengaunbuendía.
Adam recorrió arriba y abajo la cocina. ¿Habría conseguido llegarMelaniealtaxiantesdequeentrarasupadre?TuvolarespuestaencuantoRogerentróenelapartamento.–Mehe encontrado con la señoritaCostello abajo –le dijo quitándose
lentamenteelabrigo.–Ah,sí–contestóAdamsinquererofrecerningúndetalledelahistoria
porsinocoincidíaconladeMelanie–.Papá,siéntate,porfavor–enaquelinstanterecibióunmensajedetexto.MiróelmóvilparaleerelmensajedeMelanie.«Nopodemoshaceresto.Noestábien».Adamcontestó:«Notepongasnerviosa».–LaseñoritaCostelloesmuytrabajadora–supadretomóasientoenun
taburete–. Solo estaré un momento, Adam. He venido porque quería
decirte enpersona lo contentoqueestoycon tu aparicióndeanoche.Herecibidovariasllamadasfavorablesdelosmiembrosdejunta.Estánmuyimpresionados.Yotambién.Estuvisteperfecto.Cadapalabradehalagode supadrehacía sentir aAdammás turbado.
Ahora entendía de primera mano por qué Melanie se encontraba tanincómoda.¿Ysi lecontabadeprontoasupadrequeMelanieyél teníanuna relación? ¿Cómo se lo tomaría? ¿Se sentiría decepcionado? ¿Leacusaríadevolverotravezalasandadas?Larespuestanoimportaba.Melaniesepondríafuriosa.Siquería tener
algunaposibilidaddeseguirconella,nopodíaponerenpeligro todoeltrabajoquehabíahecho.SisetrataradelprestigioprofesionaldeAdam,podríaversetentadoa
arrojarlotodoporlabordacontaldepoderestarcadanocheconMelanie.Cuandosupadresefueypudorespondermejoralmensajequeellale
habíamandado,sepreguntósihabríaconseguidocalmarlaconsuúltimomensaje:«Todoestábien.Voyatuoficina».LarespuestadeMelaniefuedemasiadorápida:«No,porfavor.Esosolo
empeoraríalascosas».Adam le envió un mensaje a su asistente para que retrasara sus
reunionesmatinales.Luegodejóelmóvilbocabajoen laencimerade lacocina. No iba a entablar una conversación con Melanie por mensajecomosifueranunosadolescentes.Teníaqueverla.Cuandolatuvieraentresusbrazos,todoestaríabien.Seduchórápidamenteyunavezabajolepidióasuchóferquelellevara
a la oficina deMelanie lo más rápidamente posible. Cada semáforo enrojoconelque se topaban suponíauna tortura.El teléfonodeAdamnoparaba de sonar, pero no podía concentrarse en el trabajo y finalmentetuvo que silenciarlo. Los negocios tendrían que esperar. Nada era másimportantequeveraMelanie.Prácticamentesaltódelcochecuandollegaronaledificiodesuoficina.
El ascensor estaba fuerade servicioy subió las escalerasdedos endoshasta llegar al octavo piso. Abrió la puerta de Relaciones PúblicasCostello,laoficinaestabaaterradoramentesilenciosa.–¿Mel?¿Estásaquí?–Adamseatusólacorbataylachaquetadel traje,
cruzólazonaderecepciónysedirigióasudespacho.Asomólacabezaaldoblarlaesquina.Lapuertaestabaabierta.Escuchóunossollozos.Oh, no. Estaba llorando. Se aclaró la garganta sonoramente para no
asustarla.–¿Mel?Ella se asomó a la puerta del despacho. Tenía las mejillas rojas y
manchadasdelágrimas,peroestabatanbellacomosiempre.–Adam, te dije que no vinieras. No quiero hablar de ello. Vete, por
favor.Nopodemoshaceresto.Yonoquierohacerlo.Noestábien.–Mipadrenosabenadanilosospecha,Mel.Todoestábien.Ellasepasólosdelicadosdedosporlarubiamelenayapoyóelhombro
contralapared,comosilecostaratrabajomantenersedepie.–Paratiesmuyfácildecirlo.Túnotienestantoqueperdercomoyo.No
setratasolodeminegocioodemiprofesión.Setratademividaentera.Miidentidadestáligadaaestaestúpidaoficinaquenopuedopermitirme.Toda mi vida gira en torno a mantener las luces encendidas y seguiradelante.Notengonadamás.Nopuedopermitirmecometerunerror.Adamsintióunapunzadaenelpecho.Odiabalapalabra«error».–¿Creesquelodeanochefueunerror?–Si me despiden del trabajo más importante de toda mi carrera,
entoncessí.LacabezaaAdamledabavueltas,lecostabatrabajocreerqueMelanie
fueraaestartanmalsiladespedían.Teníaquehaberotramanera.–¿Ysitepagoyoloshonorariosquemipadreteprometió?Odéjame
comprartelaoficina–seacercóunpocomásaella.Queríatocarla,peronotabalaimpenetrablefortalezaquehabíaconstruidoasualrededor.–¿Creesquequierotudinero?¿Quequieroquemerescates?Tengoque
hacerestopormímisma.Heestadosoladesdelosdieciochoaños.Noséhacerlodeotromodo.Ynoolvidesquetodoelmundosabequeheestadotrabajando en este proyecto. Mis futuros clientes me preguntarán alrespecto, y querrán saber qué tiene que decir Roger Langford sobre eltrabajoquehice.Silescuentaquetuvoquedespedirmeporquemeacostéconsuhijo,estoyacabada.Nohabrávueltaatrásparamí.–Siyosuperémiescándalo,túpodrássalirdeesto.–Nuestras situaciones no son iguales. Tú eres Adam Langford. Tu
familiarepresentaelsueñoamericano,eresunhombreinteligente,guapoy hecho a símismo. La gente te adora. Yo solo tuve quemostrarles lobueno que hay en ti. Yo no soy nadie, Adam. Si esto sale a la luz meconvertiré en una nota a pie de página, y no puedo permitírmelo. NopuedovolveraVirginiaconlacabezabajaporlavergüenzaydecirleami
padrequeélteníarazón,quefueunerrorveniraNuevaYorkypensarquepodía dirigir mi propia firma de relaciones públicas. Creo que noentiendeslasrepercusiones.Adamentendía de dóndeprocedía, pero eso no cambiaba el hechode
queélquisieratenerlaensuvida.–Escucho todo lo que dices, pero darle una oportunidad a lo que
tenemosesmásimportantequetodoeso.Creoqueestovamásalládetutrabajoodemifamilia.Melanieadquirióunaexpresióndetotalconfusión.–Nosédequéestáshablando.Nohaynadamás.Adamseatrevióaacercarseunpocomásyleagarróelcodo.Encuanto
latocó,sintiócuántosehabíacerradoaél.–Piensaenporquéestásenestasituación.Tuex.Éleslarazónporla
quetevesasícontusfinanzas,perotambiéncreoquees larazónpor laquetedatantomiedodejarquealguienentreentuvida.Melanieledeslizólamiradaporelrostro.–No.Teequivocas.Deesohacemásdeunaño,yheconseguidosalir
adelantesinél.Adamasintióysediocuentadequeaquellarevelaciónenparticularle
resultabaconflictivaaMelanie.Élsabíacómosesentía.–Meimportas,Mel.Mucho.Séloqueesquetehagandaño.Atodosnos
hanhechodaño.Talveznohayapasadoexactamenteporlomismoquetú,pero teentiendo.Yséqueentrenosotrospodríahaberalgodeverdadsime dejaras pasar –lamiró a los ojos.Melanie necesitaba tiempo. Podíaverlo.Ypormuchoquelecostaradárselo,teníaquehacerlo.–Quieroquepiensesenello.Quieroquepiensesenloquesignificade
verdad.Melanieaspiróconfuerzaelaire.–Nosetratadeloquetúquieres,Adam.Setratatambiéndeloqueyo
quiero.–Entoncesdimequéquieres.–¿Ahora mismo? Quiero que te vayas, que sigas con tu vida y me
prometasquenovolverásapensarenmícuandolagalahayaterminado.Adam sintió como si le hubieran dado un mazazo en el corazón.
Aquellasnoeranlaspalabrasdeunamujerqueestabadispuestaapensarentodoloqueélleacababadedecir.–Puedoprometermuchascosas,peroesono.Nodespuésdeanoche.
CapítuloDiez
ElviernessecumplieroncincodíassinsabernadadeAdam.Almenosnodirectamente.Lamayoríadelasentrevistasyahabíanterminado,perofaltabaultimar
algunosdetalles,ylomásimportante,necesitabanpulireldiscursoqueibaapronunciarenlagala.Habíanhabladosobresuscomentariosdelsábadoporlanoche,perotodoatravésdesuasistente.Pormuchoqueledoliera,MelanienopodíaculparaAdamdesudistanciamiento.Despuésdetodo,ellalehabíapedidodirectamentequelaolvidara.De quien Adam no se había distanciado al parecer era de Julia.
Volvieron a salir enseguida en la prensa, tomados de lamanomientrasiban de compras por el Soho solo dos días después de que Melanie yAdamhubieranhechoelamor.Odiabaquetodavíaleimportara,peroasíera.Leimportabatantoquesentíacomositodosuinteriorsemuriera.Las cosas que le había dicho Adam aquella mañana en su oficina
seguíandándolevueltasporlacabeza.«Podríahaberalgodeverdadentrenosotros si me dejaras pasar». No estaba convencida de que fuera tansencillo. En cualquier caso sería algo imposible disfrazado de sencillo.¿TeníarazónAdam?¿LehabríahechoAdamtantodañocomoparanosercapazdevolveraconfiarennadie?¿Tendríaelcorazóntancerrado?Melanieaspirócon fuerzael aireparaarmarsedevaloryentróenel
ascensorque llevabaalapartamentodeAdam.Aqueleraeldíaescogidopara repasar su discurso y ver qué se iba a poner para la gala del díasiguiente. No tenía ningún plan para tratar con Adam más allá de loprofesional. Con suerte, él estaría igual. Repasarían el discurso y lemostraría aMelanie lo que se iba a poner para la gala. Ella le daría elvisto bueno y desaparecería. Entonces el único obstáculo que quedaríasería la gala, y eso implicaba barra libre bien provista de champán.Benditochampán.Cuandoseabrieronlaspuertasdelascensor,Adamseestababajandode
unodelostaburetesdesuenormeisladecocina.–Llegastarde–afirmócontonogélido.Ellaconsultósureloj.–Sonlascincoytresminutos.Ytúsiemprellegastarde.–No estamos hablando de mí, ¿verdad? Tengo cosas que hacer esta
noche.Melaniesuspiró.AsíqueaqueleraelcaminoquehabíaescogidoAdam.
Ellanoqueríamorderelanzuelo,peroelmodoenquehabía regresadocorriendoabrazosdeJulialareconcomía.–¿TienesunacitaamorosaconlanoviadeAmérica?–¿Esoteharíasentirmejor?¿Quetussospechasfueranciertas?Las palabras de Adam le dolían, aunque no podía culparle por estar
enfadado.Laúltimavezquelevioseportófatalconél.–Hablemosdelvestuarioydetudiscurso,porfavor.MelaniesiguióaAdamhastasudormitorio.Encuantocruzólapuerta
sintiócomosileclavaranunpuñalenelpecho,justoenelcorazón.Mirólacama,cubiertaconunainmaculadacolchadeseda.Nolecostóningúnesfuerzo recordar qué se sentía al estar envuelta en aquellas sábanascompletamentesincronizadaconAdam.Noteníanproblemasenlacama.Locomplicadoestabafueradeldormitorio.–Heescogidotrestrajes,porsiquieresecharlesunvistazo–dijoAdam,
aquienparecíanoafectarlenadalavisióndelacama–.Laeleccióndelacorbatateladejoati–entróenelvestidoryseñalólasperchasenlasqueesperaban los trajes colgados, al igual que una extensa colección decorbatasdeseda.Melanie ya sabía que quería que llevara el traje gris oscuro.Lo tenía
puesto la noche que lo conoció y le quedaba demaravilla. La chaquetahechaamedidaleacentuabalosesculpidoshombrosylaestrechacintura.Asíquetendríaqueapartarlamiradaymorderselosnudilloscadavezquelevieraaldíasiguienteporlanoche.Nopasabanada.Habíavividocosaspeores.Melanie se acercó a las corbatas y seleccionó unas cuantas: una azul
acero,otranegraconrayasverdeoscurodiagonalesyunacolorlavanda.–Ni hablar –Adam agarró esta última y la volvió a colgar–. Tú y tu
lavanda.Esdemasiadofemenino.MelanieobservólasotrasdoscorbatasantesdeponerleunaaAdamen
lamano.–Muybien.Probaremosconlaazul.Teresaltarálosojos.–¿Deverdadteimportacómosemeveanlosojos?–Sí.Esunodetusmejoresrasgos.–Si no supiera que no es así, diría que estás coqueteando conmigo –
Adamapretóloslabios–.Perotengoclaroquenoesasí.
–Ponteeltrajeparaensayareldiscursoyasípodremosdespedirnosporestanoche.Teesperofuera.Melaniesaliódelvestidoryseacercóalventanalquedabaalaciudad.
Los días se iban haciendomás largos, solo faltaban unosmeses para elverano. ¿Dónde estaría ella para entonces? ¿Tendría más clientes?¿Entraría más dinero? La lógica indicaba que llevaba una trayectoriaascendentegraciasaléxitodelacampañadeAdam.Entonces,¿porquénoestabacontenta?Habíatomadoladecisióndecentrarseensucarrerayloibaaamortizar,perosesentíavacía.Noteníaanadieconquiencompartiraquelloslogros,ycomoAdamhabíasugerido,selohabíabuscado.Adamentróenlaestanciaysedetuvofrentealespejodecuerpoentero
delapared.–¿Ybien?Melaniesepreparóyseapoyóenlaventana.Estabatanguapoquehacía
dañomirarle,yleprodujounapunzadaenelpecho.–Estefuncionará–comentótratandodeaparentar trivialidad.Nopoder
besarle con aquel traje era una tortura.Y todavía era peor saber quenopodríavercómoseloquitaba.–¿Túquetevasaponerparalafiesta?–lepreguntóAdam.–Unvestido.–Esoyameloimaginaba.¿Teimportaríadarmásdetalles?–No lo sé –no había pensado en ello y no tenía presupuesto para
comprar nada nuevo. Seguramente se pondría alguno de los prácticosvestiditos negros que siempre llevaba a ese tipo de eventos–. ¿Quémásda?–Tengocuriosidad–Adamseajustólospuñosdelacamisa–.¿Vasair
conpareja?–noapartólamiradadesureflejoenelespejo.Melaniecerrólosojosuninstante.Sesuponíaqueaquellaibaasersu
oportunidad para tomarse la revancha, pero ahora estabamuchomenosentusiasmadaporlaidea.–Voy a ir con mi vecino, Owen. Es médico –tenía cero interés
sentimentalenél,y lehabíadejadoclaroquesoloeranamigos,peronohacíafaltaqueAdamlosupiera.Senegabaaasistira lafiestasinparejasabiendoquetendríaquesonreíryfingirqueerafelizmientrasAdamsepaseabaconJuliadelbrazo.–Estees tuevento.Supongoque lehabráspedido túque teacompañe,
¿no?
¿Quéestabainsinuando?¿Quenoeracapazdetenerunacita?–Leheinvitadoyo,peroOwenmehapedidosalirmuchasveces.–¿Yhassalidoconél?–Hemosidoalcineyacenar–seabstuvodeaclararquenoerancitas
románticas,soloplanesdeamigos.–Entiendo.Bueno,estoydeseandoconoceratuvecinoelmédico.Melaniesesentíaconfusa.¿Estabaceloso?NopodíaimaginaraAdam
envidiandoaotrohombre.Pero,¿quépasabaconsutonoposesivoyconsumirada?¿Estabadiciendoquenosehabíarendido?¿Yquédebíahacerellaenesecaso?–Deberías ensayar el discurso para que pueda oírlo –dijo entonces
rompiendoenhechizodelsilencio.–¿Aquí?Melanieseencogiódehombros.–Sí–cruzóelsalónparasentarse,aunqueestabasoloaunoscentímetros
delacama.–Ojalátuvieraunpódium.Mesientorarosoltandoundiscursoaquíde
pie–Adamseestirólachaqueta.Parecía seguro de símismoy a la vez vulnerable allí delante de ella.
Melaniecontuvounsuspiro.AqueleraelAdamqueadoraba,elAdamquenuncaseríasuyo.Adamcomenzó el discurso, peroMelanie se dio cuenta al instante de
que algo no iba bien. Todo lo que salía de su boca era optimista yconfiado,perotenía loshombrostensos, lavozuntantoagitada.Parecíacomosiestuvieradiciendolaspalabrasdeotrapersonaapesardequeélhabíaescrito lamayorpartedeldiscurso.Ella solohabíahechoalgunassugerenciasypequeñoscambios.Comoélmismohabíadichomuchasveces,noseledababienfingir.Adam se apretó el puente de la nariz cuando terminó el discurso. Ni
siquieraquisoescucharlaopinióndeMelanie.Habíavistosuexpresióndeasombromientrashablaba.–¿Vatodobien?–preguntóella.–Eh…sí,claro.¿Porqué?–Esquenoparecíastú.Enabsoluto.–Estoybien–peronoeracierto.Nadaestababien.Ynosoloporlode
LangTel. Ni tampoco por su padre. Era por ella. Los dos solos en suapartamento, comportándose de un modo civilizado y teniendo mucho
cuidadodenorozarse,denisiquieramirarse.Aquellonoestababien.Pero las cosas habían cambiado. En las otras ocasiones en las que
Melanielehabíadichoquenosedebíaaqueestabantrabajandojuntos.Noporquehubieraotrohombreenlafoto.Lapartemásegoístadesímismohabía pensado que no había ningún otro interés amoroso porque queríaestarconél.Alparecersehabíaequivocado.Ahorateníaunacitaconunhombrequeellahabíaelegido,nadamenos
queunmédico.Adamnuncasehabíacomparadoconotroshombres,peroMelanie lehabía rechazado tresvecesyhabíaescogidoaOwen.Talveznoestuvieratancerradaalaideadelamor.Talvezsoloestuvieracerradaaél.–¿Estás seguro? –preguntó Melanie–. Parece que hay algo que te
perturba.Dimequépasa.Allí estaba ella, delante de él, la mujer que no podía quitarse de la
cabeza aunque quisiera.Melanie quería escuchar.Quería hablar.Aquellapodíaserlaúltimaoportunidaddeestarjuntosasí,solohablando.Despuésdelagalairíancadaunoporsulado.Adamaspiróconfuerzaelaireyluegolodejóescaparlentamente.–NoquierodirigirLangTel–quitarseaquellodelpechofueunaliviode
proporcionesépicas.Melaniesequedóboquiabierta.–¿Qué? Pero tu padre…El plan de sucesión… –miró a su alrededor
parpadeando, como si no entendiera loquehabíadicho.Yeso erapartedel problema. Solo tenía sentido paraAdamyAnna.Nadiemás parecíaentenderlo–. A ti te encantan los retos, y esto es una gran empresa quelleva el apellido de tu familia. ¿Por qué no quieres disfrutar de estaoportunidad?Adamsacudiólacabezaysedejócaerenelbancoquehabíaalospies
delacama.–Sé que suena a locura, pero todos los Langford se han hecho a sí
mismos.Mipadre.Miabuelo.Mibisabuelo.Nopuedosoportarlaideadenohacerlomismo,demarcarmipropiocamino.Quieroalgoconstruidopormídesdelanada.¿Tanmalestáeso?Melanietorcióelgesto.–Tú mismo lo has dicho, Adam. Conseguiste tu primer millón en la
universidad.Yaeresunhombrehechoasímismo.Tachaesodetulistaypasaalsiguientereto.Nomecabedudadequeserásungrandirectorde
LangTel. Con tu mente para la tecnología podrías hacer grandesinnovaciones.–Eresunencanto,peronoestansencillo.Almenosparamí.Nopuedo
decirlequenoamipadre,ymenosahoraqueseestámuriendo.Tendríaquehaberledichoalgoal respectoañosatrás.Peronopenséque tendríaqueenfrentarmeaestohastaqueélestuvierapreparadopara jubilarse,ysiempre pensé que cabía la posibilidad de que yo cambiara de opiniónparaentonces.Melanieabriólosojosdeparenparyseinclinóunpocohaciadelante.–PeroAnnasíquierehacerlo.Melodijocuandoestábamosplaneando
lagala.Adam,esoes…esperfecto.Adam sonrió.Melanie era adorable al querer ayudarle a arreglar las
cosas.–Nuestropadreseniegaahablardeltema.Estátanchapadoalaantigua
queresultaridículo.Melanieparecíaalicaída.–Vaya,creíquesetratabadeunarivalidadentrehermanos–suspiróyle
miróalosojos–.Oh,Diosmío,Adam.Elescándalo.Aquellaeratusalida–serascólassienescongestopreocupado–.Podríashaberdichoquenoala campaña de relaciones públicas y dejar que la junta directiva terechazara.Esolohabríasolucionadotodo.Adam tuvo ganas de echarse a reír. Había pensado en ello, pero
entonces su padre contrató a una relaciones públicas llamada MelanieCostello. En cuanto vio su foto en la web de la empresa se le subió elcorazóna laboca.Finalmenteconocía la identidaddesuCenicienta.Asíque accedió a la campaña aunque era muy probable que eso sellara sudestino.Teníaquevolveraveraaquellamisteriosamujer,comprobarsilaschispaseranreales.Yloeran.Soloquenodurarondemasiado.No podía contárselo a ella ahora. Melanie había seguido adelante, y
Adamnoteníamásremedioqueaceptarlo.–Pensé en ello, pero habría supuesto una mancha para el apellido
familiar y habría destrozado mi relación con mi padre –por suerte,Melanielehabíasalvadodetomaraquelladecisión.–¿Sabesqué?EldíaqueconocíaAnnamesentíunpococelosade tu
familia–reconocióella.–Notodoesuncaminoderosas,créeme.–Yalosé,peroseguísunidosyospreocupáislosunosporlosotros.Yo
notengoeso.Mishermanaspiensanquesoyunbichoraro,mipadreesunhombre imposibleyamimadrecasini la recuerdo–Melaniesacudió lacabeza–.Séqueturelacióncontupadreestumultuosa,peroalmenoslotienescontigo.Sigueaquí.Todavíapuedeshablarconél.Solotienesqueencontrar la manera de hacerle comprender. Si fallece y no lo hasintentadounavezmásnotesentirásbien.–Laideadedecepcionarlemesigueresultandoinsoportable.Jack entró en el salón y se detuvo en la rodilla de Adam antes de
acercarseaMelanie.Ellaleacariciólacabezaylesonrió.–No soy una experta, pero es mejor decir las cosas y aceptar las
consecuencias.Yolohiceconmipadre.Nosaliómuybien,peroalmenosdijeloquepensaba.Era muy inteligente, muy intuitiva, aunque parecía más interesada en
ayudaralosdemásqueencentrarseensuspropiosproblemas.–Megustaquemehablesdetufamilia.«Hace queme sientamás cerca de ti».Quería decirle, pero parecería
que se había enamorado desesperadamente de una mujer que no podíatener.Yasíera.AmabaaMelanieconcadafibradesuser.–Debería irme –ella se puso de pie, se atusó el vestido y agarró el
bolso–.Y tú deberías quitarte ese traje si no quieres llevarlo mañanaarrugado.Adamselevantóparadespedirse.TeníaaMelanieaescasosmetrosde
él.Queríaabrazarlaynodejarlairnunca,besarladurantedías,escapardelmundo con ella.Queríamimarla y adorarla como semerecía. Le habíamostrado una oportunidad para el día siguiente, el día que tanto temíaAdam, recordándole que él decidía su propio destino. Por supuesto,aquelloconcerníaalosnegocios.Elamornosepodíacontrolar,ymenosahoraquehabíaotrohombreenlaescena.
CapítuloOnce
Melanie decidió que no tendría ninguna cita cuando salió de casa deAdam.PormuydifícilquefueraaserverleconJuliaenlagala,llevaraOwencomochalecosalvavidasnoleparecíabien.Asíquesepasóporsuapartamento,sedisculpóprofusamenteyloreconociótodo.Dormíamalporlasnoches,laperseguíanimágenesdeAdamdelmodo
enquelahabíamiradocuandoseprobóeltraje,eltonoalgoposesivoquehabía utilizado, como si estuviera celoso. Otros recuerdos entraban ysalíandesumente:lacasadelamontaña,elbaileenFlaherty’s,lanocheenlaqueporfinsehabíapermitidoelplacerdedisfrutardelhombremássexyquehabíaconocidoensuvida.Todavíapodíasentirsusdulceslabiosenlossuyos,recordarsucálido
aroma, conjurar la sensaciónde seguridadque experimentaba cuando larodeaba con sus brazos. Saber que había dejado a Adam atrás leprovocabaungranvacío,unvacíoanteelquelamarchadeJoshparecíasolounrasguño.Porlamañana,confaltadesueñoysintiéndosefatal,sabíaqueteníaque
mantenerseocupadaeneldíadelagalaparanoseguirdándolevueltasaloqueyateníaclaro:ibaaecharmuchísimodemenosaAdam.Seprobóveintevestidosdistintos,sepusounamascarilla,sediounbaño,sepintólas uñas de rojo rubí y pasó largo rato ocupándose del pelo y elmaquillaje.Almenostendríabuenaspectocuandodijeraadiós.Cuandohabíareducidolaelecciónadosvestidos, leentróunmensaje
enelmóvil.Loagarróylomiró.Granerror.SentíacomosilefaltaraelalientoalmirarlafotodelperiódicoenlaqueseveíaaJuliasaliendodelapartamentodeAdamaprimerahoradelamañana.AsíqueesoeraloqueteníaquehacerAdamlanocheanterior.Juliaibadecaminoasucasa.Melaniesedejócaerenlacama,todavíaenalbornoz.Sequedómirando
la foto y trató de entender el sentimiento que se estaba formando en suinterior. La lógica le decía que debería estar triste, que aquello era otraseñaldeluniversoqueindicabaqueAdamyellanoestabanhechoselunoparaelotro.Peronohabíamelancolía.Nisiquieraestabaresentida.Estabaenfadada, pero no con Adam, sino consigo misma. El hombre másincreíble que había conocido, el único hombre con el que quería estar,estabaapuntodemarcharseyellaseloibaapermitir.
AdamnoqueríaestarconJuliayellalosabía.Aunquenoselohubieradicho,sucorazónlosabía.En los momentos en que Melanie había conseguido superar los
obstáculos entre Adam y ella, la química eramás real de lo que nuncacreyóposible.Elrestodeltiemponohabíapodidonegarlaatracciónquesentíahaciaél.Solofingíaquenoestabaallí.Nopodíaseguirfingiendo.Nopodíadejarleir.Esoimplicaríarendirse
alascircunstancias,yellanoeraasí.Eraunaluchadora.SobrevivióalamarchadeJosh,aunquenuncaluchóporél.Noselomerecía.PeroAdamnoeraJosh.Adameracariñosoydetallista.ValorabalafuerzadevoluntaddeMelanie, quería verla triunfar.Ymás que eso, podía prenderle fuegoconunasolamirada,ningúnotrohombreteníaaquelefectoenella.ValíalapenalucharporAdam.Lucharíaporelhombrealquenopodía
dejarir.Habíallegadoelmomentodevolveraescucharasucorazón.Leescribióunmensaje aAdam:«¿Podemoshablar antesde la fiesta?
Enpersona.Asolas».El pulso le latía con fuerza. Todo lo que quería decir estaba en su
interior.Soloteníaquedejarlosalir.Pero,¿seríademasiadotarde?Encuantomandóelmensajelesonóelteléfono.EraAdam.–Vaya, qué rapidez –murmuró para sus adentros–. Hola, acabo de
mandarteunmensaje.–Acabodeverlo–contestóél–.Tienegracia.Aellalelatióconfuerzaelcorazón.–¿Gracia?–El momento. Estoy en la puerta de tu edificio. ¿Puedes abrirme? El
telefonillonofunciona.¿En la puerta de su edificio? ¿Por qué?Melanie sintió una oleada de
pánico. Tenía el apartamento hecho un desastre y parecía que hubierapasadoun tornadopor suhabitación.Habíavestidosyzapatospor todaspartes.–Nisiquieramehevestido.–Noimporta.Necesitohablarcontigo.Sin tiempo para arreglarse o vestirse, y mucho menos para pensar,
Melaniesaliódeldormitorio,pulsóeltelefonillo,quitólacadenayabriólapuerta.SalióalpasilloyviocómoAdamsubíapor lasescaleras.Ladejósin
aliento. Era la tentación andante, con un traje impecable y la barba
incipiente.–¿Ocurrealgo?–Se puede decir que sí. Siento no haber llamado antes, pero me
preocupaba que no me dejaras venir –Adam estaba unos cuantoscentímetrosalejado–.Meencantaelvestido.Noes loquemeimaginaba,peroseagradeceelescote.Melanie semiró.Teníaelalbornozabiertounpocopordelante.Se le
subiólasangrealacarayleinvitóaentrar.–¿Quépasa?¿Hayalgúnproblemaconlodeestanoche?–Yo podría preguntarte lo mismo. ¿Por qué querías hablar conmigo
antesdelafiesta?Ahora que estaba frente a él y su magnetismo le resultaba difícil
empezar.Perosabíaqueteníaquehacerlo.–Vilafotoenelperiódico.NomeimportaqueJuliapasaralanocheen
tuapartamento.Nocreoquequierasestarconella.Adamasintiólentamente.Laestabamatandoconsusilencio.–Me alegro de que por fin me creas –dijo finalmente–. He venido a
decirtequeJulianovendráalagaladeestanoche.Unmomento.¿Estabanhablandodetrabajo?–¿Qué?–Noteasustes.Séquehastrabajadomuyduroparaestafiesta,perono
puedoseguirfingiendo.Esaeslarazóndelasfotosenlasquesalefuerade mi apartamento. Su agente de prensa está orquestando la ruptura apeticiónmía.Tengoqueponerfinaestoahora.Nosolopormibien,sinoporeltuyotambién.¿Leestabadiciendosimplementequeestabahartodeaquellafarsa?¿O
habíaalgomás?–Yohecanceladolacitaconelmédico.Nomeparecíabienllevarloala
gala.–¿Yesoporqué?Melanie contuvo el aliento. Adam merecía saber cómo se sentía, la
kilométricalistaderazonesporlasquelenecesitaba.–Porque estoy enamorada de ti. Y no quiero estar con ningún otro
hombreniaunqueseaporunminuto.Noquierovertemarcharestanoche.Melanie salvó la distancia física que los separaba con unos cuantos
pasos. Sentir el ritmo de su respiración la calmaba, aunque no estabasegura de qué pensaba Adam de lo que estaba diciendo. Tenía una
expresiónasombrada.–Túeresmiúnicopensamientoantesdeacostarme.Eresenloprimero
en lo que pienso cuandome despierto.Cuandome pasa algo durante eldía,sientolanecesidaddellamarteparacontártelo.Laúnicarazónporlaquenolohagoespormitrabajo.Peronecesitoalgomásquemicarrera.Tenecesitoati.Melanie vio la primera señal de que tal vez estuviera en su mismo
barco.Adamsonrió.–¿Deverdad?–Sí. Y tú tenías razón. Dejé que lo que me ocurrió con mi ex me
convirtiera en alguien que no se permite sentir. Ya no quiero ser esapersona.Mehacesentirdesgraciada.–Odio la idea de que no seas feliz –Adam le tomó la mano y se la
acaricióconelpulgar–.TeníaquehablarcontigoantesdelafiestaporquenoqueríaquedesaparecierasestanochecomoCenicienta.Teníaquevertucaracuandoporfintedijeraqueteamo.Perotemehasadelantado.AMelanielediounvuelcoalcorazónyseleaceleróelpulso.–Losiento.Esquetehehechodañotantasvecesquepenséquemerecías
laverdad.Adamletomólaotramano.–Te amo y quiero estar contigo, pero necesito saber que estás aquí a
largoplazo.Nopodríasoportarque teentraramiedoyvolvierasasalircorriendo.Una lágrima lecayópor lamejillaaMelanie.Elhombrequesiempre
había tenido un enjambre demujeres alrededor quería saber si ella eracapazdecomprometerse.–Solosalíhuyendoporquemedabamiedolomuchoqueibaasufrirsi
nosalíabien.Peroyanotengomiedo.–Hablo en serio,Melanie.A largo plazo –Adammetió lamano en el
bolsilloysacóunacajitaazuloscuro–.Quieroqueseasmiesposa.Quieropasarmividacontigo.Melanie se llevó lamanoa laboca.Cuandoabrió lacajitacontuvoel
aliento al ver un impresionante anillo de compromiso de platino deesmeralda y diamante. Casi le daba miedo tocarlo, temía quedesapareciera.SolosehabíaatrevidoafantasearconvivirunmomentoasíconAdam.Nuncasoñóconquepudierallegarahacerserealidad.–Esprecioso.
–¿Quieresprobártelo?Ellaasintióvigorosamente.Sacó el anillo de la cajita y se lo puso en el dedo.El diamante brilló
comounaconstelaciónentera.–Oh,Diosmío,Adam.Meencanta.–Peronohascontestadoamipregunta.¿Quierescasarteconmigo?¿De verdad estaba ocurriendo todo aquello? Su futuro había dado un
giroradicalencuestióndeminutos.–No quiero dejarte ir nunca. Nada deseo más que convertirme en tu
esposa.Adam la atrajohacia sí congestoposesivo.Le tomó la cara entre las
manosyleacariciólamandíbulaconelpulgar,provocándoleescalofríospor todo el cuerpo. Entonces la besó dulcemente. Melanie le pasó lasmanos por el interior de la chaqueta, anhelando su calor y su contacto.Cadasegundoquepasabaentresusbrazosibadejandoatráslatristezadelañoanterior.Adamerasuyo.
Ahora que Melanie era suya, que podía besarla y tenerla entre susbrazos, resultaba mucho más satisfactorio de lo que Adam pudo haberimaginado. La tenía apretada contra su cuerpo y sentía el calor de sutemperatura.Eltrajenoayudaba.Teníalabocamuydulce,ydeslizabalalenguadeunmododeliciosamentedelicado.Adamseibavolviendomásloco a cada segundo que pasaba.Melanie estaba al menos parcialmentedesnudabajoelalbornoz,habíavistoelgloriosomontículodesussenoscuandoaparecióporlapuerta.Letiródelcinturónydejóaldescubiertoelregalomásmaravillosoque
habíatenidojamás.Lebajólaprendaporloshombroshastaquecayóalsuelo.Nollevababraguitas.Perfecto.Melanieserio,suslabiosvibraroncontralossuyos.Eraincreíblemente
sexy.–Adam,cariño,nohay tiempo.Sesuponeque tenemosqueestaren la
fiestaalasseisymedia.LosbrazosdeMelanienoestabansolometidosdentrodesuchaqueta,
habíadeslizadounamanoporlacinturilladesuscalzoncillos.Aquellolehizoestarmásdecididoaposeerlaencuerpoyalma.–Esimposiblequemedigasquetecasarásconmigoyqueyonotehaga
perder el sentido del tiempo y el espacio –le besó el cuello y aspiró suembriagadorafragancia.–Elpelo.Elmaquillaje.–Hevistoelcabecerodetucama.Esperfecto.Ellaserio,perolaexpresióndesurostroyelsonrojodesusmejillas
decíanqueledeseabatantocomoélaella.–Todavíadebopensarquémevoyaponer.Y tenemosveinteminutos.
Comomáximo.–Funcionomejorbajopresión.Melaniebajólamanoyletocólapartedelanteradelospantalones.Se
mordióellabio.–Yaloveo.Adamlegimióaloídoylemordisqueóellóbulo.–Olohacemosenelpasilloomellevasaldormitorio.Ella le tomó lamanoy le guiopor el pasillo.Le encantabaverla así,
con sus femeninas curvas en movimiento apresurado. Y mejor todavía,mirar su hermoso traseromientras retiraba la colcha.Melanie se dio lavuelta.Sussenosdesnudoslerozaronelpecho.–Los pantalones. Todavía llevas puestos los pantalones –Melanie le
desabrochó el cinturón y los pantalones–. Ten cuidado. No hay tiempoparaplanchar.Adamsacóelpreservativoquellevabaenelbolsillo,selodioaellay
sequitóloscalzoncillos.–¿Siemprellevasunpreservativoenelbolsillo?–Hetraídounanillotambién,SuerodeLeche.Adamcontuvoelalientocuandolesostuvoconsusdelicadosdedosyle
pusoelpreservativo.Labesó,saboreandosudulzura,ylatumbósobrelacama.Setumbóasuladoylepresionóloslabioscontralaclavículaantesdelamerleunpezón.Leabriólaspiernasymoviólosdedosencírculoenelcentrodesucuerpo.Melaniegimiódeplacer.Adambajómáslamanoylaencontrómáspreparadadeloqueesperaba.–Hazmeelamor,Adam–murmuróella–.Necesitosentirte.Noerasololaapretadaagendaloquelellevóaobedecer.Eldeseoque
exudabasuvozalimentabaelflujodesangreentresuspiernas.Seacomodóentresusmuslosylamiróalosojosmientrasentrabaen
ella. Estaba increíblemente caliente, su cuerpo respondió al suyo consutiles escalofríos. Adam forcejeó contra la oleada de placer que se
apoderódeél.Melanielerodeóconlaspiernas.Élqueríatomarsesutiempo,perono
tenían mucho y ya había percibido que ella necesitaba más. Melaniearqueólaespaldayalzólascaderaspararecibirle.Ellaladeólacabezaycerrólosojos.Adamlabesóenelcuelloylapenetrómásprofundamente.Sabíaquesuorgasmoestabaapuntodellegar.Melanieleclavólosdedosenlaespaldaysurespiraciónsevolviómásagitada.Tenía todo el cuerpo tirante como una goma estirada al límite. Los
músculos internos le urgían a irmás deprisa. En cuanto ella se dejó ir,Adamlasiguió.Sucumbióalasoleadasdeplacerqueseapoderarondeélunayotravezhastaquesefuerondesvaneciendopocoapoco.SetumbóalladodeMelaniejadeando.–Ha sido increíble, pero estoydeseandoqueacabe lagalaypodamos
tenertodalanoche–afirmó.–Y no olvides quemañana es domingo.No tenemos que vestirnos en
todoeldíasinoqueremos.Adamlepasólamanoporlanucaylabesóenlacoronilla.–Meencantacómofuncionatucerebro.–Amímeencantas tú–Melanie seapoyóenel codoymiróel reloj–.
Odiotenerquedeciresto,perotenemosqueponernosenmarcha.Elcocheque viene a recogerme estará aquí en quince minutos –le dio un brevebesoenloslabios,selevantódelacamayempezóarebuscarenlaropaquehabíadejadosobrelasilla.Adam agarró los calzoncillos del suelo, pensando en lo que había
dicho.Elcoche.Sulimusinaysuchófertodavíaestabanabajoesperando.Dejando a un lado las cuestiones prácticas, ir a la fiesta separadosresultabaridículo.–Notienessentidoquevayasenotrocoche.Melanie se puso un traje de seda negra mientras él se metía los
pantalonesylacamisa.–Sí lo tiene. Los dos estaremos sin pareja esta noche, y cuando estés
listoselocontarásatuspadres–lediolaespalda–.¿Puedesayudarmeconesto?Adamlesubiólacremallera.–Nihablar.Vamosairalafiestajuntos.Comopareja.Melaniesediolavueltaylemiróconexpresiónaterrorizada.–No, Adam. Es una locura. Todo el mundo espera que esta noche te
bajesdelalimusinaconJulia.Yaesbastantemaloqueellanovayaaestarallí.Peroserádiezvecesmásescandalososiyovoydetubrazo.–Nomeimporta–Adamseabrochólacamisa–.Noquieroesperarmás.
Noloharé.Teamoy túmeamas,ysial restodelmundono lesparecebien,peorparaellos.Melanie se puso unos zapatos negros de tacón. Le encantaban sus
piernas. Estaba deseando que llegara la noche para volver a sentirlasentrelazadasensucuerpo.–Es muy fácil para ti tener esa actitud caballeresca –afirmó ella
poniéndoselospendientes–.Tucabezanovaaserlaprimeraquetupadrearranque.Serálamía.–No voy a permitirle que haga nada semejante. Esto es cosamía. Tú
cumplistetupartedeltrato.–Esmuyamableportuparte,perotúnofirmasteuncontrato.Lohice
yo –Melanie corrió al espejo que había sobre la cómoda y se atusó elpeinado.Luegoempezóasacarcosasdeunbolsitonegro.Adamseleacercópordetrásylatomódeloshombros,estableciendo
contactovisualconellaatravésdelespejo.Aquellaeralaprimeravezquesemirabanjuntoscomounapareja.Yélnonecesitabavernadamás.–Yabastadefingirydepreocuparsedeloquepiensanlosdemás.Esta
nocheterminatodo.
CapítuloDoce
Melanie había hecho cosas atrevidas en su vida, pero esta era lamásosada.Enlaqueeraprobablementelanochemásimportantedesusvidasprofesionales,Adamyellaibanapresentarsecomoparejadelantedelosmediosydelafamiliadeél.Atrevidoono,elamorparecíaserunriesgoaceptable.UnaluvióndeflashesdecámaracayósobreellosencuantoAdamabrió
lapuertadelalimusina,seguidodeungriterío.–¡Julia,Adam!¡Aquí!Porsupuesto,Melanienoeralamujerqueestabanesperando.Saliódel
coche detrás deAdam, la vergüenza amenazaba con apoderarse de ella,perodecidiómantenerlacabezabienalta.Podíahaceraquello.TeníaquehacerlosiqueríaestarconAdam,yeraloquemásdeseaba.Se escuchó un murmullo entre la multitud cuando Melanie pisó la
alfombraroja.Unavezseescucharonexclamaciones.–¿DóndeestáJulia?Adamleapretóconfuerzalamanopararecordarlequeestabaallípara
apoyarlasilonecesitaba.Melanieesperabaquepasaraatodaprisaporlaalfombra, pero no lo hizo.Avanzó unos pasos con gesto tranquilo y separófrentealaprensa.–Me gustaría presentaros a Melanie Costello. Está a cargo de mis
relacionespúblicas.–¿DóndeestáJulia?–Eso tendréis quepreguntárselo a ella.Yano estamos juntos, peroha
sidounarupturaamistosa.La letanía de flashes regresó con más fuerza, pero Melanie no se
acobardó.Estabademasiadoocupadasonriendoasufuturomarido.–¿Melanieestunuevanovia?–preguntóunafotógrafa.–Digamosqueaúltimahoradelanocheanunciaremosalgo–Adamse
inclinóyledioaMelanieunbesoenlamejilla.Melanie no podía creer que aquello estuviera ocurriendo. Todo era
comounsueño.Se pusieron otra vez en marcha por la alfombra roja mientras otros
invitados llegaban detrás de ellos. La gente que había delante se apartó,dejándoles paso y dejando claro que su destino era encontrarse frente a
frenteconRogeryEvelynLangford.Adamlesusurróaloído:–Nopasanada.Déjamehablaramí.Porunavez.Melaniesonrió,peroteníaunnudoenelestómago.Rogerpodíadecir
cualquiercosa frenteaunsalóndebaile llenodegente ricaypoderosa.Podíadestrozarsucarreraconunafrasesiquisiera.AunqueMelaniefueraa casarse con Adam, no iba a tirar por la borda la empresa que habíacreado.–Papá,mamá–dijoAdamcuando llegarona laentradadelgransalón
debaile.Rogerteníalasmandíbulasapretadas,comosiestuvieramasticandouna
bala.–Tenemos que hablar. Ahora –la furia de su voz apenas quedaba
disimuladaporunasonrisa.–Tienesrazón.Tenemosquehablar–Adammiróasualrededor.Había
muchasmiradasclavadasenellos–.Asolas.–Hayunsalóndebailemáspequeñoalladodeeste–Melanieseñalóla
esquinamáslejanadelasala–.Estávacío.Ellaabriócamino,sujetandoconfuerzalamanodeAdam.Elcorazón
le latía en la garganta.Todo elmundomurmuraba cuandopasaban a sulado.En cuanto las puertas se cerraron tras ellos, Roger clavó la vista en
Melanie.–Ustedfirmóuncontrato–señalólasmanosentrelazadasdeMelaniey
Adam–. Y está claro que no lo ha cumplido. La mañana que fui alapartamento de Adam no había pasado por ahí para hablar con él detrabajo. Había pasado la noche con él –Roger sacudió la cabeza condisgusto–.PobreJulia.–Papá,porfavor,nolehablesasíaMelanie.Yademás,noteconviene
angustiarte. Aspira con fuerza el aire y escúchame –le pidió con vozfirme.EvelynLangford,vestidaconun trajedecóctelazulmedianocheyun
preciosocollardediamantes,agarróasumaridodelbrazo.–Cariño,almenosdejaqueAdamseexplique.Rogersecruzódebrazos.–Adelanteentonces.Ymástevalehacerlobien.Adamechóloshombroshaciaatrásytomóaire.
–Papá, lo de Julia era un montaje y tú lo sabías, pero te negaste acreerme.Siemprehesidosincerocontigoalrespecto–apretólamanodeMelanie.Rogerparecíaalicaído,peroEvelynasintió.–Tienesqueentenderatupadre,Adam.Sehabíahechoalaideadeque
habíasencontradounaesposamientrasélestabatodavíaaquíparaverlo.Annaentróenlasalaconunvestidonegrosintirantes.–Estáisaquí.Todoelmundosepreguntadóndeoshabéismetido.–Estamoshablandodelascosasquetuhermanohadecididohacerpara
queestanocheseadelomásestresante–afirmóRoger.AdammantuvofirmelamanodeMelanie.–Asumo la responsabilidad de cualquier consecuencia que traiga esta
noche,perosieseeselprecioquetengoquepagarporestarconMelanie,lopagaré.Laamodemasiadoparaseguirocultándolo.AAnnaseleiluminaronlosojos.–Sabía que algo estaba pasando–aseguró–.Medi cuenta al ver cómo
hablabaMelaniedeAdam.Ynomesorprendequeélestéenamorado.Esinteligente,guapayunagranmujerdenegocios.Fue un gran alivio ver que alguien de la familia Langford aparte de
Adamestabadesulado.–Papá,amoaMelanie.Lehepedidoquesecaseconmigoymehadicho
quesí.–¿Vaisacasaros?Sisolohaceunmesqueosconocéis–protestóRoger.Adambesó aMelanie en lamejilla y luego volvió a girarse hacia su
padreotravez.–Melanieme entiende y se preocupa pormí. Será una compañera de
verdad,yesoesloúnicoquequiero.Evelynseaclarólagarganta.–Cariño, ¿tengoque recordartequenosotrosnosprometimosdespués
dedosmeses?Rogersuspiróportodarespuesta.–Papá, yo solo quiero que te alegres pormí, por nosotros –continuó
Adam–.Melanieeslamujermásincreíblequeheconocidoenmivida,yvaaformarpartedeestafamilia.–Esoeslomásimportante,papá–intervinoAnna–.Tenemosquedarle
la bienvenida a Melanie en nuestra familia. Anunciar el compromiso abomboyplatilloestanochepaseloquepase.
–SéquequieresqueAdamsecase–dijoEvelynconlosojosllenosdelágrimas–. Y has hablado maravillas de Melanie desde el día que lacontrataste.Noveodóndeestáelproblemaahoraqueconoceslaverdad–se giró hacia la pareja–. ¿Podemos acelerar la boda para que tu padrepuedaasistir?AdammiróaMelaniealosojosysonrió.–Claro–afirmó–.Perohayunacosamásquepapátienequeescuchar.Adamseacercómásasupadreylepusounamanoenelhombro.Había
llegadoelmomentodelaverdad.–No puedo dirigir LangTel. Te amo y sabes que haría cualquier cosa
por ti, pero no puedo vivir tu sueño. Y lomás importante, el sueño deAnna es dirigir la empresa, y no puedo quedarme sentado y ver cómopierdesuoportunidad.Supadrenisiquierafingiósorprenderse.–¿Estásconvencidodeello?–Tendría que haber sacado el tema, pero quería que fueras feliz. Te
quiero,papá,yquieroqueestésorgullosodemí–alverlaexpresióndesupadre se le llenaron los ojos de lágrimas.Abrazó a su padre–. LangTelseguirá siendo una empresa de la familia si Anna la dirige. Y de todasmaneraspuedeconoceralhombreperfectoycasarseconél.Annacarraspeó.–Eh,esonosesabe.Adamserio.–EstaréallícuandoAnnamenecesite,perotengolasensacióndequeno
mevaanecesitar.Vaasalirbien.Estoyseguro.Nodejaréquepasenadamalo.Loprometo.Supadresuspiróprofundamente.–Ojalá fuera tan sencillo. Pero necesitas la aprobación de la junta
directivaparahacereso,hijo.–Losé.Yoasumiréelmandode laempresa,ycuando lascosasestén
establesytengalaconfianzatotaldelajunta,quieronombrardirectoraaAnna. Y quiero contar con tu bendición. Creo que Anna y yo nossentiríamosmejorsabiendoquetúloapruebas.Rogersequedómirandoasushijos.–Tenéismibendición–dijofinalmente.Annaseapresuróaabrazarasupadre.Adamlasiguióyloabrazaron
juntos.
–Hablando de bendiciones –intervino Evelyn–. Melanie no ha sidorecibidatodavíacomosemerece.MelaniesonriócuandoEvelynlaabrazóbajolaatentamiradadeRoger.–Sientohaberempezadolanocheconmalpiel–dijoRoger–.Siempre
mehacaídoustedbien,señoritaCostello.–Gracias,señor,seloagradezco.AdamlepasóaMelanieelbrazoporelhombro.Rogermiróasumujer.–Parecequedespuésde todovaahaberunaboda,Evelyn.Yvamosa
tenerunanueraestupenda.–Yodiríaquesomosafortunados–dijoEvelynmirandoaRogera los
ojos.–Asíes–confirmóél–.Ynadamegustaríamásquesentarmeahablar
de ello, pero me temo que hay un salón de baile lleno de genteesperándome.Adamasintióvigorosamente.–Eslahora.
Rogersubió lentamente losescalonesdelpodioconEvelynasu lado.MelanieyAdamocuparonsuslugaresenlacabeceradelamesaconAnna.ElpadredeAdamcomenzósudiscurso.–Quierodaros lasgraciasa todosporestar aquíconnosotrosenesta
noche tan importante para la historia de LangTel. Quiero anunciarformalmente que, a falta de la aprobación final de la junta directiva,mihijoAdamocuparáelpuestodedirector.Lagenteaplaudióconentusiasmo.–El relevovaaproducirse loantesposible–continuóRoger–.Porque
tengoqueanunciarostambiénquemismédicoshandiagnosticadoquemicánceresterminal.Sehizounsilenciocompletoenlasala.–Pero esta noche quiero hablar del futuro deLangTel –afirmóRoger
convozfirme–.MegustaríainvitaramihijoAdam,delquetanorgullosomesiento,asubiralescenarioahablar.Creoquetienebuenasnoticiasdecarácter personal que compartir con todos –Roger se bajó del podio yabrazóaEvelyn.AdamseinclinóhaciaMelanieyhablóenvozaltaparahacerseoírpor
encimadelosaplausos.–Túsubesconmigo.Mispadresestánjuntosenelescenario,ynosotros
vamosahacerlomismo–latomódelamano.Melanie se quedó con sus padresmientras él ocupaba su lugar tras el
podio.Adammiróelmarderostros.–Serérápido,porqueséquetodoelmundoprefiereponerseacenarque
escucharme.Lagenteserio,yAdamsesintiómáscómodo.–Me gustaría darle las gracias a mi padre por su confianza. Estoy
emocionado con este nuevo reto y no decepcionaré ni a mi padre ni aLangTel. Y en cuanto a la buena noticia que mi padre ha mencionado,quiero anunciar mi compromiso con Melanie Costello. Queremoscelebrarunagranbodaypasarelrestodenuestravidajuntos.Todo elmundoaplaudióyAdam invitó aMelanie a subir.Lepasó el
brazoporlacintura.–Dichoesto,muchasgraciasatodosporvenir.Porfavor,disfrutadde
lavelada.Varios miembros de la junta los esperaban cuando bajaron del
escenario.Adamnorecibiómásquehalagosybuenosdeseosporpartedetodosloquehablaronconél.Eraungranalivio.Después de cenar, Adam tomó la mano de Melanie y la llevó a una
esquinarelativamentetranquila.–¿Cuántotengoqueesperarparapoderirnosyquitarteesevestido?–Creo que deberíamos esperar hasta medianoche, y luego podemos
irnos.ElcuerpodeAdamseestremecióantelaideayantelapreciosacriatura
queteníaallado.–El año que viene va a ser maravilloso, pero también muy duro.
Seguramente perderemos a mi padre y tendré que convencer a la juntadirectivadequeesbuenaideavolveracambiardedirector.Melaniesonriócondulzura.–Ytambiéntenemosunabodaqueplanear.Losuperaremostodo.Séque
loconseguiremos.Juntos.–Esta noche no habría sido posible sin ti. De verdad. Y tenemos que
fomentar Relaciones Públicas Costello. Necesitas un influjo de efectivoparapodercontratarpersonalycentrarteenloquemejorseteda.
–¿Yquéesloquemejorsemeda?–El mundo de las relaciones públicas. Eres la única persona que
conozcocapazdeconvenceralmundodequetengounladobueno.–Te he visto desnudo,AdamLangford –Melanie le dio un beso en el
cuello, provocándole un escalofrío por todo el cuerpo–. Créeme, tienesmásdeunladobueno.
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